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Universidad Alberto Hurtado

Departamento Psicología.

“Influencia de los medios de comunicación


en los niños”

Nombre: Hugo Sir


Profesor: Pablo Cabrera.
Ayudante: Carla Sandoval.
El objetivo de mi ensayo, que probablemente sobrepase mis propias limitaciones,
es abordar el complicado rol que ejercen los medios, en el desarrollo de los niños, en
cuanto a su íntimo mundo y su consecuente relación con la dimensión social. Mi análisis
se encausa por el rol que tiene el sentido de las palabras, que los medios de
comunicación masiva utilizan, más que en la información y los nuevos espacios
comunicativos, propiamente tales.
Así, tomando en consideración, entre otras teorías e ideas, la postura de Vygotsky,
acerca de la necesidad de un “otro”, en el salto cualitativo entre las etapas de desarrollo,
ya mencionadas por Piaget. Que actúe como modelo o representante de la cultura, creo
que los medios de comunicación, en especial la televisión por su particular poder de
atracción, son muy relevantes en la variedad que puede encontrarse en etapas superiores
del desarrollo de los niños.
Dividiré mi ensayo en algunos apartados para tratar de ser lo más claro en mi
planteamiento.

I.- Apropiación de significados:

Creo esencial para el desarrollo del tema del ensayo, hacer una revisión muy
somera, sin duda, de la manera en que los niños se apropiarían del sentido de las
palabras, y serían por tanto capaces de construir un mundo valorativo propiamente tal.
Vygotsky nos dice claramente que el significado de las palabras son formaciones
dinámicas, que evolucionan y es más dirá que: “Semánticamente, el niño comienza a
partir del todo, de un complejo significativo, y sólo después comienza a dominar las
unidades semánticas separadas, el significado de las palabras, y a fragmentar en estas
unidades su pensamiento, antes indiferenciado”1. A raíz de lo que el renombrado
psicólogo expone, me atrevo a especular, que si en un principio el niño posee un
pensamiento indiferenciado y además como él mismo dice, “la gramática precede a la
lógica”2 (es decir, aprende primero las reglas, antes de comprender su significancia), una
creación de mundo es inaprensible para un niño pequeño, nada nuevo pues el
pensamiento abstracto se va formando gradualmente en las sucesivas etapas descritas
por Piaget. Pero, además creo que la comprensión de la lógica interna de las oraciones, y

1
Vygotsky, L. S., Pensamiento y Lenguaje: teoría del desarrollo cultural de las funciones psíquicas,
Ed. Fausto, Buenos Aires, 1995, p. 203.
2
Ibid.
la apropiación de significado de las palabras, está muy relacionado con el sentido de las
palabras que otorga ese “otro”, en la “zona de desarrollo próximo” entre distintas etapas,
de la que habla Vygotsky. Lo que quiero decir es que la significación y el sentido que
otorga el niño a las palabras, que determina su concepción de mundo, está ligado al
modelo, de ahí las diferencias de “profundidad”, que pueden darse a posteriori entre los
infantes. Punto en el que me extenderé más adelante.
Dije que, el sentido que el “otro” otorga a las palabras, me parece de la mayor
relevancia en el significado que el niño le dará a estas, pues a mi parecer, no es en la
educación formal (entiéndase, desde lo que se pretende enseñar en las familias hasta el
colegio y otras instituciones), donde el niño aprehende el o los significados, que luego
utilizará con distintos sentidos. Pues, no sólo el sentido se relacionará con los diferentes
contextos, sino que los significados varían mucho, y dependerá de los modelos a los que
preste mayor atención el niño (que muy probablemente no son los formales), el
aprendizaje de estos. Lo cual a su vez determinará la dimensión del mundo íntimo, pues,
es casi seguro, que la cantidad y variedad de significados armará una dimensión interior
más rica. En esa línea, si hay un sentido poco variado por parte del modelo (ya sea por la
falta de educación de este, o por los contenidos, en el caso de la televisión), habrá
también una menor riqueza de significados al que el infante tendrá acceso.
Por lo cual, creo que la calidad de la información que el menor asimile en su
desarrollo, quizás no sea determinante para las etapas sucesivas, pero si para la
dimensión del mundo interior y radical en el posterior rol social que puede adoptar.

II.- Relevancia de los Modelos:

No es nuevo evidenciar la relevancia que los modelos tienen en el aprendizaje, ya


lo dice Albert Bandura en su teoría del aprendizaje social: “La eficacia de la conducta que
sirve como modelo es variable (…) La atención que prestamos a un modelo está
delimitada también, por su atracción interpersonal (…) Hay algunas clases de modelado
que resultan por sí mismas tan gratificantes, que atraen la atención de las personas de
todas las edades durante largos períodos de tiempo. El mejor ejemplo de ello son los
modelos que presenta la televisión”3. El niño aprenderá más, y más fácilmente de aquello
que llame más su atención, ante lo cual la televisión y ahora también Internet tienen
características especialmente favorables. Sobre todo la televisión, pues no exige
prácticamente nada, ya que entrega estímulos audiovisuales, que atraen fácilmente y la
interacción es poca o nula, lo que favorece el “relajarse” frente al aparato. Además, al
menos en Chile, la mayor parte del tiempo en pantalla hay programas de entretención,
sobre todo en el horario en que los niños son el público objetivo. Así las cosas, cuando
más llamativo son los modelos y más tiempo tienen los niños para apreciarlos, el sentido
del lenguaje es bastante unidimensional, así también, la cantidad de significados e incluso
la cantidad de palabras, es muy reducida.
El caso de Internet es algo diferente, implica una elección, una mayor interacción,
el niño no será estrictamente pasivo. Aquí depende mucho el uso, pues la oferta, es
similar para todos (no es tema abordar la alfabetización digital). La televisión no
funcionará de la misma forma, pues hay una “señal abierta”, con contenidos bastante
limitados, y una “pagada”, que tiene una mayor variedad. Mas, no hay televisión pagada
en los colegios, como si hay Internet, de esa forma (muy superficialmente abordado este
problema) los menores tendrían acceso a la variedad de la red, al menos en los colegios,
no así a la de la televisión.
Centrándonos de nuevo en Internet, el uso, la selección es fundamental, puede
provocar resultados completamente diferentes, en cuanto al sentido y significado del
lenguaje. Cobra mucha razón lo que expone Javier Esteinou, investigador de la
Universidad Autónoma Metropolitana de México, al señalar: “hay que tener presente que
no es la simple cantidad desbocada de difusión de información la que propicia el
desarrollo (…) sino la calidad y organicidad que guarda ésta con respecto a realidad…” 4
Aunque el investigador se refiere a un espectro más social, no carece de razón en su
correlato de desarrollo en los infantes. E incluso creo que se hace más complejo al
tratarse de niños, que están formando su mundo interior, pues él mismo dice: “las
informaciones de los medios que reciben, decodifican e interiorizan los receptores nunca
se asimilan homogéneamente en ellos con el mismo signo ideológico, emocional y
energético con la que se emiten; sino que varían según son sus situaciones históricas,
antropológicas, religiosas, económicas, familiares, políticas, culturales, materiales,

3
Bandura, Albert, Teoría del aprendizaje social, Espasa-Calpe, Madrid, 1982, p. 40.
4
Esterinou, Javier, Los medios de comunicación como instrumentos del desarrollo, [Publicación en línea],
www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n29/jesteinou.html#je, 2002.
regionales, étnicas, productivas, etc. Que los determinan como seres humanos”5. Pero
cuando inciden directamente en la gestación de mundos íntimos, de formas de
categorización, de valoración, el aplacamiento del efecto que se menciona, sería mucho
menor, y estaría dado básicamente por el resto de las experiencias a las que se expusiera
el niño, en consecuencia, por el tiempo de exposición a un determinado medio de
comunicación, en especial la televisión que es el que atraerá la atención, sobre todo, de
los más pequeños.
No por nada se ha hecho pública la “Declaración de Madrid”, que pone de
manifiesto el importante rol de los medios de comunicación, los cuales no han asumido
realmente la influencia que tienen en la educación, y pretende que se tome conciencia en
distintos países sobre esta problemática, a fin de una buena utilización de los medios. En
su primer postulado nos dirá: “La televisión sigue siendo el medio más seguido por el
espectador infantil. Niñas y niños viven en un estado de indefensión, tanto frente a los
medios de comunicación tradicionales, como frente a los sistemas de información y
comunicación que ha desarrollado en los últimos años la tecnología digital. Las niñas y
los niños tienen fácil acceso a contenidos inadecuados; a la vez que existe una carencia
de ofertas infantiles atractivas, de calidad, variadas en géneros y que eduquen en
valores”6.
Cabe mencionar que el mismo Bandura, por el lado de la psicología y la escuela
de cultura y personalidad, en un aspecto más antropológico hacen hincapié, en la
necesidad de las recompensas o refuerzos para el aprendizaje de determinada conducta,
lo cual se ajusta al poder que tiene los medios de comunicación de masas, y la televisión
en particular. Así, un niño se sentirá socialmente aceptado al repetir conductas, visiones
de mundo, valoraciones normativas, sentidos y significados del lenguaje que aprende de
la televisión y otros medios, generalmente aceptados. Aspecto muy relevante según
Ralph Linton, que enuncia: “La más notable y la más activa de las necesidades psíquicas
del hombre, quizá sea la de la respuesta emotiva de los demás”7, por lo tanto el niño
recibirá un refuerzo positivo que le hará mantener los significados y conductas adquiridos
en los medios, que repiten la misma operación en toda la sociedad, generándose una
especie de circulo de autolegitimación del mensaje de los medios de comunicación
masiva. Es válido mencionar lo que escribe Jorge Larraín respecto a la construcción de la
identidad y a propósito de Honneth: “… la construcción de la identidad es un proceso

5
Íbid.
6
Declaración de Madrid, www.declaraciondemadrid.org/.
7
Linton, Ralph, Cultura y Personalidad, Fondo de Cultura Económica, México D.F., 1960 p. 23.
intersubjetivo de reconocimiento mutuo. La confianza en sí mismo surge en el niño en la
medida en que la expresión de sus necesidades encuentra una respuesta positiva de
amor y cuidado…”8
En definitiva, el papel que desempeñan los medios, en especial el de la televisión
en el desarrollo de los niños, es fundamental, si tomamos en cuenta que estos se
encuentran especialmente indefensos, pues recién gestan las concepciones que a los
adultos sirven de barreras, ya que permiten una mirada crítica de la carga valórica de la
información mediática, como al sentido del lenguaje. No está demás mencionar que los
adultos ya han adquirido bastante más significados que los niños.
En el caso de Internet, la ausencia de los padres, la falta de alfabetización digital
de estos, y otras variables, propiciarían el mal uso, por la natural atracción que tienen las
actividades ocio-recreativas sobre otras, acompañado de la indefensión ante contenidos
inadecuados. Por lo cual, los niños quedarían a la deriva, en la construcción de sus
mundos interiores, sus preocupaciones, sus escalas valorativas, etc. Ante medios que no
han asumido su debida responsabilidad en cuanto a su influencia en el desarrollo de los
menores.

III.- Influencia de los medios y cambios tecnológicos:

Creo de la mayor relevancia, evaluar la influencia de los medios de comunicación,


es lo central en la tesis que planteo, pero creo necesario referirme primero a la influencia
de los cambios tecnológicos, que, en efecto, son quienes propician y expanden los
medios comunicativos en primer lugar. Al respecto, es interesante mencionar una
conferencia de Neil Postman en el 98’ llamada “Cinco cosas que necesitamos saber sobre
el cambio tecnológico”, en especial la cuarta tesis: “El cambio tecnológico no es aditivo; es
ecológico”, en que nos dice: “’Los efectos de la tecnología no se producen al nivel de las
opiniones o de los conceptos, sino que modifican los índices sensoriales, o pautas de
percepción, regularmente y sin encontrar resistencia’ (McLuhan. 1996: 39). Mediante el
uso irresponsable de las nuevas tecnologías, señala Postman, es posible alterar ritos y
tradiciones. Por ende es necesario proceder con extrema cautela.
También debemos ser suspicaces con los capitalistas. Los capitalistas son, por definición,
no sólo "tomadores" de riesgo personal sino, más precisamente, "tomadores de riesgo
cultural". Los más creativos y osados entre ellos esperan explotar al máximo las nuevas

8
Larraín, Jorge, Identidad Chilena, LOM, Santiago de Chile, 2001, p. 29.
tecnologías, y no les importa mucho qué tradición es demolida en el proceso o si una
cultura no está preparada para funcionar sin tales tradiciones (…) Para estar seguros,
ellos hablan sobre la familia, el matrimonio, la piedad y el honor; pero con el permiso para
explotar las nuevas tecnologías al máximo en su potencial económico, ellos pueden
deshacer las instituciones que hicieron tales ideas posibles…”9 En esta tesis además
Postman dice que son estos capitalistas los que manejan la gran industria televisiva del
país. En buenas cuentas, un cambio tecnológico no agregaría nada, sino que lo cambiaría
todo (además estaría manejado por los grupos que ostentan el poder económico), análisis
que quizás suena muy tajante, pero nos es útil para analizar el impacto que tienen los
mismos medios de comunicación, productos de los cambios tecnológicos.
De esta forma, la aparición de la televisión o del Internet, fueron cambios que
modificaron las concepciones generales del mundo que se tenían hasta antes de su
aparición. Los conceptos de tiempo y espacio, de producción y acceso al conocimiento,
de interacciones interpersonales, etc. Se vieron totalmente modificados y en cierto
sentido, hasta hoy trastocan toda la forma de vida, y quizás hasta hoy no se sepan
“controlar” de una manera adecuada. Lo cual, recae sobre los niños, que además de ser
indefensos, en cuanto a que recién forman una subjetividad capaz de “aplacar” la
influencia de los medios de comunicación, no cuentan con una sociedad adulta
responsable y capacitada para entregar la protección, pues no le es posible controlar sus
propias creaciones. Los infantes, se estarían formando en una sociedad que
constantemente está siendo sorprendida por un cambio tecnológico, que modifica “todo”
(o al menos muchas de las concepciones, si no se quiere adherir completamente con lo
que dice Postman), y, por lo tanto, es incapaz de enfrentarse a los medios, otorgando el
cuidado que el niño requiere para una formación cabal de sus capacidades.

Analizando la influencia un poco más directa de los medios de comunicación, su


utilización del lenguaje, del sentido y los significados de este, en relación al desarrollo de
un mundo íntimo y la posterior repercusión en la inserción social. Estimo que en las
actuales condiciones es vital, por todo lo ya dicho, la atención que atrae, su forma de
autolegitimación, etc., la influencia de los medios, ya que esta entregaría, ahora
analizando su actuación en específico, categorizaciones del mundo.

9
Cita extraída de la publicación en línea: www.sociedadinformacion.unam.mx/index.jsp?
pagina=tecnologias&action=vrArticulo&aid=218
La televisión en especial, utilizando un lenguaje particular, que en cantidad de
significados y sentido es bastante limitado (refiriéndome a Chile, para no pecar de
generalización apresurada). Provocaría a su vez, una gestación de un mundo en el
menor, mucho más restringido que el que podría desarrollar en otras circunstancias. En
efecto, serían estos modelos los que harían dar el salto cualitativo entre etapas, con
determinadas conductas, con determinado tipo de habla y significación de esta, influyendo
enormemente en los infantes. Quizás exagere un poco la situación, pues la televisión o
los otros medios (o incluso por estos mismos) no son la única fuente de modelos, de
lenguaje, etc. a las que el niño tiene acceso, pero de todas maneras creo que el impacto
es muy fuerte por la cualidad del modelo, y además, porque no todos tienen el mismo
recurso de legitimación que tiene la televisión.
Es preciso que aclare, tal vez, el rol del habla y el impacto. Utilizaremos para esto
la televisión por ser el medio más representativo de las características mencionadas en
otros apartados. Como bien podría decirlo la escuela estructuralista antropológica o
psicológica, e incluso el mismo Vygotsky, no hay pensamiento sin lenguaje o, al menos,
una de las formas de acceso a la estructura del pensamiento humano, es este. Por lo
tanto, la cantidad de significados, términos, y sentidos que un niño aprenda, pueden influir
significativamente en la organización de su pensamiento (en la categorización del mundo),
sino en su pensamiento mismo. Entonces, la atracción irresistible que provoca la
televisión con su discurso fácil, de pocas palabras y pocas acepciones, además
monotemático, daña profundamente a la formación del mundo del menor, lo obliga a
categorizar con menos términos y en menos sentidos, de alguna manera otorga escasa
“profundidad” a ese pensamiento. Es lógico que un niño no comprenderá ni podrá
interiorizar muchos significados o sentidos en sus primeras etapas, pero aun así generará
diferencias importantes, a saber, un ejemplo: Es quizás comprobable que dos niños de
cuatro o cinco años, sean capaces de internalizaciones y significaciones muy similares,
pero es de la misma forma probable que el salto que darían a los siete años (según las
etapas de Piaget, reafirmadas también por Vygotsky) sea distinto, aunque sea visible sólo
en detalles, de un niño que ve gran parte del día televisión e incluso se duerme con ella,
que un niño que se le lee un libro o un cuento una vez al día, generalmente al dormirse.
Podrán seguir pareciendo iguales, en una etapa superior, pero es muy posible, que la
cantidad de significados, de sentidos que el niño comienza a otorgar, sea mayor en un
niño que tuvo acceso a mayor variedad de estos, en comparación a uno que estuvo
expuesto a discursos monotemáticos, precarios en significados y palabras mismas, como
lo son los que se dan en la televisión actual.
Es decir, los medios de comunicación ejercen una influencia importantísima, en
cuanto pueden determinar la “profundidad” de un pensamiento en gestación, con
caracterizaciones en estructuración, en donde el lenguaje es fundamental, en cierto
sentido, la televisión10 imprime cierta forma, que puede caracterizarse de superflua, en
niños “a la deriva”. Superflua en dos sentidos; No se hace cargo de ningún tema valórico,
ni educativo directamente en los horarios preferido por los niños; Tampoco ahonda en la
utilización del lenguaje, en las posibilidades de este, ni su amplio espectro valorativo.
Es de Perogrullo decir que aquello trae consecuencias, estas las abordaré más
adelante.

IV.- Aproximaciones desde Freud:

Me gustaría referirme aquí a dos temas principalmente. Por un lado la importancia


que los medios de comunicación poseen en el proceso de identificación, de la
incorporación del niño en una “masa” (como la denomina Freud en “Psicología de las
masas y análisis del yo”) con su respectivo poder de autolegitimación (que ya había
atisbado sobre la televisión y su omnipresencia en los distintos hogares). Mientras que,
por otro lado, quisiera abordar el rol seductor de la televisión especialmente, como medio
que devela objetos de deseos, como falsa aproximación a los tabú.

Primero Freud nos dice que la formación de la “hermandad” se da en un proceso


que va desde una rivalidad a un sentimiento de identificación: “Rivales al comienzo, han
podido identificarse entre sí por su parejo amor hacia el mismo objeto.”11 De hecho, el
psicoanalista llega a decir que la identificación por esta vía es tal que “la justicia social
quiere decir que uno se deniega muchas cosas para que también los otros deban
renunciar a ellas o, lo que es lo mismo, no puedan exigirlas. Esta exigencia de igualdad
es la raíz de la conciencia moral social y del sentimiento del deber.” 12 Así podríamos
pensar la importancia que puede llegar a tener un medio socialmente masificado y

10
Me refiero a la televisión fundamentalmente, pero no sólo ella. Los diarios son otro ejemplo, que no se liga
directamente con los menores, pues estos no saben leer, sino que su aparición es posterior, y puede decirse
que de alguna manera falsean la realidad a través del lenguaje, de sus connotaciones, de los temas, etc.
11
Freud, Sigmud, Obras completas, Amorrortu editores, 1978, p. 114
12
Ibíd.
atractivo como la televisión, digamos que una conformación uniforme del ideal del yo
(base para el sometimiento a un conductor, en el análisis de las masas que hace Freud)
se facilita con la aparición de este medio universalmente desplegado, que, por lo tanto,
tiene la peculiaridad de, poco a poco, uniformar ideales personales del yo. Con lo cual, la
agrupación de los niños en distinto círculos sociales, que se daría primero en una
hostilidad, ya sea por el intento de una actitud que sea alusiva al modelo televisivo, o por
una lucha con respecto al amor de un adulto (como ejemplo, una profesora) que se da en
el compartir ciertos códigos paritarios, impuestos por la televisión, pasa a una
identificación en el comunicarse como miembros de un mismo “bando” representado por
los códigos aprendidos primero individualmente. Quiero decir que, al igual que en la
persecución de un artista (que Freud cita de ejemplo para este tipo de transformación de
los sentimientos) el amor compartido, ya sea por el objeto mismo televisivamente
impuesto o por el nuevo objeto de deseo que se asocia también con esta aproximación al
mundo mediada por los medios, propicia la integración a los primeros grupos o masas que
se gestarían en la infancia.
Quiero recalcar la importancia que esto tiene en la formación interior del niño. Si
pensamos que la identificación está mediada por los medios y que, en el fondo, la
integración de los infantes a un grupo depende de la capacidad para compartir códigos
que demuestre el amor compartido por un mismo objeto, nos damos cuenta que hay una
especie de obligación en ver estos medios, recibir su información y no cuestionarla, ni
siquiera en la medida de lo posible, pues son lo exigido para poder pertenecer a la masa,
que significa, entre otras cosas, sentimientos de seguridad, amor, ligazones eróticas
completamente necesarias (sobre todo si pensamos que es un niño quien es despojado
de toda seguridad y de su primer objeto de deseo, su madre), etc. En algún sentido podría
decirse que, el conductor de la masa se hace patente a través de este medio
universalmente generalizado y como lo señala Freud en el mismo libro “el conductor de la
masa sigue siendo el temido padre primordial; la masa quiere siempre ser gobernada por
un poder irrestricto, tiene un ansia extrema de autoridad: según la expresión de Le Bon,
sed de sometimiento.”13 El poder de los medios, adquiere aquí resonancias brutales,
determinante en su papel de la formación del mundo interior de los niños, en
consecuencia, de su “ideal de yo”, es además determinante en la incorporación de éstos a
grupos (masas), lo que le otorga casi un papel esclavizante muy difícil de romper, que si
no es responsabilizado puede ser bastante dañino.

13
Ibíd. p. 121.
Ahora, por otra parte, nos encontramos con otra característica que ha de otorgarle
poder a los medios de comunicación y que es determinante, sobre todo, para la
mantención de la atracción durante la vida adulta, en donde encontramos otras formas de
identificación a las que de niños no se tiene acceso.
Podemos apreciar en el atractivo de los medios una función de pseudo revelación
y aproximación a los objetos tabú, así de niños pueden ver en la televisión un objeto que
canaliza el deseo que se tiene por la madre y provocar una cierta satisfacción
inconsciente del deseo incestuoso, lo mismo que en el resto del desarrollo, aún puede
significar una falsa aproximación a objetos reprimidos.
A mi juicio, esto traería una serie de problemas, pues me atrevo a aventurar que
junto a la falta de profundidad en la conformación de los mundos íntimos, estas maneras
de saciar deseos reprimidos indirectamente, conforman parte importante de la pasividad
general. Puesto que, los deseos están seudo-satisfechos por aproximaciones virtuales a
objetos tabú, se genera una barrera en la lucha por la satisfacción de los deseos, pues
puede pensarse que de alguna manera realizo cosas, me atrevo a cosas, pero en el fondo
no deja de existir la misma insatisfacción, siendo esto aun más frustrante, en la medida
que provoca una pasividad, en cuanto, a la lucha por mayor placer y menos displacer.
Cosa que daña, incluso, la conciencia social.
De todas maneras, no quisiera extenderme más en este punto, puesto que me
alejo del tema de mi ensayo y, respecto a la falsa aproximación al tabú, basta para el caso
señalar que tiene un atractivo inseparable del individuo en el tiempo, ya que provoca el
sentimiento de realización inconsciente, pero que muy probablemente dura lo mismo que
el periodo que se está frente al aparato televisivo atisbando el objeto de deseo y no más
allá de eso, provocando la frustración señalada. Ahora bien, esto en modo alguno haría
que la persona se alejara de este aparato (al menos en la mayoría de los casos) sino que,
muy al contrario, provocaría una especie de adicción con vueltas constante y más
prolongadas en busca de ese sentimiento.

De modo que, se produce una dependencia importante con respecto al medio de


comunicación, que se ve reafirmada en el tiempo por esta falsa aproximación al tabú y
reforzada en su intensidad por la posibilidad de identificación con los demás individuos de
una masa.
V.- Consecuencias individuales y sociales:

A todas luces, las consecuencias de la forma de categorizar, de la creación del


mundo íntimo, influyen directamente en los niños y cómo no, en como se comportarán en
sociedad. Asumiendo que las nuevas tecnologías y formas de comunicación son cambios
radicales, afectarán a toda las generaciones de infantes que nacen bajo estas.
Las consecuencias que produce en la interioridad del niño, fue medianamente
abordado en el punto III, pues van muy aparejadas con la influencia. De todas maneras,
habrán conductas que denotarán las consecuencias propiamente tales, estas sin duda se
ven en las etapas posteriores del desarrollo, pero insistiré en que, la etapa en que se
gestan las estructuraciones, el mundo personal, etc., es vital. No puedo desconocer, pues
se puede experimentar a diario, en la juventud, no sólo una despotilización como
generalmente se dice, sino que algo más profundo que consiste en una estrechez de las
dimensiones o nociones de realidad, el conformismo con la superficie, que se traduce en
el poco interés de profundizar, en el aspecto únicamente útil de la educación, que en
último termino importa, en tanto proporciona los medios para satisfacer las necesidades
de otro orden, que difícilmente van más allá de lo material o lo hedonista. No planteo una
vuelta a una educación tradicional, ni nada en ese sentido, en el final me extenderé sobre
esto. Esto se relaciona también con el poder de los medios otorgado por la falsa
aproximación al tabú que señalé en el apartado anterior, a lo que sólo agregaré que, una
vez, conocido el hecho de que hay una falsa aproximación y que, realmente, es mucho
más a lo que se aspira, puede ser posible un alejamiento. De todas maneras creo que,
está muy relacionado con el grado de influencia y con la cantidad de significados y
sentidos que se manejen en el que he denominado “mundo interior”.
Retomando, lo señalado va en directa relación con la construcción de mundo que
tuvimos como generación, la cual pueda ser reforzada o aplacada en cada caso particular,
pero este ejemplo es a mí entender, muy representativo de lo determinante de la
influencia en las actitudes individuales posteriores. Es tan fuerte la gestación de este
mundo, ya que sienta las bases para toda recepción posterior de información, si esta es
limitada será muy difícil que hay una real ampliación, no imposible claro, pero implicara
bastantes esfuerzos. Por esta razón se mantiene, y provoca las actitudes mencionadas y
otras muchas más, como el consumismo, la poca valoración de la cultura, etc. Esta visión
no se contrapone con la de autores destacados, como Jorge Larraín que en cuanto a la
juventud que peregrina en su mayoría a los malls, como una manera de reconocimiento
identitario, y que esta manera de reconocimiento ha reemplazado a la lucha política y las
reivindicaciones (la otra manera de generar el reconocimiento si no se da de forma
espontánea, según lo plateado por Larraín), e incluso la libertad para consumir se ha
convertido en la única forma de liberación14. Lo que yo planteo quizá no lo hace Larraín
que al margen de los efectos sociales, esto se debe a la profundidad psicológica de los
individuos, que no ha sido del todo desarrollada, que se ha quedado con
categorizaciones, significados y sentidos básicos, aprendidos de modelos que
poderosamente llaman la atención, pero no se responsabilizan debidamente de su propia
influencia.
Otro aspecto que es consecuencia se relaciona, en parte, con lo planteado por
Baudrillard, como el reemplazo de la realidad por una serie de simulaciones, una imagen
de realidad vacía, fragmentada, puesta en primer plano, hasta perder cualquier poder de
seducción, el cuerpo mismo se ha fragmentado y ya no se busca más que una
artificialidad, además nos dice: “hasta ahora todas las mutaciones del entorno han
provenido de una tendencia irreversible a la abstracción formal de los elementos y las
funciones, a su homogeneización en un único proceso, al desplazamiento de las
gestualidades, los cuerpos y los esfuerzos hacia mandos eléctricos o electrónicos, ala
miniaturización, en el tiempo y en el espacio, de procesos cuya escena -que ya no es una
escena- se convierte en la de la memoria infinitesimal y del espacio.”15 En el fondo, como
la misma tecnología ha de poco reemplazado a la realidad, las sensaciones, los espacios
públicos, en fin, todo ante la posibilidad actual o futura de ser reemplazado por algún
artificio cibernético, donde, “a partir del momento en que los comportamientos se
focalizan sobre determinadas pantallas o terminales operacionales, el resto aparece como
un gran cuerpo inútil, abandonado y condenado. Lo real mismo parece un gran cuerpo
inútil.”16 Así, el mundo que se gesta en los niños, a partir de los aspectos detallados
anteriormente, es más una simulación más fácil de internalizar, por el mismo hecho de la
superficialidad mencionada, que la complejidad inherente al mundo. No digo en ningún
caso, que se le deba enseñar algo demasiado complejo a un niño, sino que el inicio de
esa misma simulación de realidad, o esa superficialidad está en algo tan básico como la
conformación del mundo íntimo. Es decir, el engaño partiría de la infancia, en donde los
niños no aprehenderían todo lo que sus mismas capacidades pueden, pues los modelos
son limitados.

14
Veáse op. cit. Larraín.
15
Baudrillard, Jean, El otro por sí mismo, [Libro en línea], http://www.temakel.com/texfilotrosimismo.htm.
16
Íbid.
Las consecuencias netamente sociales, las encontramos nuevamente en esos
niños ya crecidos, en la apatía, en la falta de compromiso, en el mismo afán de consumo
ya descrito, etc. No hay duda que hay excepciones, pero hablo de una mayoría, de una
tendencia. Esto no debería sorprender mayormente, pues si alguien forma su mundo, sus
categorías limitadamente, influenciado por modelos que se quedan aspectos superficiales,
desde el mismo lenguaje que utiliza, y luego este es mantenido por todas las razones
esgrimidas de autolegitimación de la televisión, y la forma en que se configuraría la
identidad en sí misma. En este sentido, por qué deberíamos exigir una preocupación
mayor por temas relevantes, por profundizar en los conocimientos, por una comprensión
del conocimiento no tan mercantilista; Por qué criticar el consumo como medio de
autoafirmación, el sobredimensionamiento de lo superficial, etc., si nunca hubo una
preocupación en la formación de estos ahora jóvenes, es cierto, hay excepciones, por lo
tanto todos podrían haber desarrollado una “profundidad” mayor, pero creo que es
demasiado complejo el análisis de porque se dan las excepciones, como para suponer
que la mayoría son simplemente perezosos.

VI.- Consideraciones e Interpretaciones:

Dentro de las consideraciones debo hacer la aclaración que no hay una


investigación exhaustiva detrás, por lo que la mayoría de los análisis si no están basados
en otros autores, consisten en impresiones personales, como participante de la sociedad,
de la juventud. Por lo cual es probable que no sea riguroso en algunos juicios.

Es probable que el planteamiento de la “nocividad” que podrían tener los medios


de comunicación como modelos muy influyentes, en particular la televisión, se entienda
como una especie de anhelo por una educación formal estricta, más preocupada por
impregnar cierta “profundidad”. Pero en ningún caso es lo que yo creo, sería un retroceso,
no es malo el acceso a la televisión, de hecho entrega aspectos no tomados por la
educación formal. Sin embargo, el problema empieza cuando se descontrola, en el
sentido que reemplaza por su atracción a muchos otros modelos, cuando su mensaje es
el único con tal nivel de reconocimiento. Mientras, a la par de esa colonización de la
televisión (especialmente), no hay una preocupación por el hecho de que ese modelo,
está construyendo “realidades” no sólo con las imágenes, como nivel externo al ser
humano, sino que construye mundos en la subjetividad de un menor, sin mayor resguardo
ante la invasión de este tipo de significaciones. Así y todo, esto mismo puede llegar a ser
beneficioso o al menos no tan dañino, si hay una responsabilización real en torno al
poder, ya no sólo político sino que psicológico que los medios poseen, pues sobre todo en
los menores repercute con mucha fuerza y termina expresándose en la sociedad que
estos construirán.

Es cierto, que en el último tiempo se ha visto una especie de reivindicación de la


misma juventud, como demostrando que tiene preocupaciones a otro nivel. Ejemplo
recurrente, la llamada “Revolución Pingüina” de la cual fui parte. De todas formas,
considero que no hay razón para creer que esto represente un cambio significativo, sobre
todo a corto plazo. No niego que fue un impacto profundo, sobre todo para quienes
estuvimos involucrados, pero en ningún caso corresponde a una mayoría, el movimiento
fue extenso, pero no las ideas, al menos no del mismo modo. No hubo entonces una
ampliación real de las categorías asumidas ya hace un largo trecho. Las consecuencias
reales, si es que las hay, de este llamado “despertar generacional” estarán dadas por la
mantención de la actitud demostrada, para lo cual el silencio no contribuye en nada. Si no
hay una manifestación constante de ideas, es difícil mantener un discurso que represente
realmente, un giro en la tendencia que he descrito y relacionado directamente con la
influencia de los medios de comunicación masiva, en especial la televisión. Por otro lado,
esos espacios son escasamente dados y, más aun, son difícilmente democráticos, lo que
dificulta esa expresión de ideas. A mi entender habría que salir en la busca de estos, pero
no corresponde analizar ese tema en este momento.

En último término, me gustaría aclarar que la escasez de la llamada “profundidad”,


no es, según mi parecer, propia de un sector social (menos aun de un género). Creo que
las generaciones completan se ven afectadas, a menos que hayan padres (u otras
personas a cargo) que puedan intervenir, en ese sentido, quizás en los sectores más
bajos sean las condiciones que hagan que este efecto sea más impositivo, aunque en
muchos casos en los sectores con buenas condiciones socioeconómicas este efecto
puede serlo de otra forma. A saber, la educación de los padres en los sectores de
escasos recursos, puede ser muy influyente, pero, a la vez, la ausencia de estos o la
despreocupación, actúa en los sectores más acomodados. Es reconocible que la
influencia que luego tendrá la educación formal, puede ser decisiva, en cuanto en los
sectores con mejores condiciones económicas, los modelos que ejercen influencia
pueden ser más atractivos, así mismo la educación, en general, de mayor calidad, y al
juntarse estas dos características pueden amortiguar e incluso invertir la influencia de los
medios, en la subjetividad de los menores. Son claras las diferencias con el sistema
educacional para quienes tienen menos recursos, partiendo del lugar físico y el ambiente
social en donde estos están insertos, hasta llegar a la influencia de los compañeros
mismos y la perpetuación de la legitimación del lenguaje mediático.
Debo decir, a la vez, que no desconozco las muchas dimensiones que tiene un
problema en cuanto, social, y en ese sentido no hago más que delinear una hipótesis,
dentro de muchas.

Bibliografía:

- Vygotsky, L. S., Pensamiento y Lenguaje: teoría del desarrollo cultural de las funciones
psíquicas,
Ed. Fausto, Buenos Aires, 1995.

- Bandura, Albert, Teoría del aprendizaje social, Espasa-Calpe, Madrid, 1982.

- Linton, Ralph, Cultura y Personalidad, Fondo de Cultura Económica, México D.F., 1960.
- Larraín, Jorge, Identidad Chilena, LOM, Santiago de Chile, 2001.

- Freud, Sigmud, Obras completas, Amorrortu editores, 1978

- Esterinou, Javier, Los medios de comunicación como instrumentos del desarrollo,


www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n29/jesteinou.html#je, 2002.

- http://www.sociedadinformacion.unam.mx [Publicación en Línea]

- Baudrillard, Jean, El otro por sí mismo, [Libro en línea],


http://www.temakel.com/texfilotrosimismo.htm.

- Nosotros los chilenos: Un desafío cultural, Informe sobre Desarrollo Humano, PNUD,
Chile, 2002.
En su versión PDF disponible en: www.desarrollohumano.cl/eleccion2002.htm

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