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MODELOS DE INTERVENCIÓN EN PSICOLOGÍA CLÍNICA Y DE LA SALUD

1. MODELOS DE INTERVENCIÓN EN PSICOLOGÍA CLÍNICA Y DE LA SALUD


La práctica de la ciencia se basa en Teorías y estas teorías en Modelos, pues la Psicología clínica no es
ajena a ello, tiene sus modelos de referencia, los cuáles han ido cambiando e incorporándose nuevas teorías
y formas de explicación de las conductas.
Pero que entendemos por Modelos, para ello Bernstein (1989) señala “Nos referimos a ellos como modelos
debido a que ofrecen descripciones a pequeña escala de las formas en que varios pensadores han abordado
el tema de la conducta humana en general y la Psicología Clínica en particular”.
Ahora te invito a realizar la siguiente lectura:
Ventajas y limitaciones de los Modelos en la ciencia.
El disponer de un modelo conceptual, que oriente la práctica profesional, tiene en primer lugar la ventaja de
la sistematización, tanto de las categorías esenciales como de los procedimientos metodológicos que guíen
dicha práctica profesional, eliminándose la improvisación. No obstante sistematizar no quiere decir
“estatificar”, sino que implica la flexibilidad, la capacidad de ver el objeto desde diferentes aristas y dejando
abierta la posibilidad de numerosas explicaciones alternativas a lo que no es del todo coherente con lo
postulado por el modelo.
Sistematizar la comprensión del objeto de estudio, y los procedimientos de intervención, presupone poner
orden en la multiplicidad de información y en la multiplicidad de acciones concretas a implementar, implica
elegir algunos aspectos del funcionamiento humano –esenciales a juicio del profesional– y devaluar otros –
no esenciales acorde al modelo-. El concepto de “modelo” aparece también en la literatura con una similar
expresión, paradigma, que se concibe como una serie de presupuestos básicos que en su conjunto definen
como conceptualizar, estudiar, recoger e interpretar datos, e incluso pensar sobre un asunto particular.
Al plasmarse esta sistematización en un “lenguaje“ común, se viabiliza la comunicación entre profesionales,
lo que a la vez permite la polémica sobre aspectos esenciales y la posibilidad de expansión y
enriquecimiento del modelo. Sistematizar también implica darse cuenta de que las personas no son
conceptos y que estos últimos asumen las más diversas formas de expresión en los individuos concretas,
de ahí que sea necesaria la suficiente flexibilidad para “ajustar los conceptos a las personas” y no las
personas a los conceptos.
Lo anterior puede ser ejemplificado con claridad a través de la leyenda de la “cama de Procusto“ quien, con
la presuposición teórica implícita de una única medida de estatura, colocaba a sus prisioneros en una cama
con medidas previamente concebidas,... a los que sobrepasaran dichas medidas les mutilaban las partes
sobrantes y a los que eran más pequeños se les “estiraba” hasta que llegaran a las medidas
preestablecidas,...algo similar ocurre con un uso dogmático del modelo. A modo de moraleja, el propio
Procusto fue ajusticiado con procedimientos similares.
Como puede resultar fácil apreciar, las mismas ventajas de los modelos se pueden convertir en sus
insuficiencias si no se adopta una cosmovisión flexible: Si la sistematización implica la magnificación de unos
pocos conceptos y puntos de vista, la rigidez asumida presupondrá una pobreza de criterios y no permitirá
en modo alguno la apertura a nuevas formas de comprender la realidad ni a ideas y modos de hacer
novedosos y potencialmente valiosos. En el mismo sentido, cual el comentario sobre la “cama de Procusto”,
la intervención psicológica se hará de manera cada vez más automática y despersonalizada, cual si en vez
de personas -únicas e irrepetibles- se trabajara con cosas –iguales y replicables- sin darle opciones
a otros puntos de vista.
De igual manera, la magnificación de un modelo, al creerlo “perfecto” será un enorme obstáculo para la
comunicación con otros profesionales que basen su quehacer en otros modelos, pues conducirá a un único
lenguaje casi siempre elitista y autosuficiente, sin cuyo uso no sería posible la reciproca comunicación y
enriquecimiento mutuo.
“Afortunadamente, la mayoría de los problemas asociados con la adopción de los modelos clínicos se
pueden reducir de manera significativa al listar el compromiso apasionado que fomenta la rigidez
conceptual, la inflexibilidad conductual y la miopía semántica. Bernstein, (p.62)
Como puede apreciarse, estar consciente de los alcances y limitaciones de un modelo, por ende, no
pretende su negación sino todo lo contrario. Su uso, cual herramienta flexible que permite un sólido sostén
conceptual abierto a cualquier variación o modificación que pueda enriquecer el quehacer profesional,
resulta de enorme valor para el psicólogo clínico. Fuente: Bernstein, (2011) Introducción a la Psicología
Clínica.
Responde la siguiente pregunta:
¿Qué ventajas y limitaciones tienen los Modelos en la ciencia?
Dentro de las ventajas encontramos que, ayuda a sistematizar la comprensión del objeto de estudio, y los
procedimientos de intervención.
Asimismo, viabiliza la comunicación entre profesionales, lo que a la vez permite la polémica sobre aspectos
esenciales y la posibilidad de expansión y enriquecimiento del modelo.
Por otro lado, en cuanto a sus limitaciones podemos señalar que cuando nos centramos en un solo modelo,
sólo explicamos los sucesos desde una sola forma de ver.
1.1. Modelo psicodinámico.
Sustentado básicamente en la obra de Sigmund Freud, el padre del Psicoanálisis, incluye los trabajos no
sólo de sus seguidores, sino de muchos que han revisado su obra, e incluso se han alejado de ella
proponiendo distintos puntos de vista, pero donde se conservan aspectos esenciales de lo que ha dado en
llamar la tendencia psicodinámica. Su impacto trascendió el campo específico de la Psicología para abarcar
un amplio espectro .las Ciencias Sociales (educación, letras, filosofía, etc.).
Como sugiere la expresión, este modelo se centra en el estudio de los dinamismos psicológicos, aquellos
que desde dentro, intrapsiquicos, van a determinar el comportamiento humano dándole su dirección,
contenido e intensidad. De una manera u otra, los contenidos inconscientes tienen un papel importante en
la conducta humana, que en cierto sentido hacen al hombre un “esclavo” de su naturaleza interna y que
ofrecen una poco optimista visión del ser humano, que por esta razón va a estar en constante conflicto con
la sociedad y consigo mismo. La sociedad aparece, como tendencia en el movimiento psicodinámico, como
algo hostil que reprime o limita la expresión de la “verdadera” naturaleza humana y de aquí que para que el
hombre pueda vivir en sociedad tenga que adaptarse a sus requerimientos, luchando con su naturaleza y
por lo tanto renunciando a ser el mismo.
Principales conceptos
El Modelo psicodinámico, ha tenido mucha influencia
en los psicólogos clínicos hasta la fecha, sus
principales conceptos relacionados a:

 La importancia de las experiencias tempranas


influyen en la psicología del desarrollo y la
psicoterapia de una manera bastante
significativa.
 El papel del inconsciente en la determinación
de la conducta humana, también es otro
aporte de este modelo.
 Es indiscutible la significación de las
gratificaciones del sexo para la salud y el
bienestar de las personas, pero es no sólo
discutible la perspectiva pansexualista en la
vida de las personas sino que puede ser poco
favorecedora del crecimiento humano.
Su método de Asociación libre, los conceptos de estructura de la personalidad, las etapas psicosexuales, el
estudio de los mecanismos de defensa, son parte de los conceptos de este Modelo de estudio en la
Psicología Clínica.
1.2. Modelo del aprendizaje social. Desde el conductismo hasta el cognitivismo.
A diferencia del modelo psicodinámico que se centra
en los determinantes internos de la conducta y esta
sólo es vista como la expresión externa de conflictos
intrapsíquicos y tendencias o pulsiones internas,
innatas o determinadas en los primeros años de
existencia, el modelo del aprendizaje social presta
especial atención al comportamiento externo,
mensurable y observable y sobre todo a su expresión
en función de los determinantes externos presentes
en el contexto social, donde el concepto de aprendizaje adquiere un lugar relevante.
De lo anterior se desprende que al igual que el modelo psicodinámico, el modelo del aprendizaje social es
un modelo determinista, entendido el determinismo como el hecho de que todos los actos o eventos son
causados por algo que ha ocurrido antes y no por la abierta decisión del individuo, pero que a diferencia del
primero en que el determinismo es interno, intrapsíquico, en este caso el determinismo es externo, derivado
del contexto concreto en que desarrolla el sujeto. De los reforzadores que tenga del medio ambiente, del
contexto donde se desarrolla.
1.2.1. Limitaciones del Modelo de Aprendizaje Social.
A pesar de su intencionalidad de rigor científico y sus contribuciones en esta dirección, el Modelo de
Aprendizaje Social limita sus posibilidades de investigación a los aspectos humanos que pueden medirse y
que, lamentablemente, son los menos, y obvian los complejos problemas humanos de naturaleza interna,
devaluando los valores, los conflictos la fantasía y otros procesos internos que constituyen la realidad de
cada persona:
La aproximación del aprendizaje social reduce a los seres humanos a un conjunto complejo de respuestas
adquiridas que se derivan de una relación mecanicista con el ambiente... deja dar suficiente importancia a
la experiencia subjetiva y la posibilidad de cada persona para el desarrollo positivo. En otras palabras, los
conceptos del aprendizaje social, se refieren a la conducta del individuo, pero ignoran al individuo como tal”.
(Bernstein, 2011)
1.3. Modelo fenomenológico.
¿Cómo surge el Modelo fenomenológico?
Bertestein (2011) señala, el modelo fenomenológico
(al que indistintamente se le refiere como humanista,
existencialista, etc. a pesar de sus diferentes raíces
filosóficas) representa una ruptura con los dos
modelos anteriores (psicodinámico y aprendizaje
social) e incluso aparece como reacción a ellos en
tanto ofrecen una visión poco optimista y creadora
del hombre: En la oposición a estos modelos, que
considera al ser humano gobernado desde adentro
por sus pulsiones o desde fuera por la hostil
sociedad, los principales representantes del
heterodoxo movimiento fenomenológico ( Rogers,
Maslow, Allport), también conocido como Tercera Fuerza, sostienen que el ser humano es mucho más
autónomo y autogobernado de lo que ambos modelos postulan.
Se oponen de esta manera a una Psicología que se centra en el lado negativo de las personas y convocan
a una Psicología del bienestar y la realización del hombre.
La perspectiva humanista, fenomenológica, sostiene un carácter optimista, el hombre tiene un potencial
inherente para su desarrollo y crecimiento que es susceptible de actualizar en cualquier momento. De aquí
que el presente sea el foco principal de atención de los psicólogos clínicos fenomenológicamente orientados:
el pasado ya paso y no hay nada que hacer para modificarlo pero no tiene tampoco porque ser un estigma
eterno, el futuro es responsabilidad de la persona y hay que empezar a construirlo desde el presente.
Esto tiene un lógico efecto en el quehacer psicoterapéutico, donde el psicólogo clínico, confiando en el
potencial humano, se niega a aconsejar o a comprometerse con la toma de decisión de una persona ante
una situación problemática dado que “ayudar a una persona a resolver un problema puede simplemente
crear otro problema al fomentar la dependencia y sofocar el crecimiento personal”
1.3.1 Teoría de los constructos de Kelly.
Para G. Kelly, “el hombre crea sus propias maneras de ver el mundo en el que vive. El mundo no las crea
por él”.
Frase que nos indica este autor propone que cada persona crea sus propios constructos personales de ver
el mundo.
En 1955 George Kelly presentó su Teoría de los Constructos Personales. Según el autor, cuando miramos
el mundo "exterior", lo hacemos a través de nuestras propias creencias o de lo que él llama constructos
personales. La diferencia que establece un constructo no es algo que existe en las cosas del mundo, sino
algo que construimos o evaluamos. Es por ello que la realidad de cada uno de nosotros es única y diferente
de la de los demás, al menos hasta cierto punto.
Según Kelly, los procesos humanos se orientan a la anticipación de los acontecimientos. Los constructos
que tenemos sobre nosotros mismos y sobre el mundo nos permiten integrar cada experiencia dándole un
sentido.
a. Constructo personal
De acuerdo con G. Kelly, el constructo personal sería el proceso básico de organización a través del cual
otorgamos significado a nuestra experiencia, estructurando la entrada de estímulos externos de acuerdo con
los esquemas que se han ido configurando a lo largo del tiempo.
Este proceso de organización es de naturaleza dicotómica o polar, es decir, clasificamos las experiencias
según dos categorías opuestas, como por ejemplo: "amable-antipático", "sensible-frío", "sociable-solitario".
Estas polaridades son construidas de forma particular y distinta por cada persona. En esta actividad
constructiva se encuentran implicados, formando parte del proceso, la atención, la percepción, la memoria,
la motivación, el aprendizaje y la conducta.
La conducta sería un experimento encaminado a la validación o invalidación de los constructos. Es la forma
que tenemos de comprobar nuestras predicciones.
Nuestra interpretación del mundo puede cambiar, o al menos existe esa posibilidad en potencia.
b. Alternativismo constructivo
G.Kelly habló de una postura filosófica que llamó "alternativismo constructivo".
De acuerdo con esta postura, la realidad está sujeta a muchas construcciones alternativas; siendo algunas
más adecuadas que otras, por ejemplo, en cuanto a la predicción de las acciones futuras de otras personas
y a la interpretación de cómo ven las cosas los demás.
Todo esto implica que nuestras interpretaciones sobre el universo pueden ser revisadas o sustituidas. De
esta manera, el constructivismo clínico de Kelly se basa en la generación de alternativas más viables para
el paciente.
La persona no es víctima de la realidad sino de la construcción que está haciendo de esa realidad.
Para disminuir el sufrimiento generado por las propias construcciones, la persona debe sustituirlas por otras
construcciones más funcionales.
c. Formulación de hipótesis
Kelly sugirió que todos nosotros actuamos como científicos en el sentido de que intentamos anticipar los
sucesos que tendrán lugar en el mundo. Del mismo modo que hace un científico, el ser humano formula
hipótesis y desarrolla teorías acerca del mundo y utiliza estos constructos como forma de manejar las
experiencias venideras. De este modo, todos los seres humanos sostenemos teorías acerca de cómo es el
mundo, las otras personas y de lo que va a pasar.
En vez de dar como ciertas nuestras suposiciones acerca del mundo, Kelly propone un lenguaje
"invitacional", esto es, de considerar lo que creemos "como si", como una posibilidad. De este modo, este
lenguaje de las hipótesis nos permitirá explorar las posibles consecuencias de una afirmación en vez de
tomarla como cierta y de abrirnos paso a imaginar nuevas posibilidades de interpretación de la experiencia
que nos resulten más fructíferas.
Desde esta perspectiva, la psicopatología podría entenderse como el producto de incongruencias en los
sistemas de construcción personal o en su inutilidad para predecir los hechos experienciales.
Así, podemos encontrarnos con constructos rígidos o demasiado laxos que impiden a la persona revisar
adecuadamente sus experiencias (ciclo de experiencia). El terapeuta ayudaría al sujeto a reorganizar sus
constructos de modo que estos puedan seguir siendo útiles en su revisión de la experiencia.
d. Tareas terapéuticas
Podríamos esquematizar las tareas
terapéuticas del siguiente modo:
1.3.2. Aportes de Rogers, Maslow y Perls a la
psicoterapia.
Principales representantes del Humanismo:
a. La teoría de autorrealización de Rogers
En oposición a la perspectiva de Kelly que no ha
obtenido mucha aceptación y que posee algunos
aspectos parecidos al modelo del aprendizaje social, la
obra prolífica de Cari Rogers (1942, 1951, 1961,1970) ha
diferenciado más claramente el modelo fenomenológico
de los otros y en el transcurso de conformar esta distinción, casi se ha convertido en un sinónimo del modelo.
Entre las suposiciones fenomenológicas básicas de Rogers, se encuentran las siguientes:
Como otros fenomenólogos, Rogers también supone
que las personas poseen una motivación o
tendencia innata hacia el crecimiento, a la que
denomina autorrealización. Se considera que esta
motivación es suficiente como para explicar la
aparición de toda conducta humana, desde la
búsqueda de alimentación básica hasta los actos
más sublimes de creatividad artística. La
autorrealización se define como "la tendencia
directiva que es evidente en toda la vida orgánica y
humana la propensión a desarrollarse, a extenderse,
a expandirse, a madurar, la disposición a expresar y
activar todas las capacidades del organismo" (Rogers, 1961, p. 351).
Rogers por consiguiente considera que toda la conducta humana, tanto la problemática como la no
problemática, refleja los esfuerzos del individuo para lograr la autorrealización en un mundo que él percibe
de una manera única. Estos esfuerzos comienzan desde el nacimiento y continúan a través de toda la vida;
algunas veces no encuentran obstáculos y logran el éxito, pero también pueden ser frustrados— y producir
resultados problemáticos. De acuerdo con la descripción que Rogers da del proceso, el crecimiento de una
persona y sus interacciones con el ambiente que lo llevan a un desarrollo se ven acompañados por una
diferenciación entre el "sí-mismo" y el resto del mundo. Como resultado, la persona reconoce que una parte
de sus experiencias pertenecen al "yo" o "mí". Según Rogers, todas las experiencias de una persona,
inclusive las experiencias del "sí mismo", se someten a una evaluación y se valoran como positivas; esta
valoración depende de qué tan consistentes o inconsistentes son las experiencias con la tendencia de
autorrealización.
Las evaluaciones se realizan parcialmente en base a los sentimientos directos u organísmicos (tales como
cuando un niño evalúa el sabor de un dulce como positivo), y parcialmente en base a los juicios realizados
por otras personas. . . Por ejemplo, un niño puede terminar con una evaluación negativa acerca de la
experiencia del jugar con sus órganos genitales (aun cuando los sentimientos directos sean positivos) debido
a que sus padres le digan que es un "niño malo" por observar esa conducta. Por lo tanto, el "sí mismo" o
"auto concepto" surge como un conjunto de experiencias evaluadas cuya valencia positiva o negativa a
menudo se ve influida por los valores y las opiniones de las demás personas.
En algunas ocasiones, estas influencias socializantes poseen un gran valor en el proceso de integrar al
individuo durante su desarrollo a la sociedad, especialmente cuando los juicios de los demás coinciden con
los sentimientos organísmicos. Por ejemplo, si un niño practica las habilidades de lectura experimenta tanto
sentimientos directos positivos al lograr destreza, como la estima (evaluación positiva) que obtiene de un
padre al realizarlo, lo más probable es que el resultado sea una autoexperiencia evaluada de una manera
positiva ("Me gusta leer".) En esta situación, la autoexperiencia armoniza o es congruente con la experiencia
organísmica y el niño puede percibir su propia conducta ("Yo leo mucho") y la evaluación que haga de ella
("Gozo de la lectura") de manera adecuada, Sin embargo, de acuerdo con Rogers, las personas valoran
tanto la estimación que obtienen de las otras personas que a menudo buscarán lograrla aun cuando requiera
pensar y actuar en una forma que se a inconsistente o incongruente con la experiencia organísmica y el
motivo de autorrealización. Esta tendencia se fomenta a través de lo que Rogers denomina las condiciones
de valor. Estas constan de circunstancias en las cuales una persona sólo obtiene la estima positiva de los
demás (y, en última instancia, la aprobación propia) si exhibe ciertas conductas, valores, actitudes y
creencias aprobadas. Por lo general, los padres, la familia y otros agentes sociales son los que primero
establecen estas condiciones, pero posteriormente el individuo las mantiene de manera interna (nótese aqui
la semejanza con el concepto de superego de Freud). (Bernstein, 2011. p 85.)
b. La obra de Abraham Maslow
La obra de Abraham Maslow (1954, 1962,1971) proporciona otra versión del modelo fenomenología). Como
otros fenomenólogos, Maslow acentúa la importancia de la experiencia subjetiva y la percepción única de la
realidad que cada persona mantiene, y, al fundar el movimiento conocido como psicología humanística, trató
de subrayar, antes que cualquier otro aspecto, el elemento positivo, creativo y único acerca de los seres
humanos. Como Rogers, Maslow considera que las personas tienen la capacidad (y necesidad) de lograr la
autoactualización, pero él sugiere que las personas fracasan en obtener su potencial humano completo
debido a la presencia de las necesidades no cubiertas, y no tanto por la incongruencia entre la
autoexperiencia y la experiencia organísmica.
Para Maslow estas necesidades forman una jerarquía que incluye los requisitos fisiológicos básicos (como
la comida y el agua) con los que cada persona nace, así como requisitos de un nivel superior como la
seguridad, amor, pertenencia, autoestima y, finalmente, la autoactualización. En este esquema, la
satisfacción de cada nivel de necesidades debe ser precedida por la satisfacción de todas las necesidades
de los niveles inferiores.
De esta manera, por ejemplo, una persona probablemente no se interese en saciar su necesidad de amor y
pertenencia si debe preocuparse acerca de cómo obtener su siguiente comida. Por lo tanto, aunque cada
persona contiene el potencial para la autoactualización, no se puede buscar o expresar ese potencial si las
necesidades de los niveles inferiores permanecen insatisfechas, por lo tanto se orientan hacia aquello que
no poseen. Se refirió a estas personas como individuos "motivados por deficiencias".
La mayoría de las necesidades insatisfechas en nuestra cultura generalmente tienen que ver con la
seguridad, el amor, la pertenencia y la autoestima y, de acuerdo con Maslow, a menudo producen conductas
adultas basadas en una búsqueda de satisfacer estas necesidades en una forma "neurótica", perturbada, o,
en otras palabras, problemática. En algunos casos relativamente raros, sin embargo, las necesidades de
orden inferior se encuentran satisfechas de manera adecuada conforme se desarrolla la persona, y por lo
tanto la liberan para la búsqueda de la necesidad más alta, la autoactualización.
Estas personas gozan de una posición en la cual pueden centrarse en lo que pueden ser y no en lo que no
tienen. A esto Maslow le llamó "motivación de crecimiento".
Esta minoría afortunada puede experimentar comúnmente el potencial pleno de la calidad del ser humano
y, debido a que no están encadenados por una preocupación acerca de las necesidades de niveles
inferiores, se pueden dedicar a la expansión de su potencial en el contexto de la búsqueda de tales
abstracciones como la verdad, la belleza y la bondad. Las elevaciones experimentales momentáneas, o
experiencias cúspides, en las que se alcanza la autoactualización, son comunes para estas personas y
representan lo mejor del ser humano.
Como otros fenomenólogos, Maslow subraya la importancia de prestar ayuda a las personas que sufren
para que se sobrepongan a los obstáculos que les impiden el crecimiento natural y que en última instancia
los conducirá a su felicidad y plenitud. (Bernstein, 2011)
c. Perls y la teoría Gestáltica
De acuerdo con Perls, cuando la evitación de un conflicto perturba el conocimiento, los síntomas clásicos
de la neurosis y las defensas neuróticas aparecen. La ansiedad intensa acerca de, digamos, estar lejos de
casa pueden manifestarse cuando una persona proyecta sus sentimientos hostiles (generalmente separados
del conocimiento) hacia los demás, y por lo tanto de esta forma provoca que las otras personas le parezcan
hostiles.
Otra posibilidad es que la misma persona atienda
selectivamente a los riesgos cotidianos que
comúnmente nos rodean a todos, y "debido a que el
mundo es tan peligroso" no quiera salir a la calle.
Cuando las confusiones del conocimiento se tornan
severas, puede darse una pérdida de contacto con la
realidad y los síntomas psicóticos consiguientes.
Perls desarrolló una aproximación clínica
denominada "terapia gestalt" cuyo objetivo es que la
persona inicie nuevamente su crecimiento y
reestablezca sus procesos de conocimiento. Sus
principales conceptos los podemos ver en el
siguiente gráfico:
2. CRÍTICA A LOS MODELOS CLÍNICOS.
Bernstein, 2011, sostiene que al asumir uno u otro modelo tiene un efecto directo tanto en la forma como el
psicólogo clínico intentará conocer a la persona en cuestión, como en la forma en que estructurará su
intervención sobre el mismo en aras de producir un cambio. De esta manera, aquellos especialistas que
sostienen un modelo psicodinámico insistirán en que las personas hagan frente a sus complejos procesos
intrapsíquicos; los que sustenten un modelo de aprendizaje social tratarán de modificar aquellas conductas
que resulten molestas o inaceptables para la persona si son representantes del conductismo más ortodoxo,
o tratarán de modificar aquellas ideas o pensamientos distorsionados que están en la base de la alteración
psicológica si su orientación es más cognitiva,... o ambos si su orientación es más flexible; los que sustentan
un paradigma fenomenológico tratarán de incentivar en la persona todo su potencial humano en aras de que
sea más auténtico y autorrealizado.
En este sentido y con fines eminentemente didácticos nos hemos referido al enfoque clásico de que refiere
la existencia de 3 grandes Modelos o Fuerzas en la Psicología: Psicoanálisis, Conductismo y Humanismo.
Sin embargo, cada modelo tiene una variedad de formas de expresión, contradictorias incluso con los
planteamientos iniciales de sus principales figuras; más aún, cada modelo se contamina con otros y produce
nuevos modelos a la par que, de igual manera, surgen otros modelos alternativos a pesar de no tener tan
sólidas raíces como los referidos. En cualquier caso, el profesional con una apertura amplia ante la vida y el
conocimiento científico (open-mindness) encuentra difícil comprometerse rígidamente con uno u otro modelo
pues cada uno de ellos le ofrece aristas, no sólo atractivas, sino indiscutiblemente útiles en el quehacer
profesional del psicólogo clínico.
“Una perspectiva puede contribuir más que otra bajo una serie de condiciones: bajo una serie diferente, otro
punto de vista puede resultar más útil.” (Sarason, p.90, tomado por Bernstein, 2011)
Y es que las demandas de la profesión trascienden ampliamente los límites impuesto por los modelos. El
problema real de una persona concreta no se puede encasillar absolutamente en los postulados básicos de
uno u otro modelo, y es prioritario sobre cualquier requerimiento teórico.
Esto ha conducido a cierta popularidad y legitimación de un enfoque “ecléctico”, que toma lo que resulta
“útil” de cada modelo y lo integra en una concepción propia. En cualquier caso, la búsqueda de la integración
de modelos puede ser sumamente valiosa, más allá de uno u otro postulado conceptual, siempre y cuando
el hombre sea puesto como primera prioridad del ejercicio profesional:.
“Hay un momento en el campo de la Psicoterapia hacia una “nueva dirección”, una que invita a una más
completa apreciación del potencial humano. Hay un mayor foco en las fortalezas y recursos que los
pacientes o clientes traen a la empresa que en sus debilidades o limitaciones. Un mayor énfasis está siendo
colocado sobre donde las personas quieren ir, más que en donde ellas han estado. Mientras que no se
ignora la seriedad y lo doloroso de algunas situaciones, el cambio radica en alejarse de la convencional
patologización psiquiátrica y hacia una visión más optimista de las personas como únicas y creadoras con
los recursos –para mejor o para peor– de sus propias realidades.” (Hoyt)
3. EVALUACIÓN CLÍNICA. COMPONENTES
La evaluación clínica, según Bernstein, 2011, sería el
proceso de recopilar la información que será empleada
como la base para la toma de decisiones por parte del
evaluador o por aquellas personas a las que se les
comunican los resultados. Es una de las funciones primeras
que se le ha atribuido a la psicología clínica, sin embargo
no es una herramienta exclusiva del psicólogo clínico.
El proceso de evaluación clínica tiene cuatro componentes:
3.1. Planeación
McReynolds (1975) (citado por Bernstein, 2011) señala que se deben contestar dos preguntas relacionadas
antes que se pueda iniciar la evaluación clínica:
1) ¿Qué es lo que se desea conocer?
2) ¿Cómo se pueden adquirir esos conocimientos?
El punto de vista que se tenga del mundo y que determina cuáles son las variables humanas importantes
generalmente dicta la respuesta a la primera pregunta y también tiende a formar la contestación a la
segunda. Puede adquirirse los conocimientos de la persona, mediante, entrevistas, tests y documentos
históricos de ella (diarios, cartas, etc.)
3.2. Recopilación
Los psicólogos clínicos obtienen sus datos de evaluación a partir de cuatro fuentes generales: entrevistas,
pruebas, observaciones y documentos históricos.
Respecto a la entrevista Bernstein, plantea que hay ciertas implicancias que se debe analizar, por ejemplo
¿qué se puede decir acerca de la calidad de los datos que se recopilan a través de las entrevistas? Peterson
(1968a, p. 13) comenta que "la entrevista. . . no debe ser considerada como la 'verdad' acerca del individuo
y su ambiente, sino como otro tipo de datos cuya confiabilidad, validez y utilidad para la toma de decisiones
deben someterse a la misma clase de escrutinio que se requiere en otros tipos de recopilación de datos".
Por otro lado, respecto a las pruebas psicológicas (test), de manera semejante a las entrevistas, las pruebas
proporcionan una muestra de conducta. Sin embargo, en una prueba los estímulos a los que se le pide al
cliente que responda están mucho más normalizados y son más consistentes que en el caso de la mayoría
de las entrevistas. La idea básica de una prueba es exponer a cada cliente de una manera precisa a los
mismos estímulos y bajo las mismas circunstancias. La aplicación de las pruebas puede ser fácil, económica
y conveniente. A menudo, ni siquiera es necesaria la presencia de un profesionista. Además, la manera
estandarizada como se presenta el material de una prueba ayuda a eliminar el prejuicio en el contenido y la
secuencia de las indagaciones del evaluador. Las respuestas del cliente a la mayoría de las pruebas se
pueden traducir a puntajes u otros índices numéricos y de esta manera los resúmenes del comportamiento
de un cliente son más precisos y se les puede analizar matemáticamente. 6 Por consiguiente, los datos
obtenidos a partir de una o varias pruebas pueden facilitar la comunicación acerca de un determinado cliente
entre los profesionistas.
En cuanto a las observaciones, un proverbio conocido dice: "Más vale una acción que mil palabras",
proporciona gran parte de la base del deseo que el clínico tiene para completar las mediciones de
autorreporte, como las entrevistas y las pruebas, con la observación directa de la conducta de una persona
en determinadas situaciones que le interesan. En este caso, la meta es trascender lo que dice el cliente y
descubrir lo que la persona realmente hace.
Y en cuanto a los documentos históricos, a medida que transcurre su vida, una persona va acumulando una
serie de testimonios acerca de su existencia y comportamiento en diferentes formas, que incluyen registro
académico, recomendaciones para obtener crédito, expedientes de trabajo, cartas, documentos penales,
fotografías, premios y trofeos, expedientes médicos, comprobantes del pago de impuestos, diarios y
productos creativos tales como pintura o esculturas. Se puede aprender una gran cantidad de cosas acerca
de una persona mediante un análisis cuidadoso de estos documentos históricos, y, debido a que esta
aproximación a la evaluación no requiere que el cliente manifieste alguna conducta nueva (como lo requieren
las entrevistas, pruebas y observaciones), realmente es imposible que los datos que se obtengan se vean
distorsionados por medio de la memoria, motivación, estilo de respuesta u otros factores situacionales. Por
lo tanto, una revisión de diez minutos de los certificados de primaria, secundaria, bachillerato y universidad
de una persona pueden proporcionar una información de la historia académica de una persona mucho más
precisa, detallada y cuidadosa que una conversación que ocupe 30 minutos de una entrevista en respuesta
a tales preguntas como: "¿Cómo te iba en la escuela?" De manera semejante, la lectura de las partes de un
diario o correspondencia escrita por el cliente durante periodos importantes de su vida puede delatar sus
sentimientos, ideas, conductas y detalles de situaciones particulares en el momento en que ocurrieron que
de otra forma se podrían perder en el reacomodo posterior de otros acontecimientos que hayan ocurrido en
su vida o se podrían distorsionar por medio de los errores del recuerdo. Los documentos históricos objetivos
y subjetivos también son atractivos debido a que proporcionan un medio poco costoso para que el clínico
amplíe la imagen que se forme del cliente para su "trabajo terapéutico". Un conjunto de este tipo de
documentos a menudo puede dar de una manera sintetizada gran cantidad de información acerca de la
conducta manifiesta y encubierta de una persona a través de un periodo prolongado y una amplia variedad
de situaciones. En cierta forma, los documentos históricos funcionan como un lente fotográfico gran angular
al traer a la vista muchos aspectos que de otra manera se podrían pasar por alto.
3.3. Procesamiento de los datos de evaluación
Una vez que el clínico haya recopilado los datos de la evaluación, se enfrenta con el problema de determinar
y descifrar el significado de esos datos.
Si la información obtenida ha de servir para alcanzar las metas de clasificar, describir o predecir la conducta
humana, se deberá interpretar y combinar esa información en su forma bruta y transformarla en hipótesis,
imágenes, relaciones y conclusiones.
Por lo tanto, los datos de la evaluación clínica en bruto: los documentos históricos, puntajes en las pruebas,
autorreportes y observaciones están desprovistos de significado hasta que alguien los interpreta o procesa.
La tarea del procesamiento es formidable debido a que, en la mayoría de los casos, implica cierto grado de
inferencia y la inferencia requiere de un gran salto a partir de los datos conocidos hasta aquello que supone
con base en esos datos. Por lo general, a medida que aumenta la distancia del salto entre los datos y las
suposiciones, la inferencia es más susceptible de errores (Hoch, 1971, citado por Bernstein, 2011).
3.4. Comunicación de los datos de evaluación
Se ha visto que los fragmentos en bruto de la
información acerca del cliente deben ser procesados
en alguna forma para que se puedan convertir en una
información que tenga sentido en términos
psicológicos. Sin embargo, aún puede estar limitado
el valor de los datos procesados de la evaluación si
no se organizan y presentan de una manera
coherente.
Esta presentación organizada de los resultados de la
evaluación junto con los datos en que se basa por lo
general se denomina un informe psicológico debido a
que, en aquellos tiempos cuando los clínicos
solamente tenían funciones de evaluadores,
entregaban el fruto de su trabajo a los maestros,
psiquiatras y otros profesionales en una forma escrita.
Esta forma de "informar" sobre su trabajo aún constituye una parte importante de la Psicología clínica, pero
también es cierto que en la actualidad muchos clínicos redactan resúmenes de sus evaluaciones para su
propio uso. En cualquiera de los dos casos, si los resultados de la evaluación han de tener el máximo valor
se deben presentar en una forma que sea clara, pertinente con el objetivo de la evaluación, y útil para el
"consumidor" al que se dirige.
4. PRINCIPALES MODELOS TEÓRICOS DESDE LA PSICOLOGÍA
DE LA SALUD
Las dos aproximaciones teóricas al concepto de salud de mayor
influencia a lo largo del estudio de la salud son el modelo biomédico
y el modelo biopsicosocial.

4.1. Modelos conceptuales de la salud-enfermedad. Modelo


biomédico. Modelo biopsicosocial.
a. Modelo Biomédico
El modelo biomédico considera que los problemas de
salud son causados únicamente por factores biológicos,
sin tener en cuenta los factores psicológicos y sociales.
Este modelo implica una relación médico-paciente en la
que el médico tiene un rol activo de asistencia y cura del
enfermo, y el paciente un rol pasivo, limitándose a
aceptar acríticamente el tratamiento que le ofrece el
experto.
En la sociedad actual, en la que ha aumentado
considerablemente la esperanza de vida y las
enfermedades tienden a hacerse crónicas, este modelo
biomédico pierde valor.
Hoy en día, cobran importancia los aspectos sociales,
psicológicos y culturales en el hecho de enfermar, y se
deja paso al modelo biopsicosocial como modelo
conceptual de la salud.
Hoy en día, cobran importancia los aspectos sociales,
psicológicos y culturales en el hecho de enfermar, y se
deja paso al modelo biopsicosocial como modelo
conceptual de la salud.
b. Modelo Biopsicosocial
El modelo biopsicosocial señala que es la interacción de los factores biológicos, psicológicos y sociales el
determinante principal de la salud y la enfermedad.
De este hecho se deriva que la salud y la enfermedad tienen causas múltiples, y también efectos múltiples.
Si bien el modelo biomédico focalizaba su atención únicamente en el proceso de enfermedad, desde el
modelo biopsicosocial se considera que la salud y la enfermedad forman parte de un continuum, donde salud
sería el resultado de tener cubiertas las necesidades biológicas, psicológicas y sociales del individuo (Amigo,
Fernández, y Pérez, 1998).
Las principales características del modelo biopsicosocial (Valiente, 2005) son:
• En el proceso de salud-enfermedad se tienen que tener en cuenta los tres tipos de determinantes
(biológicos, psicológicos y sociales).
• La prevención, el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad se han de realizar desde una
perspectiva multidisciplinar.
• Además de los factores biológicos, se debe prestar atención a los factores psicológicos y sociales
que influyen en la aparición y el mantenimiento de la enfermedad.
Dentro de estos factores psicológicos y sociales, las condiciones, los hábitos y el estilo de vida explican en
gran medida muchas de las enfermedades que sufrimos en la sociedad actual. Así pues, podemos decir que
son los aspectos sociales y culturales los que justifican el estilo de vida de una sociedad y su implicación en
la salud. De ahí la gran importancia que tiene la transmisión de valores asociados a una cultura que procura
un estilo de vida saludable, es decir, la promoción y la educación de la salud vinculada al contexto familiar,
pero también a otros entornos de influencia social (escuela, amigos, medios de comunicación, etc.). El
reconocimiento del estilo de vida como causa de la salud presupone que la promoción de la salud prevendrá
el hecho de enfermar y/o morir.
El estilo de vida que caracteriza a esta sociedad de la información y el conocimiento en la que estamos
inmersos está teniendo efectos sobre la salud de las personas que participan de ella un tanto diferentes a
los que se venían observando hasta ahora. Nuevas enfermedades caracterizan a dicha sociedad; son
aquellas ligadas al uso de las nuevas tecnologías y al acelerado ritmo de vida, una multi actividad que sufre
todo el mundo, desde los niños hasta los abuelos. Precisamente, los más pequeños de esta sociedad tienen
"la obligación" de tener un excelente rendimiento escolar y hacer actividades extraescolares (música, inglés,
deporte, etc.) en las que se les pide un alto grado de implicación, rendimiento y resultados. Por su parte, los
adultos también siguen un ritmo de vida altamente ocupado. Es normal oír por doquier: "No tengo tiempo".
No en vano, se está generando un aumento de estrés y depresiones en edades muy tempranas (Valiente,
2012, citado por Guillamon, N).
4.2 Modelos y teorías explicativas de la salud
Teniendo como marco teórico el modelo
biopsicosocial, describiremos en este apartado
los principales modelos y teorías que explican el
estilo de vida de las personas y su relación con
la salud.
Los modelos teóricos que presentaremos tienen
como objetivo principal explicar la relación entre
las variables personales, sociales, etc. que
intervienen en la adopción y mantenimiento de
un comportamiento saludable, o bien en la
modificación de un comportamiento de riesgo o
no saludable.
Una primera clasificación permite diferenciar los
modelos y teorías que intentan identificar qué factores explican la conducta (modelos de continuum) y
aquellos que ponen el énfasis en el proceso que se sigue para la adopción de una conducta saludable o la
modificación de un comportamiento de riesgo (modelos de estadios). En otras palabras, el primer grupo de
modelos hace una “radiografía” de los elementos que intervienen en la adopción de una conducta, mientras
que el segundo grupo se preocupa por determinar cómo se relacionan entre ellos y en qué momento del
proceso de cambio juega un papel más relevante cada una de estas variables (Schwarzer, 2008; Weinstein,
Rothman y Sutton, 1998, citado por Guillamon).
a. Los modelos de continuum
Los modelos de continuum asumen implícitamente que todas las personas se ven influenciadas en mayor o
menor grado por todos los factores que estudian, de modo que, conocidos los elementos, podemos escribir
una ecuación única que determina la probabilidad de cambio para todo el mundo (Weinstein, Rothman, y
Sutton, 1998). Dentro de este grupo, podemos encontrar la teoría de la acción razonada (Fishbein y Ajzen,
1975) o del comportamiento planificado (Ajzen y Madden, 1986, citado por Guillamon), el modelo de
creencias de salud, el modelo de la motivación protectora o la teoría de la autoeficacia (Bandura, 1986).
Estas teorías se han centrado en los factores cognitivos como determinantes del comportamiento social, de
aquí que también reciban el nombre de modelos socio-cognitivos o modelos cognitivos sociales.
b. Los modelos basados en estadios
Los modelos basados en estadios consideran que la adopción de una nueva conducta no es un proceso
estático y unidireccional que se pueda reducir a una única ecuación. En el proceso de cambio intervienen
muchos factores o elementos que hacen que este sea dinámico y bidireccional.
El objetivo de estos modelos, pues, es estudiar cuáles son las fases o estadios de este proceso de cambio
y determinar cuáles son los factores más relevantes en cada momento.
Dentro de este grupo de modelos teóricos nos centraremos en los más conocidos e importantes: el modelo
transteórico de Prochaska y DiClemente (1983, 1984) y el modelo de adopción de precauciones (PAPM,
Precaution Adoption Process Model) de Weinstein y Sandman (1992, citado por Guillamon)
CONCLUSIONES
En ésta segunda semana de estudio, hemos revisado los principales modelos teóricos en psicología clínica,
los cuales son:
• El Modelo Psicodinámico, el modelo de aprendizaje social y el modelo fenomenológico, los cuales
aportan sus conceptos y metodología de estudio basadas en una concepción individualista del
hombre, centrado solamente en sí mismo.
• También se ha desarrollado los métodos clínicos, de evaluación, con sus procesos de planeación,
recolección de información, procesamiento y comunicación de los resultados.
• Finalmente se ha desarrollado los Modelos teóricos de la Psicología de la Salud, analizándose el
modelo tradicional biomédico y el modelo biopsicosocial, asimismo, se ha desarrollado los modelos
de cambio de comportamiento desde los modelos de continuum y los modelos basados en estadios.

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