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COLABORAN:
JOSÉ ANTONIO MURGUÍA ROSETE
VIRGINIA PETROVA GEORGIEVA
LUIS A. BENAVIDES HERNÁNDEZ
PAULINO E. ARELLANES JIMÉNEZ
l
Secretario General LEONARDO LOMELÍ VANEGAS
ISBN: 978-607-02-8090-0
ÍNDICE
Presentación ..............................................................................................7
Prólogo .....................................................................................................17
Comentario ...............................................................................................19
PRIMERA PARTE
NUEVOS DEBATES Y DOCTRINAS SOBRE LA ENSEÑANZA ANALÍTICA
DEL DERECHO INTERNACIONAL
EN RELACIONES JURÍDICAS INTERNACIONALES
Capítulo 1
La enseñanza interactiva del Derecho Internacional a través
de la Jurisprudencia de los tribunales internacionales .....................................23
Virginia Petrova Georgieva
Capítulo 2
Problemas actuales de la enseñanza-aprendizaje
del Derecho Internacional Público en disciplinas sociales y humanidades ............53
Juan Carlos Velázquez Elizarrarás
Capítulo 3
La enseñanza fragmentaria del Derecho Internacional: los retos del
surgimiento de subsistemas o “regímenes autocontenidos” .............................101
Luis A. Benavides Hernández
Capítulo 4
Estudio dinámico del Derecho de las relaciones privadas
internacionales: Nacionalidad, reconocimiento y estrategias
societarias en el tráfico jurídico moderno .....................................................123
Juan Carlos Velázquez Elizarrarás
Capítulo 5
Las empresas transnacionales como sujetos del Derecho Internacional
Económico: Debate, investigación y desarrollo doctrinal ...............................179
Paulino Ernesto Arellanes Jiménez
Capítulo 6
Aprendizaje del Derecho de Guerra (Ius Belli)
en el análisis clásico del régimen internacional de neutralidad .......................211
José Antonio Murguía Rosete
6 ÍNDICE
SEGUNDA PARTE
ACTUALIZACIÓN DE INVESTIGACIONES PREVIAS
PARA EL ESTUDIO DIRIGIDO DEL DERECHO INTERNACIONAL
EN CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES
Capítulo 7
Reflexiones pedagógicas en torno al estudio dirigido de caso para
la comprensión y aplicación del Derecho en las relaciones
públicas y privadas internacionales .............................................................235
Juan Carlos Velázquez Elizarrarás
Capítulo 8
Premisas básicas del análisis y aplicación de los principios
generales del Derecho Internacional desde una perspectiva
jurídico-axiológica ......................................................................................271
Juan Carlos Velázquez Elizarrarás
Capítulo 9
El uso de la fuerza y el crimen de agresión en el estudio
comprensivo del Derecho Internacional Penal: discusión,
doctrina y estado del arte ...........................................................................317
Juan Carlos Velázquez Elizarrarás
Capítulo 10
Investigación dirigida en temas de Derecho y cooperación
penal internacional: sociedad internacional “anómica” y delincuencia
organizada transnacional ............................................................................369
Juan Carlos Velázquez Elizarrarás
PRESENTACIÓN
los elementos capitales sobre los que se pueden identificar las normas vigentes
respecto a una actitud tan importante como violentada por quienes gustan del uso
de la fuerza, el caos y la violencia en las relaciones internacionales.
La Segunda Parte, está conformada por cuatro capítulos (7, 8, 9 y 10) que son
autoría de quien esto escribe, Coordinador del libro PAPIME, profesor titular de
carrera e investigador nacional III, vinculados con líneas de investigación que viene
desarrollando en los últimos lustros bajo los auspicios del Seminario Permanente
de Derecho Internacional del Centro de Relaciones Internacionales. Se trata de
investigaciones analíticas de fondo, producto del debate académico crítico, que él
decide enriquecer y actualizar buscando su orientación más precisa al estudio
dirigido de la ciencia jurídica internacional para fomentar su enseñanza-aprendizaje
en el amplio y complejo campo disciplinario de las ciencias políticas y sociales.
serias trabas al proceso. Por lo mismo, se invita al lector a observar los resultados
prácticos de la reciente Conferencia de Kampala y su secuela hasta la fecha, y a
hacer una crítica severa al sistema de entrada en vigor y ejercicio de la jurisdicción
establecido en la Resolución sobre el crimen de agresión, por su carácter riesgoso,
ambiguo y plagado de innecesarias interpretaciones que han llevado a conclusiones
inconsistentes y disímbolas. Entretanto, es preocupante que las grandes potencias
continúan solapando y cometiendo el crimen de agresión, y asumiendo su papel
de objetores persistentes de la justicia y de la cooperación internacional para su
combate efectivo.
PRÓLOGO
COMENTARIO
PRIMERA PARTE
CAPÍTULO 1
LA ENSEÑANZA INTERACTIVA DEL DERECHO INTERNACIONAL A
TRAVÉS DE LA JURISPRUDENCIA DE LOS TRIBUNALES
INTERNACIONALES
1. Marco introductorio
Estos desarrollos modernos han afectado tanto la estructura como las normas
del derecho internacional.
Así por ejemplo, en la actualidad, el derecho internacional se caracteriza por
una gran ampliación de su ámbito de aplicación ratione materiae. Por más de 400
años, el también llamado derecho de gentes constituía un cuerpo normativo
relativamente “pobre”. Las normas internacionales regulaban algunos problemas
en el ámbito de las relaciones internacionales: por ejemplo, la conducta de los
diplomáticos, los conflictos marítimos o la integridad territorial de los Estados.2 En
la actualidad, existen muy pocas esferas de las relaciones internacionales, fuera
del alcance de las normas jurídicas internacionales. Esta “juridización” de las
relaciones internacionales3 vuelve el campo regulatorio del derecho internacional
casi “omnipresente”.
La importante modificación del ámbito de aplicación material del derecho
internacional se acompañó por una ampliación del círculo de sus sujetos. En los
inicios de su desarrollo, el orden jurídico internacional contaba con una sola categoría
de entidades, dotadas de la personalidad jurídica internacional: los Estados
soberanos. La evolución del derecho internacional en las últimas décadas se
caracteriza por una pérdida del monopolio estatal sobre las relaciones
internacionales, de tal modo que, en la actualidad, el orden jurídico internacional
cuenta con sujetos tanto públicos como privados.4
Finalmente, otro ejemplo de un cambio muy importante en el funcionamiento
del orden jurídico internacional concierne los mecanismos de resolución de las
controversias que surgen en el ámbito internacional. En efecto, la “debilidad” de los
mecanismos judiciales de arreglo de los litigios caracterizó al derecho internacional
por más de 3 siglos.5 Durante la mayor parte de su existencia, el sistema jurídico
internacional sufría notoriamente de la escasez, o incluso de la ausencia, de órganos
judiciales imparciales.6
En consecuencia, muchos de los litigios internacionales se resolvían por medios
alternativos (incluyendo el recurso a la fuerza) y el respeto del derecho internacional
carecía de eficacia práctica. Esta perspectiva cambió radicalmente en las dos
últimas décadas. Ahora vivimos en una nueva era: la de la “judicialización” del
sistema jurídico internacional.7 A partir de la década de los noventa se produjo una
2
BURKE-WHITE, William, “International Legal Pluralism”, Michigan Journal of International Law,
vol. 25, 2004, p. 967.
3
BECERRA, Ramírez, Manuel y MÚLLER, Uhlenbrock, Klaus (coord.), Juridificación de las
relaciones jurídicas internacionales, ed. IIJ-UNAM, 2010.
4
DELMAS-Marty, Mireille, Ordering Pluralism. A Conceptual Framework for Understanding the
Transnational Legal World, ed. Hart Publishing, 2009, p. 102.
5
ABI SAAB, Georges Michel, “The Normalization of International Adjudication: Convergence and
Divergence”, International Law and Politics, vol. 43, 2010, pp. 1-4.
6
Ibidem, p. 5.
7
CANCADO, Trindade, Antonio Augusto, “La expansión de la jurisdicción internacional y su
importancia para la realización de la justicia”, UN Lecture Series, http://legal.un.org/avl/ls/Cancado-
Trindade_HR_video_2.html; PETROVA, Georgieva, Virginia, La “judicialización”: una nueva
característica del sistema jurídico internacional, Anuario Mexicano de Derecho Internacional, vol.
XV, 2015.
CAPÍTULO 1. LA ENSEÑANZA INTERACTIVA DEL DERECHO INTERNACIONAL... 25
8
El término “proliferación” parece subrayar los efectos negativos de la “judicialización” del
derecho internacional. Dicho término es utilizado, por ejemplo, en el ámbito militar para referirse a la
proliferación de armas (nucleares, de destrucción masiva, químicas etc.). Por lo tanto, utilizaré el
término más neutro de “multiplicación” de los Tribunales internacionales.
9
WEBB, Philippa, International Judicial Integration and Fragmentation, ed. Oxford University
Press, 2013, p. 1.
26 VIRGINIA PETROVA GEORGIEVA
10
Según Paulo Freire, el conocimiento se considera como una donación aparentemente
desinteresada del que sabe (siempre el educador) hacia los que ignoran (siempre los educandos).
La educación bancaria así concebida anula todo poder creador de los educandos y los aliena del
mundo en el que viven. Es una práctica educativa destinada a acentuar la contradicción entre
opresor (educador) y oprimidos (educandos), cortando así toda posibilidad de concebir el
conocimiento como una búsqueda permanente de superación. (Freire, Paulo, Pedagogía del Oprimido,
ed. Siglo XXI, 2002, p. 69).
CAPÍTULO 1. LA ENSEÑANZA INTERACTIVA DEL DERECHO INTERNACIONAL... 27
11
BOHOSLAVSKY, Rodolfo, “Psicopatología del vínculo Profesor-Alumno. El profesor como
agente socializante”, Revista de Ciencias de la Educación, 1971, año II, N° 6, p. 42.
12
Idem
13
MORÁN, Oviedo, Porfirio, “Propuesta de evaluación y acreditación del proceso de enseñanza-
aprendizaje en la perspectiva de la Didáctica Crítica”, UMBRAL. Revista de Educación, Cultura y
Sociedad, núm. 8, 2005, pp. 175-184.
14
Sabemos que en sus orígenes romanos, el Derecho fue primero el arsboni e aequi, el arte de
lo bueno y de lo justo. En su temprana edad el Derecho formaba parte de una de las siete artes
romanas y su ejercicio era estrechamente relacionado con el de la retórica. Con la adopción del
Corpus Iuris Civilis del Emperador Justiniano, el Derecho logró su máxima sistematización a través
de la codificación. Esto condujo a la creación de las primeras escuelas de enseñanza del Derecho.
(SCHIAVONE, Ido, Ius: L’invention du droit en Occident, ed. Bellin, 2008, p. 56).
15
Los estudiantes del Derecho estudiaban el Código de Justiniano de una sola y única manera:
28 VIRGINIA PETROVA GEORGIEVA
se aprendían de memoria lo que éste decía. Sus profesores eran juristas o jueces practicantes que
conocían bien el Derecho y se limitaban a leer y ayudar a los alumnos a entender y memorizar mejor
los postulados de la codificación.
16
Originariamente escritas a la margen del texto mismo, las glosas tenían como objetivo principal
comentar, analizar, aclarar y explicar las normas jurídicas contenidas en la compilación de Justiniano.
En una etapa posterior fue necesario unificar las distintas interpretaciones de los glosadores y
postglosadores en una sola fuente. Así nació la “Magna Glosa” que ordenó y codificó las glosas
anteriormente utilizadas. Los glosadores y postglosadores enseñaban y aprendían el Corpus Iuris
Civilis tal como comentado en la “Magna Glosa”. Visto que los glosadores consideraban al Código
Justiniano como un conjunto normativo perfecto, su enseñanza-aprendizaje tenía como objetivo
único su reproducción por parte de los estudiantes. El método de enseñanza que mejor servía este
fin era el magister dixit o método expositivo. Los magister explicaban a los alumnos el contenido del
Corpus Iuris Civilis y de la “Magna Glosa”. Por su parte el principal método de aprendizaje del
Derecho era el memorístico. Los educandos trataban de memorizar cada uno de los numerosos
postulados de los dos principales libros de Derecho.
17
GONZÁLEZ, Martín, Nuria, “Sistemas jurídicos contemporáneos. Nociones introductorias y
familia jurídica romano-germánica”, Anuario Jurídica, p. 625 (consúltese el siguiente sitio de internet
disponible: http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/jurid/cont/30/cnt/cnt27.pdf
18
FLORES, Imer B., Prometeo (des)encandenado: la enseñanza del Derecho en México,
Academia. Revista sobre enseñanza del Derecho, vol. 7, 2006, p. 54.
CAPÍTULO 1. LA ENSEÑANZA INTERACTIVA DEL DERECHO INTERNACIONAL... 29
19
Ibidem, p. 46
20
FIX, Fierro, Héctor, La educación jurídica en México, Estudios jurídicos en homenaje a Marta
Morineau: Sistemas jurídicos contemporáneos, Derecho comparado, Temas diversos, Instituto de
Investigaciones Jurídicas, UNAM, México, 2006.
21
Con el desarrollo de las teorías positivistas del Derecho, éste se consideró como un sistema
coherente de normas y adquirió su carácter de ciencia conforme con los criterios aristotélicos. El
Derecho fue concebido como un orden cerrado y autosuficiente de normas jurídicas, un sistema
autónomo que dicta sus propias reglas de funcionamiento. En segundo lugar, además de concebirse
como una ciencia jurídica, el Derecho de la modernidad, empezó a caracterizarse por una invasión
e injerencia radical del poder político en el área jurídica. La liberación del individuo y el proceso de
secularización condujeron a la aparición de un poder absoluto y perpetuo: el Príncipe-legislador,
omnipresente en la vida del Derecho. El Estado decimonónico y el “legicentrisme” a la francesa
consideraron a la ley como un acto supremo e irresistible del soberano al que se somete todo el
ordenamiento jurídico. (ZAGREBELSKY, Gustavo, El Derecho Dúctil. Ley, derechos, justicia, ed.
Trotta, España, 2003). El Código, como expresión más cumplida de este nuevo ideario acerca de la
producción jurídica, hizo que el Derecho se cerrara y se recluyera en este Código que empezó a
operar como “ley-madre”. (GROSSI, Paolo, Mitología jurídica de la modernidad, ed. Trotta, España,
2003).
30 VIRGINIA PETROVA GEORGIEVA
dichas normas están contenidas en los Tratados que los Estados miembros de la
comunidad internacional adoptan y en la costumbre que resulta de su práctica
reiterada y de la aceptación del carácter jurídicamente vinculante de esta práctica.
Dicho en otros términos, el legalismo o “legicentrisme” en la “enseñanza reproductiva”
del derecho internacional pretende reducir y restringir los contenidos que se
transmiten a los alumnos a aquellos expresados en los tratados y en la costumbre.
Se trata de una particular “lealtad a las reglas y a los razonamientos, basados
en textos”.22 Tanto la enseñanza, como la investigación del Derecho Internacional
suelen tener una función esencialmente “dogmática”,23 que consiste en “explicar
textos legales y exponer las características semánticas de los mismos (…)”.24
Fuera de estos textos no existe derecho internacional válido.
Es de estimarse que el lugar central que ocupan los contenidos “legalistas” en
la enseñanza del jus gentium está íntimamente relacionado con la rigidez que
caracteriza a su proceso de enseñanza-aprendizaje. Las normas jurídicas, internas
o internacionales, suelen considerarse como un material jurídico “dado”,
autosuficiente y completo. El carácter relativamente estable de este material jurídico
se acomoda particularmente bien a la visión dogmática (inmutable) de un proceso
de enseñanza-aprendizaje “reproductivo”. De esta suerte, la disciplina se considera,
se enseña y se aprende como un conjunto legalista, formalista, dogmático y teórico.
Esta reclusión en los textos y en las normas aleja muchas veces al derecho de
gentes de la realidad de las relaciones internacionales y hace olvidar tanto a los
alumnos como a los docentes que las normas jurídicas, internas o internacionales,
no se aplican por sí solas, no se interpretan por sí solas y no pueden, en sí,
resolver un problema jurídico concreto,25 que surge en los hechos de la realidad
social en el ámbito internacional.
Ahora bien, una vez expuestas la “enseñanza reproductiva” y el “legalismo”
que suelen caracterizar al estudio del derecho internacional en muchas
universidades del mundo, es necesario proponer la alternativa de una “enseñanza
interactiva” del derecho internacional a través del estudio de la jurisprudencia de
los tribunales internacionales. Dicha enseñanza debería acercar el estudio de la
ciencia jurídica internacional a los actuales cambios en el funcionamiento del
sistema jurídico internacional.26
22
SIMPSON, Gerry, “En la Montaña Mágica: Enseñar Derecho Internacional Público”, Academia.
Revista sobre la Enseñanza del Derecho, núm. 16, 2010, p. 58, traducido al español de European
Journal of International Law, vol. 10, 1999, p. 70.
23
SERNA, José María, Apuntes sobre las opciones de cambio en la metodología de la enseñanza
del Derecho, Documento de Trabajo del Instituto de Investigaciones Jurídicas, IIJ, UNAM, México,
Abril 2003, p. 6.
24
ZAPATA, Bello, Gabriel, “La investigación jurídica aplicada, enfocada a las realidades
jurisdiccionales. Exigencia académica y social para los posgrados en Derecho”, Academia. Revista
sobre la Enseñanza del Derecho, núm. 8, 2006, p. 309.
25
Idem.
26
A mayor abundamiento, se recomiendan algunos trabajos elaborados por el profesor Juan
Carlos Velázquez Elizarrarás, como por ejemplo: El derecho internacional público en la agenda
política de las Relaciones Internacionales, FCPS, UNAM, México, 2005, pp. 21-48, y el Capítulo 2
del presente libro, intitulado: “Problemas actuales de la enseñanza-aprendizaje del derecho
internacional público en disciplinas sociales y humanidades”.
CAPÍTULO 1. LA ENSEÑANZA INTERACTIVA DEL DERECHO INTERNACIONAL... 31
27
CASTRO, Cossío, Baltazar, La pedagogía interactiva: un reto para el Educar UNIVA.
Fundamentos teóricos, Colección Pedagogía Interactiva 1, Dirección de Innovación y Desarrollo
Educativo de la Universidad del Valle de Atemajac (UNIVA), México, 2006, p. 76.
28
Idem.
29
BEDOYA, Madrid, José Iván, Epistemología y Pedagogía. Ensayo histórico crítico sobre el
objeto y métodos pedagógicos, Ecoe Ediciones, España, 2005.
30
FREIRE, Paulo, op. cit., nota 10.
32 VIRGINIA PETROVA GEORGIEVA
31
GORDILLO, Agustín, El Método en Derecho, Civitas, Madrid, España, 1998, p. 178.
32
Como lo propone esta autora, las técnicas de enseñanza pueden ser divididas en cinco
categorías específicas que corresponden a distintos momentos o secuencias del proceso enseñanza-
aprendizaje. La primera categoría, enmarca las técnicas que permiten activar o generar
conocimientos previos, como por ejemplo la lluvia de ideas, la discusión guiada, el señalamiento de
objetivos e intenciones, etc. En la segunda categoría de técnicas, cuyo objetivo principal es orientar
y guiar sobre aspectos relevantes de los contenidos, se puede recurrir a señalizaciones tanto en
el texto como en el discurso empleado por el profesor en el aula. La tercera categoría de técnicas
es la relativa al mejoramiento de la codificación (elaborativa) de la información por aprender y
consiste en la utilización de distintos tipos de ilustraciones (cuadros, diagramas, etc.) o de varias
series de preguntas intercaladas sobre el tema estudiado. La cuarta categoría, reúne las técnicas
susceptibles de propiciar una mejor organización de la información nueva por aprender. En dichas
técnicas el objetivo del profesor consiste en facilitar la captación por parte de los alumnos de la
información verdaderamente relevante de los temas o subtemas estudiados. Estas técnicas pueden
consistir en resúmenes, cuadros sinópticos, mapas mentales o conceptuales etc. Finalmente, la
quinta categoría de técnicas pretende promover el enlace (o puente) entre los conocimientos
previos y la nueva información por aprender. Las dos principales técnicas que pueden agruparse
dentro de esta categoría son los organizadores previos y las analogías.(DÍAZ, Barriga, Frida,
“Estrategias de enseñanza para la promoción de aprendizajes significativos”, en Pansza, Margarita
et al., Operatividad de la Didáctica, capítulo 5, ed. Gernika, 2005).
CAPÍTULO 1. LA ENSEÑANZA INTERACTIVA DEL DERECHO INTERNACIONAL... 33
33
MORÁN Oviedo, Porfirio, op. cit., nota 13.
34 VIRGINIA PETROVA GEORGIEVA
34
Ibidem, p. 5.
35
WEBB, Philippa, op. cit., nota 9, p. 1 .
36
ROMANO, Cesare, “The proliferation of international judicial bodies: the pieces of the puzzle”,
International Law and Politics, vol. 31, 1999 p. 710.
37
En la actualidad existen varios tribunales mixtos, establecidos para juzgar crímenes y delitos
graves cometidos en el territorio de algunos países. Con este objetivo fueron establecidos el
Tribunal internacional para Timor Oriental, el Tribunal para Irak y los Tribunales mixtos para juzgar
los khmersrouges de Camboya.
38
Si se lee el Estatuto de la CIJ, la respuesta a la cuestión de saber si la jurisprudencia de los
tribunales internacionales constituye una fuente formal del Derecho internacional es categóricamente
negativa. Según lo establecido en el artículo 38 del Estatuto, la jurisprudencia de los Tribunales
internacionales no es una fuente formal del derecho internacional como lo son los tratados, la
costumbre y los principios generales del Derecho. En virtud de dicha disposición: “d. las decisiones
judiciales y las doctrinas de los publicistas de mayor competencia de las distintas naciones,
como medio auxiliar para la determinación de las reglas de derecho, sin perjuicio de lo dispuesto
CAPÍTULO 1. LA ENSEÑANZA INTERACTIVA DEL DERECHO INTERNACIONAL... 35
en el Artículo 59.” Por su parte, el artículo 59 del Estatuto de la Corte constituye una cristalización
directa del principio de res iudicata, como principio general del Derecho, “reconocido por las
naciones civilizadas” y establece que: “la decisión de la Corte no es obligatoria sino para las
partes en litigio y respecto del caso que ha sido decidido.”
39
Así por ejemplo, en el caso Pesquerías del Atlántico (CIJ, FisheriesJurisdiction, Gran Bretaña
e Irlanda del Norte c. Islandia, 25 de julio de 1974, párr. 53, http://www.icj-cij.org/docket/files/55/
5977.pdf) la CIJ estimó que en su calidad de tribunal, establecido con base a Derecho, no puede
dictar sentencias sub specie legisferendae o anticipar el Derecho antes de que el legislador lo haya
adoptado. En el mismo sentido, en su opinión consultativa sobre la Legalidad de la amenaza o del
uso de armas nucleares, la Corte afirmó que no puede sustituirse al legislador. La Corte consideró
que “no puede legislar y, en las circunstancias particulares, no está llamada a hacerlo.” (CIJ,
Legality on the Threat or Use of Nuclear Weapons, Opinión Consultativa, 8 de Julio de 1996, párr.
18, http://www.icj-cij.org/docket/files/95/7495.pdf).
40
BOGANDY, Armin von y VENZKE, Ingo, “Beyond Dispute: International Judicial Institutions as
Lawmakers”, German Law Journal, vol. 12, 2010, p. 984.
41
Ibidem, p. 992.
42
En primer lugar, los jueces internacionales promueven un “Estado de Derecho Internacional”
porque garantizan la supremacía del Derecho en el ámbito internacional. Las jurisdicciones
internacionales ejercen un importante “control judicial” sobre el respeto de las normas y principios
del derecho internacional por parte de los sujetos del orden jurídico internacional. En segundo lugar,
los tribunales internacionales garantizan la igualdad ante el derecho internacional y la seguridad
jurídica en la aplicación del mismo. En algunos casos, los jueces internacionales han sido investidos
con la tarea específica de velar por el respeto, en el ámbito internacional, de algunos de los
aspectos sustanciales de un “Estado de Derecho”, por ejemplo, los relativos a la protección de los
derechos humanos o a la sanción de los crímenes internacionales. Finalmente, cabe señalar que los
propios jueces internacionales deben respetar algunos requisitos formales que se derivan del
“Estado de Derecho”, como por ejemplo los relativos al “debido proceso” (“due process of law”):
independencia e imparcialidad en el ejercicio de la función judicial, transparencia y claridad en la
motivación de las sentencias judiciales, publicidad de las mismas, etc.
36 VIRGINIA PETROVA GEORGIEVA
43
ZAGREBELSKY, Gustavo, op. cit.
44
ZAPATA Bello, Gabriel, op. cit., nota 20, p. 310.
CAPÍTULO 1. LA ENSEÑANZA INTERACTIVA DEL DERECHO INTERNACIONAL... 37
45
BORGHETTI, Jean-Sébastien, Méthodologie de la fiche d´arrêt, disponible en www.u-paris2.fr
MAKDISI, Michael, “How to write a case brief for a law school”, in Introduction to the Study of
46
Law: Cases and Materials, ed. Lexis Nexis, 2009, disponible en http://www.lexisnexis.com/en-us/
lawschool/pre-law/how-to-brief-a-case.page
47
Idem.
48
BORGHETTI, Jean-Sébastien, op. cit., nota 44.
CAPÍTULO 1. LA ENSEÑANZA INTERACTIVA DEL DERECHO INTERNACIONAL... 39
3) Procedimiento judicial
Es importante señalar cuáles fueron las principales etapas del procedimiento
contencioso del que fue objeto la resolución de la controversia entre las partes. Por
ejemplo, según el caso en comento, sería necesario precisar cuál de las dos partes
inició el procedimiento; ante qué tribunal internacional decidió acudir para la defensa
de su causa y por qué; si es el primer tribunal que se pronuncia o si, a contrario,
existen antecedentes judiciales y el mismo caso fue resuelto por otro tribunal
internacional y/o interno; si el caso ha originado cuestiones procesales incidentes,
por ejemplo, el pronunciamiento de medidas provisionales o cautelares, si existen
opiniones separadas y/o disidentes sobre el caso, entre otros elementos. Muchas
veces es posible resumir en algunas líneas las distintas fases del procedimiento.51
5) Problema jurídico
Este es tal vez el punto más difícil de la “ficha de jurisprudencia”.52 En esta
parte del trabajo se formula la pregunta o problema jurídico que el tribunal
internacional debe resolver (quid juris?). En principio, dicha pregunta se desprende
fácilmente de la confrontación de las posiciones contradictorias de las partes en el
litigio.53 El problema jurídico no debe ser formulado ni en forma muy general (no
confundirlo con el intitulado de un libro de derecho internacional, por ejemplo: “La
responsabilidad internacional del Estado”), ni demasiado concreto. La pregunta es
a la vez singular (porque concierne un litigio concreto) y abstracta (porque hay que
ir más allá de sus hechos particulares).54
49
Idem.
50
MADKISI, Michael, op. cit., nota 45.
51
BELLIVIER, Florence, “La fiche d´arrêt (ou fiche de jurisprudence)”, in Méthode a l´usage des
étudiants de Licence en Droit de l´Université Paris X Nanterre, disponible en la siguiente dirección:
https://ufr-dsp.u-paris10.fr/.../com.univ.collaboratif.utils, p. 25.
52
Ibidem, p. 26.
53
BORGHETTI, Jean Sébastien, op. cit., nota 44.
54
BELLIVIER, Florence, op. cit., nota 50, p. 26.
40 VIRGINIA PETROVA GEORGIEVA
Ejemplo:
Hechos:
El 2 agosto de 1926, se produjo una colisión en Alta Mar entre el buque
francés “Lotus” y el buque turco “Boz-kourt”. El “Boz-kourt” se hundió y seis
personas de nacionalidad turca perdieron la vida. El “Lotus” llevó a los
sobrevivientes al puerto de Estambul. En Turquía, el Capitán del Barco Francés,
el Sr. Demons, fue culpado de homicidio imprudencial y juzgado por los
tribunales turcos. Posteriormente, el Sr. Demons fue condenado a 80 días de
prisión.
Procedimiento judicial:
Francia y Turquía firmaron un acuerdo especial, el 12 de octubre de 1926.
En virtud del artículo 40 del Estatuto de la Corte Permanente de Justicia
Internacional dicho acuerdo estableció la competencia de este órgano judicial
para resolver la controversia que había surgido entre estos dos Estados como
resultado de un choque entre los buques “Lotus” y Boz-Kourt”, ocurrido en Alta
Mar. La Corte resolvió el fondo de dicha controversia el 7 de septiembre de
1927.
Problema jurídico:
Se trataba de saber si, en virtud del Derecho Internacional, Turquía era
competente para iniciar un proceso penal en contra de un nacional francés por
hechos ocurridos en Alta Mar.
Resolución de la Corte:
En primer lugar, la Corte reafirmó el principio de exclusividad de la
competencia territorial del Estado. La CIJ señaló que competencia de un Estado
es territorial y no puede ejercerse fuera del territorio nacional, salvo en los
casos en los que existe una regla permisiva, consuetudinaria o convencional,
en este sentido en el Derecho Internacional. Consecuentemente, un Estado
puede aplicar sus leyes y extender su jurisdicción a todas las personas y
bienes situados dentro de su territorio. Si el Estado pretende ejercer su
competencia territorial fuera de su territorio, el único límite a esta competencia
sería la existencia de reglas prohibitivas al respecto en el Derecho Internacional.
La Corte basó estas consideraciones en el principio de voluntad soberana
de los Estados. Según la Corte, el Derecho Internacional regula las relaciones
entre Estados independientes que expresan su libre voluntad de vincularse
jurídicamente para la consecución de objetivos comunes. Solo un acuerdo de
voluntades, expresado en un instrumento jurídico de Derecho Internacional puede
obligar jurídicamente a los Estados soberanos. En consecuencia, las
limitaciones a la independencia de los Estados no se presumen.
55
Méthodologie du commentaired´arrêt, ed. Dalloz, disponible en:
http://fic hes .dallozetudiant.fr/methodologie/fic he/23/h/3a80a3c c a19299df19c 3b
b8d701deb6c.html?tx_dallozrevision_pi1%5Bonglet%5D=2
56
Idem.
57
BELLIVIER, Florence, op. cit., nota 50, p. 34.
58
Méthodologie du Commentaired´arrêt, op. cit., nota 54.
59
Idem.
CAPÍTULO 1. LA ENSEÑANZA INTERACTIVA DEL DERECHO INTERNACIONAL... 43
Ejemplo:
No es posible establecer un ejemplo del comentario de una sentencia judicial,
por su extensión. Por lo tanto, nos limitaremos a aportar un ejemplo de un plan de
trabajo para la construcción de un comentario de sentencia judicial internacional.
III. El alcance del control, ejercido por la Corte: una sorprendente “auto-limitación”.
A. Una “auto-limitación” con fundamentos jurídicos controvertidos.
B. Una “auto-limitación” por criterios esencialmente políticos.
60
KLEIN, Pierre, “Responsabilité pour les faits commisdans le cadre d´opérations de maintien de
paix et éten due du pouvoir de contrôle de la Cour européenne des droits de l´homme: quelques
considérations critiques sur l´arrêt Behrami et Saramati”, Annuaire Francais de Droit International,
vol. LIII, 2007, pp. 43-64.
44 VIRGINIA PETROVA GEORGIEVA
61
Consúltese a: CHAUMETTE, Anne-Laure, “Le cas pratique (en droit international public)”, in
Méthode…, op. cit., nota 54, p. 42
62
El silogismo jurídico es un mecanismo lógico que utilizan los jueces, tanto internos como
internacionales, en el ejercicio función judicial. Se trata de un esquema formal del razonamiento
deductivo que se basa en dos premisas: una premisa mayor, una premisa menor de las que se
obtiene una conclusión. En el ámbito judicial, el silogismo jurídico es aquel de carácter hipotético, en
el que su premisa mayor está constituida por una norma general y la premisa menor por un hecho
jurídico determinado y su conclusión constituye un juicio normativo individualizado. Así por ejemplo,
si la premisa mayor de un silogismo (la que se obtiene de una norma) es: El arrendatario debe pagar.;
su premisa menor (se obtiene del análisis de los hechos de un litigio): Juan Carlos es un arrendatario;
La conclusión (que se obtiene de la combinación de la premisa mayor y de la premisa menor) sería
que: “Juan Carlos debe pagar.” (MARROQUÍN, Zaleta, Jaime Manuel, Técnica para la elaboración
de una sentencia de amparo directo, Editorial Porrúa, México, 2000, p. 89.
63
Iura novit curia (el juez conoce el Derecho) constituye un adagio latín que reenvía a prácticas
muy antiguas del Derecho romano, relativas a la determinación de la función del juez y de las partes
en la resolución judicial de las controversias. Según este principio, el juez es el encargado de
conocer o saber el Derecho y las partes son responsables de demostrarle los hechos.
64
La repartición de las funciones entre el juez y las partes se expresa, además, en otro adagio
del Derecho romano: Damifactum, dabo tibi ius (Dame los hechos y yo te daré el Derecho).Es
responsabilidad exclusiva de las partes establecer ante el juez los hechos que dieron origen a su
controversia, pero el juez es el único encargado de conocer el Derecho, aplicable a la controversia
para poder “dárselo” a las partes.
65
CHAUMETTE, Anne-Laure, op. cit., nota 60, p. 42
66
VERONES, Cristina y Rosselet, Christian, The Public International Law Study Guide for
Students, ed. Oxford- Portland, 2013, p. 4
CAPÍTULO 1. LA ENSEÑANZA INTERACTIVA DEL DERECHO INTERNACIONAL... 45
Ejemplo:67
Las tensiones entre los Estados de Tiranoc y Saphery habían durado muchos
años y se debían, principalmente, a las diferencias fundamentales entre los
sistemas políticos, económicos y sociales, vigentes en ambos países. En
Tiranoc, Saphery es visto como un país avaro y corrupto, mientras que en
Saphery se considera que los habitantes de Tiranoc son retrasados y
subdesarrollados. No obstante, las relaciones entre estos países habían
permanecido pacíficas y estables por un largo periodo de tiempo.
Un día, un grupo de estudiantes de la Universidad Nacional de Tiranoc
empezó a protestar enfrente de la Embajada de Saphery en contra “del sistema
capitalista e inhumano” de este Estado. Muy pronto, cada vez más estudiantes
se unieron a las protestas. De repente los estudiantes rompieron las puertas e
irrumpieron en la Embajada sin ninguna oposición por parte de la policía. Aunque
en este momento no había nadie dentro de las instalaciones, los estudiantes
empezaron a buscar y a destruir los archivos de la Embajada. Los estudiantes
declararon que permanecerían y ocuparían la Embajada hasta que Saphery no
cambiara su política respecto “a la explotación económica de los seres humanos
y de la Madre Naturaleza”.
Saphery protestó fuertemente en contra de esta ocupación de su Embajada
y solicitó a Tiranoc echar fuera a los estudiantes y llevarlos ante la justicia de
este país en forma inmediata. No obstante, el Presidente de Tiranoc declaró
que su Gobierno “está orgulloso del valor e iniciativa que mostraron los
67
VERONES, Christina y Rosselt, Christian, op. cit., nota 65, p. 49.
46 VIRGINIA PETROVA GEORGIEVA
68
SIMON, Stephen y PORITSKY, Bertrand, “Entrenamiento de habilidades judiciales”, Academia,
Revista sobre la Enseñanza del Derecho, núm. 8, 2007, p. 303.
69
Procès simulé en droit pénal international, Les droits des enfants: C´estessentiel, UNICEF-
Canada, disponible en http://ojen.ca/sites/ojen.ca/files/resources/OJEN-UNICEF_CRC_FR_
Teachers%20Guide.pdf
70
COLOMER, Hernández, Ignacio, et al., La Enseñanza del Derecho Procesal, Análisis
comparativo en tres universidades españolas, Primer Seminario Iberoamericano de Innovación
Docente en la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla, España, 20 y 21 de noviembre de 2014), p. 1.
CAPÍTULO 1. LA ENSEÑANZA INTERACTIVA DEL DERECHO INTERNACIONAL... 47
El simulacro judicial es una excelente manera de “dar vida” al mundo del derecho
internacional y promover su “enseñanza interactiva”. Dicha técnica se basa en un
“rol playing” como mecanismo educativo de suma utilidad y permite a los alumnos
desarrollar su capacidad de hablar en público, su expresión jurídica y su criterio
jurídico, en general. Además, dicha herramienta favorece el trabajo en equipo, la
adquisición de un razonamiento rápido y analítico y un primer acercamiento a los
aspectos procesales de impartición de la justicia internacional.
En el Moot Court, se plantea un caso hipotético o real que versa sobre uno o
varios problemas jurídicos. Posteriormente, se procede a la repartición de los roles
de los distintos alumnos. Generalmente se nombran tres equipos: un equipo de los
consejeros jurídicos del demandante, otro del demandado y un equipo de jueces
que resolverán el caso y dictarán la sentencia. La tarea de los dos equipos de
“abogados” consiste en analizar los hechos del caso, calificarlos jurídicamente y
desarrollar una argumentación jurídica en favor de su “cliente” (demandante o
demandado).Dicha argumentación es presentada en forma oral y dirigida a los
jueces, con el objetivo de convencerlos de la veracidad de los argumentos propios
y de la debilidad de los argumentos contrarios a sus posiciones (del demandante o
demandado, respectivamente).71 Por su parte, los jueces son responsables de
dirigir el juicio y resolver el problema jurídico, planteado por el caso en simulacro.72
Una presentación oral de los argumentos de cada equipo de participantes debe
durar de 10 a 15 minutos.
Los Moot Court son generalmente muy bien aceptados por parte de los alumnos.
Dicho ejercicio permite reforzar el aprendizaje teórico que los alumnos han adquirido
acerca de las sentencias de los tribunales internacionales y aplicarlo de manera
eminentemente práctica y concreta.
71
AMNISTÍA Internacional, Guía de Educación en derechos humanos. Propuestas basadas en
la expresión corporal y la dramatización. Simulación de un Juicio, http://www.amnistia
catalunya.org/edu/guia/es/p-exp-juicio.html.
72
Idem.
73
Procès simulé en droitpénal international, Les droits des enfants: C´estessentiel, UNICEF-
Canada, op. cit., nota 68.
48 VIRGINIA PETROVA GEORGIEVA
Reflexiones finales
mayor esfuerzo por parte de los alumnos que la clase magistral en la que se
reproducen contenidos “textualistas” y “legalistas”. Existe así un cierto interés
natural por parte de los alumnos de privilegiar la pasividad de las buenas clases
magistrales y “legalistas” de derecho internacional a la visión más crítica e
innovadora, propia a las clases y seminarios interactivos que se basan en el estudio
de la jurisprudencia de los tribunales internacionales.
Las resistencias que tienen los alumnos a la introducción de más clases
interactivas y de más jurisprudencia de los tribunales internacionales en la enseñanza
del derecho internacional son paralelas a la resistencia de los docentes al mismo
cambio. En primer lugar, la preparación de una clase magisterial requiere menos
búsqueda y menos reflexión que la preparación de una clase interactiva con distintos
ejercicios, destinados a analizar la jurisprudencia de los tribunales internacionales.
En efecto, el docente debe tener mucha seguridad y excelente dominio de las
sentencias de los tribunales internacionales para realizar el análisis o la
problematización (y no sólo memorización-transmisión) de este contenido. Esta
exigencia se relaciona estrechamente con el grado de preparación de los profesores
e investigadores docentes de derecho internacional. Lamentablemente, la actual
formación del magisterio en casi todas las áreas disciplinarias del Derecho y en
particular en el ámbito del derecho internacional, carece de una sólida instrucción
pedagógica y raras veces se hace a través del enfoque de la clase interactiva.
Adicionalmente, el “legalismo” y “textualismo” que domina el estudio y la
investigación en nuestra vasta disciplina jurídica, influyen en la formación de los
propios docentes, y por ende, en su manera de enseñar derecho de las relaciones
internacionales (públicas y privadas).
Finalmente, también podemos observar que las propias instituciones educativas
no promueven más clases interactivas en la enseñanza del derecho internacional y
prefieren mantener el monopolio de las clases magistrales. Esto tal vez tiene que
ver con el currículum oculto de las Facultades de Derecho. El Derecho es un
instrumento de regulación pero también de control social. Mediante la “enseñanza
reproductiva” del Derecho tal como “es” y no tal como “debe ser”, se busca legitimar
al poder político dominante, en el ámbito interno y/o en el internacional, y a las
normas que éste adopta, porque para este poder “pensar puede resultar peligroso”.74
Si se enseñara a los estudiantes de Derecho (internacional) a pensar el Derecho
tal como “debe ser” y no reproducirlo “tal como es” se aumentaría la actitud crítica
y analítica de éstos en detrimento de las necesidades de “reproducción” que impone
el aparato político de una sociedad determinada.
Como ya vimos la clase magistral forma juristas que tienen un excelente
conocimiento memorístico del Derecho (internacional) pero pocas propuestas para
su transformación. En cambio, a través de la clase interactiva se forman profesionales
que tienen un conocimiento más profundo y analítico de las normas jurídicas
(internacionales), que han analizado su interpretación y aplicación jurisprudencial
en forma práctica y que se han dado cuenta de sus fallas, contradicciones o
posibilidades de mejoramiento. En resumidas cuentas, al parecer, la clase interactiva
no es bien vista por el curriculum oculto de las Facultades de Derecho (y también
74
FREIRE, Paulo, op. cit., nota 10.
CAPÍTULO 1. LA ENSEÑANZA INTERACTIVA DEL DERECHO INTERNACIONAL... 51
75
Al respecto ver: VELÁZQUEZ, Elizarrarás, Juan Carlos, “El Derecho Internacional, como
obstáculo o como agente del progreso”, en la obra del mismo autor Reestructuración general del
nuevo derecho internacional. Perspectivas al siglo XXI, FCPS, UNAM, México, 1994.
76
POUND, Roscoe, Law in Books and Law in Action, Amercian Law Review, vol. 44, 1910, p. 12
52
53
CAPÍTULO 2
PROBLEMAS ACTUALES DE LA ENSEÑANZA-APRENDIZAJE DEL
DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO EN DISCIPLINAS SOCIALES Y
HUMANIDADES
* Profesor Titular “C” de Carrera, Nivel PRIDE “D”, Doctor en Relaciones Internacionales, y en
Ciencias Políticas y Sociales por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, e Investigador
Nacional Nivel III. Coordinador Académico del Proyecto PAPIME PE303715 (20015-2017), y del
presente libro.
77
VELÁZQUEZ Elizarrarás, Juan Carlos, El derecho internacional público en la agenda política
de las relaciones internacionales, FCPS-UNAM, México, 2005, pp. 21-48.
54 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
puede ir más allá y afirmar que los tópicos relacionados con la enseñanza y el
aprendizaje no son ya objeto de estudio específico de la ciencia pedagógica y la
didáctica, pues se abordan también desde distintas perspectivas disciplinarias
como la antropología, la filosofía, la lógica, la economía, la comunicación, la
administración, la historia, las ciencias sociales y otras más como las humanidades.
En el presente capítulo opté por hacer referencia a diversos trabajos de vanguardia
expuestos en el aula y en foros de expertos como coloquios, conferencias y
congresos nacionales e internacionales, al igual que a diversas investigaciones
plasmadas en artículos, libros y ensayos de reconocidos pedagogos de la talla de
Paulo Freire, Ovide Decroly, John Dewey, Alain y especialistas de la enseñanza
del derecho internacional como Javier Roldán Barbero, Michel Virally, Emmanuel
Decaux y mis siempre recordados maestros José Harb Karam y W olfgang
Friedmann. Retomo asimismo varias de los métodos y técnicas que en mi papel
de mentor e investigador he diseñado, difundido y puesto en práctica a lo largo de
cuatro décadas de ejercicio académico como son, entre otros, la dinámica de
grupos, la discusión dirigida, el seminario interactivo, la simulación orientada y la
casuística inducida o método de estudio de caso.
Es posible identificar dos tipos básicos de enseñanza en educación media y
media superior: la lineal o tradicional y la analítica más vinculada a la interacción
profesor-alumno, el razonamiento conjunto y la reflexión crítica, es decir, busca
primeramente enseñar a enseñar, con la filosofía de que la enseñanza disciplinar
debe discurrir con ritmo, con pausa, con fluidez, no venciendo con el peso del
argumento sino convenciendo con la sencillez del conocimiento cierto, la armonía y
el respeto al interlocutor. De esta modalidad y de su utilidad en la enseñanza-
aprendizaje del derecho internacional en particular estoy enteramente convencido.
Decía Alberto Einstein que: “Lo peor es educar por métodos basados en el temor, la
fuerza, la autoridad, porque se destruyen la sinceridad y la confianza y sólo se
consigue una falsa sumisión”. A menudo, los estudiantes de derecho internacional,
se quejan de que las clases consistan en un rígido y continuo discurso magistral,
excesivamente impositivo y teorizante. Pensamos que en el fondo lo que tratan de
demandar es una universidad más profesionalizada que adiestre en habilidades
jurídicas prácticas y en las humanidades que les faciliten su incursión en el campo
internacional operativo. Pero, en nuestra opinión, las denostadas lecciones y
conferencias magistrales, siguen siendo necesarias pero no de manera exclusiva
sino balanceada, combinada con otras técnicas pero sin dejar de advertir que, por lo
general, las técnicas vanguardistas son más preconizadas que cultivadas (como en
el caso de la casuística o estudio de caso). Por su parte, en las asignaturas optativas
contempladas por los nuevos planes de estudio se podrá ser algo más innovador,
pero creemos que siempre es conveniente transmitir un discurso hilvanado, un
argumento central correctamente vertebrado, una disertación docta y secuencial.
Si referimos al estado real que guarda la enseñanza del derecho internacional
en la mayoría de los países, se constata que no hay una gran concordancia entre
la primordial importancia que se le reconoce en las declaraciones y resoluciones
de la Asamblea General y lo que en realidad se aprecia en la evolución y
consolidación de esta disciplina.78 En mi opinión no se trata precisamente de una
78
GÓMEZ Robledo Verdusco, Alonso, Enseñanza del Derecho Internacional Público, en Temas
CAPÍTULO 2. PROBLEMAS ACTUALES DE LA ENSEÑANZA-APRENDIZAJE DEL... 55
Selectos de Derecho Internacional, IIJ-UNAM, México, 1999, pp.11 y 12, señala textualmente lo
siguiente: Las causas que están en el origen de esta situación pueden ser ciertamente de orden
múltiple y variar no sólo de un país a otro, sino incluso ser diversas de una institución a otra. Algunas
provienen de las dificultades para establecer debidamente los ya sobrecargados programas de la
enseñanza universitaria, pero otras son más graves y se explican en parte como resultado si no de
actitudes exactamente negativas sí, por lo menos, de lo que podríamos llamar actitudes de clara
indiferencia con respecto al derecho internacional. Con toda razón se ha dicho que el peso de la
tradición y de lo ya consagrado no podrá jamás subestimarse; el derecho internacional público al
igual que el derecho internacional privado se implantaron e impusieron en forma relativamente tardía
en los programas universitarios en comparación con las disciplinas de derecho interno (civil, penal,
procesal, etcétera), debiendo contentarse en las antiguas universidades y por largo tiempo, de no
pasar de ser otra cosa que una materia optativa (incluso hoy en día, aunque parezca sorprendente
permanece como optativa en países tales como Gran Bretaña, Canadá, India, Brasil y Japón). Este
fenómeno parece haber sido muy característico entre los Estados de Europa central después de la
I Guerra Mundial; a pesar del interés que se generó como consecuencia de la creación de la
Sociedad de Naciones y no obstante la importancia que se le otorgaba en el seno mismo de la
organización, el derecho internacional público no constituía en general materia de examen (en los
llamados exámenes de Estado), y todavía a finales de la década de los treinta, el derecho internacional
público seguía estrechamente vinculado a la materia de filosofía derecho.
56 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
79
BURTON, J. W., International Relations, a General Theory, Cambridge, University Press,
1967, pp. 22 y ss.; Virally, M., “Le Juriste et la Science du Drcit”, Révue de Droite et Sciences
Politiques (RDPSP), París, 1964, pp. 591-611.
80
GÓMEZ Robledo no duda en concluir que el papel que se otorga a la enseñanza del derecho
internacional público dentro de la amplia gama de las diversas disciplinas o materias jurídicas que se
imparten en la mayoría de las universidades y facultades de derecho y de ciencias políticas, es muy
limitado, dejando aún mucho que desear, quedando todavía un camino inmenso por llenar, otro tanto
por rectificar y bastante por mejorar, completar y perfeccionar. La misma preocupación manifestaba
don César Sepúlveda en sus cátedras.
81
JENNINGS, R.Y., “Teachings and Teaching in International Law”. Essays in International Law
in Honor of Judge Manfred Lachs. The Hague, 1984, pág. 121. Jennings ha denunciado el carácter
obtuso, parroquiano y oscurantista dominante, a su entender, en la doctrina iusinternacionalista y
que resulta perjudicial para su consideración pública. Véase en esta dirección igualmente su
trabajo “International Law and the Citizen”. Mélanges M. Virally. Paris, Francia, 1991, pp. 341-347.
CAPÍTULO 2. PROBLEMAS ACTUALES DE LA ENSEÑANZA-APRENDIZAJE DEL... 57
82
Javier Roldán Barbero, es un reconocido catedrático de derecho internacional público y
relaciones internacionales de la Universidad de Almería, con quien coincidimos in extenso, amén de
que tenemos formación muy parecida. Recomendamos ampliamente su libro: Ensayo sobre el
Derecho Internacional Público, edición Universidad de Almería, España, 1996, 158 pp. Especialmente
consúltese su Sección 3ª. La Enseñanza, pp. 125-155. Por su interés, citamos a la letra un párrafo
inscrito en la p. 128: “Este afianzamiento del ordenamiento internacional puede explicar que en
ciertos manuales de la asignatura se hayan aligerado los temas destinados a introducir al lector
en los fundamentos conceptuales, históricos y doctrinales. Por mi parte, soy partidario de recalcar,
pero no de recargar de erudición, los planteamientos iniciales en detrimento del estudio del
derecho internacional positivo contemporáneo, entre otras razones, porque esos planteamientos
básicos deben acompañar la explicación de la materia a lo largo de todo el curso académico. Así,
todo el temario debe conducir a entender la peculiar juridicidad del Derecho de Gentes, del
mismo modo que las consideraciones históricas deben salir a relucir a propósito de cada institución
internacional en concreto”.
58 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
83
SUÁREZ Díaz, Reynaldo, La educación: su filosofía, su psicología, su método, Trillas,
México, 1982, pp. 47-51. Citado por David J. Sarquís, “El proceso de enseñanza-aprendizaje en la
teoría de las Relaciones Internacionales”, Revista Relaciones Internacionales, No. 84-85, sep.2000/
abril 2001, FCPS-CRI, 2001.
CAPÍTULO 2. PROBLEMAS ACTUALES DE LA ENSEÑANZA-APRENDIZAJE DEL... 59
84
LIPOVETSKY, Gilles, “La era del vacío”, en Ensayos sobre el individualismo contemporáneo,
col. Argumentos, núm. 83, Barcelona, España, 9ª. ed., Anagrama, 1996, pp. 38-39.
60 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
85
VELÁZQUEZ Elizarrarás, Juan Carlos, Aproximaciones doctrinales a la educación y la
enseñanza del derecho internacional público en el pensamiento crítico del doctor Rodolfo Cruz
Miramontes, en Becerra Ramírez, Manuel y et al. (coords.), Obra en homenaje a Rodolfo Cruz
Miramontes, Tomo I, IIJ-UNAM, México, 2008, pp. 117-158.
CAPÍTULO 2. PROBLEMAS ACTUALES DE LA ENSEÑANZA-APRENDIZAJE DEL... 61
y despertar inquietudes en los alumnos para que por su cuenta y riesgo se lancen
a profundizar los temas tratados. Entender también que a la hora de clase es una
breve oportunidad que él tiene de abrir ventanas al saber y mostrárselas al estudiante;
esto es, de su capacidad de comunicación y de la posibilidad de amenizar la
exposición, dependerá el éxito de la misma. Por otra parte, habrá de tener presente
que hay dos humanidades que son pilares del Derecho Internacional Público: la
Historia y la Geografía, sin cuyo apoyo la clase y la enseñanza jurídica se vuelva
árida y, lo más riesgoso, descontextualizada y fuera de ubicación en el tiempo y el
espacio; ambas disciplinas son básicas para una buena exposición, comprensión
e interacción de todo lo expuesto en el recinto académico.
Fuera de toda discusión el especialista en derecho internacional público y privado,
debe al igual que sucede en otras disciplinas, conocer bien varias materias en
particular; en México, estas serían derecho constitucional, teoría general del Estado,
filosofía del derecho, relaciones jurídicas internacionales, tratados y contratos
internacionales, derecho constitucional e introducción al estudio del derecho o
Estado, Sociedad y Derecho como se le denomina en el nuevo plan de estudios de
ciencias políticas y sociales. Con este apoyo interdisciplinario, el docente debe,
junto siempre con el alumno, demostrar que el derecho internacional es verdadero
derecho y comunicarle esta certidumbre al estudiante para que analice y razone
por sí mismo que el derecho pretende lograr ciertos objetivos concretos que son
los valores jurídicos, tales como el orden, la seguridad, la certeza, la justicia y la
confianza; en otras palabras lo que se llama axiología jurídica en donde hay una
jerarquía de los mismos y que deben respetarse en su condición. Todo esto explica
otra característica del derecho que es la de su carácter normativo y, por tanto
ético, pues postula siempre lo que debe ser; esto es, se parte de una realidad que
nos entorna para indicarnos lo que debe ser y así alcanzar esos valores sociales.
La ciencia del derecho, es una ciencia social que requiere para lograrse de un
medio idóneo y adecuado que permita ese enlace entre el mundo del ser y el del
deber ser.
También se trata de saber si el maestro debe dedicarse al ejercicio de la profesión
o bien, ser docente de tiempo completo. Aquí considero que –lo que no deja de
suponer diversidad de criterios al respecto– la experiencia y la lógica muestran que
mientras más en contacto se esté con la realidad, y con el “derecho en marcha”,
más útil y eficiente será la cátedra, pues así se suelen agregar además de
enseñanzas, juicio prácticos y anécdotas “vivas” que enriquecerán la exposición.
En otras palabras, la importancia del conocimiento de la realidad, el empirismo de
las situaciones y de su marco histórico es fundamental. El derecho será quien
aprecie si se respetó o se violó a la norma, más serán otras disciplinas las que
brindarán su conocimiento. Y en este punto preciso, enfatiza el maestro Cruz
Miramontes: “La interrelación con las relaciones internacionales y con la política
en todas sus dimensiones y más aún, con la gestión interna del Estado que realiza
el acto en estudio, es muy compleja. Por lo tanto se deberán deshilvanar para
estar en aptitud de conocerlos bien y así juzgarlos. Con frecuencia confundimos un
campo con otro”. Esto le lleva a concluir que indudablemente, la existencia de
profesores de tiempo completo es indispensable, pues constituyen soportes sólidos
y aseguran la continuidad de los esfuerzos, pero a su modo de ver, deben ser los
menos y sus funciones muy amplias. Así, la investigación, la formación de
62 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
86
La Tercera Conferencia de Facultades de Derecho Latinoamericano, auspiciada por la Facultad
de Ciencias Jurídicas y Sociales, Universidad de Chile, en el año de 1963, cuyo numeral sexto de su
Declaración de Principios reza a la letra: “El nombramiento del personal docente bajo el régimen de
dedicación total o el de tiempo completo, sólo se considera recomendable en los casos en que la
actividad comprenda, principal o exclusivamente la investigación científica. En los demás casos
debe encuadrarse la función docente en el régimen de dedicación parcial, de modo de hacer
conciliable la enseñanza con un contacto regular del profesor con el medio y la actividad profesional”.
87
O’BRIEN Tim y Guiney Dennis, Atención a la diversidad en la enseñanza y el aprendizaje,
Alianza editorial Mexicana, México, 2005, pp. 46 y ss.
CAPÍTULO 2. PROBLEMAS ACTUALES DE LA ENSEÑANZA-APRENDIZAJE DEL... 63
88
BROWN, E.D.: “The Teaching of International Law in the United Kingdom”, en B. Cheng (ed.):
International Law: Teaching and Practice. London, 1982. pág. 174.
89
J. DUTHEIL de la Rochére, J.: “The Teaching of Public International Law in France”. Ibídem.
pág. 184. En cuanto a los Estados Unidos, se ha escrito que “While the British approach is quite
66 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
positivistic, rule-oriented and formally descriptive, the American approach tends to be more pro-
cess-oriented and contextual”, J.A.R. Nafziger: “Teaching Public International Law in the United
States”. Archiv des Völkerrechts. 1986. p. 216.
CAPÍTULO 2. PROBLEMAS ACTUALES DE LA ENSEÑANZA-APRENDIZAJE DEL... 67
90
El examen ortodoxo de saberes y habilidades se justificaría sólo a nivel de selección de
candidatos, por ejemplo para ingresar a una Universidad pública donde el cupo es limitado, para
ingresar verbigracia al Servicio Exterior Mexicano donde las plazas disponibles son contadas, o
bien para acceder a una plaza laboral o a un puesto en el servicio civil de carrera (burocracia), pero
nunca para medir objetiva y racionalmente el conocimiento inteligible y su verdadera aprehensión.
Dicho esto en términos de la expresión clásica del insigne Gabriel García Márquez, se trata de evitar
a toda costa “la crónica de un conocimiento o un saber anunciados”.
CAPÍTULO 2. PROBLEMAS ACTUALES DE LA ENSEÑANZA-APRENDIZAJE DEL... 69
91
Javier Roldán Barbero, cita para ejemplificar esta afirmación a H.S. Quicgley, cuando afirmó
que: “International law without international relations has no root; International relations without
international law have no fruit”, en Proceedings of the Second Conference of Teachers of Interna-
tional Law and Related Subjects. Washington, 1926. Aunque recientemente A. Pellet ha argumentado
esta interacción que no debe, empero, conducir a que ambas disciplinas se fundan en un magma
indistinto.
92
TRUYOL y Serra, Antonio: “Notas sobre el derecho internacional público como disciplina
científica y materia docente”, Revista Española de Derecho Internacional, Madrid, España, 1957, p.
444. También del mismo autor, La sociedad internacional, Alianza Editorial, España, 1979.
70 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
93
En cualquier programa de derecho internacional debe ponerse especial énfasis en el problema
de la juridicidad de la disciplina, pues ha sido preocupación constante, perfectamente válida de
distintos doctrinarios como Juan Carlos Puig, el de la epistemología, o sea, los fundamentos y
métodos de su conocimiento científico. Desde esta perspectiva, no cabe duda que el derecho
internacional no ha sido estudiado suficientemente y, en ocasiones, ni siquiera considerado, amén
de que una constante en la mayoría de los programas lo constituye la parcelación de los temas de
estudio, un problema que no ha sido resuelto en la mayoría de las reuniones de especialistas sobre
el tema de su enseñanza. De hecho, en los últimos congresos internacionales, como el celebrado
en 2006, en ocasión de la celebración de los 100 años de la fundación de la Internacional Law
American Society (ILAS), en Washington, D.C., Estados Unidos, se ha concluido en el sentido de
que después de la revisión a fondo de los múltiples y diversos estudios realizados, no se han
logrado pronunciamientos integrales que abarquen todos los aspectos del problema: epistemológicos,
teóricos, didácticos, operativos y metodológicos. Este punto es en verdad de importancia capital
pues ningún aspecto de la materia podrá resolverse con claridad y precisión, separadamente de su
fundamentación.
94
VIRALLY, Michel, El devenir del derecho internacional. Ensayos escritos a lo largo de los
años, FCE, México, 1997.
CAPÍTULO 2. PROBLEMAS ACTUALES DE LA ENSEÑANZA-APRENDIZAJE DEL... 71
En los tiempos de esta aplastante globalidad que todos vivimos, resulta cada vez
más inviable entender la significación y alcance real del derecho internacional,
particularmente en ciencias sociales y en humanidades, si no se resalta
prioritariamente dentro del proceso de su enseñanza-aprendizaje la praxis
internacional, judicial, arbitral, política o diplomática, en la que se desarrolla
concretamente el orden jurídico positivo. Como ya anotamos, el método interactivo,
95
VELÁZQUEZ Elizarrarás, Juan Carlos, El derecho internacional público y privado a través de
los debates teóricos actuales en universidades de México y el extranjero, FCPS, UNAM, México,
1995, pp. 44-45 (reimpresión 2009).
72 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
96
De lege lata es una locución latina que significa “según la ley existente”, y se aplica para
referirse a la legislación establecida, tal como se encuentra en la actualidad. También hace referencia
al llamado “derecho duro” o “hard law”. De lege ferenda, es una expresión latina que significa “para
una futura reforma de la ley”, o “con motivo de proponer una ley”. Es decir, recomendación que debe
ser tenida en cuenta como conveniente en una próxima enmienda legislativa. También refiere al
denominado “derecho suave” o “soft law” (yo así la utilizo). Esta expresión es empleada habitualmente
en la literatura jurídica (tratados, manuales, libros, ensayos, memorias), cuando los autores se
refieren a la necesidad de contar con una nueva legislación sobre una materia determinada, y se
opone a la expresión de lege lata, que se refiere a la ley o la disposición vigente. Véase: RODRÍGUEZ,
Agustín W., Diccionario Latín Jurídico, Locuciones latinas de aplicación jurídica actual, Editorial
García Alonso, Argentina, 2008, p. 70.
97
Convención de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (CNUDMI).
CAPÍTULO 2. PROBLEMAS ACTUALES DE LA ENSEÑANZA-APRENDIZAJE DEL... 73
98
Javier Roldán cita al iusinternacionalista español J. A. Pastor Ridruejo, que lo ha precisado así:
“Es cierto que hay que formar e informar a los alumnos de la licenciatura con rigor en las ideas y con
riqueza en los datos, pero creo que no se les debe de abrumar en ningún caso con planteamientos
científicos propios de niveles superiores”. Y agrega Roldán: “A mi entender, la inevitable simplificación
y la sopesada selección no deben llevar aparejada, empero, una mixtificación del derecho. La
persecución de la simetría en la alocución, del encuadre perfecto, de la pulcritud del razonamiento,
conduce muchas veces a deformar una realidad jurídica mucho más dúctil, más controvertida, más
polifacética, impidiendo la aseveración de verdades incontestables. La advertencia, al menos, de
esos contornos escarpados es una actitud más honesta que refugiarse, en un discurso altamente
tecnificado y, si es posible, bien nutrido de documentos y citas bibliográficas que puede con su
efecto de aturdimiento del que lo recibe, o confundirlo y hacerlo dudar de la seriedad de su
preocupación, o, lo que es más fácil, hacerle comprender que sólo cuando domine todo el aparato
técnico estará en disposición de hacerse preguntas ‘trascendentales’.
99
BADIE Bertrand y HERMET Guy, Política Comparada, FCE, México, 1990. Ambos autores,
reconocidos politólogos y sociólogos jurídicos franceses señalan que: “La política comparada, no
constituye sólo un sector de la ciencia política con métodos, objetos de análisis y autores de
referencia propios; sino que es, sobre todo, un modo de investigar el conjunto de los fenómenos
políticos internos y los que estudian las relaciones internacionales, una manera de profundizar en
el análisis empírico y en la teoría política en todos los sectores del conocimiento (…) La acción de
comparar coadyuva ante todo a conocer y a conocerse (…) permite además comprender, es decir,
deducir e interpretar lo que significa la política y los sistemas políticos en este o aquel lugar sin
74 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
limitarse a la concepción universalista o etnocéntrica en la cual peligran caer los investigadores (…)
conduce también a relativizar, a abandonar el léxico político a que estamos acostumbrados, nuestras
teorías, determinismos y prejuicios (…) La comparación tiene por meta liberar; ante todo, descargar
el terrible peso del etnocentrismo, pero también de la carga más insidiosa de lo universal y lo
uniforme. Al mostrar la pluralidad o la diversidad, el método comparativo destaca además la
importancia del acontecimiento, de la invención, de la ruptura, de la movilización y, por ende, de la
acción (…) El análisis comparativo compete más al método crítico que al método positivo y, por ello,
la tarea del comparatista es más interpretativa que explicativa y consiste más en despertar dudas
que en analizar.”
CAPÍTULO 2. PROBLEMAS ACTUALES DE LA ENSEÑANZA-APRENDIZAJE DEL... 75
100
FIX-ZAMUDIO, Héctor, “Algunas reflexiones sobre la enseñanza del derecho en México y
Latinoamérica”, Anuario Jurídico VI, Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM, 1979, pp. 159-
175.
101
Al efecto recomiendo el libro de GARIBIAN Sévane y PUPPO Albert, Normas, valores,
poderes. Ensayos sobre positivismo y derecho internacional, ITAM-Fontamara, México, 2010.
102
Por estas razones, Alonso Gómez Robledo, supra, pp. 15-16, señala a la letra: “(…) no
podemos estar de acuerdo con parte de las conclusiones a que se llegó el año pasado en el
Segundo Seminario sobre la Enseñanza de Derecho Internacional, en Bogotá, bajo los auspicios de
76 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
han de beber en las fuentes del derecho internacional para comprender y completar
su reglamentación. Esta idea se corrobora, en especial, en lo relativo al derecho
comunitario europeo, cuyo vasto ámbito de competencias lo convierte en objeto de
estudio para prácticamente todas las disciplinas de las licenciaturas en derecho y
ciencias políticas, y lo sustrae de pretensiones acaparadoras. De esta suerte, al
profesor de derecho internacional público le interesa conocer las bases de otras
asignaturas, el momento y las líneas generales de su impartición, lo que conduce
al necesario conocimiento cabal de los planes de estudio de Derecho y de Ciencias
Políticas y Sociales y al recomendable intercambio de pareceres y experiencias
con colegas de facultades, institutos y centros de estudio afines, sobre el tratamiento
que cada especialidad y área del conocimiento conceden a las numerosas
instituciones y figuras de un derecho como el internacional-global tan amplio, variado
y complejo.
105
BASAVE Fernández del Valle, Agustín, Filosofía del derecho internacional. Iusfilosofía y
politosofía de la sociedad mundial, IIJ, UNAM, México, 1989, pp. 15-36.
78 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
106
BOGGIANO, Antonio, Curso de derecho internacional privado. Derecho de las relaciones
privadas internacionales, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, Argentina, 2001.
CAPÍTULO 2. PROBLEMAS ACTUALES DE LA ENSEÑANZA-APRENDIZAJE DEL... 79
107
A esta nueva fenomenología que contextualiza al derecho internacional también la identificamos
como la irrupción de los técnicos y ‘tecnificación’ de la disciplina y de los procedimientos. Ello
ocurre así porque uno de los efectos más notables de la transformación de las relaciones
internacionales en el derecho internacional, es el acrecentamiento de los bienes jurídicos a tutelar.
Existe actualmente una creciente diversidad de materias reguladas en centenares de convenciones
internacionales, en las que se pueden afectar las leyes de sociedades mercantiles, transacciones
petroleras, prevención y represión de actos ilícitos, solución de controversias, derechos de autor
o de patentes. Pueden regular los contratos colectivos de trabajo, prácticas comerciales restrictivas,
delitos contra la comunicación o el medio ambiente, infracciones de cuello blanco o la protección de
inversiones privadas extranjeras, así como las transferencias de valores, tecnología, invisibles y
servicios, entre muchos otros temas de la actualidad internacional
80 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
108
Véase: MERLE, Marcel, Sociología de las Relaciones Internacionales, Alianza Editorial,
España, 1986, pp. 335 a 396. Este autor nos plantea desde la perspectiva de la Sociología Histórica
un interesante estudio sobre las denominadas fuerzas transnacionales, a saber: Las Organizaciones
No Gubernamentales (ONG), las Firmas Multinacionales y la Opinión Pública Internacional (OPI).
109
VELÁZQUEZ, Elizarrarás, Juan Carlos, “La organización internacional como subdisciplina,
subsistema y paradigma de las relaciones internacionales contemporáneas. Aproximaciones teóricas,
interdisciplinariedad y reestructuración general”, Relaciones Internacionales, FCPyS, UNAM, México,
No.68, 1995, pp.27-28. “El ‘supranacionalismo’ es también un fenómeno histórico asociado muchas
veces al grado de desarrollo de los Estados. No es sólo una figura jurídica, ya que este aspecto
queda cubierto por la formalidad constitucional y la personalidad detentada, sino un agente activo
dentro del fenómeno del poder en la organización internacional; es un elemento endógeno de ésta
que le da capacidad para ejercer una autoridad indiscutible e imponer políticas y decisiones
obligatorias para los Estados (…) El poder mundial, la cooperación y el conflicto son constantes
históricas que determinan la naturaleza, contenido y madurez de la maquinaria política de la
organización internacional y por tanto, su grado de supranacionalidad”. Para efectos prácticos, lato
sensu, el término supranacionalismo puede considerarse sinónimo del término supranacionalismo;
pero en sentido estricto, cabría señalar algunas diferencias, como las que suele haber entre el
instituto jurídico de la neutralidad en derecho internacional público y la condición de neutralismo o
neutralización.
82 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
110
BARBERO, Roldán, op. cit., p. 149. Agrega también que, en general, el profesor debe
procurar, con su ejemplo, hacer una modesta contribución a la credibilidad del sistema universitario.
Que su experiencia le indica que el profesor que realiza una exposición brillante por su estructura,
su claridad, su amenidad, por la formulación de problemas, puede conseguir un efecto sobre el
auditorio que va más allá de la comprensión de la materia.
111
VELÁZQUEZ Elizarrarás, supra, pp. 28-58.
CAPÍTULO 2. PROBLEMAS ACTUALES DE LA ENSEÑANZA-APRENDIZAJE DEL... 83
112
En este punto de reflexión Roldán Barbero precisa que “(…) se debe aspirar a ganar
confianza y dominio en la alocución, sin perder, como digo, interés por la docencia; antes al
contrario, se debe avivar y renovar la ilusión académica (lo que no siempre resulta sencillo). La
materia se debe no sólo enseñar, sino también contagiar; es decir, transmitir un volumen de
conocimientos y, a la par, infundir vocación al alumno. Sólo preservando la propia vocación se
puede comunicar interés al estudiante. Sin autocrítica, con arrogancia y suficiencia, no hay progreso
personal posible.”
113
CHÁTEAU, Jean, Los grandes pedagogos, FCE, México, 15ª. reimpresión, 2005.
114
FREIRE, Paulo, Política y educación, Siglo XXI, México, 5ª. edición en español, 2001.
CAPÍTULO 2. PROBLEMAS ACTUALES DE LA ENSEÑANZA-APRENDIZAJE DEL... 85
115
MORA, M. Montaña, “Harvard y la enseñanza del Derecho en los Estados Unidos”, Cuadernos
jurídicos, Madrid, España, mayo de 1993, p. 24.
CAPÍTULO 2. PROBLEMAS ACTUALES DE LA ENSEÑANZA-APRENDIZAJE DEL... 87
116
BARBERO, Roldán, op. cit., p. 157. Es de tomarse muy en cuenta su siguiente reflexión:
“Siempre es deseable el razonamiento lógico y el entendimiento jurídico, por supuesto. Sin embargo,
la memoria cumplirá en todo momento un papel fundamental en el aprendizaje. Hay que procurar que
los conocimientos memorizados no sean efímeros en razón de un estudio atolondrado y presuroso.
En consecuencia, que ha de tomarse favorablemente en consideración a alumnos que, teniendo
menos datos concretos, relacionan y exponen mejor, se les advierte perspicacia y profundidad
jurídicas, y transmiten así la impresión, tan ansiada por todo profesor, de que los conocimientos
manifestados perdurarán en su cultura jurídica internacional (…) debe inculcarse al alumno ‘aprender
a aprender’ durante toda la vida”.
117
A fin de cuentas, parafraseando al exquisito pedagogo Paulo Freyre: al estudiar no debemos
pretender consumir ideas y conceptos, sino crearlos y recrearlos, para, en hermandad dialéctica,
crear de nueva cuenta.
90 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
118
José Harb Karám, un reconocido maestro universitario mexicano (ya fallecido) que me
introdujo al estudio del derecho internacional allá por 1969 y que practicaba sólo exámenes orales,
nos decía que había que vencer el inconveniente del nerviosismo que puede traicionar al alumno;
pero que el profesor debía ser intuitivo y tolerante para distinguir el estado de nervios del estado de
ignorancia. Como lo ratifica Roldán Barbero, quien comparte la anterior idea, el examen oral ofrece,
adicionalmente, una información clarificadora sobre los mecanismos selectivos de la memoria y
sobre la comprensión general del derecho internacional, proporcionando datos muy valiosos para
la autocrítica del docente. Efectivamente, el profesor puede reflexionar sobre las causas por las
cuales algunas ideas expresadas en clase son retenidas por casi todos los alumnos y otras ideas
por casi nadie. Estos puntos finos del proceso pueden ser apreciados de manera objetiva,
precisamente a través de la evaluación grupal.
CAPÍTULO 2. PROBLEMAS ACTUALES DE LA ENSEÑANZA-APRENDIZAJE DEL... 91
119
ARP, Björn, “La aplicación de las nuevas tecnologías a la enseñanza del derecho internacional
público y del derecho de la Unión Europea”, en Revista Electrónica de Estudios Internacionales,
No. 17, Madrid, España, 2009, 20 pp.
120
Supra, p. 4. Al respecto cita Arp lo siguiente: “Estas habilidades, tanto las de gestión de la
información como las comunicativas, han de ser enseñadas adecuadamente por los profesores de
la Universidad. Para esta enseñanza las nuevas tecnologías pueden jugar un papel relevante al
servicio del profesor. En la materia de Derecho Internacional Público y de Derecho de la Unión
Europea se han tenido experiencias en estas cuestiones, que serán tenidas en cuenta para
efectuar un análisis y ofrecer unas consideraciones generales sobre el estado de la cuestión
actualmente.”
92 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
continente, con cobertura a todas las especialidades en todas las áreas del
conocimiento. Dicho sistema que sería ideal adoptar en América Latina se mueve
en el plano de una formación de “grado”, que abarca los primeros tres o cuatro
años de la formación universitaria, seguida del “posgrado”, que ocupa otro año o
dos del curriculum universitario. En esta etapa el egresado está en posibilidad de
integrarse al trabajo profesional o a la investigación propia de un doctorado. Por
ejemplo, en España, Italia y Noruega, por citar tres ejemplos, se ha acortado mucho
la formación de grado, por ello se afirma que en España a partir de su implantación
los docentes deberán enseñar en el grado los conocimientos más esenciales e
imprescindibles de las respectivas materias, dejando el conocimiento detallado
sobre dichas materias a asignaturas ofertadas en el contexto del posgrado, al cual
se conoce como Master universitario.
Conforme a los criterios de Dublín para la aplicación de los principios de Bolonia,
se hace hincapié en la adquisición de “competencias” por parte del alumno, como
el saber disponer la información adecuada y necesaria para resolver un caso jurídico
y poder argumentar su solución a partir de ella. Se afirma con razón que aunque el
alumno sea competente, y aun conociendo bien las herramientas para buscar
información, está siempre la dificultad de evaluarla de manera correcta,
principalmente en materias de alto grado de dificultad como el derecho internacional,
“donde la existencia misma de una norma es el resultado de un complejo
razonamiento y argumentación acerca del valor probatorio de una serie de actos de
la práctica internacional propia de las estructuras relacional e institucional.”121 En
este sentido es que se plantea la conveniencia de ponderar y asumir las ventajas
que pueden ofrecer las “nuevas” tecnologías, en particular, las aplicaciones
interactivas y las bases de datos, así como la Internet como soporte de estas
funciones, pero también de otras, como la simple búsqueda descentralizada de
información.
Estoy de acuerdo en que las nuevas tecnologías pueden desempeñar diversas
funciones en el aprendizaje y que hay diferentes modalidades básicas de integración
de aquéllas en la docencia, donde adquieren diferentes sentidos y utilidades, tanto
dentro como fuera del aula. Primeramente, siguiendo el apunte de Björn, las nuevas
tecnologías pueden servir como medio complementario para la realización de la
enseñanza. Se sugiere el uso de pruebas electrónicas para que los propios alumnos
se auto evalúen sobre lo aprendido en clase, conocer sus aciertos y deficiencias,
y orientar a partir de ahí su estudio de la materia. Estas herramientas electrónicas,
tendrían una función eminentemente didáctica, no tanto profesional, por ejemplo:
contactar y comunicar con el docente; recibir la documentación, las instrucciones
y ejercicios del docente; comunicarse con los demás alumnos y compañeros del
grupo; realizar sesiones de tutorías con el docente; hacer ejercicios prácticos
individuales o en grupo; y autoevaluar sus conocimientos.
Otra tendencia presente es que toda la enseñanza se lleve a cabo con el empleo
de nuevos instrumentos tecnológicos, como los cursos exclusivamente online, en
que la relación entre el profesor y el alumno se desarrolla de una manera enteramente
virtual, es decir, se suple la presencia física y la interacción personal entre profesor
121
ARP Björn, op. cit., p. 5.
CAPÍTULO 2. PROBLEMAS ACTUALES DE LA ENSEÑANZA-APRENDIZAJE DEL... 93
y alumno. Y aquí advierte el autor que “para la realización efectiva de la función del
e-learning será necesaria una combinación de todas las funciones que las nuevas
tecnologías serían susceptibles de desempeñar.”122 Otra alternativa viable es emplear
las nuevas tecnologías como apoyo a la enseñanza presencial en el aula, con el
profesor delante del grupo, esto es, constituirían las herramientas profesionales
que los profesores ensayan con los alumnos para que éstos lleguen a tener un
dominio suficiente para su eventual ejercicio profesional posterior. En síntesis, las
tecnologías de nuevo cuño pueden desempeñar importantes funciones en: a) la
búsqueda de información de relevancia normativa para el derecho internacional,
sus fuentes y sus principales instituciones; y b) en la indagación de referencias
doctrinales sobre ciertos temas de del derecho de gentes y el derecho comunitario.
En la actualidad hay dos tipos de profesores: los que están enteramente a favor
del empleo de nuevas tecnologías en la enseñanza,123 y los que, por el contrario,
son más reticentes y conservadores, aunque no se cierran a todo aquello que
pueda significar el mejoramiento de la enseñanza-aprendizaje.124 Lo cierto es que
difícilmente se puede incursionar con éxito en la enseñanza analítica del derecho
internacional y de las relaciones internacionales sin el recurso de las nuevas
tecnologías. Hagamos ahora con el autor un par de reflexiones en torno a la función
de las nuevas tecnologías como herramientas de apoyo al aprendizaje y como
instrumentos profesionales. Al efecto, recordemos que tanto en España como en
México y otros países de América Latina la enseñanza pública en todos sus niveles
se ha centrado por tradición en el sistema escolástico,125 una manera de enseñar
y aprender con ventajas y desventajas que ha quedado superada por la dinámica
social, política y económica de la era global, que ha hecho una necesidad inelud-
ible adoptar fórmulas más interactivas y dinámicas, tal como lo hemos venido
proponiendo a lo largo del presente capítulo.
El proceso de Bolonia concibe al profesor universitario no sólo como un mae-
stro en su campo de especialización, sino también un maestro “didáctico” de la
comunicación aplicada a la interacción con y entre sus alumnos, que es la base
del seminario interactivo que ya he explicado. La reforma que se pretende va más
allá del campo de las nuevas tecnologías, que constituyen sólo una parte concreta
de los aspectos objeto de modificación en la organización de la docencia. Pero en
este contexto las nuevas tecnologías son sumamente útiles porque se enfocan en
122
Supra, p. 7.
123
Björn cita a A. M. DELGADO y R. Oliver, “Enseñanza del Derecho y tecnologías de la
información y la comunicación”, en Enseñanza del Derecho y tecnologías de la información y
comunicación, 2003, (disponible en http://www.uoc.edu/dt/20310/index.html (07.05.2008).
124
Björn cita a D. GARCÍA SAN JOSÉ, “Posibilidades y retos de la aplicación de las nuevas
tecnologías de la información en la enseñanza y aprendizaje del Derecho Internacional”, (disponible
en Internet en http://tecnologiaedu.us.es/edutec/paginas/4.html (02.05.2008).
125
Este modelo tenía la ventaja de que transmitía un gran volumen de conocimientos y de datos,
pero la debilidad de no ejercitar en el alumno habilidades cognitivas tales como el razonamiento
crítico, el cuestionamiento y replanteamiento de verdades asumidas, la relación analítica entre
conceptos y la reflexión estratégica. Björn señala con tino que el modelo es útil para conservar el
conocimiento disponible y transmitirlo generacionalmente, pero ya no puede ser una opción didáctica
adecuada para los retos de ninguna sociedad moderna.
94 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
126
Un espacio web que empezó como un trabajo para la realización de una asignatura del
Máster de Informática Educativa de la UNED y ha terminado siendo un pequeño sitio de referencia
para los docentes que quieren emplear nuevas tecnologías y que curiosean y experimentan con los
programas de autor para crear un software educativo personal
127
JClic es un entorno para la creación, realización y evaluación de actividades educativas
multimedia, desarrollado en la plataforma Java. Es una aplicación de software libre basada en
estándares abiertos que funciona en diversos entornos operativos: Linux, Mac OS X, Windows y
Solaris. Para más información, vid. http://clic.xtec.net/es/jclic/ (09.05.2008).
128
Señala Björn que en España existen algunas ofertas académicas en este sentido. Destaca
la Universidad de Alicante, donde se ofrece un curso sobre acceso a las fuentes del Derecho
Internacional Público y del Derecho de la Unión Europea a través de Internet en el contexto del
Practicum de la Facultad de Derecho, de diez horas lectivas. También nos dice que en la Universidad
Miguel Hernández de Elche se ofrece un curso parecido en el marco del practicum de la Facultad
de Derecho, de seis horas lectivas de clase.
CAPÍTULO 2. PROBLEMAS ACTUALES DE LA ENSEÑANZA-APRENDIZAJE DEL... 95
129
Vid. sobre esto también D. GARCÍA SAN JOSÉ, La enseñanza-aprendizaje dl Derecho
internacional público en el Espacio Europeo de Educación Superior, Ed. Laborum, Murcia 2005,
p. 59.
130
BJÖRN, op. cit., p. 15.
131
Para mayor referencia checar el sitio: http://tecnologiaedu.us.es/edutec/paginas/4.html .
132
Björn recomienda la página web www.yale.edu/lawweb/avalon/avalon.htm (04.05.2008).
El nombre DIANA, aunque pretende recordar el nombre de una directora de la biblioteca y profesora
de Derecho Internacional de Yale muy comprometida con los derechos humanos, representa también
las siglas que expresan Direct Information Access Network Association. Vid. la página web
www.yale.edu/lawweb/avalon/diana/index.html (04.05.2008).
96 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
133
El proyecto busca mejorar el razonamiento ético y la comunicación intercultural para
estudiantes de grado en filosofía, historia, ciencias políticas, relaciones internacionales, derecho
internacional y otras ciencias sociales afines. Hasta el momento se exponen una docena de casos
prácticos relacionados con los derechos humanos, la Corte Internacional de Justicia y los conflictos
armados en los Balcanes y África.
134
El proyecto también propende a afianzar el razonamiento ético y la comunicación intercul-
tural para estudiantes ciencias políticas, relaciones internacionales, derecho internacional y otras
ciencias sociales afines.
CAPÍTULO 2. PROBLEMAS ACTUALES DE LA ENSEÑANZA-APRENDIZAJE DEL... 97
Reflexiones finales
CAPÍTULO 3
LA ENSEÑANZA FRAGMENTARIA DEL DERECHO INTERNACIONAL:
LOS RETOS DEL SURGIMIENTO DE SUBSISTEMAS O
“REGÍMENES AUTOCONTENIDOS”
Luis A. Benavides Hernández*
1. Consideraciones previas
El Derecho es, en principio, una disciplina muy local. Esto es, regula muchas de
las actividades del ser humano en una sociedad determinada, en un momento
preciso.135 Así, cada sociedad tiene un sistema jurídico propio, con características
definidas.
Sin embargo, existen características comunes entre diferentes sistemas
jurídicos. Dichas características cuando son agrupadas y sistematizadas forman
“familias” o “tradiciones” jurídicas. De esta forma, actualmente las familias jurídicas
son: La romano-germánica o también conocida como continental o civil law, la
136
Es la rama del derecho basado en el Corán y en el Hadith –colección de dichos y hechos del
Profeta Mahoma a sus discípulos y en el caso de los chiítas incluye aquellos relatos de los imanes
(guías o jefes de la comunidad chií).
137
Actualmente solo China, Cuba, Laos, Corea del Norte y Vietnam son considerados comunistas.
Como países socialistas se encuentran: Nicaragua, Bangladesh, Belarus, Bolivia, Ecuador, Eritrea,
Nepal, Venezuela, entre otros. Sin embargo, tanto en unos como en otros, se han implementado
diversas reformas/políticas de mercado (economías socialistas de mercado) o bien se trata de
países capitalistas con políticas sociales de corte socialista, que difícilmente pudieran ser
considerados como Estados comunistas o socialistas en el sentido clásico del término. “China calls
this odd construct a “social market economy with Chinese characteristics” –a term that already
hints at tremendous ideological flexibility. After all, a market economy cannot be socialist at the same
time. “Lorenz, Andrea, y Wagner Wieland, Red China, Inc.: Does Communism Work After All? Dier
Spiegel online, 27 febrero 2007, disponibleenhttp://www.spiegel.de/international/spiegel/red-china-
inc-does-communism-work-after-all-a-465007.html. Visitado en julio 2015. A favor del término ver
WENLIE, Yu. “China’s Socialist Market Economy, Nature, Society, and Thought”, 12 (4):447-456.
138
Hoy en día los órdenes jurídicos nacionales poseen características de más de una familia,
piénsese por ejemplo en México y la próxima entrada en vigor del sistema penal acusatorio. Véase
decreto que reforma y adiciona distintas disposiciones de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos en materia de Seguridad Pública y Materia Penal publicada en el Diario Oficial de
la Federación el 18 de junio de 2008. La entrada en vigor del sistema penal acusatorio para toda la
República será en 2016. En Colombia el sistema penal acusatorio entró en vigor por medio del Acto
Legislativo 03 del 2002. Véase http://cispa.gov.co/index.php?option=com_content&view=article&id
=5&Itemid=6 visitado en julio 2015.
Otro ejemplo sería la transformación jurídica en materia principalmente económica con motivo de
la entrada en vigor del tratado de Libre Comercio de Norte América. Ver por ejemplo, LÓPEZ, Ayllón,
Sergio, “El impacto de la globalización en la reforma del Estado y el derecho en América Latina”, en
El papel del Derecho Internacional en América. Soberanía nacional en la era de la integración
regional, UNAM-American Society of International Law, México, 1997, pp. 315-332.
139
Como ejemplo podemos señalar que en muchos organismos internacionales los idiomas
oficiales de trabajo son inglés y francés. El uso de estos idiomas lleva consigo todo el bagaje
cultural incluyendo por supuesto el del derecho. Ver por ejemplo Art. 39 del Estatuto de la Corte
Internacional de Justicia.
140
De los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, tres: Reino Unido, Estados
Unidos y Francia, pertenecen a dichos sistemas. Ni qué decir de sus ex colonias o esferas de
influencia en diversas partes del mundo. Recordemos asimismo que el derecho internacional es
producto de Eurocentrismo que finalmente se expandió por todo el mundo.
141
“Another important point of the Tribunals’ jurisprudence is the gradual convergence that
has taken place, not without some difficulty, between the opposing systems of common law and
civil law. This original synthesis, which is still imperfect, will undoubtedly develop in the future”,
ver: TAVERNIER, Paul, “The experience of the International Criminal Tribunals for the former
Yugoslavia and for Rwanda”, International Review of the Red Cross, 1997, No. 321, sin número
CAPÍTULO 3. LA ENSEÑANZA FRAGMENTARIA DEL DERECHO INTERNACIONAL:... 103
de un carácter universal.142 Los Estados podrán no estar de acuerdo con una norma
específica del derecho internacional o con la interpretación que un organismo
internacional le otorgue a una norma en particular o podrán intentar aplicar una
disposición internacional de una forma particular escudándose en un relativismo
cultural,143 pero en ningún caso, ningún Estado ha negado la existencia del derecho
internacional.
Así, la ciencia del derecho internacional posee características diferentes a las
existentes en los órdenes nacionales, vgr.: ausencia de órganos centralizados,
ausencia de un sistema de obligatoriedad o exigibilidad de las normas de derecho
internacional y finalmente, las características propias de los sujetos que crean,
interpretan y aplican el derecho internacional.144
Uno de los retos a los que se enfrenta el estudiante es al no saber para qué le es
útil el derecho internacional. Si bien ésta parte necesita ser identificada y trasmitida
146
Si bien cada vez hay más obras en Español, lo cierto es que los temas de vanguardia siguen
siendo publicados, en mi opinión, en inglés.
147
CRAWFORD, James, Chance, Order, Change…op. cit., p. 21.
148
Mucha de la discusión sobre hard y soft law se ha presentado en el marco de lo que
tradicionalmente son consideradas las fuentes del derecho internacional. Como ejemplo de una
visión clásica podemos encontrar a: THIRLWAY, Hugh, The Sources of International Law, OUP,
2014, passim. En el mismo sentido KLABERS, Jan, ‘Reflections on Soft International Law in a
Privatized World’, pp. 289-319, in Finnish Yearbook of International Law, Volume 16, 2005. Como
ejemplo de una visión más moderna se encuentra: JOOST, Pauwelyn, Ramses Wessel, y Jan
Wouter (edits.), Informal International Lawmaking, UK, OUP, 2012, passim. Véase también
CÁRDENAS, Fabián, “A Call for Rethinking the Sources of International Law: Soft Law and the Other
CAPÍTULO 3. LA ENSEÑANZA FRAGMENTARIA DEL DERECHO INTERNACIONAL:... 105
Side of the Coin”, Anuario Mexicano de Derecho Internacional, Vol. XIII, UNAM, México, 2013, pp.
355-403.
149
JOOST, Pauwelyn, Informal International Lawmaking: framing the concept and research
questions?, en Joost Pauwelyn, Ramses Wessel, y Jan Wouter (edits) Informal International Law-
making, UK, OUP, 2012, pp. 13-34.
150
CHINKIN, Christine, “The Challenge of Soft Law: Development and Change in International
Law”, International and Comparative Law Quarterly, Vol. 38, 1989, pp. 850-866.
151
Piénsese por ejemplo en los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, quienes
gozan no solo del veto dentro del Consejo, lo cual impide cualquier acción en contra de ellos, por
ejemplo, bajo el Capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas, sino en muchas otras acciones por
ejemplo: la invasión Rusa en Crimea, la segunda invasión de Estados Unidos a Irak, la construcción
de islas artificiales por China en aguas internacionales o en disputa con otros países, son algunos
de los ejemplos más recientes
152
Ver por ejemplo, KIRTON, John J. y TREBILCOCK, Michael J. (eds), Hard Choices, Soft Law:
Voluntary Standards in Global Trade, Environment and Social Governance, Estados Unidos,
Ashgate, 2004. 390 pp.
153
ANUARIO DE LA COMISIÓN DE DERECHO INTERNACIONAL, NACIONES UNIDAS, Informe de
la Comisión a la Asamblea General sobre la labor realizada en su 58vo período de sesiones, A/CN.4/
SER.A/2006/Add.1 (Part 2), FRAGMENTACIÓN DEL DERECHO INTERNACIONAL: DIFICULTADES
DERIVADAS DE LA DIVERSIFICACIÓN Y EXPANSIÓN DEL DERECHO INTERNACIONAL, para. 248.
154
JOOST, Pauwelyn, “Is it international law or not, and does it even matter?”, en Joost Pauwelyn,
Ramses Wessel, y Jan Wouter (edits), Informal International Lawmaking, UK, OUP, 2012, pp. 125 -
161.
155
Según Simma: “Contemporary international law, by contrast, resembles a dense web of
overlapping and detailed prescriptions in subject areas as diverse as environmental protection,
human rights and international trade.” SIMMA, Bruno and Dirk Pulkowski, “Of Planets and the Uni-
verse: Self-Contained Regimes in International Law”, European Journal of International Law, Vol.
17, No. 3, 2006, p. 483.
106 LUIS A. BENAVIDES HERNÁNDEZ
156
ANUARIO DE LA COMISIÓN DE DERECHO INTERNACIONAL, op. cit., para. 251, inciso 1.
157
“While international law certainly is systemic, it does not necessarily constitute a compre-
hensive and organized legal order. Rather, the structure of the international system still strongly
builds on informal hierarchies”, Bruno Simma and Dirk Pulkowski, op. cit., p. 500.
158
Algunos autores incluso analizan la fragmentación al interior de las ramas del derecho
internacional, véase por ejemplo: HERIK van den, Larissa y CARSTEN, Stahn, The Diversification
and Fragmentation of International Criminal Law, Leiden, Boston: Martinus Nijhoff Publishers, 2012,
passim.
159
ANUARIO DE LA COMISIÓN DE DERECHO INTERNACIONAL, op. cit., para. 247.
160
JOOST, Pauwelyn, Bridging Fragmentation and Unity: International Law as a Universe of
Inter-Connected Islands; Mich. J. Int’l L. Vol. 25, 2004, pp. 903-915.
CAPÍTULO 3. LA ENSEÑANZA FRAGMENTARIA DEL DERECHO INTERNACIONAL:... 107
161
FISCHER-LESCANO, Andreas & Gunther Teubner, Regime-Collision: The Vain Search for
Legal Unity in the Fragmentation of Global Law, Mich. J. Int’l L. Vol. 25, 2004, pp. 999–1046.
162
La frase de ‘self contained regime’ fue utilizada por primera vez por la Corte Permanente de
Justicia Internacional en el caso Wimbledon: “[t]he provisions relating to the Kiel Canal in the Treaty
of Versailles are therefore self- contained; if they had to be supplemented and interpreted by the aid
of those referring to the inland navigable waterways of Germany in the previous Sections of Part
XII, they would lose their ‘raison d’être’…The idea which underlies [the specific provisions regarding
the Kiel Canal] is not to be sought by drawing an analogy from these provisions but rather by arguing
a contrario, a method of argument which excludes them”, S.S. Wimbledon, PCIJ, Ser. A, No. 1, p. 23.
163
Para una compilación de fuentes sobre el tema se recomienda ver: KOSKENNIEMI, M. y
LEINO, P., “Fragmentation of internationallaw? Postmodern anxieties”, Leiden Journal of Interna-
tional Law, vol. 15 (2002), pp. 553 a 579.
164
“La fragmentación y diversificación explican el desarrollo y la expansión del Derecho
Internacional en respuesta a las demandas de un mundo plural. Al mismo tiempo, a veces crean
conflictos entre normas y regímenes de modo tal que pueden menoscabar su aplicación efectiva.
Aunque la fragmentación puede suscitar problemas, éstos no son totalmente nuevos ni de tal
naturaleza que no puedan resolverse mediante las técnicas que los juristas internacionales han
utilizado para resolver los conflictos de normas que han surgido en el pasado.” ANUARIO DE LA
COMISIÓN DE DERECHO INTERNACIONAL, op. cit., párrafo 246.
108 LUIS A. BENAVIDES HERNÁNDEZ
165
En opinión de Bruno Simma: “the principal characteristic of a self-contained regime is its
intention to totally exclude the application of the general legal consequences of wrongful acts as
codified by the ILC, in particular the application of countermeasures by an injured state.” Bruno
Simma and Dirk Pulkowski, op. cit., p. 493.
166
ANUARIO DE LA COMISIÓN DE DERECHO INTERNACIONAL, op. cit., para. 251, inciso 11.
167
“En ocasiones, la vulneración de un conjunto determinado de normas (primarias) va
acompañada de una serie especial de normas (secundarias) relativas a la infracción y a las
reacciones a la infracción. Este es el principal supuesto previsto en el artículo 55 del proyecto de
artículos sobre la responsabilidad del Estado por hechos internacionalmente ilícitos, Ibíd., párrafo
251, inciso 12. Notas a pie omitidas.
168
“En otras ocasiones, sin embargo, una serie de normas especiales constituye un régimen
especial, compuesto de derechos y obligaciones, en relación con una cuestión especial. Esas
normas pueden referirse a una zona geográfica (por ejemplo, un tratado sobre la protección de un
río determinado) o a una cuestión sustantiva (por ejemplo, un tratado sobre la reglamentación de los
usos de un arma particular). Estos regímenes especiales pueden surgir sobre la base de un solo
tratado, de varios tratados, o de uno o varios tratados junto con hechos no derivados de tratados
(práctica subsiguiente o derecho consuetudinario)” Ibíd., párrafo 251, inciso 12. Notas a pie omitidas.
169
Por último, a veces todas las normas y principios que regulan un determinado sector problemático
se agrupan para dar forma a un «régimen especial». Algunos de estos regímenes son el «derecho
del mar», el «derecho humanitario», el «derecho relativo a los derechos humanos», el «derecho del
medio ambiente», el «derecho mercantil», etc. A efectos de interpretación, estos regímenes pueden
considerarse muchas veces como un todo, Ídem.
170
Ibíd., párrafo 251, inciso 2.
CAPÍTULO 3. LA ENSEÑANZA FRAGMENTARIA DEL DERECHO INTERNACIONAL:... 109
171
Ibíd., párrafo 251, incisos 4-10. Asimismo véanse párrafos 14 a 16 en lo referente a la
relación entre regímenes especiales y el Derecho Internacional general, Ibídem.
172
Ibíd., párrafo 251, inciso 17.
173
Sobre este último aspecto véase BENAVIDES, Luis, “La interpretación integradora del Derecho
Internacional de los Derechos Humanos a la luz de la determinación de la competencia ratione
temporis de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en casos de desaparición forzada de
personas”, Derechos Humanos México, Revista del Centro Nacional de Derechos Humanos, México,
CNDH, (10), 2009, pp. 57- 104.
174
ANUARIO DE LA COMISIÓN DE DERECHO INTERNACIONAL, op. cit., párrafo 251, inciso 17.
175
Ibíd., párrafo 251, inciso 22.
176
Ibíd., párrafo 251, inciso 23. Por ejemplo, la Corte Internacional de Justicia indicó: “By
inserting these evolving provisions in the Treaty, the parties recognized the potential necessity to
adapt the Project. Consequently, the Treaty is not static, and is open to adapt to emerging norms of
international law. By means of Articles 15 and 19, new environmental norms can be incorporated in
the Joint Contractual Plan.” GabCikovo-Nagymaros Project (Hungary/Slovakia), Judgment, ICJ Re-
ports 1997, para. 112.
177
Cfr., ANUARIO DE LA COMISIÓN DE DERECHO INTERNACIONAL, op. cit., párrafo 251, incisos
24 – 30.
110 LUIS A. BENAVIDES HERNÁNDEZ
[s]e reconoce que, mientras que todas las obligaciones establecidas por
normas de jus cogens […] tienen también el carácter de obligaciones erga
omnes, lo contrario no siempre es cierto. No todas las obligaciones
erga omnes son establecidas por normas imperativas de derecho internacio-
nal general. Este es el caso, por ejemplo, de determinadas obligaciones
basadas en los “principios y normas relativos a los derechos fundamentales
de la persona humana”, así como de algunas obligaciones relativas a
espacios públicos internacionales.178
Es importante recordar que el informe de la CDI fue elaborado antes del famoso
caso Kadi180 ante cortes Europeas, por lo que muy probablemente la CDI hubiera
podido elaborar un poco más al respecto.
4. Conflictos jurisprudenciales
178
Ibíd., párrafo 251, inciso 38.
179
Ibíd., párrafo 251, inciso 35.
180
Cases C-402/05 P & C-415/05 P, Kadi& Al Barakaat v. Council of the European Union, 3
C.M.L.R. 41 (2008).
181
Para una visión de las diferentes instancias jurisdiccionales véase MACKENZIE, R., ROMANO,
C., SANDS, P., Shany Y. (eds.), The Manual on International Courts and Tribunals, 2nd ed., Oxford
University Press, 2010, passim.
CAPÍTULO 3. LA ENSEÑANZA FRAGMENTARIA DEL DERECHO INTERNACIONAL:... 111
The Appeals Chamber agrees that “so far as international law is concerned,
the operation of the desiderata of consistency, stability, and predictability
does not stop at the frontiers of the Tribunal (…) The Appeals Chamber
cannot behave as if the general state of the law in the international commu-
nity whose interests it serves is none of its concern”. However, this Tribunal
is an autonomous international judicial body, and although the ICJ is the
“principal judicial organ “within the United Nations system to which the Tribu-
nal belongs, there is no hierarchical relationship between the two courts.
Although the Appeals Chamber will necessarily take into consideration other
decisions of international courts, it may, after careful consideration, come to
a different conclusion.183
A raíz de los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, las Naciones
Unidas, a través del Consejo de Seguridad adoptaron una serie de resoluciones
para combatir el terrorismo. Varias de las acciones se concentraron en cortar
cualquier tipo de financiamiento directo o indirecto hacia la organización terrorista
de Al Qaeda y Osama Bin Laden.184 Una de las acciones emprendidas fue el
establecimiento de una lista de personas y entidades, preparada por el Consejo de
Seguridad, que se alega participan en dicho financiamiento.
Las principales consecuencias de aparecer en dicha lista radican en el
congelamiento de bienes y la prohibición de viajar. La lista, adoptada por medio de
una resolución del Consejo de Seguridad en el marco del Capítulo VII de la Carta
de Naciones Unidas, obliga a todos los Estados miembros de la ONU a cumplir
con sus términos.
La Unión Europea, siguiendo los términos de la Resolución del Consejo de
Seguridad aprobó un Reglamento185 por el que se ordenaba congelar los fondos y
otros activos económicos de las personas y entidades cuyo nombre se encontraba
en la lista en comento. Entre las personas enlistadas se encontraba Yassin
182
RAO, Pemmaraju, Sreenivasa, Multiple International Judicial Forums: A Reflection of the
Growing Strength of International Law or Its Fragmentation; Vol. 25, 2004, Mich. J. Int’l L., passim.
183
Prosecutor v. Zejnil Delalic, ZdravkoMucic (Aka “Pavo”), HazimDelic and EsadLandžo (Aka
“Zenga”) (“Clebici Case”) Case No IT-96-21-A, 20 feb., 2001, para. 24. Notas a pie omitidas.
184
Cfr. Resolución 1267 y subsecuentes.
185
Reglamento (CE) nº 881/2002 del Consejo, por el que se imponen determinadas medidas
restrictivas específicas dirigidas contra determinadas personas y entidades asociadas con Usamah
bin Ladin, la red Al-Qaida y los talibanes.
112 LUIS A. BENAVIDES HERNÁNDEZ
Abdullah Kadi (Kadi), residente en Arabia Saudita, que contaba con activos
económicos en Europa.
El señor Kadi, acudió ante la Corte de Justicia Europea argumentando, inter
alia, que él había sido privado de sus bienes sin que se le permitiera defenderse
toda vez que no existía ante el Consejo de Seguridad procedimiento o recurso
alguno que le permitiera defenderse y que la Unión Europea, como autoridad
ejecutora de la resolución del Consejo de Seguridad, había violado en su perjuicio,
entre otros, el derecho a un juicio justo y a la propiedad.
En una primera instancia, en 2005, el Tribunal anuló la aplicación de la norma
en el caso del Sr. Kadi y Al Barakaat, y suspendió la implementación de la decisión
durante 90 días a fin de que pudieran adoptarse medidas para resolver el defecto.186
Asimismo, el Tribunal encontró que los derechos fundamentales del Sr. Kadi
incluidos su derecho a ser escuchado, su derecho a un examen eficaz, y sus
derechos de propiedad habían sido violados.
Como resultado de dicha sentencia se emitió un nuevo reglamento y se
proporcionó al Sr. Kadi la información con la que se contaba, la cual era el resumen
elaborado por el comité de sanciones del Consejo de Seguridad en contra de Al
Qaeda. El Sr. Kadi realizó observaciones por escrito. Sin embargo, la Unión Europea
determinó que debía permanecer en la Lista.
En 2008, el Sr. Kadi nuevamente apeló la decisión que le mantenía en la lista.187
En septiembre de 2010, el Tribunal General confirmó la decisión de la Unión
Europea.188
El Sr. Kadi apeló dicha decisión ante la Gran Sala del Tribunal de Justicia
Europeo. En 2010 la Gran Sala anuló el nuevo Reglamento de la Comisión,
considerando que le incumbía garantizar un control jurisdiccional completo y riguroso
de la legalidad de dicho acto, control que se extendía a la información y a las
pruebas y motivos en que se basaba. Como esos datos y pruebas no habían sido
comunicados, y la información proporcionada era vaga, el Tribunal General llegó a
la conclusión de que se había violado el derecho de defensa del Sr. Kadi, así como
su derecho a una tutela judicial efectiva.
En 2011, el Reino Unido, la Comisión y el Consejo Europeos impugnaron la
sentencia del Tribunal General. En 2013, el Tribunal de Justicia estableció el
procedimiento a seguir por un juez de legalidad de la Unión Europea para la revisión
de la información proveniente de Naciones Unidas en caso de que una persona o
entidad bajo la jurisdicción de la Unión Europea sea enlistada por el Consejo de
Seguridad. En el caso en concreto del Sr. Kadi el Tribunal concluyó que procedía
anular el nuevo Reglamento de la Comisión, por lo que desestimó los recursos de
casación interpuestos por la Comisión, el Consejo y el Reino Unido.189
186
Sentencias del Tribunal de Primera Instancia de 21 de septiembre de 2005, Yusuf y Al
Barakaat International Foundation/Consejo y Comisión (T-306/01) y Kadi/Consejo y Comisión (T-315/
01), esta última conocida como sentencia «Kadi I». Véase igualmente el CP nº 79/05.
187
Sentencia del Tribunal de Justicia de 3 de septiembre de 2008 Kadi y Al Barakaat International
Foundation/Consejo y Comisión (asuntos acumulados C-402/05 P y C-415/05 P). Véase también el
CP n°60/08.
188
Sentencia del Tribunal General de la Unión Europea de 30 de septiembre de 2010, Yassin
Abdullah Kadi/Comisión Europea (T-85/09). Véase igualmente el CP n°95/10.
189
Comisión, Consejo, Reino Unido/Yassin Abdullah Kadi, Tribunal de Justicia de la Unión Europea,
CAPÍTULO 3. LA ENSEÑANZA FRAGMENTARIA DEL DERECHO INTERNACIONAL:... 113
115. The Court has taken the view (paragraph 110 above) that United States
participation, even if preponderant or decisive, in the financing, organizing,
training, supplying and equipping of the contras, the selection of its military
or paramilitary targets, and the planning of the whole of its operation, is still
insufficient in itself, on the basis of the evidence in the possession of the
Court, for the purpose of attributing to the United States the acts committed
by the contras in the course of their military or paramilitary operations in
Nicaragua. All the forms of United States participation mentioned above, and
even the general control by the respondent State over a force with a high
degree of dependency on it, would not in themselves mean, without further
evidence, that the United States directed or enforced the perpetration of the
acts contrary to human rights and humanitarian law alleged by the applicant
State. Such acts could well be committed by members of the contras with-
out the control of the United States. For this conduct to give rise to legal
responsibility of the United States, it would in principle have to be proved that
that State had effective control of the military or paramilitary operations in
the course of which the alleged violations were committed.
116. The Court does not consider that the assistance given by the United
States to the contras warrants the conclusion that these forces are subject
to the United States to such an extent that any acts they have committed
are imputable to that State. It takes the view that the contras remain respon-
sible for their acts, and that the United States is not responsible for the acts
of the contras, but for its own conduct vis-aÌ-vis Nicaragua, including conduct
related to the acts of the contras. What the Court has to investigate is not
the complaints relating to alleged violations of humanitarian law by the contras,
regarded by Nicaragua as imputable to the United States, but rather unlawful
acts for which the United States may be responsible directly in connection
with the activities of the contras. The lawfulness or otherwise of such acts of
the United States is a question different from the violations of humanitarian
law of which the contras may or may not have been guilty. It is for this reason
that the Court does not have to determine whether the violations of humani-
tarian law attributed to the contras were in fact committed by them. At the
same time, the question whether the United States Government was, or
must have been, aware at the relevant time that allegations of breaches of
humanitarian law were being made against the contras is relevant to an
assessment of the lawful-ness of the action of the United States. In this
respect, the material facts are primarily those connected with the issue in
1983 of a manual of psycho- logical operations.193
193
Military and Paramilitary Activities in and against Nicaragua (Nicaragua v. United States of
America).Merits, Judgment, I.C.J. Reports 1986, paras.115-116. Subrayado añadido.
CAPÍTULO 3. LA ENSEÑANZA FRAGMENTARIA DEL DERECHO INTERNACIONAL:... 115
104. W hat is at issue is not the distinction between the two classes of
responsibility. What is at issue is a preliminary question: that of the condi-
tions on which under international law an individual may be held to act as a
de facto organ of a State. Logically these conditions must be the same both
in the case: (i) where the court’s task is to ascertain whether an act per-
formed by an individual may be attributed to a State, thereby generating the
international responsibility of that State; and (ii) where the court must in-
stead determine whether individuals are acting as de facto State officials,
thereby rendering the conflict international and thus setting the necessary
precondition for the “grave breaches” regime to apply. In both cases, what is
at issue is not the distinction between State responsibility and individual
criminal responsibility. Rather, the question is that of establishing the criteria
for the legal imputability to a State of acts performed by individuals not hav-
ing the status of State officials. In the one case these acts, if they prove to be
attributable to a State, will give rise to the international responsibility of that
State; in the other case, they will ensure that the armed conflict must be
classified as international.
105. As stated above, international humanitarian law does not include legal
criteria regarding imputability specific to this body of law. Reliance must
therefore be had upon the criteria established by general rules on State re-
sponsibility.
106. The second preliminary issue relates to the interpretation of the judge-
ment delivered by the International Court of Justice in Nicaragua. According
to the Prosecution, in that case the Court applied “both an ‘agency’ test and
an ‘effective control’ test”. In the opinion of the Prosecution, the Court first
applied the “agency” test when considering whether the contras could be
equated with United States officials for legal purposes, in order to determine
whether the United States could incur responsibility in general for the acts of
the contras. According to the Prosecution this test was one of dependency,
on the one side, and control, on the other. In the opinion of the Prosecution,
the Court then applied the “effective control” test to determine whether the
United States could be held responsible for particular acts committed by the
contras in violation of international humanitarian law. This test hinged on the
issuance of specific directives or instructions concerning the breaches alleg-
edly committed by the contras.
116 LUIS A. BENAVIDES HERNÁNDEZ
112. The Appeals Chamber does not subscribe to this interpretation. Admit-
tedly, in paragraph 115 of the Nicaragua judgment, where “effective control”
is mentioned, it is unclear whether the Court is propounding “effective con-
trol” as an alternative test to that of “dependence and control” set out earlier
in paragraph 109, or is instead spelling out the requirements of the same
test. The Appeals Chamber believes that the latter is the correct interpreta-
tion. In Nicaragua, in addition to the “agency” test (properly construed, as
shall be seen in the next paragraph, as being designed to ascertain whether
or not an individual has the formal status of a State official), the Court pro-
pounded only the “effective control “test. This conclusion is supported by the
evidently stringent application of the “effective control” test which the Court
used in finding that the acts of the contras were not imputable to the United
States.
[…]
(ii) The Grounds On Which the Nicaragua Test Does Not Seem To Be Per-
suasive
115. The “effective control” test enunciated by the International Court of Jus-
tice was regarded as correct and upheld by Trial Chamber II in the Judge-
ment.137 The Appeals Chamber, with respect, does not hold the Nicaragua
test to be persuasive. There are two grounds supporting this conclusion.
a. The Nicaragua Test Would Not Seem to Be Consonant With the Logic of
the Law of State Responsibility116. A first ground on which the Nicaragua
test as such may be held to be unconvincing is based on the very logic of the
entire system of international law on State responsibility.117. The principles
of international law concerning the attribution to States of acts performed by
private individuals are not based on rigid and uniform criteria. These prin-
ciples are reflected in Article 8 of the Draft on State Responsibility adopted
on first reading by the United Nations International Law Commission and,
even more clearly, in the text of the same provisions as provisionally adopted
in 1998 by the ILC DraftingCommittee.138 Under this Article, if it is proved
that individuals who are not regarded as organs of a State by its legislation
nevertheless do in fact act on behalf of that State, their acts are attributable
to the State. The rationale behind this rule is to prevent States from escap-
ing international responsibility by having private individuals carry out tasks
that may not or should not be performed by State officials, or by claiming
that individuals actually participating in governmental authority are not clas-
sified as State organs under national legislation and therefore do not engage
State responsibility. In other words, States are not allowed on the one hand
to act de facto through individuals and on the other to disassociate them-
selves from such conduct when these individuals breach international law.
The requirement of international law for the attribution to States of acts per-
formed by private individuals is that the State exercises control over the
individuals. The degree of control may, however, vary according to the factual
circumstances of each case. The Appeals Chamber fails to see why in each
CAPÍTULO 3. LA ENSEÑANZA FRAGMENTARIA DEL DERECHO INTERNACIONAL:... 117
and every circumstance international law should require a high threshold for
the test of control. Rather, various situations may be distinguished.
[…]
124. There is a second ground –of a similarly general nature as the one just
expounded —on which the Nicaragua test as such may be held to be
unpersuasive. This ground is determinative of the issue. The “effective con-
trol” test propounded by the International Court of Justice as an exclusive
and all-embracing test is at variance with international judicial and State
practice: such practice has envisaged State responsibility in circumstances
where a lower degree of control than that demanded by the Nicaragua test
was exercised. In short, as shall be seen, this practice has upheld the Nica-
ragua test with regard to individuals or unorganized groups of individuals
acting on behalf of States. By contrast, it has applied a different test with
regard to military or paramilitary groups.
125. In cases dealing with members of military or paramilitary groups, courts
have clearly departed from the notion of “effective control” set out by the
International Court of Justice (i.e., control that extends to the issuance of
specific instructions concerning the various activities of the individuals in
question). Thus, for instance, in the Stephens case, the Mexico-United States
General Claims Commission attributed to Mexico acts committed during a
civil war by a member of the Mexican “irregular auxiliary” of the army, which
among other things lacked both uniforms and insignia.142 In this case the
Commission did not enquire as to whether or not specific instructions had
been issued concerning the killing of the United States national by that guard.
[…]
137. In sum, the Appeals Chamber holds the view that international rules do
not always require the same degree of control over armed groups or private
individuals for the purpose of determining whether an individual not having the
status of a State official under internal legislation can be regarded as a de
facto organ of the State. The extent of the requisite State control varies.
Where the question at issue is whether a single private individual or a group
that is not militarily organized has acted as a de facto State organ when
performing a specific act, it is necessary to ascertain whether specific in-
structions concerning the commission of that particular act had been issued
by that State to the individual or group in question; alternatively, it must be
established whether the unlawful act had been publicly endorsed or approved
ex post facto by the State at issue. By contrast, control by a State over
subordinate armed forces or militias or paramilitary units may be of an over-
all character (and must comprise more than the mere provision of financial
assistance or military equipment or training). This requirement, however, does
not go so far as to include the issuing of specific orders by the State, or its
direction of each individual operation. Under international law it is by no means
necessary that the controlling authorities should plan all the operations of
118 LUIS A. BENAVIDES HERNÁNDEZ
the units dependent on them, choose their targets, or give specific instruc-
tions concerning the conduct of military operations and any alleged viola-
tions of international humanitarian law. The control required by international
law may be deemed to exist when a State (or, in the context of an armed
conflict, the Party to the conflict) has a role in organizing, coordinating or
planning the military actions of the military group, in addition to financing,
training and equipping or providing operational support to that group. Acts
performed by the group or members thereof may be regarded as acts of de
facto State organs regardless of any specific instruction by the controlling
State concerning the commission of each of those acts.
141. It should be added that international law does not provide only for a test
of overall control applying to armed groups and that of specific instructions
(or subsequent public approval), applying to single individuals or militarily
unorganized groups. The Appeals Chamber holds the view that international
law also embraces a third test. This test is the assimilation of individuals to
State organs on account of their actual behaviour within the structure of a
State (and regardless of any possible requirement of State instructions).
Such a test is best illustrated by reference to certain cases that deserve to
be mentioned, if only briefly.
[…]
145. In the light of the above discussion, the following conclusion may be
safely reached. In the case at issue, given that the Bosnian Serb armed
forces constituted a “military organization”, the control of the FRY authori-
ties over these armed forces required by international law for considering the
armed conflict to be international was overall control going beyond the mere
financing and equipping of such forces and involving also participation in the
planning and supervision of military operations. By contrast, international
rules do not require that such control should extend to the issuance of spe-
cific orders or instructions relating to single military actions, whether or not
such actions were contrary to international humanitarian law.194
194
ICTY, Appeals Chamber, Tadicì, 15 July 1999 (Case no. IT-94-1-A).
CAPÍTULO 3. LA ENSEÑANZA FRAGMENTARIA DEL DERECHO INTERNACIONAL:... 119
403. The Court has given careful consideration to the Appeals Chamber’s
reasoning in support of the foregoing conclusion, but finds its elfunable to
subscribe to the Chamber’s view. First, the Court observes that the ICTY
was not called upon in the Tadic case, nor is it in general called upon, to
rule on questions of State responsibility, since its jurisdiction is criminal
and extends over persons only. Thus, in that Judgment the Tribunal ad-
dressed an issue which was not indispensable for the exercise of its juris-
diction. As stated above, the Court attaches the utmost importance to the
factual and legal findings made by the ICTY in ruling on the criminal liability
of the accused before it and, in the present case, the Court takes fullest
account of the ICTY’s trial and appellate judgments dealing with the events
underlying the dispute. The situation is not the same for positions adopted
by the ICTY on issues of general international law which do not lie within
the specific purview of its jurisdiction and, moreover, the resolution of which
is not always necessary for deciding the criminal cases before it.
404. This is the case of the doctrine laid down in the Tadic Judgment. In so
far as the “overall control” test is employed to determine whether or not an
armed conflict is international, which was the sole question which the Ap-
peals Chamber was called upon to decide, it may well be that the test is
applicable and suitable; the Court does not however think it appropriate to
take a position on the point in the present case, as there is no need to
resolve it for purposes of the present Judgment. On the other hand, the
ICTY presented the “overall control” test as equally applicable under the
law of State responsibility for the purpose of determining –as the Court is
required to do in the present case– when a State is responsible for acts
committed by paramilitary units, armed forces which are not among its
official organs. In this context, the argument in favour of that test is
unpersuasive.
405. It should first be observed that logic does not require the same test to
be adopted in resolving the two issues, which are very different in nature:
the degree and nature of a State’s involvement in an armed conflict on
another State’s territory which is required for the conflict to be character-
ized as international, can very well, and without logical inconsistency, dif-
fer from the degree and nature of involvement required to give rise to that
State’s responsibility for a specific act committed in the course of the con-
flict.
406. It must next be noted that the “overall control” test has the major
drawback of broadening the scope of State responsibility well beyond the
fundamental principle governing the law of international responsibility: a
State is responsible only for its own conduct, that is to say the conduct of
persons acting, on whatever basis, on its behalf. That is true of acts carried
out by its official organs, and also by persons or entities which are not
formally recognized as official organs under internal law but which must
nevertheless be equated with State organs because they are in a relation-
120 LUIS A. BENAVIDES HERNÁNDEZ
195
Case Concerning the Application of the Convention on the Prevention and Punishment of the
Crime of Genocide (Bosnia and Herzegovina v. Serbia and Montenegro), 26 Feb. 2007.Notas a pie
omitidas.
196
PETROVA, Georgieva, Virdzhiniya, Los principios comunes a los tribunales internacionales,
Tesis Doctoral, Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, México, 2015, passim. La misma
autora señala que además de los principios generales del Derecho existen factores de orden
sociológico y epistémico que evitan precisamente una fragmentación del derecho internacional,
ídem, pp. 396-412.
197
Cfr. Artículo 8.
“Comportamiento bajo la dirección o control del Estado.
Se considerará hecho del Estado según el Derecho Internacional el comportamiento de una
persona o de un grupo de personas si esa persona o ese grupo de personas actúa de hecho por
instrucciones o bajo la dirección o el control de ese Estado al observar ese comportamiento.” A/
RES/56/83, Responsabilidad del Estado por hechos internacionalmente ilícitos, 28 de enero de
2002.
CAPÍTULO 3. LA ENSEÑANZA FRAGMENTARIA DEL DERECHO INTERNACIONAL:... 121
Reflexiones finales
La enseñanza del Derecho Internacional depende, en gran medida, del papel/
formación/conocimiento de maestros y alumnos. La forma en que se observa,
entiende e interpreta el derecho internacional será determinante en el proceso de
enseñanza–aprendizaje.
La Fragmentación del derecho internacional toca aspectos fundamentales que
atañen la concepción misma del derecho internacional tales como si el derecho
internacional es un Derecho o no, si es un sistema o no, sobre la naturaleza de sus
normas (soft law v. hard law) y la aplicación de las mismas.
La Fragmentación del derecho internacional es un tema vigente en la agenda
internacional tanto de académicos como de otros operadores jurídicos y la comunidad
internacional, principalmente en el seno de Naciones Unidas, debido al posible
efecto caótico en todo el sistema.
Sin embargo, el interés de la comunidad internacional en dichos subsistemas o
regímenes especializados radica en el posible efecto desestabilizador de todo el
sistema jurídico internacional al crearse antinomias en un sistema en el que
técnicamente no es posible resolver dichos conflictos normativos debido a la ausencia
de órganos centralizados y jerárquicos.
El resultado de los trabajos de la Comisión de Derecho Internacional demuestra
que, hasta el momento, estas antinomias no han causado un efecto perturbador
que ponga en peligro la viabilidad del orden jurídico internacional. No obstante,
consideramos que es importante seguir de cerca la evolución de este fenómeno
jurídico ya sea que sirva de suerte de proceso dialéctico entre sistema y subsistemas,
lo que al parecer ha sido hasta ahora el caso –la creación de la figura del
Ombudsperson en el seno del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en el
marco de la lucha anti-terrorista para la situación de Al-Qaeda puede ser considerado
un ejemplo positivo– y no de casos con diferentes estándares; como por ejemplo,
en la determinación de la responsabilidad del Estado en situaciones de ejercicio
del control sobre agentes no estatales (Tadic – ICTY vs Nicaragua – ICJ).
Las tensiones entre sistema y regímenes especiales si bien no son masivos, sí
ponen de manifiesto la vulnerabilidad del sistema jurídico internacional y la falta de
un mecanismo efectivo para solucionarlas.
Así pues, los retos entre las relaciones entre subsistemas y sistema están
lejos de cerrarse y presentan desafíos muy interesantes en la enseñanza y el
aprendizaje del derecho internacional.
122
123
CAPÍTULO 4
ESTUDIO DINÁMICO DEL DERECHO DE LAS RELACIONES PRIVADAS
INTERNACIONALES: NACIONALIDAD, RECONOCIMIENTO Y
ESTRATEGIAS SOCIETARIAS EN EL TRÁFICO JURÍDICO MODERNO
Marco introductorio
La enseñanza dinámica del derecho internacional privado (DIPr) o derecho de las
relaciones privadas internacionales (DRPI), como le denominaremos en el presente
estudio,198 en lo que concierne al tratamiento que esta disciplina jurídica le da a los
problemas de la nacionalidad, el reconocimiento y las estrategias de las personas
morales o societarias en el tráfico jurídico internacional moderno, constituye para
varias escuelas de pensamiento y doctrinas más influyentes, un tema fundamental
y de obligada investigación académica y profesional, pues al igual que ocurre en el
caso de los sujetos del tráfico jurídico interno, es decir las personas físicas y
jurídicas territoriales, las sociedades o agrupaciones transnacionales –de todo
* Profesor Titular “C” de Carrera, Nivel PRIDE “D”, Doctor en Relaciones Internacionales, y en
Ciencias Políticas y Sociales por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, e Investigador
Nacional Nivel III. Coordinador Académico del Proyecto PAPIME PE303715 (20015-2017), y del
presente libro.
198
En este trabajo usaremos indistintamente los términos ‘Derecho Internacional Privado’ (DIPr)
y ‘Derecho de las Relaciones Privadas Internacionales (DRPI), siguiendo la pauta que propone el
maestro argentino Antonio Boggiano, cuando hace referencia a la disciplina (DIPr) y su objeto de
estudio y regulación (relaciones privadas internacionales), reunidos en una sola denominación que
puede ser: Derecho de las Relaciones Privadas Internacionales.
124 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
199
Véase el trabajo colectivo AGUILAR Benítez, CAMPUZANO Díaz, et. al., Lecciones de
derecho civil internacional, Editorial Tecnos, Madrid, España, 1996, en especial la Lección 8 La
Persona Jurídica, pp. 234-256.
200
Los detractores argumentaban que la persona jurídica es una mera ficción, una simple
manifestación de la actividad humana; y que la nacionalidad es un vínculo político exclusivo del
individuo con el Estado, y no extensiva a ningún otro tipo de persona. En cambio, los partidarios se
basaban en la teoría de la realidad, según la cual la persona jurídica constituye una realidad distinta
e independiente de los individuos que la integran, y es por tanto susceptible de una titularidad de
derechos diferentes a la de quienes la componen; en materia de nacionalidad hacen hincapié en
que ésta sirve también para determinar el estatuto jurídico de la persona, y no únicamente sus
derechos y obligaciones políticas.
CAPÍTULO 4. ESTUDIO DINÁMICO DEL DERECHO DE LAS RELACIONES PRIVADAS... 125
201
PEÑA M. y DE QUIRÓS Bernaldo, Comentarios al Código Civil y Compilaciones Forales,
Edersa, Madrid, 1993.
202
PÉREZNIETO Castro, Leonel y SILVA Silva, Jorge A., Derecho internacional privado. Parte
Especial, Oxford University Press, México, 2003, p. 460.
203
El principio que rige en México es que a las sociedades extranjeras se les reconoce su
existencia y su capacidad para ser titulares de derechos y obligaciones dentro de los límites que las
leyes de su constitución establecen, siempre que esas leyes no vayan en contra de normas
mexicanas de orden público. Cuando estas sociedades llevan a cabo actividades en territorio
nacional, su ejercicio está regulado por la ley mexicana, que les reconoce el derecho de establecerse
en México y constituir en el país agencias y sucursales, siempre que cumplan las disposiciones del
derecho mexicano. Para profundizar sobre el tema de las sociedades extranjeras en México es
indispensable, en primer lugar, conocer los principios generales que las rigen, estudiar las reglas
aplicables a las sociedades comerciales, así como analizar las referencias al derecho convencional
internacional del que México es parte y familiarizarse con los elementos de la nacionalidad de las
sociedades.
126 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
204
GOLDSCHMIDT, Werner, Derecho internacional privado, Parte Especial, Ediciones Depalma,
Buenos Aires, Argentina, 1989, p. 247 (consúltese el Capítulo X, parte II Las Personas Jurídicas).
205
Las normas de conflicto bilaterales solucionan un problema relativo a las sociedades mediante
la elección de un derecho (choise of law) justificado para brindar la solución de fondo del caso. Las
normas de aplicación inmediata unilaterales eligen como aplicable a un problema el derecho local
mexicano. Las normas materiales del DIPr establecen directamente una solución substancial del
problema que suscita el caso y específicamente aplicable a éste (así, por ejemplo, el problema de la
constitución de una filial en México por una sociedad constituida en el extranjero se resuelve
directamente en la norma material correspondiente).
CAPÍTULO 4. ESTUDIO DINÁMICO DEL DERECHO DE LAS RELACIONES PRIVADAS... 127
La complejidad del tema aquí planteado es evidente a la luz de, al menos, dos
realidades concretas: la extensión y variedad, y la extraterritorialidad. Por un lado,
es un hecho inobjetable que actualmente hay muchos tipos de personas morales
y no se les estudia de manera equilibrada y con el mismo interés y dedicación, es
decir ante la gran variedad de sociedades que hoy pueblan el tráfico jurídico
internacional, la mayoría de los doctrinarios modernos enfoca sus análisis a las
sociedades civiles y en esencia a las mercantiles, sin llegar muchas veces a definirlas
en sus niveles conceptual y epistemológico. Por el otro, la extraterritorialidad de
las personas societarias presenta un problema previo, atinente a la determinación
de la ley aplicable a su propia existencia. Con respecto a los Estados extranjeros,
sus provincias o municipios, el problema queda oculto o se disipa porque coinciden
la ley del país de constitución y la ley domiciliaria, pero con respecto a las otras
personas morales civiles de derecho privado, la cuestión puede acarrear un conflicto,
128 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
porque una persona jurídica puede haber sido constituida en un país y tener su
domicilio en otro. En tal hipótesis es que se torna necesario precisar el derecho
competente para definir la existencia de dicha persona. El reconocimiento extra-
territorial de la personalidad es una consecuencia de la existencia misma de dicha
personalidad, según el derecho que se considere aplicable para resolver si una
agrupación tiene o no personalidad jurídica. De aquí el carácter previo del problema
concerniente a la determinación del derecho aplicable a tal atributo. En este rubro,
se advierte en la mayoría de los sistemas del DRPI una preocupante laguna de
fuente interna respecto de la elección del derecho aplicable a la existencia y
capacidad de las personas societarias en general.
Al analizar jurídicamente el campo de la personalidad moral, también debe
tomarse en cuenta que el concepto de ‘sociedades y personas jurídicas’ varía
según el sistema jurídico o DRPI de que se trate, por lo que hoy es una demanda
social real la adopción de una tipología general comúnmente aceptada por la mayoría
de los Estados, con su respectiva denominación y corpus conceptual, todo lo cual
podría quedar plasmado en una Ley modelo, en una convención internacional nueva,
o incluso en una adenda a un instrumento convencional ya celebrado y vigente,
como podría ser el caso de la Convención Interamericana sobre Personalidad y
Capacidad de Personas Jurídicas en Derecho Internacional Privado, de 1984, o
bien el Convenio de Bruselas sobre Reconocimiento Mutuo de Sociedades y Per-
sonas Jurídicas, de 1968. Esta medida, sin duda, facilitaría, agilizaría y daría mayor
certidumbre y validez a las múltiples y variadas operaciones que a diario se realizan
en el tráfico jurídico internacional y a la solución de controversias y problemas de
naturaleza conflictual.
Entre tanto, cada Estado continuará determinando lo propio de acuerdo a su
derecho interno y de extranjería. Por ejemplo en la actual Unión Europea de los 27,
se hace clara diferencia entre:
206
En este punto es recomendable la lectura del trabajo de CARO, Gándara, Raymundo, La
competencia judicial internacional en materia de régimen interno de sociedades en el espacio
jurídico europeo, Editorial Civitas, Madrid, España, 1999. Para los problemas relativos al domicilio de
las entidades societarias también se puede consultar el libro de GARCIMARTÍN Alférez, J., Derecho
130 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
209
Al respecto, señalan Péreznieto y Silva, op. cit., p. 461, que: sus estrategias de desarrollo
pueden provocar problemas económicos y sociales en cualquier localidad; debido a que la actividad
de este tipo de entidades puede llegar a tener una repercusión interna, existe una reglamentación
nacional para sus actividades; las estructuras corporativas transnacionales dependen con frecuencia
de sociedades más grandes que tienen las acciones de aquellas; también con cierta frecuencia,
esas holding compran y venden en al ámbito internacional las acciones de las empresas que
poseen.
132 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
210
Veamos en qué consisten los modelos institucional y contractual:
a) el modelo institucional, que ve a la sociedad como una institución dotada de personalidad
jurídica y de órganos colegiados que persigue un beneficio económico; un instrumento
organizado por el legislador al que los socios se adhieren: aunque nace de un contrato, es
un contrato normado en el que la autonomía de la voluntad de los socios tiene poco peso, es
decir, se trata de una simple adhesión. El contrato sólo opera como medio para que surja la
sociedad que, como institución, es la que perdura en el tiempo; por lo habitual, el modelo
institucional de la sociedad está ligado a la teoría de la concesión, o sea, la sociedad es un
ente regulado imperativamente por el derecho y es el Estado el que ‘otorga’ personalidad a
dicho ente mediante un acto público.
b) el modelo contractual, que concibe a la sociedad como producto de la voluntad de los socios
mediante un contrato y además, se organiza a través de un ‘conjunto de contratos’; aquí el
derecho de sociedades completa los contratos entre las partes interesadas reduciendo,
con ello, las cargas que supone la transacción. En palabras del maestro español Calvo
Caravaca, este modelo tiene un doble significado en el DRPI: por un lado, para la competencia
judicial internacional las reglas deben ser las previstas para los contratos, de modo que
deben existir una pluralidad de foros y países en los que sea posible litigar, eliminando los
foros exclusivos en materia de sociedades; y, por el otro, para el derecho aplicable, debe
utilizarse criterios basados en la libertad de los socios, como la autonomía de la voluntad
conflictual o libre elección de ley por los socios.
CAPÍTULO 4. ESTUDIO DINÁMICO DEL DERECHO DE LAS RELACIONES PRIVADAS... 133
211
La definición de las personas morales mexicanas se plasma por vez primera en el artículo 5
de la Ley Vallarta, y la repiten la Ley de Nacionalidad y Naturalización de 1934 (artículos 33 y 34),
así como la Ley de Nacionalidad de 1993 (artículo 9), y la de Nacionalidad de 1998 (artículo 8). Se
puede entonces afirmar por analogía que son extranjeras las sociedades constituidas conforme al
derecho de otros Estados, y que han establecido su domicilio legal en el territorio del Estado de su
constitución. Con ello se eliminan otros criterios que para algunas leyes secundarias son
determinantes, como serían, entre otros, la nacionalidad de los socios fundadores, el lugar de
emisión de las acciones de la sociedad, o el origen de su capital social.
212
COUTO, Ricardo, “Existencia legal de las sociedades extranjeras en México”, en Revista
General de Derecho y Jurisprudencia, México, 1930, pp. 590 y siguientes.
213
PÉREZNIETO Castro, Leonel, Derecho Internacional Privado, notas sobre el principio
territorialista y el sistema de conflictos en México, UNAM, México, 1976.
134 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
214
SILVA Silva, Jorge Alberto, Derecho Internacional Privado. Su recepción judicial en México,
Porrua, México, 1999.
215
Tercera Sala, Quinta Época, t. XXVI, p. 1172, AR, Koppel Industrial Car and Equipment Co., 12
de Junio de 1929. Se pueden encontrar otras interesantes referencias en textos de la época.
216
En realidad, los tribunales extralimitaron respecto de lo que la ley establecía, pues el dispositivo
CAPÍTULO 4. ESTUDIO DINÁMICO DEL DERECHO DE LAS RELACIONES PRIVADAS... 135
únicamente exigía el registro para poder ejercer el comercio, pero no que hubiera que registrarse
para adquirir la personalidad jurídica que le permitiera comparecer en un juicio.
217
PÉREZNIETO Castro y Silva Silva, op. cit., p. 463. Señalan a la letra los mismos autores que
estas personas jurídicas habitualmente “(…) se presentan en México: a) a través de una sucursal
o filial; b) como accionistas de una persona moral constituida en México; y, c) como empresas que
en el extranjero son exportadoras de bienes o servicios que llegan a México. Pueden tener desde
una representación que les permita distribuir y vender sus productos hasta la capacidad de concurrir
ante tribunales y autoridades, como por ejemplo la celebración de contratos, la constitución de
sociedades mexicanas, que se les facilite contrarrestar las cuotas compensatorias impuestas por
las autoridades mexicanas, o defenderse o demandar en un juicio, entre otros actos.
136 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
218
México ha celebrado diversos tratados de libre comercio. Hasta la fecha, y después del
TLCAN, se han suscrito y aprobado otros Acuerdos de Libre Comercio con Costa Rica, Colombia y
Venezuela; Bolivia, Comunidad Europea y sus Estados miembros; Nicaragua, Chile, Israel, El Salva-
dor, Guatemala y Honduras, Asociación Europea de Libre Comercio y República Oriental del Uru-
guay. Además de los anteriores, en septiembre de 2004 se suscribió un Acuerdo con Japón para el
Fortalecimiento de la Asociación Económica entre los dos países. Consúltese en SIQUEIROS, José
Luis, “El arbitraje de naturaleza privada en el marco del TLCAN”, conferencia dada en la Universidad
Autónoma de Ciudad Juárez el 10 de Marzo de 2006, inédito.
CAPÍTULO 4. ESTUDIO DINÁMICO DEL DERECHO DE LAS RELACIONES PRIVADAS... 137
Coincido con mi colega Péreznieto Castro cuando afirma que el tema de la na-
cionalidad de la persona jurídica o moral fue una de las consecuencias de la primera
guerra mundial y volvió a ser discutido durante la segunda guerra mundial y la
consecuente posguerra. En aquellos años se intentaba sobre todo determinar la
nacionalidad de las sociedades para identificar las que pertenecían al enemigo y
proceder a su incautación; además se buscaba estudiar el tema con relación a sus
implicaciones tributarias. Es un hecho que aun antes de que se aceptara el criterio
de la residencia en materia impositiva en el ámbito internacional, muchas
legislaciones nacionales consideraban causantes de impuesto a las sociedades
según su nacionalidad, de ahí que fuera relevante conocer con precisión su origen.
En México, durante la etapa de sustitución de importaciones que coincide con
la política económica de subvención y subsidio a las empresas nacionales para su
desarrollo, comenzó a darse verdadera importancia a la determinación de la
nacionalidad societaria o de las personas morales. En actualidad, el tema sigue
atrayendo el interés académico, profesional, social y gubernamental, sobre todo
porque diversas legislaciones estatales, entre ellas la mexicana, hacen referencia
al mismo sosteniendo un criterio afirmativo; un problema de auténtico interés
histórico y cultural que, empero, no ha sido suficientemente tratado por la doctrina
iusprivatista internacional clásica ni moderna. Como lo señalan prácticamente todos
los autores, han sobresalido dos grandes corrientes doctrinarias: una llamada
negativista o de la tesis contraria a reconocer que las sociedades dispongan de
nacionalidad, y la otra denominada afirmativista o clásica, que apoya la tesis de la
atribución de la nacionalidad a las personas jurídicas. Veamos ambas posturas.
219
NIBOYET, J. P., Principios de Derecho Internacional Privado, Editora Nacional, México,
1969, pp. 160-171.
138 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
pertenece una sociedad, lo que nunca podrá hacer con una persona física, a la que
tan sólo podrá llegar a definir como extranjera.
Henri Batiffol, todavía considerado por muchos el principal tratadista francés del
DIPr, sostiene que la nacionalidad es “la pertenencia jurídica de una persona a la
población constitutiva de un Estado” y que la población de un Estado está integrada
solamente por personas físicas y no morales.220 En esta corriente francesa es de
recordar la famosa frase de André Hauriou que expresa: “una nacionalidad es una
mentalidad”, la cual complementa al señalar que los “accidentes de la historia” van
consolidando y configurando una manera de ser, de actuar, de pensar, lo cual
puede indicar que stricto sensu una sociedad no puede tener una nacionalidad. En
opinión que no compartimos, juristas mexicanos como Péreznieto y Silva, afirman
que actualmente se emplea dicha expresión por comodidad y que la doctrina clásica
que afirma lo contrario no tiene seguidores hoy en día. Y no estamos de acuerdo
porque es un hecho que las leyes y la práctica de muchos Estados conciben y
actúan sobre las personas jurídicas y morales “como teniendo nacionalidad”.
Además, en todo caso, no se trata de que esta atribución sea idéntica o análoga a
la de la persona física, sino de constatar que sí tiene, muchas veces, prácticamente
las mismas consecuencias jurídicas. Es un hecho inobjetable que un punto de
conexión esencial en DIPr es, en el caso de las sociedades, el vínculo o la
pertenencia que las liga con un Estado y, por consiguiente, con un orden jurídico
determinado. Finalmente, en términos de la práctica y la costumbre y de las nuevas
reglas del juego de la globalidad, pareciera que la discusión entre afirmativistas y
negativistas, ha comenzado a pisar ya terrenos de lo bizantino e intrascendente.221
220
BATIFFOL-Legarde, Henri, Droit Internacional Privé, 5ª. ed., LGDI, París, 1970-1971, pp. 62
y 235.
221
Niboyet distingue dos situaciones: a) saber si una sociedad es “nacional” o “extranjera” nos
lleva por un lado al campo del derecho internacional privado, es decir, a saber –según la nacionalidad
que el juez asigne a determinada sociedad, y con base en la regla de conflicto de leyes del propio
juez– cuál será la ley que deberá aplicarse, y b) en el orden político, se trata de saber si la sociedad
es o no nacional para efecto del goce de derechos, el ejercicio de ciertas actividades o el otorgamiento
de apoyos económicos para su desarrollo. En otras palabras, sólo si dicha sociedad es nacional
podrá gozar de ayudas, prerrogativas, facilidades y exenciones tributarias, cada día más escasas,
que el Estado otorga a las empresas de este tipo. En la práctica, sea o no que la sociedad posea la
“nacionalidad mexicana”, si dicha persona moral es considerada nacional, podrá realizar actividades
en sectores que las leyes mexicanas reservan a ese tipo de organizaciones; si no lo es, puede
impedírsele el acceso a dichas áreas.
CAPÍTULO 4. ESTUDIO DINÁMICO DEL DERECHO DE LAS RELACIONES PRIVADAS... 139
222
LOUSSUARN-Bredin, Droit du Comerse Internacional, Sirey, París, 1969, p.30, citado por
Péreznieto, señala que esta doctrina ha sido criticada porque “(…) se basa sobre una profunda
asimilación de las personas morales a las físicas y tuvo su inicio en la época cuando la concepción
de la realidad de las personas morales comenzaba a eclipsar a aquella de la ficción; de ahí la
influencia”. También se ubica como crítico del afirmativismo el jurista Eduardo Trigueros cuando en
ocasión del artículo 5º de la Ley de Nacionalidad y Naturalización de 1934 (prácticamente calcado
por el artículo 8º de la Ley de Nacionalidad de 1998) expresaba: “Pecando contra los más elementales
principios de la técnica para la elaboración jurídica, puede la ley usar la palabra nacionalidad para
significar, en forma abreviada, el conjunto de los derechos y deberes que, en relación con un
Estado, tienen las personas jurídicas formadas al amparo de sus leyes, domiciliadas en su territorio,
o al servicio de intereses nacionales (…) Pero es notorio que es indebido usar así tal concepto, ya
que su sentido jurídico es distinto y ese sentido está aceptado en la Ley Fundamental precisamente
para señalar quiénes son los individuos que integran el pueblo del Estado mexicano (…) las
personas jurídicas no pueden ser unidades del pueblo mexicano; es impropio hablar de su nacionalidad
mexicana, y esta impropiedad en la legislación trae confusiones innecesarias”. TRIGUEROS, Eduardo,
Evolución doctrinal del Derecho Internacional Privado, Polis, México, 1938, p. 34.
140 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
a) El lugar de constitución.
Este criterio descansa en la concepción de que la sociedad es, ante todo, una
ficción que debe el comienzo de su existencia a la autorización de un Estado, y
que debe por tanto ser nacional de él; de esta suerte, dicha entidad sería nacional
del país conforme a cuya legislación se constituye, sin que sea necesario que lo
haya hecho precisamente en el territorio de ese país. Este modo de concretar la
nacionalidad es fijo y relativamente fácil de determinar, y ofrece la posibilidad de
que la persona jurídica cambie de ubicación sin que ello afecte a su estatuto per-
sonal; es claro que para el país que lo utiliza supone además extender sus normas
a aquellos entes que operan en jurisdicciones extranjeras. Una desventaja que
observa es que, al igual que la sede estatutaria, también es susceptible de uso
fraudulento, pues es posible que la persona se constituya conforme a la ley que le
ofrezca un trato más favorable.223 Se ha utilizado sobre todo por los países
anglosajones, pero no se puede decir que sea privativo del derecho común.224
Se trata del criterio más simple y seguro para resolver el conflicto de leyes,
pues se basa en el principio de la regla locus regit actum (el lugar rige al acto), esto
es, como el lugar donde se celebra el acto es de fácil ubicación, se puede deducir
la ley aplicable al mismo. La doctrina moderna señala que aunque este criterio
prevalece en el derecho mexicano, no representa el mismo valor en lo que atañe a
la determinación de la nacionalidad de las sociedades que en lo que se refiere al
goce de derechos, sobre todo ahora que con el TLCAN y otros tratados comerciales
únicamente se otorgan exenciones aduaneras a ciertas sociedades según procedan
o no del país con el que se tiene firmado un acuerdo.225
223
FERNÁNDEZ de la Gándara, L. y CALVO Caravaca, A. L., Derecho mercantil internacional,
Tecnos, Madrid, España, 1995. Señalan los autores a este respecto que con el abuso de este
criterio se corre el riesgo de que los demás países multipliquen las disposiciones imperativas
aplicables a todo tipo de persona, rompiendo así la unidad deseable del estatuto personal.
224
En Suiza, el artículo 154.1 de la Ley federal sobre DIPr de 18 de diciembre de 1987 expresa
claramente que las sociedades se rigen por el derecho del Estado en virtud del cual están organizadas;
y en México, el CCDF y el CCfed dispone en su artículo 2736 que el estatuto personal de la persona
se regirá por el derecho de su constitución, entendiéndose por tal aquél del Estado en que se
cumplan los requisitos de forma y fondo requeridos para su creación.
225
Autores clásicos como Pillet afirman que el país donde se constituye la sociedad es el único
y el mismo en el que ésta se crea y, por tanto, es el legislador de este foro el único facultado para
otorgarle personalidad moral, quedando fuera la posibilidad que el derecho extranjero rija cualquiera
de sus aspectos. Se trata por supuesto de un argumento territorialista, pues circunscribe
forzosamente a la sociedad dentro del ámbito territorial de un Estado, limitando con ello seriamente
su capacidad de respuesta a las exigencias del comercio internacional y entorpeciendo sus
operaciones fuera del Estado donde fue constituida.
CAPÍTULO 4. ESTUDIO DINÁMICO DEL DERECHO DE LAS RELACIONES PRIVADAS... 141
b) El lugar de incorporación.
Es el de mayor difusión en el sistema jurídico del common law, y se le conoce
como incorporation.226 Significa que al momento de constituirse una sociedad puede
establecerse en cualquier sitio, obtener ayudas y facilidades de su país de origen
y estar sujeta sólo a las leyes de éste, aspecto que, por su certeza legislativa, es
de interés primordial para el inversionista privado. Dicho de otra forma, la persona
jurídica es “incorporada” al país donde se registró, sin importar el lugar en el cual
se establecerá para realizar sus actividades futuras. Debido a su gran libertad de
actuación, dispone de amplios recursos que, ejecutados por múltiples medios, la
ayudan a expanderse con dinamismo, sin importar mucho el lugar donde se
encuentre.
Cabe acotar que la incorporación ha perdido vigor en los tiempos recientes,
pues las sociedades internacionales se estructuran en ‘holdings’ (pirámides con
integración vertical de la producción e integración horizontal de los mandos
gerenciales), que llevan ganancias a los paraísos fiscales, lo cual es interés pri-
mordial para los socios por encima de cualquier consideración de nacionalidad. En
la actualidad, lo que menos se toma en cuenta es la nacionalidad “efectiva” de la
sociedad, o sea que, poco importa que esté constituida por socios extranjeros,
que se encuentre establecida en un país distinto, que subsidiariamente se le apliquen
otras leyes; lo importante es tenerla agregada e incorporada, mediante su
nacionalidad, al país de su constitución.227 El criterio se ha vuelto tan complejo que
hoy ha perdido eficiencia.
226
Es un criterio práctico que tiene su auge en Inglaterra desde tiempo inmemorial. Para el Reino
Unido en expansión del siglo XVII, las empresas protegidas diplomáticamente actuaban como
verdaderas puntas de lanza y llegaron a proliferar en el mundo entero. Un Estado que, basado en
la costumbre jurídica donde no existen disposiciones específicas para la organización y
funcionamiento de la sociedad, necesitaba elaborar un sistema de naturaleza tal que únicamente
regulara el inicio de la misma. En los Estados Unidos, las sociedades obtienen con ese sistema la
nacionalidad del país, en el cual las formalidades de creación se realizan sin otra consideración y
dejan un amplio margen de libertad a la empresa para su futuro desarrollo. Su importancia con los
años ha llegado a ser tal que muchos autores no dudan en afirmar que dicho sistema presenta “un
beneficio social por su contribución al desarrollo del comercio internacional”.
227
Estas sociedades, con un contenido jurídico sumamente elástico para su funcionamiento, no
pueden ser controladas y, en consecuencia, no es fácil determinar la conformación de mínimos o
máximos de su capital social ni su integración administrativa, y tampoco la dirección de sus decisiones
superiores.
142 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
d) El centro de explotación.
Este criterio guarda cierta relación con el de la sede social, pero no atiende al
domicilio estatutario, ni al sitio desde el que se dirige efectivamente la empresa,
sino al lugar en que se desarrollan las actividades mercantiles e industriales. Se
le considera un criterio secundario o irrelevante en opinión de la mayoría de los
tratadistas del DRPI, pero presenta algunas ventajas, pues el centro de explotación
o centro principal de los negocios (como le denominan varias convenciones
internacionales), es el lugar donde se “materializa” y “toma cuerpo tangible” la
acción de la empresa; ahí aflora toda la actividad y, por tanto, es de muy fácil
localización. A veces llega a coincidir con la dirección de la entidad societaria,
con su centro de decisiones y cuando es así –situación muy poco frecuente en el
tráfico jurídico internacional– el criterio puede ser perfectamente sostenible; sin
embargo, en la práctica resulta todo lo contrario, pues la fábrica, el taller, la
construcción, la planta están la mayor parte de las veces alejados del lugar en
donde se dirige la empresa. Pueden existir centros de explotación en diferentes
lugares; es más, como sucede con frecuencia con las grandes corporaciones y
holdings, éstos y la dirección de la empresa pueden hallarse en distintos territorios.
Así, esta fórmula, que fue acogida en cierta medida por la jurisprudencia francesa,
e italiana de principios del siglo XX, se ha visto superada por resultar inoperante,
y dicha inoperancia es un efecto, entre otros factores, de la frecuencia con que
hoy día se desarrolla –más aún en la dinámica de la globalidad de los mercados–
la actividad económica en países diferentes, en un contexto que no se caracteriza
precisamente por su orden y estabilidad.
228
La jurisprudencia internacional, en la interpretación de dicha norma, ha exigido el carácter
real y no ficticio de la sede social, considerando que ésta se encuentra en el lugar donde residen
los órganos de la sociedad, la administración, y las juntas generales, y donde se concluyen los
contratos más importantes entre la sociedad y terceras personas. En otros países, la ley ha
dispuesto expresamente que se tome en cuenta la sede real. Así por ejemplo, el artículo 10 de la Ley
federal austriaca sobre DIPr de 15 de junio de 1978, habla de la sede efectiva de su administración
principal; igualmente lo afirma en Portugal el artículo 33 de su Código Civil de 25 de noviembre de
1966. Empero, Rumania, que ha regulado recientemente las relaciones de DIPr (Ley no. 105 de 22
de septiembre de 1992), otorga primacía en su artículo 40 a la sede oficial, y únicamente en el caso
de que se tuviera sedes en diferentes Estados se deberá acudir a la sede real, a la que define como
el lugar en que se encuentra el centro principal de dirección y gestión de la actividad estatutaria.
Aguilar Benítez, Campuzano Díaz, et. al., op. cit., p. 236
229
Algunos autores afirmativistas de la nacionalidad societaria asumen este criterio como
ejemplo. Pero como ya se revisó, la nacionalidad de las sociedades se da como consecuencia de
dos elementos fundamentales: el formal y el real. Si bien en este caso no se manifiesta el primero,
el segundo sí, e identifica el domicilio legal de la sociedad.
144 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
g) Otros criterios.
Si bien el tema de la nacionalidad de las personas jurídicas fue motivo de controversia
doctrinal en el pasado, hoy en la práctica, las diversas legislaciones han establecido
dispositivos generalmente aceptados y otros no tanto. Por ejemplo, la tesis de la
voluntad de las personas que crean la entidad, que podrían disponer libremente
sobre su nacionalidad, la cual resulta criticable pues hay que diferenciar lo que es
el contrato en que las partes son libres de constituirse conforme a un determinado
ordenamiento o escoger el lugar de establecimiento, influyendo indirectamente en
la atribución de la nacionalidad, de lo que es el resultado de dicho contrato, que
será una persona jurídica que cada Estado puede decidir si la reconoce o no como
nacional. Igualmente inoperante resultaría acudir al criterio del lugar de suscripción
de las acciones, por la posibilidad de que no se realice en un sitio único, como
suele ocurrir con frecuencia.
230
En concordancia con estos principios sentados por esa Cámara alta se dictó en 1918 la
Trading with the Enemy Act. En Francia esta misma teoría ya había sido recogida en una circular del
Ministerio de Justicia de 29 de febrero de 1916, la cual preceptuaba que cuando la dirección o el
capital de una sociedad, en su totalidad o mayoría, se encontrasen notoriamente en manos de
súbditos enemigos, la misma revestía carácter de enemiga. Cabe destacar que durante la segunda
conflagración mundial el principio del control se extendería universalmente. Por ejemplo, España,
por Decreto-Ley de 5 de mayo 1945 (Ley de 17 de julio de 1945), sometería a bloqueo los bienes de
los súbditos del eje Roma-Berlín que fuesen poseídos directamente por personas físicas, o a través
de personas jurídicas interpuestas, siguiendo los criterios recomendados por la Resolución VI
adoptada en la Conferencia Financiera y Monetaria de Breton Woods de 1944.
231
PÉREZNIETO y Silva, Derecho Internacional Privado, op. cit., p. 499 y ss.
CAPÍTULO 4. ESTUDIO DINÁMICO DEL DERECHO DE LAS RELACIONES PRIVADAS... 145
232
Al igual que ocurre con normas similares en otros sistemas jurídicos de nuestra América
Latina, se ha criticado mucho el concepto establecido en el numeral 8º de la LN calificándolo de
extremadamente general y, por tanto, proclive a permitir que una entidad societaria de nacionalidad
mexicana pueda ser, en realidad, una sociedad extranjera. Se ha dicho también que para mala
fortuna la normativa mexicana es escasa en disposiciones complementarias que delimiten el caso
de sociedades mexicanas o extranjeras, y la jurisprudencia producida por la SCJN ha tenido
magros avances sobre el particular.
233
Aquí se resumen los dos criterios prevalecientes en diversas épocas: la del comerciante
británico en sus negocios en ultramar, teniendo siempre como sede jurídica de sus negocios la ley
británica (siglo XIX), y al lado de ella el CCDF anterior, donde se establece un territorialismo que se
suavizó con la reforma de 1988 que introdujo en dicho Código el concepto del domicilio como
fórmula atenuada, forma que por cierto desapareció con las reformas en el 2000, en las que se
volvió sobre el viejo criterio territorialista, en el cual basta la presencia de la persona en territorio
nacional para que se le apliquen las leyes mexicanas, sin exclusión. Al respecto, no hay duda que
este precepto deberá adecuarse a la apertura de México a la creciente globalidad económica,
debiendo definirse con precisión la capacidad de extranjeros o de sociedades extranjeras en
nuestro país. Aunque en el campo comercial hay disposiciones supletorias como el Código Civil
Federal que sí admite para las sociedades extranjeras la regla del domicilio.
146 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
tipo regulatorio, aunque con carácter más político y protector del patrimonio natural
del país. Así, se establece que en la escritura constitutiva de las sociedades
mexicanas, civiles o mercantiles que deseen estar en posibilidad de admitir socios
extranjeros y de adquirir en cualquier forma el dominio directo sobre tierras, aguas
y de las acciones fuera de la zona prohibida o concesiones de explotación de
minas, aguas y combustibles minerales en la República Mexicana, se consigne
expresamente que todo extranjero que, en el acto de constitución o en cualquier
tiempo ulterior, adquiera un interés o participación social en la sociedad, se
considerará por ese simple hecho como mexicano respecto de uno y otra y se
entenderá que conviene en no invocar la protección de su gobierno bajo la pena, en
caso de faltar a su convenio, de perder dicho interés o participación en beneficio de
la nación.234
Es suficiente con el criterio de que los extranjeros se consideren como
mexicanos y no invoquen la protección de su gobierno, para que la ley mexicana
lo haga extensivo en principio a las sociedades integradas por mexicanos. No
obstante, se establecen otras disposiciones en cuanto al régimen accionario
dentro de los sectores de explotación, producción y distribución en sectores
más restringidos, donde no pueden tener acceso sociedades con miembros
extranjeros. Se señalan igualmente los requisitos a los cuales deben ajustarse
los extranjeros para la compra de sociedades existentes, entre otros aspectos.
Es claro que se busca controlar la participación extranjera en las sociedades
para efectos de protección política y de los recursos, pero se omite precisar más
sobre la naturaleza de las sociedades en cuanto a su nacionalidad (este es un
vacío que el legislador mexicano no ha logrado subsanar). Como lo criticamos al
inicio de este epígrafe, aquí coincido con mi querido maestro el internacionalista
José Antonio Murguía Rosete, cuando juzga lógico el que una sociedad mercantil
integrada por capital extranjero que responda a motivaciones e intereses distintos
de los nacionales, por el solo hecho de estar constituida en México, de acuerdo
con las leyes mexicanas y tener su domicilio en territorio nacional, no puede
234
Se debe solicitar previamente el permiso de la Secretaría de Relaciones Exteriores, tanto
para la constitución como en cada caso de adquisición de los bienes de referencia, conforme lo
exige la fracc. I del art. 27 constitucional. Esta disposición contiene dos aspectos: en uno se
defiende lo que se ha considerado propiedad que originalmente corresponde a la nación, con el
consecuente derecho de transmitir el dominio (de propiedad) a los particulares, constituyendo la
propiedad privada; de esta forma el Estado se reserva el control directo de los sectores considerados
de importancia estratégica para el desarrollo de México. Asimismo, se hace mención de la zona
restringida. Aunque no coincidimos plenamente con este autor, Leonel Péreznieto aduce que es
“una disposición sin fundamento hoy en día, sobre todo porque miles de extranjeros en México
tienen la posesión de muchas propiedades esta zona, y con una disposición de este tipo no se
atiende a una realidad que debe ser regulada de manera moderna (…)”. El otro aspecto –que
también cuestiona este jurista mexicano— aborda un factor político: la renuncia que debe hacerse
respecto de la protección diplomática; un precepto que hace suya la Cláusula Calvo, un precepto
poco conocido en su fondo pero de amplia difusión en las legislaciones latinoamericanas. Ver:
Péreznieto Castro, Leonel, “Dos Mitos del Derecho Internacional Privado Mexicano: “La Cláusula
Calvo” y la “La Zona Prohibida” o “Zona Restringida”, en VELÁZQUEZ, Elizarrarás, Juan Carlos, El
derecho internacional público y privado a través de los debates teóricos actuales en universidades
de México y el extranjero, FCPS, UNAM, México, 2005, pp. 127-148.
CAPÍTULO 4. ESTUDIO DINÁMICO DEL DERECHO DE LAS RELACIONES PRIVADAS... 147
ser, en la práctica, una sociedad mexicana, a pesar de que las leyes traten de
considerarla como tal.
Por otro lado, se observa una incongruencia –que llama más la atención desde
la perspectiva del derecho comparado–, pues si las sociedades extranjeras, según
nuestra propia legislación, por un lado están sometidas a un derecho extranjero y
por ello diferente, por el otro no se explica la razón de que las sociedades mercantiles,
y en especial las sociedades anónimas integradas por extranjeros o las filiales de
compañías extranjeras, integradas en su totalidad por mexicanos, sean consideradas
mexicanas y asimiladas a éstas. En este sentido, son interesantes los preceptos
del TLCAN (artículo 1º) al asignar el mismo tratamiento a las sociedades
estadounidenses y canadienses que el Estado mexicano otorga a las sociedades
mexicanas (con base en el principio de libre mercado del “trato nacional”, también
adoptado por la OMC). Lo cierto es que para determinar el origen de las sociedades
la Ley de Nacionalidad vigente sólo toma en consideración los dos criterios
indicados, pero no son los únicos que actualmente se practican en el intenso
tráfico jurídico internacional de nuestra época.
235
Representada entre otros autores por G. Bleitzke, U. Drobnig, A.L. Calvo Caravaca, L
Fernández de la Gándara, J.L. Iglesias Buhigues, M. Aguilar Benítez de Lugo, A. Marín López, E.
Pérez Vera.
148 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
una entidad constituida en otro Estado, es decir, la aceptación por el derecho del
foro de los efectos de la personalidad jurídica concedida en otro Estado. Así, de tal
definición se pueden deducir dos elementos característicos: 1) la sociedad se ha
constituido válidamente conforme a la ley personal; y, 2) se reconoce en un tercer
Estado la personalidad jurídica de dicha persona física o moral.
Dicha escuela-doctrina ha señalado con justeza que el reconocimiento carece
en sí mismo de objeto y no es un problema propio e independiente al de la
determinación del estatuto personal; es simple y llanamente una consecuencia de
la constitución válida de la entidad societaria conforme a la ley personal de la
misma. Adviértase que un problema diferente, y que no debe ser confundido con el
reconocimiento, es la extranjería, esto es, que una vez que se ha reconocido la
existencia de la sociedad es menester determinar las actividades concretas que
puede desarrollar en el Estado que la ha recibido. Es ese precisamente uno de los
objetos centrales del llamado derecho de extranjería que constituye, en principio,
competencia exclusiva de cada Estado soberano.
236
Según el artículo 259 del RRM se entiende por sucursal: “todo establecimiento secundario
dotado de representación permanente y de cierta autonomía de gestión, a través de la cual se
desarrollen total o parcialmente las actividades de la sociedad”. La inscripción debe realizarse en el
Registro Mercantil correspondiente al lugar del domicilio donde se establezca la sucursal y en dicho
Registro deben presentarse, debidamente legalizados, los documentos que acrediten la existencia
de la sociedad, sus estatutos vigentes, y sus administradores, así como el documento por el que se
establezca la sucursal, expresando las circunstancias contenidas en el apartado primero del
artículo 261 del RRM relativas a la identificación de la sucursal (art. 264 del RRM).
150 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
237
Algunas de las reflexiones aquí planteadas están inspiradas en el texto de Antonio Boggiano,
Curso de derecho internacional privado, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, Argentina, 2001, pp. 685-
700; además se tomaron planteamientos que el mismo autor hace en su libro clásico, La doble
nacionalidad en el derecho internacional privado (Teoría trialista del conflicto móvil), Ediciones
Depalma, Buenos Aires, Argentina, 1973 (prólogo de Werner Goldschmidt).
152 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
238
Y esto acarrea otras interrogantes: por ejemplo, qué ocurriría si la sociedad extranjera
tuviese en un país la sede y en otro su centro de explotación; o bien, cuál derecho involucrado sería
el aplicable. Por donde se le vea, se trataría de un caso de indudable acumulación de derechos
aplicables, donde sería imprudente aplicar los dos derechos acumulativamente.
239
TEXEIRO Valladao, Haroldo, Derecho internacional privado, Trillas, México, 1987.
CAPÍTULO 4. ESTUDIO DINÁMICO DEL DERECHO DE LAS RELACIONES PRIVADAS... 153
240
Por ejemplo, según el artículo 118 del código civil argentino, si la “existencia” social se rige
por el derecho del lugar de constitución, todo el acto constitutivo en sus aspectos formales y
substanciales tiene que sujetarse a la ley de la existencia. Por tanto, el objeto de la sociedad
también, como requisito del fondo del acto. Pero el objeto social es la medida de la capacidad
societaria, por lo que ésta debe gobernarse por el mismo derecho que aquél. Y de allí se deriva la
interpretación de que la forma y contenido del acto constitutivo, la existencia y la capacidad
societaria se rigen por el derecho del país de constitución. Si los autores de la ley hubiesen querido
realmente sujetar el objeto y la capacidad a otro derecho, además del elegido en el artículo 118,
tendrían que haberlo manifestado así en el articulado legal. Al no haberlo hecho, los argentinos no
están autorizados a imponer otra ley aplicable a estos aspectos de la constitución de la sociedad.
241
CHESHIRE-NORTH, Private international law, Edited by P.H. North, Fellow of Keble Collage,
Oxford, Londres, Butterworths, 1974, p. 198.
242
BOGGIANO, A., op. cit., p. 688, cita a Ernest Rabel, The conflict of laws. A comparative
study, vol, 2, 2ª ed., por Ulrico Drobnig, Ann Arbor, University of Michigan Law School, 1960, p. 32.
243
BOGGIANO, A., op. cit., p. 689 cita a Chesire-North, op. cit., p. 198, con el Caso ¨Lazard
Brothers & Co.c. Midland Bank Ltd., 1933, A.C. 289, p. 297.
154 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
En adición a tal visión se registra otra, no menos importante: dado que el domicilio
de la sociedad es el lugar donde se la ha incorporado, no puede ser cambiado. Así,
“the domicil of origen, or the domicil of birth, using with respect to a company a
familiar metaphor, clings to it throughout its existence”.244 Resáltese por evidente
que, invariablemente, el criterio domiciliario de las sociedades es fundamental en
el derecho angloamericano.
244
BOGGIANO, A., op. cit., p. 689 cita a Chesire-North, op. cit., p. 198, nota 3, (“Gasque c.
Innland Revenue Comrs. », 1940, 2, K.. B. 80, pág. 84 ; « Kuenigl. C. Donnersmarck », 1955, i Q. B.
515, p. 535.
245
LOUSSOUARN-BREDIN, op. cit., pp. 285 y ss.
246
BOGGIANO, A., op. cit., p. 290 y ss.
247
BOGGIANO, A., op. cit., p. 691, cita a Ernest Rabel, op. cit., p. 39, nota 22, alude detalladamente
a la referida sentencia del Reichsgericht, del 31 de marzo de 1904, en el Deutsche juristenzeitung,
1904, p. 555).
248
BOGGIANO, A., op. cit., p. 690.
CAPÍTULO 4. ESTUDIO DINÁMICO DEL DERECHO DE LAS RELACIONES PRIVADAS... 155
este sistema jurídico, por citar un ejemplo, una sociedad registrada en Texas, con
sede real y efectiva en París, sería considerada en Europa sujeta al derecho francés
y, por tanto, inexistente. En cambio, en los Estados Unidos se la juzgaría sometida
al derecho texano y, por ello, perfectamente constituida. En Argentina, Brasil, Ve-
nezuela y México si calificamos el punto de contacto “lugar de constitución”
conforme al derecho del lugar del mero registro, se la juzgará constituida. Si por
dicho concepto entendemos la adquisición de la personalidad en el lugar de la
sede (París) habríamos de tenerla por inexistente. Por tanto, la cuestión decisiva
–y que no es sencilla– es determinar el lugar en que se debe examinar si se
adquirió la personalidad: en el lugar del registro o bien el de la sede efectiva. Al
respecto, en Argentina, Chile y otros países latinoamericanos hay que atenerse al
lugar del registro y aplicar la calificación de constitución y, por ende, de adquisición
de la personalidad, vigente en el país o lugar de registro; es el derecho de ese lugar
el que indica en qué condiciones formales y substanciales una persona moral
adquiere personalidad societaria.249
Como es evidente, tal calificación es muy importante y para constatarlo basta
recordar que el sistema jurídico continental europeo exige registro y además, sede
real en el país de constitución; esto es, el domicilio no suple a la “incorporación”, y
ésta tampoco a aquél. Así las cosas, en México se debe juzgar que si una sociedad
fue constituida en Francia, es en Francia donde la sede efectiva debió radicar al
momento de la constitución. Sin la sede allí no se la habría podido constituir. Por
ello, según lo interpreto, el lugar de constitución y el lugar de la sede son concurrentes
a conectar el mismo derecho. Tengamos presente también que el país de registro
podría cancelarlo por falta de sede en el mismo país; tal afirmación la convalida un
caso en que Suiza canceló los registros de numerosas sociedades mercantiles
controladas desde sedes francesas que tenían únicamente establecimiento aparente
y nominal en Ginebra. Aquí se presenta claramente otro problema: el cambio de
sede de un Estado a otro, donde bien podría aplicarse el criterio de aplicar el
derecho del país de registro cuando no se ha reconstituido la sociedad en el extranjero
mediante un nuevo registro.
249
El artículo 118 del CCFed argentino señala que la existencia de la sociedad constituida en el
extranjero se rige “por las leyes del lugar de constitución” y el artículo 2736 del CCFed mexicano,
indica lo mismo, entendiendo por “derecho de su constitución” el del Estado en que se cumplan los
requisitos de forma y fondo requeridos para su creación. En ambas normas de conflicto, la existencia
significa capacidad de derecho (personalidad jurídica). Las leyes del lugar de constitución indican
si la agrupación social en cuestión es o no persona jurídica o moral. Sin embargo, las leyes del lugar
de constitución podrían conferir la personalidad de la sociedad conforme al derecho del lugar en
que se establecerá la sede social o el establecimiento de su actividad principal. En tales supuestos,
en Argentina y en México reconoceríamos a la sociedad constituida en el extranjero ya sea según
el derecho comercial de constitución de la futura sede o establecimiento de negocios aplicado por
las autoridades del lugar de constitución. En suma, rige el uso jurídico efectivo en el lugar de
constitución para reconocerle personalidad jurídica en ambos países. Empero, no prima el derecho
del lugar de constitución de una sociedad comercial que se constituyó en el extranjero teniendo su
sede en cualquiera de los dos Estados, o cuando su principal objeto esté destinado a cumplirse en
sus territorios. En tales casos rige la norma que considera, según el caso, sociedad argentina o
mexicana a la que con aquella finalidad se constituyó en el extranjero remitiéndola exclusivamente
al derecho comercial argentino o mexicano. (A. Boggiano, op. cit., p. 692-694).
156 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
250
La razón por la que se prescinde del domicilio legal de las sociedades mercantiles en el DIPr
de la mayoría de las naciones de América Latina es que si se calificase la “sede” como domicilio
CAPÍTULO 4. ESTUDIO DINÁMICO DEL DERECHO DE LAS RELACIONES PRIVADAS... 157
estatutario, ésta podría ser creada mediante la sola declaración aparente de las partes o las
autoridades intervinientes en la constitución de la sociedad.; y ello sería tanto como autorizar
directamente el fraude a la norma del foro, pues nuestras autoridades tendrían que atenerse a lo
declarado en los estatutos, con lo cual las partes podrían esquivar a su voluntad la aplicación de la
ley mexicana, por ejemplo. De esta suerte, por sede hay que entender el centro de dirección o
administración general de la sociedad, cualquiera que sea el domicilio estatutario.
251
Y para complicar el panorama hay una situación fáctica muy frecuente en el comercio
internacional de nuestro tiempo, según la cual el “objeto principal” social se cumple en una pluralidad
cada día mayor de países, esto es, en todos ellos se lleva a cabo; luego entonces, parece que los
textos normativos que lo contemplan van perdiendo sentido. Ver: MARZORATI Osvaldo, J., Derecho
de los negocios internacionales, Tomos I y II, Editorial Astrea, Buenos Aires, Argentina, 2003, pp.
431 y ss.
252
HALPERÍN, Curso de derecho comercial. Parte general, vol. I, EUDEBA, Buenos Aires,
Argentina, 2001, p. 230.
253
Hay otras referencias en: UCKMAR, Víctor (coord.), Curso de derecho tributario internacional,
Tomos I y II, Editorial Temis, Bogotá, Colombia, 2003.
158 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
254
FERNÁNDEZ Arroyo, Diego P., Derecho internacional privado interamericano. Evolución y
perspectivas, Rubinzal-Culzoni Editores, Buenos Aires, Argentina, 2000.
255
Como se observa, se requiere no sólo determinarlo sino esclarecer qué se entiende por
principal, el cual podría ser el de mayor volumen económico, o donde se cumple la industrialización
y venta del producto, o bien, donde se realiza la investigación científica que brinda la tecnología de
producción necesaria. No resulta nada sencillo pues, despejar esta interrogante y menos aún
establecer las pruebas reales y objetivas de ello. Para proceder al reconocimiento de un hecho o
situación cualquiera es importante, primero y antes que nada, determinarlo jurídicamente.
256
D. GREGORIO, Corso di diritto comérciale, Milano-Roma-Napoli-Cittá di Castello, 1969, p.
375.
CAPÍTULO 4. ESTUDIO DINÁMICO DEL DERECHO DE LAS RELACIONES PRIVADAS... 159
257
PALLIERI, Balladore, Diritto internazionale privato, Milano-Roma-Napoli, 1986, p. 117. Por su
parte, la jurisprudencia considera que la sede de la administración no puede absolutamente ser
confundida con el lugar de residencia de los administradores o, más aún, de uno de ellos aun si
estuviesen dotados de poderes de representación. Es relevante, además, que la sede de la
administración se refiera, según la doctrina y la jurisprudencia concordantes, a la sede real de la
sociedad, coincida o no con la sede indicada en los estatutos.
258
En realidad, la sede de la administración y el lugar de ejercicio principal de la empresa social
tienen una idéntica función de determinar, bajo el perfil de la formación de la voluntad social el
primero, y bajo el perfil de la ejecución concreta de tal voluntad el segundo, es decir: que esté
localizado en Italia el centro principal de la actividad de una persona jurídica o societaria constituida
en el extranjero. Una sentencia del Tribunal de Roma del 2 de mayo de 1963 (Giustizia civile, 1964,
I, p. 698), consideró que a los fines del artículo 2505, debe tenerse en cuenta, no tanto los lugares
donde se efectúan los singulares negocios sociales, sino principalmente el lugar donde sea fijada,
en el ámbito general de la gestión social, la sede central de la dirección, del control y de impulso de
la múltiple y compleja actividad económica de la sociedad como sujeto empresarial.
259
Sentencia pronunciada por el Tribunal de Génova, 31 de marzo 1967, en Rivista di Diritto
internazionale privato e processuale, 1967, p. 802, cita de Antonio Boggiano, op. cit., p. 704.
160 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
Civil argentino las encontramos en los códigos de Egipto (artículo 11 del CCivil de
1948), Siria (artículo 12 del CCivil de 1949), y Japón (artículo 482 del CCivil); este
último fue prácticamente calcado de los dispositivos aplicados por Argentina y
Brasil y a la letra dice: “una sociedad que establece su principal sede en el Japón
o cuyo principal objeto se destina a comprometer negocios comerciales en el
Japón será, aunque se la hubiese constituido en el extranjero, requerida de cumplir
con las mismas normas que una sociedad constituida en el Japón”.260 Y así pueden
seguir comentándose los ejemplos similares en la India, Corea del Sur, Filipinas y
Malasia, siendo lo realmente importante que la interpretación de las normas jurídicas
sea efectuada cuidando siempre que los resultados de tal hermenéutica no violenten
principios o normas constitucionales.
260
BOGGIANO, op. cit., p. 704 y ss.
261
REESE, Willis L.M., “Choice of law; rules or approach”, en 57 Cornel Law Review, London,
U.K., 1992, pp. 315-334.
262
Ello sería tanto como facultar al juez mexicano a crear derecho francés para el caso y,
seguramente, no es esto lo que ha querido el legislador mexicano al elaborar la norma de conflicto;
por el contrario, es evidente que su deseo ha sido que se aplique el derecho del lugar de constitución
(francés) tal cual rige e impera de hecho allí, pues de lo contrario no tendrían ningún sentido la
remisión si luego no se respetara el derecho del lugar elegido tal cual es, y no como los jueces
mexicanos quisieran que fuese. En suma, hay que admitir el reenvío del derecho francés al derecho
brasileño, tomando en cuenta las normas de conflicto francesas.
CAPÍTULO 4. ESTUDIO DINÁMICO DEL DERECHO DE LAS RELACIONES PRIVADAS... 161
supuesto de encontrarse ante un tribunal mexicano sólo podría ser juzgada sometida
al derecho de Nueva York, porque los jueces neoyorquinos no aplicarían nunca
derecho alemán de la sede, sino siempre el derecho del lugar de constitución; aquí
no hay reenvío del derecho elegido a otro derecho, pues hay que estar a la decisión
del juez de Nueva York, que sujetará a su lex fori la sociedad constituida y registrada
allí. Con el mismo ejemplo planteado al revés, si una sociedad es constituida en
Hamburgo y tiene luego sede en Nueva York, habrá que examinar si los jueces
alemanes admiten el reenvío del derecho neoyorquino al derecho alemán, pues si
acaban aplicando el reenvío de retorno, sólo imitaríamos efectivamente el derecho
alemán aplicando este derecho, y no el neoyorquino. Las remisiones serían así: el
artículo 2736 mexicano remite al derecho alemán (lugar de constitución); éste
reenvía al derecho de la sede (Nueva York); a su vez, éste devuelve el caso al
derecho alemán del lugar de constitución y, aceptando la devolución, el juez alemán
terminaría aplicando su lex fori. Entonces el juez mexicano debería aplicar derecho
alemán.
b) Fraude a la ley.
Similar a la noción de orden público, el fraude a la ley en una vía utilizada por la
autoridad judicial para impedir la aplicación, en el foro, de una norma extranjera,
263
Semanario Judicial de la Federación, XXXVIII, p. 1334.
264
No obstante, esta situación es poco probable, pues hoy en día existe cierta homogeneidad
en lo que se considera comercial, y más aún en materia de sociedades mercantiles en el mundo, lo
que haría remota una situación como la aquí planteada, pero es buena desde el punto de vista
didáctico.
CAPÍTULO 4. ESTUDIO DINÁMICO DEL DERECHO DE LAS RELACIONES PRIVADAS... 163
265
Los profesores Péreznieto y Silva Silva lo ejemplifican con un caso trascendental de la
jurisprudencia francesa para desconocer una sociedad constituida en el extranjero: Moulin Rouge
Atractions Limited, empresa constituida fuera de Francia en un lugar distinto del sitio donde
funcionaba, pues mientras Moulin Rouge, negocio principal, se ubicaba en París, los socios prefirieron
darle vida a la empresa en un lugar que fiscalmente les convenía más. El tribunal francés consideró
esto como un fraude a la ley y desconoció a la persona moral, op cit., p. 491.
266
Los mismos autores, op. cit., pp. 491-492, refieren este reciente asunto que fue muy
comentado por la doctrina mexicana y que muy bien resumido por ellos ilustra lo explicado: En esa
fecha el Hotel María Isabel Sheraton, de la Ciudad de México, empresa subsidiaria de otra de EUA
(Starwood Hotels & Resorts Worldwide, Inc.), después de haber admitido a unos clientes cubanos,
delegados a una reunión de trabajo, los desalojó del inmueble, denegándoles el servicio y reteniendo
sus depósitos. La gerencia hotelera informó que lo hacía en cumplimiento a la Ley estadounidense
para la Libertad y la Solidaridad Democrática Cubanas (Ley Helms-Burton), que impide que las
empresas de ese país mantengan relaciones comerciales con cierta categoría de personas cubanas.
Brookly McLaughlin, vocera del Departamento del Tesoro de EUA, informó que se pidió a los
propietarios del hotel expulsar a la delegación cubana debido a que Estados Unidos prohíbe a
empresas estadounidenses hacer negocios con cubanos. “El Hotel en la Ciudad de México –dijo–
es una subsidiaria estadounidense y por tanto le está prohibido proveer un servicio a Cuba o a sus
nacionales.” Es evidente que el acatamiento de la ley extranjera por parte del gerente del hotel
produjo, además, una violación a los derechos humanos, puesto que fueron objeto de discriminación
algunas personas; se trata de una ley extranjera (Cuban Liberty and Democratic Solidarity Act of
1996) que es contraria a la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación (DOF, 11 de
junio de 2003), así como a la Ley de Protección al Comercio y la Inversión de Normas Extranjeras
que Contravengan el Derecho Internacional (DOF, 23 de octubre de 1996), también conocida como
Ley antídoto. Conforme a la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación (artículo 9º) se
prohíbe toda práctica discriminatoria que tenga por objeto impedir o anular el reconocimiento o
ejercicio de los derechos y la igualdad real de oportunidades, que se enumeran detalladamente en
diversos incisos de la ley.
En el amplio apartado ejemplificativo de actos discriminatorios aparecen los de aplicar cualquier
tipo de uso o costumbre que atente contra la dignidad e integridad humanas, impedir el acceso a
cualquier servicio público o institución privada que preste servicios al público, así como limitar el
acceso y, en general, cualquier otra conducta discriminatoria. Véanse las notas y declaraciones en
164 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
Señala con razón Jorge Alberto Silva267 que la actividad comercial, a pesar de su
amplio tratamiento e importancia en el ámbito teórico-doctrinal iusprivatista, no ha
tenido el mismo efecto en el ámbito jurisprudencial mexicano. Las tesis judiciales
pronunciadas han mostrado pocos casos sobre esta temática, amén de que el
comercio siempre ha sido un tema de difícil definición. Hay poco material dado a
conocer por los tribunales y, al igual que en otras áreas, uno de los grandes
problemas para el desarrollo del derecho comercial iusprivatista, ha sido el
territorialismo y proteccionismo con que han actuado históricamente los jueces y
magistrados nacionales.
Un breve recorrido por la historia reciente podrá aclararnos el panorama.
Comenzaré por recordar que la actividad comercial mexicana sustantiva estuvo
centrada en el siglo XIX en los caciquismos regionales y que a partir del siglo XX la
participación del Estado se vino acrecentando. Cifras oficiales indican que al iniciar
la primera guerra mundial más del 87% la actividad comercial la detentaba el Estado
a través de las empresas clave (petróleo y energía eléctrica, los minerales y las
comunicaciones), mientras las manufacturas y el comercio solamente llegaban al
10%. Estas cifras justificaban la poca necesidad que había de regular el comercio
internacional, las exportaciones y a inversión extranjera, pero hacia 1970 continuaba
omitiéndose la regulación internacional, no obstante que las magnitudes se habían
revertido: energéticos, minerales y comunicaciones sólo representan el 5.9%,
mientras que la industria manufacturera y el comercio constituían el 73.8% (INEGI).
Hacia mediados de los setentas el gobierno había ya reaccionado reforzando
su política nacionalista a través de la Ley para Promover la Inversión Mexicana y
Regular la Extranjera; la tendencia continuó hasta mediados de los ochenta cuando
el país comienza a entrar de lleno en la corriente neoliberalista que nos condiciona
hasta la actualidad donde, los 14 tratados comerciales que han sido introducidos y
que nos vinculan con casi cuarenta Estados, así como las modificaciones a las
leyes internas, no parecen haber logrado cambios de importancia en las tesis
judiciales. La jurisprudencia de la SCJN no camina al ritmo, complejidad y dinamismo
de un persistente proceso de globalización económica que no dará marcha atrás,
dejando de abordar importantísimas cuestiones como moneda extranjera, contratos
mercantiles internacionales, acuerdos atípicos o de nueva generación, propiedad
intelectual, arbitraje comercial internacional, inversiones neutras, maquiladoras de
exportación, contratos de compraventa de mercaderías, facilidades a las
exportaciones o cuestiones derivadas del GATT, de la OMC, o del TLCAN.
la prensa del 7 de noviembre de 2006, y en los días posteriores; además en los semanarios se
puede revisar la respuesta del gobierno de México al de Cuba, o en el sitio: http://www.sre.gob.mx/
comunicados/comunicados/2006/febrero/b_024.htm.
267
SILVA Silva, Jorge Alberto, op. cit., se recomienda la lectura del Capítulo 9 Actividad Comercial,
pp. 301-322. El autor es desde mi punto de vista, el especialista mexicano en DIPr que mejor y más
ampliamente ha estudiado la recepción de esta importante disciplina en el desempeño judicial nacional;
una tarea similar a la realizada doctamente por el internacionalista Antonio Boggiano en Argentina.
CAPÍTULO 4. ESTUDIO DINÁMICO DEL DERECHO DE LAS RELACIONES PRIVADAS... 165
268
Sobre el tema de títulos de crédito se cuenta, en efecto, con algunos precedentes judiciales,
los cuales pueden auxiliarnos para a comprender el trato que a este tópico han dado los tribunales.
En realidad no se trata, como lo confirman Péreznieto y Silva Silva, de jurisprudencia definida, es
decir, de resoluciones judiciales vinculantes, razón por la que su utilidad quedaría reservada a
servir como criterios orientadores. Salvo las reglas de competencia aplicables a situaciones de
tráfico jurídico interno, el derecho mexicano carece de regulación sobre la competencia para
situaciones internacionales.
166 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
jurídico internacional del siglo XXI. Otra resolución judicial que llama la atención es,
sin duda, la que admitió el sistema de pesas y medidas utilizado en el extranjero.
En suma, los estudiosos de la jurisprudencia mexicana en las relaciones privadas
comerciales internacionales coinciden en advertir que, en la aplicación de algunas
reglas de conflicto, se reflejan las ideas políticas del gobernante en turno (el
proteccionismo por ejemplo). Pero denuncian algo del todo preocupante en la
academia y fuera de ella, esto es: una deficiencia contra la que hay que dirigir las
baterías del cambio crítico y el razonamiento analítico-jurídico: la ausencia en los
jueces de una ratio decidendi trascendente, la falta de un respaldo jurídico-doctri-
nal y un firme marco teórico. De ahí que no nos deba sorprender la conclusión a la
que llega el especialista Silva Silva en su obra aquí comentada, en el sentido que
las tesis le parecieron, en general, casuistas, pragmáticas y contradictorias.
269
Así se establece por ejemplo en la ley italiana, en la francesa y en el artículo 118 de la Ley de
Sociedades Comerciales, texto ordenado por el decreto 841/84 de Argentina.
CAPÍTULO 4. ESTUDIO DINÁMICO DEL DERECHO DE LAS RELACIONES PRIVADAS... 167
270
Tampoco podrá haber “liquidaciones separadas”, con lo cual será necesario prever el grado
de perturbación del funcionamiento de la estructura de la empresa que pueda sobrevivir por la caída
o la crisis de una de las sucursales.
271
Pero esta autonomía aparente se refiere al poder de obligar o no a la sociedad, más nunca
a la creación de un nuevo centro de imputación jurídica de una distinta personalidad. La dirección
unificada es jurídicamente simple, directa e intensa. Aunque el representante a cargo de la sucursal
pueda llegar a desviarse o contradecir la líneas directrices de unificación empresarial de la única
sociedad. Éste es un capítulo de la representación, y no del derecho societario propiamente, el que
está en discusión.
272
El mismo principio fundamental ha sido expresado por la jurisprudencia italiana considerando;
“il vincolo organico esistente fra l’ente sovietà e le sue ramificazioni secondarie, l’ unicità di interessi
economici e giuridici fra le varie sedi… di una stessa sovietà” (Corte di Cassazione, sentencia del
6/ IX/1968, n° 2881, Giur. It., 1968, I, 1, c. 1738).
273
Esto explica la aparición del control externo de derecho fundado en relaciones contractuales,
entre otras (Leyes de Sociedades Mercantiles argentina y mexicana, por ejemplo). Es creciente la
configuración de grupos trasnacionales mediante relaciones contractuales (Naciones Unidas, Centro
de Sociedades Trasnacionales, Les Sociétés transnationales dans le développement mundial-
168 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
doc. ST/CT/46-, New York, 1983, pp. 46 y ss. 183 y ss.). Si se admite una relación contractual
constitutiva de una situación de control societario y de configuración de grupo, es válido admitir que
entre las partes que celebraron aquel negocio puedan seguir celebrando nuevos contratos en el
futuro como sujetos de derecho distintos, cualquiera que sea la relación de control intersocietaria
e intergrupo. Por esta razón, en Argentina y en Italia el grupo no es sujeto de derecho (no se le
reconoce personalidad jurídica). Es diferente la situación de una sociedad con sus sucursales y la
de una sociedad ‘matriz controladora’ con sus sociedades filiales controladas. Esta diferencia
estructural de orden jurídico permite el establecimiento de relaciones contractuales entre las filiales
y la matriz que se traducen en posiciones de regulación de las actividades de las distintas sociedades
sobre el mercado.
274
A este respecto en la legislación actual de México aún existen serias y preocupantes
lagunas, en tanto que la experiencia de otros países como Argentina, Venezuela, Perú y Brasil no
es del todo avanzada ni ilustrativa, particularmente en el campo de la regulación de las entidades
societarias conocidas como “agrupaciones de colaboración” y las “uniones transitorias de empresas”,
inequívocas estructuras jurídicas contractuales. Tratamiento separado merece la legislación del
Japón moderno en materia de control de las transnacionales japonesas, donde al amparo de la
estrategia mundial que no sólo se basa en la propiedad del capital, la dirección unificada se inspira
en una solidaridad con la empresa y en vínculos de cooperación que hunden sus raíces en la
historia milenaria y en la filosofía japonesas. Algunos autores han sostenido que en varias sociedades
extranjeras japonesas la cohesión está basada en un “cross- holding de stocks”, una comunidad
de interés, y una arraigada tradición de cooperación.
CAPÍTULO 4. ESTUDIO DINÁMICO DEL DERECHO DE LAS RELACIONES PRIVADAS... 169
a) Sujetar todo el grupo de sociedades a una ley única, que sería la ley del país
donde radica el centro de decisión, lo cual conduciría a la aplicación de la ley
del país correspondiente al medio político, jurídico y económico en el que se
toman las decisiones fundamentales del grupo, lo que reviste interés, pues
trata al conjunto societario como lo que es, una unidad económica y lo somete
a un solo ordenamiento.276
275
Un ejemplo típico de un ‘grupo de sociedades’ o empresa multinacional como también se
denomina, es la empresa alemana Veba AG, que llegó a tener más de un millón de accionistas y,
además, se situaba en la cúspide de una pirámide integrada por más de mil sociedades.
276
De esta propuesta se han destacado varios inconvenientes que impiden identificar un solo
derecho aplicable: 1) Hay grupos de sociedades bicéfalos, dirigidos desde varios países, como es
el caso de las anglo-holandesas Unilever o Royal-Dutch Shell o de la germano-belga Agfa Gevaert;
2) Las Big Corporations actuales se dirigen desde diferentes países simultánea o sucesivamente;
3) En las multinacionales, es frecuente el cambio de sede de la matriz, lo que crea problemas de
‘conflicto móvil’; 4) Es difícil su aplicación en casos de sucesión de filiales; por ejemplo, si una
170 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
empresa estadounidense que crea una filial inglesa que, a su vez, constituye una filial en Holanda
y ésta forma otra en Francia, no es fácil definir dónde se encuentra el centro de decisión, ni el
Estado cuyo derecho debe regir el grupo de sociedades.
277
El maestro Calvo Caravaca, op. cit., p. 489, cita como ejemplo de estas entidades comunes:
la Sociedad internacional del Mosela, Eurofirma, Eurochernic, Air Africa, entre muchas otras más.
278
Es el caso del Aeropuerto de Basilea-Mulhouse, la Sociedad Ferroviaria del Gran Ducado de
Luxemburgo, y la Sociedad Productora de Itaipú, creada para la producción de energía hidroeléctrica
(Argentina, Uruguay y Paraguay).
279
Tal es el caso, por ejemplo, de las sociedades francesas, italianas y suizas constituidas para
la excavación de los túneles del Montblanc, de Rejust, del Gran San Bernardo, de algunas compañías
aéreas como la British Commonwealth Pacific Air y la Tasman Empire Airways, de empresas
CAPÍTULO 4. ESTUDIO DINÁMICO DEL DERECHO DE LAS RELACIONES PRIVADAS... 171
se prevé por el tratado constitutivo de acuerdo con una determinada ley nacional y
cuyo estatuto es completamente regulado internacionalmente, sin perjuicio de que,
a título subsidiario, se establezca la aplicación de un derecho nacional.280 3) Las
creadas de manera inmediata por el tratado instituyente, sin recurso a
procedimientos internos, o sea, que no se señala en el tratado ningún ordenamiento
estatal subsidiario. 281 4) Finalmente, un sector doctrinal incluye a algunas
organizaciones económicas internacionales que actúan de manera muy semejante
a los bancos estatales y cuyo modelo de organización es el de las sociedades de
capital.282
Por lo que toca a la ley aplicable a tales entidades societarias, se ha dado un
verdadero debate entre, por un lado, autores que afirman que es posible la existencia
de una sociedad común regulada por el derecho internacional público y ajena a
cada ley estatal; y, por el otro, los estudiosos que sostienen que toda sociedad
debe regirse por un derecho estatal. Nuestra opinión es que, en la práctica, debemos
atenernos a lo que dispone el tratado fundacional, distinguiendo las siguientes
situaciones: a) En ocasiones, el tratado internacional prevé, exclusivamente, la
obligación de los Estados participes de crear una sociedad con arreglo a un
ordenamiento estatal, en cuyo supuesto la sociedad común estará sujeta a tal
derecho interno, que será su lex societatis; b) otras veces, el tratado internacional
determina la misma creación y también la regulación de la entidad común.
En estos casos, parte de la doctrina ha insistido en la posibilidad de que la
sociedad común venga sujeta, exclusivamente a las reglas contenidas en el tratado
internacional constituyente, eludiendo cada referencia a un derecho estatal. Esta
opción será admisible sólo si la persona jurídica en cuestión representa un ente
con personalidad jurídica internacional, lo que no es frecuente. Por ello, en la mayor
parte de los casos, debe aplicarse un ordenamiento estatal, la lex societatis. Dicha
ley será, por ejemplo, en el DIPr español la Ley Nacional de Sociedades, en el DIPr
mexicano la Ley General de Sociedades Mercantiles, y en el DIPR argentino la
Ley de Sociedades de Comercio.
283
El ejemplo típico de esta modalidad contractual es precisamente la Contractual Joint-Venture
creada para la construcción del Eurotunnel que atraviesa el subsuelo del Canal de La Mancha.
284
1º Es un precontrato de sociedad: las partes se obligan a crear, en el futuro, una sociedad
o filial común (aquí se aclara la forma que tendrá la sociedad Joint-Venture, la participación de las
partes, su estructura, denominación, objeto social, actividades que desarrollará la nueva sociedad,
etc.); 2º Acuerdos entre los partners sobre el control de la sociedad Joint-Venture (porcentaje de
participación en las acciones, reparto de puestos en los órganos directivos de la nueva sociedad,
etc.); 3º Derechos y obligaciones concretos de los partners (prohibición de competir con la nueva
empresa, obligación de contribuir a la nueva sociedad con capital y medios tecnológicos, opciones
de compra de la nueva sociedad, etcétera).
CAPÍTULO 4. ESTUDIO DINÁMICO DEL DERECHO DE LAS RELACIONES PRIVADAS... 173
285
Sin embargo esta tesis es criticable por la propia doctrina, porque ambas sociedades
proporcionan ‘prestaciones no dinerarias’, por lo que habrá de acudir a otros índices para determinar
el derecho aplicable. Por lo general, el más poderoso es el país donde radica la sede de la Joint-
Venture Corporation.
286
Ver MARZORATI, Osvaldo J., op. cit., pp. 294 y ss. (D. “Joint Ventures y “Alianzas
Estratégicas”).
174 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
a) Las Leyes estatales sobre la cuestión difieren en gran medida las unas de
las otras: algunas requieren unanimidad de socios, otras niegan la posibilidad
de la fusión por absorción o las someten a duras condiciones, otras prevén el
derecho de separación de los socios que han votado en contra de la fusión
con el riesgo de que la sociedad se descapitalice; luego entonces, los
conflictos de leyes son particularmente frecuentes e intensos.
b) El citado artículo 9.11.II cubre la fusión de sociedades españolas con
extranjeras, y también las sociedades extranjeras entre sí. Comprende,
igualmente, la fusión de dos sociedades y la fusión de más de dos sociedades.
En México aún no contamos con disposiciones análogas o normas que nos
acerquen jurídicamente a este tipo de situaciones. .
c) El mismo numeral no exige ‘aplicar’ las leyes nacionales en presencia, porque
no lo dice así; empero, emplea la imprecisa expresión “se tendrán en cuenta”
287
PÉRES MILLA, J.J., Fusión internacional de sociedades anónimas en el espacio jurídico
europeo, Pamplona, España, 1996. También véase: GÓMEZ Porrúa, J.M., La fusión de sociedades
anónimas en derecho español y comunitario, Alianza, España, 1991.
288
UCKMAR, Víctor (coordinador), op. cit., pp. 271 y ss.
CAPÍTULO 4. ESTUDIO DINÁMICO DEL DERECHO DE LAS RELACIONES PRIVADAS... 175
Reflexiones finales
La enseñanza dinámica del derecho internacional privado (DIPr) o derecho de las
relaciones privadas internacionales (DRPI), en cuanto toca al tratamiento que se
brinda a los problemas de la nacionalidad, el reconocimiento y las estrategias de
las sociedades en el tráfico jurídico internacional moderno, es un tema fundamen-
tal y de obligada investigación académica y profesional, pues estas entidades
tienen capacidad amplia y creciente para desarrollar múltiples actividades,
manifestaciones y presencias que trascienden las fronteras de un solo Estado,
región o conglomerado de soberanías, en un contexto inestable e indeterminado
de globalización de la vida económica, política y social.
El estudio se desplegó a través de una serie de reflexiones, puntuales y críticas,
en torno a cuatro subtemas que fueron abordados puntualmente: la importancia de
las sociedades en la enseñanza dinámica de las relaciones privadas internacionales;
la nacionalidad de la persona moral o societaria en el DRPI; el problema del
reconocimiento de las sociedades en el marco analítico y prescriptivo del DRPI; y,
por último, la situación general que observan las grandes sociedades mercantiles
en el tráfico jurídico internacional moderno.
Con el paso del tiempo y por el peso ineludible de los hechos concretos y la
praxis cotidiana, hoy se admite la posibilidad de atribuir una nacionalidad a la
persona jurídica o moral, aunque reconociendo que con sentido y alcance diferente
al que tiene con respecto a las personas físicas, de un modo simplemente analógico
o atípico. En mi opinión, no se trata de un problema de fondo, sino de una diferencia
de forma reducida en principio sólo a determinar si puede denominarse nacionalidad
al vínculo jurídico que se da entre el ordenamiento legal y la persona jurídica o
moral en cuestión; el asunto de fondo está resuelto de inicio en el criterio de la
mayoría de los autores que reconocen que dicha persona ha de estar ligada y
regida por un sistema normativo positivo de un determinado Estado.
289
En tal sentido, se sugiere diferenciar tres aspectos: 1) Posibilidad de fusión, aquí sólo cabe
exigir que ambas leyes nacionales permitan la fusión. 2) Condiciones de la fusión, las cuales se
regulan por las respectivas leyes nacionales, llevándose a cabo una aplicación distributiva de las
leyes nacionales de las sociedades que se fusionan. 3) Consecuencias de la fusión, que afectan
a la nueva sociedad y que se regulan por su ley nacional. En cambio, la ley nacional de cada
sociedad fusionada rige la protección de sus respectivos acreedores, pues es éste un aspecto de
la ‘disolución’ de la sociedad. Finalmente, en cuanto al trasvase del patrimonio en bloque a la nueva
sociedad, cabe defender una “aplicación acumulativa” de las leyes nacionales de las sociedades
fusionadas, ya que este aspecto afecta a la disolución de las sociedades.
176 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
CAPÍTULO 5
LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES COMO SUJETOS DEL
DERECHO INTERNACIONAL ECONÓMICO:
DEBATE, INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO DOCTRINAL
Introducción
290
ARELLANES, Jiménez, Paulino, Regulaciones internacionales de las inversiones extranjeras
directas y de las empresas transnacionales, Edit. Montiel y Soriano Editores, México, 2009, p. 7.
291
BERMEJO, García, Romualdo, “Las empresas transnacionales como actores y sujetos
«potenciales» en la sociedad internacional”. pp.89-116, disponible en: http://app.vlex.com/#vid/
409049238.
CAPÍTULO 5. LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES COMO SUJETOS DEL DERECHO... 181
292
KRUGMAN, Paul y OBSTFELD, Maurice, Economía internacional. Teoría y política, Pearson
Educación, Madrid, 2001 (Título original: International Economics. Theory and Policy, Addison
Wesley, 2000).
293
KRUGMAN, Paul, El Internacionalismo moderno. La economía internacional y las mentiras
de la competitividad, Editorial Crítica, Barcelona España, 1997.
294
WOLF, Paul, “Internacionalización y soberanía limitada (apuntes de debate sobre la
internacionalización de la amazonia en Brasil), en Roberto Bergalli y Eligiio Resta, Soberanía: un
principio que se derrumba. Aspectos metodológicos y jurídico-políticos, Editorial Paidós, España
1996, p. 177-190, a su vez ver también: Roberto Bergalli. “Latinoamérica: ¿soberanía…u otra
cosa?, en el mismo texto pp. 191-206.
295
ARELLANES, Jiménez, Paulino Ernesto, La Empresa Trasnacional. Leviatán del siglo XXI.
Fomento Editorial BUAP, México 2002.
182 PAULINO E RNESTO ARELLANES JIMÉNEZ
296
Derecho económico internacional, En: http://agutierrezr.4t.com/rich_text_1.html
297
Revista de Derecho Económico Internacional, Instituto Tecnológico Autónomo de México,
Definición de Derecho económico internacional. Enviado por S.T.A.
298
El derecho internacional económico y la gobernabilidad de las organizaciones económicas
internacionales: un análisis jurídico-político, Juris Tantum Revista Boliviana de Derecho, versión
On-line ISSN 2070-8157, Rev. Bol. Der. v.13 Santa Cruz de la Sierra ene. 2012.
CAPÍTULO 5. LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES COMO SUJETOS DEL DERECHO... 183
transnacionales, que son las que realmente llevan a cabo esas relaciones
comerciales, de inversión y de servicios.
Por lo anterior, el derecho internacional económico es simple y llanamente el
conjunto de leyes, normas, reglamentos e instituciones que regulan los dos
principales aspectos de la economía internacional, a saber: comercio internacional
y finanzas internacionales. Este sistema constructor jurídico internacional lo operan
los Estados en forma directa o a través de los organismos económicos (comerciales
y financieros) internacionales como la Organización Mundial del Comercio (OMC),
el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM), entre otros más,
ya que mediante ellos los Estados han delegado soberanía para aplicar las leyes y
normas del derecho internacional económico.
Por lo dicho, podemos observar que esta importante disciplina jurídico-económica
a la vez que es componente del derecho internacional público, también lo es del
privado, y en la globalización se han acercado tanto que hoy hay entre ambos una
línea divisoria muy delgada. En este sentido algunos autores entienden que el
derecho internacional económico es, en cierta forma, de naturaleza “atípica”, donde
aparecen como objeto de estudio y regulación los principales hechos de la economía
globalizada y cuyos sujetos centrales son las empresas transnacionales, merced
a lo cual bien podría llamársele derecho de la globalización.299
El profesor Juan Carlos Velázquez Elizarrarás, señala al respecto que: “A pesar
de que la comprensión de los contenidos del DIE tiene antecedentes remotos, no
fue sino hasta los años sesenta del siglo XX, que éstos comenzaron a ser ordenados
sistemáticamente en torno a una disciplina especializada, aunque inmersa en el
DIPb. Sin embargo, una serie de contenidos aparentemente residuales como la
regulación monetaria, la transferencia de tecnología, los efectos migratorios y
laborales de los flujos económicos, el derecho al libre comercio, el derecho de la
competencia, las corrientes financieras, entre muchos, no se consideraban
componentes tradicionales ni del DIPb ni del derecho internacional privado (DIPr).300
A la luz de lo expuesto, también es claro que el DIE, si bien tiene un núcleo
operativo en actividades económicas realizadas a través de un intrincado número
de relaciones de derecho privado entre personas de distintos Estados (componente
de DIPr), dispone de un marco de regulación propia del derecho público, y afectado
además, por la dinámica de las relaciones internacionales (componente de DIPb).
En este contexto, el asunto parece encaminarse no tanto a propugnar la autonomía
del DIE, sino de reconocer su relativo acomodo en el DIPb, pero admitiendo que
tiene connotaciones y componentes mixtos, de naturaleza dual pues, lo cual previene
justamente de encasillarlo con rigidez en cualquiera de las dos categorías
tradicionales del estudio jurídico internacional. Ahora bien, como el derecho
299
VELÁZQUEZ, Elizarrarás, Juan Carlos, “Visión sociológica del impacto de la globalización en
el derecho internacional”,en Eugenio García Flores (coord.), Globalización y derecho internacional
en la primera década del siglo XXI, Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM, México, 2013,
pp.3-38.
300
Reseña del libro: “Derecho internacional económico. Instituciones y críticas contemporáneas”
de José David Enríquez Rosas de editorial Porrúa, México, 2006, realizada por el Dr. Juan Carlos
Velázquez Elizarrarás. Anuario Mexicano de Derecho Internacional, versión impresa ISSN 1870-
4654, AMDI, vol. 8, México, 2008, IIJ, UNAM.
184 PAULINO E RNESTO ARELLANES JIMÉNEZ
301
Ibídem. Las cursivas son mías.
302
Reseña del libro: “Derecho internacional económico. Instituciones y críticas contemporáneas”,
op. cit.
303
“Derecho económico internacional”, disponible en: http://agutierrezr.4t.com/rich_text_1.html.
CAPÍTULO 5. LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES COMO SUJETOS DEL DERECHO... 185
304
“El derecho internacional económico y la gobernabilidad de las organizaciones económicas
internacionales: un análisis jurídico-político”.Juris Tantum Revista Boliviana de Derecho, versión
On-line ISSN 2070-8157, Rev. Bol. Der. v.13 Santa Cruz de la Sierra ene. 2012.
305
VELÁZQUEZ, Elizarararás, Juan Carlos, Estudios avanzados de derecho internacional
público en ciencias políticas y sociales, FCPS, UNAM, México, 2008, ver el Capítulo VI “Avances
del derecho internacional público en tres versiones significativas: la economía, el desarrollo y la
negociación”, pp. 199-246.
186 PAULINO E RNESTO ARELLANES JIMÉNEZ
erigiéndose como pilares principales, siendo uno de los elementos atinentes a los
Estados la soberanía, y el relativismo que ella implica, el cual se traduce en que
estos “sólo se obligan si manifiestan su consentimiento en obligarse, y los Estados
no están obligados a someter sus diferencias a órganos jurisdiccionales de solución
de controversias, a menos que lo hayan acordado de manera previa”.306
A la luz de todo lo dicho, es válido reiterar que el derecho internacional económico
es un sistema jurídico especial que tiene por tarea principal ordenar y regular el
complejo de relaciones internacionales de carácter económico que se suscitan
principalmente entre los Estados y los otros sujetos reconocidos del Derecho
Internacional, léase en este caso, las empresas transnacionales. Este sistema
jurídico que fue concebido para que coexistan normas internas e internacionales,
es una rama especializada del Derecho Internacional Público.307
306
FERNÁNDEZ de Casadevante, C. Derecho Internacional Público, Dilex, Madrid, 2003, R I
17.2; citado por: Marcos Javier. “La aparición de la empresa, España. Disponible en: http://
html.rincondelvago.com/aparicion-de-la-empresa.html Consultado el 3 de agosto de 2015.
307
QURESHI, A., International Economic Law, Sweet & Maxwell, Londres, 1999, pp. 6-8; citado
por: citado por: Marcos Javier. “La aparición de la empresa”, España. Disponible en: http://
html.rincondelvago.com/aparicion-de-la-empresa.html Consultado el 3 de agosto de 2015.
308
Véase: BUJARIN, Nicolai, La economía mundial y el imperialismo, Cuadernos de pasado y
presente, 1978; así como a LENIN, Vladimir I., El imperialismo, fase superior del capitalismo (Ensayo
Popular), Ediciones en lenguas extranjeras, Pekín, RPChina, 1975, primera edición 1966..
309
Ibidem
CAPÍTULO 5. LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES COMO SUJETOS DEL DERECHO... 187
las ganancias obtenidas en las sucursales las llevan a las casas matrices. En la
medida que la relación matriz–filial subsiste, la matriz industrializa las materias
primas que extrae de los países donde se localizan las filiales o sucursales, de
manera que la asimetría de valor entre las materias primas y los bienes o productos
industrializados permite crear una relación de dependencia entre países
industrializados y los países del llamado tercer mundo.310 Esta relación continuó
en la guerra fría, porque en este período impera la relación Norte-Sur, y que para
los neo marxistas es la relación de Centro-Periferia.311
En la década de los setenta, varios eventos y conflictos internacionales provocan
la gran crisis del capitalismo mundial: la crisis petrolera, la guerra de Vietnam, los
déficit fiscales de Estados Unidos y la reconstrucción, la irrupción de la inflación
mundial y por ende, la consolidación de los nuevos competidores de Estados Unidos
como Europa Occidental y Japón. Esta crisis del capitalismo –una de tantas que
continúan ocurriendo– provocó que variaciones en la reestructuración de las empresas
multinacionales dieran lugar a lo siguiente: nuevas estrategias de competencia,
acrecentamiento de la relación Norte-Sur, innovaciones tecnológicas y nuevos
procesos productivos; pero lo más sobresaliente fue el rompimiento de las fronteras
nacionales para dar cabida a la transnacionalización de capitales, y de aquí las
empresas se denominarán Empresas Transnacionales, correspondiendo
precisamente a la transnacionalización del capitalismo, en donde además de los
bienes y productos materiales conducidos por la inversiones extranjeras directas
se irán imponiendo también los capitales indirectos, particularmente los bursátiles,
los bancarios y los financieros en general, incluyendo los tecnológicos, que
indudablemente ayudarán a los países centrales a superar sus crisis.312
Ciertos autores coinciden en lo mencionado, pero además citan fechas
específicas en la evolución de las empresas trasnacionales desde el siglo XIX
hasta la fecha. Es indudable que el nacimiento de las empresas multinacionales,
tiene su origen en el comercio internacional. Se inicia a fines del siglo XIX, sufre un
estancamiento en el periodo de las dos guerras mundiales, y resurge
vertiginosamente a partir de la década de los cincuenta; además se distinguen con
precisión los siguientes periodos:
310
ARELLANES, Jiménez, Paulino Ernesto, “La geopolítica de las empresas transnacionales y el
Estado”. Inédito, apoyado en forma referencial en: Mattelart, Ruy Marini, Teotonio do Santos, ERA,
México, 1980.
311
Nikos Putlanzas, Samir Amín, Inmanuel Walestein, entre otros, hacen alusión a los conceptos
de ‘Centro-Periferia’ y ‘Norte-Sur’
312
ARELLANES, Jiménez, Paulino Ernesto, Crisis capitalista e inversiones extranjeras. Editores
Unidos Mexicanos, México, 1996.
188 PAULINO E RNESTO ARELLANES JIMÉNEZ
313
“Origen y causas de la evolución de las empresas multinacionales”. Disponible en: http://
www.gestiopolis.com/origen-y-causas-de-la-evolucion-de-las-empresas-multinacionales/
Consultado el 4 de agosto de 2015.
CAPÍTULO 5. LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES COMO SUJETOS DEL DERECHO... 189
Todo esto tiene lugar al unísono con el triunfo del capitalismo para convertirlo en
capitalismo mundial al no existir contraparte como en la guerra fría, y en este
sentido la empresa transnacional es el ariete de la globalización y de la
mundialización del capitalismo.315 De esta suerte, que claro que las empresas
transnacionales evolucionan al ritmo y pauta del capitalismo, es más, le dan la
fortaleza al sistema capitalista, para alcanzar rangos de internacionalidad,
transnacionalidad y globalidad.
En complemento a lo expresado, cabe preguntarse nuevamente, si se podría
fijar una fecha aproximada del auge de estas empresas? Al respecto, he dicho en
un trabajo anterior que:
314
Concepto que se refiere cuando las empresas transnacionales se interna en los Estados
para sus negocios en todos los ámbitos.
315
COLLINS, Joseph D., “Las corporaciones globales y la política de los Estados Unidos hacia
América Latina”, en John Saxe-Fernández. Ciencia Social y Política Exterior. Centro de Estudios
Latinoamericanos de la Universidad Nacional Autónoma de México, 1978, y Paulino Ernesto Arellanes
Jiménez, La empresa transnacional, Leviatán del Siglo XXI, op. cit.
190 PAULINO E RNESTO ARELLANES JIMÉNEZ
316
Centro de Investigación y Docencia Económicas, La Comisión Trilateral y la coordinación
de políticas del mundo capitalista, Cuadernos Semestrales, Número 2-3, CIDE, México, mayo de
1978.
317
AMUCHÁSTEGUI, Ma. Cristina y SÁNCHEZ, Guillermo E., Las corporaciones económicas
multinacionales, su status jurídico y su incidencia en la política de los estados, Gernika, Barcelona,
2005, pp.14-15.
318
MARCOS, Javier, “La aparición de la empresa transnacional”, España; disponible en el
siguiente sitio we:
http://html.rincondelvago.com/aparicion-de-la-empresa.html consultado el 3 de agosto de 2015
319
HERDEGEN, Matthías, Derecho económico internacional, Universidad del Rosario, IIJ-UNAM,
México, 2012, ver la cuarta parte “Derecho internacional de las empresas”, pp. 329-356.
CAPÍTULO 5. LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES COMO SUJETOS DEL DERECHO... 191
autonomía en las líneas que afectan al nivel operativo. Esto sucede porque pueden
existir condicionantes geográficos, sociales, económicos, político, culturales,
religiosos y legales que aconsejen este sistema de funcionamiento. Los directores
de las filiales extranjeras deben conocer el sector en el que está ubicada la empresa
y también han de prestar atención a los cambios que se producen en el entorno
nacional que les rodea.320
La empresa transnacional es, según Raymond Vernon, “una compañía que intenta
conducir sus actividades en una escala internacional, como quien cree que no
existen fronteras nacionales, sobre la base de una estrategia común dirigida por el
centro corporativo”. Otra descripción que se ha hecho de las empresas
transnacionales, a las que algunos autores prefieren llamar sociedades
transnacionales, es la que realiza el Departamento de Comercio de los Estados
Unidos: “Las filiales son articuladas en un proceso integrado y sus políticas son
determinadas por el centro corporativo en términos de las decisiones relacionadas
con la producción, la localización de plantas, las formas de los productos, la
comercialización y el financiamiento”.
Según la Corte de Justicia de las Comunidades Europeas (en el caso 270/83 de
1986), una empresa transnacional está constituida por una sociedad matriz, creada
de conformidad con la legislación de un país determinado, que se implanta en
otros países mediante inversiones directas, sin crear sociedades locales o mediante
filiales que se constituyen como sociedades locales, de conformidad con la
legislación del país huésped. La Corte Suprema Argentina dijo en 1973 que cuando
el status jurídico de la filial hace aparecer a ésta como una entidad independiente
es preciso “levantar el velo” de la ficción jurídica y establecer la realidad económica,
de modo que la sociedad matriz no pueda eludir sus responsabilidades. Es decir
que la sociedad transnacional, aunque tenga la apariencia jurídica de una pluralidad
de sociedades, constituye, en lo esencial, una unidad económica con un centro
único con poder de decisión.321
Hoy en día, en que la apertura de los Estados-nación a la inversión extranjera
está orgánicamente presente como una de las características de la globalización
económica, las empresas transnacionales son las encargadas de encabezar y
conducir dicho proceso, razón por la cual la urdimbre de sus relaciones productivas,
financieras y comerciales devienen en complejas redes globales, haciendo que
sus intereses a niveles macro y microeconómicos se mundialicen permeando
transversalmente las relaciones Norte-Sur, Sur-Sur, Norte-Norte, Este-Oeste, y así
por el estilo.
En otra perspectiva habremos de ubicar con el rango de sociedad mercantil
transnacional a
320
Ver el Capítulo 4 del presente libro del profesor Juan Carlos Velázquez Elizarrarás, “Estudio
dinámico del derecho de las relaciones privadas internacionales: nacionalidad, reconocimiento y
estrategias societarias en el tráfico jurídico”.
321
TEITELBAUM, Alejandro. “Empresa transnacional”. Disponible en: http://omal.info/
spip.php?article4802.
192 PAULINO E RNESTO ARELLANES JIMÉNEZ
322
“Conceptos y significados de empresa transnacional”. También se encuentra disponible en
el sitio: http://edukavital.blogspot.mx/2013/01/definicion-de-empresa-transnacional.html.
323
“Conceptos y significados de empresa transnacional”, op. cit.
CAPÍTULO 5. LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES COMO SUJETOS DEL DERECHO... 193
324
A este respecto, Cfr. Institut de Droit International. Session de Rome, 7 de septiembre 1973,
2è Commission. Entreprises multinationales. Note du raporteur en but de la réunion du 8 septembre
1973; citado por: Romualdo Bermejo García, “Las empresas transnacionales como actores y sujetos
«potenciales» en la sociedad internacional”. Disponible en: http://app.vlex.com/#vid/409049238.
325
“Origen y causas de la evolución de las empresas multinacionales”, op. cit.
326
Ibidem.
194 PAULINO E RNESTO ARELLANES JIMÉNEZ
327
VELÁZQUEZ, Elizarrarás, Juan Carlos, “Sujetos del tráfico jurídico externo. Persona jurídica
o moral”, en Nuria González Martín (coord.), Lecciones de derecho internacional privado mexicano.
Parte especial. Derecho civil internacional, Editorial Porrúa, UNAM, México, 2008, pp. 401-524.
CAPÍTULO 5. LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES COMO SUJETOS DEL DERECHO... 195
328
TEITELBAUM, Alejandro, “El papel de las sociedades transnacionales en el mundo
contemporáneo”: Documento de trabajo para el seminario sobre las sociedades transnacionales.
Séminaire de travail: Les activités des sociétés transnationales et la nécessité de leur encadrement
juridique, Céligny, Genève, 4-5 mai 2001. Edition: CETIM/AAJ, pp. 7-8.
329
Supra.
330
Véase: Jurisprudencia de la Corte Permanente de Justicia Internacional, citada por Rigaux,
op. cit., citado en supra, p. 8.
196 PAULINO E RNESTO ARELLANES JIMÉNEZ
Una vez aclarada en lo general tal discusión, cabe redefinir lo que debemos
entender por empresa transnacional, aun cuando ya hemos analizado ciertas
definiciones en el epígrafe anterior.333 En este sentido, tenemos que: “Las empresas
331
REMIRO, Brotóns, Antonio, con Riquelme Cortado y Díez-Hochleitner, Derecho internacional,
McGraw- Hill/Interamericana de España, S.A.U., Madrid, España, 1997.
332
VELÁZQUEZ, Elizarrarás, Juan Carlos, Programa de Estudio de la materia de Derecho
Internacional Público, FCPS, UNAM, México, 2008, p. 3.
333
La jurisprudencia de la Corte Permanente de Justicia Internacional, citada por Rigaux, op. cit,
nota 12. Citado por: Alejandro Teitelbaum, op. cit.
CAPÍTULO 5. LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES COMO SUJETOS DEL DERECHO... 197
334
Al respecto consultar a: MUÑOZ, Fraga, Rafael, Derecho económico, Editorial Porrúa-
Facultad de Derecho UNAM, México, 2015.
335
PÉREZ, Bernal, Yoelsy, Yordani Puentes Santos, Yankiet Echevarría Castellanos, “Impacto
de las empresas transnacionales sobre los Derechos Humanos”, disponible en el sitio web: http://
www.ambito juridico.com.br/site/index.php?n_link=revista_artigos_leitura&artigo_id=5425
336
“Las empresas trasnacionales”, también se le encuentra disponible en el sitio de internet:
http://catarina.udlap.mx/u_dl_a/tales/documentos/lri/cortes_m_cg/capitulo1.pdf [15 de junio de 2015].
198 PAULINO E RNESTO ARELLANES JIMÉNEZ
con sus objetivos y prioridades nacionales. Ningún Estado deberá ser obligado
a otorgar un tratamiento preferencial a la inversión extranjera.
2º. Todo Estado tiene derecho de reglamentar y supervisar las actividades de
empresas transnacionales que aparecen dentro de su jurisdicción nacional y
adoptar medidas para asegurarse de que esas actividades se ajustan a sus
leyes, reglamentos y disposiciones y estén de acuerdo con sus políticas
económicas y sociales. Las empresas transnacionales no intervendrán en
los asuntos internos del Estado al que acudan y todo Estado deberá, teniendo
en cuenta sus derechos soberanos, cooperar con otros Estados en el ejercicio
del derecho a que se refiere este inciso (…).337
337
Ver a: VÁZQUEZ, Daniel, “Las Empresas Transnacionales Como Sujetos de Derecho
Internacional Público”, que s e encuentra disponible en el s itio web: http://
danielmvazquez91.blogspot.mx/2013/12/las-empresas-transnacionales-como.html
338
FUENTES CANO, María del Carmen, “Las empresas transnacionales como sujetos de derecho
internacional. El caso de British Petroleum”, disponible en: http://dip-unistmo.blogspot.mx/2010/06/
las-empresas-transnacionales-como.html
339
La Asamblea General de las Naciones Unidas creó en 1948 la Comisión de Derecho
Internacional para asumir el desarrollo progresivo y la codificación del derecho internacional bajo el
artículo 13 de la Carta de las Naciones Unidas.
CAPÍTULO 5. LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES COMO SUJETOS DEL DERECHO... 199
340
PALACIOS, Luna, Manuel R., El derecho económico en México, Editorial Porrúa, México,
2004, ver la Unidad 1 “Conceptos fundamentales del derecho económico”, pp. 3-26.
341
ROMUALDO Bermejo García, op. cit.
342
RÁBAGO, Dorbecker, Miguel, Derecho de la inversión extranjera en México, Editorial Porrúa-
Universidad Iberoamericana, México, 2004.
200 PAULINO E RNESTO ARELLANES JIMÉNEZ
343
REMIRO Brotóns, op. cit, p.1102.
344
Olga Martin Ortega Empresas Multinacionales y Derechos Humanos en Derecho
Internacional. Tapa blanda – 19 dic 2007. J.M. Bosch Editor; Edición: 1 (19 de diciembre de 2007).
Citado por: Romualdo Bermejo García (Catedrático de Derecho Internacional Público y Relaciones
Internacionales de la Universidad de León) “Las empresas transnacionales como actores y sujetos
«potenciales» en la sociedad internacional”. Disponible en: Disponible en: http://app.vlex.com/#vid/
409049238
345
Cfr. “La subjetividad internacional”. Disponible en: http://derecho.isipedia.com/tercero/derecho-
internacional-publico/parte-2-la-sociedad-internacional-y-sus-miembros-los-sujetos-del-derecho-
internacional/09-la-subjetividad-internacional-i
CAPÍTULO 5. LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES COMO SUJETOS DEL DERECHO... 201
346
Cfr. ARELLANES, Jiménez, Paulino E., “Actor Global, la Empresa Transnacional”, en el mismo
autor (coord.), Escenarios, Actores y Conflictos internacionales, Editorial Patria, México 2008; pp.
117 y ss.
347
El principio Rebus Sic Stantibus, significa que un cambio esencial en las circunstancias bajo
las cuales un tratado ha sido concluido, es causa suficiente para que la parte perjudicada pueda
demandar su revisión.
348
ARRELLANES Jiménez, Paulino Ernesto, Regulaciones internacionales de las inversiones
extranjeras directas y de las empresas transnacionales, op. cit., pp. 125 y ss.
202 PAULINO E RNESTO ARELLANES JIMÉNEZ
349
Cfr. “La subjetividad internacional”. Disponible en: http://derecho.isipedia.com/tercero/derecho-
internacional-publico/parte-2-la-sociedad-internacional-y-sus-miembros-los-sujetos-del-derecho-
internacional/09-la-subjetividad-internacional-i
CAPÍTULO 5. LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES COMO SUJETOS DEL DERECHO... 203
Para finalizar esta interesante discusión, que queda sin duda abierta en el de-
bate doctrinal y la práctica internacional de esta era de la globalidad, es pertinente
350
BARBERIS, Julio, A. Los sujetos de Derecho Internacional actual, Editorial Tecnos, Madrid,
1984, pp. 184 y ss. Citado por María Cristina Amuchastegui y Guillermo Elías Sánchez, “Las
corporaciones económicas multinacionales, su status jurídico y su incidencia en la política de los
Estados”, INJURE Revista Científica de Ciencias Jurídicas y Notariales, p. 20. Disponible en: Arg./
http://injure.unlar.edu.ar.
204 PAULINO E RNESTO ARELLANES JIMÉNEZ
351
Supra, pp. 20-21.
352
TEITELBAUM, Alejandro, “El papel de las sociedades transnacionales en el mundo
contemporáneo”.
Documento de trabajo para el seminario sobre las sociedades transnacionales. Séminaire de
CAPÍTULO 5. LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES COMO SUJETOS DEL DERECHO... 205
travail. Les activités des sociétés transnationales et la nécessité de leur encadrement juridique,
Céligny, Genève, 4-5 mai 2001, Edition: CETIM/AAJ, p.21.
353
Para tener otro enfoque del problema véase: VELÁZQUEZ, Elizarrarás, Juan Carlos y
MURGUÍA, Rosete, Antonio, Responsabilidad internacional penal y cooperación global contra la
criminalidad, FCPS, UNAM, México, 2004, especialmente la parte “3.3. La responsabilidad penal de
las empresas transnacionales”, pp. 154-163.
206 PAULINO E RNESTO ARELLANES JIMÉNEZ
354
Consejo Económico y Social de la ONU. COMISIÓN DE DERECHOS HUMANOS Subcomisión
de Promoción y Protección de los Derechos Humanos 55º período de sesiones Tema 4 del programa.
DERECHOS ECONÓMICOS, SOCIALES Y CULTURALES. Sr. Alfonso Martínez, Sr. Guissé, Sr.
Kartashkin, Sr. Park y Sr. Weissbrodt: proyecto de resolución. 2003/... Responsabilidad de las
empresas transnacionales y otras empresas comerciales en la esfera de los derechos humanos.
Distr. GENERAL E/CN.4/Sub.2/2003/L.8 7 August 2003. Disponible en: http://www.unhchr.ch/
Huridocda/Huridoca.nsf/0/34308299d2c2e0efc1256d8100218a18
CAPÍTULO 5. LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES COMO SUJETOS DEL DERECHO... 207
Reflexiones finales
355
Comisión de Derechos Humanos de la ONU, Subcomisión de Promoción y Protección de los
Derechos Humanos, 55º período de sesiones, Tema 4 del programa, ECOSOC/ONU, Derechos
económicos, sociales y culturales normas sobre las responsabilidades de las empresas
transnacionales y otras empresas comerciales en la esfera de los derechos humanos, Distribución
general E/CN.4/Sub.2/2003/12/Rev.2 26 de agosto de 2003.
CAPÍTULO 5. LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES COMO SUJETOS DEL DERECHO... 209
CAPÍTULO 6
APRENDIZAJE DEL DERECHO DE GUERRA (IUS BELLI) EN EL
ANÁLISIS CLÁSICO DEL RÉGIMEN INTERNACIONAL DE NEUTRALIDAD
Introducción
En el estudio y la enseñanza-aprendizaje del derecho internacional público en
especialidades de las ciencias sociales y en humanidades, es de gran utilidad
cuando nos vemos en la necesidad de realizar el análisis de un problema o un
caso relacionado con esta vasta e importante disciplina jurídica, poder conocer
cuál es el contenido del Derecho vigente, pues generalmente nos topamos con el
obstáculo de no poder contar con un cuerpo de normas debidamente estructurado,
donde con toda claridad se exprese su contenido. En el caso de la figura de la
neutralidad, que ha recorrido el transcurrir de las relaciones internacionales a lo
largo de los siglos, nos encontramos con que no existen normas debidamente
codificadas sobre el tema, por lo que debemos proceder a desentrañar cuáles son
las reglas aplicables en esta institución jurídica y política concreta. Es decir,
debemos recurrir a los tratados internacionales sobre la materia para precisar la
práctica internacional y recurrir al análisis de los diversos actos y productos de las
relaciones entre Estados y aún a sus manifestaciones unilaterales, para determinar
cuál es la costumbre internacional que como práctica es aceptada como derecho
y, desde luego complementarla con la doctrina de los principales publicistas. Por
esta razón, hemos decidido elaborar este estudio a fin de aportar lo que a nuestro
criterio son los elementos capitales sobre los que podemos considerar se pueden
identificar las normas vigentes respecto a una actitud tan importante como violentada
* Profesor Titular “C” de Carrera, Nivel PRIDE “D”, Investigador-Nacional. Doctor en Relaciones
Internacionales por la UNAM. Decano del H. Consejo Técnico de la FCPyS. Director del Seminario
Permanente de Derecho Internacional del CRI-FCPyS.
212 JOSÉ ANTONIO MURGUÍA ROSETE
Antecedentes
Como punto de partida del presente capítulo es necesario definir qué es lo que
debemos entender por neutralidad, cuál es el contenido y cuáles son las diversas
acepciones del término, el origen de esta figura, las causas que pautaron dicho
origen, los eventos históricos que lo han modelado y la forma en que evolucionó,
así cómo cuál ha sido la forma en que en la práctica internacional ha operado, en
especial la consideración o el respeto que la comunidad internacional le ha
dispensado a esta figura.357
Al efectuar un repaso de los diversos eventos históricos, en primer lugar
encontramos una interminable serie de conflictos de carácter violento, que en mayor
o menor medida podemos encuadrar como bélicos y en cuya mayoría de ellos es
posible detectar la tendencia habitual de extender las controversias y hostilidades
hacia terceros vía el involucramiento directo en las acciones violentas o recabando
o exigiendo la ayuda. La historia nos proporciona múltiples episodios que ilustran
estas situaciones como fue el caso de los Melianos en la Guerra del Peloponeso
relatado por Tucídides, en el cual los atenienses se opusieron a que los Melianos
permanecieran neutrales en la guerra que sostenían con Esparta y finalmente los
derrotaron.358
Asimismo notamos que los diversos Estados no directamente involucrados en
el conflicto tratan de sustraerse del mismo o limitar su participación o los daños
producidos, pudiendo deberse estas actitudes tanto a la debilidad del Estado o
grupo, como al desinterés por los problemas ajenos o la estrategia, que puede ir
356
Para una mejor comprensión y actualización del Derecho de Guerra (Jus Belli) y del régimen
internacional de la Neutralidad, se recomienda el reciente libro de SEARA, Vázquez, Modesto y
LOZANO, Vázquez, Jorge Alberto (coord.), Después de la Tragedia. A 70 Años de la Segunda
Guerra Mundial, Universidad del Mar, AMEI, Huatulco, México, 2015.
357
En las relaciones internacionales se considera a la neutralidad “un concepto legal que
incluye derechos y deberes establecidos, tanto para un Estado que se abstiene de tomar parte en
una guerra, así como para las partes beligerantes”, EVANS, Graham y NEWNHAM, Jeffrey, The
Penguin Dictionary of International Relations, Londres: Penguin Books, 1998, p. 366. Citado por
Roberto Russell y Juan Gabriel Tokatlian, Neutralidad y política mundial. Una Mirada desde las
Relaciones Internacionales, p. 14.
358
La historia del Peloponeso registra un ilustrativo debate realizado para determinar si los
Melianos deberían participar o no en la guerra del Peloponeso que su parte trascendente expresó:
“Ante la pregunta de los delegados melianos: “si permanecemos inactivos, ¿no aceptareis ser
amigos en vez de enemigos, sin ser aliados de ninguno de los dos bandos?”, sus pares atenienses
respondieron de modo categórico: “No, pues no nos perjudica tanto vuestra enemistad como
vuestra amistad justificada por nuestra debilidad, ya que para los súbditos el odio es un ejemplo
manifiesto de poder”. La insistencia de los melianos en preservar su neutralidad en la guerra del
Peloponeso los condujo a una terrible derrota por parte de Atenas. TUCÍDIDES, Historia de la guerra
del Peloponeso, Madrid: Ediciones Cátedra, 1988, p. 481. Citado por Roberto Russell y Juan Gabriel
Tokatlian, Neutralidad y política mundial. Una Mirada desde las Relaciones Internacionales, p.30.
CAPÍTULO 6. APRENDIZAJE DEL DERECHO DE GUERRA (IUS BELLI) EN EL... 213
desde determinar un mejor momento para involucrarse o esperar a que los eventos
se inclinen a favor de una de las partes, a fin de entrar al juego, cuando las cartas
se conocen y se puede participar y ganar sin riesgos o con costos mínimos. Desde
luego también se puede excluir un Estado o grupo de un conflicto, como práctica
permanente, por el recuerdo de experiencias pasadas o por tener una posición
vulnerable, que haga que en cualquier caso los riesgos puedan ser
desproporcionados a cualquier beneficio que se pudiera tener.
Adicionalmente pueden consultarse las opiniones de los principales teóricos
de las relaciones internacionales que analizan y recomiendan o rechazan la adopción
de la neutralidad según la óptica de cada uno de ellos, destacando la perspectiva
de los realistas que no recomiendan la neutralidad sino que se debe intervenir en la
guerra, ya que se corre el riesgo de ser siempre presa del vencedor, con “satisfacción
y alegría del vencido y sin que se pueda alegar razón alguna que justifique su
conducta y le defienda del conquistador. Porque quien vence no quiere amigos
sospechosos que dejen de ayudarle en la adversidad, y el que pierde rechazará su
amistad por no haber querido protegerlo con las armas”.359
En el transcurso de los años, poco a poco las características de esta figura se
comienzan a definir, estableciéndose como elemento base que todo Estado que
se declare neutral debe mantener la imparcialidad en su trato con los contendientes,
imparcialidad que debe reunir una serie de condiciones para ser estimada como
tal, misma que se trató de definir con alguna precisión hasta el siglo XIX.
Por neutral debe entenderse a quien no se inclina por ninguno de los
contendientes, no participa en una guerra ni auxilia, apoya o proporciona elementos
que puedan ser usados en una contienda por alguna de las partes. Así pues, el
estado de neutralidad requiere en primer lugar que el sujeto de derecho internacional
público no participe en un conflicto bélico, es decir, el Neutral, solo tiene existencia
durante una guerra internacional o en una guerra civil, si la facción contendiente ha
recibido el reconocimiento de beligerancia (calidad de beligerante o insurgente).
En principio, debería ser en todo caso un acto facultativo, voluntario y libre de un
estado, ya que él mismo condiciona la aplicación de un conjunto de normas jurídicas
que establecen derechos y obligaciones para el neutral y terceros; sin embargo,
en la práctica internacional, el estado de neutralidad se puede imponer por otros
Estados.
Para precisar lo que la practica internacional ha querido establecer como
neutralidad y los deberes y derechos de los entes y las personas neutrales en
caso de guerra, es indispensable examinar algunos de los más importantes
instrumentos internacionales concluidos por los Estados que con mayor frecuencia
se han involucrado en los conflictos armados, por lo cual, analizaremos una serie
de principios que se pueden deducir de los múltiples tratados en que se toca el
tema y muy señaladamente el V Convenio de La Haya relativo a los Derechos y a
los Deberes de las Potencias y de las Personas Neutrales en Caso de Guerra
Terrestre de 1907. De hecho, merece recordar que el primer convenio internacional
fue la Declaración de Paris de 1856 relativa al Derecho Marítimo en la que junto con
359
Ver el amplísimo estudio de Roberto Russell y Juan Gabriel Tokatlian, supra, p. 31, y además
en dicha obra un extenso estudio sobre las diversas posiciones teóricas.
214 JOSÉ ANTONIO MURGUÍA ROSETE
360
Ver: Convenio V de la Haya relativo a los derechos y a los deberes de las potencias y de las
personas neutrales en caso de guerra terrestre, de 1907.
CAPÍTULO 6. APRENDIZAJE DEL DERECHO DE GUERRA (IUS BELLI) EN EL... 215
1. Concepto de Neutralidad
361
SEARA, Vázquez, Modesto (coord.), La sociedad internacional amorfa. Soluciones
inadecuadas para problemas complejos, UMAR, UNAM, FCPS, México 2011.
216 JOSÉ ANTONIO MURGUÍA ROSETE
actúen como consideren conveniente, ni como les convenga y poco a poco han
acordado lo que está permitido realizar en una guerra, con lo cual, han establecido
un conjunto de reglas para hacerla menos cruel y destructiva, y al tiempo que han
procedido a elaborar las normas a las que acuerdan someterse, han debido
contemplar la regulación de una institución conexa que es precisamente, la
neutralidad.
Así, ha resultado que la neutralidad es la institución que consagra los derechos
y las obligaciones de los Estados que por cualquier causa no participan en una
guerra, a cuyo efecto se ha integrado un cuerpo normativo de carácter jurídico que
rige tanto derechos como obligaciones de las partes beligerantes y neutrales así
como las relaciones entre los beligerantes y los neutrales.362
El estudio de la neutralidad tomó impulso tras los acontecimientos de la Segunda
Guerra Mundial, algunos de los cuales posteriormente trataremos, en los que la
norma fue la violación del estado de neutralidad de diversos países y el excepcional
respeto a uno de ellos: se trató de precisar diversa situaciones, tales como señalar
que ser neutral no implica ignorar los acontecimientos y los problemas o efectos
que producen, ya que la neutralidad no los releva de participar en la vida y la
política mundial.
Del examen de la historia podemos desprender que existen dos posiciones
respecto a la neutralidad que se adoptan por los Estados o posibles beligerantes:
la primera por aquellos que tienen compromisos o intereses con uno o ambos
contendientes, por lo cual no les es conveniente participar en el evento, ya que o
incumplirían compromisos contraídos con anterioridad con alguno de ellos o
afectarían intereses frecuentemente importantes en el otro caso: por lo cual, ante
la eventualidad de salir perjudicados o carecer de utilidad el involucrarse, optan por
mantenerse al margen del conflicto. Desde luego, esta posición normalmente es
para un evento o una serie de eventos entre los mismos o similares contendientes,
por lo que no es una actitud o voluntad permanente de abstenerse de participar en
accione bélicas.
El segundo grupo de quienes se decantan por la neutralidad, lo conforman
Estados que tienen o están forzados por su situación a adoptar una posición
pacifista, a causa de su ideología o principios morales, su situación geográfica,
362
ARELLANO, García, Carlos, Derecho Internacional Público, Porrúa, México, 1998. Este autor
mexicano considera que: “es una institución jurídica porque hay un conjunto de relaciones jurídicas
unificadas con una finalidad común. Esta finalidad es que el conflicto no se expanda. No es una
situación fáctica. Se trata de una auténtica situación jurídica. Emergen derechos y obligaciones
necesarias para hacer posible la convivencia entre los países neutrales y los beligerantes, con el
menor número de afectaciones posibles. Hay derechos y obligaciones recíprocos. Aún en el caso
de estar obligado por algún tratado anterior la abstención de participar en la guerra es una prerrogativa
de todo Estado. Puede decidir no respetar la obligación internacional y permanecer neutral. La
neutralidad se suscita no sólo respecto de guerra internacional entre dos países distintos. Puede
manifestarse por un estado como una actitud frente a una guerra externa o interna, sin más
requisito que, la organización insurgente haa sido reconocidad como beligerante. La neutralidad es
deseable en elmplano internacional en cuanto a que evita que el conflicto se extienda a otros
países”. Ideas citadas por Juan Carlos Velázquez Elizarrarás, en sus apuntes: Nuevos perfiles de
la institución de la neutralidad en el Derecho Internacional consuetudinario, 2014-2015, pp. 2 y 3.
CAPÍTULO 6. APRENDIZAJE DEL DERECHO DE GUERRA (IUS BELLI) EN EL... 217
normalmente vulnerable por la carencia de barreras naturales que los protejan o por
la vecindad de entes belicosos, agresivos o interesados en alguno de sus recursos
o posesiones; situación económica débil o insuficiente para afrontar a alguno de
sus vecinos; carencia de acceso directo e independiente a vías de comunicación
con el exterior, vgr., acceso al mar, o carencia de medios de trasporte amplios,
seguros y permanentes; carencia de materias primas o insumos básicos,
proveedores o mercados que los tornen vulnerables. Desde luego hay que considerar
que una variable de gran trascendencia para que la adopción del estatus de neutral
sea permanente o respetado por terceros, puede ser que la fortaleza militar del
neutral sea de tal magnitud, que la relación costo beneficio de atacarlo sea tan
desfavorable, que no existan alicientes para agredirlo.
Las diversas circunstancias que concurren en cada caso o las características
de cada ente involucrado en las contiendas, se transfiere a la figura de la neutralidad,
condicionando los alcances o el grado de implicación o abstención del neutral en
los eventos; así tenemos que de entrada la neutralidad puede ser total o parcial y
comprender aspectos jurídicos, políticos, militares o económicos. En todo caso, el
ente neutral debe considerar dentro de sus acciones, adicionalmente a las restantes
obligaciones de su condición, respetar los puntos de vista de los contendientes y
evitar manifestarse al respecto. Medir los equilibrios del poder, los efectos y alcances
de las alianzas y el peso de los actores y sus intereses es un aspecto clave para
la conservación de la neutralidad.
Como consecuencia de lo anterior, quien se declara neutral debe fijar con absoluta
precisión el alcance de sus compromisos y adoptar todas las medidas necesarias
tanto para cumplir con las obligaciones que su estatus exige, como para dar a
conocer las mismas y las medidas que decidió adoptar para su cumplimiento, así
como hacer evidente su existencia, efectividad y buena fe, todo ello para motivar a
los contendientes a respetar su posición y darles todo tipo de seguridades de que
la actitud que se adopta es real y no encubre situaciones irregulares.
Al efecto, el neutral debe precisar si su neutralidad es de carácter activo o
pasivo, lo cual se relaciona con la actitud que se desea asumir; si la neutralidad
será permanente o se circunscribe a un evento, un tiempo o a determinados sujetos
internacionales o nacionales.
Asimismo el neutral adoptará la modalidad de armarse o no, ya que el hecho de
observar una neutralidad armada en nada influye en la adopción del estatus de
neutral, ni en el cumplimiento de sus obligaciones, a las cuales en nada afecta la
mayor o menor fuerza de un Estado, si bien la imagen que proyecte hará más o
menos creíble su decisión o apetecible el afectarlo. No es necesario declarar si se
adoptara la neutralidad armada, pero es conveniente que trascienda por su efecto
motivador.
Cuando un Estado por decisión propia se declara neutral, debe hacerlo dando
al hecho la mayor publicidad posible, a fin de que no pueda alegarse desconocimiento
del hecho y sus alcances; lo mismo debería hacerse cuando la declaración de
neutralidad es impuesto por terceros, dado que si bien se adopta por conveniencia
de ellos, debe ser público el tipo y el alcance de las obligaciones asumidas o
impuestas, para verificar su cumplimiento.
Adicionalmente, no podemos soslayar el hecho de que independientemente de
los eventos destructivos propios de los teatros bélicos, hay acciones y efectos de
218 JOSÉ ANTONIO MURGUÍA ROSETE
2. Formas de neutralidad
1. Por su motivación:
363
VELÁZQUEZ, Elizarrarás, Juan Carlos, Teorías, temas y propuestas para el estudio crítico
de la Organización Internacional. Hegemonías, dependencia y cooperación en el Sistema Político
Mundial, FCPS, UNAM, México, 2011. Ver el capítulo 7 “Las grandes transformaciones del sistema
político mundial y su impacto en la organización y la cooperación internacionales”, pp. 176-200.
364
VELÁZQUEZ, Elizarrarás, Ibid., pp. 301-320, Capítulo 11 “Supranacionalismo, poder y conflicto
en la organización internacional”.
CAPÍTULO 6. APRENDIZAJE DEL DERECHO DE GUERRA (IUS BELLI) EN EL... 219
2. Por su origen:
3. Por su duración:
365
SEARA, Vázquez, Modesto, Derecho Internacional Público, Porrúa, México, 2004. En su p.
407 este distinguido autor señala que la neutralidad permanente o perpetua corresponde a los
Estados llamados “Neutralizados”, tales como Suiza, y antes de la Segunda Guerra Mundial, Bélgica,
Luxemburgo, Cracovia, Las Islas Jónicas, Congo, Albania, Honduras, Islas Samoa, Malta, Islandia,
Georgia, Estonia, Saboya, Suecia, Noruega y Islas Aaland.
220 JOSÉ ANTONIO MURGUÍA ROSETE
5. Por el interés:
6. Por su alcance:
7. Por el carácter:
8. Por su amplitud:
366
Un caso curioso señalado por el Dr. Juan Carlos Velázquez Elizarrarás, es el que se
presentó con la “declaración de guerra que algunos países neutrales hicieron en 1914 a Alemania,
sin apartarse de su neutralidad. Aunque jurídicamente eran beligerantes, de hecho no lo fueron,
sino neutrales. Tal fue el caso de Liberia, Panamá, Cuba, Haití, Honduras, Nicaragua y Guatemala”,
Neutralidad, op. cit., p.5.
367
POTEMKIN, Vladimir, P., y otros, Historia de la Diplomacia, Editorial Grijalbo, México, 1966,
Tomos II y III.
CAPÍTULO 6. APRENDIZAJE DEL DERECHO DE GUERRA (IUS BELLI) EN EL... 223
368
Firmaron Austria, Francia, Gran Bretaña, Prusia, Rusia, Cerdeña y Turquía.
369
Para mayor detalle véase: RENOUVIN, Pierre, Historia de las relaciones internacionales,
Aguilar Ediciones, España, 1960, Tomos I y II.
224 JOSÉ ANTONIO MURGUÍA ROSETE
370
TUNKIN, Gregori, Curso de derecho internacional, Editorial Progreso, URSS, 1980, Tomo II
Capítulo XX “Leyes y costumbres de guerra”, pp. 299-331.
371
REGLAMENTO SOBRE LAS LEYES Y COSTUMBRES DE LA GUERRA TERRESTRE. SECCIÓN
CUARTA, DE LOS BELIGERANTES INTERNADOS Y DE LOS HERIDOS CUIDADOS EN PAÍS NEUTRAL
Art. 57. El Estado neutral que reciba en su territorio tropas pertenecientes a los Ejércitos
beligerantes las internará, en cuanto sea posible, lejos del teatro de la guerra. Podrá guardarlas en
campamentos, y aun encerrarlas en fortalezas o en lugares propios para este fin y establecer una
oficina que concentre toda la información sobre ellos, misma que debe ser trasmitida a los Estados
contendientes interesados.
Art. 58. A falta de Convenio especial, el Estado neutral suministrará a los internados los víveres,
vestidos y socorros exigidos por la humanidad. Al hacer la paz, se hará la correspondiente
bonificación de los gastos ocasionados por la internación.
CAPÍTULO 6. APRENDIZAJE DEL DERECHO DE GUERRA (IUS BELLI) EN EL... 225
372
Ver: Cap. I arts., 1 a 10.
226 JOSÉ ANTONIO MURGUÍA ROSETE
l
Evitar la reincorporación a su ejército de los heridos y enfermos que reciba.
l
Aplicar la Convención de Ginebra a heridos y enfermos que reciba.373
l
La Convención de neutralidad marítima (Havana) del 20 de febrero
de1928.374
373
Ver: Cap II.
374
Texto tomado del libro del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Derecho Internacional
relativo a la conducción de las hostilidades, CICR, Suiza, 1996.
375
SIERRA, Manuel, J., Tratado de Derecho Internacional Público, Editora Nacional, México,
1963, ver la Sexta Parte “Guerra y Neutralidad”, “Neutralidad”, pp. 505-514.
CAPÍTULO 6. APRENDIZAJE DEL DERECHO DE GUERRA (IUS BELLI) EN EL... 227
La neutralidad ha sido uno de los temas que han preocupado a los Estados del
continente americano, de hecho surge con fuerza en 1939 con motivo de la Segunda
Guerra mundial ante el temor de que los Estados latinoamericanos pudieran verse
involucrados o afectados por el conflicto, temor que se fundaba en los
enfrentamientos navales de los contendientes europeos cada vez se aproximaban
más a los mares americanos, cosa que en especial preocupaba a los
estadounidenses, el Estado más próximo a los contendientes y que ya prestaba
apoyo a los ingleses. En efecto, se temía que ante los éxitos iníciales de los
alemanes más de alguno de los latinoamericanos se sumara o colaborará con el
grupo comandado por los germanos, básicamente proporcionándoles suministros
o bases de apoyo para sus flotas. El recuerdo de las gestiones alemanas durante
376
Este material fue extractado directamente de texto original de la Convención de la Habana.
228 JOSÉ ANTONIO MURGUÍA ROSETE
la Primera Guerra Mundial con México, que culminaron con los eventos derivados
del “Telegrama Zimmermann”, en los cuales se pedía a México participara en la
contienda atacando a los estadounidenses, estaba aún presente, y el temor de
que la contienda se propagara en toda América tenía bases.
A iniciativa de los Estados Unidos se convocó en Panamá a la “Primera Reunión
de Consulta de Cancilleres Americanos” para realizarse del 23 de septiembre al 3
de octubre de 1939, para tratar tres temas: “neutralidad, protección de la paz en el
hemisferio y cooperación económica para amortiguar los efectos de la guerra”. El
resultado de la reunión fue un claro consenso por la neutralidad en el conflicto,
cuyos alcances serían determinados por cada uno de los partícipes, quienes
deberían evitar que en cualquiera de sus territorios se establecieran bases de los
contendientes, o que se realizaran actividades que afectaran su neutralidad. Con la
intención de lograr un mínimo de uniformidad al establecer su condición y
obligaciones como neutrales, se formularon una serie de recomendaciones y se
creó un Comité Interamericano de Neutralidad (3 de octubre 1939) formado por
siete expertos. En el mismo tenor, decidieron alegar que tenían derecho a que la
zona marítima comprendida hasta una distancia de 300 millas de sus costas,
quedara libre de cualquier acto hostil de los contendientes no americanos. A estas
manifestaciones las conocemos como la “Declaración de Panamá”.377
El siguiente 13 de diciembre de 1939 se hizo evidente que los temores de los
Estados Americanos estaban más que fundados y lo precario de los derechos que
reclamaban. En efecto en una operación militar de gran impacto, se enfrentó la
flota inglesa con el acorazado Admiral Graf von Spee en “la Batalla del Rio de la
Plata” que se realizó dentro de la zona proclamada neutral; ante este hecho los
377
DECLARACIÓN DE PANAMÁ. El 3 de octubre de 1939, los representantes de los Estados
aprobaron la Resolución XV con el siguiente texto: Los Gobiernos de la Repúblicas Americanas,
reunidos en Panamá, han ratificado solemnemente su posición de neutrales en el conflicto que
quebranta la paz en Europa; pero la actual guerra puede llevar a derivaciones insospechadas que,
por su gravitación, afecten intereses fundamentales de América, y nada puede justificar que el
interés de los beligerantes prevalezca sobre los derechos de los neutrales, causando trastornos y
sufrimientos a pueblos que, por su neutralidad en la contienda y en lejanía del teatro de los
acontecimientos, no deben sobrellevar sus fatales y dolorosas consecuencias. El carácter de la
conflagración actual, a pesar de sus ya lamentables proporciones, no justificaría entorpecimiento
alguno de las comunicaciones interamericanas, que, fomentadas al calor de importantes intereses,
reclaman una protección adecuada. Esta realidad aconseja la demarcación de una zona de seguridad
que comprenda todas las rutas marítimas normales que sirven de comunicación y de intercambio
entre los países de América. No cabe duda de que los Gobiernos de las Repúblicas Americanas
deben prever esos peligros y, como medida de protección propia, insistir en el propósito de que en
sus aguas y hasta una distancia razonable de sus costas no se realicen actos de hostilidad, ni se
desenvuelvan actividades bélicas por los partícipes de una guerra en que dichos Gobiernos no
toman parte. Por estas consideraciones, los Gobiernos de la Repúblicas Americanas resuelven y
por la presente declaran que:
1º) Como medida de protección continental, las Repúblicas Americanas siempre que mantengan
su neutralidad, tienen el derecho indiscutible a conservar libres de todo acto hostil por parte de
cualquier nación beligerante no americana, aquellas aguas adyacentes al continente americano
que ellas consideran como de primordial interés para sus relaciones, ya sea que dicho acto hostil
se intente o realice desde tierra, desde el mar, o desde el aire. 2º) Los Gobiernos de las Repúblicas
Americanas acuerdan que se esforzarán por obtener de los beligerantes la observancia de las
disposiciones contenidas en esta Declaración (…).
CAPÍTULO 6. APRENDIZAJE DEL DERECHO DE GUERRA (IUS BELLI) EN EL... 229
asistentes a Panamá presentaron una reclamación que no fue atendida, pues los
contendientes no reconocieron el estatus alegado en la zona marítima, y además
los Estados que se consideraron afectados carecían de la fuerza necesaria para
hacerse respetar. En efecto, el gobierno Ingles señaló que la declaración era una
manifestación unilateral de voluntad y que el derecho Internacional no reconocía a
los neutrales la facultad de sancionar a quien violara la neutralidad de una zona de
seguridad como la que se pretendía establecer.
Los Estados Americanos declarantes, debieron asimilar la frustración de constatar
la ineficacia de sus decisiones y tomar nota de la falta de respeto por los neutrales
al observar el trato dado a Noruega y demás presuntos neutrales en Europa y
decidieron convocar del 21 al 30 de junio de 1940 a la “Segunda Reunión de Consulta
de Cancilleres Americanos”, en donde, entre otras cosas se trató nuevamente el
tema de la Neutralidad Americana y se resolvió llevar a efecto una Convención
sobre el tema, analizar diversos aspectos de La Zona de Seguridad y formas de
asegurar el respeto a las mismas por terceros, a cuyo efecto se hacía necesario
concluir un instrumento que contara con el respaldo del derecho internacional.
La situación del teatro de la guerra cambió y consecuentemente la actitud de
los Estados Americanos varió radicalmente, se citó para una “Tercera Reunión de
Consulta de Cancilleres Americanos”, ahora a realizarse en la Ciudad de Rio de
Janeiro del 15 al 28 de enero de 1942, en la que se acordó recomendar a los
asistente rompieran relaciones diplomáticas con las naciones del Eje por haber
atacado y declarado la guerra a los Estados Unidos y que no las reanudaran sin
previa consulta con sus pares.
378
Ley para Preservar la Neutralidad del País, Diario Oficial de Federación de 10 de noviembre
1939.
230 JOSÉ ANTONIO MURGUÍA ROSETE
Conclusión
tanto para los Estados que voluntaria o coercitivamente la asumen, como para los
beligerantes y terceros.
El contenido de las obligaciones y derechos que derivan de esta posición varían
cuando existen tratados entre los involucrados, ya que en este caso debe prevalecer
lo pactado, pero en todo caso hay un grupo de derechos y obligaciones que
invariablemente deben observarse y que son los que derivan de la costumbre
internacional.
Básicamente se debe respetar el territorio, el mar y el espacio aéreo de los
Estados neutrales preservándolos de todo acto bélico o afectación derivada de ello
y de todo uso a favor de un contendiente. El Estado bajo un estatus determinado
del régimen internacional de neutralidad debe, ante todo, abstenerse de todo acto
que vulnere la imparcialidad, o que pueda involucrarlo en alguna forma en las acciones
de los contendientes observando las diversa actuaciones y excepciones que en la
parte central de este trabajo hemos señalado.
Finalmente, el Estado neutral debe observar, en todo tiempo, una conducta
humanitaria con las víctimas, heridos, desplazados, refugiados e internados en su
territorio, tratando de que su única participación en el conflicto sea para facilitar el
retorno de la paz: el bien jurídico tutelado supremo del derecho internacional público.
232
233
SEGUNDA PARTE
ACTUALIZACIÓN DE INVESTIGACIONES PREVIAS
PARA EL ESTUDIO DIRIGIDO DEL DERECHO INTERNACIONAL
EN CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES
234
235
CAPÍTULO 7
REFLEXIONES PEDAGÓGICAS EN TORNO AL ESTUDIO DIRIGIDO DE
CASO PARA LA COMPRENSIÓN Y APLICACIÓN DEL DERECHO EN LAS
RELACIONES PÚBLICAS Y PRIVADAS INTERNACIONALES
Desde que inicié mi vida académica en el nivel medio superior en la Escuela Nacional
Preparatoria No. 5 “José Vasconcelos” de la UNAM a mediados de los sesentas
del siglo anterior, comenzaron a interesarme y luego a apasionarme los asuntos
relacionados con la pedagogía, la metodología de investigación en ciencias sociales
y el mejoramiento de la enseñanza-aprendizaje, básicamente en campos
disciplinarios del derecho, las humanidades y las relaciones internacionales. Por
eso he celebrado siempre la oportunidad de haber comenzado a prepararme como
profesor universitario en el entonces Centro de Investigación y Servicios Educativos
(CISE, después Centro de Estudios sobre la Universidad CESU), en los años setenta,
donde conocí y conviví con profesores de todas las disciplinas, de distintos géneros,
edades, empleos y vocaciones, unidos todos en grupos de trabajo y compartiendo
*
Profesor Titular “C” de Carrera, Nivel PRIDE “D”, Doctor en Relaciones Internacionales, y en
Ciencias Políticas y Sociales por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, e Investigador
Nacional Nivel III. Coordinador Académico del Proyecto PAPIME PE303715 (20015-2017), y del
presente libro.
236 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
379
La instauración del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE)
en septiembre de 2006, se funda en el reconocimiento de la fortaleza que, a lo largo de 30 años, fue
consolidando el CISE y luego el CESU en los temas de su competencia, con el concurso de sus
investigadores, técnicos académicos y personal de apoyo. El IISUE tiene dos grandes
responsabilidades: el desarrollo de investigaciones sobre la Universidad y la Educación y el resguardo
y promoción del Archivo Histórico de la UNAM (AHUNAM). La investigación se funda en aportes
multi, inter y transdisciplinarios, como el andamiaje que permite abordar el fenómeno educativo en
toda su complejidad. Por su parte, la importancia del AHUNAM radica, en primer lugar, en constituir
una fuente relevante para sustentar las indagaciones de la tarea central de investigación; en
segundo, en que es el espacio privilegiado para el resguardo sistemático de la memoria de la
institución que garantiza, de manera corresponsable, fuentes para su estudio.
380
VELÁZQUEZ Elizarrarás, Juan Carlos, El estudio de caso en las relaciones jurídicas
internacionales. Modalidades de aplicación del derecho internacional, FCPS-UNAM, México, 2007,
637 pp. La obra contiene una exposición histórica, general y pormenorizada de 28 problemas
típicos de la sociedad internacional orientada a difundir las ideas y los principios rectores de la
convivencia entre los sujetos del derecho internacional, en la cual sobresalen las cuestiones
jurídico-políticas, fundamentalmente en el último siglo y que evidencian los principales avances en
la búsqueda de la justicia internacional y los retos existentes por la insaciable presencia de abusos,
desviaciones y perversiones en la conducta humana y responde a la búsqueda de una opción
metodológica manifiesta a través de la creación de una estructura teórico-sistemática que permite
identificar y abordar los problemas desde el momento en que se inician y seguirlos en las diversas
etapas de su evolución.
CAPÍTULO 7. REFLEXIONES PEDAGÓGICAS EN TORNO AL ESTUDIO DIRIGIDO... 237
objetividad que reclama todo trabajo serio que tenga pretensiones científicas, con
planteamientos y opiniones comprometidas con una escala de valores que sirviese
de pauta para evaluar los avances o retrocesos en el ámbito internacional.
Lo esencial de ese producto parece haberse cumplido a cabalidad, pero ahora,
dos lustros más tarde, era necesario recapitular, evaluar y actualizar el contenido
para proyectarlo como una serie de reflexiones pedagógicas en torno al estudio
dirigido de caso para mejorar la comprensión y aplicación del derecho internacional
a las relaciones públicas y privadas internacionales, y las cuales están contenidas
en este capítulo que estoy ofreciendo al lector universitario, alumnos, profesores,
investigadores y, en general, personas interesadas en mejorar su aprendizaje del
derecho, las ciencias sociales y las humanidades.381
Aunque se sabe que comenzó a utilizarse en Harvard allá por 1914 en el campo
del Derecho y en 1935 en la Administración, el análisis de casos o inducción
casuística, como método didáctico, tiene una remota existencia en nuestro país,
si bien en forma aislada, siendo hasta el último tercio del siglo pasado que esta
práctica se ha generalizado y quiero pensar que a ello ha contribuido de manera
dominante el claustro de profesores de nuestra especialidad y en particular los
miembros de los Seminarios de Derecho Internacional de la Facultad de Derecho y
del Centro de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Políticas y
Sociales de la UNAM. En lo personal, fue el Doctor José Antonio Murguía Rosete,
Profesor Decano y ex Director de esta última, quien inició el uso de esta modalidad
pedagógica en forma intensa como método ejemplificativo en el año de 1956, pero
fue hasta la reforma en el plan de Estudios de la Licenciatura en Relaciones
Internacionales en el año de 1975, cuando se incluyó la materia Seminario de
Relaciones Jurídicas Internacionales, en donde de manera sistemática y obligatoria,
quedó establecida la necesidad de trabajar de manera dominante sobre el estudio
de casos, dividiendo el material en dos secciones: a) la primera, dedicada al estudio
de casos ya resueltos por los tribunales internacionales y en donde se podía seguir
a detalle el génesis, planteamiento, evolución y resolución del caso, a modo de
poder tener modelos de referencia y posibilidades de valorar la solidez y
fundamentación de las sentencias; y b) la segunda, orientada al análisis detallado
de casos en diversos momentos de su existencia, a fin de que los estudiantes
pudieran con base en todo lo aprendido durante su proceso de formación y con
vista a los casos ya resueltos, emitir sus diagnósticos y propuestas de solución.
Esta metodología, en su momento, sirvió para que los futuros j uristas e
internacionalistas recordaran lo aprendido en otras materias y vieran su aplicación
práctica en la realidad.382
Con estos antecedentes, en el presente capítulo pretendo explicar las
características principales de la técnica de estudio de caso o casuística, visualizada
381
El proyecto PAPIME-UNAM en el cual se inscribe el presente libro es el PE303715 La enseñanza-
aprendizaje del Derecho Internacional Público en Ciencias Políticas y Sociales: Fundamentos
para su estudio interactivo en Relaciones Internacionales.
382
Podría afirmarse que la metodología de casos tiene una larga historia en la enseñanza si
consideramos al “caso” en su sentido amplio –como aquí lo hacemos— en virtud de que, en la
educación y en el proceso de enseñanza-aprendizaje, siempre se han utilizado casos en forma de
ejemplo o de problema práctico.
238 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
como un relevante recurso didáctico, una metodología, que puede ser aplicada en
las aulas con alumnos de diferentes edades y en diversas disciplinas; amén de ser
utilizada para distintos momentos de una clase, de una secuencia didáctica y para
instancias de enseñanza y de evaluación. La también denominada inducción
casuística, tiene de suyo múltiples aplicaciones, en el aula y fuera de ella, resultando
sumamente eficaz para la detección y resolución de situaciones problemáticas, si
bien un caso no es una situación planteada azarosamente ni se trata de un test
proyectivo ni de una situación para que los alumnos “adivinen” o arriesguen
soluciones.
Consiste en recurrir a casos reales o bien elaborados, especialmente para
analizar, discutir, debatir y tomar decisiones entre pares (colegas o estudiantes).
De hecho, como lo hacemos de manera cotidiana dentro y fuera de los salones de
clase, se utiliza en diferentes ámbitos: profesionales, de altos negocios, en grupos
de estudio y capacitación y también en niveles de formación. También resulta de
sumo útil en modalidades educacionales de universidad abierta y, más recientemente,
de enseñanza a distancia. En todos los escenarios sin excepción, se trata de
proporcionar a los actores del proceso de enseñanza-aprendizaje, una serie de
hechos que representen situaciones problemáticas de la vida real para que se
analicen y se busquen soluciones.383
Plantear un caso en el aula es un buen recurso y una propuesta significativa,
atrayente, útil, que implica la implementación de algunas habilidades, destrezas y
competencias, tanto intelectuales como sociales, para su desarrollo y resolución.
En este sentido, lo relevante es que con el método se fomenta la creatividad a la
vez que se desarrollan habilidades para el pensamiento crítico, la heurística, la
innovación, el trabajo en equipo, la toma de decisiones, la búsqueda de alternativas
y el desenvolvimiento a nivel personal, grupal y social. Ciertamente, nuestra
experiencia como juristas, politólogos e internacionalistas, convalida ampliamente
que las habilidades del pensamiento que se desarrollan en este tipo de propuesta
son el análisis, la síntesis y la evaluación de la información.384
En el estudio de caso, mal llamado por algunos autores como monografía,
estudiamos sólo un objeto o un caso. En consecuencia, los resultados que
obtendremos permanecerán ciertos sólo en ese caso singular; es por esta razón
que puede parecer que los resultados no serán muy útiles por no poder ser aplicados
de modo inmediato a otros casos que podrían aparecer y requerir soluciones
prácticas. A pesar de esto, los estudios de caso se hacen con frecuencia y la
383
BASSET Roberta y MALDONADO Alma (coord.), Organismos internacionales y políticas en
educación superior. ¿Pensando globalmente, actuando localmente?, IISUE/ANUIES/DIE, 2014,
414 pp.
384
SOSA Cabrera, Silvia, La génesis y el desarrollo del cambio estratégico: un enfoque
dinámico basado en el momentum organizativo. Condiciones para la utilización del estudio de
casos como metodología de investigación, Tesis Doctoral de Economía, UNAM, México, 1999. La
autora define al estudio de caso como una investigación en profundidad para analizar el contexto
y los procesos implicados en el fenómeno objeto de estudio, por lo que se puede considerar un
estudio intensivo de ejemplos seleccionados en los que el fenómeno no se aísla de su contexto. Los
estudios de caso son importantes en todas las ramas del conocimiento, dado que permiten observar
de cerca una realidad específica que nos permitirá aplicar los conocimientos teóricos adquiridos
para su comprensión.
CAPÍTULO 7. REFLEXIONES PEDAGÓGICAS EN TORNO AL ESTUDIO DIRIGIDO... 239
razón de ello es que el objeto puede ser tan complicado que el investigador debe
centrar todas sus energías en el estudio del objeto singular para revelar sus múltiples
atributos y relaciones complejas con el contexto. También el método de estudio de
caso puede ser utilizado cuando se estudia un número de objetos y se piensa que
éstos son esencialmente similares. Si hay diferencias leves éstas no interesan. Lo
que se desea es describir el caso u objeto “típico” o la “esencia” de este género de
casos.
Conforme a mi experiencia y a algunos errores cometidos en la práctica cotidiana,
en el estudio de caso, el investigador suele apuntar a adquirir la percepción más
completa posible del objeto, considerándolo como una entidad holística e integral,
cuyos atributos podemos entender en su totalidad solamente en el momento en
que examinemos todos simultáneamente; esto es, en otras palabras: el objeto
como un todo. Generalmente se busca seleccionar apenas algunas características
del objeto, no construir un modelo general de ellas. Cualquiera que lee el informe
de un estudio de caso puede entonces evaluar qué conclusiones se pueden aplicar
quizás a sus propios problemas, pero esto ya depende de la visión y comprensión
de cada quien en particular. El método suele ser uno, pero varios y diferentes
quienes lo utilizan.385
Ahora bien, si lo que se desea es continuar del nivel del estudio de caso a
modelos generales, el método usual es hacer varios estudios de casos u objetos
semejantes. Si entonces encontramos características (invariantes) que se repiten
en ellas, se puede construir el modelo general de estas invariaciones. El blanco
más usual en los estudios de caso es describir el objeto o el fenómeno –no solamente
su aspecto externo sino también su estructura interna. Si el objeto de estudio
consiste en una clase de objetos similares o los fenómenos son parecidos la meta
estará encontrar una estructura, una ‘invariación’ que es común a todos. Cuando el
investigador comienza ahora a construir la visión informativa del objeto de estudio,
la cuestión decisiva es si hay ya modelos que puedan ser usados como una base
o punto de partida. A este respecto, los extremos son los dos siguientes: estudio
de caso sobre la base de una teoría anterior, y estudio exploratorio de caso.
El estudio exploratorio, que consiste en no basar el estudio en cualquier modelo
o teoría anterior, es generalmente laborioso, lento e incierto, así que por lo común
se busca evitar tal acercamiento. El método normal es comenzar con una búsqueda
cuidadosa de la literatura para encontrar modelos teóricos utilizables. Esta vía me
ha dado mejores resultados en tratándose de reforzar la enseñanza analítica del
derecho internacional y las relaciones internacionales.
Algunos autores comparan diferentes estrategias de investigación con el objetivo
de determinar la conveniencia de la utilización de la metodología de caso. Al
respecto, analizan las diferencias existentes entre el experimento, la encuesta, la
historia, el análisis de archivos y el estudio de caso, no con la pretensión de
385
El estudio de caso es una técnica de simulación al ubicar al alumno en un entorno inusual que
hasta el momento le es ajeno, que puede ser aplicada individualmente o en grupos. Da como
resultado un aprendizaje que será útil al educando en la vida profesional, pues desarrolla habilidades
sociales que permiten provechoso bagaje para convivir con los problemas y con los colegas de su
entorno laboral presente y futuro.
240 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
a cabo el mismo fenómeno de estudio ante sus ojos, para nosotros el estudio de
caso es el laboratorio más accesible que tenemos para asomarnos a la realidad y
valorar qué tan lejos o cerca se encuentran la teoría jurídica y la política y social de
lo que verdaderamente sucede en el mundo.
También hay especialistas que afirman que el estudio de caso consiste en
resúmenes escritos o síntesis de casos de la vida real basados en datos de
investigación. Es lo que se hace comúnmente en ciencias políticas y sociales y en
humanidades. Se requiere que se aísle y piense sólo en los temas involucrados
tomando en cuenta la teoría y el mayor entorno comparativo, siendo también
importante que se identifiquen estrategias para la resolución del “caso”, que se
consideren los puntos a favor y en contra de las estrategias de solución
recomendando y presentando un análisis razonado para dicha resolución.
386
ORAISÓN, Mercedes, “El estudio de casos como dispositivo de intervención ético-pedagógica
en la educación universitaria”, Ensayo presentado en la Reunión Anual de la American Educacional
Research Association, Nueva York, 1996. Para ahondar más en esta temática se recomiendan las
partes relativas a la “Educación moral y enseñanza universitaria: Condiciones de legitimidad y
pertinencia”, y “El método de estudio de casos y su potencial ético-pedagógico”.
CAPÍTULO 7. REFLEXIONES PEDAGÓGICAS EN TORNO AL ESTUDIO DIRIGIDO... 243
387
BAENA Paz, Guillermina, Construcción del pensamiento prospectivo. Técnicas para su
desarrollo, Editorial Trillas, México, 2005. Se recomienda revisar el Capítulo 4 “El pensamiento
prospectivo en el diseño de la investigación”, pp. 149-177.
244 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
388
Aquí se busca el entrenamiento de los participantes en el estudio de situaciones que requieren
la resolución de problemas, de manera que se impliquen en el proceso de toma de decisiones que,
desde la opinión de los individuos y/o grupo, sea el más adecuado en la situación estudiada. Este
tipo de casos suele ser la estrategia más utilizada didácticamente, ya que, como fase previa,
incluye el estudio descriptivo de la situación en donde se define el problema al que se intenta dar
solución. Respecto al proceso operativo requerido en este tipo de casos, se propone el siguiente
decálogo: 1. Estudiar el caso planteado situándolo dentro del contexto específico en el que tiene
lugar. 2. Analizar el caso desde distintas perspectivas tratando de señalar las principales variables
que describen la situación planteada. 3. Identificar la información adicional que se requiere para
conocer el caso en profundidad e indicar los principales datos que será necesario recabar. 4.
Detectar los puntos fuertes y débiles de la situación, así como las interacciones que se producen
entre ellos, los roles más significativos, los planteamientos teóricos e ideológicos desde los que se
plantean las intervenciones que entran en juego en el caso. Finalmente, partiendo de estas
consideraciones, enumerar los problemas planteados estableciendo una jerarquía en razón de su
importancia y/o urgencia. 5. Estudiar separadamente cada uno de los problemas, describiendo los
principales cambios que es preciso llevar a cabo en cada situación para solucionar los que hayan
sido seleccionados. 6. Generar diversas alternativas de acción para abordar cada uno de los
cambios. 7. Estudiar los ‘pros’ y los ‘contras’ de cada una y establecer un proceso de selección
hasta llegar a un par de decisiones alternativas, eligiendo la que presente mayor coherencia con los
fines establecidos, sea factible y conlleve el menor número de dificultades y efectos negativos. 8.
Implementar la decisión tomada señalando las estrategias y recursos necesarios para llevarla a
cabo. 9. Determinar el procedimiento con el que se llevará a cabo la evaluación de la decisión
adoptada y sus efectos. 10. Reflexionar sobre los temas teóricos que plantea el caso presentado.
Fuentes: Ciberografía recomendada: 1) http://www.sistema.itesm.mx/va/dide/documentos/inf-doc/
cas os.PDF; 2) /www2.uiah.fi/projects/metodi/271.htm; 3) www.studygs.net/espanol/
casestudies.htm; y, 4) ideas.repec.org/p/cem/doctra/296.html.
246 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
entre las que destacan las propuestas por Mucchielli: a) autenticidad (ser una
situación concreta, basada en la realidad); b) urgencia de la situación (ser una si-
tuación problemática que provoca un diagnóstico o una decisión); c) orientación
pedagógica (ser una situación que puede proporcionar información y formación en
un dominio del conocimiento o de la acción);389 y, d) totalidad (ser una situación
“total”, es decir que incluye toda la información necesaria y todos los hechos
disponibles).
389
Evidentemente, al tratarse de un método pedagógico activo, se exigen algunas condiciones
mínimas. Por ejemplo, algunos supuestos previos en el profesor: creatividad, metodología activa,
preocupación por una formación integral, habilidades para el manejo de grupos, buena comunicación
con el alumnado y una definida vocación docente. También hay que reconocer que se maneja mejor
el método en grupos poco numerosos.
CAPÍTULO 7. REFLEXIONES PEDAGÓGICAS EN TORNO AL ESTUDIO DIRIGIDO... 247
l
caso de valores, donde se solicita un juicio de responsabilidades sobre las
personas o actitudes descritas en el caso;
l
caso incidente, donde se trata de estimular al grupo a una búsqueda activa de
informaciones que le ayude a asentar sus juicios;
l
caso de solución razonada, donde se busca encontrar soluciones razonables
sin información complementaria;
l
caso de mentalización, que busca determinar definiciones personales ante la
situación, tomar conciencia de las causas y consecuencias ante la situación;
l
caso de búsqueda real, es el que más nos interesa en el área de las relaciones
públicas y privadas internacionales y en derecho internacional aplicado porque
busca entrenar al grupo en la búsqueda de casos reales y a partir de ellos
discutir soluciones concretas;390 y, finalmente
l
caso temático, que también nos compete sobremanera en ciencias sociales
y en humanidades, y también en economía, el cual aplicamos con mucha
frecuencia principalmente en las materias formativas del plan de estudios,
donde lo que interesa no es tanto el caso en sí, sino el tema de fondo sobre
el que gira.391
390
En la casuística que usamos en derecho internacional y en otras disciplinas jurídicas, los
casos se basan en el proceso de tomas de decisiones, parten del principio de que existe por lo
regular más de una solución adecuada para cualquier problema de las relaciones internas e
internacionales. La solución que un alumno propone podrá ser diferente de la de otro. Igualmente,
es válido que se sugieran diferentes soluciones para el mismo problema, tomando en cuenta
determinados objetivos a medida que cambian los recursos disponibles, el entorno o los otros
aspectos involucrados.
391
Para mayor referencia ver esta investigación: The University of Western Australia, Alterna-
tive Modes of Teaching and Learning, Case Studies, Perth, Australia, 2005. Todavía se le encuentra
en la siguiente dirección electrónica: http://www.csd.uwa.edu.au/altmodes/to_delivery/
casestudy.html.
392
Esta modalidad casuística nos ha sido muy útil para el tratamiento en el aula de temas
CAPÍTULO 7. REFLEXIONES PEDAGÓGICAS EN TORNO AL ESTUDIO DIRIGIDO... 249
jurídicos ricos en debate y divergencia de opinión por su propia naturaleza axiológica y su multi
apreciación, como lo son por ejemplo, el aborto, la pena de muerte, los derechos humanos, los
crímenes de guerra, el sistema de sanciones y la muerte piadosa o eutanasia.
393
Modalidad muy recurrente en nuestras aulas universitarias en derecho y ciencias sociales,
cuando se estudian temas y problemas de derecho internacional privado, conflicto de leyes, métodos
de resolución conflictual, sistemas jurídicos comparados, organización internacional, tratados y
contratos internacionales y seminario de relaciones jurídicas internacionales y política exterior
comparada.
250 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
394
Si se cuenta con varios subgrupos, o en caso de que se trabaje por ejemplo en la modalidad
de seminario de titulación o interactivo en Posgrado, una dinámica adecuada podría ser la siguiente:
a. Cada subgrupo elabora un caso que tenga que ver con la problemática en cuestión y piensa cuál
sería la solución adecuada. Cuanto más concreto sea el caso, mejor. Previamente, el profesor
deberá haber mostrado al grupo las cualidades de un buen caso.
b. Se intercambian los casos entre los diversos subgrupos. Se puede solicitar información
complementaria al subgrupo elaborador del caso. Los posibles datos adicionales han de haber sido
convenidos de antemano. De lo contrario, se dirá que respecto a eso no hay datos conocidos.
c. Cada subgrupo busca la solución al caso que le entregó el otro subgrupo.
d. Se reúnen todos en el gran grupo, para darse las soluciones respectivas. Dichas soluciones
deberán analizarse a la luz de las soluciones previas propuestas por el grupo elaborador del caso.
CAPÍTULO 7. REFLEXIONES PEDAGÓGICAS EN TORNO AL ESTUDIO DIRIGIDO... 251
Para iniciar este breve epígrafe y con relación al proceso operativo de la técnica de
Estudio de Caso, coincido plenamente con los reconocidos autores Colbert, Trimble
y Desberg396 cuando seleccionan y plantean las fases nodales que dicho proceso
debe cubrir para obtener resultados satisfactorios en su habilitación en el aula,
cuatro a saber: preliminar, de eclosión, de análisis y de conceptualización.
395
ABAD ARANGO, Darío, El método de casos: enfoque pedagógico activo, participativo e
innovador, Interponed, Bogotá, Colombia, 1991.
396
COLBERT, J., TRIMBLE, K. y DESBERG, P., The case for education contemporary approaches
for using case methods, Allyn and Bacon, USA, 1996.
252 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
Estas cuatro fases están secuenciadas de tal manera, por los siguientes
razonamientos lógicos principales: primero, porque analizar, no significa buscar
causas recónditas en el subconsciente; es simplemente relacionar los datos actuales
de una situación, captar su configuración y evolución, encontrar la significación de
cada uno por la posición que ocupa en el campo situacional global; segundo,
porque conceptualización, es un paso pedagógicamente esencial después del
análisis. Significa que es preciso formular expresamente los conceptos clave que
se deducen del caso, pero se trata de una “conceptualización operativa”, es decir,
las ideas generales extraídas del caso no son leyes abstractas, sino certezas de
conducta que se deben adquirir, entre otros fines para afrontar directamente
situaciones similares presentes en la vida real.397
397
A mayor detalle consúltese a FREYRE, Paulo, La educación como práctica de la libertad,
Siglo XXI, México, 52ª. Edic., 2005. Del mismo autor se recomienda también: Cartas a quien pretende
CAPÍTULO 7. REFLEXIONES PEDAGÓGICAS EN TORNO AL ESTUDIO DIRIGIDO... 253
Por lo que toca a los obstáculos más importantes que enfrenta el proceso que
nos ocupa y que deben ser necesariamente contrarrestados, tanto dentro como
fuera del aula, para acceder a mejores productos y resultados, debo advertir que a
pesar de que han transcurrido varias décadas desde que comenzó a utilizarse el
estudio de caso en las principales universidades, centros e institutos del mundo
académico actual, aún son muchas las opiniones que consideran esta técnica
complicada, propia de expertos o de iniciados. Por ello, es válido afirmar que se
trata de un sistema de enseñanza muy eficaz, pero poco extendido todavía.398
Exige, es cierto, una preparación específica del profesor, pero sus ventajas
educativas y humanas son ampliamente constatables. No se trata simplemente de
un método de instrucción o de capacitación operativa, es un método de formación
en profundidad, que genera actitudes favorables, conduce al análisis metódico y
entrena para una correcta toma de decisiones. Empero, hay algunas dificultades
que surgen al implementar esta modalidad educativa y que será necesario colocar
–como ya lo previne– en la agenda de prioridades a resolver para su introducción,
desarrollo eficaz y sistematización (por ejemplo, al llevar al aula los casos
presentados y esbozados en nuestros cursos de derecho internacional, Seminarios
de Investigación y talleres de relaciones públicas y privadas internacionales). Nos
referimos en corto a las siguientes:
a) En algunos aspectos del trabajo con casos como los finales abiertos, la
inexistencia de respuestas correctas pueden ser difíciles de aceptar para
algunos alumnos.
b) Por no ser una estrategia tradicional es difícil comunicar a los padres y a la
comunidad lo que los estudiantes están haciendo y aprendiendo.
c) Los grupos de alumnos tienden a ser cada vez más numerosos (principalmente
en universidades públicas) y por tanto se puede perder el control del grupo.
d) Los estudiantes, sobre todo los más jóvenes, se pueden perder en la tarea
de resolver el caso y olvidar sus propósitos de aprendizaje.
e) Diseñar un mecanismo de evaluación-acreditación válido puede parecer
complejo y difícil en el método de estudio de caso.
f) Es difícil hacer que encajen las estrategias de evaluación con las metas de
aprendizaje.
g) Los semestres y cuatrimestres tienden a recortarse lo que limita las horas
de enseñanza-aprendizaje efectivo en el aula, especialmente en sistemas
escolarizados aunque también esta situación impacta los sistemas semi-
escolarizados y de educación abierta y a distancia.
h) El tiempo de discusión del caso debe ser administrado adecuadamente, de
lo contrario se puede perder la atención del grupo.
i) El caso debe versar sobre una temática que incluya a la mayor parte del
enseñar, principalmente la novena carta: Contexto concreto-contexto teórico, Siglo XXI, México,
11ª. edición en español, 2006. También se puede revisar el trabajo clásico de MUCHIELLI, R., La
méthode des cas, Enterprise moderne d’edition, Libraires techniques, Paris, Les Ed. ESF, 1972.
398
ASTIL, Alexander W. y Alvin M, WHITE (eds.), Teaching as Though Students Mattered: New
Directions for Teaching and Learning, Jossey Bass, San Francisco, 1985.
254 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
399
CRESPO, Ricardo F., “The Epistemological Status of Managerial Knowledge and the Case
Method,” en Second ISBEE World Congress “The Ethical Challenges of Globalization”, Proceed-
ings Latin America, 2000, p. 210 y ss.
CAPÍTULO 7. REFLEXIONES PEDAGÓGICAS EN TORNO AL ESTUDIO DIRIGIDO... 255
400
BARNES, Louis B., C. Roland CHRISTENSEN, y Abby J. HANSEN, Teaching and the Case
Method: Text, Cases, and Readings, 3a. edición, Harvard Business School Press, Boston, MA,
1994.
401
LÓPEZ, Alfonso, Iniciación al análisis de casos, una metodología activa de aprendizaje en
grupos, Ediciones Mensajero, S. A. Bilbao, España, 1997.
256 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
l
El acercamiento con la realidad, la comprensión de fenómenos y hechos
sociales, especialmente políticos, jurídicos, económicos e históricos,
familiarizarse con las necesidades del entorno y sensibilizarse ante la
diversidad de contextos y diferencias personales, el mejoramiento en las
actitudes para afrontar problemas humanos.
l
El desbloqueo de actitudes inseguras o temerosas.
l
El desarrollo del sentimiento de “nosotros” y ponderación del sentimiento del
“yo”.
l
La disposición a la escucha comprensiva.
l
El entrenamiento dinámico de la auto-expresión (oral y escrita), la
comunicación, la aceptación, la reflexión y la integración.
l
La motivación por el aprendizaje, ya que los alumnos por lo general encuentran
el trabajo de estudio de caso más interesante que las lecciones magistrales,
la transmisión vertical de conocimientos y la lectura de libros de texto.
l
Los procesos de toma de decisiones.
402
RANGAN, V. Kasturi, Coreographing a Case Class, Harvard Business School Case núm. 9-
595-174, Harvard Business School Press, Cambridge, agosto de 1995.
403
Supra, pp. 65 y ss.
CAPÍTULO 7. REFLEXIONES PEDAGÓGICAS EN TORNO AL ESTUDIO DIRIGIDO... 257
Desde principios del siglo XX la técnica casuística fue utilizada en los Estados
Unidos por instituciones como la Harvard Business School debido a la estrecha
relación que se mantenía y se sigue dando entre la academia y el sector privado, la
necesidad de este último de solucionar una serie de problemas, y la carencia de
investigación aplicada, teoría administrativa y métodos cuantitativos apropiados en
la materia. En las universidades norteamericanas, la utilización de estudios de
caso en la enseñanza de derecho, ciencia política, administración o gestión pública
parte de una concepción muy particular de lo que debe ser un agente público. Para
258 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
404
Existen diversas técnicas comprendidas dentro del modelo de aprendizaje activo. Las más
populares. además del método de estudio de caso, son las prácticas, el desempeño de papeles, las
simulaciones decisorias (o juegos), y los proyectos grupales. De los así llamados métodos
tradicionales, el más popular parece ser la cátedra. Los seguidores de las técnicas activas han
cuestionado severamente la capacidad de los métodos tradicionales para generar un verdadero
aprendizaje, el cual, en términos generales, definen como aquel proceso mediante el cual los
individuos, a través de la experiencia continua, desarrollan habilidades para integrar y utilizar el
conocimiento en la comprensión y resolución de los diversos problemas a los que se enfrentan.
Éste, por supuesto, se asume como un proceso constante a lo largo de la vida de los individuos,
Para mayor detalle sobre otras técnicas de aprendizaje activo véase, por ejemplo a TESORO, José
Luís, Pautas para la utilización y elaboración de casos…, RIGEP, Caracas, Venezuela, 1992.
405
El caso tipo problema es el más simple de todos. Plantea de manera breve una situación
problemática para la que existe una única solución correcta. Para el análisis se proporciona una
serie de elementos analíticos que usados adecuadamente, permiten al estudiante analizar las
causas y efectos del problema, así como identificar la mejor solución al mismo. El bajo nivel de
complejidad de estos casos permite introducir al estudiante al ejercicio de herramientas de análisis
que no le son del todo familiares, preparándolo así para enfrentar posteriormente situaciones más
complicadas. Este tipo de casos, más parecidos a ejercicios, presentan varias ventajas entre las
que destacan el poco tiempo que se requiere para elaborarlos, y la relativa facilidad para manejarlos
por parte del profesor y los estudiantes. El caso tipo evaluación (usado en el Instituto Tecnológico
de Massachussets) presenta, por lo general, una situación más compleja donde el problema (o
problemas) ha sido ya definido, pero donde se requiere la evaluación de dos o tres alternativas
CAPÍTULO 7. REFLEXIONES PEDAGÓGICAS EN TORNO AL ESTUDIO DIRIGIDO... 259
preestablecidas. La utilidad de estos casos radica en que proporcionan un escenario más cercano
a la realidad donde el funcionario o tomador de decisiones visualiza la relatividad de opciones que
en principio parecían óptimas y aprende a identificar las ventajas y desventajas de distintos cursos
de acción. Finalmente, el caso tipo ilustración (aplicado en Harvard) busca aproximar, con la
mayor fidelidad posible, situaciones reales en las que diversos individuos (funcionarios y asesores)
enfrentan situaciones muy complejas ante las que deben, primero, identificar una serie de problemas,
segundo, formular y analizar alternativas de solución y, tercero, tomar decisiones al respecto.
Estos casos describen el contexto en el que estas personas interactúan y las presiones a que
están sujetas, así como los argumentos y datos que deben ponderar en situaciones generalmente
caracterizadas por la escasez y, a menudo, poca confiabilidad de la información disponible.
406
El mismo tipo de estudio de caso puede utilizarse en clase de distintas maneras como son la
cátedra-análisis del mismo, la ilustración teórica o conceptual, o la ilustración de ideas o técnicas.
Todas pueden resultar de gran utilidad para el aprendizaje, pues obedecen a objetivos distintos.
Incluso dentro de un mismo curso de instrucción. Sin embargo, cabe señalar que el método de caso
como ha sido concebido desde sus orígenes implica la discusión en clases del mismo. Para mayor
detalle sobre las otras formas de utilizar estudios de caso en el salón de clases, véase por ejemplo,
RANGAN, V. Kasturi, Coreographing a Case Class, Harvard Business School Case núm. 9-595-74,
Harvard Business School Press, Cambridge, agosto de 1995.
260 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
entre profesor y estudiantes, misma que sustituye al mayor control que el profesor
suele tener sobre lo que sucede en clase. Los estudiantes son responsables por
desarrollar y defender sus ideas mientras que el mentor está obligado tanto a
dominar el contenido de su área de especialidad y presentado con claridad, como
a facilitar y guiar a los alumnos en el proceso de aprendizaje mismo. Estas
responsabilidades demandan al profesor habilidades adicionales que le permitan
percibir y evaluar el ambiente del salón de clases, los procesos y comportamiento
del grupo, así como poner atención a los intereses y antecedentes de los
estudiantes. En pocas palabras, el profesor debe ser capaz de dominar el contenido
y el proceso (lo cual implica capacidad para escuchar, discernir, responder,
cuestionar y predecir, plantear preguntas que abran la discusión, elaborar
comentarios transitivos que establezcan vínculos entre las observaciones de los
estudiantes, proporcionar respuestas abiertas que estimulen el razonamiento y
explorar previamente los múltiples caminos que puede tomar una discusión), así
como sensibilidad para las relaciones interpersonales y el desarrollo del grupo.407
En las principales universidades estadounidenses la discusión activa es un
elemento definitorio del método de caso. En este proceso, es crucial comprender
el papel y las funciones que tanto los alumnos como profesores deben desempeñar
a fin de que su utilización a través de la discusión activa tenga mayores
probabilidades de éxito. Por ello, como primer paso, el profesor clarifica y precisa
la finalidad y particularidades de su aplicación y de las actividades individuales y
grupales de los alumnos. Al mismo tiempo y muy ligado al anterior, el instructor
debe proporciona los lineamientos y orientaciones previas para el desarrollo de los
trabajos individuales y grupales.408 Se suele comenzar por explicar la naturaleza y
posibilidades de la técnica, lo que se espera de los estudiantes durante el proceso,
dar una breve reseña de las principales características de los casos a utilizar, el
procedimiento que se va a seguir a través de la secuencia, el tiempo que se asignará
a cada fase, el material documental que se puede consultar, el sentido y la finalidad
de la aplicación del caso dentro del programa, así como el nivel aceptable de
desempeño con relación a los objetivos del trabajo individual y grupal.409
407
CHRISTENSEN, C. Roland, “Promises and Practices of Discussion Teaching”, en Louis B.
Barnes, C. Roland Christensen y Abby Hansen (eds.) op, cit., Teaching and the Case Method,
Harvard Business School Press, Cambridge, 1987. También consúltese a BACKER, Howards,
“Social observation and social case studies”, en D. L. Sills (ed), International Encyclopedia of the
social Sciences, vol. 11, Macmillan and the Free Press, Nueva York, 1988.
408
Es importante señalar que estas labores, aunque importantes en cualquier caso, se dan por
sentadas en gran parte de la literatura norteamericana respecto al método de casos. Sin embargo,
la aún escasa experiencia latinoamericana en la materia ha revelado que es muy importante hacer
explícitos estos compromisos a los estudiantes desde el principio, a fin re-facilitar el desarrollo del
método. Al respecto véase a: TESORO, José Luis, Pautas para la utilización y la elaboración de
casos de estudio para actividades de formación e injerencia pública, Red Iberoamericana de
Instituciones de Formación e Investigación en Gerencia Pública (RIGEP), Caracas, Venezuela,
septiembre de 1992.
409
Debe destacarse que, dependiendo del tipo de curso que haga uso del método de casos, el
instructor sentirá la necesidad de utilizar un mayor o menor apoyo de literatura conceptual, con el
fin de facilitar a los estudiantes la apreciación y argumentación de cada caso.
CAPÍTULO 7. REFLEXIONES PEDAGÓGICAS EN TORNO AL ESTUDIO DIRIGIDO... 261
410
ALEXANDER, L., George y BENNET, Andrew, Case studies and theory development in the
social sciences, MIT Press, Cambridge, MA, 2005.
262 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
411
Consúltese: VELÁZQUEZ Elizarrarás, Juan Carlos, “La enseñanza del derecho internacional
en ciencias políticas y sociales. Su proyección a las relaciones internacionales”, en El derecho
internacional público en la agenda política de las relaciones internacionales, FCPS, UNAM,
México, 2005, pp. 9-46.
412
En el mismo sentido consúltese los planteamientos que hace YIN, Robert K., Case Study
Research: Design and Methods, Sage Publications, Thousand Oaks, CA, 1994.
CAPÍTULO 7. REFLEXIONES PEDAGÓGICAS EN TORNO AL ESTUDIO DIRIGIDO... 263
413
Como soporte bibliográfico para casos de Derecho Internacional son imprescindibles dos
obras :
1) HARRIS, D.C, Cases and Materials on International Law, Fifth Edition, Third Impression,
Thomson, Sweet and Maxwell, London, 2003.
2) DISTEFANO, Giovanni et BUZZINI, Gionata, Bréviaire de Jurisprudence Internationale, Les
Foundamentaux du Droit International Public, Bruylant, Bruxelles, 2005.
414
Hasta el mes de agosto de 2015.
415
Véase http://www.org/jessup. Cabe mencionar que en 1998, el equipo de la Facultad de
Derecho de la UNAM disputó la final en la ciudad de Washington y obtuvo el primer lugar.
264 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
416
Consultar mi Tesis de Doctorado, El Derecho Internacional Penal, FCPS-DEP-UNAM, México,
2003.
417
El profesor necesita percibir y procesar de manera constante los argumentos de los alumnos,
así como el contexto en que éstos se presentan y el sentir general del grupo frente al tema que se
discute. El conocimiento de los antecedentes y personalidades de cada estudiante, pero sobre
todo, la facilidad para recordarlo durante la sesión de clase es una habilidad de gran utilidad.
Además, el profesor debe tener la capacidad de dirigir la estructura y orientación de la discusión al
mismo tiempo. Al respecto, consúltese C. Roland Christesen, “The Discussion Teacher in Action:
Questioning, Listening and Response”, en C. Roland Christesen, David A. Garvin y Ann Sweet, op.
cit.
CAPÍTULO 7. REFLEXIONES PEDAGÓGICAS EN TORNO AL ESTUDIO DIRIGIDO... 265
418
ELSTER, Jon, Explaining technical change: A case study in the philosophy of science,
Cambridge University Press, United Kingdom, 1983.
419
YACUZZI, Enrique, El estudio de caso como metodología de investigación: teoría,
mecanismos causales, validación, Universidad del CEMA, Buenos Aires, 1989.
266 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
del problema y las alternativas más factibles, necesita identificar la evidencia que
apoye (o contradiga) tales hipótesis y alternativas, lo cual propiciará las lecturas
sucesivas.420
Además de la adecuada preparación individual, es conveniente que el profesor
recomiende a los alumnos reunirse con un grupo de colegas para discutir el caso
antes de la clase. Una discusión informal puede darles la oportunidad de probar
sus ideas con otros y reflexionar sobre las perspectivas de los demás respecto al
mismo problema. El propósito de la discusión de casos es desarrollar y probar las
ideas individuales que se presentan en clase de tal forma que el grupo alcance un
mejor entendimiento de los asuntos que en éstos se presentan. La calidad de la
discusión en clase dependerá en buena medida del cuidado y profundidad con que
los estudiantes preparen el caso y participen en la discusión. La clase progresará
satisfactoriamente sólo si los estudiantes se preparan para compartir sus diversas
perspectivas. Las mejores ideas son de poca utilidad si éstas no se elaboran con
cuidado y se apoyan persuasivamente. Es de vital importancia la disposición para
escuchar a los compañeros de clase y mantener una mente abierta a posiciones y
argumentos diferentes. De igual manera, el estudiante debe aprender a identificar
el momento adecuado para contribuir al debate. En este sentido, el desarrollo de la
habilidad para escuchar y discernir es crucial.421
Finalmente, resulta esencial transmitir a los estudiantes la confianza que
necesitan para controlar sus miedos a enfrentar retos o a equivocarse. En ocasiones,
los jóvenes terminan una discusión de clase desalentados porque no habían
considerado muchos de los argumentos que se presentaron. El profesor puede
ayudar recordándoles que no valdría la pena discutir estos casos si fueran tan
simples y llanos como para entenderse completamente en lo individual, sin la
ayuda de sus compañeros. Con frecuencia los grupos aprenden más cuando algún
estudiante se atreve a defender un argumento que, si se inspecciona con cuidado,
tiene serias debilidades. Así pues, sería ideal que lo estudiantes visualizaran el
salón de clases como un lugar donde pueden probar sus ideas y aprender de los
demás. Este ambiente favorable es, principalmente en derecho, en ciencias políticas
y sociales, y en las relaciones públicas y privadas internacionales, una de las
principales responsabilidades del profesor como líder de la discusión y facilitador
del aprendizaje.
Reflexiones finales
A lo largo del capítulo se explicaron las principales características pedagógicas de
la técnica de estudio de caso o casuística, visualizada como un relevante recurso
didáctico, una metodología, que puede ser aplicada en las aulas universitarias con
alumnos de diferentes formaciones y en diversas disciplinas; y que es utilizada en
420
MARTÍNEZ A. y MUSITU, G., El estudio de casos para profesionales de la acción social,
Madrid, Narcea, S.A. de Ediciones, España, 1995.
421
Para mayor precisión se recomienda consultar el trabajo de FREIRE, Paulo, La importancia
de leer y el proceso de liberación, Siglo XXI, México, 18ª. Edición en español, 2006.
CAPÍTULO 7. REFLEXIONES PEDAGÓGICAS EN TORNO AL ESTUDIO DIRIGIDO... 267
que sigan la técnica, así como la evaluación del desempeño de todos sus
componentes.
Finalmente, se logró sobre todo, tomar conciencia de que al ejercitar la
metodología casuística es esencial e insustituible, transmitir a los estudiantes la
confianza que necesitan para controlar sus miedos a enfrentar retos o a equivocarse.
En ocasiones, los jóvenes terminan una discusión de clase desalentados porque
no habían considerado muchos de los argumentos que se presentaron; en ese
momento, el profesor puede ayudarlos en buena medida recordándoles que no
valdría la pena discutir estos casos si fueran tan simples y llanos como para
entenderse completamente en lo individual, sin la ayuda de sus compañeros de
clase. Siempre da más confianza saber que no se es el único que ignora y que con
todos se comparte la ignorancia. Con frecuencia los grupos aprenden más cuando
algún estudiante se atreve a defender un argumento que, si se revisa con cuidado,
puede tener debilidades plausibles. De esta suerte, sería ideal que lo estudiantes
visualizaran el aula universitaria como un lugar de noble experimentación pedagógica,
donde pueden probar sus ideas y aprender de los demás. Este ambiente favorable
es una de las principales responsabilidades del profesor como líder de la discusión
y facilitador del aprendizaje, principalmente en asuntos relativos al derecho, las
ciencias políticas y sociales, y las relaciones públicas y privadas internacionales.
270
271
CAPÍTULO 8
PREMISAS BÁSICAS DEL ANÁLISIS Y APLICACIÓN
DE LOS PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO INTERNACIONAL
DESDE UNA PERSPECTIVA JURÍDICO-AXIOLÓGICA
Marco introductorio
La presente entrega se inscribe en la línea de argumentación que concatena los
capítulos anteriores y subsecuentes de este libro dedicado a la enseñanza analítica
del derecho internacional en ciencias políticas y sociales, y que pone en la mesa
de discusión académica y profesional importantes desarrollos temáticos que
ejemplifican algunos de los retos que enfrenta la educación superior en el campo
concreto del aprendizaje jurídico en las relaciones internacionales. El tema central
que ahora propongo, consiste de una serie de premisas básicas del análisis de los
principios generales del derecho internacional a partir de un enfoque axiológico, el
cual ha sido muy poco abordado y discutido por la doctrina moderna, los institutos
y academias de vanguardia en México y en varias partes del mundo. El estudio de
los principios del derecho internacional desde la perspectiva de los valores no sólo
es novedoso sino que conduce a nuevos descubrimientos heurísticos, conceptos
diferentes y planteamientos de contenido sustentados en la moral, la legalidad y el
* Profesor Titular “C” de Carrera, Nivel PRIDE “D”, Doctor en Relaciones Internacionales, y en
Ciencias Políticas y Sociales por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, e Investigador
Nacional Nivel III. Coordinador Académico del Proyecto PAPIME PE303715 (20015-2017), y del
presente libro.
272 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
422
VILLORO, Luis, El poder y el valor, Fundamentos de una ética política, FCE, 1997, pp. 13-38.
423
FRONDIZY, Risieri, ¿Qué son los valores?, FCE Breviarios, México, 20ª. reimpresión, 2007,
pp. 11-21.
CAPÍTULO 8. PREMISAS BÁSICAS DEL ANÁLISIS Y APLICACIÓN DE LOS... 273
424
GÓMEZ ROBLEDO, Antonio, El ius cogens internacional. Estudio histórico-crítico, IIJ-UNAM,
México, 2003, 1ª reimpresión, p.86.
425
Hoy artículo 38, párrafo 1 inciso c, del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia.
276 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
Tanto el Common Law como el Civil Law reconocen la aplicación práctica de los
principios generales del derecho dentro de sus respectivos ordenamientos jurídicos
nacionales. Los países de tradición anglosajona dotan al juez de la libertad necesaria
para aplicar los principios generales del derecho al fondo de una controversia,
mientras que en los países del grupo romano-germánico, en primera instancia,
tales principios constituyen un medio de interpretación del derecho positivo y, en
segunda instancia y bajo mandado expreso de la ley, pueden ser aplicados al
fondo del asunto ante la ausencia o lagunas del derecho positivo vigente. En este
sentido, es claro que la divergencia presentada durante la elaboración del Estatuto
de la CPJI consistió en dotar a dicho órgano judicial de una norma que, de manera
expresa, le permitiera aplicar tales principios a las controversias llevadas ante ese
máximo foro.
Más compleja es la pugna doctrinal que han sostenido los partidarios del derecho
natural y los del positivismo jurídico. Para los ius naturalistas, la inclusión de los
principios en el artículo 38 del Estatuto de la CPJI (hoy Corte Internacional de
Justicia CIJ) constituye un triunfo del derecho natural sobre el positivismo
predominante y sobre su visión restringida y voluntarista de las fuentes del derecho
internacional. Para un sector de la doctrina, la inclusión de los principios demuestra
la imposibilidad de reducir por completo el sistema de derecho internacional a la
voluntad de los Estados.426
Una derivación de esta posición doctrinal la detentan aquellos autores que
vinculan los principios generales del derecho con el principio de equidad –equity,
de un alto contenido axiológico– propio de los acuerdos de arbitraje internacional
de siglo XIX,427 así como de los doctrinarios que los vinculan estrechamente a los
principios fundamentales de moralidad y justicia –también axiológicamente
relevantes– que deben imperar en las relaciones internacionales.428 De su lado, los
positivistas consideran a estos principios como preceptos de derecho positivo cuya
naturaleza normativa y obligatoriedad dependen de su incorporación en los tratados
y la costumbre internacionales, así como del reconocimiento que de ellos hagan
las ‘naciones civilizadas’ y de que constituyan normas en vigor en los ordenamientos
jurídicos nacionales.429 Para esta corriente de pensamiento, los principios gen-
erales del derecho constituyen una herramienta secundaria de interpretación del
derecho positivo incorporado en las dos grandes fuentes reconocidas del derecho
internacional.430
Como puede observarse, “la doctrina no suele negar la aplicación de hecho de
los principios generales; cuestión diferente es si les otorga la consideración de
norma autónoma o la de ser convencional o consuetudinaria. Tampoco hay claridad
426
Partidarios de esta posición son: Oppenheim, Schwarzenberger, Le Fur, Verdross, Descamps,
Accioly, Sepúlveda, entre otros.
427
Por ejemplo: V. D. Degan y Michael Akehurst.
428
Por ejemplo: Charles Fenwick y Faure.
429
Partidarios de esta posición son: De Visscher y algunos doctrinarios soviéticos como
Durdenevsky, Tunkin y Lukashuk.
430
Véanse las reflexiones que plantean BOBBIO, Norberto, El problema del positivismo jurídico,
Fontamara, México, 2001; y, CARNELUTTI, Francesco, Metodología del derecho, Colofón, México,
2008, pp. 25-26.
CAPÍTULO 8. PREMISAS BÁSICAS DEL ANÁLISIS Y APLICACIÓN DE LOS... 277
Las fuentes del derecho internacional pueden ser definidas como los modos de
formación o manifestación de ese derecho, o los modos de su realización, y de los
cuales dimanan directamente los derechos y las obligaciones de las personas
internacionales. 432 Esta definición alude a las fuentes formales del derecho
internacional, es decir, a los procesos a través de los cuales se crean las normas
jurídicas en el ámbito de las relaciones internacionales; por tal motivo, cualquier
identificación de los principios generales del derecho como fuente autónoma debe
cumplir con el requisito de creación normativa aplicable a las fuentes formales.
Las fuentes clásicas del derecho internacional se encuentran consagradas en
el artículo 38, párrafo 1, del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia, el cual
dispone que:
431
ORENCH Y DEL MORAL, María Asunción, El derecho internacional como ordenamiento
jurídico objetivo. Los principios generales del derecho internacional, Comillas, Madrid, 2004, p.
166.
432
ACCIOLY, Hildebrando, Tratado de derecho internacional público, Instituto de Estudios
Políticos, Madrid, 1958, tomo I, p. 50.
278 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
1. Capacitaron a ese cuerpo judicial para reabastecer las reglas del derecho
internacional con principios de Derecho probados dentro de los sistemas
legales más modernos y más completamente integrados.
2. Abrieron un nuevo canal a través de cual los conceptos del derecho natural
podrían recibirse en el derecho internacional.
3. Proporcionaron a otras instituciones judiciales internacionales un tentador
conjunto de normas que podrían ser adoptadas, como último recurso, en su
propia actividad.
4. Redujeron casi definitivamente la posibilidad de invocar el non liquet.
433
Véase el excelente trabajo de TAMAYO y Salmorán, Rolando, Costumbre o eficacia.
Condición necesaria y suficiente de existencia del derecho, Editorial Fontamara, México, 2015.
434
MARQUÉS RUEDA, Efrén Gustavo, La solución pacífica de controversias en la agenda
jurídico-política de las relaciones internacionales contemporáneas. Alcances y límites de la
Corte Internacional de Justicia, FCPS-UNAM, Tesis Doctoral, México, 2011, pp.103 y ss.
435
ROSENNE, Shabtai, The World Court. What it is and how it works, Martinus Nijhoff Publi-
shers, Leiden, 2003, 6a edición, p.168.
CAPÍTULO 8. PREMISAS BÁSICAS DEL ANÁLISIS Y APLICACIÓN DE LOS... 279
436
SCHWARZENBERGER, Georg, Prólogo al libro de Bin CHENG, General principles of law as
applied by international Courts and Tribunals, Cambridge University Press, UK, 1953, pp. xi y xii.
437
ORENCH Y DEL MORAL, María Asunción, op. cit., p.166.
438
Ibíd., pp.171 y 172.
439
VIRALLY, Michel, en Max Sorensen, op. cit., p.172.
280 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
1.2. La interrelación de los principios generales del derecho con otras fuentes
del derecho internacional.
Existen consenso entre la doctrina para señalar que el párrafo 1 del artículo 38 del
Estatuto de la CIJ no establece una jerarquía entre las fuentes sustantivas del
derecho internacional, así como que no restringe a la Corte a aplicar únicamente
éstas fuentes y las subsidiarias. De la lectura del precepto, “podría entenderse que
el tribunal sólo está en posibilidad de utilizar las normas del derecho internacional
[ahí establecidas]. Empero, esta limitación, fue puesta ahí para disipar desconfianza
y dar seguridad a los Estados de que no se les juzgaría sino de acuerdo con
normas en cuya creación ellos mismos hayan participado”. Esta idea se ha visto
bastante rebasada en la medida en que la CIJ ha tenido, conforme a la materia de
cada asunto en disputa, que “(…) determinar forzosamente la aplicación del derecho
interno de los Estados [Asimismo,] el órgano judicial de la ONU debe aplicar el
derecho idóneo para la solución de la disputa”; por tanto, las características y los
fundamentos de hecho y de derecho de cada caso, dictarán a la Corte si debe
aplicar un tratado, la costumbre u otra fuente, o bien, “si es menester utilizar algunas
de esas normas en conjunción con las otras”.440
440
SEPÚLVEDA, César, Derecho Internacional, Porrúa, México, 2002, 23ª edición, pp.408 y
409. Este autor cita algunos ejemplos en que la Corte Permanente de Justicia Internacional tuvo que
recurrir al derecho interno de los Estados, a saber: el caso de los Préstamos Serbios (1929), el
caso de los Préstamos del Brasil (1929), y la opinión sobre los Derechos de Danzig (1935).
CAPÍTULO 8. PREMISAS BÁSICAS DEL ANÁLISIS Y APLICACIÓN DE LOS... 281
441
Caso relativo a la Disputa fronteriza entre Burkina Faso y Malí (CIJ, Reports, 1986).
442
Caso relativo al Sahara Occidental (CIJ, Reports, Opinión consultiva, 1975).
443
Casos relativos a los Ensayos nucleares (Australia c. Francia y Nueva Zelanda c. Francia,
Fallos del 20 de diciembre de 1974).
444
DEGAN, V. D., Sources of international law, Martinus Nijhoff Publishers, The Netherlands,
1997, p.15. Se refiere principalmente a la doctrina soviética.
445
Ibíd., p.16. Se refiere a autores como Avramov.
446
Citado por GÓMEZ ROBLEDO, Antonio, op. cit., p. 88.
282 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
447
Bourguin ya hablaba de este fenómeno desde la década de los años cuarenta y cincuenta
del siglo pasado.
448
FRIEDMANN, Wolfgang, La nueva estructura del derecho internacional, Trillas, México,
1967. El maestro dedicó una parte de esta obra a estudiar la extensión y diversificación vertical y
horizontal del derecho internacional.
449
Véase: BECERRA, Manuel y MÜLLER, Klaus (coords.), La juridificación de las relaciones
internacionales. Un análisis plural, IIJ-UNAM, México, op. cit., 221 pp.
450
VELÁZQUEZ Elizarrarás, Juan Carlos, La reestructuración general del derecho internacional
y sus perspectivas al siglo XXI, FCPS, UNAM, México, 1994.
CAPÍTULO 8. PREMISAS BÁSICAS DEL ANÁLISIS Y APLICACIÓN DE LOS... 283
451
VIGO, Rodolfo L., El iusnaturalismo actual. De M. Villey a J. Finnis, Distribuciones Fontamara,
México, 2003, p. 65.
452
VELÁZQUEZ Elizarrarás, Juan Carlos, Capítulo III “La Comisión de Derecho Internacional
284 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
en el marco de la codificación, el desarrollo progresivo y sus grandes retos de cara al siglo XXI”, en
el libro del mismo autor Estudios avanzados de derecho internacional en ciencias políticas y
sociales, FCPS, UNAM, México, 2008, pp. 79-117.
453
La Comisión de Derecho Internacional se refiere a estos instrumentos como ‘non-treaty
standard’. En esencia alude a aquellos instrumentos internacionales que, sin ser tratados
internacionales formales, han sido aceptados por los Estados como vinculantes al igual que si
fueran tratados. Por ejemplo, la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948.
454
GENERAL ASSEMBLY, Report of the International Law Commission (1 May-9 June and 3
July-11 August 2006), United Nations, New York, 2007, pp.408 y 409.
CAPÍTULO 8. PREMISAS BÁSICAS DEL ANÁLISIS Y APLICACIÓN DE LOS... 285
El correlato de esta reflexión implica que los Estados también tienen el derecho,
si es que esa es su voluntad, de invocar tanto los principios como los tratados y
costumbre, como derecho sustantivo aplicable al fondo de una controversia. No
obstante, es un hecho insoslayable que ningún Estado ha tenido la voluntad política
de sentar un precedente en este sentido y materia y propiciar, de manera
concomitante, el fortalecimiento de las facultades de la CIJ para interpretar y aplicar
el derecho internacional; más aún, cuando ni siquiera existe un consenso general
en torno a cuáles son los alcances, límites y contenido material de tales principios.455
455
EMANUELLI, Claude, Droit international public. Contribution á l’étude du droi international
selon une perspepective canadienne, Wilson & Lafleur, Montréal, Canada, 2004, pp. 135-138.
286 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
trinal que sobre este importante tema han hecho académicos y juristas universitarios
como Manuel Becerra Ramírez, aunque al final el resultado al que arriban es bastante
previsible: percepciones diferentes de la categoría in comento, puntos de vista sin
grandes diferencias, criterios comunes de arribo y poco esfuerzo comparativo en-
tre las mismas fuentes del derecho de gentes, amén de que no se va al fondo del
fenómeno, al que no se considera como un tema nuevo o contribuyente al
entendimiento de los nuevos y grandes desarrollos temáticos del derecho
internacional. De esta suerte, como lo afirma Becerra, la doctrina ha evolucionado
con arritmia y es a todas luces insuficiente para resolver el origen último de las
fuentes, esto es, teleológicamente expresado, nos hallamos ante una gran tarea
pendiente, que obliga a tratar de desdogmatizar a las fuentes y “(…) abrir un espacio
para la comprensión cabal de la normatividad internacional y por supuesto de las
fuentes como categoría fundamental del derecho internacional contemporáneo”.456
En esta tarea resulta útil la opinión del jurista danés Max Sorensen cuando, al
hablar de la noción de las fuentes del derecho, afirma que sus clases y número
dependen del carácter y del grado de desarrollo y organización de cada comunidad,
así como del armazón jurídico que estructure. Algunas surgen como resultado de
la mera acción recíproca de las relaciones sociales, a medida que éstas se van
racionalizando y adoptan una forma más estable, como es el caso del derecho
consuetudinario. Por el contrario, otras exigen un mayor grado de centralización
política y la instauración de organismos especializados con alta autoridad política,
como se ve en la legislación. Evidentemente, el problema de las fuentes del derecho
es muy diferente en una comunidad de Estados de lo que es en una comunidad
como la internacional, que es de estructura descentralizada y con organización
deficiente y relativamente desordenada.457
Al igual que lo resaltan Rousseau y Verdross, considero válido que la expresión
“fuentes del derecho” se encuentra tradicionalmente limitada a los métodos de
creación de las normas jurídicas, o sea, de las reglas generales y permanentes
con capacidad para ser aplicadas, repetidamente, sin ninguna frontera. Esto no se
aplica a las reglas particulares, es decir, a los métodos de creación de regímenes
especiales que impliquen derechos y deberes para determinados sujetos. Este
criterio restrictivo origina problemas especiales en relación con el sistema jurídico
internacional, una de cuyas características es que contiene aún pocas reglas de
“derecho internacional general” que obliguen a los Estados; en efecto, se usa con
frecuencia la expresión “derecho internacional” para hacer alusión sólo al “derecho
internacional general”. Pero el derecho internacional también contiene otras reglas
de carácter general y permanente, que, no obstante, sólo tienen validez para
determinados Estados, como en el caso de las reglas establecidas en los tratados
multilaterales que constituyen una costumbre “regional”. Pero hay también ciertas
reglas, generales y permanentes, como las contenidas en un tratado bilateral, que
incluso pueden tener su origen en la costumbre.
Aunque algunos autores no lo reconozcan así, el problema de saber si una
456
BECERRA, Ramírez, Manuel, “Una vision diferente de las Fuentes del derecho internacional”,
en Becerra Ramírez y Müller Uhlenbrock (coords.), op. cit., pp. 101-124.
457
SORENSEN, Max, Manual de derecho internacional público, FCE, México, 6a. reimp., 1998,
pp. 151-152.
CAPÍTULO 8. PREMISAS BÁSICAS DEL ANÁLISIS Y APLICACIÓN DE LOS... 287
458
HART, H. L. A., The Concept of Law, 2a. ed., Oxford, Clarendon Series, 1994, p. 234.
459
THIRLWAY, Hugh, “the Sources of International Law”, en Evans, Malcom D. (ed.), Interna-
tional Law, Oxford, University Press, 2003, pp. 117- 120.
460
Para Thirlway, las fuentes también pueden ser materiales o formales. Las primeras, son
simplemente el lugar donde se manifiestan las reglas jurídicas, por ejemplo, tratados, una resolución
288 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
Así, los tratados son fuente de obligaciones, más que fuentes del derecho.464 Como
se observa, la clave radica entonces en diferenciar entre la fuente del derecho y la
fuente de las obligaciones, que pueden coincidir, por ejemplo, en un acto legislativo,
pero un contrato ordinario puede ser fuente de obligaciones, pero no fuente del
derecho.465
Para este autor, la única ley que no deriva su valor de un tratado es pacta sunt
servanda, y es más bien un principio general del derecho. Así, los tratados se
pueden considerar como evidencias en aquellos casos en que son actos
declaratorios de una ley existente, o como una fuente material en todas aquellas
cuestiones en donde llevan o contribuyen a la formación de un nuevo derecho
consuetudinario.466 En esta línea, caben dos afirmaciones: a) que las decisiones
arbitrales y judiciales, aunque formalmente no son obligatorias, excepto para las
partes y para el caso concreto, deben considerarse como fuentes cuasi formales;
y b) el artículo 38 del Estatuto de la CIJ, es solamente indicativo de la Corte sobre
las fuentes y tiene un contenido defectuoso pues no distingue entre fuentes formales
y materiales, y no establece un sistema de prioridad, amén de que las fuentes
formales están expresadas de manera inapropiada. La crítica que puede hacerse a
Fitzmaurice es que a pesar de sus importantes aportaciones al desentrañamiento
de las fuentes del derecho de gentes, deja de lado el papel nodal y específico que
en ello juega el derecho natural y la relación detallada que se da entre las diferentes
fuentes, en especial los principios generales del derecho y los principios generales
del derecho internacional.
Prosiguiendo con las opiniones de los autores que penetran en el problema del
concepto y naturaleza de las fuentes, están las de los autores argentinos Bodham
T. Halajczuk y María Teresa Moya Domínguez y el costarricense Rodolfo Piza
Escalante. Los tres coinciden que existe una evidente confusión respecto del
concepto de fuente, ya que se utiliza para designar varios supuestos, no
necesariamente afines.467 Por ejemplo, hacen las veces de fundamento del derecho
(no son lo mismo fundamento y fuente del derecho internacional); otras, su origen
mediato; o bien, su causa inmediata material (de contenido) o formal (su forma de
464
Además, el derecho natural opera como fuente formal del derecho y por último “las
decisiones de los tribunales internacionales, mientras no operen directamente como precedentes
judiciales, en consecuencia no son técnicamente una fuente formal de derecho, tienen, un
estatus diferente al de una mera fuente material, y podrían ser caracterizadas como cuasi
formales en carácter”, Ibidem, p. 58.
465
Ibídem, p. 59. Además, se debe distinguir entre la fuente de la obligación de obedecer el
derecho en general, como tal, y la fuente de la obligación de obedecer alguna regla particular del
derecho.
466
Resumiendo: para Fitzmaurice “(…) las fuentes formales del derecho, pueden o no coincidir;
las fuentes formales nunca se deben establecer en forma exhaustiva. Hay reglas del derecho que
tienen una validez inherente y necesaria, que son las fuentes formales últimas del derecho y que a
su vez no se derivan de las otras, y ellas son las reglas del derecho natural. Los sujetos de las
fuentes formales del derecho internacional son la costumbre internacional; el derecho natural, y
como fuentes cuasi formales, las decisiones de los tribunales internacionales. Los tratados son
una fuente formal de obligaciones internacionales”, Becerra Ramírez, op. cit., p. 111.
467
HALAJCZUK, Bodham T. y MOYA, Domínguez, María Teresa, Derecho internacional público,
EDIAR, Argentina, 1999, pp. 58-93.
290 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
creación), que suele confundirse con la expresión misma del derecho creado; o
también, otras, como sus “medios de comprobación” que equivale a la “prueba” del
derecho.
En particular, el costarricense desecha de tajo las dos primeras acepciones (de
fundamento y de origen del derecho) en cuanto se dan por supuesto, “aunque a
veces tengamos que aludir a ellas para señalar el insoslayable anclaje del derecho
en justicia y en la realidad social”. Además, descarta la última de “medio de
comprobación” del derecho que es posterior y solamente se queda con la fuente
como causa inmediata, en sus dos sentidos: como fuente del contenido del derecho
o fuente material y como su forma de creación “fuente formal o fuente simple”.468
Es pertinente ahora revisar de manera escueta, otras acepciones que las
doctrinas clásica y moderna nos refieren sobre las denominadas fuentes
tradicionales y no tradicionales del derecho internacional, dividiendo por ejemplo a
las primeras en, fundamentales (tratados y costumbre internacional) y subsidiarias
(principios generales de derecho, doctrina de los publicistas, equidad y resoluciones
de las organizaciones internacionales, junto con el ‘soft law’o ‘derecho suave’, en
sus distintas manifestaciones). En esta clasificación común, por fuentes del derecho
vamos a entender, simplemente y sin más detalle, las diferentes formas de
manifestación del derecho internacional.
En virtud de que ha sido la base de la doctrina publicista aún dominante en este
campo, tradicionalmente se ha tomado el artículo 38 del Estatuto de la CIJ, como
indicador ‘oficial’ de las fuentes del derecho internacional general. Los autores son
casi unánimes en este sentido; sin embargo, existe una gran discrepancia en lo
que se refiere a la interpretación de sus alcances, como lo hemos apreciado en el
presente libro. En cuanto a sus alcances, la interpretación de este precepto no es
muy uniforme en la doctrina de derecho internacional, como lo hace notar Alfred
Verdross,469 sobre todo en lo que se refiere a dos aspectos: el carácter ejemplificativo
o enumerativo en las fuentes señaladas en dicha disposición y en la importancia
jerárquica en que éstas pudieran estar enumeradas. Al respecto, hay una corriente
mayoritaria que considera que el artículo 38 in comento tiene una terminología
puramente descriptiva y “no tiene por objeto restringir en forma alguna la operación
de las fuentes que se describen”.470
468
PIZA ESCALANTE, Rodolfo, E. “La opinio juris, como fuente autónoma del derecho
internacional, opinio juris y jus cogens”, Revista Relaciones Internacionales, Costa Rica, segundo
trimestre de 1992, pp. 58 y 60.
469
VERDROSS, Alfred, “Les principes generaux de droit dans systeme des sources du droit
international public”, en Hommage a Paul Guggenheim, Ginebra, 1968, p. 521.
470
VIRALLY, Michel, “Las fuentes del derecho internacional”, en Manual de Derecho
Internacional Público, editado por Max Sorensen, FCE, México, sexta reimpresión, 1998, p. 153.
La interpretación contraria, es decir, la que considera que no hay más fuentes del derecho de
gentes que las señaladas en el precitado numeral, representa un obstáculo importante para su
desarrollo. En efecto, la adecuación del derecho internacional a las relaciones internacionales en
constante transformación no sería posible con la existencia de un sistema cerrado de fuentes del
derecho. En esta lógica, hay que ponderar también la reivindicación que hacen los países de Asia
y África en el sentido de que no participaron en la elaboración del sistema jurídico internacional,
y un sistema limitado de fuentes obstaculiza la creación de normas jurídicas de carácter más
justo y democrático.
CAPÍTULO 8. PREMISAS BÁSICAS DEL ANÁLISIS Y APLICACIÓN DE LOS... 291
471
JIMÉNEZ de Aréchaga, Eduardo, Curso de derecho internacional público, Tomo I, Montevideo,
1979, p. 55.
472
El mismo criterio expresó Adolfo MIAJA DE LA MUELA: “(...) no implica grados diferentes de
jerarquía al menos entre tratado y costumbre (...) los principios generales del derecho pueden ser
utilizados como reglas supletorias de la carencia de tratado y costumbre”, Introducción al derecho
internacional público, 7ª. edic., Madrid, 1979, p. 98.
473
“Artículo 21
Derecho aplicable
1. La Corte aplicará:
a) En primer lugar, el presente Estatuto, los Elementos de los crímenes y sus Reglas de
Procedimiento y Prueba;
b) En segundo lugar, cuando proceda, los tratados y los principios y normas de derecho
292 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
internacional aplicables, incluidos los principios establecidos del derecho internacional de los
conflictos armados;
c) En su defecto, los principios generales del derecho interno de los sistemas jurídicos del
mundo, incluido, cuando proceda, el derecho interno de los Estados que normalmente ejercerían
jurisdicción sobre el crimen, siempre que esos principios no sean incompatibles con el presente
Estatuto ni con el derecho internacional ni las normas y principios internacionalmente reconocidos.
2. La Corte podrá aplicar principios y normas de derecho respecto de los cuales hubiere hecho
una interpretación en decisiones anteriores.
3. La aplicación e interpretación del derecho de conformidad con el presente artículo deberá
ser compatible con los derechos humanos internacionalmente reconocidos, sin distinción alguna
basada en motivos como el género, definido en el párrafo 3 del artículo 7, la edad, la raza, el
color, la religión o el credo, la opinión política o de otra índole, el origen nacional, étnico o social,
la posición económica, el nacimiento u otra condición.”
474
Para obtener una mejor apreciación de estas posturas se recomienda el trabajo de SIMMA,
Bruno y PAULUS, Andreas, “Le rôle relatif des diferentes sources du droit international pénal (dont
les principles géneraux de droit”, en ASCENCIO, Hervé, DECAUX, Emmanuel y PELLET, Alain, Droit
International Pénal, Editions A. Pedone, París, Francia, 2000, pp. 55-69.
CAPÍTULO 8. PREMISAS BÁSICAS DEL ANÁLISIS Y APLICACIÓN DE LOS... 293
475
Realmente esta es la doctrina prevaleciente, aunque en la práctica sea un documento con un
contenido de una gran autoridad moral que ha inspirado legislaciones internas y sea el punto de
partida de otros documentos jurídicos internacionales (Ver, por ejemplo, a GARCÍA, Bauer, Carlos,
Los derechos humanos preocupación universal, Universidad de San Carlos, Guatemala, A.C.,
1960, 524 pp.
476
HENKIN, Louis: “International Law: Politics, Values and functions”, Académie de Droit
Internationale, Recueil des Cours, Tomo IV, 1989, pag. 224; ver también SIMMA, Bruno y PHILIP,
Alston Philip: “The sources of human rights law: custom, jus cogens, and general principle”,
Human Rights Law, edited by Alston Philip, Great Britain, 1996, pp. 3-29.
294 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
Al igual que los colegas Becerra y Roldán Barbero,477 consideramos que grosso
modo se pueden reconocer dos tipos básicos de fuentes en el derecho internacional
actual, las mediatas, originales o sustantivas y las inmediatas o derivadas. Las
primeras, están insertas en el complejo de las relaciones internacionales y se
concatenan con las formas o procesos de creación de las normas de derecho
internacional. En su interior se puede descubrir el juego de fuerzas que las produce
y que determina el contenido de las normas, es decir, se relacionan con el poder,
con la capacidad de negociación, con las coyunturas políticas, con los intereses
de los Estados, la capacidad de cabildeo o de influencia de actores materiales.
Conforme a la visión propia de los internacionalistas, estoy convencido que sólo la
interdisciplinariedad permite identificar y estudiar integralmente estas fuentes, pues,
para realizar una labor de esa naturaleza, se requiere de métodos, herramientas y
categorías que el derecho no proporciona. Aunque las relaciones internacionales
son una ciencia analítica y el derecho internacional una ciencia prescriptiva, en
esta y otras tareas de investigación y análisis ambas están llamadas a conjugarse
y complementarse.
Del mismo modo, las fuentes mediatas e inmediatas, están fuertemente
vinculadas, las primeras son orígenes, y las segundas resultados o consecuencias.
Y detrás de unas y otras aparecen fuerzas más o menos democráticas dependiendo
del grado de participación de los sujetos del derecho internacional y de los actores
de la política mundial. Ambos, sujetos y actores, son dinámicos y expresan
constantemente su voluntad y, al hacerlo, emiten sus valores, sus intereses, sus
posiciones, que se van a ver de cualquier forma reflejados en las reglas del sistema
jurídico y de sus fuentes. En este sentido, les cabe toda la razón a los autores que
como Becerra y Roldán Barbero, consideran que la igualdad soberana es una mera
ficción como muchas otras del derecho; y que el proceso de formación de las
normas es un reflejo de los intereses de sus creadores y depende de su capacidad
de negociación y margen de maniobra.
No es nada nuevo afirmar que la normatividad internacional tiene un origen so-
cial y que con frecuencia es consecuencia de la imposición de los Estados fuertes
para hacer prevalecer ciertos cuerpos normativos o reglas en las negociaciones.
Pero la norma una vez que existe, su interpretación y su aplicación dependen de
las categorías del sistema jurídico de que se trate, y en el caso de las fuentes del
derecho internacional debe tenerse en cuenta que como un sistema jurídico espe-
cial que es, tiene sus propios principios y categorías que no pueden pasarse por
alto. Nosotros, como académicos, estudiamos el derecho y sus fuentes y, al igual
que el intérprete y el aplicador de la legalidad internacional, no tenemos capacidad
para crear la normatividad, sólo la constatamos y la descubrimos al caso específico.
En esta lógica, el análisis de las fuentes y sus resultados, y su
dimensionamiento, van a depender en mucho del enfoque que se aplique para
concebir y razonar el propio derecho internacional. En mi criterio, el derecho
internacional o incluso el derecho en general puede analizarse y estudiarse desde
una perspectiva estrictamente jurídica, en la línea de una teoría normativa
“kelseniana”, más o menos pura, o también como conjunto normativo que regula
477
ROLDÁN, Barbero, Julio, Ensayo sobre derecho internacional público, Universidad de
Almería, España, 1996, Ver El proceso normativo, pp. 83-89.
CAPÍTULO 8. PREMISAS BÁSICAS DEL ANÁLISIS Y APLICACIÓN DE LOS... 295
conductas sociales se le puede considerar como una ciencia social más, para
asumir con seriedad los procesos sociales de la motivación de la norma, su adopción
y su aplicación. Estoy cierto, como lo asienta Seara Vázquez en el prólogo de uno
de mis libros,478 que los juristas demasiado celosos de su disciplina y encerrados
en la interpretación normativa, acaban por entender casi nada de lo que sucede en
el entorno y por consiguiente despojan al sistema jurídico, y al conocimiento de las
fuentes, de su contenido real. Recordemos que no se trata sólo de asumir las
relativamente viejas doctrinas sociológicas del derecho, al estilo de Georges Scelle,
para ver cómo se forma la norma jurídica, sino que es importante también conocer
el contexto social, para entender correctamente su aplicación o incluso su
aplicabilidad.
Desde la elaboración del Estatuto de la antigua CPJI, uno de los tópicos que
mayor discusión generó fue el relativo al contenido y naturaleza de los principios
susceptibles de ser considerados dentro de la expresión ‘principios generales del
derecho reconocidos por las nacionales civilizadas’. Así, para algunos autores “los
principios en cuestión deben buscarse en el derecho interno, puesto que los sistemas
de él, en muchos casos, se encuentran más desarrollados que el internacional, al
que con frecuencia se califica de primitivo. Los que tienen mayor importancia son
los principios del derecho privado y de procedimiento, las ramas más antiguas y
técnicamente más desarrolladas en casi todos los Estados”.479 De la misma opinión
es Matthias Herdegen, para quien la mayor parte de los principios generales se
remiten a una comparación de los existentes en la mayor parte de los ordenamientos
privados.480 Este sector de la doctrina asocia los principios generales del derecho
con los de los derechos privados de los Estados nacionales debido a que concibe
al derecho internacional como un ordenamiento coordinador y regulador de
relaciones entre iguales.
No obstante, no todos los principios del derecho interno son aplicables a
las relaciones internacionales. Por ejemplo, Verdross era de la opinión de que “un
principio de derecho interno, común a las naciones civilizadas, sólo es válido para
las relaciones internacionales si es aplicable a éstas”.481 César Sepúlveda, por su
parte, señalaba que el artículo 38, “no se refiere a cualesquiera preceptos jurídicos
de los diversos Estados que casualmente coinciden entre sí, sino única y
exclusivamente a aquellos principios fundados en ideas jurídicas generales aplicables
478
VELÁZQUEZ, Elizarrarás, Juan Carlos, El derecho internacional público en la agenda
política de las relaciones internacionales, FCPS, UNAM, México, 2005, ver el Prólogo de Modesto
Seara Vázquez, pp. 5-8.
479
VIRALLY, Michel, op.cit., p.172.
480
HERDEGEN, Matthias, Derecho internacional público, IIJ-UNAM-Fundación Konrad Adenauer
Stiffung, México, 2005, p.156.
481
VERDROSS, Alfred, Les príncipes généraux de droit dans la jurisprudence internationale,
Recueil de Cours, 52, 1935-II, p.204.
296 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
a las relaciones entre Estados. Dicho de otro modo, son a la vez comunes a todos
los sistemas legales y principios fundamentales de cada uno de ellos”.482
Finalmente, el insigne Le Fur sostenía que para poder aplicar los principios
generales del derecho a las relaciones internacionales se requería que tales principios
fuesen:
Para Verdross,
Para Friedmann,
482
SEPÚLVEDA, César, op. cit., p.105.
483
Citado por ACCIOLY, Hildebrando, op. cit., pp. 51 y 52. Este mismo autor cita a Mónaco, quien
hablaba de principios generales de derecho positivo, deducidos de las normas positivas existentes,
y da como ejemplos: el principio de irretroactividad de la ley, el principio por el cual todo acto lesivo
entraña la obligación de reparar el daño, el principio que veda el enriquecimiento ilícito, el principio
por el que quien citado en juicio tiene derecho a garantías procesales, el principio de que no puede
haber responsabilidad penal sin dolo o culpa. Asimismo, cita a Rousseau, quien distingue los
siguientes principios: el abuso de derecho, el respeto a los derechos adquiridos, la prescripción
obligatoria, la reparación de daños, el lucro cesante, el respeto a la cosa juzgada, la excepción de
litispendencia. Y afirma que la jurisprudencia internacional consagra de manera indiscutible los
principios generales del derecho como fuente específica y distinta del derecho internacional.
484
FRIEDMANN, Wolfang, op. cit., p. 240.
CAPÍTULO 8. PREMISAS BÁSICAS DEL ANÁLISIS Y APLICACIÓN DE LOS... 297
485
VIRALLY, Michel, op. cit., p. 173.
486
SEARA VÁZQUEZ, Modesto, Derecho Internacional Público, Porrúa, México, 1993, 14ª
edición, p. 69.
298 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
487
Listado elaborado por el profesor Juan Carlos Velázquez Elizarrarás, para el Curso ordinario
300 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
489
VELÁZQUEZ Elizarrarás, Juan Carlos, El Derecho Internacional Penal, Tesis Doctoral,
FCPS, UNAM, México, 2003.
302 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
Los principios generales del derecho, al igual que el derecho internacional mismo,
deben constituir un todo coherente y cohesionado. Se trate de principios del derecho
nacional o del derecho internacional, y a pesar de su diferente origen, constituyen
normas jurídicas capaces de ser invocadas por los Estados o aplicadas por los
tribunales internacionales, sea de manera paralela a alguna otra fuente sustantiva,
o bien, de manera subsidiaria con el fin de llenar las lagunas o vacíos del derecho
positivo. La obligatoriedad de estos principios no reside per se en su reconocimiento
por parte de las ‘naciones civilizadas’, sino más bien, “de su valor inherente; porque
son rutas que la humanidad ha aprendido, [porque] son aquéllos que conducen a la
justicia, y que tendrán necesariamente que seguir, si desean el Derecho y la Justicia
entre las naciones”.491 El desarrollo progresivo mismo del derecho internacional se
490
Véase: BENAVIDES, Luis, “The Universal Jurisdiction Principle: Nature and Scope”, en Anuario
Mexicano de Derecho Internacional, IIJ-UNAM, México, 2001, vol. 1. También: STRAPATSAS,
Nicolaos, The Universal Jurisdiction ante the International Criminal Court, Universidad de Québec,
Canadá, 2002.
491
CHENG, Bin, op. cit., p. 386.
CAPÍTULO 8. PREMISAS BÁSICAS DEL ANÁLISIS Y APLICACIÓN DE LOS... 303
492
RODRÍGUEZ GARCÍA, Fausto, Los principios generales del derecho y el derecho comparado,
Instituto de Derecho Comparado, UNAM, 1984, México, p.25.
493
VIRALLY, Michel, op. cit., p.176.
304 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
Tanto la doctrina de los publicistas como los propios sujetos del derecho
internacional, básicamente los Estados, han desestimado, por razones teóricas
los primeros y políticas los segundos, el valor y potencial normativo de los principios
generales de derecho como fuente autónoma del Jus Gentium. El reto es grande;
se debe reabrir el debate en torno a los principios generales a fin de dotar al derecho
de gentes de un mayor número de normas jurídicas que le posibiliten enfrentar una
realidad internacional política, económica y social cada vez más compleja, amplia
y en acelerada transformación.
494
SEARA Vázquez, Modesto, “La discusión ociosa: No Intervención o Derecho de Injerencia”,
en Velázquez Elizarrarás, Juan Carlos (coord.), Nuevos desarrollos temáticos para el estudio del
derecho internacional público, FCPS-UNAM, México, 2004, pp. 13-30.
495
Artículo 2, párrafo 7 de la Carta de las Naciones Unidas: “Ninguna disposición de esta Carta
autorizará a las Naciones Unidas a intervenir en los asuntos que son esencialmente de la jurisdicción
interna de los Estados, ni obligará a los Miembros a someter dichos asuntos a procedimientos de
arreglo conforme a la presente Carta…”
306 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
La prohibición del uso de la fuerza tiene una serie de excepciones, que es preciso
aclarar, debiéndose delimitar en primer término la legítima defensa, individual o
colectiva. La Carta de las Naciones Unidas establece en el artículo 51 que “ninguna
disposición de la presenta Carta menoscabará el derecho inmanente de legítima
defensa, individual o colectiva, en caso de ataque armado contra un Miembro de
las Naciones Unidas, hasta tanto que el Consejo de Seguridad haya tomado las
medidas necesarias para mantener la paz y la seguridad internacionales”. Así, la
legítima defensa solo se justifica en caso de ataque armado, y de que es una
medida provisional destinada a asegurar la integridad o la supervivencia del país
atacado. El otro concepto a delimitar es el de la intervención, que se ha definido
como “el acto por el cual un Estado, mediante la presión política o la fuerza, obliga
o trata de obligar a otro Estado a conducirse en determinado sentido en sus
actividades internas o externas”.498 Seara Vázquez señala que habría que añadir
que la palabra Estado debe complementarse con la frase “o un grupo de Estados”,
dado que la intervención puede ser individual o colectiva, lo cual obliga a saber los
distintos tipos de intervención, todos ellos irrelevantes para la cuestión del
fundamento y los efectos.499 Conforme al fundamento, es claro que el principio de
igualdad de los Estados supone que nadie puede asumir el papel de árbitro de lo
bueno y de lo malo, de lo justo y de lo injusto, porque inevitablemente apreciaría
como “valores positivos sus propios intereses”.
496
Según mi maestro, entre los que se consideran claramente como asuntos internos están los
que se limitan a las relaciones entre un Estado y sus nacionales, puesto que “la otra definición que
habla de la soberanía como la exclusividad del poder del Estado en su territorio obviamente no
funciona, debido a los derechos de los extranjeros en territorio ajeno y a los derechos del Estado
respecto a sus nacionales fuera del propio territorio.”
497
He dirigido al menos dos Tesis de licenciatura sobre el tema: 1) CORTÉS Altamirano; Claudia,
El Derecho de Injerencia en el sistema de Naciones Unidas, FCPS, UNAM, México, 1997; y, 2)
GONZÁLEZ Segura, Noel, El derecho de injerencia, FCPS, UNAM, México, 1998.
498
SEARA Vázquez, Modesto, Derecho internacional público, Porrúa, México, 2004, p. 371.
499
Individual o colectiva, directa o indirecta; militar, diplomática, política o económica; interna y
externa; “causa humanitatis”, por causa del socialismo (sólo de valor histórico); por reconocimiento
o no reconocimiento de gobierno, etc. Quizás pudiera añadirse una nueva: por necesidad de lucha
contra el terrorismo. La “causa humanitatis” es probablemente la más antigua; ver Alfred Verdross,
“Völkerrecht”, 5ª. Ed., 1964, pp.127-128. Tomado de Seara Vázquez, en mi libro antes citado, p. 24.
CAPÍTULO 8. PREMISAS BÁSICAS DEL ANÁLISIS Y APLICACIÓN DE LOS... 307
500
El sistema de seguridad en el Pacto de la SDN, está regulado en los artículos 10 a 17. Ver
F.P.Walters, “A History of the League of Nations”, Londres, 1960, pp.48-54.
501
I.C.J. “Reports”, Vol.4
502
Llama mucho la atención que ninguna de estas, ni otras doctrinas latinoamericanas, aparezcan
mencionadas en ningún libro de derecho internacional público elaborado por autores europeos, o
procedentes de instituciones y universidades europeas, o incluso estadounidenses.
503
Seara Vázquez las denomina conjuntamente como doctrinas Johnson-Bresniev.
308 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
la invasión por Corea del Norte de Corea del Sur así como toda la política antiapart-
heid o antisegregacionista en Sudáfrica.504
Las intervenciones continúan hasta entrado el siglo XXI, flagrantes o encubiertas,
o con ropaje de legalidad, el intervencionismo cambia de personalidad, por lo que
ahora es el tiempo decisivo para reflexionar críticamente sobre el papel que ha
jugado y toca jugar al derecho internacional, ponderando con objetividad si todos
los conceptos considerados válidos desde el siglo XIX son defendibles en este
momento. Mi respuesta es que no. Muchos de ellos deben ser revisados, evaluados,
modificados o sustituidos según sea el caso, o más bien, como lo sugiere el propio
doctor Seara, debe otorgarse reconocimiento a la nueva forma en que se deben
apreciar los hechos en esta convulsa era de globalización desordenada. Y tiene
más razón cuando enfatiza que no se trata de ceder ante la imposición de conductas
ilegales sino, de plantearse el derecho internacional desde una posición ética,
axiológica, de corresponsabilidad de los Estados para hallar soluciones a los
problemas de todos, teniendo por base “unos principios que ya se han ido
desarrollando y adoptando por todos los Estados, pero que no encuentran aplicación
en la práctica, por la permanencia de ciertas inercias jurídicas que priman los
intereses políticos sobre la norma jurídica y los principios éticos.”505
504
Por su lado, las acciones ilegales fueron muy abundantes, y entre las más significativas,
habría que incluir la aventura de Bahía de Cochinos, la guerra de Indochina y luego la de Vietnam,
la interposición de la Séptima Flota norteamericana entre la China continental y la isla de Formosa
(Taiwán), las intervenciones armadas de la Unión Soviética en Berlín, Hungría y Checoslovaquia,
amén de su invasión a Afganistán, las invasiones de Estados Unidos a Granada y Panamá, y
muchas otras más
505
Deben destrabarse ciertos mecanismos de toma de decisiones, para incrementar la efectividad
del derecho internacional. Estos planteamientos deben de hacerse en el plano de la globalización,
un proceso real de aumento de la interdependencia, producto inevitable del desarrollo tecnológico
y de las necesidades económicas. Muy a tono con esta exposición está el libro coordinado por el
propio SEARA Vázquez, Modesto, La sociedad internacional amorfa. Soluciones inadecuadas
para problemas complejos, Capítulo 1 “Un mundo convulso”, UNAM-UMAR-FCPS, México, 2011,
pp. 17-58.
506
Típica de esta clase de intervenciones fue la acción de Estados Unidos en la República
Dominicana en 1965, o en Guatemala una década antes, o en Chile para imponer al genocida
Augusto Pinochet, sólo ocho años después.
CAPÍTULO 8. PREMISAS BÁSICAS DEL ANÁLISIS Y APLICACIÓN DE LOS... 309
507
PÉREZ González, Manuel, “La Doctrina Bush, la proclama de “justicia infinita” y el derecho
internacional”, Ponencia presentada en el Congreso de Culturas y Sistemas Jurídicos Comparados,
Junio de 2004, IIJ-UNAM, México. Casi con las mismas palabras de Seara Vázquez, el maestro
Pérez González advierte que, en efecto, no se puede legítimamente negar el derecho de Estados
Unidos o de cualquier otro país, a defenderse de amenazas externas y en particular del crimen de
terrorismo, pero es inadmisible que un Estado se arrogue el derecho de definir lo bueno y lo malo,
lo justo y lo injusto, como justificante de sus acciones violatorias de las normas vigentes, que
prohíben el uso o la amenaza del uso de la fuerza.
508
D’ESTÉFANO Pisani, Miguel Antonio, Historia del derecho internacional. Desde la antigüedad
hasta 1917, Editorial Ciencias Sociales, La Habana, Cuba, 1985.
310 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
509
Sobre la reforma de las Naciones Unidas hay varios trabajos a consultar: 1) NYE, Joseph S.
y DONAHUE, John D., (editores), Governance in a Globalizing World, Brookings, Washington,
2000; 2) SEARA Vázquez, Modesto (editor), Las Naciones Unidas a los Cincuenta Años, FCE,
México, 1995; y, 3) VELÁZQUEZ Elizarrarás, Juan Carlos, “Propuestas, consensos y obstáculos a
la transformación política y estructural del sistema de las Naciones Unidas”, en el libro del mismo
autor Teorías, temas y propuestas para el estudio crítico de la Organización Internacional, FCPS,
UNAM, México, 2011, pp. 379-422.
CAPÍTULO 8. PREMISAS BÁSICAS DEL ANÁLISIS Y APLICACIÓN DE LOS... 311
En otra arista, es claro también que no basta con sostener políticas de reacción
ante las acciones u omisiones genocidas, ni es prudente sentarse a esperar la
autorización de los gobiernos para canalizar la ayuda en casos de desastres natu-
rales o provocados. La comunidad internacional debe tratar de sustituir la
discrecionalidad y abuso con que actúan los gobiernos, por acciones más
democráticas, de modo que la anarquía y el desorden que prevalecen muten en un
verdadero estado de derecho internacional.510 Es cierto, las potencias se niegan a
abandonar sus privilegios, más aún los obtenidos a costa de los conflictos armados,
como la arrogada facultad de intervenir en los asuntos internos de los demás, lo
cual imposibilita o dificulta seriamente la posibilidad de una rápida reforma a las
instituciones internacionales; empero, el derecho internacional no permanece nunca
inmóvil y menos todavía “cuando esa inmovilidad va contra las percepciones gen-
erales de donde reside el interés de los pueblos”.
510
BECERRA Ramírez, Manuel y GONZÁLEZ Martín, Nuria (coords.), Estado de Derecho
Internacional, IIJ-UNAM, México, 2012.
511
SEARA Vázquez, “La discusión ociosa (…), op, cit, p.29.
312 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
512
VELÁZQUEZ Elizarrarás, Juan Carlos, Estudios avanzados de derecho internacional público
en ciencias políticas y sociales, FCPS-UNAM, México, 2008, pp. 79 y ss.
CAPÍTULO 8. PREMISAS BÁSICAS DEL ANÁLISIS Y APLICACIÓN DE LOS... 313
Reflexiones finales
El desarrollo progresivo del derecho internacional se vincula cada vez más a los
principios generales del derecho, y a los principios generales de la propia disciplina.
Si no fuese así, es claro que la teleología y las bases axiológica y deontológica del
derecho serían desvirtuadas, tal y como quedó demostrado perspectiva de axiología
jurídica que he propuesto en este capítulo. Y la razón se encuentra también en que
los principios generales de derecho y del derecho internacional son las pautas
supremas que garantizan que el ordenamiento jurídico cumpla con su objetivo
máximo, es decir, otorgar seguridad y certidumbre jurídica a los miembros de una
comunidad internacional cada vez más caótica, compleja y demandante.
Los denominados ‘principios generales del derecho reconocidos por las naciones
civilizadas’ a que se refiere el artículo 38 del Estatuto del máximo tribunal de las
Naciones Unidas, se han convertido, como muchos otros en el derecho internacional,
en un tópico esencial cuya discusión, estudio y análisis crítico y profundo se
encuentra prácticamente en ciernes debido, por un lado, a la existencia de
posiciones doctrinales irreconciliables y, por otro lado, a la aparente aceptación,
por parte de los sujetos jurídicos internacionales, de una regla de aplicación práctica
que otorga a tales principios una función subsidiaria e interpretativa con respecto
otras fuentes como los tratados y la costumbre, en detrimento de la naturaleza
normativa y carácter de fuente autónoma de tales principios.
Un sector importante de opinión calificada en el rubro admite que si un
determinado principio se afirma constantemente en las decisiones judiciales y se
acepta en la práctica de los Estados, debe adquirir, por fuerza, el carácter de
costumbre; y que, en este sentido, poco importaría que el principio de que se trata
haya sido originalmente tomado del derecho interno, pues dicho principio quedaría
incorporado al derecho internacional como resultado de la operación normal de las
fuentes de ese sistema. Puede incluso decirse lo mismo respecto de las numerosas
reglas del derecho interno que se insertan a los tratados y convenciones, poniendo
como ejemplo, las reglas que el mismo Estatuto de la CIJ incorpora, como la de la
independencia de los jueces, la de la forma contenciosa de los procesos, la de
la publicidad de las audiencias, la del efecto que ha de atribuirse a los fallos y
decisiones, entre otras más. Por consiguiente, según estos autores, el problema
del carácter de los principios generales surge sólo en relación con aquellos
postulados que aún no forman parte viva del derecho internacional consuetudinario
o convencional.
Vimos también que el principio lex specialis derogat legi generali es, ante todo,
de naturaleza procesal interpretativa. Además, nada en el Estatuto de la CIJ otorga
a los principios generales un rango secundario o subsidiario con respecto a las
demás fuentes del derecho internacional. Ha sido la propia práctica internacional la
que ha hecho pensar que tales postulados poseen una naturaleza subsidiaria. Una
314 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
interpretación exegética, progresiva y lógica del artículo 38 del Estatuto nos llevaría
a determinar, con apego al principio lógico de interpretación a maiore ad minus (el
que puede lo más puede lo menos), que si la Corte debe aplicar los tratados y la
costumbre como fuentes plenamente reconocidas del derecho internacional, del
mismo modo debe aplicar los principios generales del derecho, a los cuales no se
les otorgó ningún carácter secundario o subsidiario en el artículo 38 del Estatuto.
El correlato axiológico de esta reflexión implica que los Estados también tienen
el derecho, si es que esa es su voluntad, de invocar tanto los principios como los
tratados y costumbre, como derecho sustantivo aplicable al fondo de una
controversia. Sin embargo, señalé mi opinión en el sentido de que ningún Estado
ha tenido la voluntad política de sentar un precedente en este sentido y propiciar,
de manera vinculante, el fortalecimiento de las facultades de la Corte para interpretar
y aplicar el derecho internacional, con base en principios. La realidad es que éstos
pueden ser aplicados en varios contextos: entre disposiciones de un mismo tratado,
entre disposiciones de dos o más tratados, o bien, entre un tratado y otro
instrumento internacional, así como entre dos instrumentos internacionales. La
fuente de la norma (sea un tratado, la costumbre o los principios generales del
derecho) no es decisiva para la determinación de la disposición más específica. En
la práctica, los tratados frecuentemente actúan como lex specialis con respecto al
derecho consuetudinario y a los principios generales, pero advertimos que la lex
specialis no deroga al derecho general. Este último sigue siendo válido, aplicable y
continuará señalando la forma en que debe ser interpretada y empleada la norma
especial, amén que seguirá aplicándose en las situaciones no previstas por la
norma especial.
En las relaciones jurídicas internacionales de nuestra era, la existencia o
inexistencia de principios comunes a todos los sujetos del derecho internacional,
Estados y organizaciones internacionales principalmente, es un problema de hecho
que ha de resolverse por indagación y constatación más que por opiniones a priori
por más calificadas que parezcan o así se presenten. En la práctica más que en la
teoría, tales principios sirven de fuente de inspiración para el desarrollo del derecho
de gentes, como una especie de reserva de reglas que se han de utilizar en caso
de ser necesarias, o ante los vacíos del propio sistema jurídico. Empero, siendo
los principios reglas, no pueden operar como medios para crear otras nuevas, y
conforme al artículo 38 del Estatuto de la CIJ, se encuentran relacionados entre las
reglas que el tribunal ha de aplicar, es decir, éste puede recurrir a las normas de
derecho interno a fin de resolver los casos que se le sometan, o sea, técnicamente
se le autoriza a utilizar la analogía, entendiendo que las analogías pueden derivarse
sólo de reglas que sean comunes a todos los sistemas de derecho interno.
Desde la perspectiva axiológica, se hizo notar que aunque la incorporación de
los principios en dicho precepto estatutario ha sido un triunfo del iusnaturalismo y
su reconocimiento como fuente autónoma y de igual jerarquía que los tratados y la
costumbre, lo cierto es que la visión positivista ha influido de manera determinante
en la calificación de los principios generales de derecho como una fuente subsidiaria
o conjunto de normas secundarias encargadas de interpretar y llenar las lagunas o
vacíos presentes en el derecho convencional y el consuetudinario. Y ha sido esta
situación la que ha impedido al derecho internacional reconocer la existencia de
una fuente autónoma en los principios generales de derecho y, por tal motivo, se
CAPÍTULO 8. PREMISAS BÁSICAS DEL ANÁLISIS Y APLICACIÓN DE LOS... 315
han dejado pasar grandes oportunidades para enriquecer dicha rama del derecho
con un cuerpo coherente de normas jurídicas complementarias y auxiliares que,
encarnando las ideas de Derecho y Justicia, puedan regular la conducta internacional
de forma paralela y adicional a aquellas consagradas en los tratados y la costumbre.
Por encima de todo, considero innegable que los principios generales de derecho
constituyen una fuente autónoma del derecho internacional, ya que de lo contrario,
los redactores del Estatuto habrían especificado su condición de medios secundarios
o auxiliares para la determinación e interpretación del derecho aplicable por la
Corte. Y esto no fue así pues se les asignó expresamente un nivel de fuente
sustantiva. En tal virtud, cuando se les alude como ‘reglas auxiliares’ no debe
entenderse en términos de fuente secundaria o medio auxiliar, sino más bien,
como un conjunto de normas jurídicas diferentes y aisladas a las provenientes de
los tratados y la costumbre internacionales, encaminadas a complementar,
enriquecer y optimizar el derecho internacional.
Finalmente, en el mismo tenor, destaqué que la falta de consensos en torno a
la naturaleza, función y rango de los principios generales de derecho en el marco
de las fuentes del derecho internacional, se torna aún más compleja en la medida
en que constantemente surgen nuevos principios de derecho internacional como
producto de la extensión de este ordenamiento hacía nuevas áreas y campos de
regulación y la ampliación de su espectro de sujetos activos y pasivos. Lo cierto es
que, por encima de todo, los nuevos principios jurídicos son el producto de la labor
realizada por las organizaciones internacionales mediante la adopción de
resoluciones, declaraciones, recomendaciones, y directivas, por lo que el problema
en torno a esta fuente se traslada a los terrenos de las denominadas “nuevas
fuentes” del derecho internacional, en especial, del ‘soft law’ o ‘derecho suave’, el
cual, al igual que el multilateralismo y la diplomacia parlamentaria, resulta incómodo
y no es visto con buenos ojos por la doctrina ortodoxa y el positivismo dominante,
ni por los círculos de decisión de las grandes potencias.
316
317
CAPÍTULO 9
EL USO DE LA FUERZA Y EL CRIMEN DE AGRESIÓN EN EL ESTUDIO
COMPRENSIVO DEL DERECHO INTERNACIONAL PENAL: DISCUSIÓN,
DOCTRINA Y ESTADO DEL ARTE
Marco introductorio
El presente capítulo recupera conceptos básicos de mi Tesis Doctoral y de una
serie de investigaciones que comencé a realizar en 1997 sobre el tema de la agresión
en el derecho internacional penal, apoyado por un grupo de destacados discípulos
de las carreras de Derecho y Relaciones Internacionales, en la época en que se
firmó el Estatuto de Roma que establece la Corte Penal Internacional de julio de
1998 (evento al que tuve el honor de asistir). Entre ellos, destacó Efrén Gustavo
Marqués Rueda, a quien autoricé a publicar parte de estos ensayos en el Anuario
Mexicano de Derecho Internacional, publicación que tuve a bien impulsar en 1999-
2000 bajo la dirección de mi colega y amigo el reconocido jurista e internacionalista
* Profesor Titular “C” de Carrera, Nivel PRIDE “D”, Doctor en Relaciones Internacionales, y en
Ciencias Políticas y Sociales por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, e Investigador
Nacional Nivel III. Coordinador Académico del Proyecto PAPIME PE303715 (20015-2017), y del
presente libro. Para una mejor visión del tema, consultar mi Tesis Doctoral, El Derecho Internacional
Penal, FCPS, UNAM, México, 2003.
318 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
513
VELÁZQUEZ Elizarrarás, Juan Carlos, La costumbre en el Derecho Internacional Penal,
Investigación de Tesis Posdoctoral (en proceso), Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM,
México, 2015.
320 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
Y esto, por supuesto, a nadie conviene. Esta situación obliga a pensar que sólo en
el segundo caso es posible hablar de derecho internacional penal y de justicia
internacional en materia criminal. Empero, sobre toda circunstancia, afirmo que el
derecho internacional penal tiene plena existencia, evoluciona a diario, constituye
un campo específico y nuevo del derecho internacional general que responde a una
de las demandas más persistentes de la sociedad contemporánea por un nuevo
orden jurídico con mayor contenido de justicia, equidad y ética, y es a su vez un
elemento cada vez más necesario de la estructura legal y el funcionamiento ordenado
del mundo anárquico y violento de nuestros días.
No está de más recordar que a pesar de las fuentes de derecho más antiguas,
de los primeros reglamentos del siglo XIX, amén de los esfuerzos doctrinarios de la
primera mitad del siglo XX, el derecho internacional penal permaneció un largo
tiempo en el terreno de la utopía o en la incertidumbre. Por consiguiente, debe
considerarse la segunda mitad del siglo XX y los primeros años del siglo XXI, como
el debut de la concretización de las ideas y expectativas de los padres fundadores
de la disciplina. Como lo destacaba mi maestro Wolfgang Friedmann, en realidad
siempre ha existido un derecho internacional penal, hasta ahora aún bastante
modesto y mal definido, aunque en estos momentos, con el proceso globalizador
y la reestructuración del jus gentium, el panorama se ha modificado sustancialmente.
En sus inicios, una parte del corpus jurídico se componía de delitos, no muy
importantes, que el derecho internacional clásico consideraba como tales. Quizá
sólo dos fueron reconocidos en forma general. Primero, la piratería, delito que
evidentemente fue disminuyendo en importancia al ir menguando las actividades
de los filibusteros para dar paso a las actividades, a menudo piráticas, de las
armadas y demás fuerzas de ataque bajo el control de los Estados. Segundo, el
principio generalmente aceptado de que los miembros de las fuerzas armadas
beligerantes podrían ser tratados como responsables por violaciones al derecho
internacional de guerra o humanitario, y enjuiciados por las autoridades enemigas.
Pero con mucho, desde mediados del siglo XIX, la parte más importante de
esta rama ha consistido básicamente en el ajuste de las diferencias entre las
jurisdicciones penales de varios Estados para juzgar a sus propios nacionales o a
extranjeros, y en particular los conflictos y choques ocasionados por los principios
de nacionalidad al ejercer tal jurisdicción (aquí se trata en realidad de temas propios
de la ciencia penal en el derecho internacional privado). Una aplicación de este
principio tiene todavía lugar cuando se comete un delito en la ‘tierra de nadie’ (res
nullius), o en alta mar, donde puede sostener su jurisdicción el Estado de la matrícula
del barco del delincuente o de la víctima, el Estado de la nacionalidad del delincuente,
o cualquier Estado en cuyas aguas se halle temporalmente el barco.514
Consideremos que históricamente tanto por el alcance de los delitos
internacionales en sí como por lo que toca al ajuste de las jurisdicciones, los
acontecimientos propios y los grandes procesos transformadores del siglo XIX y
los más drásticos del siglo XX –como las dos guerras mundiales– fueron obligando
paulatinamente a la sociedad de Estados a hacer una seria reconsideración y
514
Véase a BENAVIDES, Luis, “The Universal Jurisdiction Principle: Nature and Scope”, Anuario
Mexicano de Derecho Internacional, Vol. 1, IIJ-UNAM, México, 2001, pp. 19-96.
CAPÍTULO 9. EL USO DE LA FUERZA Y EL CRIMEN DE AGRESIÓN EN EL ESTUDIO... 323
515
Aunque referida al ámbito interno del Estado y no al ámbito internacional, resulta ilustrativo
saber que la expresión Derecho Penal ha sido definida de diversas maneras. Giuseppe Maggiori,
Derecho Penal, Vol. I, Themis, Bogotá, 1971, p.4) la determina de dos formas: por un lado, según se
haga referencia al ordenamiento normativo y por otro, a la ciencia y explica que “estos dos aspectos
del derecho penal, distintos por necesidad de estudios son en sí inseparables. Forman dos procesos
que se complementan uno con otro, dos segmentos del círculo que se unen, hasta formar la
totalidad de la ciencia como unidad de pensamiento y ser...el derecho penal es el sistema de los
conocimientos científicos relativos al derecho de la pena”.
Por su parte, el penalista español Eugenio Cuello Calón (Derecho Penal, Parte General, vol. I,
Bosch, España, 1975, p.7) lo divide en subjetivo y objetivo. En el primer caso, lo define como
“derecho del Estado a conminar la ejecución e ciertos hechos (delitos) con penas, y, en el caso
de su comisión, a imponerlas y ejecutarlas”. En otras palabras es el derecho de castigar (Jus
Puniendi). En sentido objetivo, lo describe como “conjunto de normas jurídicas establecidas por el
Estado, que determinan los delitos y las penas”. Es decir, es el conjunto de normas que integran un
ordenamiento jurídico que establece el Estado en el que se fijan los delitos y las penas con que se
deben castigar.
516
Asignaciones de autores como Maurach, Mezger, Saver, Welzel, Jeschech, Lombois, Pella,
Quintano Ripollés, Angulo y Sáenz de Pipaon.
517
MARSTENS, G., Tratado de Derecho Internacional, Fontamara, España, 1990, tomo III, pp.2
y ss.
324 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
518
TUNKIN, Gregory I., El Derecho y la Fuerza en el Sistema Internacional, IIJ, UNAM, México,
1989, p.179 (obra traducida del ruso al español por el profesor Manuel Becerra Ramírez).
519
ANTOLISEI, Francisco, Manual de Derecho Penal. Parte General. Editorial Themis, Bogotá,
1988, p.1. En este y otros trabajos posteriores, este autor comienza a incursionar en los
razonamientos jurídicos que conducirán más poco más tarde a perfilar un concepto más acabado
del derecho penal en su dimensión internacional.
520
FIERRO, G.J., op. cit., p. 5.
CAPÍTULO 9. EL USO DE LA FUERZA Y EL CRIMEN DE AGRESIÓN EN EL ESTUDIO... 325
Sin embargo, bien vale la pena hacer hincapié –y como una relevante excepción
a la regla– en la jurisdicción que sobre los delitos cometidos por los Estados, no
contra otros Estados sino contra individuos nacionales y extranjeros, tienen algunas
instancias judiciales internacionales regionales como las Cortes de Derechos
Humanos establecidas a niveles interamericano e intereuropeo.
Lo cierto es que los debates acerca de la naturaleza, contenido y fundamento,
como por lo que concierne a las fuentes, la organización interna, la estructura,
funcionamiento y aplicación del derecho internacional penal continúan en todas las
latitudes y muestran que este nuevo campo disciplinario se encuentra en plena
formación y evolución, y que se trata de cuestiones nada sencillas que nunca han
quedado del todo aclaradas como también ocurre en el propio terreno epistemológico
del derecho internacional general, aun con sus varias centurias de existencia. Esta
realidad objetiva, nos explicaría la razón de que proliferen tantas doctrinas y escuelas
de pensamiento, y tan múltiples y variados enfoques teóricos, perspectivas analíticas
y paradigmas explicativos. Pero estoy convencido de los avances logrados para su
consolidación, habiendo ya trascendido la etapa de la evolución o desarrollo
progresivo, esto es, en términos de la Comisión de Derecho Internacional de la
ONU, el proceso de “la preparación de convenciones sobre asuntos que no han
326 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
Durante gran parte de la historia del hombre la guerra fue el principal medio de
solución de controversias entre los pueblos, naciones y Estados. Su empelo como
instrumento cotidiano, lícito y legítimo de sanción y solución de controversias sentó
las bases del denominado derecho a la guerra (ius ad bellum), las del ordenamiento
jurídico encargado de regular el inicio, conducción, terminación y régimen de
neutralidad de los conflictos bélicos, es decir, el derecho de guerra (ius in bellum),522
así como las del régimen legal humanitario destinado a proteger a todos aquellos
individuos que no participan directamente en las hostilidades (poblaciones civiles)
o que han dejado de hacerlo (heridos, enfermos y náufragos de las fuerzas arma-
das y prisioneros de guerra).523
521
ASCENSIO Hervé, DECAUX Emmanuel y PELLET Alain, Droit international pénal, Editions A.
Pedone, Paris, 2000.
522
También conocido como Derecho de La Haya debido a la importancia de las Conferencias de
Paz de La Haya de 1899 y 1907 en la recopilación y codificación en instrumentos internacionales
convencionales de las denominadas leyes y costumbres de guerra (derecho consuetudinario).
523
La regulación humanitaria de la guerra dio origen al derecho internacional humanitario, rama
del derecho internacional encargada de regular la observancia de los derechos humanos en
situaciones de conflicto bélico, y cuya codificación alcanzó su grado máximo en las cuatro
Convenciones de Ginebra de 1949 y sus dos Protocolos Adicionales de 1977.
CAPÍTULO 9. EL USO DE LA FUERZA Y EL CRIMEN DE AGRESIÓN EN EL ESTUDIO... 327
524
SKUBISZEWSKI, K. J., “Uso de la fuerza por parte de los Estados. Seguridad Colectiva.
Derecho de Guerra y de Neutralidad”, en Sorensen Max (editor), Manual de Derecho Internacional
Público, FCE, México, 1998, 6ª reimpresión, p. 700.
525
El incidente del Caroline se ha convertido en referencia obligada en el estudio de la legítima
defensa ante una amenaza inminente. Asimismo, algunos doctrinarios contemporáneos han retomado
este caso para justificar la legalidad de la denominada ‘legitima defensa preventiva’, defendida y
aplicada por Estados Unidos en su lucha contra el terrorismo tras los atentados del 11 de septiembre
de 2001 sobre Nueva York y Washington. Hay muchos hechos históricos en los que se han
invocado dichos principios para justificar el recurso a la guerra como el medio idóneo, de acuerdo
a la coyuntura, para salvaguardar la existencia o independencia de los Estados. Desde la perspectiva
de la política internacional, principalmente del equilibrio de poder, la guerra es un instrumento de
política nacional altamente efectivo para conservar el statu quo internacional o modificarlo en
beneficio de los Estados que cuentan con la capacidad material para obtener ventajas políticas,
económicas y territoriales mediante un conflicto bélico.
526
El artículo 11 declaraba expresamente que toda guerra o amenaza de guerra (…) interesa
a la sociedad entera y que ésta debe adoptar las medidas adecuadas para salvaguardar eficazmente
328 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
la paz de las naciones. A su vez, el artículo 12, disponía que todos los miembros de la sociedad
convienen en que, si surgiera entre ellos una divergencia susceptible de provocar una ruptura, la
someterán al procedimiento del arbitraje o a un arreglo judicial, o al examen del Consejo.
Convienen además que, en caso alguno, deben recurrir a la guerra antes de la expiración de un
plazo de 3 meses desde el fallo arbitral o judicial, o el informe del consejo.
527
HERDEGEN, Matthias, op. cit., p.246.
528
MÉNDEZ Silva, Ricardo, “El uso de la fuerza y el derecho internacional humanitario”, en
Fraidenraij, Susana y Ricardo Méndez Silva (compiladores), Elementos de derecho internacional
humanitario, IJJ-UNAM, México, 2001, p.73.
529
El artículo 16 párrafo 1, disponía que: Si un miembro de la sociedad recurre a la guerra,
contrariamente a los compromisos contraídos en los artículos 12, 13 ó 15, es “ipso facto” considerado
como habiendo cometido un acto de guerra contra todos los demás miembros de la sociedad. Estos
se comprometen a romper inmediatamente con él todas las relaciones comerciales o financieras, a
prohibir todas las relaciones entre sus nacionales y los del Estado en ruptura del Pacto y a hacer
cesar todas las comunicaciones financieras, comerciales o personales entre los nacionales de
este Estado y los de cualquier otro Estado, miembro o no de la sociedad.
CAPÍTULO 9. EL USO DE LA FUERZA Y EL CRIMEN DE AGRESIÓN EN EL ESTUDIO... 329
530
Preámbulo del Tratado General para la Renuncia de la Guerra del 27 de agosto de 1928.
531
K. J. SKUBISZEWSKI, op. cit., p. 684.
330 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
532
El régimen jurídico en materia de prohibición de la guerra incorporado en la CONU reviste gran
importancia para el derecho internacional por las siguientes razones: en primer lugar, es el primer
instrumento jurídico internacional que incorpora una prohibición expresa a la amenaza o al uso de
la fuerza en las relaciones internacionales; dicha prohibición se encuentra redactada “en forma
imperativa” de la siguiente manera: “los miembros de la Organización, en sus relaciones
internacionales, se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza”. En segundo lugar,
amplia la prohibición a la ‘amenaza al uso de la fuerza’, figura no contemplada en los documentos
elaborados en el periodo de entreguerras. En tercer lugar, deja claramente establecido que únicamente
se refiere a la amenaza o al uso de la fuerza entre Estados, es decir, no contempla otros sujetos
internacionales, lo cual es entendible debido a la época en que fue concebida la CONU.
533
GUTIÉRREZ, Espada, Cesáreo, “El ‘uso de la fuerza’ en el Informe del Secretario General de
Naciones Unidas preparatorio de la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno (septiembre de
2005)”, en Revista Electrónica de Estudios Internacionales, Asociación Española de Profesores
de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales, España, 2005, N°10, p.9. www.reei.org
534
Una intervención militar de un Estado contra otro implica el uso de la fuerza armada y atenta
contra la integridad territorial y la independencia política del Estado afectado; empero, la intervención
política, diplomática o económica en los asuntos internos de un Estado también constituye una
modalidad del uso de la fuerza que atenta contra la independencia política del Estado afectado,
aunque no esté presente el elemento militar en dicho acto.
CAPÍTULO 9. EL USO DE LA FUERZA Y EL CRIMEN DE AGRESIÓN EN EL ESTUDIO... 331
535
K. J. SKUBISZEWSKI, op. cit., p.686.
536
TUNKIN, Gregori I., El derecho y la fuerza en el sistema internacional, op. cit., p. 46.
537
MÉNDEZ Silva, Ricardo, op. cit., p.77.
538
Este derecho ha sido reconocido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su
resolución 1514 (XV) de 1960 relativa a la autodeterminación de los pueblos, y en el artículo 7 del
anexo de la resolución 3314 (XXIX) relativa a la definición de la agresión.
332 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
La legítima defensa “no constituye una excepción del principio que prohíbe el
uso inicial de la fuerza, [sino, más bien,] es un derecho a la autodefensa para
responder a la agresión de otro Estado”.539 Tanto la doctrina como la práctica
reconocen que la legítima defensa es una respuesta necesaria o urgente (no hay
tiempo para recurrir a otros medios), inmediata (ya que constituye una reacción) y
proporcional (su objetivo es responder al ataque armado más no agudizarlo y
extenderlo) encaminada a repeler un ataque armado (agresión armada) consumado
o un ataque inminente (en marcha) de un Estado contra otro, que pone en riesgo la
supervivencia del Estado agredido. Este reconocimiento fue confirmado por la Corte
Internacional de Justicia en el asunto relativo a las Actividades militares y para
militares en y contra Nicaragua (Nicaragua c. Estados Unidos 1984), al sostener
que en el supuesto de la legítima defensa (…) este derecho sólo puede ser ejercido
si el Estado interesado ha sido víctima de una agresión armada.540
El derecho a la legítima defensa puede ser ejercido de forma individual (por el
Estado atacado o agredido) o colectiva. “Esta última estaría configurada por el
derecho de un Estado a prestar ayuda a otro Estado, al haber sido atacado por un
tercer Estado. Este tipo de legítima defensa puede resultar de un acuerdo previo de
los Estados o bien de la solicitud de ayuda formulada por el Estado objeto de la
agresión”.541 Los supuestos de “legítima defensa colectiva suelen enmarcarse en
una doble práctica de los Estados, de un lado, acuerdos bilaterales de ayuda
539
GREGORY I. Tunkin, op. cit., p. 48.
540
Sentencia de la Corte Internacional de Justicia sobre cuestiones de competencia y admisibilidad
relativas al asunto de las “Actividades militares y paramilitares en y contra Nicaragua” (Nicaragua
c. Estados Unidos), I.C.J., Reports, 1984, p.150. Pese a existir este reconocimiento, países como
Estados Unidos pretenden ejercer un supuesto derecho de legítima defensa preventiva ante
situaciones de ‘amenaza latente’ a fin de garantizar la seguridad y supervivencia de su Estado. Esta
posición no ha sido bien recibida por los miembros de la comunidad internacionales en razón del
amplísimo margen de subjetividad que puede ser empleado para determinar en qué situaciones
podría ejercerse tal derecho. El derecho internacional contemporáneo es claro, cualquier tipo de
amenaza debe ser resuelta por medios pacíficos; el uso de la fuerza sólo procede ante la existencia
de un ataque armado previo.
541
ACOSTA, Estévez, José B., “La operación Libertad Duradera y la legítima defensa a la luz de
los atentados del 11 de septiembre de 2001”, en Anuario Mexicano de Derecho Internacional, IIJ-
UNAM, México, 2006, Vol. VI, p. 36.
CAPÍTULO 9. EL USO DE LA FUERZA Y EL CRIMEN DE AGRESIÓN EN EL ESTUDIO... 333
mutua para supuestos en que alguno de los Estados sea objeto de ataque. El
segundo mecanismo, y hoy la práctica usual y preocupante, es la existencia de
mecanismos multilaterales institucionalizados”,542 los cuales se inscriben en los
acuerdos y organismos regionales facultados para entender de asuntos relacionados
con el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales previstos en los
artículos 52 y 53 de la CONU.
Los organismos multilaterales no pueden ser catalogados como mecanismos
de legítima defensa colectiva ya que desvirtúan el elemento de necesidad inherente
a la misma al ser instancias creadas con anterioridad a la ocurrencia del ataque
armado y con el objetivo expreso de ejercer el uso de la fuerza en situaciones
concretas, siempre y cuando el CS haya emitido una autorización al respecto. En
este sentido, los mecanismos multilaterales deben ser identificados como
instrumentos de seguridad colectiva sometidos jerárquicamente a las medidas
adoptadas por el CS.543
La prohibición a la amenaza o al uso de la fuerza alcanzó su más grande
regulación en la CONU. Sin embargo, y de manera paradójica, la manifestación
más flagrante del uso ilegal de la fuerza, es decir la agresión, no fue reglamentada
en la Carta, generando un vacío jurídico que tardó casi tres décadas en ser llenado
mediante la adopción de una definición del acto de agresión más o menos reconocida
y aceptada por los Estados. En el siguiente epígrafe se hace un estudio general
del estado del arte del fenómeno hasta el punto de lograr el consenso jurídico-
político necesario que habrá de permitir la adopción de dicha definición en su
generalidad más acabada.
542
Citado por ACOSTA Estévez, José B., Ibíd.
543
El uso de la fuerza por parte del Consejo de Seguridad, encuentra su fundamento jurídico en
el artículo 24 de la Carta, en el cual se confiere al Consejo la responsabilidad primordial de mantener
la paz y la seguridad internacionales. Con base en esta responsabilidad el CS tiene la facultad para
determinar la existencia de amenazas a las paz, quebrantamientos a la paz o actos de agresión
(artículo 39) y adoptar las medidas que considere pertinentes (coercitivas o no coercitivas)
necesarias para garantizar la estabilidad del sistema internacional (artículos 41 y 42). En otras
palabras, el uso legal de la fuerza, tanto en la modalidad de fuerza diplomática, política y económica,
como en la de fuerza armada, es monopolio del CS.
334 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
de agresión se vino abajo debido a la falta de acuerdo entre los Estados partici-
pantes para adoptar una definición unánime en torno a dicho crimen. Por tal motivo,
el párrafo 2 del artículo quinto del ECPI, se limitó a señalar que la Corte ejercerá
competencia sobre el crimen de agresión una vez que se apruebe una disposición
en que se defina el crimen y se enuncien las condiciones en las cuáles lo hará.
Advirtiendo que tal disposición deberá ser compatible con las disposiciones
pertinentes de la CONU. Por el momento, la CPI sólo ejerce una competencia de
principio sobre dicho crimen.
Sin duda alguna, los Estados a favor del establecimiento de la CPI prefirieron
dejar la discusión sobre el crimen de agresión para un momento posterior, en lugar
de asumir una postura inflexible que hubiera ocasionado que la adopción del Estatuto
se pospusiera de manera indefinida. A raíz de este desacuerdo, la Conferencia
Diplomática de Plenipotenciarios de las Naciones Unidas sobre el establecimiento
de una Corte Penal Internacional decidió, mediante la Resolución F anexa al Acta
Final de la Conferencia, crear una Comisión Preparatoria de la Corte Penal
Internacional (PrepCom por sus siglas en inglés) con la tarea de:
544
Coalition for the Internacional Criminal Court, The Internacional Criminal Court and the
crimen of aggression, La Haya, 2007, p. 2.
545
PCNICC/2002/WGCA/L.1. Examen histórico de la evolución en materia de agresión, preparado
por la Secretaría, p. 21.
336 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
de las fuerzas armadas en contra de otro Estado, por tal motivo, el crimen de
agresión únicamente puede ser iniciado u ordenado por los Jefes de Estado o de
Gobierno y los superiores militares facultados para movilizar a la fuerzas arma-
das de un Estado. Sin embargo, en la planificación y preparación de dicho acto
pueden intervenir otros líderes jerárquicos tales como los empresarios, los
miembros del cuerpo diplomático, los líderes religiosos, y un buen número de
funcionarios de alto nivel. Dicho razonamiento fue postulado por el Tribunal de
Nüremberg al sostener que:
El artículo 25, párrafo 3, del ECPI 547 establece las formas de participación
susceptibles de generar la responsabilidad penal de un individuo en la comisión o
tentativa de comisión de algunos de los crímenes contemplados en el artículo 5 del
546
Sentencia de Nüremberg, p.55.
547
El artículo 25, párrafo 3, del ECPI, establece que: De conformidad con el presente Estatuto,
será penalmente responsable y podrá ser penado por la comisión de un crimen de la competencia
de la Corte quien: a) Cometa ese crimen por sí solo, con otro o por conducto de otro, sea éste o no
penalmente responsable; b) Ordene, proponga o induzca la comisión de ese crimen, ya sea
consumado o en grado de tentativa; c) Con el propósito de facilitar la comisión de ese crimen, sea
cómplice o encubridor o colabore de algún modo en la comisión o tentativa de comisión del crimen,
incluso suministrando los medios para su comisión; d) Contribuya de algún otro modo en la comisión
o tentativa de comisión del crimen por un grupo de personas que tengan una finalidad común…; e)
Respecto del crimen de genocidio, haga una instigación directa y pública a que se cometa; y, f)
Intente cometer ese crimen mediante actos que supongan un paso importante para su ejecución,
aunque el crimen no se consume debido a circunstancias ajenas a su voluntad. Sin embargo, quien
desista de la comisión del crimen o impida de otra forma que se consume no podrá ser penado de
conformidad con el presente Estatuto por la tentativa si renunciare íntegra y voluntariamente al
propósito delictivo.
CAPÍTULO 9. EL USO DE LA FUERZA Y EL CRIMEN DE AGRESIÓN EN EL ESTUDIO... 337
Propuesta rusa:
548
De optarse por el enfoque diferenciado, se eliminarían de la definición final del crimen las
conductas individuales catalogadas como agresivas, a fin de que las mismas sean determinadas
con base en el artículo 25, párrafo 3, del ECPI. De adoptarse el enfoque monístico, la definición final
del crimen seguiría contemplando a la planeación, preparación, iniciación o ejecución de un acto
estatal de agresión como las conductas generadoras de la responsabilidad penal individual y, por tal
motivo, el mencionado párrafo tercero del artículo 25, no tendría efecto sobre la determinación de
dicha responsabilidad.
338 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
Propuesta de Camerún:
549
PCNICC/1999/DP.12. Propuesta de la Federación de Rusia, p. 1.
550
PCNICC/1999/INF/2. Propuesta de Camerún, p. 1. Una propuesta similar fue presentada por
Grecia y Portugal. Véase: PCNICC/1999/WGCA/DP.1, p. 1.
551
PCNICC/1999/DP.13. Propuesta de la República Federal de Alemania, p. 1.
CAPÍTULO 9. EL USO DE LA FUERZA Y EL CRIMEN DE AGRESIÓN EN EL ESTUDIO... 339
552
Propuesta de los países árabes:
1. A los efectos del presente Estatuto, el crimen de agresión lo comete una persona que está
en condiciones de ejercer el control o que puede dirigir acciones políticas o militares en su
Estado, contra otro Estado, o que puede privar a personas de sus derechos a la libre determinación,
la libertad y la independencia, en violación de la Carta de las Naciones Unidas, recurriendo a la
fuerza armada para amenazar o violar la soberanía, la integridad territorial o la independencia
política de ese Estado o los derechos inalienables de esas personas.
2. Entre los actos que constituyen agresión figuran los siguientes, ya vaya precedidos o no de
una declaración de guerra:
a) La invasión o el ataque por las fuerzas armadas de un Estado, del territorio de otro Estado,
o cualquier ocupación militar, por provisional que sea, resultante de esa invasión o ataque, o
cualquier anexión mediante el uso de la fuerza del territorio de otro Estado o parte de otro Estado;
b) El bombardeo por las fuerzas armadas de un Estado del territorio de otro Estado, o la
utilización de cualesquiera armas por un Estado contra el territorio de otro Estado;
c) El bloqueo de los puertos o costas de un Estado por las fuerzas armadas de otro Estado;
d) Un ataque de las fuerzas armadas de un Estado contra las fuerzas armadas terrestres,
navales o aéreas de otro Estado, o contra las flotas navales o aéreas de otro Estado;
e) La utilización de fuerzas armadas de un Estado que se encuentran en el territorio de otro
Estado con el acuerdo del Estado receptor en violación de las condiciones previstas en el
acuerdo, o cualquier prolongación de su presencia en ese territorio más allá de la terminación del
acuerdo;
f) La acción de un Estado que autoriza que su territorio, que ha puesto a disposición de otro
Estado, sea utilizado por ese Estado para perpetrar un acto de agresión contra un tercer Estado;
g) El envío por un Estado o por su cuenta de bandas, grupos, tropas no regulares o mercenarios
que realicen actos de fuerza armada contra otro Estado de tal gravedad que equivalgan a los
actos enumerados más arriba o su participación sustancial en ellos. PCNICC/1999/DP.11.
Propuesta presentada por Bahrein, Irak, la Jamahiriya Árabe Libia, el Líbano, Omán, la República
Árabe Siria, el Sudán y el Yemen. La propuesta realiza por Egipto e Italia puede consultarse en:
PCNICC/1999/INF/2, pp.2 y 3.
553
PCNICC/1999/WGCA/RT.1. Texto consolidado de las propuestas relativas al crimen de agresión
y condiciones para el ejercicio de la competencia.
340 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
Opción 1.
A los efectos del presente Estatuto, [y con sujeción a la determinación que
haga el Consejo de Seguridad respecto del acto de un Estado,] se entenderá
por crimen de agresión [el empleo de la fuerza armada, incluido su inicio,
por una persona que esté en condiciones de controlar o dirigir la acción
política o militar de un Estado contra la soberanía, la integridad territorial o
la independencia política de otro Estado en violación de la Carta de las
Naciones Unidas.] cualquiera de los actos siguientes cometidos por una
persona que esté en condiciones de controlar o dirigir la acción política o
militar de un Estado: Iniciar, o llevar a cabo….554
554
La inclusión de corchetes solo señala las diferentes formulas que se sugirieron, lo que no
necesariamente indica una menor aceptación de esa parte del texto.
CAPÍTULO 9. EL USO DE LA FUERZA Y EL CRIMEN DE AGRESIÓN EN EL ESTUDIO... 341
Los trabajos de la PrepCom se vieron muy retrasados por la falta de acuerdo entre
los Estados para fijar las condiciones en que la CPI ejercerá su competencia sobre
el crimen de agresión. Para que la CPI pueda ejercer competencia sobre tal crimen
se requiere necesariamente la determinación de existencia de un acto de agresión.
El acto de agresión es un acto de un Estado contra otro, por tal motivo, su
determinación no puede ser realizada por la CPI, ya que esta instancia penal
únicamente ejerce competencia sobre individuos. En este sentido, el acto debe
ser determinado por un órgano externo.
Durante la Conferencia Diplomática de Roma en la que se adoptó el ECPI, el
342 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
tema en cuestión dio origen a dos posturas políticas, por un lado, la de los miembros
permanentes del Consejo de Seguridad que defendían la facultad del Consejo para
determinar la existencia de actos de agresión con base en criterios tales como: a)
que la CPI debe ejercer su competencia de forma compatible con la Carta de las
Naciones Unidas, y que la única solución compatible es respetar las facultades
conferidas al CS; b) que el CS es el órgano más adecuado para valorar los elementos
políticos que conlleva la apreciación del acto de agresión y para evitar su utilización
con fines propagandísticos; y, c) que no afectaría la independencia e integridad de
la Corte pues, pese a su discrecionalidad, el CS adopta sus decisiones de
conformidad con la Carta y el derecho internacional. Y por otro lado, la de los
países, principalmente en vías de desarrollo, que defienden la independencia de la
CPI con base en: a) que la Carta de las Naciones Unidas confiere responsabilidad
primordial, pero no exclusiva al CS. La AG y la CIJ han afirmado y ejercido su
competencia para aceptar la comisión de actos de agresión; b) que en setenta
años de historia del CS, dicho órgano jamás ha constatado una sola agresión; c)
que se condicionaría el funcionamiento de un órgano judicial a una decisión política
adoptada dentro de un amplísimo margen de discrecionalidad; y, d) que el derecho
a veto de los miembros permanentes del CS podría repercutir en las situaciones
susceptibles de constituir agresión.555 La falta de acuerdo en torno a este tema
ocasionó la negativa de Estados Unidos y China para ratificar el Estatuto de Roma.
Estados Unidos “estaba dispuesto a aceptar la inclusión de la agresión en el
Estatuto con la condición de que el Consejo de Seguridad determinara en primera
instancia la existencia de un acto de agresión”.556 El propósito estadounidense era
claro, otorgar al CS una facultad preclusiva sobre el crimen de agresión que impidiera
a la CPI ejercer su competencia sobre dicho crimen en determinadas circunstancias,
es decir, cuando el acto de agresión pudiera acarrear la responsabilidad penal
individual de los nacionales de alguno de los miembros permanentes del Consejo.
Otorgar una facultad preclusiva al CS tendría como consecuencia “la creación de
dos estándares legales: inmunidad efectiva sobre el crimen de agresión para los
miembros permanentes del Consejo de Seguridad, y, dada la dificultad de definir el
crimen de agresión, una responsabilidad penal impredecible para los nacionales
de los demás Estados”.557
Es claro que en esos momentos se estaba ante un nuevo capítulo del debate
referente a la supuesta facultad exclusiva del Consejo de Seguridad en la
determinación de actos de agresión. Sin embargo, durante la Conferencia de
555
En febrero de 2003, Cuba presentó una propuesta a la Asamblea de Estados Parte de la CPI,
en la que se señalaba que: La Corte podrá ejercer su jurisdicción sobre un crimen de agresión de
conformidad con las disposiciones del presente Estatuto, incluidas las disposiciones de los
artículos 12, 13, 17 y 18. La falta de un pronunciamiento del Consejo de Seguridad sobre la
existencia de un acto de agresión cometido por el Estado de que se trate no impedirá el ejercicio
de la jurisdicción de la Corte sobre el caso en cuestión. Documento: ICC-ASP/1/L.4.
556
SCHABAS, William A., “United States hostility to the International Criminal Court: It´s all about
the Security Council” en European Journal of International Law, 2004, Vol. 15, N° 4, p.703. (Traducción
libre del autor).
557
PARTAN, Daniel G. y Predrag Rogic, “Sovereignty and International Criminal Justice” en
Revista Colombiana de Derecho Internacional, Bogotá, junio de 2003, N° 1, p.65. (Traducción libre
del autor).
CAPÍTULO 9. EL USO DE LA FUERZA Y EL CRIMEN DE AGRESIÓN EN EL ESTUDIO... 343
558
REMIRO, Brotons, Antonio op. cit., p.6.
559
VELÁZQUEZ, Elizarrarás, Juan Carlos El derecho internacional penal, Tesis Doctoral, op.
cit., p.5.
560
El artículo 13 del ECPI dispone que: La Corte podrá ejercer su competencia respecto de
cualquiera de los crímenes a que se refiere el artículo 5 de conformidad con las disposiciones del
presente Estatuto si: a) Un Estado Parte remite al fiscal, de conformidad con el artículo 14, una
situación en que parezca haberse cometido uno o varios de esos crímenes; b) El Consejo de
344 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
Seguridad, actuando con arreglo a lo dispuesto en el Capítulo VII de la Carta de las Naciones
Unidas, remite al Fiscal una situación en que parezca haberse cometido uno o varios de esos
crímenes; o c) El fiscal ha iniciado una investigación respecto de un crimen de ese tipo de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 15.
CAPÍTULO 9. EL USO DE LA FUERZA Y EL CRIMEN DE AGRESIÓN EN EL ESTUDIO... 345
561
MARQUÉS Rueda, Efrén Gustavo, El derecho internacional penal frente a los crímenes
contra la humanidad: un estudio comparativo de los casos Slobodan Milosevic y Augusto Pinochet,
FCPS-UNAM, México, 2004, p.46.
562
Como ya antes se vio, de este artículo se deduce fácilmente la carencia de una definición de
la agresión, empero, aporta cuatro elementos de gran importancia para la determinación y atención
del acto: a) la agresión es un acto contrario al derecho internacional; b) su naturaleza es exterior o
internacional, es decir, de un Estado contra otro; c) su objetivo es atentar contra la integridad
territorial y la independencia política de los Estados; y, d) el Consejo de la Sociedad tenía la facultad
para determinar la existencia de actos de agresión, de amenaza o peligro de agresión, y adoptar las
medidas pertinentes para garantizar la paz y seguridad internacionales. La prohibición de la agresión
contemplada en el PSN fue ampliada por el Pacto Briand-Kellogg (PBK) de 1928, al establecer el
compromiso de los Estados parte de renunciar a la guerra como instrumento de su política nacional.
A partir de este momento, la guerra dejó de ser un recurso lícito en las relaciones internacionales;
concomitantemente, toda iniciación de un conflicto bélico, mediara o no declaración de guerra, pasó
a constituir un acto de agresión
563
En tales tratados se consideraban agresivos los siguientes actos: a) La declaración de
guerra a otro Estado. b) La invasión por sus fuerzas armadas, aun sin declaración de guerra, del
territorio de otro Estado. c) El ataque por sus fuerzas terrestres, navales o aéreas, aun sin
declaración de guerra, del territorio, de los navíos o de las aeronaves de otro Estado. d) El bloqueo
naval de las costas de los puertos de otro Estado. e) El apoyo dado a bandas armadas que
formadas sobre su territorio, hayan invadido el territorio de otro Estado, y negativa, a pesar de la
petición de otro Estado, de tomar sobre su propio territorio, todas las medidas en su poder para
privar a dichas bandas de toda ayuda o protección.
CAPÍTULO 9. EL USO DE LA FUERZA Y EL CRIMEN DE AGRESIÓN EN EL ESTUDIO... 347
564
Aquí destacan los tratados de 1933 celebrados por la Unión Soviética y las resoluciones de
la SDN y la Sexta Conferencia Panamericana. Los primeros, proporcionaron las primeras definiciones
de carácter casuístico sobre la agresión; por su parte, las segundas, confirmaron la convicción
jurídica (opinio iuris) de los Estados relativa a que la agresión era un acto prohibido y que su
comisión constituía un crimen en contra de la especie humana. No obstante estos primeros avances,
los esfuerzos internacionales encaminados a lograr el consenso necesario para la aceptación de
una definición de la agresión, se vieron interrumpidos por uno de los mayores actos agresivos de
la historia: el estallido de la segunda guerra mundial. Dichos esfuerzos no fueron retomados sino
hasta 1945, en el contexto de los históricos procesos judiciales celebrados por los Tribunales del
Nüremberg y Tokio, y de la adopción de la Carta de la Organización de las Naciones Unidas (CONU).
565
El Consejo de Control de Alemania promulgó la Ley N° 10 el 20 de diciembre de 1945 para dar
cumplimiento a la Declaración de Moscú de 1943, al Acuerdo de Londres del 8 de agosto de 1945,
y al Estatuto de Nüremberg, así como para establecer una base jurídica uniforme en Alemania para
el enjuiciamiento de los criminales que no integraban la nómina de los principales criminales sometidos
al Tribunal de Nüremberg (es decir, aquellos cuyos crímenes si tenían una localización geográfica
determinada). Véase, Documento: PCNICC/2002/WGCA/L.1, Examen histórico de la evolución en
materia de agresión, p.67. Comisión Preparatoria de la Corte Penal Internacional, Grupo de Trabajo
sobre el Crimen de Agresión.
566
Sentencia de Nüremberg, p. 64.
348 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
a) Delitos contra la paz; A saber, planear, preparar, iniciar o hacer una guerra de
agresión que viole tratados, acuerdos o garantías internacionales o participar
en un plan común o conspiración para la perpetración de cualquiera de los
actos indicados.
a) Delitos contra la paz: A saber, planear, preparar, iniciar o hacer una guerra
declarada o no declarada de agresión que viole tratados, acuerdos o garantías
internacionales o participar en un plan común o conspiración para la
perpetración de cualquiera de los actos indicados.
567
PCNICC/2000/WGCA/INF/1, Documento de referencia sobre el crimen de agresión, preparado
por la Secretaría, p. 7.
CAPÍTULO 9. EL USO DE LA FUERZA Y EL CRIMEN DE AGRESIÓN EN EL ESTUDIO... 349
568
PCNICC/2002/WGCA/L.I/Add.1, Examen histórico de la evolución en materia de agresión,
preparado por la Secretaría. Adición, p.4.
569
Ibíd.
570
Ibíd.
571
Ibíd.
572
Ibíd., p. 7.
573
Los tribunales militares creados con base en la Ley N° 10 del Consejo de Control de
Alemania, identificaron a los siguientes actos como constitutivos de agresión: 1. El cambio o el
intento de cambiar las relaciones internacionales mediante la fuerza de las armas (Estados Unidos
c. Wilhelm von Leeb y otros (el caso Alto Mando). Ibíd.., p.5). 2. La iniciación de una guerra contra
una nación vecina (Estados Unidos c. Carl Krauch y otros (el caso I. G. Farben). Ibíd.) 3. Una
invasión hostil y agresiva es un acto de guerra tal que equivale a una declaración de guerra
(Estados Unidos c. Ernst von Weizsäcker y otros (el caso Ministerios). Ibíd.).
574
Ibíd., p. 6.
575
Sentencia del Tribunal de Nüremberg, p.186.
350 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
los de guerra y los de lesa humanidad. Tal fue la importancia para la justicia penal
internacional de esta y otras afirmaciones aportadas por Nüremberg, que la Comisión
de Derecho Internacional, a petición de la Asamblea General de las Naciones
Unidas, recopiló y aprobó en julio de 1950, un documento titulado Principios de
Derecho Internacional reconocidos por el Estatuto y por las Sentencias del Tribu-
nal de Nuremberg, en cuyo principio VI se reconoce a los delitos contra la paz
(agresión) como delitos contra el derecho internacional.
Mismo reconocimiento fue realizado en los párrafos 2 y 3 del principio I, de la
Declaración sobre los principios de derecho internacional referentes a las relaciones
de amistad y a la cooperación entre los Estados de conformidad con la Carta de
las Naciones Unidas, adoptada mediante la resolución 2625 (XXV) de la Asamblea
General del 24 de octubre de 1970.576 Con base en los precedentes aportados por
los tribunales militares internacionales en materia de agresión, la ONU se dio a la
tarea de presentar a los Estados diversos proyectos encaminados a que la
comunidad internacional contara con una definición de la agresión.
576
El párrafo 3 del principio I de dicha Declaración, afirma además que conforme a los propósitos
y principios de las Naciones Unidas, los Estados tienen el deber de abstenerse de hacer propa-
ganda en favor de las guerras de agresión.
577
Cfr. SEARA, Vázquez, Modesto, Derecho Internacional Público, Porrúa, México, 1993,
Decimocuarta edición, p. 395.
CAPÍTULO 9. EL USO DE LA FUERZA Y EL CRIMEN DE AGRESIÓN EN EL ESTUDIO... 351
578
El artículo 1 se complementa con la siguiente nota explicativa: En esta definición el término
“Estado”: a) Se utiliza sin perjuicio de las cuestiones de reconocimiento o de que un Estado sea
o no miembro de las Naciones Unidas; b) Incluye el concepto de un “grupo de Estados”, cuando
proceda. Dicha disposición debe interpretarse de manera conjunta con el artículo 3, en el cual se
dispone que, (…) cualquiera de los actos siguientes, independientemente de que haya o no
declaración de guerra, se caracterizará como acto de agresión:
a) La invasión o el ataque por las fuerzas armadas de un Estado, del territorio de otro Estado,
o toda ocupación militar, aún temporal, que resulte de dicha invasión o ataque, o toda anexión
mediante el uso de la fuerza, del territorio de otro Estado o de parte de él;
b) El bombardeo, por las fuerzas armadas de un Estado, del territorio de otro Estado, o el
empleo de cuales quiera armas por un Estado, contra el territorio de otro Estado;
c) El bloqueo de los puertos o de las costas de un Estado por las fuerzas armadas de otro
Estado;
d) El ataque de las fuerzas armadas de un Estado contra las fuerzas armadas terrestres,
navales o aéreas de otro Estado, contra su flota mercante o aérea;
e) La utilización de fuerzas armadas de un Estado, que se encuentran en el territorio de otro
Estado con el acuerdo del Estado receptor, en violación de las condiciones establecidas en el
acuerdo, o toda prolongación de su presencia en dicho territorio después de terminado el acuerdo;
f) La acción de un Estado que permite que su territorio, que ha puesto a disposición de otro
Estado, sea utilizado por otro Estado para perpetrar un acto de agresión contra un tercer Estado;
g) El envío por un Estado, o en su nombre, de bandas, grupos irregulares o mercenarios que
lleven a cabo actos de fuerza armada contra otro Estado, de tal gravedad, que sean equiparables
a los actos antes enumerados, o su substancial participación en dichos actos.
Por su parte, el artículo 2 señala que:
El primer uso de la fuerza armada por un Estado en contravención de la Carta constituirá
prueba prima facie de un acto de agresión, aunque el Consejo de Seguridad puede concluir, de
conformidad con la Carta, que la determinación de que se ha cometido un acto de agresión no
estaría justificada a la luz de otras circunstancias pertinentes, incluido el hecho de que los actos
de que se trata o sus consecuencias no son de suficiente gravedad.
352 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
579
ACOSTA, Estévez, José B., op. cit., p. 38.
580
BUGNION, François, “Guerra justa, guerra de agresión y derecho internacional humanitario”,
en Revista Internacional de la Cruz Roja, Ginebra, 2002, N° 847, p. 14.
CAPÍTULO 9. EL USO DE LA FUERZA Y EL CRIMEN DE AGRESIÓN EN EL ESTUDIO... 353
581
REMIRO, Brotóns, Antonio, Agresión, crimen de agresión, crimen sin castigo, Fundación
para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior (FRIDE), Madrid, 2005, Documento de
trabajo, p. 5. Este trabajo también puede consultarse en www.politicaexterior.com
582
TUNKIN, Gregory I., op. cit., p. 47.
583
BUGNION, François, op. cit., p. 14.
354 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
584
Las atribuciones concedidas al CS en los artículos 2 y 4 de la resolución 3314 (XXIX), y que
tienen su fundamento en las responsabilidades conferidas a dicho órgano político en los artículos
24 y 39 de la Carta de la ONU, han propiciado un amplio y polémico debate en torno a la competencia
que detentan otros órganos de la ONU, en particular la Asamblea Genera y la Corte Internacional de
Justicia, en materia de agresión. En el siguiente apartado analizaremos a profundidad esta
problemática.
CAPÍTULO 9. EL USO DE LA FUERZA Y EL CRIMEN DE AGRESIÓN EN EL ESTUDIO... 355
585
Parte A, párrafo 1 de la resolución 377 (V).
586
Opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia relativa a “Ciertos gastos de las
Naciones Unidas”, pronunciada el 20 de julio de 1962. I.C.J., Reports, 1962, p. 163.
356 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
587
Ibíd.
CAPÍTULO 9. EL USO DE LA FUERZA Y EL CRIMEN DE AGRESIÓN EN EL ESTUDIO... 357
del mismo asunto. La Corte llegó a la conclusión de que “el Consejo de Seguridad,
en su reunión del 31 de diciembre de 1979, tomó nota de la providencia de la Corte,
y no parece que se la haya ocurrido a ninguno de los miembros del Consejo que
había o podía haber algo irregular en el ejercicio simultáneo de sus respectivas
funciones por parte de la Corte y el Consejo de Seguridad”.588 Además, la Corte
indicó que no había nada irregular en el ejercicio simultáneo de sus respectivas
funciones, ya que:
La postura asumida por la Corte fue bien recibida por Estados Unidos y los
miembros del CS, toda vez que la solución judicial de la controversia entre Estados
Unidos e Irán se había convertido en la única solución posible tras haberse
comprobado la ineficacia de las medidas adoptadas por el Consejo y el fracaso de
la incursión militar realizada por Estados Unidos en Irán. Caso contrario aconteció
en 1984, cuando Nicaragua presentó ante la CIJ una demanda en contra de Estados
Unidos por la realización de este último país de actividades militares y paramilitares
en y contra su territorio y soberanía.590
En dicho asunto, Estados Unidos argumentó, a fin de establecer la falta de
competencia de la Corte para conocer del caso, que Nicaragua había formulado
una imputación de agresión y conflicto armado prevista en el artículo 39 de la
CONU, de la que sólo podía ocuparse el CS con arreglo a las disposiciones del
Capítulo VII de la Carta, y no con arreglo a las del Capítulo VI en las que se prevé
la actuación de la Corte. Además, señaló que el demandante estaba ocupando a la
Corte como una instancia de apelación de las decisiones del CS, ante la negativa
de este órgano por adoptar medidas encaminadas a satisfacer las demandas
nicaragüenses. La Corte rechazó estos argumentos con base en los siguientes
razonamientos:
Primero, la Corte no había recibido notificación alguna del CS en la cual se le
pidiera aplazar el examen completo de la cuestión de fondo hasta que tanto se
tomara la decisión de autorizar las medidas coercitivas necesarias.591 Segundo, y
588
Sentencia de la Corte Internacional de Justicia en el asunto relativo al “Personal diplomático
y consular de los Estados Unidos en Teherán”, 24 de mayo de 1980. I.C.J., Reports, 1980, p. 21.
589
Ibíd., p. 22.
590
LOUDY, Marion, Nicaragua ante la Corte Internacional de Justicia, Siglo XXI Editores,
México, 1984.
591
Sentencia de la Corte Internacional de Justicia sobre cuestiones de competencia y admisibilidad
relativas al asunto de las “Actividades militares y paramilitares en y contra Nicaragua” (Nicaragua
c. Estados Unidos), I.C.J., Reports, 1984, p. 434.
358 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
592
Ibíd., p. 433.
593
Ibíd., pp. 434-435.
594
Ibíd.
595
Ibíd., p. 436.
CAPÍTULO 9. EL USO DE LA FUERZA Y EL CRIMEN DE AGRESIÓN EN EL ESTUDIO... 359
En este apartado final comparto con el lector una serie de reflexiones sobre los
avances más importantes en materia de regulación del crimen de agresión a partir
de los complicados trabajos de la Conferencia de Kampala de Revisión del Estatuto
de la Corte Penal Internacional, iniciada el 31 de mayo de 2010 y que culminaron
con la adopción de la Resolución RC/Res. 6 del 11 de junio de 2011, aprobada por
consenso, que contiene una definición sobre el citado crimen, al igual que el
enunciado de las condiciones para el ejercicio de la jurisdicción por la Corte, el
papel del Consejo de Seguridad y el mecanismo de entrada en vigor de las
enmiendas. A tal efecto, me he permitido avalar algunos de mis señalamientos
tomando por base un interesante y completo artículo –ampliamente recomendable–
de la joven profesora de derecho internacional público Gloria Fernández Arribas,596
de la Universidad Pablo Olavide de Sevilla, España, centrado precisamente en el
problema de la entrada en vigor y el ejercicio por la Corte Penal Internacional de la
jurisdicción sobre el tipo criminal que nos viene ocupando en el presente capítulo.
Como se vio en los anteriores apartados, antes de Kampala ya se contaba con
una definición en la materia adoptada por la Asamblea General de Naciones Unidas
en su Resolución 3314 (XIX), que ha sido el fundamento de la definición adoptada
por la Asamblea de Estados Partes de la CPI. Sin embargo, la adopción de la
Resolución de Kampala no se ha traducido en el ejercicio automático de jurisdicción
por la Corte sobre dicho crimen, pues ahí se ha establecido un plazo de siete años
para que se active la jurisdicción, así como un régimen que dificulta en gran medida
el ejercicio de la misma. Esta situación ha dado lugar a diferentes interpretaciones
acerca de la competencia de la Corte sobre los nacionales de Estados que no han
aceptado la jurisdicción o sobre crímenes cometidos en sus ámbitos territoriales,
lo que ha hecho necesario hasta el momento de escribir esta líneas, revisar
sistemáticamente el fondo de las posiciones los participantes durante la Conferencia,
a manera de definir con la mayor fidelidad posible, sus disposiciones finales. Lo
cierto es que, el asunto se mantiene tan complicado como al inicio de la entrada
en vigor del resolutivo.
596
FERNÁNDEZ, Arribas, Gloria, “Entrada en vigor y ejercicio por la Corte Penal Internacional de
la jurisdicción sobre el crimen de agresión”, Revista Electrónica de Estudios Internacionales,
Madrid, España, No. 23, mayo de 2013. La profesora Fernández participó en el Seminario de Verano
del Anuario Mexicano de Derecho Internacional (AMDI), celebrado los días 2 y 3 de septiembre de
2015 en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
360 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
597
Recordemos que durante la Conferencia de Roma y en el Comité Preparatorio sobre el
Estatuto de la CPI, se debatió la posibilidad de incluir el crimen de agresión en dicho Estatuto,
enfrentándose dos posturas claras: los partidarios de incluir el crimen, ya que de lo contrario podría
considerarse un retroceso respecto al Tribunal de Nuremberg que ya había incluido este crimen; y
aquellos que consideraban que no era posible en ese momento acordar una definición sobre el
crimen de agresión, así como tampoco consideraban posible establecer el papel del Consejo de
Seguridad. Al final no se llegó a acuerdo alguno, incluyendo simplemente el crimen de agresión entre
el listado de crímenes competencia de la Corte y dejando el ejercicio de la jurisdicción para una
posterior definición del mismo.
598
El artículo 8 del Estatuto se refiere a la competencia que tendrá la Corte respecto a los
crímenes de guerra en particular cuando se cometan como parte de un plan o política o como parte
CAPÍTULO 9. EL USO DE LA FUERZA Y EL CRIMEN DE AGRESIÓN EN EL ESTUDIO... 361
de la comisión en gran escala de tales crímenes, mismos que ahí de definen y detallan. Por su parte,
el artículo 15 remite al Fiscal de la CPI y le faculta para iniciar de oficio una investigación sobre la
base de información acerca de un crimen de la competencia de la Corte.
599
Al respecto, Gloria Fernández cita textualmente que: “A lo largo del evento hubo muchísimas
propuestas, conjuntas y de países por separado, y con la apertura de una nueva ronda de
negociaciones se arribó a una propuesta semifinal que contenía ya algunos aspectos de la fórmula
finalmente adoptada. Esta propuesta, que llevo el nombre de “Non-Paper ABCS”, partía del ejercicio
de la jurisdicción de la Corte sin ningún tipo de requisitos en caso de remisiones por el Consejo de
Seguridad. Para el caso del ejercicio de la competencia propio motu o por remisión de un Estado, se
establecía que a menos que el Estado no hubiese manifestado su intención de no aceptar la
competencia de la Corte mediante una declaración presentada al Secretario General de Naciones
Unidas, la Corte ejercería su competencia sobre el mismo. Aquí por tanto se incluye esta cláusula de
opting out que va a permanecer en la fórmula final. Esta propuesta excluía también la competencia
de la Corte respecto de los Estados no Partes cuando los crímenes fueran cometidos en su territorio
o por nacionales de esos Estados, cláusula que también acaba siendo introducida en la propuesta
finalmente adoptada.”, op. cit., p.13.
600
Propuestas de Argentina, Brasil, Canadá y Suiza (ABCS), integradas en una sola.
601
Este numeral señala que la entrada en vigor se producirá para las partes que la hayan
aceptado un año después del depósito de los instrumentos de ratificación o aceptación, dando la
Resolución por otra parte, la opción de depositar una declaración de exclusión de la competencia en
el momento de la ratificación o aceptación.
362 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
602
Artículo 15.2 ter. Resolución 6 Anexo I
603
Artículo 15.2 bis. Resolución 6 Anexo I. Aquí también se establece que la Corte ejercerá su
jurisdicción de conformidad con el artículo 12 respecto de los actos de agresión cometidos por un
Estado Parte, salvo que el Estado haya declarado previamente que no acepta la competencia
mediante una declaración de la que será depositario el Secretario, Gloria Fernández, op. cit., p.14.
604
Artículo 15.5 bis. Resolución 6 Anexo I
605
FERNÁNDEZ, Gloria, op. cit., p. 15, cita el trabajo recopilatorio de Kress, C. y Von Holtzendorff,
L., “El Compromiso de Kampala sobre el Crimen de Agresión”, Revista General de Derecho Penal,
nº 15, 2011.
606
En efecto, como lo apunta la profesora Fernández, el artículo 121.5 es más congruente con
lo establecido en la Convención de Viena sobre derecho de los tratados, la cual recoge que el
acuerdo de enmienda no obligará a ningún Estado Parte del Tratado que no llegue a ser parte en
dicho acuerdo.
CAPÍTULO 9. EL USO DE LA FUERZA Y EL CRIMEN DE AGRESIÓN EN EL ESTUDIO... 363
Aun así, a diferencia del artículo 121.4, con esta fórmula es posible evitar que se
prolongue en extremo la activación del ejercicio de la jurisdicción de la CPI en el
tipo criminal que nos ocupa, amén que tiene la ventaja de que la parte que no
desee someterse al régimen de Kampala se limita a no ratificar las enmiendas sin
optar por retirarse del Estatuto.
Por otra parte, en el entendido de que la entrada en vigor no conlleva el ejercicio
automático de la jurisdicción de la CPI, debe conocerse el régimen aplicable y los
requisitos establecidos al efecto. Tenemos así que es requerimiento inicial para
poder ejercer la jurisdicción, en los casos de remisión por el Consejo de Seguridad
y en los de remisión por los Estados o motu proprio, que se adopte una decisión
con posterioridad al primero de enero de 2017 por la misma mayoría de Estados
que se requiere para la aprobación de una enmienda,607 lo cual de entrada resulta
problemático no sólo porque la decisión deberá ser aprobada por mayoría de dos
tercios de los Estados Partes, sino porque acarreará seguramente el inicio de un
nuevo procedimiento de negociación entre éstos para arribar a su adopción,
pudiéndose prolongar el proceso indefinidamente o aun peor, llegar a la necesidad
de enmendar nuevas disposiciones, y generar así un verdadero círculo de causación
jurídica negativa.
Se ha justificado de varias maneras la espera hasta 2017, esto es, que si la
Corte es joven y sin experiencia, que aún no ha sentenciado de manera firme y
precisa, que el crimen de agresión es demasiado complejo a diferencia de otros ya
abordados por el tribunal y otros argumentos por el estilo, aunque la razón de fondo
más bien se encuentra en la necesidad evidente de los Estados de implementar a
plenitud en su derecho interno el propio Estatuto de Roma, y de adaptar
eficientemente su orden penal doméstico, especialmente en asuntos vinculados
con el régimen de las inmunidades de jefes de Estado y superiores jerárquicos y el
ejercicio de la jurisdicción.
Respecto de este último, además de esperar hasta 2017 para una nueva decisión,
el artículo 15 bis recogido en la Resolución 6 establece otra serie de condiciones
para el ejercicio de la competencia del Tribunal sobre el tipo criminal que nos
ocupa, por ejemplo, que habrá de transcurrir un año a partir de la aceptación o
ratificación de las enmiendas por treinta Estados partes. Nótese como de manera
extraña se combinan los artículos 121.4 y 121.5 del Estatuto, al incluir el requisito
de espera de un año y un número concreto de ratificaciones tal y como establece
el artículo 121.4, a pesar de que el sistema de entrada en vigor por el que se opta
expresamente en el artículo 1 de la Resolución es el del artículo 121.5 estatutario.
Pero el asunto mas controvertido en lo tocante al ejercicio de la competencia de la
CPI en el caso de las remisiones de asuntos por los Estados o motu propio motu
aparece en los apartados 4 y 5 del artículo 15 bis, y en la interpretación que en
relación con los mismos se haga del artículo 121.5. Por ejemplo, el apartado 4 del
artículo 15 bis establece como regla general el ejercicio de la competencia conforme
al artículo 12 del Estatuto, es decir, sólo si el Estado en el cual se ha cometido la
conducta o el Estado del que sea nacional el acusado del crimen, es parte o ha
aceptado la competencia. Sin embargo, esta regla general se contrapone con el
607
Artículos 15 bis. 3) y 15 ter. 3) Resolución 6 Anexo I
364 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
párrafo segundo del artículo 121.5, que establece al texto que el Tribunal penal “no
ejercerá su competencia respecto de un crimen comprendido en la enmienda cuando
haya sido cometido por nacionales o en el territorio de un Estado Parte que no
haya aceptado la enmienda”. Es por ello que, ante tal contraposición de dos normas
estatutarias, los Estados Partes se han decidido por continuar aplicando el régimen
establecido para ejercer la competencia por remisión del Consejo de Seguridad
que permite el ejercicio de la jurisdicción respecto de cualquier Estado, sea o no
parte del sistema de Roma.608
Además, el apartado 4 del artículo 15 bis, contiene la denominada cláusula de
opting out, que constituye un obstáculo más a la interpretación del numeral, al
preceptuar que la CPI no ejercerá su competencia en base al artículo 12 del Estatuto
respecto de aquellos Estados que hayan “declarado previamente que no aceptan
esa competencia mediante el depósito de una declaración en poder del Secretario”.
De nueva cuenta estamos ante normas en franca contradicción, pues el artículo 15
bis remite al artículo 12 del Estatuto que establece con carácter general el régimen
de competencia de la Corte, mientras que artículo 1 de la Resolución refiere al
artículo 121.5 del Estatuto que en un sentido de interpretación limita el alcance de
la competencia del artículo 12 del Estatuto. Todas estas confusiones han originado
diversas interpretaciones sobre el ejercicio de la competencia de la Corte y el
sentido del artículo 15 bis de la Resolución y 121.5 del Estatuto. Empero, todo
parece aclararse si, como lo resaltan Kress y Von Holtzendorff,609 cuando la
Resolución de Kampala menciona el artículo 121.5 sólo toma de éste su primer
párrafo, el de entrada en vigor, y no el segundo que refiere al ejercicio de la
competencia. En este sentido, hay quienes opinan que sólo es aplicable el artículo
12 para el ejercicio de la competencia, quedando fuera de la jurisdicción de la CPI
únicamente aquel Estado que realizara la declaración de exclusión de la
competencia.
Lo cierto es que esta postura es más congruente con la idea de ampliar la
jurisdicción de la Corte y la efectividad de la Resolución, pero la mayoría de la
doctrina (Van Schaack, Coracini, Akande, Zimmermann y otros), opina que el artículo
608
Al respecto la profesora Fernández agrega en op. cit., pp. 19 y 20, una interesante reflexión
basada en los trabajos de Van Schaack, B. y Fernández Arribas, G., en el sentido de que la “la
competencia recogida en el Anexo III no se produce respecto del ejercicio de la competencia por
remisión de Estados o propio motu, si bien al contrario, señalando en el artículo 15 bis. 5 que
respecto de los Estados no Partes la Corte no ejercerá la competencia en caso de crímenes
cometidos por nacionales de dichos Estados o en el territorio de dichos Estados. Esto supone sin
duda una excepción al artículo 12, siendo por tanto necesario que confluyan los dos requisitos de
territorio y nacionalidad, y manteniéndose la duda respecto de los Estados Partes que no han
ratificado las enmiendas. Esta excepción respecto del artículo 12 puede encontrar su justificación
en el principio que establece que un Tribunal Internacional no es competente para pronunciarse
sobre un asunto que afecte a un Estado sin su consentimiento. Y en estos casos, a pesar de que
la Corte este ejerciendo su competencia sobre individuos, es necesario para establecer una condena
por la comisión de un crimen de agresión que la Corte se pronuncie sobre si ha habido o no acto de
agresión, lo que sí afectaría al Estado. De cualquier modo, la inclusión de esta excepción se ha
considerado un precio a pagar por excluir el filtro del Consejo de Seguridad a la hora de iniciar estos
procedimientos.
609
Citados por FERNÁNDEZ, Gloria, op. cit., p. 20.
CAPÍTULO 9. EL USO DE LA FUERZA Y EL CRIMEN DE AGRESIÓN EN EL ESTUDIO... 365
610
La profesora Fernández subraya que este enfoque es acorde con la Convención de Viena
sobre Derecho de los Tratados, cuando señala que ninguna enmienda entrará en vigor para un
Estado a no ser que la haya aceptado. Y agrega con razón que, según el artículo 40.4 de la
Convención de 1969, “la libertad de aceptar o no las enmiendas sólo se evitaría “mediante una
cláusula convencional que les atribuyera eficacia erga omnes”, como la establecida en el artículo
108 de la Carta de Naciones Unidas”, op. cit., p. 22.
611
La colega agrega con tino que: “(…) esta diferencia de regímenes también habría facilitado
el régimen de ejercicio de la jurisdicción, ya que al artículo 15 bis le hubiese sido de aplicación el
artículo 121.4 del Estatuto, entrando en vigor las enmiendas para todos los Estados Partes después
de la ratificación de siete octavos de los Estados y dando sentido en este caso a la cláusula de
opting out, que hubiese permitido que un Estado no se viese obligado por las enmiendas sin
necesidad de denunciar el Estatuto”, op. cit., p. 23.
366 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
Reflexiones finales
Los amplios debates y los ríspidos desencuentros doctrinales observados a lo
largo de los últimos tres lustros en torno a la definición del acto y crimen de agresión,
es un claro ejemplo más –como ocurre también con el tratamiento del terrorismo
en todos sus niveles y acepciones–, de que el derecho internacional y la política
mundial de la globalidad no pueden ser estudiados y plenamente comprendidos de
manera aislada. Por el contrario, están íntimamente vinculados y ejercen acción
recíproca uno hacia el otro. Hace setenta años, al calor de las demenciales
“soluciones finales” de Hiroshima y Nagasaki, las potencias vencedoras de la última
conflagración planetaria definieron de manera rápida y más o menos precisa el
crimen de agresión ya que sus intereses políticos y su idea de justicia, así se los
exigían. En 1974, los Estados más influyentes aceptaron una definición del crimen
de agresión, en la medida en que ésta sólo tenía un carácter declarativo, por lo que
sus verdaderos alcances y significado eran, y continúan siendo objeto de
interminables discusiones en las universidades, en los espacios gubernamentales,
en los foros políticos y jurídicos de las organizaciones internacionales regionales y
universales, así como en el escenario de la sociedad civil internacional, la opinión
pública transnacional y las corrientes altermundistas de mayor peso en el escenario
actual.
En efecto, es innegable que desde 1998 y hasta nuestros días, los intereses
políticos de los Estados han impedido que la Corte Penal Internacional y la
comunidad internacional cuenten con una definición y tipificación precisa de este
crimen supremo contra el derecho de gentes y la paz y seguridad de las relaciones
internacionales. Y es que la cuestión de la agresión hace mucho tiempo dejó de
ser un debate meramente jurídico, para convertirse en una cuestión eminentemente
política, que sólo avanzará hacia buen puerto en la medida en que la negociación
internacional logre conciliar posturas y direccionar intereses. En el proceso de
negociación desempeñarán un papel sumamente importante la Organización de
las Naciones Unidas y las Conferencias de Revisión del Estatuto de Roma que dio
vida a la Corte Penal Internacional como foros internacionales de discusión, y la
participación activa, a través de propuestas y reuniones, realizadas a iniciativa
propia por parte de todos aquellos Estados que se encuentran a favor de la
introducción de una definición consensuada del crimen de agresión en dicho
instrumento, así como de detonar el mecanismo de ejercicio jurisdiccional de este
tribunal criminal en tan delicada materia.
En realidad, a mi modo de ver las cosas, el problema de fondo no radica en la
definición ni en el sistema ni en las condiciones en qué ejercerá competencia la
CPI, sino en los intereses políticos que se encuentran de por medio. A las grandes
potencias no les interesa qué tipo de definición se adopte, siempre y cuando, el
Consejo de Seguridad sea el encargado de determinar la existencia de un acto de
agresión. Es decir, mientras que sus nacionales no corran el riesgo de ser llevados
ante la Corte. Por su parte, las potencias medianas, las cuales han sabido sacar
provecho del status quo internacional y que por lo regular nunca tienen problemas
con otros Estados, son conscientes de que una definición del crimen de agresión
políticamente viable necesariamente tiene que incluir al Consejo de Seguridad.
Finalmente, para los países débiles y para aquellos que se encuentran en constante
CAPÍTULO 9. EL USO DE LA FUERZA Y EL CRIMEN DE AGRESIÓN EN EL ESTUDIO... 367
enfrentamiento, entre ellos y con las grandes potencias, la opción más viable es la
adopción de una definición precisa que no pueda ser utilizada en su contra de
manera arbitraria, y que no contemple o minimice la participación del Consejo de
Seguridad, es decir, buscan privilegiar, ante todo, el régimen de iniciativa motu
proprio para el ejercicio de la jurisdicción de la Corte Penal Internacional.
En tanto que los Estados soberanos parecen jugar al circunloquio y dicen con-
ciliar intereses y alcanzar acuerdos, y las organizaciones internacionales
competentes parecen bordar en el vacío, la comunidad internacional sigue
careciendo de una definición del crimen de agresión, y adoleciendo de una parálisis
del ejercicio jurisdiccional del Tribunal de Roma, ocasionando un vacío jurídico y
una suerte de esclerosis del sistema de justicia internacional, que ha permitido
que muchos Estados recurran al uso de la fuerza armada de manera discrecional
y arbitraria, y que sus líderes y operadores políticos y militares gocen de impunidad
por sus actos.
Finalmente, observando los resultados prácticos de la Conferencia de Kampala
y su secuela hasta la fecha, no se puede menos que hacer una crítica severa al
sistema de entrada en vigor y ejercicio de la jurisdicción establecido en la Resolución
sobre el crimen de agresión, por su carácter riesgoso, ambiguo y plagado de
innecesarias interpretaciones que conducen indefectiblemente a conclusiones
inconsistentes y disímbolas. Además es de tomarse muy en cuenta el boicot
emprendido en contra de la CPI en varias situaciones para el ejercicio de su
competencia, como es el caso Al Bashir o el problema del bloqueo en 2002 por
parte de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad de la resolución para renovar
la misión de paz en Bosnia y Herzegovina, y otros más hasta nuestros días por
parte de Rusia, China y otros Estados que, justamente por ello, han sido catalogados
como objetores persistentes de la justicia y de la cooperación internacionales para
el combate efectivo al crimen de agresión.
368
369
CAPÍTULO 10
INVESTIGACIÓN DIRIGIDA EN TEMAS DE DERECHO Y COOPERACIÓN
PENAL INTERNACIONAL: SOCIEDAD INTERNACIONAL “ANÓMICA” Y
DELINCUENCIA ORGANIZADA TRANSNACIONAL
* Profesor Titular “C” de Carrera, Nivel PRIDE “D”, Doctor en Relaciones Internacionales, y en
Ciencias Políticas y Sociales por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, e Investigador
Nacional Nivel III. Coordinador Académico del Proyecto PAPIME PE303715 (20015-2017), y del
presente libro.
370 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
612
Son muchos los temas que deben ser estudiados necesariamente para lograr una visión
integral y completa del fenómeno de la DOT, los cuales sólo mencionaré pues su tratamiento rebasa
el espacio y propósitos del presente capítulo. Se trata, entre otros más, de los siguientes: 1) DOT y
seguridad internacional; 2) DOT y sociedad civil internacional; 3) DOT y reforma estructural del
sistema de las Naciones Unidas; 4) Sistema Político Mundial y DOT; 5) Crimen transnacional y
globalización económica; 6) Liberalización y delincuencia financiera transnacional; 7) Fenomenología
de la cooperación entre organizaciones criminales; 8) Las organizaciones regionales y la DOT:
OEA, Unión Africana, Liga de Estados Árabes, Comunidad de Estados Independientes y ANSEA; 9)
Cooperación contra la DOT en Europa; 10) La DOT y los conflictos regionales y subregionales; 11)
Estado y crimen organizado transnacional en América Latina; 12) Las inteligencias internacionales
frente a la DOT; 13) Las policías internacionales, la Interpol y la DOT; 14) Mito y realidad de las
denominadas triadas globales; 15) La Corte Penal Internacional frente al tratamiento de los crímenes
cometidos por la DOT; 16) Empresas Transnacionales y DOT; 17) La DOT y los mercados de
energéticos y de materias primas; entre otros más de especial relevancia en las relaciones
internacionales.
CAPÍTULO 10. INVESTIGACIÓN DIRIGIDA EN TEMAS DE DERECHO Y... 371
613
ANDRADE, Sánchez, Eduardo, Instrumentos Jurídicos contra del Crimen Organizado,
Consejo de la Judicatura Federal, Poder Judicial de la Federación, IIJ-UNAM, México, 1997. Señala
el autor que, en los tiempos de la globalización, el concepto de delincuencia organizada que interesa
analizar es de cuño reciente pero que la organización como elemento del fenómeno delictivo no es
algo novedoso. De hecho, puede afirmarse que siempre han existido formas de violación organizada
de la ley.
614
ROMANO, Francesco, Salvatore, Historia de la Mafia, Alianza Editorial, Madrid, 1970, 304
pp. En esta obra se indica que la mafia surge desde el siglo XIX en Sicilia, Italia, como resultado de
la asociación de los encargados de resguardar las grandes fincas, propiedades rurales, quienes
CAPÍTULO 10. INVESTIGACIÓN DIRIGIDA EN TEMAS DE DERECHO Y... 373
junto con el desarrollo paralelo del narcotráfico como una gran industria más
fácilmente ‘globalizable’ e, inclusive, la posibilidad de desplazamientos de grandes
capitales a través de los circuitos financieros legales: bancos, casas de bolsa,
casas de cambio y otros entes de las divisas y las finanzas, les han dado una
mayor capacidad para expandir sus actividades hacia diferentes campos teniendo
como territorio de operación el mundo entero.
Una de las áreas verdaderamente más recientes es, por ejemplo, el tráfico de
desechos tóxicos,615 el cual viene a sumarse a la pléyade de actividades ilícitas de
estas organizaciones que van desde la extorsión, la intimidación a personas para
que les paguen por protección, el secuestro, hasta la realización de fraudes
internacionales en el amplio rubro del dinero plástico o bien de montos muy elevados
en los que han llegado a afectar a miles de personas, sea por los medios de estafa
tradicionales o bien empleando sofisticados métodos cibernéticos. Además, del
lavado de dinero, existen otros delitos sobre los que se está estructurando la acción
de la criminalidad global, como el robo de automóviles que permite distribuir desde
unidades completas, hasta piezas por separado en diferentes países, lo cual
requiere, por supuesto, la participación de una gran cantidad de individuos –públicos
y privados– que actúan organizadamente. Otro flagelo es el de los asaltos en
carreteras cometidos en contra de transportes de gran magnitud, por ejemplo, de
productos alimenticios o insumos para la construcción de todo género.
Evidentemente es una forma de delincuencia organizada porque requiere reciclar
esos bienes en un mercado supuestamente lícito.
También hay formas tradicionales de criminalidad que se consideraban ya parte
del pasado histórico y que, sin embargo, han vuelto a aparecer –hoy altamente
estaban armados por sus patrones, los dueños de las tierras, y operaban como una especia de
guardias blancas. Aprovechando su cercanía, su conocimiento entre ellos y el disponer de
armamento, empezaron a emplearlo para obtener beneficios ilícitos recurriendo a la amenaza. Fue
creciendo y es sabido que en los Estados Unidos, en las décadas de los años veinte y treinta, se
desarrolló en gran medida, a partir de que los mafiosos trasladaron a las ciudades norteamericanas
de Chicago y Nueva York principalmente, las mecánicas de la organización mafiosa. Las denominadas
familias, que son grupos de delincuentes pertenecientes a este género mafioso de organización
delictiva, se disputan territorios de las ciudades, sobre los cuales van a cometer sus acciones
delictivas, principalmente la extorsión, aprovechando el uso de su fuerza. A la extorsión le agregan
después, como en cualquier empresa, nuevos giros, pasando entonces a poner sus propios
establecimientos, por lo general prostíbulos y casas de juego. Así se diversifican, lo cual es una de
las características de la organización delictiva, como la de cualquier empresa comercial: la tendencia
a la diversificación y a llenar sus propias necesidades mediante la realización de actividades por sí
mismas. Aquí cabe hacer una precisión: hoy el término mafia es empleado como sinónimo de
organización delictiva en general, mientras que en Italia se distingue claramente entre la mafia de
origen siciliano y la camorra, que es otra organización para delinquir de origen napolitano. Existe
además de la mafia y la camorra, la ‘ndrangheta, palabra de origen griego empleada para aducir a
otro tipo de asociación criminal que tiene su origen en Calabria. Tenemos así tres especies del
género de organización delictiva: mafia, camorra y ‘ndrangheta. Y a ello hay que agregar la Cosa
Nostra, la cual proviniendo del marco general de la mafia siciliana, en la actualidad se distingue
organizacionalmente de ésta.
615
Este es un tema de la ilicitud internacional insuficientemente abordado pero de una importancia
enorme. Este negocio negro involucra cada vez a más y más personas del mundo del hampa y de
las industrias y gobiernos.
374 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
616
En obras anteriores me he referido a la extraordinaria cantidad y variedad de delitos y
crímenes que conforman el estado patológico de la sociedad internacional actual. Sin embargo,
considero importante hacer alusión más detallada a algunos que juzgo dignos de mencionarse
atendiendo a su impacto y sólo como muestras, sin soslayar la relevancia que tienen otros ilícitos
que no paso a detallar por razones únicas de tiempo y espacio. En este sentido, hay otros crímenes
muy publicitados pero no suficientemente estudiados y que deben ser objeto de cuidadoso análisis
por juristas, penalistas, sociólogos y humanistas para determinar su grado de existencia y realidad.
Me refiero al tráfico de infantes con el objeto de comerciar con sus órganos. Pese a que no se ha
comprobado la realización de tales atrocidades, y a que personas con experiencia en la materia
argumentan que es poco probable, por lo menos existe una inquietud social al respecto. Se especula
que el tráfico de niños con esas finalidades sea un delito cometido por organizaciones especializadas
en ello. Cualquiera que sea la verdad, el asunto debe indagarse responsablemente, pues si bien tal
tráfico de órganos no se ha acreditado, sí se conocen fehacientemente casos de mercadeo ilegal
de infantes para comerciar con ellos con fines de adopción o para explotarlos laboral o sexualmente.
617
Ver la Tesis de Licenciatura de mi alumna ESTRADA Padilla, Suiri María, Cooperación y
derecho internacional penal: la organización delictiva de las Maras y su impacto en Centroamérica
y México, FCPS, UNAM, México, 2010.
CAPÍTULO 10. INVESTIGACIÓN DIRIGIDA EN TEMAS DE DERECHO Y... 375
618
BERDAL, Mats y SERRANO, Mónica (compil.), Crimen transnacional organizado y seguridad
internacional. Cambio y continuidad, FCE, México, 2005.
619
Además, la potencialidad de impunidad se ve amplificada por otras “cualidades” propias de
estas “instituciones” criminales: el trabajo en la clandestinidad y el alejamiento de los jefes de las
376 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
tareas delictivas de mayor gravedad e incriminación; amén que se dispone de otro instrumento, que
es la intimidación, tanto de los que no pertenecen a la organización como de los miembros de ella,
quienes saben del alto costo del hecho de delatar a los superiores.
CAPÍTULO 10. INVESTIGACIÓN DIRIGIDA EN TEMAS DE DERECHO Y... 377
620
Llama la atención desde diversos puntos de vista que ésta no fuese incluida en el análisis de
la ONU. Para tener una referencia de las dimensiones del mercado de dicho enervante se puede
tener como referencia al cálculo que en 2006 hiciera la Oficina de Política Nacional para el Control
Droga de Estados Unidos (ONDCP), y que indica que tan sólo el mercado de mariguana entre México
y Estados Unidos se elevó a ocho mil 500 millones de dólares, cifra que casi se duplicó siete años
después. Si bien estas cifras no generan consensos son útiles como indicio.
378 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
621
En términos de su localización geográfica, se puede afirmar que México es visto por la
delincuencia mundial como uno de lo espacios con más ventajas para consolidar negocios ilícitos
multimillonarios. Por tal razón es importante que todo el conjunto de autoridades mexicanas, las del
orden federal, estatal y municipal, así como la propia sociedad civil cobren conciencia del tamaño de
esta amenaza. En dicho entorno se impone la realización de estrategias y acciones coordinadas,
coherentes y consecuentes tanto con el fin como con las razones y proporciones del problema y
las soluciones.
CAPÍTULO 10. INVESTIGACIÓN DIRIGIDA EN TEMAS DE DERECHO Y... 379
622
ABADINSKI, Howard, Organized Crime, Wadsworth, Cengage Learning Editions, Belmont,
CA, USA, 2007, pp. 25 y ss.
623
El caldo de cultivo no es nuevo y por tanto la DOT es también un fenómeno añejo que se ha
agudizado en cuanto a su incidencia y sus efectos en la paz y seguridad internacionales. Dicho
estado de cosas es tan grave que a diferencia de lo que ocurría hace algunos años, ya se
considera un factor de amenaza para la estabilidad de los Estados y del aún precario sistema de
relaciones internacionales. Ante su agudización, la comunidad internacional ha tomado medidas de
todo tipo, destacándose dentro de estas la creación de instituciones internacionales como la citada
ONUDD, así como instrumentos internacionales orientados a prevenir y resolver y flagelo y sus
efectos desestabilizadores. Sin embargo el tamaño y las facultades de dicha Oficina son a toda luz
insuficientes, amén de una influencia prácticamente nula
380 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
Esta definición es más compleja y adosa elementos que van desde la parte
sustantiva relativa a las actividades ilegales, como a la orgánica y a la procedimental.
Respecto al antiguo debate entre la relación existente de la DOT y el terrorismo,
la Comisión Europea lo confirmó a través de estudios serios y de gran calado. Su
definición acepta que, si bien puede haber conexidad con el terrorismo, la DO es
de hecho una amenaza a toda la sociedad, no solo a una parte de ella. Como se
puede observar, las características comunes de las definiciones aquí presentadas
implican la existencia de grupos con alguna formalidad, con división de funciones y
con capacidad de influir por vías corruptas en los servidores públicos. Es de destacar
que la CNUCDOT no hiciera una definición directa de DOT, sino de los elementos
constitutivos de la misma. Dicho instrumento define, en su artículo 2(a) que:
624
GAROFALO, Rafael, La criminología internacional, Madrid, España, 1980.
625
ABADINSKI, op. cit, p. 40
CAPÍTULO 10. INVESTIGACIÓN DIRIGIDA EN TEMAS DE DERECHO Y... 381
626
BASSIOUNI, Cherif M., Crimes against humanity in international criminal law, Kluwer Aca-
demic Publishers, Netherlands, 1992.
382 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
derechos fundamentales del hombre. Por tal razón, las políticas exteriores de los
Estados y la comunidad internacional deberán tomar muy en cuenta que los
sistemas políticos y el bienestar de los ciudadanos están seriamente amenazados
por estos flagelos heredados del infausto siglo XX. En estos tiempos, y desde una
perspectiva estructuralista, hay que considerar que los rasgos predominantes de
tal patología son dos: por un lado, se trata de un estado delincuencial y de
criminalidad lato sensu, con una fuerte organización, jerárquicamente estructurada,
ya sea en las empresas, o ya en la organización criminal stricto sensu. Por el otro,
desde el punto de vista material, la criminalidad de la globalización está integrada
por sujetos muy poderosos, se significa normalmente por la magnitud de sus efectos
económicos, pero también, inclusive, por sus efectos políticos, sociales, jurídicos,
ideológicos y culturales.627 Todo ello va unido a una gran capacidad de desestabilizar
los mercados, así como una gran eficacia para la corrupción de funcionarios y
gobernantes, lo cual incide fuertemente tanto en la afectación de bienes jurídicos
individuales como en el deterioro o destrucción de bienes jurídicos supra individuales,
generales, colectivos o comunitarios.
De ahí que la aparición del derecho internacional penal sustantivo, debe empezar
con la premisa esencial de que su función es, como la del derecho penal interno, la
protección de bienes jurídicos internacionales. No obstante, esta acepción no de-
fine con suficiencia al derecho penal, ya que la protección de bienes jurídicos no es
una función exclusiva de éste, sino que incumbe a todos los sectores del
ordenamiento jurídico en general. En otros términos, en tanto que el derecho penal
protege los bienes vitales más importantes del orden interno frente a las formas
más graves de agresión, el derecho internacional penal protege, de los bienes
vitales que constituyen el orden internacional, los que son más relevantes frente a
las conductas típicas de mayor gravedad, como las que genera la DOT. En efecto,
como lo enfatizo en mi Tesis doctoral,628 el derecho internacional penal cobra hoy
enorme e inusitada relevancia porque vivimos en el contexto de una sociedad glo-
bal de características conflictuales y patológicas, donde imperan la violencia, el
caos y el desorden, la inseguridad, las conductas delictuosas, los crímenes y las
formas de organización criminal transnacional, las infracciones a la ley y la impunidad
en una infinita gama de manifestaciones.
Cabe recordar que existen múltiples formas de la DOT: la que opera en los
territorios de varios Estados; en lugares distintos a su residencia sin burlar la ley
territorial propia; la que aprovecha la globalización para sortear los controles le-
gales y judiciales; y la que utiliza los resquicios que inevitablemente presentan las
legislaciones nacional, regional o comunitaria e internacional. Y ello es de esa
manera porque la transnacionalización de las actividades sociales, económicas y
culturales también incluye una muy intensa diseminación transfronteriza de las
actividades delictivas y criminales, que demandan una especial colaboración entre
los países y por medio de los organismos internacionales para prevenir y reprimir,
en su caso, tales acciones, las cuales desde el interior de los Estados tienden ya
627
MÁRQUEZ, Piñero, Rafael, Derecho Penal y Globalización, Editorial Porrúa, México, 2001,
pp. 234-235.
628
VELÁZQUEZ, Elizarrarás, Juan Carlos, El derecho internacional penal, op. cit.
CAPÍTULO 10. INVESTIGACIÓN DIRIGIDA EN TEMAS DE DERECHO Y... 383
a traspasar las fronteras y dañar tanto a países vecinos como a los más lejanos;
así como para desplegar los medios y estrategias más adecuados de ataque a la
delincuencia que proviene de otros lugares y causa sus efectos o transita por el
territorio nacional.
La anomia de la sociedad global, proviene de las propias disfunciones patológicas
de los órdenes sociales comunitario e interno, aunque llega a adquirir –como es
lógico– características y dinámica muy particulares. Es bien conocido el hecho de
que al amparo de la sociedad globalizada la mayor parte de la delincuencia nacional
o interna de los países es el semillero para el desarrollo y ‘tecnificación’ de la
delincuencia internacional y más aún, cuando la criminalidad interna logra la
formación de redes eficientes, constituye un importante soporte para las actividades
criminales transnacionales organizadas, incluso para las no organizadas. En par-
ticular, la DOT se ha vuelto, en esencia, versátil, y puede adaptarse casi a cualquier
medida que adopte un Estado nacional aislado, lo que hace evidente la insuficiencia
de las medidas nacionales y de la necesidad de recurrir a la cooperación
internacional en su sentido más amplio. En la globalización, las estructuras del
delito contra el orden establecido y los derechos humanos, y los sindicatos del
crimen se desarrollan a través de las formas más variadas de actividad ilícita y las
vías menos previsibles para consolidar su poder e influencia en la escena delictiva,
y penetrar con sigilo y eficiencia en las instituciones democráticas más
fundamentales.629
Por cuanto concierne a la óptica insoslayable de los derechos humanos, habrá
también de considerarse que los delitos y crímenes contra las personas han dejado
629
El modus operandi de la DOT es variable, pero suele obedecer a los siguientes criterios:
l
Se ha convertido en una sofisticada maquinaria de actividad esencialmente transnacional
que mueve grandes fortunas y que carece del más mínimo escrúpulo, además de vulnerar
la más amplia gama de derechos.
l
Controla todos los niveles y espacios delincuenciales, buscando formas de cubrirse,
diversificarse y sofisticarse, entrando, poco a poco, en los mercados inmobiliarios y
financieros, dándose una apariencia de legalidad casi perfecta; de ahí al “ciberdelito”, no
hay más que algunas etapas intermedias.
l
Es capaz de procurarse los mejores medios y recursos, tanto humanos como materiales,
acrecentando su ventaja tecnológica con respecto a las fuerzas de seguridad del Estado.
l
Tiene capacidad de adaptación a los cambios legislativos, de estrategia de las fuerzas de
seguridad y de sus gobiernos, o a la modificación y ampliación constante de sus mercados
y nuevas áreas de actuación: delitos financieros y comerciales, fraudes y estafas a gran
escala, redes de extorsión y de influencia, falsificación de dinero y tarjetas de crédito o
los complejos entramados financieros para el blanqueo de dinero, que también se lleva a
cabo por métodos menos sofisticados, como la “exportación” masiva de dinero en efectivo
y su ingreso en sistemas bancarios más laxos en el control del origen del dinero (las
cifras son escalofriantes: la droga mueve anualmente (Julio de 2013) más de 600 mil
millones de dólares y el blanqueo de dinero supone entre el cuatro y el seis por ciento del
PIB mundial).
l
A medida que los beneficios legales se van mezclando con los de origen ilegal, o las
organizaciones criminales van logrando constituir sólidas redes financieras cada vez
más densas y eficaces, los Estados y los organismos intergubernamentales van siendo
cada vez menos capaces de detectar la actividad criminal en ese terreno.
384 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
de ser monopolio exclusivo de los gobiernos y las oligarquías de todo género, para
trasladarse, desafortunadamente, al ámbito de los entes privados que se
desenvuelven en el amplio espectro global de la criminalidad internacional. De esta
suerte, tenemos que el tráfico de armas está íntimamente asociado a diversos
tipos de actividad criminal y, muy especialmente, al terrorismo. Usan, como es de
suponerse, los mismos cauces y rutas del tráfico de drogas, seres humanos o
especies de la flora y fauna silvestres. Los llamados pateras, por ejemplo, transportan
droga, inmigrantes y/o animales exóticos, siempre que el “negocio” les resulte
rentable. Por esta razón, los países como México, menos rigurosos con ciertos
tipos de delincuencia deben tener en cuenta que los mismos criminales a los que
consideran “menos peligrosos”, se dedican, también, a otras modalidades delictivas,
igual o más graves que el tráfico de seres humanos, como lo pueden ser el de
armas, de estupefacientes o el traslado de terroristas, mercenarios y otros
infractores.630
Esta deleznable tipología de crimen transnacional tiene variantes a cada cual
más execrable: la explotación sexual de mujeres, la pederastia o pedofilia, la
explotación económica de inmigrantes irregulares, la pornografía informática o el
tráfico de órganos humanos. Y todo esto conduce, de forma inevitable, a la
conclusión de que todos estos fenómenos están conectados unos con otros y con
otros más que no tienen estricta relación con esta realidad criminógena de la
sociedad global, pero que pueden llegar a ser auténticos catalizadores del delito y
el crimen transnacional, como lo son: la inestabilidad política, la violencia oficial
contra los ciudadanos nacionales y extranjeros, la corrupción y la impunidad, la
tortura y la discriminación, el autoritarismo y la represión, la denegación de justicia,
las disparidades sociales o económicas de un país o región determinados, o aún
los profundos desequilibrios sociales o graves exclusiones de minorías y grupos
étnicos sociales, como los que desafortunadamente ocurren cotidianamente en
México, en América Latina y en el resto del mundo del subdesarrollo y la marginación.
Así las cosas, el problema de la DOT es por definición, de naturaleza global y
como fenómeno omnicomprensivo amenaza, no sólo el desarrollo de los Estados,
su estabilidad económica y financiera, sino incluso su maquinaria político-
burocrática, su estructuración jurídica, su régimen de libertades y las propias
instituciones democráticas, poniendo en entredicho, correlativamente y por
añadidura, el precario equilibrio del sistema de relaciones internacionales, por lo
cual representa un permanente desafío a la propia existencia y efectividad del
derecho internacional penal. Dicho en otros términos, hablar de internacionalización
del delito es referirse a una gran cantidad de fenómenos que se presentan hacia el
interior de los Estados y que, debido a múltiples factores, trascienden las fronteras
nacionales, ramificando sus actividades y logrando con ello que crezcan
notablemente sus ámbitos de influencia económica y su determinación en los
temas más delicados de las actuales agendas políticas de los Estados y de las
organizaciones internacionales, dentro y fuera del sistema de las Naciones Unidas.
El ejemplo quizás más creciente y representativo de esta fenomenología lo
630
COSS, Nogueda, Magda, Tráfico de armas en México. Corrupción, armamentismo y cultura
de la violencia, Grijalbo, Proceso, México, 2012, pp. 114 y ss.
CAPÍTULO 10. INVESTIGACIÓN DIRIGIDA EN TEMAS DE DERECHO Y... 385
631
SMITH, Meter, H., El Combate a las Drogas en América, FCE, México, 1993.
632
CASTAÑEDA, Jiménez, Héctor F., Aspectos Socioeconómicos del Lavado de Dinero en
México, INACIPE, México, 1992. También recomiendo el excelente artículo de García Moreno, Víctor
Carlos, “Lavado Internacional de Dinero”, en la Revista Indicador Jurídico, Derecho Internacional,
México, vol. I, No. 4, mayo de 1998.
633
NÚÑEZ, Camacho, María de la Luz, El fenómeno de lavado de dinero en México, Editorial
Porrúa, Facultad de Derecho, UNAM, México, 2008.
634
MORENO, Hernández, Moisés, “Crisis del Estado-Nación”, ponencia presentada en el
Segundo Congreso Interamericano de Derecho Internacional, México, mayo de 1995.
386 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
635
DONDÉ, Matute, Javier, Los tipos penales en el ámbito internacional, INACIPE, México,
2006.
636
Consúltese a este respecto a FALCONE, Giovanni, La Lucha Contra el Crimen Organizado,
INACIPE, México, tercera edición, 1996.
388 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
637
Investigador del Instituto Duque de Ahumada de la Universidad Carlos III de Madrid. Consúltese
escrito completo en mrpotros.blogspot.com/2011/.
CAPÍTULO 10. INVESTIGACIÓN DIRIGIDA EN TEMAS DE DERECHO Y... 389
638
El Tratado de comercio de armas (ATT, Arms Trade Treaty), del cual México es signatario, es
una iniciativa para mejorar la regulación en el comercio internacional de armas convencionales y
evitar las muertes de personas que son consecuencia del comercio no regulado o de la desviación
de armas al comercio ilícito. Fue adoptado el 2 de abril de 2013 por la Asamblea General de Naciones
Unidas y el 25 de septiembre de 2014, se superaron las 50 ratificaciones necesarias para su
entrada en vigor. Ésta se produjo noventa días después, es decir el 24 de diciembre de 2014. A
principios de diciembre de 2014, 125 Estados habían firmado el tratado y 55 de ellos lo habían
ratificado.
639
En las definiciones finalmente adoptadas en la Convención los principales elementos de
distinción entre tráfico y contrabando son la coerción, el abuso y la diferencia de poder relativo que
390 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
l
Convención Internacional relativa a la Represión de la Trata de Mujeres Mayores
de Edad (21/06/1938),
l
Convención Internacional con Objeto de Asegurar una Protección Eficaz Con-
tra el Trafico Criminal Conocido Bajo el Nombre de Trata de Blancas (20/06/
1956),
l
Convención para la Represión de la Trata de Personas y de la Explotación de
la Prostitución Ajena (19/06/1956), Protocolo que modifica el Convenio para
la Represión de la Trata de Mujeres y Menores del 30 de septiembre de 1921
y el Convenio para la Represión de la Trata de Mujeres Mayores de Edad, del
11 de octubre de 1933 (19/10/1949),
l
Convenio 105 Relativo a la Abolición del Trabajo Forzoso (21/08/1959 F. De E.
17/09/1959),
l
Convenio sobre la Prohibición de las Peores Formas de Trabajo Infantil y la
Acción Inmediata para su Eliminación (07/03/2001).
640
GARCÍA, Ramírez, Sergio, Delincuencia organizada. Antecedentes y regulación penal en
México. Porrúa, México, 2000.
641
BENAVIDES, Luis. “The Universal Jurisdiction Principle: Nature and Scope”, Anuario Mexicano
de Derecho Internacional, Vol. I, IIJ-UNAM, México, 2001.
642
STRAPATSAS, Nicolaos, La jurisdicción universal y la Corte Penal Internacional, Universidad
de Québec, Canadá, 2002.
CAPÍTULO 10. INVESTIGACIÓN DIRIGIDA EN TEMAS DE DERECHO Y... 393
l
hay un consenso en la sociedad global de nuestros días de que ciertos
crímenes son un golpe a la conciencia humana, los cuales no deberían quedar
impunes, y que los perpetradores de esos crímenes son considerados
enemigos de la humanidad;
l
por lo tanto, cada Estado tiene derecho con base en el derecho internacional,
de proceder a aplicar este principio de jurisdicción universal sobre aquellos
crímenes internacionales independientemente del lugar donde fueron
cometidos o de la nacionalidad del criminal o de la víctima.
643
VELÁZQUEZ Elizarrarás, Juan Carlos y MURGUÍA Rosete, José Antonio, Responsabilidad
internacional penal y cooperación global contra la criminalidad, FCPS, UNAM, México, 2004, pp.
59-94.
644
GÓMEZ-ROBLEDO, Verduzco, Alonso, Extradición en el Derecho Internacional. Aspectos
y tendencias relevantes, IIJ, UNAM, México, 2000.
645
VILLARREAL, Corrales, Lucinda, La Cooperación Internacional en Materia Penal, Editorial
Porrúa, México, 1999.
394 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
El corpus de principios que rigen esta materia es cada vez más amplio y variado
por la creciente convergencia de las principales tradiciones jurídicas que dominan
el escenario actual de las relaciones penales internacionales, esto es, el derecho
civil latino (civil law) y el derecho común anglosajón (common law).646
646
De este conjunto de principios resaltan actualmente los siguientes:
l
Principio de legalidad. Se basa en el principio de Nullum crimen, nulla poena sine lege.
Expresión de los principios de estricta legalidad que garantiza a cualquier individuo la
seguridad de no ser tratado como delincuente en tanto no infrinja una ley penal vigente.
No es delito el acto u omisión no sancionado por las leyes. La extradición sólo procede en
virtud de la consignación legal de la misma.
l
Principio de especialidad. Consiste en que el Estado requirente no puede enjuiciar ni
aplicar la pena al sujeto sino exclusivamente en virtud de los hechos delictivos que
específicamente determinaron la extradición. En todo proceso de extradición debe constar
de manera inequívoca y precisa los conceptos delictivos motivadores de la misma.
l
Principio de la doble incriminación. Exige que el hecho que motiva la extradición sea
constitutivo de delito en los ordenamientos punitivos internos, tanto del Estado requirente
como del Estado requerido, y se estará a lo que establezca la legislación interna y los
tratados internacionales.
l
Principio Nen bis in idem. Se explica por el hecho de que el delincuente que ha sido
condenado o absuelto, por el comportamiento delictivo que motivo la extradición en un
determinado Estado; no puede ser ya entregado por vía de extradición para que de nuevo
sea juzgado por el mismo acto delictivo. Resulta interesante revisar este principio a la luz
del tratamiento que le da el Estatuto de Roma que establece la Corte Penal Internacional
(CPI).
l
Principio de la gravedad criminal. Consiste en que la duración de la pena o la medida de
seguridad asignada al delito no debe ser inferior a un año de privación de libertad.
l
Principio de la ejecución delictiva. Reclama la exigencia de actos ejecutivos, no solamente
preparatorios aunque sean punibles, como motivo de la extradición.
l
Principio de delitos comunes. Solamente los delitos del orden común pueden dar lugar al
acto de extradición, es decir, quedan excluidos los delitos políticos.
l
Principio de reciprocidad. Este postulado resulta fundamental en la extradición, ya que
garantiza la seguridad jurídica e implica la exigencia de igualdad de tratamiento en todos
los supuestos y actores de extradición.
l
Principio de prioridad jurídica. Es el que atiende la concurrencia de demandas de
extradición a criterios normativos: la gravedad del delito, el lugar de la comisión, la fecha
de formulación de la petición, la nacionalidad del delincuente y la existencia o no de un
tratado.
l
Principios relativos a los delincuentes. La doctrina y práctica actuales hace referencia
a una docena de estos principios, como por ejemplo: no entrega del nacional ( con
diferentes y variadas posturas estatales); no entrega del extranjero sometido a la
jurisprudencia de los tribunales nacionales; no entrega del asilado; no entrega de
delincuentes susceptibles de represalias (para frustrar ilegitimas preocupaciones de
delincuentes, por razones políticas, ideológicas, religiosas, étnicas o raciales) que lesionan
los fundamentos democráticos del estado de Derecho; no entrega de delincuentes juve-
niles; etc.
l
Principios relativos a la penalidad. La pena capital es automáticamente conmutada en
virtud de la extradición del sujeto sobre el que recae. Se rechaza la extradición cuando
el Estado requirente no diere garantías de que el extraído no será sometido a penas
corporales e inhumanas. La no aplicación de pena superior a la propia del concurso de
delitos. No procede la entrega del delincuente cuando haya prescrito la responsabilidad
CAPÍTULO 10. INVESTIGACIÓN DIRIGIDA EN TEMAS DE DERECHO Y... 395
647
Según declaraciones oficiales del Gobierno de México en junio de 2015, la Procuraduría
General de la República se transformará en la Fiscalía General de la Nación, en una fecha futura
aún no prevista.
CAPÍTULO 10. INVESTIGACIÓN DIRIGIDA EN TEMAS DE DERECHO Y... 397
“Artículo 2o.- Cuando tres o más personas se organicen de hecho para realizar,
en forma permanente o reiterada, conductas que por sí o unidas a otras, tienen
como fin o resultado cometer alguno o algunos de los delitos siguientes, serán
sancionadas por ese solo hecho, como miembros de la delincuencia organizada
(el subrayado es mío):
I. Terrorismo, previsto en los artículos 139 al 139 y terrorismo internacional
previsto en los artículos 148 Bis al 148; contra la salud, previsto en los artículos
194 y 195, párrafo primero; falsificación o alteración de moneda, previstos en
los artículos 234, 236 Y 237; operaciones con recursos de procedencia ilícita,
previsto en el artículo 400 Bis; y el previsto en el artículo 424 Bis, todos del
Código Penal Federal;
II. Acopio y tráfico de armas, previstos en los artículos 83 bis y 84 de la Ley
Federal de Armas de Fuego y Explosivos;
III. Tráfico de indocumentados, previsto en el artículo 138 de la Ley General de
Población;
IV. Tráfico de órganos previsto en los artículos 461, 462 y 462 bis de la Ley
General de Salud;
V. Corrupción de personas menores de dieciocho años de edad o de personas
que no tienen capacidad para comprender el significado del hecho o de per-
sonas que no tienen capacidad para resistirlo previsto en el artículo 201;
Pornografía de personas menores de dieciocho años de edad o de personas
que no tienen capacidad para comprender el significado del hecho o de per-
sonas que no tienen capacidad para resistirlo, previsto en el artículo 202;
Turismo sexual en contra de personas menores de dieciocho años de edad o
de personas que no tienen capacidad para comprender el significado del
hecho o de personas que no tiene capacidad para resistirlo, previsto en los
artículos 203 y 03 Bis; Lenocinio de personas menores de dieciocho años de
648
La última reforma a la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada, fue publicada en el
Diario Oficial de la Federación de 14 de marzo de 2014.
398 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
649
MÍGUEZ, Daniel, MISSE, Michel e ISLA, Alejandro (compiladores), Estado y crimen organizado
en América Latina, Libros de la Araucaria, Buenos Aires, Argentina, 2014.
400 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
650
El Congreso Federal tendrá que emitir una Ley General para Prevenir y Combatir la DO, en
virtud de la cual se distribuyan competencias para los tres ámbitos de gobierno. No hacerlo así y
conformarse con un régimen federal en la materia, sin que las entidades federativas tengan
participación activa en el combate a dicho género de criminalidad sería un verdadero despropósito
si no es que una gran irresponsabilidad.
CAPÍTULO 10. INVESTIGACIÓN DIRIGIDA EN TEMAS DE DERECHO Y... 401
651
VALDÉS, Castellanos, Guillermo, Historia del narcotráfico en México, Grijalbo-Proceso,
México, 2015.
402 JUAN CARLOS V ELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
Reflexiones finales
652
OLÁSOLO, Alonso, Héctor, Estudios de derecho penal internacional, INACIPE, México,
2010.
CAPÍTULO 10. INVESTIGACIÓN DIRIGIDA EN TEMAS DE DERECHO Y... 403
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419
MENCIÓN ESPECIAL
Miembros activos del Seminario Permanente de Derecho Internacional del
Centro de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
de la UNAM, incluyendo al autor principal de este Libro, con sus áreas de
especialidad y las instituciones educativas en las que desempeñan su labor
sustantiva. Se trata en todos los casos de prominentes académicos, profesores e
investigadores, sin cuya calificada participación, la presente obra y otros productos
esenciales del Proyecto PAPIME PE303715 (2015-2017) que nos sustenta, no
hubieran alcanzado el alto nivel que les han reconocido nuestros pares nacionales
y extranjeros: