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Diego Portales, el proyecto

conservador
Diego Portales es considerado uno de los líderes de los conservadores. Su trabajo
como Ministro refleja sus ideas. La Constitución de 1833 al parecer fue de su
inspiración.

Diego Portales Palazuelos es un aristócrata de la sociedad santiaguina. Su familia


trabaja en la Casa de la Moneda, oficio que aprenderá. No tuvo mayor participación
en el proceso de Independencia. Su exitosa casa comercial Portales, Cea &
Compañía logró los derechos de cobro del estanco del tabaco, una idea de
monopolizar a favor del Estado la importación de ese producto, y con esos fondos
pagar las deudas por la guerra de la Independencia. La idea fracasó, pero le
permitió a Portales participar en el gobierno, pues parte de las funciones de su
compañía eran la de denunciar el contrabando.

PENSAMIENTO POLÍTICO.
De acuerdo a lo señalado en una carta personal a su socio José Cea, para Portales la
república debe tener un gobierno centralizado, fuerte, con hombres “modelos de
virtud y patriotismo”, y de esta manera enderezar a los demás ciudadanos en el
orden. Y cuando “se hayan moralizado venga el gobierno liberal” donde todos los
ciudadanos tengan participación. Estas ideas se convierten en una serie de medidas
tomadas por él cuando ejerció cargos de Ministro en los gobiernos de José Tomás
Ovalle y Joaquín Prieto.

EL MINISTRO PORTALES Y LAS IDEAS


“PORTALIANAS”.
Las siguientes son las ideas portalianas y su aplicación cuando fue Ministro de Estado:
La creación de la Guardia Cívica, institución de civiles destinada a mantener el
orden. Refleja la idea portaliana del orden, que nos llevará a una vida moralmente
correcta. Existen antecedentes de haber sido muy estricto su trabajo de mantención
del orden, incluso abusivo de su poder.
La devolución a la Iglesia Católica de los bienes confiscados durante los gobiernos
liberales de 1823 a 1828, más la restitución del cobro del impuesto a favor de la Iglesia
son un claro ejemplo del pragmatismo de Portales. Él no era muy creyente, pero
consideraba muy útil a la Iglesia en su proyecto de país, pues era una poderosa y
recta base sobre la cual se podía construir un Estado también muy sólido. La idea
portaliana era el fin de la anarquía en que el país había caído durante el breve
periodo liberal tras la renuncia de O’Higgins.
En la Constitución de 1833, en la que no es oficialmente redactor, se establece que el
poder ejecutivo tendría tantas atribuciones, que prácticamente lo convierte en un
dictador con una duración de cinco años, renovables por otros cinco más. La idea
portaliana es que ésto es provisorio, pero los redactores de la Constitución lo dejan
como permanente.
Como Ministro hizo lo posible para crear instituciones fuertes, en que más que
responder a un exitoso funcionario pasajero, permanecieran en el tiempo. La idea
portaliana es no más personalismos.
Las fuerzas armadas debían ser leales a toda prueba con el gobierno. Los militares no
podían tener tendencias políticas diferentes a lo establecido por el gobierno. Deben
ser obedientes. Por eso expulsó a los militares ligados al liberalismo. La idea portaliana
aquí se trata de la subordinación de las milicias al poder ejecutivo.
Portales establece llevar a cabo actos públicos para exaltar el patriotismo. Como por
ejemplo que todos los 18 de septiembre, como parte de la celebración de la
Independencia, se realizará un desfile. Ésta es la raíz de la Gran Parada Militar que se
hace actualmente los días 19 de septiembre. La idea portaliana es la cultura cívica,
que lleva al patriotismo.
Respecto de las relaciones internacionales Portales es muy cuidadoso, tanto con el
gigante de América del Norte, como con el vecino Bolivia. De Estados Unidos critica
la doctrina Monroe, en la cual el país del norte señala que defenderá a los
latinoamericanos frente a cualquier agresión europea. Visonariamente Portales
manifiesta el cuidado que debe tenerse con Estados Unidos, pues se puede pasar de
un conquistador español a un nuevo conquistador del mismo continente. Respecto
de Bolivia lo señala como una amenaza, sobre todo cuando anexa a Perú,
creándose la Confederación Peru-boliviana. Su deseo de ir a una guerra, atacando
primero, antes que lo hagan ellos, será uno de los motivos de su asesinato en 1837. No
obstante de su muerte Chile atacó exitosamente a Bolivia.

El Ideal Político

El ideal político de Portales es mejor presentado usando sus propias palabras, sacadas de una de
las cartas que le envió a su amigo Cea, cuando aún era un simple comerciante.

“A mí las cosas políticas no me interesan, pero como buen ciudadano puedo opinar con total
libertad y aún censurar los actos de Gobierno. La Democracia que tanto pregonan los ilusos, es un
absurdo en los países como los americanos, llenos de vicios y en donde los ciudadanos carecen de
toda virtud, como es necesario para establecer una verdadera República. La Monarquía tampoco
es el ideal americano, salimos de una terrible para volver a otra y ¿qué ganamos? La República es
el sistema que hay que adoptar;¿ pero saben cómo yo la entiendo para estos países? Un gobierno
Fuerte, Centralizador, cuyos hombres sean verdaderos modelos de virtud patriotismo, y así
enderezar a los ciudadanos por el camino del orden y de las virtudes. Cuando se haya moralizado,
venga el Gobierno verdaderamente liberal, libre y lleno de ideales, donde tengan parte todos los
ciudadanos”.

En su actuación política, se podrá ver que el gran valor de Portales es haber reinstaurado en
Chile el principio de autoridad, que era lo natural en Chile, “el peso de la noche” según sus
palabras, pero olvidado por los últimos siete años desde la caída de O’Higgins. Su actuar fue muy
personalista, avasallando incluso al presidente de la república, pero su meta de un “Gobierno
fuerte, centralizador, cuyos hombres sean verdaderos modelos de virtud y patriotismo, y así
enderezar a los ciudadanos por el camino del orden y de las virtudes” daría estabilidad y
crecimiento a Chile, hasta los últimos lustros del siglo XX.

Se ha querido ver también en Portales al fundador de la institucionalidad chilena, a pesar de haber


manifestado que el presidente podía y debía transgredir la constitución y las leyes, si así lo
ameritaba el bien del país: “con ley o sin ella, a la señora que llaman Constitución, hay que violarla
cuando las circunstancias son extremas y qué importa que lo sea, cuando en un año la parvulita lo
ha sido tantas por su perfecta inutilidad!”

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