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Con Platón y Aristóteles la filosofía griega llega a su plena madurez y en adelante, todo el

pensar filosófico llevará de una u otra manera su sello. Estos dos pensadores se
ocuparon, con un vigor enorme, de todos los grandes temas de la filosofía: el ser, el
conocimiento, la ética, la política y la lógica, en el caso de Aristóteles. El pensamiento
de ambos filósofos está estructurado de tal modo que los puntos medulares de sus tesis
han quedado integrados en dos grandes sistemas.

Platón.
Son varias las influencias de que Platón supo alimentarse:
Héraclito. De él retoma la tesis de que todo en el mundo está cambiando de manera
continua.
Parménides. Platón acepta, como él, la existencia de un tipo de realidad permanente que
sólo puede ser descubierta por medio de la razón.
Pitagóricos. De ellos le conmovió de manera muy especial su profundo interés y
reverencia por las matemáticas y su creencia en la inmortalidad y la transmigración de
las almas.
Sócrates. Su maestro, cuya obra continuará con creces. De él retoma su confianza en la
existencia de principios morales absolutos y en la posibilidad de formular definiciones
acerca de conceptos universales.
Teoria de las ideas: metafísica y teoría del conocimiento.
La teoría de las ideas es el núcleo de toda la filosofía platónica; contiene principalmente
su teoría del conocimiento y su metafísica, aunque también encierra contenidos
esenciales de política, ética y lógica. Uno de los problemas fundamentales que se
plantean en la filosofía de Platón es el de la posibilidad del conocimiento universal.

En Platón la palabra idea significa modelo o patrón. Las ideas no existen en el mundo
sensorial ni en nuestra mente, sino en un lugar celeste, supraterrenal, fuera del espacio y
el tiempo.
Las ideas son lo auténtico, lo verdaderamente real, lo que no está sujeto al cambio, al
ser y dejar de ser, por eso decimos que no tiene mezcla de no ser, sino que es, de una
manera plena, completa e independiente. Ahora bien, según Platón sostiene que existen
dos tipos de realidad:
1. El mundo sensible.
2. El mundo de las ideas.

El alma.
Platón nos describe, a través del mito del carro alado, en uno de sus diálogos llamado
Fedro, las partes del alma, que son las siguientes:
1. La parte sensual. Está relacionada con los instintos y los placeres sensuales; a esta
parte del alma le corresponde, tomando en cuenta la teoría ética de Platón, una virtud
gracias a las cual esa parte del alma es refrenada; dicha virtud es la moderación o
templanza.
2. La parte afectiva. Esta parte es la relativa, por supuesto, a las sensibilidad, y le
corresponde la virtud de la fortaleza.
3. La parte racional. Es precisamente por la parte que el alma entra nuevamente en
contacto con el mundo de las ideas. Debe ser guiada por la sabiduría o prudencia.
La coordinación de estas tres partes le corresponde a una cuarta virtud que es: la
justicia; gracias a esta la parte que debe mandar manda y la que debe obedecer
obedece.

Política.
Otro aspecto importante de la filosofía platónica, y consecuencia de su metafísica, es su
teoría del Estado o política, la cual está íntimamente relacionada con su ética.
El estado se divide en tres clases sociales:
1.- La clase gobernante. Esta compuesta por los más sabios. Esta clase no posee
propiedades ni familia, sus hijos son educados en comunidad. Para éstos el poder político
será una carga más que una tentación, pero que por el bien del pueblo sabrán llevarla,
pues realmente les interesa. Su virtud es la sabiduría y prudencia.
2.- Los guerreros. Su tarea es la defensa de la ciudad y del orden social y político
establecido, su virtud es la fortaleza.
3.- Los productores. Su función es producir los bienes materiales, esta clase está
sometida a las otras dos clases para las que produce bienes materiales y a cambio
recibe educación y defensa, entre otros beneficios. Su virtud es la templanza o
moderación.
La cuarta virtud es la justicia, gracias a la cual se da una armonía, un equilibrio entre las
distintas clases sociales. En atención a ella cada parte cumple su función o ejecuta su
labor adecuadamente.

Artistóteles.
Con él la filosofía griega llega a su punto culminante. Al principio acepto toda la filosofía
de su maestro Platón, pero más tarde su vigoroso sentido de la realidad y de los hechos
empíricos le llevan a abandonar las místicas doctrinas de las ideas y de la inmortalidad y
la transmigración de alma.
Fue creador de la lógica, a la que consideró una parte esencial de la filosofía o más
exactamente, su método.

Teoria del conocimiento.


Para Aristóteles, los sentidos son la única fuente de conocimiento, por que a través de
ellos conocemos los particulares con base en los cuales el intelecto se encarga de
abstraer las características esenciales y así formar el universal, o para decirlo más
exactamente: la sensación conoce las formas sensibles, esto es, formas presentes en la
materia; la inteligencia conoce formas inteligibles abstraídas de la materia.
Conforme predominan los sentidos o el intelecto en la elaboración del conocimiento,
Aristóteles distingue diferentes grados del saber.

Grados del saber.


1. La experiencia (saber qué): es el conocimiento que adquirimos en nuestro contacto
directo con las cosas particulares, individuales, y que por ello no se puede enseñar.
2. Arte o técnica (saber cómo): es un saber hacer adquirido mediante la repetición de
experiencias adecuadas. Nos da cierta universalidad y por ello se puede enseñar. La
técnica es superior a la experiencia.
3. Sabiduría (saber por qué): es el saber pleno, este nos dice que las cosas son y por qué
son.
La sabiduría tiene dos métodos:
La episteme. Es el saber de la ciencia, el saber demostrativo.

El nous. Es el saber de los principios. Aquellos que no se pueden demostrar, por ser
principios. Se llega a ellos por intuición. Es el grado supremo del conocimiento, de la
ciencia que tiene por objeto el ente en cuanto tal.

Metafísica.
Aristóteles, no negó algo tan evidente como el cambio, pero tampoco el ser permanente
de las cosas; ahora bien, su vigoroso sentido de la realidad se niega a aceptar un mundo
suprarrenal, como el de las ideas, descubriendo, en cambio, en este mundo sensible
ambas cosas: permanecía y cambio.
Dice Aristóteles, que el verdadero conocimiento no es el de las cosas individuales, sino
que se funda en los conceptos universales, pero eso no significa que se dan en las cosas
y la razón las deduce al identificar lo común en los múltiples particulares y
concibiéndolos como un universal.
Este universal así concebido es sólo una forma lógica, pero no tiene una realidad
ontológica; es decir no existe como ser. En realidad sólo existen las cosas individuales,
el ser particular del mundo visible, lo que Aristóteles llama sustancia o, más
exactamente sustancia primera.
Sustancia.

La sustancia es el sentido fundamental del ser, porque todas las cosas son sustancias o
afecciones de la sustancia; es decir, la sustancia es el soporte o el substrato de sus
accidentes. La sustancia es algo independiente que existe por sí y no en otro.
Aristóteles distingue dos clases de sustancia: sustancia primera y sustancia segunda.
1. Sustancia primera.- es el ser propiamente dicho, las cosas individuales, las cosas
concretas: esta flor, esta escuela, este hombre, etc.
2. Sustancia segunda.- son los géneros y las especies; la flor, la escuela, el hombre, etc.
Los géneros y las especies son sólo abstracciones de las cosas individuales, por ello se
les llamó sustancias segundas. Las sustancias primeras son un compuesto de materia y
forma.

Materia y forma.
Cuando ocurre el cambio debe de haber:
• Algo que cambia.
• Algo que permanece.
Es decir, no hay cambio absoluto. Esto llevó a Aristóteles a distinguir en las sustancias
un doble elemento: la materia y la forma.
La materia: es aquella que sufre los cambios, es decir, lo que permanece en los cambios,
aquello de que está hecho algo.
La forma: es lo que hace que algo sea lo que es. Así por ejemplo, en una caja la materia
puede ser de cartón; la forma, la de la caja.
Esta totalidad de materia y forma en realidad son indisolubles, solamente podemos
separarlas en el pensamiento. Para Aristóteles no se es de una sola manera, sino que hay
diferentes modos de ser.
Modos del ser.
En la metafísica aristotélica el ser se dice de cuatro maneras:
a. Por esencia y por accidente. La esencia en el ser que existe por sí. Es el ser que existe
por otro; es decir, aquello sin lo cual la cosa sigue siendo lo que es.
b. Según las categorías. En primer lugar para que exista el ser debe existir la sustancia.
Ésta es algo así como el punto de partida. Pero la sustancia no puede existir sin más
como sustancia, es necesario que tenga formas accidentales.
c. El ser verdadero y el ser falso. Decimos del ser que es verdadero cuando muestra el
ser que realmente tiene, y falso cuando muestra otro ser diferente al que realmente es.
d. Según la potencia y el acto. Estas nociones de potencia y acto le permiten a
Aristóteles explicar el cambio o movimiento de las cosas del mundo sensible. La
potencia radica en la materia, y el acto en la forma. No existe potencia en abstracto. La
potencia es la posibilidad o posibilidades que tiene algo para modificarse.

Las cuatro causas.


El problema del cambio, lleva a Aristóteles a un estudio de cuáles son las causas de todo
devenir, y concluyo en estas cuatro causas:
Causa material. Es la materia, aquello de lo que está hecho algo.
Causa formal. Es lo que hace que algo sea lo que es.
Causa eficiente. Es el principio del movimiento o del cambio.
Causa final. Es el fin, el para qué fue hecha una cosa.

El periodo en el que se ubican el epicureísmo y el estoicismo lo conocemos como


filosofía del helenismo. En esta época, la filosofía vuelve al hombre a su interioridad, a su
salvación y felicidad; debido a esto el interés de los filósofos se centra en las cuestiones
éticas. Es un cambio del sentido para la filosofía, que se convierte en un modo de vida,
una actividad para procurar la vida feliz. El motivo principal de todo esto fue la crisis
histórica del mundo antiguo.
Hay una gran inquietud científica y artística y una actitud inquisitiva que investiga y
experimenta abriendo camino a las ciencias particulares.

El idealismo.
El idealismo es primordialmente una corriente epistemológica, una teoría sobre el
conocimiento. Para el idealismo nuestro conocimiento es de ideas, es decir de
pensamientos, es un conocimiento que parte del sujeto mismo, del hombre que en su
mente se representa a la realidad y termina cuestionándose si esa realidad extramental
es susceptible de ser conocida o no.

El racionalismo.
Es una filosofía que busca solucionar problemas epistemológicos. Los filósofos de esta
corriente viven la evolución del pensamiento científico. Una de las características de el
racionalismo es, la de ver en las matemáticas un saber que parte de principios básicos
evidentes (axiomas), de donde se deducen todas las verdades del sistema, las cuales
según los racionalistas son universales y necesarias. Para los racionalistas hay dos
principios fundamentales:
- El conocimiento de la realidad debe ser derivado de ideas o principios evidentes.
- Esas ideas o principios evidentes son innatos.
- Visión de la postmodernidad.
Suele llamarse época contemporánea a la actividad compleja filosófica desarrollada en
los siglos XIX y XX, no sólo en Europa, sino también en América, donde surgieron varias
aportaciones. La primera oposición al hegelianismo es el positivismo de Augusto Comte,
quien rechazo la metafísica y la aspiración de un saber absoluto y pretendió implantar un
saber positivo como base de una nueva organización político-social. La oposición la más
radical contra Hegel es el marxismo; esta filosofía es un materialismo opuesto
totalmente al idealismo absoluto, pero es un materialismo dialéctico con los
fundamentos lógicos de la dialéctica hegeliana.

El Positivismo.
Apareció a mitad del siglo XIX, su fundador fue el francés Augusto Comte, un reformador
para el que una sociedad se define por el grado de desarrollo intelectual alcanzado,
motivo por el cual considera a la filosofía como fundamento de todo orden social. La
historia de la sociedad, sostiene Comte, ha estado dominada por la historia del espíritu
humano.
Comte cree haber descubierto la ley fundamental del progreso y el desarrollo del espíritu
y la convierte en la base de un sistema filosófico.

Ley de los tres estados.


Esta es el principio de la filosofía positiva, en ella se habla de la evolución del espíritu a
través de tres estados que son:
1. El estado teológico, corresponde a la infancia de la humanidad, cuando esta se
cuestiona el por qué de todas las cosas. En este estado se dan tres momentos:
a. Fetichismo. El espíritu humano dota de animación a las cosas materiales y les otorga
poderes mágicos o divinos, mediante cuya acción se explica los cambios observados en
la naturaleza.
b. Politeísmo. Sustituye las cosas materiales por seres divinos y hace depender los
procesos naturales de la voluntad de los dioses.
c. Monoteísmo. En este momento se sustituye la pluralidad de divinidades por un Dios
único y omnipotente que con sus leyes gobierna todo el universo.
1. El estado metafísico, es una modificación del teológico y es indispensable para el
desarrollo de la humanidad e igual de transitorio e imperfecto. En vez de descubrir
causas se pretende conocer esencias, sustituyendo los entes naturales por
abstracciones, como son las ideas de principio, sustancia, esencia, causa, etc.
2. El estado positivo, es la última etapa en el desarrollo del espíritu humano, este estado
se alcanza cuando ya no se aspira a un conocimiento absoluto que explique el origen y
sentido del universo, cuando se deja de buscar el por qué de todas las cosas y el hombre
se limita a observar lo hechos de la experiencia para describirlos y descubrir las leyes
que rigen su comportamiento, es decir, las relaciones constantes que existen entre los
fenómenos observados.
El estudio de los fenomenos no es absoluto, sino siempre relativo a la organización y
situación que vive el hombre. Así pues, todo conocimiento positivo debe adaptarse
razonablemente a nuestras necesidades reales.

Conclusión.
Como nos pudimos dar cuenta la filosofía se originó cuando el hombre se ve impulsado a
saciar un apetito puramente cognoscitivo, es decir, cuando busca saber sólo por el saber,
como un fin en sí mismo y no como un medio para obtener alguna cosa.
La filosofía se plantea y trata de resolver interrogantes para satisfacer la curiosidad
despertada por los enigmas que obstaculizan una buena comprensión de la realidad.
En nuestra época, la filosofía ha perdido partes de conocimiento, a medida que la ciencia
ha tomado cuerpo y se ha desarrollado en numerosas especialidades. Pero aún así,
siempre queda y probablemente quedará un margen para especular y razonar sobre el
sentido de la vida y del universo, y sobre ese
margen el pensamiento filosófico seguirá vigente.

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