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El Rey Josías, la Santidad como respuesta a la Ley

Simón R. Sánchez Segura  Iglesia del Este


Agosto 19, 2007

Resumen
Acabamos de terminar un estudio muy completo sobre el libro de Romanos, en donde se hizo mucho
énfasis a la importancia de la ley, como la herramienta que Dios ha diseñado para llevar a los hombres
al conocimiento de su pecado. A través de la ley, el hombre sin Cristo ve su condición delante de Dios
y entiende su necesidad de un salvador. También a través de la ley, el cristiano puede examinarse a sí
mismo y corregir su conducta para conformarse día a día a la imagen de Cristo.

Por otro lado, estamos a punto de iniciar un estudio sobre el libro de Levítico, cuyo tema principal
y punto clave es la Santidad. En Levítico vamos a ver una serie de estatutos que Dios dejó a los Israeli-
tas para que entendieran exactamente cómo debían comportarse parar agradarle a Él. A nosotros estos
estatutos nos servirán como lecciones de vida en pro de la Santidad: apartar nuestro corazón y nuestra
vida para hacer lo que Dios quiere con nosotros en este tiempo.

Durante esta transición, me llama la atención la historia del Rey Josías, hijo de Amón: En el tiem-
po de Josías los sacerdotes del templo encuentran el Libro de la Ley, que había sido extraviado años atrás.

Aunque el rey tenía el deseo de servir a Jehová, y hacer lo bueno, es hasta que lee este Libro de la Ley
que llega a un conocimiento pleno de cual es la dimensión del problema que estaba asolando al pueblo
de Israel: quebrantaron el pacto que hicieron con Dios, y esto conlleva consecuencias serias.

A partir de este conocimiento Josías toma medidas extremas, y esto es el punto importante que nos
debe enseñar algo a nosotros hoy día.

A los cristianos nos sirve de exhortación a buscar nuestras Biblias todos los días, para escudriñarla y
entender claramente lo que Dios espera de nosotros. Para los no cristianos, es un buen cuadro del hombre
sin Cristo, que talvés quiere hacer lo bueno pero no puede; y es hasta el momento que se encuentra
a sí mismo reejado en el espejo de la ley, que entiende la verdadera dimensión de su problema: ha
quebrantado la ley de Dios y esto acarrea consecuencias inminentes, graves y eternas.

1. Esquema del Mensaje

Presentación (2min)

Introducción (3min)

Contexto (5min)

Historia de Josías (15min)

• Punto 1: El Inicio de Josías (3min)

• Punto 2: El Hallazgo de la Ley (3min)

• Punto 3: Las Reformas de Josías (3min)

• Punto 4: La Pascua de Josías (3min)

• Punto 5: La Muerte de Josías (3min)

1
La Declaración de Dios (2min)

Aplicación para los cristianos (4min)

Aplicación para los no cristianos (4min)

Resumen y Final (3min)

Oración (1min)

2. Estudio Completo

2.1. Contexto

La historia de los reyes de Israel comienza con Saul, aproximadamente unos 1000 años antes de Cristo.
Cuando Dios ve que Saul no es obediente a sus mandatos, decide colocar a David en su lugar.
El relato de cómo David llega a ser rey está en los libros de 1Samuel y 2Samuel. David fue tan cercano
a Dios, que Él le prometió mantener su descendencia a la cabeza del reinado, siempre que siguieran Sus
estatutos.

El salva gloriosamente a su rey, Y usa de misericordia para con su ungido, A David y a su
descendencia para siempre. 2 Samuel 22.51.

para que conrme Jehová la palabra que me habló [a David]


, diciendo: Si tus hijos guar-
daren mi camino, andando delante de mí con verdad, de todo su corazón y de toda su alma,
jamás, dice, faltará a ti varón en el trono de Israel.. 1Reyes 2.4. Nota con énfasis mía.

El cumplimiento denitivo de esa promesa es Jesús, descendiente de David, el cuál será conrmado en el
trono de Israel para siempre.

Y el que estaba sentado en el trono [Cristo]


dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas.
Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son eles y verdaderas. Apocalipsis 21.5. Nota con
énfasis mía

Durante el reinado de David, Dios le entregó todas las tierras de los alrededores y se denieron las
fronteras del reino de Israel.
Luego, en el reinado de Salomón, hijo de David, hubo paz en la tierra. En este tiempo se construyó el
templo de Jerusalén y la gloria del reino de Israel llegó a su punto culminante.

Y Judá e Israel vivían seguros, cada uno debajo de su parra y debajo de su higuera, desde
Dan hasta Beerseba, todos los días de Salomón. 1 Reyes 4.25.

Acabada toda la obra que hizo Salomón para la casa de Jehová, metió Salomón las cosas
que David su padre había dedicado; y puso la plata, y el oro, y todos los utensilios, en los
tesoros de la casa de Dios. 2 Crónicas 5.1.

Sin embargo Salomón fue el primer rey en desviarse del camino que Dios les había mostrado.

4 Y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y
su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David. 5 Porque
Salomón siguió a Astoret, diosa de los sidonios, y a Milcom, ídolo abominable de los amonitas.
6 E hizo Salomón lo malo ante los ojos de Jehová, y no siguió cumplidamente a Jehová como
David su padre. 1Reyes 1.4-6.

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Luego de Salomón, reinó Roboam, su hijo, el cual no hizo lo bueno a los ojos de Dios, sino que causó
conictos y división al punto que el reino terminó dividiéndose en dos partes.
Once de las doce tribus eligieron a Jeroboam como rey y se separaron de Judá. Acá comienza una línea
de reyes que no son descendientes de David.
La tribu de Judá permaneció el a la descendencia de David y al gobierno establecido en Jerusalén. Los
reyes que gobernaron Judá siguieron la línea sanguínea de David.
La línea de reyes de Israel es la siguiente:

Jeroboam hijo de Nabat, reinó 22 años. (1Reyes 14.20)

Nadab hijo de Jeroboam, reinó 2 años. (1Reyes 15.25)

Baasa hijo de Ahías, reinó 24 años. (1Reyes 15.33)

Ela hijo de Baasa, reinó 2 años. (1Reyes 16.8)

Zimri, comandante de carros de Baasa, reinó 7 días. (1Reyes 16.15)

Omri, general del ejército, reinó 12 años. (1Reyes 16.23) Edicó Samaria.

Acab hijo de Omri, reinó 22 años. (1Reyes 16.30)

{...}

La línea de reyes de Judá, es la siguiente:

Roboam hijo de Salomón, reinó 17 años. (1Reyes 14.21)

Abiam hijo de Roboam, reinó 3 años. (1Reyes 15.2)

Asa hijo de Abiam, reinó 41 años. (1Reyes 15.10)

Josafat hijo de Asa, reinó 25 años. (1Reyes 22.42)

{...}

2.2. Historia de Josías

Encontramos la historia de Josías en dos secciones de la Biblia. La primera recopilación se hace desde el
punto de vista del trono, en el libro de 2Reyes. La segunda recopilación corresponde al punto de vista del
templo y está en el libro de 2Cronicas. Ambos relatos se complementan.
Los pasajes en cuestión son: 2Reyes 21.15-23.30 y 2Cronicas 33.25-36.1. Para no estar brincando
2Reyes.
entre libro y libro, el mensaje se va a concentrar en el pasaje de

2.2.1. El Inicio de Josías (2Reyes 21.24, 22.1-2)

Josías, hijo de Amón, empezó a reinar porque un grupo de personas conspiró contra su padre. Al darse
cuenta el pueblo de lo que habían hecho estas personas, se levantaron contra ellos y los mataron.
A pesar de sus múltiples desvíos del camino de Dios, el pueblo aún era el a la casa de David, y en vez
de poner a un adulto de entre ellos como rey, le dan el trono al hijo de Amón, que aún era niño.

Entonces el pueblo de la tierra mató a todos los que habían conspirado contra el rey Amón;
y puso el pueblo de la tierra por rey en su lugar a Josías su hijo. 2Reyes 21.24.

Aún siendo menor de edad, Josías mostró un gran deseo de andar en los caminos del rey David. Contrario
a su padre, Josías busca a Jehová empieza a realizar buenas acciones en pos de Él.

1 Cuando Josías comenzó a reinar era de ocho años, y reinó en Jerusalén treinta y un
años. El nombre de su madre fue Jedida hija de Adaía, de Boscat. 2 E hizo lo recto ante los

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ojos de Jehová, y anduvo en todo el camino de David su padre, sin apartarse a derecha ni a
izquierda. 2Reyes 22.1-2.

Sin embargo, aún con las buenas intensiones de Josías, y siendo recto de corazón, muchas cosas perma-
necías impuras en el reino. Josías no tenía una guía que le indicara claramente cuál era el problema de Israel
y qué debía hacer él como rey para agradar a Dios.

2.2.2. El Hallazgo de la Ley (2Reyes 22.3-4)

Luego de 10 años de reinado, Josías se dispone a realizar reparaciones en el templo de Dios.

 3 A los dieciocho años del rey Josías, envió el rey a Safán hijo de Azalía, hijo de Mesulam,
escriba, a la casa de Jehová, diciendo: 4 Ve al sumo sacerdote Hilcías, y dile que recoja el
dinero que han traído a la casa de Jehová, que han recogido del pueblo los guardianes de la
puerta, 5 y que lo pongan en manos de los que hacen la obra, que tienen a su cargo el arreglo
de la casa de Jehová, y que lo entreguen a los que hacen la obra de la casa de Jehová, para
reparar las grietas de la casa; 6 a los carpinteros, maestros y albañiles, para comprar madera y
piedra de cantería para reparar la casa; 7 y que no se les tome cuenta del dinero cuyo manejo
se les conare, porque ellos proceden con honradez. 2Reyes 22.3-7.

Los encargados de las reparaciones encuentran el Libro de la Ley y lo llevan a la presencia del rey.

8 Entonces dijo el sumo sacerdote Hilcías al escriba Safán: He hallado el libro de la ley en
la casa de Jehová. E Hilcías dio el libro a Safán, y lo leyó. 9 Viniendo luego el escriba Safán al
rey, dio cuenta al rey y dijo: Tus siervos han recogido el dinero que se halló en el templo, y lo
han entregado en poder de los que hacen la obra, que tienen a su cargo el arreglo de la casa
de Jehová. 10 Asimismo el escriba Safán declaró al rey, diciendo: El sacerdote Hilcías me ha
dado un libro. Y lo leyó Safán delante del rey. 2Reyes 22.8-10.

Al leer el libro, el rey llega a un conocimiento completo de cuán profundo era el problema de Israel: no
sólo era una situación en lo externo, en los altares a dioses extranjeros y la falta de interés por seguir el
camino de Jehová; el problema estaba arraigado en el corazón de los reyes y del pueblo, y las consecuencias
de haber abandonado al Dios de sus padres eran terribles.

Y cuando el rey hubo oído las palabras del libro de la ley, rasgó sus vestidos. 2Reyes 22.11.

Para un breve resumen de las consecuencias que acaerría sobre Israel la desobediencia del pacto con Dios,
se puede revisar Levítico 26.14-46 o Deuteronomio 28.15-68.

2.2.3. Las Reformas de Josías (2Reyes 23.1-20)

Entonces Josías tomó medidas extremas:

Leyó el libro ante todo el pueblo, para que nadie tuviera desconocimiento de las palabras que Dios
había mandado por medio de Moisés.

1 Entonces el rey mandó reunir con él a todos los ancianos de Judá y de Jerusalén. 2 Y
subió el rey a la casa de Jehová con todos los varones de Judá, y con todos los moradores de
Jerusalén, con los sacerdotes y profetas y con todo el pueblo, desde el más chico hasta el más
grande; y leyó, oyéndolo ellos, todas las palabras del libro del pacto que había sido hallado en
la casa de Jehová. 2Reyes 23.1-2.

Hizo pacto con Dios y se comprometió ante Él a seguir todo lo escrito en el Libro de la Ley.

Y poniéndose el rey en pie junto a la columna, hizo pacto delante de Jehová, de que irían en
pos de Jehová, y guardarían sus mandamientos, sus testimonios y sus estatutos, con todo el

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corazón y con toda el alma, y que cumplirían las palabras del pacto que estaban escritas en
aquel libro. Y todo el pueblo conrmó el pacto. 2Reyes 23.3.

Mandó eliminar los cultos extraños que se realizaban en el templo de Jehová.

4 Entonces mandó el rey al sumo sacerdote Hilcías, a los sacerdotes de segundo orden, y a
los guardianes de la puerta, que sacasen del templo de Jehová todos los utensilios que habían
sido hechos para Baal, para Asera y para todo el ejército de los cielos; y los quemó fuera de
Jerusalén en el campo del Cedrón, e hizo llevar las cenizas de ellos a Bet-el. 5 Y quitó a los
sacerdotes idólatras que habían puesto los reyes de Judá para que quemasen incienso en los
lugares altos en las ciudades de Judá, y en los alrededores de Jerusalén; y asimismo a los que
quemaban incienso a Baal, al sol y a la luna, y a los signos del zodíaco, y a todo el ejército
de los cielos. 6 Hizo también sacar la imagen de Asera fuera de la casa de Jehová, fuera de
Jerusalén, al valle del Cedrón, y la quemó en el valle del Cedrón, y la convirtió en polvo,
y echó el polvo sobre los sepulcros de los hijos del pueblo. 7 Además derribó los lugares de
prostitución idolátrica que estaban en la casa de Jehová, en los cuales tejían las mujeres tiendas
para Asera. 2Reyes 23.4-7.

Mandó destruir los altares y lugares dedicados a dioses extranjeros que se encontraban dispersos por
todo el reino de Judá, desde Jerusalén.

8 E hizo venir todos los sacerdotes de las ciudades de Judá, y profanó los lugares altos donde
los sacerdotes quemaban incienso, desde Geba hasta Beerseba; y derribó los altares de las
puertas que estaban a la entrada de la puerta de Josué, gobernador de la ciudad, que estaban
a la mano izquierda, a la puerta de la ciudad. 9 Pero los sacerdotes de los lugares altos no
subían al altar de Jehová en Jerusalén, sino que comían panes sin levadura entre sus hermanos.
10 Asimismo profanó a Tofet, que está en el valle del hijo de Hinom, para que ninguno pasase
su hijo o su hija por fuego a Moloc. 11 Quitó también los caballos que los reyes de Judá habían
dedicado al sol a la entrada del templo de Jehová, junto a la cámara de Natán-melec eunuco,
el cual tenía a su cargo los ejidos; y quemó al fuego los carros del sol. 12 Derribó además el
rey los altares que estaban sobre la azotea de la sala de Acaz, que los reyes de Judá habían
hecho, y los altares que había hecho Manasés en los dos atrios de la casa de Jehová; y de allí
corrió y arrojó el polvo al arroyo del Cedrón. 13 Asimismo profanó el rey los lugares altos
que estaban delante de Jerusalén, a la mano derecha del monte de la destrucción, los cuales
Salomón rey de Israel había edicado a Astoret ídolo abominable de los sidonios, a Quemos
ídolo abominable de Moab, y a Milcom ídolo abominable de los hijos de Amón. 14 Y quebró
las estatuas, y derribó las imágenes de Asera, y llenó el lugar de ellos de huesos de hombres.
2Reyes 23.8-14.

Mandó contaminar el lugar alto que había hecho Jeroboam, con lo que se cumplió la profesía hecha
por un hombre de Dios.

15 Igualmente el altar que estaba en Bet-el, y el lugar alto que había hecho Jeroboam hijo de
Nabat, el que hizo pecar a Israel; aquel altar y el lugar alto destruyó, y lo quemó, y lo hizo
polvo, y puso fuego a la imagen de Asera. 16 Y se volvió Josías, y viendo los sepulcros que
estaban allí en el monte, envió y sacó los huesos de los sepulcros, y los quemó sobre el altar
para contaminarlo, conforme a la palabra de Jehová que había profetizado el varón de Dios,
el cual había anunciado esto. 17 Después dijo: ¾Qué monumento es este que veo? Y los de la
ciudad le respondieron: Este es el sepulcro del varón de Dios que vino de Judá, y profetizó
estas cosas que tú has hecho sobre el altar de Bet-el. 18 Y él dijo: Dejadlo; ninguno mueva
sus huesos; y así fueron preservados sus huesos, y los huesos del profeta que había venido de
Samaria. 2Reyes 23.15-18.

Mandó destruir altares y lugares dedicados a dioses extrangeros que se encontraban en Samaria, fuera
de sus dominios y en medio de los hijos de Israel.

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19 Y todas las casas de los lugares altos que estaban en las ciudades de Samaria, las cuales
habían hecho los reyes de Israel para provocar a ira, las quitó también Josías, e hizo de ellas
como había hecho en Bet-el. 20 Mató además sobre los altares a todos los sacerdotes de los
lugares altos que allí estaban, y quemó sobre ellos huesos de hombres, y volvió a Jerusalén.
2Reyes 23.19-20.

Finalmente, se propuso celebrar la Pascua junto con todo el pueblo.

2.2.4. La Pascua de Josías (2Reyes 23.21-23)

Ezequías, el bisabuelo de Josías, también buscaba a Dios y había celebrado una pascua en sus días, sin
embargo en aquella ocasión únicamente Judá se reunió con unos pocos de las otras tribus. La mayoría de los
hijos de Israel se burlaron de los que pregonaban el llamado del rey por todo el país.

Pasaron, pues, los correos de ciudad en ciudad por la tierra de Efraín y Manasés, hasta
Zabulón: mas se reían y burlaban de ellos. 2Crónicas 30.10.

Josías fue el primer rey en organizar una pascua con todos los detalles establecidos en la ley, y esta vez
el pueblo se reunió completo, tanto Judá como los que quedaban de las otras tribus.

21 Entonces mandó el rey a todo el pueblo, diciendo: Haced la pascua a Jehová vuestro
Dios, conforme a lo que está escrito en el libro de este pacto. 22 No había sido hecha tal pascua
desde los tiempos en que los jueces gobernaban a Israel, ni en todos los tiempos de los reyes de
Israel y de los reyes de Judá. 23 A los dieciocho años del rey Josías fue hecha aquella pascua
a Jehová en Jerusalén. 2Reyes 23.21-23.

2.2.5. La Muerte de Josías

Josías muere cuando decide salir a pelear contra el Farahón Necao, en una guerra que éste mantenía
contra el rey de Asiria.

En aquellos días Faraón Necao rey de Egipto subió contra el rey de Asiria al río Eufrates,
y salió contra él el rey Josías; pero aquél, así que le vio, lo mató en Meguido. 2Reyes 23.29.

2.3. La Declaración de Dios

En 2Reyes 23.25 Dios deja una declaración impresionante sobre el carácter de Josías:

No hubo otro rey antes de él, que se convirtiese a Jehová de todo su corazón, de toda su
alma y de todas sus fuerzas, conforme a toda la ley de Moisés; ni después de él nació otro
igual. 2Reyes 23.25.

2.4. Aplicación

Para los cristianos, Josías es un ejemplo de nuestra vocación. Hemos sido comprados a precio de la sangre
del Hijo de Dios, y nuestra actitud ante esa impresionante realidad debe ser de sumisión a la voluntad de
Dios. Josías quería servir a Jehová, pero fue hasta que encontró la Ley, que tuvo la guía necesaria para
actuar. Igualmente nosotros, muchas veces tenemos el deseo de servir a Dios, sin embargo podemos caer en
maneras incorrectas o torcidas de hacerlo.
La única forma en que podremos estar seguros de servir a Dios de acuerdo con sus propósitos es a través
de la Biblia. La Biblia es nuestro manual, no sólo para la vida sino para cumplir con la misión de buscar y
salvar a los que aún viven en su pecado.
No basta con buenas intensiones, es necesario dejarse conducir por el sano consejo de la Palabra de Dios.
Sin embargo esto no es sencillo ni debe tomarse a la ligera. Para no malinterpretar lo que se lee en la Biblia
hay que ser cuidadoso y un estudiante dedicado. Se necesita un corazón dispuestos a creer lo que ella dice,

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se necesita la guía del Espíritu Santo, se necesita ser metódico y ordenado, y nalmente, se necesita tener
completa certeza de las palabras de verdad.
De esto se trata la santidad: día a día acercarnos a Dios para hacer lo correcto, y la guía que nos enseña
cómo es la Biblia.
Si queremos un ministerio que tenga un buen fruto no debemos conar en modernas técnicas para
atraer personas a Cristo. Debemos leer la Biblia y hacer lo que ella dice. Obviamente que hay herramientas,
y que ellas sirven de ayuda, pero la base de todo lo que hacemos como cristianos debe ser la Biblia.
Debemos cuidadosamente ver a través del estudio de la Biblia cuales son los ídolos que están tomando el
lugar de Dios en nuestro reino. Hay que examinar cuáles áreas de nuestra conducta no están gloricando a
Dios, y la forma de hacerlo es a través de la ley de Dios.
La Palabra de Dios convence al mundo de pecado. A nosotros nos redarguye cuando estamos desviados
del camino. En pocas palabras: nos santica.
Como Iglesia, no podemos simplemente hacernos de la vista gorda ante lo que pasa a nuestro alrededor.
Hay personas muriendo todos los días y nuestra parte en la misión es ir y hablar: Hablar sobre Jesús. Hay
que ir y compartir lo que Cristo ha hecho en nuestras vidas con los demás, para que ellos también puedan
aprovechar de el regalo de la salvación.
Sin embargo un ciego no puede guiar a otro ciego. Si no conocemos por lo menos los rudimentos de la
fe, no podremos compartirlos con nadie. Si no estamos listos para dar testimonio de lo que creemos, no
podremos hablarle a las personas de Dios. Para poder estar listos a dar razón de nuestra fe debemos estar
creciendo en el conocimiento de la misma. Sólo a través de las Escrituras logramos eso.
Luego de estudiar la Ley, Josías se dispuso a celebrar la Pascua. Luego de conocer las Palabras de Dios
nace el deseo de participar en su obra y estar con Él. La Pascua era un legado, un recuerdo de las grandes cosas
que Dios había hecho con Israel para sacarlos de la esclavitud. Nosotros a través de la Biblia encontramos la
comunión con Cristo, quien nos sacó de la esclavitud del pecado.
Luego de estudiar la Biblia y meditar en ella, podemos acercarnos en oración con un mejor entendimiento
de nuestro propósito de vida, y nuestro tiempo personal con Dios se hace más provechoso, más rico.
En el camino de la santidad la Palabra de Dios es el punto de partida para luego edicar todo lo demás.

Para el no cristiano, la ley es la vara de medir de Dios. Con esa misma vara medirá a todas las personas
en el día del juicio, y ninguno alcanzará la medida para entrar al cielo.
La ley de Dios está escrita en nuestros corazones, es por eso que todos sabemos lo que es bueno y lo que
es malo. Los mismos diez mandamientos que Jehová escribió en piedra con su dedo, son los que rigen nuestra
conciencia.
El hombre que vive sin Cristo sabe que hace lo malo. Cualquier persona que vive sin Jesús sabe en lo
más profundo de su ser que está pecando, que el pecado le gusta y que no quiere salir de ahí, aunque siente
que el nal de todo será para su mal.
Para poder reconocer su condición ante Dios, la persona debe ser enfrentada con sigo misma a través de la
Ley. Como Josías, el hombre natural experimenta su verdadera condición únicamente cuando se autoexamina
para ver si ha cumplido lo que Dios manda.
¾Ha mentido, aún una vez? ¾Ha robado cualquier cosa? ¾Ha usado el nombre de Dios como una palabrota?
¾Alguna vez ha codiciado algo de otra persona?
Josías se dió cuenta que Israel había quebrado el pacto que establecieron con Dios en el tiempo de Moisés.
La consecuencia por haberlo hecho era la destrucción total de la nación.
El hombre con su pecado ha quebrantado la Ley, y con la más mínima infracción de los diez mandamientos
hay una consecuencia.
Para todo el que haya pecado aplica la pena de muerte, porque la paga del pecado es la muerte. Así que
si ha violado la ley de Dios, la persona es culpable y no podrá ir al cielo. Por eso Cristo vino, para pagar la
multa de todos los que deseen arrepentirse y poner su fe en Él.
Pero para el que no quiere a Cristo, lo único que le queda es pasar toda su eternidad en un lugar de
castigo por haber amado más un placer temporal que la luz de Dios, no importa si lo quiere creer ahora o
no.
Jesús murió en la cruz para saldar la cuenta, para cancelar la factura, pero la salvación que Él consiguió
es un regalo. No se puede ganar con buenas obras, ni tampoco se puede obligar a nadie a tomarla. Es un
regalo para quien quiera recibirlo. Sólo hay que mirarse en el espejo de la ley, saber que sin Cristo no tenemos

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salida en el día del juicio, querer dejar el pecado y poner toda nuestra vida en las manos de Dios. Pedirle a
Jesús la salvación, con verdadera humildad de corazón, y Él lo hará.
Una vez una persona se convierte a Jesús, Dios da por saldada su cuenta de pecado, y la persona tiene
nueva vida. Por el sacricio de un cordero inocente, la plaga de la muerte nos pasa de largo. Esa es la
verdadera pascua.

No podríamos saber estas cosas si no estuvieran escritas en el Libro de Dios. Por eso tenemos que ser
como Josías, que no se quedó indiferente a lo que leía, sino que tuvo una reacción. ¾Cómo vamos a reac-
cionar? Cristianos: ¾Vamos a meternos de lleno en la misión? ¾Vamos a buscar a Dios con todo el corazón
y a amar su Palabra, y a estudiarla y a escudriñarla para poder hablarle a otros sobre ella? Y los que no
son cristianos o no están seguros: ¾Van a seguir indiferentes ante esta advertencia que Dios les hace? ¾Va a
seguir esperando otro día más para entregar su vida a Dios? ¾Y si no hay mañana? No seamos indiferente.

Finalmente algo sobre la muerte de Josías. Pareciera que Josías fue imprudente al salir a pelear contra
el Farahón. No era su problema, ni era una amenaza inmediata. Sin embargo hay algo importante para
nosotros: Farahón, y Egipto en sí siempre representan el mal en el contexto de la Biblia. No vemos una sola
buena referencia de Egipto en toda la Escritura, más bien todo lo contrario.
Los reyes que dejaron el camino de Dios, empezando por Salomón, tuvieron relaciones comerciales cercanas
con Egipto, aún a sabiendas que en la Ley eso les había sido explícitamente prohibido por Dios. Josías sale
a la batalla contra el Farahón, y no le importa perder su vida en esa causa.
¾Estamos nosotros dispuestos a desgastarnos en la batalla contra el mundo? ¾Qué nos importa más, unos
cuantos años más de vida (que de todas formas no tenemos garantizados) o aprovechar al máximo nuestra
estadía en esta tierra haciendo la voluntad de Dios? ¾Vamos a hacer la guerra contra el Farahón que go-
bierna nuestra vida a costa de eso que tanto valoramos? ¾Vamos a dejar nuestra comodidad para ponernos
a estudiar nuestra Biblia? ¾Vamos a sacricar nuestra supuesta reputación para empezar a actuar como
Jesús lo haría, y a hablar de Él aunque no sea un tema popular?

Este es el reto que este hombre nos deja. Él ya corrió su carrera, como Pablo, como tantos hombres
valientes del pasado. Ahora ¾qué vamos a hacer nosotros? ¾Permanecer indiferentes o incomodarnos un poco
para salir a quebrar unos cuantos altares de Baal, en nuestra vida primero, y luego afuera en la vida de otras
personas?

3. Bosquejo para la exposición

1. Presentación

a) Mi nombre. Descripción general.

b) Un poco de historia sobre mi vida cristiana.

c) ¾Cómo llegué al púlpito?

d) Aclaración con respecto a mi vida interior.

2. Introducción

a) Estudio sobre Romanos que acabamos de hacer.

b) Estudio sobre Levítico que está por venir.

c) Breve resumen de la situación clave en la historia de Josías.

1) Encuentra la Ley. Como nosotros en Romanos vimos mucho sobre la Ley.

2) Actúa de acuerdo con lo que lee en ella. En esto consiste la Santidad, como veremos en
Levítico.

3) Estamos en una posición similar a la que se encontraba Josías en su momento clave.

3. Contexto

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a) Los Reyes

1) El buen comienzo de David.

2) El buen paso que llevaba Salomón.

3) El desvío a partir de la vejez de Salomón.

4) La división del reino.

5) El desvío total de los Reyes.

b) El panorama en tiempos de Josías.

4. Historia de Josías

a) El Inicio de Josías (2Reyes 22.1-2).

1) Él desde pequeño trató de hacer lo bueno.

b) El Hallazgo de la Ley (2Reyes 22.3-11).

1) En su búsqueda por hacer lo bueno, se tropieza con la Ley de Dios.

2) El momento clave en la vida del rey lo vemos en 2Reyes 22.11.

a0 Podría haberse quedado indiferente.

b0 Podría no haber creído que esa era la Ley de Dios.

c0 Podría haber preferido no incomodarse.

d0 Podría haber seguido el ejemplo de sus padres.

e0 Podría haber acudido al consejo de otros reyes.

f0 Sin embargo el rey creyó y se arrepintió.

g0 Luego se puso en acción.

c) Las Reformas de Josías (2Reyes 23.1-7).

1) Es notable que habían muchas cosas mal en Israel cuando Él encontró el libro de la Ley.

2) Es decir que aunque Josías tenía buenas intensiones, había cosas que no sabía, hasta que las
leyó en el libro de Dios.

3) Luego de leer la Ley de Dios, Josías hizo básicamente tres cosas:

a0 Leyó el libro ante todo el pueblo (informó a la gente).

b0 Hizo pacto con Dios (oró por la gente y con la gente).

c0 Salió a poner en acción los mandamientos de Dios (dio testimonio ante la gente).

d) La Pascua de Josías (2Reyes 23.21-23)

1) Parte de la obediencia de Josías fue celebrar la pascua tal como estaba ordenado en la Ley.

2) Era un recordatorio de la forma en que Dios sacó a Israel de la esclavitud de Egipto.

e) La Muerte de Josías (2Reyes 23.28-30)

1) Murió a los 39 años (relativamente joven).

2) Murió peleando contra el rey de Egipto.

3) Al morir había complido una vida de rectitud ante Dios.

5. La Declaración de Dios (2Reyes 23.25)

a) Este es el reconocimiento que Jehová dejó a Josías por su actitud ante la Ley.

b) Era intachable.

c) Actuó conforme lo que encontró en la Ley de Dios.

6. Aplicación

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