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ALCALDÍA MAYOR DE TUNJA

AUTO No. 005


( )

“Por medio del cual se ordena continuar el proceso de restitución de espacio público
No. 2014-4053”

ANTECEDENTES
conoce este DESPACHOO de la solcitud de restitucion de espacio publico aa traves de
oficio A.A.A.G387 de fecha 08 de julio de 2014, emitido por la doctora GLADYS MARLEN
LARROTA IZARRA, en calidad de almacenista general, por medio del cual hace reemision
del derecho de petición presentado por la señora MARIA VICTORIA GUITIERREZ
PENUELA.

Que visible a folio ( 28)del expediente se encuentra AUTO OO1 de fecha 04 de Agosto de
2014, por medio del cual se avoca conocimiento de las diligencias y ordenando la
práctica de diligencia de inspección ocular en el lugar de los hechos.

que visible a folio ( 38) del expediente, se encuentra auto de fecha 12 de septiembre de
2014, proferido por la inspección sexta de policia , transito y espacio publico, en el cual
se fija como fecha y hora para llevar a cabo la practica de diligencia de inspeccion ocular,
para el dia 06 de octubre de 2014.

que visible a folio ( 48) del expediente, se encuentra acta de diligencia de inspeccion
ocular de fecha 06 de octubre de 2014, en el cual se deja constancia de la no
comparencia de los delegados de la personaria municipal, oficina asesora de planeacion
municipal y secretaria de infraestructura; por lo que procede a reprogramar la diligencia
para el dia 30 de octubre de 2014.

que obra en el expediente acta de diligencia de inspeccion ocular de fecha 30 de octubr


de 2014, en el cual tampoco comparacen los delegados anteriormente mencionados, por
lo que se procede a fijar como nueva fecha para llevar a cabo la diligencia para el dia 19
de noviembre de 2014, teniendo en cuenta que para llevara cabo la comision se requiere
de conocimientos tecnicos de estas sectoriales, folio( 52).

que se encuentra a folio ( 57) . acta de diligencia de inspeccion ocula de fecha 19 de


noviembre de 2014, en la cual se deja constancia de la comparencia de la Dcotora
MARLEN LARROTA ISARIZA, en calidad de almacenista general del municipio, la
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arquitecta KAREN MARTINEZ , en calidad de delegada de la oficina asesora de


planeacion municipal y arquitectas OLGA JUDITH RODRIGUEZ Y CARMEN CECILIA
JIMENEZ, en calidad de delegadas de la Secretaria de Infraestrcutura Municipal.

que una vez instalados en el lugar de los hechos, se hacen presentes los señores
RICARDO ARTURO ACOSTA, MARIA VICTORIA GUTIERREZ PEÑUELA Y ADRIANA
ROCIO ACOSTA GUITIERREZ, quienes manifestaron que la Familia Fonseca realizo un
cerramiento con malla eslabonada y postes " al lado donde actualmente funciona un
establecimiento de comercio tienda de nombre El Cometa, con nomenclatura calle 21 No.
13-52 de Tunja (...) "

que el despacho deja constancia que encontro un cerramiento realizado con postes de
madera y malla eslabonada en una extension aproximada de 5 metros de ancho por 38
metros señalando " al parecer es la presunta ocupacion del espacio publico, de acuerdo
con lo dicho por los comparecientes a la diligencia ".

que el despacho de la inspeccion sexta de policia, indica que a fin de cumplir con el
objeto de la comision procedio a interrogar a los habitantes del predio colindante al
cerramiento ubicado en la calle 21 No. 13-52 , en donde la señora MARTHA LUENGAS,
indico que no estaba autorizada para dar ningun dato y procedio a comunicar via
telefonica al señor EDUARD FONSECA, quien manifesto ser el propietario del predio y
que " posee unas escrituras de hace 90 años por medio de los cuales la familia
Guiteierrez Peñuela , le vendio a su abuelo señor Fonseca, y que ellos son propietarios
de la vivienda donde funciona actualmente la tienda El Cometa, y del predio donde fue
plantado el cerramiento (...)".

que en este estado de la diligencia, se deja constancia de la no medicion ni verificacion


de linderos, por no contar los delegados de las diferentes dependencias con los
elementos necesarios para ello, indicando que se hace necesario realizar un
levantamiento topografico del sector y cotejarlo con los titulos escrituriarios obrantes
dentro del expediente.

acto seguido se le concede el uso de la palabra a la arquitecta OLGA RODRIGUEZ, quien


despues de realizar un breve relato sobre el lugar objeto de la presunta ocupacion indica:
" no es posible determinar el area de la presunta invasion, ya que para hacerlo se
requiere de la realizacion de un levantamiento topografico, para lo cual se debe contar
con la escritura de cesion del municipio que indique claramente el alinderamiento de la
callejuela y el area de la presunta invasion, teniendo en cuenta que dicha escritura no
figura en el expedientem se hace necesario que a traves de la oficina correspondiente, se
le solcite a los propietarios dicho documento, igualmente de manera respetuosa se
solcita que a traves de la oficina de planeacion se verifique la existencia o no de dicha
cesion y si se cuenta con algun documento catastral o plano que lo defina".

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en este estado de la diligencia, se le concede el uso de la palabra al delegado de la


oficina de planeacion municipal quien manifesto: " se hace necesario solcitar l escritura
original a los dueños del predio unicado en la calle 21 no. 13- 52, donde se evidencie la
compra y venta del predio, a su vez se sugiere el cotejo de estos documentos con el
levantamiento topografico a traves de la comision de topografia de la secretaria de
infraestructuta , asi mismo se informa que previo a la diligencia se realizo la verificacion
en el archivo documental y base catastral del muncipio de la oficina asesora de
planeacion en cuanto a las carpetas de cesiones y se pudo determinar que al dia de hoy
esta oficina no posee dicha documentacion, ademas se deben verificar los planos de
diseño del parque con el fin de determinar la construccion de la callejuela que linda con
el presunto predio invasor "

que acto seguido, se indica que el señor RICARDO ACOSTA, en calidad de esposo de la
señora MARIA VICTORIA GUTIERREZ " leyo un oficio con sello registro naconal
numerado G09597385 de fecha 10 de julio de 1993, documento que se protocolizo en la
notaria primera de tunja, que el notario se llamaba Miguel Briceño M. adjunto fotocopia
del mismo, en el cual dice que dicha callejuela la cedio por voluntad propia y gratuita la
señora LUZ PEÑUELA DE GUITERREZ, que inicia desde la esquina de la carrera 13 y
termina en la calle 21m colindando con plaza real (...)."

que mediante oficio DA-66-00454 radicado el dia 26 de noviembre de 2014, se hace


remision de las presentes diligencias a este despacho, folio ( 62).

que mediante AUTO NO. 002 de fecha 05 de diciembre de 2014, este despacho procedio a
decretar pruebas dentro del proceso de restitucion de espacio publico No. 2014- 13634,
resolviendo:

" ARTICULO PRIMERO : REQUERIR a los señores EDUARD FONSECA, identificado con
C.C 7.183.528 y la señora VICTORIA GUTIERREZ PEÑUELA identificada con C.C
23.265.086 , a fin de que se alleguen las escrituras publicas , certificado de libertad y
tradicion , entre motros, que reposen en su poder a finde realizar levantamiento
topografico correspondiente, para lo anterior COMISIONESE a lka inspeccion sexta de
policia, transito y espacio publico.

ARTICULO SEGUNDO:' una vez cumplido el articulo primero del presente proveido,
TENGASE como material probatorio las escrituras publicas, certificados de libertad y
tradicion , planos del sector y demasque a bien se tenga.

ARTICULO TERCERO: notifiquese personalmente del contenido de esta providencia a las


partes y al ministerio publico, para tal efecto COMISIONESE a la inspeccion sexta de
policia, transito y espacio publico.

ARTICULO CUARTO: una vez cumplido en lo anterior , devuelvanse la diligencia a su


luagr de origen.

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ARTICULO QUINTO: contra la presente no procede recurso alguno "

que visibles a folios ( 70, 72 y 73) ´del expediente, se encuentram las notificaciones
realizadas a las partes y el Ministerio Publico, el contenido del auto No. 002 de fecha 05
de Diciembre de 2014, por parte de la Inspeccion sexta de policia, transito y espacio
publico.

que obra a folio ( 76) del expediente, oficio radicado ante este despacho el dia 30 de
enero de 2015, por parte del señor EDUARD GERARDO FONSECA L, por medio del cual
el cumplimiento a lo ordneado en Auto No. 002 de fecha 05 de diciembre de 2014,
procede a aportar algunos documentos, a fin de que obren como pruebas dentro del
proceso.

que en vista de lo anterior , este despacho mediante oficio S.J 150 de fecha 30 de enero
de 2015, se solcito la remision del expediente contentivo de las presentes diligencias, a
fin de incorporar dentro del expediente como pruebas las aoportadas por la parte
qurellada.

que obrante a folio ( 116) del expediente se encuentra Auto No. 003 de fecha 20 de
Febrero de 2015, por medio del cual se ordena incorporar y tener con todo su vaor
probatorio o documentos allegados por la parte querellada, el cual en su parte
resolcutiva establecio:

Articulo 1: INCORPORESE Y TENGASE , con todo su valor probatorio, los siguientes


documentos aportados dentro del proceso de restitucion de espacio publico No. 2014-
13634, por el señor EDUARDO FONSECA, en calidad de querellado en cumplimiento a lo
ordenado en el auto No. 002 de fecha 05 de dicimiebre de 2014.

- copia oficio D.J de fecha 12 de junio de 2007 suscrito por la doctora MARIA ESTER
GARCIA JIMENEZ, en calidad de seceetaria juridica de la epoca, en 2 folios.
- copias fotos de vuelo numeros 49321, 46 y 61, en 1 folio.
- copia certificado de libertad y tradicion No. de matricula 00-24799, en 1 folio.
-copia certificado No. 006210 de fecha 30/03/2007 del Instituto Geografico Agustin
Codazzi, en 1 folio.
-copia carta catastral urbana ( plano) en 1 folio.
- copia de escritura publica No. 766 de fecha 28 de Junio de 1965m en la Notaria Segunda
del Circuito de Tunja, en 3 folios.
- copia de la escritura publica No. 555 de 22 de Julio de 1939, en 3 folios.
- copia de la escritura publica No .402 de 17 de Mayo de 1938, en 3 folios.
- copia de la escritura publica No. 53 de 26 de Enero de 1955, en 9 folios.
- copia de la escritura publica No. 502 de 27 de Agosto de 1934, en 3 folios.
- copia de la escritura publica No. 53 de 26 de Enero de 1955, en 6 folios
- copia de la escritura publica copia de la escritura publica No. 53 de 26 de Enero de 1955,
en 5 folios.

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articulo 2: NOTIFIQUESE, el contenido de esta providencia a las partes y al ministerio


publico , para tal efecto COMISIONESE , a la secretaria juridica del municipio.

articulo 3: una vez cumplido lo anterior, continuese con el tramite legal respectivo.

articulo 4: contra la presente no procede recurso alguno.

que obra a folio ( 126) del expediente, derecho de peticion radicado por parte de la
querellante respecto del proceso objeto de litis.

que mediante oficio SJ 481 de fechaa 27 de febrero de 2015 a folio ( 130) del expediente,
se procedio a emitir contestacion del derecho de peticion radicado por la señora MARIA
VICTORIA PEÑUELA , enviando copia del mismo al lugar de residencia de la petente,
mediante correo certificado y entregando copia del mismo el dia o04 de Marzo de 2015, al
señor RICARDO ACOSTA , en calidad de esposode la querellante, tal como obra a folio (
135) del expediente.

que obra a folio ( 110)del expediente escriturs publica de venta No. 53 de fecha 26 de
enero de 1955, de la notaria primera de Tunja, suscrita por los señores ANA JOAQUINA
CHAVES V. DE PEÑUELA Y PIO ENRIQUE PEÑUELA CHAVES, a favor del MUNICIPIO DE
UNJA y aportada como prueba dentro del proceso objeto de la litis.

que en cumplimiento a lo ordenado mediante auto No. 002 de fecha 05 de diciembre de


2014 se hace necesario que con presencia de los delegados de la oficina asesora de
Planeacion Municipal , secretaria de infraestructura municipal , ministerio publicos y las
partes querellnate y querellada se realice el correspondiente levantamiento con escritura
publica de luugar correspodiente al lugar de la presunta ocupacion en area del parque
denominado " la esperanza" de esta localidad, comforme a esritura publica No. 53 de
fecha 26 de enero de 1955de la Notaria Primera de Tunja, anteriormente mencionada; a
fin de establecer si ocurre algun tipo de ocupacion a espacio piblico en dicho sector,
dterminando quien lo realiza y especificando el areade la misma; levantando acta de
dciha diligencia con el correspondiente registro topografico.

que visible a folio ( 146) del expediente se encuentra Auto No. 004de fecha 10 de Abril de
2015, por medio de la cual se ordena la realizacion de un levantamiento topografico con
escritura publica, ordenado mediante Auto No. 002 de fecha 05 de diciembre de 2015,
estableciendo en su parte resolutiva:

"Articulo 1: ORDENESE, la practica de diligencia de levantamiento topografico con


escritura publica en el lugar correspondiente al parque la Esperanza , conforme escritura
publica de venta No . 53 de 26 de Enero de 1955 de la Notaria Primera de Tunja, por parte
de la secretaria de Infraestructura Municipal, estableciendo si existe algun tipo de
ocupacion a espacio publico en dicho sector, determinando quien lo realiza y

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especificando el area de la misma; levantando acta de dicha diligencia con el


correspondiente registro topografico , para lo cual COMISIONESE a la Inspeccion Sexta
de Policia, Tramsito y Espacio Publico.

Articulo 2: para el cumplimiento del articulo anterior, se debe contar en dicha diligencia
cpn la presencia de las partes, Ministerio Publico , Oficina Asesora de Planeacion
Municipal y Secretaria de Infraestrucura Municipal, para lo cual COMISIONESE a la
Inspeccion Sexta d policiam transito y espacio publico.

Articulo 3: NOTIFIQUESE , el presente proveido a las partes y al Ministerio Publico , para


lo cual COMISIOENESE a la Inspeccion Sexta de Policia, Transito y Espacio Publico.

Articulo 4: Una vez evacuado lo anterior, regresese las diligencias a su lugar de origen.

Articulo 5: contra la presente, no procede recurso alguno"

que obra en el folio ( 161) del expediente, acta de diligencia de levantamiento topograficp
de fecha 12 de Mayo de 2015, en la cual se deja constancia e la comparencia del delegado
de Secretaria de Infraestrcutura Munciioal , los señores RICARDO ACOSTA RINCON,
MARIA VICTORIA PEÑUEÑLA Y ADRIANA ROCIO ACOSTA GUTIERREZ y el señor
EDWARD GERARDO FONSECA LUENGAS.

Que en este estado de la diligencia se deja constancia que " (...) la comision enviada por
la Secretaria de Infraestrcutura manifiestan que necesitan conocer la totalidad de los
documentos obrantes en el expediente ( escrituras publicas, mapas y planos, ademas de
cartas catastrales) a efectos de tomar las medidas exactas y realizar el levantamiento
topografico ordenado.

(...) acto seguido la comision de la Secretaria de Infraestrcutura , manifietsa que para


poder llevar a cabo el levantamiento topografico, es indispensable conocer a fondo la
documentacion obrante en el expedientey la que pueda reposar en el almacen geneneral
de la alcaldia mayor de tunja , que el conocimiento de estos documentos se hace
necesario previo de realizarlas mediciones exactas con estacion. Como quiera que deben
verificar los linderos que rezan en cada escritura para determinar desde donde se
tomaran las medidas, por ello se solicitan une terminio de 8 dias para el estudio del
expediente, ademas necesita de una carta catastral vigente, y los certificados especiales
de areas de cada predio; ademas las coordenadas expedidas por el Instituto Colombiado
Agustin Codazzi

(...)

en este estado de la diligencia la señora Maria Victoria Peñuela manifiesta que deja en
representacion suya a su esposo RICARDO ARTURO ACOSTA RINCON , y a sus tres
hijos ADRIANA ACOSTA, ANDRES ACOSTA Y VICTOR ACOSTA (...).

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que obra a folio ( 177) del expediente, oficio D-A-66-0288 de fecha 19 de Mayo de 2015 y
radicado ante este despacho el dia 20 de Mayo de 2015, mediente el cual se remiten las
diligecias contetivas del proceso objeto de la litis.

que teniendo en cuenta la solcitud elevada por la parte tecnica en diligencia de


levantamiento topografico llevada a cabo el dia 12 de Mayo de 2015 , este despacho
considera pertinente , solcitar material probatorio z la Oficina de Almacen General del
Munciopio respecto del bien inmbueble objeto de litis, a fin de que dichos documentos
obren como prueba dentro del proceso.

que de igual forma y atendiendo lo manifestado por los delegados de Infraestrcutura


Muncipal, una vez se cuente con dicho material probatorio , este despacho, procedera a
correr traslado de los documentos obrantes en el expediante a dicha sectorial, por el
ternino de 8 ( ocho) dias habiles, a fin de que se de cumplimiento a la orden impartida en
Auto No. 004 de fecha 10 de Abril de 2015.

teniendo en cuenta la solicitud elevada por parte de la señora MARIA VICTORIA


PEÑUELA, en calidad de querellante dentro del proceso, es menester indicar que de
conformidad con el Decreto 196 de 1971 que en su articulo 26 señala:

"ARTICULO 26: los expedientes y actuaciones judiciales o administrativas solo podran


ser examinados .... (...) ver texto completo.

a folio ( 203) en merito de lo expuesto se resuelve mediante el auto No. 005 del dia 09 de
Junio de 2015:

Articulo 1: ORDENESE, requerir a la Oficina de Almacen Gneral del Municpio de Tunja, a


finde que remita con destino a este proceso, las escrituras publicas, Certificados de
Libertad y demas docuemtnos que reposen en dicha dependencia , respecto del Parque
la Esperanza de esta localidad y que den cuenta de la titularidad del bien inmueble objeto
de litis, a finde que obre como material probatorio dentro del proceso, para tal efecto
COMISIONESE a la Secretaria Juridica del Municipio.

Articulo 2: INCORPORESE Y TENGASE, con todo su valor probatorio , los documentos


aportados por parte de la Oficina de Almacen General del Muncipio de Tunja, dentro del
proceso de Restitucion de Espacio Publico No. 2014- 13664.

Articulo 3: una vez cumplido lo anterior, ORDENESE remitir el expediente contentivo de


las presentes diligencias a la Secretaria de Infraestrcutra Municipal , por el termino de (
08) dias habiles, a fin que en coordinacion con la Inspeccion Sexta de Policia, Tranito y
Espacio Publico se proceda a fijar fecha y hora a fin de realizar el levantamiento
topografico, de acuerdo a la comision ordenada en Auto No. 004 de fecha 10 de Abril de
2015, para tal efecto COMISIONESE a la Secretaria Juridica Municipal.

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Articulo 4: NOTIFIQUESE , el contenido de esta providencia a las partes, Secretaria de


Infraestrcutura Muncipa, Inspeccion Sexta de Policia, Transito y Espacio Publico y al
Ministerio Publico, para tal efecto COMISIONESE , a la Secretaria Juridica del Muncipio.

Articulo 5: una vez cumplidas las ordenes impartidas en los articulos anteriores,
REMITASE , las diligencias a la Inspeccion Sexta de Policia, Transito y Espacio Publico
para que continue el tramite legal respectivo, para tal efecto COMISIONESE , a la
Secretaria Juridica del Muncipio.

Articulo : contra la presente no procede recurso alguno,

En cumplimiento del auto señalado con anterioriad, la Oficina de Almacen General del
Muncipio envia a folio ( 205) acta de diligencia de levantamiento topografico del dia 12 de
Mayo de 2015, a folio ( 208) copia de la escritura publica No. 53del 26 de Enero de 1955-
copia autenticada por el Archivo Regional del Muncipio- , a folio ( 215- 216 y 217)
matricula inmobiliaria No. 070- 16403 del predio en comento, a folio (218 ) plano digital
catastral del IGAC del predio ubicado en la Carrera 13 A-21-52 -HOYO DEL TRIGO-
expedido por la oficina asesora de Planeacion Municipal, que a folio ( 219) reposan
registros fotograficos del predio, que a folio ( 220) se encuentra copia de la factura de
impuesto predial unificado y complementarios de laSecretaria de Hacienda Municipal ,
que a folio ( 221) se encuentra copia del Catrastro del IGAC del predio ubicado en la Calle
21 / k 13. los anteriores fueron remitidos a Infraestrcutura tal como qudo determiando en
el articulado del auto No. 005.

a folio ( 227) reposa el derecho de peticion de la señora MARIA VICTORIA PEÑUELA en el


cual pretende el inicio de una investigacion por presunta reforma del plano de la
callejueña entre las calle 21 y 22, en donde menciona el anexo de la copia autentica del
plano orgiinal. al tener conocimiento de esta solcitud este despacho procede a dar su
contestacion.

al ser ecibida la comision del auto No. 005 del 09 de Junio de 2015 ,a folio ( 230) la
inspeccion sexta Municipal procede a fijar fecha y hora para el levantamiento
topografico, que se hara en coordinacion con Secretria de Infraestrutura Munciipal para
lo cual se requeriran las demas pruebas soolcitadas. En razon a ello, el 14 de Julio de
2015, a folio ( 232) Secretaria de Infraestrcutura Municipal ,adjunta al expediente el plano
de acuardo al Sistema de Proyeccion Cartesiana MAGNA para la eventual continuidad de
las diligencias del objeto de la litis.

a folio ( 234) por informe secretarial se procede por la Inspeccion Sexta de Polica,
Transito y Espacio Publicoa fijar para el dia 03 de Septiembre de 2015, la diligencia que
debera contar con el apoyo tecnico de Secretaria de Planeacion y Secretaria de
Infraestructura.

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el dia 03 de Septiembre, se dio inicio a la diligencia comsionada de levantamiento


topografico , tal como costa en el folio ( 253) en donde se hacen presentes la señora
madre y esposa del querellado EDWARD GERARDO FONSECA LUENGAS, y se hace
notoria la no comparecencia de la querellante la Señora VICTORIA PEÑUELA y sus
habituales acompañanantes. Se hace vital reprogramar nueva fecha ya que no se
encuentra con el acompañamiento de la sectorial de Infraestructura y ademas , no se
cuenta con el certificado de notificacion de citacion a la parte querellante. A las 10 de la
mañana se hace presente la señora Peñuelay su esposo, quienes aducen no tener
conocimiento ee la citacion para lo cual se procede a fijar nueva fecha y hora para el dia
25 de Septiembre de 2015 a las 9: 30 am.

que a folio ( 261) se evidencia el derecho de peticion interpuesto el dia 15 se Septiembre


de 2015 por la querellante MARIA VICTORIA PEÑUELA ,al IGAC - Instituto geografico
Agustin Codazzi-, en el cual solicita el acompañamiento e investigacion sobre el proceso
de perturbacion y en el cual para el dia 24 de Septiembre de 2015, se realizara
levantamiento topografico del bien inmuble objeto de la litis.

que a folio ( 264) se encuentra acta de levantamiento topografico del dia 25 de


Seotiembre de 2015 , se pone en conocimiento que ya fue realizado por parte de
Infraestructura Municipal el levantamiento topografio, para cual procede la Inspectora
Sexta a interrogar sobre el mismo a los funcionarios delegados que asistieron a lo que
manifestaron: " que dado que en audiencia del 12 de Mayo de 2015, se solicito para poder
adelantar el trabajo encomendado el prestamo del expediente original, junto con toda la
docuemntacion anexa, una vez allegado el expediente y analizada la informacion alli
obrante se procedio a realizar el levantamiento encomendado a las 9: 00 de la mañana en
compañia del cadenero mayor ASTRID FONSECA, el cadenero menor VIRGILIO
BARRETO, con aparatos de precision debidamente calibrados( ...). asi mismo se
procedio por la Inspectora CLAUDIA VICTORIA GUERRA VEGA a preguntar cual el
motivo por el cual dicho levantamiento no fue realizado en presencia de las partes y
funcionarios dentro de audiencia publica a lo cual se contesto " pues como quiera que en
el expediente decia que teniamos que hhacer el levantamiento topografico, mo sabiamos
que tenia que ser en audiencia y con todas las partes, cuando fuimos a la audiencia y
como no sabiamos que tenia que ser con elementos de precision, ese dia no se llevaron
los aparatos, por ello con posterioridad y como las partes lo solcitaron acudimos al lugar
al realizar el levantamiento (....)

manifiesta la parte querellante "que se tenga en cuenta al momento de fallar la escritura


publica No. 766 de fecha 28 de Junio de 1965 por medio del cual se llevo a cabo la
sucesion de la familia Fonseca no tiene soporte escritural deplano, el cual no correspone
a la adicion a dicho predio de la familia Fonseca de la sucesion, ya que e sun plano a
mano alzada y no tienen ninguna caracteristica del Instituto Agustin Codazzi." Ademas,
manifiesta "que desea agregar otro documento el cual hara llegar directamente a la
Oficina Juridica, para que sea tenido como prueba".

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dado que el levantamiento topografico se realizo fuera de la audiencia, esta se suspende


, fijando como nueva fecha para el dia 01 de Diciembre de 2016 a las 8: 30 am.

a folio ( 274) se encuentra el acta de levantamiento topografico efectuado el dia 01 de


Dciiembre de 201 , en el cual no comparecieron los funcioanrios de la Oficina de
Infrestrcutura- previamente notificados de la nueva fecha en la diligencia anterior- se
hace referencia que fue allegado memorial escrito por la Señora Almacenista Gneral del
Muncipio donde se solicita que se realice el levantamiento topografico en presencia del
personal deñ IGAC, peticion que no fue resuelta por ser comisionada la Inspeccion y
porque implica la solcitud de decrerto de pruebas . El querellante manifiesta " que no
esta de acuero porque el mismo no se realizo em presencia de las partes , ademas solcita
se decreten nuevas pruebas testimoniales , por ser testigos presenciales de los hechos,
siendo estos: CESAR VALLEJO, FANNY ISAZA, CRISTOBAL no sabe el apellido, de
quienes haran llegar la direccion a la oficina juridica"

Teniendo en cuenta que la Inspeccion Sexta es la comisionada, se solicita a este


despacho decidir sobre el decreto de pruebas solicitado y la peticion de la Almacenista
Gneral y se determine sobre la validez del levantamiento topografico realizado fuera d la
audiencia.

que a folio ( 276) se remite a la Inspeccion Sexta Minicioal , derecho de peticion radicad el
dia 01 de Diciembre de 2015 por medio del cual la señora querellante MARIA VICTORIA
PEÑUELA remite dos folios de inventario dentro del proceso sucesorio de FRANCISCO
RAFAEL FONSECA de la Notaria Segunda del Circuito de Tunja. Solicita investigacion de
los funcionarios que se encuentran dentro del archivo hisotiroco para que se manifiestan
del recibimiento de losplanos a mano alzada y sin protocolizar por parte del Aguston
codazzi.

RESUELVE

ARTÍCULO 1. Frente a la peticion del almanecenisa de solciatr el acompañmeoento por


parte del igac a este tipo de procesos, se porcede a estipular que no es obligatorio por
parte de ellos el acompñaiento, toda vez que no son partes ni intervivientes en este.
Ademas son dos entidades difeentes.

Articulo 2: respecto a los testigos el termino ya paso . ya no es posible ni anexar para ser
tenidos como prueba el inventario de la sucesion , ni solicitar que se anexen testimonios.
Mencionar los dos autos.

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ARTÍCULO 3. Para garantizar el debido proceso , vuelvase a fijar fecha y hora para el nuevo
levantamiento topográfico – se entiende con claridad que es con el acompañamiento de las
partes. Para ello es importante el acompañamiento de la policia y del ministerio público. Para
ello, comisiona al inspección muncipal que conoce el proceso

ARTÍCULO 4. Contra el presente no procede recurso alguno.

NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE

PABLO EMILIO CEPEDA NOVOA

Alcalde Mayor de Tunja

Dado en la Alcaldía Municipal de Tunja a los ( )

PARA EXPLICAR LA DIFERENCIA ENTRE PARTE W INTERVINIENTE:

El derecho se encuentra frente a conflictos que debe solucionar, pues su finalidad reguladora es,
justamente, componer las controversias. El derecho (objetivo) impone normas de conducta; sin embargo,
la simple producción y dictado de esas normas no es suficiente, pues los individuos pueden
desconocerlas, por lo que debe establecerse el mecanismo para que se respete. El Estado, que es quien
dicta el derecho y en cierto modo lo monopoliza, en la época moderna no sólo establece las sanciones
para quien no cumpla con las normas de conducta estatuidas (derecho objetivo), sino que, también, debe
establecer los mecanismos para imponerlas; esto es, el Estado debe establecer su Tutela jurídica, es
decir, la prestación del apoyo y el establecimiento de formas para que se respeten las situaciones
jurídicas legítimas y se cumpla con el derecho.
2.- Existen varias formas de solucionar la controversia: La forma de defensa propia, desaparecida
hoy en el capo jurídico en general, sin embargo se mantiene para algunos casos de excepción: así
sucede con la legítima defensa, el derecho de retención, el de huelga, etc. Son los excepcionales casos
de autodefensa o autotutela que el Estado reconoce como solución cuando su propia actividad no llega, o
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puede llegar tarde. En todos los casos, la autotutela se caracteriza por dos notas esenciales: la ausencia
de un tercero distinto a las partes que pueda resolver el conflicto y la imposición de la decisión de una de
las partes a la otra. Mediación, conciliación y arbitraje como forma de autocomposición de la controversia;
y el tercero nombrado por el Estado: el Juez, como una forma de heterocomposición de la controversia y
por la que se ejerce la TutelaJurisdiccional a través de la prosecución del proceso.
3.- El proceso es el conjunto de actos dirigidos a un fin: la solución del conflicto mediante la
imposición de la regla jurídica, el derecho. Se inicia a través de la interposición de la demanda que es lo
que contiene pretensiones y por la que se ejerce el derecho de acción. Su finalidad es tutelar el interés
general en la realización del derecho objetivo sustancial, en los casos concretos, para mantener la
armonía y la paz sociales y para tutelar la libertad y la dignidad humanas.
4.- Para que un proceso sea válido y eficaz deben estar presentes en él los denominados
presupuestos procesales, unos de orden formal y otros de orden material o de fondo: Los presupuestos
procesales de forma son: a) la demanda en forma, b) la capacidad procesal de las partes; y,
c) la competencia del Juez; y los presupuestos procesales de fondo o materiales o las llamadas
condiciones de la acción, son: a) la existencia del derecho que tutela la pretensión procesal, lo que otros
denominan la voluntad de la ley; b) la legitimidad para obrar; c) el interés para obrar; y d) que la
pretensión procesal no haya caducado, como sostienen algunos autores.
5.- Existe legitimación de los terceros que justifiquen su intervención, cuando éstos tienen que hacer
valer intereses jurídicamente tutelados en un proceso dado, o cuando por existir una relación material o
disposición legal, pueden ser llamados de oficio o a petición de parte a éste.
6.- Se puede conceptuar que es parte aquel que, en su propio nombre o en cuyo nombre se pide,
invoca la tutela jurisdiccional de algún derecho subjetivo, promoviendo la actuación de la voluntad de a
ley contenida en el derecho objetivo; también es parte aquel contra quien se formula el pedido. Lo que da
la condición de parte (procesalmente hablando) es, entonces, la posición en el proceso,
independientemente de la calidad de sujeto del derecho (sustancial) o de la acción (pretensión). E
independientemente que actúan por sí o por representación. La capacidad de ser parte en el proceso
implica en principio aptitud de ser titular de los derechos materiales o sustantivos en controversia, o
mejor, aptitud para afirmar en un proceso que se tiene la calidad de titular de tales derechos. La
capacidad procesal, es decir, la legitimario ad processum, sólo la tienen aquellas personas naturales que
por sí mismas pueden intervenir en el proceso; más preciso, aquellas personas que se hallan habilitadas
por la ley para hacer valer sus derechos por sí mismas planteando la demanda, contradiciéndolas y
realizando determinados actos procesales. Sólo las personas naturales tienen capacidad procesal, en
atención a que ésta importa intervención personal y directa en el proceso.
7.- La legitimación procesal, entonces, es la consideración legal, respecto del proceso, a las
personas que se hallan en una determinada relación con el objeto del litigio y en virtud de la cual se
exige, para que la pretensión de fondo pueda ser examinada, que dichas personas figuren como tales
partes en el proceso. La legitimación, entonces, puede definirse como la posición de un sujeto respecto al
objeto litigioso que le permite obtener una providencia eficaz. la única legitimación que consideramos es
la que se refiere a la titularidad del derecho respecto del objeto del proceso. Es, por lo tanto, una peculiar
situación jurídica que tiene el sujeto que actúa en el proceso respecto del objeto que se controvierte, que
es lo que lo autoriza a pretender en forma eficaz. O, por parte del demandado, a contradecirla hábilmente

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8.- El litisconsorcio es la situación jurídica en que se hallan diversas personas que actúan en juicio
conjuntamente, como actores o demandados. Habrá litisconsorcio cuando en el proceso exista más de
una persona defendiendo en forma conjunta alguna pretensión procesal que a todos ellos interesa o que
su pretensión se deriva de un mismo título, teniendo entre ellos lógicamente algún tipo de vinculación. Lo
que interesa en este caso es que varias personas litigan en forma conjunta porque existe entre ellos
algún interés común, algún derecho común, alguna pretensión común que se deriva de un mismo título.
9.- Estamos frente a un litisconsorcio necesario cuando la parte demandante o la parte demandada
está conformada por más de una persona titulares de la relación sustantiva y que todos ellos tienen un
interés común, esto es, una sola pretensión procesal que les interesa sea tutelada por el Juez. La
ausencia de alguna de las personas que tienen un derecho común daría lugar a que la decisión judicial
no tenga la eficacialegal correspondiente. No habrá incluso, en este caso, una relación jurídica procesal
válida. En concreto, la ausencia de un litisconsorte necesario en un proceso invalida la decisión final que
se tome por el Juez.
10.- Se está frente al litisconsorcio facultativo o voluntario o coadyuvante cuando una persona que
tiene interés propio y particular interviene en el proceso ya sea como demandante o como demandado,
proponiendo, lógicamente su pretensión procesal en base a elementos fácticos propios y bajo el amparo
de una disposición sustantiva. si bien los litisconsortes facultativos no forman parte de la relación
sustantiva originaria o principal, empero sus pretensiones deben tener alguna vinculación con ella, ya que
pueden ser afectadas por la resolución que emita el Juez. Su no intervención en el proceso no lo invalida
ni lo afecta. Como corolario de lo dicho anteriormente se puede señalar que el litisconsorcio facultativo o
voluntario en realidad no es propiamente un litisconsorcio por cuanto en él no encontramos en rigor lo
que caracteriza a este instituto que es la comunidad de intereses, de suertes y de actuación procesal.
11.- En la actualidad se admite, en principio, la intervención de un tercero en el proceso, además de
las partes, cuando tiene un interés propio (cierto y actual) en la litis que se desarrolla. En estos casos, el
tercero, una vez admitido en el proceso, se convierte en parte y tendrá los derechos, deberes y cargas de
esta. La intervención de terceros importa una acumulación subjetiva sucesiva, pues con posterioridad a la
notificación con la demanda al emplazado se incorporan al proceso otros sujetos. De por medio está el
interés y la legitimidad de los terceros para pretender incorporarse voluntariamente al proceso o para ser
incorporados a él, ya sea de oficio, por el juzgador, o a petición de parte. Esto significa que cualquier
tercero no puede incorporarse al proceso. Se sostiene que la decisión que se emita en un proceso sólo
debe afectar a los que hayan intervenido en él: actor y al demandado. Empero, no obstante que en un
proceso intervienen el actor y el demandado -litigantes originarios o partes originarias-, hay situaciones,
circunstancias y justificaciones por las cuales se hace imperativo el ingreso de terceros en el proceso.
12.- El tercero puede entrar al proceso siempre que se den ciertos presupuestos, los cuales deben
ser verificados por el Juez, ya que se trata de un caso de excepción, pues, en principio, el proceso es una
relación entre dos partes, estos presupuestos son, entre otros: la conexidad, tener interés propio y actual;
y existir un proceso pendiente. Un tercero que se considera facultado para intervenir en un juicio dado
debe estar necesariamente vinculado a la materia en controversia, ya sea por interés directo o indirecto,
propio o ajeno, concurrente o excluyente, respecto al interés de las partes en litigio. Si se admite la
intervención de un tercero en el proceso, por cuanto el Juez ha encontrado que tiene legitimidad para
participar en él, ese tercero recibe la denominación de tercero legitimado.

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13.- La intervención de un tercero es coadyuvante cuando su participación tiene por objeto ayudar a
una de las partes, colaborar con él en el litigio, sin incorporar pretensión alguna al proceso. La
intervención coadyuvante es calificada como accesoria en atención a que ella no importa la inclusión al
proceso de una pretensión propia del tercero, sino que su tarea se concreta a defender el derecho que
sustenta la pretensión de la parte a quien coadyuva en la defensa. Esta intervención servirá asimismo
para evitar que el actor y el demandado acudan al fraude procesal. El tercero coadyuvante tiene la
calidad de parte en la relación procesal y no tiene la calidad de parte en la relación material subyacente
en el proceso. Por ello el Código Procesal Civil señala que el coadyuvante puede realizar los actos
procesales que no estén en oposición a la parte que ayuda y no impliquen disposición del derecho
discutido.
14.- La intervención de un tercero es litisconsorcial cuando alguien que se considere titular de una
relación jurídica substancial, a la que presumiblemente deban extenderse los efectos de una sentencia y
que por tal razón estuviera legitimado para demandar o haber sido demandado en el proceso, puede
intervenir como litisconsorte de una de las partes, con las mismas facultades de ésta. La intervención
litisconsorcial importa que el interviniente lleva al proceso una pretensión procesal jurídicamente conexa y
paralela con la de las partes originarias por sustentarse en un mismo título, en una misma causa jurídica
o en una misma relación material, de modo que el resultado del proceso afectará tanto a la parte
originaria como al sujeto consorcial.
15.- La intervención excluyente principal se presenta cuando alguien pretenda su incorporación al
proceso a fin de hacer valer dentro de él su propia pretensión procesal, que se supone opuesto a las
pretensiones de las partes en el proceso.
16.- La intervención excluyente de propiedad y de derecho preferente, supone la intervención en un
proceso de quien pretende se le reconozca su derecho en oposición al de los litigantes como
consecuencia de alguna medida cautelar ejecutada sobre un bien de su propiedad o sobre el cual tuviera
un mejor derecho que el titular de la medida cautelar. Para la viabilidad de la intervención del tercero, en
este caso, se supone la existencia de una medida cautelar dictada dentro de un proceso, incompatible
con el derecho de propiedad o de algún otro derecho de un tercero (tercerista) respecto al bien gravado;
en este caso, el tercero puede intervenir en el proceso con el propósito de obtener una declaración
judicial sobre la prelación de su derecho.
17.- La intervención de un tercero es provocada u obligatoria cuando alguna de las partes solicita o el
propio Juez dispone su incorporación al proceso. La intervención del tercero en este caso no proviene de
su voluntad, sino que se ve impelido para intervenir en el litigio como consecuencia de un llamamiento
formulado por el Juez, ya sea de oficio o a petición de alguna de las partes mediante la denuncia civil
correspondiente. Es un mecanismo procesal mediante el cual una de las partes en el litigio solicita la
incorporación de un tercero al proceso, además de él o en su lugar, por tener alguna obligación o
responsabilidad en el derecho discutido.
18.- La parte que considere tener derecho para exigir de un tercero una indemnización por el daño o
perjuicio que pudiera causarle el resultado de un proceso, o considere tener derecho a repetir contra
dicho tercero lo que debiera pagar en ejecución de sentencia, puede solicitar el emplazamiento del
tercero con el objeto que en el mismo proceso se resuelva además la pretensión que tuviera contra él.
Por tanto la pretensión propuesta por el demandado contra el tercero mediante el aseguramiento de
pretensión futura no tiene el carácter de autónomo. Aquí, en efecto, se ve claramente la vigencia, como
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sustento del instituto, de los principios de economía procesal y de la congruencia de las decisiones
judiciales que no permite sentencias contradictorias.
19.- Cuando en cualquier etapa del proceso se presuma fraude o colusión entre las partes, el Juez,
de oficio, ordenará la citación de las personas que puedan resultar perjudicada con ese proceso, a fin de
que hagan valer sus derechos, suspendiendo, para tal efecto, el proceso por un plazo no mayor de treinta
días.

Leer más: http://www.monografias.com/trabajos65/intervencion-terceros-proceso/intervencion-terceros-


proceso3.shtml#ixzz4ApquYqIn

PARA EXPLICAR QUE YA NO ES TERMINO Para SOLICITAR LAS PRUEBAS:

debido proceso debe entenderse como una manifestación del


Estado que busca proteger al individuo frente a las actuaciones de
las autoridades públicas, procurando en todo momento el respeto a
las formas propias de cada juicio. El artículo 29 del ordenamiento
constitucional lo consagra expresamente “para toda clase de
actuaciones judiciales o administrativas”.
Así entonces, las situaciones de controversia que surjan de cualquier
tipo de proceso, requieren de una regulación jurídica previa que
limite los poderes del Estado y establezcan el respeto de los
derechos y obligaciones de los sujetos procesales, de manera que
ninguna actuación de las autoridades dependa de su propio arbitrio,
sino que se encuentren sujetas a los procedimientos señalados en la
ley o los reglamentos.
El debido proceso y el derecho de defensa
El artículo 29 de la Carta Política dispone que el debido proceso debe
observarse en toda clase de actuaciones judiciales y administrativas,

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es decir que obliga no solamente a los jueces sino también a los


organismos y dependencias de la administración pública.
El debido proceso administrativo consiste en que los actos y
actuaciones de las autoridades administrativas deben ajustarse no
sólo al ordenamiento jurídico legal sino a los preceptos
constitucionales. Se pretende garantizar el correcto ejercicio de la
administración pública a través de la expedición de actos
administrativos que no resulten arbitrarios y, por contera, contrarios
a los principios del Estado de derecho. Ello en virtud de que “toda
autoridad tiene sus competencias definidas dentro del ordenamiento
jurídico y debe ejercer sus funciones con sujeción al principio de
legalidad, a fin de que los derechos e intereses de los administrados
cuenten con la garantía de defensa necesaria ante eventuales
actuaciones abusivas, realizadas por fuera de los mandatos
constitucionales, legales o reglamentarios vigentes”[ 1].
De la aplicación del principio del debido proceso se desprende que
los administrados tienen derecho a conocer las actuaciones de la
administración, a pedir y a controvertir las pruebas, a ejercer con
plenitud su derecho de defensa, a impugnar los actos
administrativos y en fin a gozar de todas las garantías establecidas
en su beneficio.
Sobre el debido proceso administrativo la Corte se ha manifestado
en reiteradas oportunidades[ 2] y ha precisado que su cobertura se
extiende a todo el ejercicio que debe desarrollar la administración
pública en la realización de sus objetivos y fines estatales, lo que
implica que cobija todas las manifestaciones en cuanto a la
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formación y ejecución de los actos, a las peticiones que presenten


los particulares y a los procesos que adelante la administración con
el fin de garantizar la defensa de los ciudadanos. Conviene recordar
lo que sobre el punto ha precisado esta Corporación:
“La garantía del debido proceso, plasmada en la Constitución
colombiana como derecho fundamental de aplicación inmediata
(artículo 85) y consignada, entre otras, en la Declaración Universal
de Derechos Humanos de 1948 (artículos 10 y 11), en la Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre proclamada el
mismo año (artículo XXVI) y en la Convención Americana sobre
Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica, 1969,
Artículos 8 y 9), no consiste solamente en las posibilidades de
defensa o en la oportunidad para interponer recursos, como parece
entenderlo el juzgado de primera instancia, sino que exige, además,
como lo expresa el artículo 29 de la Carta, el ajuste a las normas
preexistentes al acto que se imputa; la competencia de la autoridad
judicial o administrativa que orienta el proceso; la aplicación
del principio de favorabilidad en materia penal; el derecho a una
resolución que defina las cuestiones jurídicas planteadas sin
dilaciones injustificadas; la ocasión de presentar pruebas y de
controvertir las que se alleguen en contra y, desde luego, la plena
observancia de las formas propias de cada proceso según sus
características”[ 3].
“El debido proceso constituye una garantía infranqueable para todo
acto en el que se pretenda -legitimamente- imponer sanciones,
cargas o castigos. Constituye un límite al abuso del poder de
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sancionar y con mayor razón, se considera un principio rector de la


actuación administrativa del Estado y no sólo una obligación exigida
a los juicios criminales”[ 4]
El debido proceso comprende un conjunto de principios, tales como
el de legalidad, el del juez natural, el de favorabilidad en materia
penal, el de presunción de inocencia y el derecho de defensa, los
cuales constituyen verdaderos derechos fundamentales[ 5].
El derecho de defensa en materia administrativa se traduce en la
facultad que tiene el administrado para conocer la actuación o
proceso administrativo que se le adelante e impugnar o contradecir
las pruebas y las providencias que le sean adversas a sus intereses.
La administración debe garantizar al ciudadano interesado tal
derecho y cualquier actuación que desconozca dicha garantía es
contraria a la Constitución.
En efecto, si el administrado no está de acuerdo con una decisión de
la administración que le afecte sus intereses tiene derecho a ejercer
los recursos correspondientes con el fin de obtener que se revoque o
modifique. (Corte constitucional, Sentencia 1021 de 2002).

[ 1] Cfr. Corte Constitucional. Sentencia T-1341 del 11 de diciembre de


2001 (M.P. Alvaro Tafur Galvis).
[ 2] Ver las sentencias T-442 del 3 de julio de 1992 (M.P. Simón
Rodríguez Rodríguez), T-020 del 10 de febrero de 1998 (M.P. Jorge
Arango Mejía), T-386 del 30 de julio de 1998 (M.P. Carlos Gaviria Díaz),
T-009 del 18 de enero de 2000 (M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz) y T-1013
del 10 de diciembre de 1999 (M.P. Alfredo Beltrán Sierra).
[ 3] Cfr. Corte Constitucional. Sentencia T-460 del 15 de julio de 1992
(M.P. José Gregorio Hernández Galindo).

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[ 4] Cfr. Corte Constitucional. Sentencia T-1263 del 29 de noviembre de


2001.
[ 5] Ver al respecto la Sentencia T-572 del 26 de octubre de 1992 (M.P.
Jaime Sanín Greiffenstein).

SENTENCIA

Sentencia C-034/14

CODIGO DE PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO-


Pruebas/ACTUACIONES ADMINISTRATIVAS-Reglas generales sobre
el decreto de pruebas

ACTO ADMINISTRATIVO QUE DECIDE SOLICITUD DE PRUEBAS-


Improcedencia de recursos

DEBIDO PROCESO-Contenido y alcance

DEBIDO PROCESO ADMINISTRATIVO-Facultad de aportar y controvertir


las pruebas

DERECHO AL DEBIDO PROCESO-Principio inherente al Estado de


Derecho, cuyas características esenciales son el ejercicio de funciones bajo
parámetros normativos previamente establecidos y la erradicación de la
arbitrariedad

DERECHO AL DEBIDO PROCESO-Definición/DEBIDO PROCESO-Se


extiende a toda clase de actuaciones administrativas

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DERECHO FUNDAMENTAL AL DEBIDO PROCESO


ADMINISTRATIVO-Jurisprudencia constitucional

DEBIDO PROCESO ADMINISTRATIVO-Distinción entre garantías


previas y garantías posteriores

La jurisprudencia constitucional ha diferenciado entre las garantías previas y


posteriores que implica el derecho al debido proceso en materia administrativa.
Las garantías mínimas previas se relacionan con aquellas garantías mínimas que
necesariamente deben cobijar la expedición y ejecución de cualquier acto o
procedimiento administrativo, tales como el acceso libre y en condiciones de
igualdad a la justicia, el juez natural, el derecho de defensa, la razonabilidad de
los plazos y la imparcialidad, autonomía e independencia de los jueces, entre
otras. De otro lado, las garantías mínimas posteriores se refieren a la posibilidad
de cuestionar la validez jurídica de una decisión administrativa, mediante los
recursos de la vía gubernativa y la jurisdicción contenciosa administrativa.

EXTENSION DE GARANTIAS DEL DEBIDO PROCESO AL


AMBITO ADMINISTRATIVO-No implica que su alcance sea idéntico en
la administración de justicia y en el ejercicio de la función pública

La extensión de las garantías del debido proceso al ámbito


administrativo no implica, sin embargo, que su alcance sea idéntico
en la administración de justicia y en el ejercicio de la función
pública. A pesar de la importancia que tiene para el orden
constitucional la vigencia del debido proceso en todos los
escenarios en los que el ciudadano puede ver afectados sus
derechos por actuaciones públicas (sin importar de qué rama
provienen), es necesario que la interpretación de las garantías que
lo componen tome en consideración los principios que caracterizan
cada escenario, así como las diferencias que existen entre ellos.

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DEBIDO PROCESO ADMINISTRATIVO-Función

DEBIDO PROCESO JUDICIAL-Imposibilidad de realizar traslación


mecánica de sus contenidos al debido proceso administrativo

La imposibilidad de realizar una traslación mecánica de los contenidos del


debido proceso judicial al debido proceso administrativo se fundamenta en
que éste último se encuentra regido por una doble categoría de principios
rectores de rango constitucional que el legislador debe tener en cuenta a la
hora de diseñar los procedimientos administrativos, de un lado, las
garantías adscritas al debido proceso y de otra, los principios que gobiernan
el recto ejercicio de la función pública.

DEBIDO PROCESO-Ambito de desarrollo/DEBIDO PROCESO-Garantías


mínimas/DEBIDO PROCESO ADMINISTRATIVO-Característica de
especial relevancia en la Constitución

DERECHO A APORTAR Y CONTROVERTIR PRUEBAS-Componente


del derecho fundamental al debido proceso/DEBIDO PROCESO
ADMINISTRATIVO-Involucra los derechos de defensa y contradicción

ESTRUCTURA PROBATORIA DE LOS PROCESOS JUDICIALES-


Contenido

POTESTAD DE CONFIGURACION LEGISLATIVA DE


PROCEDIMIENTOS ADMINISTRATIVOS-Alcance/POTESTAD
DE
CONFIGURACION LEGISLATIVA DE PROCEDIMIENTOS
ADMINISTRATIVOS-Límites

El Legislador tiene la potestad de transformar en leyes de la República sus


decisiones políticas, mediante la discusión democrática. Sin embargo, está sujeto
al respeto por las normas de la Constitución Política y muy especialmente a
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asegurar la vigencia y eficacia de los derechos fundamentales; y corresponde al


Tribunal Constitucional evaluar el respeto de esos principios mediante análisis de
razonabilidad y proporcionalidad de las decisiones legislativas. Además de este
panorama general sobre la cláusula general del Congreso, existen escenarios
específicos en los que la Constitución prevé expresamente la necesidad de un
desarrollo legislativo, o incluso establece reserva para el desarrollo de
determinados temas, en cabeza del Legislador, lo que excluye la participación de
otras autoridades en el desarrollo de esas materias. En esos espacios, el margen de
acción del Legislador es aún más amplio, como lo ilustran especialmente los
ámbitos tributario y penal. En la misma dirección, la Corporación ha explicado
que corresponde al Legislador el desarrollo del debido proceso, mediante la
definición legal de las normas que estructuran los procedimientos judiciales y
administrativos, ámbito en el que le corresponde establecer su objeto, etapas,
términos, recursos, y demás elementos propios de cada actuación. En la sentencia
C-598 de 2011 (MP. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub; SPV. María Victoria Calle
Correa], expresó la Corte: “Se ha entendido, entonces, que en materia de
procedimientos la libertad de configuración posee mayor amplitud que en otros
ámbitos, pues así lo disponen los artículos 150 constitucional, numeral 1 y 2, en
concordancia con los artículos 29,86,87,228 y 229 constitucionales, que lo
facultan para establecer requisitos, tiempos, procedimientos, recursos, etc., de
manera que el Legislador puede regular el derecho de acceso a la administración
de justicia pero no tornarlo ilusorio, “razón por la que se exige que las
restricciones que en virtud de esa potestad legislativa se lleguen a imponer, deben
ser proporcionales frente a este derecho fundamental y al principio constitucional
consagrado en el artículo 238, según el cual lo sustancial debe primar sobre lo
formal”.En ese marco, es posible concluir que (i) el Legislador posee una facultad
de configuración de procedimientos administrativos de especial amplitud; (ii)
dentro de esa potestad se incluye el diseño de los procedimientos, sus etapas,
recursos y términos, entre otros aspectos; (iii) la regulación de esos
procedimientos no puede desconocer los mínimos expresamente establecidos en la
Constitución (artículo 29 y 228) y la jurisprudencia constitucional; (iv) además de
esos mínimos, la regulación legislativa debe respetar los principios superiores de
la Constitución, aspecto que (iv) corresponde verificar a este Tribunal, cuando así

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lo requiera fundadamente un ciudadano, y bajo los lineamientos de los principios


de razonabilidad y proporcionalidad.

PROCESO JUDICIAL Y PROCESO ADMINISTRATIVO-


Distinción/CONFIGURACION LEGISLATIVA EN MATERIA DE
PROCEDIMIENTOS-Respeto por el principio
democrático/CONFIGURACION LEGISLATIVA EN MATERIA
DE PROCEDIMIENTOS-Test de razonabilidad y
proporcionalidad/TEST DE RAZONABILIDAD Y
PROPORCIONALIDAD-Jurisprudencia constitucional

Si bien una de las características más destacadas del orden constitucional


adoptado en 1991 es la extensión de las garantías del debido proceso a toda
actuación administrativa, también ha señalado la Corte que su extensión y
aplicación no es idéntica a la que se efectúa en el ámbito judicial. Como se indicó
en los fundamentos normativos de esta providencia, ello obedece a dos razones: La
primera es que, el debido proceso judicial se encuentra ligado a la materialización
de los derechos, la protección de la Constitución o de la ley; en tanto que la
actuación administrativa atañe al adecuado ejercicio de funciones públicas de
diversa naturaleza para la satisfacción de los intereses de toda la comunidad. Por
ello, también ha puntualizado la Corte, la segunda debe ceñirse a la vez a los
artículos 29 y 209, Superiores. Además, los procesos judiciales deben otorgar una
respuesta definitiva a los conflictos sociales, en tanto que las actuaciones
administrativas son susceptibles de control ante la jurisdicción. Por ello, aunque el
debido proceso se aplica en toda actuación administrativa o judicial, en el primer
escenario ocurre bajo estándares más flexibles para asegurar la eficiencia,
eficacia, celeridad y economía por parte de la Administración. Así las cosas, si de
una parte la disposición acusada restringe los derechos de defensa y contradicción
en materia probatoria, en una etapa específica de la actuación administrativa;
desde la otra orilla del conflicto, el principio democrático, la potestad de
configuración legislativa y los principios de la función pública, sugieren la validez
de la regulación demandada. Este tipo de conflictos, de conformidad con la
jurisprudencia constitucional deben resolverse mediante el análisis de
razonabilidad y proporcionalidad de la medida.
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Referencia: expediente D-9566

Demanda de inconstitucionalidad contra el


artículo 40 (parcial) del Código de
Procedimiento Administrativo y de lo
Contencioso Administrativo.

Demandante: Juan José Gómez Ureña

Magistrado Ponente:
MARÍA VICTORIA CALLE CORREA

Bogotá, D.C., veintinueve (29) de enero de dos mil catorce (2014)

I. ANTECEDENTES

En ejercicio de la acción pública consagrada en el artículo 241 de la Constitución


Política, el ciudadano Juan José Gómez Ureña presentó demanda de
inconstitucionalidad contra el artículo 40 (parcial) del Código de Procedimiento
Administrativo y de lo Contencioso Administrativo[1].

II. TEXTO DE LA NORMA DEMANDADA

A continuación se transcribe la norma y se subrayan los apartes acusados:

LEY 1437 DE 2011


(enero 18)
Diario Oficial No. 47.956 de 18 de enero de 2011
CONGRESO DE LA REPÚBLICA

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Por la cual se expide el Código de Procedimiento Administrativo y de lo


Contencioso Administrativo.

EL CONGRESO DE COLOMBIA
DECRETA:

ARTÍCULO 40. PRUEBAS. Durante la actuación administrativa y hasta


antes de que se profiera la decisión de fondo se podrán aportar, pedir y
practicar pruebas de oficio o a petición del interesado sin requisitos
especiales. Contra el acto que decida la solicitud de pruebas no
proceden recursos. El interesado contará con la oportunidad de
controvertir las pruebas aportadas o practicadas dentro de la actuación,
antes de que se dicte una decisión de fondo.

III. LA DEMANDA

El demandante considera que el artículo 40 del Código de Procedimiento


Administrativo y de lo Contencioso Administrativo, al impedir la procedencia de
recursos contra el auto que niegue la práctica de pruebas en desarrollo de las
actuaciones administrativas vulnera el artículo 29 de la Constitución. Explica que
el derecho al debido proceso incluye la garantía de presentar pruebas y no solo de
controvertir las que se alleguen en contra.

En su opinión, la norma resulta además contradictoria, pues dispone que en el curso


de un procedimiento administrativo se podrá aportar, pedir y practicar pruebas,
pero junto a ello se establece: contra el acto que decida la solicitud de pruebas no
proceden recursos. Esto indica que en el caso del acto que niegue la mencionada
solicitud, no se abre el debate sobre la pertinencia y conducencia de la prueba. En
este contexto, tampoco tiene sentido que se exija de las autoridades administrativas
la fundamentación de sus decisiones, ya que no es posible contra-argumentar el
sustento de la decisión mediante la interposición de un recurso.

Por otro lado, la ausencia de debate probatorio supone que se altera el alcance de
las discusiones sobre la decisión final de la administración, tanto por vía
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gubernativa, como por vía judicial. Esto quiere decir que si se impide en algunos
eventos la discusión sobre las pruebas, la controversia sobre el acto administrativo
producto del procedimiento administrativo correspondiente, no podría tener la
profundidad requerida.

IV. INTERVENCIONES

1. Intervención del Ministerio del Interior

El ciudadano Andrés Gómez Roldán, quien actúa en nombre y representación del


Ministerio del Interior, solicita la declaratoria de exequibilidad de la norma
demandada, bajo el entendido de que el derecho fundamental al debido proceso no
tiene un carácter absoluto. En efecto, el legislador está autorizado para indicar en
qué casos no hay segunda instancia en cualquier tipo de procesos: “El legislador,
en el Código Contencioso Administrativo estableció que por regla general
contra los actos que pongan fin a las actuaciones administrativas
procederán los recursos de reposición y apelación, lo cual significa que
habrá eventos en los cuales no es procedente el recurso de apelación,
según lo determine el legislador”.

De igual manera, la intervención cita la sentencia C-561 de 1999 para estimar que
si el legislador decide consagrar un recurso en relación con ciertas decisiones y
excluye del mismo otras, puede hacerlo según su evaluación acerca de la necesidad
y conveniencia de plasmar tal distinción, pues ello corresponde a la función que
ejerce, siempre que no afecte o desconozca principios constitucionales de
obligatorio cumplimiento.

Por otra parte, señala que la demanda adolece de los elementos para adelantar un
juicio de constitucionalidad, pues la norma demandada establece los dispositivos
para garantizar la participación en el proceso bajo la conducción del juez
administrativo.

Finalmente, estima que la norma se ajusta a los presupuestos que buscan proteger y
garantizar el debido proceso administrativo, pues el entramado normativo está
No. 29
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provisto de los elementos constitucionales que permiten el acceso a la justicia y


garantizan los derechos al administrado.

2. Intervención del Ministerio de Justicia y del Derecho

La ciudadana Ángela María Bautista Pérez, quien actúa como apoderada del
Ministerio de Justicia y del Derecho, solicita declarar la exequibilidad del aparte
normativo acusado. Indica, en primer lugar, que el actor “fundamenta sus cargos
en una interpretación incorrecta de la disposición acusada, como se
evidencia en sus propias palabras, cuando señala que esta resulta
contradictoria frente a otra disposición normativa inserta en el mismo
inciso del artículo 40 de la Ley 1437 de 2011, que establece que ‘durante
la actuación administrativa y hasta antes de que se profiera la decisión de
fondo se podrán aportar, pedir y practicar pruebas de oficio o a petición
del interesado sin requisitos especiales’”.

Para el citado Ministerio no existe contradicción alguna entre una disposición que
faculta el aporte, la solicitud o la controversia de pruebas, sin requisitos especiales,
y otra que establece que la decisión del operador administrativo de practicar o no
pruebas solicitadas en el proceso administrativo, no es recurrible.

De igual manera, considera que no es cierto que la disposición demandada impida


el ejercicio del derecho de defensa y contradicción principalmente relacionado con
la presentación y controversia de las pruebas que se alleguen en contra del
ciudadano, dado que la decisión que tome el operador administrativo de acceder o
no a la práctica de pruebas que se le soliciten se presume tomada en aplicación de
los principios de derecho probatorio, especialmente los de pertinencia, conducencia
y necesidad de la prueba.

Además, señala que la disposición normativa acusada no viola el derecho


fundamental al debido proceso administrativo toda vez que “el núcleo esencial
del derecho al debido proceso administrativo, en cuanto se refiere al poder
impugnar las decisiones administrativas de fondo, no se ve afectado por la
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disposición acusada, y que, independientemente de que la denegación o la


concesión de la práctica de una prueba, en el seno del procedimiento
administrativo, la decisión administrativa de fondo siempre será
impugnable, dejando incólume el núcleo duro del derecho presuntamente
vulnerado por la disposición acusada”.

Como respaldo a lo anterior, indica que al hacerse un examen del artículo 40 de la


Ley 1437 de 2011 en su integridad, se concluye que se dan las garantías propias del
debido proceso en materia probatoria, pues se consagra el derecho del administrado
a pedir y aportar pruebas y el deber de la respectiva autoridad administrativa de
practicarlas de oficio, a la vez que se establece la oportunidad del interesado para
controvertir las pruebas aportadas o practicadas, durante todo el proceso o
actuación administrativa, antes de que se dicte decisión de fondo.

Complementariamente a estas garantías procesales, el mismo Código de


Procedimiento Administrativo prevee el derecho del administrado a presentar
recursos de reposición y de apelación contra la decisión definitiva, pudiendo
solicitar que se modifique dicha decisión, momento en el que podrá invocarse el
carácter esencial de la prueba que se haya dejado de practicar, y que hubiera podido
generar una decisión diferente.

Adicionalmente, aunque no procedan recursos contra el acto que decide sobre las
pruebas, el Código contempla una oportunidad para que el interesado, en cualquier
momento anterior a la expedición del acto, pida a la Administración que corrija las
irregularidades que se hayan presentado en la actuación administrativa (art. 41),
irregularidad que puede consistir en la omisión de la práctica de una prueba
esencial para la decisión.

3. Intervención de la Facultad de Derecho – Universidad Libre de Bogotá


D.C.

El ciudadano Jorge Kenneth Burbano Villamarín –Coordinador del Observatorio de


Intervención Ciudadana Constitucional de la Facultad de Derecho de la
Universidad Libre de Bogotá- y Gilberto Ortegón Ortegón –Profesor del Área de
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Derecho Público de la Facultad de Derecho de la Universidad Libre-, consideran


que la norma demandada debe ser declarada exequible.

En su concepto, una cosa es el procedimiento administrativo y otra el


procedimiento judicial, con connotaciones distintas. La actuación administrativa
pretende el cumplimiento de los principios de la función administrativa, para
resolver de manera oportuna las actuaciones administrativas. Además, tiene un
origen especial, que inclusive es objeto de control judicial: de existir una violación
al debido proceso o expedición irregular, las decisiones pueden ser declaradas nulas
con las consecuentes condenas e indemnizaciones.

Como respaldo a lo anterior, citan las sentencias C-610 de 2012[2] y C-640 de


2002.[3] En la primera de ellas la Corporación determinó “la imposibilidad de
realizar una traslación mecánica de los contenidos del debido proceso
judicial al debido proceso administrativo se fundamenta en que éste último
se encuentra regido por una doble categoría de principios rectores de
rango constitucional que el legislador debe tener en cuenta a la hora de
diseñar los procedimientos administrativos, de un lado, las garantías
adscritas al debido proceso y de otra, los principios que gobiernan el recto
ejercicio de la función pública”.

Los intervinientes anotan que la norma demandada no vulnera el debido proceso


como lo indica el demandante, ya que es necesario tener en cuenta las diferencias
en los procedimientos administrativos y judiciales, tales como: la forma de iniciar
el procedimiento, el régimen aplicable, los recursos, la revocatoria y el control de
legalidad de cada actuación. En cuanto a los recursos, asunto que compete a la
presente demanda, manifiestan que en la actuación administrativa los recursos
contra los actos administrativos son de creación legal.

Señalan que no se vulnera el debido proceso porque en caso de existir alguna


omisión, esta puede ser controlada posteriormente con los recursos administrativos
y en sede jurisdiccional ante lo contencioso administrativo: “puede ser
subsanada mediante los medios de impugnación antes enunciados y, por el
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contrario, se garantiza que se profieran decisiones oportunas, sin que esté


liberado de responsabilidad el funcionario que la profiera”.

Finalmente, consideran que el alcance de la previsión de recursos en materia


administrativa es de libre configuración legislativa y, por tanto, no implica una
violación al debido proceso.

4. Intervenciones ciudadanas

Intervención de Nelson Enrique Rueda Rodríguez

El ciudadano Rueda Rodríguez considera se debe proferir una sentencia inhibitoria.


Sin embargo, en caso de que la Corporación decida pronunciarse de fondo, solicita
la declaratoria de inexequibilidad de la norma acusada.

Según manifiesta en su escrito, el texto de la demanda cumple en principio con los


requisitos de anunciar la disposición acusada y citar normativa constitucional que
considera infringida, no obstante: “en nuestro concepto no cumplió o no
exhibió una verdadera argumentación jurídica de los
cargos”. Específicamente aduce que la demanda no cumple con el presupuesto
de claridad en la medida que no sigue un hilo conductor en la argumentación que
permita al lector comprender el contenido de su demanda y las justificaciones en
las que se basa: “las razones anunciadas en forma vacilante y breve en los
extractos de fondo no son específicas pues lejos están de definir con
claridad la manera como la disposición acusada desconoce o vulnera la
Carta Política. (…) los argumentos son insuficientes en la medida en que
las razones de la demanda de inconstitucionalidad no guardan relación,
con la exposición de todos los elementos de juicio necesarios para iniciar
el estudio de constitucionalidad”.

Por otra parte, frente a la solicitud de inexequibilidad estima el ciudadano que el


auto de pruebas dentro de la actuación administrativa general no es un acto
preparatorio, ya que si bien puede confundirse en el sentido de que es previo al acto
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final, no es menos cierto que puede generar efectos jurídicos definitivos en el


derecho subjetivo de los particulares, y por ello el legislador sí desbordó sus
facultades y vulneró el artículo 29 constitucional al implementar la inexistencia de
recursos.

En ese sentido, para el interviniente resulta ilógico que se pueda atacar en vía
gubernativa el acto definitivo y así, legalizar la omisión legislativa entredicha, pues
en realidad sería generar un proceso dilatorio y en contra de toda eficacia y
celeridad, pues obligaría a que el particular siempre tenga que acudir a mecanismos
verticales sin necesidad alguna, es decir, no sería entendible permitir que la primera
autoridad decida sin fundamento alguno para luego tener que acudir al superior
jerárquico a conocer de un asunto por actuaciones de trámite pero con visos
sustanciales.

Finalmente, concluye con el argumento concerniente a que las decisiones de


carácter probatorio en la actuación procesal administrativa sí pueden generar
efectos jurídicos sobre derechos subjetivos, y por ello les son aplicables no solo los
principios que rigen la función pública y en especial el de igualdad e imparcialidad,
sino que adicionalmente deben buscar la efectividad de derechos fundamentales
plasmados en la misma Carta.

Intervención de Harvey Darío López Cortés y Mónica Hernández Arzayús

Presentan conjuntamente escrito con el propósito de que la norma demandada sea


declarada inexequible por la Corporación puesto que en su criterio se vulneran los
artículos 2º, 4º, 6º y 29 de la Constitución Política.

Señalan que la autoridad administrativa goza de una posición privilegiada, y que en


la relación administración – ciudadano, las actuaciones administrativas no son
omnímodas y unilaterales, sino que se encuentran sujetas a un debido proceso, el
cual se aplica a toda clase de actuaciones administrativas y contiene el derecho a
presentar y controvertir las pruebas que se alleguen en su contra.

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Por consiguiente, indican que la norma demandada “es una norma sospechosa
al estado de cosas constitucional, pues la declaratoria de inconducencia de
una prueba puede conllevar la violación del derecho de defensa y del
debido proceso, con innegable perjuicio para el sujeto procesal al que se
le niega la prueba. No se puede dejar al solo arbitrio de una autoridad
administrativa decidir cuales pruebas considera pertinentes y cuáles no,
hay que permitir que la parte afectada controvierta la decisión del
funcionario ante un superior jerárquico o siquiera mediante reposición”.

V. CONCEPTO DEL PROCURADOR GENERAL DE LA NACION

De conformidad con los artículos 242-2 y 278-5 de la Constitución, el Procurador


General de la Nación rinde concepto de constitucionalidad número 5571, en el que
solicita a la Corte que declaren exequibles las expresiones demandadas del artículo
40 del Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso
Administrativo. En su concepto analiza, en primer lugar, una cuestión previa
referente a una supuesta insuficiencia argumentativa de algunos elementos del
cargo propuesto en la demanda.

En concreto, se estima que dos de los argumentos que fundamentan el cargo


carecen de los mínimos argumentativos ya que para ese despacho no se presenta
contradicción alguna. Además, indica que el cargo de inconstitucionalidad carece
del requisito de suficiencia: “ya que no demuestra de qué manera la aparente
contradicción entre la posibilidad de aportar, pedir y practicar pruebas
vulnera el artículo 29 de la Carta”. Del mismo modo: “el cargo no cumple
con el requisito de pertinencia, ya que introduce razonamientos de orden
puramente legal que carecen de relevancia constitucional”.

Por otra parte, respecto al analisis sobre la constitucionalidad de la norma


demandada a la luz del artículo 29 constitucional, el Ministerio Público encuentra
la configuración de un cargo de inconstitucionalidad adecuadamente formulado,
según el cual no proceden recursos contra el acto que decide la solicitud de pruebas
en el contexto del procedimiento administrativo general.
No. 29
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En primer lugar, considera que la decisión legislativa de no incluir la procedencia


de recursos contra el acto que decide sobre la solicitud de pruebas tiene legitimidad
constitucional toda vez que busca el cumplimiento de fines constitucionalmente
relevantes, tales como el correcto funcionamiento de la administración pública, y
en consecuencia, el cumplimiento de los fines del Estado. En segundo lugar, debido
a que en materia de procedimientos, el legislador cuenta con una amplia facultad de
configuración en virtud de la cual le asiste capacidad para definir las características,
términos, recursos y demás aspectos que integran cada procedimiento judicial o
administrativo, dentro del marco de los principios y valores y de la Constitución.

Además, no se vislumbra vulneración al derecho de contradicción probatoria por


cuanto la misma norma demandada establece la posibilidad de: “pedir y practicar
pruebas de oficio o a petición del interesado sin requisitos especiales”, lo
que no implica que al interesado en la práctica de una determinada prueba se le
impida el derecho de contradicción. De esta manera para el Procurador General de
la Nación: “una cosa es que contra el auto que niega una determinada
prueba no proceda recurso alguno, y otra muy distinta es que dentro de la
páctica de la misma no se pueda ejercer el derecho de contradicción”.

A juicio del órgano de control resultan de enorme relevancia para el examen de


constitucionalidad los principios de economía, celeridad y eficacia, porque
constituyen el fundamento constitucional de la improcedencia de recursos contra el
acto que decide sobre la solicitud de pruebas.

En suma, la Vista Fiscal encuentra que la improcedencia de recursos contra el acto


que decide la solicitud de pruebas se encuentra dentro del marco de configuración
del legislador, pues: i) percibe un fin constitucionalmente legitimo, ya que el
correcto funcionamineto de la administración se encuentra estrechamente ligada al
cumplimiento de los fines del Estado; ii) la medida es necesaria, pues la supresión
de recursos que puedan entorpecer que se profiera un acto administrativo definitivo
es la única medida para asegurar los principios constitucionales de la función
administrativa, en especial, los de economia, celeridad y eficacia; iii) la supresión
de dichos recursos no impone una carga al administrado, porque cuenta con varios
No. 29
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instrumentos que le permiten ejerecer su derecho de defensa y contradicción tales


como: a) la posibilidad de pedir, aportar y practicar pruebas sin requisitos
especiales hasta antes de que se profiera el acto definitivo; b) la admisibilidad de
todos los medios de prueba en dicho trámite; c) la posibilidad de interponer
recursos contra el acto definitivo para que se modifique, aclare, adicione o se
revoque; d) la posibilidad de ejercer los medios de control judicial contra dicho
acto.

VI. CONSIDERACIONES Y FUNDAMENTOS

Competencia

1. La Corte Constitucional es competente para conocer de la presente demanda en


virtud del artículo 241 numeral 4 de la Carta.

Planteamiento del caso.

2. El demandante acusa el contenido normativo del artículo 40 del Nuevo Código


de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo- Ley 1437 de
2001 [en adelante CPACA], según el cual no proceden recursos contra la
actuación del funcionario que decida sobre la solicitud de práctica de
pruebas, antes de que se profiera decisión de fondo.

Para el actor esta disposición vulnera el artículo 29 de la Constitución, respecto del


derecho de contradicción y en lo relacionado con el “derecho a probar”, porque
la afectación que puede sufrir un ciudadano por la decisión de la administración
torna desproporcionada la restricción de controvertir la negativa de practicar una
prueba. De otro lado, se afirma en la acusación que se restringe la garantía de
probar situaciones fácticas en contextos de la relación entre la administración y los
ciudadanos, en los que resulta de suma importancia la constatación de los hechos,
pues de ellos se deriva necesariamente la decisión que adopte el funcionario.

Por su lado, la mayoría de los intervinientes, incluido el Ministerio Público,


consideran que la norma es exequible, pues la restricción contemplada en la norma
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es razonable al tratarse del procedimiento administrativo, cuya naturaleza supone la


consideración de principios relativos a la función de la administración. Explican
que en este tipo de procedimientos resulta importante garantizar los principios de
celeridad y eficacia de la actuación del Estado en la relación con los ciudadanos,
por lo que no resulta imperativo contemplar todas y cada una de las etapas de los
procedimientos judiciales. Explican que el procedimiento administrativo en su
doble connotación, como forma de desarrollar la función pública y como garantía
de los ciudadanos en su trato con la administración, puede carecer de etapas propias
de otro tipo de procedimientos, como los judiciales, pues para ponderar estas dos
dimensiones es posible que el legislador al regular estos procedimientos sopese los
intereses en juego y ceda en alguno de ellos.

Así, encuentran que pese a que la norma acusada en efecto sugiere una limitación al
ejercicio de la contradicción en desarrollo del procedimiento administrativo, no
hace ilusoria su garantía, pues los ciudadanos siempre tienen la oportunidad de
controvertir las decisiones de fondo de la administración mediante la utilización de
los recursos de la vía gubernativa, y además, al hacer uso de esta pueden solicitar la
práctica de pruebas. Agregan que en el procedimiento administrativo la regla
general supone la improcedencia de recursos respecto de los actos preparatorios o
de trámite, dada la posibilidad de oposición respecto de la decisión de fondo, es
decir, del acto administrativo definitivo.

Otros intervinientes le dan la razón al demandante y agregan que el respeto estricto


por el principio de contradicción impide restringir su ejercicio oportuno. Explican
que en materia probatoria lo más importante es lograr que el juez o funcionario
practique la prueba para forjar una convicción sobre una situación fáctica que debe
incidir en su decisión, así que coadyuvan la solicitud de inexequibilidad.

Problema jurídico

4. Corresponde a la Corte Constitucional determinar si la improcedencia de recursos


contra el acto que decide sobre la solicitud de pruebas en una actuación
administrativa vulnera el los derecho los derechos de defensa y contradicción,
especialmente en lo relacionado con la presentación y controversia de pruebas.
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5. Para resolver ese cuestionamiento, la Sala hará referencia (i) al derecho


fundamental al debido proceso administrativo y, en especial, el derecho a aportar y
controvertir las pruebas y (ii) la potestad de configuración legislativa en el diseño
de los procedimientos administrativos. En ese contexto, abordará el cargo de la
demanda.

Antes de iniciar la exposición, sin embargo, la Sala deberá resolver dos aspectos.
Primero, se analizará si existe cosa juzgada, debido a que en la sentencia C-610 de
2012 (M.P. Luis Ernesto Vargas Silva) la Corporación se refirió a una demanda
contra el mismo aparte normativo demandado en esta oportunidad, contenido en el
artículo 40 del CPACA. Segundo, se evaluará la aptitud de la demanda para emitir
un pronunciamiento de fondo.

Ausencia de cosa juzgada.

Si bien durante el proceso, ninguno de los intervinientes se refirió a la posible


existencia de cosa juzgada constitucional sobre el problema jurídico planteado, el
actor sí advirtió que el enunciado normativo que cuestiona fue previamente
demandado ante la Corte Constitucional. La Sala constata que en la sentencia C-
610 de 2012,[4] el demandante pretendió la inexequibilidad parcial del artículo 40
del CPACA en un escrito que censuraba exactamente el mismo fragmento
normativo que la Sala deberá estudiar en este caso.

A pesar de ello, no se verifica la existencia de cosa juzgada constitucional, pues en


esa oportunidad la decisión de la Corte fue inhibitoria. Ello ocurrió porque el actor
cuestionaba la inexistencia del recurso contra el acto que decide pruebas, como si
se tratara de la denegación de un recurso judicial, propio del ámbito contencioso
administrativo. La ausencia de certeza, explicó la Sala Plena, incidía también en
la pertinencia y suficiencia de la demanda, pues la argumentación del actor pasó
por alto las diferencias relevantes entre los trámites o actuaciones administrativas y
los procesos judiciales.

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Un fallo inhibitorio, por definición, implica que la Corte se abstuvo de


pronunciarse sobre la conformidad o inconformidad de una norma con la Carta
Política y, por lo tanto, no hace tránsito a cosa juzgada. En consecuencia, la
sentencia C-610 de 2012[5] no constituye un obstáculo para abordar el estudio del
cargo propuesto en la demanda.

De la aptitud de la demanda.

Uno de los intervinientes,[6] cuestionó la aptitud de la demanda, pues considera


que el actor no cumplió los requisitos argumentativos
de claridad, especificidad y suficiencia, necesarios para que la Corte
Constitucional pueda pronunciarse de fondo. Para el ciudadano, el demandante
presentó razones de manera breve, sin explicar cómo el enunciado demandado
desconoce la Constitución Política y “sin relación con todos los elementos de
juicio necesarios para iniciar el estudio de constitucionalidad”.

El señor Procurador General de la Nación manifestó también dudas sobre


la suficiencia y pertinencia de algunos argumentos presentados en la demanda,
aunque sus reparos son de menor entidad, pues señaló que la demanda sí estructura
un problema de constitucionalidad. En lo pertinente, el Jefe del Ministerio Público
señaló que “[el actor]no demuestra de qué manera la aparente contradicción
entre la posibilidad de aportar, pedir y practicar pruebas vulnera el
artículo 29 de la Carta” y que “el cargo no cumple con el requisito de
pertinencia, ya que introduce razonamientos de orden puramente legal que
carecen de relevancia constitucional”.

Pues bien, de conformidad con el artículo 2º del Decreto 2067 de 1992, las
demandas de inconstitucionalidad deben cumplir requisitos formales mínimos, que
se concretan en (i) señalar las normas acusadas y las que se consideren infringidas,
(ii) referirse a la competencia de la Corte para conocer del acto demandado, (iii)
explicar el trámite desconocido en la expedición del acto, de ser necesario; y (iv)
presentar las razones de la violación.

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La última de esas condiciones exige al ciudadano asumir cargas argumentativas


mínimas, con el propósito de evitar que, de una parte, la Corporación establezca
por su cuenta las razones de inconstitucionalidad, convirtiéndose entonces en juez y
parte del trámite, y generando una intromisión desproporcionada del Tribunal
Constitucional en las funciones propias del Congreso de la República; y, de otra
parte, que ante la ausencia de razones comprensibles, que cuestionen seriamente la
presunción de corrección de las decisiones adoptadas en el foro democrático, deba
proferirse un fallo inhibitorio, frustrándose así el objetivo de la acción de
inconstitucionalidad.

En ese orden de ideas, las razones de inconstitucionalidad deben ser (i) claras, es
decir, seguir un curso de exposición comprensible y presentar un razonamiento
inteligible sobre la presunta inconformidad entre la ley y la Constitución;
(ii) ciertas, lo que significa que no deben basarse en interpretaciones puramente
subjetivas, caprichosas o irrazonables de los textos demandados, sino exponer un
contenido normativo que razonablemente pueda atribuírseles; (iii) específicas, lo
que excluye argumentos genéricos o excesivamente vagos; (iv) pertinentes,de
manera que planteen un problema de constitucionalidad y no de conveniencia o
corrección de las decisiones legislativas, observadas desde parámetros diversos a
los mandatos del Texto Superior; y (v) suficientes; esto es, capaces de generar una
duda inicial sobre la constitucionalidad del enunciado o disposición
demandada”. [7]

En el asunto objeto de estudio, la Sala estima que la demanda sí cumplió con esas
cargas, ya que debe recordarse que la exigencia planteada en la jurisprudencia
constitucional para estudiar un problema constitucional se concreta en que el
peticionario formule al menos un cargo concreto de inconstitucionalidad. Por
ello, en este escenario opera el principio pro actione, o a favor de la emisión de
un pronunciamiento de fondo, siempre que las falencias de la demanda no resulten
insuperables.

En ese marco, la Sala pasa a explicar por qué en este caso sí existe un argumento
claro, cierto, específico, pertinente y suficiente:

No. 29
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El actor cuestiona una norma que determina la inexistencia de recursos contra el


acto que decide una solicitud de pruebas dentro de la actuación administrativa,
contenido normativo que efectivamente corresponde al artículo 40 del CPACA,
cumpliéndose el requisito de certeza.

Afirma que la inexistencia de ese recurso viola contenidos concretos del artículo 29
de la Constitución. Los derechos a la defensa y contradicción, debido a la
imposibilidad de controvertir una decisión que niega el decreto de pruebas. Añade
que la posibilidad de aportar pruebas comporta la facultad de actuar oportunamente
y considera que no hacerlo en el momento adecuado implica la imposibilidad de
una adecuada defensa en las instancias posteriores en que se discuta la legalidad de
la actuación. De esa manera satisface los requisitos
de especificidad ypertinencia, pues sus inquietudes no
son vagas o indeterminadas, ni plantean parámetros de control ajenos a la
Constitución Política.

Más aún, su punto de vista genera una duda inicial sobre la presunción de
constitucionalidad de la norma demandada pues, de hallarse fundado el cargo, el
Legislador habría desconocido uno de los derechos cardinales del Estado
constitucional, lo que demuestra la suficiencia de la demanda. Y, finalmente,
entender esos cuestionamientos no genera dificultad alguna. Resulta notable, al
respecto, que todos los intervinientes se pronunciaron sobre el mismo problema
jurídico, lo que demuestra prima facie, la capacidad de la demanda para transmitir
un problema de constitucionalidad con claridad.

Ahora bien, las inquietudes del señor Nelson Rueda y la Procuraduría General de la
Nación son comprensibles, pues el actor intentó fortalecer ese argumento central (y
apto para emitir un fallo de fondo), con una propuesta adicional, relacionada con
una contradicción normativa interna que en su concepto se encuentra latente en el
artículo 40 del CPACA. Afirmó, en tal sentido, que el Legislador se contradijo al
establecer que los interesados pueden solicitar y aportar pruebas sin ningún
requisito especial; y prescribir, en la misma disposición, que no existen recursos
para controvertir el acto que decida tales solicitudes.

No. 29
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Ese argumento adicional carece de certeza, pues no resulta evidente que los dos
enunciados normativos (potestad de solicitar y aportar pruebas, de una parte; e
imposibilidad de recurrir las decisiones administrativas sobre ese requerimiento, de
otra) representen un conflicto normativo. Y aún si se aceptara esa premisa, no
resultaríapertinente, pues pretende que el Tribunal se encargue de la solución de
una (supuesta) antinomia legal, y no de defender la supremacía de la Constitución.

Sin embargo, la Sala deja nota de esa insuficiencia argumentativa considerando


que, en alguna medida, condiciona los juicios de constitucionalidad presentados en
la demanda. Este aspecto, sin embargo, se verá al abordar el estudio de fondo del
cargo.

Finalmente, en contra de lo que sostuvo uno de los intervinientes,[8] es necesario


resaltar que la claridad, especificidad y suficiencia de una acusación no riñe
con su brevedad. No existe en la jurisprudencia constitucional un requisito
de abundancia argumentativa como el que propone. Por el contrario, la
sencillez expositiva en ocasiones contribuye a la adecuada comprensión de los
cargos.

El debido proceso administrativo y la facultad de aportar y controvertir las


pruebas.

El debido proceso es un derecho fundamental. Posee una estructura compleja, en


tanto se compone por un plexo de garantías que deben ser observadas en todo
procedimiento administrativo o judicial, escenarios en los que operan como
mecanismo de protección a la autonomía y libertad del ciudadano y límites al
ejercicio del poder público. Por ese motivo, el debido proceso es también un
principio inherente al Estado de Derecho, cuyas características esenciales son el
ejercicio de funciones bajo parámetros normativos previamente establecidos y la
erradicación de la arbitrariedad. Así lo ha explicado la Corte:

“(…) el derecho al debido proceso se muestra como desarrollo del


principio de legalidad, pues representa un límite al ejercicio del poder
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público, y en particular, al ejercicio del ius puniendi del Estado. En


virtud del citado derecho, las autoridades estatales no podrán actuar en
forma omnímoda, sino dentro del marco jurídico definido
democráticamente, respetando las formas propias de cada juicio y
asegurando la efectividad de aquellos mandatos que garantizan a las
personas el ejercicio pleno de sus derechos".[9]

En ese contexto, la jurisprudencia constitucional ha definido el debido proceso


como el conjunto de etapas, exigencias o condiciones establecidas por la ley, que
deben concatenarse al adelantar todo proceso judicial o administrativo.[10] Entre
estas se cuentan el principio de legalidad, el derecho al acceso a la jurisdicción y a
la tutela judicial efectiva de los derechos humanos, el principio del juez natural, la
garantía de los derechos de defensa y contradicción, el principio de doble instancia,
el derecho de la persona a ser escuchada y la publicidad de las actuaciones y
decisiones adoptadas en esos procedimientos.[11]

Esas garantías se encuentran relacionadas entre sí, de manera que -a modo de


ejemplo- el principio de publicidad y la notificación de las actuaciones constituyen
condición para el ejercicio del derecho de defensa, y la posibilidad de aportar y
controvertir las pruebas, una herramienta indispensable para que las decisiones
administrativas y judiciales se adopten sobre premisas fácticas plausibles. De esa
forma se satisface también el principio de legalidad, pues solo a partir de una
vigorosa discusión probatoria puede establecerse si en cada caso se configuran los
supuestos de hecho previstos en las reglas legislativas y qué consecuencias
jurídicas prevé el derecho para esas hipótesis.[12]

Una de las notas más destacadas de la Constitución Política de 1991 es la extensión


de las garantías propias del debido proceso a las actuaciones
administrativas.[13] Ello demuestra la intención constituyente de establecer un
orden normativo en el que el ejercicio de las funciones públicas se encuentra sujeto
a límites destinados a asegurar la eficacia y protección de la persona, mediante el
respeto por sus derechos fundamentales. El Estado Constitucional de Derecho es,
desde esta perspectiva, un conjunto de garantías de esos derechos, al tiempo que las
normas que determinan la estructura del Estado y sus instituciones deben
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interpretarse en función de esas garantías. En la sentencia C-980 de 2010, señaló la


Sala Plena:

“Así entendido, en el ámbito de las actuaciones administrativas, el


derecho al debido proceso hace referencia al comportamiento que
deben observar las autoridades públicas en el ejercicio de sus
funciones, en cuanto éstas se encuentran obligadas a “actuar conforme
a los procedimientos previamente establecidos en la ley, con el fin de
garantizar los derechos de quienes puedan resultar afectados por las
decisiones de la administración que crean, modifican o extinguen un
derecho o imponen una obligación o una sanción”[14]|| 5.5. En el
propósito de asegurar la defensa de los administrados, la jurisprudencia
ha señalado que hacen parte de las garantías del debido proceso
administrativo, entre otros, los derechos a: (i) ser oído durante toda la
actuación, (ii) a la notificación oportuna y de conformidad con la
ley, (iii) a que la actuación se surta sin dilaciones injustificadas, (iv) a
que se permita la participación en la actuación desde su inicio hasta su
culminación, (v) a que la actuación se adelante por autoridad
competente y con el pleno respeto de las formas propias previstas en el
ordenamiento jurídico, (vi) a gozar de la presunción de inocencia, (vii)
al ejercicio del derecho de defensa y contradicción, (viii) a solicitar,
aportar y controvertir pruebas, y (ix) a impugnar las decisiones y a
promover la nulidad de aquellas obtenidas con violación del debido
proceso”.[15]

En la sentencia C-089 de 2011,[16] la Corporación profundizó en algunas


características del derecho fundamental al debido proceso administrativo,
distinguiendo su proyección y alcance en los momentos previos y posteriores de
toda actuación:

“Así mismo, la jurisprudencia constitucional ha


diferenciado entre las garantías previas y posterioresque
implica el derecho al debido proceso en materia
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administrativa. Las garantías mínimas previas se


relacionan con aquellas garantías mínimas que
necesariamente deben cobijar la expedición y ejecución
de cualquier acto o procedimiento administrativo, tales
como el acceso libre y en condiciones de igualdad a la
justicia, el juez natural, el derecho de defensa, la
razonabilidad de los plazos y la imparcialidad, autonomía
e independencia de los jueces, entre otras. De otro lado,
las garantías mínimas posteriores se refieren a la
posibilidad de cuestionar la validez jurídica de una
decisión administrativa, mediante los recursos de la vía
gubernativa y la jurisdicción contenciosa
administrativa.[17]

7. La extensión de las garantías del debido proceso al ámbito


administrativo no implica, sin embargo, que su alcance sea idéntico
en la administración de justicia y en el ejercicio de la función
pública. A pesar de la importancia que tiene para el orden
constitucional la vigencia del debido proceso en todos los
escenarios en los que el ciudadano puede ver afectados sus
derechos por actuaciones públicas (sin importar de qué rama
provienen), es necesario que la interpretación de las garantías que
lo componen tome en consideración los principios que caracterizan
cada escenario, así como las diferencias que existen entre ellos.

En relación con el debido proceso administrativo, debe recordarse


que su función es la de permitir un desarrollo adecuado de la
función pública, persiguiendo el interés general y sin desconocer los
derechos fundamentales, bajo los principios orientadores del
artículo 209 de la Carta Política. Ello explica, como lo ha señalado
la Corte, que el debido proceso administrativo deba armonizar los

No. 29
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mandatos del artículo 29 Superior con los principios del artículo


209, ibídem.[18] Y, en términos concretos, que las garantías deban
aplicarse asegurando también la eficacia, celeridad, economía e
imparcialidad en la función pública.

Estas consideraciones fueron inicialmente planteadas en la


sentencia C-610 de 2012[19] y reiteradas en la sentencia C-640 de
2002,[20] a la que se hizo referencia al momento de estudiar la
eventual existencia de cosa juzgada constitucional. Por su
importancia, se trascriben los apartes centrales de esas decisiones,
a pesar de su extensión:[21]

“(…) podría interpretarse la demanda en el sentido que lo que el


demandante quiso exponer en su censura fue que resultaba contrario al
artículo 29 de la Carta que consagra el debido proceso también para las
actuaciones administrativas, el que no se previeran recursos para
controvertir el acto proferido por una autoridad administrativa en
relación con solicitudes probatorias en el marco de una actuación de
esta índole. (…) Un planteamiento de esta naturaleza debe partir de la
identificación del tipo de procedimiento administrativo de que se trata
(general)[22], y tomar en cuenta las específicas exigencias que plantea
el debido proceso administrativo (art. 29 C.P.) en conjunción con los
principios que rigen la función pública (Art. 209 C.P.)., aspectos que
claramente no se mencionan en la demanda. (…) Si bien la
jurisprudencia constitucional ha establecido que las garantías mínimas
propias del derecho fundamental al debido proceso, son aplicables al
procedimiento administrativo (…), también ha advertido sobre las
importantes diferencias que existen entre uno y otro procedimiento,
derivadas de las distintas finalidades que persiguen.

En este sentido ha indicado que ‘Mientras el primero busca la


resolución de conflictos de orden jurídico, o la defensa de la
supremacía constitucional o del principio de legalidad, el
No. 29
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segundo tiene por objeto el cumplimiento de la función


administrativa en beneficio del interés general. Esta dualidad
de fines hace que el procedimiento administrativo sea, en
general, más ágil, rápido y flexible que el judicial, habida
cuenta de la necesaria intervención de la Administración en
diversas esferas de la vida social que requieren de una eficaz y
oportuna prestación de la función pública. No obstante,
paralelamente a esta finalidad particular que persigue cada uno
de los procedimientos, ambos deben estructurarse como un
sistema de garantías de los derechos de los administrados,
particularmente de las garantías que conforman el debido
proceso”[23].

La imposibilidad de realizar una traslación mecánica de los contenidos


del debido proceso judicial al debido proceso administrativo se
fundamenta en que este último se encuentra regido por una doble
categoría de principios rectores de rango constitucional que el
legislador debe tener en cuenta a la hora de diseñar los procedimientos
administrativos, de un lado, las garantías adscritas al debido proceso
(art. 29) y de otra, los principios que gobiernan el recto ejercicio de la
función pública (Art. 209). Al respecto la jurisprudencia de esta Corte
señaló: ‘a partir de una concepción del procedimiento
administrativo que lo entiende como un conjunto de actos
independientes pero concatenados con miras a la obtención de
un resultado final que es la decisión administrativa definitiva,
cada acto, ya sea el que desencadena la actuación, los
instrumentales o intermedios, el que le pone fin, el que
comunica este último y los destinados a resolver los recursos
procedentes por la vía gubernativa, deben responder al
principio del debido proceso. Pero como mediante el
procedimiento administrativo se logra el cumplimiento de la
función administrativa, el mismo, adicionalmente a las
No. 29
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garantías estrictamente procesales que debe contemplar, debe


estar presidido por los principios constitucionales que
gobiernan la función publica y que enuncia el canon 209
superior. Estos principios son los deigualdad, moralidad, eficacia,
economía, celeridad, imparcialidad y publicidad’”.[24]

De lo expuesto, es posible concluir que (i) el debido proceso se


desarrolla a partir del conjunto de exigencias y condiciones
previstas por la ley para adelantar un procedimiento administrativo y
judicial; (ii) está provisto de garantías mínima definidas en la Carta
Política y la jurisprudencia constitucional, las cuales deben ser
observadas por el Legislador al regular cada procedimiento; (iii) la
extensión del debido proceso al ámbito de la administración es una
característica de especial relevancia en el diseño constitucional del
año 1991, de manera que en todas las actuaciones de las
autoridades públicas debe asegurarse la participación del
interesado, y sus derechos de defensa y contradicción; pero (iv), a
pesar de ello no es posible trasladar irreflexivamente el alcance de
las garantías judiciales a las administrativas porque en el segundo
ámbito existe una vinculación a dos mandatos constitucionales, que
deben ser armónicamente satisfechos. De una parte, las del artículo
29 Constitucional y de otra parte, las del debido proceso
administrativo, definidas en el artículo 209 de la Carta Política (y
actualmente desarrolladas por el Legislador en el artículo 3º del
CPACA). Por ello, el segundo es más ágil rápido y flexible.

El derecho a aportar y controvertir las pruebas, como


componente del derecho fundamental al debido proceso.

El problema jurídico planteado en esta oportunidad atañe al derecho a presentar


pruebas, el cual ha sido considerado como un derecho fundamental autónomo, a la

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vez que una de las garantías del más amplio derecho al debido proceso [C-598 de
2011].[25]

La importancia de las pruebas en todo procedimiento es evidente, pues solo a través


de una vigorosa actividad probatoria, que incluye la posibilidad de solicitar, aportar
y controvertir las que obran en cada trámite, puede el funcionario administrativo o
judicial alcanzar un conocimiento mínimo de los hechos que dan lugar a la
aplicación de las normas jurídicas pertinentes, y dar respuesta a los asuntos de su
competencia ciñéndose al derecho sustancial. En la sentencia C-1270 de
2000,[26] la Corporación se refirió al alcance del derecho a presentar y controvertir
pruebas, en el escenario de los conflictos propios del derecho laboral:

“3.2. Aun cuando el artículo 29 de la Constitución confiere al


legislador la facultad de diseñar las reglas del debido proceso y, por
consiguiente, la estructura probatoria de los procesos, no es menos
cierto que dicha norma impone a aquél la necesidad de observar y
regular ciertas garantías mínimas en materia probatoria. En efecto,
como algo consustancial al derecho de defensa, debe el legislador
prever que en los procesos judiciales se reconozcan a las partes los
siguientes derechos: i) el derecho para presentarlas y solicitarlas; ii) el
derecho para controvertir las pruebas que se presenten en su contra; iii)
el derecho a la publicidad de la prueba, pues de esta manera se asegura
el derecho de contradicción; iv) el derecho a la regularidad de la
prueba, esto es, observando las reglas del debido proceso, siendo nula
de pleno derecho la obtenida con violación de éste; v) el derecho a que
de oficio se practiquen las pruebas que resulten necesarias para
asegurar el principio de realización y efectividad de los derechos (arts.
2 y 228); y vi) el derecho a que se evalúen por el juzgador las pruebas
incorporadas al proceso.

3.3. Siendo el proceso un conjunto sucesivo y coordinado de


actuaciones en virtud del cual se pretende, hacer efectivo el derecho
objetivo, restablecer los bienes jurídicos que han sido lesionados o
puestos en peligro y garantizar los derechos fundamentales de las
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personas, resulta razonable que el legislador haya determinado unas


oportunidades dentro del proceso en donde las partes puedan presentar
y solicitar pruebas, y el juez, pronunciarse sobre su admisibilidad y
procedencia, e incluso para ordenarlas oficiosamente y, además,
valorarlas”.

En la sentencia C-537 de 2006 la Corte Constitucional hizo una amplia referencia


al alcance del derecho a probar. Aunque la providencia se ocupaba del ámbito
penal, donde las garantías judiciales irradian su mayor fuerza normativa, con el
propósito de prevenir restricciones injustificadas de la libertad personal, sus
consideraciones son relevantes como marco ilustrativo del alcance de este derecho:

“El artículo 29 constitucional consagra el derecho fundamental a


presentar pruebas y a controvertir las que se alleguen en contra del
procesado. Se trata de una de las dimensiones más importantes del
derecho de defensa, en el sentido de poder utilizar los medios de
prueba legítimos, idóneos y pertinentes y a controvertir la evidencia
presentada por los otros sujetos procesales. En tal sentido, la Corte ha
considerado que (i) el juez sólo puede condenar con base en pruebas
debidamente controvertidas que lo llevan a la certeza de la
responsabilidad del procesado[27]; (ii) se trata de una garantía[28] que
debe ser respetada en cualquier variedad de proceso judicial o
administrativo; (iii) para la validez y valoración de las pruebas deberá
garantizarse a la contraparte el escenario para controvertirlas dentro del
proceso en el que se pretenda hacerlas valer[29]; (iv) el funcionario
judicial vulnera el derecho de defensa y desconoce el principio de
investigación integral, en aquellos casos en los cuales deja de solicitar,
o practicar sin una justificación objetiva y razonable, aquellas pruebas
que resultan fundamentales para demostrar las pretensiones de la
defensa[30]; (v) en virtud del derecho de contradicción, el procesado
tiene derecho a oponer pruebas a aquellas presentadas en su contra,
vulnerándose esta garantía cuando “se impide o niega la práctica de
pruebas pertinentes, conducentes y oportunas en el
proceso”[31]; por otro lado, se refiere a la facultad que tiene la
No. 29
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persona para participar efectivamente en la producción de la prueba,


“por ejemplo interrogando a los testigos presentados por la otra
parte o por el funcionario investigador”[32] y exponer sus
argumentos en torno a lo que prueban los medios de prueba; y (vi) el
núcleo esencial del derecho de defensa comprende la posibilidad real y
efectiva de controvertir las pruebas.[33]

En ese sentido, es posible concluir que la pluralidad de principios del debido proceso
administrativo involucra los derechos de defensa y contradicción, ambos con
naturaleza y estructura autónoma de derecho fundamental. En tal sentido, en
sentencia T-1341 de 2001, la Corte sentenció: “i.) La efectividad de ese derecho en
las instancias administrativas supone la posibilidad de que el administrado
interesado en la decisión final que se adopte con respecto de sus derechos e
intereses, pueda cuestionarla y presentar pruebas, así como controvertir las que se
alleguen en su contra (CP, art. 29), pues, a juicio de la Corte, de esta forma se
permite racionalizar el proceso de toma de decisiones administrativas, en tanto que
<ello evidentemente constituye un límite para evitar la arbitrariedad del poder
público>.[34]

Y, en lo atinente a la estructura probatoria de los procesos judiciales, ha puntualizado:

“2.1.....Parte esencial de dichos procedimientos lo constituye todo lo


relativo a la estructura probatoria del proceso, conformada por los
medios de prueba admisibles, las oportunidades que tienen los sujetos
procesales para pedir pruebas, las atribuciones del juez para decretarlas
y practicarlas, la facultad oficiosa para producir pruebas, y las reglas
atinentes a su valoración. || 2.2. Aun cuando el art. 29 de la
Constitución confiere al legislador la facultad de diseñar las reglas del
debido proceso y, por consiguiente, la estructura probatoria de los
procesos, no es menos cierto que dicha norma impone a aquél la
necesidad de observar y regular ciertas garantías mínimas en materia
probatoria. En efecto, como algo consustancial al derecho de defensa,
debe el legislador prever que en los procesos judiciales se reconozcan a
las partes los siguientes derechos: i) el derecho para presentarlas y
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solicitarlas; ii) el derecho para controvertir las pruebas que se presenten


en su contra; iii) el derecho a la publicidad de la prueba, pues de esta
manera se asegura el derecho de contradicción; iv) el derecho a la
regularidad de la prueba, esto es, observando las reglas del debido
proceso, siendo nula de pleno derecho la obtenida con violación de
éste; v) el derecho a que de oficio se practiquen las pruebas que
resulten necesarias para asegurar el principio de realización y
efectividad de los derechos (arts. 2 y 228); y vi) el derecho a que se
evalúen por el juzgador las pruebas incorporadas al proceso”.[35]

A continuación, la Sala explicará con más detalle el alcance de la


potestad de configuración legislativa en materia de procedimientos
administrativos, y los límites que le impone la Constitución Política.
Potestad de configuración legislativa en materia de
procedimientos administrativos.

Colombia es un Estado organizado en forma de república democrática (Preámbulo,


artículos 1º y 2º CP), que consagra los principios de división de poderes y
colaboración armónica (artículo 113 CP), y plantea la creación de leyes por parte
del Congreso elegido por voto popular universal, atendiendo a la soberanía del
pueblo (artículos 3º y 40 CP). Esas características representan los principios
democrático y de separación de funciones, y fundamentan la competencia genérica
del Congreso, de ‘hacer las leyes’ o la cláusula general de competencia del
Congreso, como lo establecen los artículos 150 y 114 de la Constitución
Política.[36]

La competencia general de hacer las leyes es amplia, como se desprende de la


literalidad de las normas constitucionales citadas, como ocurre en toda república
democrática. Tanto las cláusulas relativamente abiertas e indeterminadas de la
Constitución, como los espacios ausentes de una regulación superior, otorgan al
Legislador un amplio margen de elecciones políticas, susceptibles de ser definidas
en discusión democrática. Por esa razón, la Corte Constitucional sostiene, en
jurisprudencia uniforme y constante, que el Legislador cuenta con un a amplia

No. 29
Continuación del auto No. DE Página 51 de 149

potestad de configuración del derecho, y correlativamente, que el control que


se ejerce sobre la constitucionalidad de las leyes parte de un respeto o deferencia
hacia las decisiones del Congreso de la República.

Pero Colombia no es solo un Estado democrático y republicano, sino también un


Estado constitucional de derecho, organización que puede concebirse como un
sistema de garantías de los derechos fundamentales, fundamento y fin último de
toda la estructura estatal; y cuya orientación a la satisfacción de un conjunto de
principios fundantes persigue también la eliminación de la arbitrariedad en el
ejercicio de las funciones de las autoridades públicas, de manera que el amplio
margen de configuración del derecho es, en cualquier caso, un margen y sus
contornos están delineados por las normas superiores de la Constitución Política.

Así las cosas, el Legislador tiene la potestad de transformar en leyes de la


República sus decisiones políticas, mediante la discusión democrática. Sin
embargo, está sujeto al respeto por las normas de la Constitución Política y muy
especialmente a asegurar la vigencia y eficacia de los derechos fundamentales; y
corresponde al Tribunal Constitucional evaluar el respeto de esos principios
mediante análisis de razonabilidad y proporcionalidad de las decisiones
legislativas.

Además de este panorama general sobre la cláusula general del Congreso, existen
escenarios específicos en los que la Constitución prevé expresamente la necesidad
de un desarrollo legislativo, o incluso establece reserva para el desarrollo de
determinados temas, en cabeza del Legislador, lo que excluye la participación de
otras autoridades en el desarrollo de esas materias. En esos espacios, el margen de
acción del Legislador es aún más amplio, como lo ilustran especialmente los
ámbitos tributario y penal.

12. En la misma dirección, la Corporación ha explicado que corresponde al


Legislador el desarrollo del debido proceso, mediante la definición legal de las
normas que estructuran los procedimientos judiciales y administrativos, ámbito en
el que le corresponde establecer su objeto, etapas, términos, recursos, y demás

No. 29
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elementos propios de cada actuación. En la sentencia C-598 de 2011 (MP. Jorge


Ignacio Pretelt Chaljub; SPV. María Victoria Calle Correa], expresó la Corte:

“Se ha entendido, entonces, que en materia de procedimientos la


libertad de configuración posee mayor amplitud que en otros
ámbitos, pues así lo disponen los artículos 150 constitucional,
numeral 1 y 2, en concordancia con los artículos 29,86,87,228 y 229
constitucionales, que lo facultan para establecer requisitos, tiempos,
procedimientos, recursos, etc., de manera que el Legislador puede
regular el derecho de acceso a la administración de justicia pero
no tornarlo ilusorio, “razón por la que se exige que las restricciones
que en virtud de esa potestad legislativa se lleguen a imponer, deben
ser proporcionales frente a este derecho fundamental y al principio
constitucional consagrado en el artículo 238, según el cual lo sustancial
debe primar sobre lo formal”[37].

En ese marco, es posible concluir que (i) el Legislador posee una facultad de
configuración de procedimientos administrativos de especial amplitud; (ii) dentro
de esa potestad se incluye el diseño de los procedimientos, sus etapas, recursos y
términos, entre otros aspectos; (iii) la regulación de esos procedimientos no puede
desconocer los mínimos expresamente establecidos en la Constitución (artículo 29
y 228) y la jurisprudencia constitucional; (iv) además de esos mínimos, la
regulación legislativa debe respetar los principios superiores de la Constitución,
aspecto que (iv) corresponde verificar a este Tribunal, cuando así lo requiera
fundadamente un ciudadano, y bajo los lineamientos de los principios de
razonabilidad y proporcionalidad.

Análisis de constitucionalidad de la norma acusada

1. El artículo 40 del CPACA establece las reglas generales sobre el decreto de


pruebas en las actuaciones administrativas. Prescribe que podrán aportarse, pedirse
y practicarse durante toda la actuación, hasta antes de que se adopte la decisión
definitiva. Indica que pueden incorporarse de oficio o a petición de parte, sin

No. 29
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requisitos especiales. Y explica que el interesado puede controvertirlas en todo


momento, antes de la decisión definitiva.

2. El aparte demandado, y contenido también en el artículo 40 (CPACA) prevé que


no podrá ejercerse ningún recurso contra el acto que decida sobre la petición de
pruebas, y es ese aspecto el que en concepto del demandante se opone a la
Constitución Política, por restringir injustificadamente el debido proceso, en las
facetas de defensa y contradicción.

3. En concepto de la Sala, como se afirmó al analizar la aptitud de la demanda, el


actor plantea un problema que evidencia una tensión normativa entre diversos
principios del orden constitucional. Sin embargo, el adecuado análisis de esa
tensión requiere de elementos adicionales a los que presenta en su argumentación y
que, en cambio, son aportados por otros intervinientes y la Procuraduría General de
la Nación. (Al respecto, ver las consideraciones sobre la aptitud de la
demanda, supra; pgs. 11-13)

4. En primer término, el actor considera que la inexistencia de recursos en esta


etapa del trámite le impide al interesado probar la situación de hecho que
condiciona el resultado de la actuación, y que esa limitación es insuperable pues se
proyecta en la decisión final y en el conjunto de materias que podrán discutirse en
vía jurisdiccional. En otros términos la decisión sobre la práctica de pruebas
marcaría el destino del trámite y posiblemente la eficacia de los derechos de la
persona inmersa en el trámite administrativo.

Es comprensible que con la pretensión de fortalecer su razonamiento, el actor


asuma la crítica de la norma como el cierre definitivo de las oportunidades
probatorias. Pero el análisis de constitucionalidad requiere tomar en cuentatodos
los elementos normativos relevantes, o al menos efectuar un esfuerzo para
lograr su incorporación. En ese orden de ideas, es necesario aclarar que si bien la
norma impide el ejercicio de recursos en un momento específico de la actuación
administrativa, no implica la clausura del derecho a aportar pruebas, ni de la
controversia fáctica dentro de esos trámites.

No. 29
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Así, la facultad de aportar pruebas se mantiene en la norma citada (Artículo 40


CPACA) durante toda la actuación, e incluso al momento de ejercer los recursos de
reposición o apelación contra el acto definitivo, etapa en que el actor puede discutir
la decisión que negó su solicitud de pruebas y las consecuencias que esa
determinación produjo en el acto administrativo definitivo. De igual manera, la
controversia sobre el material aportado se extiende hasta el momento en que se
produzca ese acto definitivo, consideraciones que se desprenden del alcance literal
del artículo 40 del CPACA, y que no suponen contradicción alguna con el
segmento demandado, como se indicó al analizar la aptitud de la demanda.

Por lo tanto, el aparte acusado del artículo 40, CPACA, no imposibilita o prohíbe el
ejercicio de los derechos de aportar pruebas y controvertirlas durante la actuación
administrativa, ni se proyecta inevitablemente en las decisiones ulteriores como
propone el actor. La norma no elimina los derechos de contradicción y defensa sino
que plantea una restricción a su ejercicio en un momento específico de la
actuación.

5. Ahora bien, las tensiones entre mandatos de la Constitución pueden presentarse


no solo entre derechos fundamentales, sino entre estos y otras normas superiores, y
así ocurre en esta oportunidad. En primer término, el conflicto involucra, además
del debido proceso (Artículo 29 CP), la potestad de configuración legislativa
prevista en los artículos 150 y 114 de la Constitución Política, y de especial
amplitud en materia de diseño de procedimientos administrativos y judiciales.

En concordancia con lo dispuesto por esos mandatos superiores, la Corporación ha


señalado que corresponde al Legislador establecer los recursos que operan en cada
procedimiento, así como adoptar la decisión de preservarlos, modificarlos o
eliminarlos, y ello implica además el respeto por el principio democrático. Es
decir, por la soberanía del pueblo para adoptar las normas jurídicas a través de
representantes elegidos por vía voto popular.

6. Además, si bien una de las características más destacadas del orden


constitucional adoptado en 1991 es la extensión de las garantías del debido proceso
a toda actuación administrativa, también ha señalado la Corte que su extensión y
No. 29
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aplicación no es idéntica a la que se efectúa en el ámbito judicial. Como se indicó


en los fundamentos normativos de esta providencia, ello obedece a dos razones:

6.1. La primera es que el debido proceso judicial se encuentra ligado a la


materialización de los derechos, la protección de la Constitución o de la ley; en
tanto que la actuación administrativa atañe al adecuado ejercicio de funciones
públicas de diversa naturaleza para la satisfacción de los intereses de toda la
comunidad. Por ello, también ha puntualizado la Corte, la segunda debe ceñirse a la
vez a los artículos 29 y 209, Superiores.

Además, (6.2.) los procesos judiciales deben otorgar una respuesta definitiva a los
conflictos sociales, en tanto que las actuaciones administrativas son susceptibles de
control ante la jurisdicción. Por ello, aunque el debido proceso se aplica en toda
actuación administrativa o judicial, en el primer escenario ocurre bajo estándares
más flexibles para asegurar la eficiencia, eficacia, celeridad y economía por parte
de la Administración.

7. Así las cosas, si de una parte la disposición acusada restringe los derechos de
defensa y contradicción en materia probatoria, en una etapa específica de la
actuación administrativa; desde la otra orilla del conflicto, el principio democrático,
la potestad de configuración legislativa y los principios de la función pública,
sugieren la validez de la regulación demandada. Este tipo de conflictos, de
conformidad con la jurisprudencia constitucional deben resolverse mediante el
análisis de razonabilidad y proporcionalidad de la medida.

La sentencia C-673 de 2001 (M.P. Manuel José Cepeda Espinosa) consolidó la


metodología del test integrado de este tipo de examen, que involucra el escrutinio
de la razonabilidad y proporcionalidad de la medida, bajo distintos niveles de
intensidad, en virtud de un análisis sobre el tipo de medida, el alcance de la
potestad de configuración legislativa en cada ámbito normativo, y la posible
afectación a derechos fundamentales, o a personas y grupos a quienes la
Constitución depara un grado reforzado de protección.

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8. Dentro de los tres niveles en que puede desarrollarse el test integrado (leve,
intermedio y estricto), el examen leve de razonabilidad se limita a establecer
la legitimidad del fin y la adecuación de la medida para alcanzarlo. Ese análisis
persigue principalmente la eliminación de la arbitrariedad y el capricho en las
regulaciones legislativas. Además, indicó la Corte en el fallo citado que este es el
tipo de estudio que debe aplicarse ordinariamente, pues privilegia el principio
democrático, e indicó algunos escenarios específicos en los que debería acudirse a
este tipo de escrutinio, tales como el derecho tributario o, de manera general, los
asuntos relacionados con la política económica[38].

Este tipo de escrutinio será el empleado en esta ocasión, tomando en cuenta, de una
parte, que el ámbito de regulación al que se refiere es el diseño de procedimientos
administrativos, uno de aquellos en los que la Constitución prevé mayor amplitud
para las opciones legislativas; y, de otra parte, que las garantías del debido proceso,
aunque inexcusables en todos los asuntos en que se definan situaciones jurídicas
concretas de los ciudadanos, adquieren cierto grado de flexibilidad en tales
procedimientos.

8.1. En concepto de la Corte la medida escogida por el Legislador persigue un fin


legítimo desde el punto de vista constitucional. Ese fin consiste en dotar de especial
agilidad a las actuaciones administrativas, lo que a su vez se asocia a la satisfacción
de los principios de eficiencia, eficacia y celeridad, propios de la función pública.
En tanto el artículo 209 los define como los mandatos orientadores de esa
actividad, el Congreso de la República puede y debe adoptar medidas en procura de
su eficacia. En ese sentido, y en atención al amplio margen de configuración de los
procedimientos administrativos con que cuenta el Legislador, la exclusión de
recursos en esa etapa del trámite es razonable.

Como se indicó en los fundamentos del fallo, la libertad de configuración


materializa también el principio democrático y la soberanía del pueblo que,
mediante representantes elegidos por voto popular, definen las reglas legales de
carácter general y abstracto que regulan la vida social. A su vez, los principios de
la función pública, concebidos como cauces para lograr que las actuaciones
administrativas lleguen adecuadamente a su finalidad, permiten al Legislador
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incidir positivamente en la agilidad y celeridad de los procedimientos, aspectos que


llevan a la Corte a asumir un análisis deferente sobre la razonabilidad de la medida
objeto de estudio.

8.2. El estudio de idoneidad o adecuación en un test de razonabilidad leve se limita


a indagar si potencialmente el medio escogido por el Legislador puede llevar al fin
que se propone alcanzar. No corresponde a un estudio del nivel de eficacia, ni
puede involucrar un análisis de su conveniencia, pues el Tribunal Constitucional no
cuenta con las herramientas para pronunciarse sobre esos aspectos, ni debe sustituir
al Congreso en la elección política de fines y medios, siempre que estos sean
razonables y adecuados.

La exclusión de recursos contra la decisión que resuelve las solicitudes de pruebas


durante el trámite administrativo es además adecuada para lograr esos fines, pues
en un procedimiento que permite al interesado solicitar pruebas durante toda la
actuación, sin prever una etapa preclusiva para el efecto, la eventual presentación
de recursos contra cada acto administrativo que niegue una prueba implica costos
temporales, y hace menos ágil la adopción de las decisiones pertinentes.

Así las cosas, la norma objeto de censura permite que el trámite administrativo se
adelante de manera ágil, sin que sea constantemente suspendido o afectado por la
discusión sobre la pertinencia, conducencia y utilidad de las pruebas. Y así
satisface intensamente los principios de economía, celeridad, eficacia, eficiencia.
En otros términos, si durante toda la actuación pueden solicitarse pruebas, la
interposición sucesiva de recursos contra cada acto que resuelva esas solicitudes
atentaría contra la diligencia del procedimiento, y comportaría el empleo de
recursos administrativos y temporales considerables.

9. En consecuencia, a la luz del test leve de razonabilidad la medida


es legítima y adecuada, de manera que el actor no logró desvirtuar la presunción
de constitucionalidad que la ampara.

10. Con todo, y a manera ilustrativa, la Sala considera pertinente efectuar dos
consideraciones adicionales, que permiten conocer de mejor manera el alcance de
No. 29
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la tensión constitucional que ha puesto el demandante en conocimiento de la Corte


Constitucional.

10.1. Si bien la conclusión del análisis de razonabilidad es suficiente para declarar


la exequibilidad del enunciado demandado, resulta relevante para la Sala resaltar
también que la alegada restricción al debido proceso, en sus facetas de defensa y
contradicción, no tiene el alcance que el demandante le otorga, en virtud de la
regulación integral que prevé el CPACA sobre la vía administrativa, y su posterior
control jurisdiccional ante la jurisdicción contencioso administrativa.

10.2. La restricción del derecho de defensa y contradicción que comporta la norma


cuestionada no es muy intensa pues, aunque no contempla el ejercicio de recursos
en un momento procesal específico, no constituye una clausura definitiva de la
posibilidad de solicitar, aportar y controvertir las pruebas. Para comprender esta
afirmación, debe repararse en el contenido de los artículos 77 y 79 del CPACA, en
los cuales expresamente se plantea la opción de solicitar pruebas al momento de
ejercer los recursos de reposición y apelación. Además de ello, el interesado
conserva el derecho a recurrir la decisión definitiva mediante los recursos
administrativos[39].

10.3. Por otra parte, los actos que definan la actuación administrativa son objeto de
control judicial. Y un elemento del debido proceso es la motivación de las
decisiones adoptadas por las autoridades públicas, como presupuesto para la
erradicación de la arbitrariedad, y para el ejercicio del derecho de defensa. Esta es
una de las características del Estado constitucional de derecho, donde los órganos
que ejercen funciones públicas no solo deben ceñirse al principio de legalidad, sino
que deben explicar la racionalidad y razonabilidad de sus decisiones a la luz de las
reglas y principios del sistema jurídico. Por ese motivo, no es aceptable el
argumento del accionante, según el cual la motivación carece de sentido en este
escenario y priva al interesado de los medios necesarios para el control ante la
jurisdicción.

11. En virtud de las consideraciones expuestas, la Corte Constitucional declarará


exequible la expresión “contra el acto que decida la solicitud de pruebas no
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proceden recursos”, contenida en el artículo 40 de la Ley 1437 de 2011 (Código de


Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo).

DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Constitucional de la República de Colombia,


administrando justicia en nombre del pueblo y por mandato de la Constitución,

RESUELVE

DECLARAR EXEQUIBLE la expresión “contra el acto que decida la solicitud


de pruebas no proceden recursos”, contenida en el artículo 40 de la Ley 1437 de
2011 (Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo)

Notifíquese, comuníquese, insértese en la Gaceta de la Corte Constitucional,


cúmplase y archívese el expediente.

JORGE IVÁN PALACIO PALACIO


Presidente
Con salvamento de voto

MARÍA VICTORIA CALLE CORREA


Magistrada

MAURICIO GONZÁLEZ CUERVO


Magistrado

No. 29
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LUIS GUILLERMO GUERRERO PÉREZ


Magistrado
Con salvamento de voto

ALBERTO ROJAS RÍ
MAS SOBRE EL DEBIDO PROCESO:

DERECHO AL DEBIDO PROCESO ADMINISTRATIVO

Los derechos analizados, obligatoriamente deben interpretarse en su conjunto, ya que


con un solo acto de cualquier autoridad pueden afectarse a la vez varios derechos
fundamentales, siendo el derecho al debido proceso administrativo uno de los más
vulnerados. Ha sido consagrado en el artículo 29 de la Constitución Nacional, cuyo
texto es el siguiente:

“Art. 29.- El debido proceso se aplicará a toda clase de actuaciones judiciales y


administrativas.

Nadie podrá ser juzgado sino conforme a leyes preexistentes al acto que se le imputa,
ante juez o tribunal competente y con observancia de la plenitud de las formas propias
de cada juicio.

En materia penal, la ley permisiva o favorable, aun cuando sea posterior, se aplicará de
preferencia a la restrictiva o desfavorable.

Toda persona se presume inocente mientras no se la haya declarado judicialmente


culpable. Quien sea sindicado tiene derecho a la defensa y a la asistencia de un
abogado escogido por él, o de oficio, durante la investigación y el juzgamiento; a un
debido proceso público sin dilaciones injustificadas; a presentar pruebas y a controvertir
las que se alleguen en su contra; a impugnar la sentencia condenatoria, y a no ser
juzgado dos veces por el mismo hecho.

Es nula, de pleno derecho, la prueba obtenida con violación del debido proceso”.

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En la sentencia T-061 de 2.002, la Corte Constitucional fija los siguientes criterios con
relación a este derecho fundamental

“La Constitución Política, en su artículo 29, prescribe que “el debido proceso se aplicará
a toda clase de actuaciones judiciales y administrativas”. En virtud de tal disposición, se
reconoce el principio de legalidad como pilar fundamental en el ejercicio de las
funciones por parte de las autoridades judiciales y administrativas, razón por la cual
están obligadas a respetar las formas propias de cada juicio y a asegurar la efectividad
de todas aquellas normas que permitan a los administrados presentar, solicitar y
controvertir pruebas, y que en últimas, garanticen el ejercicio efectivo del derecho de
defensa.

De esta manera, el debido proceso se define como la regulación jurídica que de manera
previa limita los poderes del Estado y establece las garantías de protección a los
derechos de los administrados, de modo que ninguna de las actuaciones de las
autoridades públicas dependa de su propio arbitrio, sino que se encuentren sujetas a
los procedimientos señalados en la ley.

Al respecto, la Corte ha determinado que “Corresponde a la noción de debido proceso,


el que se cumple con arreglo a los procedimientos previamente diseñados para
preservar las garantías que protegen los derechos de quienes están involucrados en la
respectiva relación o situación jurídica, cuando quiera que la autoridad judicial o
administrativa deba aplicar la ley en el juzgamiento de un hecho o una conducta
concreta, lo cual conduzca a la creación, modificación o extinción de un derecho o la
imposición de una obligación o sanción....

... En esencia, el derecho al debido proceso tiene la función de defender y preservar el


valor de la justicia reconocida en el preámbulo de la Carta Fundamental, como una
garantía de la convivencia social de los integrantes de la comunidad
nacional......”(Sentencia C-214 de 1994 M.P. Antonio Barrera Carbonell).

Ahora bien, el debido proceso administrativo como derecho fundamental se manifiesta a


través de un conjunto complejo de principios, reglas y mandatos que la ley le impone a
la Administración para su ordenado funcionamiento (entre otros, se destacan las
disposiciones previstas en el artículo 209 de la Constitución y en el capítulo I del Titulo I
del C.C.A., referente a los principios generales de las actuaciones administrativas), por
virtud de los cuales, es necesario notificar a los administrados de las actuaciones que
repercutan en sus derechos, otorgarles la oportunidad de expresar sus opiniones, y de
presentar y solicitar las pruebas que demuestren sus derechos. Actuaciones que, en
todos los casos, deben ajustarse a la observancia plena de las disposiciones, los
términos y etapas procesales descritas en la ley.
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De esta manera, el debido proceso administrativo exige de la Administración el


acatamiento pleno de la Constitución y ley en el ejercicio de sus funciones (artículos 6º,
29 y 209 de la Constitución), so pena de desconocer los principios que regulan la
actividad administrativa (igualdad, imparcialidad, publicidad, contradicción y moralidad),
y de contera, vulnerar derechos fundamentales de quienes acceden o son vinculados a
las actuaciones de la Administración, y en especial el derecho de acceso a la
administración de justicia.

Así, la Corte ha sostenido que: “...El desconocimiento en cualquier forma del derecho al
debido proceso en un trámite administrativo, no sólo quebranta los elementos
esenciales que lo conforman, sino que igualmente comporta una vulneración del
derecho de acceso a la administración de justicia, del cual son titulares todas las
personas naturales y jurídicas (C.P., art. 229), que en calidad de administrados deben
someterse a la decisión de la administración, por conducto de sus servidores públicos
competentes...”

Como contrapartida, el ordenamiento jurídico impone a los administrados, la carga de


observar y utilizar todos los medios procesales que la ley les ofrece para proteger y
hacer efectivos sus derechos, ya que por su conducta omisiva, negligente o descuidada
no sólo se producen consecuencias desfavorables para el sujeto, sino que igualmente
conlleva a la imposibilidad de imputar responsabilidad alguna al Estado y, menos aún,
permitirse la procedencia de la acción de tutela.

Por lo tanto, al paso que es deber de la administración ajustar su actuar a los principios,
mandatos y reglas que gobiernan la función pública y que determinan su competencia
funcional, en aras de garantizar el derecho fundamental al debido proceso, los
administrados tienen la carga de observar y utilizar los medios procesales que el
ordenamiento jurídico les otorga, o en su defecto asumir las consecuencias adversas
que se deriven de su conducta omisiva.

Del debido proceso y el principio de publicidad.

A la luz de las regulaciones de la Carta Fundamental (artículos 29 y 209), el debido


proceso administrativo impone la publicidad como principio rector de las actuaciones
administrativas sancionatorias (artículo 209 C.P. y 3º C.C.A.), de tal manera que la
Administración resulta obligada a poner en conocimiento de sus destinatarios, todos
aquellos actos que supongan una afectación de su situación jurídica.

A este respecto, la Corte ha tenido la oportunidad de señalar que: “...el conocimiento de


los actos administrativos, por parte del directamente afectado, no es una formalidad que
pueda ser suplida de cualquier manera, sino un presupuesto de eficacia de la función
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pública administrativa - artículo 209 C.P.- y una condición para la existencia de la


democracia participativa - Preámbulo, artículos 1º y 2º C.P-...” (Sentencia C-096 de
2001. M.P. Alvaro Tafur Galvis).

En estos términos, la Carta Política exige cuando se trata de definir o derivar la


responsabilidad de las personas que pueden ser sujetos de una sanción, la actuación
se surta respetando el principio de la publicidad. Es decir, las autoridades
administrativas resultan obligadas a dar a conocer sus actuaciones mediante las
“comunicaciones o notificaciones”, que para el efecto plasme el ordenamiento jurídico
(artículo 3º C.C.A).

De esta manera, en desarrollo del principio de publicidad, la notificación de las


decisiones que la Administración profiere en desarrollo de un proceso y que afectan los
intereses de las partes, más que pretender formalizar la comunicación del inicio,
desarrollo o agotamiento de una actuación, procura asegurar la legalidad de las
determinaciones adoptadas por aquélla, toda vez que al dar a conocer sus actuaciones
asegura el uso efectivo de los derechos de defensa, de contradicción y de impugnación
que el ordenamiento jurídico consagra para la protección de los intereses de los
administrados.

A este respecto, la Corte ha sostenido de manera reiterada que: “...las decisiones que
adopte la administración en cuya virtud se afecte a una o varias personas en concreto
deben ser cierta y oportunamente notificadas a éstas, tal como lo disponen las normas
legales correspondientes...

...Desde el punto de vista constitucional importa dejar en claro que la notificación,


entendida como el conocimiento formal del administrado o de quien es parte o
interviniente en un proceso judicial, sobre el contenido de las providencias que se
adoptan por el juez o de los actos administrativos que lo afectan, tiene por fundamento
específico la garantía del derecho de defensa, aspecto esencial del debido proceso,
exigible en todas las actuaciones judiciales y administrativas, como lo impone el artículo
29 de la Carta...

...La notificación en debida forma asegura que la persona a quien concierne una
determinación se halla enterada de su sentido y define simultáneamente -con fecha
cierta- en qué momento ha tenido lugar la transmisión oficial de la respectiva
información. Se asegura, entonces, no solamente que, conocida la decisión de que se
trata, podrá el afectado hacer uso de los medios jurídicamente idóneos para la
salvaguarda de sus intereses, sino que se preserva la continuidad del trámite judicial o
administrativo correspondiente, pues la fecha de la notificación define los términos
preclusivos dentro de los cuales podrá el notificado ejecutar los actos a su cargo.
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Resultan, por tanto, realizados el valor de la seguridad jurídica y los principios


procesales de celeridad y economía...

...La falta probada de notificación, en especial la de aquellos actos o providencias que


tocan con derechos de quienes participan en el proceso o actuación, repercute
necesariamente en las posibilidades de defensa de tales personas y perturba en alto
grado el curso normal de los procedimientos, dando lugar por ello, en algunos casos, a
la nulidad de lo actuado, y en otros a la ineficacia o carencia de efectos jurídicos de los
actos que han debido ser materia de la notificación. Todo depende de las normas
legales aplicables, según la clase de trámite...

...De todas maneras, de las exigencias constitucionales del debido proceso se deriva
que ni los jueces ni la administración pública pueden actuar de espaldas a los
interesados, ni fundar sus decisiones sobre la base de la ignorancia de ellos en torno a
las decisiones que adoptan...”.

Por lo cual, una actuación administrativa que no haya sido previamente notificada, no
sólo desconoce el principio de publicidad sino también los derechos al debido proceso,
a la defensa y a la contradicción, causando como efecto, en términos generales, la
ineficacia de la decisión adoptada por la Administración

DE LA NATURALEZA DEL IGAC

DECRETO 2113 DE 1992


(Diciembre 29)

Por el cual se reestructura

EL INSTITUTO GEOGRAFICO AGUSTIN CODAZZI

El Presidente de la República de Colombia, en ejercicio de las atribuciones que le confiere el


Artículo Transitorio 20 de la Constitución Política y teniendo en cuenta las recomendaciones de
la Comisión de que trata el mismo Artículo,

DECRETA:

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Artículo 1º. El INSTITUTO GEOGRÁFICO AGUSTÍN CODAZZI regirá su administración y


funcionamiento por las siguientes normas:

CAPITULO I
Naturaleza, Objetivos, Funciones y Domicilio

Artículo 2º. Modificado por el Artículo 1 del Decreto 1174 de 1999. Nombre y naturaleza. El
INSTITUTO GEOGRÁFICO AGUSTÍN CODAZZI, creado por el Decreto-ley número
0290 de 1957, es un Establecimiento Público dotado de Personería Jurídica, autonomía
administrativa y patrimonio independiente, adscrito al Departamento Administrativo
Nacional de Estadística, DANE.

Artículo 3º. Duración. - La duración del Instituto será indefinida.

Artículo 4º. Jurisdicción y domicilio. - El Instituto tendrá jurisdicción en todo el territorio


nacional y su domicilio principal será la ciudad de Santa Fe de Bogotá, D. C.

Parágrafo. El Instituto tendrá acción en todas las regiones del país de conformidad con
las disposiciones legales vigentes, podrá crear unidades o dependencias que pueden no
coincidir con la división general del territorio, coordinando sus actividades con las de
otros organismos y entes territoriales para el eficaz cumplimiento de sus objetivos y
funciones.

Artículo 5°. Objetivos. - El INSTITUTO GEOGRÁFICO AGUSTÍN CODAZZI tiene como


objetivo cumplir el mandato constitucional referente a la elaboración y actualización del
mapa oficial de la República; desarrollar las políticas y ejecutar los planes del Gobierno
Nacional en materia de cartografía, agrología, catastro y geografía, mediante la
producción, análisis y divulgación de información catastral y ambiental georreferenciada,
con el fin de apoyar los procesos de planificación y ordenamiento territorial.

Artículo 6°. Funciones del Instituto. - De conformidad con lo establecido en el Artículo


anterior, el Instituto tendrá las siguientes funciones:

1. Realizar las operaciones de deslinde y amojonamiento de las entidades territoriales, y


elaborar y actualizar el mapa oficial de la República;

2. Elaborar los mapas y planos militares y la cartografía básica del país en las escalas
requeridas para el ordenamiento del territorio urbano y rural; responder por la creación,
mantenimiento y actualización de la información cartográfica básica, en la forma más
conveniente para su utilización por parte del Instituto y por otras entidades que la
requieran para el desarrollo de sus funciones;

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3. Determinar las especificaciones mínimas para adelantar trabajos aerofotográficos,


fotogramétricos, cartográficos, geodésicos y edafológicos;

4. Mantener actualizado un sistema de información sobre el material aerofotográfico,


cartográfico y de imágenes existente en el país y servir como centro de información en
esta materia para racionalizar su producción y uso por parte de las entidades públicas y
privadas;

5. Adelantar en todas las regiones del país el inventario y estudio de los suelos; identificar
la vocación, uso y manejo de las tierras; establecer la calidad y extensión de éstas,
clasificándolas y zonificándolas con el fin de apoyar los procesos de planificación y
ordenamiento territorial;

6. Realizar labores de investigación y de apropiación tecnológica en los campos de la


percepción remota y los sistemas de información georreferenciados;

7. Ejercer las funciones de autoridad máxima catastral en el país; reglamentar, formar,


actualizar y conservar el catastro en el territorio nacional, elaborando el inventario de la
propiedad inmueble con sus atributos físicos, económicos, jurídicos y fiscales y expedir
las normas que deberán seguir las autoridades locales cuando les correspondan las
funciones de formación, actualización y conservación catastrales;

8. Servir como entidad de última instancia en la determinación del avalúo de los bienes
inmuebles de interés para el Estado, en los términos en que disponga la Ley;

9. Producir, procesar y divulgar información geográfica básica con el fin de dar soporte a
los planes de desarrollo nacional y de los entes territoriales en sus componentes urbano
y rural;

10. Promover la investigación y el desarrollo de metodologías de ordenamiento territorial y


planificación ambiental aplicables a las entidades territoriales del país;

11. Desarrollar las actividades de investigación que se requieran para garantizar el avance
tecnológico en la realización de todas las funciones del Instituto, y promover la
transferencia de conocimientos en estas áreas, a nivel nacional e internacional;
(reglamentado por el Decreto 1545 de 1995)

12. Garantizar la adecuada divulgación de los resultados de la actividad del Instituto, de


acuerdo con las necesidades del país;

13. Servir de órgano consultivo del Gobierno, en todas las áreas de competencia del
Instituto;

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14. Determinar y reglamentar la información jurídica y catastral básica que deberá contener
la ficha única de información de inmuebles y dictar las medidas necesarias para
asegurar su debida actualización.

15. Desarrollar las demás funciones previstas en la Ley, o que le corresponda ejecutar por la
naturaleza propia del Instituto y que no estén atribuidas a otras entidades.

Parágrafo: Para los anteriores efectos, el Instituto se entiende incorporado al Sistema


Nacional de Ciencia y Tecnología.

Artículo 7°. Delegación de funciones en otros organismos. - La Junta Directiva del Instituto,
con el voto favorable del Ministro de Hacienda y Crédito Público y la aprobación del
Gobierno, cuando así lo dispusieren las respectivas normas legales o reglamentarias,
podrá delegar en otras entidades públicas el cumplimiento de algunas de sus funciones.

La entidad delegataria se someterá a los requisitos y formalidades prescritos para el


ejercicio de las funciones delegadas.

El Instituto podrá respetando las estipulaciones contractuales correspondientes, si


fuere el caso, reasumir las funciones que hubiere delegado.

CAPITULO II
Órganos de Dirección y Administración

Artículo 8°. Órganos del Instituto. - La Dirección y administración del INSTITUTO


GEOGRÁFICO AGUSTÍN CODAZZI estarán a cargo de una Junta Directiva y de un
Director General.

Artículo 9°.. Derogado por el Artículo 2 del Decreto 110 del 2000.

Modificación introducida por el Artículo 1 del Decreto 110 del 2000.

El Consejo Directivo del INSTITUTO GEOGRÁFICO AGUSTÍN CODAZZI estará


integrado así:

1. El Director del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, quien la


presidirá, o su delegado que será el Subdirector del DANE.

2. El Director del Departamento Nacional de Planeación, quien podrá delegar en el


Subdirector de Planeación Nacional.

3. El Ministro del Medio Ambiente, quien podrá delegar en el Viceministro.

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4. Dos representantes del Presidente de la República.

Parágrafo. Cuando se traten temas relacionados con las entidades territoriales se podrá
invitar al Secretario General del Consejo Nacional de Planeación.

La designación de los delegados se hará de conformidad con lo prescrito en las


disposiciones legales vigentes.

Artículo 10°. Derogado por el Artículo 2 del Decreto 110 del 2000.

Artículo 11°. Derogado por el Artículo 2 del Decreto 110 del 2000.

Artículo 12°. Funciones de la Junta Directiva. Son funciones de la Junta Directiva las
siguientes:

1. Formular la política general, aprobar y evaluar los planes y programas anuales de


actividades del organismo, conforme a los lineamientos del Gobierno Nacional;

2. Adoptar los estatutos, estructura interna y la planta de personal de la entidad y cualquier


reforma que a ellos se introduzca y someterlos a la aprobación del Gobierno Nacional;

3. Aprobar el presupuesto del Instituto;

4. Controlar el funcionamiento general del Instituto y verificar su conformidad con la política


adoptada, y

5. Las demás que le señalen la Ley, los reglamentos o los Estatutos.

Artículo 13°. Del Director General. - El INSTITUTO GEOGRÁFICO AGUSTÍN CODAZZI


tendrá un Director General de libre nombramiento y remoción del Presidente de la República;
será el representante legal de la entidad y su primera autoridad ejecutiva, responsable de su
funcionamiento y del eficaz desarrollo de sus objetivos.

Artículo 14°. Funciones del Director General. - Son funciones del Director General del
INSTITUTO GEOGRÁFICO AGUSTÍN CODAZZI.

1. Dirigir y controlar la ejecución de la política, los planes y los programas asignados a la


entidad;

2. Someter a la consideración de la Junta Directiva los planes y programas del Instituto;

3. Proponer a la Junta Directiva la creación, suspensión o modificación de cargos y


dependencias del Instituto, con sujeción a las disposiciones legales;

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4. Nombrar y remover, de acuerdo con las disposiciones legales vigentes, a los empleados
del Instituto; dirigir, coordinar, controlar y disponer lo concerniente a las situaciones
administrativas y laborales del personal del Instituto y las actividades de sus distintas
dependencias;

5. Dirigir, controlar y evaluar directivamente la gestión del Secretario General, los


Subdirectores y Jefes de Oficina y, a través de éstos, de las demás dependencias y
funcionarios del Instituto;

6. Señalar los precios que deban ser cobrados por los servicios que preste el Instituto, y
proveer al oportuno recaudo de los ingresos; ordenar los gastos, velar por la correcta
aplicación de los fondos y por el buen mantenimiento y utilización de los bienes del
Instituto;

7. Suscribir, en su carácter de representante legal, los actos y contratos que interesen al


Instituto;

8. Delegar en los funcionarios del Instituto, algunas de las atribuciones que se confieren
por este Decreto o por los Estatutos y reglamentos internos, cuando se requiere para el
buen funcionamiento de la entidad;

9. Convocar a la Junta Directiva a las sesiones ordinarias; y a extraordinarias cuando lo


estime necesario;

10. Rendir, anualmente, al Presidente de la República, por conducto del Ministro de


Hacienda y Crédito Público, un informe general sobre las actividades desarrolladas por
el Instituto; igualmente suministrar los informes que le solicite el Gobierno Nacional, la
Junta Directiva y demás autoridades competentes conforme a las normas vigentes;

11. Dictar los reglamentos internos de trabajo, con sujeción a las disposiciones legales y a
las determinaciones de la Junta Directiva;

12. Las demás que le correspondan por la naturaleza de su cargo y que no estén atribuidas
a otro empleado del Instituto, o se asigne especialmente por la ley, decretos
reglamentarios, el presente Decreto y las decisiones de la Junta.

Artículo 15°. Actos o decisiones del Director General. - Las decisiones del Director General,
en ejercicio de las funciones a él conferidas por ministerio de la Ley, por este Decreto,
por los Estatutos Internos y los Acuerdos de la Junta Directiva, se proferirán mediante
actos administrativos que surtirán los trámites previstos en las normas legales vigentes.

CAPITULO III
De la Organización Interna
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Artículo 16°. Estructura. - La estructura interna y la nomenclatura de los empleos del


INSTITUTO GEOGRÁFICO AGUSTÍN CODAZZI será determinada por la Junta Directiva
y demás autoridades competentes de conformidad con las disposiciones legales
vigentes. Sus lineamientos generales serán:

1. Unidades del nivel directivo, por razón de sus funciones en el Instituto, se denominarán
Secretaría General y Subdirecciones;

2. Unidades que cumplen funciones de asesoría, apoyo o control se denominarán Oficinas


y las que cumplen funciones de coordinación se denominarán Comités;

3. Unidades para el estudio, concepto o decisión de asuntos especiales, se denominarán


Juntas y si se trata de investigación se denominarán Centros;

4. Unidades regionales son las que atienden, desarrollan y cumplen los objetivos del
Instituto por delegación o desconcentración de funciones;

5. Unidades operativas, son las que atienden los servicios administrativos internos y
ejecutan las labores encomendadas al Instituto.

CAPITULO IV
Del Régimen Jurídico de los Actos y Contratos

REGIMEN CONTRACTUAL

Artículo 17°. Régimen Contractual. - El régimen contractual del Instituto se ceñirá a las
disposiciones aplicables según la naturaleza, finalidad y características del acto,
contrato o convenio de que se trate.

Artículo 18°. Recursos contra los actos del Instituto. - En la tramitación de los recursos se
observará las normas del Código Contencioso Administrativo (Decreto 01/84) y las
demás disposiciones que lo modifiquen, adicionen o sustituyan.

Los actos que se deriven de la formación, actualización y conservación del Catastro


Nacional, se sujetarán al procedimiento especial establecido para el efecto.

CAPITULO V
Del Patrimonio

Artículo 19°. Patrimonio. - El patrimonio del INSTITUTO GEOGRÁFICO AGUSTÍN CODAZZI


estará constituido por:

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1. Por los aportes que reciba del Presupuesto Nacional;

2. Los bienes muebles e inmuebles que actualmente posee y los que adquiera en el futuro;

3. El producto o utilidades de sus recursos propios;

4. Los aportes y donaciones que hagan al Instituto personas naturales o jurídicas y los
ingresos obtenidos por cualquier otro concepto.

CAPITULO VI
Del Personal

Artículo 20°. Naturaleza de su relación en el Instituto. - Las personas que prestan sus
servicios al Instituto tendrán la calidad de empleados públicos.

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CAPITULO VII
Disposiciones Laborales Transitorias

I. DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 21°. Campo de Aplicación. -Las normas del presente Capítulo serán aplicables a los
empleados públicos que sean desvinculados de sus empleos o cargos como resultado
de la reestructuración de la entidad, en aplicación de lo dispuesto por el Artículo
Transitorio 20 de la Constitución Política.

Para los efectos de la aplicación de este Decreto, se requiere que la supresión del
empleo o cargo tenga carácter definitivo, es decir, que no se produzca incorporación en
la nueva planta de personal de la Entidad.

Artículo 22. Terminación de la Vinculación. - La supresión de un empleo o cargo como


consecuencia de la reestructuración del INSTITUTO GEOGRÁFICO AGUSTÍN
CODAZZI, dará lugar a la terminación del vínculo legal y reglamentario de los
empleados públicos.

Igual efecto se producirá cuando el empleado público, en el momento de la supresión del


empleo o cargo, tenga causado el derecho a una pensión de jubilación y se le suprima el
empleo o cargo como consecuencia de la reestructuración del INSTITUTO
GEOGRÁFICO AGUSTÍN CODAZZI.

Artículo 23°. Supresión de Empleos. -Dentro del término para llevar a cabo el proceso de
reestructuración la entidad a que se refiere este Decreto, la autoridad competente
suprimirá los empleos o cargos vacantes y los desempeñados por empleados públicos
cuando ellos no fueren necesarios en la respectiva planta de personal como
consecuencia de dicha decisión.

Artículo 24°. Programa de Supresión de Empleos. - La supresión de empleos o cargos, en


los términos previstos en el Artículo anterior, se cumplirá de acuerdo con el programa
que apruebe la Junta Directiva para ejecutar las decisiones adoptadas, dentro del plazo
de doce (12) meses contados a partir de la fecha de publicación del presente Decreto.

Artículo 25°. Traslado de Empleados Públicos. - Cuando a un empleado público se le


suprima el empleo o cargo como consecuencia de la reestructuración de la entidad,
dentro del término previsto para ejecutar esta decisión, la autoridad competente podrá
ordenar su traslado a otro cargo o sede, en cuyo caso se reconocerán y pagarán los
gastos de traslado previstos en la ley.

Artículo 26°. De las Plantas de Personal. - Cuando la reforma de la planta de personal de la


entidad implique solamente la supresión de empleos o cargos, sin modificación de los
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que se mantengan en la misma, no requerirá de autorización previa alguna y se


adoptará con la sola expedición del Decreto correspondiente. De esta determinación
se informará a la Dirección General del Presupuesto y al Departamento Administrativo
del Servicio Civil.

En los demás casos, la modificación de la planta de personal deberá contar con la


autorización previa de la Dirección General del Presupuesto en lo que atañe a la
disponibilidad presupuestal para la planta propuesta. La citada entidad contará con un
término de 30 días hábiles a partir de la fecha de la solicitud, vencido el cual, si no
hubiere pronunciamiento, se entenderá que esta fue aprobada.

Además de lo anterior, se requerirá la aprobación del Departamento Administrativo del


Servicio Civil que la revisará con el único fin de constatar si los cargos se ajustan a las
normas vigentes sobre clasificación y nomenclatura. Para estos efectos dicha entidad
contará con un término de 15 días hábiles a partir de la fecha de la solicitud, vencido el
cual, si no hubiere pronunciamiento alguno, se entenderá que ésta fue aprobada.

II. DE LAS INDEMNIZACIONES

Artículo 27°. De los Empleados Públicos Escalafonados. - Los empleados públicos


escalafonados en carrera administrativa, a quienes se les suprima el cargo como
consecuencia de la reestructuración de la entidad en desarrollo del Artículo Transitorio
20 de la Constitución Política, tendrán derecho a la siguiente indemnización:

1. Cuarenta y cinco (45) días de salario cuando el empleado tuviere un tiempo de servicio
continuo no mayor de un (1) año;

2. Si el empleado tuviere mas de un (1) año de servicio continuo y menos de cinco (5), se
le pagarán quince (15) días adicionales de salario sobre los cuarenta y cinco (45) días
básicos del literal a) por cada uno de los años de servicio subsiguientes al primero, y
proporcionalmente por fracción;

3. Si el empleado tuviere cinco (5) años o más de servicio continuo y menos de diez (10),
se le pagarán veinte (20) días adicionales de salario sobre los cuarenta y cinco(45) días
básicos del literal a) por cada uno de los años de servicio subsiguientes al primero, y
proporcionalmente por fracción, y

4. Si el empleado tuviere diez (10) o más años de servicio continuo, se le pagarán cuarenta
(40) días adicionales de salario sobre los cuarenta y cinco (45) días básicos del literal 1)
por cada uno de los años de servicio subsiguientes al primero y proporcionalmente por
fracción.

Artículo 28°. De los Empleados Públicos en Periodo de Prueba. - Para los mismos efectos
señalados en el Artículo anterior, los empleados públicos en período de prueba en la

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carrera administrativa a quienes se les suprima el cargo en la entidad, tendrán derecho a


la siguiente indemnización:

1. Cuarenta (40) días de salario cuando el empleado tuviere un tiempo de servicio continuo
no mayor de un (1) año;

2. Si el empleado tuviere más de un (1) año de servicio continuo y menos de cinco (5), se
le pagarán diez (10) días adicionales de salario sobre los cuarenta (40) días básicos del
literal a) por cada uno de los años de servicio subsiguientes al primero, y
proporcionalmente por fracción;

3. Si el empleado tuviere cinco (5) años o más de servicio continuo y menos de diez (10),
se le pagarán quince (15) días adicionales de salario sobre los cuarenta (40) básicos del
literal a) por cada uno de los años de servicio subsiguientes al primero, y
proporcionalmente por fracción, y

4. Si el empleado tuviere diez (10) o más años de servicio continuo, se le pagarán treinta
y cinco (35) días adicionales de salario sobre los cuarenta (40) días básicos del literal a)
por cada uno de los años de servicio subsiguientes al primero y proporcionalmente por
fracción.

III. DE LAS BONIFICACIONES

Artículo 29°. De los Empleados Públicos con Nombramiento Provisional.- Los empleados
públicos que hayan sido nombrados provisionalmente para desempeñar cargos de
carrera administrativa, que en la planta de personal de la entidad tengan una categoría
igual o inferior a la de Jefe de Sección o su equivalente, a quienes se les suprima el
cargo como consecuencia de la reestructuración de la entidad en desarrollo del Artículo
Transitorio 20 de la Constitución Política, tendrán derecho al pago de una bonificación
equivalente a 30 días de salario por cada año de servicios continuos y
proporcionalmente por fracción.

IV. DISPOSICIONES COMUNES AL REGIMEN DE


INDEMINIZACIONES Y BONIFICACIONES

Artículo 30°. Continuidad del Servicio. - Para los efectos previstos en el régimen de
indemnizaciones y bonificaciones, el tiempo de servicio continuo se contabilizará a partir
de la fecha de la última o la única vinculación del empleado público con el INSTITUTO
GEOGRÁFICO AGUSTÍN CODAZZI.

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Artículo 31|. Incompatibilidad con las Pensiones. - Los empleados públicos a quienes se les
suprima el cargo como consecuencia de la reestructuración de la entidad y que en el
momento de la supresión del cargo o empleo tengan causado el derecho a una pensión,
no se les podrán reconocer ni pagar las indemnizaciones o bonificaciones a que se
refiere el presente Decreto.

Si en contravención a lo dispuesto en el inciso anterior, se paga una indemnización o


bonificación y luego se reclama y obtiene una pensión, el monto cubierto por la
indemnización o bonificación más intereses liquidados a la tasa de interés corriente
bancario se descontará periódicamente de la pensión, en el menor número de mesadas
legalmente posible.

Artículo 32°. Factor Salarial. - Las indemnizaciones y bonificaciones no constituyen factor de


salario para ningún efecto legal y se liquidarán con base en el salario promedio causado
durante el último año de servicios. Para efectos de su reconocimiento y pago se tendrán
en cuenta exclusivamente los siguientes factores salariales:

1. La asignación básica mensual;

2. La prima técnica;

3. Los dominicales y festivos;

4. Los auxilios de alimentación y transporte;

5. La prima de navidad;

6. La bonificación por servicios prestados;

7. La prima de servicios;

8. La prima de antigüedad;

9. La prima de vacaciones, y

10. Los incrementos por jornada nocturna o en días de descanso obligatorio.

Artículo 33°. No Acumulación de Servicios en varias entidades. - El valor de la


indemnización o bonificación corresponderá, exclusivamente, al tiempo laborado por el
empleado público en el INSTITUTO GEOGRÁFICO AGUSTÍN CODAZZI.

Artículo 34°. Compatibilidad con las Prestaciones Sociales. - Sin perjuicio de lo dispuesto
en el Artículo 31 del presente Decreto, el pago de la indemnización o bonificación es

No. 29
Continuación del auto No. DE Página 76 de 149

compatible con el reconocimiento y pago de las prestaciones sociales a que tenga


derecho el empleado público retirado.

Artículo 35°. Pago de las Indemnizaciones o Bonificaciones. - Las indemnizaciones o


bonificaciones deberán ser canceladas en efectivo dentro de los dos (2) meses
siguientes a la expedición del acto de la liquidación de las mismas. En caso de retardo
en el pago se causarán intereses a favor del empleado retirado, equivalentes a la tasa
variable DTF que señale el Banco de la República, a partir de la fecha del acto de
liquidación.

En todo caso, el acto de liquidación deberá expedirse dentro de los treinta (30) días
calendario, siguientes al retiro.

Artículo 36. Exclusividad del Pago. - Las indemnizaciones y bonificaciones a que se refieren
los Artículos anteriores únicamente se reconocerán a los empleados públicos que estén
vinculados al INSTITUTO GEOGRÁFICO AGUSTÍN CODAZZI en la fecha de vigencia
del presente Decreto.

CAPITULO VIII
DISPOSICIONES VARIAS

Artículo 37°. Tutela. - El Ministerio de Hacienda y Crédito Público ejercerá sobre el Instituto la
tutela gubernamental a que se refiere el Artículo 7o. del Decreto 1050 de 1968 y demás
disposiciones sobre la materia.

Artículo 38°. Reserva. - Ningún miembro de la Junta Directiva, ni funcionario del Instituto
podrá revelar los planes, proyectos y actos que se encuentren en estudio o en proceso
de adopción, salvo que la Junta Directiva o el Director General hayan autorizado la
información.

Todo informe sobre asuntos resueltos o adoptados que puedan darse al público en
general o a los particulares interesados, así como la información que se suministre a
éstos últimos sobre el trámite de sus negocios, se darán de conformidad con las
disposiciones legales.

Artículo 39°. Adecuación de la Estructura Interna y de la Planta de Personal. - La Junta


Directiva de la entidad procederá a determinar las modificaciones a la estructura interna
y a la planta de personal, que sean necesarias de acuerdo con lo previsto en el presente
decreto, dentro de los doce (12) meses siguientes a la vigencia del mismo.

La planta de personal que se adopte entrará a regir para todos los efectos legales a
partir de su publicación.

No. 29
Continuación del auto No. DE Página 77 de 149

Artículo 40°. Atribuciones de los Funcionarios de la Planta Actual. - Los funcionarios de la


planta actual de la entidad continuarán ejerciendo las atribuciones a ellos asignadas,
hasta tanto sea expedida la nueva planta de personal acorde con la estructura que se
establece en el presente decreto.

Artículo 41°. Autorizaciones Presupuestales. - El Gobierno Nacional efectuará las


operaciones y los traslados presupuestales que se requieran para la cumplida
ejecución del presente Decreto.

Artículo 42°. Vigencia y Derogaciones. - Este Decreto rige a partir de la fecha de su


publicación y deroga las disposiciones que le sean contrarias, en especial el Decreto
Legislativos 290 de 1957; Decreto 1167 de 1969 y el Decreto 2205 de 1983.

PUBLIQUESE Y CUMPLASE,

Dado en Santa Fe de Bogotá, D.C,. a 29 de diciembre de 1992.

CESAR GAVIRIA TRUJILLO

El Ministro de Hacienda y Crédito Público,


Rudolf Hommes Rodriguez

El Ministro de Trabajo y Seguridad Social,


Luis Fernando Ramírez Acuña

El Director del Departamento Administrativo del Servicio Civil,


Carlos Humberto Isaza Rodríguez

SOBRE LO IMPORTANTE DE LOS TERMINOS EN PRUBEAS

La prueba es el medio que nos lleva a saber si un hecho es


real o es falso, es el camino que nos permite a través de un
proceso judicial confirmar que el derecho en realidad nos
pertenece o estamos usurpando el derecho de otro. Por

No. 29
Continuación del auto No. DE Página 78 de 149

ejemplo como se prueba que en realidad Juan vendió una


casa a María, con el contrato de compraventa suscrito por las
partes, el cual es una prueba documental, claro todos esto
basado en la buena fe de que dicho negocio no fue una
simulación el cual sería otro caso aparte.
En Colombia el código de procedimiento civil habla de los
medios probatorios los cuales encontramos en el artículo 175
de la siguiente manera:
“Sirven como pruebas, la declaración de parte, el juramento,
el testimonio de terceros, el dictamen pericial, la inspección
judicial, los documentos, los indicios y cualesquiera otros
medios que sean útiles para la formación del convencimiento
del juez.
El juez practicará las pruebas no previstas en este código de
acuerdo con las disposiciones que regulen medios semejantes
o según su prudente juicio.”
Entonces en resumidas cuentas los medios probatorios son:
 El testimonio: que lo hacen personas que pudieron haber
percibidos los hechos que se discuten en un litigio.
 El juramento
 La declaración de parte: una de las partes es interrogada con
una serie de preguntas respecto al hecho que se discute.

No. 29
Continuación del auto No. DE Página 79 de 149

 El dictamen pericial: es un estudio que hace un experto en


temas que el Juez no tiene conocimiento, para aclarar los
hechos al Juez.
 La inspección judicial: es cuando el Juez se dirige
personalmente al lugar de los hechos o cuando se dirige al
lugar que puede aportarle más pruebas para resolver un caso.
 Los documentos
 Los indicios: son definidos como señal de que posibilita saber si
algo ocurrió.
Además de los medios probatorios antes mencionados, el
artículo 175 del código de procedimiento civil deja la puerta
abierta para que cualquier otro medio probatorio que con el
avance de la ciencia surja sea permitido siempre y cuando
cumpla la finalidad de darle claridad al Juez sobre los hechos
que se discuten.
Debido a la posibilidad antes mencionada, la prueba de ADN,
es un medio probatorio relativamente nuevo a través de la
cual se puede comprobar la paternidad de una persona.

ojo probatorio

DERECHO PROBATORIO I
UBICACIÓN DEL DERECHO PROBATORIO
No. 29
Continuación del auto No. DE Página 80 de 149

El Derecho Probatorio se ubica dentro del Derecho Procesal, sin embargo el


Derecho Constitucional tiene gran trascendencia para el Derecho Probatorio. El
Acto Legislativo 02 de 2003 establece el régimen de exclusión de la prueba
ilícita con ocasión del Sistema Penal Acusatorio, constitucionaliza los principios
de publicidad, oralidad, contradicción, publicidad, celeridad y concentración
que definen la esencia del juicio. Estas instituciones contempladas en la
Constitución son la columna vertebral del régimen probatorio del
procedimiento penal (Arts. 29, 250 nums. 2, 3 4 y 9 C.N.).

La importancia del Derecho Probatorio se traduce en que igual a no probar es


carecer del derecho (IDEM EST NON ESSE AUT NON PROBAN), es decir que
quien pretenda un derecho debe demostrar tal intención, de ahí la importancia
y la necesidad de la prueba, incluso en las situaciones de la vida cotidiana. El
profesor Devis Echandía compara al jurista con el historiador en el sentido de
que éste reconstruye el pasado, desarrolla el presente y pronostica posibles
futuros, es decir el actor judicial puede prever un resultado en sus
providencias.

Probar es demostrar un hecho o dar certeza de éste, en materia procesal es


llevar al convencimiento del juez sobre los hechos que se alegan. Los medios de
prueba son las herramientas establecidas por la ley para demostrar un hecho
dentro del proceso. En materia civil se contemplan en el Art. 175 C.P.C. y en el
Art. 165 C.G.P. la prueba debe ser presentada por las partes o puede ser
solicitada de oficio. El decreto de las pruebas es la decisión que toma el juez
con el fin de que las pruebas se incorporen al proceso. La práctica de las
pruebas es el estudio y el análisis que debe realizar el juez de las pruebas,
teniendo en cuenta que éstas sean congruentes, conducentes y útiles. La
aportación de la prueba tiene que ver con aquellos medios de convicción que
se presentan desde el inicio del proceso. Para Devis Echandía, las pruebas
judiciales son “el conjunto de reglas que regulan la admisión, producción,

No. 29
Continuación del auto No. DE Página 81 de 149

atención y valoración de los diversos medios que pueden emplearse para llevar
al juez la convicción sobre hechos que interesan al proceso”.

PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO PROBATORIO.

1. AUTORRESPONSABILIDAD O CARGA DE LA PRUEBA:

Hace referencia a la responsabilidad que tiene una de las partes de demostrar


un hecho mediante una prueba, la cual si no es ejercida en debida forma o no
ejerce la presentación de la prueba sus pretensiones no prosperarán. En otras
palabras, es responsabilidad de la parte que pretende demostrar un hecho y/o
una pretensión aportar las pruebas que sean suficientes y concretas para poder
dar credibilidad y concreción de tal hecho o pretensión, so pena de que tales
no puedan prosperar.

2. VERACIDAD:

Hace referencia a que la prueba debe ser acorde con la verdad, es decir la
prueba debe tener consonancia con la realidad que pretende demostrar. En
caso contrario esta prueba puede inducir en error al funcionario juzgador y
puede llevar incluso a un fraude procesal. La prueba debe estar libre de dolo,
de fuerza o de engaño.

3. LIBRE APRECIACIÓN:
No. 29
Continuación del auto No. DE Página 82 de 149

Hace referencia a que las pruebas deben apreciarse de acuerdo a las


circunstancias y criterios que observa el juez para que éstas puedan tener un
valor dentro del proceso. Anteriormente se ha establecido una apreciación
probatoria a través de la tarifa legal, es decir que la ley le determinaba unas
condiciones para que el juez evalúe la prueba de forma taxativa.

4. UNIDAD DE PRUEBA:

Hace referencia a que cada prueba debe evaluarse individualmente y darle el


alcance que tiene cada una respecto a lo que se muestra en el proceso. El
conjunto probatorio en un juicio puede ser una unidad probatoria, y por lo
tanto debe tener la misma apreciación que una prueba individual.

5. IGUALDAD:

Hace referencia a que las partes deben tener igualdad en las condiciones en
que deben presentar las pruebas (Art. 37 num. 2 C.P.C., Art. 42 num. 2 C.G.P.).

6. PUBLICIDAD:

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Hace referencia a que al ser un proceso público, generalmente las pruebas


deben ser públicas, lo que permite que la parte puede conocer las pruebas
solicitadas por la otra parte. A través de este principio la sociedad puede
conocer la forma cómo un juez evalúa la prueba y concluye sobre un hecho que
se está probando.

7. FORMALIDAD Y LEGITIMIDAD:

Para que una prueba pueda ser aportada, ésta debe reunir unos requisitos
respecto a la oportunidad, la lealtad probatoria, la forma cómo se aporta y la
necesidad de la prueba (Sentencia T-504 de 1998).

8. LIBERTAD SOBRE LOS MEDIOS DE PRUEBA:

Dentro del proceso se podrá incorporar cualquier medio de prueba además de


las contempladas en el Art. 165 C.G.P. (Art. 175 C.P.C.) salvo algunas
excepciones que establece la ley. Sin embargo, la prueba debe ser
constitucional, idónea y obtenida sin violación de los derechos y garantías de
los demás.

No. 29
Continuación del auto No. DE Página 84 de 149

9. IMPARCIALIDAD O SEPARACIÓN DEL INVESTIGADOR Y FALLADOR:

Las funciones de juzgamiento deben estar separadas de las funciones de


investigación con el fin de que no se centralice el proceso volviéndose juez y
parte.

10. LEGALIDAD O LICITUD DE LA PRUEBA:

Hace referencia a que la prueba debe ser obtenida conforme al debido proceso
sin la vulneración de los derechos y las garantías de los demás (Sentencia SU-
159 de 2000, Sentencia C-591 de 2005).

ENSAYO: Ilicitud de la prueba.

11. INMEDIACIÓN:

Hace referencia a que el juez debe tener contacto directo con la prueba, salvo
cuando existe prueba anticipada, prueba sobreviniente y el despacho comisorio
(Art. 6 C.G.P.) excepto la inspección judicial.

12. NECESIDAD DE LA PRUEBA:

No. 29
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Implica que la prueba es necesaria para decidir en el proceso en aras de


garantizar la contradicción y la presunción de inocencia.

13. COMUNIDAD DE LA PRUEBA:

Las pruebas a partir del momento en que se presentan y practican hacen parte
del proceso y no de las partes.

14. CONTRADICCIÓN DE LA PRUEBA:

Se hace efectivo a través del principio de publicidad. En este sentido se puede


oponer, contradecir, controvertir y discutir las pruebas.

15. PRECLUSIÓN:

Las pruebas deben presentarse, practicarse y decretarse en el momento que la


ley lo establece, es decir en los términos que señale la ley.

No. 29
Continuación del auto No. DE Página 86 de 149

16. PROPORCIONALIDAD:

La prueba debe ser proporcional al proceso y a los derechos de las partes o los
que intervengan en el mismo.

OBJETO DE LA PRUEBA:

La prueba busca establecer la veracidad de un hecho que se pretende hacer


valer en el proceso y de esta manera determinar la decisión que puede tomar
el juez. Desde el punto de vista físico es objeto de prueba todo aquello que
nace y perece. Desde el punto de vista psíquico la prueba sirve para determinar
algún hecho intangible. Desde el punto de vista de la naturaleza la prueba se
establece por obra natural o ajena a la actividad humana. Por el lado de las
cosas y objetos materiales, cualquier cosa involucrada con el hecho es objeto
de prueba.

HECHOS QUE NO REQUIEREN

LA CONFESIÓN.

Es toda aquella manifestación de alguna de las partes en la cual se afirma que


es cierto un hecho presentado por la otra parte.

LOS HECHOS NOTORIOS Y LAS AFIRMACIONES Y NEGACIONES INDEFINIDAS.

Los hechos indefinidos son aquellos que no ubican, no dan claridad o certeza
sobre un hecho. Estos hechos son las negaciones definidas y las negaciones
indefinidas.

No. 29
Continuación del auto No. DE Página 87 de 149

El hecho notorio es aquel que es conocido por un conglomerado social que


igual debe ser conocido por personas de mediana cultura, que debe ser
obligatoriamente conocido por el juez al momento que tome la decisión, que al
juez no le quede duda alguna sobre la ocurrencia de ese hecho por la Litis
trabada por las partes. Si al juez le queda duda alguna de que el hecho es
notorio debe abrir a pruebas.

NORMAS JURÍDICAS NACIONALES O DE CARÁCTER NCAIONAL:

Las normas nacionales como leyes escritas nacionales aprobadas y expedidas


por el Congreso de la República o por el Presidente de la República a través de
decretos con fuerza de ley no requieren ser probadas. La ley requiere ser
conocida por todas las personas. Los acuerdos, las ordenanzas, los decretos
departamentales o municipales y toda prueba que no sea de carácter nacional
deben ser aportados como prueba.

EXISTENCIA Y REPRESENTACIÓN DE PERSONAS DE DERECHO PÚBLICO:

Se trata de entidades públicas de creación constitucional y legal como la


Nación, los departamentos y municipios y otras entidades como la Fiscalía
General de la Nación, la Procuraduría General de la Nación, entre otras. En caso
de otras entidades de Derecho Privado, se debe pedir prueba de la existencia
de esta entidad, la cual puede solicitarse que sea aportada por la contraparte.

7. ¿En qué consiste la igualdad de oportunidad para la prueba? R/. Lo que se tiene es identidad de
oportunidades para la defensa de los derechos de cada una de las partes, debiendo el juez brindar
todas las garantías para que cada una de ellas ejerza el control en la producción de las mismas.

Cada una de las partes deben tener la posibilidad de conocer la prueba que aduce a la otra, o de
intervenir en su práctica, o de discutirla, para extractar sus propias conclusiones; el juez debe
motivar las decisiones y darlas a conocer oportunamente a los intervinientes en el proceso. • Debe
entenderse que este principio busca hacer conocida la prueba del adversario en el litigio dado, es
decir, tiene alcance limitado o circunscrito a las partes porque mediante el no se pretende darla a
conocer a todo el mundo. El sistema para lograr este conocimiento de la contraparte no es otro
No. 29
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que el de la notificación que debe hacerse para auto que ordena la práctica de la prueba. 9. ¿En
qué consiste la formalidad de la prueba? R/. La prueba está revestida de requisitos extrínsecos los
cuales hacen referencia a las formalidades de modo, tiempo y lugar; e intrínsecos los que tienen
que ver con la ausencia de vicios como el dolo, la violencia, el error e inmoralidad. • Este
principio se desarrolla en dos estadios: 1. El primero que hace referencia al momento histórico de
su recaudo, es decir, a las circunstancias de modo, tiempo y lugar. 2. El segundo que atañe al
respeto que se le debe tener a la norma procesal, a la moral pública y a la legitimidad de la parte
que la ofrece, pues los elementos de juicio no deben lesionar el patrimonio moral del adversario.
10. ¿En qué consiste la legitimación de la prueba? R/. Deben tenerse en cuenta dos facetas: en
primer lugar, que quien aduce la prueba o la solicita o interviene en su práctica debe estar
legitimado para ello, y en segundo término que el funcionario que la reciba o practique tenga
competencia y jurisdicción para ello. PREPARATORIO PROCESALES 4 11. ¿En qué consiste
la preclusión de la prueba? R/. Se trata de una formalidad que hace relación al tiempo u
oportunidad, obligando a las partes en controversia a solicitar y a presentar las pruebas, lo mismo
que a intervenir en su práctica dentro de los términos que establece la norma, evitando así
sorprender a la contraparte no sólo con pruebas de último momento, sino haciendo posible su
intervención en la fecha y hora fijadas por el juez. El desconocimiento de este principio implica
una clara violación del derecho de defensa y el ejercicio de contradicción.}}}

Este principio indica en primer lugar para el juzgador una regla de conducta que debe ser
atendida al momento de fallar, pues debe examinar si existe o no prueba y luego de concluir si
hubo omisión o no, examinar quien era el obligado, para imponerle las consecuencias
desfavorables, evitando así sentencias inhibitoria. Es de obligatorio cumplimiento por el juez por
ser de orden público. En segundo lugar para las partes, pues constituye una regla que le indica
cuales son los hechos que le interesa probar y que son el fundamento de sus pretensiones y
excepciones; la carga de la prueba indica quien asume el riesgo de que falte la prueba razón por
la cual si la contraparte o el juez llevan al proceso la prueba del hecho, se entiende satisfecha la
carga. • La carga de la prueba implica condena en costas y ser juzgado diferente a las
pretensiones pretendidas. • La carga de la prueba en materia penal exige una carga mixta de la
prueba o de mejor proveer mediante la cual se entiende que el servidor judicial soporta un
gravamen y de igual manera quien enuncia el hecho quedando entonces ésta en cabeza de las
partes y pudiendo el funcionario mediante el empleo de los medios probatorios aclarar los puntos
oscuros de la contienda. PREPARATORIO PROCESALES 8 ! La carga de la prueba nace de la
imputación que se hace, corresponde al estado pero no relevan del deber probatorio a los sujetos
procesales, la ausencia de prueba beneficia al sindicado

No. 29
Continuación del auto No. DE Página 89 de 149

En qué consiste el principio de necesidad de la prueba.


Para que los hechos sean tenidos en cuenta en providencia judicial deben estar
probados dentro del proceso, y en forma legal, regular y oportuna (art. 246)

19 Qué significa la mención estar probados dentro de la actuación.


Que no basta el simple conocimiento personal que del hecho tenga el juez.

 OPORTUNIDADES PROCESALES PARA LA PRÁCTICA y EL DECRETO DE PRUEBAS. Las pruebas deben


ser pedidas, decretadas y practicadas dentro de las formalidades legales.

Las pruebas sólo pueden SOLICITARSE para el DEMANDANTE, en la demanda, o dentro de la primera (1ª)
audiencia de trámite si corrige, aclara o enmienda su demanda. Respecto al DEMANDADO, las
oportunidades para solicitar pruebas se limitan al contestar la demanda o en la primera (1ª) audiencia de
trámite, si propone excepciones.

El juez puede decretar PRUEBAS DE OFICIO en cualquier momento del proceso, antes de dictar
sentencia. En este caso, el costo de la prueba, si hubiere lugar a él, será por cuenta de la parte a quien
aproveche la prueba, o de ambas, a criterio del juez. Este puede hacer uso de esta facultad, siempre y
cuando sea indispensable para el completo esclarecimiento de los hechos y no debe utilizarse para
corregir negligencias de alguna de las partes.

La facultad del juez respecto al decreto de pruebas de oficio tiene un límite: sólo puede decretar la
práctica de una prueba testimonial cuando el nombre del testigo aparece de alguna manera involucrado
dentro del proceso.

Las pruebas pedidas por las partes se DECRETARÁN dentro de la primera (1ª) audiencia de trámite, o
dentro de la audiencia única en los procesos de única instancia o de fuero sindical.

El juez podrá, en providencia motivada, rechazar la práctica de pruebas y diligencias inconducentes o


superfluas en relación con el objeto del litigio.

 CARGA DE LA PRUEBA. Por norma general incumbe a las partes probar el supuesto de hecho de las
normas que consagran el efecto jurídico que ellas persiguen.

Empero, jurisprudencial y doctrinariamente se han establecido algunas pautas, así:

 Si se reclama INDEMNIZACIÓN POR DESPIDO, el trabajador debe probar el despido. El empleador


debe probar su justificación.

 Si se reclama SALARIO, se debe demostrar la prestación del servicio en el lapso reclamado. Si no se


demuestra su cuantía, se debe el que ordinariamente se paga por la misma labor y a falta de éste, el que
No. 29
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se fijare teniendo en cuenta la cantidad y calidad del trabajo, la aptitud del trabajador y las condiciones
usuales de la región, conforme se determine a través de la prueba pericial. De todas maneras, nadie
podrá devengar menos del salario mínimo legal, en proporción a las ocho (8) horas diarias de la jornada
máxima legal.

Sentencia T-210/10

ACCION DE TUTELA-Procedencia contra decisiones adoptadas en


procesos policivos de restitución de bienes públicos cuando se esta frente a un
perjuicio irremediable

BIENES DE USO PUBLICO-Caso en que se reconoce el pago de


mejoras hechas por los ocupantes de un bien inmueble uso público objeto de
proceso policivo de restitución

ESPACIO PUBLICO-Facultad de adelantar acciones tendientes a


recuperar el espacio público ocupado irregularmente no es ilimitada

La facultad de adelantar acciones tendientes a la recuperación del


espacio público ocupado irregularmente no es ilimitada, pues
debe ejercerse mediante un proceso judicial o policivo en el que
se respeten las reglas del debido proceso y el principio de
confianza legítima. Esto es así debido a que el deber
constitucional y legal de proteger el espacio público está limitado
por el respeto de los derechos fundamentales de los ocupantes del
mismo.

DERECHO AL DEBIDO PROCESO


ADMINISTRATIVO-Importancia de la notificación de los actos
administrativos de carácter particular/NOTIFICACION DE ACTO

No. 29
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ADMINISTRATIVO-Triple función dentro de la actuación


administrativa

La adecuada notificación de los actos administrativos, de carácter


particular, es una importante manifestación del derecho
fundamental al debido proceso administrativo. Así, la notificación
cumple una triple función dentro de la actuación administrativa, a
saber: i) asegura el cumplimiento del principio de publicidad de
la función pública pues mediante ella se pone en conocimiento de
los interesados el contenido de las decisiones de la
Administración; ii) garantiza el cumplimiento de las reglas del
debido proceso en cuanto permite la posibilidad de ejercer los
derechos de defensa y de contradicción y; finalmente iii) la
adecuada notificación hace posible la efectividad de los principios
de celeridad y eficacia de la función pública al delimitar el
momento en el que empiezan a correr los términos de los recursos
y de las acciones procedentes.

PRINCIPIO DE CONFIANZA LEGITIMA-


Concepto/PRINCIPIO DE CONFIANZA LEGITIMA-Límite a
la actuación administrativa/CONFIANZA LEGITIMA-Requisitos
para su configuración

PRESCRIPCION ADQUISITIVA DE BIENES-Disposiciones


del artículo 42 de la Ley 153 de 1887

La Sala estima necesario aclarar que, aunque el


peticionario haya iniciado la posesión de un inmueble que
No. 29
Continuación del auto No. DE Página 92 de 149

era de propiedad privada y haya creído ejercer actos de


señor y dueño sobre el mismo por más de diez y siete (17)
años, no tiene derecho a adquirir el predio mediante el
modo prescripción adquisitiva en virtud del artículo 42 de la
Ley 153 de 1887.Así, este artículo se puede aplicar
analógicamente al caso estudiado pues: i) no existe una
norma exactamente aplicable al caso en cuestión; ii) el caso
previsto en dicho artículo es similar al asunto objeto de
estudio en la presente sentencia, pues la única diferencia
que se presenta entre ellos es que, mientras que en la
norma es la ley la que declara el bien imprescriptible, en
nuestro caso, es un contrato de cesión lo que vuelve el bien
imprescriptible, al adquirir la calidad de bien de uso público
y; iii) existe el mismo motivo para aplicar al caso no previsto
el precepto normativo, en la medida en la que en ambas
hipótesis lo que se pretende es proteger los bienes
imprescriptibles, y en últimas, los bienes de la Nación cuyo
uso y disfrute está en cabeza de la comunidad.

BIENES DE USO PUBLICO-No se puede adquirir por prescripción


adquisitiva un predio que era propiedad privada cuando media un contrato de
cesión que convierte el bien en imprescriptible

ACCION DE TUTELA-Procedencia para la protección de los derechos


al trabajo y al mínimo vital del actor respecto al reconocimiento de mejoras
realizadas sobre el inmueble de uso público

No. 29
Continuación del auto No. DE Página 93 de 149

Referencia: expediente T-2.367.072

Acción de tutela instaurada por Enrique Eudoro


Villegas Salazar contra la Alcaldía Municipal
de Floridablanca y la Inspección Segunda de
Policía de Floridablanca.

Magistrado Ponente:
Dr. JUAN CARLOS HENAO PÉREZ.

Bogotá D.C., veintitrés (23) de marzo de dos mil diez (2010)

La Sala Tercera de Revisión de la Corte Constitucional, integrada por los


magistrados Gabriel Eduardo Mendoza Martelo, Jorge Iván Palacio Palacio y Juan
Carlos Henao Pérez, quien la preside, en ejercicio de sus competencias
constitucionales y legales, específicamente las previstas en los artículos 86 y 241
numeral 9º de la Constitución Nacional y en los artículos 33 y siguientes del
Decreto 2591 de 1991, ha proferido la siguiente

SENTENCIA

Dentro del proceso de revisión de los fallos de tutela proferidos por el Juzgado
Veinte Penal Municipal con Funciones de Control de Garantías de Bucaramanga y
por el Juzgado 10º Penal del Circuito de Bucaramanga, en la acción de tutela
instaurada por Enrique Eudoro Villegas Salazar contra la Alcaldía Municipal de
Floridablanca y la Inspección Segunda de Policía de Floridablanca.

I. ANTECEDENTES

No. 29
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El ciudadano Enrique Eudoro Villegas Salazar interpuso acción de tutela contra la


Alcaldía Municipal y la Inspección Segunda de Policía de Floridablanca, con el
objetivo de obtener la protección de sus derechos fundamentales al debido proceso,
a la defensa, a la igualdad, a la vivienda digna, a la buena fe, al mínimo vital y al
principio de la confianza legítima, que habrían sido vulnerados como consecuencia
de los siguientes

1. 1.- Hechos:

1. Desde 1992, el peticionario afirma haber venido ejerciendo, de manera


permanente y pública, actos de señor y dueño sobre la parcela “Villa Carolina”,
ubicada en la Calle 205 No. 38 A- 146, Floridablanca. Así, algunas de las
actividades que ha venido desarrollando para mejorar la parcela, son el
mantenimiento del césped, la erradicación de la maleza, la construcción de una
vivienda, el sembrado de múltiples especies de árboles frutales y su cerramiento.
2. En este mismo sentido, afirma que, durante estos años, obtuvo la instalación
de los servicios de energía eléctrica y de telefonía fija, la estratificación de su
predio y la asignación de su nomenclatura.
3. Desde 2006, la posesión del referido inmueble fue perturbada pues la
Alcaldía Municipal de Floridablanca inició varios procesos policivos para obtener
la restitución de algunos inmuebles, incluido el del accionante (procesos No. 082,
No. 083, No. 080 y No. 091).
4. Por medio de la Resolución No. 000-1 de 3 de marzo de 2008, dictada
dentro del proceso policivo No. 080 de 2006, la Alcaldía de Floridablanca ordenó a
Yosimar Jair González y a los demás “ocupantes y/o
residentes”indeterminados, devolver el bien de uso público que ocupaban.
5. Mediante Resolución No. 0484 de 16 de julio de 2008, dictada en el marco
de los procesos policivos No. 082, No. 083, No. 080 y No. 091, la Alcaldía de
Floridablanca ordenó a los ocupantes determinados Felix Figueroa Badillo, Germán
Meneses, Yosimar Jair González, Jhon Martínez Parra, Oscar Zapata, Bolguer
No. 29
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Dueñas y a los demás “ocupantes y/o residentes” devolver el bien de uso


público que ocupaban.
6. En virtud de los principios de economía y de celeridad procesal, mediante
Resolución No. 0492 de 26 de septiembre de 2008, la Alcaldía Municipal de
Floridablanca ordenó acumular dichos procesos policivos en el proceso No. 106 de
2006, sin que, a juicio del peticionario, se tuviera en cuenta que cada caso es
diferente, violándose por esta vía, el derecho al debido proceso. Además, de
acuerdo a lo expresado por él en la acción de tutela, nunca se le notificó la apertura
de ningún proceso policivo en su contra. Esa resolución fue impugnada por algunos
de los ocupantes determinados.
7. Mediante Resolución No. 0504 de 10 de febrero de 2009, se resolvió el
recurso de reposición interpuesto por algunos de los ocupantes determinados,
confirmando lo establecido en la decisión impugnada.
8. Adicionalmente, afirma el peticionario que el inmueble fue de propiedad de
la empresa Marjal Ltda. hasta 1995, año en el cual fue cedido gratuitamente al
Fondo de Inmuebles Urbanos del Área Metropolitana de Bucaramanga[1].
9. El peticionario sostiene que es una persona sin recursos económicos que
debe mantener a su familia compuesta por dos hijos menores de edad y una esposa
que es ama de casa.
10. Finalmente, el peticionario no habita en el predio en cuestión pero afirma
que obtiene los recursos económicos necesarios para mantener a su familia, de lo
que se produce en dicho terreno.

1. 2. Intervención de las entidades demandadas.

Alcaldía Municipal de Floridablanca

Afirmó que, mediante el proceso policivo No. 016 de 2006, no se le estaba


violando ningún derecho fundamental al peticionario pues en todas las etapas del
trámite policivo se respetaron sus derechos al debido proceso y a la defensa.
No. 29
Continuación del auto No. DE Página 96 de 149

Adicionalmente, manifestó que el predio ocupado por el peticionario pertenecía


al Fondo de Inmuebles Urbanos del Área Metropolitana de Bucaramanga y, en
consecuencia, se trataba de un bien de uso público que no podía ser poseído por un
particular al ser un predio inembargable, imprescriptible e inalienable.

Inspección Segunda de Policía de Floridablanca

Sostuvo que la presente acción de tutela debía ser declarada improcedente


por existir otro medio de defensa judicial y no acreditarse la existencia de
un perjuicio irremediable.

Además, afirmó que el espacio público no podía ser adquirido mediante


prescripción adquisitiva pues los bienes de uso público eran inalienables,
imprescriptibles e inembargables.

Por otra parte, señaló que, en el trámite que se adelantó para solicitar la restitución
del inmueble poseído por el peticionario, se respetaron los derechos a la defensa y
al debido proceso pues se “profirieron los respectivos autos de apertura
de conocimiento, se recepcionaron las diligencias de descargos,
se surtió la etapa probatoria, y consecuentemente se proyectaron
las resoluciones de restitución mediante fallos de fecha 3 de
marzo de 2008 y 16 de julio de 2008, las cuales fueron
debidamente notificadas”[2].

Área Metropolitana de Bucaramanga

Mediante Auto de 14 de abril de 2009, el Juzgado 20 Penal Municipal con


Funciones de Control de Garantías vinculó al proceso al Área Metropolitana de

No. 29
Continuación del auto No. DE Página 97 de 149

Bucaramanga y corrió traslado por veinticuatro (24) horas para que indicara si el
predio ocupado por el peticionario le pertenecía al Fondo de Inmuebles Urbanos
del Área Metropolitana de Bucaramanga y si esa entidad había elevado una
querella tendiente a obtener la recuperación del lote en conflicto.

En respuesta a la tutela instaurada, el Área Metropolitana de Bucaramanga afirmó


que, mediante escritura pública No. 1037 de 30 de junio de 1995, la firma
constructora Marjal Ltda., transfirió el inmueble en cuestión como área de cesión
tipo A debido a la construcción de la Urbanización los Andes.

En efecto, la Ley 9 de 1989 estableció que los constructores de urbanizaciones


tenían la obligación de ceder una proporción del área construida destinada a dotar a
la comunidad de zonas recreativas de uso público, zonas de equipamiento comunal
público y zonas públicas complementarias a los sistemas viales.

En consecuencia, el inmueble ocupado por el peticionario era un bien de uso


público cuya destinación y uso, formaba parte de un concepto mucho más amplio
llamado espacio público, constitucionalmente protegido en el artículo 82 de la
Constitución. Por lo tanto, el inmueble era imprescriptible, inalienable e
inembargable.

En este orden de ideas, la entidad sostuvo que no era posible predicar la institución
de la posesión respecto del bien inmueble ocupado por el peticionario y,
adicionalmente, que el Estado tenía que velar por la protección integral del espacio
común, solicitando la restitución de los bienes de uso público ocupados por
particulares.

Adicionalmente, manifestó que, de conformidad con el artículo 679 del Código


Civil, las entidades del Estado no reconocían mejoras a los ocupantes ilegítimos de
los bienes de uso público por cuanto una situación ilegítima o ilegal no podía
generar contraprestación económica alguna a cargo del erario público.
No. 29
Continuación del auto No. DE Página 98 de 149

Por otra parte, afirmó que, en el caso concreto, no existía violación de los derechos
fundamentales aducidos por el peticionario, pues el proceso de lanzamiento
adelantado por la Alcaldía y la Inspección Segunda de Policía de Floridablanca
tenía como fundamento la protección de un bien de uso público y de interés
general.

Finalmente, estimó que no se demostraban ni cuantificaban los perjuicios


supuestamente sufridos por el peticionario.

1. 3. Pruebas relevantes aportadas al proceso.

a) Copia de la escritura pública No. 1037 del día 30 de junio de 1995 en la que
consta que la firma Marval Ltda. cedió gratuitamente al Fondo de Inmuebles
Urbanos del Área Metropolitana de Bucaramanga, el inmueble ocupado por
el peticionario, a titulo de cesión tipo A de la urbanización Los Andes[3].
b) Resolución No. 000-1 de 3 de marzo de 2008 expedida por la Alcaldía de
Floridablanca, Santader, mediante la cual se resuelve el proceso policivo No.
080 de 2006 contra Yosimar Jair González Perea y se ordena a éste último y
a otras personas indeterminadas que restituyan los bienes que han ocupado,
al tratarse de inmuebles de uso público[4].
c) Recurso de reposición interpuesto por el señor Yosimar Jair González contra
la Resolución No. 000-1 de 3 de marzo de 2008, expedida por la Alcaldía de
Floridablanca, Santander, mediante el cual se solicita la declaratoria de
nulidad del proceso de policía No. 080 de 2006 por no haberse practicado ni
la diligencia de inspección judicial con intervención de peritos ni la
notificación de las personas indeterminadas[5]
d) Resolución No. 0484 de 16 de julio de 2008, dictada en el marco de los
procesos policivos No. 106, No. 082, No. 083, No. 080 y No. 091, por medio
de la cual la Alcaldía de Floridablanca ordenó a los ocupantes determinados

No. 29
Continuación del auto No. DE Página 99 de 149

Felix Figueroa Badillo, Germán Meneses, Yosimar Jair González, Jhon


Martínez Parra, Oscar Zapata, Bolguer Dueñas y a los demás “ocupantes
y/o residentes” devolver el bien de uso público que ocupaban[6].
e) Edicto desfijado el día 17 de agosto de 2008, mediante el cual se les notifica
a los señores FELIX FIGUEROA, GERMAN MENESES, JOSIMAR JAIR
GONZALEZ, JHON MARTINEZ PARRA, OSCAR ZAPATA, BOLGUER
DUEÑAS Y DEMÁS OCUPANTES Y/O RESIDENTES
INDETERMINADOS que ocupan la zona de uso público ubicada en la 205
No. 37 en el LOTE FRENTE A LA URBANIZACIÓN LA RONDA I, II, III
Y IV ETAPA, la resolución No. 0484 de 16 de julio de 2008 mediante la
cual se les ordena restituir el bien de uso público que ocupan ilegalmente[7].
f) Derecho de petición interpuesto el día 15 de septiembre de 2008, por el
accionante y algunos vecinos, mediante el cual se informa a la Personería
Municipal de Floridablanca que el proceso policivo No. 080 de 2006 está
viciado de nulidad porque: i) no se practicó diligencia de inspección judicial
con intervención de peritos; ii) no se notificó a las personas indeterminadas
afectadas por el proceso; iii) no existe ningún oficio del Fondo de Inmuebles
Urbanos del Área Metropolitana de Bucaramanga en donde se reclame la
propiedad y/o la posesión de los inmuebles poseídos; iv) no existen copias ni
de las escrituras públicas ni de los títulos de propiedad de los predios en
conflicto[8].
g) Resolución No. 0492 de 26 de septiembre de 2008, mediante la que se
ordena acumular al proceso policivo No. 106 de 2006, todas las
investigaciones policivas sobre restitución del bien de uso público ubicado
“en la calle 205 No. 37 frente a la portería del barrio la
Ronda I ,II ,III y IV”[9].
h) Resolución No. 0504 de 10 de febrero de 2009 dictada en el marco del
proceso policivo No. 080 de 2006, mediante la cual se resuelve
negativamente el recurso de reposición interpuesto contra las Resoluciones
Nos. 001 y 004 de 3 marzo de 2008[10].
No. 29
Continuación del auto No. DE Página 100 de 149

i) Edicto (fijado el día 29 de abril en la Inspección Segunda de Policía de


Floridablanca y desfijado el día martes 6 de mayo de 2009) mediante el cual
se hace saber a los señores FELIX FIGUEROA, GERMAN MENESES,
JOSIMAR JAIR GONZALEZ, JHON MARTINEZ PARRA, OSCAR
ZAPATA, BOLGUER DUEÑAS Y DEMÁS OCUPANTES Y/O
RESIDENTES que ocupan la zona de uso público ubicada en la 205 No. 37
en el LOTE FRENTE A LA URBANIZACIÓN LA RONDA I, II, III Y IV
ETAPA, que la Alcaldía de Floridablanca inició proceso en su contra de
restitución de bien de uso público, radicado bajo el proceso No. 106 de
2006. En el edicto se resuelve emplazar a los señores antes reseñados y los
demás ocupantes y/o residentes para que se presenten a la Inspección 2ª de
Policía a rendir descargos, solicitar pruebas y, en general, a hacer uso de su
derecho de defensa[11].
j) Declaración Juramentada rendida ante el Notario 1° del Circuito Notarial de
Floridablanca el día 1 de agosto de 2008, por los señores Zoila Rosa Macías
Suárez y Bernabé Celis Sandoval en la que expresan que les consta que el
peticionario ha poseído el predio “Villa Carolina”, de manera
ininterrumpida, sin clandestinidad ni violencia, durante más de 14 años; que
ha sembrado 377 árboles frutales y que la parcela tiene cerramiento
total[12].

1. 4 Actuaciones surtidas ante la Corte Constitucional.

Mediante auto de diez (10) de diciembre de 2009, el Magistrado sustanciador


resolvió:

“Primero.- Ordenar que por Secretaría General se


oficie a la Inspección Segunda de Floridablanca,
ubicada en la Cll. 5 No. 8 – 25 (Floridablanca –
Santander) para que, en un término de cinco (5) días a
No. 29
Continuación del auto No. DE Página 101 de 149

partir de la notificación de este auto, responda las


siguientes preguntas:
a) En el marco del proceso policivo No. 106 de 2006,
se expidió la Resolución No. 0484 de 16 de julio
de 2008, mediante la cual se ordenó a personas
determinadas e indeterminadas la restitución del
bien de uso público ubicado frente a la portería del
Barrio La Ronda I, II, III y IV. ¿Se ha dado
cumplimiento a la orden de desalojo consagrada
en dicha resolución? De responderse
negativamente a esta pregunta, ¿por qué no se ha
producido el desalojo de los ocupantes de ese
bien de uso público?
b) Consta en el expediente que las providencias
proferidas en el marco del proceso policivo No.
106 de 2006 fueron notificadas personalmente a
las personas FELIX FIGUEROA BADILLO,
GERMAN MENESES, YOSIMAR JAIR
GONZALEZ, JHON MARTÍNEZ PARRA, OSCAR
ZAPATA, BOLGUER DUEÑAS pero no fueron
notificadas personalmente al señor ENRIQUE
EUDORO VILLEGAS SALAZAR, uno de los
ocupantes del bien de uso público ubicado frente a
la portería del Barrio La Ronda I, II, III y IV.
Teniendo en cuenta lo anterior:
- ¿Por qué este ocupante no fue ni individualizado
ni notificado personalmente de las providencias

No. 29
Continuación del auto No. DE Página 102 de 149

dictadas en el marco del proceso No. 106 de


2006?
- ¿Cómo se notificó a este ocupante de dichas
providencias? Adjúntense documentos que
corroboren esta respuesta.

Segundo.- Ordenar que por Secretaría General se


oficie a la Alcaldía Municipal de Floridablanca, ubicada
en la Cll. 5 No. 8 – 25 (Floridablanca – Santander),
para que, en un término de tres (3) días a partir de la
notificación de este auto, allegue a este Despacho el
Código de Policía Departamental de Santander
aplicable al proceso policivo No. 106 de 2006.

Tercero.- ORDENAR que por Secretaría General se


oficie al señor ENRIQUE EUDORO VILLEGAS
SALAZAR, identificado con el número de cédula
5.556.114 y domiciliado en la Cll. 205 No. 40 – 121 de
Floridablanca, Santander, para que allegue a este
Despacho, en un término de (7) días a partir de la
notificación de este auto, los siguientes documentos:
a) Resolución mediante la cual se asignó estrato a la
parcela Villa Carolina, ubicada en la Cll. 205 No.
38 A – 146 de Floridablanca, Santander.
b) Resolución mediante la cual un curador otorgó
certificación de nomenclatura a la parcela Villa
Carolina, ubicada en la Cll. 205 No. 38 A – 146 de
Floridablanca, Santander.
No. 29
Continuación del auto No. DE Página 103 de 149

c) Solicitudes de instalación de los servicios públicos


domiciliarios de luz eléctrica, agua y teléfono de la
parcela Villa Carolina, ubicada en la Cll. 205 No.
38 A – 146 de Floridablanca, Santander.
d) Facturas de los servicios públicos domiciliarios
correspondientes a la parcela Villa Carolina,
ubicada en la Cll. 205 No. 38 A – 146 de
Floridablanca, Santander.

Cuarto.- ORDENAR que por Secretaría General se


oficie al señor ENRIQUE EUDORO VILLEGAS
SALAZAR, identificado con el número de cédula
5.556.114 y domiciliado en la Cll. 205 No. 38 A – 146
de Floridablanca, Santander, para que, en un término
de (7) días a partir de la notificación de este auto,
responda mediante una declaración juramentada ante
notario, las siguientes preguntas:
a) ¿En qué fecha y a través de que medio tuvo
conocimiento de que la parcela Villa Carolina era un
bien de uso público de propiedad del Fondo de
Inmuebles del Área Metropolitana de
Bucaramanga?
b) ¿Desde cuándo y en qué tiempos realizó las
mejoras sobre el bien? También describir el tipo de
mejoras realizadas”.

Dentro del término legal, Daniel Arenas Gamboa, Inspector II de Policía de


Floridablanca informó a este Despacho que no se ha dado cumplimiento a
No. 29
Continuación del auto No. DE Página 104 de 149

la orden de desalojo ordenada en la resolución No. 0504 de febrero 10 de


2009 “mediante la cual se resuelven los recursos de
reposición interpuestos, debido a que en un principio la
Oficina Asesora de Planeación, mediante visitas oculares al
predio de la referencia, dictaminó la presencia de viviendas
subnormales en madera, teja y polisombra, individualizando
a los ocupantes del mismo, sin embargo, a la fecha se tiene
que cuentan con construcciones en ladrillo y cemento,
circunstancias que dificultan la recuperación del lote, toda
vez que es necesario que el AREA METROPOLITANA,
preste los medios suficientes para su realización, esto es un
grupo considerable de trabajadores, coteros, equipos de
demolición, herramientas, vigilancia, y por supuesto contar
con el apoyo de la Fuerza Pública, circunstancias que no se
han presentado”[13].

Por otra parte, respecto a la segunda pregunta, el funcionario afirmó lo


siguiente: “la oficina Asesora de Planeación Municipal es la
entidad encargada para que de manera oficiosa recorra el
Municipio y emita CONCEPTOS TECNICOS cuando a
estos haya lugar, dentro de los cuales se individualizan e
identifican a los presuntos contraventores de las normas
policivas, sin embargo, nótese como en los folios 01[14],
104[15], 124[16], 144[17]y 183[18] de este expediente, sólo
se encontró en el predio la presencia de los
señores JOSIMAR GONZALEZ, JHON MARTINEZ, FELIX
FIGUEROA, GERMAN MENESES y OSCAR
ZAPATA, quienes custodiaban las respectivas viviendas
No. 29
Continuación del auto No. DE Página 105 de 149

subnormales, razón por la cual esta oficina adelantó el


trámite respectivo contra las personas mencionadas
anteriormente, no obstante en todas las actuaciones y en
aras de garantizar el derecho a la defensa y el debido
proceso se resaltó que se vinculaba a todas las personas
interesadas, INDETERMINADAS y ocupantes que
habitaran la zona en comento, para que se presentaran al
despacho e hicieran uso de los mecanismos de defensa.
(…). Debido a que el señor ENRIQUE EUDORO VILLEGAS
no reside ni habita en el lugar, (…) en las ocasiones en que
la Alcaldía Municipal hizo presencia en el sitio siempre se
conoció que quienes ocupaban el lote con sus
construcciones eran los señores JOSIMAR GONZALEZ,
JHON MARTINEZ, FELIX FIGUEROA, GERMAN
MENESES y OSCAR ZAPATA, ahora bien esta oficina el
día 31 de marzo de 2009 aprovechando una visita ocular
que hiciera [la Inspectora de Obra y Ornato] por la denuncia
de construcciones en este predio, y con la información de
los vecinos, suscribió las boletas No. 3719, 3720, 3721 y
3722 para que se presentaran a la Inspección [otros
ocupantes] que aunque no residen en el lugar, poseen
cultivos y árboles frutales, los cuales explotan
económicamente, sin embargo no se mencionó al señor
ENRIQUE VILLEGAS”[19].

A continuación, la Inspección Segunda de Policía de Floridablanca explicó


que notificó al peticionario de las decisiones tomadas en el marco del
proceso No. 106 de 2006 de las siguientes maneras:
No. 29
Continuación del auto No. DE Página 106 de 149

1. Folio 243 Boleta de citación No. 1075 del 25 de


Agosto de 2008, dirigida a los ocupantes del lote.
2. Folio 244, Edicto a personas indeterminadas, con el fin
de que se presentaran al despacho a rendir descargos,
presentar pruebas y en general hacer uso del derecho de
defensa dentro del proceso policivo.
3. Folios 245, 246 y 247, Resolución No. 0484 del 16 de
julio de 2008 artículo primero, dirigida a OCUPANTES,
RESIDENTES Y DEMAS PERSONAS
INDETERMINADAS, que ocupan la zona de uso publico,
lote frente a las porterías de las Rondas I, II, III y IV Etapa
del Municipio de Floridablanca.
4. Folio 248, Edicto para notificar la Resolución a los
OCUPANTES Y PERSONAS INDETERMINADAS.
5. Folios 259 a 261, Boletas de Citación a los
OCUPANTES DEL LOTE.
6. Folios 263 a 266, Resolución No. 0504 del 10 de
febrero de 2009, mediante el cual se resuelven los
recursos interpuestos por el señor JOSIMAR GONZALEZ
Y GERMAN MENESES, e igualmente a personas
INDETERMINADAS.
7. Folio 402, Memorial de la Dra. Claudia Azucena
Hernández Gualdron de fecha 15 de septiembre de 2008,
en calidad de apoderada de los ocupantes del lote, y
entre estos véase al señor ENRIQUE EUDORO
VILLEGAS SALAZAR, y en donde manifiesta tener
conocimiento del proceso desde el año 2006.

No. 29
Continuación del auto No. DE Página 107 de 149

8. Folio 680, Edicto mediante el cual se notifica a


PERSONAS INDETERMINADAS de la Resolución No.
0504 del 10 de febrero de 2009.
9. Folio 695, Consideraciones del JUZGADO VEINTE
PENAL MUNICIPAL CON FUNCIONES DE GARANTIA,
en el cual se demuestra que el señor ENRIQUE
VILLEGAS, tenía conocimiento del proceso desde el año
2006, sin embargo no se presentó al Despacho ni desató
los recursos de ley.
De lo anterior se colige, que este Despacho, siempre tuvo
en cuenta las garantías del debido proceso (…), sin
embargo y teniendo en cuenta que debido a que las
nomenclaturas con que se presentan los contraventores son
irregulares pues no están legalizadas por la OFICINA
ASESORA DE PLANEACIÓN, el servicio de correo
certificado no las entrega, razón por la cual, le ha tocado a
la secretaría del Despacho la entrega personal
desplazándose al sitio, y confirmando que nunca se
encontró en el lugar al [peticionario]”[20].

Finalmente, anexó copia del Código Departamental de Policía de


Santander.

Por su parte, dentro del término legal, el peticionario anexó:


1. “Fotocopia autenticada de la Resolución No. 0107 de
2007 mediante la cual se asignó estrato a la Parcela
Villa Herminia, ubicada en la Calle 205 No. 37-42 de
No. 29
Continuación del auto No. DE Página 108 de 149

Floridablanca, Santander, que se encuentra en el


mismo predio donde está la parcela Villa Carolina,
ubicada en la Calle 205 No. 38 A – 146 de
Floridablanca, parcelas que tienen el mismo número
catastral 01-01-0182-0442-000. En consecuencia, he
venido asimilando la misma estratificación para mi
parcela (subrayado por fuera de texto)”[21].
2. Declaración Juramentada ante el Notario Primero del Circuito de
Floridablanca en la que el peticionario expresa que tuvo
conocimiento de que la parcela Villa Carolina era un bien de uso
público a finales del mes de junio de 2008 cuando “mi vecino,
señor Josimar Jair González Pineda, me informó que
se había notificado de una Resolución proferida por la
Alcaldía de Floridablanca, donde se le ordenaba que
desalojara la parcela Villa Herminia porque era un bien
de uso público y que además, al parecer la resolución
afectaba a los demás vecinos parceleros, no obstante
el hecho de que nunca había sido notificado de algún
proceso policivo en mi contra”[22]. Así mismo, en dicha
declaración explica que desde 1992 ocupó la parcela Villa Carolina e
inició actos de señor y dueño consistentes en la limpieza,
conservación, vigilancia, explotación económica mediante la siembra
de diversas especies de árboles frutales del predio y la construcción
de cercas y de un “cuarto para guardar las herramientas y
protegerme de las lluvias y vientos junto con mi
familia”[23].
3. Declaración Juramentada ante el Notario Primero del Circuito de
Floridablanca en la que el señor JOSIMAR JAIR GONZALEZ

No. 29
Continuación del auto No. DE Página 109 de 149

PINEDA manifiesta que “he venido suministrando a mi


vecino ENRIQUE EURORO VILLEGAS SALAZAR (…)
quien reside en la parcela Villa Carolina (…) los
servicios de luz desde noviembre de 2006; agua desde
marzo de 2008, permitiéndole compartir el uso de los
mismos dentro de la mencionada parcela, dichos
servicios han venido siendo pagados conjuntamente
desde las fechas en que fueron instalados. Aclaro
además que la parcela que ocupa el señor Villegas
desde hace más de 15 años, se encuentra ubicada
dentro del mismo predio de mi parcela (predio 01-01-
0182-0042-000)”[24].
4. Permiso de instalación del servicio de agua y alcantarillado en la
parcela Villa Herminia en el que el Gerente de Operaciones del
Acueducto Metropolitano de Bucaramanga S.A. afirma: “me
permito informarle que se ha dado tramite especial con
aprobación de un solo medidor para el predio ubicado
en la Calle 205 No. 37 – 42 La Ronda “Finca Villa
Herminia” del municipio de Floridablanca con uso
exclusivo para la vivienda existente, por lo tanto no
puede ser usado con fines de expansión o
parcelación”[25] .
5. Acta de Inspección y Verificación de las Instalaciones Eléctricas y
Equipos de Medida elaborada por la Electrificadota de Santander
S.A. E.S.P. en la que consta que el señor Josimar Jair González
Pineda es el subscriptor y/o usuario del servicio[26].

No. 29
Continuación del auto No. DE Página 110 de 149

6. Facturas de los servicios públicos domiciliarios de agua y luz


eléctrica correspondientes a la Parcela Villa Herminia, a nombre del
señor Josimar Jair González Pineda.
7. Fotocopia de la acción de tutela interpuesta por el señor Josimar Jair
González Pineda contra la Alcaldía Municipal y la Inspección
Segunda de Policía de Floridablanca el día 29 de abril de 2009
debido a la orden de desalojo del predio Villa Herminia.
8. Fotocopia del fallo de primera instancia mediante el cual el Juzgado
Octavo Penal Municipal de Bucaramanga resolvió “Tutelar los
derechos fundamentales a la vivienda digna conexo
con el del mínimo vital y la dignidad humana de
JOSIMAR JAIR GONZALEZ PINEDA, ordenándosele
al Alcalde Municipal de Floridablanca, que antes de
proceder al desalojo del accionante, dentro del término
máximo de sesenta (60) días hábiles siguientes a la
notificación de esta sentencia, realiza un acuerdo con
él para lograr su reubicación y en todo caso le
reconozca las mejoras que hubiese efectuado”[27].
9. Fotocopia del fallo de segunda instancia mediante el cual el Juzgado
Séptimo Penal del Circuito de Conocimiento de Bucaramanga revocó
el fallo impugnado y declaró la improcedencia de la acción de tutela
instaurada por el señor González Pineda[28].

II. DECISIONES JUDICIALES OBJETO DE REVISIÓN

2.1.- Mediante sentencia proferida el día 15 de mayo de 2009, el Juzgado Veinte


Penal Municipal con Funciones de Control de Garantías de Bucaramanga,
Santander, negó por improcedente[29] la solicitud de amparo interpuesta por el
señor Enrique Eudoro Villegas Salazar.

No. 29
Continuación del auto No. DE Página 111 de 149

En primer lugar, estimó que, en el caso concreto, no se había vulnerado el derecho


al debido proceso al acumular los procesos policivos tendientes a desalojar a los
ocupantes del bien de uso público. Así, afirmó que, como se habían acumulado
unos procesos en los que había identidad de sujetos pasivos y activos, identidad de
hechos e identidad de pretensiones, en virtud de los principios de celeridad y de
economía procesal, la Inspección de Policía había actuado conforme a la ley.

En segundo lugar, el juez de instancia consideró que, en este caso, no había una
vulneración del derecho a la vivienda digna ya que el peticionario no habitaba en el
bien objeto del proceso de restitución sino en otro inmueble arrendado.

Por otra parte, sostuvo que ninguna de las entidades demandadas había incurrido en
una violación del derecho de defensa pues el peticionario sabía, de tiempo atrás,
que se llevaba a cabo un proceso de restitución del bien inmueble por él ocupado
como lo demostraba el derecho de petición que había interpuesto ante el Personero
Municipal.

Finalmente, consideró que, como el peticionario y las demás personas afectadas por
la orden de restitución y desalojo de los inmuebles de propiedad del Estado, habían
interpuesto cada uno una acción de tutela por los mismos hechos, con las mismas
consideraciones y pretensiones, se configuraba una situación que rayaba con la
temeridad.

2.2.- Por medio de escrito presentado dentro del término legal, el peticionario
interpuso recurso de apelación contra la providencia de primera instancia.

Para argumentar la impugnación, afirmó que, en el caso concreto, sus derechos al


debido proceso y a la defensa habían sido vulnerados pues nunca fue notificado del
proceso policivo No. 106 de 2006 y, en consecuencia, nunca pudo presentar
descargos ni ser oído dentro del proceso.
No. 29
Continuación del auto No. DE Página 112 de 149

Así, afirmó que:

“se me negó el derecho fundamental del debido


proceso y del derecho de defensa, al no ser oído en
descargos dentro de los términos legales
correspondientes del proceso y sólo fui incluido por
extensión y al final de los mismos, en los procesos
adelantados contra JOSIMAR JAIR GONZALEZ Y
GERMAN MENECES al estar dirigida la resolución de
desalojo contra personas indeterminadas en donde al
parecer se me incluye como ´persona
indeterminada´.”[30]

Sostuvo, además, que al no haber sido notificado ni vinculado al proceso policivo


de restitución de bien de uso público, decidió interponer derecho de petición ante la
Personería de Floridablanca para solicitar su intervención y lograr una solución
eficaz del problema.

Por otra parte, afirmó que interponía la acción de tutela como mecanismo
transitorio para evitar un perjuicio irremediable pues con la orden de desalojo se
veían gravemente afectados sus derechos a la vivienda digna, a la igualdad ante la
ley y al mínimo vital. En este sentido, señaló que era una persona de escasos
recursos que conseguía lo necesario para subsistir de la explotación del terreno en
litigio.

Finalmente, expresó que, en su caso, se había configurado el principio de confianza


legítima porque había ocupado la parcela de manera abierta y notoria, con el
beneplácito de las autoridades de policía hasta el año 2006. Adicionalmente, el lote
tenía todos los servicios públicos domiciliarios. En esta medida, el peticionario
No. 29
Continuación del auto No. DE Página 113 de 149

señaló que en la restitución del inmueble de uso público por él ocupado, la


Administración tenía el deber de:

“proteger al administrado y al ciudadano frente a


cambios bruscos e intempestivos efectuados por las
autoridades”[31].

Por estos motivos, solicitó que se revocara la sentencia recurrida y, en su lugar, que
se tutelaran sus derechos fundamentales.

2.3.- Mediante sentencia proferida el día 7 de julio de 2009, el Juzgado 10º Penal
del Circuito de Bucaramanga, confirmó la sentencia impugnada[32] al considerar
que al peticionario no se le violaron ni el derecho al debido proceso ni el derecho a
la defensa toda vez que:

“si bien es cierto [que] no aparece declaración o


descargos rendidos por [el peticionario] dentro del
proceso (…), también lo es que la INSPECCIÓN
SEGUNDA DE POLICÍA DE FLORIDABLANCA le
notificó en su calidad de OCUPANTE Y/O RESIDENTE
del lugar objeto de restitución, las decisiones tomadas
en el mismo y le dio la oportunidad de ejercer el
derecho de defensa de conformidad con lo establecido
por la Ley”[33].

Por otra parte, señaló que el peticionario no había agotado todos los recursos de ley
para hacer valer sus derechos, pues no había iniciado un proceso ante la
jurisdicción ordinaria para pedir el reconocimiento de las mejoras y de la posesión

No. 29
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del inmueble. Además, como no había probado la existencia de un perjuicio


irremediable, la acción de tutela no era procedente en el caso concreto.

III. CONSIDERACIONES Y FUNDAMENTOS

3.1.- Competencia

1. Es competente esta Sala de la Corte Constitucional para revisar las decisiones


proferidas dentro de la acción de tutela de la referencia, de conformidad con lo
dispuesto en los artículos 86 y 241, numeral 9°, de la Constitución Política y en
concordancia con los artículos 31 a 36 del Decreto 2591 de 1991.

3.2.- Problema jurídico y esquema de resolución.

2. La Sala estima que, para resolver el caso concreto, debe dar respuesta
a los siguientes problemas jurídicos: ¿Existe una violación al debido
proceso cuando se procede a notificar por edicto un acto administrativo,
mediante el cual se ordena el desalojo de un inmueble de uso público, sin
antes haber intentado su notificación personal? ¿Existe una violación al
debido proceso cuando la Administración expide un acto administrativo,
dirigido contra personas indeterminadas, y no publica la parte resolutiva de
la decisión en el Diario Oficial o en un periódico de amplia circulación en la
zona? ¿Se puede alegar la consolidación de la confianza legítima en el
caso de la ocupación de un bien de uso público, cuando la Administración
la ha permitido durante un lapso considerable de tiempo?

3. Para responder estas preguntas, la Sala, en una primera parte, reiterará


las reglas de procedencia de la acción de tutela contra las decisiones
adoptadas en procesos policivos de restitución de bienes de uso público
(3.2.1.). Luego, en una segunda parte, a partir de la reiteración
No. 29
Continuación del auto No. DE Página 115 de 149

jurisprudencial, determinará el alcance del derecho al debido proceso


(3.2.2.) y el principio de confianza legítima como límites al ejercicio del
deber de la Administración de proteger el espacio público (3.2.3.).
Finalmente, la Sala aplicará estas reglas para solucionar el caso concreto
(3.2.4.).

3.2.1.- Procedencia de la acción de tutela contra las


decisiones adoptadas en procesos policivos de
restitución de bienes públicos.

4. De conformidad con el artículo 86 de la Constitución Política, toda


persona puede interponer la acción de tutela para reclamar ante los jueces
la protección inmediata de sus derechos fundamentales, cuando quiera
que sean violados o amenazados por la acción o la omisión de las
autoridades, la cual sólo procede cuando el afectado no disponga de otro
mecanismo de defensa judicial.

A partir de este precepto, se concluye que:

“la acción de tutela es un mecanismo de defensa


judicial de naturaleza subsidiaria para la defensa de
los derechos fundamentales, lo cual implica que la
acción de tutela es el último mecanismo judicial para la
defensa de esos derechos, al que puede acudir el
afectado por su violación o amenaza sólo después de
ejercer infructuosamente todos los medios de defensa
judicial ordinarios, o ante la inexistencia de los
mismos”[34].

No. 29
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5. Sin embargo, existen dos excepciones a esta regla: la acción de tutela


es procedente cuando se interpone como mecanismo para evitar un
perjuicio irremediable o cuando el medio judicial ordinario no resulta idóneo
para la protección de los derechos invocados por el accionante.

6. Respecto a los procesos policivos, el artículo 82 del Código Contencioso


Administrativo dispone que la jurisdicción de lo contencioso administrativo
no juzga las decisiones proferidas en juicios de policía regulados
especialmente por la ley.

En este sentido, se debe tener en cuenta que en la sentencia de 26 de julio


de 2001, el Consejo de Estado precisó que mediante:

“los juicios de policía se dirimen conflictos entre las


partes, [los cuales] son distintos de aquellas
actuaciones que culminan con la aplicación de
medidas de policía (…) puramente
administrativas”[35].

Y que, en el evento de:

“restitución de bienes de uso público, la autoridad


administrativa no actúa como juez, entendiendo esta
institución en su sentido lato, es decir, como aquella
que dirime imparcialmente controversias entre dos
partes que persiguen intereses opuestos”[36].

7. Por lo tanto, como en los procesos policivos de restitución de bienes de


uso público, la autoridad administrativa ejerce funciones administrativas y

No. 29
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no jurisdiccionales, razón por la cual las decisiones que expide en dichos


procesos son actos administrativos sujetos al control por parte de la
jurisdicción de lo contencioso administrativo. En esta medida, en tales
casos no se aplica lo dispuesto en el artículo 82 del Código Contencioso
Administrativo.

8. De conformidad con lo dispuesto por esta jurisprudencia, respecto a la


naturaleza administrativa de las decisiones tomadas en los procesos
policivos de restitución del espacio público, la Corte Constitucional, en la
sentencia T-545 de 2001[37], manifestó que:

“No se debe olvidar que la finalidad del proceso


policivo, en la restitución del espacio público, es la
rápida y efectiva defensa de los bienes de uso público,
lo que explica su carácter breve, sumario y la remisión
de las partes al proceso contencioso administrativo
como escenario donde se pueden plantear las
irregularidades que pudieran presentarse en el curso y
decisión del proceso policivo”.

Así, el control de legalidad de estos actos administrativos es realizado por


la jurisdicción de lo contencioso administrativo a través de la acción de
nulidad y restablecimiento del derecho, consagrada en el artículo 85 del
Código Contencioso Administrativo[38]. Lo anterior se confirma con lo
previsto en el artículo 67 de la Ley 9 de 1989[39], cuando establece que los
actos de los alcaldes referidos a las sanciones por ocupación de bienes de
uso público, pueden ser demandados ante dicha jurisdicción.

En consecuencia, las decisiones tomadas en juicios policivos de restitución


de bienes de uso público, pueden ser demandadas ante la jurisdicción de
No. 29
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lo contencioso administrativo mediante la acción de nulidad y


restablecimiento del derecho.

9. Cosa distinta sucede en el caso de las decisiones adoptadas en


procesos policivos para amparar la posesión, la tenencia o la servidumbre,
pues en estos eventos las autoridades de policía ejercen funciones
jurisdiccionales y, en esta medida, las providencias que dictan, son actos
jurisdiccionales, excluidos del control por parte de la jurisdicción de lo
contencioso administrativo[40].

10. En suma, cuando se trata de solicitudes de amparo relacionadas con


actos administrativos adoptados por autoridades administrativas en juicios
de policía de restitución de bienes de uso público, la acción de tutela es,
por regla general, improcedente, debido a la existencia de otro medio de
defensa judicial. Sin embargo, excepcionalmente, esta acción procede
como mecanismo transitorio para evitar un perjuicio irremediable o cuando
el medio ordinario resulta inadecuado para salvaguardar los derechos del
peticionario.

11. Así, en abundante jurisprudencia[41], esta Corporación ha señalado que el


perjuicio irremediable es aquel que tiene las características de inminencia, urgencia
y gravedad[42].

Por lo tanto, cuando se acredite la existencia de un perjuicio que: (i) sea inminente,
es decir, que produzca de manera cierta y evidente la amenaza de un derecho
fundamental; (ii) imponga la adopción de medidas apremiantes para conjurarlo[43];
(iii) amenace de manera grave un bien jurídico que sea importante en el
ordenamiento jurídico[44]; y, (iv) dada su urgencia y gravedad, imponga la
impostergabilidad del amparo a fin de garantizar el restablecimiento del orden
social justo en toda su integridad[45], la acción de tutela es procedente.

No. 29
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12. Adicionalmente, esta Corporación ha sostenido que, por regla general, cuando
la acción de tutela es procedente como mecanismo para evitar la ocurrencia de un
perjuicio irremediable, la protección se concede de manera transitoria. Sin
embargo, en varias oportunidades, esta Corporación, atendiendo las circunstancias
específicas del caso concreto, ha concedido el amparo de manera definitiva a pesar
de que la tutela haya sido declarada procedente para evitar la ocurrencia de un
perjuicio irremediable[46].

3.2.2. – Recuperación del espacio público, debido proceso


administrativo y principio de confianza legítima. Reiteración
de jurisprudencia.

13. En virtud de lo establecido en el inciso 1° del art. 82 de la Constitución Política,


el Estado tiene el deber de velar por la protección y la integridad del espacio
público, así como por su destinación al uso común. Dicha obligación se explica por
la necesidad de asegurar el acceso de todos los ciudadanos al goce y utilización
común de los espacios colectivos.

14. Ahora bien, la facultad de adelantar acciones tendientes a la recuperación del


espacio público ocupado irregularmente no es ilimitada, pues debe ejercerse
mediante un proceso judicial o policivo en el que se respeten las reglas del debido
proceso y el principio de confianza legítima. Esto es así debido a que el deber
constitucional y legal de proteger el espacio público está limitado por el respeto de
los derechos fundamentales de los ocupantes del mismo.

3.2.2.1. Debido Proceso administrativo. Importancia de la


notificación de los actos administrativos de carácter
particular.

No. 29
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15. Conforme al inciso primero del artículo 29 de la Constitución Política[47], el


debido proceso se aplica a toda clase de actuaciones, sean estas judiciales o
administrativas.

Lo anterior quiere decir que, en todas las actuaciones, se deben respetar las
garantías propias del derecho al debido proceso que se materializan,
principalmente, en el derecho de defensa, de contradicción y controversia de la
prueba, en el derecho de impugnación y en la garantía de publicidad de los actos
administrativos.

16. En lo que hace a las actuaciones administrativas, la jurisprudencia de esta


Corporación ha establecido que el derecho fundamental al debido proceso se debe
respetar, desde la etapa anterior a la expedición del acto administrativo, hasta las
etapas finales de comunicación y de impugnación de la decisión.

Adicionalmente, esta Corporación ha reiterado, en numerosas oportunidades, que el


debido proceso administrativo se refiere no sólo al respeto de garantías
estrictamente procesales, sino también al respeto de los principios que guían la
función pública como la igualdad, la moralidad, la eficacia, la economía, la
celeridad, la imparcialidad y la publicidad.

17. En este contexto, de acuerdo a la jurisprudencia de la Corte Constitucional, la


adecuada notificación de los actos administrativos, de carácter particular, es una
importante manifestación del derecho fundamental al debido proceso
administrativo[48].

Así, la notificación cumple una triple función dentro de la actuación administrativa,


a saber: i) asegura el cumplimiento del principio de publicidad de la función
pública pues mediante ella se pone en conocimiento de los interesados el contenido
de las decisiones de la Administración; ii) garantiza el cumplimiento de las reglas
del debido proceso en cuanto permite la posibilidad de ejercer los derechos de
No. 29
Continuación del auto No. DE Página 121 de 149

defensa y de contradicción y; finalmente iii) la adecuada notificación hace posible


la efectividad de los principios de celeridad y eficacia de la función pública al
delimitar el momento en el que empiezan a correr los términos de los recursos y de
las acciones procedentes.

18.1. Respecto al proceso policivo de restitución de bienes de uso público, el


artículo 132 del Código Nacional de Policía (Decreto 1355 de 1970) dispone que:

“ARTÍCULO 132. Cuando se trate de restitución de


bienes de uso público, como vías públicas urbanas o
rurales o zona para el caso de trenes, los alcaldes,
una vez establecido, por los medios que estén a su
alcance, el carácter de uso público de la zona o vía
ocupada, procederán a dictar la correspondiente
resolución de restitución que deberá cumplirse en un
plazo no mayor de treinta días. Contra esta resolución
procede recurso de reposición y también de apelación
para ante el respectivo gobernador.”

18.2. Por su parte, en artículo 3 del Decreto 640 de 1937, que reglamentó el trámite
para ordenar la restitución de los bienes de uso público, establece que:

“ARTÍCULO 3°. El primer auto o providencia que, en


estos casos, dicten los alcaldes, ordenando la referida
restitución, se notificará personalmente a los
ocupantes materiales de las zonas usurpadas, o a sus
administradores o mayordomos.”

No. 29
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18.3. A su vez, el Código Departamental de Policía de Santander dispone en el


artículo 374, que el alcalde e inspector de policía, de oficio o a solicitud de parte,
están facultados para tramitar y decidir, por medio del procedimiento abreviado, la
restitución de los bienes de uso público que se encuentren irregularmente ocupados.

18.4. Adicionalmente, al artículo 375 del mismo Código establece el trámite del
procedimiento abreviado. Así, esta norma dispone que:

“ARTÍCULO. 375. Trámite. Recibida la queja o el


informe respectivo el funcionario de policía dentro de
los 2 días siguientes dictará auto en el que se
disponga:
1. La ratificación del informe o la queja cuando el
funcionario lo considere necesario.
2. La citación del contraventor para ser oído en
descargos, haciéndole saber el derecho que tiene de
presentar las pruebas que considere oportunas.
3. Dentro de los 2 días siguientes a la citación se oirá
en descargos al contraventor y se practicarán las
pruebas solicitadas por el querellante o las que el
funcionario considere pertinentes para el
esclarecimiento de los hechos”.

18.5. Por otra parte, respecto a la forma de notificación, el artículo 403 del Código
Departamental de Policía de Santander ordena que los actos administrativos
dictados en los juicios de policía sean notificados en la forma establecida en el
Decreto 1° de 1984 y establece que ninguna providencia produce efectos antes de
ser notificada. Así mismo, el artículo 335 dispone que, en caso de vacío normativo
en lo tocante a las actuaciones administrativas reguladas por dicho Código, se
No. 29
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deben aplicar las normas del Código Contencioso Administrativo, siempre y


cuando no exista incompatibilidad entre ellas.

18.6. A su vez, el artículo 44 del Código Contencioso Administrativo (Decreto 1°


de 1984)[49] prescribe que las decisiones que ponen fin a una actuación
administrativa deben ser notificadas personalmente al interesado o a su apoderado.
Para efectuar la notificación personal, la regla general es que se envíe una citación
a la dirección de la persona interesada, documento que debe anexarse al expediente.

18.7. Pero, si no es posible hacer la notificación personal, pasados cinco días desde
el envió de la citación, de conformidad con el artículo 45 del Código Contencioso
Administrativo (en adelante CCA), se procederá a notificar el acto administrativo
mediante edicto[50].

18.8. En este sentido, el artículo 46 del CCA[51] establece que, cuando las
decisiones tomadas por las autoridades afecten en forma directa e inmediata a
terceros que no hayan intervenido en la actuación, deben ordenar publicar la parte
resolutiva, por una vez, en el Diario Oficial, o en el medio oficialmente destinado
para estos efectos, o en un periódico de amplia circulación en el territorio donde
sea competente quien expidió las decisiones.

18.9. Finalmente, el artículo 48 del CCA dispone que:

“ARTICULO 48. FALTA O IRREGULARIDAD DE LAS


NOTIFICACIONES. Sin el lleno de los anteriores
requisitos no se tendrá por hecha la notificación ni
producirá efectos legales la decisión, a menos que la
parte interesada, dándose por suficientemente
enterada, convenga en ella o utilice en tiempo los
recursos legales.
No. 29
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Tampoco producirán efectos legales las decisiones


mientras no se hagan las publicaciones respectivas en
el caso del artículo 46”.

Por lo tanto, las decisiones administrativas no producen efecto legal alguno hasta
tanto se encuentren debidamente notificadas[52]. La notificación debe hacerse, en
principio, de manera personal, sin perjuicio de que, de manera excepcional, el acto
administrativo pueda notificarse por conducta concluyente cuando el interesado se
pronuncie sobre su contenido aceptándolo, o cuando haga uso de los recursos
legales, subsanando de esta manera las irregularidades que se hayan presentando en
la notificación.

18.10. Sobre este tema, es necesario precisar que de acuerdo a la jurisprudencia del
Consejo de Estado, el artículo 48 del CCA, presenta un vacío pues no regula todas
las formas en que puede presentarse la notificación por conducta concluyente. En
efecto, en dicho artículo se establece que este tipo de notificación se produce
cuando la parte interesada: i) está de acuerdo con la decisión adoptada o, ii) cuando
interpone oportunamente los recursos legales; pero el artículo estudiado no
contempla la situación en la que el interesado está en desacuerdo con el acto
administrativo pero no ejerce en tiempo los recursos gubernativos
procedentes. Ante tal vacío, debe acudirse a al artículo 330 del Código de
Procedimiento Civil, por mandato del artículo 267 del CCA[53].

Ahora bien, el artículo 330 del CPC, regula la notificación por conducta
concluyente de la siguiente manera:

“ARTÍCULO 330. NOTIFICACION POR CONDUCTA


CONCLUYENTE. Cuando una parte o un tercero
manifieste que conoce determinada providencia o la
mencione en escrito que lleve su firma, o verbalmente
No. 29
Continuación del auto No. DE Página 125 de 149

durante una audiencia o diligencia, si queda


constancia en el acta, se considerará notificada
personalmente de dicha providencia en la fecha de
presentación del escrito o de la audiencia o diligencia.
Cuando una parte retire el expediente de la secretaría
en los casos autorizados por la ley, se entenderá
notificada desde el vencimiento del término para su
devolución, de todas las providencias que aparezcan
en aquel y que por cualquier motivo no le hayan sido
notificadas.
Cuando el escrito en que se otorgue poder a un
abogado se presente en el juzgado de conocimiento
se entenderá surtida la notificación por conducta
concluyente de todas las providencias que se hayan
dictado, inclusive el auto admisorio de la demanda o
del mandamiento de pago, el día en que se notifique el
auto que reconoce personería, a menos que la
notificación se haya surtido con anterioridad.
Cuando se decrete la nulidad por indebida notificación
de una providencia, ésta se entenderá surtida por
conducta concluyente al día siguiente de la ejecutoria
del auto que la decretó o de la notificación del auto de
obedecimiento a lo resuelto por el superior”.

Respecto a este tema, en la sentencia C-1076 de 2002, se afirmó que la notificación


por conducta concluyente:

No. 29
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“consiste en que en caso de que la notificación


principal, es decir la personal, no se pudo llevar a cabo
o se adelantó de manera irregular, pero la persona
sobre quien recaen los efectos de la decisión o su
defensor, no actuaron en su momento pero lo hacen
en diligencias posteriores o interponen recursos o se
refieren al texto de la providencia en sus escritos o
alegatos verbales, el legislador entiende que ese caso
la persona tuvo conocimiento de la decisión” (Subrayado
por fuera de texto).

En este mismo sentido, en la sentencia de 16 de octubre de 1987, la Sala Civil de la


Corte Suprema de Justicia manifestó que:

“La notificación por conducta concluyente establecida


de modo general en el artículo 330 del C. de P.C.
emerge, por esencia, del conocimiento de la
providencia que se le debe notificar a una parte,
porque está así lo ha manifestado de manera expresa,
verbalmente o por escrito, de modo tal que por
aplicación del principio de economía procesal, resulte
superfluo acudir a otros medios de notificación
previstos en la ley. La notificación debe operar bajo el
estricto marco de dichas manifestaciones, porque en
ello va envuelto la protección del derecho de defensa;
tanto, que no es cualquier conducta procesal la eficaz
para inferir que la parte ya conoce una providencia
que no le ha sido notificada por alguna de las otras
No. 29
Continuación del auto No. DE Página 127 de 149

maneras previstas en el ordenamiento” (subrayado por


fuera de texto).

Teniendo en cuenta lo anterior, la Sala concluye que la notificación por conducta


concluyente sólo se entiende surtida cuando la persona manifiesta que tiene
conocimiento sobre el contenido de la providencia o cuando se refiere a esta
concretamente, siempre y cuando dicha actuación se haya desarrollado dentro del
proceso al cual se accede pues, de conformidad con la jurisprudencia de la Corte
Suprema de Justicia y de esta Corporación, la notificación personal es un acto
procesal.

En esta medida, cuando el peticionario está en desacuerdo con el contenido de la


decisión administrativa y no ejerce los recursos gubernativos oportunos, para que
opere la notificación por conducta concluyente, se deben cumplir los siguientes
requisitos: i) existencia de un comportamiento del sujeto afectado por el acto; ii)
que se surta al interior del proceso y; iii) que se pueda deducir inequívocamente el
conocimiento del acto.

De allí que, para que una providencia se entienda notificada por conducta
concluyente, deben concurrir unos requisitos solemnes bien determinados cuyo
cumplimiento se exige en razón del papel fundamental que juega la notificación en
el respeto del debido proceso. En efecto, con la notificación de una providencia se
garantiza realmente que las personas puedan conocer y controvertir las razones de
hecho y de derecho en que las autoridades públicas fundamentan sus providencias.

19. En síntesis, la providencia que ordene la restitución del bien de uso


público (Art. 3 del Decreto 640 de 1937 y Art. 44 del CCA), debe ser notificada
personalmente a los ocupantes materiales del inmueble. Si no es posible realizar la
notificación personal, el acto administrativo se debe notificar mediante edicto. En
todo caso, los actos administrativos se notifican por conducta concluyente cuando

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media un comportamiento del sujeto afectado por el acto, del que se deduce
inequívocamente el conocimiento de la decisión y que se produce al interior del
proceso policivo. Finalmente, cuando hay terceros afectados por la decisión, es
necesario publicar la parte resolutiva en el Diario Oficial o en un periódico de
amplia circulación en la zona, para así dar cumplimiento al principio de publicidad.

20. Una vez establecidas las reglas en torno al debido proceso


administrativo, principio que incluye la adecuada notificación de las providencias
que se dicten en el marco de los procesos policivos de restitución de bienes de uso
público, pasa la Sala a reiterar el contenido y alcance del principio de confianza
legítima que, al igual que el debido proceso, debe ser respetado por las autoridades
al adelantar acciones tendientes a la recuperación del espacio público.

3.2.5.2. Principio de confianza legítima.

21. En abundante jurisprudencia, la Corte Constitucional ha aplicado el principio


de confianza legítima que ha sido definido por esta Corporación como:

“un corolario de la buena fe [que] consiste en que el


Estado no puede súbitamente alterar unas reglas de
juego que regulaban sus relaciones con los
particulares, sin que se les otorgue a estos últimos un
periodo de transición para que ajusten su
comportamiento a una nueva situación jurídica. No se
trata, por tanto, de lesionar o vulnerar derechos
adquiridos, sino tan sólo de amparar unas
expectativas válidas que los particulares se habían
hecho con base en acciones u omisiones estatales
prolongadas en el tiempo, bien que se trate de
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comportamientos activos o pasivos de la


Administración pública, regulaciones legales o
interpretaciones de las normas jurídicas. De igual
manera, como cualquier otro principio, la confianza
legítima debe ser ponderada, en el caso concreto, con
los otros, en especial, con la salvaguarda del interés
general y el principio democrático”[54].

Por lo tanto, se trata de un concepto que se deriva de los principios de la buena


fe[55] y de la seguridad jurídica[56]y que se erige como un límite a la actuación de
la Administración. Así, cuando, debido a hechos objetivos de las autoridades se le
genera al particular “la convicción de estabilidad en el estado de cosas
anterior”[57] y la convicción de que su actuar tiene una imagen de aparente
legalidad[58], estas no pueden crear cambios sorpresivos que afecten al particular
y, en esta medida, deben ofrecerle tiempo y medios para que se pueda ajustar a la
nueva situación.

En este orden de ideas, esta Corporación ha establecido que, en virtud de la


confianza legítima, el deber constitucional y legal de la Administración de
preservar el espacio público, no puede ser ejercido de manera sorpresiva e
intempestiva cuando se presentan los requisitos de aquella figura. Por este motivo,
las medidas de desalojo del espacio público deben estar antecedidas de un
cuidadoso estudio de las condiciones y características de la realidad de cada
ocupante en particular[59].

22. Por otra parte, esta Corporación ha manifestado que para que se configure este
principio, deben concurrir los siguientes presupuestos[60]: a) la necesidad de
preservar de manera perentoria el interés público[61]; b) la demostración de que el
particular ha desplegado su conducta de conformidad con el principio de la buena
fe[62]; c) la desestabilización cierta, razonable y evidente en la relación entre la
No. 29
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Administración y el particular[63] y, finalmente; d) la obligación de adoptar


medidas transitorias para que el particular se pueda acomodar a la nueva situación
creada por el cambio intempestivo de actitud por parte de la Administración[64].

23. Respecto a este último requisito, la Corte ha reconocido que existen múltiples
formas de proteger la confianza legítima que ampara a los ocupantes del espacio
público. Así, en algunos casos, la Corte ha tutelado este principio ordenando a las
autoridades la adjudicación de subsidios familiares de vivienda a favor de los
ocupantes del espacio público[65]. En otros casos, ha ordenado a la autoridad
otorgar la formación necesaria para que los desalojados puedan desempeñarse en
otra actividad económica[66] o acceder a créditos blandos y a insumos
productivos[67]. Otras veces, en cambio, ha exigido a la Administración el
reconocimiento y pago de las mejoras hechas por los ocupantes sobre los bienes de
uso público[68].
24. Por lo tanto, se trata de un principio en virtud del cual la Administración debe
actuar conforme al respeto por el acto propio. Así, las autoridades deben actuar de
manera coherente con sus comportamientos pasados y, en consecuencia, no pueden
modificar sus actuaciones de manera inconsulta y abrupta cuando ese cambio
afecta de manera directa a un particular.
3.2.3.- Caso Concreto.

25. El ciudadano Enrique Eudoro Villegas Salazar interpuso acción de tutela contra
la Alcaldía Municipal y la Inspección Segunda de Policía de Floridablanca, con el
objetivo de obtener la protección de sus derechos fundamentales al debido proceso,
a la defensa, a la igualdad, a la vivienda digna, a la buena fe, al mínimo vital y al
principio de confianza legítima, que habrían sido vulnerados como consecuencia de
que las autoridades accionadas ordenaron, en el marco de un proceso policivo de
restitución de bien de uso público, la restitución y desalojo de un inmueble ocupado
ilegalmente por el peticionario.

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26. Si bien es cierto que contra los actos administrativos dictados en el marco de un
proceso policivo de restitución de bien de uso público, procede la acción de nulidad
y restablecimiento del derecho y la suspensión provisional del acto
administrativo[69], ante la jurisdicción contencioso administrativa, en el caso
concreto, la acción de tutela es procedente como mecanismo para evitar la
ocurrencia de un perjuicio irremediable.

En efecto, en primer lugar, consta en el expediente que el peticionario es una


persona de escasos recursos[70], que pertenece a la tercera edad por tener sesenta y
ocho (68) años de edad[71] y que se encuentra a cargo de dos (2) hijos menores de
edad.

En segundo lugar, el peticionario se ha dedicado, por más de quince (15) años, a


explotar económicamente el bien ocupado. Su trabajo ha consistido, precisamente,
en vender en la plaza de mercado los frutos de los árboles que ha venido
sembrando en el inmueble desde 1992[72].

Teniendo en cuenta que el actor es un sujeto de especial protección constitucional


debido a su edad, el examen de procedibilidad de la presente acción de tutela debe
hacerse con menor rigor[73]. En esta medida, la Sala estima que, como las
entidades demandadas no allegaron pruebas que desvirtuaran que el peticionario
deriva los recursos necesarios para su manutención y la de su familia, de la
explotación económica del bien, de hacerse efectiva la orden de desalojo del bien
ocupado, se produciría un perjuicio irremediable. Así, la medida de desalojo
amenaza los derechos fundamentales al trabajo y al mínimo vital y, en esta medida,
se impone la necesidad de tomar medidas urgentes para asegurar que el peticionario
y su familia sigan teniendo acceso a los medios económicos necesarios para
asegurar una subsistencia digna. En esta medida, dada la urgencia y gravedad de la
situación que se produciría con el desalojo, la presente acción de tutela resulta
impostergable.

No. 29
Continuación del auto No. DE Página 132 de 149

27. Una vez establecida la procedencia de la acción de tutela en el caso concreto, la


Sala entra a determinar si la Inspección 2° de Floridablanca vulneró el derecho
fundamental al debido proceso del peticionario.

En el presente caso, los siguientes hechos se encuentran probados: i) desde el año


1992 el peticionario empezó a ejercer, de manera permanente y pública, actos de
señor y dueño sobre una porción de un terreno de propiedad privada; ii) mediante
escritura pública No. 1037 del día 30 de junio de 1995, la empresa dueña de ese
terreno, cedió gratuitamente al Fondo de Inmuebles Urbanos del Área
Metropolitana de Bucaramanga, el inmueble ocupado por el peticionario, a título de
cesión tipo A de la urbanización Los Andes, adquiriendo, por este motivo, la
calidad de bien de uso público[74]; iii) el inspector accionado inició varios
procesos policivos de restitución de bien de uso público contra los ocupantes de
dicho terreno, algunos determinados y otros indeterminados, como el peticionario;
iv) mediante Resolución No. 0484 de 16 de Julio de 2008 expedida por la
Inspección Segunda de Policía de Floridablanca, en el marco del proceso policivo
No. 106 de 2006, se ordenó a las personas determinadas e indeterminadas, la
restitución del bien de uso público ocupado[75]; v) el accionante interpuso un
derecho de petición el día 15 de septiembre de 2008 ante la Personería Municipal
de Floridablanca, mediante el cual le informa a esa entidad que el proceso policivo
No. 080 de 2006 está viciado de nulidad porque: a) no se practicó diligencia de
inspección judicial con intervención de peritos; b) no se notificó a las personas
indeterminadas afectadas por el proceso; c) no existe ningún oficio del Fondo de
Inmuebles Urbanos del Área Metropolitana de Bucaramanga en donde se reclame
la propiedad y/o la posesión de los inmuebles poseídos; d) no existen copias ni de
las escrituras públicas ni de los títulos de propiedad de los predios en
conflicto[76] vi) mediante Resolución No. 0492 de 26 de septiembre de 2008,
expedida por la Inspección Segunda de Policía de Floridablanca, se ordenó
acumular todos estos casos en el proceso No. 106 de 2006[77], resolución que fue
notificada por edicto[78]; vii) mediante Resolución No. 0504 de 10 de febrero de
2009, expedida por la Inspección Segunda de Policía de Floridablanca, se resolvió
No. 29
Continuación del auto No. DE Página 133 de 149

el recurso de reposición interpuesto contra la Resolución No. 0484, resolución que


también fue notificada mediante edicto[79].

28.1. De conformidad con estos hechos, la Sala estima que las decisiones adoptadas
dentro de los procesos policivos No. 082, 083, 080 y 091 de 2006, acumulados en
el proceso No. 060 de 2006, no fueron notificadas al peticionario conforme a lo
dispuesto en los artículos 403 del Código Departamental de Policía de Santander y
a los artículos 44 y 45 del Código Contencioso Administrativo, antes estudiados, lo
cual no obsta para decir que el peticionario se notificó por conducta concluyente.

Ciertamente, como consta en el expediente, ninguna de las resoluciones dictadas en


el marco del proceso policivo de restitución del bien de uso público ocupado,
fueron notificadas personalmente al peticionario.

En este sentido, es cierto que en el expediente se aprecia constancia de que la


Inspección 2° de Policía de Floridablanca, expidió la Boleta de Citación No. 1075
de 25 de agosto de 2008[80], mediante la cual se ordenó a los “ocupantes y o
residentes”, ubicados en la “cll 205 No. 37 Frente Portería Ronda I,
II, III y IV”, comparecer a dicha oficina para notificarse de la apertura del
proceso No. 106 de 2006 y que, posteriormente, expidió la Boleta de Citación No.
3719 de marzo 31 de 2009, por medio de la cual se ordenó a los ocupantes
ubicados en el “lote Los Andes, Barrio: Los Andes”, comparecer a la
Inspección para notificarse del fallo del proceso policivo No. 106 de 2006 .

Sin embargo, en primer lugar, en el expediente no existe constancia del envío de


dichas citaciones a la dirección del peticionario pues como lo manifestó la
Inspección Segunda de Policía de Floridablanca, según “las nomenclaturas
con que se presentan los contraventores, son irregulares, pues no
están legalizadas por la OFICINA ASESORA DE

No. 29
Continuación del auto No. DE Página 134 de 149

PLANEACIÓN,[con lo cual] el servicio de correo certificado, no


las entrega”[81].

Y, en segundo lugar, tampoco obra en el expediente constancia del lugar en que se


aficharon o entregaron dichas citaciones.

28.2. Adicionalmente, la Inspección Segunda de Policía de Floridablanca no dio


cumplimiento a lo establecido en el artículo 46 del CCA, pues no ordenó publicar
la parte resolutiva de sus decisiones, ni en el Diario Oficial, ni en un periódico de
amplia circulación en Floridablanca, a pesar de que era evidente que las decisiones
adoptadas dentro del proceso policivo No. 106 de 2006, afectaban en forma directa
a terceros que no habían intervenido dentro de la actuación administrativa.

En efecto, las resoluciones No. 0484 de 16 de Julio de 2008 y No. 0504 de 10 de


febrero de 2009, se dirigieron también contra “OCUPANTES Y /0
RESIDENTES, personas indeterminadas”[82]. Es decir que, para la
Inspección Segunda de Policía de Floridablanca, era claro que las decisiones
adoptadas dentro del proceso policivo No. 106 de 2006, afectaban a ocupantes que
no eran parte de la actuación administrativa.

28.3. Sin embargo, a pesar de que las autoridades demandadas procedieron a


notificar al peticionario de la existencia de las Resoluciones No. 0484 de 16 de
Julio de 2008 y No. 0504 de 10 de febrero de 2009, mediante edicto, es decir, con
un mecanismo subsidiario de notificación, sin que previamente se hubieran
agotado, de manera adecuada, los medios necesarios para lograr su notificación
personal, no hubo una violación del debido proceso por indebida notificación en la
medida en que, tal y como lo alegó la Inspección Segunda de Policía de
Floridablanca, el peticionario se notificó por conducta concluyente de la existencia
del proceso policivo No. 080 de 2006 que posteriormente fue acumulado con otros
casos en el proceso No. 106 de 2006.
No. 29
Continuación del auto No. DE Página 135 de 149

En efecto, el día 15 de septiembre de 2008, la señora “CLAUDIA


AZUCENA HERNÁNDEZ GUALDRON (…) actuando en mi
condición de apoderada de los Señores: JOSIMAR JAIR
GONZÁLEZ PINEDA, JHON MARTÍNEZ
PORRAS, ENRIQUE EUDORO VILLEGAS SALAZAR,
MISAEL VELANDIA FIGUEROA Y RODRIGO ROJAS
PLOMINO, quienes me confirieron poder para que los
representara en las actuaciones que surgieran en desarrollo del
PROCESO POLICIVO que se viene adelantando desde Mayo de
2006 en la Inspección Segunda de Policía de
Floridablanca”[83] (subrayado por fuera de texto) interpuso un derecho de
petición ante el Personero Municipal de Floridablanca solicitándole que “en su
calidad de funcionario público y persona con amplios valores
humanos reconocidos en nuestra municipalidad, (…) intervenga o
de a conocer alguna solución para que mis representados no se
vean afectados en sus derechos constitucionales y legales”[84], que
en su opinión, estaban siendo violados debido a que el proceso policivo No. 080 de
2006, estaba viciado de nulidad.

En esta medida, en el caso concreto, se cumplen los requisitos solemnes necesarios


para que se pueda afirmar que el actor se notificó por conducta concluyente de
todas las actuaciones llevadas a cabo en el marco del proceso policivo No. 080 de
2006 que, posteriormente, fue acumulado al No. 106 del mismo año. Así, por un
lado, existió un comportamiento del sujeto afectado por el acto, pues su apoderada
elevó un derecho de petición y, por otro lado, aunque ese acto no se surtió de
manera directa dentro del proceso porque el derecho de petición se elevó ante el
personero municipal de Floridablanca, se trató de una intervención administrativa
cuyo objetivo era tener efectos directos sobre el proceso policivo No. 080 de 2006
No. 29
Continuación del auto No. DE Página 136 de 149

en la medida en que se solicitó de manera explícita, la intervención del ministerio


público en el proceso con el objetivo de evitar la violación de los derechos del actor
y de sus vecinos. Finalmente, de la instauración de ese derecho de petición, se
deduce inequívocamente el conocimiento que tenía el actor de la existencia del
proceso policivo No. 080 de 2006 y de todas las actuaciones que se llevaron a cabo
dentro de él, al punto en que uno de los anexos de esa solicitud fue precisamente
una copia de dicho proceso y de la Resolución No. 001 de 3 de marzo de 2008
mediante la cual se ordenó el desalojo del bien inmueble ocupado[85].

Por estos motivos, el actor se notificó por conducta concluyente de la existencia del
proceso policivo No. 080 de 2006 al menos desde el 15 de septiembre de 2008, es
decir que el actor tuvo la oportunidad de interponer todos los recursos contra las
resoluciones que ordenaron el desalojo del inmueble (Resoluciones No. 001 de 3 de
marzo de 2008 y No. 0484 de 16 de julio de 2008) a partir de la fecha de
presentación del derecho de petición, sin que lo hiciera.

29. Ahora bien, aunque la Sala estima que no hubo una violación del debido
proceso dentro del proceso policivo No. 106 de 2006, es necesario señalar que la
actuación administrativa objeto de análisis supuso la vulneración del principio de
confianza legítima que debió aplicarse para culminar con la orden de desalojo del
bien inmueble ocupado por el peticionario.
29.1. En efecto, en el caso concreto, confluyen los presupuestos necesarios para
que se configure el principio de confianza legítima antes expuesto pues, en primer
lugar, la recuperación del espacio público ocupado por el peticionario obedeció a la
necesidad perentoria de preservar el interés público, materializado en la obligación
de asegurar el acceso de todos los ciudadanos al goce y utilización común de los
espacios colectivos.
29.2. En segundo lugar, el actor demostró que la ocupación del bien objeto de
litigio fue desplegada de conformidad con el principio de la buena fe porque
desconocía que el predio ocupado era un bien de uso público de propiedad del
Estado. En esta medida, la orden de desalojo, adoptada en el marco del proceso
No. 29
Continuación del auto No. DE Página 137 de 149

policivo No. 106 de 2006, desestabilizó de manera cierta y evidente su relación con
la Administración, configurándose, así, el tercer requisito para la consolidación del
principio de la confianza legítima.
En efecto, de conformidad con el acervo probatorio obrante en el expediente, el
peticionario ocupó un bien inmueble inicialmente de propiedad privada, ejerciendo
actos de señor y dueño consistentes, principalmente, en la siembra de árboles
frutales sobre dicho terreno.
Tres años después del inicio de la posesión, el propietario cedió el bien al Fondo de
Inmuebles Urbanos del Área Metropolitana de Bucaramanga, adquiriendo, por este
motivo, la calidad de bien de uso público pero sin que la adquisición de esa nueva
naturaleza jurídica, le fuera notificada al peticionario pues el propietario, antes de
hacer la cesión, no procedió a interponer la acción reivindicatoria de dominio
contra los poseedores para exigir la restitución del bien que, para 1995, ya llevaba
al menos tres años ocupado.
Como consecuencia de lo anterior, no hubo una sentencia que declarara la
prosperidad de la reivindicación, ordenara la restitución del inmueble y ordenara el
pago de las prestaciones mutuas, que son aquellas cargas y obligaciones que surgen
entre reivindicante y reivindicado, mutuamente, cuando el juez dicta sentencia
ordenando la restitución del bien. En esta medida, el propietario del bien cedido
omitió sus obligaciones de abonar los costos invertidos por el poseedor vencido
para la obtención de los frutos percibidos y de reconocer las mejoras necesarias y
las útiles hechas de buena fe.
29.3. En esta medida, en el caso bajo estudio, el peticionario está amparado por la
confianza legítima debido a que actuó siempre de buena fe, esto es, bajo la
convicción de que estaba ocupando un bien que le pertenecía en la medida en que
llevaba más de una década ejerciendo la tenencia del inmueble, con ánimo de señor
y dueño, sin que nadie se hubiese opuesto a la misma, aduciendo mejor título. Así,
durante al menos un periodo de ese tiempo, la Administración omitió sus deberes
de iniciar el proceso policivo de restitución de bien de uso público y,
decididamente, esa omisión persistente en el tiempo, le generó al peticionario la

No. 29
Continuación del auto No. DE Página 138 de 149

convicción de que estaba poseyendo un bien sin propietario, y en esta medida,


creyó estar actuando conforme a derecho.
29.4. En este contexto, la orden de desalojo, adoptada dentro del proceso policivo
No. 106 de 2006, desestabilizó de manera cierta y evidente la relación entre el
peticionario y la Administración pues, después de catorce (14) años, de manera
sorpresiva e intempestiva, ordenó la restitución del bien ocupado mediante las
Resoluciones No. 0484 de 16 de Julio de 2008 y No. 0504 de 10 de febrero de
2009 de la Alcaldía de Floridablanca, Santander.
30. De ahí que, en el caso estudiado, antes de haber expedido las resoluciones
ordenando el desalojo del bien inmueble, las autoridades administrativas debieron
cumplir con la obligación de adoptar medidas transitorias para que el peticionario
pudiera acomodarse a la nueva situación.
En esta medida, la Alcaldía y la Inspección Segunda de Floridablanca incumplieron
con el deber de estudiar cuidadosamente las condiciones personales del actor para
poder ofrecerle una alternativa viable para adaptarse al desalojo del bien que le ha
permitido, en los últimos diez y siete (17) años, sostener a su familia.
31. En este contexto, la Sala estima necesario aclarar que, aunque el
peticionario haya iniciado la posesión de un inmueble que era de propiedad
privada y haya creído ejercer actos de señor y dueño sobre el mismo por
más de diez y siete (17) años, no tiene derecho a adquirir el predio
mediante el modo prescripción adquisitiva en virtud del artículo 42 de la
Ley 153 de 1887, que dispone que:

“ARTICULO 42. Lo que una ley posterior declara


absolutamente imprescriptible no podrá ganarse por
tiempo bajo el imperio de ella, aunque el prescribiente
hubiere principiado a poseerla conforme a una ley
anterior que autorizaba la prescripción”.

No. 29
Continuación del auto No. DE Página 139 de 149

Así, este artículo se puede aplicar analógicamente al caso estudiado pues:


i) no existe una norma exactamente aplicable al caso en cuestión; ii) el
caso previsto en dicho artículo es similar al asunto objeto de estudio en la
presente sentencia, pues la única diferencia que se presenta entre ellos es
que, mientras que en la norma es la ley la que declara el bien
imprescriptible, en nuestro caso, es un contrato de cesión lo que vuelve el
bien imprescriptible, al adquirir la calidad de bien de uso público y; iii)
existe el mismo motivo para aplicar al caso no previsto el precepto
normativo, en la medida en la que en ambas hipótesis lo que se pretende
es proteger los bienes imprescriptibles, y en últimas, los bienes de la
Nación cuyo uso y disfrute está en cabeza de la comunidad[86].

Por este motivo, al producirse la mutación de bien privado a bien de uso


público, el peticionario perdió la posibilidad de adquirirlo mediante la
prescripción adquisitiva de dominio pues, para ese momento, todavía no
había completado el tiempo para usucapir el inmueble y, por lo tanto, con
el cambio de naturaleza del bien, no se le desconoció un derecho adquirido
sino una mera expectativa[87].

De allí que, en el caso concreto, la Administración tenga la facultad de


ordenar el desalojo del bien de uso público mediante un proceso policivo
en el que se respeten las normas del debido proceso y el principio de la
confianza legítima.

32. Por los motivos antes expuestos, la Sala ordenará a la Alcaldía


Municipal de Floridablanca que, antes de proceder al desalojo, llegue a un
acuerdo con el peticionario en el que, en todo caso, se le reconozcan las
mejoras que este hubiere hecho sobre el inmueble, con el fin de proteger
sus derechos al trabajo y al mínimo vital.

No. 29
Continuación del auto No. DE Página 140 de 149

33. Aunque en general los efectos de la tutela son inter partes, la Sala
considera que los efectos de esta providencia, en lo que respecta a la
protección de los derechos al trabajo, a la vivienda digna y al mínimo vital,
deben ser aplicados inter comunis, pues existe un universo objetivo de
personas que se encuentran en la misma situación del peticionario de
manera que, si se tutelaran únicamente los derechos del actor, se
vulneraría el derecho a la igualdad[88].

Así, en el trámite de revisión de la presente acción de tutela, se observó


que el bien inmueble, cuyo desalojo se ordenó mediante las resoluciones
No. 0484 de 16 de julio de 2008 y No. 0504 de 10 de febrero de 2009, está
siendo, en la actualidad, ocupado por otras personas que, como el
peticionario, i) empezaron a poseer el bien cuando era de propiedad de la
empresa “Marval Ltda.”; ii) a las que nunca se les informó de su mutación a
bien de uso público y iii) subsisten con los recursos provenientes de la
explotación agrícola del predio ocupado y/o construyeron su vivienda en él.

En esta medida, el amparo del derecho al trabajo, al mínimo vital y a la


vivienda digna, que en la presente providencia se ordena mediante la
aplicación del principio de la confianza legítima, también cobijará a
aquellos ocupantes del bien objeto de desalojo que se encuentren en una
situación similar a la del peticionario en la medida en la que subsistan
gracias a los recursos derivados de la explotación económica del predio o
que tengan su vivienda en dicho terreno.

34. Adicionalmente, la Sala estima que es necesario pronunciarse respecto


del contrato de cesión que se celebró entre la Administración y el
urbanizador, en cumplimiento de la obligación contenida en el artículo 5 de
la Ley 9 de 1989, contrato que ha sido definido por la Corte Suprema de
Justicia como un “acto de enajenación voluntaria, no

No. 29
Continuación del auto No. DE Página 141 de 149

propiamente donación, según se desprende del artículo


1455 del Código Civil, que deben hacer los propietarios de
los predios con fines urbanísticos de claro interés social,
ligados a la función social de la propiedad”[89] .

Mediante la escritura pública No. 1037 del día 30 de junio de 1995, la


empresa “Marval Ltda..” se comprometió a ceder al Fondo de Inmuebles
Urbanos del Área Metropolitana de Bucaramanga unos terrenos como
contraprestación al permiso de construcción de la urbanización “Los
Andes”. En esta medida, de conformidad con lo establecido en el artículo
32 de la Ley 80 de 1993[90], ese negocio jurídico tiene la naturaleza
jurídica de un contrato estatal pues una de las partes contratantes fue una
entidad pública adscrita a un área metropolitana[91]. Además, según lo
dispuesto por el artículo 23 de la Ley 80 de 1993[92], dicho contrato está
regido por las disposiciones civiles en la medida en la que el Estatuto
General de Contratación de la Administración Pública no lo regula
expresamente.

Una vez establecido el régimen aplicable al caso concreto, la Sala advierte


que dicho contrato no se ve afectado por lo dispuesto en la presente
sentencia en la medida en que, de conformidad con las pruebas obrantes
en el expediente, en su celebración se dieron todos los requisitos
establecidos en el artículo 1502 del Código Civil. En efecto, i) ambas partes
eran capaces; ii) ambas partes consintieron en obligarse y su
consentimiento no adoleció de ningún vicio; iii) el contrato recayó sobre un
objeto lícito, cual fue el de transferir el dominio de un bien inmueble y; iv)
obedeció a una causa lícita en la medida en la que el contrato se celebró
para dar cumplimiento a una obligación legal. Finalmente, teniendo en
cuenta que el objeto del contrato fue la enajenación de un bien inmueble, la

No. 29
Continuación del auto No. DE Página 142 de 149

Sala advierte que este se perfeccionó mediante la escritura publica No.


1037 del día 30 de junio de 1995.

Ahora bien, en virtud de ese contrato, la empresa “Marval Ltda.” se


comprometió a ceder unos inmuebles que “se hallan libres de todo
gravamen, pleito pendiente, embargo judicial, demanda
civil, hipoteca, condiciones resolutorias, y demás
limitaciones del dominio y que desde hoy hace entrega real
y material de los inmuebles cedidos con todas su
anexidades, usos, costumbres y servidumbres que de
acuerdo con la ley se obliga a su saneamiento”[93].

Sin embargo, de conformidad con el acervo probatorio obrante en el


expediente, se evidencia que el urbanizador incumplió dicha obligación. En
efecto, si bien dio cumplimiento a su obligación de transferir el dominio del
inmueble pues la tradición del predio se efectuó mediante la inscripción del
título (escritura pública No. 1037 de 30 de junio de 1995) en el registro de
instrumentos públicos de Bucaramanga[94], el urbanizador no puso a la
Administración en “posesión útil y pacífica de la cosa”[95] porque
no entregó materialmente el bien, incumpliendo, por este motivo, el artículo
922 del Código de Comercio[96]. Se recuerda que el peticionario de la
presente acción era el poseedor del inmueble cedido.

35. Anota por lo demás la Sala que, frente a este incumplimiento, la


Administración fue negligente, pues: i) recibió el bien sin antes cerciorarse
de que, en efecto, estuviera libre de todo gravamen; ii) no utilizó en tiempo
las acciones contractuales que tenía a su disposición para hacer cumplir el
contrato.

No. 29
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Por este motivo, la Sala compulsará copias para que las autoridades
competentes determinen si procede investigar penal y disciplinariamente al
señor César Augusto Moreno Prada quien celebró el contrato de cesión en
representación del Fondo de Inmuebles Urbanos del Área Metropolitana de
Bucaramanga y al señor Fernando Marín Valencia, quien celebró dicho
contrato en representación de la sociedad “Marval Ltda.”. Así mismo, la
Sala advierte que, como una de las órdenes de la presente sentencia es
que la Alcaldía Municipal de Floridablanca llegue a un acuerdo conciliatorio
con el peticionario en el que se le reconozcan las mejoras hechas, una vez
realizado dicho pago por parte de la Administración, se deberá determinar
si procede o no la acción de repetición en contra del funcionario
responsable y/o de la urbanizadora sociedad “Marval Ltda.”, y sus
representantes legales. Las autoridades competentes habrán de tener
especial atención a las reglas pertinentes sobre caducidad y prescripción.

36. Por último, así como esta Sala estima que es necesario proteger la
confianza legítima del peticionario debido a que actuó amparado por la
buena fe, no puede en este asunto ignorar una circunstancia que se
evidenció en el proceso, que si bien no desvirtúa la legitimidad de las
pretensiones del actor, sí evidencia que el peticionario trasgredió el
principio de buena fe ante el juez de tutela y ante las empresas de
servicios públicos domiciliarios.

En efecto, de las pruebas aportadas por el peticionario, se puede concluir


que este recibe los servicios públicos de agua y energía eléctrica mediante
conexiones fraudulentas que le ha facilitado uno de sus vecinos.

Así, en la declaración juramentada ante el Notario Primero del Circuito de


Floridablanca, el señor JOSIMAR JAIR GONZALEZ PINEDA manifiesta
que “he venido suministrando a mi vecino ENRIQUE

No. 29
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EURORO VILLEGAS SALAZAR (…) quien reside en la


parcela Villa Carolina (…) los servicios de luz desde
noviembre de 2006; agua desde marzo de 2008,
permitiéndole compartir el uso de los mismos dentro de la
mencionada parcela, dichos servicios han venido siendo
pagados conjuntamente desde las fechas en que fueron
instalados”[97].

Y en este mismo sentido, el peticionario afirmó que su vecino le permite


“tener una extensión de cable que llegue a mi parcela para
así recibir la luz y en cuanto al agua me permiten la
conexión de una manguera para poder usarla en mi parcela
y tener provisión de agua en un tanque que se adaptó”[98].

Con todo, en el permiso de instalación del servicio de agua y alcantarillado


en la parcela Villa Herminia, del señor González Pineda, el Gerente de
Operaciones del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga S.A. afirma
que: “me permito informarle que se ha dado trámite especial
con aprobación de un solo medidor para el predio ubicado
en la Calle 205 No. 37 – 42 La Ronda “Finca Villa Herminia”
del municipio de Floridablanca con uso exclusivo para la
vivienda existente, por lo tanto no puede ser usado con
fines de expansión o parcelación”[99] (subrayado por fuera de
texto).

Adicionalmente, de acuerdo al literal b) del numeral 2 de la cláusula


vigésima cuarta del Contrato de Condiciones Uniformes para la Prestación
del Servicio Público Domiciliario de Acueducto del Acueducto Metropolitano
de Bucaramanga, se puede dar por resuelto el contrato y proceder al corte
No. 29
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del servicio: “b)


Cuando se verifique la instalación de
acometidas fraudulentas”[100].

Por su parte, la cláusula 17.34 del Contrato de Condiciones Uniformes para


la Prestación del Servicio de Energía Eléctrica de la Electrificadora de
Santander S.A. E.S.P. establece que es obligación solidaria del cliente:
“utilizar el servicio únicamente en el inmueble, respetando la
carga y clase de servicio contratado por la COMPAÑÍA, de
acuerdo con las condiciones y fines estipulados en la
respectiva solicitud de conexión o reflejados en la factura.
En consecuencia, el servicio de energía eléctrica que se
suministra al inmueble, será para uso exclusivo de la unidad
familiar, establecimiento de comercio o industria no
pudiendo ser revendido o facilitado a
terceros”[101]. Adicionalmente, la cláusula 21.1.5 de dicho contrato
establece que la compañía puede suspender el servicio cuando “el
CLIENTE suministre de forma temporal o permanente, el
servicio de electricidad a otro inmueble o CLIENTE distinto
de aquel para el cual figura contratado el servicio”[102].

Estas cláusulas están en concordancia con el artículo 140 de la Ley 142 de


1994 que dispone que:

“ARTÍCULO 140. SUSPENSIÓN POR


INCUMPLIMIENTO. El incumplimiento del contrato por
parte del suscriptor o usuario da lugar a la suspensión
del servicio en los eventos señalados en las

No. 29
Continuación del auto No. DE Página 146 de 149

condiciones uniformes del contrato de servicios y en


todo caso en los siguientes:
La falta de pago por el término que fije la entidad
prestadora, sin exceder en todo caso de dos (2)
períodos de facturación en el evento en que ésta sea
bimestral y de tres (3) períodos cuando sea mensual y
el fraude a las conexiones, acometidas, medidores o
líneas.
Es causal también de suspensión, la alteración
inconsulta y unilateral por parte del usuario o
suscriptor de las condiciones contractuales de
prestación del servicio.
Durante la suspensión, ninguna de las partes puede
tomar medidas que hagan imposible el cumplimiento
de las obligaciones recíprocas tan pronto termine la
causal de suspensión.
Haya o no suspensión, la entidad prestadora puede
ejercer todos los derechos que las leyes y el contrato
uniforme le conceden para el evento del
incumplimiento”.

En esta medida, la Sala observa que es posible que el señor González


Pineda esté incumpliendo con las obligaciones derivadas de los contratos
de prestación del servicio de agua y de energía eléctrica, al facilitarle al
peticionario el suministro de agua y luz eléctrica[103].

Por consiguiente, la Sala instará al Acueducto Metropolitano de


Bucaramanga y a la Electrificadora de Santander S.A. E.S.P. para que
realicen una visita al predio ubicado en la Calle 205 No. 37 – 42 e
No. 29
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inspeccionen las nuevas conexiones de agua y de luz que se han hecho en


el lugar.

IV. DECISION

En mérito de lo expuesto, la Sala Tercera de Revisión de la Corte


Constitucional, administrando justicia en nombre del pueblo y por mandato
de la Constitución,

RESUELVE

Primero.- LEVANTAR la suspensión del proceso ordenada mediante


auto de diez (10) de diciembre de 2009.

Segundo.- REVOCAR las sentencias proferidas por el Juzgado


Veinte Penal Municipal con Funciones de Control de Garantías de
Bucaramanga y por el Juzgado 10º Penal del Circuito de Bucaramanga,
que negaron el amparo solicitado. En su lugar, CONCEDER el amparo
de los derechos al trabajo y al mínimo vital vulnerados al señor Enrique
Eudoro Villegas Salazar.

Tercero.- ORDENAR a la Alcaldía Municipal de Floridablanca que,


antes de proceder al desalojo, llegue a un acuerdo con el peticionario en el
que, en todo caso, se le reconozcan las mejoras que éste hubiere hecho
sobre el inmueble, con el fin de proteger sus derechos al trabajo y al
mínimo vital. Esta decisión tendrá efectos inter comunis por lo que se
hará extensiva a todos aquellos ocupantes del bien de uso público, objeto
del proceso policivo de restitución No. 106 de 2006, que se encuentren en
una situación similar a la del peticionario, en la medida en la que subsistan
No. 29
Continuación del auto No. DE Página 148 de 149

gracias a los recursos derivados de la explotación económica del predio y/o


que tengan su vivienda en dicho terreno.

Cuarto.- ORDENAR a la Alcaldía Municipal de Floridablanca que,


una vez efectuado el pago de dichas mejoras, repita contra la empresa
“Marval Ltda.” y sus representantes legales.

Quinto.- COMPULSAR copias de esta sentencia y del expediente al


Fondo de Inmuebles Urbanos del Área Metropolitana de Bucaramanga en
liquidación, para que, si lo considera procedente, adelante las
investigaciones disciplinarias a que haya lugar en contra del señor Cesar
Augusto Moreno Prada, de conformidad con lo establecido en la parte
motiva de esta sentencia.

Sexto.- COMPULSAR copias de esta sentencia y del expediente a la


Fiscalía General de la Nación que para, si lo considera procedente,
adelante las investigaciones penales a que haya lugar, en contra de los
señores César Augusto Moreno Prada y Fernando Marín Valencia de
Bucaramanga, por lo hechos relacionados en la parte motiva de esta
sentencia.

Séptimo.- INSTAR al Acueducto Metropolitano de Bucaramanga y a


la Electrificadota de Santander S.A. E.S.P. para que realicen una visita al
predio, ubicado en la Calle 205 No. 37 – 42 (Floridablanca, Santander) e
inspeccionen las nuevas conexiones de agua y de luz que se han hecho en
el lugar.

Octavo.- Por Secretaría líbrese la comunicación prevista en el artículo 36 del


Decreto 2591 de 1991.

No. 29
Continuación del auto No. DE Página 149 de 149

Notifíquese, comuníquese, publíquese en la Gaceta de la Corte


Constitucional y cúmplase.

Proyectó: María José Montoya Díaz- Contratista

Revisó- Andrea Yaneth Báez Sora- Secretaria Jurídica

No. 29

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