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Montecassino

por Capitan Miller el Sab Mar 24, 2007 12:30 am

Montecassino.

Si hubo una batalla en toda la Segunda Guerra Mundial que hizo revivir los horrores del Frente Occidental en la Gran Guerra fue Montecassino.

Durante cuatro meses casi 200.000 combatientes entre alemanes, británicos, norteamericanos, indios, polacos, neozelandeses y franceses
(principalmente) pelearon encarnizadamente entre los valles y montañas de los cursos de los ríos Liri, Rápido y Garigliano. Aquella no fue una
batalla como la mayoría de las libradas en el conflicto, más bien parecía que las trincheras, alambradas, barro y muerte de Flandes en 1917 se
hubieran trasladado a los anteriormente bucólicos campos de Italia. Para muchos oficiales, veteranos de la Primera Guerra Mundial, volvían a pasar
ante sus ojos las imágenes de Ypres y Verdún, y se volvían a cometer los mismos errores contra el viejo enemigo alemán, que se empeñaba en
demostrar que luchar a la defensiva era algo que también sabía hacer muy bien.

Aunque finalmente el resultado de la batalla cayera del lado aliado, el precio fue excesivamente alto. Casi la mitad de las tropas aliadas, 54.000
hombres, resultaron muertos o heridos, y una cuarta parte de los defensores alemanes, 20.000, pagaron el precio de su obstinada defensa.

Después de buscar en varias fuentes por la red me he decidido a transcribir el excelente artículo sobre Montecassino que aparece en las páginas en
inglés de Wikipedia. Su extensión y amplia bibliografía me hacen confiar en él como una muy válida referencia sobre el tema. Si alguien se anima a
leer sobre Montecassino le recomiendo un libro aparecido recientemente. Se titula "La Batalla de Montecassino", su autor es Matthew Parker y está
editado por Inédita ediciones (ISBN 8496364348). Además del relato del enfrentamiento como tal está plagado de interesantísimas historias humanas
basadas en los recuerdos de los soldados de ambos bandos que participaron en la batalla.

Y las cosas, más o menos, sucedieron así…

La Situación Estratégica.

Los desembarcos aliados de Septiembre de 1943 en Italia fueron seguidos por un avance hacia el norte en dos frentes, uno por cada lado (occidental y
oriental) de la cadena montañosa que forma la espina dorsal de la Península Italiana. En el frente occidental, el 5º Ejército USA, comandado por el
general Mark Clark, avanzando desde la base principal de Nápoles, realizaba lentos progresos debido a las dificultades del terreno, un tiempo
endiablado y las firmes defensas alemanas. Los alemanes combatían desde una serie de posiciones preparadas al efecto para ser capaces de infligir el
mayor daño posible a los atacantes y forzar su retirada, para de este modo ganar tiempo en la preparación de la llamada Línea de Invierno al sur de
Roma. Las estimaciones aliadas sobre una caída de Roma para Octubre de 1943 se tornaron excesivamente optimistas.

Líneas de defensa alemanas en Italia en Enero de 1944.


Aunque el frente oriental de la Línea de Invierno había sido penetrado por el 8º Ejército Británico, y se había capturado Ortona, sobre el Adriático, la
progresión se había detenido ante el empeoramiento del tiempo, la dificultad de los movimientos y la práctica ausencia de apoyo aéreo. El camino a
Roma desde el este, usando la Ruta 5, fue excluido como una opción viable, y se optó por las autovías 6 y 7, de Nápoles a Roma, como la alternativa
válida. La Autovía 7 (la antigua Via Apia romana) discurría a lo largo de la costa occidental, pero al sur de Roma pasaba por las Marismas Pontinas,
que habían sido inundadas por el ejército alemán. La Autovía 6 pasaba por el valle del río Liri. Dominando la entrada sur al valle se encontraba una
extensa colina, justo a la espalda de la localidad de Cassino. Ésta, junto con el resto de alturas que dominaban el valle, era un excelente puesto de
observación para la artillería alemana, capaz desde ellas de dirigir un fuego preciso sobre cualquier movimiento aliado en los alrededores. Corriendo
a lo largo de la línea aliada se encontraba el río Rápido, de caudal abundante tras las copiosas lluvias del otoño, cuyo cauce pasaba por Cassino hasta
la entrada al valle del Liri, donde ambas corrientes se unían para formar el río Garigliano que desde allí continuaba hasta el mar. Las importantes
fortificaciones enemigas, los ríos (que en el caso del Rápido había sido desviado de su curso para inundar la parte inferior del valle junto a Cassino) y
la propia ciudad de Cassino formaban una extensión de la Línea Gustav, la más formidable defensa de las que componían la Línea de Invierno.

Paracaidistas alemanes en la Plaza del Vaticano.

Debido a la importancia histórica del monasterio benedictino que se alzaba en la cima de la montaña que dominaba Cassino, el Monasterio de
Montecassino, el comandante en jefe de las fuerzas alemanas en Italia, el mariscal Albert Kesserling, ordenó a las unidades de su ejército que no
incluyeran la abadía en el conjunto de puestos defensivos, y así informó del hecho a los comandantes aliados. Sin embargo aún hoy existe una amplia
controversia sobre si las órdenes de Kesserling fueron seguidas al pie de la letra.

Algunos vuelos de reconocimiento aliados informaron de la existencia de tropas alemanas en el interior del monasterio, lo cual no tendría nada de
extraño ya que era un lugar natural para cualquier observador de artillería. Lo que está claro es que una vez que la abadía fue destruida, los alemanes
hicieron uso de sus restos como posición defensiva. En cualquier caso los argumentos militares para justificar la destrucción del monasterio estaban
basados en su potencial peligro (real o imaginado) más que en el estado real de ocupación por el enemigo.
Fotografía aérea de Roma proporcionada por los aliados a las tripulaciones de los bombarderos con el fin de identificar los distintos
objetivos. En el marcado con el nº3 aparece la leyenda "Ciudad del Vaticano (NO BOMBARDEAR)".
La Primera Batalla.

El plan del general Clark para el 10º Cuerpo de Ejército Británico, en el flanco izquierdo de un frente de 20 millas, era atacar el día 17 de Enero de
1944 desde el Garigliano en la cercanía de la costa con las Divisiones 5ª y 56ª de Infantería. Después, entre el 19 y el 20 de Enero, la 46ª División de
Infantería cruzaría el Garigliano más abajo de su intersección con el Liri para apoyar el ataque del 2º Cuerpo de Ejército USA, que comenzaría el día
20 con la 36ª Div. de Infantería (División Texas) cruzando el Rápido cinco millas corriente abajo de Cassino. Simultáneamente el Cuerpo
Expedicionario Francés, dirigido por el general Alphonse Juin, continuaría con un movimiento envolvente desde la derecha hacia Monte Cairo, el
punto de unión de las líneas Gustav y Adolf Hitler.

Alexander, General en Jefe de las Fuerzas Aliadas en Italia.

Realmente Clark no confiaba mucho en el éxito de una operación de ruptura tan rápida como aquella, pero creía que los combates harían a los
alemanes desplazar sus reservas de la zona de Roma justo a tiempo para el ataque sobre Anzio, donde el 6º Cuerpo de Ejército USA, compuesto por
las divisiones 1ª de Infantería británica y 3ª de Infantería USA, realizarían un asalto anfibio el 22 de Enero. Se esperaba que el desembarco en Anzio,
con el beneficio de la sorpresa y un rápido avance posterior hacia el interior, amenazaría seriamente la retaguardia de la Línea Gustav y las líneas de
suministro alemanas, forzando así al enemigo a retirarse para reorganizarse al norte de Roma. Aunque el argumento coincidía con la estrategia
alemana de los últimos tres meses, la Inteligencia Aliada no había entendido que dicha estrategia era la vía para reforzar la Línea Gustav y convertirla
en una defensa inexpugnable, fin último de las intenciones alemanas.

Leese, comandante del 8º Ejército Británico.

El 5º Ejército había alcanzado la Línea Gustav el 15 de Enero, después de seis semanas de intensos y duros combates en las últimas siete millas a lo
largo de la Línea Bernhardt, que les habían costado 16.000 bajas. Apenas había habido tiempo para reforzarse y reorganizarse, pero el Alto Mando
Aliado tenía que aprovechar la oportunidad de desembarcar en Anzio a finales de Enero para coordinar su ataque con el avance sobre la Línea
Gustav.

Clark, comandante del 5º Ejército USA.

El primer asalto tuvo lugar el 17 de Enero. El 10º Cuerpo de Ejército Británico forzo un cruce sobre el Garigliano, apoyado dos días después por la
46ª Div. de Infantería Británica, y haciendo sospechar al general von Senger, comandante del 14º Panzer Corp y responsable de las defensas de la
Línea Gustav en su mitad suroeste, que la 94ª División de Infantería no estaba preparada para resistir el ataque británico. En respuesta a las
preocupaciones de Senger, Kesserling ordenó a las divisiones 29ª y 90ª de Panzergrenadier que se desplazaran desde el área de Roma en apoyo de la
defensa germana. Mucho se ha especulado sobre que habría pasado si el 10º C.E. Británico hubiera dispuesto de reservas suficientes para explotar su
éxito inicial. Aunque no existían dichas reservas bien se podría haber echado mano de algunas unidades del 2º C.E. USA para forzar el avance en el
sur antes de que los defensores alemanes pudieran organizarse y frenar el ataque. Pero no fue así, y el Cuartel General del 5º Ejército no fue capaz de
valorar la fragilidad de la situación del enemigo. Las dos divisiones alemanas de granaderos acorazados llegaron desde Roma el 21 de Enero, y
restablecieron la posición defensiva germana en el sur. Al menos el plan sí había funcionado en un aspecto, Kesserling había desviado sus reservas de
los alrededores de Roma. Pero las bajas del 10º Cuerpo de Ejército fueron elevadas, 4.000 hombres entre muertos y heridos.
La Primera Batalla de Cassino.

El ataque de la División Texas comenzó tres horas después de la puesta del sol el día 20 de Enero. El asalto no había sido adecuadamente preparado,
y el avance hasta el río Rápido se convirtió en un grave problema, un camino plagado de minas y trampas que causó más bajas de las estimadas en un
principio. Y aún había que cruzar el río. Aunque un batallón del 143º Regimiento consiguió cruzar el Rápido hacia el sur de San Angelo, y dos
compañías del 141º Regimiento habían hecho lo mismo en el norte, pronto se vieron aisladas y sin apoyo blindado, convirtiéndose en presas fáciles
para el contraataque de los blindados y cañones autopropulsados de la 15ª Div. Panzergrenadier del general Rodt. La cabeza de puente del sur tuvo
que retirarse a media mañana del día 21 de Enero tras sufrir cuantiosas pérdidas. El general Keys, comandante del 2º Cuerpo de Ejército, presionó al
general Fred Walker, responsable de la División Texas, para que volviera a atacar inmediatamente. Una vez más dos regimientos atacaron, y una vez
más se repitió la historia. El Regimiento 143º volvió a cruzar con dos batallones, pero su posición en la orilla enemiga fue aniquilada al romper el día.
El Rgto. 141º también intentó cruzar con una fuerza similar, dos batallones, y logró avanzar media milla sobre la orilla controlada por los alemanes,
pero al amanecer se vio aislada y sin posibilidad de apoyo bajo constante fuego enemigo. Por la tarde del día 22 el regimiento había dejado
virtualmente de existir, sólo 40 hombres consiguieron volver a las líneas aliadas. La 36º División Texas había perdido 2.100 hombres, muertos,
heridos y desaparecidos, en 48 horas.

El general Juin, comandante de las fuerzas francesas.

El siguiente ataque se lanzó el 24 de Enero de 1944. El 2º Cuerpo de Ejército USA, con la 34ª Div. de Infantería del general Charles Ryder lideraría
el ataque, siendo apoyada en su flanco derecho por las tropas coloniales francesas, y cruzaría el Rápido al norte de Cassino para dirigirse hacia las
montañas situadas más allá de la población con el objeto de realizar posteriormente un giro a la izquierda y atacar Montecassino desde las alturas.
Aunque el avance consiguió progresar sobre el cauce del Rápido, las zonas inundadas lo ralentizaron, haciendo particularmente difícil el movimiento
de las unidades acorazadas. Esta limitación del avance costó a la 34ª División ocho días de lucha antes de poder hacer retroceder a la 44ª Div. de
Infantería alemana del general Franck, y así asegurar el paso a las montañas.

Soldado colonial francés.

En el flanco derecho las tropas coloniales francesas lograron alcanzar sus posiciones en las faldas del Monte Cifalco, tras duros combates contra la 5ª
División de Montaña alemana. Las tropas de vanguardia de la 3ª División Argelina continuaron progresando y capturaron Monte Belvedere y Colle
Abate. El general Juin estaba convencido de que Cassino podía ser flanqueado, y las defensas alemanas sobrepasadas a retaguardia, pero su petición
de refuerzos de la reserva fue rechazada, y la única unidad disponible para tal fin, un regimiento de la 36ª División de Infantería, fue enviada a
reforzar a la 34ª Div. Para el 31 de Enero los franceses habían detenido su avance sobre Monte Cifalco, desde cuya cima, aún en manos alemanas,
había visión directa de los flancos americanos y franceses y sus líneas de suministro. Las dos divisiones francesas habían tenido 2.500 bajas en los
combates por Monte Belvedere.

El mariscal Kesselring, Comandante en Jefe de las Fuerzas Alemanas en Italia.

Ahora era tarea de la 34ª División USA, apoyada por el 142º Rgto. de la 36ª Div., abrirse camino hacia el sur a lo largo de las cimas de las montañas
que llevaban hasta la colina del monasterio. Si lo conseguía podría seguir avanzando sobre el valle del Liri hasta justo detrás de las defensas de la
Línea Gustav. Pero se trataba de un trabajo ímprobo. La comunicación entre las distintas cotas eran caminos de montaña, plagados de barrancos,
torrentes y un terreno pedregoso que hacía imposible cavar una defensa, quedando los soldados constantemente expuestos al fuego enemigo. Para
añadir todavía más peligros la ruta entera estaba plagada de minas, trampas explosivas y alambre de espino oculto entre la vegetación. Y el tiempo,
helado y con frecuentes ventiscas, también ayudaba a los alemanes.

Von Vietinghoff, comandante del 10º Ejército Alemán.

A primeros de Febrero la infantería americana había capturado un punto estratégico cerca de la aldea de San Onofrio, a menos de una milla de la
abadía, y el día 7 un batallón alcanzó la Cota 445, una colina situada inmediatamente por debajo del monasterio y a no más de 400 metros de
distancia de él. Una escuadra realizó un avance de reconocimiento hacia los muros del monasterio, que pronto fue recibida por el fuego de las
patrullas de la infantería alemana situadas en los alrededores. A la escuadra se sumaron más unidades que intentaron presionar a los defensores, pero
cualquier intento de avance fue detenido por un masivo fuego procedente de los nidos de ametralladora alemanes situados en las faldas de la colina
de Montecassino. A pesar de los duros combates la 34ª División no logró tomar los últimos reductos alemanes en la Colina 593 (conocida por los
alemanes como Monte Calvario), defendidos por el 3er. Batallón del 2º Regimiento de Paracaidistas alemán.

Von Senger, responsable de la defensa de la Línea Gustav y, por supuesto, Montecassino.

El 11 de Febrero, después de un fracasado asalto contra la colina del monasterio y la ciudad de Cassino, que se extendió durante tres días, las tropas
americanas se retiraron. El 2º C.E., tras dos semanas y media de durísimos combates, estaba agotado. El espíritu de combate y los resultados logrados
por la 34ª División de Infantería en su avance sobre las montañas están considerados como unos de los mejores conseguidos por cualquier unidad de
infantería durante toda la guerra. Pero también pagó un altísimo precio. Las bajas totales fueron de 2.200 hombres, un 80% de la unidad.

Los aliados habían estado muy cerca de lograrlo. En el punto álgido de la batalla, en los primeros días de Febrero, el general von Senger había
desplazado la 90ª División desde el frente del Garigliano al norte de Cassino, y estaba tan alamardo por el desgaste sufrido por sus hombres que "…
debo echar mano de toda mi autoridad para pedir que la batalla por Cassino cese y se ocupe una nueva línea… una posición, de hecho, al norte de la
cabeza de playa de Anzio". Kesserling rechazó la petición de von Senger y éste pudo unir a sus fuerzas a la 71ª División de Infantería, manteniendo
en sus posiciones a la 16ª Div. de Granaderos Panzer, que de otro modo habría debido ser retirada.

Propaganda alemana mostrando lo que "la soleada Italia" hará con las fuerzas aliadas.

Durante la batalla hubo momentos en los que un uso más activo e inteligente de las reservas podría haber convertido las posiciones alcanzadas en
movimientos decisivos. Algunos historiadores han sugerido que este fallo a la hora de capitalizar los éxitos iniciales debía imputarse a la
inexperiencia del general Clark. De cualquier manera, Clark tenía un exceso de trabajo sobre sus espaldas, al ser responsable de dos ofensivas
simultáneas, Cassino y Anzio. Es interesante apuntar que mientras el general Alexander decidió tener ambos frentes bajo un único mando, debido a
perfectamente lógicos motivos de coordinación, y dividir el frente de la Línea Gustav entre el 5º Ejército USA y el 8º Ejército Británico, Kesserling
prefirió crear un único Ejército, el 4º bajo el mando del general von Mackensen, para combatir la cabeza de playa de Anzio, mientras dejaba la Línea
Gustav en las manos del general von Vietinghoff y su 10º Ejército.

Las unidades americanas fueron sustituidas por el Cuerpo Neozelandés, compuesto por la 2ª División Neozelandesa y la 4ª División India,
anteriormente adscrito al 8º Ejército Británico en el frente del Adriático. El Cuerpo Neozelandés era mandado por el general Bernard Freyberg. Una
nueva batalla estaba a punto de comenzar.

Continuará…

Fuente: http://www.wikipedia.org
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por jacbass1 el Sab Mar 24, 2007 9:23 pm


Cuando he visto que acababa el articulo, se me ha puesto cara de cuadro.
Menos mal que pone ...
Continuará…

Menos mal.
Comentar que Clark como director de orquesta (militar) dejaba algo que desear, no lo veo muy decidido ¿no? en lineas generales, no solamente en
Montecassino. ¿Que opinas, Miller?

Seguimos en el frente...
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por Capitan Miller el Sab Mar 24, 2007 11:20 pm

Pues sí Jacbass. En mi opinión Clark era uno de los generales de Serie B del Ejército USA, por hacer un símil cinematográfico.

Hubo generales de menor graduación que él, como Collins, que fueron mucho más capaces, y también empeñados en frentes complicados. El
problema de Clark creo que fue su falta de originalidad estratégica en un terreno complicado y contra un enemigo atrincherado en una línea defensiva
firme y bien proyectada. Primero se atascó en la Línea Gustav, después en la Gótica, y sus errores, o los que dejó cometer a sus subordinados, fueron
pagados con muchas vidas, tanto de soldados aliados como de partisanos y civiles italianos.

Si el fin real del frente de Italia era el de mantener allí empeñadas a unidades alemanas que habrían sido mucho más útiles en Francia también se
habría podido conseguir con una presión firme y constante, en lugar de con ataques mal planificados y peor desarrollados. Y si el fin último era el de
atacar el débil flanco sur del enemigo y progresar desde allí la tarea se podría haber puesto en manos de generales más capacitados que Clark.

No, desde luego Mark Clark no es uno de mis militares favoritos de la SGM.
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por jacbass1 el Dom Mar 25, 2007 1:22 am

En eso estamos de acuerdo, Cap.Miller. Desde Sicilia a Italia, Clark muestra poca decision y determinacion, indecision que, como bien dices, costo
demasiadas vidas.
Clark por indecisio y Monty por poco reflexivo, creo que fueron los generales aliados mas nefastos de la IIGM.

Seguimos en el frente... esperando


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Montecassino (2)
por Capitan Miller el Lun Mar 26, 2007 4:02 am

Montecassino. La Segunda Batalla.

Con el VI Cuerpo de Ejército USA en una posición difícil en Anzio, Freyberg estaba obligado a lanzar un ataque en Cassino que aliviara la presión.
Una vez más la batalla comenzó sin que las fuerzas atacantes hubieran tenido tiempo suficiente para prepararse adecuadamente. Tampoco el Cuartel
General apreció la dificultad de desplazar a la 4ª División India a través de las montañas y valles al norte de Cassino, ni los inconvenientes de
entregar los necesarios suministros por la misma vía. La ruta eran más de 10 kilómetros de camino de cabras en el que el único medio de transporte
era a lomos de mulas, y totalmente expuesto a fuego de artillería y mortero. Su apodo entre los combatientes decía todo del lugar, El Valle de la
Muerte. En los documentos escritos tras la guerra por el general Howard Kippenberger, comandante de la 2ª Div. Neozelandesa, figura la anotación:
"El pobre Dimoline (el brigadier Dimoline, comandante de la 4ª Div. India) pasó por una situación terrible para llevar a su división a las posiciones
asignadas. Nunca me di cuenta de las dificultades hasta que visité el terreno después de la guerra."

Bernard Freyberg, comandante del Cuerpo Neozelandés.

El plan de Freyberg era una continuación de la Primera Batalla; un ataque desde el norte a través de los pasos de montaña y un ataque desde el
sureste a lo largo de la vía de ferrocarril para capturar la estación cruzando el Rápido, menos de una milla al sur de la ciudad de Cassino. Si el plan
funcionaba se podría aislar Cassino y rodearla por el valle del Liri, pero Freyberg informó a sus superiores que en su opinión, dadas las
circunstancias, no había más de un 50% de probabilidades de que la ofensiva tuviera éxito.
Mapa de la Segunda Batalla de Montecassino.

La Destrucción de la Abadía.
La obsesión de ciertos oficiales aliados con la Abadía de Montecassino iba en aumento ya que, según creían, era la abadía, y su uso como puesto de
observación de artillería por los alemanes, lo que impedía la ruptura de la Línea Gustav, y no la desafortunada sucesión de ataques frontales contra
unos defensores perfectamente preparados para repelerlos.

Tanto la prensa británica como la norteamericana publicaban informaciones sobre el uso de la abadía por parte alemana, lo que incrementaba aún
más la presión sobre los mandos. Según la historia oficial de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, el teniente general Ira C. Eaker y el teniente
general Jacob Devers pudieron comprobar en un vuelo de observación realizado en una avioneta Piper a no más de 50 metros de altura la existencia
de antenas de radio y uniformes alemanes en el interior del monasterio, y soldados alemanes en posiciones no más alejadas de 15 metros de los muros
exteriores del monasterio.

El general Ira C. Eaker, comandante de las Fuerzas Aéreas Aliadas en el Mediterráneo.

Según las memorias del general neozelandés Kippenberger, el monasterio era probablemente usado por los alemanes como puesto de observación
artillera, ya que su privilegiada posición lo convertía en un lugar perfecto para tal uso que ningún ejército sería capaz de rechazar. Aunque no hay
evidencia clara al respecto, Kippenberger apunta que desde el punto de vista militar dicha evidencia era insustancial ya que "si no estaba ocupada
hoy lo estaría mañana, y no parecía difícil para el enemigo establecer reservas en él durante un ataque, o ser utilizado como refugio si los soldados
eran desalojados de sus posiciones. Era imposible pedir a nuestros soldados que asaltaran la posición de una colina en cuya cima se encontraba,
intacto, un edificio como aquel, capaz de proteger a varios cientos de soldados del fuego de artillería, y ser usado después como una posición desde
la que lanzar un contraataque… Intacto era un refugio perfecto, pero sus ventanas estrechas y elevados muros lo hacían una posición de fuego no
tan útil. Una vez destruido, y convertido en un montón de cascotes, estaría abierto al fuego efectivo de la artillería y los ataques a tierra de los
cazabombarderos, y sería una trampa mortal si era bombardeado por segunda vez. Visto en su conjunto resultaba más útil a los alemanes si no era
bombardeado."

El general Francis Tuker, cuya 4ª División India tendría la misión de atacar la colina del monasterio, tenía su propia idea al respecto. En ausencia de
informes fiables del Cuartel General, había encontrado un libro fechado en 1879 en Nápoles que daba información detallada sobre la construcción de
la abadía. En su informe al general Freyberg concluía que aunque el monasterio no estuviera guarnecido por fuerzas alemanas debía ser demolido
para evitar su ocupación efectiva. También apuntaba que la magnitud de la edificación, con muros de 30 metros de altura y 40 cms de grosor, hacia
imposible el empleo de una fuerza ingenieros, recomendando el uso de bombas revientamanzanas en lugar de las típicas de 500kgs, que sería "poco
menos que inútiles".

El 11 de Febrero de 1944, el general W. Dimoline, comandante de la 4ª División India, solicitó el bombardeo de la abadía de Montecassino. El
general Tuker, retirado en un hospital de campaña en Caserta a causa de un ataque de fiebres tropicales, reiteró su opinión a favor del bombardeo. El
general Freyberg transmitió su solicitud el 12 de Febrero de 1944, pero tanto el general Clark como su Jefe de Estado Mayor, el general Alfred
Gruenther, no estaban convencidos de la "necesidad militar" del bombardeo. El general Butler, trasladado del 2ú C.E USA al Cuerpo Neozelandés y
comandante interino de la 34ª Div. de Infantería USA, dijo al ser preguntado por su opinión que "No lo sé, pero no creo que el enemigo esté en el
convento. Todo el fuego enemigo viene de las faldas de la colina, más abajo de las murallas del monasterio". Clark dejó la decisión en manos del
comandante de las fuerzas aliadas, el general Harold Alexander, diciendo:
"Me ha dado una orden directa y así lo haremos."
El destino de la antigua abadía había sido sellado.

Un B17 sobrevolando el monasterio de Montecassino durante el bombardeo.

El bombardeo de la mañana del 15 de Febrero de 1944 fue efectuado por 142 B17, 47 B25 y 40 B26, que arrojaron 493 toneladas de bombas durante
cuatro horas. Muchos soldados y oficiales aliados observaron el bombardeo entre aclamaciones. Se oyó decir al general Juin, "… no, nunca iran a
ninguna parte con cosas así." Los generales Clark y Gruenther no presenciaron el bombardeo y permanecieron en sus cuarteles generales. Esa misma
tarde, y al día siguiente, la destrucción continuó con un sistemático fuego de artillería sobre las ruinas y ataques por parte de cazabombarderos.

Ruinas de la abadía tras los bombardeos.

Sin embargo no había existido coordinación entre el bombardeo y las fuerzas de tierra. Tuvo lugar dos días antes de que las fuerzas neozelandesas
estuvieran listas para lanzar su asalto. Visto desde el contexto del ataque planeado sobre Cassino el bombardeo no consiguió nada ni sirvió de ayuda
a las fuerzas que deberían combatir en los días siguientes.

El Papa Pio XII guardo silencio sobre el bombardeo, pero su Secretario de Estado, el cardenal Maglione, protestó al representante diplomático
norteamericano ante el Vaticano, Harold Tittmann, alegando que el bombardeo había sido "un colosal error… una muestra de gran estupidez".
Civiles italianos entre las ruinas de Cassino.

Lo que sí quedó claro en todas las investigaciones que siguieron a los hechos fue que las únicas personas que murieron víctimas del bombardeo
fueron civiles italianos que buscaban refugio en la abadía. Nunca hubo evidencia, ni entonces ni ahora, de que las bombas arrojadas sobre la abadía
de Montecassino mataran a un solo soldado alemán. Dada la imprecisión del bombardeo (se estimaba que sólo un 10% de las bombas arrojadas desde
bombarderos de gran altitud alcanzaban su blanco) tanto fueron alcanzadas unidades alemanes como aliadas que se encontraban en los alrededores de
la colina.

La postura oficial del gobierno americano sobre los hechos ha ido variando en el último cuarto de siglo, desde las evasivas y las evidencias
irrefutables del uso por parte de las tropas alemanas del edificio hasta el último comunicado de 1969 en el que se establecia que "la abadía no estaba
ocupada realmente por las tropas alemanas".

Paracaidistas alemanes en Cassino.

Al amanecer del día siguiente de finalizar los bombardeos la mayoría de los civiles que todavía se mantenían con vida huyeron de las ruinas. Sólo
quedaban 40 personas: seis monjes; su abad, el anciano Gregorio Diamare; tres familias de campesinos; unos pocos huérfanos y varios heridos y
agonizantes. Después de los ataques de la artillería, bombardeos y los asaltos de la 4ª División India, los monjes decidieron abandonar las ruinas, y
salieron de entre los escombros a las 7:30 del 17 de Febrero de 1944. El viejo abad lideraba la marcha del grupo que bajaba hacia el valle del Liri
rezando el Rosario. Llegaron a un puesto de primeros auxilios alemán y desde allí los heridos fueron evacuados en ambulancia. Tras encontrarse con
oficiales alemanes, entre ellos el general Von Senger, los monjes fueron trasladados al monasterio de San Anselmo. Sólo un monje, Carlomanno
Pellagalli, volvió a la abadía en ruinas, donde siguió hasta el 3 de Abril de 1944, fecha en que desapareció. Su presencia, rondando entre los
escombros como una sombra, provocaba el miedo entre los defensores alemanes, que a veces lo confundían con un fantasma.

Los paracaidistas alemanes de la 1ª División Fallschimjager ocuparon las ruinas del monasterio, y lo convirtieron en una fortaleza que aguantó todos
los ataques que los aliados lanzaron sobre ella durante los siguientes tres meses.

Defensores alemanes de Cassino.

La Operación Avenger (la Segunda Batalla).


Como ya se ha dicho, la falta de coordinación entre los bombarderos y las tropas de tierra implicó que el ataque no pudiera llevarse a cabo
inmediatamente después del bombardeo. El ataque sobre las montañas debería llevarse a cabo en la oscuridad de la noche para paliar el que la ruta no
tuviera zonas capaces de servir de cobertura a las tropas que avanzaban. En la noche que siguió al bombardeo, una compañía del 1er. Batallón del
Rgto. Royal Susssex, perteneciente a la 4ª Div. India, atacó la cota 593 desde su posición situada a 70 metros del monte conocido como Cabeza de
Serpiente. El asalto fracasó y la compañía perdió el 50% de sus efectivos.

Soldados indios transportando un herido.


La noche siguiente el Rgto. Sussex recibió la orden de atacar con un batallón. El inicio fue calamitoso. Ya que la artillería no podía apoyar el avance
y bombardear la cota 593 por encontrarse demasiado próxima al batallón del Sussex, se optó por hacerlo sobre la cota 575, que apoyaba a los
defensores de la 593. Pero debido a la orografía del terreno los proyectiles dirigidos a la cota 575 debían pasar muy cerca de la Cabeza de Serpiente y
algunos de ellos cayeron en las compañías de asalto del Sussex que se encontraban agrupadas para el ataque. Después de reorganizarse comenzaron
el asalto a la medianoche. La lucha fue brutal y en su mayor parte al cuerpo a cuerpo, pero el esfuerzo del Royal Sussex no sirvió de nada, y el
batallón hubo de retirarse tras perder a la mitad de sus hombres, muertos, heridos, prisioneros o desaparecidos. Después de dos noches de combates el
Royal Sussex había perdido a 12 de sus 15 oficiales y a 162 de los 313 soldados que habían tomado parte en los ataques.

Soldados neozelandeses combatiendo en Cassino.

La noche del 17 de Febrero se efectuó el ataque principal. Los batallones 4ú y 5ú del Regimiento Rajputana Rifles asaltaría la cota 593, con lo que
quedaba del Rgto. Sussex en reserva para avanzar sobre la cota 444 una vez que la 593 hubiera caido. Mientras tanto los batallones nú1 de los Rgtos.
2ú y 9ú de los Gurkha Rifles avanzarían sobre las faldas de los montes para asaltar directamente el monasterio. El terreno era terriblemente abrupto,
pero se confiaba en que los gurkha, expertos en combatir en esos escenarios, tendrían éxito. Pero era una falsa esperanza. Una vez más los combates
fueron terribles, pero no se consiguió progresar y las bajas fueron elevadas. Los Rajputana Rifles perdieron 196 soldados y oficiales, el 9ú de
Gurkhas tuvo 149 bajas, y el 2ú de Gurkhas 96. Ante la evidencia del fracaso de los ataques, el 18 de Febrero Dimoline y Freyberg cancelaron los
ataques a la colina del monasterio.
Portada de La Domenica del Corriere sobre la defensa alemana de Cassino.

En la parte sur del asalto las dos compañías del 28ú Batallón Maorí de la Div. Neozelandesa lograron forzar un cruce del río Rápido e intentaron
llegar hasta la estación de tren en las afueras de Cassino. Lo lograron, pero no fueron capaces de atravesar un puente que se encontraba en el tramo
final de la via del tren antes del amanecer, y no disponían de apoyo acorazado. La protección de constantes pantallas de humo proporcionadas por la
artillería aliada les protegió la mayor parte del día de los observadores alemanes, pero aislados como estaban no podrían aguantar mucho más. La
tarde del día 18 de Febrero se produjo un contraataque alemán apoyado por blindados, y la posición se convirtió en desesperada. Recibieron la orden
de retirarse en cuanto fue evidente para el Alto Mando que ambos ataques no habían podido lograr los objetivos previstos. Pero habían estado muy
cerca. Una comunicación por radio interceptada entre Kesserling y Von Vietinghoff evidenciaba que el avance neozelandés había puesto en serios
aprietos a los defensores, y el contraataque alemán fue puesto en marcha sin muchas esperanzas.

Continuará...

Fuente: www.wikipedia.org
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por Mikhailovna el Mié Mar 28, 2007 2:47 am


Ha valido la pena el tiempo invertido en traducir este artículo y el anterior, Capi

Chapeau!
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por ParadiseLost el Mié Mar 28, 2007 2:51 am

Me uno a las felicitaciones.


¡Muy bueno!

Las fotos de las ruinas del abadía son y serán impresionantes.


Vaya curro te estás pegando.

Saludos
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por Capitan Miller el Mié Mar 28, 2007 9:40 am

Ya... va... quedando... menos... agggg.....

A ver si en un par de días voy acabando. Gracias por los elogios, pero es que el tema ya es de por si interesante, poco más hay que hacer.

Saludos desde el Hotel Excelsior.


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Montecasino

por Durand el Mié Mar 28, 2007 2:46 pm

Buff,da miedo ver esas imagenes,impactantes las fotos de la Abadia.

Enhorabuena Capitán,seguiremos a la escucha


Si alguien os pregunta por qué habéis luchado y muerto en esta guerra,decidles:por las mentiras de nuestros padres.
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“El demonio es el dueño absoluto de este mundo, y un cambio de poderes constituye tan sólo un cambio de rango entre demonios”.
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por jacbass1 el Mié Mar 28, 2007 11:08 pm

TOmatelo con calma, Miller, ydeja reposar la nube de polvo y humo que sale da la abadia...

Seguimos en el frente...esperando con paciencia. ¡Animo!


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Montecassino (3)

por Capitan Miller el Dom Abr 15, 2007 10:26 pm

Como se suele decir, este post se ha retrasado por "causas ajenas a nuestra programación", pero al final todo llega; sobre todo tratándose de eso, del
final. Así que ahí vamos.

Montecassino. Las Últimas Batallas.

La Tercera Batalla de Cassino.

Para la Tercera Batalla, y tras sopesar los inconvenientes fruto del persistente tiempo invernal, se decidió que forzar la corriente del Rápido rio abajo
de Cassino no era una opción agradable después de las trágicas experiencias de las dos primeras batallas. El movimiento envolvente a través de las
montañas también había resultado elevado en número de bajas, y se pensó en lanzar dos ataques simultáneos desde el norte a lo largo del valle del
Rápido; uno en dirección a la ciudad de Cassino y otro hacia la colina del monasterio. La idea era eliminar el cuello de botella existente entre ambas
posiciones para así forzar la ruta de ataque hacia la estación, en el sur, y entonces continuar la progresión por el valle del Liri. La 78ª Div. de
Infantería Británica, que había llegado a finales de Febrero y adscrita al mando del Cuerpo Neozelandés, cruzaría entonces el Rápido al sur de
Cassino y comenzaría a presionar en dirección a Roma.
Mapa de la Tercera Batalla de Cassino.

Ninguno de los comandante aliados se encontra a gusto con el plan, pero se esperaba que con un bombardeo aéreo previo al ataque y de gran
intensidad habría oportunidades de ganar el envite. Se necesitaban tres días de cielos claros y buen tiempo, y durante veintiún días consecutivos el
ataque tuvo que posponerse, mientras las tropas aguardaban ateridas en sus posiciones. Para acabar de empeorar la situación, el general
Kippenberger, comandante de la 2ª Div. Neozelandesa, sufrió graves heridas y la pérdida de ambos pies al pisar una mina antipersonal. La única
buena noticia fue que el contraataque alemán en Anzio había fracasado, y las tropas alemanas se retiraban.

El general Wladislaw Anders (izda.) comandante del contingente polaco en Cassino, y el general Richard Eidrich (izda.), comandante de la
1ª Div. de Paracaidistas alemana.

La Tercera Batalla de Cassino comenzó, finalmente, el 15 de Marzo. Después de un bombardeo masivo que comenzó a las 8:30 de la mañana y
finalizó tres horas y media más tarde, y en el que se arrojaron 1.000 toneladas de bombas, los neozelandeses avanzaron detrás de una terrible barrera
de artillería disparada por más de 600 piezas. El éxito dependía de sacar partido al efecto paralizante del bombardeo, pero sea como fuere los
defensores se recuperaron más rápidamente de lo esperado, y los blindados aliados se vieron casi detenidos en un paisaje lunar producto del
bombardeo.

Imagen del bombardeo con que se inició la Tercera Batalla de Cassino.

Aún así y todo la victoria podría haber estado al alcance de la mano de los neozelandeses, que recibieron el apoyo de otro ataque por la izquierda a
última hora de la tarde, pero era demasiado tarde. Con las defensas reorganizadas y, peor aún, con una fuerte lluvia que contrariamente a lo predicho
comenzó a caer, la situación se deterioró irremediablemente. Los cráteres de las bombas se inundaban, los torrentes corrían entre las ruinas
convirtiendo el terreno en un barrizal, las radios se averiaban por la humedad y las nubes ocultaban la luna haciendo casi imposible para los atacantes
encontrar un camino reconocible entre los edificios destruidos y los escombros.

Neozelandeses combatiendo entre las ruinas de Cassino.

En el flanco derecho los neozelandeses lograron hacerse con la Colina del Castillo y la Cota 165, tal y como estaba planeado; y unidades de la 4ª Div.
India siguieron avanzando para tomar las Cotas 236 y 435, pero el asalto a la 236 por parte de los Rajputna Rifles había fracasado. Al final del 17 de
Marzo las cosas pintaban mejor. Los Gurkhas ocupaban la Colina del Ahorcado (Cota 435), a 250 metros del monasterio con un batallón, aunque sus
líneas de suministro se encontraban comprometidas por el fuego alemán desde las posiciones de la Cota 236. Mientras en la ciudad la defensa
alemana no cedía, los neozelandeses conseguían forzar el cuello de botella y capturaban la estación.

Paracaidistas alemanes en una vivienda de Cassino convertida en puesto avanzado de observación.

El 19 de Marzo estaba planeado para que fuera el día decisivo de la captura de Cassino y el monasterio, pero un fiero contraataque dirigido desde la
abadía hacia la Colina del Castillo por parte de los paracaidistas alemanes impidió cualquier posibilidad de asalto al monasterio. En Cassino los
atacantes realizaban pocos progresos, y la iniciativa había pasado a manos alemanas, cuyas posiciones cercanas a la Colina del Castillo, clave para la
conquista del monasterio, impedían cualquier perspectiva de éxito. El día 20 Freyberg ordenó la retirada. La 1ª Div. de Paracaidistas, que semanas
más tarde fue descrita por Alexander en una conversación con Kippenberger como "… la mejor división del ejército alemán…", había sufrido un
duro castigo, pero había vencido.

Paracaidista alemán en las posiciones defensivas de Cassino.

Los siguientes tres días fueron empleados por los aliados en estabilizar el frente, sacar a los Gurkhas aislados en la Colina del Ahorcado, y
reorganizarse. La exhausta 4ª Div. India y la 2ª Neozelandesa fueron retiradas del frente, y reemplazadas, respectivamente, por las británicas 78ª Div.
de Infantería y la 1ª Brigada de Guardias. La 4ª Div. India había perdido 3.000 hombres, y los neozelandeses 1.600, entre muertos, heridos y
desaparecidos.

Operación Diadem.

Ahora, la estrategia de Alexander en Italia era "… forzar al enemigo a emplear en Italia el mayor número de divisiones, coincidiendo con el
lanzamiento de la invasión a través del Canal." Las circunstancias no le permitieron preparar una ofensiva a gran escala que cumpliera su propósito.
Su plan era desplazar el grueso del 8ú Ejército Británico, ahora al mando del general Oliver Leese, desde el Adriático para unirse al 5ú Ejército USA
y atacar a lo largo de un frente de más de 30kms desde Cassino hasta el Mediterráneo.
Mapa de la Operación Diadem.

El 5ú Ejército USA (2ú Cuerpo de Ejército USA y Cuerpo Expedicionario Francés) se situaría en el flanco izquierdo, y el 8ú Ejército Británico (13ú
Cuerpo Británico y 2ú Cuerpo de Ejército Polaco) en el derecho. Con la llegada de la primavera el tiempo y las condiciones del terreno mejoraron, y
fue posible deplegar grandes unidades y efectivos blindados de una manera eficaz.

El plan para la Operación Diadem (Diadema) era que el 2ú Cuerpo de Ejército USA atacaría siguiendo la costa y la Ruta 7 en dirección a Roma. El
Cuerpo Exp. Francés, a su derecha, atacaría sobre los Montes Aurunci, que formaban una barrera natural entre la llanura costera y el valle del Liri. El
13ú Cuerpo de Ejército Británico, en el centro del ala derecha aliada atacaría sobre el Liri, mientras a su derecha el 2ú Cuerpo Polaco (3ª y 5ª
Divisiones), mandado por el general Wladislaw Anders, intentaría aislar la Colina del Monasterio y lanzarse por su retaguardia hacia el valle del Liri
para enlazar con los británicos y rodear las posiciones alemanas en Cassino. Se esperaba que, al ser una fuerza mucho mayor que la 4ª División India,
los polacos serían capaces de saturar las defensas alemanas e impedir los fuegos de apoyo entre ellas. La maniobra de pinza entre los Cuerpos Polaco
y Británico era la clave del éxito de la operación. El 1er. Cuerpo de Ejército Canadiense se mantendría en reserva para explotar la esperada ruptura.
Una vez que el 10ú Ejército Alemán fuera derrotado, el 6ú Cuerpo de Ejército USA avanzaría desde la cabeza de playa de Anzio y cortaría la retirada
alemana.

Exploradores de la 2ª Div. Marroquí, perteneciente al Cuerpo Expedicionario Francés.

Los movimientos de las tropas aliadas previos a ocupar sus posiciones fueron ocultados por todos los medios posibles. La 36ª Div. de Infatería USA
fue enviada un entrenamiento de asalto anfibio, y se emitieron informes de radio falsos para hacer creer al enemigo que se estaba preparando un
desembarco al norte de Roma, y de este modo mantener al mayor número de unidades alemanas alejadas al norte de la Línea Gustav. Los
desplazamientos de las unidades se efectuaron siempre en horario nocturno, y empleando vehículos falsos para que el terreno abandonado pareciera
todavía ocupado por las tropas desplazadas a ojos del reconocimiento aéreo. El engaño tuvo éxito, tanto que al segundo día de la última batalla por
Cassino, Kesselring aún creía que se enfrentaba a seis divisiones aliadas, cuando realmente lo estaba haciendo a trece.

El Mariscal Kesselring de visita al general Eidrich en el cuartel general de éste en las inmediaciones de Cassino.

El primer asalto a Cassino comenzó el 11 de Mayo a las 23:00 con un masivo bombardeo de artillería por parte de los 1.000 cañones del 8ú Ejército y
los 600 del 5ú. El ataque se sostuvo durante una hora y media en todos los sectores. Al amanecer el 2ú Cuerpo de Ejército USA había conseguido un
leve progreso, pero sus colegas del 5ú Ejército, el Cuerpo Expedicionario Francés, había logrado alcanzar sus objetivos, avanzando sobre los Montes
Aurunci, a la derecha del 8ú Ejército, y arrollando las posiciones alemanas que se encontranban entre ambos Ejércitos. En el frente del 8ú Ejército, el
13 Cuerpo se había encontrado con una fuerte oposición en su intento de cruzar el río Rápido. Afortunadamente, la 8ª División India de Ingenieros
logró desplegar un puente, y permitió que el río fuera cruzado por la 1ª Brigada Acorazada Canadiense, que sirvió de apoyo a las fuerzas que habían
establecido la cabeza de puente en la orilla controlada por los alemanes. En las montañas sobre Cassino la infantería polaca presionó casi sin
descanso, avanzando metro a metro y soportando e inflingiendo grandes pérdidas. De la intensidad de los combates da fe el comentario del coronel
Heilmann, del 4ú Rgto. Paracaidista, que llamó a la destrozada ciudad "un Verdún en miniatura".
Impresionante vista del campo de batalla de Cassino con las ruinas de la ciudad, la Colina del Castillo y la abadía. Los aviones aliados en
primer término están fumigando las zonas anegadas al sur de la ciudad para intentar evitar epidemias.

Por la tarde del 12 de Mayo las cabezas de puente sobre el Rápido se estabilizaron y se fueron reforzando paulatinamente, repeliendo los furiosos
contraataques alemanes. El 13 de Mayo la presión comenzó a dar su fruto, y el ala derecha alemana fue cediendo terreno al 5ú Ejército. Los
franceses, mientras tanto, habían capturado Monte Maio, y podían ofrecer apoyo de flanco al 8ú Ejército, contra el que Kesselring estaba enviando
todas las reservas disponibles con el fin de ganar tiempo antes de moverse hacia una segunda posición defensiva en la Línea Adolf Hitler, a 12
kilómetros en retaguardia.

Soldados polacos disparando un mortero sobre posiciones alemanas.

El 14 de Mayo los Goumiers del Cuerpo Francés, avanzando a través de las montañas que discurrían en paralelo al Valle del Liri, y que hasta
entonces eran infranqueables, lograron flanquear las defensas alemanas y abrir el valle para el 13 Cuerpo de Ejército. Un día después, el 15 de Mayo,
la 78ª División Británica se unió al frente del 13ú Cuerpo de Ejército para efectuar el movimiento envolvente que debía aislar a Cassino del Valle del
Liri. El 17 la División Polaca reinició los asaltos a las montañas, y para las primeras horas del día 18 los británicos y los polacos se unieron en el Liri,
3 kilómetros al oeste de Cassino.

Panther inutilizado en los combates del Valle del Liri.

A primeras horas de la mañana del día 18 de Mayo, un grupo de reconocimiento del 12ú Rgto. de Ulanos Polaco izó una improvisada insignia sobre
las abandonas ruinas del monasterio. Los únicos enemigos que encontraron fueron un grupo de heridos alemanes, tan graves que había sido imposible
evacuarlos de las ruinas.

La bandera polaca ondea sobre las ruinas de la abadía de Montecassino, una merecida revancha para los soldados polacos combatiendo en
el exilio.

La abadía había caido sin lucha, ya que los paracaidistas alemanes, con sus líneas de suministro amenazadas por el avance aliado sobre el Valle del
Liri, lo habían abandonado la noche anterior. La lucha continuaría en otro lugar.

Continuará con el merecido epílogo.

Fuentes: www.wikipedia.org y Osprey Publishing.


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por jacbass1 el Dom Abr 15, 2007 11:05 pm

Y los polacos, tan lejos de su tierra, escribian paginas de dificil olvido.


Esperamos, por desgracia, el capitulo final. Good job (jo, que pegote, con lo mal que controlo el ingles), Capt.Miller.

Seguimos en el frente...
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por vonder el Lun Abr 16, 2007 10:49 am

Imagenes de la Batalla de Montecassino.

Las tenía grabada en el dusco duro pero desconozco de qué página web las conseguí.

Vemos imágenes de un Stug III alemán. ¿Sabeis a que unidad blindada de los fallschirmjager o del Heer podría pertenecer dicho blindado?
Saludos.

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por Capitan Miller el Lun Abr 16, 2007 11:27 am

Hola Vonder.

Yo diría que se trata del Stug III que defendió el Hotel Continental junto con los paracaidistas alemanes allí atrincherados, o alguno de los otros que
fueron destruidos en Cassino en el bombardeo del 15 de Marzo. Si se trata de alguno de ellos, y por el entorno de las fotografías podría ser, es una
unidad de la Brigada 242, o "Sturmgeschuetzabteilung 242".

Por cierto, muy buenas fotos.

Saludos.
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por Mikhailovna el Lun Abr 16, 2007 11:43 am

Perdonar mi ignorancia pero...¿qué es esa raya verde?

Un artículo redondo, Capi, y unas fotos tremendas...¿cuándo vamos a Montecasino, mon capitain?
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por vonder el Lun Abr 16, 2007 3:28 pm

Hola Mikhailovna.

Las rayas verdes las habrá puesto el dueño de las fotos al colgarlas en la página web.
El problema es que he perdido la referencia de dichas fotos.
Miemtras esperamos el merecido epílogo por parte del Capitan os pongo otra foto.

Saludos.
NB Gracias Capitan por descifrar el nombre de la unidad Stug.

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por Capitan Miller el Lun Abr 16, 2007 3:53 pm

Pues nada Mika, un día de estos me pongo el pasamontañas, agarro la recortada, me paso por el cajero a retirar unos cuantos lerus y nos vamos una

semanita a Roma con paradas en Anzio y Montecassino. ¡Se acabó la miseria!

Otra aclaración para ti, Mika, que como eres un poco nueva en estos saraos lo mismo te extraña. ¿Te has fijado en los círculos blancos pintados en el
cañón del Stug III? Cada uno de ellos indica una "victoria", generalmente un tanque enemigo puesto fuera de circulación. No era obligatorio, cada
tripulación decidía si pintarlos o no, por eso algunos tanques alemanes llevan la marca y otros no. Cuentan las crónicas, y como dicen los italianos "si
non e vero e ben trovato", que aquel Stug III atrincherado en el hotel acabó en un sólo día con 16 Sherman. Tal vez no fueran tantos, pero si fueron
unos cuantos.

Saludos.
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Montecassino. Epílogo (4)

por Capitan Miller el Lun Abr 16, 2007 11:23 pm

Montecassino. Epílogo.

Cassino, la abadía, y la mayor parte de las posiciones alemanas del sector, pertenecientes a la Línea Gustav, habían caido en manos aliadas, pero el
combate continuaría. Faltaba el gran premio, Roma.

Las unidades del 8º Ejército avanzaron por el Valle del Liri, y las del 5º hacia la costa, en dirección a la siguiente línea defensiva, la Adolf Hitler, que
ya había sido cambiada de nombre por el de Línea Dora, con el fin de minimizar el golpe en la moral que supondría su eventual caida.
Tras un ataque inicial que fracasó, el 8º Ejército decidió reorganizarse antes de un siguiente intento. La tarea llevó varios días, había un total de
20.000 vehículos y 2.000 tanques que debían moverse correctamente para evitar un monumental atasco. El siguiente asalto comenzó el 23 de Mayo,
con el ya casi mítico Cuerpo Polaco atacando Piedimonte en el flanco derecho, defendido por ya tambíen mítica 1ª Div. de Paracaidistas alemana, y
apoyado por la 1ª Div. Canadiense de Infantería en el centro. Para el 24 de Mayo los canadienses habían abierto brecha y su 5ª Div. Acorazada
explotó el éxito desplegándose por la ruptura. El 25 de Mayo los polacos tomaban Piedimonte, y la Línea Dora (antes Hitler) se derrumbaba. Se había
abierto el camino a Roma.

Al mismo tiempo que los polacos y canadienses lanzaban su ataque el día 23, el general Lucian Truscott, que había reemplazado al General John P.
Lucas, atacaba con las divisiones 3ª de Infantería USA y 1ª Acorazada USA desde la cabeza de playa de Anzio. No había una sola unidad acorazada
alemana disponible para repeler el ataque, ya que Kesselring había desplazado todo su potencial acorazado en apoyo del 10ú Ejército en Cassino, así
que el único apoyo blindado que el 14º Ejército alemán podía esperar era la 26ª Panzer, en camino desde el norte de Roma, donde había sido
desplegada a la espera de un intento de desembarco aliado en el área. Cuando pudiera ser utilizada ya sería demasiado tarde.

El 25 de Mayo, con el 10º Ejército alemán en retirada, el 6º Cuerpo de Ejército aliado se encontraba moviéndose hacia el este para dividirlo en dos.
En un solo día lo habían conseguido, y todo el 10º Ejército y sus reservas disponibles estaban atrapados. En ese momento, y contra todo pronóstico,
el general Mark Clark ordenó a Truscott modificar su línea de ataque, noreste, hacia Valmonte en la Carretera 6, dirección noroeste, hacia Roma. Los
motivos de Clark para esta decisión no son claros, y han sido objeto de controversia. Truscott escribió más tarde en sus memorias que Clark "temía
que los británicos estuvieran ocultando un plan para ser los primeros en llegar a Roma", una opinión que está reforzado por las memorias del propio
Clark. En cualquier caso, Alexander había dividido las zonas de cada ejército con anterioridad, y Roma quedaba bajo la responsabilidad del 5ú
Ejército. La responsabilidad del 8º Ejército británico fue siempre la derrota del 10º Ejército alemán y bordear Roma para continuar la persecución de
los alemanes hacia el norte, como de hecho así hicieron.

Clark tenía finalmente su foto y su ciudad.

Como Truscott escribió más tarde "… estaba atónito. No era el momento para girar hacia el noroeste, donde el enemigo aún permanecía firme,
debíamos emplear todos nuestros efectivos en la bolsa de Valmontone para asegurar la destrucción del ejército alemán en retirada. No estaba
dispuesto a acatar la orden sin antes hablar personalmente con Clark… pero no se encontraba en la cabeza de playa ni pudo ser localizado por
radio… así que aquella fue la orden que desvió a nuestras fuerzas de la bolsa de Valmontone e impidió la destrucción del 10ú Ejército alemán. La
orden se ejecutó el 26 de Mayo". Truscott continuó escribiendo, "En ningún momento dudé que si Clark hubiera seguido las órdenes de Alexander
no se debía haber cambiado la dirección original de mi ataque, y los objetivos estratégicos en Anzio se habrían conseguido en su totalidad. Ser el
primero en llegar a Roma era una pobre compensación por la oportunidad perdida." Sin lugar a dudas se perdió una gran oportunidad, y siete
divisiones del 10ú Ejército lograron retirarse hacia la próxima línea de defensa, la Línea Gótica, al norte de Florencia. Italia debería sufrir casi un año
más de ocupación alemana y represión por parte del gobierno fascista de la República Social.

Roma cayó el 4 de Junio de 1944, dos días antes de que la tormenta de la guerra se desatara sobre Normandía.
En el curso de las batallas, el histórico monasterio de Montecassino, donde San Benito había establecido por primera vez en la historia de Occidente
la orden monástica, fue totalmente destruido. Afortunadamente, antes de la ofensiva aliada (en Diciembre de 1943), el teniente coronel Julius
Schlegel había comenzado a transferir al Vaticano gran parte de los volúmenes de la biblioteca de la abadía y otros tesoros artísticos que allí se
hallaban.

La abadía de Montecassino tras la batalla y en la actualidad.

Inmediatamente después de que terminaran los combates en Cassino, el Gobierno Polaco en el Exilio, en Londres, instituyó la Cruz de la Campaña de
Montecassino para conmemorar la contribución polaca a la victoria y la captura del monasterio.

Cruz de la Campaña de Montecassino.

Fue tambíen en aquellos momentos cuando el compositor polaco Félix Konarski, que había participado en los combates, escribió el himno Czerwone
maki na Montecassino (Las Amapolas Rojas de Montecassino). Después de la guerra se erigió un impresionante cementerio militar polaco, visible
desde prácticamente cualquier lugar alrededor del monasterio. Allí reposan los restos del general Wladislaw Anders, que falleciendo en Londres en
1970 no quiso ser enterrado lejos de donde cayeron tantos bravos compatriotas, peleando por su patria a cientos de kilómetros de ella.
Cementerio militar polaco.
Tumba del general Wladislaw Anders en el cementerio militar polaco de Montecassino.

El día después de la batalla, tropas coloniales marroquíes y argelinas adscritas a las Fuerzas Expedicionarias Francesas se dedicaron a merodear por
los alrededores, dedicándose al pillaje y cometiendo brutalidades y violaciones masivas en Ciociaria. Desde entonces ese tipo de crímenes son
conocidos en Italia con el termino "marocchinate". El año 1961, Sofía Loren recibió el Oscar a la mejor actriz por su papel en la película Dos
Mujeres, basada en las violaciones de Ciociaria. Es dura, muy dura, pero imprescindible, os la recomiendo si teneis ocasión de haceros con ella (yo la
vi hace muchos años en TV, creo que en La Clave).

El cementerio militar de la Commonwealth, incluyendo las tumbas de británicos, neozelandeses, canadienses, indios, gurkas y sudafricanos, se
encuentra en las afueras de Cassino, hacia el oeste. El cementerio de franceses e italianos se encuentra en la Carretera 6, en el Valle del Liri, mientras
que el de los combatientes alemanes se halla a tres kilómetros al norte de Cassino, en el Valle del Rápido.

Cementerio militar de la Commonwealth.

Cementerio militar alemán.

La destrucción de la abadía fue también la inspiración para el escritor Walter M. Miller de su obra Cántico a San Leibowitz, que describe la vida
monástica en un mundo apocalíptico postnuclear. Miller participó en la batalla como tripulante de un bombardero de la Fuerza Aérea USA, y fue su
traúmatica experiencia tras participar en el bombardeo de la abadía lo que le llevó a escribir su obra.

Ojalá nunca nadie tenga un motivo similar ni siquiera para escribir una novela excelente.
"Con cada muerte me siento más lejos de casa."
S.P.R.

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por Mikhailovna el Mar Abr 17, 2007 7:24 am

Y todo llega a su fin.

Gracias por estos cuatro capítulos, Capi. Buen y elaborado curre (y yo que doy fe)
" La guerra es una masacre de gentes que no se conocen, para provecho de gentes que sí se conocen pero no se masacran". Paul Valery.

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por Capitan Miller el Mar Abr 17, 2007 8:31 am

Gracias a vosotros por leerlo. Como siempre, ha sido un placer; trabajaillo pero placer a fin de cuentas.

Hasta el próximo tocho.


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por Kurt_Steiner el Mar Abr 17, 2007 11:30 am

He aquí los ingredientes de un buen artículo:

Un gran tema
Un excelente autor
Unos lectores agradecidos.
Excelente trabajo, Miller.
Que no panda el cúnico...

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Ok

por Durand el Mar Abr 17, 2007 12:14 pm

Buen trabajo Miller,bien documentado y mejor enfocado,el antes y el despues, asi nos podemos hacer una idea de los acontecimientos
ocurridos.Enhorabuena.

Un Saludo.Durand...
Si alguien os pregunta por qué habéis luchado y muerto en esta guerra,decidles:por las mentiras de nuestros padres.
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“El demonio es el dueño absoluto de este mundo, y un cambio de poderes constituye tan sólo un cambio de rango entre demonios”.
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por Capitan Miller el Mar Abr 17, 2007 10:04 pm

Como dirían Les Luthiers, "qué podemos añadir que no se haya dicho ya... o que sí se haya dicho".

Sólo un gran -gracias- por vuestros comentarios.

Las horas de tecleo, los cabreos por los párrafos no guardados y desaparecidos en combate, las puñeteras fotos que pierden calidad por arte de magia

y las ojeras por arañar una hora nocturna más al despertador se dan por bien empleadas.

De cualquier manera, y aunque figura en los tres anteriores en este último se me pasó, el 95% del artículo es fruto de los anónimos currantes de
Wikipedia y los no tan anónimos autores que publican sus obras en Osprey Publishing. En este caso en particular Ken Ford, aunque el apoyo
principal para el artículo vino de la parte gráfica.

Ahora espero poder mantener el listón.


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por jacbass1 el Mar Abr 17, 2007 11:00 pm

Sólo un gran -gracias- por vuestros comentarios. Embarassed

Gracias a ti por el curre y por dejarlo aqui para nuestro disfrute. Lo peor de estos trabajos es el bajon que te da al final de curro ¿no te pasa a ti? Yo,
po lo menos, reniego ahora mismo de Okianawa, pero estoy temiendo el dia que lo acabe.

Aunque Mika me regañe, es casi como un parto , bueno, vale, algo menos...pero solo un poco...mejor me callo...

Seguimos en el frente...
"El miedo es el camino hacia el Lado Oscuro, el miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento. Veo mucho miedo en ti" —Yoda
a Anakin
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por Sadurni el Jue Jun 07, 2007 11:25 pm

mi favorita de casino

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