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INDUCCIÓN Y DIFERENCIACIÓN FLORAL

La inducción floral (IF), es el proceso mediante el cual las yemas de los frutales, originalmente
vegetativas, sufren cambios metabólicos que las preparan para transformarse en yemas
florales. Este tipo de yemas tienen la característica de ser más voluminosas, a diferencia de las
vegetativas que son pequeñas y puntiagudas. La IF está regulada por una serie de factores que
se pueden volver positivos o negativos (inducir o inhibir) para este proceso, algunos de ellos se
enlistan a continuación:

-Contenido de carbohidratos

- Condiciones ambientales

-Luz

-Influencia del nitrógeno

-Suministro de agua

-Fito-hormonas

-Manejo de la planta (podas, raleos de frutos)

Inducir a que la planta genere yemas florales, y por lo tanto tener una producción alta de
frutos conlleva a proporcionarle y realizar un manejo adecuado de la nutrición y manejo
agronómico. Por ejemplo; las labores culturales tienden a favorecer este proceso, el uso de
patrones enanizantes, podas suaves, raleo de frutos temprano (se sabe que en las semillas,
debido a la producción de giberelinas se inhibe fuertemente la IF), una fertilización
nitrogenada balanceada, evitar el riego en etapa de inducción y el uso de inhibidores de
crecimiento. Empleando estas estrategias se logrará un efecto positivo en la generación de
yemas florales y por lo tanto a una posibilidad mayor de aumentar el número de frutos.

El proceso de IF, solo es el inicio del cambio en las yemas, ya que después estas sufren
alteraciones morfológicas externas a lo que se le conoce como diferenciación floral (DF]). La IF
y DF comparten aspectos en común y es que pueden ser revertidos o favorecidos por los
factores antes mencionados, un ejemplo claro de esto, es la remoción de frutos y hojas, en el
primer caso, si esta actividad se hace de manera temprana estimula la formación de yemas
florales, mientras que en la remoción de hojas antes de la iniciación floral ocurre todo lo
contrario.

En especies frutales la inducción floral es controlada de manera natural por factores


ambientales, ontogénicos y fisiológicos, pero la tecnología agronómica desarrollada en los
últimos años ha permitido alterar el ritmo de producción de flores y frutos en dichas plantas.
Este manejo se dirige a lograr precocidad, anticipar o retrasar la floración respecto a la
temporada normal o incluso, hacer producir determinados cultivos fuera de su área natural de
adaptación, lo cual se ha denominado producción forzada .Los factores del medio son
captados en las hojas y controlan en parte la producción de un estímulo floral transmitido
hacia los meristemos apicales; en consecuencia, los ápices vegetativos sufren cambios que
favorecen su diferenciación hacia primordios florales. Gracias a esta cualidad, la manipulación
agronómica dela inducción y la diferenciación floral es posible en especies perennes mediante
la aplicación foliar de diversas substancias o bajo determinadas condiciones de cultivo. En años
recientes se ha intensificado la aplicación comercial de técnicas de producción forzada para
mejorar la cosecha de frutales tropicales y subtropicales. Una de las aplicaciones más
atractivas de la producción forzada es obtener la cosecha fuera de la época normal de
producción para comercializarla a mejor precio. También es posible extender la oferta del
producto en el mercado durante más tiempo, además de aumentar el rendimiento anual por
unidad de superficie. Sin embargo, la base genética, los procesos fisiológicos y la manera en
que estos son afectados por este tipo de tratamientos no han sido comprendidos
completamente. En el caso particular de la guayaba, Psidium guajava L., se han
experimentado varios agentes que inducen el forzado de la producción; se desean los más
efectivos y que causan el menor detrimento en la vitalidad de los árboles. El estrés hídrico, la
aspersión foliar de compuestos nitrogenados, el manejo dela fertilización, la defoliación y el
uso de liberadores de etileno endógeno, han sido efectivos en distintos grados para estimular
la inducción y diferenciación floral en P. guajava. En México, 16 estados son productores de
guayaba a escala comercial; la superficie total plantada en el país a marzo del 2003 fue de más
de 23000ha. Aguascalientes y Zacatecas, tradicionalmente los principales estados productores,
fueron desplazados por Michoacán, que en los últimos 5 años llegó a ocupar el primer lugar
como productor de esta fruta, con más de 8000ha cultivadas. En las principales regiones
productoras de México, la cosecha más importante de guayaba ocurre en dos temporadas, una
de junio a diciembre y otra en febrero. Durante el resto del año hay una producción poco
importante. Mediante el manejo intensivo de la plantación y utilizando técnicas de forzado,
sería factibleobtener dos cosechas de guayaba al año, pues el tiempo que transcurre en
condiciones naturales entre floración y fructificación varía de 5 a 7 meses. Para utilizar las
técnicas de forzado en parcelas comerciales de guayaba se requiere conocer previamente las
respuestas de las plantas a tratamientos específicos. Así tenemos los efectos del estrés hídrico.
Sin embargo, poco se ha indicado sobre las propiedades de los micronutrientes en la
producción forzada en esta especie, por lo que, los objetivos del presente estudio son
cuantificar el efecto de aspersiones foliares de micronutrientes sobre la concentración foliar y
la dinámica estacional de los mismos en guayaba, y determinar los efectos de los
micronutrientes en la producción de flores y frutos de P. guajava L.

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