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los últimos lustros han aparecido varias obras, muy apreciables, que se
suman a la ya abundante bibliografía procesal —civil y penal, prin-
cipalmente, y luego constitucional, administrativa, laboral, fiscal, agra-
ria, mercantil,—. De aquéllas son autores los catedráticos de nuestra
Facultad de Derecho, Cipriano Gómez Lara, Carlos Cortés Figueroa.
Carlos Arellano García, Luis Dorantes Tamayo y —el de más reciente
fecha— José Ovalle Favela.
* * *
* * *
* * *
PRÓLOGO
XLVII
suelve que "su servicio (de los tribunales) será gratuito, quedando,
en consecuencia, prohibidas las costas judiciales".
* * *
'7 Cfr. Bender, Rolf, Presidente del Landgericht de Stuttgart, uno de los artífices
de.este nuevo desarrollo en la aplicación de la misma ZPO, p. ej., «Die -Hauptver-
handlung" in Zivilsachen» en Deutsche Richter-Zeitung, 1968, Pp. 163 y se.
Cfr. sobre el «Modelo de Stuttuart», el lugar que ocupa en el «Proyecto de
Florencia», en Access to lustice (Cappelletti y otros), t. II, Milán-Alphen van
den Rijn (1979). Bender y Strecker, Access to justice in the Federal Repuhlic ni
Germany, esp. pp. 551 y ss.
9 Cfr. Baur, op. cit., esp. p. 19. Y además, su idea comparativa, en pp. 13 y se.
19 Cfr. p. ej., Ekelóf, pp. cit., pp. 48 y ss.
11 Cfr. p. ej., Simson, Das urrd Strafprozessgesetz, cit., «Einleitung» pp.
15 .y se.; Bader Ginsburg-Bruzelius, Civil procedure in Sweden, La Haya, Martinus
Nijhoff, 1965, p. 34, notas núms. 135 y 136.
• 12 Huelga decir que consideramos el estudio de la historia del derecho como
fundamental para cualquier profesión jurídica. Y para el legislador o coadyuvante,
aún. más. Vaya esta afirmación por delante y dirigida a quienes la desprecian por
desonocerla (y no querer reconocerlo en su soberbia) y así, en más de una oca-
sión.., descubren el Mediterráneo, lo cual no carece de mérito. Cfr. mi nota 37•infra.
4 VÍCTOR FAIRÉN GUILLÉN
trina general junto con otros esforzados juristas. Si bien, por sus
respectivos currículo parece que no dedicaron a tal menester toda su
fuerza intelectiva creadora, ni mucho menos. Y, en efecto, analizando
sus respectivas obras, pueden verse los escolios con que tropezaron.
Quizás no observaron con el debido detenimiento el panorama de la
práctica, de la ley —y hago excepción para Grispigni, muy preocu-
pado con el Código de Suecia—.
Con cuidado por este aspecto de la construcción, he vuelto a estu-
diar el Ráttegá ngsbalk. Y llama la atención el hecho de que —salvo
excepciones, naturalmente— sus normas están redactadas con espíritu
de generalidad y no de detallismo. Ha operado en su elaboración el
ingenio jurídico escandinavo, de dejar a la costumbre, a los usos fo-
renses, a los jueces en fin, una gran labor integradora de las normas:
el precedente jurisprudencia!, allí de gran valor, es un arma de cuya
potencia, ellos y los anglosajones saben más que los continentales
europeos, a fin de completar los campos de la práctica forense ade-
cuadamente. Y así, si juzgamos a los jueces por "sus" leyes —lo que
yo no hago, naturalmente— se verá la diferencia que hay entre un
juez español aplicando la LEC, casuística casi totalmente, y otro de
Suecia, aplicando, por ejemplo, las pocas y bien medidas normas uni-
tarias sobre la prueba de su RB.1"4 Sus respectivas tareas, iguales
en su finalidad, difieren enormemente en la técnica.
Esa altura, esa abstracción —y no es paradoja— de las normas del
RB, no les da el aspecto de hacerlas difíciles de aplicar prácticamente.
Y recordemos que el sistema jurídico de Suecia, no se halla alejado,
ni mucho menos, del common
Y anotemos nuestra impresión —aquí, con destino a los noveles
que puedan emprender el participar en la obra de elaborar una "Ley
procesal general"^'" de que, naturalmente, los juristas suecos que
elaboraron el Código cuasi-unitario de 1942, hallaron facilidades en
me tocaba investigar más que lo que para acceder a ella había podido
trabajar. El número de trabajos monográficos por mi publicados,
en el iter hacia este malhadado libro, es muy grande: algunos de ellos
fueron recopilados en colecciones; 23 alterné en la elaboración de mo-
nografías intencionalmente dirigidas al estudio de la generalidad del
proceso (v. gr., los principios del procedimiento, los medios de impug-
nación, los diversos tipos de proceso, los conceptos fundamentales-base
de acción, jurisdicción, proceso; etcétera), con otros trabajos que po-
drían llamarse "de actualidad", dedicados a fenómenos, figuras, insti-
tuciones actuales de interés (verbigracia, el desistimiento civil, la
transformación de la demanda, la casación civil, el procesamiento, etcé-
tera), sin abandonar la historia del derecho (la litis con testatio, los.
juicios plenarios rápidos, los medios de lucha contra la tortura, etcéte-
ra), ni el derecho consuetudinario (el Tribunal de las Aguas de Va-
lencia).24 No pienso transformar estas líneas en un prosaico curriculum
vitae (expresión que, de ser rara, ha pasado a ser un modismo: con
presuntuosos contenidos que, en ocasiones, son más enjutos que ella
misma). Si, recordar la máxima enunciada varias veces por nuestra
don Quijote de la Mancha: "Cada uno es hijo de sus hechos"." Así,.
en las aulas, en las librerías, en los archivos, en las bibliotecas,, están
mis hechos.
Este libro, aparece tardíamente, si intentare dedicarlo tan sólo a los
alumnos de derecho procesal; que ya me quedan pocos en relación
con aquellos grandes grupos que estudiaban sobre mis explicaciones
de cátedra. Vocación universitaria probada, experiencia —compren-
diendo también el ejercicio de la profesión durante años, naturalmen-
te— mi trabajo que se muestra en más de 250 publicaciones: ilusiones.
de poner mi corto saber al servicio del común en tareas pre-legislati-
vas... Todo lo arrastró la fecha fatal de mis 65 años. Jubilación
abrupta y forzosa a tal edad, impuesta por moderna e incorrecta ley
—la incorrección se está viendo en su práctica, coram poputo—, sin de-
rechos adquiridos, al parecer, según sorprendente interpretación del
Tribunal Constitucional que respetuosamente acato, y critico. El ferió-
23 Estudios de derecho procesal. Madrid. Ed. Rey. Der. Priv., 1955 (agotado):
Temas del ordenamiento procesal, ed. Tecnos. Madrid, 1969 y 1981. 3 vols.; Estu-
dios de derecho procesal civil, penal y constitucional, Madrid, EDERSA, 1983 y
1984.
24 Cfr. El Tribunal de las Aguas de Valencia y su proceso (oralidad, concen-
tración, rapidez, economía), r ed., 1988.
23 thiliCé esta famosa frase como lema de mi obra El Defensor del Pueblo
(Ombudsman), Madrid, Centro Est. Constit. 1983 y 1986 (11 t, fallido por causas
ajenas a mi voluntad). Y excúsese mi aparente falta de modestia.
TEORÍA GENERAL DEL DERECHO PROCESAL 9
del Ministerio; y está publicada en la colección de trabajos del mismo. Pero el nombre
ya aparecía en obras mundialmente conocidas, como las Cartas de una persona tan
culta 'como buena prosista, Fanny Inglish, marquesa de. Calderón de la Barca.
" Cfr.. mi trabajo «Para, una reforma de las' leyes. de tribunales' y procesales
(¿Ley procesal general o statu quo formal legislativa?)», en' Boletín del I Cotegio
de Abogados de Madrid. núm. de julio-agosto de 1988.
25 En 1968, el entonces ministro de Justicia, Oriol. y Tirguijo, se hizo eco de mis
-
ideas unicistas• del tratamiento del proceso, en su «Discurso Inaugural de los Tri-
bunales» de 1968, EL Plan de Reforma de la Justicia y su estado actual (pub, Ma-
drid, 1968), pp. 41 y as. Pero se unía a la tendencia a concentrar das borrna.s
procesales repetidas. en nuestras leyes», en la Ley Orgánica de la Justicia, y no a
la mía, de elaborar una «Ley Procesal General». Estas ideas de Oriol y Urquijo
de quien lo asesorase— fueron las que, al parecer, predominaron en la elabo-
ración dé la Ley Orgánica del Poder Judicial de. 1985.- - .
Cfr, sobre otros :autores, españoles que propusieron soluciones análogas, mí
¡o forme sobre el anteproyecto... de 1969, pp. 58 y ss., y «Para una, reforma,,
op. cit., pp. 26 y as..
37. Por si no, tuvieren bastante con mis obras citadas, doy aquí otra -excelente
pista, que se deduciria al verme utilizar la expresión- «reunificación» procesal.
. Históricamente, no será la actual y ya citada en resumen aprovechada—,
la primera. Sin pretender señalar aquí otras muy. notables y efectivas (y esa 'efec-
tividad se ignora por no pocos), no olvido una ocasión que me ha ocupado:y ocupa
mucho: la desarrollada a partir de la Alta Edad Media, sobre todo, en la -cuenca
del Mediterráneo, con la aparición (¿o reaparición?) de los llamados «juicios
sumarios» o «planarios» o <plenarios rápidos», con un sistema procedimental -cate
Opere; con gran fuerza, tanto en la parcela- del proceso civil,, como ea la del 1Yena1
(,y en la del mercantil, naturalmente). Cfr. sobre éste, tema.. mi libro. El juicio-ordi-
nario- y loa. plenariná rápidos, Barcelona,. Bosch, 1953,:passitil; mi trabajo- «El Con-
TEORÍA GENERAL DEL DERECHO PROCESAL 15
* * *
A) El arbitraje 18
B) El proceso 19
1. Sujetos 20
2. Objeto 20
3. El conflicto 21
A) La pretensión 21
B) La resistencia . .. 21
A) Por su función 43
1. El proceso declarativo 43
2. El proceso ejecutivo 43
3. El proceso cautelar . 44
B) Por su estructura 45
1. La autodefensa (o autotutela)
2. La autocomposición
3. La heterocomposición
A) El arbitraje
13) El proceso
1. Sujetos
2. Objeto
3. El conflicto
en que el Juez se halla con respecto a las partes, por sus "potestades"
(derivadas de la soberanía estatal) de "juzgar y hacer ejecutar lo
juzgado" (art. 117-3 de la Constitución española de 1978).
J
A j D A41-1•D A D
A) Por su función
1. El proceso declarativo
2. El proceso ejecutivo
3. El proceso cautelar
B) Por su estructura
BIBLIOGRAF1A
Teoría general del proceso, 1936; Derecho procesal civil, 1936; Pro-
blemas políticos y jurídicos del proceso penal, 1935; FAIRÉN-GUILLÉN,
"El proceso como función de satisfacción jurídica", en Temas del Or-
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des deutschen Civilprocessrechts (1885; hay trad. española de BANZ-
HAF, 1977).
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1982; ALCALÁ-ZAMORA CASTILLO Y LEVENE (hijo), Derecho procesal
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Fenech), 1943; FENECH, Derecho procesal penal, 1975; LORCA NAVA-
RRETE, Derecho procesal penal, 1986; GÓMEZ CoLomER, El proceso
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ciones de derecho penal y procesal, 1977; LEONE, Lineamenti di Diritto
Processuale Penale, 4a. ed., Nápoles, 1958: MANziNT, Trattato di
Diritto Penale Italiano, 1964, AGUILERA DE PAZ, Comentarios a la Ley
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la Ley de enjuiciamiento criminal, 1947, 1952; HAmPT0N, Criminal
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ed., 1970; PETERS, Der neue Strafprozess. Darstellung und Wiirdi-
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KNECHT, Strafprozessordnung, Gerichtsvervassungsgesetz, N ebengeset-
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Strafprozessordnung und das Gerichtsverfassungsgesetz mit Neben-
gesetze. Grosskommentar, 23a. ed., 1976-1979, con la colaboración de
DüNNIER, GOLLWITZER, MEYER-GOSSNER, SCH;siFER y WENDISH.;
ROXIN, Strafprozessrecht, 9a. ed., 1982; EBERHARDT SCHMIT, Leh-
kontmentar zur strafprozessordnung und zara Gerichtsverfassungsge-
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Cfr., también especialmente, CARNELurn, Lezioni sal processo pe-
nale. Roma, 1948; VÉLEZ MARICONDE, "El proceso penal inquisitivo",
en Scritti giuridici in memoria di Piero Calatnandrei, II, 1958.
Sobre el proceso como satisfacción jurídica, cfr. DANTE BARRIOS DE
ANGELIS, "La teoría general del proceso: enseñanza de la misma", en
RDPr-lber, 1968; FAIPÉN-GUILLÉN. "Ideas sobre una parte general
del derecho procesal", 1968, en Temas del ordenamiento procesal,
GuAsP. La pretensión procesal, Madrid, 1981; "Límites temporales de
la cosa juzgada", en ADC, 1948; GIULIANI, "L'Ordo Iudiciarius me-
dioevale (Riflessioni su un modello puro di ordine isonomico)", Riv.-
Dir.Proc., 1988 (3); WRÓBLEWSKI, "Elementi di un modello proces-
suale di aplicazione giudiziaIe del diritto", Riv. Trim. Dir. Pr.
TEORÍA GENERAL DEL DERECHO PROCESAL 51
1. El elemento gramatical 62
2. El elemento histórico 62
3. El elemento sistemático 63
4. El elemento teleológico 64
1. La Ley 67
2. La costumbre 68
3. Los principios generales del Derecho 69
4. La jurisprudencia y sus problemas 70
Bibliografía 73
TEMA II
Mas hay normas procesales que, como excepción, y con fines gené-
ricos de favorecer, bien la comodidad de las partes, bien la modifica-
ción del proceso, admiten, si no su derogación por voluntad de éstas,
sí el que se "adhieran" a las mismas con gran elasticidad. Tales son
p. ej., las normas sobre distribución de la competencia territorial en
lo civil; al Estado, le es lo mismo que las partes litiguen en un punto
que en otro de la geografía española, con tal de que lo hagan ante
un juez "funcional y objetivamente competente"; por lo tanto, la LEC,
admite que las partes "puedan someterse" al juez que más les con-
venga, dentro de aquéllos límites (artículo 56 y ss. LEC); de manera
análoga, en el juicio de mayor cuantía —civil, a partir de 100.000,000
de ptas.— puede haber cuatro escritos de alegaciones: demanda, con-
testación, réplica y dúplica (artículos 540 y ss. LEC); pues bien, el ar-
tículo 547 admite que el demandante renuncia a la réplica, en cuyo caso
se tiene al demandado por renunciado a la dúplica. Se trata de una
renuncia a una garantía, que la ley deja a merced de la parte actora.
En lo penal, aparece, en la Ley de 28-12-88, el principio del pica
bargaining (negociación) sobre la entidad de la pena.
1. El elemento gramatical
2. El elemento histórico
3. El elemento sistemático
4. El elemento teleológico
1. La Ley
2. La costumbre
BIBLIOGRAFÍA
2a, ed, de la obra de BECCARIA. Dei delitti e delle pene. Firenza, ed.
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Poder Judicial, Madrid, 1986; VIVES ANTÓN, "Doctrina constitucional
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juicio penal truncado del derecho hispano-cubano", en Ensayos de
Derecho procesal civil, penal y constitucional, Buenos Aires, 1944;
FAIRÉN-GUILLEN, "La disponibilidad del derecho a la defensa en el
sistema acusatorio español", en Temas, II (1969).
TEMA iii. ACCIÓN Y PRETENSIÓN . . 77
1. La acción 77
2. Doctrinas monistas • .. . 78
3. Doctrinas dualistas 79
4. Relatividad del concepto de acción: sus relaciones
con lo político 79
5. La acción como derecho cívico de petición 81
6. La pretensión: derecho y acto 85
7. La "acción" y la "pretensión" penales 87
8. Clases de pretensiones 89
a) Pretensiones de cognición 89
b) Pretensiones declarativas de condena 90
c) Pretensiones ejecutivas 91
d) Pretensiones constitutivas 91
e) Pretensiones "en defensa de intereses difusos" 92
Bibliografía 97
TEMA III
ACCIÓN Y PRETENSIÓN
1. La acción
2. Doctrinas monistas
3. Doctrinas dualistas
del Ministerio Fiscal"; y con ello "no se puede dudar de que contri-
buyen en algún modo" a "la acción para la aplicación de las penas".
8. Clases de pretensiones
a) Pretensiones de cognición
plo, la contaminación de las aguas por una sola persona —física o jurí-
dica,— puede hacerlas inutilizabIes para una colectividad de límites
enorm,es, insospechados; una falsa información divulgada por un solo
medio de información, sobre la situación de una gran sociedad mer-
cantil (una "difamación extrajudicial") puede perjudicar a un gran
número de accionistas de la misma; si el fenómeno se propaga, incluso
puede provocar un "pánico en Bolsa" que arruine a millones de per-
sonas...]. De aquí, de esta masificación, el que aparezca este tipo
de pretensiones (que no tienen por qué ser forzosamente constitutivas;
puede ser declarativas de condena). Se hace preciso crear, para esa
"masa de intereses difusos" una legitimación especial, a fin de que
puedan actuar en juicio (los "demandantes ideológicos" o "defensores
privados del interés público"), que estarán en juicio incluso en favor
de partes ausentes y "actualmente desconocidas"; las sentencias que
admitan tales pretensiones, pueden dar lugar a indemnizaciones en
favor de personas que incluso ignoran la existencia de aquel proceso,
y que 'puedan ser hasta millones.., problemas difíciles de resolver
acudiendo a la tradicional "cosa juzgada", y mejor, a "los efectos
constitutivos" en favor de una pluralidad de personas que se hallen
en la misma situación jurídica. Esta creación, ha sido más jurispru-
clencial que "legal" (Cappelletti, Taruffo, Denti, Smit, Saur, etcétera).
2) Otra clasificación de las pretensiones de alta importancia, lo es,
en penales y no penales.
Recordemos que. en tanto que el "proceso no penal" es un instru-
mento de utilización no necesaria para obtener satisfacciones jurídicas,
la "pena" solamente se puede imponer previo proceso; la potestad de
penar, la monopoliza el Estado.
De ahí, que la pretensión penal en sí, tenga, a) caracteres declara-
tivos de condena, y b) constitutivos„ erga alunes; no se ha infligido
una pena a "X" tan sólo con respecto a un querellante particular,
sino con respecto a toda la comunidad social. Ese "status" de con-
denado, es general. Y Jo mismo, el del "absuelto" de la comisión de
un delito (argumentado en artículo 638 LECRIM), por el tribunal
competente (siempre, el principio del "juez legal").
3) Una tarcera clasificación (un tanto olvidada o erróneamente
interpretada, por error en la interpretación de su elemento histórico)
lo es, en "pretensiones sumarias y plenarias".
Son pretensiones plenarias, aquellas que envuelven la totalidad del
conflicto hecho crisis (aun en las partes en que su solución sea dificil
y por lo tanto, laboriosas y aún largas, y no haya hecho "crisis" en
94 VÍCTOR FAIRÉN GUILLÉN
BIBLIOGRAFÍA
1. El principio 118
2. Excepciones al mismo 120
VI.. LÍMITES DE LA JURISDICCIÓN 122
1. La conexión 130
2. Sistemas para resolver las cuestiones prejudiciales 131
Bibliografía 137
TEMA IV
LA JURISDICCIÓN
I. CONCEPTO DE JURISDICCIÓN
1. Acepciones de la expresión
2. Naturaleza de la jurisdicción
1. Jurisdicción y Legislación
2. Jurisdicción y administración
1. La inamovilidad judicial
2. Prohibiciones e incompatibilidades
2, Derechos
A) EL DERECHO A LA INMUNIDAD
pacho del primero, previo aviso en el que se señale día y hora (artículo
400 LOPJ).
Coma se ve la más importante "inmunidad" es la de las limitacio-
nes a la detención.
D) DERECHO DE ASOCIACIÓN
1. El principio
"El principio de unidad jurisdiccional es la base de la organización
y funcionamiento de los tribunales"; "se ejerce por los juzgados y
tribunales previstos en esta Ley" (la LOPJ, artículo 39-1), "sin perjui-
cio de las potestades jurisdiccionales reconocidas por la Constitución a
otros órganos". Frase un tanto sibilina. Estimamos que no se refiere
al Tribunal Constitucional —que es "suprajurisdiccional" (mientras
no se abuse de él) —. ¿Se referirá al Consejo General del Poder
Judicial? Sí, si se trata de la peligrosa "jurisdicción disciplinaria"
(artículo 107-4 y otros). (Y dejaría de ser "jurisdicción" si se hace rea-
lidad el riesgo de politización de dicho CGPJ, ya incluso recogido por
el Tribunal Constitucional.) ¿O bien a los tribunales internacionales?
El artículo 21 LOPJ, contiene una alusión indirecta a ellos; el proble-
ma cobra actualidad por la tendencia a "universalizar" los sistemas
procesales (muestra de ello es el Convenio de Roma de 1950 y por el
ingreso de España en la CEE, en la cual funciona un tribunal con
atribuciones sobre el derecho comunitario, que es extensísimo). El
caso es que.., la alusión está ahí, sin que podamos, por ahora, deter-
minar su extensión, que es lo no venial.
No existe, pues, en España, el sistema de pluralidad de jurisdic-
ciones —salvo en lo que en seguida se dirá—, por ejemplo, como en
Francia y otros países ocurre con la diferenciación entre jurisdicción
civil y comercial (ello fue suprimido por el Decreto de unificación de
fueros --Ministro Romero Ortiz—; de 6 de diciembre de 1869. Un Go-
bierno "provisional" cine ejecutó, con su Parlamento y sin Constitución,
esta gran labor).
Sí que existen (aparte las excepciones al principio de unidad a que
nos referiremos), diversos "órdenes" jurisdiccionales; si la Constitu-
ción habla de "todo tipo de procesos" (artículo 117-3, definición de la
jurisdicción), estos "tipos", la LOPJ los transforma en "órdenes"
jurisdiccionales. El simple principio de la necesaria especialización
ante la multiplicidad de "tipos" de situaciones jurídicas que se dan
en la práctica de este Siglo XX, justifica esta diversificación de la
"función jurisdiccional única" en diversos "tipos" de procesos y ante
diversos "órdenes" de tribunales; problema que abordaremos más
tarde.
TEORÍA GENERAL DEL DERECHO PROCESAL 119
2. Excepciones al mismo
2. Sus vínculos
3. La sumisión"
1. Su necesidad
2. Su deslinde y dificultades
2. Su resolución
3. Sus especies
4. El procedimiento
X. CUESTIONES DE COMPETENCIA
1. La conexión
1. Ordinarias y especiales
2. Contenciosa y voluntaria
posición (de la cual, forma parte incluso la que puede llamar "resig-
nación") o la heterocomposición arbitral, siendo así el proceso un
sustitutivo; que los pronunciamientos judiciales son inmutables (cosa
juzgada), con posibilidad de ataque a la misma, muy difíciles --revi-
sión—. Más, sobre todo, es Ja idea de "conflicto entre partes conoci-
das y determinadas" lo que caracteriza a la llamada "jurisdicción
contenciosa".
Al contrario, en todo pais civilizado hay una serie de actividades, de
naturaleza más bien administrativa, necesarias, tanto para la salva-
guardia de intereses privados, como porque es interés de la comunidad
el salvaguardarlos mediante su constancia. Así, la determinación de
la población de un país —registros de nacimientos, de defunciones—;
del "status" de las personas —registros de matrimonios, de extinción
de los mismos; creación, modificación y extinción de las personas jurí-
dicas; defensa de derechos reales: más registros públicos—; y aun
personales, etcétera,
Tales funciones, deben ser desempeñadas por entidades públicas,
para su fehaciencia y para que mediante ella, queden protegidos los
intereses de todas las personas; esto es, se hace precisa la interven-
ción de uno o varios funcionarios públicos como tales en la realización
—muchas veces constitutiva— de tales actuaciones.
Y tradicional e históricamente, muchas de tales funciones, se han
confiado a jueces; y en casi todo caso, exigen un procedimiento, a fin
de llegar al fin constitutivo del acto (solicitudes, publicación de las
mismas, comprobación de la falta de oposición, prueba, etcétera). Por
todas estas "apariencias", se han llegado a confundir tales actuacio-
nes con las jurisdiccionales, y no lo son. Basta contemplar el hecho
de que, muchas de tales funciones, son desemperndas por entidades
públicas y funcionarios no jurisdiccionales; notarios, registradores,
inspectores, etcétera.
Quizás la clave para determinar "lo que es la jurisdicción volunta-
ria", debemos acudir a la diferencia entre "negocio" y "litigio"; en la
jurisdicción voluntaria, el litigio no existe; no puede tampoco decirse
que existe una previa "insatisfacción jurídica"; no hay "partes insa-
tisfechas" (a lo sumo, hay una nueva necesidad que se colma con la
consecución de un "negocio" en sentido amplio); esta "jurisdicción",
se encomienda en ocasiones a jueces y tribunales, pero en otras oca-
siones no; en tanto que si hay "contenido-, conflicto, y se escoge el
camino del proceso, éste no puede ser encomendado a personas que
no sean jueces (el "exclusivamente", del artículo 117-3 de la Constitu-
136 VÍCTOR FAIRÉN GUILLÉN
BII3LIOGRAPÍA
1. Problemas de reclutamiento
2. Especies
el litigio varias mentalidades que una sola; los jueces colegiados (los
magistrados", término casi clásico español), "se vigilan entre ellos"
en cuanto a sus deberes y responsabilidades; la deliberación del colegio
o tribunal, si no excluye errores, disminuye su posibilidad, lo cual no
puede suceder cuando es el "juez único" el que "delibera consigo mis-
mo", con "contradicción" de otra mentalidad, etcétera.
Pero también hay contraargumentos, en favor del juez unitario frente
al colegiado: esa "distribución de la responsabilidad" entre los magis-
trados, puede conducir al exceso; a que, fiando los unos en los otros,
la responsabilidad.., se diluya.,.; un tribunal colegiado no puede ac-
tuar con la necesaria rapidez cuando se trate de adoptar medidas pro-
cesales que exigen rapidez --sobre todo, en el proceso penal; lo cual, sí
puede hacer un "juez unitario".
Este problema a menudo, se ha resuelto legislativamente, de manera
salomónica: combinando en la organización judicial (en su faceta ju-
risdiccional, naturalmente), a "jueces únicos" y a "jueces colegiales o
colegiados". (Así, en España.) Es el problema de las "instancias".
BIBLIOGRAFÍA
1. El Tribunal Supremo
A) Su carácter.
B) Su planta:
B) Competencias
a) En materia penal: a') [La Ley de 28-12-88 —la vemos al corre-
gir pruebas— en defectuosa reforma, crea unos nuevos "jueces pena-
les" para el juicio oral y sentencia].
El artículo 82 de la misma Ley Orgánica ha quedado redactado
por la Ley de 28-12-88:
1. Las Audiencias Provinciales conocerán en el orden penal:
19 De las causas por delito, a excepción de las que la ley atribuye
al conocimiento de los juzgados de lo Penal o de otros Tribunales
previstos en esta Ley.
29 De los recursos que establezca la ley contra las resolucio-
nes dictadas por los Juzgados de Instrucción y de lo Penal de la
provincia,
39 De los recursos que establezca la ley contra las resoluciones
de los Juzgados de Vigilancia Penitenciaria en materia de ejecu-
ción de penas y del régimen de su cumplimiento,
2. Para el conocimiento de los recursos contra resoluciones de los
Juzgados de Instrucción en juicio de faltas a la Audiencia se cons-
tituirá con un solo Magistrado mediante un turno de reparto.
3. Las Audiencias Provinciales conocerán también de los recursos
contra las resoluciones de los Juzgados de Menores con sede en la
provincia y de las cuestiones de competencia entre los mismos.
b) 4. En el orden civil conocerán las Audiencias Provinciales de
los recursos que establezca la ley contra resoluciones dictadas en
Primera Instancia por los Juzgados de Primera Instancia de la
provincia.
e) 5. Corresponde igualmente a las Audiencias Provinciales el
conocimiento:
a') De las cuestiones de competencia en materia civil y penal que
se susciten entre Juzgados de la provincia que no tengan otro supe-
rior común.
b') De las recusaciones de sus Magistrados, cuando la compe-
tencia no esté atribuida a la Sala especial existente a estos efectos
en los Tribunales Superiores de Justicia.
TEORÍA GENERAL DEL DERECHO PROCESAL 173
9. En materia penitenciaria
Esto es, podrá ocurrir que, ante un juez lego en derecho, "que no
quería ser juez", el dueño del procedimiento sea el secretario (yendo
incluso más allá de lo que va el artículo 290 LOPJ, cfr., infra). Y si
se atribuye una Secretaría a varios Juzgados de Paz, el ejemplo se re-
petirá. Y posiblemente llegaremos a tener algo semejante a los Rechts-
pfleger, pero no bien formados e ilegales.
Más problemas: recordemos el artículo 101 y el 102 LOPJ; y recor-
demos también las numerosas "incompatibilidades y prohibiciones" para
devenir juez (artículos 399 y ss.); de ello se deduce, y lo confirma el
artículo 102 al final ("a excepción del ejercicio de actividades profe-
sionales o mercantiles") que podrán ser nombrados jueces de Paz "co-
merciantes", "directores, gerentes, administradores, consejeros, socios
colectivos" o cualesquiera personas cuya actividad sea de -intervención
directa, administrativa o económica en sociedades empresas mercanti-
les, públicas o privadas de cualquier genero (artículo 389-8 y 9).
La Ley de justicia municipal de 1907, adoptó el sistema de nombra-
miento de los entonces "jueces municipales" por las Salas de Gobierno
de las Audiencias Territoriales, con asistencia de las decanos de los
Colegios de Abogados y Notarial (artículo 59, dando preferencia a
los candidatos con formación jurídica); la II República, acudió al re-
medio de la "libre elección de los vecinos mayores de 25 años que
figuren en las listas electorales en la fecha de su elección" (Decr. de
8 de mayo de 1931, artículo 39); ambos sistemas fueron criticados
(Alcalá-Zamora Castillo, Ossorio y Gallardo); en 1965, los Profesores
de Derecho Procesal españoles, reunidos en Sevilla, propugnábamos el
retorno (desde la Ley de bases de Justicia Municipal de 1944) a un
sistema anterior; la solución, no puede ser exacta y válida para mo-
mentos muy largos de la historia. De lo que se trata, es de evitar una
politización excesiva de los jueces de Paz --a imagen y semejanza de
los organismos que los elijan.
"Cuando no se tiene el espíritu preocupado con ningún sistema de-
terminante de nuestra simpatía —,decía. Ossorio y Gallardo— acábase
por llegar a esta conclusión: que la justicia municipal en los pequeños
pueblos no es un problema de organización judicial, sino de ciudada-
nía." Opinión admirable, mas tememos que utópica; era la de un gran
jurista ya fatigado de escogitar entre múltiples soluciones, sin que nin-
guna le plaguiera.
B. Régimen
D) Correcciones disciplinarias
Aquí queda clara la vis attractiva del Ejecutivo; estos casos, muy
bien hubieran podido resolverse por vía judicial-gubernativa, y tras
ella, la contencioso-administrativa; más se ha escogido alargar una
vía política, sin perjuicio de aquélla,
4. Las sanciones, con exclusión de la advertencia, contra la que
sólo cabrá súplica [notamos en la LOPJ una grave confusión termi-
nológica en cuanto a los medios de impugnación; allí se habla de
"alzada"; aquí de "súplica", nombre reservado hasta ahora a Jo
jurisdiccional y contra determinadas resoluciones de los Tribunales
colegiados] ante el propio órgano que la dictó, serán susceptibles de
recurso [-innominado" esta vez], ante el Ministro de Justicia cuando
hubieran sido impuestas por las SSGG del TSJ. Las resoluciones
del Ministerio de Justicia resolviendo el recurso anterior o en su
caso, imponiendo el traslado forzoso, así como las del Consejo de
Ministros, en todo caso, agotarán la vía administrativa.
5. Las resoluciones sancionadoras que decidan definitivamente
en vía gubernativa serán recurribles ante la Jurisdicción Conten-
cioso-administrativa, de conformidad con lo dispuesto en la Ley re-
guladora de la misma.
Salvo lo observado entre claudatur, estimamos aceptable esta regu-
lación.
A) Funciones 196
B) Dación de cuenta y custodia de los actos 197
C) Diligencias de ordenación y propuestas de resolución 198
Bibliografía 227
192 ViCTOR FAIRÉN GUILLÉN
A) Funciones
"Art. 285. También darán cuenta, al siguiente día hábil, del trans-
curso de los plazos procesales y de los autos que hubieren tomado es-
tado (1) para cualquier resolución, salvo cuando les correspondiere la
ordenación del trámite." (Esto es una ref, al artículo 290; cfr. infra).
La expresión "tomar estado" no es buena y -suena" a administrativa:
debería haberse escrito "que están a punto de precluir".
"Art. 286. 1. La dación de cuenta se hará oralmente por el orden
de presentación de los escritos o por el que tomaren estado los autos
respectivos, sin otra anteposición que la de los que sean urgentes o
tengan reconocida preferencia por la Ley."
He aquí un caso de "oraliclad sin inmediación"; luego no es una
-oralidad en sentido propio" (Klein, Alcalá-Zamora Castillo, Fairén-
Guillén ).
"2. Cuando proceda, se documentará mediante diligencias y, en su
caso, se acompañará propuesta de resolución." Alusión al artículo 290
y al 297 LOPJ; cfr. infra.
"Art. 287. Corresponderá a los Secretarios la llevanza de los libros
y el archivo de las actuaciones, salvo que en ésta u otra Ley se enco-
mienden a los Jueces o Presidentes."
Art. 492. Los !une. del Cuerpo Aux., con cinco añ'os, al menos, de
servicios efectivos y sin nota desfavorable en el expediente, que, con
arreglo al baremo de méritos preestablecido, acrediten condiciones
de preparación para el cargo superior y estén en posesión del titu-
lo de Bachiller o equivalente, podrán ingresar en el Cuerpo de Ofi-
dales por turno restringido y en la forma que reglamentariamente
se determine. Se reservarán la mitad de las vacantes para su pro-
visión por este turno. Las que no se cubran por ese procedimiento
acrecerán el turno libre.
Los Ag. J'ud. con tres años, al menos, de servicios efectivos y sin
notas desfavorables en el expediente que, con arreglo a baremo de
méritos preeestablecido, acrediten condiciones de preparación y res-
ponsabilidad para el cargo superior y se hallen en posesión del título
correspondiente, podrán ingresar en el Cuerpo Auxiliar por un turno
restringido en la forma que reglamentariamente se determine. La
mitad de las vacantes que se produzcan se reservarán para su provi-
sión por este turno. Las plazas no cubiertas por este procedimiento
acrecerán el turno general.
o del MF; estimamos que debe ser de "quien dirija aquella parte del
procedimiento". Pero,
A) Si fuera el MF el que dirigiere la instrucción procesal --como
algunos quieren y se ve ya en la Ley de 28-12-88— la PJ, mientras
ésta durare,, debe actuar bajo sus órdenes; pero como el propio MF
debe estar en relación con el juez, la PJ también debería seguir las
órdenes del juez.
B) Si en la instrucción, el papel de protagonista activo se atribuye
al juez, la Pj debe estar bajo sus órdenes inmediatas, pero sin ex-
cluir al MF.
Ahora bien, supóngase la LOPJ y el Estatuto del MF dan pie
para ello— que la PJ recibe órdenes contradictorias del juez y del MF
(o simplemente diferentes). ¿Cuáles cumplir? Recuérdese el viejo ada-
gio militar: "Orden más contraorden, igual a desorden".
Si se sigue el sistema tradicional —el bueno, el mixto— de distinguir
entre una fase procesal penal de instrucción confiada a un juez hallán-
dose en ella el MF como parte, la PJ debe obedecer al primero; y el
MF debe solicitar su auxilio a través de peticiones dirigidas al juez.
El sistema español, no es el de Estados Unidos. Pero si el juez instruc-
tor fuere a la vez el decisor (procedimientos inquisitivos por delitos leves
o, dolosos, flagrantes, etcétera, leyes muy defectuosas pero de gran
aplicación) es cuando el conflicto puede producirse. Si el MF, para
preparar su acusación, precisa del auxilio de la PJ, ¿podrá pedirlo sin
consentimiento del juez, que es quien va a dirigir el "juicio oral",
sin perjuicio del haber sido él mismo el instructor? Podrá producirse el
conflicto de órdenes enunciado y entendemos que debe resolverse en
favor del juez, a menos que en una Ley conste claramente que el "di-
rector" de una parte del procedimiento es el MF, dependiente más o
menos directamente, del Poder Ejecutivo, como veremos. Estos conflic-
tos laten ya en la Ley de 28-12-88.
El Real decreto de 19 de junio de 1987 ( BOE de 24 de junio), de-
sarrolla "una conceptuación (sic) moderna" de la Policía Judicial que
requiere la aplicación de principios de unidad orgánica y, sobre todo,
de especialización (en torno al artículo 30-1 de la Ley orgánica de 13 de
marzo de 1986, de fuerzas y cuerpos de seguridad). Esta normativa
establece con el nombre de "unidades orgánicas de la Policía Judicial",
"integradas, bien por funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía, bien
por miembros de la Guardia Civil", pero en cualquier caso, "presidi-
dos por los principios de permanencia, estabilidad, especialización y es-
TEORÍA GENERAL DEL DEREcli0 PROCESAL 205
He aquí otra expresión dudosa: ¿De qué leyes se trata? ¿Será admi-
sible una lex specia lis para alejar a un determinado funcionario de una
determinada investigación? Asunto muy peligroso, "su cese se partici-
pará a la Autoridad Judicial o Fiscal para su conocimiento" (De nuevo
la confusión entre jueces y fiscales).
El artículo 20 del Decreto, apuntaba ya claramente hacia una "ins-
trucción policial bajo la dependencia del fiscal" (modelo francés, si
llega antes que el juez).
(Esto es, de esta redacción cabe deducir que la Policía Judicial pue-
de actuar "sin dependencia directa del MF", y sin que aún haya juez.)
Sigue el artículo 20: "...y practicarán sin demora las diligencias que
el Fiscal les encomienda para la averiguación del delito y el descubri-
miento y aseguramiento del delincuente" (que son finalidades del mal
llamado "sumario", arículo 299 LECRIM).
TEORÍA GENERAL DEL DERECHO PROCESAL 211
BIBLIOGRAFÍA
1. Planta 241
2. Competencias 242
Bibliografía 249
TEMA VII
miento del fiscal general del Estado (idem). Pero nada se dice con res-.
pecto a su cese.
Elevará el CGPJ una memoria anual a las Cortes Generales sobre
el estado, funcionamiento y actividad de los tribunales y suyas propias.
incluyendo en él las necesidades de personal, instalaciones y recursos;
las Cortes podrán, incluso reclamar la comparecencia del presidente
del CGPJ (que podrá delegar en uno de sus miembros); tales infor-
mes, se debatirán en las Cortes (artículo 109).
Vemos cómo es cierto lo que ya hemos dicho: el CGPJ, gobierna al
ciudadano, desde que ingresa como miembro de la carrera judicial o
auxiliar a la misma, hasta su muerte .—jubilación forzosa a los 65 arios
de edad, adelantada la anterior, de 70 arios, luego de nuevo retrasada
[Ley de 28-12-88. La cual, produce una notable disminución de los in-
gresos del jubilado; cesan sus gratificaciones, complementos, etcétera,
que suponen en España un gran porcentaje de los funcionarios; esto
es, surte "efectos negativos" que "de no ser corregidos, puedan mere-
cer algún género de compensación" (TC, sentencia de 29-7-86, "Fun-
damento jurídico" 22) ].
Art. 112. 1. Los Vocales del Consejo General del Poder Judicial
serán propuestos por el Congreso de los Diputados y por el Senado.
(Esto significa que la cúspide y gobierno del Poder Judicial, la nom-
bra el Legislativo.)
2. Cada Cámara elegirá, por mayoría de tres quintos de sus miem-
bros, cuatro Vocales (en total, van 8, interpolamos) entre Ahoga-
dos y otros juristas de reconocida competencia con más de quince
años en el ejercicio de su profesión, procediendo para ello según
lo previsto en su respectivo Reglamento.
3. Además, cada una de las Cámaras propondrá, igualmente por
mayoría de tres quintos de sus miembros, otros seis Vocales (en
total, van 12; con los 8 anteriores, los 20 totales interpolamos) ele-
gidos entre Jueces y Magistrados de todas las categorías judiciales
TEORÍA GENERAL DEL DERECHO PROCESAL 235
Esto es: mayoría judicial, pero... sin determinarse quién los elegiría.
El (anterior) Consejo del Poder Judicial, promovió "conflicto" al
Parlamento, a tenor de lo previsto en el artículo 73 y ss. de la Ley
orgánica del Tribunal Constitucional, por entender que se infringían
normas que a él competían; por otra parte, 55 diputados, interpusieron,
236 VÍCTOR FAIRÉN GUILLÉN
esto es, -entre dos riesgos", el TC elige el que más próximo estima (y
no estamos solos).
El dramático problema con que se ha enfrentado el TC se ve a tra-
vés de esta argumentación, que muy bien hubiera podido llevar a un
fallo contrario al que emitió.
Y sigamos con la LOPJ.
238 VÍCTOR FAIRÉN GUILLÉN
cionales" por mayoría; ídem de los presidentes de los TSJ; resuelve los
recursos de alzada contra los acuerdos de la Comisión Permanente, de
/a Comisión Disciplinaria, de las Salas de Gobierno de los TSJ y de los
órganos de gobierno de los tribunales y juzgados; resuelve los expe-
dientes de rehabilitación instruidos por aquella Comisión; es oído sobre
el nombramiento del FGE (y para su cese, artículo 29-1 EMF del
que se olvida la LOPJ); acuerda, en los casos legalmente estableci-
dos, la separación y jubilación de los jueces y magistrados función
gravísima; evacua los informes preceptivos y ejerce la potestad re,.
glamentaria atribuida por la Ley al CGPJ. [Ahora, reducida, por la
sentencia del TC, de 29 de julio de 1986]; designa los miembros de sus
comisiones y delegaciones; aprueba la Memoria anual que su presidente
leerá con motivo de la apertura del ario judicial, sobre el estado de la
Administración de Justicia; aprueba y remite al Gobierno el antepro-
yecto de su propio presupuesto, y desempeña —vis attractiva-- "cual-
quiera otras funciones que correspondan al CGPJ y no se hallen expre-
samente atribuidas a otros órganos del mismo" (artículo 127 LOPJ).
El Pleno —que funciona en sesiones ordinarias y extraordinarias,
convocadas por el presidente y extraordinarias a petición de cinco de
sus miembros— se constituye válidamente con la presencia de 14 de sus
miembros y del presidente o vicepresidente (artículos 128 y 129 LOPJ).
Como se ve, las competencias de este órgano de gobierno del Poder
Judicial, son amplísimas; de ahí que se haya predicado su "autonomía"
y "separación" (TC, S. de 29-7-86), para "privar al gobierno" de las
"funciones, en particular en materia de nombramientos y ascensos, ins-
pección y régimen disciplinario"; autonomía que ahora, en virtud de la
nueva redacción del artículo 112, depende de los parlamentarios, elec-
tores de sus miembros.
c') La Comisión Permanente. Integrada por el presidente del CGPJ.
que la presidirá, y cuatro vocales, elegidos por mayoría de tres quintos
por el Pleno del CGPJ, de la carrera judicial y otros dos "que no for-
men parte de la misma".
Son sus competencias, preparar las sesiones del Pleno; velar por la
ejecución de sus acuerdes; decidir los nombramientos de jueces y ma-
gistrados que, por no tener carácter íntegramente reglado, no sean de
competencia del Pleno, su jubilación forzosa por edad, y situación ad-
ministrativa; resolver sobre concesión de licencias a jueces y magistra-
dos; autorizar el escalafón de la carrera judicial y actuar "como dele-
gado del Pleno en sus competencias o en las que lo sean atribuidas por
la ley" (artículo 131 LOPJ).
240 VÍCTOR FAIRÉN GUILLÉN
Con acuerdos adoptados por mayorías, con voto de calidad del pre-
sidente en caso de empate; posibilidad de votos particulares razonados;
deliberaciones reservadas; protocolizados por el secretario general, con
forma de real decreto, orden o acuerdo (artículos 137 a 139 LOPj);
son "inmediatamente ejecutivos" sin perjuicio de su impugnación; la
ejecución le corresponde a él mismo; y puede ordenar la suspensión de
la ejecución si se hubiere interpuesto recurso, de oficio o a instancia
de parte (artículos 140 y 131 LOPJ); rige como subsidaria, la Ley de
procedimiento administrativo "sin que, en ningún caso, sea necesaria
la intervención del Consejo de Estado" (artículo 142 LOPJ), la cual
significa una disminución de garantías. Si se trata de actos declara-
tivos de derechos, la revisión de oficio, y en su caso, la previa declara-
ción de lesividad se adoptarán por el Pleno del CGPJ por mayoría
absoluta (artículo 142-2 LOPJ).
En cuanto a verdaderos recursos —los juriádiccionales—• "lbs actos,
resoluciones y disposiciones emanados del Pleno serán recurribles en
vía contencioso-administrativa ante la Sala correspondiente del Tribu-
nal Supremo" (artículo 143-2 LOPJ); pero los "actos de trámite que
determinen la imposibilidad de continuar un procedimiento o produzcan
indefensión y las resoluciones definitivas de la Comisión Permanente
y de la Comisión Disciplinaria [recordemos que es ésta la competente
para imponer sanciones a jueces y magistrados] "serán impugnables en
alzada ante el Pleno del CGPJ"; esto es, éste agota la vía gubernativa.
TEORÍA GENERAL DEL DERECHO PROCESAL 241
1. Planta
2. Competencias
1. Ámbito de su representación
2. Funciones
1. La interna española
2. La internacional
BIBLIOGRAFÍA
I. CONCEPTO 251
1. Funcional 251
2. Objetiva 254
1) Competencia por razón de cuantías dinerarias 254
2) Competencia por razón de la naturaleza del ob-
jetivo, no dinerario 255
3) Competencias penales específicas por razón de los
sujetos 261
4) Competencias sociales específicas por razón del
objeto y de los sujetos 261
Bibliografía 268
TEMA VIII
LA COMPETENCIA DE LOS TRIBUNALES
L CONCEPTO
L Funcional
2. Objetiva
A) En materia civil
B) En materia penal
C) En materia social
BIBLIOGRAFÍA
Bibliografía 278