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ÍNDICE
1. Introducción
2. Cáncer de ovario como modelo de la necesidad de la innovación terapéutica (en la clase de la
Dra. Caballero solo se explicó este)
3. Cáncer de cérvix
4. Cáncer de endometrio
1. INTRODUCCIÓN
En la tabla inferior podemos observar los principales tumores malignos en Europa:
La mortalidad del cáncer de cuerpo y cuello de útero se ha ido reduciendo en los últimos años, hasta
prácticamente equipararse a la de cáncer de ovario.
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TEMA 9 ONCOLOGÍA Y GENÉTICA
2. CÁNCER DE OVARIO
2.1. EPIDEMIOLOGÍA
Es el 4% (2%) de todos los diagnósticos de cáncer.
Representa el 6% de las muertes por cáncer en ♀; aquí radica la importancia de su estudio.
Pico de incidencia: 50-70 años. Ha habido un aumento de la incidencia en los últimos años.
La causa de la enfermedad permanece desconocida.
El carcinoma de ovario, inexistente en la etapa
prepuberal, aparece después de la menarquia, con
una incidencia creciente después de los 40 años,
hasta alcanzar una incidencia máxima entre los 50-
70 años.
En España hay 3400 casos nuevos (350 en
CV) y 1800 muertes al año (197 en CV). Hay
más incidencia en EEUU y países nórdicos.
La tasa de incidencia para el cáncer de ovario en los países industrializados se estima en torno a los
14 casos/100.000 mujeres/año, y la tasa de mortalidad se cifra en 7 casos/100.000 mujeres/año.
Es la 1ª causa de muerte por cáncer ginecológico en los países desarrollados. En los países en
vías de desarrollo la 1ª causa de muerte por cáncer en la ♀ es el cáncer de cuello de útero.
A pesar de ser el 4º en frecuencia, el cáncer de ovario es la primera causa de muerte por cáncer
ginecológico (excluyendo el cáncer de mama).
SOLO EL 25% DE LOS TUMORES SE DIAGNOSTICAN EN ESTADIOS INICIALES. Al dar síntomas
muy inespecíficos el diagnóstico normalmente es en estadios avanzados, sobre todo en
pacientes mayores de 65 años.
La supervivencia a los 5 años es del 40% de los casos.
La supervivencia es elevada si el diagnóstico se realiza en etapas tempranas.
La edad media de aparición está en torno a los 63 años/65 años
El 90% son de estirpe epitelial. No existen métodos de prevención.
Mayor incidencia en sociedades industrializadas (14 casos por 100.000 mujeres/año).
Se prevé que 1/3 de las mujeres mayores tendrán cáncer de ovario: lo padece 1 de cada 70 mujeres.
2.2. ETIOLOGÍA
Factores genéticos (5-10%): antecedentes familiares (agregación familiar), síndromes
hereditarios (síndrome de Lynch [MLH1, MSH2, MSH3, PMS1 y PMS2], genes BCRA [1 y 2]).
Factores étnicos: raza blanca > resto
Edad: la incidencia aumenta en la 5ªdécada de la vida (máximo en la 8ª), germinales a edades
más precoces, >65 años (estadios más avanzados)
Factores menstruales (por los estrógenos): menarquia precoz, menopausia tardía
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Factores dietéticos: la mayor prevalencia en los países desarrollados hace pensar que una
dieta rica en grasas favorezca la aparición de carcinomas; sin embargo, en este caso se está
estudiando un posible efecto protector de la obesidad.
La obesidad porque en el sistema periférico a través de la grasa se producen estrógenos.
Historia reproductora: nulíparas, lactancia materna (protector)
Hábitos tóxicos: no está claro que tenga relación con el consumo de tabaco.
Factores patológicos: disgenesias gonadales, enfermedades víricas (parotiditis), quistes
ováricos, síndrome del ovario poliquístico, cáncer de endometrio o de mama.
90% de los casos son esporádicos:
FACTORES MODIFICADORES DEL RIESGO (esto lo ponen ambos profesores)
FACTORES DE RIESGO FACTORES PROTECTORES
Nuliparidad Multiparidad
Antecedentes personales de cáncer de mama Tratamiento anticonceptivos orales
Tratamiento hormonal infertilidad Embarazo
Tratamientos hormonal menopausia Lactancia
Menarquia precoz, menopausia tardía Histerectomía, ooforectomía
Abortos frecuentes Ligadura de trompas
Obesidad
Endometriosis
Síndrome ovario poliquístico
Si te extirpan los ovarios, es factor protector de cáncer de ovario, aunque hay stem células
ováricas a lo largo del recorrido de su migración fetal. Sin embargo, se considera que la
castración profiláctica supone un riesgo de osteoporosis y enfermedad cardiovascular por la
reducción de estrógenos más importante que el riesgo potencial de padecer cáncer de
ovario.
Parece existir una relación inversa entre el número de partos y el carcinoma ovárico; las nulíparas son las
más expuestas, y la frecuencia de la neoplasia disminuye con el aumento del número de gestaciones. Serían
los procesos continuos de reparación de la superficie ovárica tras la ovulación los que favorecerían los
cambios metaplásicos de ese epitelio y su posterior degeneración. De ahi que las mujeres nulíparas o con
baja paridad tengan mayor riesgo de padecer esta neoplasia, y el embarazo o la toma de anovulatorios
parezcan tener efecto protector. A tal respecto, el cálculo de la edad ovulatoria sería un indicador de riesgo,
es decir, el número de años desde la menarquia a la menopausia menos el número de años anovulatorios
debidos a embarazo o uso de anticonceptivos orales. En general, cuanta mayor duración de estrógenos en la
vida, mayor es el riesgo de cáncer de ovario.
En el 5-10% restante, existe historia familiar: la mayoría están ligados a mutación en genes
BRCA-1 y BRCA -2, por lo que un paciente sin antecedentes pero con estas mutaciones tendrá
un alto porcentaje de padecerlo. Según en cuál se haya producido la mutación, el riesgo acumulado a los
70 años de padecer un cáncer es de:
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Los síndromes familiares ligados a mayor riesgo de cáncer de ovario son: síndrome de
cáncer de mama y ovario familiar, síndrome cáncer de ovario familiar (más raro),
síndrome de Lynch tipo II.
Una de cada 55 mujeres desarrollara cáncer de ovario a lo largo de su vida, lo que supone un riesgo del
1,8%. La incidencia es mayor en mujeres nulíparas y en aquellas con historia familiar de cáncer de ovario,
que no suelen ser más del 5% del total. En las pacientes con historia familiar de cáncer de ovario, la
aparición de la enfermedad suele ser a edades más tempranas, y la mutación del gen supresor BRCA 1
parece estar implicada en su génesis. Si existe mutación del gen BRCA 1 e historia familiar de cáncer de
ovario, el riesgo de contraer la enfermedad antes de los 70 años es del 63%, lo que obliga a valorar la
ooforectomía profiláctica a partir de los 35 años de edad y una vez cumplida la etapa reproductiva.
El síndrome de cáncer de mama y de ovario hereditario, con aparición en las integrantes del árbol
familiar de casos de cáncer de mama y de ovario, de forma salteada. Si predominan los casos de
cáncer de ovario, exclusivamente, sería el síndrome de cáncer de ovario hereditario.
El síndrome del cáncer colorrectal hereditario no asociado a poliposis (Lynch II), menos frecuente que
los anteriores y en el que pueden aparecen en los miembros de la familia adenocarcinomas a diferentes
niveles: cáncer de colon no asociado a poliposis, endometrio, mama y ovario.
En estas pacientes de alto riesgo portadoras de la mutación, existe la opción de mastectomía y
ovariectomía profiláctica (cuando decida no tener más hijos). En caso de no ovariectomía, el método
de seguimiento consiste en la ECO y el Ca 125. El problema es que esta profilaxis no reduce la
posibilidad de carcinoma de ovario al 100% porque pueden quedar restos de mesénquima ovárico o
tubárico a lo largo del trayecto migratorio de estos órganos desde el retroperitoneo a la pelvis en el
desarrollo embriológico (cáncer tubárico o retroperitoneal).
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Dos casos de cáncer de mama y un caso de cáncer de ovario entre familiares de primer y
segundo grado en la misma línea familiar.
Un caso de cáncer de mama y un caso de cáncer de ovario entre familiares de primer y
segundo grado en la misma línea familiar, si el cáncer de mama fue diagnosticado antes de
los 40 años y el cáncer de ovario antes de los 50 años.
Dos casos de cáncer de mama entre familiares de primer o segundo grado de una misma
línea familiar, si los dos tumores fueron diagnosticados antes de los 50 años.
Dos casos de cáncer de mama entre familiares de primer y segundo grado de la misma línea
familiar, uno de los cuales fue diagnosticado antes de los 40 años.
Recomendaciones y conclusiones
El screening en cáncer de ovario no se recomienda porque los estudios
Recomendaciones
prospectivos aún no están completado y porque el impacto en el a
de grupos de
supervivencia no se ha definido. Los estudios realizados con CA125 y ecografía
expertos
son pequeños (en nº de pacientes) para llegar a conclusiones válidas.
No se recomienda screening para el carcinoma de ovario en
Mujeres con
Información para mujeres pre y postmenopáusicas sin historia familiar de
riesgo no
pacientes carcinoma de ovario, ya que los estudios no han demostrado
aumentado
que reduzca la mortalidad.
Es importante diferenciar bien las mujeres con riesgo
Mujeres con
aumentado por un síndrome de cáncer de ovario familiar, de
riesgo
aquellas con cáncer de ovario en una misma familia pero
aumentado
esporádico (sin pruebas de alto riesgo).
Pacientes con historia familiar pero sin pruebas de alto
riesgo: debe examinarse cada caso de forma individual
(considerando el uso de anticonceptivos, gestaciones y edad).
Las mujeres postmenopáusicas en este grupo podrían ser
candidatas para realizar screening debido a su alto riesgo de
desarrollar cáncer de ovario.
Pacientes con historia familiar y alta sospecha de padecer
síndrome de cáncer de ovario hereditario: Deben recibir
consejo genético donde se valorará la rentabilidad del estudio
de mutaciones en los genes BCRA1 y 2.
Estudio negativo: examinar el caso de forma individual
(similar a los pacientes con historia familiar pero sin
pruebas).
Estudio positivo: se recomienda screening y
seguimiento con CA125 (parece que es adecuado cada
6 meses), ECO transvaginal, Doppler y visitas
ginecológicas estrictas.
Se puede considerar además la ooferectomía profiláctica
cuando la paciente ya no quiera tener más hijos o a partir de
los 35 años, ya que varios estudios han demostrado una
reducción de riesgo de padecer cáncer de ovario.
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2.4. HISTOLOGIA
El tipo histológico condiciona una historia natural, manejo y pronóstico diferentes.
De todos los tumores ováricos el 50% son benignos, el 15% bordeline y el 35% malignos.
Dentro de los malignos, existen 3 tipos: epitelial (90%), germinal (10%) y de cordones
sexuales (5%). El más frecuente es el epitelial, que se subdivide a su vez en varios tipos.
Según el grado histológico, podemos diferenciar 3 grados: 1, bien diferenciado; 2,
moderadamente diferenciado; 3, indiferenciado (peor pronóstico).
2.4.1. MALIGNOS le da poca importancia
EPITELIAL: son los más frecuentes (90%)
Seroso-papilar (50%)
Es el tipo más común.
Forman los cuerpos de Psamoma
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Sigue un ciclo hasta malignizarse pasando previamente por el tipo borderline: quiste benigno
tumor borderline carcinoma
o Mucinoso
o Bajo grado seroso
o Bajo grado endometrial
o Células claras
TIPO II (HGSOC)
Altamente agresivo y muchas veces ya está presente en estadio avanzado.
Presenta patrones papilares, glandulares y sólidos que corresponden a:
o Carcinosarcomas
o Carcinomas indiferenciados
o Serosos de alto grado
o Endometriales de alto grado
Hasta un 25% de las pacientes, sin tener enfermedad hereditaria, presentan mutaciones en el gen de
BCRA 1 o BCRA 2; eso ayuda al desarrollo de nuevas moléculas y a una mejor supervivencia.
Esta clasificación nos permite la selección molecular de la terapia de cáncer de ovario:
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La vía más frecuente es la extensión directa a las estructuras pélvicas adyacentes (peritoneo y
epiplón) por siembra intraperitoneal, siendo la extensión peritoneal difusa la forma más
frecuente de presentación de este cáncer.
Las células tumorales que se desprenden de la neoplasia y caen en la cavidad peritoneal se implantan sobre
el peritoneo parietal y visceral, formando los típicos “granos de mijo”, en el epiplón y en la superficie
peritoneal del diafragma.
Los implantes sobre el peritoneo diafragmático se producen a consecuencia de las variaciones de presión
intraabdominal debidas a la respiración que crean una circulación continua del líquido peritoneal desde la
pelvis y el fondo de saco de Douglas hasta la superficie inferior del diafragma. Esta circulación se desarrolla,
sobre todo, por el canal parietocólico derecho.
Las células neoplásicas, una vez implantadas sobre el peritoneo diafragmático, obstruyen los linfáticos,
impidiendo la reabsorción del liquido peritoneal (factor patogénico principal de la ascitis y del derrame
pleural).
Por vía linfática y ganglionar.
La extensión linfática es frecuente y se produce por tres vías principales:
o Drenaje primario a los ganglios paraaórticos cercanos a los hilios renales.
o Secundariamente, se afectan los grupos iliacos externos e hipogástricos-inguinales, a través de los
linfáticos del ligamento ancho.
o Por una tercera vía de drenaje se comprometerían los ganglios inguinales.
Por vía hematógena, menos frecuentemente.
Las metástasis hematógenas a distancia (hígado, hueso, parénquima pulmonar, sistema nervioso...) aparecen
principalmente en enfermedades muy evolucionadas o de inicio en carcinomas de grado histológico alto.
2.7. CLÍNICA
Ciertos síntomas son más frecuentes en las mujeres con cáncer de ovario que en la población
general. Aun así, son muy inespecíficos por lo que el diagnóstico puede verse retrasado (tardío); más
del 50% de los casos se presentan en estadios avanzados.
Si presenta esta clínica durante semanas, el médico de familia deberá sospechar y remitirla a un
ginecólogo, especialmente si la paciente tiene más de 50 años. Los síntomas son:
Distensión abdominal.
Sensación de plenitud. Suelen ser por la ascitis SIGNOS
Dolor abdominopélvico. Aumento perímetro
Por la masa pélvica
Síntomas urinarios: urgencia miccional. abdominal (ascitis)
Síndrome asténico y tóxico. Masa pélvica palpable
(dura y fija en fondo
Nauseas. Dispepsia.
de saco)
También puede haber metrorragia (sangrado vaginal).
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2.8. DIAGNÓSTICO
La mayoría de las veces se diagnostican a raíz de una ascitis. Ante sospecha de una masa pélvica,
realizar:
Anamnesis, exploración física y ginecológica bimanual para ver si hay desplazamiento del
endometrio
ECO TRANSVAGINAL: una eco abdominal NO sirve para el diagnóstico de tumores de ovario.
Analítica completa con marcadores tumorales como CA125 (BHCG y AFP en menores de 30 años
para descartar tumores germinales).
o EL CA 125 se encuentra elevado en el 80% de los cánceres de ovario por lo que puede
hacernos sospechar pero NO es diagnóstico puesto que también puede elevarse en
procesos benignos (leiomiomas, salpingitis, adenomiosis, endometriosis…). Se utiliza sobre
todo para valorar respuesta al tratamiento, es decir, en el seguimiento de la enfermedad.
Rx Tórax: Puede haber derrame pleural o metástasis pulmonares
TAC abdominopélvico
RM pélvica (opcional)
El diagnóstico definitivo se hace mediante biopsia por laparotomía, laparoscopia exploradora o
citología de líquido ascítico.
Las técnicas de diagnóstico precoz deben tener una alta sensibilidad y especificidad y cifras altas de valores
predictivos positivos y negativos, porque sin una especificidad muy alta el aumento de la morbilidad por
realización de intervenciones innecesarias, incluso en el ámbito de la cirugía endoscópica, no sería aceptable.
Serían necesarias 10.000 exploraciones rutinarias para descubrir un cáncer precoz de ovario.
La Conferencia de Consenso del Instituto Nacional de la Salud sobre screening de cáncer de ovario, celebrada en
1994, refiere en sus conclusiones:
No hay evidencia de que la utilización del marcador CA 125 y de la ecografía transvaginal reduzcan la
mortalidad en el cáncer de ovario y solo deben ser utilizados en ensayos prospectivos que permitan
posteriormente evaluar los resultados.
Respecto a la castración profiláctica realizada en el transcurso de una cirugía pélvica por otro motivo,
consideran que el riesgo de osteoporosis y enfermedad cardiovascular por la reducción de estrógenos
es más importante que el riesgo potencial de padecer cáncer de ovario.
2.9. ESTADIAJE CLÍNICO: FIGO diferente del TNM (radiológico)
Es importante conocer la estadificación porque nos orienta hacia el tratamiento más adecuado y es
importante de cara al pronóstico. Se estadifica según los criterios de la FIGO, y se sabe que hay una
clara relación entre el estadiaje y la supervivencia como veremos más adelante.
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IB BILATERAL Tumor limitado a ambos ovarios sin células malignas en líquido ascítico/lavados
peritoneales, sin implantes en la superficie del ovario u con cápsula ovárica intacta
IC UNI/BILATERAL Tumor limitado a uno o ambos ovarios pero que presenta células malignas
en líquido ascítico/lavados peritoneales, tumor en la superficie del ovario o con cápsula
ovárica rota
En el estadio II ya hay una afectación locorregional importante, al contrario que en mama o colon. En
el estadio IIC hay células malignas en los lavados, pero no hay implantes.
ESTADIO II: El tumor afecta a uno/ambos ovarios con extensión a órganos/estructura de la pelvis
IIA Extensión y/o implantes en útero y/o trompas de Falopio. Ausencia de células malignas en
líquido ascítico/lavados peritoneales
IIB Extensión a otros tejidos pélvicos. Ausencia de células malignas en líquido ascítico/lavados
peritoneales
IIC Tumores con estadios IIA o IIB que además presentan células malignas en líquido
ascítico/lavados peritoneales
El estadio III es una diseminación con ascitis. Es el estadio más frecuentemente diagnosticado, y el
que marca el pronóstico con mayor importancia. En él ya hay implantes.
Si preguntan algún estadio, preguntarán el III, es decir, APREDEOS BIEN LA SIGUIENTE TABLA:
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ESTADIO III: El tumor afecta a uno o ambos ovarios con metástasis peritoneales confirmadas
microscópicamente fuera de la pelvis y/o metástasis ganglionares regionales
IIIA Tumor localizado en la pelvis pero con implantes microscópicos fuera de la pelvis (cavidad
abdominal). Ganglios no afectos
IIIC Tumor localizado en la pelvis con implantes fuera de la pelvis (en cavidad abdominal) mayores
de 2 cm de tamaño y/o ganglios afectos
2.10. TRATAMIENTO
2.10.1. CIRUGÍA TRATAMIENTO PRINCIPAL
La cirugía es la base para la estadificación y tratamiento del carcinoma de ovario, tanto en los estadios iniciales
como en la enfermedad avanzada. El consenso internacional del año 2004 aconseja seguir las recomendaciones
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establecidas por la FIGO (International Federation of Gynecology and Obstetrics) y enfatiza la necesidad de que la
cirugía sea llevada a cabo por un equipo experto. La estadificación correcta del carcinoma de ovario se basa en
los hallazgos quirúrgicos.
Desde un punto de vista teórico, existen diferentes denominaciones para el acto quirúrgico, en función del
momento en que se realiza y la intención del mismo. La recomendación estándar actual para el tratamiento del
carcinoma avanzado de ovario (CAO) sigue siendo la cirugía inicial con intento de máxima citorreducción, seguida
de un tratamiento con quimioterapia.
La probabilidad de supervivencia de las pacientes con CAO depende de la cantidad y localización de la enfermedad
inicial, pero sobre todo, de la enfermedad residual (ER) tras la cirugía. El objetivo debe ser la exéresis de toda
enfermedad visible. Las pacientes que quedan sin ER visible o, al menos, con ER macroscópica mínima (menor de
0,5 - 1 cm), son las que tienen mejor pronóstico tras un tratamiento posterior con quimioterapia.
En estadios III-IV, la realización de una linfadenectomía sistemática pélvica y paraaórtica, frente a la simple
extirpación de los ganglios afectados macroscópicamente, mejora la mediana de tiempo hasta la progresión, pero
no la supervivencia global.
Los objetivos de la misma son:
1. Confirmación diagnóstica.
2. Determinación del grado de extensión de la enfermedad (estadificación quirúrgica).
3. Citoreducción máxima.
4. Determinación del grado de enfermedad residual macroscópica.
Todo esto es importante porque si la enfermedad residual es sólo microscópica, la supervivencia alcanza
porcentajes del 40-75% a los 5 años.
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1. Histerectomía total abdominal + anexectomía bilateral (se extirpan útero, ambos ovarios
y otros anexos uterinos).
Aunque el tumor sea unilateral, la ooforectomía siempre se hace bilateral, porque suelen tener
implantes de células tumorales en el otro ovario. También hay tropismo positivo hacia
endometrio, que debe extirparse conjuntamente.
2. Lavados peritoneales para estudio citológico (para ver si hay células malignas o no).
3. Cuidadosa inspección y palpación de toda la superficie peritoneal.
4. Biopsia de alguna de las lesiones sospechosas de metástasis.
5. Omentectomía infracólica: Se incluye la extracción del omento, porque en él estarán los
ganglios y los implantes carcinomatosos.
6. Biopsia o resección de adherencias adyacentes al tumor primario.
7. Biopsias ciegas:
2 del peritoneo vesical y fondo del saco de Douglas (fondo entre el útero y el recto, sólo
existe en mujeres). Las biopsias ciegas se llaman así porque se toman de forma aleatoria
para ver si encontramos cáncer.
3 de ambos espacios parietocólicos.
2 biopsias a ciegas o citología de hemidiafragma derecho.
2 del peritoneo del lugar donde se encuentra el tumor primitivo.
8. Linfadenectomía de las arterias y venas ilíacas externas y comunes.
9. Linfadenectomía aortocava incluyendo el nivel entre mesentérica inferior y vena renal
izquierda. Es muy importante conseguir limpiar todos los nódulos peritoneales mediante la
cirugía.
Todos los implantes > 1cm se deberían extirpar, dependiendo de la habilidad del cirujano. La
estadificación hay que hacerla SIEMPRE
CIRUGÍA DE INTERVALO: sólo debe realizarse si la cirugía inicial no fue de máximo esfuerzo
quirúrgico llevada a cabo por equipo oncológico no experimentado; es decir, si la cirugía inicial no
consiguió extirpar todas las masas y dejar menos de 1 cm.
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La cirugía óptima influye sobre la supervivencia (39 vs 17 meses) y sobre las respuestas completas
a la quimioterapia (50 vs 20%). La tasa de supervivencia depende del nivel de especialización del
cirujano: siempre que sea posible hacer cirugía óptima por un ginecólogo-oncólogo altamente
especializado.
Se realizar cirugía óptima siempre que sea posible por un ginecólogo-oncólogo altamente
especializado. Después de hacer un tratamiento adyuvante se vuelve a operar a la paciente con un
equipo experimentado.
Uno de los estudios prospectivos más importantes randomizados GOG 97 demostró una diferencia
significativa en la supervivencia global (OS) de las pacientes en función de enfermedad residual.
SELECCIÓN DE PACIENTES
Bajo riesgo (10% recidivas): Estadio IA-IB G1-G2, diploides no se hace nada
(seguimiento) y se puede hacer anexectomía.
Alto riesgo (25-30% recidivas): Estadios IA-IB G3, IC G1-G3, II y células claras QT adyuvante
OJO: En el tumor epidermoide de células claras siempre se da QT independientemente del estadio.
El esquema estándar (desde los años 90) está basado en platino y taxanos:
Carboplatino 6 mg/mL· min (= AUC 6, área bajo la curva) + Taxol x 4-6 ciclos, en función del
riesgo. A partir del estadio II se darán 6 ciclos.
SLP (supervivencia libre de progresión): 12-18 meses
OS (supervivencia global): 31-65 meses
Tasa de recurrencia: 65-70%
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En pacientes E.IIIC tras citorreducción subóptima se aplica un tratamiento con CARBO + PACLITAXEL
+ BEVACIZUMAB y se observa una mejoría en la supervivencia global. Éste, puede considerarse el
tratamiento estándar.
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ESTADIO II – IIIB
Quimioterapia adyuvante Carbo-Taxol x 6 ciclos
QT intraperitoneal
Estudio Armstrong et al, NEJM 2006 (GOG 172): Se realizó un
ensayo randomizado, en el que participaron 415 pacientes en
estadio III (≥ 1 cm residual), a dos ramas:
1. Rama control: Cisplatino/ paclitaxel IV x 6
2. Rama Experimental: Paclitaxel IV (day 1), cisplatin 100
mg/m2 IP, paclitaxel 60 mg IP (day 8) x 6
Aquellos pacientes que recibieron terapia intraperitoneal tenían una supervivencia mayor que los que la recibieron
por vía intravenosa (65,6 meses y 49,7 respectivamente). Por tanto, en la cirugía óptima (<1 cm) es importante
colocar ese reservorio quimioterápico a nivel peritoneal.
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Estadios II-III
ESTADIO IV (visceral)
Quimioterapia de primera línea Carbo-Taxol x 6 ciclos (pudiendo completar hasta 8 ciclos, si
hay buena respuesta) y posteriormente BEVA de mantenimiento hasta 18 ciclos.
Es posible la cirugía de citorreducción primaria para aumentar la respuesta.
Es decir, en estadio IV es posible hacer una citorreducción primaria si el paciente es joven y no
presenta comorbilidades; pero el tratamiento de por sí es la quimioterapia
CIRUGÍA EN LA RECAÍDA
Cuando la paciente recae, debemos volver a operar siempre y cuando se cumplan unas
determinadas condiciones. Las indicaciones para la cirugía en la recaída son:
Pacientes jóvenes
ILP > 12 meses
Resecabilidad de las lesiones (≤ 2 localizaciones)
ECOG 0-1
Buena respuesta al platino de primera línea.
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RECAÍDA PLATINO-SENSIBLE
El factor de predicción más importante para la respuesta a 2ª línea de tratamiento en el cáncer de
ovario es la sensibilidad o resistencia al platino.
Consideramos que un tumor es platino-sensible en aquellos pacientes con recaídas tras ILP mayor de
6 meses (parcialmente) y sobre todo mayor a 12 meses tras el último ciclo de platino. En estas
pacientes el objetivo del tratamiento es prolongar la supervivencia.
El tratamiento estándar consiste en retratar con platino, y es mejor la poliquimioterapia.
Existen múltiples esquemas, los más utilizados:
CARBOPLATINO – TAXOL
CARBOPLATINO – CAELYX
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*Si la recaída se produce después de los 12 meses, la probabilidad de que vuelva a responder a la misma QT es
muy alta.
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CITORREDUCCIÓN DE INTERVALO
Cuando a pesar de haberse realizado una cirugía primaria de máximo esfuerzo no es posible conseguir una
reducción óptima, se puede considerar la citorreduccion de intervalo, que consiste en realizar otra cirugía
durante el régimen de QT con el objetivo de conseguir la citorreduccion óptima y, por lo tanto, una mejoría en la
supervivencia. La duración de la QT de inducción previa a la citorreduccion de intervalo se limita normalmente a no
más de cuatro ciclos, ya que prácticamente todas las respuestas a la QT con platino se producen en los tres
primeros ciclos de tratamiento. Tras la cirugía, se continuara con QT hasta completar seis-ocho ciclos.
Generalmente, solo se practica en pacientes con respuesta clínica a la QT de primera línea. El estudio de la EORTC
demostró que las pacientes que se citorreducen con éxito en la cirugía de intervalo pueden alcanzar una
supervivencia comparable a la de las pacientes con resección primaria óptima.
2.11. PRONÓSTICO
ESTADÍOS I/II
RC clínica después de la cirugía y QT
20% - 25% recaerán
TIPO HISTOLÓGICO
ESTADIO III ÓPTIMO
GRADO HISTOLÓGICO
> 90% se logra RC clínica
75% recaerán
ESTADÍO III SUBÓPTIMO Y E.IV
50% se logra RC clínica
> 90% recaerán
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Los factores pronostico más significativos para el carcinoma de ovario son: la edad, la histología y grado
histológico, extensión de la enfermedad o estadio y volumen de la enfermedad residual. Las pacientes
mayores tienen peor pronóstico que las jóvenes. La edad no parece tener una importancia pronostica
independiente, estando vinculada a la extensión inicial de la enfermedad, siendo más frecuentes los estadios
iniciales en las mujeres jóvenes. La proporción de casos localizados es 2,5 veces mayor en mujeres con menos de
50 años. La supervivencia a 5 años es mucho mejor en el grupo más joven (64,2 vs 31,5%). Ello, en parte, refleja
diferencia en estadios, pero la supervivencia en cada estadio es también significativamente mejor en las pacientes
jóvenes. Las pacientes jóvenes tienen peor pronóstico.
Respecto a la histología, los tumores serosos, endometrioides e indiferenciados no clasificados son muy “quimio
sensibles”, sobre todo los carcinomas serosos papilares, y responden mejor a la QT que los mucinosos y los de
células claras, entidades ambas de conocida “quimiorrefractariedad”, siendo los de células claras más agresivos y
de recidiva más precoz que los mucinosos. Asimismo, los tumores pobremente diferenciados tienen mayor
tendencia a la recidiva y de forma más precoz que los bien diferenciados, por lo que son de peor pronóstico.
Sin embargo, los dos factores pronostico fundamentales son la extensión de la enfermedad, valorada según la
clasificación en estadios de la FIGO de 1987, y la cantidad de tumor residual. El estadio se fija según el estudio de
extensión inicial y hallazgos del cirujano en la laparotomía. La cantidad de tumor residual, tras las maniobras de
resección quirúrgica, complementa la orientación pronostica que establece el estadio. Actualmente se estima que
la supervivencia de las pacientes a los 5 años está en torno al 80-90% para los estadios I, 40-60% para los
estadios II, 10-20% para los estadios III y menos del 5% para los estadios IV. Dentro de cada estadio, el subgrupo
tiene asimismo una importancia pronostica evidente; así, por ejemplo, el estadio IA tiene mejor pronóstico que el
IC.
En segundo lugar, las pacientes con tumor residual menor de 1-2 cm de diámetro máximo en cada uno de sus
nódulos tienen mayores posibilidades de alcanzar la remisión completa con QT y, por lo tanto, la curación o
supervivencia prolongada, frente a las pacientes con lesiones residuales de mayor tamaño. Ello nos obliga, de
acuerdo con las directrices del Gynecologic Oncology Group (GOG), a dividir a las pacientes en estadios avanzados
en dos subgrupos en función del tumor residual:
Estadio III “optimo” o con tumor residual menor de 1 cm de máximo, en cualquiera de sus nódulos.
Estadio III “suboptimo” y estadio IV. La realización de una adecuada cirugía citorreductora modificara,
por lo tanto, el pronóstico a través del tamaño del tumor residual.
Otros factores pronostico favorables iniciales son:
Ausencia de ascitis.
Ausencia de diseminación peritoneal.
Buen estado general favorable.
Grado histológico bajo.
Tumores diploides.
Un índice pronóstico fidedigno y fácil de calcular ha sido elaborado a partir de un análisis estadístico en una
población de pacientes daneses y holandeses, basándose únicamente en el estado funcional y en el tamaño del
tumor residual inicial. En los estadios avanzados existen otros factores pronóstico que llamaremos evolutivos,
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para diferenciarlos de los iniciales. Entre estos figuran la evolución del marcador CA 125 y la respuesta patológica
documentada en la segunda laparotomía. Si el CA 125 no desciende a valores normales con los tres primeros
ciclos, las posibilidades de alcanzar la respuesta completa patológica son remotas. En el mismo sentido, una caída
de los valores de CA 125 que no alcance un séptimo de su valor basal con el primer ciclo de QT implica peor
supervivencia libre de progresión (SLP). La elevación del CA 125 en una paciente tratada previamente por
carcinoma de ovario se acompaña o precede a la recidiva clínica en el 90% de los casos. Respecto al valor
pronóstico de la segunda laparotomía, las pacientes con respuesta completa patológica, es decir, aquellas con
biopsias y lavado peritoneal negativos, tienen una elevada probabilidad de supervivencia libre de enfermedad
(SLE), pero recidivarán mas del 50% con el transcurso del tiempo.
Por este motivo y por la ausencia de segundas líneas con eficacia establecida, la segunda laparotomía o SL no está
indicada como procedimiento estándar tras la QT de inducción, y solo estaría justificada en protocolos de
investigación para consolidación de la enfermedad mínima residual.
Para la medida de la eficacia de la QT inicial, es más aconsejable emplear el intervalo libre de progresión. A pesar
de la mejora en los métodos diagnósticos y de la aparición de nuevos tratamientos, en torno al 50% de las
pacientes fallecen de la enfermedad, y sigue siendo la neoplasia ginecológica con mayor mortalidad. Ello ocurre
por su localización intraperitoneal profunda y por la inespecificidad de los síntomas iniciales, diagnosticándose,
aun hoy en día, el 60-70% de los casos en su etapa diseminada, cuando la enfermedad está ya fuera de la pelvis,
no siendo accesibles a una cirugía radical.
CA125
El CA125 es un glicosilfosfatidilinositol unida a una proteína de superficie celular de unos 220-1000 kD.
Es el marcador tumoral más comúnmente empleado en la monotorización a tratamiento y con implicaciones
pronósticas en cáncer epitelial de ovario.
Está presente en varios tumores serosos, endometroides, y de células claras. Es menos frecuente en el subtipo
mucinoso.
Su sensibilidad y especificidad es discreta para su uso en diagnóstico o screening. Es más específico en
postmenopáusicas, ya que en premenopáusicas se asocia también a otros procesos benignos como endometriosis
o gestación.
Presenta:
Sensibilidad del 69,8%
Especificidad del 72,3%
Valor predictivo positivo del 49,2%
Valor predictivo negativo del 86,2%
Su normalización en menos de 3 meses tras el tratamiento se ha asociado a un incremento de supervivencia
global y libre de enfermedad. Generalmente se utiliza como marcador de recidivas: si tras la operación el CA125
aumenta, sugiere una recidiva tumoral.
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El 10% de todos los casos de cáncer de ovario son hereditarios y el 90% de esos casos hereditarios
están asociados con mutaciones de BRCA en línea germinal.
El 8-13% mujeres diagnosticadas de cáncer de ovario epitelial tienen mutación en BRCA1 o 2 (hasta
16-21% si histología seroso papilar).
Tumores de ovario asociados a mutaciones en BRCA:
Histología serosa.
Estadio avanzado al diagnóstico.
Edades más tempranas al diagnóstico
Todo esto ha llevado a desarrollar estudios con fármacos que actúan en los mecanismos reparadores
del DNA, por ejemplo, los inhibidores del PARP.
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Se ha demostrado que en aquellas pacientes que tienen tumores de ovario sensibles al platino,
cuando terminan el tratamiento con platino y han hecho el mantenimiento con Olaparib, mejoran la
supervivencia libre de progresión.
Esto mejora en el total de las pacientes con tumores serosos de alto grado, pero si hacemos un
análisis mutacional en aquellas pacientes que tienen mutación específica, mejoran muchísimo más.
Por eso, el fármaco se ha aprobado, a día de hoy, en pacientes que tienen mutaciones BRCA
sensibles al platino. De manera que a la paciente le das el tratamiento estándar con platino seguido
de un mantenimiento con Olaparib y obtienes supervivencias mucho mayores.
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La mayoría de las pacientes tendrán que recibir tratamiento con quimioterapia adyuvante
basada en platino, que aumenta la supervivencia global y el intervalo libre de progresión.
IMPORTANTE IMPACTO EN SUPERVIVENCIA con QT INTRAPERITONEAL
Cirugía de la recaída: Únicamente en pacientes muy seleccionadas
Tras la recaída, el pronóstico, tipo de tratamiento y objetivo del mismo varía en función del
intervalo libre de platino.
NUEVOS RETOS…SELECCIONAR TTO EN FUNCIÓN DE PERFIL MOLECULAR (Ejemplo: inhibidores
PARP)
3. CÁNCER DE CÉRVIX
3.1. INTRODUCCIÓN
Actualmente, la incidencia y la mortalidad en España son bastante bajas. Las tasas de mortalidad en Europa y
España son del 4.4 y 3.17 respectivamente. Respecto a la incidencia, España es uno de los países en que es más
baja. En cambio, sí que supone un problema importante en Sudamérica y África, donde este tipo de cáncer es muy
frecuente y con alta mortalidad. La mediana de edad al diagnóstico se sitúa en 54 años.
La mortalidad se ha reducido gracias a las técnicas de diagnóstico precoz en un 70%.El pronóstico de esta
enfermedad depende en gran medida de lo avanzada que se encuentre la enfermedad en el momento del
diagnóstico. Una gran mayoría de estos casos (>90%) podrían y deberían ser detectados temprano a través de la
prueba de Papanicolaou y una prueba del virus del papiloma humano (VPH), la tasa de mortalidad actual es mucho
más alta de lo que debería ser lo cual refleja que, aún en la actualidad, las pruebas de Papanicolaou y la prueba del
VPH no se efectúan en aproximadamente 33% de las mujeres que cumplen los requisitos para esta prueba. Sin
embargo, el estadio clínico como factor pronóstico, debe ser complementado mediante varios hallazgos
macroscópicos y microscópicos en los pacientes que han sido sometidos a cirugía. Estos incluyen: volumen y
grado tumoral, profundidad de invasión del estroma, diseminación linfática e invasión vascular. El tipo histológico
está controvertido que sea un factor determinante, ya que el adenocarcinoma parece tener un pronóstico peor,
aunque esta aseveración está ampliamente discutida. Otros factores interesantes son la edad, la infección por VIH
y la anemia.
3.2. ETIOLOGÍA
Se considera una enfermedad de transmisión sexual, debido a la elevada relación con la infección por el VPH,
sobre todo los serotipos 16 y 18.
La infección por VPH es el factor de mayor riesgo para el desarrollo de carcinomas pre-invasores o invasores del
cuello uterino, el cual sobrepasa en gran manera otros factores conocidos de riesgo, tales como: ✓alta paridad, ✓
un alto número de compañeros sexuales, ✓la primera relación sexual con coito a una edad temprana, ✓el estado
socioeconómico bajo ✓y un historial como fumadora.
Aunque se estima que hasta un 25-30 % de la población femenina se contagiará en algún momento de este virus,
sólo muy pocas de ellas acabarán afortunadamente en un cáncer invasor, probablemente, entre otras cosas, por
la eficacia del cribado citológico y del HPV que se realiza a nivel poblacional. Así, los pacientes con citología
anormal de alto riesgo (clasificación Bethesda) deben ser evaluados exhaustivamente mediante colposcopia y
biopsia. De los tipos de VPH existentes, se puede hacer una asociación entre virus de bajo riesgo y de alto riesgo
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de malignización. Dentro de los primeros interesa conocer los tipo 6 y 11, relacionados con lesiones de bajo grado
cervicales y con condilomas a lo largo de todo el tracto genital inferior. Entre los de alto grado los más
importantes son el 16 y 18, los cuales se asocian a displasias de alto grado y a carcinoma invasivo de cuello y de
todo el tracto genital inferior
Otros factores de riesgo son promiscuidad sexual, nivel socioeconómico bajo y estados de inmunodepresión.
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Todo este proceso puede llevar 15-20 años (es lento), de ahí la importancia del diagnóstico precoz
(supondrá una mayor curabilidad).
El carcinoma del cuello uterino tiene sus orígenes en la unión escamosa columnar, siendo la lesión precursora la
displasia o carcinoma in situ (neoplasia intraepitelial cervicouterino [CIN]), que posteriormente puede convertirse
en cáncer invasor. Este proceso puede ser muy lento, aunque ocasionalmente puede progresar de forma
acelerada, escapándose muchas veces a un cribado citológico. Aunque habitualmente es un tumor asintomático, la
presentación comienza con coitorragia, manchado fuera del ciclo y secreción serohemática vaginal. En la
exploración se podrá encontrar una lesión más o menos extensa, en ocasiones ulcerada o exofítica, pudiendo
infiltrar la vejiga y el recto, o los parametrios, atrapando los uréteres. Además de la invasión local, el carcinoma
cervicouterino puede diseminarse por vía de los linfáticos regionales o del torrente sanguíneo, siendo una función
directa de la extensión e invasión de la lesión local.
3.4. CLÍNICA
En la mayoría de los casos permanece asintomática. Pero si da síntomas, los principales son:
1. Hemorragias vaginales postcoitales. Es el síntoma más frecuente.
2. Secreción purulenta, fétido en la enfermedad avanzada.
3. Dolor pélvico.
4. Ulceración o masa exofítica en el canal cervical.
5. Edemas.
6. Otros: tenesmo rectal (por compresión), fístulas a recto o vejiga (si el tumor es más grande), signos de
enfermedad localmente avanzada.
Al final, las pérdidas se hacen continuas y la mezcla de la sangre y flujo confiere a éstas el aspecto de “agua de
lavar carne”.
3.5. DIAGNÓSTICO
La clásica exploración bajo anestesia para determinar si existe afectación de los parametrios, el recto o la vagina
ha sido paulatinamente relegada por los métodos de imagen. Si la exploración clínica es satisfactoria, podemos
hacernos una idea franca de la extensión de la enfermedad. Es trascendente la valoración de la movilidad cervical,
el tamaño del cuello y la posibilidad de extensión a tejidos adyacentes. Sin embargo, la exploración clínica llega a
infraestimar un 40 % de los casos, por lo que es importante recurrir a otras técnicas, como son las de imagen,
fundamentalmente la resonancia magnética nuclear. Con ellas podemos determinar si existe una hidronefrosis
(espejo de una posible afectación del parametrio con atrapamiento ureteral, así como la posible existencia de
extensión ganglionar en el retroperitoneo, tanto a nivel pélvico como aórtico.
1. Anamnesis.
2. Exploración ginecológica:
a. Colposcopia: el cérvix se observa a través de un colposcopio.
b. Biopsias cervicales:
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i. Biopsia colposcópica: permite la resección de una pequeña sección de la superficie cervical afecta.
ii. Curetage endocervica: resección de tejido del canal endocervical.
iii. Conización: resección de una porción en cono de tejido cervical.
3. Hemograma y bioquímica completa que incluya LDH, función hepática y renal.
4. Serología HIV (porque este tumor es más frecuente en inmunodeprimidos) y hepatitis.
5. RX tórax.
6. RNM abdómino-pélvica.
3.6. DIAGNÓSTICO PRECOZ: CITOLOGÍA
El diagnóstico precoz mediante
citología cervicovaginal o test de
Papanicolau ha supuesto un impacto
fundamental sobre la incidencia y
mortalidad del cáncer de cérvix.
Protocolo de cribado de cáncer de cérvix:
La 1ª citología se realiza a los 3 años de la 1ª relación sexual o a los 25 años (con relación sexual). Desde la
1ª RS o a los 18 años de edad, según CTO.
Citología anual durante los 2 primeros años: si ambas son valorables y negativas, pasa a realizarse un
control trienal, siempre que no haya factores de riesgo como promiscuidad, ETS, VPH etc.); si los hay deberá
realizarse anualmente.
Si existe posibilidad de test de VPH: a los 35 años citología y test de HPV.
o Citología - / Test - : Control en 5 años con citología y test HPV.
o Citología - / Test +: Citología y test al año.
o Citología +: protocolo de citología anormal.
Si se ha seguido el programa adecuadamente finalizar el cribado a los 65 años.
3.7. PREVENCIÓN PRIMARIA: VACUNACIÓN
Disponemos de dos tipos de vacunas profilácticas, eficaces y seguras:
Vacuna bivalente (CERVARIX) para los tipos 16 y 18.
Vacuna tetravalente (GARDASIL) para los tipos 6, 11, 16 y 18.
Objetivos de la vacunación:
PRINCIPAL:
o Prevención del cáncer invasor de vulva, vagina, ano, pene y cérvix.
o Se podrían evitar un 70% de los cánceres de cérvix a nivel mundial.
SECUNDARIO:
o Prevención de lesiones precursoras (en especial H-SIL) y de verrugas genitales.
Otros aspectos de la vacunación: Vacunación a ambos sexos ¿?
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3.10. TRATAMIENTO
El tratamiento del cáncer de cuello es multidisciplinar (cirugía, radioterapia, quimioterapia) y depende del estadio
inicial en que se encuentre la enfermedad
3.10.1. EN ESTADIOS INICIALES
Manejo de lesiones premalignas
Según nos encontremos ante un CIN I, CIN II/III o enfermedad invasiva actuaremos de una forma u otra. Si es un
CIN II/III deberá realizarse un tratamiento local mediante conización, porque más el 50% evolucionarán a
enfermedad invasiva.
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preinvasivos microinvasivos, con invasión inferior a 3 mm, la excisión local con márgenes libres puede ser
suficiente siempre que no exista embolización ni afectación del espacio linfovascular. Si la mujer ha cumplido
su deseo genésico, la histerectomía puede ser una alternativa. Si la invasión es superior a 5 mm, se debe
realizar una histerectomía radical modificada, con disección ganglionar pélvica, ya que existe el riesgo de
afectación ganglionar es más alto. En casos seleccionados de pacientes con deseo reproductivo, es segura la
preservación de la fertilidad. La traquelectomía radical (excisión de un manguito vaginal con los parametrios
y el cérvix, anastomosando el istmo uterino al cuerpo uterino), previa linfadenectomía pélvica. Los criterios
básicos para esta cirugía serían tumores de menos de 2 cm, sin embolización tumoral. Tanto la radioterapia
como la histerectomía radical y la disección bilateral de ganglios linfáticos, producen un porcentaje de
curación de 85 al 90% en mujeres en estadios IA2 y IB1
La RADIOTERAPIA RADICAL: en estadios IB y IIA
En estadios IB y IIA tiene resultados similares a cirugía (ambos tratamientos pueden considerarse).
Tasas de supervivencia del 80-90% a 5 años.
Se administra RT externa y posteriormente braquiterapia a dosis de hasta 85 Gy.
Relativamente tolerable:
o Mortalidad <1% ; Riesgo de fistulas 1-2%
o Toxicidad tardía: rectitis, estenosis rectal…
Preferible frente a cirugía en pacientes añosas o no operables
El Mejor Tratamiento, es el gold estándar la QT-RT radical: en estadios IB-IIA bulky y IIB-IVA desde 1999
Se publicó una alerta clínica del NCI aconsejando incluir dicha modalidad de tratamiento concomitante en la
práctica diaria y desde entonces se considera el tratamiento estandard para el carcinoma de cérvix en estos
estadios. Sin embargo todavía quedan algunas cuestiones no respondidas por dichos ensayos y que
convendría reseñar en esta discusión. Cinco ensayos fase III han demostrado ventaja en supervivencia global
para QT basada en cisplatino administrada de forma concomitante con RT.
La adición de cisplatino aumenta el control local y la supervivencia.
Indicada en:
o Estadios IIB a IVA.
o Estadios IB a IIA con factores de mal pronóstico (ganglios pélvicos+, parametrio+, margen quirúrgico+).
¿Debe realizarse linfadenectomía aórtica?
La linfadenectomía aórtica retroperitoneal como diagnóstico de la posible afectación ganglionar en aras de hacer
radioterapia de campos extendidos está por demostrar su valía en el arsenal terapéutico del cáncer de cérvix
localmente avanzado
Estadio IV B
La enfermedad metastásica de inicio, se tratará con quimioterapia. La intención del tratamiento en estos casos
siempre es paliativa.
La efectividad del tratamiento depende de la localización de la enfermedad, obteniendo mayor tasa de respuestas
en las recaídas fuera del campo previamente irradiado.
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4. CÁNCER DE ENDOMETRIO
4.1. INTRODUCCIÓN
Es el cáncer ginecológico más frecuente (35.000 casos nuevos cada año). Supone el 4º cáncer en cuanto a
incidencia en mujeres, y el 7º cáncer que ocasiona mortalidad en la mujer.
Se da habitualmente en mujeres postmenopáusicas y aumenta en edades ≥60 años. El pico de incidencia en
menores de 40 años es inferior al 5%.
No es de esperar una disminución importante en su incidencia en los próximos años, ya que ni la detección precoz
ni las distintas opciones terapéuticas tienen una influencia en la mortalidad.
4.2. ETIOLOGÍA
Los factores de riesgo principalmente relacionados con el adenocarcinoma de
endometrio están directa o indirectamente relacionados con los estrógenos.
Así, el fenotipo característico de estas pacientes es:
• La obesidad, debido al incremento en la producción de estroma a partir de la androstendiona
• La disminución de la SHBG.
Es por ello mismo que también se considera un factor de riesgo la dieta rica en calorías. Clásicamente se han
considerado otros factores, como son la hipertensión arterial o la diabetes, aunque no existen publicaciones que
demuestren esta relación directa. Si en cambio está relacionada su incidencia con los estados anovuladores, como
es la edad tardía de menopausia, consecuencia de la no acción de la progesterona sobre el endometrio.
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La terapia hormonal sustitutiva disminuye el riesgo de cáncer de endometrio siempre y cuando se administren los
estrógenos con gestágenos a dosis suficientes, considerando 10 mg/d de medroxiprogestrona cuando se use en
pauta cíclica o de 5 mg/d cuando sea pauta contínua. Sin embargo, si a esta terapia hormonal sustitutiva no se le
añaden gestágenos, la probabilidad de sufrir una hiperplasia de endometrio o un adenocarcinoma de endometrio
se dispara, estimándose en un RR de 10. Un tratamiento similar, los anticonceptivos hormonales orales, han
demostrado un alto efecto protector, que incluso persiste tras abandonar su uso.
Un tratamiento ampliamente estudiado es el tamoxifeno cuando se emplea en pacientes afectos de un cáncer de
mama con receptores hormonales positivos. Aunque esta molécula es un antiestrógeno, a nivel del endometrio
tiene una acción agonista estrogénica, facilitando la aparición de pólipos endometriales, hiperplasia e incluso
adenocarcinoma de endometrio, con un riesgo relativo establecido entre 2 y 8. Se desconoce el impacto del factor
hereditario en estas pacientes. Si es conocida su asociación al cáncer colorectal hereditario no polipoideo
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6. Diabetes Mellitus.
La anovulación somete al endometrio a un estímulo
7. Hipertensión.
constante estrogénico sin oposición de progesterona.
8. Anovulación (Síndrome de ovario poliquístico).
9. Predisposición familiar.
Sd Lynch tipo II (HNPCC): 43% de posibilidades de desarrollar cáncer a lo largo de su vida. > riesgo de
desarrollar cáncer de colon, pero también otros cánceres como el de endometrio.
10. Paridad: relación inversa. (nuliparidad como factor de riesgo)
11. Menarquia/ menopausia.
4.3. SUBTIPOS HISTOLÓGICOS
El carcinoma endometrial puede ser de 2 tipos:
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Ocasionalmente el adenocarcinoma de endometrio debuta con una neoplasia de ovario simultánea, con la misma
morfología histológica. Habitualmente son tumores sincrónicos, con un tumor endometrial escasamente infiltrante
en superficie y con una buena diferenciación
4.4. CLÍNICA
Suele ser:
Sangrado transvaginal (90%). Cualquier sangrado vaginal tras la menopausia tiene que estudiarse
siempre. Igual que ocurría en el cáncer de cérvix, es característica la leucorrea “en agua de lavar carne”.
Flujo vaginal.
Dolor pélvico.
Masa palpable.
4.5. DIAGNÓSTICO
1. Anamnesis y exploración física.
2. Exploración ginecológica con toma de biopsia/aspirado endometrial. (el diagnóstico como siempre es
histológico!)
3. Hemograma y bioquímica completa (función renal y hepática).
4. Marcador tumoral: CA 125 (tipo II).
5. RX tórax.
6. TAC / RNM abdómino-pélvica.
4.6. ESTADIFICACIÓN
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4.7. TRATAMIENTO
4.7.1. EN ESTADIOS INICIALES (ESTADIOS I A III): CIRUGÍA
Objetivos:
1. Confirmación diagnóstica.
2. Determinación del grado de extensión de la enfermedad del tipo I (estadificación quirúrgica).
Debe incluir:
1. Histerectomía.
2. Doble salpingoooforectomía.
3. Citología peritoneal.
4. Biopsia de cualquier lesión peritoneal o retroperitoneal sospechosa.
5. Muestreo de ganglios paraaórticos y pélvicos.
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