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El Talento Único
"Nuestro talento único es nuestra capacidad más importante, la que nos hace más valiosos. La
usamos para nuestro crecimiento personal y para ayudar a los otros a crecer. Cuando estamos
desarrollando esta actividad, perdemos la noción del tiempo. La expresión de este talento único
nos introduce en un estado de consciencia atemporal."
l - Haré una lista de mis deseos, y la llevaré a donde quiera que vaya. Miraré la lista antes de
entrar en mi silencio y mi meditación. La miraré antes de dormir por la noche. La miraré al
despertar en la mañana.
2 - Liberaré esta lista de mis deseos y la entregaré al seno de la creación, confiando en que
cuando parezca que las cosas no están saliendo bien, hay una razón, y es que el plan cósmico
tiene para mí unos designios mucho más importantes que los que yo he concebido.
3 - Recordaré practicar la consciencia del momento presente en todos mis actos. No permitiré
que los obstáculos consuman o disipen la concentración de mi atención en el momento presente.
Aceptaré el presente tal como es, y proyectaré el futuro a través de mis intenciones y mis deseos
más profundos y queridos.
Deepak Chopra
"Las siete leyes espirituales del éxito"
PARAR EL MUNDO
PARAR EL MUNDO
Puesto que la realidad es una descripción, el mundo de nuestro diario vivir está conformado por
múltiples descripciones que se anudan en continuidades a las que Don Juan llama también
"inventarios"; dice que los hombres somos criaturas de inventario, y que conocer los detalles de
determinados inventarios es lo que hace al ser humano un profesional, un conocedor de un
campo específico. Hemos dicho que es éste un sistema de conocimiento del cual somos
miembros con una porfiada pertinencia. Tal pertenencia limita nuestra percepción; si queremos
ampliarla hemos de cambiar de referencias, ir a otro sistema de conocimiento. El primer paso en
este cambio es detener ese mundo de nuestras descripciones de cada día.
Las continuidades de nuestras descripciones nos dan la idea de que somos un bloque sólido,
enseña Don Juan. La certeza de que somos inmutables es la que sostiene nuestro mundo.
Podemos aceptar la posibilidad de modificaciones de conducta, de reacciones o de opiniones.
Pero no vamos más allá de este orden básico. Cuando tal orden queda interrumpido, nuestro
mundo se detiene y se viene abajo nuestra racionalidad, con todo el orden que sustenta.
La debilidad de la razón para dar cuenta de toda nuestra posibilidad cognoscitiva se debe a que
se relaciona solo con uno de los ocho puntos del hombre: con el habla. En cambio, la voluntad se
relaciona con el sentir, el soñar, y el ver. Nos movemos entre la razón y el habla, y a eso lo
llamamos entendimiento. Pero hay otros seis puntos más que el hombre puede manejar - y Don
Juan subraya que se trata de manejar, no de entender -; nos movemos dentro de la racionalidad
y los lenguajes y olvidamos los puntos relacionados con la voluntad que Don Juan define como
una fuerza, una sensación que sale del guerrero que tiene poder, con la cual puede "agarrar"
cosas. Los ocho puntos componen la totalidad de uno mismo. Los dos primeros, la razón y el
habla los conocemos todos. El sentir es algo vago, pero en cierto modo familiar. Más allá del
umbral que separa el mundo corriente del mundo de los brujos percibe uno el soñar, el ver, y la
voluntad. Y en el último borde de ese mundo se encuentra uno con los otros dos, que no
alcanzamos siquiera a nombrar.
Cuando hemos conseguido parar el mundo se nos presenta el silencio interior, estado natural de
la percepción humana, en el que los pensamientos se encuentran bloqueados y todas nuestras
facultades operan a partir de un nivel de conciencia que no requiere la intervención de nuestro
sistema cognitivo ordinario. Allí somos capaces de funcionar en niveles de percepción que
revelan mundos en sí mismos, indescriptibles y por consiguientes inexplicables en términos de
los esquemas lineales que emplea el estado habitual de la percepción al explicar el universo.
Este silencio interior ha de ganarse mediante una disciplina constante, una voluntad inflexible. Es
la puerta de un conocimiento que debe ser acumulado en el cuerpo, almacenado parte por
parte; resultado de un aprendizaje explícito y mediante la aplicación de una intención rígida
manifestada en la frugalidad o aptitud física; en el juicio recto entendido como una evaluación
de los hechos impuestos por el aprendizaje en función de la totalidad del mismo; y en la
obediencia a los hechos del aprendizaje. Básicamente, este aprendizaje consiste en obligarse uno
mismo al silencio, aunque sea por unos pocos segundos, hasta lograr un umbral que varía de
persona a persona, pero que - una vez logrado - desencadena por sí solo el silencio interior. La
única manera de conocer cuál es ese umbral es en la práctica; hasta que, de pronto, el mundo se
detiene y se ve el fluir de la energía.
Don Juan advierte sobre los peligros de esta situación, cuyos efectos son inquietantes por la
manifestación del cuerpo energético o configuración energética del cuerpo físico. La única
manera de enfrentarlos y de no disociar ambas configuraciones, física y energética, es una
actitud pragmática, fruto del buen estado físico.
Ejercicio fundamental en la práctica del silencio interior es detener el diálogo interno. Y para ello,
Don Juan enseña una práctica: caminar largos trechos sin enfocar los ojos en nada, cruzando
levemente los ojos para obtener no una visión directa sino que periférica. Dice que así es posible
percibir en forma casi simultánea cada elemento del panorama en un amplio ángulo frente a
uno. Luego de una práctica de años, de pronto se percata uno de que suspender el diálogo
interno implica algo más que reprimir las palabras que uno se dice a sí mismo: todos los procesos
intelectuales se detienen, y se siente uno como suspendido, flotando. Ante el pánico
experimentado por Castaneda cuando esto le sucede, Don Juan le explica que es el diálogo
interno el que nos hace arrastrarnos, que el mundo es así como es solamente porque hablamos
con nosotros mismos acerca de que es así como es. Cambiar la idea del mundo es la clave de la
brujería, enseña Don Juan. Y la única manera de lograrlo es detener el diálogo interno a través de
un aprendizaje largo y paciente: apurarlo solo trae trastornos y morbidez.
La sensación que tenemos en esta experiencia es la de dos mundos separados; uno, el habitual y
acostumbrado, aquel en que nos refugiamos; otro, lejano, difícil, aterrador. Entre ambos, un
umbral que se abre y se cierra, y que no nos atrevemos a franquear... hasta, que de pronto,
damos un salto. Y lo que vemos no nos agrada, como una llanura al viento, insegura, temible .
Pero, advierte Don Juan, no hay dos mundos: solo uno, el mundo del hombre. Pero ese mundo
hemos de ser capaces de sentirlo todo, de lo contrario pierde su sentido, y, desde nuestras
descripciones corrientes es un mundo muy estrecho el que solemos ver. Ese mundo está lleno de
cosas increíbles, y hay que tomarlo como lo que es: un misterio. Los afanes de "cambiar el
mundo" pierden aquí todo sentido.
El desatino controlado
"Florinda mantenía que para practicar el desatino controlado, "Tus acciones, así como las
puesto qué no está hecho para engañar a la gente, uno tiene acciones de tus semejantes en
que ser capaz de reírse de sí mismo. Florinda me dijo que uno general, te parecen
de los resultados de la recapitulacióndetallada es la capacidad importantes sólo porque has
de estallar en risa genuina cuando uno se encuentra cara a cara aprendido a pensar que son
con las aburridas repeticiones que el yo personal hace acerca importantes."
de su importancia. -
Sólo un maestro acechador puede ser un maestro del desatino
controlado. El desatino controlado no significa embaucar a la
gente. Significa que los guerreros aplican los siete principios
básicos del arte de acechar en cualquier cosa que hacen,
desde los actos más triviales hasta las situaciones de vida o
muerte."
"El Don del Águila"
"- Mi risa, así como todo cuanto hago, es de verdad -dijo Don
Juan-, pero también es desatino controlado porque es inútil; no
cambia nada y sin embargo lo hago.
- Pero según yo lo entiendo, Don Juan, su risa no es inútil. Lo
hace a usted feliz.
-¡No! Soy feliz porque escojo mirar las cosas que me hacen
feliz, y entonces mis ojos captan su filo gracioso y me río. Te lo
he dicho incontables veces. Siempre hay que escoger el camino
con corazón para estar lo mejor posible, quizá para poder reír
todo el tiempo."
No habiendo nada más importante que cualquier otra cosa, el
guerrero escoge cualquier acción y la ejecuta como si le
importase. Su locura controlada le hace decir que concede
importancia
- Los no-haceres
Una característica fundamental
del funcionamiento del primer
anillo de poder es que puede
ser bloqueado por efecto de
realizar acciones no funcionales
ajenas a la descripción,
conocidas como no-hacer.
La descripción ordinaria del
mundo nos compele a
comportarnos siempre en los
términos que ella señala, por lo
tanto todas nuestras acciones
emanan de la descripción y a su
vez la revalidan. A estas
acciones se les conoce como
"hacer" y en combinación con
la descripción que las sustenta,
constituyen un sistema que se
retroalimenta a sí mismo.
Cualquier tipo de acción que no
sea congruente con la
descripción del mundo o del sí
mismo constituye el no-hacer
de la persona.
El no-hacer interrumpe el flujo
de la descripción y esta
interrupción a su vez suspende
el hacer del mundo conocido,
por lo que el no-hacer, es el
medio que abre el camino de
acceso al lado desconocido de
la realidad y de la persona; en
otras palabras es el medio de
acceso al nagual, que en lo que
se refiere al mundo es la
realidad aparte y al caso de la
persona, es la conciencia del
otro yo.
Como el no-hacer se practica
desde el lado derecho de la
conciencia, pero tiene la
facultad de llevarnos a facetas
del lado izquierdo, su práctica
sistemática va creando puntos
de contacto entre ambos lados,
que poco a poco pueden
acercarnos a la integración de
ambos modos de conciencia,
en una resultante que se
conoce como "la totalidad de
uno mismo"
Wu wei: El no-hacer -
El estado de no-mente
¿Existe el estado de no-mente?
Si, existe y es conocido. Hay
muchas formas de describirlo.
A veces es descrito como estar
"en el flujo", o en "piloto
automático" Entre los atletas se
conoce como estar "en la
Zona". En japonés se llama
"Mu-Shin", que se traduce
literalmente como "No mente".
Este estado mental se puede
describir como el sentirse
separado del acto que se
ejecuta. Ningún pensamiento
interfiere con la acción que se
ejecuta ya que esta es
inconsciente y por lo tanto
desinhibida. Cuando logras este
estado, tu mente se puede
mover de una actividad a la
otra de la misma forma como
fluye una corriente de agua. El
flujo es un estado óptimo de
energía y conciencia que hace
sentirse a las personas
felizmente unificadas con la
actividad que están realizando.
El estado de flujo no se refiere
solamente a actividades físicas.
No existe actividad humana
que no se vea beneficiada por
su presencia. Virtuosos de la
música, científicos eminentes y
artistas de primerísimo nivel se
caracterizan por entrar a
voluntad en ese agraciado
estado y sin embargo todas las
personas pueden alcanzarlo.
Mushin se refiere a la mente no
atada por ideas ni sentimientos
y que por lo tanto se mantiene
totalmente abierta a la
vivencia. En las artes marciales
el estado de Mu-Shin es muy
usado ya que los movimientos
son tan rápidos y certeros que
es imposible que la mente los
siga y los dirija. La habilidad
técnica no vale nada si no está
acompañada de una
tranquilidad interior, de un
espíritu constantemente alerta.
Sólo cuando un guerrero se
libra de miedos y rencores,
cuando trasciende su ego y sus
apegos, es capaz de actuar y
responder sin vacilaciones ante
cualquier oponente. El guerrero
ya no se detiene en
pensamientos sobre lo que ha
de hacerse. Sus respuestas son
instantáneas y guiadas por una
intuición superior. El guerrero
actúa de forma instintiva, sin
pensar, con su mente
totalmente en blanco pero
también totalmente
consciente. En esas
condiciones, se es capaz de
anticiparse a los movimientos
del contrario y responder de
manera veloz e imprevista.
Una característica del estado
de no-mente es que mientras el
cuerpo se mueve y la mente
está vacía, el desgaste de
energía es mínimo.
Liberándote de tu Mente -