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Manuel Castells

nnnnnnn

El espacio y los
movimientos
sociales en red
D e fo rma ine s pe ra da han su rgido p oten tes m ovimien tos sociales en
to do s lo s co nfine s de l plan eta, m an ifestán d ose –au n q u e con d istin ta
inte ns idad– e n mile s de ciu dad es, en u n cen ten ar d e p aíses. Son mo-
vimie nto s s o ciale s e n red q u e com b in an en su p ráctica la ocu p ación
de l cibe re s pa cio y la o cu p ación d el esp acio p ú b lico u rb an o. ¿Cu áles
s o n lo s principa le s ra s gos? ¿Existe u n p atrón com ú n ? ¿Cóm o son
la s inte ra ccio ne s de lo s p rocesos esp aciales in trodu cid as p or los n u e-
vo s mo vimie nto s s o cia les en red ?

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Los movimientos sociales de la sociedad red

A
lo largo de la historia los movimientos sociales han sido y continúan
siendo agentes del cambio social. Esto ocurre también en el espacio ur-
bano, pues a través de su acción se innovan formas espaciales y usos de
la ciudad en contradicción con la reproducción de la estructura urba-
na heredada de la dominación institucional (Castells, 1986). En la última década
se han ido configurando nuevas expresiones de movimientos sociales característi-
cos de nuestro tipo de sociedad, la sociedad red. Son movimientos sociales en red
que combinan en su práctica la ocupación del ciberespacio y la ocupación del es-
pacio público urbano. Así, de forma inesperada han surgido potentes movimientos
sociales en todos los confines del planeta, manifestándose –aunque con distinta
intensidad– en miles de ciudades en un centenar de países.
Con base en la observación que realicé sobre algunos de estos movimientos en
diversas latitudes, de manera directa o por mediación de colaboradores, creo haber
detectado un perfil específico que se repite en casi todas las situaciones (Castells,
2012).

El patrón común de los movimientos sociales en red


Todos los movimientos han surgido como resultado de un sentimiento a la
vez colectivo e individual de indignación por la injusticia y los abusos cotidianos
de quienes detentan el poder político, económico y mediático. Claro que siem-
pre hay individuos que toman la iniciativa de la protesta, pero no surgen de las
organizaciones tradicionales, como sindicatos, partidos y movimientos cívicos,
aunque algunos de los más activos miembros del movimiento se hayan formado
en ellas.
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Los movimientos siempre adoptan la forma de red; delegada, hay una desconfianza profunda entre los parti-
de red en Internet y en las plataformas móviles de co- cipantes del movimiento hacia cualquier forma de lide-
municación. Pero también de redes sociales preexis- razgo continuo. Hay una conciencia arraigada de que
tentes, de redes locales, de redes de afinidad. Son mo- la práctica del movimiento debe prefigurar las futuras
vimientos estructurados de forma flexible y cambiante formas de democracia por las que se lucha. Aunque fre-
en redes multimodales; suelen nacer en Internet, pero cuentemente se ha criticado la falta de operatividad
de inmediato tratan de hacerse visibles en el espacio de los movimientos por su carácter espontaneísta, en
urbano. Son locales, porque se manifiestan en espacios realidad la ausencia de líderes identificables los ha pro-
específicos, pero también son globales pues se conec- tegido de la represión más directa porque es imposible
tan mediante Internet a los otros movimientos en el descabezar un movimiento sin cabeza y cuyas redes
mundo. No es Internet quien los crea, tal discusión no se reconfiguran según la evolución del movimiento y
tiene sentido. Las causas de los movimientos están en las reacciones de las burocracias a las que se enfrenta.
la opresión y la explotación que sufren la mayoría De hecho, incluso en aquellos casos en donde surgen
de los ciudadanos del mundo. Pero sin la red estos mo- líderes semiespontánemente, éstos se someten regular-
vimientos, en su forma actual, no existirían. Y es en mente al control y debate del movimiento en asam-
Internet donde continúan existiendo cuando la repre- bleas y comités, puesto que de no hacerlo perderían su
sión los obliga a replegarse en un espacio social prote- capacidad de influencia sobre un movimiento que se
gido. Sin embargo, se convierten en movimiento con asume como sujeto colectivo: la red es el sujeto. De ahí
capacidad de impacto sobre la sociedad por medio de la que los movimientos pasen por momentos distintos en
ocupación del espacio público urbano, ya sea mediante cuanto a su intensidad; cuando desocupan el espacio
acampadas en plazas o en manifestaciones callejeras. urbano o pierden presencia en las instituciones siguen
Son movimientos virales que se originan a partir de existiendo en Internet, hasta que, en torno a una nue-
la difusión rapidísima de un mensaje, frecuentemente va reacción emocional en la sociedad, se manifiestan
una imagen, que impacta a las mentes y desencadena de nuevo en el espacio físico. Son, en suma, movi-
la indignación por la violencia del orden establecido mientos rizomáticos cuya fuerza reside precisamente
(Nahon y Hemsley, 2012). Las imágenes de abuso y en su ambigüedad organizativa y en su enraizamien-
violencia suscitan la indignación que desencadena to en emociones individuales y colectivas.
el movimiento, mientras que las imágenes de otros mo-
vimientos similares en otras ciudades y países alimen-
tan la esperanza de que otro mundo es posible, y de que El impacto de los movimientos sociales
sus integrantes no están solos en su lucha. sobre la sociedad
La transición de la indignación a la esperanza se Los efectos de los movimientos sociales en red so-
realiza mediante la deliberación en un espacio públi- bre la sociedad y las instituciones son muy diversos. En
co autónomo, un espacio híbrido de Internet y espacio algunos casos han destruido regímenes políticos. Es lo
urbano, y se organiza mediante asambleas abiertas y co- que sucedió en varios países árabes, aunque la nueva ins-
misiones delegadas, apoyadas en debates, intercambios titucionalidad sea inestable, como en Egipto; o el pro-
de información e ideas. ceso haya degenerado en atroz guerra civil azuzada por
Los movimientos suelen carecer de líderes forma- la geopolítica, como en Siria. En muchos otros casos
les, aunque no es así en todos los casos (por ejemplo, obtuvieron importantes victorias reivindicativas, como
en Chile). El funcionamiento en red permite la coor- en las políticas de vivienda en Israel y España, las po-
dinación horizontal de las acciones del movimiento líticas de transporte y servicios urbanos en Brasil, la
mediante procesos interactivos, haciendo innecesa- suspensión de la destrucción del espacio público en
rios en términos operativos los liderazgos formales y la Turquía, o el cambio de política educativa obtenido
organización vertical. Esto es así porque al surgir los en Chile cuando la presidenta Bachelet incluyó en su
movimientos de una crítica radical a la representación programa las demandas del movimiento. Pero su im-

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pacto más importante se ha producido en las mentes en red se originan en buena medida a partir de confi-
de los ciudadanos que, en la mayoría de los países, han guraciones espaciales y contradicciones urbanas; en su
apoyado las críticas hechas por el movimiento incluso desarrollo influyen en la transformación de los proce-
aunque rechacen las confrontaciones que derivan en sos urbanos y las formas espaciales.
situaciones de violencia. Y es en ese sentido que son Recordemos que en Europa y Estados Unidos estos
movimientos sociales; es decir, movimientos que bus- movimientos se originaron como protesta a la crisis fi-
can el cambio de los valores de la sociedad más que el nanciera y a la gestión de ésta por las elites políticas.
poder en las instituciones políticas. No obstante, son Y la crisis financiera fue desencadenada por la burbuja
también movimientos de transformación política en inmobiliaria resultante de un crecimiento urbano es-
el sentido de que el objetivo común a todos ellos es peculativo, el cual alimentó a su vez la especulación
reinventar las formas de representación y gestión po- financiera mediante el uso de hipotecas de alto ries-
lítica, tras constatar la corrupción y manipulación ca- go como garantía colateral para los préstamos de las
racterísticas de la mayoría de la clase política en todos instituciones financieras (Caraca, Cardoso y Castells,
los países. Así, el movimiento #Yosoy132 de México 2012). Las protestas contra los desahucios resultantes
se constituyó en conciencia crítica de la manipulación del impago de hipotecas abusivas han sido uno de los
electoral del Partido Revolucionario Institucional (pri) principales frentes de lucha del movimiento social en
y fue recibido con simpatía por muchos sectores de la España, con victorias reivindicativas importantes y
ciudadanía mexicana. Son semillas sembradas hacia un un masivo apoyo social en su crítica al sistema finan-
posible cambio político que requiere ser precedido por ciero e inmobiliario. Asimismo, la mayor movilización
un cambio cultural. de la historia de Israel se produjo contra las políticas de
Esa “revolución cultural” que está en el horizonte vivienda dominadas por la especulación.
de los movimientos sociales en red se materializa en En otros contextos, como los de Brasil y Turquía,
nuevas formas de articulación del espacio público, del los movimientos fueron explícitamente movimientos
espacio de los flujos y del espacio de los lugares. sociales urbanos, basados en reivindicaciones tales
como transporte libre, mejora de los servicios urbanos,
protección del espacio público urbano, y conservación
La dimensión espacial de los ecológica en las ciudades y en el país.
movimientos sociales en red En términos de las formas de acción y de moviliza-
El tiempo y el espacio son las dimensiones funda- ción, la ocupación del espacio público urbano median-
mentales de las prácticas y la organización social de los te acampadas de larga duración en plazas centrales,
humanos. En consecuencia, los movimientos sociales la toma de edificios simbólicos y repetidas manifesta-

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ciones callejeras, ha constituido la principal forma de instituciones, no de los cohabitantes. Se revelan en-
confrontación para reclamar la atención de las autori- tonces las raíces de la dominación, al tiempo que se
dades a las demandas y propuestas de los ciudadanos. verifica la posibilidad de convivencia comunitaria.
Tales prácticas espaciales tienen un sentido profundo y
se sitúan en la línea de la tradición histórica revolucio-
naria del espacio de las barricadas. Implicaciones de las prácticas espaciales
Las barricadas, fenómeno recurrente en el siglo xix, de los movimientos sociales en red para
pero también del Mayo del 68 en París, nunca sirvie- la teoría del espacio en la sociedad red
ron para la defensa de los manifestantes. En realidad, En 1996, en el marco de mi análisis de la transfor-
atrajeron el ataque violento de las fuerzas represivas, tal mación estructural de la sociedad en la era de la in-
y como sucedió en 2013 y 2014 en Kiev. Pero tienen formación, propuse una teoría de formas espaciales que
un extraordinario valor emocional para el movimiento se basa en la distinción entre el espacio de los lugares,
porque definen una comunidad de práctica. Dentro del dominante a lo largo de la historia, y el espacio de los
recinto de las barricadas se vive la solidaridad, el com- flujos, predominante en las condiciones tecnológicas
pañerismo y la afirmación de un proyecto democrático. y organizativas de la era de la información. Para ello
En cierto modo se construye un espacio autónomo del partí de una teoría del espacio como práctica social
movimiento, porque los ciudadanos se unen a la mo- fundada en una lectura de Leibniz para quien: “El es-
vilización sin necesidad de programa u organización, pacio es algo puramente relativo, como el tiempo. El
simplemente con su presencia en ese espacio alterna- espacio está en el orden de las coexistencias mientras
tivo. Eso fueron el movimiento Occupy en Estados que el tiempo está en el orden de las sucesiones. El es-
Unidos y las acampadas en España. pacio denota, en términos de posibilidad, un orden de
La ocupación del espacio urbano está cargada de las cosas que existen al mismo tiempo, en la medida en
simbolismo. No se ocupa cualquier espacio, sino las que existen juntas, y es indiferente a las formas parti-
plazas que constituyen el corazón de la ciudad: la Plaza culares de existencia [de las cosas]; cuando vemos es-
Tahrir en El Cairo, la Puerta del Sol en Madrid, Li- tas cosas juntas percibimos el orden de las cosas entre
berty Park a la sombra de Wall Street, la Plaza Taksim ellas” (Leibniz, 1715). Partiendo de esta perspectiva
en Estambul. Y las manifestaciones y ocupaciones de teórica defino el espacio, desde el punto de vista de
edificios se dirigen al Parlamento, al Ayuntamiento, a la teoría social y por tanto como práctica social, de la
las sedes del gobierno, a los cuarteles de la policía. Los siguiente forma: “el espacio es el soporte material de
ciudadanos reclaman su espacio, el espacio de la ciudad las prácticas sociales que comparten un mismo tiem-
ahora ocupado por los aparatos de poder sin que haya po”, lo cual, hasta el desarrollo del telégrafo, implicaba
un control democrático de los usos de la ciudad. contigüidad física. Así, el espacio como forma social,
Por eso la fuerza del movimiento consiste en mos- es decir, el espacio de prácticas simultáneas, era sinó-
trar al país y al mundo de quién es ese espacio de vida. nimo del espacio de los lugares definido por la con-
El derecho a la ciudad se convierte en afirmación de tigüidad. Pero con la aceleración del cambio en las
la dignidad mancillada. Más aún, los espacios así con- tecnologías de comunicación, surgió una nueva forma
quistados reciben nuevos nombres solidarios de otros de espacio en donde la simultaneidad no depende de
espacios liberados: Plaza Catalunya de Barcelona se la contigüidad sino de la conectividad inducida por los
rebautiza como Tahrir y Liberty Park, mientras que Li- flujos de comunicación. Tal es la distinción conceptual
berty Park se convierte en Puerta del Sol. Así se opera entre el espacio de los flujos y el espacio de los lugares,
la conexión local/global en el imaginario colectivo de si bien en la práctica social se articulan frecuentemen-
espacios liberados. La afirmación del espacio público te sin por ello perder su especificidad.
se presenta como una nueva forma de convivencia en En la formulación original de mi teoría propuse
donde no hay aislamiento, se supera el miedo median- que, predominantemente, el espacio de los lugares era
te la solidaridad y el peligro de violencia viene de las el de la experiencia humana, mientras que el espacio

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de los flujos era el del poder social. Avancé la hipóte- de modo que había contrapoder y sociabilidad autó-
sis según la cual la separación entre las dos formas de noma en el espacio de los flujos, mientras que el po-
espacio era un mecanismo esencial en la dominación der también encontraba nuevas formas de articulación
del poder sobre la experiencia humana. Esta idea sur- en el espacio de los lugares.1 La observación posterior
gió de la observación de la primera fase del despliegue me llevó al convencimiento de que es precisamente la
de la infraestructura tecnológica informacional; en ella capacidad de conectar en la práctica el espacio de los
la revolución de las telecomunicaciones se difundió flujos y el espacio de los lugares lo que constituye un
rápidamente en el mundo corporativo, financiero y elemento esencial tanto del poder como del contrapo-
militar, mientras que las redes ciudadanas de Internet der en nuestras sociedades (Castells, 2009).
estaban limitadas a comunidades virtuales contracul- Esto es exactamente lo que hacen los actuales movi-
turales. Naturalmente, esta situación ha cambiado ra- mientos sociales en red. A través de esa práctica recons-
dicalmente en un mundo en el que a fines de 2013 se truyen el espacio público en todas sus manifestaciones:
contaba con 2 500 millones de usuarios de Internet y
casi 7  000 millones de abonados a teléfonos celulares. 1
 Tal fue mi rectificación teórica, que publiqué en Urban
Geography bajo el título de “Grassrooting the space of flows” tres
De hecho, tras la publicación de mi libro percibí que años después de la publicación original de mi teoría (Castells,
los dos espacios se articulaban contradictoriamente, 1999).

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el espacio de los flujos en Internet, el espacio de los de los lugares y los mapas mentales que surgen desde el
lugares en la ciudad y el espacio de las instituciones. movimiento para la reconstrucción de las instituciones
De la articulación de esos tres espacios surge la nue- al servicio de las personas.
va esfera pública en nuestra sociedad, que es a la vez
global (en el espacio de la comunicación), local (en el Manuel Castells es catedrático emérito de Planificación Urbana
espacio urbano) y nacional (en el espacio institucio- y Regional de la Universidad de California-Berkeley, director del
nal). Y es que el espacio público no es otra cosa que el Internet Interdisciplinary Institute de la Universitat Oberta de Ca-
espacio del público, y la práctica pública es multimodal talunya ( uoc ), en Barcelona, y catedrático de la Escuela Annenberg
e interactiva. de Comunicación, de la Universidad de California Meridional en Los
Por ello los procesos de dominación, tanto corpo- Ángeles. Es miembro correspondiente de la Academia Mexicana de
rativa como política, intentan la privatización y apro- Ciencias.
piación del espacio público en sus tres dimensiones: castells@usc.edu
control corporativo de Internet, control burocrático
de las instituciones, y control especulativo y represi-
vo del espacio urbano. Por su parte, el proyecto de los
movimientos sociales de reclamar la esfera pública para Bibliografía
los ciudadanos requiere la construcción de un nuevo Caraca, J., G. Cardoso y M. Castells (eds.) (2012), Después
tipo de espacio: el de la autonomía. Esta autonomía de la crisis, Madrid, Alianza Editorial.
Castells, M. (1986), La ciudad y las masas: sociología de los
sólo puede construirse en el espacio libre de las redes
movimientos sociales urbanos, Madrid, Alianza Editorial.
de Internet, pero al mismo tiempo sólo puede transfor- Castells, M. (1999a), “El espacio de los flujos”, La sociedad
mar la sociedad en su conjunto mediante el desafío al en red, México, Editorial Siglo XXI.
orden institucional a partir de la ocupación del espacio Castells, M. (1999b), “Grassrooting the space of flows”,
urbano por parte de los ciudadanos. La autonomía des- Urban Geography, 20:294-302.
Castells, M. (2012a), Comunicación y poder, Madrid, Edito-
de las redes de Internet sin desafío visible equivale a
rial Siglo XXI.
un repliegue en relación con la sociedad. El desafío en Castells, M. (2012b), Redes de indignación y esperanza: los
la ocupación del espacio sin una base permanente de movimientos sociales en la era Internet, Madrid, Alianza
autonomía en las redes de Internet difícilmente pue- Editorial.
de asegurar la continuidad del desafío a la dominación, Leibniz (1715-16) “Correspondence with Clark”, citado en
Parkinson, G.H.R (ed.) (1973), Leibniz. Philosophical
dada la vulnerabilidad de esa ocupación a la represión.
Writings, London, J. M. Dent and Sons, 211-212.
La forma espacial que practican los movimientos socia- Nahon, K. y J. Hemsley (2013), Going Viral, Cambridge,
les en red es lo que denomino el espacio de autonomía. Polity Press.
En éste convergen el espacio de los flujos, el espacio

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