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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA


VICERRECTORADO ACADÉMICO
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS
ESCUELA DE DERECHO

ENSAYO

ALUMNA:
SAMAR RODRÍGUEZ
C.I. 15.275.517

MARACAY, JUNIO 2018


Proposición de la Prueba

Principios rectores que rigen la prueba


La prueba se encuentra sometida a una serie de principios reguladores
que son los que garantizan que las mismas tengan conexión o tiendan a
demostrar los hechos controvertidos en juicio, que de haber tal conexión,
ellas sean evacuadas guardando una serie de formalidades legales, y que
una vez que hayan sido incorporadas al proceso, pasan a formar parte del
mismo.
Entre los principios que rigen la prueba tenemos:
Principio de la comunidad de la prueba, también llamado de
adquisición: consecuencia de la unidad de la prueba es su comunidad, esto
es, que ella no pertenece a quien la aporta y que es improcedente pretender
que sólo a quien la incorpora al proceso es a quien beneficie.
Principio de contradicción de la prueba: no es otra cosa que la parte
contra quien se opone una prueba, debe gozar de la oportunidad procesal
para conocerla y discutirla, incluyendo en esto el ejercicio de su derecho de
contraprobar, es decir, que debe llevarse a la causa con conocimiento y
audiencia de todas las partes.
Principio de publicidad de la prueba: es consecuencia de su unidad y
comunidad, de la lealtad, la contradicción y la igualdad de oportunidades que
respecto a ella se exigen.
Principio de formalidad y legitimidad de la prueba: este principio
implica que la prueba está revestida de requisitos extrínseco se intrínsecos.
Los primeros se refieren a las circunstancias de tiempo, modo y lugar; los
segundos contemplan principalmente la ausencia de vicios, como dolo, error,
violencia y de inmoralidad en el medio mismo.
Principio de preclusión de la prueba: este principio versa sobre la
formalidad de tiempo u oportunidad para su práctica y se relaciona con el de
contradicción y lealtad; con él se persigue impedir que se sorprenda al
adversario con pruebas de último momento, que no alcance a controvertir, o
que se propongan cuestiones sobre las cuales no pueda ejercitar su defensa.

La carga de la Prueba y su Valoración

Valoración de la Prueba
La apreciación o valoración de la prueba es el mérito que le otorga el
Juez a la forma como las partes intentan demostrar los hechos, conforme a
los medios permitidos en la Ley. La Doctrina señala que la valoración de la
prueba proviene de los conocimientos del Juez, y que estos le llevan a
precisar el mérito de la prueba; es decir, la eficacia de la misma.
Libre Convicción: Es la apreciación directa e inmediata por parte del
Juez, de los medios de pruebas evacuados.
La Tarifa Legal: La ley impone al Juez que forma debe aplicar para
valorar la prueba. A través de ella, el Juez determina el poder de convicción
de acuerdo con las reglas que al efecto expresamente establece la Ley.
La Sana Crítica: Frente a la absoluta libertad del juzgador para apreciar
y valorar las pruebas, surge el sistema intermedio y más extendido de la
sana critica, que permite al Juez formarse libremente su propia convicción
sobre las pruebas, pero obligándole a establecer los fundamentos de la
misma, fundamentándose en proposiciones lógicas correctas y en
observaciones de experiencia confirmadas por la realidad.
La Valoración de los Indicios: Artículo 510 CPC.- Los Jueces
apreciarán los indicios que resulten de autos en su conjunto, teniendo en
consideración su gravedad, concordancia y convergencia entre sí, y en
relación con las demás pruebas de autos.
El Silencio de la Prueba: En esos 3 días de oposición, puede que me
oponga a que el tribunal admita las pruebas de mi oponente, pero pueda
también que guarde silencio, o pueda que manifieste expresamente que
estoy de acuerdo en que las pruebas promovidas por él son perfectamente
legales, son pertinentes, entonces el Juez las admite, entonces allí hay una
admisión voluntaria, si guardo silencio, si no me opongo a la admisión la
estoy aceptando, estoy aceptando las pruebas y expresamente lo digo,
igualmente en forma espontánea, estoy admitiendo que esos medios
probatorios son válidos y se deben evacuar en el proceso.

Distribución de la Carga de la prueba


La distribución de la carga de la prueba se refiere a quien le
corresponde esa obligación de probar.
En principio la carga de la prueba le corresponde a la parte actora
porque es quien alega hechos constitutivos, es decir los alegatos de la parte
actora en el libelo, y si el demandado o parte accionada si trae nuevos
hechos al proceso, en la contestación al fondo de la demanda la carga de la
prueba recae sobre este, debido a que recae o depende de la naturaleza de
los hechos alegados y no sobre las partes integrantes en la trabazón de la
litis.
Al actor le corresponde la carga de la prueba de los hechos en que se
fundamenta su demanda, pues según la conducta que asuma la parte
demandada al momento de defenderse puede asumir la carga probatoria.
Corresponde la carga de la prueba de los hechos controvertidos a las
partes a quién beneficia el efecto jurídico que establece la norma al ser
activada por el hecho alegado y demostrado en el proceso indistintamente de
la naturaleza del hecho, de la posición de las partes en el proceso y de la
actitud que asuma en el proceso.
La parte accionante o demandante le corresponde a carga de la prueba
de los hechos constitutivos que sirven de presupuesto o fundamento de la
norma contenida de la consecuencia jurídica perseguida o solicitada en el
libelo de la demanda, es decir, la pretensión de los hechos constitutivos, y la
parte demandada le corresponde la carga probatoria de aquellos hechos
extintivos, que sirven de presupuesto de la norma contentiva o consecuencia
jurídica perseguida o solicitada en su oportunidad legal (la contestación de la
demanda)

Hechos determinantes de la Carga de la Prueba

Hechos presumidos por la ley: Es regla procesal que no necesitan


ser probados aquellos hechos que están amparados en una presunción
legal. La presunción está condicionada a tres elementos que unidos, van a
darle su característica; el hecho conocido, el desconocido y la relación de
causalidad; siendo de observar que la presunción no es una prueba, sino
más bien una excepción o dispensa de ella y, lo que está fuera de la órbita
de la prueba, lo son el hecho desconocido y la relación de causalidad.
Hechos impertinentes e irrelevantes. Para que las pruebas puedan
ser admitidas por el Juez, no deben ser impertinentes e irrelevantes, ya que
ellas no conllevan utilidad alguna al litigio; siendo impertinentes e irrelevantes
aquellas referidas a hechos no alegados o rebatidos en la fase de las
alegaciones.
El hecho negativo. El derecho procesal moderno afirma que el hecho
negativo no sólo puede ser objeto de prueba, sino que en muchos casos la
Ley exige como supuesto de una norma, un hecho cuya naturaleza es
negativa. Las negaciones formales pueden serlo de derecho, de hecho y de
cualidad. Las primeras se remiten a la titularidad de un derecho, a las
condiciones requeridas por la Ley para la validez del acto; las negaciones de
hecho equivalen a la afirmación de un hecho contrario, ya sea concreto o
indefinido; en tanto que las negaciones de cualidad, se dan cuando se niega
a alguna persona una determinada cualidad y, al actuar de esta manera, se
está afirmando lo opuesto.
El hecho notorio. El Derecho positivo venezolano tiene sentado como
principio que lo notorio está exento de prueba; pero esta afirmación no puede
conducir al extremo de que el Juez pueda favorecer a alguna de las partes,
ya que lo que en sí debe probarse es la naturaleza notoria del hecho cuando
ha sido cuestionado. La notoriedad del hecho viene dado por el conocimiento
humano en general, considerándolo como cierto en indiscutible, o
perteneciente a la historia o a las leyes naturales, a la ciencia o a las
vicisitudes de la vida pública actual, siendo una exigencia innecesaria su
prueba, puesto que no queda duda sobre su existencia y sólo la parte que lo
negare deberá de suministrar la prueba de lo contrario.
Periodos de la práctica de la prueba: En nuestro código de
Procedimiento Civil la evacuación de la prueba en lo específico del lapso y la
manera de computarse se establece en el artículo 400, que dispone:
Artículo 400. Admitidas las pruebas, o dadas por admitidas conforme a
los artículos precedentes, comenzarán a computarse los treinta días
destinados a la evacuación; pero si hubieren de practicarse algunas
mediante comisión dada a otro tribunal, se hará el cómputo del lapso de
evacuación del siguiente modo:
1. Si las pruebas hubieren de practicarse en el lugar del juicio, se
contarán primero los días transcurridos en el Tribunal después del auto de
admisión hasta la salida del despacho para el Juez comisionado exclusive, y
lo que falta del lapso, por los días que transcurran en el Tribunal
comisionado, a partir del día siguiente al recibo de la comisión
2. Si las pruebas hubieren de evacuarse fuera del lugar del juicio, se
contarán a partir del auto de admisión: primero el término de la distancia
concedido para la ida; a continuación, los días del lapso de evacuación que
transcurran en el Tribunal comisionado, a partir del día siguiente al
vencimiento del término de la distancia, de lo cual dejará constancia el
comisionado; y finalmente, el término de la distancia de vuelta. No se
entregarán en ningún caso a las partes interesadas los despachos de
pruebas para los jueces comisionados. Si las comisiones no fueren libradas
por falta de gestión del interesado, el lapso de evacuación se computará por
los días que transcurran en el Tribunal de la causa.

Evacuación de la prueba
El concepto de evacuación de la prueba es equivalente al concepto de
práctica de la prueba. No debe confundírsele con el término "recepción" de la
prueba. La recepción es, si se cumplen los requisitos de ley, la orden de
agregación al expediente.
Análisis del tema
Las posiciones juradas establecido en el Código de Procedimiento Civil
Venezolano, Colide el artículo 403 del Código de Procedimiento Civil
Venezolano con el artículo 49 ordinal 5º de la Constitución Nacional, pudiera
el absolvente de esta prueba negarse a contestar alguna de las posiciones
que se le estampen alegando la supremacía de la norma constitucional. Este
análisis, de por sí interesante, luego de múltiples discusiones, ha sido
resuelto vigorosamente por el Tribunal Supremo de Justicia, en la Sala de
Casación Civil en sentencia de fecha catorce (14) de junio de dos mil cinco
(2005), donde se clarificó por vez primera el hecho de que las posiciones
juradas no constituyen una prueba inconstitucional sino que, antes por el
contrario, a través del principio de la reciprocidad, se establece un principio
de igualdad procesal entre las partes que las aleja de tener visos de
inconstitucionalidad. En efecto dice el artículo 406 del Código de
Procedimiento Civil venezolano: “La parte que solicite las posiciones deberá
manifestar estar dispuesta a comparecer al Tribunal a absolverlas
recíprocamente a la contraria, sin la cual aquéllas no serán admitidas...” Esta
reciprocidad se fundamentó en los principios de la “igualdad” y de la “lealtad”
de las partes para que exista una administración de justicia fundada en el
convencimiento más pleno y real de los hechos de la causa. La sentencia
antes mencionada será objeto de análisis e interpretación dentro de los
argumentos de esta obra. Con este texto se demostrará que la reforma del
Código de Procedimiento Civil venezolano en materia de posiciones juradas
se muestra como uno de los mayores aportes hechos por el legislador pues
estas reformas permitieron un verdadero equilibrio e igualdad procesal lo
cual ha incidido en un mejor desarrollo de la prueba. Así mismo, se hace un
aporte a la comunidad universitaria, en especial a los estudiantes de
Derecho, al señalarles el tratamiento que le dio el legislador a esta prueba en
su última reforma, y se hace de su conocimiento de que a pesar de las
múltiples discusiones acerca de la inconstitucionalidad de la misma, con un
profundo análisis y con la certeza de una decisión del Tribunal Supremo de
Justicia, podemos entender la ventaja en la aplicación de esta prueba que ha
sido sumamente útil y que con mucha razón ha sido denominada la “Reina
de la pruebas”.

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