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RELACIÓN ENTRE ESTADO Y SOCIEDAD

El Estado es la creación de la sociedad surgido de la necesidad de la convivencia


bajo normas reguladas y controladas por un ente administrador de justicia.
La relación Estado-Sociedad debe ser entendida como el proceso en el cual la
ciudadanía, sus organizaciones y las instancias públicas se relacionan entre sí
en un ámbito de confianza, apertura, con el interés de promover políticas
públicas, donde la participación de la ciudadana se registre en el diseño,
ejecución y monitoreo de las mismas, velando por la transparencia, eficiencia y
equidad de las mismas.
La comprensión de los roles de cada uno de los actores y sectores que
intervienen la relación entre el Estado y la sociedad no debe ser entendida como
una relación de sustitución, sino una relación de complementariedad. Una
democracia madura implica un Estado y una sociedad fuerte que se relacionen
continuamente, controlen mutuamente y negocien entre sí, donde la voz del
pueblo tiene fuerza de ley.
No es posible la apertura y el relacionamiento Estado-Sociedad, sobre la base
del clientelismo, la corrupción, la impunidad y la complicidad de una clase política
con el dolo y el fraude.
En ese sentido, es necesario impedir la instrumentalización de las relaciones
Estado-Sociedad, la misma no es digna cuando se excluyen sectores por sus
posiciones beligerantes o críticas, la tarea es procurar la integración amplia de
los distintos sectores sociales a una nueva relación Estado-sociedad, para lo
cual no se debe seleccionar a los interlocutores, sobre la base de afinidad
política, relaciones primarias, afectividad o solo interactuar con los más
complacientes y dóciles a las mieles del poder.
La relación del Estado y la sociedad no puede ser por cooptación, manipulada y
debe estar abierta a las críticas constructivas y a los cuestionamientos objetivos
y veraces, con el interés de generar confianza de la ciudadanía con las
actuaciones gubernamentales, lo cual solo es posible superando la captura del
Estado por la delincuencia en la política.
Los actores gubernamentales deben entender que la corrupción no es una
percepción, deben quitarse la máscara y asumir que la misma existe, que es
estructural, sistemática y que convive en un sistema de complicidad público-
privada que operan y se interrelacionan entre sí, generando corrupción-
impunidad o impunidad corrupción.
Los actores gubernamentales, debe reconocer y afirmar la verdad como bien
originario, decisivo e imprescindible, aceptar la verdad es el fundamento para
generar confianza y un diálogo franco, transparente y abierto con la sociedad,
defendiendo el derecho de los ciudadanos de denunciar y querellarse contra el
dolo, el fraude de los recursos públicos.

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