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Lotz, John (1974). Lengua y cultura.

LENGUA Y CULTURA
John Lotz
Las metas ideales de los récords deportivos constituyen un caso de estudio en la discusión sobre
las relaciones entre lengua y cultura. La diferencia que existe entre los países anglosajones y los
países que emplean el sistema métrico-decimal.
Cuando Bannister corrió la dream mile —la milla en menos de cuatro minutos— los periódicos
enumeraron otras metas ideales: 100 yardas en 9 segundos, 7 pies para el salto de altura, 16 pies
para el salto con pértiga, 60 pies en el lanzamiento de bala.
Todas estas metas ideales contribuyen a que el tiempo récord para correr ciertas distancias
convencionales disminuya hasta un número determinado de segundos o minutos. Del mismo modo
contribuyen a que la longitud o la altura de saltos o lanzamientos se aumente hasta cierto número de
unidades de longitud. Los números que en estos casos se expresan son simplemente enteros:
4 minutos, 12 pies, 60 pies; pero no una milla en 33⁄4 minutos, ni 61 pies en lanzamiento de bala.
Se tienen récords como: 100 metros en 10 segundos, 20 kilómetros para la hora de carrera, 80
metros para el lanzamiento de jabalina, etcétera. No pueden ser traducidos “adecuadamente”; tratar
de correr 1 609 metros en 4 minutos no es lo mismo que correr la milla en el mismo lapso.
Los récords ideales deben determinarse dentro de un límite razonable, superior a los récords
actuales.
Así, la milla ha sitio frecuentemente corrida en los países “métricos” de Europa. Cuando el ideal
es alcanzado, gradualmente el récord pierde actualidad. Esto ha sucedido con los 10 kilómetros en
30 minutos, y puede llegar a ocurrir con la milla.
Parece claro que las metas deportivas ideales presuponen una base de cultura general no
verbal: apreciación del número y de la cantidad, alta valoración y rendimiento físico. La expresión
verbal 1. Un número seguido de medidas de tiempo, longitud y peso. La medida del tiempo y la
distancia están determinadas por la tradición y lo convencional. El sistema de pie-yarda; a causa de
su gran número de unidades básicas, sostiene mayor variedad de récords ideales que el sistema
métrico. Las expresiones de estas unidades de medida son simples morfemas como segundo,
minuto, hora, pulgada. pie, yarda, milla, o morfemas complejos como: centímetro, kilómetro,
etcétera.
La parte numérica de la frase plantea dos problemas lingüísticos con implicaciones sicológicas
y culturales: a) los números bajos, fundamentales, y b ) los números redondos.
Los números redondos implican la selección de ciertos números, los números-base, desde la
sucesión de los enteros, por ejemplo, diez, mil, los números “-illón”, etcétera, los cuales hacen
posible el manejo de los grandes números.
Los números base cambian en diferentes culturas y aun puede darse el caso de que no existan;
pueden variar dentro de la misma cultura con diversos fines, por ejemplo, en la cultura occidental, se
usa el número doce para huevos y papel; tjog (veinte) se usa en Suecia para los camarones: el 12 y
el 60 de los acadios sobreviven en las medidas de tiempo. Es interesante hacer notar a este
respecto epic Estados Unidos y Canadá adoptaron el sistema métrico decimal para el sistema
monetario.
Los números redondos o son números-base aislados o están en combinaciones simples con los
números fundamentales. Cualquier número fundamental en combinación con cualquier número-base
produce un número redondo: 6, 20 000, 5, 50, 25, 250 también 110 880, o el 666 de la bestia del

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Lotz, John (1974). Lengua y cultura.

Apocalipsis. Lo “redondo" puede variar; por ejemplo, 16 es considerado más redondo en los países
anglosajones —16 onzas hacen una libra. (Lo contrario de número redondo es la simple fracción,
como medio, cuarto, etcétera, y en el sistema decimal las fracciones nadas en .5 o .25, etcétera.
Esto explica la apreciación de redondo asocia a 5, 25, etcétera, arriba mencionada.)
Los números fundamentales y redondos tienen una parte importante en los aspectos
desiderativo-imperativos (leyes, el límite de edad, el tamaño de los peces en la pesca, los límites de
velocidad con sus implicaciones para el transporte; en deportes, las distancias de carrera
especificadas en número redondos; en los acontecimientos sociales, aniversarios de boda,
reuniones de antiguos compañeros de colegio, centenarios; en precios y salarios).
Cuando se mide algo puede emplearse el grado de exactitud: así los tiempos de carrera se dan
generalmente en décimas de segundo, las distancias en yardas o fracciones de millas, en el sistema
métrico-decimal saltos y lanzamientos se miden solamente en centímetros.
El uso de números con tales finalidades determina normas culturales y la conducta
dependiente de ellas. La simplicidad de la expresión lingüística y la correlativa organización
conceptual simple son importantes para establecer normas. La simplicidad de la expresión
lingüística organiza en otros campos semánticos (colores, parentesco, organización especial,
movimientos) donde morfemas simples o las combinaciones morfemas se ponen en lugar de
las expresiones que podrían proporcionar descripción e identificación más exactas, pero que
lingüísticamente complicadas y difíciles.

FUENTE: Lotz, John (1974) Lengua y cultura, en Garvin &


Lastra (eds) Antología de estudios de etnolingüística y
sociolingüística. México: UNAM, 15-18.

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