Prólogo

Cuando se me propuso la idea de prologar la presente obra me sentí, por una parte muy honrado
con tan generosa invitación, y por otra, regocijado al ver como el autor, al cual conozco desde
hace muchos años, ha pasado de ser un joven brillante interesado en comprender el mundo, a ser
un adulto joven que ha ido adquiriendo la suficiente ecuanimidad, lucidez intelectual y
emocional, para escribir sobre tópicos tan diversos con tal naturalidad, rigurosidad y entrega que
muy seguro satisfará las expectativas de los noveles lectores, así como la de los conocedores
más avezados sobre este tema.

El lector que se arriesgue a sumergirse en este sugestivo texto, será llevado por un recorrido
investigativo donde se demuestra, la primacía del lenguaje en diversos aspectos de la vida,
siendo de ellos tal vez el más importante, el crecimiento humano o desarrollo interno. El Dr.
Leyder Lasprilla nos presenta de manera exquisita en este trabajo, entre otros tantos temas, las
incuestionables diferencias que hay entre información, conocimiento y sabiduría, con sus
respectivos opuestos, desinformación, desconocimiento e ignorancia.

Aquí aclara, que la información es el primer nivel de acercamiento a la realidad. Es eso que
queda de manera transitoria en la memoria del sujeto, luego de captar la realidad. En las
palabras del autor “la información…es apenas un esbozo o bosquejo de lo que puede un sujeto
conseguir en su acercamiento”.

El segundo nivel de contacto con la realidad se da con el conocimiento, en este, la información

es ahora integrada de manera coherente y funcional en la memoria, permitiendo así un correcto
quehacer y/o el tránsito fluido dentro de un tema determinado. El conocimiento sería entonces,
eso que resulta de la interpretación de aspectos puntuales de la realidad.

En el tercer nivel de contacto con la realidad, está la sabiduría. Ella es el resultado de

comprender (de manera autoconsciente) las experiencias vividas (vivencias). A su vez la
vivencia es el resultado de la relación consciente de un sujeto con un referente real en los
diversos niveles existentes: físico, emocional, mental o espiritual (H. Medina, 2015).

Nuestro brillante autor, en este trabajo nos señala además, -emulando en esto de manera lúcida a
reconocidos escritores e investigadores- la necesidad de conocer el origen de las palabras que se
emplean de forma habitual, y su uso adecuado; alcanzando esto importancia suprema en el caso
puntual de los que nos dedicamos al trabajo académico y a la investigación.

Sus reflexiones le han llevado a mostrar de manera límpida, la importancia y ubicación correcta
de la pragmática, como disciplina que se encarga del significado implícito e intencional del
lenguaje, planteamiento que desbanca de plano, al sitial que algunos autores de manera contumaz
le han querido dar a la semántica, debido a que ella se encargaría solo del significado literal de lo
explícito, y aunque esta es muy importante no es suficiente cuando se trata de descifrar todo el
entramado de la comunicación, del lenguaje y del mundo sutil. Sería apropiado en este sentido,
recordar las exhortaciones que nos hizo, quien es considerado uno de los más grandes filósofo de
los últimos tiempos, el escritor y místico, Jiddu Krishnamurti: “…el lenguaje con sus palabras se
constituye en esa inmensa red que aprisiona a la mente atándola a la superficie, impidiendo el
movimiento de lo profundo. Por otro lado nos dice: “no las palabras sino la cosa que fluye por el
interior de las palabras” es lo verdaderamente importante.

Respetado lector, estos son solo algunos de los temas tratados en esta interesante obra, la cual he
disfrutado enormemente, y es por esto que sin dudarlo la recomiendo. A la vez exhorto a los
interesados, que tengan en cuenta a la hora de leer este libro, que este debe ser estudiado
concienzudamente, ya que no es una obra para ser leída de “una pasada de rapidez”; sino que
debe ser estudiada con dedicación, porque gracias a todo lo expuesto, las diversas citas y la
bibliografía que le soportan, los lectores tenemos la oportunidad de ahorrarnos las lecturas de
muchos libros, y a la vez deleitarse de un muy nutritivo preludio al bello mundo del misticismo,
la filosofía y la ciencia.

M.Sc. Helmuth Harold Medina Bolaño