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Vive en tus Sacerdotes, transfórmalos en Ti, hazlos por tu gracia, instrumentos de tu misericordia. Obra
en ellos y por ellos y que, después de haberse revestido totalmente de Ti, por la fiel imitación de tus adorables
virtudes, cumplan en tu nombre y por el poder de tu Espíritu, las obras que Tú mismo realizaste para la salvación
del mundo.
Divino Redentor de las almas, mira qué grande es la multitud de los que aún duermen en las tinieblas del
error, cuenta el número de las ovejas descarriadas que caminan entre precipicios, considera la turba de pobres,
hambrientos, ignorantes y débiles que gimen en el abandono.
Vuelve Señor a nosotros, por tus sacerdotes, revive verdaderamente en ellos, obra por ellos y pasa de
nuevo por el mundo, enseñando, perdonando, consolando, sacrificando y renovando los lazos sagrados del amor,
entre el Corazón de Dios y el corazón del hombre.
Te pedimos, Señor, que tu siervo, el Padre José Moisés Lodetti, Nuestro recordado y querido párroco que
por años entrego su vida entre los pobres, y a quien encomendaste durante su vida el ministerio sagrado, llegue a
participar eternamente en la gran asamblea de tu Reino junto a todos los pobres y necesitados que en esta parroquia
asistió con tanto cariño y amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén
2.- Cantemos:
Es a causa de mi pueblo masacrado que yo creo en religión liberadora.
Es a causa de Jesús Resucitado que yo creo en religión liberadora.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuidado con los falsos profetas; se
acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. A ver, ¿acaso se
cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos? Los árboles sanos dan frutos buenos; los árboles dañados
dan frutos malos. Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos. El árbol
que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego. Es decir, que por sus frutos los conoceréis.»
Palabra del Señor
Si algo podemos decir del Padre José, es que su enseñanza no fue solo palabra o teoría. Como dice el
evangelio: “Por sus frutos los conocerán” Porque el fruto es el momento de la verdad, mientras que las palabras
pueden quedarse en buenos propósitos. En el fruto es más difícil el engaño; es imposible que un árbol malo de
buenos frutos. Si el fruto es bueno, lo es el árbol. Lo que vimos del padre José en el momento de su vida, fueron
frutos y no solo palabras.
No se nos olvide que en el jardín de nuestro ser hay frutos buenos y malos, trigo y cizaña, bien y mal. A
nosotros nos toca cuidar de nuestra tierra para intentar que las mejores semillas plantadas por Dios germinen,
crezcan y den fruto. Igual que hace el labrador, hay que remover la tierra para oxigenarla, hay que abonarla, hay
que limpiarla de cizaña, plagas y malas hierbas. Ese es nuestro trabajo. Pongámosle nombre a estas tareas: qué
tienes que remover y oxigenar, con qué tienes que enriquecer y abonar tu tierra (minerales, proteínas), qué malas
hierbas tienes que arrancar… Medios tenemos: oración, discernimiento, sacramentos, acompañamiento…,
canales donde la gracia de Dios se nos comunica. Ese fue el trabajo del Padre José, el deseaba cumplir el mandato
de Jesús: que fuéramos buena tierra para ser buenos árboles y poder dar buenos frutos. Donde no hubiera frutos
malos como los odios, la injusticia, la mentira, la muerte. Por eso no solo es cuestión de Religión sino del Reino
de Dios.
Tenemos que intentar, con la ayuda de esta gracia, que las malas semillas que han caído en nosotros y que
el maligno se empeña en sembrar mediante el engaño, no fructifiquen. Que las enseñanzas del padre José las
llevemos a la vida, ya que no se trata solo de admirarlo y recordarlo sino de vivir como él nos enseñó, porque no
nos enseñó otra cosa más que lo que Jesús nos dijo en su Palabra. Por eso le interesaba que nos acercáramos a la
Sagrada Escritura. Hay una triste realidad… en algunas personas el Evangelio no ha cambiado su corazón solo
realizan algunas prácticas religiosas externas… y contra eso nos previene hoy el Señor en el evangelio cuando
nos dice que podemos ser cristianos con “piel de oveja, pero por dentro lobos rapaces”. Eso se manifiesta por
ejemplo, si participamos de la Iglesia en sus actividades pero tenemos actitudes malas que salen del corazón:
hablamos mal uno de otros… despreciamos a los más pobres…. Nos creemos mas importantes que los demás…
buscamos solo aparecer en público… solo somos lujos y no sencillez y humildad… etc etc
Cada vez que hagamos oración, debemos pedirle al Señor que nos ayude a ser
auténticos, no falsos; fructíferos, no estériles; buenos, no malos. El Padre José nos
enseñó que en toda persona –incluso los más despreciados de la sociedad- los que a
veces nosotros también rechazamos, está sembrada la buena semilla y pueden ser
buenos árboles que den buenos fruto!!! Por eso los trataba con dignidad y respeto.
Los amó como Jesús. Siempre estamos a tiempo para que sigamos creciendo lo mejor
que Dios plantado en nosotros y que estemos eternamente agradecidos por tu mano
cariñosa que nos cuida y nos trata con cariño.
Dialoguemos:
1.- ¿Qué frutos podemos mencionar de la vida del Padre José?
2.- Se trata no solo de religión sino del Reino Dios… ¿cómo diferenciamos eso?
3.- ¿Qué debemos hacer para pasar de la “Admiración al Padre José! a la “Imitación
de sus virtudes”
5.- Cantemos:
Cristo te necesita para amar, para amar,
Cristo te necesita para amar. (bis)
No te importen las razas ni el color de la piel Al que vive a tu lado dale amor, dale amor,
ama a todos como hermanos y haz el bien. (bis) al que viene de lejos dale amor.
Al que sufre y al triste dale amor, dale amor, Al amigo de siempre dale amor, dale amor
al humilde y al pobre dale amor. al que piensa distinto dale amor.
9.-Avisos: