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CAPÍTULO 6

ANOMALÍAS CONGÉNITAS
Y DEL DESARROLLO DEL NERVIO
ÓPTICO
Juan José Gil Gibernau, Lluís Cavero, Nieves Martín

ALTERACIONES DE LA EMBRIOGÉNESIS
DEFECTOS DEL CIERRE DE LA HENDIDURA EMBRIONARIA
OTRAS ANOMALÍAS DEL NERVIO ÓPTICO
Las anomalías congénitas y del desarrollo del ner- del nervio óptico, por lo que muchos de los pacientes
vio óptico engloban diferentes entidades, que respon- afectos requieren una RM.
den a mecanismos patogénicos diversos. Estos últi- • Cualquiera de ellas, si reduce la agudeza visual
mos pueden consistir en una afectación de la en la infancia puede provocar una ambliopía funcional,
embriogénesis del nervio óptico, en un defecto de cie- por lo que siempre se debe plantear la posibilidad de un
rre de la hendidura embrionaria, en una alteración a tratamiento con oclusión en estos casos.
nivel de la lámina cribosa, o bien en un trastorno del
transporte axoplásmico. Los conceptos relativos al
desarrollo del nervio óptico normal han sido expues- ALTERACIONES DE LA EMBRIOGÉNESIS
tos en el capítulo 2.
Desde el punto de vista clínico, se pueden estable- En este grupo de anomalías se incluyen la aplasia y
cer las siguientes características generales sobre estas la hipoplasia del nervio óptico, así como el disco ópti-
anomalías: co oblicuo.
• Cursan con baja visión, que se suele acompañar
de nistagmo en los casos bilaterales y de estrabismo en
los unilaterales. Aplasia del Nervio Óptico
• Se pueden asociar a malformaciones del SNC,
sobre todo en el caso de las hipoplasias y los colobomas Es una anomalía extraordinariamente rara, habitual-
mente unilateral (1), que se caracteriza por la ausencia de
fibras en el nervio óptico, de células ganglionares
(CGR) y de vasos centrales en la retina. Esta última es
la única manifestación constante en el fondo ocular que,
por lo demás, puede presentar tres aspectos diferentes.
El primero de ellos es una ausencia de papila (fig. 6-1),
el segundo, una papila diferenciada blanquecina avas-
cular (fig. 6-2) y el tercero, una cavidad profunda rode-
ada de un área atrófica (2) (fig. 6-3). La agudeza visual
es de no percepción luminosa y el reflejo fotomotor está
abolido. La TC y la RM demuestran en estos casos una
silueta del nervio óptico muy estrechada, que corres-
ponde a las vainas y al tejido de sostén sin axones.
Figura 6-1. Aplasia del nervio óptico. Ausencia de papila, sin La aplasia del nervio óptico se puede asociar a las
vasos centrales ni diferenciación macular. siguientes malformaciones oculares: microftalmía, escle-
122 Neuropatías ópticas: diagnóstico y tratamiento

rocórnea, síndromes de clivaje de la cámara anterior,


hipoplasia y aplasia segmentaria del iris, catarata, vítreo
primario hiperplásico persistente o displasia retiniana.
Asimismo, puede coexistir con las siguientes malforma-
ciones del SNC: hidranencefalia, meningoencefalocele
orbitario, anencefalia o displasia septo-óptica.
En cuanto a su patogenia, se han postulado diferen-
tes teorías, tales como defecto de cierre de la hendidu-
ra embrionaria, o trastornos del desarrollo de los ele-
mentos mesodérmicos, de la vascularización ocular o
de las CGR y sus axones (3).

Figura 6-2. Aplasia del nervio óptico. Papila diferenciada, blan-


co-grisácea, con límites netos y desprovista de vasos centrales. Hipoplasia del Nervio Óptico

Se trata de una anomalía bilateral en un 70% de los


casos y más frecuente en varones (4), caracterizada por
la presencia de un número subnormal de axones y de
CGR, a pesar de la integridad de los elementos meso-
dérmicos de soporte glial del nervio óptico (5). La papi-
la es pequeña, de 1/2 a 1/3 del tamaño normal (fig. 6-4),
y es característico el signo del doble anillo, consisten-
te en un halo blanco-amarillento con borde pigmenta-
do que rodea a la papila (fig. 6-5). El anillo externo es
la unión esclerótica-lámina cribosa, y el anillo interno
es la terminación del epitelio pigmentario retiniano
(ver capítulo 2). Por su parte, el halo es una extensión
de retina anómala y epitelio pigmentario sobre la por-
Figura 6-3. Aplasia del nervio óptico. Cavidad profunda rode- ción externa de la lámina cribosa. El conjunto formado
ada de un área de atrofia blanquecina y sin vasos centrales reti- por el disco hipoplásico y el halo peripapilar tiene el
nianos. tamaño aproximado de un disco óptico normal (6). Los
vasos centrales suelen ser tortuosos, pero de tamaño

Figura 6-4. Disco óptico hipoplásico con tortuosidad de los Figura 6-5. Hipoplasia del nervio óptico. Disco óptico pálido
vasos centrales (A), de tamaño menor que el disco óptico con- y de tamaño disminuido, con signo del doble anillo, debido al
tralateral normal (B) contorno doble papilar y peripapilar.
Capítulo 6. Anomalías congénitas y del desarrollo del nervio óptico 123

normal, y la tortuosidad venosa se ha postulado como


un marcador de endocrinopatía (7).
El diagnóstico de las formas leves o segmentarias
puede resultar difícil mediante el examen oftalmoscó-
pico (8). En estos casos se emplean otras técnicas diag-
nósticas, tales como las retinografías con filtro verde
para evidenciar la pérdida de fibras nerviosas o el cál-
culo de la relación entre distancia centro del disco ópti-
co-mácula y diámetro mayor de la papila. Se conside-
ra diagnóstico de hipoplasia un valor de dicha relación
superior a 3, siendo éste un sistema especialmente útil
en los casos bilaterales, al no existir la asimetría de los
casos unilaterales (9). Figura 6-6. RM cerebral, corte coronal T1 en un síndrome de
La agudeza visual oscila entre normal y ausencia de de Morsier, que demuestra una hipoplasia del quiasma óptico y
percepción luminosa, y resulta difícil de predecir basán- una ausencia del septum pellucidum, por lo que los ventrículos
dose en el aspecto oftalmoscópico de la papila. Es habi- cerebrales laterales están fusionados en un ventrículo único.
(Caso del Dr. W.F. Hoyt. California).
tual la presencia de defectos refractivos altos, sobre
todo astigmatismo, que precisan corrección óptica. Se
objetiva además, desde un DPAR hasta una falta de fija- convulsiones, trastornos de aprendizaje, retraso mental,
ción de la mirada, y las alteraciones campimétricas con- hemiplejia, espasticidad, atetosis, autismo, parálisis cere-
sisten en defectos sectoriales, escotomas centrocecales, bral y espasmos infantiles. Las manifestaciones endocri-
constricciones generalizadas o hemianopsias (10). nológicas se producen por afectación hipotalámica
La hipoplasia del nervio óptico se puede presentar (62%) e hipofisaria: déficit de GH (73%), ACTH (34%),
asociada a las siguientes malformaciones oculares: crip- AVP (26%), TSH (21%), alteraciones de las gonadotro-
toftalmos, microftalmía, parálisis oculomotoras, síndro- finas y de la prolactina (16). Ante un cuadro de hipopla-
me de Duane ipsilateral, blefarofimosis, ptosis palpebral, sia del nervio óptico, es preciso descartar la existencia
dacriostenosis, aniridia, colobomas o malformaciones de una displasia septo-óptica e indicar, si procede, una
vasculares retinianas (11). Asimismo, se puede acompañar terapéutica sustitutiva, en especial a base de hormona
de las siguientes malformaciones del SNC: ausencia del del crecimiento.
septum pellucidum (51%), dilataciones quísticas ventri-
culares y/o de la fosa posterior, aplasia o hipoplasia del
vermis cerebeloso, agenesia del cuerpo calloso, hipopla- Disco Óptico Oblicuo
sia del tallo hipofisario, atrofia cerebral o cerebelosa,
infartos cerebrales, quistes porencefálicos o hidrocefa- El disco oblicuo, también denominado coloboma de
lia (12). Otras malformaciones sistémicas pueden afectar a Fuchs, es una anomalía no hereditaria y bilateral que
las falanges distales de las manos y los pies, o asociarse afecta al 1-2% de la población (17). En este caso, la papi-
a los síndromes de Apert o alcohólico-fetal. Este último, la presenta una elevación de su porción temporal supe-
ampliamente estudiado por Pinazo-Durán, afecta a los rior y un desplazamiento posterior de la porción nasal
hijos de madres alcohólicas y cursa con retraso mental y inferior, por lo que adquiere un aspecto oval, con el eje
psicomotor, déficits en el crecimiento y en el desarrollo mayor orientado de forma oblicua (fig. 6-7). Esta confi-
ponderal, malformaciones cráneo-faciales e hipoplasia guración papilar se acompaña de situs inversus de los
del nervio óptico (13). La displasia septo-óptica (síndro- vasos retinianos, los cuales salen por el lado nasal del
me de de Morsier) se caracteriza por ausencia del septum disco óptico y luego se incurvan para dirigirse hacia la
pellucidum e hipoplasia de nervios ópticos, quiasma y parte temporal del fondo ocular. Existen asimismo, a
cintillas ópticas (14) (fig. 6-6). Es frecuente asimismo la nivel inferonasal, un cono yuxtapapilar de forma semilu-
agenesia o atrofia del cuerpo calloso (15), y la sintomato- nar, un adelgazamiento del epitelio pigmentario retiniano
logía clínica puede ser neurológica y endocrinológica. y de la coroides, y una ectasia posterior de la retina, que
Las manifestaciones neurológicas más frecuentes son: condiciona un astigmatismo miópico elevado (18).
124 Neuropatías ópticas: diagnóstico y tratamiento

Es importante reconocer esta entidad, dado que el Existen descripciones de esta anomalía papilar aso-
defecto que ocasiona en el campo visual debe diferen- ciada a hemianopsia bitemporal verdadera en pacientes
ciarse del que provoca una lesión quiasmática. Se trata con tumores supraselares congénitos (19). Por ello, a
de una seudohemianopsia bitemporal, que representa todo paciente con discos ópticos oblicuos y defecto
un escotoma refractivo secundario a la alta miopía campimétrico bitemporal, que respete el meridiano
localizada en la retina nasal inferior ectásica. El defec- vertical y no tenga preferencia por la isóptera media,
to campimétrico suele ser incompleto, no respeta el se le debe realizar un estudio neurorradiológico. Por
meridiano vertical y asienta en los cuadrantes superio- otra parte, se han detectado alteraciones de la pigmen-
res. Además, la alteración suele limitarse a la isóptera tación a nivel de la región macular en más del 11% de
intermedia, mientras que la pequeña y la grande son los ojos con disco oblicuo, sin repercusión visual, así
prácticamente normales, dado que la ectasia afecta como algún caso de neovascularización coroidea y de
sobre todo a la periferia media (fig. 6-8). desprendimiento seroso macular causante de pérdida
visual (20), También se ha descrito la asociación de
disco oblicuo con ceguera nocturna estacionaria con-
génita ligada al cromosoma X (19).

DEFECTOS DEL CIERRE DE LA HENDIDURA


EMBRIONARIA

Este conjunto de anomalías comprende el colobo-


ma papilar, la anomalía de morning glory, el estafilo-
ma y la foseta papilares.

Figura 6-7. Discos ópticos oblicuos. Papilas ovaladas, de eje Coloboma Papilar
mayor vertical (A) en un paciente, y de eje mayor horizontal (B) en
otro paciente, con creciente peripapilar semilunar en ambos casos. Es una anomalía congénita producida por el cierre
incompleto o anormal del extremo proximal de la hen-
didura embrionaria, bilateral en un 50% de los casos y
de presentación esporádica o autosómica dominante.
La papila se halla aumentada de tamaño, bien delimi-
tada y su coloración es blanquecina. Existe un descen-

Figura 6-8. Campimetría cinética con el perímetro de Gold-


mann. Seudocuadrantanopsia bitemporal superior (A,B) en un
paciente con discos ópticos oblicuos. Si se repite el examen
añadiendo dioptrías negativas a la corrección miópica del
paciente se obtiene una normalización del campo visual (C,D).
No obstante, el defecto persiste en ocasiones a pesar de la
corrección óptica, ya que en la zona ectásica la sensibilidad Figura 6-9. Coloboma papilar. Papila aumentada de tamaño y
retiniana está disminuida. excavación descentrada en sentido inferior.
Capítulo 6. Anomalías congénitas y del desarrollo del nervio óptico 125

tramiento inferior de la excavación papilar, que refleja


la posición relativa de la hendidura embrionaria con
respecto a la papila epitelial primitiva (fig. 6-9). El
rodete neural está adelgazado o ausente en su sector
inferior (21). En los casos moderados esta anomalía
debe ser diferenciada de la excavación papilar conse-
cutiva al glaucoma (ver capítulo 5).
La agudeza visual, que depende sobre todo de la inte-
gridad del haz papilomacular, suele estar bastante dismi-
nuida y es difícil de predecir en base al aspecto del disco
óptico. Los colobomas papilares suelen coexistir con colo-
bomas a nivel de la coroides y la retina, del cuerpo ciliar,
del cristalino o del iris. En ocasiones la anomalía del desa- Figura 6-10. «Doble papila». En el fondo ocular se observa una
rrollo se traduce en el fondo del ojo por la presencia de un imagen superior correspondiente a una papila de estructura
disco óptico duplicado (22) (fig. 6-10). Además se compli- relativamente conservada y otra inferior, que corresponde a una
can en ocasiones con la aparición de un desprendimiento papila colobomatosa. Los estudios neurorradiológicos demues-
tran en estos casos la existencia de un solo nervio óptico.
de retina seroso macular e inferior (fig. 6-11), en contra-
posición con el desprendimiento regmatógeno que com-
plica a los colobomas coriorretinianos (23). Desde el punto de vista clínico se caracteriza por
Otras posibles malformaciones oculares asociadas a una papila grande rosada o anaranjada, con una exca-
los colobomas del disco óptico son la microftalmía (24) vación central rellena de tejido glial, en cuyos bordes
y la persistencia de los vasos hialoideos. Estos colobo- desaparecen los vasos (fig. 6-12). Existe además un
mas se presentan también acompañados de numerosas anillo peripapilar ancho de alteración pigmentaria azu-
anomalías sistémicas: asociación CHARGE (colobo- lada oscura y puede aparecer pigmento xantófilo en el
mas, atresia coanal, retraso mental, alteraciones cardí- borde papilar (captura macular), así como pliegues
acas, genitales y auditivas) (25), síndrome de Walker- retinianos radiales (28). Nosotros hemos documentado
Warburg, hipoplasia dérmica focal de Goltz, síndrome un caso con la apariencia inicial de disco óptico colo-
del nevus sebáceo lineal, síndrome de Aicardi, síndro- bomatoso, que evolucionó con los años hacia la de una
me de Goldenhar, síndrome de Seckel, síndrome de anomalía de morning glory (29) (fig. 6-13).
Cornelia de Lange, síndrome de Hallerman-Streiff, La agudeza visual suele ser inferior a 0,1, aunque
síndrome de Krause o síndrome papilorrenal. Este últi- puede haber pacientes con mejor agudeza, y con fre-
mo, conocido también como síndrome renal-colobo-
ma, se caracteriza por unos discos ópticos displásicos
con arterias ciliorretinianas múltiples, asociado a hipo-
plasia renal. Es de herencia autosómica dominante y se
consideraba muy infrecuente, probablemente en razón
de estar infradiagnosticado (26,27).

Anomalia de Morning Glory

Es una afección de presentación habitualmente espo-


rádica y unilateral, más frecuente en mujeres y rara en la
raza negra. Existe controversia sobre si su origen
embriológico reside en un defecto atípico del cierre de la Figura 6-11. Coloboma papilar asociado a un coloboma
hendidura embrionaria, en un trastorno primariamente coriorretiniano, también inferior, con un desprendimiento sero-
mesenquimatoso, en una alteración ectodérmica, o bien so de la retina como complicación de la mencionada anomalía
en una disgenesia del pedículo óptico a nivel distal. papilar.
126 Neuropatías ópticas: diagnóstico y tratamiento

Figura 6-12. Anomalía de morning glory. Papila de gran


tamaño, con una elevación irregular de los bordes y una pro-
funda excavación central que contiene tejido fibro-glial. Vasos
abundantes, estrechos y anormalmente rectificados, de trayec-
to radial e incurvación brusca.

cuencia se asocia un astigmatismo miópico. En ocasio- Figura 6-14. RM cerebral, corte sagital T1, que demuestra un
nes se han visualizado movimientos contráctiles en el meningoencefalocele congénito (cabezas de flecha), producido
fondo ocular, neovascularización subretiniana en la zona por una hernia de las meninges con implicación del III ventrí-
anular de alteración pigmentaria y desprendimiento sero- culo, debido a un defecto en el cierre óseo del esfenoides a nivel
so de la retina que rodea al disco (30%), de mayor severi- de la base craneal. (Caso del Dr. W.F. Hoyt. California).
dad y precocidad que el asociado a foseta papilar (30). Esta
última complicación ha sido tratada en algún caso con En ojos afectos de un síndrome de morning glory se
éxito mediante la fenestración de la vaina del nervio ópti- han descrito las siguientes anomalías oculares: microf-
co seguida de la inyección intravítrea de gas (31) (ver capí- talmía, aniridia, síndromes de clivaje de la cámara
tulo 16), y también existen casos descritos de resolución anterior, persistencia de membrana pupilar o de vasos
espontánea. Más raramente puede presentarse un despren- hialoideos, vítreo primario hiperplásico persistente,
dimiento exudativo a nivel de la retina periférica (32). coloboma coriorretiniano, comunicaciones arteriove-
nosas retinianas o hemangioma capilar (33). A su vez, se
han observado en los ojos contralaterales de pacientes
con el mencionado síndrome: microcórnea, síndromes
de clivaje de la cámara anterior, restos de membrana
pupilar o microftalmos.
La malformación neurológica con mayor frecuencia
acompañante es el encefalocele basal en su variante tran-
sesfenoidal (34) (fig. 6-14). Suele aparecer en el contexto
de un complejo malformativo de anomalías mediofacia-
les, como hipertelorismo, puente nasal deprimido o pala-
dar hendido y la herniación de las estructuras hipotalámi-
cas puede dar lugar a panhipopituitarismo. Además, la
sintomatología de estos pacientes comprende rinorrea,
obstrucción nasal, respiración bucal y/o masa nasal poste-
Figura 6-13. Malformaciones papilares colobomatosas: evolu-
ción. Coloboma papilar con excavación profunda central (A),
rior pulsátil, y la lesión ofrece al examen rinoscópico un
que al cabo de los años experimentó un cierre progresivo, con aspecto similar a un pólipo nasal, con el consiguiente ries-
elevación y pigmentación de los márgenes, e incurvación de los go que comportaría su manipulación quirúrgica. Por todo
vasos retinianos (B). ello, es obligatoria la práctica de estudios de neuroima-
Capítulo 6. Anomalías congénitas y del desarrollo del nervio óptico 127

Figura 6-15. Estafiloma peripapilar. Papila normal en el Figura 6-16. Diagramas del diagnóstico diferencial entre el
fondo de una profunda excavación, cuyas paredes y márgenes coloboma papilar (A), la anomalía de morning glory (B) y el
muestran alteraciones pigmentarias, no siempre presentes. estafiloma peripapilar (C).

gen a todos los pacientes afectos de una anomalía de localizada en la papila (fig. 6-17). Por lo general asienta
morning glory, con el fin de descartar defectos del SNC en el sector temporal de la misma, y en este caso se
asociados (35). Para terminar, esta anomalía se puede acompaña frecuentemente de alteraciones del epitelio
observar también en casos de trisomía 4 q o de NF-2 (36). pìgmentario peripapilar adyacente (39), aunque puede
hacerlo en cualquier otro sector. Presenta arterias cilio-
rretinianas asociadas en un 64% de los casos, casi siem-
Estafiloma Peripapilar pre en número de dos e independientes entre sí (40). Cuan-
do la foseta es unilateral, la papila afecta es de tamaño
Se trata de una anomalía escleral primaria, por lo mayor que la del ojo contralateral. Por otra parte, esta
común unilateral, consecutiva a una diferenciación anomalía debe ser diferenciada de las depresiones adqui-
incompleta de la esclerótica durante el 5.º mes de la ridas del disco óptico, que se han documentado en casos
gestación y cuyo mecanismo reside en una disminu- de glaucoma de baja tensión (41) (ver capítulo 5).
ción del soporte escleral peripapilar. La papila es nor- La agudeza visual está conservada, excepto cuando
mal o presenta una discreta palidez temporal y se halla se produce un desprendimiento seroso macular (42)
ubicada en el fondo de una profunda excavación (37) (fig. 6-18), cosa que sucede en el 45% de los casos y se
(fig. 6-15). El estafiloma puede tener capacidad con- suele manifestar clínicamente en la 3.ª o 4.ª décadas de
tráctil por la presencia de fibras musculares, al igual la vida. Esta complicación se refleja en la campimetría
que sucede con los colobomas papilares y el síndrome
de morning glory, por lo que es importante saber dife-
renciar estas tres entidades (fig. 6-16). La agudeza
visual está habitualmente muy reducida, con presencia
de un escotoma centrocecal, aunque se han descrito
casos con agudeza normal. Esta anomalía no se suele
acompañar de malformaciones a otros niveles.

Foseta Óptica

Es una alteración unilateral en el 85% de los casos,


casi siempre esporádica, aunque en ocasiones de heren-
cia autosómica dominante (38), consistente en una depre- Figura 6-17. Foseta óptica. Depresión grisácea oval, localiza-
sión oval o redonda de color gris, blanco o amarillento da en el sector temporal del disco óptico.
128 Neuropatías ópticas: diagnóstico y tratamiento

de cierre de la hendidura embrionaria. No obstante, se


cree que son entidades diferentes de los colobomas, en
razón de las características diferenciales que se enu-
meran en la tabla 6-1 (19).

OTRAS ANOMALÍAS DEL NERVIO ÓPTICO

En este apartado se estudiarán dos afecciones con-


génitas que implican al disco óptico, a saber la presen-
cia de fibras de mielina y el seudopapiledema.

Figura 6-18. Foseta óptica. Desprendimiento seroso macular,


una complicación que se detecta en un 45% de los ojos con la Presencia de Fibras de Mielina
mencionada anomalía.
La mielinización de las vías ópticas se inicia a nivel
como un escotoma paracentral conectado a una man- del cuerpo geniculado lateral durante el 5.º mes de la
cha ciega aumentada de tamaño, y la AGF permite gestación y finaliza en la lámina cribosa al 9.º mes o
diferenciarla de la coroidopatía serosa central (ver poco después del nacimiento. Los oligodendrocitos
capítulo 4). Algunos autores han atribuido a la tracción son las células responsables de la mielinización del
vítrea sobre el borde de la foseta el inicio tardío del SNC y están por lo general ausentes en la retina huma-
desprendimiento macular, cuyo riesgo aumenta con el na, lo que motiva también una ausencia de fibras ner-
mayor tamaño y con la localización temporal de la viosas mielinizadas en el fondo ocular. La presencia
foseta. En un 25% de los casos se produce una resolu- anómala de las mismas es un fenómeno bilateral en el
ción espontánea del mismo, pero cuando éste persiste 17-20% de los casos y su apariencia es la de placas
el pronóstico visual es desfavorable, por lo que se hace blancas e irregulares (fig. 6-19). Casi siempre parten
entonces necesario realizar un tratamiento inmediato. de la papila, sobre todo a nivel de los polos superior e
A este respecto, la vitrectomía utilizando un gas como inferior, aunque un 19% de las veces se hallan a dis-
taponador asociada a fotocoagulación conlleva buenos tancia de la misma.
resultados a largo plazo, mientras que la fotocoagula- La patogenia de esta anomalía es incierta y se ha
ción aislada carece de eficacia. El origen del líquido especulado, en base a un modelo animal, sobre posi-
subretiniano es controvertido y, según los diferentes bles defectos en la lámina cribosa, que permitirían la
autores, podría proceder de la cavidad vítrea, de los entrada de oligodendrocitos en la retina. Es sabido que
vasos sanguíneos de la base de la foseta (43) o incluso los animales carentes de lámina cribosa tienen una
del espacio subaracnoideo perióptico (44). gran cantidad de fibras nerviosas mielinizadas en la
Las fosetas ópticas están consideradas dentro del retina, mientras que las especies en las que dicha lámi-
espectro de las malformaciones papilares por defecto na está bien desarrollada no presentan mielinización de

Tabla 6-1. Características clínicas diferenciales entre la foseta óptica y el coloboma de papila

Foseta óptica Coloboma papilar

Unilateral Unilateral o bilateral


Casi siempre esporádica Esporádico o autosómico dominante
Localización más frecuente temporal Localización más frecuente inferior
No coexiste con colobomas iridianos o Coexiste frecuentemente con colobomas iridianos y coriorretinianos
coriorretinianos
No se asocia con anomalías sistémicas Se asocia a múltiples anomalías sistémicas
Capítulo 6. Anomalías congénitas y del desarrollo del nervio óptico 129

las mismas (45). La presencia de fibras de mielina uni-


laterales se ha asociado con miopía, ambliopía y estra-
bismo, una asociación cuyo origen se atribuye a una
falta de equilibrio entre el proceso de mielinización y
la formación de la lámina cribosa. La mayor longitud
axial que posee el ojo miope favorece que se produzca
el mencionado desequilibrio entre ambos procesos (46).
En razón de ello, siempre que se detecte este tipo de
fibras en el examen oftalmoscópico es preciso realizar
una refracción bajo cicloplejia.
Por otro lado, se ha descrito una vitreorretinopatía
de herencia autosómica dominante, que se acompaña
de fibras de mielina extensas y bilaterales, miopía alta Figura 6-19. Fibras de mielina. Placas irregulares blancas, de
y malformaciones esqueléticas (47). También se ha aso- aspecto plumoso que parten de la papila y ocultan los vasos
ciado esta anomalía con el síndrome de Gorlin, enfer- retinianos.
medad autosómica dominante que cursa con tumores
cutáneos múltiples, los cuales se desarrollan entre la 2.ª debidas a restos de la papila de Bergmeister o de la
y 3.ª décadas de la vida. Otras características de esta arteria hialoidea. Es muy importante reconocer todas
enfermedad son: quistes mandibulares, retraso mental estas entidades, a fin de no confundirlas con el papi-
moderado, malformaciones costales y una facies típi- ledema, un diagnóstico diferencial que reviste espe-
ca (48). Es preciso remarcar que la presencia de fibras cial dificultad en el caso del seudopapiledema secun-
de mielina suele ser una entidad clínica benigna y esta- dario a drusas enterradas. No obstante, existen
cionaria, pero a veces es progresiva y se asocia con algunos signos clínicos que permiten establecer una
anomalías vasculares. Por ello, se ha llegado a pensar distinción entre ambas situaciones (fig. 6-20) (tabla 6-
que pueda tratarse en realidad de un coristoma integra- 2) (ver capítulo 8).
do por oligodendrocitos (49). Las drusas o cuerpos hialinos papilares constituyen
Las fibras de mielina pueden ser de forma excep- una anomalía bilateral en 2/3 de los casos, tienen una
cional adquiridas durante la infancia, o incluso en la incidencia del 0,34-3,7% en la población y se heredan
adolescencia, si bien en estos casos suele existir un de forma autosómica dominante irregular (51). Consis-
antecedente de traumatismo ocular (19). Finalmente, se
ha descrito la desaparición de fibras mielinizadas en
pacientes en los que ha sobrevenido una atrofia óptica
secundaria a tumor hipofisario, glaucoma, NOIA u
oclusión de la ACR o de rama (50).

Seudopapiledema y Drusas de la Papila

El término seudopapiledema se utiliza para desig-


nar a la elevación del disco óptico, con o sin borra-
miento de los márgenes, cuya naturaleza es constitu-
cional, es decir, no secundaria a un edema pasivo del
mismo. La principal causa de seudopapiledema es la
presencia de drusas en el espesor de la papila, aunque Figura 6-20. Seudopapiledema por drusas (A): papila elevada,
borrosa, con bordes irregulares y de coloración grisácea o
existen otras posibles causas. Éstas comprenden las blancoamarillenta, a consecuencia de la presencia de cuerpos
fibras de mielina, la elevación papilar nasal en la mio- hialinos enterrados. Las fibras nerviosas conservan su estria-
pía o el disco pequeño y repleto en la hipermetropía ción fina, mientras que en casos de papiledema (B) presentan
(ver capítulo 2), y las membranas gliales epipapilares un aspecto deslustrado.
130 Neuropatías ópticas: diagnóstico y tratamiento

Tabla 6-2. Características oftalmoscópicas diferenciales entre el papiledema y el seudopapiledema.

Papiledema por hipertensión intracraneal Seudopapiledema por drusas enterradas

Desaparición de la excavación papilar sólo en Ausencia de excavación central


casos avanzados
Borrosidad de las fibras nerviosas peripapilares Las fibras nerviosas peripapilares se ven nítidas
La elevación se extiende a la retina peripapilar La elevación afecta sólo a la papila
No reflejo luminoso alrededor de la papila Retroiluminación peripapilar de las drusas
Ramificaciones vasculares papilares de Patrones anómalos de ramificación vascular
configuración normal
Ingurgitación venosa No ingurgitación venosa
Pulso venoso espontáneo casi siempre ausente Pulso venoso espontáneo presente o ausente
La vascularización se oculta en los bordes de la papila La vascularización es visible en los bordes de la papila
+/– exudados o microinfartos No exudados ni microinfartos

ten en acumulaciones laminadas acelulares ricas en imágenes nodulares amarillas (fig. 6-21), a la vez que
mucopolisacáridos y con frecuencia parcialmente cal- el disco se vuelve menos elevado y más pálido. Estas
cificadas, localizadas por delante de la lámina cribosa papilas que contienen drusas son pequeñas, sin exca-
y más concentradas en la porción nasal de la papila. vación fisiológica central, y los vasos se bifurcan pre-
Fueron descritas histológicamente por Müller en 1858 cozmente en numerosas ramas de trayecto sinuoso. Se
y clínicamente por Liebrich en 1868. Su evolución han encontrado arterias ciliorretinianas en un 24-43%
constituye un proceso dinámico a lo largo de la vida, de los casos (52) y se pueden observar asimismo asocia-
de modo que inicialmente están enterradas, para emer- das hemorragias en astilla sobre la superficie del disco,
ger de forma insidiosa al comienzo de la 2.ª década y o más frecuentemente, hemorragias profundas peripa-
hacerse aparentes. De hecho, no se han descrito drusas pilares dispuestas de forma concéntrica (fig. 6-22).
en la superficie papilar de niños menores de 10 Cuando son superficiales, las drusas son fáciles de
años (51). El disco óptico presenta un aspecto elevado y evidenciar mediante el examen del fondo del ojo con el
borrado blanco-gris cuando contiene drusas enterradas oftalmoscopio. Pero cuando se hallan enterradas, su
(fig. 6-20A) y, a medida que éstas crecen hacia la identificación resulta más difícil y puede requerir la
superficie, se hacen progresivamente visibles como ayuda de las pruebas complementarias (ver capítulo 4).

Figura 6-21. Seudopapiledema por drusas. Papila elevada y Figura 6-22. Drusas intrapapilares con hemorragia. Ésta última
borrosa con masas globulares de color amarillento y resplan- es característicamente de situación profunda y de disposición
decientes en los bordes, que corresponden a cuerpos hialinos concéntrica respecto a la papila, en contraste con las hemorra-
superficiales. gias superficiales en astilla que suelen acompañar al papiledema.
Capítulo 6. Anomalías congénitas y del desarrollo del nervio óptico 131

Entre éstas, la ecografía ocular es la técnica más sensible


para el diagnóstico de las drusas, en comparación con la
TC de las órbitas y con la fotografía previa a la inyección
del contraste para valorar la autofluorescencia (53).
Los cuerpos hialinos papilares no son una entidad
inocua, ya que pueden provocar síntomas visuales con-
sistentes en (54):
• Oscurecimientos visuales recidivantes de algunos
segundos de duración.
• Episodios únicos de pérdida visual, de varias
horas de duración.
• Pérdidas permanentes de la visión en forma de
defectos campimétricos arciformes, agrandamiento de Figura 6-23. Drusas enterradas en la papila. La región papi-
la mancha ciega o contracción periférica. lomacular adyacente a los cuerpos hialinos intrapapilares apa-
La causa de estas últimas alteraciones suele residir rece ocupada por un tejido que corresponde a una membrana
en una alteración del flujo axoplásmico, en una com- neovascular coroidea. (Caso de la Dra. C. Jurjo. Lleida).
presión de las fibras nerviosas por las drusas o en una
isquemia de la cabeza del nervio óptico. No obstante, constituir la primera manifestación de la afección (61).
se pueden deber también a otras complicaciones, como • Síndrome de Alagille: asocia colestasis hepática, dis-
las hemorragias vítreas y las membranas neovasculares morfia facial, cardiopatía congénita y anomalías vertebra-
subretinianas yuxtapapilares (52,55) (fig. 6-23). Es infre- les renales y oculares, entre ellas las drusas papilares (62).
cuente la pérdida de la visión central debida a drusas
intrapapilares y se puede deber a una NOIA, a una
oclusión de la ACR o a una pérdida axonal progresiva. BIBLIOGRAFÍA
Existen tres teorías para explicar la patogenia de las
drusas del disco óptico. Así, Seitz postuló que su for- 1. Pisaturo C, Dolci A, Pessagno A et al. Aplasia and hypo-
plasia of the optic nerve. Comparison of 2 cases. Minerva
mación es debida a una desintegración de los axones,
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de causa degenerativa (56). Por su parte, Sacks implicó 2. Boor R, Rochels R, Walther B et al. Aplasia of the retinal
a la trasudación de material a partir de vasos con ano- vessels combined with optic nerve hypoplasia, neonatal
malías congénitas (57). A su vez, Spencer las atribuyó al epileptic seizures, and lactic acidosis due to mitochondrial
acúmulo de los axones con la consiguiente alteración complex I deficiency. Eur J Pediatr 1992; 151: 519-21.
del transporte axoplásmico (58). Estas teorías no son 3. Blanco R, Salvador F, Galán A et al. Aplasia of the optic
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contrapuestas y, en cualquier caso, pueden tener como
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sustrato la existencia de un canal escleral pequeño (58). 4. Brodsky MC. Optic nerve hypoplasia with posterior pitui-
La consecuencia final sería una calcificación de las tary ectopia: male predominance and nonassociation with
mitocondrias intracelulares, una rotura axonal y una breech delivery. Am J Ophthalmol 1999; 127: 238-9.
extrusión de las mitocondrias al espacio extracelular, 5. Saadati HG, Hsu HY, Heller KB et al. A histopathologic
que se traducirían por la aparición de drusas en el disco and morphometric differentiation of nerves in optic nerve
hypoplasia and Leber hereditary optic neuropathy. Arch
óptico y la pérdida de fibras nerviosas (52,54).
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Las drusas papilares se asocian con cierta frecuen- 6. Hellstrom A, Wiklund LM, Svensson E. The clinical and
cia a algunas enfermedades genéticamente heredadas, morphologic spectrum of optic nerve hypoplasia. J AAPOS
tales como: 1999; 3: 212-20.
• Retinosis pigmentaria: el 10% de los pacientes 7. Hellstrom A, Wiklund LM, Svensson E et al. Optic nerve
afectos presentan drusas (60), de localización papilar o, hypoplasia with isolated tortuosity of the retinal veins: a mar-
ker of endocrinopathy. Arch Ophthalmol 1999; 117: 880-4.
con mayor frecuencia, yuxtapapilar sin causar eleva-
8. Jacobson L, Hellstrom A, Flodmark O. Large cups in nor-
ción del disco óptico. mal-sized optic discs: a variant of optic nerve hypoplasia
• Seudoxantoma elástico: las drusas son 20-50 veces in children with periventricular leukomalacia. Arch Opht-
más frecuentes que en la población general y pueden halmol 1998; 116: 831-2.
132 Neuropatías ópticas: diagnóstico y tratamiento

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