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Cardiología
1. Generalidades
Funciones del sistema cardiovascular
La sangre circula en un circuito cerrado que constituye el sistema cardiovascular.
A cada parte del cuerpo llega la sangre arterial, que tiene una composición igual para todo el cuerpo.
Los organismos que tienen pocas células no tienen aparato circulatorio, porque su intercambio
metabólico lo hacen las células con el medio extracelular. Cuando se complica la estructura celular,
hay muchas células y el organismo está muy lejos del medio ambiente.
El elemento que define la situación es: el aparato circulatorio interviene en mantener el equilibrio
entre el medio intracelular y extracelular permitiendo un intercambio de sustancias entre las células
que les permita mantener actividad metabólica. Mantiene el medio intersticial en un margen que
permite la supervivencia del tejido.
Un aparato cardiovascular es insuficiente cuando no es capaz de mantener un flujo adecuado a las
necesidades metabólicas de los tejidos. Los tejidos más dependientes del metabolismo aerobio son los
que más fácilmente sucumben. El que más rápido sucumbe es el propio corazón.
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FISIOLOGÍA BÁSICA !2
El sistema de control cardiovascular es mixto; hay elementos que se controlan hormonalmente y otros
que se controlan neuronalmente.
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2. Potenciales miocardio
El corazón tiene una parte derecha y una parte izquierda. Desde el punto de vista histológico, tiene
una estructura de capas. Hay una capa en contacto con la sangre (endotelio),
una capa muscular muy grande (más gruesa en los ventrículos que en las
aurículas), y una envoltura serosa con una doble capa y con líquido entre
medias (pericardio).
Lo que está más próximo a la sangre se denomina endocardio, lo que está
más proximo a la parte externa se denomina epicardio.
En cuanto a la estructura anatómica, el corazón tiene dos
“orejas” (aurículas) y dos ventrículos. Las aurículas están interconectadas por
venas y separadas de los ventrículos por válvulas auriculo-ventriculares. Los
ventrículos están separados de las arterias por las válvulas ventriculo-
arteriales (aórtica y pulmonar). Las arterias son los vasos elásticos de salida.
También hay nervios y vasos. Los nervios que inervan al corazón pertenecen
al sistema vegetativo, y son simpáticos y parasimpáticos.
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se haya producido) y en elementos contráctiles, que dependen fundamentalmente del calcio iónico que
haya en el citoplasma. Son elementos diferentes, pero en el corazón en condiciones fisiológicas hay un
acoplamiento entre las características eléctricas y la contractilidad, porque el potencial de acción de
las células miocárdicas genera una mayor concentración de calcio en el citoplasma, lo que
desencadena la contracción.
Se puede considerar que el elemento activo es la contracción o que el elemento activo es la relajación.
Inicialmente se tiende a pensar que el elemento activo es la contracción; pero cuando un músculo
muere queda contraído. Por tanto, el elemento activo es mantener la relajación. Esto se denomina
estado inotrópico.
Por otro lado, están las funciones metabólicas de las células miocárdicas. Consisten básicamente en un
consumo energético fundamentalmente aerobio, y por tanto es dependiente del aporte de oxígeno. La
mayor parte del consumo energético del corazón es a partir de los ácidos grasos. También tiene un
elevado consumo en glucosa y en ácido láctico. Como realiza el ciclo de Krebs, metaboliza el ácido
láctico que se haya producido en otros lugares.
La regulación es doble: nerviosa y hormonal. Desde el punto de vista nervioso, está regulado por el
sistema nervioso autónomo. Los ganglios que forman el sistema nervioso parasimpático son
colinérgicos, es decir, segregan acetilcolina, sobre receptores muscarínicos. Los receptores
muscarínicos del corazón generan aumento de la permeabilidad al potasio, y por tanto
hiperpolarización de la célula. Esto hace que disminuya la frecuencia de descarga.
En condiciones basales existe un tono parasimpático predominante, y esto se regula a través de los
nervios vagos. La regulación simpática, a partir de ganglios paravertebrales simpáticos, inerva todo el
corazón (aurículas y ventrículos) y los vasos que irrigan el corazón. Estos nervios son: simpáticos,
noradrenérgicos y fundamentalmente sobre receptores beta1. Eso genera dos fenómenos
fundamentales: uno a nivel de las células de los nodos, aumentando la frecuencia, y otro aumentando
la fuerza de contracción al aumentar el calcio intracelular. Además, genera vasodilatación sobre los
vasos miocárdicos. El efecto fundamental de la vasodilatación de los vasos miocárdicos depende más
de la propia actividad de las células miocárdicas.
El sistema nervioso simpático tiene la glándula suprarrenal, que es una estructura situada sobre el
riñón que contiene la médula suprarrenal. La médula suprarrenal libera adrenalina, que actúa sobre
todo el organismo por vía endocrina. La adrenalina suele actuar sobre los mismos receptores que el
sistema nervioso simpático.
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tienen un potencial muy largo, por lo que es especialmente importante que el flujo neto del ión sea
pequeño.
El calcio y el sodio siempre entran por los canales; el potasio siempre sale; el cloro depende de si hay
presencia de bombas de cloro o no. En el miocardio, algunas células
del fascículo de conducción tienen bombas de cloro, y este ión
participa en la repolarización.
En las células miocárdicas, la escala de tiempo es de 500 mseg, un
tiempo bastante largo para un potencial de acción. Tienen una fase de
despolarización rápida, una fase de meseta y una repolarización. La
fase de meseta varía de unas células a otras, y la parte entre potencial o
potencial puede ser más o menos plana o con mucha pendiente. Todas
las células, en determinadas circunstancias, tienen la fase de
repolarización más marcada, y se convierten en células automáticas.
La muerte súbita inmediata del infarto de miocardio se debe casi
siempre a este fenómeno. Se mueren unas cuantas células, que generan que las de al lado se
conviertan en automáticas.
Como el potencial de acción dura tanto y va acoplado a la contracción muscular; el siguiente
potencial de acción no genera una suma en la contracción, sino una nueva contracción. El corazón,
en principio, no es tetanizable eléctricamente. La propia duración del potencial de acción y por tanto
del periodo refractario hace que, en condiciones normales, las contracciones no se sumen sino que se
generen nuevas contracciones.
El periodo refractario del corazón es doble: hay un periodo refractario individual de la célula y un
periodo refractario de la propagación. Aunque una célula se despolarice, si las de alrededor están en
periodo refractario no se propagará el potencial.
La situación que tengan las células en los
diferentes sitios les confiere una diferente
expresión de canales, lo que genera diferencias en
sus potenciales de acción. En los cúmulos que
están en los nodos, las células tienen un potencial
con una fase de ascenso más lenta que los demás.
Eso se debe a que no tienen activos canales de
sodio eléctricamente excitables, por lo que su
potencial de acción depende esencialmente de
canales de calcio. Por otra parte, estas células son
las que se repolarizan menos y no mantienen su
potencial.
Hay otras células situadas en los fascículos de conducción, que tiene una despolarización mucho más
rápida y una repolarización inicial rápida. Eso se debe a que tienen muchos canales de sodio
eléctricamente excitables disponibles y tienen también canales de cloro. Tienen una forma de meseta
parecida a las del resto del ventrículo. Las células de la aurícula tienen una meseta con pendiente
grande.
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La denominación para cualquier potencial miocárdico tiene una serie de fases: 0 (comienzo de la
despolarización), 1 (despolarización), 2 (repolarización), 3 (meseta) y 4 (reposo). Estas fases no se
pueden apreciar con claridad en las células de los
acúmulos que se encuentran en los nodos
(automáticas). Las células automáticas tienen
una fase de autodespolarización, un potencial
de acción fundamentalmente de calcio, con una
fase de despolarización y una fase de
repolarización. Hay un punto de máxima
polarización en cada ciclo; el punto en el que se
recupera el potencial inicial de la célula. De ese
punto depende la frecuencia cardiaca. La
pendiente de autodespolarización y el umbral
de los canales de calcio también son datos
importantes. Esos 3 elementos se regulan con los
sistemas de regulación que cambian la
permeabilidad de la célula.
El número de canales implicados y la variabilidad son muy amplios, pero globalmente el proceso se
puede caracterizar por una serie de fenómenos importantes. La fase 0 del potencial de acción se debe
a un aumento brusco de la permeabilidad al sodio, y por tanto tiene un umbral que corresponde al del
canal de sodio. En todas estas células, en condiciones fisiológicas, se llega al umbral porque se ha
generado un cambio en el campo eléctrico vecino. No son automáticas en condiciones normales y su
despolarización inicial corresponde a que se ha despolarizado la vecina. El estímulo siempre se
conduce de una célula a las vecinas. Los canales de sodio eléctricamente excitables son como los de
otras células y se bloquean con los mismos elementos. Su característica peculiar es que se
autobloquean a los 2 ms. Por tanto, la permeabilidad al sodio aumenta y disminuye bruscamente.
El canal de sodio, por otra parte, se queda bloqueado y no disponible para una nueva apertura hasta
que se recupere un potencial de membrana de -50 o -60 mV. Cuanto mayor sea el potencial, más
canales de sodio se recuperan y el estímulo se conducirá mejor. Si no se repolariza mucho, el potencial
tendrá menos pendiente y conducirá peor.
La fase 1 se debe al cierre de los canales de sodio. La conductancia al potasio depende de muchos
canales diferentes, cada uno con sus características propias. Se cierran los canales de potasio iniciales,
lo que hace que, si la célula está despolarizada durante mucho rato con alta permeabilidad al potasio,
el flujo al potasio sería muy importante y costaría recuperar la concentración. Aunque está limitado
parcialmente por el cierre de los canales, como dura tanto el potencial de acción, la movilización de
iones es suficientemente importante como para que el trabajo de las bombas sea considerable. Las
bombas están actuando continuamente, porque se rigen por otros mecanismos.
Esa permeabilidad al potasio que baja inicialmente va aumentando progresivamente, y hay una fase
final en la que aumenta mucho. Simultáneamente, cuando se ha despolarizado la célula, ha abierto los
canales de calcio eléctricamente excitables. Unos se ponen en marcha y se autocierran; otros tardan
más en abrirse. Esto hace que, durante cierto tiempo, la permeabilidad del calcio y la del potasio se
contrarresten. El calcio tiende a llevarlo a positivo y el potasio a negativo.
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Disminuye la duración de
la repolarización, lo que
hace que disminuya la
frecuencia cardiaca.
La frecuencia cardiaca
afecta a la duración del
potencial de acción de las
células miocárdicas; pero
la duración del potencial
de acción de las células
miocárdicas no afecta a la
frecuencia cardiaca, que
depende solo del nodo.
Si aumenta la
permeabilidad al potasio
en las células marcapasos,
disminuye la frecuencia;
pero si eso lo hace el vago
no afecta a las células del
ventrículo.
Si aumenta la permeabilidad al potasio en las células del nodo, como la fase 4 tiene menos pendiente,
disminuye la frecuencia cardiaca. La duración de la fase de meseta depende de la frecuencia cardiaca.
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3. Electrocardiograma
El electrocardiograma intenta registrar la actividad eléctrica del corazón desde la superficie del
cuerpo. Nuestro cuerpo es un conductor de agua con sal, lo que permite identificar en la superficie del
cuerpo cambios en la distribución de cargas en el espacio extracelular.
Eso hace que la interpretación del ECG no sea físico-matemática, porque no hay una relación directa;
se interpreta por reglas.
1. En condiciones estándar, en el eje X se
registra tiempo en forma de velocidad del papel, que
son 25 mm/s. En el eje Y se registra voltaje, que es
1mV=1cm o 0,1mV=1mm.
2. Se registra diferencia de potencial entre dos
puntos en la superficie del cuerpo, lo que se denomina
derivación. Las derivaciones que se consideran estándar
son desde izquierda a derecha (entre el brazo izquierdo
y el brazo derecho). La derivación II es pierna
izquierda, brazo derecho; la derivación III es pierna
izquierda, brazo izquierdo.
3. En cada derivación se ve la proyección del
vector campo eléctrico que haya en un determinado
momento; y en cada derivación se ve en función de
cómo proyecta ese vector la derivación. Este vector lo define la masa de células que estén en la misma
situación.
4. El vector campo eléctrico es perpendicular al área de despolarización. Tiene una magnitud
que depende del número de células o de la magnitud del área (pocas células, poca intensidad). El
vector será más amplio cuanto mayor sea el número de células que están en la misma situación.
5. El sentido del vector puede ser el de desplazamiento del frente de despolarización, o el
contrario al desplazamiento de un frente de repolarización.
Siempre se mantiene la regla de que la R es la primera línea positiva que aparece en el complejo
QRS.
La onda P aparece antes del QRS y está generada por la despolarización de la aurícula, por lo que
hay electros que no tienen onda P. El QRS sí tiene que estar; si no hay QRS está en parada cardiaca o
en fibrilación ventricular.
Lo que hay detrás del QRS se llama onda T, y está siempre porque
corresponde a la repolarización de los ventrículos.
El potencial de acción de las células ventriculares está entre el QRS y
la onda T. El intervalo entre la onda P y el QRS indica el tiempo de
conducción aurículo-ventricular, y la duración del propio QRS indica
el tiempo de conducción intraventricular.
Un PR amplio indica algún bloqueo entre la aurícula y el ventrículo.
Un cambio en el QT está generalmente relacionado con problemas
iónicos, porque depende solo de la duración del potencial de acción.
son las válvulas auriculoventriculares, se llama primer tono. Se ha producido durante la fase de
contracción isovolumétrica.
Al abrirse la válvula aórtica se produce la eyección, y el volumen del ventrículo va disminuyendo.
Tiene dos partes: una de eyección rápida y otra de eyección lenta. La eyección rápida coincide con el
aumento de la fuerza de contracción, pero el pico de la fuerza de contracción se produce en el cambio
entre eyección rápida y eyección lenta. Mientras la presión en el ventrículo aumenta porque se contrae
el músculo, la presión en la aorta aumenta porque es elástica y se estira. Durante esta fase, la presión
en la aorta llega hasta un máximo. La presión en la aurícula disminuye y posteriormente va subiendo
conforme se va vaciando el ventrículo, porque aunque esté cerrada la válvula sigue llegando sangre a
la aurícula.
Hay una parte del vaciado lento que se produce durante la fase de relajación, porque la energía
cinética que ha cogido la sangre mantiene una fuerza total mayor en el ventrículo que en la aorta.
Cuando la diferencia de presión es suficiente para cerrar la válvula, la válvula ventrículoarterial se
cierra y termina la fase de eyección. La onda T se suele producir durante la fase de eyección lenta.
Cuando se cierra la válvula ventrículoarterial se produce el segundo tono cardiaco. El periodo entre el
primer y segundo tono es mucho más fijo que entre segundo y primer tono.
Al cerrarse las válvulas hay una situación similar a la inicial, pero en fase de relajación: relajación
isovolumétrica. Durante esta fase y durante toda la fase de vaciado, la aurícula se ha ido llenando y ha
ido aumentando su presión. Llega un momento en que la presión del ventrículo cae por debajo de la
presión de la aurícula; y la válvula auriculoventricular se abre.
Cuando se abre la válvula viene la fase de llenado. Lo esencial es cómo se ha relajado el músculo. Si se
relaja de forma importante funciona como una jeringuilla, y aspira el volumen de la aurícula. El
ventrículo se llena rápido porque se ha relajado. La parte fundamental de llenado corresponde a la
relajación del ventrículo; no a la contracción de la aurícula. Las dos fases de llenado (rápido y lento)
suceden con los dos músculos relajados.
La fase de llenado lento termina cuando el nodo se despolariza, y por tanto se contrae la aurícula. Si
el nodo se despolariza antes, termina la fase y se inicia un nuevo ciclo. El ciclo “de verdad” viene
definido por el ventrículo, pero si no hay despolarización del nodo y contracción de la aurícula no está
controlada la contracción del ventrículo. Cuando no hay despolarizaciones de la aurícula, la
contracción del ventrículo viene por la conducción auriculoventricular arbitraria o por células del
nodo. Si es de la aurícula es arrítmico; si es del nodo es rítmico pero con baja frecuencia.
Si no se produce la contracción de las aurículas, desaparece la onda P en el ECG. En las ondas de
presión, desaparece la onda a del pulso venoso y de la presión auricular. Cuando se contrae la
aurícula, si el ventrículo está casi lleno, la sangre vuelve a las venas, por lo que la onda a se ve
realmente en las venas. Si no hay contracción auricular, el llenado del ventrículo no se ve muy
afectado.
El volumen que tenemos durante la fase de contracción isovolumétrica es lo que se llama volumen
diastólico final, cuando se produce la contracción. De igual manera, durante la fase de relajación
isovolumétrica está el volumen sistólico final. La diferencia entre el volumen diastólico final y el
volumen sistólico final es lo que ha expulsado, y se denomina volumen sistólico. El volumen diastólico
final puede modificarse si hay más tiempo de llenado, o si se contrae la aurícula.
volumen sistólico.
El volumen diastólico final solo depende de la sangre que está volviendo por
las venas y la distensibilidad del músculo. Si el músculo se relaja mal, la
curva ABC estará desplazada hacia arriba. Con la misma presión de
llenado, hay músculos que se llenan poco y otros que se llenan mucho. La
presión que genera sobre la aurícula y sobre el retorno venoso, cuando el
músculo se distiende mal, es mucho mayor. Si hay una insuficiencia
cardiaca izquierda se eleva la presión en las venas pulmonares; si hay
insuficiencia cardiaca derecha se forman edemas en las piernas (aumento de
presión en las venas cavas).
El Volumen sistólico final depende, por un lado, de la fuerza de contracción
que sea capaz de ejercer el músculo miocárdico, y por otro lado de la fuerza
que se opone (presión arterial). Si la presión arterial es más alta, el músculo
miocárdico tarda más en abrirse y se vacía menos.
Cuando hay una fuerza en contra sistemática se produce una hipertrofia del
músculo. Esa es la forma en la que se controla la hipertensión crónica,
midiendo el espesor del tabique. Si el espesor del tabique se mantiene
estrecho, se puede suponer que se está controlando razonablemente la
presión arterial del sujeto en cuanto a la repercusión cardiaca.
La fuerza de contracción depende de la concentración de calcio que tenga
la fibra muscular durante la contración. A esto se le llama estado inotrópico,
y es el estado contráctil de la fibra. Su variación se ve cuando se observa la
presión isovolumétrica que es capaz de ejercer.
El volumen sistólico final depende de la presión arterial que se opone (poscarga) y la contractilidad o
fuerza contráctil (cambios en el estado inotropo). Los cambios en el estado inotropo se pueden
estudiar para ver cómo funcionan en el corazón aislado, porque no dependen de elementos
hormonales o nerviosos externos. Si se quiere averiguar la fuerza máxima de contracción de un
músculo se debe observar sin dejar que se acorte. En el caso de las contracciones con el músculo
aislado se llama isométrica, en el caso de la contracción con volumen constante se llama contracción
isovolumétrica.
Si se tiene un músculo aislado, se puede llenar el ventrículo hasta diferentes puntos y hacer que se
contraiga contra una fuerza inicial. El músculo haría una contracción isovolumétrica y se relajaría. Se
puede establecer una relación presión-volumen isovolumétrica máxima, que sería la presión máxima
que es capaz de ejercer el ventrículo con un determinado volumen. Cuanto mayor sea el volumen de
llenado, la fuerza de contracción es mayor (algo que no sucede en el músculo esquelético).
Un ventrículo normal siempre se queda con lo mismo; si llega más expulsa más y si llega menos
expulsa menos. Por tanto, la fuerza de contracción del corazón siempre aumenta cuando aumenta el
volumen ventricular.
La modificación del estado inotrópico se mide como un aumento del estado inotrópico positivo o del
estado inotrópico negativo. Un músculo que no se contrae bien es capaz de ejercer menos presión
para un determinado volumen diastólico. El volumen sistólico final es el cruce de la presión poscarga
con la curva del estado inotrópico. Si aumenta la poscarga, el volumen sistólico final aumenta porque
La longitud de las fibras musculares está en relación con el volumen. La tensión de las fibras
musculares está en relación con la longitud. Si hay una cavidad con
líquido y se aprieta, el músculo se contrae y aumenta la presión en el
interior, disminuyendo el radio si puede.
Si se coge un corazón aislado, se encuentra en primer lugar que se
pueden unir los puntos inferiores de la gráfica, que representan la
relación presión-volumen con el músculo en relajación. La parte
inferior de la gráfica representa la distensibilidad pasiva del músculo.
El músculo que se relaja mejor (más distensible) tendrá una curva más
plana que el que se relaja peor. Cuanto mayor sea el volumen de
llenado, mayor es la presión que se requiere (la precarga). La mayor
parte de las veces, la precarga se traduce como volumen diastólico final
(volumen de llenado). Estrictamente sería presión de llenado, pero
normalmente se emplean como sinónimos.
Se puede llenar el ventrículo hasta un determinado punto, y cuando se llega a ese volumen se da un
estímulo eléctrico y el músculo se contrae. El volumen diastólico final en cada caso sería el que tiene
durante la contracción isovolumétrica en cada una de las contracciones.
Las contracciones isovolumétricas, en este caso, se consiguen impidiendo que salga nada por la aorta.
Se da un estímulo contráctil, y dependiendo del volumen inicial que tuviese llegará a una determinada
presión. Toda la fuerza de la contracción se refleja en forma de presión. La relación presión-volumen
isovolumétrico está en relación con el estado inotrópico. Cuando se tiene un estado inotrópico positivo
para el mismo volumen, se genera mucha más presión. Cuando se tiene un estado inotrópico negativo,
con el mismo volumen de llenado se genera menos presión.
Casi con cualquier estado inotrópico se cumple que cuanto mayor sea el volumen de llenado, la fuerza
de contracción es mayor. Un corazón que se dilata es capaz de ejercer mayor presión. Cambiando el
estado inotrópico, con el mismo volumen de llenado se puede ejercer más presión; con el mismo
estado inotrópico, si hay mayor volumen se ejercerá mayor presión.
Ningún punto de la gráfica está a una presión mayor que la de la contracción volumétrica para ese
volumen. Esto hace que el punto de cierre del ciclo, el que define el volumen sistólico final, es la
relación que haya entre la poscarga y el volumen inotrópico. Si en una misma contracción se aumenta
la poscarga, se vacía pero cuando llega al punto de cruce no sigue bajando el volumen. Por tanto, en
la primera contracción se vacía mucho más que en la segunda. En el momento en el que la poscarga
se cruza con la recta del estado inotrópico se produce el cierre. Hay que partir de un volumen mayor
Mecanismo de contracción
Las fibras miocárdicas, si se miran histológicamente, son fibras estriadas con
estructura de sarcómero. La estructura contráctil es una asociación de fibras
de actina y miosina con bandas Z y H, igual que el músculo esquelético.
Tiene muchos túbulos T que permiten que el potencial de acción también
vaya por los túbulos T. Tiene además mucho retículo sarcoplásmico, lo que
significa que moviliza mucho calcio, ya que está siempre en actividad
durante toda la vida del sujeto. El proceso que de verdad consume energía es mantener el músculo
relajado. El retículo sarcoplásmico es un sitio de movilización rápida de calcio importante en cada
contracción. Tiene también muchas mitocondrias, lo que indica que su actividad metabólica depende
del metabolismo aerobio. La capacidad de mantener contracción-relajación en un músculo en
situación anaerobia está muy limitada.
El mecanismo de la contracción se acopla con el mecanismo del potencial de acción a través de que el
potencial de acción genera la entrada de calcio y la liberación de calcio del RS, lo que desbloquea los
sitios de anclaje de actina y miosina, permitiendo que se realice
la contracción.
Cuando el potencial de acción recorre la membrana celular,
dispara por un lado la entrada de calcio por canales, y por otro
lado la liberación de calcio del retículo sarcoplásmico, lo que
dispara el mecanismo de contracción.
Aparte de los mecanismos de liberación de calcio hay
mecanismo de extracción de calcio que contribuyen a la
relajación. Estos corresponden, por un lado, a la liberación de
calcio del retículo sarcoplásmico, por otro lado al intercambiador
sodio/calcio. El intercambiador Na+/Ca2+ está en la membrana
plasmática y no consume energía como tal, pero su actividad está
acoplada a la bomba de Na+. El sistema aprovecha el gradiente
de sodio que entra como energía para sacar el calcio; y cuando
mayor sea este gradiente podrá extraer más calcio. Si se bloquea
la bomba de sodio, el intercambiador disminuye su actividad, lo que aumenta la concentración de
calcio en el citoplasma y por tanto la fuerza de contracción. Si se da menos tiempo al intercambiador
a sacar calcio (aumenta la frecuencia cardiaca), cuando vaya acumulando calcio en el interior porque
no le ha dado tiempo a extraerlo, irá aumentando la fuerza de contracción.
Hay elementos que regulan el estado inotrópico a través de las hormonas,
como las adrenérgicas. Los receptores beta-adrenérgicos tienen afinidad
por adrenalina y noradrenalina. Los receptores beta-adrenérgicos están
asociados a una proteína G y a aumentar la concentración. El efecto del
aumento de adrenalina aumenta el estado inotrópico, por lo que aumenta
la velocidad de contracción y la fuerza máxima.
Partiendo de una determinada frecuencia, si esta frecuencia aumenta las
contracciones serán más cercanas en el tiempo y aumentará la fuerza de
contracción. Si baja la frecuencia cardiaca, las contracciones estarán más
separadas en el tiempo e irán disminuyendo progresivamente su fuerza.
Esto se debe a dos fenómenos: la liberación de calcio, que es más fácil
cuando ha pasado más tiempo, y el nivel de calcio residual en el
citoplasma, que es menor cuando ha pasado más tiempo. Se parte de una
concentración de calcio inicial que depende fundamentalmente del
intercambiador. Cuanto mayor es la frecuencia, menos tiempo hay y mayor es la fuerza de
contracción. Si se da muy poco tiempo para que salga calcio, también se elimina menos. Se va
acumulando calcio en el interior debido a que el intercambiador no lo ha sacado, lo que da lugar a la
escalera ascendente hasta llegar a un nivel estable. Lo mismo sucede al disminuir la frecuencia. Al
principio se obtiene una fuerza mayor porque es capaz de liberar más calcio pero parte de la
concentración anterior; y va bajando progresivamente esta fuerza de contracción.
Hay fármacos, como isoproterenol, dopamina o butamina que mejoran la contractilidad y se pueden
utilizar para mejorar el rendimiento del ventrículo.
El tono venoso tiene mucha importancia en la modificación del volumen sistólico final.
Ley de Fick
Se basa en la conservación de la masa, pero la concentración no se conserva.
La diferencia entre lo que entra y lo que sale es lo añadido menos lo consumido. La cantidad de una
sustancia que tenemos en una vena menos la cantidad que tenemos en una arteria es lo producido
menos lo consumido.
El volumen minuto cardiaco se mide a través del consumo de oxígeno. El consumo de oxígeno se
puede obtener a través del oxígeno que se intercambia en los pulmones. El oxígeno que pasa a la
sangre es solo el que se necesita, el resto se vuelve a expulsar.
Las únicas células que son capaces la composición de la sangre son las propias células de la sangre.
Los glóbulos blancos consumen oxígeno, y si hay muchos en sangre puede variar la concentración de
oxígeno. En el resto de las condiciones, el consumo de O2 de las células de la sangre es tan pequeño
que no se tiene en cuenta. Por tanto, se puede medir la concentración
de O2 de la sangre arterial en cualquier arteria. Hay que cogerla de
forma que no entre en contacto con el aire.
La concentración venosa depende de lo que consuma el tejido y de lo
que esté entrando, por lo que está en relación con el flujo. Para medir
la concentración venosa del flujo de todo el organismo se suele coger de
la arteria pulmonar, donde está la sangre venosa mixta.
El flujo de sangre (Q) es el volumen minuto cardiaco, y es la diferencia
venosa y arterial de oxígeno, proporcional al volumen de oxígeno.
Normalmente los mecanismos de regulación mantienen unas variables u
otras dependiendo de dónde estemos.
La función cardiovascular es adecuada cuando suministra un flujo de sangre adecuado a las
necesidades del tejido. Si se consigue un mecanismo en el que la actividad metabólica del tejido pueda
variar la resistencia del propio tejido se puede tener una relación en la que el propio tejido se
autorregula. Si hay un tejido que consume mucho y tiene poco flujo, la concentración venosa en ese
tejido será baja (caso típico del corazón). Las partes más cercanas a la parte venosa siempre están en
déficit, y en cuanto el flujo baje un poco no pueden realizar el consumo que necesita.
Otros tejidos, como el riñón, consumen poco y tienen un flujo muy grande. En este caso la
concentración venosa será muy alta. Este tejido participa en la regulación general de la circulación.
En tejidos que producen vasodilatador, si aumenta el flujo disminuye la concentración de
vasodilatador. Se produce vasoconstricción y aumenta la resistencia, lo que a su vez hace que
disminuya el flujo. Por tanto, se mantendrá la actividad metabólica. Lo mismo sucede en el caso
Tema 7: Hemodinámica
La hemodinámica es el estudio de los principios que gobiernan el flujo sanguíneo en el sistema
cardiovascular (resistencia, presión y flujo).
El conjunto se sistemas arteriales y venosos en paralelo que forma el sistema vascular determina la
resistencia, la presión y el flujo.
Hay una serie de sistemas situados en paralelo, pero dentro de cada uno de ellos hay un sistema en
serie. Una arteria comunica con una arteriola, en los capilares se produce el intercambio, y la sangre
sale a vénulas y venas de mayor calibre.
Es muy importante la morfología de los vasos sanguíneos, ya que determina las funciones que podrá
realizar el vaso.
Los vasos que se encuentran a nivel
del corazón tienen un diámetro muy
grande (25 mm) y contienen una
capa de endotelio. En su pared hay
gran cantidad de tejido elástico,
aparte de músculo liso y tejido
fibroso. Tiene una pared gruesa que
permite que recoja sangre a elevada
presión; y el tejido elástico le permite
recuperar su forma inicial cuando cesa la fuerza.
A medida que se va avanzando en el árbol vascular, aparecen vasos con menor diámetro y paredes
menos gruesas. Aparece una equiparación entre tejido elástico y muscular. En el caso de las arteriolas,
el tejido elástico es mínimo en comparación con el muscular. La elevada cantidad de tejido muscular
en las arteriolas permite controlar su diámetro. Las arteriolas se denominan vasos de resistencia, y
son muy importantes en el control de la presión y de la resistencia.
Los capilares son los vasos con un diámetro más pequeño; y su pared está formada únicamente por
endotelio. Su función es el intercambio de sustancias a través de su pared. A partir del sistema capilar
se empieza a recoger el flujo de sangre en vénular, venas de un diámetro mayor y finalmente en la
vena cava.
En la parte venosa del sistema vascular, el diámetro y la pared va aumentando progresivamente
(aunque nunca llegarán al nivel de la aorta), y va apareciendo componente elástico y muscular. Las
características morfológicas de la pared de las venas hacen que puedan acoger distintos volúmenes de
sangre sin cambiar mucho la presión. Al no tener mucho componente elástico, le cuesta volver a su
forma inicial.
Otra característica importante del sistema vascular es que las ramas de una arteria tiene un diámetro
más pequeño que la arteria “madre”, pero al sumar el diámetro de todas las ramas, el área transversal
total será mayor que el área de la arteria “madre”. Esto está relacionado con la velocidad de la sangre
por los distintos vasos.
A medida que la sangre va pasando de las grandes arterias a las arterias y arteriolas, la presión va
disminuyendo progrevivamente. Se produce una gran caída de presión a nivel de las arteriolas, para
que llegue la sangre a los capilares en las condiciones adecuadas, evitando que se rompan. Esta baja
El área transversal máxima se encuentra en los capilares, aunque esto no significa que contengan
mayor volumen de sangre; el volumen total que contienen es muy
pequeño. En el sistema venoso, sin embargo, la superficie total es
menor que en los capilares, pero contienen el mayor volumen de
sangre del sistema vascular.
Si en un momento determinado se necesita un mayor volumen
minuto cardiaco, se puede utilizar la sangre acumulada en el
sistema venoso.
El flujo es el volumen de líquido que se desplaza por unidad de tiempo. Físicamente, se sabe que el
flujo depende de dos factores: diferencia de presión y resistencia. Q=∆P/R.
La diferencia de presión es la diferencia entre la presión que hay a la entrada del vaso y la presión que
hay a la salida del vaso. Esta es la fuera que impulsa el flujo de sangre a moverse. Si la presión fuera
igual en los dos extremos, la sangre no se movería. Esto se denomina presión de perfusión, y es
igual a la presión en el extremo arterial menos la presión en el extremo venoso. Cuanto mayor sea la
diferencia, mayor será la fuerza que haga ese flujo de sangre.
La resistencia es lo que impide el flujo de sangre a través de un vaso sanguíneo. Cuanto mayor sea la
resistencia, el flujo de sangre será menor. Se puede aumentar la resistencia realizando
vasoconstricción.
Al modificar la resistencia de un vaso, ese tejido libera factores locales y actúa el sistema
nervioso autónomo para intentar volver a la situación inicial. Por tanto, estos cambios son
momentáneos. Con esta fórmula se puede calcular la resistencia en un tejido concreto o en la
circulación sistémica.
Para calcular la resistencia de un vaso o tejido
concreto (como el renal), se debe utilizar la diferencia
de presión en ese tejido dividida por el flujo de sangre
en ese tejido. Para calcular la resistencia total de todo
el sistema circulatorio (resistencia periférica total), se
utiliza la presión en la aorta menos la presión en la
vena cava dividido entre el flujo total (volumen
minuto cardiaco, que debe ser similar al retorno
venoso). Esta resistencia total depende de la
resistencia que aporta cada tejido (colocados en
paralelo).
El porcentaje del flujo total que va a cada sistema o
tejido concreto se calcula con la diferencia de presión
y la resistencia en ese tejido. En conjunto, el volumen
minuto cardiaco debe ser igual al retorno venoso que
vuelve al corazón.
El flujo total de los sistemas en paralelo debe ser la suma de los flujos de los sistemas que lo
constituyen; y es igual al que entra inicialmente. La presión en el
circuito la llamamos Pi a la entrada y P0 a la salida, y es igual en todos
los sistemas que forman el circuito. Por tanto, lo que se modifica es la
resistencia.
En los circuitos en paralelo, la inversa de la resistencia total es igual a
la suma de las inversas de las resistencias de todas las ramas. Por tanto,
resulta más fácil trabajar con la conductancia. La conductancia total es
la suma de las conductancias de las distintas ramas.
A nivel de la piel, en situación basal, solo se lleva el 5% de la
circulación, mientras que al renal se lleva el 25%, al cerebral el 15%, al
músculo esquelético un 25% y al gastrointestinal un 25%. Sin
embargo, esto puede cambiar en distintas situaciones.
Ley de Poiseuille
Establece la relación del flujo de líquidos con flujo laminar, estacionario (no pulsátil), líquidos
Newtonianos (su viscosidad permanece constante) y a través de tubos cilíndricos rígidos. Esto no se
puede extrapolar de forma exacta al sistema cardiovascular, porque no se cumplen las condiciones.
El flujo es pulsátil, aunque a lo largo del sistema vascular se convierte en un flujo casi continuo. La
sangre no es un líquido newtoniano; su viscosidad varía a lo largo de
los distintos vasos. Además, los tubos no son rígidos, ya que se puede
modificar sus resistencias. Lo único que se cumple es que el flujo es
laminar.
El flujo se puede asimilar a un conjunto de cilindros concéntricos
dispuestos en distintas capas. La velocidad del primer cilindro (el más
externo) será más baja que en los demás. La velocidad más alta será la
del cilindro que se encuentra en el interior, porque tiene menos
rozamiento. Este modelo se aplica a un fluido que siga un flujo
laminar, lo que sucede en el caso de la sangre.
Un flujo laminar no produce ruido; un flujo turbulento sí. Existe una fórmula que permite calcular si
un flujo es laminar o turbulento. Relaciona la densidad del líquido, el diámetro del tubo, la velocidad
media del líquido y la viscosidad. El número de Reynolds es adimensional, pero hay unos
parámetros para saber si el flujo es laminar o turbulento. Si su valor es 2000 o menor, el flujo
es laminar; si su valor es 3000 o mayor, el flujo es turbulento; si se encuentra entre 2000 y
3000 se encuentra en transición entre laminar y turbulento.
Ley de Poiseuille:
En esta fórmula están
todos los valores que
afectan a la resistencia, por
lo que se puede calcular su
valor despejando.
El valor 8/π no es una constante en el sistema circulatorio; depende del vaso. La resistencia es
depende mucho del calibre del vaso, ya que es inversamente proporcional
al radio del vaso a la cuarta potencia. Afecta también la longitud: cuanto
más largo sea el vaso, mayor será la resistencia.
Presión arterial
La presión arterial es una onda pulsátil que tiene un ritmo igual
que el del ventrículo. Varía su valor a lo largo del sistema vascular
para permitir que la sangre fluya.
La presión en la zona inicial del árbol arterial es la más alta de
todo el sistema. Esto se debe a que la sangre viene directamente del
corazón y a que tienen poca distensibilidad.
La onda de presión se transmite a lo largo del árbol arterial hasta
llegar al final, cuando disminuye la elasticidad. Los valores de
presión en el árbol arterial empiezan a bajar porque las arterias
más pequeñas tienen menos componente elástico, más componente
muscular y son menos distensibles.
Las arteriolas tienen en su pared muy poco componente elástico. Al pasar por ellas en cualquiera de
los sistemas circulatorios en paralelo se produce una gran caída de presión. En situación fisiológica de
reposo, la caída es de 90 mmHg hasta casi 30 mmHg. Esta caída de presión contribuye a que en la
parte anterior se mantengan presiones altas, y en la parte posterior se mantengan presiones bajas.
A nivel de los capilares se observa una pequeña disminución de la presión. Esto se debe al intercambio
de sustancias entre el flujo y el líquido intersticial; y porque se ha producido una bajada de la
velocidad.
En el sistema venoso la presión cae hasta el límite más bajo (la presión
más baja de todo el sistema cardiovascular está en la aurícula derecha).
La onda de presión se corresponde con el pulso, que se puede palpar.
La presión en el ventrículo va aumentando hasta llegar a la presión
sistólica, cuando la presión en es mayor que en la aorta y permite que se
abra la válvula aórtica. A partir de aquí empieza a bajar la presión,
porque el retroceso elástico empuja la sangre que tiene en su interior
hasta llegar al valor más bajo posible (presión distólica). La bajada de
presión es mucho más lenta que la subida.
La alteración rítmica en la pared del vaso arterial es representativa de la frecuencia cardiaca. La
presión diastólica depende de cuánto haya avanzado la sangre por el árbol arterial. Es dependiente
por tanto de las resistencias periféricas. La presión sistólica (la más alta que se alcanza) depende
principalmente de factores determinados por la actividad cardiaca: la precarga, el estado inotrópico y
la postcarga. Dependen también de la distensibilidad y la elasticidad de los vasos.
La presión arterial media se calcula sumándole a la presión diastólica 1/3 de la presión
diferencial.
La presión diferencial depende tanto del volumen sistólico como de la distensibilidad arterial, ya que
es la diferencia entre la presión sistólica y la diastólica. Si aumenta la presión sistólica, se puede deber
a poca distensibilidad de la arteria. Si la que aumenta es la tensión diastólica, se debe a un aumento
en la resistencia periférica, porque el vaso no se puede vaciar tanto como en situaciones normales.
Si ambas están muy bajas puede que no haya una perfusión adecuada, porque no hay una diferencia
suficiente entre la presión sistólica y la diastólica.
Hay una serie de factores físicos y de factores fisiológicos que afectan a la presión
arterial. Los factores físicos son el volumen de sangre en el árbol arterial y la
distensibilidad de la pared arterial. Entre los factores fisiológicos está el gasto
cardiaco (frecuencia cardiaca * volumen sistólico) y la resistencia periférica.
El valor de la presión arterial se puede aumentar o disminuir modificando todos los
factores que le afectan, siempre teniendo en cuenta que el corazón es una bomba que impulsa la
sangre y hay otras bombas que representan la resistencia periférica. Las arteriolas permiten modificar
la presión arterial mediante su contracción o dilatación.
Inicialmente, en el vaso no hay flujo pero está aumentando la presión, por lo que el vaso está cerrado.
La presión dentro del vaso será mucho más pequeña que la del tejido que lo rodea.
En un punto determinado empieza a haber flujo ante un aumento de presión. Este valor de presión se
llama presión crítica de cierre. Va habiendo un aumento lineal de flujo a medida que aumenta la
presión de perfusión, por lo que la resistencia es constante.
Posteriormente aumenta la presión de perfusión, pero el flujo
aumenta menos, hasta que se queda más o menos estabilizado.
Esto se debe a que ha aumentado la resistencia para que el flujo
por ese vaso sea justo el adecuado para satisfacer las necesidades
metabólicas del tejido.
Si en un momento determinado aumentan las necesidades
metabólicas del tejido, necesita aumentar el flujo. Hay una serie
de factores que hacen que se produzca un aumento de flujo,
aunque el aumento de presión sea pequeño. Para conseguir ese
aumento de flujo se debe disminuir la resistencia.
Cuando disminuyen las necesidades metabólicas del tejido, vuelve a la situación inicial, de flujo basal.
Hay una caída de flujo sin que haya cambio de la presión de perfusión; por lo que ha aumentado la
resistencia.
Si disminuyen mucho las necesidades del tejido, se produce una disminución de flujo y de presión.
El músculo liso de la pared de las arteriolas está tónicamente activo. Esto se debe a la inervación del
sistema nervioso simpático, mediada por la liberación de noradrenalina. En las paredes de las
arteriolas hay fundamentalmente receptores alfa adrenérgicos. Si aumenta la inervación simpática
aumenta la contracción. También hay algunos receptores beta adrenérgicos, cuya unión al
neurotransmisor disminuye la contracción.
El diámetro (y por tanto la resistencia) de las arteriolas puede variar por la activiad nerviosa, diversas
sustancias y la autorregulación.
Hay 3 teorías que explican la posibilidad de que cada tejido de nuestro organismo regule de forma
local, específica y muy rápida su propio flujo.
- Teoría miogénica: hace referencia a la acción directa de la musculatura lisa de la pared de
las arteriolas. Si aumenta el flujo dentro de un vaso, aumenta el diámetro en su interior. La fibra
muscular lisa responde automáticamente con una contracción. Se produce vasoconstricción, por lo
que se vuelve a la situación basal.
- Teoría de la presión hidrostática: el aumento del flujo y de la presión produce una
mayor filtración. Aumenta la presión externa aplicada sobre las paredes del vaso, por lo que se vuelve
a la situación inicial.
- Teoría química: hace referencia a la producción de vasodilatadores o vasoconstrictores.
Cvx= Cax + Producciónx/Q - Consumox/Q. La sustancia X debe tener una vida media corta, y su
actividad está limitada por el simple hecho de que la vasodilatación produce un aumento del flujo, por
lo que la sustancia se va eliminando rápidamente. El sistema depende de la tasa de producción de
vasodilatadores y no solo de la presión de perfusión; puede adaptarse a las necesidades metabólicas de
un tejido concreto. Si hay una vasodilatación y un aumento del flujo, se debe ver lo que ha sucedido
con la resistencia.
La presión cae en todo el sistema según las resistencias que se apliquen, pero en el sistema capilar
debe ser de las más bajas posibles. Además, son los vasos con mayor área transversal total, lo que hace
que la velocidad dentro de ellos caiga a la más baja en todo el sistema arterial (1 mm/s).
En los capilares no se puede unificar la presión como la diferencia entre el extremo arterial y el
venoso. La diferencia de presión entre el extremo arteriolar y el interior del capilar es igual al flujo por
la resistencia entre el extremo arteriolar y el capilar. En el extremo venoso, la diferencia de presión
entre el interior del capilar y el extremo venoso es igual al flujo entre la resistencia entre el capilar y la
vena.
Si se cierra el capilar, la presión en el interior del capilar será igual a la presión venosa, porque no hay
flujo. Si aumenta la presión en el extremo venoso, se producirá filtración y poca absorción. Si el
sistema linfático no es capaz de solucionarlo, se produce un edema. En una insuficiencia cardiaca
derecha se produce un edema sistémico; en una insuficiencia cardiaca izquierda un edema pulmonar.
La presión que hay en el sistema capilar será al menos igual a la venosa (en el caso de que esté el
esfínter cerrado). Cuando está abierto el esfínter, la presión en el capilar es mayor que la venosa.
Tipos de capilares
- Continuos: el paso de sustancias tiene que ser a través de las células.
- Fenestrados: hay poros en la pared del capilar, por lo que a los sistemas de
transporte del capilar continuo se le añaden todas las sustancias que puedan atravesar
los poros a favor de gradiente de concentración.
- Discontinuos: tiene agujeros en su membrana. Se encuentran en tejidos
como el hígado, el bazo y la médula ósea, donde se necesita movimiento de células.
- De uniones estrechas
Lo que determina la filtración entre el intersticio y el capilar se debe a una diferencia de presiones,
que incluye la presión hidrostática y la presión oncótica u osmóticamente activa (generada por
cualquier sustancia que no pueda atravesar libremente la membrana,
principalmente la albúmina). Hay más cantidad de proteínas en el líquido
intersticial, pero la concentración es menor.
El flujo neto de movimiento de agua y solutos a través de un capilar (volumen neto
por unidad de tiempo) se define por las presiones hidrostáticas y las presiones
osmóticas.
La presión oncótica del plasma está generada por las sustancias con un coeficiente
de reflexión cercano a 1, y se dirige hacia el plasma.
Flujo del soluto: Js=Jv (1- sigma) Cp + Ps*A(Cp-Ci). Sigma=coeficiente de reflexión; si es 1 será
impermeable. Ps=permeabilidad del capilar a la sustancia. Jv= Flujo de filtrado.
Para que la sustancia se mueva con un flujo neto, tiene que haber una diferencia de concentración. Si
no hay gradiente de concentración el flujo neto será 0, porque se filtra tanto como se absorbe.
En la mayor parte de los capilares, se filtra un poco más de lo que se absorbe en el extremo venoso.
Esto es recogido por el sistema linfático, que es capaz de retirar un flujo determinado pero de forma
lenta, por lo que es fácilmente saturable.
La actividad metabólica del tejido en un momento dado condiciona mucho estos procesos. Si su
actividad metabólica es muy alta, se consumirá mucho, por lo que se retiran muchas sustancias. Si su
actividad metabólica está destinada a producir sustancias, se liberarán al intersticio.
Dentro del propio tejido no tiene por qué existir la misma actividad metabólica basal en todas las
células; tienen más actividad las células que están más cerca del capilar.
Sistema linfático
Está constituido por capilares linfáticos que se van recogiendo en vasos linfáticos, que finalmente
liberan la linfa al sistema venoso. Arrancan en un extremo ciego de los
tejidos, y desde ahí son capaces de incorpurar agua, solutos, proteínas
y otras sustancias que transportan al sistema venoso.
En la membrana plasmática de las células endoteliales del capilar
linfático hay una estructura con proteínas que permiten el anclaje. Si
se produce filtración, a medida que aumenta la cantidad de líquido en
el interior del capilar, se irán separando las células, las fibras se tensan
y por diferencia de presión entran sustancias al capilar. Posteriormente
vuelven a recuperar su disposición inicial.
Para que avance el líquido, hay unos repliegues de las células del
endotelio hacia la luz del vaso que actúan como válvulas. Ayuda
también la bomba muscular.
En el glomérulo renal se filtra el plasma, y el agua y solutos pueden ser eliminados o ser incorporados
de nuevo al final del tubo. Finalmente lo que se excreta es lo filtrado menos lo recuperado más lo que
se haya vuelto a añadir al líquido. En su recorrido, el túbulo renal vuelve a pasar cerca del corpúsculo
renal, en concreto en el espacio que queda entre la arteriola aferente y la eferente.
Las fibras musculares lisas que aparecen en esta zona se denominan células granulares, y son las que
producen la renina. Algunas células de la pared están especializadas y se denominan células de la
mácula densa; se encargan de transmitir el estímulo a las células granulares para que produzcan
renina. Rodeando toda la zona están las células mesangiales.
• Si en la arteriola aferente se detecta una disminución de la presión de perfusión, el grado de
distensión será menor. Las células musculares lisas de la pared están menos estiradas, lo que es el
estímulo principal para que se libere renina al interior de la arteriola.
• Otro estímulo importante es el que detectan las células de la mácula densa, que son sensores de ión
sodio. Si disminuye la concentración de sodio, disminuye el volumen porque disminuye también el
agua. Al detectar esto, las células de la mácula densa disparan una señal para que las células
granulares liberen renina. Además, hay una estimulación del sistema nervioso simpático, que
cuando detecte algún cambio estimulará a las células granulares.
La renina se libera a la sangre, y en el plasma hay angiotensinógeno. La renina cataliza la conversión
de angiotensinógeno en angiotensina I. La angiotensina I llega a los pulmones, y en estos órganos se
encuentra la enzima que convierte la angiotensina I en angiotensina II.
La angiotensina II tiene muchas funciones, unas directas y otras indirectas. Produce vasoconstricción,
aumenta la contractilidad, estimula el mecanismo de la sed, lo que aumenta el volumen circulante.
Además, en la corteza suprarrenal hay ditintos tipos de células endocrinas. Algunas de ellas son
estimuladas por la angiotensina II, y producen aldosterona (que favorece la retención de agua y sodio).
El mecanismo de la sed estimula la producción de vasopresina, lo que favorece la reabsorción de agua
y la vasoconstricción.
La aldosterona actúa alterando los mecanismos de
reabsorción de Na+ y favoreciéndolos. Actúa sobre las
células que revisten la pared del túbulo renal. Las células
llamadas principales son las que tienen receptores para
aldosterona. La aldosterona sale al sistema circulatorio y
llega a las células principales de los túbulos colectores.
Estas células empiezan a tener muchas más bombas Na+/
K+. Aumenta la concentración de sodio en plasma y la
concentración de potasio en el líquido que está en los
túbulos. Con el ión sodio se mueve agua, por lo que aumenta el volumen y por tanto aumenta la
presión.
Barorreceptores
Son sensibles a presión; estímulos mecánicos. Están implicados en el reflejo
barorreceptor, la principañ vía refleja para el control de la presión arterial media.
Son los receptores sensitivos más importantes y los más sensibles son los carotídeos.
Estos receptores son terminaciones de neuronas que tienen en su membrana
receptores sensibles a cambios mecánicos. Si el calibre del vaso aumenta se estiran
las fibras musculares lisas, lo que genera una modificación en estas neuronas.
• Barorreceptores del seno carotídeo: se encuentran a la derecha y a la
izquierda de la zona donde la carótida se bifurca. Detectan aumentos y descensos
de la presión arterial media. La terminación nerviosa que lleva la información al
sistema nervioso central viaja por el nervio glosofaríngeo.
• Barorreceptores aórticos: solo son sensibles a aumentos de la presión arterial
media. Utilizan para llevar su información al sistema nervioso central el nervio
vago.
En el sistema nervioso central se elabora una respuesta motora que viajará al sistema cardiovascular
por el simpático o parasimpático.
Los receptores son sensibles al valor absoluto de presión, pero son más sensibles a los cambios y a la
tasa de cambio. Responden a la magnitud del cambio de presión y a la velocidad del cambio de
presión. Responden muy rápido (ms) a la modificación de PAM, pero en un tiempo se adaptan a la
nueva situación. Los reguladores locales, hormonales e intrínsecos no se adaptan.
Los barorreceptores arteriales son esenciales para mantener relativamente constante la presión
arterial.
• Reflejo barorreceptor: si se produce un aumento de
la presión arterial media se estimulan los canales de las
neuronas y aumenta la frecuencia de descarga. La
información se integra y se elabora una respuesta para
disminuir la presión arterial. Para esto se estimula el
tono parasimpático y disminuye el tono simpático. Esto
hace que disminuya la frecuencia cardiaca y la fuerza de
contracción del corazón. La disminución del tono
simpático hace que disminuya el grado de contracción
tanto en el lado arterial como en el venoso, lo que
disminuye la resistencia periférica y por tanto la presión.
• Reflejo de Bainbridge: los receptores de baja presión
se encuentran en las aurículas y las arterias pulmonares. Detectan los incrementos de presión en las
zonas de baja presión provocados por el aumento de volumen (detectan principalmente el aumento
de volumen). Si aumenta el volumen, se debe aumentar el gasto cardiaco para disminuirlo.
Disminuye la actividad mediada por el nervio vago (parasimpático).
• Reflejos respiratorios: el aparato respiratorio genera unos reflejos nerviosos que median la
respiración. Si disminuye la presión (durante la inspiración) aumenta el retorno venoso, por lo que se
activan los receptores auriculares. Durante la espiración aumenta la presión venosa central, por lo
que disminuye el retorno venoso y se activan los receptores del seno carotídeo.
Quimiorreceptores
Son sensibles a estímulos químicos, como cambios de PO2, PCO2 y pH (estrecho contacto con la
sangre arterial). Su principal función es regular el sistema respiratorio, influyen algo sobre las regiones
cardiovasculares centrales. Se encuentran en el bulbo y cada uno es sensible a cambios en algún
elemento.
El punto en que se cruzan las dos curvas se denomina punto de equilibrio del sistema, en el que
el gasto cardiaco es igual al retorno venoso. La presión sistémica media es aquella en la que no hay
circulación. Cualquier influencia reguladora externa modifica el punto de equilibrio.
La combinación de ambas gráficas aporta una herramienta de gran utilidad para predecir los cambios
que se producirán en el gasto cardiaco cuando se alteren diversos parámetros vasculares.
El gasto cardiaco se puede alterar por: cambios en la curva de función cardiaca, en la curva de
función vascular o simultáneos en las dos.
Tras el cambio el sistema se desplazará a un estado de equilibrio nuevo, modificándose el punto
operativo.
Los cambios en el gasto cardiaco pueden deberse a:
• Efectos inotrópicos
• Si aumenta la contractilidad aumenta el volumen sistólico y el gasto cardiaco, para un VDF
concreto o para presión concreta en la aurícula derecha. Se produce un nuevo punto operativo en
el que hay mayor gasto cardiaco, incluso con menores presiones en la aurícula derecha. Los
fármacos que ayudan a esto son ouabaína, digitálicos o digoxina.
• Si disminuye la contractilidad disminuye el volumen sistólico y el gasto cardiaco, para un VDF o
para una presión en la aurícula derecha concretas. Se produce un nuevo punto operativo en el que
disminuye el gasto cardiaco y la presión en la aurícula derecha aumenta respecto al estado
anterior.
• Efectos de los cambios en el volumen sanguíneo
• Modifican la presión sistémica media (PSM, punto de la curva de función vascular donde RV es
cero) y, por tanto, la curva de función vascular.
• Si aumenta el volumen aumenta la cantidad de sangre en el volumen arterial y por tanto la PSM.
Aumentan el gasto cardiaco y la presión en la aurícula derecha.
• No hay cambio en la resistencia periférica total, por eso no cambia la pendiente.
• Si disminuye el volumen disminuye tanto el gasto cardiaco como la presión en la aurícula derecha.
• Efectos de los cambios en la distensibilidad venosa
• Son similares a los producidos por el volumen sanguíneo.
• El descenso en la distensibilidad venosa (aumento de PVC) produce desplazamiento de sangre del
venoso hacia el volumen arterial, cambios similares a los ocasionados por el incremento del
volumen sanguíneo.
• El aumento en la distensibilidad venosa (descenso de PVC) produce COMPLETAR
• Efectos de los cambios en la resistencia periférica total
• Reflejan cambios en el grado de contracción arteriolar.
• Alteran la presión arterial y el retorno venoso.
• La curva de función cardiaca varía al cambiar la postcarga.
• La curva de función vascular varía al cambiar el retorno venoso.
• Si aumenta mucho la RPT disminuye el gasto cardiaco y por tanto el retorno venoso. La presión
en la aurícula derecha prácticamente se mantiene.
• Si disminuye la RPT sube la gráfica de función cardiaca y la de función vascular. Aumenta el
gasto cardiaco y el retorno venoso sin casi cambiar la presión en la aurícula derecha.