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Capítulo 7 – La valoración moral

Para poder hablar acerca de la valoración moral, primero tenemos que definir a la
valoración. Podemos definir a la valoración como el acto humano que atribuye
valor a un acto o producto material. La valoración moral entonces se puede definir
como el hecho de atribuir, adjudicar, un valor a una acción humana determinada.
(Aunque a mi punto de vista, su calidad o no se valora según criterios morales.)

La valoración moral comprende ciertas características, más específicamente los


siguientes elementos:

-El valor atribuible. (Es la cantidad de valía que tiene una acción)

-El objeto valorado. (Se refiere al acto que se evalúa)

-El sujeto que valora. (El que se encarga de asignar el valor atribuible al objeto
valorado)

La valoración moral comprende desde un sentido histórico-social del hombre, ya


que como creación de este únicamente existe “por y para” este, en este sentido
podemos decir que la valoración moral es propiamente humana. No podemos
decir que las cosas materiales o incluso otros seres vivos pueden ser sometidos a
una valoración moral, ya que como se menciona antes solo se aplica para el
hombre. Incluso algunos actos propios del hombre pueden llegar a no ser
valorados (Que puedan ser cuestionados en el sentido moral) solo pueden
valorados los actos que repercutan directa o indirectamente a otro ser
humano, grupo social o incluso a una sociedad.

No tendría sentido evaluar actos que no repercutan de algún modo en otro ser
humano o sociedad, ya que el valor o cantidad de valía que tienen estos actos se
basan en que tanto afecta o repercute dicha acción en otro ser, si este no existe,
pierde entonces cualquier clase de valor moral. Tomando en cuenta la interacción
de un individuo y otro/otros la valoración moral se vuelve únicamente en el
sentido histórico-social. Siendo así nos podemos encontrar con situaciones que no
se pueden evaluar con criterios morales, ya que estos en una sociedad a otra, de
una clase social a otra o de un individuo a otro pueden cambiar completamente,
esto quiere decir que un ser humano no puede ni debe ser evaluado
individualmente. Es por eso que necesariamente se requiere del contexto
histórico-social para poder atribuirse a una acción un determinado valor, juzgando
así un individuo puede valorar una acción, aprobar o reprobarla no tanto asi
como le pudiera afectar a él mismo, si no a otros individuos.
Bajo este criterio el individuo valora con su actitud ciertos actos más como un ser
social, que como individuo influenciado por sus propias vivencias personales y
criterio propio. Por otro lado como se mencionó antes, este pertenece a un grupo
social, etnia o sociedad determinados, que influyen en sus principios, valores y
normas que le fueron impuestas en su mayor parte por las mismas.

De este modo se obtiene un ser, que no utiliza el criterio ni moral, ni empírico


propio exclusivo de solo un ser, tampoco así se compone de la sociedad ni de la
conciencia en general que se le fue impuesta. Da como resultado una pertenencia
del individuo hacia un contexto que se basa en su época y en su comunidad.

Pero ¿qué es lo que significa “bueno”?. Un acto moral considerado como “bueno”
se califica como un acto en beneficio de algún ser social, es decir que aspira a ser
un acto cargado de bondad. Entonces ¿Qué significa lo malo? Al definir lo “bueno”
podríamos decir que queda implícitamente definido lo “malo”. Estos son inversos,
recíprocos, y se da en otras co-relaciones parecidas. Siendo así, podríamos definir
a lo “malo” como lo reciproco de lo “bueno”.

Curiosamente, ninguna sociedad reconoce como “bueno” lo que atenta contra sus
propios intereses individuales y sociales. Aun así estos conceptos se ven ligados
no solo lógicamente si no que han estado presentes en las sociedades, y más aún
estos varían su significado de una a otra sociedad, incluso dentro de esta misma
varia de una clase social a otra, aunque claro, sin perder el objetivo contenido de
“lo bueno”.

Tomando en cuenta lo dicho anteriormente, aunque en cada época o sociedad


cambia histórica mente el concepto de “lo que es bueno” siempre hay algunas
respuestas principales cuando lo definimos:

-Felicidad
-Placer
-Buena voluntad

En general estas concepciones son aceptadas por diferentes sociedades y clases


sociales, sin dejar atrás las concepciones dadas por el pensamiento ético, como:

-El poder
-La riqueza
-Dios
-La verdad
-Lo bueno como Felicidad

En el pensamiento ético la felicidad, es todo lo que puede ser bueno. Todos los
hombres aspiran a la felicidad. Aristóteles afirmaba que la felicidad deel un ser
humano consistía en el ejercicio de la razón y de la mente, que es la facultad de
los humanos por excelencia. También define que la felicidad requiere de ciertas
condiciones necesarias que no implican el ejercicio de la mente, y estas juegan un
papel muy importante dentro de la felicidad.

La primera es la seguridad económica. (La posesión de bienes materiales) y la


segunda es libertad personal. Sin ellas se considera que los hombres no pueden
ser felices y por ello, los que no cumplen estas condiciones, no son felices. Tal
como las clases sociales bajas o en algunas partes del mundo, los esclavos.
Siendo así queda implícito que la felicidad solo queda al alcance de un sector
determinado de una sociedad.

Partiendo de esto se puede dar significado a la ética cristiana, que traslada la


felicidad que no se tiene terrenalmente a un mundo ultraterreno. Esta queda
definida al decir que la felicidad solo es un concepto que se puede alcanzar en
otro mundo, como compensación de la infelicidad terrenal de los seres humanos.
La felicidad entonces no puede ir desligada de las condiciones antes mencionadas
ya que estos se definen para diversos sectores de la sociedad. Algunos seres,
pues, no pueden llegar a ser felices en la pobreza, falta de libertad o
discriminación.

Los individuos de una sociedad pueden encontrar obstáculos, siendo integrante de


cualquier clase o sociedad, para alcanzar la felicidad, y estos se suscitan en todas
las organizaciones sociales, como fracasos, enfermedades, muerte de seres
queridos y demás.

La felicidad entonces depende en gran parte de la posesión de bienes materiales y


particularmente en el dinero. En un grupo social entonces la felicidad de este tipo,
se puede entender que la felicidad en gran parte se obtiene cuando se satisface el
“deseo de tener” de los individuos quedando asi que el hombre rico será feliz,
mientras el pobre será infeliz. Lo anterior sirve de ejemplo sobre como una
sociedad hace por ella misma el concepto de felicidad.

Siendo así se puede definir que concorde a la naturaleza humana la felicidad hoy
se basa en las tendencias egoístas del individuo, mas específicamente en su
espíritu de posesión.
-Lo bueno como placer.

Para poder definir el placer, es necesario definir los dos sentidos en los que se
basa, el primero: Como sentimiento o estado afectivo placentero que acompaña a
diferentes experiencias. Y el segundo como sensación agradable producida por
estímulos.
Uno de los principios hedonistas afirma que lo bueno es el placer, y todo lo malo
es lo contrario sin embargo, se puede comprobar que los placeres inmediatos
como la comida, el sexo y la bebida, trae como consecuencia a largo plazo
diferentes males. Siendo así lo que cumplen con las características de la felicidad
ética, son los placeres superiores, definidas por los mismos principios hedonistas
que son los intelectuales (como menciono Aristóteles) y estéticos.
Podemos decir que todos los seres de una sociedad, buscan el placer intrínseco,
que prefieren este que el displacer o el dolor. Sin embargo no todo lo que se
desea como placer puede llegar a considerarse bajo la lupa del ético como bueno.
El placer pues, requiere una calificación moral para que pueda tener un valor.

Basados en esto podemos considerar al placer como la línea divisoria entre lo


bueno y lo malo. La bondad de un acto depende entonces de la cantidad de placer
que este genera, mientras que para los hedonistas cualitativos las diferencias
del placer producen diferentes valoraciones. Lo bueno, debe de ser
incondicionado como buena voluntad, que estas no dependan de los factores de
moralidad individual. Ya que estas en busca del placer pueden llegar a ser in
objetivas del verdadero significado de la valoración moral de la ética.

Las buenas acciones sin intenciones se convierten así en solo un deseo. Ya que al
final la buena voluntad no se ve afectada por las consecuencias. No basta actuar
conforme al deber, mas no así es el factor que empuje a los individuos a llevarlo a
cabo, siendo estos distintos a los establecidos por la oralidad individual.

Lo bueno como útil

La concepción de lo bueno como algo útil se basa principalmente en un sentido


egoísta, que define que lo “bueno “ solo sería provechoso o útil para el individuo
independiente mente si lo es para los demás. Siendo así lo podemos definir como
el sentido opuesto del utilitarismo el cual concibe que lo bueno es todo lo útil para
los demás individuos aunque este no coincida con los propios intereses. Siendo
preferencial que sea útil para el mayor número de hombres.

Así, lo bueno queda definido por las consecuencias de una acción determinada,
esta, sin importar el motivo para hacerla. Pero esta misma requiere una valoración
previa, para poder medir los efectos que esta posiblemente tenga. El utilitarismo
define pues a lo “bueno” como lo que es útil para un grupo social.
Al utilitarismo se le puede cuestionar en si, por su ideología de distribución, que
consiste en “La mayor felicidad para el mayor número de hombres” y por si mismo
esta ideología se tiene que enfrentar a diferentes conflictos que genera. Ya que
hace más feliz una parte de la población que a otra, y esta última solo aspira a ser
menos feliz que la primera.

Conclusiones acerca de la naturaleza de lo bueno

Todas las ideologías anteriores tienen el defecto de no concebir correctamente a


lo “bueno” solo así abstractamente, correspondiendo así a la manera abstracta en
la que se concibe al individuo propio sin embargo todas ellas conciben al hombre
con la naturaleza indudable de querer alcanzar la felicidad, y el mostrar oposición
a no hacerlo.

También podemos definir que el hombre varia con respecto a su situación social, y
en su época. Lo bueno se da en un balance de la relación entre los intereses
personales y colectivos, siendo que por si mismo el individuo es un ser social y
que la sociedad es en sí, un conglomerado de individuos.

Esto da como resultado al egoísmo ético que es una forma real de comportarse, y
en esta los intereses particulares y generales se mezclan. En esta época lo bueno
solo puede darse apropiadamente en la superación entre los intereses individuales
y colectivos o en la conjugación de los intereses personales y los intereses
universales. Lo bueno entonces, claramente rebaza los intereses personales, pero
la bondad no exime del todo al principio del egoísmo. Por ejemplo los líderes
políticos se oponen a los intereses de un grupo social.

Lo “bueno” Puede darse en otro tipo de relación, no únicamente en el individuo-


sociedad. Más específicamente en sí mismo ya que “lo bueno” que da como
contribución del y para el individuo.

Podemos definir entonces que el problemas de lo bueno es que cuando se


fusionan los intereses personales y los intereses sociales, es inseparable de los
problemas de las bases éticas y condicionantes que predominan en una sociedad.
Para que estas hagan posible su realización.

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