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2. COBÁN
EN COBÁN YO DISFRUTÉ
DEL ENCANTO DE SU SUELO
LAS BELLEZAS QUE ADMIRÉ
MOTIVARON ESTA CANCIÓN.
EN COBÁN ME QUEDARÉ
DISFRUTANDO DEL PAISAJE
Y DEL CLIMA ENCANTADOR
DE COBÁN CIUDAD IMPERIAL.
//ADMIRANDO SU VERDOR
SE DIVISA EL ENCANTO DE LA ORQUÍDEA
MONJA BLANCA PRIMOROSA
QUE EN SU SUELO FLORECIÓ
QUE ES LA FLOR NACIONAL//
3. LUNA DE XELAJÚ
EN MI VIDA NO HABRÁ
MAS CARIÑO QUE TU MI AMOR
PORQUE NO ERES INGRATA
MI LUNA DE PLATA
LUNA DE XELAJÚ
LUNA QUE ME ALUMBRÓ
EN MIS NOCHES DE AMOR
HOY CONSUELAS LA PENA
POR UNA MORENA QUE ME ABANDONÓ
4. SOLOLÁ
5. CHICHICASTENANGO
CANCIONES INFANTILES
Al pasar la barca, con el oso Traposo
Al pasar la barca
me dijo el barquero
las niñas bonitas
no pagan dinero.
Yo no soy bonita
ni lo quiero ser
yo pago dinero
como otra mujer.
La volvió a pasar
me volvió a decir
las niñas bonitas
no pagan aquí.
Al pasar la barca
me volvió a decir
esta morenita
me ha gustado a mi.
Al pasar la barca
me dijo el barquero
las niñas tan listas
no pagan dinero.
La volvió a pasar
me volvió a decir
las niñas tan listas
no pagan aquí.
Al pasar la barca
me volvió a decir
esta niña lista
me ha gustado a mi.
Al pasar la barca
me dijo el barquero
las niñas bonitas
no pagan dinero.
Yo no soy bonita
ni lo quiero ser
arriba la barca
1, 2 y 3.
Un elefante se balanceaba
Un elefante se balanceaba
sobre la tela de una araña
Como veía que no se caía
fue a buscar otro elefante.
Ya lo llevan a enterrar
por la calle del pescado,
marramiau, miau, miau, miau,
por la calle del pescado.
Al corro de la patata
Al corro de la patata,
Comeremos ensalada,
naranjitas y limones
achupe, achupe,
sentadita me quedé
(Y se caen todos al suelo!)
CUENTOS INFANTILES
UGA LA TORTUGA
Y es que no es para menos: siempre llega tarde, es la última en acabar sus tareas, casi
nunca consigue premios a la rapidez y, para colmo es una dormilona.
- ¡Esto tiene que cambiar!, se propuso un buen día, harta de que sus compañeros del
bosque le recriminaran por su poco esfuerzo al realizar sus tareas.
Y es que había optado por no intentar siquiera realizar actividades tan sencillas como
amontonar hojitas secas caídas de los árboles en otoño, o quitar piedrecitas de camino
hacia la charca donde chapoteaban los calurosos días de verano.
- ¿Para qué preocuparme en hacer un trabajo que luego acaban haciendo mis
compañeros? Mejor es dedicarme a jugar y a descansar.
- No es una gran idea, dijo una hormiguita. Lo que verdaderamente cuenta no es hacer el
trabajo en un tiempo récord; lo importante es acabarlo realizándolo lo mejor que sabes,
pues siempre te quedará la recompensa de haberlo conseguido.
No todos los trabajos necesitan de obreros rápidos. Hay labores que requieren tiempo y
esfuerzo. Si no lo intentas nunca sabrás lo que eres capaz de hacer, y siempre te
quedarás con la duda de si lo hubieras logrados alguna vez.
Por ello, es mejor intentarlo y no conseguirlo que no probar y vivir con la duda. La
constancia y la perseverancia son buenas aliadas para conseguir lo que nos proponemos;
por ello yo te aconsejo que lo intentes. Hasta te puede sorprender de lo que eres capaz.
- ¡Caramba, hormiguita, me has tocado las fibras! Esto es lo que yo necesitaba: alguien
que me ayudara a comprender el valor del esfuerzo; te prometo que lo intentaré.
Se sentía feliz consigo misma pues cada día conseguía lo poquito que se proponía
porque era consciente de que había hecho todo lo posible por lograrlo.
FIN
Había un niño que tenía muy, pero que muy mal carácter. Un día, su padre le dio una
bolsa con clavos y le dijo que cada vez que perdiera la calma, que él clavase un clavo en
la cerca de detrás de la casa.
El primer día, el niño clavó 37 clavos en la cerca. Al día siguiente, menos, y así con los
días posteriores. Él niño se iba dando cuenta que era más fácil controlar su genio y su mal
carácter, que clavar los clavos en la cerca.
Finalmente llegó el día en que el niño no perdió la calma ni una sola vez y se lo dijo a su
padre que no tenía que clavar ni un clavo en la cerca. Él había conseguido, por fin,
controlar su mal temperamento.
Su padre, muy contento y satisfecho, sugirió entonces a su hijo que por cada día que
controlase su carácter, sacase un clavo de la cerca.
Los días se pasaron y el niño pudo finalmente decir a su padre que ya había sacado todos
los clavos de la cerca. Entonces el padre llevó a su hijo, de la mano, hasta la cerca de
detrás de la casa y le dijo:
- Mira, hijo, has trabajo duro para clavar y quitar los clavos de esta cerca, pero fíjate en
todos los agujeros que quedaron en la cerca. Jamás será la misma.
Lo que quiero decir es que cuando dices o haces cosas con mal genio, enfado y mal
carácter, dejas una cicatriz, como estos agujeros en la cerca. Ya no importa tanto que
pidas perdón. La herida estará siempre allí. Y una herida física es igual que una herida
verbal.
Los amigos, así como los padres y toda la familia, son verdaderas joyas a quienes hay
que valorar. Ellos te sonríen y te animan a mejorar. Te escuchan, comparten una palabra
de aliento y siempre tienen su corazón abierto para recibirte. Las palabras de su padre,
así como la experiencia vivida con los clavos, hicieron que el niño reflexionase sobre las
consecuencias de su carácter. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN
Carrera de zapatillas
Había llegado por fin el gran día. Todos los animales del bosque se levantaron temprano
porque ¡era el día de la gran carrera de zapatillas! A las nueve ya estaban todos reunidos
junto al lago.
También estaba la jirafa, la más alta y hermosa del bosque. Pero era tan presumida que
no quería ser amiga de los demás animales.
- Ja, ja, ja, ja, se reía de la tortuga que era tan bajita y tan lenta.
- Jo, jo, jo, jo, se reía del rinoceronte que era tan gordo.
- Je, je, je, je, se reía del elefante por su trompa tan larga.
El zorro llevaba unas zapatillas a rayas amarillas y rojas. La cebra, unas rosadas con
moños muy grandes. El mono llevaba unas zapatillas verdes con lunares anaranjados.
La tortuga se puso unas zapatillas blancas como las nubes. Y cuando estaban a punto de
comenzar la carrera, la jirafa se puso a llorar desesperada.
Es que era tan alta, que ¡no podía atarse los cordones de sus zapatillas!
Y todos los animales se quedaron mirándola. Pero el zorro fue a hablar con ella y le dijo:
- Tú te reías de los demás animales porque eran diferentes. Es cierto, todos somos
diferentes, pero todos tenemos algo bueno y todos podemos ser amigos y ayudarnos
cuando lo necesitamos.
Entonces la jirafa pidió perdón a todos por haberse reído de ellos. Y vinieron las hormigas,
que rápidamente treparon por sus zapatillas para atarle los cordones.
Y por fin se pusieron todos los animales en la línea de partida. En sus marcas,
preparados, listos, ¡YA!
Cuando terminó la carrera, todos festejaron porque habían ganado una nueva amiga que
además había aprendido lo que significaba la amistad.
FIN
UN CONEJO EN LA VIA
Daniel se reía dentro del auto por las gracias que hacía su hermano menor, Carlos. Iban
de paseo con sus padres al Lago Rosado. Allí irían a nadar en sus tibias aguas y
elevarían sus nuevas cometas. Sería un día de paseo inolvidable. De pronto el coche se
detuvo con un brusco frenazo. Daniel oyó a su padre exclamar con voz ronca:
El auto inició su marcha de nuevo y la madre de los chicos encendió la radio, empezó a
sonar una canción de moda en los altavoces.
- Cantemos esta canción, dijo mirando a los niños en el asiento de atrás. La mamá
comenzó a tararear una canción. Pero Daniel miró por la ventana trasera y vio tendido
sobre la carretera el cuerpo de un conejo.
- Bueno, está bien- dijo el padre dándose cuenta de su error. Y dando vuelta recogieron al
conejo herido.
Pero al reiniciar su viaje fueron detenidos un poco más adelante por una patrulla de la
policía, que les informó de que una gran roca había caído sobre la carretera por donde
iban, cerrando el paso. Al enterarse de la emergencia, todos ayudaron a los policías a
retirar la roca.
Gracias a la solidaridad de todos pudieron dejar el camino libre y llegar a tiempo al
veterinario, que curó la pata al conejo. Los papás de Daniel y carlos aceptaron a llevarlo a
su casa hasta que se curara
Unas semanas después toda la familia fue a dejar al conejito de nuevo en el bosque.
Carlos y Daniel le dijeron adiós con pena, pero sabiendo que sería más feliz en libertad.
FIN
SANTILIN
Santilin es un osito muy inteligente, bueno y respetuoso. Todos lo quieren mucho, y sus
amiguitos disfrutan jugando con él porque es muy divertido.
Siempre está atento a los juegos de los otros animalitos. Con mucha paciencia trata de
enseñarles que pueden entretenerse sin dañar las plantas, sin pisotear el césped, sin
destruir lo hermoso que la naturaleza nos regala.
- Esperen, ya vuelvo.
Le colocaron la gorra sobre el lomo y, de esta forma tan sencilla, taparon las púas para
que no los pinchara y así pudieran compartir los juegos. Tan contentos estaban que,
tomados de las manos, formaron una gran ronda y cantaron felices.
FIN
FABULAS
ADIVINO
-Oye, amigo, tú que te vanaglorias de prever lo que ocurrirá a los otros, ¿por qué no has
previsto lo que te sucedería a ti?
Moraleja: no hay que fiarse de aquellos que dicen que pueden adivinar el futuro de los
demás. Tan sólo pretenden estafarnos y quitarnos nuestro dinero.
LA BRUJA
Érase una vez una bruja que se ganaba la vida vendiendo encantamientos y fórmulas
para calmar la cólera de los dioses.
Pero un día fue acusada de ir contra las leyes y la llevaron ante los jueces supremos del
país.
Viéndola salir de la sala del juicio, una de las personas presentes le dijo:
- Bruja, tú que decías poder desviar la cólera de los dioses, ¿Cómo no has podido
persuadir a los hombres?
Moraleja: hay que ser precavido con quienes prometen solucionar todo problema que
tengas a cambio de dinero pero son incapaces de arreglar los suyos.
Pensó un día un lobo cambiar su apariencia para así facilitar la obtención de su comida.
Se metió entonces en una piel de oveja y se fue a pastar con el rebaño, despistando
totalmente al pastor.
Al atardecer, para su protección, fue llevado junto con todo el rebaño a un encierro,
quedando la puerta asegurada.
Pero en la noche, buscando el pastor su provisión de carne para el día siguiente, tomó al
lobo creyendo que era un cordero y lo sacrificó al instante.
Un niño metió su mano en un recipiente lleno de dulces. Y tomó lo más que pudo, pero
cuando trató de sacar la mano, el cuello del recipiente no le permitió hacerlo.
Un amigo que estaba cerca le dijo: - Confórmate solamente con la mitad y podrás sacar la
mano con los dulces-.
Una familia de ranitas que vivía en un lago, sentía mucho temor por un tronco tallado que
se veía desde la orilla. Estas ranitas amaban las fiestas y la diversión, pero sentían gran
respeto por el tronco, así que en muchas oportunidades trataban de no hacer tanto ruido
para no molestar al tronco.
Seguramente este personaje al que tanto le temían, era un monumento de alguna tribu
que ya no habitaba en el lugar, pero como no se animaban a acercarse para ver bien de
que se trataba, solo podían divisar un rostro serio y que inspiraba mucha autoridad.
Un cierto día, en que se desató una terrible tormenta, el tronco cayo al lago y en ese
momento las ranitas pudieron ver con claridad, que era solo un tronco tallado que ningún
daño podía hacerles. Se rieron mucho de los temores por los que habían pasado y
comenzaron a jugar con él y usarlo de trampolín para sus zambullidas en el lago.
LEYENDAS GUATEMALTECAS
LEYENDA DE LA SIGUANABA
Otra adaptación de la leyenda dice que aparece en lugares cercanos al agua, ya que se
suele bañar al mismo tiempo que peina su cabello con un peine de oro. Los hombres que
la observan en esta situación quedan embrujados por la hermosa mujer. Es entonces
cuando ella los llama. En el momento en que ya se los ha ganado, muestra su rostro con
apariencia de caballo. Sus víctimas ven sus ojos rojos y la piel arrugada, sus uñas crecen al
momento en que desata una risa aterradora.
LA LEYENDA DEL CADEJO
El cadejo es el espíritu que cuida el paso tambaleante de los borrachos, “es un animal en
forma de perro, negro, lanudo, con casquitos de cabra y ojos de fuego”. Su trabajo es
perseguir o cuidar a los bolos que les gusta mucho el guaro y se quedan tirados en la calle,
según la leyenda hay dos tipos de cadejos uno malo y uno bueno, el malo es el de color
negro, y el bueno de color blanco. Aunque según las personas que les han visto siempre
ven a los dos, pero siempre el negro mas inquieto y distante y el bueno echado cerca de la
persona, resguardándola del cadejo malo.
Hay que tener cuidado aunque sea un espíritu protector porque al beber demasiado y muy
frecuente, “el Cadejo si se lo encuentra a uno tirado y le lame la boca, ya lo jodió para
siempre, pues entonces uno jamás se compone”. El Cadejo acostumbra seguir por nueve
días al hombre al que le lamió la boca y no lo deja en paz hasta que esa persona se muere.
Otras leyendas dicen que el cadejo negro es el que cuida a los borrachos y el blanco es el
que cuidad a los niños y a las mujeres.
Hubo un joven que era muy trasnochador. Se llamaba Carlos Roberto y era guardián de un
terreno. Siempre que regresaba ya muy entrada la noche, encontraba un perro blanco
enfrente de su puerta. Era grande y peludo, pero nunca dejaba que Carlos se le acercara. El
perro al ver que él entraba a su casa se sacudía, daba vuelta y desaparecía. Y esto sucedía
todas las noches que Carlos llegaba muy tarde a su casa. Un día de tantos, Carlos quiso
seguirlo para verlo de cerca y de donde venía, pero nunca lo logro alcanzar.
Alguien le dijo que era El Cadejo, y que cuidaba de su mujer y sus hijos cuando el no
estaba.Este es el Cadejo bueno, el que anda y cuida a las mujeres, porque el Cadejo negro
es que siempre anda detrás de los hombres que están borrachos
2) Hace tiempo, cuando don Héctor estaba en la estudiantina de la iglesia, salía con sus
amigos a dar serenatas por todas las calles. Y una de estas veces le paso algo
inexplicable. Ya venían de regreso de una serenata, y durante el camino de regreso, todos
los muchachos se iban quedando en calles distintas, para ir a sus casas. Ya solo quedan
don Héctor y don Felipe, al pasar por el parque, se les pegó un perro negro de gran
tamaño y con los ojos rojos; empezaron a caminar más rápido, pero el perro no de perdía.
Ya los dos se empezaron a sentir cansados de caminar, al llegar a la casa de don Felipe, se
entraron los dos y cerraron rápido la puerta, entonces aquel perro empezó a empujar la
puerta con los cascos de sus patas, la mama de aquel joven salió con un crucifijo y le hizo
la señal de la cruz, después de esto, el perro desapareció. Don Héctor decía que el Cadejo
se los quiso llevar.
La leyenda de la Tatuana
Hay relatos que cuentan que hace muchos años, en época colonial, hubo en Guatemala
una joven y bella mujer de origen mulato a la que llamaban Tatuana, que disfrutaba con
los placeres de la carne y con los placeres del lujo, los cuales no estaban bien vistos en una
sociedad recatada y religiosa. Así pues, se acusó a la joven de brujería y de hacer
maleficios para conseguir a los hombres. Se le acusó de codicia y de no seguir los
preceptos de la iglesia. Por todas estas razones fue juzgada por el tribunal de la Santa
Inquisición, y fue condenada a muerte. La Tatuana se negó a recibir la gracia de confesión
de sus pecados antes de morir. Cuentan, que la noche anterior a su muerte, pidió como
última gracia un trozo de carbón, unas velas y unas rosas blancas. Con estas tres cosas hizo
en la celda una especie de altar donde realizó una hechicería. Con el carbón pintó en la
pared una gran barca mientras recitaba conjuros, y se dice que se presentó ante ella el
mismo demonio. El demonio le sacó de la celda montada en la barca que había pintado en
la pared, y se dice que todavía se la puede ver en los días que llueve grandes aguaceros.
Se cree que los antecedentes de esta leyenda provienen de la mitología maya, y más
concretamente de la leyenda de Chimalmat (Diosa que se vuelve invisible por causa de un
encantamiento).
LA LEYENDA SOMBRERÓN
Una de las leyendas más conocidas sobre este personaje de la cultura guatemalteca y
además también es muy conocida en Aguadas, Caldas dice así: «Una noche, El Sombrerón
caminaba en un barrio de La Antigua Guatemala cuando vio a una muchacha muy bella
con pelo largo y se enamoró de ella. Buscó su casa y le dio serenata una y otra noche, pero
ella no le dijo nada a sus padres sobre él. Un día empezó a dejar de comer hasta el punto
de que casi murió, y fue entonces cuando la madre se dio cuenta que era por El
Sombrerón. Llevó a su hija a un convento creyendo que ahí iba a estar mejor, pero la niña
siguió sin comer y un día despertó con una trenza en su pelo hecha por el espectro y ese
día murió. Luego en el velorio, apareció El Sombrerón llorando y sus lágrimas eran como
cristales. Jamás olvida a las muchachas que ha amado. También se cuenta que les hace
trenzas a los caballos y mulas... Se cuenta también que este espanto a parte de enamorar
a muchachas jóvenes, gusta por cabalgar mulas y caballos de los establos de las fincas en
las noches agotándolos. Por ello, las bestias durante el día no cumplen las tareas, sumado
a que se vuelven hostiles con las personas, los campesinos y finqueros al ver este
comportamiento buscan si el Sombrerón no les ha hecho trenzas en la greñas. Si es así, el
animal ya no sirve para tareas... Una forma de saber si el Sombrerón está haciendo de las
suyas en fincas y casas, es colocar ya sea cerca de un balcón de casa o cerca de los establos
una silla y mesa de pino recién elaboradas, junto a aguardiente y una guitarra en noche de
luna y deben guardar silencio todas las personas, sólo así se escuchará la guitarra y los
cantos del Sombrerón. Al Sombrerón le atraen las muchachas de pelo largo y ojos grandes,
por ello, cuando se sospecha que está tras una joven se le debe cortar el pelo a esta para
que el Sombrerón no se gane el alma de la joven.» Su autor fue Miguel Angel Asturias.
LEYENDA DE LA LLORONA