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Teología Pastoral Fundamental Percy Casas V.

LA COMUNIÓN EN LA IGLESIA1

I. Definición: “comunión”:

“Del griego KOINONIA, unidad de creencia y de espíritu”. “Un tener en común,


compañerismo, comunión, denota la parte que uno tiene en cualquier cosa, una
participación, un compañerismo reconocido y gozado; así, se usa en las
experiencias e intereses comunes de los cristianos”. (Diccionario Expositivo
de las Palabras del Nuevo Testamento, por W. E. Vine).

En cuanto a la comunión, esa “unión común” no expresa tanto la unidad entre


las Iglesias cuanto la unidad de la Iglesia en cuyo ser se identifican todas
ellas. Todo ello para edificar el cuerpo de Jesucristo y, sobre todo, para hacer
presente a Jesucristo hoy entre nosotros. La comunión con el Padre es
respuesta a la llamada que convoca a los “santos” a vivir su misma vida en el
seno de la asamblea de los llamados. Comunión por el Hijo, para ser miembros
de su cuerpo cuya expresión máxima es la Eucaristía, misterio Pascual de
Jesucristo.

El Espíritu Santo es para la Iglesia y para todos y cada uno de los


creyentes, principio de asociación y de unidad en la doctrina de los apóstoles y
en la comunión, en la fracción del pan y en la oración.

II. La iglesia, misterio de comunión

Esta comunión, en sus elementos invisibles, existe no sólo entre los miembros
de la Iglesia peregrina en la tierra, sino también entre éstos y todos aquellos
que, habiendo dejado este mundo en la gracia del Señor, forman parte de la
Iglesia celeste o serán incorporados a ella después de su plena purificación.

III. Iglesia universal e iglesias particulares

La Iglesia universal es, pues, el Cuerpo de las Iglesias, por lo que se puede
aplicar de manera analógica el concepto de comunión también a la unión entre
las Iglesias particulares, y entender la Iglesia universal como una Comunión de
Iglesias. Se llega así a afirmar que cada Iglesia particular es un sujeto en sí
mismo completo, y que la Iglesia universal resulta del reconocimiento recíproco
de las Iglesias particulares. Como la misma historia demuestra, cuando una
Iglesia particular ha intentado alcanzar una propia autosuficiencia, debilitando su
real comunión con la Iglesia universal y con su centro vital y visible, ha venido a
menos también su unidad interna y, además, se ha visto en peligro de perder la
propia libertad ante las más diversas fuerzas de sometimiento y explotación. No
es el resultado de la comunión de las Iglesias, sino que, en su esencial
misterio, es una realidad ontológica y temporalmente previa a cada concreta
Iglesia particular.

Naciendo en y a partir de la Iglesia universal, en ella y de ella tienen su propia


eclesialidad. Cada fiel, mediante la fe y el Bautismo, es incorporado a la Iglesia
una, santa, católica y apostólica.

1
Cfr.
http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_28051992_co
mmunionis-notio_sp.html
Teología Pastoral Fundamental Percy Casas V.

IV. Comunión de las iglesias, eucaristía y episcopado

Se afirma que donde se celebra la Eucaristía, se haría presente la totalidad del


misterio de la Iglesia, de modo que habría que considerar no-esencial cualquier
otro principio de unidad y de universalidad. El Primado del Obispo de Roma y el
Colegio episcopal son elementos propios de la Iglesia universal "no derivados de
la particularidad de las Iglesias", pero interiores a cada Iglesia particular. En
efecto, el ministerio del Primado comporta esencialmente una potestad
verdaderamente episcopal, no sólo suprema, plena y universal, sino también
inmediata, sobre todos, tanto sobre los Pastores como sobre los demás fieles.

V. Unidad y diversidad en la comunión eclesial

La promoción de la unidad que no obstaculiza la diversidad, así como el


reconocimiento y la promoción de una diversidad que no obstaculiza la unidad,
sino que la enriquece, es tarea primordial del Romano Pontífice para toda la
Iglesia y, salvo el derecho general de la misma Iglesia, de cada Obispo en la
Iglesia particular confiada a su ministerio pastoral. Para una visión más completa
de este aspecto de la comunión eclesial -unidad en la diversidad-, es necesario
considerar que existen instituciones y comunidades establecidas por la Autoridad
Apostólica para peculiares tareas pastorales.

Por su carácter supra diocesano, radicado en el ministerio Petrino, todas estas


realidades eclesiales son también elementos al servicio de la comunión entre las
diversas Iglesias particulares.

VI. Comunión eclesial y ecumenismo

“La Iglesia se reconoce unida por muchas razones con quienes, estando
bautizados, se honran con el nombre de cristianos, pero no profesan la fe en su
totalidad o no guardan la unidad de comunión bajo el sucesor de Pedro”. En las
Iglesias y comunidades cristianas no católicas, existen en efecto muchos
elementos de la Iglesia de Cristo que permiten reconocer con alegría y
esperanza una cierta comunión, si bien no perfecta. La herida es todavía más
profunda en las comunidades eclesiales que no han conservado la sucesión
apostólica y la Eucaristía válida.

VII. Opiniones diversas respeto al tema.

Francisco2: “La Iglesia, en su verdad más profunda, es comunión con Dios,


familiaridad con Dios, comunión de amor con Cristo y con el Padre en el Espíritu
Santo, que se prolonga en una comunión fraterna…”

Cardenal Ratzinger3: “…Dios es comunión y por ello puede dar comunión. El


hombre, con la comunión con Dios, entra en comunión con todos los demás
hombres que viven en la misma comunión. El Dios Trinitario, que es comunión,
crea la comunión humana más amplia y profunda. La comunión con Cristo crea
este lazo entre Dios y el hombre...”

2
Cfr. https://www.aciprensa.com/noticias/texto-completo-catequesis-del-papa-sobre-la-comunion-en-
la-iglesia-21826
3
Cfr. http://es.catholic.net/op/articulos/49449/cat/162/cardenal-ratzinger-la-comunion-en-la-iglesia-
no-es-un-hecho-sociologico-i.html# Tomado: 31- 05 – 11:00 pm.

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