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EL PARKINSON

La enfermedad de Parkinson es un tipo de trastorno del movimiento. Ocurre cuando las células
nerviosas (neuronas) no producen suficiente cantidad de una sustancia química importante en el
cerebro conocida como dopamina. Algunos casos son genéticos pero la mayoría no parece darse
entre miembros de una misma familia.

Fue descrita por primera vez en el año 1817 por el médico inglés James Parkinson.

Los síntomas comienzan lentamente, en general, en un lado del cuerpo. Luego afectan ambos lados.
Algunos son:

-Temblor en las manos, los brazos, las piernas, la mandíbula y la cara

-Rigidez en los brazos, las piernas y el tronco

-Lentitud de los movimientos

-Problemas de equilibrio y coordinación

A medida que los síntomas empeoran, las personas con la enfermedad pueden tener dificultades
para caminar o hacer labores simples. También pueden tener problemas como depresión,
trastornos del sueño o dificultades para masticar, tragar o hablar.

No existe un examen de diagnóstico para esta enfermedad. Los doctores usan el historial del
paciente y un examen neurológico para diagnosticarlo.

La enfermedad de Parkinson suele comenzar alrededor de los 60 años, pero puede aparecer antes.
Es mucho más común entre los hombres que entre las mujeres. No existe una cura para la
enfermedad de Parkinson. Existen diversas medicinas que a veces ayudan a mejorar enormemente
los síntomas. En casos severos, una cirugía y estimulación cerebral profunda (electrodos
implantados en el cerebro que envían pulsos para estimular las partes del cerebro que controlan el
movimiento) pueden ayudar.
MENTIRAS
Es una enfermedad contagiosa y hereditaria. Es evidente que no se trata de una enfermedad
contagiosa y tampoco se han documentado importantes casos generalizados de transmisión de la
enfermedad de una generación a otra; tan sólo un 10-15% de los pacientes tienen algún familiar con
la enfermedad, incluyendo a los parientes cercanos y lejanos.

Es una enfermedad propia de las personas mayores. Se han documentado casos de enfermedad
de Parkinson en jóvenes con menos de 20 años. Aparece con más frecuencia en el rango de edad
que va de los 40 a los 70 años.

Aparece más en hombres y en ciertas razas. La enfermedad no hace distinciones entre sexos ni
razas.

La enfermedad de Parkinson produce demencia y envejecimiento prematuro, y deteriora la


inteligencia de los pacientes. El enfermo tiene más dificultades para hacer determinados
movimientos y para expresarse, lo que lleva al frecuente error de asociar esta lentitud de respuesta
a procesos demenciales.

El temblor de manos es invariable en su intensidad. El temblor que característicamente se asocia


con la enfermedad de Parkinson es más evidente en reposo, disminuyendo cuando se realizan
movimientos voluntarios.

Todo temblor es signo de enfermedad de Parkinson. Hay muchas enfermedades similares a la


enfermedad de Parkinson y que se manifiestan con síntomas parecidos, pero no son la enfermedad
de Parkinson.

Es una enfermedad que no limita la realización de tareas cotidianas. Las personas que padecen la
forma moderada o severa de la enfermedad, más del 80%25 de los casos, se ven incapacitadas
parcial y temporalmente para desarrollar tareas cotidianas y, mucho más, para poder desarrollar
una vida laboral y social normal.

El pronóstico de la enfermedad es grave y mortal. Hasta hace 25 años se consideraba como una de
las enfermedades degenerativas del sistema nervioso central de peor pronóstico, pero la reciente
revolución farmacológica que se ha producido en este campo ha variado esta concepción.

No hay un tratamiento farmacológico realmente útil. Si bien es cierto que aún no existe un
tratamiento farmacológico definitivo que cure la enfermedad, la terapia actual reduce al máximo
los síntomas de la enfermedad y aumenta el tiempo en el que el paciente desempeña una actividad
normal, mejorando su calidad de vida.
VERDADES
No hay cura. Aún no se ha encontrado un tratamiento médico o quirúrgico que ponga fin a esta
enfermedad.

No se conocen, con exactitud, los factores etiológicos y desencadenantes de esta enfermedad. Sin
embargo, recientes estudios apuntan que determinados virus, disolventes y pesticidas pueden
inducir la aparición de la enfermedad.

Una dieta adecuada puede mejorar el estado del paciente. Se ha observado que puede ser
especialmente satisfactorio en estos pacientes el establecimiento de una dieta acorde con sus
necesidades. Así, una dieta de redistribución proteica acumulando la mayor parte de las proteínas
en la cena, o la ingesta de mucho líquido, puede mejorar la sintomatología del paciente.

La depresión es frecuente en estos pacientes. La depresión es el trastorno mental que aparece más
frecuentemente asociado a la enfermedad de Parkinson. Se calcula que entre un 30-50% de los
pacientes con EP pueden padecer alguna forma de depresión durante el curso de su enfermedad.

En pocos minutos, un paciente puede pasar de un estado de acinesia a poder realizar todo tipo de
movimientos. Las fluctuaciones motoras bruscas son frecuentes, y se agudizan con el consumo de
ciertos medicamentos.

La falta de cumplimiento del tratamiento farmacológico es la principal causa de fracaso


terapéutico. Como en todas las enfermedades, el fármaco más ineficaz es el que no se toma. La
cronicidad de esta enfermedad hace que los pacientes tengan que cumplir con el tratamiento
durante años, lo que dificulta la adherencia. También la frecuente aparición de efectos secundarios
asociados a algunos fármacos es una causa fundamental de abandono de la terapia.

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