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ISBN de su edición en papel: 978-84-414-3530-8

No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un


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este electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros métodos, sin el
permiso previo y por escrito del editor. La infracción de los derechos mencionados
puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (Art. 270 y siguientes
del Código Penal)

© 2011. Fei Long. Spinx Verlag una división de Verlagsgruppe Random House
GmbH, Munich, Alemnia.

© Traducción Jorge Rus Sánchez

Diseño de la cubierta: © Gerardo Domínguez

© 2015. Editorial EDAF, S.L.U., Jorge Juan 68. 28009 Madrid (España)
www.edaf.net

Título original: Quantenheilung

Este libro ha sido publicado por acuerdo con Ute Körner Literary Agent, Barcelona.

Primera edición en libro electrónico (epub): marzo 2015

ISBN: 978-84-414-3545-2 (epub)

Conversión a libro electrónico: Midac Digital


Índice

MI CAMINO HACIA LA CURACIÓN CUÁNTICA


USTED PUEDE CURAR, ¡YA MISMO!
USTED ES CAPAZ DE MUCHO MÁS
CURSO SUPERINTENSIVO DE CURACIÓN CUÁNTICA
¿CÓMO ES UNA CURACIÓN CUÁNTICA?
El punto de vista del Destinatario
El punto de vista del Iniciador
UN ABISMO NO PUEDE CRUZARSE EN DOS PASOS
SIETE PASOS, ¡PERO PASOS DE GIGANTE!
Un resumen de los siete pasos
1. Comprender el problema
2. Formular la intención
3. Iniciar el proceso de curación
4. Establecer contacto con el nivel cuántico
5. Permanecer en el estado de la conciencia pura
6. Percibir la señal de contacto
7. Evaluar el cambio
ORINOCO
¿QUÉ PUEDE SUCEDER DURANTE Y DESPUÉS DEL TRATAMIENTO?
¿QUÉ SIGNIFICA REALMENTE «CURAR»?
CURSO INTENSIVO DE CURACIÓN CUÁNTICA
EJERCITE EL NO HACER NADA
Sobre la imposición de las manos
El escaneado
Ejercicios para adquirir sensibilidad
Sobre la sincronización
Ejercicios para adquirir sincronización
Sobre la conciencia pura
Ejercicios para el pensamiento en blanco
QUEST
Del círculo a la esfera
Anular la voluntad
Meditación: de la cabeza al corazón
Curación cuántica y respiración
A través del espacio y el tiempo
Curación a distancia
Curar el pasado, el presente y el futuro
Power-QUEST – Para «casos imposibles»
USO DE LA CURACIÓN CUÁNTICA
QUIÉN CURA REALMENTE
Problemas físicos y emocionales
Dolores
Enfermedades
Tensiones
Malas posturas
Estrés
Falta de energía
Problemas emocionales
Miedos
Depresión
Dependencia
Problemas de pareja
Problemas con otras personas
Escuela y aprendizaje
Embarazo
Nacimiento
Problemas de peso
Otras aplicaciones de la curación cuántica
Recargar agua y otros alimentos
Animales
Plantas
Cosas
Circunstancias materiales
Alcanzar sueños
CURACIÓN CUÁNTICA Y FÍSICA CUÁNTICA
ÁTOMOS, QUARKS Y CUANTOS
¿ONDAS O PARTÍCULAS? ¿O AMBAS?
EL GATO DE SCHRÖDINGER
Oscilaciones cuánticas
¿PROBABILIDADES, MÚLTIPLES UNIVERSOS O INFORMACIONES?
LA ENERGÍA CREADORA DEL PUNTO CERO
CUERDAS Y BRANAS
FILOSOFÍA CUÁNTICA
LA PÉRDIDA DEL SIGNIFICADO
LA PÉRDIDA DEL CONOCIMIENTO
EL ENCUENTRO ENTRE CIENCIA Y ESPIRITUALIDAD
LOS MILAGROS SON POSIBLES
La conciencia cuántica
Cambiar el mundo
AGRADECIMIENTOS
ANEXOS
BIBLIOGRAFÍA
ÍNDICE TEMÁTICO
Mi camino hacia la Curación Cuántica

Nací en un pequeño pueblo en el sur de China, cerca de la ciudad de Huangang.


Hacía ya tres años que Mao había muerto y China poco a poco comenzaba a abrirse
con cautela. Del campo apenas recuerdo nada, salvo que tenía un tío que, al menos
en comparación con los demás hombres del pueblo, era un hombre de mundo. Era
médico gerente en el hospital del distrito y se había formado tanto en la medicina
occidental como en la medicina tradicional china. La medicina occidental había
relegado casi por completo a la medicina tradicional en Asia. Nada de milagros,
dado que su éxito en algunos campos era incuestionable: antibióticos, anestesia,
medicamentos que actuaban rápidamente con eficacia y operaciones sensacionales,
como trasplantes de corazón, aquello era impresionante. A pesar de que Mao había
perseguido casi todo lo tradicional, él había fomentado explícitamente la medicina
tradicional china. Esto tan solo resultó fructífero en parte. Bien es verdad que los
procedimientos tradicionales como la acupuntura nunca desaparecieron del todo
dado que todavía eran populares entre el pueblo.
A través de mi tío entré bastante pronto en contacto con métodos que eran
completamente distintos a los que los científicos modernos estaban poniendo en
práctica. Estos métodos podían coexistir bastante bien con la medicina occidental,
pero sus teorías no eran compatibles. Se trataba de dos conceptos completamente
distintos.
Siempre me había fascinado la medicina china, que no consiste en «reparar», sino
en la restauración del equilibrio natural, lo que viene a llamarse «salud». De mi tío
aprendí acupuntura, aunque también tuve a otras maestras: mi tía practicaba el
Qigong, mi abuela me enseñó las hierbas medicinales que (¡a día de hoy!) todavía
crecen en la naturaleza relativamente virgen de nuestra región, y mi madre me enseñó
Jiu Zhou, la «sanación de las nueve perlas», que emplea la madera, el metal, y los
cantos de piedra para recuperar la armonía energética de los «cinco elementos». En
el templo del pueblo vivía un hombre anciano al que, como estaba algo chiflado,
venían a verle los enfermos. Él ponía sus manos sobre ellos y siempre había gente
que se sanaba sin necesidad de pagar a un médico. Él tan solo aceptaba pequeños
regalos y afirmaba que la curación no era mérito personal suyo. Nosotros, los niños,
teníamos algo de miedo de aquel anciano que, supuestamente, era un monje taoísta.
Le tenía un gran respeto, pero mi curiosidad era mayor, así que de vez en cuando le
visitaba para ver de cerca sus curaciones «milagrosas».
Cuando terminé la escuela con una nota que me permitía estudiar en la
universidad, pensé muy en serio en matricularme en Medicina; sin embargo, la
medicina occidental que se enseñaba en la universidad me parecía muy mecánica. De
modo que finalmente opté por estudiar literatura y lengua inglesa, algo que me
parecía una muy buena opción. De ese modo pude acceder a libros occidentales.
Uno de ellos fue el libro Curación cuántica, del médico indio Deepak Choopra,
que me envió un amigo de Estados Unidos con el que me escribía por carta. Sí,
¡aquello todavía era posible en China! Lo que escribió Chopra me dejó fascinada.
Aparte de lo aprendido en la escuela, apenas tenía idea de Física Cuántica. Sin
embargo, la idea de que el antiguo arte de la curación pudiera comprenderse con los
medios de la ciencia moderna (Chopra hablaba de Ayurveda, pero yo pensaba en la
medicina tradicional china, obviamente) me pareció emocionante. Decidí volver a
retomar la acupuntura. Quería aprender más y experimentar la conexión entre el
antiguo arte de la curación y la ciencia moderna.
Comencé a practicar la acupuntura. Solo con amigos y conocidos. En aquel
momento tenía un trabajo bien pagado como profesora e intérprete en el prestigioso
New Oriental Institute de Cantón.
Con la acupuntura había observado que a menudo tan solo con la presión de los
dedos (para localizar los puntos de acupuntura correctos) se producía un fuerte
efecto. Así que empecé a utilizar las manos siempre antes de colocar las agujas. De
este modo el efecto del tratamiento de acupuntura era claramente mayor. Probé a
dejar que el Qi (energía) fluyera por mis manos para influir positivamente en la
energía de mis «clientes»… ¡y funcionó! Al menos cuando me concentraba mucho en
ello. Y, entonces, me di cuenta de que a veces el efecto era incluso mayor, no cuando
no me concentraba, sino cuando no pensaba en nada en absoluto. Aquello me pareció
sumamente frustrante. ¿Qué quería decir? Yo pensaba que cuando fuera a trabajar de
nuevo podría reconducir mejor mi energía y obtener así mejores resultados.
Entonces leí en un libro: «En la curación cuántica no corre ninguna energía. La
curación cuántica se produce». Según leí aquello, fue como si en mi cabeza se
produjera un clic. Creo que empecé a comprender, y de pronto quería saberlo todo.
Naturalmente, estudiar Física Cuántica no era una opción, pero me puse en contacto
con un amigo del colegio que era físico y que ahora daba clases en la Universidad de
Pekín.
Zhang Cheng estaba tan fascinado como yo. Él ya era un experto en Física
Cuántica, pero su relación con la Medicina era nueva para él. A día de hoy, ya he
dejado de tratar de entender la física cuántica con toda su delicadeza, sin embargo,
gracias a las explicaciones de mi amigo no tardé en hacerme una buena idea de cómo
podía funcionar la curación cuántica.
Estaba completamente emocionada con la cantidad de paralelismos que
encontraba con la antigua filosofía china del taoísmo. Realmente, lo primero que
pensé es que me encontraba ante algo completamente nuevo. Sin embargo, tuve que
observar con decepción cómo otros ya habían reparado en aquellos paralelismos. El
libro de David Bohm La totalidad y el orden implicado trata el tema extensamente.
Aunque de todos modos vi que confirmaba mis ideas.
De manera que empecé a centrarme por completo en la curación cuántica.
En 2006 conocí a mi marido, que es alemán; desde entonces paso tres cuartas
partes del año en Occidente. Ahora puedo realizar mi sueño: hacer de la curación mi
profesión. Pronto habré terminado mi formación como naturópata.
El universo siempre sabe lo que es mejor para uno, a base de esto he aprendido a
confiar. Un buen ejemplo de esto es este libro. La editorial Sphinx estaba interesada
en un libro sobre curación cuántica y yo tenía ya un borrador en el cajón. Eso sí, el
borrador estaba escrito en chino ya que apenas había aprendido aún alemán, de
modo que mi marido me ayudó con la traducción.
No obstante, ¿qué se supone que es la curación cuántica? Eso lo aprenderá usted a
lo largo de este libro con todo detalle. Pero primero me gustaría darle una pequeña
explicación:

La curación cuántica se basa en la interacción entre la conciencia y el nivel


básico de la realidad, el nivel cuántico. Cuando la conciencia pura está
decididamente ligada al nivel cuántico (otras personas lo han llamado «Tao»,
«universo», «espíritu del mundo» o «matriz») se llega a una armonía básica que
nosotros experimentamos, entre otras cosas, como «curación».

Suena bastante misterioso, ¿verdad? No os preocupéis, la práctica es mucho más


sencilla que la teoría.
La curación cuántica es un salto importante en el desarrollo de la ciencia médica.
Y ya que para cada método hay diferentes acercamientos, también en la «curación
cuántica» se han formado distintas «escuelas». No obstante, todas son iguales en
cuanto a su fundamento: se trata de establecer contacto con la energía ancestral que
hay liberada a través del conocimiento del nivel cuántico. Tan solo sus filosofías
difieren un poco. Nadie pretende que estas filosofías sean de vital importancia; sin
embargo, se trata de pequeñas diferencias de base que hacen que uno pueda preferir
optar por uno u otro camino sin la certeza de que este vaya a ser el mejor.
Para distinguir entre uno y otro camino algunos de sus representantes le han
puesto nombre a sus métodos y, en la mayoría de los casos, estos están protegidos
por derechos de marca. Así, Frank Kinslow habla de Quantum Entrainment,
Richard Barlett de Matrix Energetics o Günter Heede de Matrix Inform. Yo he
llamado a mi método QUEST, lo que puede entenderse como «Entrenamiento de
Mejora Cuántico» o, en inglés, «Quantum Enhancement Strategy». QUEST es al
mismo tiempo una antigua palabra para referirnos a la búsqueda espiritual; yo creo
que todas las auténticas ciencias médicas poseen algo de esto. Valoro la totalidad de
las ciencias médicas al mismo nivel que el desarrollo espiritual. Sin embargo, en el
fondo los nombres y los métodos apenas tienen importancia. Lo maravilloso del
fenómeno de la curación cuántica no depende de la práctica de una u otra filosofía.
¿Tiene curiosidad? Entonces sumérjase conmigo en el milagro de la curación
cuántica.

FEI LONG
Usted puede curar, ¡ya mismo!

¿Le extraña el encabezado? Es perfectamente normal; sería extraño que pensara


de forma diferente. Suena igual que si le dijera que tan solo tiene que mover los
brazos con fuerza para poder volar como un águila. Naturalmente, usted no cree eso.
Sin embargo, eso es lo asombroso de la curación cuántica: no solo puede comprobar
y verificar que, efectivamente, sin necesidad de tener conocimientos médicos,
espirituales o de anatomía usted puede curar, sino que la física moderna puede
ayudar a explicarlo.
Eso, sin necesidad de estudiar mucho. Con «¡ya mismo!» me refiero precisamente
a eso: ya mismo. Si es usted muy impaciente, puede saltarse un par de páginas e ir
directamente al capítulo «Curso superintensivo de curación cuántica», leerlo y, al
momento, tener su experiencia práctica con el prodigio de la curación cuántica. No
obstante, déjeme darle un consejo: aguante su curiosidad durante un par de minutos
más y continúe leyendo. Pronto llegaremos a la parte práctica.
Seguramente siga usted preguntándose cómo es posible que pueda usted curar sin,
supuestamente, tener conocimientos. Y si tiene conocimientos, porque, por ejemplo,
es usted médico, fisioterapeuta, practicante o enfermero, o simplemente porque tiene
usted cierta cultura general o entiende algo del campo de la medicina, entonces sus
dudas serán, con toda seguridad, aún mayores. Al fin y al cabo, la experiencia a lo
largo de su práctica profesional le ha enseñado que la curación no se produce «así
como así», sin esfuerzo, sin un conocimiento laboriosamente adquirido o sin la
debida preparación. Puedo imaginar que se sienta usted algo (o muy) indignado ante
mi afirmación. Si alguien sin experiencia ni conocimientos pudiese curar, eso
significaría que usted ha invertido muchos años y, tal vez, también mucho dinero en
una formación que resulta totalmente inútil.
Sin embargo, verá usted como no es del todo así. No significa siquiera que el
resto de procedimientos médicos sean innecesarios y carezcan de sentido. Todas las
ciencias médicas pueden beneficiarse de la curación cuántica. Eso a pesar de que, en
principio, la curación cuántica puede curarlo todo, realmente todo, incluso los casos
que, aparentemente, no tienen solución. ¿Le parece una contradicción? Sí, al
principio suena contradictorio, pero todo se aclarará a lo largo del libro. ¿Todavía
le queda algo de paciencia? Permanezca con la mente abierta y llena de curiosidad…
¿Todavía tiene usted dudas? No pasa nada; la curación cuántica no consiste en
curar a través de la fe. Los principios de la curación cuántica se fundamentan en la
física moderna y en conceptos científicos. También son demostrables
científicamente; y lo serán.
No hace falta que sea usted físico para comprender los principios de la física
cuántica. No necesita usted ninguna base científica para poder aplicarla. Tan solo
hay que seguir un sencillo proceso, permanecer escéptico y crítico, y dejar que sean
sus propias experiencias las que le enseñen de qué modo funciona la curación
cuántica.
Tal vez quiera usted saber después con exactitud lo que la Física Cuántica tiene
que decir respecto a la curación cuántica, y de qué forma se imaginan los científicos
que la curación cuántica puede actuar sobre el campo de la conciencia y cambiar las
cosas materiales. Pero eso requiere tiempo. Por eso he dejado el capítulo sobre la
física cuántica, cultura y filosofía para el final del libro. Si usted es de esos a los que
primero les gusta conocer la parte teórica de cómo funciona algo, entonces,
naturalmente, puede leer primero este apartado. No es necesario para que el proceso
de curación de la curación cuántica se ponga en marcha. Como ya le he dicho, puede
usted hacerlo ya mismo.

USTED ES CAPAZ DE MUCHO MÁS


Si algo como la curación es posible, ¿qué podría superarlo? El organismo
humano, no; el organismo de cada uno de los seres vivos. En realidad, cada célula es
un milagro inimaginable que supera cualquiera de las maravillas técnicas o artísticas
realizadas por el hombre. Por sí solo el ser vivo más elemental es demasiado
complejo como para poder simularlo con el más eficiente de los ordenadores (menos
aún crearlo). La curación de un organismo es algo que se acerca a lo milagroso. Sin
embargo, esto es algo que muchas personas aceptan una vez han experimentado
cómo, también mediante la estimulación cuántica, es posible mejorar las relaciones
personales, resolver los problemas psíquicos, cuidar de un buen ambiente laboral o
mejorar las circunstancias materiales.
Tal vez sea también la diversidad de las posibilidades de la estimulación
cuántica lo que desencadena ese asombro. Salud, sentimientos, relaciones, amistad,
medio de vida… ¿qué más? Pues, por ejemplo, la curación de plantas y animales
domésticos, o hacer más sanos nuestros alimentos. No hay fronteras.
Y todo esto puede hacerlo usted. Aun cuando suene a magia o milagro. Tal y
como dijo Arthur C. Clarke una vez: «Cualquier tecnología lo suficientemente
avanzada es indistinguible de la magia».
Sobre la «tecnología» o, mejor dicho, la «ciencia» que hay detrás de la
estimulación cuántica podrá leer en el último capítulo de este libro. Ahora vamos
primero con la parte práctica del milagro.
Curso superintensivo de Curación Cuántica

Para llevar a cabo la primera curación cuántica solo necesita usted dos cosas:
conciencia y alguien al que tratar. Eso es todo. El resto es muy sencillo.
Que tiene usted conciencia es evidente. Sin embargo, sería bueno que esta no se
encuentre afectada por el alcohol u otras drogas. Tampoco es recomendable que haya
una importante falta de sueño o cierta confusión por cualesquiera otras razones antes
de tener nuestra primera experiencia con la curación cuántica. Tampoco es necesario
que se encuentre usted en el mejor momento de su vida, completamente equilibrado,
contento y súper motivado. Ni siquiera es necesario que crea que la curación
cuántica funciona. Al contrario. Me gustaría animarle a que permaneciera escéptico y
se fijara en lo que sucede sin tratar de persuadirle. Permanezca curioso. «Abierto al
resultado» sería la expresión oportuna.
Naturalmente, necesita a alguien al que poder tratar. En principio, puede ser
cualquiera. Usted mismo, un amigo o un conocido, una planta o un animal doméstico.
Yo le recomendaría que eligiera usted a alguien en el que, si bien no uno grave, sí
pudiera identificar algún pequeño problema. Así podrá comprobar mejor la eficacia.
Casi todo el mundo tiene alguna pequeña molestia. Por ejemplo, ligeros dolores de
cabeza, un poco de malestar, dolores menstruales, problemas de espalda o en las
articulaciones o, simplemente, cierta flojera o estado depresivo.
Si quiere probar primero la curación cuántica en otra persona o en usted mismo,
dependerá de la confianza que tenga en sí mismo. Si es usted escéptico y precavido,
tal vez es mejor que la pruebe primero en usted mismo. En caso contrario, yo le
aconsejaría que buscara un buen amigo al que sorprender. No le va a molestar, sino
que le va a dar algo valioso y, a la vez, se va a hacer usted un regalo a sí mismo.
Esto es así porque la curación cuántica no funciona únicamente sobre la persona que
la recibe, sino también sobre la que la aplica. A mí me gusta llamarla el «iniciador».

¿CÓMO ES UNA CURACIÓN CUÁNTICA?


Antes de que le explique la curación cuántica en siete pasos, usted debería
observar la curación cuántica desde el punto de vista de la persona tratada
(«destinatario») y desde el punto de vista de la persona que trata («iniciador»).

El punto de vista del Destinatario


Peter nos cuenta:

Hacía mucho tiempo que tenía problemas en las rodillas. En mi


juventud había practicado durante algún tiempo deporte de competición,
y un poco de artrosis a los cincuenta y un años es completamente
normal, al menos eso me dijo mi médico. Algunas veces, especialmente
cuando el tiempo era húmedo, me molestaba mucho, sobre todo cuando
me agachaba con fuerza o cuando subía las escaleras rápido. Quería
seguir practicando deporte y no gimnasia geriátrica. Todavía
conservaba todos los dientes.
Cuando oí decir a la señora Long que la curación cuántica podía ser
de ayuda, me quedé un poco escéptico, pero también sentía curiosidad.
De hecho, ya había oído hablar de la acupuntura, pero
¿curación cuántica? Aquello sonaba muy misterioso.
Primero hablamos un poco sobre mi problema en las rodillas. Me
preguntó cómo era el dolor y con qué movimientos aparecía. Me
sorprendió que la señora Long no hiciera ningún diagnóstico, sino que
tan solo me pidiera que situara los dolores en una escala del 0 al 100 al
hacer esos movimientos. Los situé al 70.
Luego debía permanecer de pie y en silencio, y no hacer nada.
Tampoco debía tratar de favorecer la curación. Estaba un poco tenso
ante lo que podía venir después.
Yo esperaba que me hiciera algo en las rodillas; sin embargo, ella se
colocó detrás de mí y puso primero un dedo sobre mi hombro derecho y
luego otro sobre el izquierdo. Mantuvo los dedos en ambos sitios sin
masajear ni ninguna otra cosa. Al principio no sucedió nada. Sin
embargo, al cabo de, tal vez, un minuto comencé a sentir algo curioso,
como si estuvieran blandas. Pensé que iba a empezar a tambalearme.
Poco después volvió a retirar los dedos y me preguntó cómo me
sentía. Le comenté aquella sensación repentina de fiojera en mis
rodillas. Ella me preguntó si seguía con dolores. Me agaché un poco (la
posición en la que siempre aparecían los dolores) y me quedé
completamente asombrado de que apenas me dolieran. Aquello fue
sorprendente; todo el tratamiento no había durado más de un par de
minutos y ella apenas había hecho nada.
Sin embargo, los dolores prácticamente habían desaparecido. En la
escala, como mucho, llegaban al 20.
La señora Long insistió en que descansara un par de minutos más
antes de irme a casa. También debía estar pendiente de cómo se
encontraban mis rodillas durante la semana siguiente. Acordamos que la
llamaría en una semana para contarle qué tal iban mis rodillas.
Aquella noche me desperté con mucho dolor en ambas rodillas, pese a
estar tumbado en la cama. Pensé que el efecto del tratamiento no había
durado mucho; sin embargo, a la mañana siguiente los dolores habían
desaparecido por completo y desde entonces no han vuelto a aparecer.
Creo que mi ortopeda se quedó algo desconcertado. Según él, algunos
dolores, por lo general, «no desaparecen por sí solos».

El punto de vista del Iniciador


Peter acudió a mí y me habló acerca de sus dolores en las rodillas. A menudo la
acupuntura es muy buena para esos casos, especialmente para la artrosis. Sin
embargo, yo quería probar antes con la curación cuántica. Peter me miró algo
asombrado, pero quería probarla.
Le pregunté dónde le dolía exactamente y le pedí que me mostrara con qué
movimientos aparecían los dolores. Luego le pregunté, sobre una escala del 0 al 100,
cómo de fuertes eran los dolores, es decir, desde «0, ningún dolor» hasta «100,
dolores insoportables». Cuando él doblaba la rodilla en un ángulo de 90 grados, el
dolor era un 70.
Luego pronuncié la intención positiva «Las rodillas son fiexibles, y tienen una
calidez agradable».
Me coloqué detrás de él y puse mi dedo índice izquierdo sobre su hombro
izquierdo, en el músculo entre la articulación del hombro y el cuello. Tan solo ejercí
una leve presión, de modo que pudiera sentir el músculo. Luego coloqué mi dedo
índice derecho sobre su hombro derecho y percibí la sensibilidad de este punto.
Volví a pensar en la intención, en la afirmación positiva, y entonces traté de liberar
mis pensamientos y de percibir en él a la vez mis dedos y la sensación.
Al poco tiempo noté la agradable sensación que aparece cuando uno entra en
contacto con el campo de los pensamientos de la conciencia ilimitada (o de la
«energía del punto cero»).
Traté de no apartarme de mis pensamientos y mantener esta sensación y, sobre
todo, de no dejar que irrumpiera ninguna otra afirmación. No soy yo la que cura, ¡es
la conciencia pura!
Tras un rato, entre uno y dos minutos, sentí cómo la musculatura de los hombros
de Peter de repente se aflojaba y a Peter le temblaban un poco las rodillas; esto es
una muestra de relajación y, a menudo, la señal de que se ha entrado en contacto con
el «campo del punto cero», de que la estimulación cuántica ha tenido éxito y de que
el proceso de curación comienza.
Con esto terminó el tratamiento y retiré los dedos. Peter estaba sorprendido de
que hubiera sido tan rápido. Me contó que sus rodillas, de repente, se habían puesto
blandas. Cuando le pedí que estableciera cómo de fuerte le dolían las rodillas, se
agachó con cuidado y me dijo asombrado que le dolían muchísimo menos. En la
escala de dolor tan solo llegaba al 20.
Le pedí a Peter que descansara un rato más y que siguiera la efectividad del
tratamiento. Luego se marchó a casa sintiéndose bien y con ganas de que
volviésemos a hablar al cabo de una semana.
Cuando me llamó, me contó que, tras un breve empeoramiento la primera noche,
los dolores en las rodillas habían desaparecido. Tengo entendido que así sigue hasta
hoy, dos años después.

UN ABISMO NO PUEDE CRUZARSE EN DOS PASOS


A la mayoría de las personas les resulta difícil creer que algo pueda ser tan fácil
y, a la vez, tan eficaz. Sin embargo, cuando hablamos de inventos geniales no es tan
extraño. El hombre llevaba ya miles de años sobre la Tierra antes de que se
inventara la rueda; ¡y no fueron las desarrolladas culturas sudamericanas las que la
inventaron! También la escritura fue inventada un par de miles de años antes.
Hay muchas ideas sencillas, pero geniales, ante las que pensamos: «¡Sí, claro! A
mí también se me podía haber ocurrido». Sin embargo, por lo general, no suele ser
así. La mayoría de las veces no buscamos en absoluto lo que es mejor, sino el
camino más fácil cuando lo que hacemos en cierto modo funciona.
Fíjese un momento en el enigma de los nueve puntos y trate de unirlos entre sí con
cuatro trazos.
Cuando halle la solución, se sorprenderá de lo sencillo que es.

Un nuevo, revolucionario y sencillo método no suele ser resultado de una


evolución, sino de un salto mental, de un brinco por encima de lo habitual.
Resulta llamativo cómo, cuando se produce una experiencia de este tipo, a
menudo en Occidente es descrito como iluminación. O, por llevarlo a un nivel
cotidiano, como la solución a un enigma. Para dar con una solución que resulta
evidente uno debe con frecuencia bajarse del tren de lo cotidiano; uno no puede
acercarse progresivamente. Es necesario un «salto cuántico».
¿Ha podido resolver el enigma de los nueve puntos? Funciona así: La
«iluminación» nos llega cuando uno se da cuenta de que hay que salirse del cuadrado
que forman los nueve puntos.
¿Qué tiene que ver eso con la curación cuántica? Pues que en la curación
cuántica, cuando activamos el estado de la conciencia pura, nos salimos de lo
habitual. Y eso nos permite aparecer de manera excepcional.
Yo creo que la curación cuántica es a la medicina lo que la rueda a la técnica. O
la escritura para la cultura humana. Seguramente, ha llegado el momento de esta
innovación. A pesar de que la curación cuántica se practica desde hace miles de
años, ahora intuimos cómo funciona. De igual forma que la espiritualidad y la
ciencia han seguido desarrollándose, ha llegado finalmente la hora de tocar estos
aspectos de la realidad.
Imagínese la realidad como un mar y trate de pensar que, como piedras, nos
arrojásemos al agua. Las olas del conocimiento se abren y antes o después se tocan
entre sí y penetran.

Láncese hacia el profundo, pero estrecho abismo que hay entre lo habitual y lo
nuevo. Reflexione: debe usted saltar, un abismo no puede cruzarse en dos pasos.
Acepte el experimento. Hay mucho que ofrecer: nuevas y enriquecedoras
experiencias, ayudar a otros a superar su sufrimiento, hacer del mundo un lugar un
poquito mejor. Deje, por tanto, todas las visiones sobre cómo debería ser el mundo.
Le voy a revelar otro secreto: si ha dado el salto por primera vez, se habrá
sorprendido al comprobar que el abismo no solo no era ancho, sino que solo existía
en su imaginación.

SIETE PASOS, ¡PERO PASOS DE GIGANTE!


Ahora vamos con una descripción completamente neutral del transcurso de una
curación cuántica; una especie de manual. He dividido el tratamiento en siete
pequeños pasos para que se pueda seguir su desarrollo de la manera más sencilla
posible.
A propósito: para que usted pueda tener una pequeña idea de cómo se relaciona
todo con lo «cuántico», he introducido en este y en los siguientes capítulos algunos
«hechos cuánticos».

Un resumen de los siete pasos


1. Comprender el problema
2. Formular la intención
3. Iniciar el proceso de curación
4. Establecer contacto con la conciencia pura
5. Permanecer en el estado de la conciencia pura
6. Percibir la señal de contacto
7. Evaluar el cambio

1. Comprender el problema
En primer lugar, vamos a afianzar lo más importante: no debe usted dar ningún
diagnóstico ni entrar de manera superficial ni por un momento en la Medicina. Los
conocimientos médicos pueden resultar perjudiciales en algunas circunstancias. Su
concepción puede afectar a su percepción. Se es más proclive a ver lo que uno
espera ver.
De manera que guárdese sus ideas sobre las causas, las conexiones y los
desencadenantes. Si tiene algún tipo de formación en medicina, bien. Pero mientras
lleve a cabo una curación cuántica, deje usted eso a un lado. Aquí es innecesario o,
incluso, contraproducente. Confíe verdaderamente en lo que usted ve o en lo que le
dicen o, aún mejor, en lo que le muestran los que están con usted cuando realiza una
curación cuántica. Cuando, por ejemplo, se trate de un problema articular, deje que
le muestren los movimientos o la posición en la que aparecen los dolores.
Tampoco es necesario que sepa usted nada acerca de las causas profundas que
hay detrás de un problema; tan solo debe tener claro cuál es el problema. El alfa y el
omega son: escuchar y analizar.
Para que el cambio que se produce mediante la curación cuántica sea mayor, es
necesario cuantificar la gravedad de las molestias. Yo utilizo casi siempre una
evaluación porcentual. ¿En qué porcentaje afecta a mi vida el problema? Un 0 por
ciento significa «En absoluto; no hay ningún problema» y un 100 por cien
«Completamente; mi vida sería otra muy distinta si no tuviera este problema».
Naturalmente, también se puede establecer una tabla del 1 al 10, o no utilizar
números, sino describir el problema con palabras.
Otra cosa que debe usted hacer siempre: es muy útil determinar el estado y
anotarlo por escrito. Es posible que la gente manifieste cambios muy grandes, sin
embargo, ya me ha sucedido que un cliente indique que sus dolores de espalda son
casi insoportables (los situó en un 95 en mi escala) y tras la curación cuántica les dé
tan solo un 10 por ciento. No obstante, él pensaba que apenas había cambiado nada.
Llevaba tanto tiempo con los dolores de espalda que solo era capaz de notar el dolor
residual (que desaparecía tras un rato). Un dolor más leve pero actual siempre es
más doloroso que uno más fuerte pero que lleva mucho tiempo.

2. Formular la intención
Intención no significa otra cosa que «propósito». Este propósito es lo que
interviene en el profundo proceso cuántico. Usted ya tiene una imagen del problema;
ahora hay que colocar una contra-imagen: así debería ser.
Para eso está la regla 3G: bueno, exacto y presente (en alemán, gut, genau y
gegenwärtig).
Bueno significa, ante todo, «positivo». Esto quiere decir que la intención debería
describir un estado, no un no-estado. Con los problemas de rodillas de Peter, en el
ejemplo anterior, no tendría sentido formular la intención como: «Las rodillas no
volverán a doler tanto». Evite todas las palabras negativas o comparativas. La
información que transmite en el nivel cuántico no son símbolos (por tanto, ni
números ni palabras), sino imágenes, incluso cuando es la primera vez que pintamos
estas imágenes con palabras. «No», «Nada», «Ningún», «Menos», «Más», etc., no
son buenos modelos para las imágenes. Pruebe a imaginarse «ningún elefante rosa».
Verá usted cómo la imagen que aparece es, precisamente, la que usted no quiere: un
elefante rosa. Quédese con lo que debería ser, no con lo que no debería ser. Antes,
con las rodillas de Peter, yo he dibujado con la intención la siguiente imagen: «Las
rodillas son flexibles y tienen una calidez agradable».
Exacto significa que el estado que queremos alcanzar debe ser descrito de la
manera más precisa posible. Algunas veces no es tan fácil expresarlo en palabras.
No se presione en esos casos. Formule su intención del modo más claro y preciso
posible; no obstante, también es importante que tenga usted una imagen en su cabeza
de cómo debería ser ese estado deseado. Con mi intención «Las rodillas son
flexibles y tienen una calidez agradable» las palabras eran tan solo una parte. La
formulación evocó en mí la imagen de Peter pudiendo flexionar las rodillas y
sintiéndose bien al hacerlo. Como antes he dicho: no se estrese, confíe en su
intuición para que la intención llegue.

Hechos cuánticos
La manera o la forma en la que los físicos observan los acontecimientos
cuánticos en los experimentos determina si un objeto cuántico se manifiesta como
una partícula o como una onda. La decisión hacia una determinada construcción
experimental es equivalente a la intención en la curación cuántica.

Hechos cuánticos
En la física cuántica moderna es un hecho que la conciencia y los procesos
cuánticos están conectados entre sí de manera inseparable. La sincronización en
la curación cuántica se corresponde con el comienzo de la medición en un
experimento de física cuántica.

Presente es el punto más sencillo de la regla 3G. Permanezca con su intención en


el presente. Tal vez esto le parezca curioso porque no es cierto estrictamente
hablando. Las rodillas de Peter, cuando yo formulé la intención, no eran flexibles y
él estaba cualquier cosa menos cómodo. Entonces, ¿por qué no decir «serán flexibles
y agradables»? Muy sencillo. Pasa lo mismo que con el elefante rosa. Si dice usted
«serán», dirige su intención hacia algo que sucederá más tarde. Es decir, nunca. Es
como con nuestras intenciones cotidianas. Cuando decimos «Eso lo haré más tarde»,
luego no lo hacemos nunca. Y no solo nos mentimos una vez. Porque mañana seguirá
siendo cierto… El estado deseado es algo que debe ser presente y no algo relegado
al futuro. Eso no quiere decir que suceda al instante, pero el estado solo es real
cuando existe en el presente.

3. Iniciar el proceso de curación


Bien, empecemos. Comience con el verdadero (auto) tratamiento. Por lo general,
o al menos al principio, para ello colocará las manos sobre usted (o, en su caso,
sobre su cliente). No piense en cómo colocar las manos de manera «correcta»; no
hay ninguna energía que fluya de una mano a la otra o de usted hacia su cliente
(quiero decir, ninguna que sea relevante para la curación cuántica). Simplemente,
hay que colocar las manos sobre dos puntos. Es igualmente efectivo si coloca usted
los dedos. No es necesario que las manos o los dedos toquen realmente el cuerpo.
La colocación de la mano o los dedos conduce, a menudo, a malinterpretar la
curación cuántica como una forma de «masaje energético» o como un método
energético como puede ser la acupuntura. La curación cuántica funciona de una
manera completamente distinta (hablaré más sobre ello en los capítulos finales del
libro). Cuando colocamos las manos para la curación cuántica, esto solo sirve para
que podamos percibir de una manera sencilla la sensación de equilibrio, y cuando
uno ya tiene cierta experiencia, se puede sentir cuándo se ha establecido contacto
con el nivel cuántico.
No obstante, hay un par de reglas que pueden ser de ayuda a la hora de colocar
las manos o los dedos:

• Ayuda, cuando se pueden sentir de manera diferente los puntos sobre los que
se han colocado las manos o los dedos. Cuanto más evidente sea esa
diferencia, más fácil será para usted. Si, por ejemplo, solo hay dolor en la
rodilla derecha, lo más sencillo sería, probablemente, colocar una mano sobre
la rodilla derecha y la otra sobre la izquierda.
• Ayuda, que pueda registrar las diferencias en la tensión muscular. Resulta
difícil si solo coloca los dedos sobre la rótula. Por eso yo casi siempre pongo
la mano sobre los músculos del cuello; generalmente, tienen tensiones
diferentes y reaccionan rápidamente ante los cambios en el cuerpo.
• No ejerza ninguna presión; no está practicando un masaje.
• No visualice, ni tampoco anime a sus clientes a que lo hagan. La visualización
es una manera excelente de encauzar la energía, pero en la curación cuántica
no se encauza nada. La energía cuántica se ocupa por sí sola del equilibrio
energético. Cualquier intromisión resulta contraproducente.
• Reaccione de forma serena. Si usted (o su cliente) está de pie, puede suceder
que, por ejemplo, se caiga de repente cuando la energía se reequilibra de
nuevo.

Parece que no hiciera usted nada en absoluto. Es cierto, pero no del todo. Usted
no hace nada, salvo:

• Sentir sus manos.


• Tener una intención en mente.
• Comparar las sensaciones que tiene usted en cada mano y dejar todo
pensamiento de lado.

Los dos pasos del tercer punto sí requieren cierto ejercicio: «comparar las
sensaciones de ambas manos» y «dejar todo pensamiento de lado».
Muy brevemente: concéntrese por completo en sus manos y en las diferencias.
Cuando sea completamente consciente de las diferencias, determiné de qué forma se
equilibran. En cuanto a dejar todo pensamiento de lado, esto se produce por sí solo.
Algo que puede ser de ayuda en el caso de que siempre tenga algún pensamiento en
mente es formular alguna pregunta sin sentido como: ¿De qué color es este
sentimiento? Su mente no logra salir del paso y los pensamientos se toman un
descanso.
Pruebe, experimente, descubra cuál es la mejor manera de proceder para usted.
En el capítulo «Curso intensivo de curación cuántica» usted aprenderá ejercicios que
le ayudarán a ganar confianza paso a paso.

4. Establecer contacto con el nivel cuántico


En el momento en el que los pensamientos se detienen es cuando se entra en
contacto con la conciencia pura. No tiene ningún sentido describir este estado;
primero porque es el nivel «sin palabras», y segundo porque ya lo experimentará
cuando llegue a él. Lo primero que se preguntará entonces es: «Ups, ¿qué es esto?».
Y cuando se quiera dar cuenta ya habrá abandonado usted la conciencia pura. No
importa. El mero impulso es, a menudo, suficiente para poner en marcha la curación
cuántica.
El estado se llama conciencia pura porque usted, en ese momento, es plenamente
consciente. En realidad, lo que pasa es que su conciencia está más lúcida que otros
días. Esto se debe a que su conciencia no está empañada por miedos, prejuicios,
preocupaciones, pensamientos y demás. Es usted mismo por completo, sin todos los
accesorios de la vida cotidiana.

Hechos cuánticos
Cuando, por ejemplo en el clásico experimento de doble rendija, se mide el
fotón, la función de onda (interferencia) se colapsa; es decir, la indeterminación
que había hasta ese momento y las múltiples posibilidades se concretan en una
sola. Lo mismo sucede cuando la conciencia y el nivel cuántico se tocan.

En el caso de que tenga usted experiencia con la meditación ya conoce ese estado.
También en la profunda meditación se encuentra usted en el nivel de la conciencia
pura. Por eso la meditación por sí sola es saludable, aunque no de forma tan incisiva
como la curación cuántica.

5. Permanecer en el estado de la conciencia pura


La curación cuántica, en cierto modo, se pone en marcha con un pequeño impulso.
Es algo así como un grifo; Basta con que lo abra un poco y ya sale agua. Pero si lo
abre aún más, el vaso se llenará más rápido. No hay diferencia entre si abre usted el
grifo de golpe o con pequeños giros.
Cuando empiece con la curación cuántica será, más bien, como un cuentagotas.
Luego, conforme vaya cogiendo práctica, será como ir abriendo el grifo poco a poco.
Se necesita un poco de práctica para poder permanecer en el nivel de la conciencia
pura. Probablemente, no tarde en alcanzar el estado de no-pensar, no-juzgar y no-
valorar y, entre medias, volverán los pensamientos. No pasa nada. Solo tiene usted
que regresar.

Hechos cuánticos
En un experimento de Física Cuántica para formarse una imagen significativa, no
es suficiente con observar un fotón. Cuantos más cuantos contribuyan a ella, más
clara será la imagen. A partir de cierta cantidad de cuantos se puede saber el
patrón de interferencia que se formó por el carácter de la onda de los cuantos. Lo
mismo sucede con la curación cuántica: cuanto más dura el impulso de la
conciencia, más evidente es el efecto.

Si se trata de problemas no muy graves, podrá llevar a cabo una curación cuántica
con éxito si trata de permanecer en el nivel de la conciencia pura entre dos y cinco
minutos. Esto es así (y esto es uno de los secretos más importantes de la curación
cuántica), porque usted vuelve una y otra vez por sí mismo a alcanzar el nivel de la
conciencia pura; un nivel que, en general, se describe como un «espacio entre dos
pensamientos». De lo anterior se desprende que usted alcanza una y otra vez este
nivel. Al menos cuando tiene usted más de un pensamiento. Entre esos pensamientos
se encuentra el nivel del no-pensamiento o de la «no-mente», como lo llaman los
budistas.
Tan solo con que intente permanecer cinco minutos en el nivel de la conciencia
pura ya estará usted allí durante cierto tiempo. Y ¿qué quiere decir intentar? Al final
resulta innecesario. Cualquier esfuerzo es innecesario. Simplemente, deje que
suceda.

6. Percibir la señal de contacto


Si establece contacto con el nivel cuántico y si la intención en el nivel cuántico es
eficaz, entonces podrá experimentarlo a poco atento que esté usted.
A veces es imposible no verlas; por ejemplo, cuando se cae usted de repente. Eso
no suele suceder tan a menudo. No va a desmayarse, sino solo desequilibrarse. Para
ser más precisos: en realidad, recupera usted el equilibrio, pero sus músculos siguen
tratando de compensar las molestias. Imagínese que está tirando de una cuerda y, de
repente, esta se rompe y usted tropieza o se cae. Es exactamente lo mismo que
sucede cuando la estimulación cuántica es efectiva. Naturalmente, no siempre es tan
agresiva. Normalmente, el cambio en la tensión es tan leve que ni usted mismo la
nota. Esa es la razón por la que me gusta mantener el contacto con los músculos del
cuello; ahí se muestran en seguida las más ligeras alteraciones.
A veces se puede oír también la señal de contacto. Es frecuente que, de repente,
se respire con mayor libertad y se pueda escuchar cómo lo hace (con alivio).

Hechos cuánticos
En un experimento cuántico se trata, entre otras cosas, de reconocer los patrones
que se producen por las superposiciones (interferencias). A partir de cierto
número de mediciones el patrón de interferencias se vuelve claramente visible.
En la curación cuántica el patrón se vuelve visible con la «señal de contacto».

Cuando usted percibe una señal de contacto, puede interrumpir el contacto con las
manos. Incluso si tan solo ha colocado las manos durante unos segundos. A veces
sucede en un abrir y cerrar de ojos, pero por lo general durará entre dos y cinco
minutos. (Con problemas mayores suele durar más; hablaré más tarde de ello.)

7. Evaluar el cambio
La idea de evaluar proviene de la ciencia y significa considerar o valorar algo de
manera objetiva. En el último paso de la curación cuántica, debe ser usted consciente
de lo que está ocurriendo. E igualmente importante: usted (o, en su caso, su cliente)
debe evaluar los cambios de manera racional. La evaluación le proporciona una
buena idea de si está yendo o no por el buen camino.
Para mí esto supone que siempre antes y después del tratamiento (también cuando
no se trata de una curación cuántica) tengo que evaluar la gravedad del problema (o
dejo que lo evalúe el cliente). ¡No creería usted lo mucho que esto agudiza la
conciencia!
Naturalmente, la curación cuántica también funciona si no lo hace.

ORINOCO
Estos siete pasos pueden resumirse de forma breve y concisa. Las ideas
principales y su consecución pueden memorizarse fácilmente con la palabra
ORINOCO.
O como en Orientación: determinar el problema y su gravedad.
R como en intención pRecisa: una formulación buena, exacta y presente.
I como en Iniciar el proceso: colocar y sentir con ambos dedos (o manos).
N como en eNergía del punto cero: sentir la plenitud del nivel de la conciencia
pura.
O como en permanecer abiertO: percibir la sensación.
C como en señal de Contacto: por ejemplo, tensión o respiración más liberada.
O como en Orientación: determinar de qué forma se ha corregido el problema y
su intensidad.

Ahora, ya puede comenzar con su primera curación cuántica. Es posible que


todavía le queden algunas preguntas sin responder. Me gustaría contestarle a algunas
de ellas.

¿QUÉ PUEDE SUCEDER DURANTE Y DESPUÉS DEL TRATAMIENTO?


A veces, puede que no suceda nada en absoluto durante el tratamiento, es decir,
nada que pueda usted ver. Si es la primera vez que realiza una estimulación cuántica,
tal vez no sea capaz de establecer contacto con el nivel cuántico o reconocer la señal
de contacto de su destinatario. Aun así, aunque usted no note nada durante el
tratamiento, se dará cuenta de que la curación cuántica ha funcionado (si no se trata
de un problema muy complejo o especialmente grave). Esta efectividad no puede
percibirla de inmediato. Pueden pasar horas o incluso días hasta que la curación
cuántica sea visible.
Si es la primera vez que prueba la curación cuántica, probablemente esté usted
algo nervioso. Tal vez haya olvidado cuando le dije que no debía ejercer ninguna
presión ni estar nervioso, ya que esto no conduce a la curación; solamente hay que
establecer contacto con el nivel cuántico y dejar que suceda. Usted no canaliza
ninguna energía, usted no es responsable de nada de lo que suceda (lo único que
puede pasar es para bien), y tampoco es usted responsable si no sucede nada.
Esto no hará necesariamente que desaparezcan sus nervios, pero un poco sí que le
servirá para saber que no hay nada malo que pueda usted hacer. Lo peor que puede
suceder es que no ocurra nada.
No obstante, trate en la medida de lo posible de apartar de su cabeza cualquier
deseo o voluntad de curar. Lo mejor que puede hacer es tener claro que no hay que
sentirse orgulloso en el caso de que se produzca alguna curación repentina y
completa, ni tampoco sentirse decepcionado si esta no se nota de inmediato.
Naturalmente, esto es más fácil decirlo que hacerlo. Tampoco es que pase nada si
está usted nervioso. Solo que no le será tan sencillo concentrarse. El cese de
pensamientos que persigue, simplemente, no se producirá. Aun así, esto tampoco es
motivo para que se preocupe. Entre cada dos pensamientos siempre hay un pequeño
espacio de silencio en el que no se piensa en nada y eso es suficiente para establecer
contacto con el nivel cuántico.
Si medita con asiduidad, le será más fácil alcanzar e identificar el estado de la
conciencia pura. De todas formas, la estimulación cuántica no requiere, en ningún
caso, de una gran experiencia con la meditación. Cualquiera puede encontrar la
entrada al espacio que hay entre dos pensamientos.
Puede estar usted completamente relajado y, si no lo consigue, trate simplemente
de ver qué tal va yendo.
Puede quitarse una gran parte de ese nerviosismo si mentaliza correctamente a sus
clientes (o, en su caso, a usted mismo). Naturalmente, no hay que dar ninguna
promesa de curación, con ello lo único que conseguimos es ejercer más presión, y
eso no hay que hacerlo en ningún caso si no es usted médico o naturópata. Lo mejor
es plantearlo simplemente como un «intento», un «experimento interesante», o bien
como un «ejercicio», ya sea entre usted y el cliente o para usted mismo.
Es posible que esté usted nervioso o tenso y no sienta nada. Sin embargo, es
mucho más probable que perciba usted cosas positivas con el tratamiento. Puede ser
una profunda y placentera sensación de relajación que se va haciendo cada vez
mayor, la sensación de estar especialmente atentos y en la que mejor trabajan
nuestros sentidos. ¡E incluso puede suceder que sus propios problemas de salud, sus
preocupaciones, enfermedades o dolores desaparezcan cuando trate a otra persona!
Lo normal es que, al tratar a un cliente, este tenga una actitud positiva, de otro
modo no se dejaría tratar. Pero es posible que también él esté nervioso. Cuando
decimos que no vamos a hacer nada horrible, sino que se trata de un mero
experimento, un ejercicio, casi siempre desaparecen los nervios.
Naturalmente, puede suceder que su cliente se muestre escéptico y quiera saber
más. No pasa nada. Deje que siga escéptico. Usted no tiene que convencer a nadie.
Responda a las preguntas detalladas sobre curación cuántica como usted sepa. Si no
domina la teoría puede, si lo desea, hablarle un poco sobre ella. También puede
decirle, simplemente, que usted ha oído que este método, al que la gente llama
«curación cuántica» puede provocar «algo», y que ha ayudado a algunas personas.
Lo único que va a hacer usted es realizar una prueba, un pequeño experimento, un
ejercicio. No es necesario dar muchas explicaciones.
Si el cliente pregunta qué es lo que debe hacer, entonces la respuesta es bien
sencilla: ¡nada! Ni concentrarse especialmente, ni realizar ningún tipo de ejercicio
de relajación o tratar de visualizar nada.
No obstante, tenga en cuenta que algo puede suceder. Que no le entre el pánico si
usted (o su cliente), de repente, se echa a reír a carcajadas, llora, empieza a temblar
o, simplemente, se cae al suelo. Deje que suceda lo que tenga que suceder. La risa o
el llanto son síntomas de que algunos bloqueos se están resolviendo.
Lo único de lo que realmente tiene que estar pendiente es del problema con las
caídas, que no suele producirse tan a menudo. Ni usted ni su cliente van a
desmayarse; tan solo se cae porque a través de la curación cuántica las tensiones se
relajan y los músculos se reorientan. Debe preocuparse de estar preparado para
sujetar a su cliente en caso de que se caiga.
Es agradable cuando algo sucede directamente durante el tratamiento. Entonces se
da cuenta al instante de que la curación cuántica funciona, y esa es una sensación
agradable que nos da autoconfianza. No obstante, al principio no parece que suceda
nada. Eso no es en absoluto algo malo. No se haga grandes expectativas. Seguro que,
después de un rato, ganará usted seguridad al ver que la curación cuántica ha sido
eficaz.
Si no le hace nada al instante, sepa o haga saber a su cliente que los efectos
pueden tardar en aparecer todavía algunos días, e indíquele que estos pueden
aparecer tras un primer «empeoramiento». Es decir, puede ser que después del
tratamiento las molestias se agraven o que aparezca cansancio o agotamiento.
Con una imagen puede hacerse una idea más clara. Es como si escalara una
montaña. Más allá de la cumbre hay un camino más sencillo y un refugio, pero para
llegar hasta ellos primero hay que alcanzar la cima. Estos últimos pasos son difíciles
y agotadores, pero necesarios. Lo mismo sucede con ese primer empeoramiento.
Algunas veces la curación cuántica surte efecto al instante. Es agradable, pero los
efectos más importantes siempre tardan en manifestarse algún tiempo, días o
semanas. ¡Y estos efectos son siempre positivos!

¿QUÉ SIGNIFICA REALMENTE «CURAR»?


La curación es un tema bastante amplio. ¿Qué es la salud? ¿Cómo se lleva a cabo
la curación? ¿Qué tienen que ver la salud y la conciencia? Para nosotros,
naturalmente, lo importante es el papel de la curación cuántica: ¿es capaz la curación
cuántica de curar enfermedades «reales»? ¿Qué otros procedimientos estimulan la
curación cuántica? ¿Qué procedimientos pueden ser estimulados mediante la
curación cuántica? ¿Acaso hace que otros tratamientos médicos sean innecesarios?
Yo he llegado a la conclusión de que es muy difícil comprender las teorías que
solo pueden explicarse con ayuda de las palabras. Por eso, me gustaría dibujarles un
cuadro con un par de esbozos y algunas palabras, que tal vez pueda responder a la
mayoría de las preguntas antes planteadas.
La salud estará simbolizada en el cuadro mediante cinco pozos. El número cinco
no es lo más importante, aunque tampoco es coincidencia. En la medicina china (y
también en la india y la tibetana) se habla de los cinco elementos de los que depende
el equilibrio de nuestra salud. De igual forma pueden simbolizarlo estos cinco pozos
y también los cinco sistemas fundamentales del organismo.

Como ya dije, el número cinco es interesante, pero no muy importante. Por el


contrario, lo que sí es muy importante es la armonía. En el cuadro, el perfecto estado
de salud se da cuando todos los pozos están llenos por igual; cuando todos los
órganos, cuando cuerpo y alma son realmente uno solo.
Una enfermedad o una crisis surge cuando los pozos no están llenos por igual.
Cuanto menos lleno esté un pozo, menos energía tendrá el correspondiente aspecto
(o, en la medicina china: más débil se encontrará el elemento correspondiente). Y
cuanta más diferencia haya entre el nivel de los pozos, más lejos se encontrará la
armonía natural de alcanzar su equilibrio.
Entonces, ¿qué posibilidades hay de corregir estos problemas tan específicos en
el ejemplo de los pozos? ¿Qué puede significar esto en sentido figurado para la
ciencia médica?
Lo más fácil, naturalmente, sería decir que nada en absoluto. Cuando llueve, los
pozos se vuelven a llenar de nuevo. No hace falta intervenir para eso, siempre y
cuando llueva, claro. En medicina esto se corresponde con la curación natural, que
viene proporcionada por el médico interior de nuestro cuerpo, cuando el problema
no se agrava y se dan los factores esenciales (alimentación, movimiento,
respiración).
Existen, no obstante, otras posibilidades más allá de no hacer nada. Por ejemplo,
se puede intentar corregir el problema con ayuda mecánica. Cuando en un pozo hay
poco agua, se podría intentar perforar a más profundidad con ayuda de maquinaria o
sacar fuera la suciedad acumulada. Algunas veces esto puede resultar muy
conveniente y surtir efecto. Pero cuando uno no tiene cuidado existe el peligro de
echar a perder los pozos o que estos se derrumben. Sin embargo, si el pozo está
hasta arriba de lodo y veneno, la única posibilidad puede ser la de llevar a cabo una
actuación a gran escala con maquinaria pesada.
En medicina, esto se corresponde con la práctica de la medicina ortodoxa
occidental ante los problemas más graves (por ejemplo, con contusiones graves con
hemorragias), donde ha tenido éxito pero que, a veces, puede ocasionar daños graves
e incalculables.
Lo más estúpido que uno puede hacer para aumentar el bajo nivel de agua de un
pozo es echar piedras grandes al pozo hasta que el agua alcance el nivel deseado.
Naturalmente, esto no cambia en nada la cantidad de agua disponible, pero obstruye
los pozos y provoca que, con el tiempo, puedan quedar inutilizables.
En la «ciencia médica» todos los síntomas se tratan con medicamentos que lo que
hacen es agravar las causas subyacentes; o se realizan operaciones innecesarias que
dejan daños duraderos sin aportar verdaderas mejorías.
La posibilidad más evidente para igualar el bajo nivel de agua de un pozo es,
sencillamente, rellenarlo. Para ello existen innumerables métodos: cubos, jarras,
fuentes…
Este es el marco en el que actúan la mayoría de las medidas saludables. La mayor
parte de las prácticas de la medicina ortodoxa y alternativa se encuentran dentro de
él. Los sistemas del organismo, que sufren la falta de energía, vuelven a recibir
energía de una forma razonable, de manera que pueden cumplir sus funciones sin
complicaciones. Qué método se aplique tiene relativa importancia. Lo importante es
que la curación se lleve a cabo de una manera natural y razonable que esté en
armonía con el organismo.
Aun así, existen maneras menos frecuentes de remediar la falta de agua de un
pozo. Para ello se debe conocer bien el interior del pozo y estar al tanto de un
secreto: todos los pozos están interconectados por canales ocultos. De ahí se extrae
la sorprendente conclusión de que el bajo nivel de agua de un pozo solo puede
significar que estos canales están bloqueados. Cuando los canales vuelven a abrirse
lo suficiente, el nivel de agua se reequilibra por sí solo en todos los pozos. Con esto
se solucionarían la mayoría de los problemas; tal vez no quede mucha agua en los
pozos y haya además que rellenarlos. Tal vez los canales sean todavía demasiado
estrechos, pero lo fascinante de esta manera de actuar son las consecuencias a largo
plazo. Si los pozos están conectados por canales abiertos, en el futuro, siempre
tendrán lugar intercambios entre los pozos; el nivel de agua siempre se equilibrará
por sí solo.
Traducido a la medicina, esta forma de actuar se corresponde con cualquiera de
los métodos energéticos de la medina, como por ejemplo la acupuntura o la curación
mediante los chacras. Los canales de energía se purifican para que esta pueda fluir
libremente y el organismo se cure por sí solo. A veces no basta con esto porque no
hay suficiente energía, o porque el flujo de energía no puede reequilibrarla con la
suficiente rapidez. Entonces, se hace necesario utilizar métodos que aporten energía.
Este tipo de curación provoca un profundo cambio: el organismo se cura a otro nivel
y puede reajustarse muy bien energéticamente. En aquellos casos en los que no es
necesario observar de forma permanente o intervenir de manera continua para
armonizar el estado de energía, esto sucede por sí solo, tan pronto como las líneas de
energía se purifican.

Aún hay otra conexión completamente revolucionaria entre los pozos. Se


encuentra muy por debajo de ellos; sin embargo, puede abrirse mediante un
mecanismo situado en el exterior de los pozos.
Existen canales ocultos a bastante profundidad que conectan los pozos con las
aguas subterráneas. Estos canales están cerrados la mayoría de las veces. Un sistema
de tubos, cuya apertura se realiza al girar un grifo que se encuentra en el exterior de
los pozos, puede abrirlos y suministrar agua subterránea a todos los pozos y
conectarlos entre sí. Tan pronto como se descubre dónde está ese grifo, es muy fácil
suministrar agua fresca a los pozos y, al mismo tiempo, estar al tanto del nivel de
agua.
Ahora solo es cuestión de hacer el «giro adecuado». Ahí, no todas las personas
son igual de hábiles. Cualquiera que llegue hasta el grifo podrá abrir los canales,
pero no todo el mundo podrá abrirlos por completo.
Los maestros en este arte tienen una buena sensibilidad a la hora de saber cómo
abrir el grifo, y son capaces de abrir todos los canales por completo y dejar que el
agua subterránea llene los pozos en poco tiempo, estos se rellenan automáticamente y
el nivel de agua se mantiene siempre equilibrado. Mediante el flujo de agua también
se elimina cualquier contaminación eventual que pudiera sobrevenir. Hay otras veces
en las que los resultados no son tan completos, a pesar de que se produzca la
conexión con el agua subterránea. Los canales no están abiertos del todo, pero poco
a poco todos los pozos se van rellenando por igual.
Sin embargo, a veces resulta muy sensato depurar los pozos, esperar, abrir las
conexiones entre ellos, y luego llevar a cabo los otros métodos. Y ya funcionan los
cinco pozos sin problema.
Seguro que ya ha adivinado lo que representa esta imagen: la curación cuántica.
Se trata tan solo de un «pequeño giro» mediante el cual es posible una curación
completa, aunque solo haya echado un pequeño vistazo al nivel del agua, y sin
necesidad de haber emitido ningún diagnóstico. También nos muestra que, aunque a
través de la curación cuántica se puede curar prácticamente todo, hay otras técnicas
curativas que tampoco están, ni mucho menos, de más.
Ahora, sigamos con la práctica de un modo mucho más intenso.
Curso intensivo de Curación Cuántica

EJERCITE EL NO HACER NADA


Por muy bien que sepa usted hacer algo, siempre se puede mejorar. Esto no tiene
nada que ver con el esfuerzo. Evidentemente, la mayoría de las cosas se pueden
mejorar si uno se esfuerza. Si usted sabe tocar el piano, mejorará si ensaya mucho.
Esto puede resultar angustioso, pero también divertido y, si se divierte, mejor. Sin
embargo, se llega a un punto en el que por mucho que nos esforcemos no
conseguimos mejorar. El esfuerzo conduce entonces a un estancamiento que bloquea
cualquier progreso, y entonces decimos: voy a relajarme.
Finalmente, se llega a un punto en el que, a pesar de todos los esfuerzos, a pesar
de que disfrutemos y a pesar de que hayamos aflojado el ritmo, nos detenemos.
Aunque tratemos de continuar, ya no pasa nada. La orden entonces es: hay que hacer
algo totalmente distinto.
En Medicina, este tercer paso es la curación cuántica. Se trata de un cambio
completo de perspectiva. Hasta ahora, usted ha tratado al menos de cambiar su punto
de vista por uno en el que se plantea probar la curación cuántica. En este nuevo
enfoque se vuelve a empezar desde el primer paso: practique y, si es disfrutando,
mejor.
En el curso superintensivo usted ha aprendido cómo llevar a cabo una curación
cuántica. Ya puede usted dejarlo. Cuando alguien aprende a nadar enseguida se lanza
a ello si lleva manguitos; o, tal vez, sin ningún tipo de ayuda. Cualquiera que no le
tenga miedo al agua puede nadar de inmediato una o dos brazadas. Con la práctica se
mejora y, finalmente, uno puede nadar perfectamente por sí solo. Sin embargo, para
llegar a ser un maestro de la natación es necesario, además de práctica, tener un
método. Un campeón olímpico de natación no solo ha entrenado mucho, sino que
también ha ido depurando su técnica durante mucho tiempo; no solo para avanzar,
sino para ser más rápido que todos sus rivales.
En la curación cuántica sucede exactamente igual. Se puede empezar de inmediato
y que salga bien, pero lo raro sería que no mejorase a base de práctica. E igualmente
sería raro que no mejorarse a base de ejercicio metódico.
Pero, ¿cómo se mejora la práctica de la curación cuántica? La parte más
importante de la curación cuántica es esa en la que no se hace nada (en este caso, el
no pensar en nada). Lo sorprendente es que, a base de práctica, se puede alcanzar el
no pensar en nada. Suena paradójico, pero pronto podrá experimentarlo de una forma
práctica.
A continuación encontrará usted algunos ejercicios que le pueden ayudar a
convertirse en un experto de la curación cuántica. No es ni mucho menos necesario
que termine todos los ejercicios, pero yo le aconsejo que, al menos, de cada
apartado realice un ejercicio de manera intensiva.
Todos los ejercicios tienen un efecto colateral. Es decir, nunca se encontrará
agotado después de realizarlos, pero casi siempre se sentirá visiblemente mejor. Yo
creo que con este efecto secundario se puede vivir mejor.

Sobre la imposición de las manos


La colocación de las manos tiene una larga tradición. Solo el hecho de colocar
las manos de forma intuitiva, igual que hacen las madres con sus hijos, puede ser
saludable. En algunas culturas se dice que las personas «sagradas» son capaces de
curar las dolencias más graves mediante la mera colocación de las manos. Jesús
curaba con las manos, Buda, tal vez el anciano monje de mi pueblo natal . . . Con un
largo entrenamiento se puede llegar a transmitir energía curativa en el cuerpo de un
enfermo y producir la curación a través de las manos.
Es fácil confundir esto con la curación cuántica. Sin embargo, tiene poco que ver
con la tradición de colocar las manos. Usted no tiene que ser ni llegar a ser un santo.
No tiene que aprender a conducir la energía de forma que se curen las enfermedades.
Con la curación cuántica apenas fluye energía desde el iniciador al destinatario. En
cualquier caso, ninguna que tenga relevancia para la curación cuántica. Mientras
colocamos las manos lo que podemos hacer es dirigir mejor nuestra intuición y
nuestra concentración. El contacto de las manos ayuda a nuestra conciencia a formar
el impulso que luego estimula de forma local la energía básica para restablecer la
armonía.
En teoría, tampoco es necesario siquiera colocar las manos. En lugar de las
manos, pueden ser los dedos. En lugar del contacto con la piel, se puede establecer
contacto con el campo de energía (el aura) que rodea al cuerpo; en ese caso, las
manos se sitúan a una pequeña distancia del cuerpo. En lugar de tratar el cuerpo del
destinatario, se puede tratar a alguien que lo represente. El destinatario puede estar
lejos, incluso en otro continente. ¡Fíjese el papel que juega la conciencia! Cuando ya
tenga mucha práctica con la curación cuántica, puede usted arreglarse sin las manos;
todo el proceso se realiza en la conciencia.
Sin embargo, al principio colocaremos nuestras manos y nos quedaremos así. En
teoría da lo mismo dónde las coloquemos; aunque en este capítulo ya hemos dicho
que se haga lo mejor posible. ¿Por qué no empezar entonces con la colocación de las
manos?

Hechos Cuánticos
Desde que las ciencias naturales iniciaron su marcha triunfal, se cree que la
conciencia está localizada en el cerebro. No obstante, existen indicios de que
esto no es así. El cerebro es un mero receptor de la conciencia que, por el
contrario, está almacenada en el espacio cuántico. Los principales valedores de
esta teoría son las experiencias extra corporales (no demostradas de forma
determinante), pero también sucesos como la telepatía.

A veces (aunque no siempre) es mejor colocar solo dos dedos en lugar de la


mano. Por lo general, los dedos son más sensibles que las palmas de las manos, y se
cae menos en la tentación de querer irradiar energía. Además, si el punto de contacto
está próximo a un punto en el que hay mucha sensibilidad, es mejor que este sea
pequeño.
Seguramente se pregunte usted cómo encontrar entonces el «punto de contacto»
(es decir, el lugar en el que se deben colocar las manos o los dedos).
Para encontrar el mejor punto de contacto de las manos puede usted utilizar su
intuición y su sensibilidad natural. No se trata de habilidades que usted tenga que
aprender. Ha nacido con ellas. Se trata de «sentir» cuál es el mejor punto para el
contacto de las manos. Este proceso se llama escanear, pero no hay que hacerlo con
el habitual sentido del tacto, sino con una especie de «sentido de la energía». En
realidad, usted puede sentir inmediatamente, o con un poco de práctica, cuál es el
mejor lugar para colocar las manos. Aun cuando nunca hubiese notado antes este
sentido.

El escaneado
Pruébelo primero sobre usted mismo. Si ya tuvo que colocar la mano en algún
sitio, ¿supo usted inmediatamente dónde lo iba a hacer? Probablemente, no. Lleve
despacio su mano hasta una escasa distancia (entre uno y cinco centímetros) del
cuerpo y preste atención a lo que percibe. Probablemente note que hay ciertos puntos
en los cuales se siente bien al poner la mano y algunos otros en los que se siente
especialmente bien. ¿Es posible que sienta de manera intuitiva dónde debería
colocar la mano?
Eso es exactamente lo que se hace con el «escaneo». Primero, pase una mano
sobre el cuerpo del destinatario hasta que encuentre el primer punto de contacto,
luego busque el segundo de igual modo.
Si quiere hacer esto de una manera muy sencilla, también puede realizar un
«microescaneo». Consiste en buscar el punto exacto de contacto en una zona muy
estrecha. Yo, normalmente, me sitúo de pie detrás de mi cliente y pongo mi dedo
índice sobre el músculo que hay entre el cuello y el hombro. En esta zona realizo un
microescaneo; muevo el dedo, primero el derecho y luego el izquierdo, despacio
hacia delante y hacia atrás para localizar el mejor punto de contacto. Colocarse
detrás del cliente tiene la ventaja de que a él le da más seguridad; se siente protegido
y no tan observado u oprimido como cuando me pongo justo enfrente de él. (Esto
mismo sirve también para la mayoría de los iniciadores que todavía estén
empezando con la curación cuántica.) Y en caso de que se caiga, puedo sujetarle.
Si no se ha dado muy bien lo del escaneo, no se preocupe. La curación cuántica
funciona también, aunque no haya encontrado el mejor punto de contacto; es solo
cuestión de tacto. También puede usted ser más listo que su subconsciente: deje a un
lado su voluntad y simplemente coloque las manos de forma «casual». Normalmente,
la intuición guiará a sus manos hasta el lugar adecuado.
Si el escaneo funciona inmediatamente, ¡genial! Pero aún se puede mejorar. A
continuación encontrará un par de ejercicios que pueden ayudarle a aumentar su
sensibilidad.
Practique un poco estos ejercicios y luego pruebe a realizar de nuevo el escaneo.
Estaría bien que se llevara una sorpresa.
Ejercicios para adquirir sensibilidad
Los siguientes ejercicios consisten en aprender a sentir más ya que la capacidad
de sentir no reside en las manos, sino en la conciencia.

Ojos-Manos

Coloque un par de objetos (varios lápices, libros, cubiertos,…) de modo que


pueda usted alcanzarlos con las manos fácilmente. Luego, cierre los ojos y coja uno
de los objetos. ¿Lo reconoce al instante? Examínelo detenidamente, pero solo con las
manos. Verá como lo ve de un modo completamente distinto.
Dese un paseo por su casa y coloque las manos sobre distintas superficies.
Seguro que nota cómo el sofá de cuero tiene un tacto distinto al de la mesa de
madera; trate de reconocer la diferencia claramente.
Ahora, coloque las manos sobre diferentes lugares. Fíjese no solo en la forma,
sino también en la estructura, la consistencia, la calidez y en otras sensaciones que
tal vez no sea capaz de definir con palabras.
Luego realice este ejercicio, pero ¡solo con los dedos! Utilice solo un dedo, y
siempre tanto de la mano derecha como de la izquierda. Por ejemplo, si ya ha
conseguido «ver» algo con la derecha, trate de «observarlo» con la izquierda.

Cuando usted coloca las manos con las palmas juntas lo siente con el sentido del
tacto. Pero ¿qué sucede cuando separa las manos un centímetro? No es posible que
sea el sentido del tacto el que le transmite esa percepción. Y, aun así, estoy segura
de que es usted capaz de sentir algo.
Cierre los ojos. Si todavía no ha percibido nada, ahora lo hará. Y si fue capaz de
sentir algo con los ojos abiertos, entonces ahora la sensación será más evidente.
Esta «sensación de energía» se puede ejercitar. Separe las manos lentamente y
fíjese en cómo cambia la sensación y cuándo desaparece. Luego, vuelva a juntar las
manos.
Cuando ya haya hecho esto, varíe un poco el ejercicio. Aproxime una de sus
manos a un lugar distinto de su cuerpo. También ahí podrá sentir algo a una cierta
distancia. Preste atención a la diferencia que hay entre las distintas partes del
cuerpo.
Hay otra variación del ejercicio que suele resultar más difícil para la mayoría de
las personas. Acerque una mano a distintos objetos. Trate aquí también de sentir la
distancia y fíjese en si su percepción cambia dependiendo de la estructura, el
material o el color (o las tres a la vez) del objeto.

Piel-Lápiz

Tal vez ya haya practicado este juego alguna vez con algún compañero. Se trata,
verdaderamente, de un buen ejercicio de sensibilidad.
Deje que su compañero escriba algo en su piel con el dedo. Naturalmente, debe
usted mantener los ojos cerrados (o dejar que le escriba en la espalda). ¿Es capaz de
reconocer lo que ha escrito?
También resulta interesante determinar si es usted capaz de distinguir si su
compañero coloca uno, dos, tres, cuatro o los cinco dedos en una región de su
cuerpo. No solo existen grandes diferencias individuales; en general, nuestra
percepción es mayor en algunas zonas que en otras. La espalda para eso es muy poco
sensible, mientras que las manos (obviamente) son las que poseen mayor
sensibilidad.

Sobre la sincronización
Sincronizar aquí significa «determinar el equilibrio entre dos lugares». Para ser
más exactos: al principio, ambas manos, ambos dedos o las dos zonas que usted
tenga en mente siempre se sienten de forma distinta. Para que usted pueda comparar
ambas percepciones tiene que realizar uno de los pasos más importantes de la
curación cuántica.

Hechos Cuánticos
Que se puede influir en ciertas operaciones en el nivel cuántico es algo que, hoy
en día, está demostrado. Así, la influencia de las intenciones a nivel cuántico se
midió con un randomizador (un aparato que genera números aleatorios), con el
resultado de que existe una minúscula, pero verdadera y medible influencia.
Si no hay sincronización no puede producirse la curación cuántica. No obstante,
no es estrictamente necesario que esa sincronización se produzca de forma
consciente. Hay, al menos, una parte que tiene lugar de forma automática.
Pruébelo en usted mismo. Póngase cómodo, cierre los ojos y sitúe las manos a los
lados. Ahora, en ambas manos, coloque la punta del pulgar sobre el extremo del
dedo índice. Presione un poco con el pulgar sobre el dedo índice de manera que le
duela un poquito (por supuesto, no mucho). Después vuelva a soltarlo. ¿Siente ese
leve dolor, a pesar de que ya no esté ejerciendo presión? Concéntrese ahora en la
mano derecha y luego en ambas manos a la vez. El dolor desaparece en unos pocos
segundos.
¡Este es uno de los dos aspectos esenciales de la curación cuántica! Por eso
siempre se tienen dos puntos de contacto. De este modo, la intención «armonía» se
proyecta de forma automática en la conciencia sobre las dos zonas y, es entonces
cuando sucede. La intención que usted formula de forma consciente y el contacto con
el nivel cuántico se ocupan de establecer esa armonía al aportarnos un estado que
puede curarnos de forma activa y humana.
Tal vez se haya sorprendido alguna vez, por ejemplo al hacer deporte, al notar
que un dolor físico o psíquico ha desaparecido. Lo que pasa es que ya no estaba en
su cabeza. Esto tiene ciertas similitudes con la curación cuántica; si la intención no
se dirige, la curación no es duradera.

Ejercicios para adquirir sincronización


Como hemos dicho, la concentración en dos zonas permite que la sincronización
se produzca de forma automática. Sin embargo, no nos basta con que «funcione sin
más», queremos que «funcione lo mejor posible». Después de los siguientes
ejercicios la sincronización será pan comido y se mostrará ante usted como lo que
es: un camino completamente natural hacia la armonía.

Levantar el vuelo

Colóquese derecho, pero relajado. Deje los brazos sueltos y a los lados. Si puede
cerrar los ojos sin sentirse demasiado inseguro ni tambalearse, hágalo. Si le resulta
difícil, haga el primer ejercicio: trate de ir aumentando poco a poco el tiempo que es
capaz de permanecer de pie con los ojos cerrados sin dejar de sentirse seguro.
Si no es capaz de permanecer de pie y con los ojos cerrados, se trata de una señal
de que hay algo dentro de usted que no se encuentra en equilibrio. ¡Este ejercicio le
reportará algo más que un mejor sentido del equilibrio!
Está usted de pie y relajado, con los ojos abiertos o, si es posible, cerrados.
Siéntase a usted mismo. Tal vez se dé cuenta de que el cuerpo está haciendo
continuamente movimientos para permanecer en equilibrio.
Siga así, sin tensar ningún músculo, y levante lateralmente el brazo derecho
(evidentemente, los músculos que levantan el brazo se tensarán).
¿Le resultó sencillo? Bien, si hubiera hecho el ejercicio como yo lo he descrito,
tensando solo los músculos del brazo derecho, no hubiera dicho que era sencillo. Lo
hubiera encontrado o bien imposible, o ya estaría en el suelo ya que cuando usted
levanta el brazo derecho su centro de gravedad se desplaza hacia la derecha y, para
no caerse, los demás músculos tienen que intervenir. La mayoría de estos
movimientos son completamente inconscientes; pero vamos a cambiar eso.
Pruebe a hacerlo de nuevo y preste atención a cómo, mientras usted levanta el
brazo derecho, los músculos del lado izquierdo del cuerpo se tensan para mantener
el equilibrio casi sin que nos demos cuenta. Siempre se puede mejorar la
percepción: levante el brazo solo un poquito, levante solo la mano, levante solo los
dedos…
Con este ejercicio usted aprende a sentir la dinámica del cuerpo; todo lo que
sucede para que usted se mantenga en equilibrio, y se hace una buena idea de lo que
significa equilibrio. Esto le será de gran ayuda más tarde para conseguir una buena
sincronización.

Seguir la respiración

No es que haga falta que aprendamos a respirar, pero podemos: en el yoga indio o
en el Qi Gong chino hay cantidad de ejercicios que tienen que ver con la respiración.
Aquí seremos conscientes de la respiración; de un órgano que rara vez (y de un modo
bastante desagradable) sentimos: los pulmones. La parte más importante del
ejercicio es, no obstante, una lección sobre lo mucho que incide la conciencia. Y,
naturalmente, también trata sobre la sincronización.
Puede sentarse o permanecer de pie. No tiene que hacer nada, salvo seguir su
respiración, y solo por el lado izquierdo. Siga su respiración por la fosa nasal
izquierda, la parte izquierda de la faringe, el lado izquierdo de su tráquea, se dobla
hacia el bronquio izquierdo y, finalmente, es consciente de cómo llega hasta su
pulmón izquierdo. Ahora, siga a su respiración mientras hace el camino a la inversa
cuando usted exhala. No tiene que controlar su respiración, tan solo observarla.
Haga usted el circuito respiratorio hacia el pulmón izquierdo un mínimo de cinco
veces.
Naturalmente, usted sabe muy bien que no solo respira con el pulmón izquierdo.
La respiración también fluye hacia el pulmón derecho. No hay nada que haya
cambiado el proceso psicológico mientras usted hacía el ejercicio.
Cuando respire de forma normal, fíjese en la enorme diferencia que hay entre el
pulmón izquierdo y el derecho. El izquierdo se nota mucho más, ¡y eso solo con su
conciencia! ¿No es sorprendente?
Encontrar el medio

Este ejercicio consiste en comparar distintas sensaciones en las manos, es decir,


exactamente igual a como sucede en la curación cuántica. La dificultad estriba en que
las diferencias sutiles a veces no son perceptibles. Algunas personas pierden la
paciencia o llegan a convencerse de que no son lo suficientemente sensibles. Se debe
tan solo a la falta de práctica; y eso se puede recuperar.
Para ello necesita usted dos cuencos (pueden servir también dos vasos o tazas) y
un grifo que tenga agua fría y agua caliente. Llene uno con agua fría y el otro con
agua caliente. Coloque los cuencos a izquierda y derecha e introduzca las manos (o
solo los dedos) en ellos. Cuanto mayor sea la diferencia de temperatura, más fácil le
será notar la diferencia. Sin embargo, la diferencia no debería ser muy grande;
primero porque no es necesario que haya más de unos pocos grados de diferencia, y
segundo porque dificulta el segundo paso del ejercicio, la sincronización.
Mantenga las manos en el agua y sienta la diferencia de temperatura. Observe lo
que hace su conciencia. Lo normal es que vaya pasando de la percepción de la mano
derecha a la izquierda y vice-versa. Ahora, trate de efectuar la sincronización. Trate
de retener ambas percepciones en su conciencia. Si le es muy difícil, céntrese en la
mano que le resulte más cómoda y, cuando la sensación se haya quedado fija en su
conciencia, pruebe a ver si es capaz de llevar la otra mano hasta allí. Luego, observe
lo que sucede. Se dará cuenta de que, tras un rato, puede sentir bien ambas manos;
mejor aún que cuando ha sentido la mano que le era más agradable. Ya tiene las dos
manos sincronizadas.
El efecto se puede incluso medir en la temperatura del agua. Naturalmente, la
temperatura del agua cambia por sí sola. La temperatura de esta y la de la piel se
igualan y también la temperatura de la habitación enfría o calienta el agua. ¡Si tiene
un termómetro sensible, podrá observar cómo la temperatura de ambos cuencos se
iguala con mayor rapidez cuando tiene las manos sincronizadas!

Sincronizar el cuerpo

En realidad, este ejercicio es ya una autocuración cuántica. Después de este


ejercicio usted sentirá con toda probabilidad un gran bienestar y, posiblemente,
también se haya iniciado un profundo proceso curativo, a pesar de que no haya
expresado con palabras ninguna intención. Déjese sorprender.
El ejercicio es muy relajante. Usted se tumba o se sienta, lo que le resulte más
cómodo, y luego, paso a paso, va sincronizando mentalmente ambos lados de su
cuerpo.
Lo mejor es que comience por las manos, dado que ya tiene usted un poco de
experiencia. Dirija su conciencia hacia las manos, primero una, después la otra, y
luego trate de alcanzar la misma sensación en ambas manos. De este modo sincroniza
sus manos. Proceda gradualmente del mismo modo por todo el cuerpo. Los
antebrazos, los brazos, los hombros, luego pase a los pies. Le siguen las pantorrillas,
los muslos y las nalgas.
Al principio, puede ayudar a la sincronización o, mejor dicho, a la percepción de
la sincronización, relajando los músculos de un lado mientras tensa los del otro.
Ahora llegan las partes un poco más difíciles que no están tan claramente
divididas en izquierda y derecha. Sienta la parte derecha de su abdomen inferior,
después dirija su atención hacia el lado izquierdo, y luego sincronice ambos. Haga lo
mismo con el abdomen superior, el pecho, el cuello y la cara.
Finalmente, llegamos a una sincronización muy importante, la del cerebro.
Obviamente, no tenemos que sentir directamente cada mitad del cerebro.
Concéntrese en estos dos pasos: sincronice sus ojos y sus oídos. O pruebe primero a
sincronizar el lado izquierdo y derecho de su cabeza.
Con este paso se llega a una extraña (aunque agradable) sensación. Es posible
que su percepción sensorial se vuelva de repente más aguda. Por ejemplo, se dará
cuenta de que sus gafas son demasiado potentes o que puede usted escuchar voces en
la casa de al lado que antes apenas eran perceptibles, aunque normalmente no suele
ser tan evidente. Sentirá un profundo bienestar, una sensación que le llenará de
alegría y de una mayor creatividad e imaginación.
Por último, intente sincronizar todo su cuerpo. Percibir nuestro cuerpo al
completo es una tarea que no resulta fácil para la mayoría de las personas. Sin
embargo, existe una alternativa: sincronice la mano izquierda y el pie derecho (o
viceversa); esto abarca la sincronización de todo el cuerpo.
Bien, ¿cómo se siente? ¡Espero que muy bien!
Será todavía más emocionante según se vaya acercando cada vez más a la
conciencia pura.

Sobre la conciencia pura


La conciencia pura es el estado en el que la conciencia entra en contacto con el
nivel cuántico. Pero, ¿qué quiere decir esto? No es tan sencillo describir el estado
de la conciencia pura ya que se trata de un estado «sin palabras». Es como cuando
uno quiere describir un color, pero sin poder enseñarlo. O como un sentimiento
personal. O el amor. No obstante, muchas personas lo han intentado a lo largo de los
siglos.
Hay cierto nivel en el que no resulta tan complicado. Solo es difícil cuando nos
limitamos a las palabras; estas son inamovibles como piedras compactas en la arena.
Sería mejor si viésemos las palabras como si fueran un remolino que surge en mitad
del mar. La descripción de la conciencia pura, a veces, resulta confusa cuando
tratamos de hacerla con un razonamiento lógico y no con las razones del corazón.
Cuando uno habla sobre la conciencia pura lo mejor es crear una imagen, una
metáfora, un poema. Solo con eso ya estamos diciendo algo sobre la conciencia pura.
Una de las «descripciones» más hermosas de la conciencia pura fue la que hizo el
Maestro Eckhart, un místico cristiano de la edad media: «Aquí todas las pequeñas
hojas de hierba, la madera, la piedra y todas las cosas son una sola». El filósofo
chino Lao Tsé se refería a algo muy similar cuando hablaba sobre ello: «El que sigue
al Tao se hace uno con el Tao».
La conciencia pura no es nada nuevo, personas de todo tiempo y cultura conocían
este estado y se esforzaban por resumirlo en palabras. Esto demuestra que se trata de
algo universal, válido, conectado y esencial.
Hoy en día hay cada vez más personas que tratan este estado «místico»; en el
fondo, no es para nada algo místico, religioso, esotérico o enigmático, sino algo
completamente natural y accesible para todas las personas. De hecho, no solo es
accesible, sino que prácticamente todo el mundo lo ha experimentado alguna vez. El
estado de vacío de pensamiento, pero de espíritu alerta, es algo que la mayoría ya
hemos experimentado. Las personas que meditan siempre regresan a este lugar en el
que todo es una sola cosa: el nivel del punto cero, la matriz, el Tao, Dios…

Ejercicios para el pensamiento en blanco


No es tan sencillo llegar a dejar nuestro pensamiento en silencio. Los
pensamientos y los sentimientos vienen a nosotros, los invitemos o no. Con mucha
práctica, se puede aprender a alcanzar rápidamente y a permanecer durante más
tiempo en la conciencia pura. Eso es meditación.
Para la curación cuántica basta con establecer un pequeño contacto con la
conciencia pura. No obstante, es bueno que estos contactos sean un poco más largos.
El contacto con el nivel cuántico debería ser cada vez más largo especialmente con
problemas graves y complicados. También funciona con impulsos cortos, pero lleva
más tiempo y es más fatigoso.
Se puede llenar un vaso de agua con un grifo que gotea. No hace falta que escoja
una fuente incesante, pero abrir el grifo un poco más no es tan difícil y resulta más
sencillo y rápido alcanzar el objetivo.
Puede usted lograr esto mismo con los siguientes ejercicios. El contacto con la
conciencia pura le será más fácil y surtirá efecto antes.

Dirigir la atención hasta el punto

Para entrar en contacto con la conciencia pura, empiece con algo que lleva
demostrado desde hace miles de años. Se trata de las indicaciones fundamentales
para muchos tipos de meditación: sentarse, concentrarse en un objeto y observar sin
juzgar.
La meditación no es ni religión, ni magia, ni algo místico. Es uno de los tres
estados mentales: despierto, dormido, meditación. Se trata de un estado que usted ya
conoce. Cada vez que se concentra mucho, pero al mismo tiempo está relajado. Un
niño que está metido de lleno en su juego experimenta el estado de meditación. Un
amante de la música que se queda ensimismado con la música, pero de forma
consciente, está meditando. Un ama de casa, que limpia la vajilla concentrada y se
ocupa de sus tareas de forma relajada, medita.
Suena fácil y, ciertamente, lo es. Lo difícil es mantener ese estado de pensamiento
en blanco, que nos conduce hasta la conciencia pura de forma duradera. Pero
tampoco en eso consiste esto. Basta con que podamos aumentar un poco esos pocos
segundos que habíamos conseguido al principio de la curación cuántica. Eso pasa
muy rápido.

• Póngase cómodo y dirija su atención hacia un punto. Este puede ser una vela,
un mantra (una serie de sonidos sagrados, como una oración), un mudra (un
gesto con las manos), un thangka (un tapiz tibetano), un símbolo (una figura de
Buda, una cruz,…)
• Yo le recomiendo que pruebe con un mudra. Para ello, entrecruce las manos y
luego junte los dedos índices. Mantenga las manos en esta posición a la altura
del pecho y a una distancia del cuerpo en la que pueda ver la punta de los
dedos sin dificultad. Tal vez no tarde en darse cuenta de que esta postura
ayuda a relajar sus pensamientos. No tiene que hacer nada en especial.
Observe el punto donde se tocan los dedos índices. Cuando su atención se
disperse, vuelva atrás.
• Cuando se hayan relajado sus pensamientos, no deje que esto le asuste.
Simplemente, tome nota de ello. Conforme haga esto con más frecuencia, más
sencillo le resultará alcanzar este estado de pensamiento en blanco y de pleno
significado de forma inmediata y mantenerlo durante un par de segundos.

Se dará cuenta de que la curación cuántica que usted inicie tardará menos en
hacer efecto, pero hay algo que debe usted percibir en sí mismo: una sensación de
profundo bienestar que desencadena la conexión con el nivel cuántico.
Este ejercicio es ideal para preparar una estimulación cuántica (ya sea para usted
mismo, o para algún amigo o cliente). Estará usted más relajado, más preparado y
con una actitud más positiva. Eso nunca puede ser malo.

El color de los sentimientos

¿Para qué otro ejercicio ahora si con el anterior ya ha conseguido lo que quería?
Hay dos razones. La primera es que hay algunas personas que se encuentran tan
atascadas en su vida cotidiana que no pueden liberarse tan fácilmente de sus agitados
pensamientos. Tal vez se concentran y tratan de centrar su atención, pero no lo
consiguen. Con un poco de tiempo y paciencia, podrán avanzar con el siguiente
ejercicio; claro que tal vez no tengan tiempo ni paciencia. Por eso necesitan que vaya
más rápido. En segundo lugar, es posible que usted quiera probar una curación
cuántica en una situación estresante. Entonces, desconectar de forma intensiva el
flujo de pensamiento es de mucha ayuda. Este ejercicio le ayudará a ello. Es
sumamente fácil. No sustituye al anterior ejercicio, sino que se trata de unas
indicaciones para acelerar nuestra entrada.
Es evidente que los sentimientos no son de ningún color. Exactamente, así es. Es
posible que al leer el epígrafe le haya gracioso. Puede que hayan sido los
pensamientos que, de repente, se han puesto como locos y luego han vuelto a
tranquilizarse.
Eso es justo lo que busca este ejercicio. Cuando usted se hace la pregunta «¿De
qué color son mis sentimientos?», su cerebro se pone a trabajar para intentar
contestar. Pero dado que no hay respuesta, los pensamientos empiezan a correr por
ahí y, al final, terminan en la nada. Ahí es donde quiere usted llegar.
Existen innumerables preguntas como esta (en el budismo zen, este tipo de
preguntas que conducen a la nada se llaman «koans», y sirven para alcanzar la
«iluminación» a través del vacío). Averigüe cuál es la que mejor le ayuda a entrar.
¿Qué es la nada?
¿Qué sonido hace un ruido que nadie escucha?
¿Qué le muestra un espejo a otro espejo?

Tres percepciones
Cada persona es diferente. Tal vez los dos anteriores ejercicios no le hayan
servido para sumergirse en la conciencia pura. Por eso, le planteo otro ejercicio más
que ayuda a muchas personas que quieren iniciar la curación cuántica a conocer el
estado de la conciencia pura de una forma rápida y suave.

• Póngase cómodo.
• Escuche. Quédese con tres sonidos que escuche del exterior.
• Vea. Quédese con tres cosas que vea.
• Sienta. Quédese con tres cosas que pueda sentir.
• Escuche, vea y sienta. Esta vez, dos cosas.
• Escuche, vea y sienta. Esta vez, una sola cosa.
• Cierre los ojos.
• Escuche. Quédese con tres sonidos que escuche usted en su mente.
• Vea. Quédese con tres cosas que pueda ver ante usted con los ojos cerrados.
• Sienta. Quédese con tres cosas que pueda sentir en su interior.
• Escuche, vea y sienta. Esta vez, dos cosas.
• Escuche, vea y sienta. Esta vez, una sola cosa.

Después quédese en completo silencio y perciba todo con claridad mientras los
pensamientos que le acechan siguen en calma. Vuelva a probar con el primer
ejercicio.

Sumergirse en un punto de luz

El siguiente método, que proviene de los monjes budistas, es inusual y le lleva a


establecer un profundo contacto con la conciencia pura.
Cuando usted cierra los ojos, normalmente, solo ve un gris indefinido. Si dirige
su atención hacia ese gris, se dará cuenta de que no es uniforme, sino que hay
distintos matices. Si se fija aún más, encontrará dos puntos de color que tal vez
asomen brevemente y luego vuelvan desaparecer.
Trate de volar, sumergirse o dejarse envolver por el color de estos puntos.
Enseguida se dará cuenta de cuándo ha alcanzado la conciencia pura. Los colores
adquieren una extraordinaria calidad y se vuelven de tal belleza que a uno casi le
corta la respiración. Solo hay felicidad y asombro.

QUEST
En este apartado me ocuparé de la parte en la que mejoro mi trabajo con la
curación cuántica. Tampoco me gustaría destacarlo mucho, ya que no son nuevos
descubrimientos que yo haya hecho. Todo lo importante ya se ha dicho a lo largo de
los siglos. Solo quiero decir que eso no es todo. E incluso si se dijo todo,
normalmente no fue de modo que todo el mundo fuera capaz de comprenderlo. Buda,
Jesús, Gandhi… todos ellos hablaron de paz y, sin embargo, el mundo hoy en día
está muy lejos de ella. También sobre curación, incluso sobre el nuevo enfoque de la
curación cuántica se ha escrito ya mucho. Sin embargo, cada uno tiene sus propias
necesidades, su punto de vista, su propio método. Cada uno tiene su propio lugar en
el universo y posee su propia línea de universo.
A mi planteamiento lo he llamado QUEST. En mis seminarios, en los que enseño
este método, aparece como QUantenEinStimmungs-Training (entrenamiento de
estimulación cuántico, en alemán). Ya que hasta ahora sobre todo he traducido del
inglés, el término también se corresponde con QUantum Enhancement STrategy. No
menos importante es el hecho de haber escogido esta palabra porque en ella resuena
la búsqueda espiritual (en inglés, QUEST significa búsqueda, persecución). Así es
como yo veo algo que distingue a la humanidad, que forma parte de todas las
auténticas ciencias médicas y que todo el mundo tiene en mente.
Es verdad que los nombres y los métodos solo tienen importancia hasta cierto
punto. Además, el hecho de que yo le ponga nombre a mi propio planteamiento
tampoco quiere decir que yo no aprecie el extraordinario trabajo de las personas que
han puesto a la curación cuántica en el punto de vista del ser humano. El QUEST es
solo uno de los caminos que conducen hacia un objetivo: la curación al nivel más
profundo del ser y el desarrollo de la persona en todo su potencial inimaginable.

Del círculo a la esfera


Si usted ya había oído hablar de la curación cuántica antes de ver este libro, tal
vez se haya encontrado con los conceptos de «método de los dos puntos» o «método
de los tres puntos». No existe ninguna diferencia entre estos dos métodos. En el
«método de los dos puntos» las manos son estos dos puntos que representan distintos
potenciales y que sirven a la energía cuántica de referencia para la armonización. En
el «método de los tres puntos» la conciencia (su conciencia con la intención) se
considera el tercer punto de fijación. En mi método, el QUEST, yo utilizo el «método
circular». En el círculo se encuentran los puntos de contactos, así como la conciencia
que luego se fusionan entre sí.
Yo no contemplo la conexión de ambos puntos de contacto y la conciencia de un
modo lineal, sino como un continuo; los puntos son puntos de contacto en un círculo
que enlaza todo entre sí. Si ampliamos este «círculo cuántico» una dimensión,
conseguimos una esfera, una bola, un círculo tridimensional. Me he dado cuenta de
que esta representación puede hacer que la conexión cuántica sea mayor y más fácil
de conseguir.
Al igual que el modo en el que la conciencia se relaciona con el nivel cuántico,
todavía queda mucho por investigar. Sin embargo, es evidente que las imágenes
(visualizaciones) realizan cambios más profundos y medibles en el comportamiento
cuántico que el mero pensamiento racional. A mí me parece lógico. El cerebro está
mucho más activo con representaciones globales que con procesos mentales
aislados. Cuanto más compleja sea una representación, más neuronas se activan en el
cerebro. Los experimentos que he realizado conmigo misma y con amigos han
demostrado que la representación de una esfera conduce más rápidamente a la
conexión con el nivel cuántico y, con ello, al bienestar. También aparece otra
cualidad: la visualización de uno en un eje tridimensional que se extiende en todas
direcciones conduce directamente, a menudo, a un estado de tranquilidad en la
corriente mental; es decir, al contacto con la conciencia pura. Yo creo que este
resultado es perfectamente plausible, ya que la representación de más de un
movimiento va en contra de la forma de pensar unidimensional y lineal. Se produce
una conmutación del proceso «racional» del lado izquierdo del cerebro por el
proceso «integral» del lado derecho del cerebro.
Lo mismo sucede en los otros métodos (el método de los dos puntos y el método
de los tres puntos): en cuanto hay más de un punto en el centro de atención, hay que
pasar a un proceso de información paralelo. El método de la esfera solo va un paso
más allá. Es demasiado pronto para decir si realmente funciona mejor. Para ello,
sería necesaria una investigación más metódica. Sin embargo, en mi opinión, hay un
par de indicios para pensar que es así y puedo decir, con seguridad, que mi método
no tiene ninguna desventaja.
Esto es así, sobre todo, en la práctica, en la que lo mismo da que trabaje con las
manos, los dedos o solamente con su mente; la sincronización no se produce solo
entre dos puntos de contacto; estos puntos de contacto hay que visualizarlos como
puntos de una esfera. «Visualizar» es ciertamente demasiado intenso. En la curación
cuántica no se produce ninguna imagen visual. Son, más bien, «imágenes de
sensaciones». Por tanto, usted debe tratar de desarrollar la sensación de que sus
manos están sosteniendo una «pelota», por así decirlo, dentro de la cual se propaga
una vibración armoniosa. Su conciencia se extenderá por sí sola a más dimensiones y
el nivel cuántico, en cierto sentido, tocará más puntos; la estimulación cuántica será
más profunda e intensa.

Hechos cuánticos
Las conclusiones que se extraen de los experimentos de la física cuántica a veces
parecen como sacadas de una novela de ciencia ficción. La interpretación del
hecho de que existan estados manifiestamente «superpuestos», hasta que la
función de onda se colapsa, se basa en que no solo hay uno, sino muchos
universos; casi ilimitados. Cada elección nos lleva a una ramificación de la línea
de universo. No hay «sí» o «no», sino «sí» en una línea de universo y «no» en
otra.

Esta es, al menos, la teoría. Pruébela usted mismo y conviértase en un


investigador de la curación cuántica.

Anular la voluntad
Nuestra voluntad es algo que nos limita. Hay algunas personas a las que les choca
esta forma de pensar. ¿No es cierto que nos movemos en una dirección concreta
debido a nuestra voluntad? ¿No nos quedaríamos en el mismo sitio en el que estamos
si no es por nuestra voluntad?
Yo creo, y en esto al menos pienso igual que las religiones orientales y los
estudios sobre el cerebro, que tendemos a sobrevalorar nuestra voluntad. La
voluntad es solo una pequeña parte de las que constituyen nuestra mente. Es más, es
una parte que con frecuencia nos obstaculiza; sobre todo cuando toma el mando.
Sin voluntad no podríamos permanecer de pie. Pruébelo. Bébase un litro de agua
y decida que no quiere ir al servicio. Es muy raro que funcione. O trate de no pensar
en la palabra «asado de cerdo». No es posible. ¡La única forma de olvidar el asado
de cerdo es dejar de querer olvidarlo!
Nuestra intuición, nuestro cuerpo, nuestro subconsciente; todos ellos nos dicen lo
que debemos hacer. Y sus decisiones casi siempre son mejores que aquellas que
tratamos de imponer con nuestra voluntad. La tarea de la voluntad consiste en actuar
en situaciones contrarias a nuestra naturaleza ya que, gracias a nuestra inteligencia,
podemos formar nuestro futuro. A veces esto es muy valioso. Nos ayuda, por
ejemplo, a conseguir logros cuya recompensa aguarda en el futuro. Y ahí nosotros
debemos tener cuidado de no sobrevalorar esa recompensa y no ofrecerle un futuro
de fantasía a nuestro presente.

Hechos cuánticos
En el mundo cuántico hay muchas cosas que escapan a nuestra imaginación. Una
de ellas es la «energía negativa». El término «negativa» no hay que entenderlo en
sentido psicológico o como una carga eléctrica que puede ser negativa o positiva.
Se refiere, de hecho, a energía que es «menos que positiva». La energía del punto
cero no es cero, sino que oscila de forma infinitesimal alrededor de cero. Es la
fuerza creadora que surge de menos de la nada.

Para llevar a cabo la curación cuántica es muy importante que no queramos curar.
Naturalmente que nos alegramos cuando algo va mejor o cuando un amigo enfermo se
cura. Obviamente, contribuimos con alegría a ello, pero cuando queremos curar
dirigimos nuestra atención hacia algo que se encuentra en nuestro poder. ¡Nosotros
no somos los que hacemos que la curación funcione!
En la curación cuántica esto debería estar claro. Nuestra mente no debe dirigirse
hacia la curación, sino exclusivamente hacia lo que estamos haciendo: vaciamos
nuestra mente, establecemos un impulso con nuestra intención; y luego dejamos que
suceda.
¿Por qué es importante esto? En primer lugar, porque con nuestra fuerza de
voluntad entorpecemos la posibilidad de conectar con la conciencia pura. La
voluntad es algo racional, y eso llena la mente que estamos tratando de vaciar.
Cuanto más queramos algo, más difícil será encontrar ese pequeño vacío del no-
pensamiento.
En segundo lugar, la voluntad es una energía. Esa energía la transmitimos al
cliente. La curación cuántica no consiste en eso, no se trata de transmitir ninguna
energía. ¡No hay ninguna energía que pase del iniciador al destinatario!
A veces no es tan fácil dejar a un lado la voluntad y dejar sin más que se
produzca la curación cuántica. Lo mejor que puede hacer para conseguirlo es tener
confianza y curiosidad. Nunca sabemos exactamente qué es lo que va a suceder. No
sabemos cómo se crea la armonía y cómo se manifiesta. Solo sabemos que esto es
algo positivo y bueno. Podemos confiar en ello y, al mismo tiempo, sentir curiosidad
sobre cómo sucederá o qué maravilla nos enseñará.

Meditación: de la cabeza al corazón


Ya le he explicado por qué no hace falta que uno sea un maestro de la meditación
para llevar a cabo una curación cuántica. De hecho, ni siquiera hace falta que tenga
usted experiencia alguna en meditación. Y, sin embargo, la meditación lo hace todo
más fácil, incluso la curación cuántica.
Si lo desea, puede usted probar la siguiente meditación o, para ser más exactos,
«visualización meditativa», que le servirá para conectar su corazón (espiritual) con
su cabeza (racional).
Yo algunas veces realizo esta meditación con mis clientes. Sé por experiencia
que esto facilita la estimulación cuántica, los progresos son mayores y se producen
antes.
Póngase cómodo y asegúrese de que no le molesta durante, al menos, 15 minutos.
Esta preparación solo es importante al comienzo. Luego puede uno prescindir de ello
perfectamente. Yo realizo esta meditación a menudo cuando viajo en metro, en el
barullo de la hora punta. Aunque, naturalmente, para conocer la meditación es mejor
una atmósfera cómoda de silencio y confianza.

• Cierre los ojos y concéntrese en su respiración… uno… fuera… dos…


fuera…
• Concéntrese primero en cómo llega el aire hasta su cabeza. Sienta cómo la
respiración produce una esfera luminosa de energía en su cabeza. Cuando
expulse el aire, concéntrese en el centro del pecho.
• Si ya «ha llegado hasta su corazón», vuelva a inspirar, y llene su pecho con
una esfera luminosa de energía. Al expirar, concéntrese de nuevo en su cabeza.
• Haga esto durante un rato; vaya pasando de la cabeza al corazón y viceversa.
Tras un rato, corazón y cabeza se aproximan uno a otro, por así decirlo, hasta
que finalmente solo percibe el suave pulso de una esfera de energía que abarca
su corazón y su cabeza, y cuyo centro está situado justo entre los dos.

Este es el primero y el más importante de los pasos de esta meditación. Al


principio, puede permanecer ahí. ¿Se ha dado cuenta de a qué paso de la
estimulación cuántica se parece esta meditación? ¡Está sincronizando el corazón y la
cabeza!
Cuando ya tenga un poco de experiencia con esta meditación puede continuar un
paso más.

• El pulso del corazón y la cabeza es agradable y enérgico. Deje que esta


sensación se extienda. Con cada respiración esta sensación se expande hasta
llenar todo su cuerpo.
• Deje que siga extendiéndose. En cuanto sienta que le molesta deténgase.
Conforme vaya practicando este ejercicio podrá expandirse cada vez más,
pero siempre que llegue a su límite permanezca allí un rato. Después, vaya
retrocediendo poco a poco y quédese con la sensación de amplitud y conexión
con el mundo que le rodea.
• Cuando vuelva a estar dentro de los límites de su cuerpo, la sensación habrá
cambiado un poco; se habrá vuelto «más amplia». Disfrútelo un poquito y
vuelva a abrir los ojos.

Esta meditación abre la mente a nuevas experiencias, deja la mente racional un


poco de lado y traslada la emoción de la cabeza al corazón. Esto facilita la
experiencia de la curación cuántica. Richard Barlett, el padre de Matrix Energetics®,
no en vano, habla de «campo del corazón», cuando se refiere al nivel cuántico.

Curación cuántica y respiración


Algunas personas que practican la curación cuántica han descubierto, de manera
independiente entre sí, que la experiencia es claramente más intensa cuando se
controla la respiración. Con esto, no estamos diciendo que la curación cuántica se
«mezcle» con algún tipo de terapia respiratoria. Eso sería completamente
innecesario. La curación cuántica puede servir de apoyo a cualquier forma de
terapia, también aquellas que trabajan con la respiración, evidentemente.
Sin embargo, sí tiene mucho sentido que la respiración pueda tener una función
dentro de la curación cuántica ya que respiración y conciencia están estrechamente
relacionadas entre sí. Esta relación se conoce desde tiempos remotos. En la Biblia,
Dios les da a los hombres un alma en la que «da vida» a su criatura. En la Grecia
antigua, la palabra Pneuma designa tanto a la tanto mente como a la respiración y el
alma. En la antigua filosofía india Atman (en alemán, respiración se dice Atem)
sirve para referirse al yo individual y al aspecto indestructible del espíritu, el alma.
En China conocemos el Qi, un concepto que hace referencia a la respiración y a la
energía espiritual, y existen gran cantidad de ejercicios para fortalecer y poner en
marcha el Qi.
Desde un punto de vista fisiológico y psicológico, para mí la respiración es un
medio de ayuda para la curación cuántica. Cuando respiramos profundamente llega
más oxígeno a la sangre. Esto tiene un efecto en nuestro cerebro: nuestro «motor
espiritual» recibe un aporte de energía. Estamos más presentes, más concentrados y
tenemos mejor percepción de las cosas. Nuestra conciencia es «más fuerte». ¿No es
perfectamente posible que también la conexión entre el nivel cuántico y la conciencia
sea más fuerte? Desde un punto de vista psicológico, la sincronización de la
respiración entre el iniciador y el destinatario provoca que las llamadas neuronas
espejo se vuelvan más activas. Estas células nerviosas son las responsables de que
tengamos sensaciones y movimientos que observamos en los demás, es decir, las
imitamos y experimentamos nosotros mismos. Además, la sincronización de la
respiración nos tranquiliza.

Si uno considera todos estos efectos en conjunto, es muy plausible que respirar
profundamente y la sincronización de la respiración entre el iniciador y el
destinatario faciliten la estimulación cuántica. Al igual que todo en la curación
cuántica, esto no es un credo. Yo les recomiendo que primero lo prueben para sacar
sus propias conclusiones.
Entonces, ¿cómo se hace exactamente? Es muy sencillo. Puede usted integrarse en
una reunión de curación cuántica sin mucho esfuerzo.
Después de colocar las manos, pídale al destinatario que respire profundamente.
También exhalará con fuerza. Simplemente, siga la respiración del destinatario;
inhale y exhale con él. Tras un rato, se dará cuenta de que el destinatario le sigue a
usted. La respiración se sincronizará sola. Si el destinatario tiende a respirar
superficialmente, entonces inhale y exhale usted con más fuerza. O bien dígale una y
otra vez «respire hoooondo…» Es mejor concentrarse en las exhalaciones que en las
inhalaciones ya que exhalar con fuerza conduce automáticamente a inhalar
profundamente, pero no al contrario.
Cuando haya sincronizado la respiración, pase al desarrollo habitual de la
curación cuántica.

A través del espacio y el tiempo

Curación a distancia
En nuestra vida diaria las dimensiones espaciales tienen un papel importante. Si
estamos aquí, no podemos estar allí. Si yo estoy en Múnich, no estoy en Pekín. Si
quiero ir de aquí a allí, debo recorrer la distancia que hay entre medias, y eso
requiere tiempo. La propia luz necesita la ⅕0 parte de un segundo para llegar de
Múnich a Pekín.
Sin embargo, estas limitaciones no valen en el mundo cuántico. Los cuantos, que
están conectados entre sí, forman un sistema que reacciona como una unidad, da igual
lo lejos que estén entre sí las «piezas individuales». Esto significa, desde un punto
de vista práctico, que una curación cuántica es posible a cualquier distancia.
Iniciador y destinatario pueden encontrarse en continentes distintos. ¡La distancia no
afecta a su eficacia lo más mínimo!
La curación a distancia no requiere de más energía. Tampoco es más débil que
una estimulación cuántica que se realice in situ. Si uno no sabe que la no-
localización es un hecho más que demostrado, esto le puede parecer un milagro o un
truco de magia. Por eso, en cierto modo, la curación cuántica es algo nuevo, a pesar
de que se lleve practicando desde hace miles de años. Hoy quedará claro, por qué
funciona.

Hechos cuánticos
Einstein descubrió que los cuantos pueden estar «entrelazados»: existe una
conexión inmediata entre dos cuantos que es completamente independiente de la
distancia. La experiencia con la curación cuántica muestra que esta interacción
puede ser eficaz también a nivel visual.

Esto facilita el asunto enormemente ya que, cuando no sabemos qué es lo que hace
que algo funcione, puede que sea esta la causa de que una curación a distancia no
funcione mediante la estimulación cuántica como debiera. Es posible que una
curación a distancia no funcione mediante la estimulación cuántica como debiera,
porque no sabemos qué es lo que hace que funcione, pero si el iniciador trabaja
subconscientemente en contra de la intención que ha formulado su conciencia, si su
mente no cede a la tranquilidad para permanecer en el nivel cuántico… ¿Cómo va a
funcionar entonces la curación cuántica? La estimulación cuántica es un proceso que
no se desarrolla de forma automática, sino en el que la conciencia juega un papel
importante. Por eso son importantes el conocimiento y el procedimiento, máxime
cuando en la curación a distancia no están presentes los elementos físicos
fundamentales. Debe tener claro (sobre todo en su subconsciente) que no se trata de
ningún milagro o truco de magia.
Solo existe una posibilidad de aportar un elemento físico a una curación a
distancia: con el «método del sustituto». El «sustituto» es un símbolo para el
destinatario que está siendo tratado. No tiene significado propio, sino que es un mero
medio en el que puede afianzarse la conciencia del iniciador.
Un sustituto puede ser, por ejemplo, una foto del destinatario, una carta, una
prenda, una muñeca o un peluche. Lo único importante es que se trate de algo
presente que el iniciador pueda relacionar con el destinatario.
El resto es muy sencillo. Imagínese que quiere usted tratar a un amigo que sufre
dolores de espalda. Usted está en Berlín y él en Vancouver. Es una distancia de
7.700 kilómetros. Tiene usted una intención: la agradable sensación de una columna
vertebral flexible en su amigo. Sin embargo, no puede colocar las manos sobre él.
No pasa nada: tiene usted a Teddy, un osito de peluche. Teddy está frente a usted y
todos sus pensamientos están puestos en su amigo. Coloque las manos sobre el
sustituto como haría con su amigo, conserve la intención en su conciencia y
sincronice.
Podrá sentir lo mismo que si realizara la curación cuántica con una persona real:
la sincronización y el contacto con la conciencia pura, ¡y la curación cuántica
funciona como si hubiera tratado a su amigo ahí mismo!
Esto también implica que, antes de una curación a distancia hay algunas
precauciones que debe usted tomar.

• El destinatario debe saber necesariamente que va a ser tratado y cuándo.


• El destinatario no puede estar, bajo ningún concepto, circulando por la
carretera mientras se le realiza el tratamiento a distancia.
• Se pueden dar las mismas respuestas posibles que en una curación cuántica
(risas, lloros, temblores, caídas…).
• Responda a sus preguntas y dudas.

La curación a distancia es una formidable posibilidad de la que usted puede echar


mano cuando lo necesite. No obstante, tenga en cuenta su responsabilidad. No
respecto de la curación, ya que solo tiene que dejar que esta suceda, pero los efectos
positivos también pueden tener consecuencias negativas si usted trata a la persona
afectada sin la preparación necesaria o estando en una situación incómoda.
En mi caso, pocas veces se dan estos «efectos secundarios». La eficacia de la
estimulación cuántica siempre es un exceso de armonía y parece que esto no es
motivo por el que preocuparse. No obstante, debe usted seguir las recomendaciones.
También le servirán para tener una mayor seguridad en sí mismo.

Curar el pasado, el presente y el futuro


Ya ha oído usted bastantes cosas asombrosas; aun así, la curación cuántica supera
en numerosos aspectos a nuestra imaginación. Ya ha visto que la distancia no es
relevante. Si ya es difícil compaginar eso con nuestra experiencia cotidiana, ¿qué tal
esto?: el tiempo tampoco es relevante. ¡Pasado, presente y futuro son uno!
Normalmente, vemos el tiempo como un río que siempre fluye en la misma
dirección y por el que nos movemos. El flujo del tiempo corre desde el pasado hacia
el futuro, y nosotros con él. Por eso nos cuesta tanto abandonar el esquema causa-
efecto.
Hechos cuánticos
Que el tiempo en el nivel cuántico se entienda de un modo completamente distinto
que en nuestro nivel visual lo demuestra, por ejemplo, el «efecto túnel cuántico»,
en el que las partículas viajan a mayor velocidad que la luz. Tras la Teoría de la
relatividad especial de Einstein, esto puede interpretarse como si las partículas
viajasen en el tiempo hacia el pasado.

¿O es usted capaz de imaginarse que se pueda observar un efecto antes de su


causa? El propio lenguaje se resiste a este planteamiento. Sin embargo, en el mundo
cuántico algunas veces es así. En todo caso, así lo sugieren algunos experimentos.
Con la curación cuántica podemos curar problemas en el presente; eso ya lo
esperábamos de ella. La curación cuántica puede curar problemas en el futuro; eso
podemos imaginárnoslo sin esfuerzo, una acción en el presente cambia el futuro.
Pero con la curación cuántica podemos incluso tratar problemas que yacen en el
pasado. Trate de no comprenderlo desde un punto de vista lógico. Al menos, todavía
no; seguramente le dará dolor de cabeza. (En la parte teórica, al final del libro,
explicaré esto un poco más.)
Piense por un momento en las posibilidades. Es un poco como en una película de
ciencia ficción. Uno viaja al pasado y cambia un detalle que luego tiene grandes
consecuencias en el presente. Tal vez conozca la película El efecto mariposa. En
ella el héroe encuentra la posibilidad de cambiar situaciones de su pasado; con
consecuencias horribles e imprevisibles. Le puedo tranquilizar: cuando usted
interviene con una curación cuántica en el pasado, de ningún modo será tan
dramático como en la película. Sobre todo, no debe usted tener miedo de hacer algo
mal y, de repente, tener que enfrentarse a un presente radicalmente distinto todavía
más problemático que el actual. El impulso que usted establece en el nivel cuántico
mediante la intención y la sincronización siempre conduce a una mayor armonía. Por
otro lado, una curación cuántica del pasado nunca puede tener consecuencias
dramáticamente positivas.
Desgraciadamente, he aquí un pequeño inconveniente: la curación del pasado a
menudo parece no funcionar. No me entienda mal. La curación cuántica funciona,
pero su eficacia no siempre es visible. Cuando esto sucede puede ser por dos
motivos. En primer lugar, puede que la curación cuántica no actúe de forma
inmediata en el pasado, aunque la eficacia se irá «atenuando» con el paso del
tiempo. Suceden tantas cosas en su vida que un cambio que se remonta año, lo más
posible es que apenas se note en la vida actual, aun cuando usted crea que la
experiencia fue muy traumática o, al menos, memorable. Por ejemplo, si alguna vez
le pegaron sus compañeros en el colegio, puede que todavía piense en ello.
Posiblemente piense que este acontecimiento es responsable de que otras cosas en su
vida no hayan salido como usted deseaba. Naturalmente, es posible que sea así, pero
rara vez es un hecho aislado el que marca la vida. Si aborda usted este
acontecimiento del pasado con la curación cuántica es muy posible que no suceda
nada; salvo, tal vez, que usted ya no se acuerde de ello de forma espontánea.
El segundo motivo importante por el que una curación cuántica del pasado parece
no tener eficacia es mucho más interesante. ¡Es el caso en el que el cambio no
conduce a una mayor armonía! Obviamente, nosotros queremos evitar las cosas
desagradables todo lo posible. Sin embargo, cuando pensamos en ello
detenidamente, vemos con claridad que no es conveniente eliminar todos los sucesos
desagradables de nuestra vida. Hemos crecido así, con las buenas, ¡pero también con
las malas experiencias!
Así que, cuando parece que no sucede nada con una curación cuántica del pasado,
a menudo se trata de un indicio de que las cosas, en general, estaban bien como
estaban en su línea de universo. Algunas veces no es tan sencillo apreciar esto;
creemos que lo conocemos mejor.
Con esto no quiero desanimarles a que intenten una curación cuántica en el
pasado con una «estimulación cuántica retroactiva» (R-QUEST). Según mi
experiencia, un R-QUEST nos aporta mucho, sobre todo, en dos escenarios.
Uno es, evidentemente, con sucesos muy traumáticos que nos han marcado en
nuestra vida. Se trata, por ejemplo, de experiencias de maltrato. Pero también puede
ser algo que todos hemos vivido: el nacimiento. En cierto modo, un nacimiento es
una experiencia muy incisiva y, puesto que no puede suceder nada negativo, yo a
menudo para empezar les ofrezco a mis clientes un R-QUEST relacionado con el
nacimiento. Algunas veces los resultados son asombrosos, y no son pocas las
ocasiones en las que nos hemos ahorrado un tratamiento posterior, sobre todo cuando
se trata problemas emocionales.
El otro caso en el que la curación del pasado es muy conveniente es cuando se
trata de problemas emocionales leves, pero que se repiten con frecuencia. Por
ejemplo, constantes críticas negativas de los padres. Este tipo de maltrato psíquico
puede tener graves consecuencias que, a menudo, se muestran en forma de
autovaloraciones muy negativas y duras del tipo «No soy capaz de nada», «No lo
merezco». En esos casos yo recomiendo trabajar el tema a nivel psicológico con un
buen terapeuta y apoyar ese trabajo con un R-QUEST. Una curación cuántica del
pasado es un complemento ideal para cualquier trabajo de psicoterapia. De este
modo, la tarea se activa en el presente y, gracias a la curación del pasado, se
resuelve.
Entremos en la práctica: ¿cómo hay que proceder en un R-QUEST?
En el fondo, la forma de proceder se corresponde con la que ya hemos visto en la
curación a distancia. Puede usted prepararse mentalmente según exija la experiencia,
o puede usted elegir el método del sustituto. En ese caso, es importante que el
sustituto también simbolice el pasado. Puede ser una mascota de peluche, un juguete,
unos dibujos de cuando era niño o una vieja foto. Los dos puntos de contacto de sus
manos serían, en ese caso, una foto antigua y una nueva de usted o su cliente, el
juguete y usted mismo o, en su caso, su cliente presente, o bien dos puntos de
contacto sobre la vieja mascota de peluche. Naturalmente, estos son solo ejemplos,
pero yo creo que entiende el principio.
Otro método muy bonito es el uso del niño interior. Este procedimiento requiere,
por supuesto, de un especial equilibrio psicológico y de algo de experiencia en el
trabajo con el niño interior. No puedo entrar mucho más en este libro. No obstante,
para aquellos de ustedes que tengan algo de experiencia con el niño interior no es tan
difícil. Encuentre el lugar de su cuerpo que representa al niño interior. Haga lo
mismo para una parte especialmente positiva de su personalidad, y luego sincronice
ambas con el procedimiento que ya hemos visto.

Power-QUEST – Para «casos imposibles»


Algunas veces, una simple curación cuántica parece no ser suficiente. Algunas
veces es evidente que hace falta «más» curación cuántica. Ciertamente, esto no suele
pasar, porque una curación cuántica es eso, una curación cuántica. Toda curación
cuántica provoca el establecimiento de un estado de armonía mediante el impulso de
la intención y la sincronización de la energía del punto cero para así cambiar la
realidad. ¿De dónde se puede sacar «más»? Aun a riesgo de repetirme: ninguna
energía pasa del iniciador al destinatario. Es decir, «dar más energía» o «esforzarse
más» carece de sentido en el ámbito de la curación cuántica. Entonces, ¿cómo
podríamos conseguir ese «más»? y ¿por qué es tan importante algunas veces?
Imagínese una persona que se adentra en el desierto. No tarda en estar
deshidratado y tiene la muerte ante sus ojos justo cuando encuentra una fuente. La
fuente está llena de una reserva inagotable de la mejor agua. Nuestro caminante se ha
salvado. ¿No? Eso se supone. Pero, ¿y si la fuente no mana, sino que gotea? Cada
minuto una gotita de esa deliciosa agua que puede salvar vidas.
Teóricamente, hay agua suficiente para saciar la sed del mundo entero, pero en la
práctica nuestro caminante se ha muerto de sed antes de poder beber la suficiente
agua. Hay suficiente agua, pero no llega lo bastante rápido. Algunas veces el tiempo
juega un papel decisivo. También en la curación cuántica.
Hay, a grandes rasgos, dos situaciones donde un Power-QUEST será importante.
Una es con trastornos graves de la armonía; por ejemplo, con graves lesiones, con
envenenamientos o urgencias emocionales. La otra es con enfermedades crónicas y
agudas, como alcoholismo o drogodependencia, diabetes o problemas emocionales
profundos. Y, naturalmente, también hay problemas que son igualmente graves y
agudos, y también crónicos como, por ejemplo, el cáncer.
E l Power-QUEST supone para mí un enfoque más dimensional sobre un
problema. Aquí, nos concentramos en la curación cuántica de una forma
especialmente intensa sobre la que voy a hablar a continuación. Debemos tener en
cuenta que siempre es conveniente abordar un problema desde varios lados o
dimensiones. Con la curación cuántica llegamos al nivel más profundo y esencial de
la curación. Claro que la curación a otros niveles siempre es un suplemento
conveniente: siempre y cuando el nivel de la medicina ortodoxa, las medicinas
alternativas o la medicina natural sea energético o psicológico. Acuérdese de la
imagen de los cinco pozos. Cuando hay varios pozos que corren riesgo de secarse,
romperse, ensuciarse o bloquearse, lo más importante siempre es abrir el acceso a
las aguas subterráneas. No obstante, para restablecer el suministro de agua
rápidamente y que nadie se muera de sed, también es importante reparar los pozos,
limpiarlos, eliminar todas las obstrucciones y llenarlos con tantos recipientes como
sea posible. Todos los métodos curativos son válidos y tienen sus razones.
Pero volvamos al tema que nos ocupa: ¿cómo podemos hacer de la curación
cuántica un Power-QUEST?
En realidad, ya conoce casi todo lo que hace falta para ello. En el curso intensivo
ya ha visto todo lo esencial. Todos los ejercicios y métodos de los que le he hablado
ahí sirven para mejorar la eficacia de una estimulación cuántica. Para el Power-
QUEST son especialmente importantes:

• El ejercicio para mejorar su percepción y el escaneo.


• La auto-sincronización del cuerpo.
• El método del punto de luz para adentrarse más en la conciencia pura.
• El método de la esfera para la sincronización.
• La sincronización de la respiración.

Además, hay un ejercicio de meditación que resulta muy conveniente para


aumentar el tiempo de contacto con la conciencia pura; en realidad, es el punto más
importante.
Si practica todos estos ejercicios, cualquier estimulación cuántica pasará a ser un
Power-QUEST.
Quizá esté un poco decepcionado. La curación cuántica iba a ser tan sencilla… ¡y
ahora todos estos ejercicios! Ya no es tan fácil como parecía en un principio. Se
necesita un poco de tiempo y dedicación para ejercitarlo todo; pero cuando uno
desea conocer algo a fondo, resulta fundamental adquirir un poco de práctica. En
este caso, no significa esfuerzo, sudor, sacrificio o lágrimas, sino todo lo contrario.
La práctica es un camino hacia una vida más intensa y feliz.
Ahora le diré algo que puede que le haga olvidar su primera decepción: usted
puede llevar a cabo un Power-QUEST, aunque sea todavía «principiante de curación
cuántica».
Bien, puede que todavía no haya sido usted capaz de abrir el grifo por completo y
llenar los pozos. No obstante, basta con ese pequeño impulso que se transmite con la
intención y la sincronización; siempre y cuando lo haga con frecuencia. Entonces se
podrá realizar todos los ejercicios con cierta calidad. Paciencia.
Un curador cuántico experimentado realiza una curación cuántica intensiva y
permanece en contacto con la conciencia pura alrededor de unos veinte minutos. En
el peor de los casos unas tres veces al día. Un principiante difícilmente puede
permanecer tanto tiempo en contacto con la conciencia pura, aunque siempre puede
hacerlo de nuevo. Así, una sesión puede durar una hora o quizá algo más; en ningún
caso son necesarias más sesiones en un día. Con cada sesión la conexión con la
conciencia pura se hará más fuerte y el principiante llegará a ser un curador cuántico
experimentado.
Uso de la Curación Cuántica

QUIÉN CURA REALMENTE


No olvide, por favor, que usted no es médico (salvo que lo sea, claro). Eso
quiere decir que no tiene que emitir ningún diagnóstico. Usted no cura. Lo sé, al
comienzo he afirmado que usted puede curar. Eso es verdad, en cierto modo. La
encargada de curar siempre es la conciencia pura. O, a otro nivel: el médico interior.
Usted no es este médico, sino más bien su ayudante, que le despierta y habla con él
sobre el paciente. Esta es una tarea muy honorable y de gran responsabilidad.
Si se siente enfermo, por favor, no se haga a la idea de que usted solo puede
combatir cualquier enfermedad. Como ya le he dicho, no es usted el que cura. Hasta
que la ola de armonía del nivel cuántico se note al nivel de su cuerpo, puede pasar
un tiempo. En este tiempo no debe usted renunciar al resto de posibilidades que hay
para influir de forma positiva en los diferentes niveles.
Si está usted enfermo, aplíquese la curación cuántica a usted mismo. Si el
malestar no desaparece, acuda al médico o al naturópata y no lo deje para más tarde.
Dado que la curación cuántica trabaja desde lo más profundo del nivel sensitivo y la
auténtica curación ya se está produciendo bajo la superficie, no puede causarle
ningún perjuicio aprovechar, de forma adicional, las medidas de la medicina
ortodoxa.

Problemas físicos y emocionales


A continuación voy a describir cómo puede usted aplicar la curación cuántica
para problemas físicos y emocionales concretos. Puede que se sorprenda de algunas
cosas.
Los «problemas» no están ordenados alfabéticamente, sino siguiendo, por un lado
criterios de mayor relevancia y, por otro lado, en función de la frecuencia con la que
yo me los encuentro. (Una excepción son los «problemas de peso», que bien podrían
aparecer en primer lugar.)

Dolores
Los dolores son una advertencia de nuestra sabiduría interior: «¡Despierta!
¡Cuidado!». Desgraciadamente, no siempre prestamos la suficiente atención y, en
algunos casos, los dolores son una señal imperiosa de que hay que hacer algo.
Los dolores no son una enfermedad, sino un chivatazo. Esto quiere decir también
que, normalmente, no se hace nada por evitarlo. Es como si uno apagara el
despertador por las mañanas y luego siguiera durmiendo y no fuera a trabajar.
Naturalmente, una conducta así tiene consecuencias. En el caso del dormilón en el
trabajo, y en el caso del adicto a las pastillas su salud.
Todo lo contrario sucede cuando se escucha la señal de advertencia y se trabaja
en las causas. Una vez que la señal de dolor ha realizado su cometido, es muy
importante apagarla. Los dolores no son solo desagradables, también tienen
consecuencias perjudiciales. En primer lugar, los dolores, sobre todo los de espalda,
provocan que cambiemos la postura, y eso conduce a futuros daños. En segundo
lugar, existe una memoria del dolor. «Héroes» que soportan valientemente el dolor
para así rebajar el umbral de este; los dolores aparecen cada vez con más
frecuencia. Esto puede observarse, sobre todo, en los dolores de cabeza. Y no menos
importante es el hecho de que los dolores dificultan nuestra percepción; las partes
del cuerpo que nos duelen reclaman nuestra completa atención.
De modo que cuando algo nos duela hay que hacer lo siguiente: 1. abordar la
causa, 2. apagar la señal de dolor, 3. disfrutar de la vida.
Con el método QUEST el primer paso es muy fácil; no debemos pensar en ningún
diagnóstico, ya que en este nivel lo correcto sucede de forma automática. (De nuevo
el consejo: esto no sustituye la visita al médico ya que, en algunas circunstancias,
puede ser necesaria una intervención a un nivel más superficial.)
El segundo paso es «tratar» el dolor en sí. También es posible hacerlo con una
estimulación cuántica, pero se trata de una medida a nivel de la conciencia que
requiere más tiempo que el tratamiento del problema esencial. En cualquier caso, el
dolor debe apagarlo usted. Lo mejor es hacerlo con técnicas de relajación (por
ejemplo, yoga o entrenamiento autógeno), con acupuntura, con masajes, o también
con pastillas (a corto plazo, desde luego, es mejor esto que «entrenar» al dolor).
Algunas veces, aunque pocas, los dolores pueden ser consecuencia de una
estimulación cuántica; cuando se produce el llamado primer empeoramiento. Esto
significa que los síntomas se están agravando de forma transitoria para comenzar el
proceso de curación. Esto es señal de una curación más profunda. Naturalmente,
usted puede abordar la sensación de dolor con una estimulación cuántica.
Piense en esto: ignorar los dolores o apretar los dientes y así soportarlos no suele
ser, por lo general, una buena idea.
El contacto: cuando los dolores no le permitan colocar las manos, póngalas a
unos centímetros de distancia por encima del cuerpo; es cierto que de este modo es
un poco más difícil sentir el cambio, pero se entrena la sensibilidad. No obstante, el
hecho de que usted coloque las manos directamente o las sostenga sobre el cuerpo o
incluso que no las utilice no afecta para nada a la eficacia de la curación cuántica. La
curación cuántica no se caracteriza por la colocación de las manos; ¡no fluye ninguna
energía!

Enfermedades
El título «Enfermedades» es, por su sencillez, casi ridículo. Ciertamente, existen
miles de enfermedades distintas, pero fíjese: eso es, precisamente, lo fantástico de la
curación cuántica. Con una estimulación cuántica usted no cura, sino que es, en cierto
sentido, el universo (o Dios, o el Tao) quien lo hace. Esto supiera a su vez que no
tiene usted que pararse a pensar en diagnósticos o causas.
Usted solo tiene que pensar en la responsabilidad que tiene. Usted no es
responsable ni de la enfermedad ni de la curación, pero sí de no tratar de convencer
a la persona a quien le da el regalo de la estimulación cuántica de que no acuda al
médico. Piense siempre que la curación cuántica actúa sobre la raíz y cura la
enfermedad. Los síntomas (y estos pueden tener consecuencias mortales, por
ejemplo, daños orgánicos) son una manifestación de la raíz de la enfermedad y, a
menudo, se prolongan bastante tiempo, aun cuando la causa haya sido subsanada
mediante una curación cuántica.
¡De modo que deje a los médicos y naturópatas que hagan su trabajo a su nivel!
Usted preocúpese de que su cliente entre en contacto con el nivel de la conciencia
pura.

Tensiones
Las tensiones tienen consecuencias muy variadas, por ejemplo, daños posturales
o dolores, sobre todo de cabeza (cuya causa más frecuente son las tensiones en la
musculatura del cuello). La estimulación cuántica es capaz, en pocos segundos, de
efectuar un gran cambio. Los principiantes en la curación cuántica deberían empezar,
forzosamente, por las tensiones en los músculos del cuello; se sorprenderán de los
cambios que una breve estimulación en el nivel de la conciencia pura puede realizar.
Naturalmente, las tensiones y los dolores deberían desaparecer y aumentar la
movilidad. Esto, a menudo, afecta a distintos aspectos. De repente, una actitud
pesimista puede tornar en un mejor estado de ánimo, o de repente se nos ocurren
nuevas ideas con las que resolver un viejo problema. Algunas veces, también se nos
hacen evidentes viejos problemas emocionales y podemos, por fin, trabajar en ellos.
También es posible que después de una curación cuántica para las tensiones crónicas
de los músculos del cuello se produzcan cambios en nuestro cuerpo: la postura es
más vertical, aumenta la movilidad, las rodillas que antes nos dolían dejan de
hacerlo… Tras un tratamiento de este tipo merece la pena seguir los cambios durante
un mes y anotarlos por escrito.
En principio, este fenómeno es posible con cualquier estimulación cuántica. La
curación cuántica tiene lugar a un nivel esencial e influirá gradualmente siempre en
todos los sistemas del organismo y en nuestra alma. Además, se ha revelado (no
puedo explicar esto) que empezar por los músculos del cuello es el mejor comienzo
posible para una ulterior transformación.
Malas posturas
Las molestias de espalda se han extendido en Alemania de una forma espantosa.
Esto tiene que tener algo que ver con la forma de vida ya que en China hace mucho
tiempo que los dolores de espalda no son tan frecuentes, a pesar de que muchas
personas tienen que realizar trabajos físicos muy fatigosos. Mi abuela solía llevar un
gran saco de arroz desde el mercado a casa, incluso cuando ya tenía ochenta años y,
no obstante, yo nunca la he oído quejarse de molestias en la espalda.
Últimamente, los investigadores han descubierto que el estrés juega un papel muy
importante en las molestias en la espalda. Es evidente. El estrés provoca tensión en
los músculos, y esto conduce a sobrecargas musculares, a malos alineamientos y, a la
larga, a deformaciones de la columna vertebral, como la escoliosis (una deformación
lateral), lordosis (pelvis), o cifosis (curvatura). Estos alineamientos defectuosos
influyen, naturalmente, en toda la estabilidad del cuerpo y conducen a tensiones y
dolores crónicos. Todos los nervios que están conectados con los músculos y los
receptores del dolor salen de la columna vertebral; por eso los dolores de espalda, a
veces, pueden ser verdaderamente insoportables e incluso provocar una parálisis. Se
trata de un problema muy serio cuyo tratamiento no debería posponerse. Si junto a
los dolores de espalda aparece también entumecimiento, debería acudir
inmediatamente a un médico.
Naturalmente, resulta infinitamente mejor hacer algo desde antes; sobre todo antes
de que surjan los dolores. En cualquier caso, una curación cuántica es de ayuda,
incluso cuando los daños son ya tan grandes como para que sea necesaria una
operación. La curación cuántica tendrá como objetivo, en ese caso, que la
recuperación vaya lo mejor posible.
El tratamiento de los alineamientos defectuosos es una magnífica oportunidad
para empezar a coger experiencia con la curación cuántica. Hay algunas personas
que tienen la pelvis algo inclinada; es decir, los huesos iliacos (situados justo en la
parte baja de la espalda se pueden palpar e, incluso ver), no están levantados del
todo, la pelvis está algo inclinada. De ello se derivan muchos problemas. De modo
que la columna vertebral tiene que curvarse para corregir este mal alineamiento y los
músculos se cargan desigualmente. Muchas veces, los propios ortopedas desconocen
tal alineación defectuosa y diagnostican una diferencia de longitud en las piernas.
Con una estimulación cuántica, algunas veces, se puede arreglar este alineamiento en
unos pocos minutos (y sorprender a algunos ortopedas experimentados).
La intención y el contacto: su intención es muy sencilla: «la pelvis está
enderezada». Coloque los dedos sobre la pelvis (es decir, sobre la punta de los
huesos iliacos que sobresalen), perciba la diferencia entre ellos y deje su mente en
blanco. ¡Pasados entre dos y cinco minutos la mala alineación se habrá corregido
considerablemente o habrá desaparecido por completo! E, igualmente,
desaparecerán con toda seguridad otros muchos problemas de espalda.

Estrés
Qué es el estrés y otros desafíos estimulantes depende, casi por completo, de
cómo interpretemos los acontecimientos.
Las ciudades de China se caracterizan por una gran vitalidad. Seguro que sabe
que en China la densidad de población es muy alta, sobre todo, en las ciudades. ¡Y
en China hay más de cincuenta ciudades con más de un millón de habitantes! La vida
en China nunca para, sobre todo en el sur; tiendas y vendedores están activos día y
noche. Para la mayoría de los europeos todo este ajetreo constante, el bullicio en las
calles y el consiguiente nivel de ruido significan estrés. Para mí, por el contrario, la
tranquilidad de Múnich al principio me resultaba muy estresante. Odio tener la
sensación de estar en un mundo en el que acaba de ocurrir una catástrofe. Solo
cuando tenía lugar una feria y los vecinos se quejaban por el ruido me sentía bien.
Con esto quiero decir que todo depende de la interpretación. Esto sirve de poco
cuando uno se estresa tanto ante el ambiente, el trabajo, o determinados
acontecimientos que se siente de todo, menos bien. Ese estrés, desgraciadamente,
también tiene consecuencias importantes para la salud. ¡Los investigadores han
hallado que el estrés provoca más perjuicios que el tabaco, el alcohol y el sobrepeso
juntos! Es muy importante, por tanto, hacer algo contra el estrés y, para ello, debe
usted comprender que el estrés se desarrolla, principalmente, en el nivel de la
conciencia.
Obviamente, esto es importante para la curación cuántica. Sería muy difícil
calmar el tráfico de una calle con la estimulación cuántica; por el contrario, la
percepción del impacto del tráfico como estrés es algo que sí se puede cambiar con
el QUEST.
La intención: en el caso de los problemas de estrés, debe usted ser creativo a la
hora de formular su intención. ¿Cuál es el objetivo positivo que va a provocar la
armonía? Tenga cuidado, como siempre, de no establecer comparaciones ni
negaciones. Una intención del tipo «menos estrés con el jefe» o «nada de estrés en el
trabajo» no tiene mucho sentido. «Una buena relación con el jefe, aunque me exija
mucho» o «una atmósfera agradable y de cooperación» son, sin lugar a dudas,
mejores intenciones.
El contacto: como puntos de contacto puede usted utilizar los músculos del
cuello (mi sitio preferido) o puede usted encontrar la parte del cuerpo donde se
manifiesta el estrés. Luego, tome este lugar como primer punto de contacto y otro que
pueda usted sentir bien como segundo.

Falta de energía
Estoy segura de que hay momentos en los que desearía tener más energía y siente
como si, finalmente, tuviera que cambiar sus baterías. Solo que usted no tiene ningún
compartimento de baterías donde pueda cambiarlas rápidamente… y tampoco
encontrará ninguna estación donde cargar su batería interior.
Usted no funciona con energía eléctrica, sino con energía vital, y existe todo un
abanico de posibilidades para solucionar la falta de energía. Su intuición ya le ha
dicho, por ejemplo, que unas vacaciones le vendrían bien. Efectivamente, un tiempo
fuera y un cambio de aires pueden venir bien, naturalmente, pero tampoco me parece
que sea muy duradero; además, un pequeño viaje para descansar a los mares del sur
puede salir tan caro que el estrés al ver nuestra cuenta corriente echaría por tierra
toda la recuperación. A la larga, son más convenientes métodos que armonicen el
flujo de energía (acupuntura, yoga, Qi Gong, etc.), llevar una alimentación sana y
estrategias psicológicas. Con el QUEST usted puede solucionar la falta de energía
desde la base: mientras esté usted conectado al inagotable pozo del nivel cuántico su
almacén de energía vital se llenará sin necesidad de hacer nada más. ¿Se acuerda de
la imagen de los cinco pozos? Aquí viene especialmente bien: con un pequeño giro,
usted abre la conexión con la energía inagotable del universo.
La intención: una buena intención podría ser «cuerpo y alma están llenos de
fuerza».
El contacto: para hallar la mejor zona de contacto, aquí lo mejor también es
encontrar dónde se hace patente la falta de energía. El cuerpo es, a menudo, más
sabio que la razón.

Problemas emocionales
A pesar de que la mayoría de las personas le dan a su mente, su alma y su
conciencia, al menos, tanta importancia como a su cuerpo, cuando se trata de
necesidades emocionales, trastornos mentales, preocupaciones o tristeza se lo toman
mucho menos en serio que una gripe. En Alemania (y más aún en China) acudir al
psicólogo tiene cada vez más una connotación extraña; todo lo contrario que en los
Estados Unidos. Allí cualquiera que tenga problemas emocionales (y se lo pueda
permitir) acude a un terapeuta para que le asesore y ayude. Yo creo que esto es algo
positivo ya que debería estar claro que, por ejemplo, un corazón roto necesita igual
de buenos cuidados que una pierna rota.
La curación cuántica es la terapia que se ocupa de la raíz del problema y, en los
problemas emocionales, sobre todo en aquellos que se remontan mucho tiempo, las
raíces son profundas y extensas. La acción sobre las raíces en el espacio y el tiempo
conlleva que la eficacia de la estimulación cuántica sea más duradera y se vaya
sintiendo gradualmente. El QUEST resulta, por tanto, ideal como refuerzo para una
terapia, ya sea energética, psicológica u orientada hacia la medicina ortodoxa; la
estimulación cuántica hace posible, con frecuencia, la psicoterapia.
Al igual que en todos casos anteriores, cuando usted realiza una curación cuántica
para problemas emocionales no debe preocuparse de diagnósticos, divagaciones o
de interpretar las causas. Todo eso puede ser importante a otro nivel, pero en una
estimulación cuántica debe dejarlo a un lado.
Un consejo para la práctica: pregúntese a usted mismo, o a su cliente, cómo sería
si el problema desapareciera por completo. A menudo sucede que un aparente
problema resulta una solución en otro nivel. Por ejemplo, cuando alguien se come las
uñas no suele ser porque tenga hambre, sino que está dejando entrever otra
necesidad, por ejemplo la de combatir su nerviosismo o su miedo. Para la curación
cuántica no hace falta que sepa usted más detalles ni analice nada más. No obstante,
viene bien tener claro cuáles son los «aspectos positivos» del problema a la hora de
formular la intención; o, al menos, tener claro que tales aspectos pueden existir.
El contacto: ya sabe usted que para la curación cuántica no es determinante
dónde coloque usted las manos o los dedos. Piense solo que no está transmitiendo
ninguna energía, sino que está entrando en contacto con la conciencia pura. Yo,
cuando se trata de problemas emocionales, acostumbro, no obstante a colocar la
mano derecha sobre la zona del corazón y la izquierda sobre la coronilla. Eso
simboliza maravillosamente el perfecto equilibro entre corazón y cabeza.
La intención: cuando se trata de problemas emocionales existe un gran riesgo de
dejarse influir por las interpretaciones propias, los pensamientos sobre las posibles
causas e imaginarse cómo deberían serlas cosas. Trate de evitar esto. Formule una
intención clara; buena, exacta y presente. Por ejemplo: «Mi alma es clara y ligera, y
está alegre».

Miedos
El miedo es algo muy importante. Algunas veces es vital actuar rápido, sin
vacilar ni reflexionar demasiado. Cuando todo el cuerpo se encuentra en disposición
de actuar también es bueno. Siempre que nos enfrentamos a una situación peligrosa
se activa un patrón que engloba cuerpo, alma y mente. El pulso aumenta, la
respiración se acelera, la tensión de los músculos cambia (el estómago hace ruido y
las rodillas se aflojan), hormonas como la adrenalina son segregadas y estamos
completamente despiertos. La atención aumenta con el miedo y los sentidos se
agudizan, sentimos el miedo y estamos preparados para luchar o para huir con todas
nuestras fuerzas. Es fascinante de qué modo todos estos factores interactúan cuando
tenemos miedo.
Lo absurdo es que este patrón también se activa cuando creemos en un peligro.
El estado de miedo es muy efectivo ante las amenazas, pero muy ineficaz en el día
a día. El miedo no es una sensación agradable, la atención se centra en los detalles, y
no nos enteramos de muchas cosas. Todo eso nos cuesta una gran cantidad de
energía.
El hecho de que algunas veces reaccionemos con miedo, a pesar de que no haya
ningún peligro delante, puede deberse a muchas razones. No obstante, cuando realice
una estimulación cuántica para tener más coraje o para evitar tener un miedo
innecesario no debe usted tratar de sumergirse en los abismos emocionales. Es
completamente innecesario. Aun cuando los trastornos emocionales se remonten
mucho tiempo, no viene al cuento. En el nivel cuántico el tiempo tiene otro
significado. Usted tan solo entre en contacto con la conciencia pura; su intención es
el punto de partida hacia una armonización esencial de la «matriz», de la única
constelación del universo que nos hace a todos ser uno solo.
Ya que hablamos de miedo se me ocurre otra cosa interesante. Las personas que
tienen un miedo exagerado a cosas que a la mayoría les parecen inofensivas, a
menudo, no hacen nada para combatirlo porque temen, precisamente, hacer eso de lo
que tienen miedo; un panorama que, naturalmente, les asusta. Estas personas, por un
lado, sufren ese miedo y, por otro, les asusta dejar de tenerlo. Para estas personas la
curación cuántica actúa en el sitio exacto. El miedo no se combate de forma directa,
sino que se arrancan sus raíces y se llena ese hueco con valor. Estas personas no
verán cómo su miedo «desaparece», pero se les dará de nuevo la libertad de elegir.
La intención: evidentemente, para los miedos es muy importante una intención
clara. Formúlela en positivo. Es decir, no: «Menos miedo» o «Ya no tengo miedo».
Estas frases dirigen la conciencia, precisamente, hacia donde usted no quiere ir, al
miedo. Así que vamos a buscar justo lo contrario, por ejemplo, «valor». Una buena
intención para el miedo enfermizo a las arañas puede ser: «Una araña me relaja y
me da valor» o «Relajación y valor ante cualquier arañita». O bien una intención
universal para todo tipo de miedos, también aquellos que sentimos hacia objetos,
lugares o situaciones concretas: «Relajación y valor en cualquier situación».

Depresión
Probablemente, más de la mitad de las personas hayan sufrido una verdadera
depresión, al menos, una vez en la vida. ¿Sabía usted que la depresión es una de las
principales causas de fallecimiento? Una depresión es una enfermedad grave que no
se supera con buenas palabras ni con «fuerza de voluntad». Es diferente a la tristeza,
el desánimo, la melancolía o el estado de ánimo depresivo que de vez en cuando nos
sobreviene.
Pero hay una cosa que sí tienen en común el desánimo y una grave depresión: la
base fundamental. Naturalmente, para un psicólogo o un psiquiatra la diferencia entre
un estado de ánimo depresivo y una profunda depresión con tendencias suicidas es
muy importante. Cuando se trata de una auténtica depresión el primer paso necesario,
en la mayoría de los casos, es tomar una serie de medicamentos de modo que el
psicoterapeuta pueda realizar su trabajo. Y ahí la precaución es obligada ya que, con
frecuencia, lo único que detiene a algunas personas con depresión de suicidarse es la
falta de iniciativa, y cuando los medicamentos empiezan poco a poco a hacer efecto
lo primero que sube es el nivel de actividad, aunque la tristeza persista. En esta fase
los pacientes intentan, de vez en cuando, llevar a cabo sus planes de suicidio.
El diagnóstico es muy importante a la hora de llevar a cabo una estimulación
cuántica para un estado de ánimo depresivo o una verdadera depresión. No intente
sacar a la luz las «causas» de la depresión. Ponerse a darle vueltas a cuál puede ser
la causa de un problema y buscar una solución no ayuda para nada. Que le quede
claro nuevamente que usted no cura, sino que la curación se produce cuando usted
realiza una estimulación cuántica. Tampoco debe usted temer ningún efecto
secundario, aun cuando esté usted tratando problemas emocionales graves.
Cuando se trata de problemas emocionales, el QUEST es una opción amplia y
suave para iniciar cambios duraderos y extensos. Dado que el nivel de presión suele
ser elevado, lo mejor es combinar el uso de medicamentos (¡en el caso de una
depresión severa es necesario!) y el tratamiento psicoterapéutico con el QUEST para
apoyar y acelerar el proceso.
La intención: debe concentrarse por completo en cómo debería ser el estado que
desea. Lo mejor es cuando la intención está en la mente del iniciador sin un
propósito. Es decir, sobre la confianza en una energía ancestral (Dios, el universo,
…) y, sobre todo, siendo conscientes de que uno es solo el iniciador y no el que
cura. Una buena intención para las depresiones sería en mi opinión: «Pienso y siento
fácilmente y con claridad» u «Optimismo y conflanza plena».
Algunas veces, la falta de apetito, el insomnio y otras molestias son motivo
suficiente para una curación cuántica y, al observar más detenidamente, se ve que lo
que se oculta detrás es una depresión. En esos casos, existe la gran tentación de
tratar la depresión de fondo. Por favor, no haga eso. Parta de las percepciones
directas evidentes a la hora de formular la intención, y deje la curación de las causas
profundas y del «auténtico» problema al nivel de la conciencia.

Dependencia
Toda adicción produce sufrimiento. Evidentemente, esto vale para la adicción a
drogas ilegales como la heroína, pero también es igualmente peligrosa para la salud
la adicción a sustancias legales como el alcohol, la nicotina, los somníferos u otros
medicamentos. Además está la adicción al juego, a internet, la dependencia de cosas
materiales o de personas, que tampoco nos hacen ningún bien. Estas cosas no dañan
nuestra salud de manera directa como el alcohol o la heroína, pero las consecuencias
son igualmente graves y hacen que el maravilloso regalo de la vida se transforme en
un infierno en la tierra. Puede que esto suene exagerado, pero el que tenga a alguna
persona en su círculo de conocidos que sufra de adicción al juego o a internet, o
conozca a alguna mujer que, a pesar de sufrir malos tratos, siempre acabe regresando
junto a su maltratador, sabe de lo que estoy hablando.
La dependencia se da cuando, pese a no parecer tan dramática como una adicción
a una droga, nos es muy difícil combatirla; esto también sucede porque, en
ocasiones, no está claro o pasa desapercibido quién puede ser la persona de
contacto.
E l QUEST es perfecto para resolver dependencias insanas, ya que la curación
cuántica actúa sobre el nivel más básico y aborda las raíces profundas y ramificadas.
Lo normal es que estos cambios profundos tarden un poco en ser visibles en la
conciencia y comportamiento del destinatario. Por ejemplo, usted realiza un
tratamiento QUEST en una persona que consume tabaco habitualmente, él no siente
nada y lo siguiente que hace es correr a encenderse un cigarrillo. Puede que esto le
resulte frustrante. (Pero no tiene por qué ser así, ¡usted no es responsable de la
eficacia de la curación cuántica!). Al cabo de dos semanas, de repente, el
destinatario deja de fumar. Él ya no se acuerda del tratamiento QUEST y se siente
orgulloso de que le vaya tan bien sin fumar. En realidad, no solo le va bien, sino
genial ya que la estimulación cuántica ha eliminado las causas que habían originado
esa conducta perjudicial. Además, ya no le resultará tan fácil volver a fumar ya que
su cuerpo reaccionaría con aversión ante la nicotina.
En este ejemplo hay dos cosas importantes. La primera es tener claro que uno no
cura con la estimulación cuántica, sino que lo único que hace es llamar al médico
interior. Esto no solo es importante para uno mismo, sino también para el
tratamiento. A quien tiene presión por conseguir el éxito (ya sea exterior o interior)
le es muy difícil alcanzar el nivel de la conciencia pura. La segunda es ver cómo
funciona la curación cuántica según sus propias leyes. Por eso es importante dejarle
claro al destinatario que los cambios positivos pueden darse de forma inesperada y
pasado cierto tiempo; así evitamos sorpresas.
Cuando se trata de problemas de dependencia, hay que tener en cuenta, ya que
esto es lo normal, que suele pasar un tiempo hasta que la estimulación se aprecia en
la superficie. No obstante, también esta «norma» tiene excepciones. De modo que no
se sorprenda si tras cinco minutos de tratamiento QUEST su destinatario cambia esos
hábitos dañinos por otros más saludables.
Yo le recomiendo realizar un Power-QUEST de, al menos, 20 minutos para los
problemas de dependencia.

Problemas de pareja
Hasta ahora, hemos hablado de enfermedades en el sentido más amplio;
emocionales y corporales. Sin embargo, las enfermedades no son lo único que nos
provoca sufrimiento en esta vida. También los problemas con otras personas pueden
agobiarnos. En primer lugar están los problemas en una relación amorosa.
Existen muchos motivos por los que una relación puede terminar en separación o
divorcio. Celos, aburrimiento, perder la concentración en esas pequeñas cosas que
al principio nos parecían interesantes, pero que con el tiempo no soportamos, el
trajín diario, expectativas o deseaos incumplidos, la crisis de los cuarenta, la
suegra… Uno podría seguir con esta lista eternamente.
¿En todos ellos puede ayudar la estimulación cuántica? ¡Por supuesto que sí!
Comprendo el escepticismo, pero si uno lo piensa detenidamente resulta evidente:
una estimulación cuántica cura la desarmonía. En los problemas de pareja lo que hay
detrás es una clara falta de armonía entre dos personas. La curación cuántica es, con
toda seguridad, un medio estupendo para resolver los problemas de pareja.
La curación de los conflictos de pareja es siempre, en primer lugar, una
autocuración. La escritora alemana Eva-Maria Zurhorst ya lo dice en el título de su
libro: Liebe dich selbst, und ist es egal, wen du heiratest (en español, «Quiérete a ti
mismo y da igual con quien te cases»). Yo creo, ciertamente, que no importa en
absoluto con quien se case uno; no obstante, el mensaje principal es: para poder
amar a alguien de verdad, primero debe aprender uno a estar en armonía consigo
mismo. También a la inversa el título del libro es absolutamente cierto: si uno no se
soporta a sí mismo, no queda resquicio para el amor.
Cualquier estimulación cuántica ayuda al iniciador a llevar más armonía a su
propia alma. De ahí el primer consejo si usted tiene problemas en su relación (o si
no tiene pareja, pero anhela tener una): realice una estimulación cuántica sobre otras
personas con tanta frecuencia como sea posible. De ese modo también puede tratarse
a sí mismo.
Cuando se trata de curar problemas en la relación, lo ideal sería que ambas partes
recibieran una estimulación cuántica. Pero seamos realistas. Rara vez se va a dar el
caso en el que ambas partes sientan por igual la necesidad de trabajar en la relación
y se abran a la vez a un método tan poco habitual como es el QUEST. Lo normal es
que solo esté dispuesto uno de los dos. No importa. Una relación siempre es una
unidad. Aun cuando la estimulación cuántica se lleve a cabo sobre uno de los dos,
actuará sobre la relación en conjunto.
La intención: debe ir dirigida a la persona que está siendo tratada. Como
siempre, debe usted evitar pronunciarse sobre las causas de fondo o presumir cómo
debería ser la relación. Para ello también es importante hablar sobre la desarmonía
que existe y para la cual está aplicando la estimulación cuántica, y no solo sobre los
sueños o deseos que responden al lema: «Mi pareja debería ser amable y
comprensivo de aquí en adelante y saber lo que deseo solo con la mirada». ¡Eso no
funciona!
Es importante una intención clara y concreta. Si la persona que está recibiendo la
estimulación cree que su pareja no le comprende, ese es su punto de vista, no el de
su la pareja. La intención podría ser entonces algo como: «Mi pareja conoce bien
mis necesidades y mi alma» o más amplia «La relación y el entendimiento mutuo
crecen día a día».
La estimulación cuántica viene extremadamente bien para los problemas de
pareja. Lleva un tiempo hasta que los cambios en la conducta y los sentimientos en el
nivel cuántico se dejan ver, aunque, en este caso, eso es bueno. Las relaciones
personales son algo muy complejo y es importante darle un tiempo a los cambios.

Problemas con otras personas


¿Quién se lleva igual de bien con todo el mundo? Es normal que haya conflictos.
Si usted tiene relación con alguien, ya sea vecino, compañero de trabajo o familiar,
que constantemente se está quejando de cosas insignificantes o que es un
desconsiderado, sabe que esto puede llegar a ser muy desagradable.
Pero, por desagradable que pueda querer ser esta persona en el trato, sigue siendo
una persona, y es así porque no se encuentra en armonía consigo mismo ni con el
mundo. Si usted pudiera regalarle una estimulación cuántica, sería maravilloso. En
teoría, sería igual a lo visto en el apartado «Curación a distancia». El contacto
personal no funciona, porque es muy difícil que una persona, con la cual tiene usted
problemas, acuda a usted y le pida que le cure su descontento con el mundo, con los
demás y consigo mismo.
Sin embargo, hay algo que siempre puede usted hacer: puede ayudarse a sí mismo
o a otras personas afectadas mediante una estimulación cuántica. Sorprendentemente,
también surtirá efecto en la persona adecuada ya que toda relación personal, el
mundo entero y, en última instancia, todo el universo, forman una unidad en la que
todo está conectado.
La intención: tal vez esté ya algo cansado de oír esto, pero quiero que preste
mucha atención al hecho de que no debe usted dejar que su intención se vea
influenciada por hipótesis sobre las causas de fondo. Tenga claro (o haga que la
persona a la que trata con el QUEST lo tenga) lo que le está afectando, y formule su
intención en positivo, de forma clara y en presente. Por ejemplo: «La relación con X
se llena de respeto y amabilidad».
Se asombrará de cómo cambia el mundo. Primero notará usted que el
comportamiento de la otra persona ya no le irrita nada o muy poco y, finalmente, se
dará cuenta de que ya no existen motivos para ello ya que ha cambiado su forma de
actuar.

Escuela y aprendizaje
Hay muchas personas a las que les cuesta aprender. Sobre todo cuando hace ya
mucho que dejaron atrás el colegio y ahora quieren aprender algo nuevo como, por
ejemplo, un idioma extranjero. Parece entonces que tengamos el cerebro algo
oxidado. El cerebro es una máquina de aprender biológica; aprender es la
maravillosa capacidad del ser humano que le diferencia de los seres que solo se
guían por su instinto. Sin embargo, cuando la armonía de las funciones del cerebro
no se encuentra en equilibrio, nos cuesta aprender. Es curioso que en la pubertad ya
haya muchos que desaprenden lo aprendido.
Dado que la dificultad para aprender no reside en la dificultad de lo que se
aprende (¿Por qué iba a ser difícil aprender un idioma extranjero? ¡Usted puede
aprender perfectamente un idioma!), con el QUEST usted puede corregir esto. ¿Ha
abandonado con frustración el último curso de idiomas al que se apuntó? Entonces,
inténtelo de nuevo usando el QUEST. Se quedará asombrado de lo fácil que le
resulta. ¿Tiene usted hijos con problemas escolares? ¡Ponga fin a esa lucha con una
estimulación cuántica!
La intención: la intención aquí es muy fácil de formular: «Aprender es fácil y
divertido». Será más fácil. Naturalmente, no olvide que debe usted seguir
estudiando. Gracias a la estimulación cuántica usted podrá lograr muchas cosas; pero
no grabará palabras en inglés en su cerebro.
Cuando yo vine a Alemania, adquirí cierta experiencia. No cabe duda de que el
alemán es un idioma difícil; sin embargo, al cabo de un año ya era capaz de hablar
alemán con fluidez con mi marido y sus amigos, y puede comenzar las prácticas de
naturopatía (naturalmente, en alemán).

Embarazo
Un embarazo no es, obviamente, una enfermedad, aunque algunos médicos hagan
como si lo fuera. Sin embargo, puede que a lo largo del mismo surjan problemas, ya
sean de salud, psicológicos o ambos. Cuando parece que algo no marcha bien con el
feto, es muy comprensible que la madre sufra mucho emocionalmente. Algunas
veces, el propio embarazo supone una carga, y ahí ningún médico puede ayudar.
Los problemas médicos debe hablarlos inmediatamente con su médico. Algunas
veces es absolutamente necesaria una intervención rápida. Aun así, la estimulación
cuántica es una ayuda estupenda durante el embarazo; incluso cuando no se observe
ningún problema. Cuerpo y alma se ponen en armonía y, con eso, benefician no solo
a la embarazada, sino también al bebé.
Cuando mi hermana se quedó embarazada, hubo complicaciones. El médico no
podía hacer mucho y tan solo le recomendó que no trabajara y descansará mucho. La
acupuntura no es aconsejable durante el embarazo; además, no estaba claro qué era
lo que iba mal. Tenía hemorragias cuyas causas no se podían determinar. ¿Qué
quedaba por hacer, salvo una estimulación cuántica? Al fin y al cabo, nunca hay
complicaciones ni efectos secundarios no deseados, y tampoco hace falta ningún
diagnóstico. De modo que le realicé a mi hermana tres estimulaciones cuánticas de
unos veinte minutos respectivamente. Las hemorragias pararon al cabo de dos
semanas y, ahora, ¡tengo una encantadora sobrina completamente sana!
Como he dicho, aun cuando no haya problemas en el embarazo, yo haría una
estimulación cuántica. No hay (todavía) ningún estudio al respecto, pero yo estoy
segura de que el feto se desarrolla mejor y el nacimiento es más fácil.
La intención: la mejor intención es la que desearía cualquier madre: «El niño se
desarrolla perfectamente desde un punto de vista físico, mental y emocional».
Puedo anticipar que daremos un salto evolutivo, si mediante la difusión de la
curación cuántica cada vez más niños vienen al mundo disfrutando de armonía.
Podemos estar expectantes…

Nacimiento
En verdad, ya he dicho lo esencial. No obstante, quedan un par de cosas más. El
nacimiento en sí ya supone para todos un acontecimiento de gran importancia.
Algunos psicólogos opinan que existe un «trauma del nacimiento» que debe ser
procesado y que, con frecuencia, tiene consecuencias a lo largo de toda la vida. A mí
eso me parece evidente. Imagínese por un momento: durante nueve meses descansa
usted en plena seguridad, sin nada de lo que preocuparse, en un seno cálido. Ni
siquiera tiene que respirar o comer, sino simplemente desarrollarse. Y entonces tiene
usted que abandonar esa confortable y cálida oscuridad protectora. Le llevan, entre
dolores, a una luz infernal, por vez primera el aire entra en sus pulmones y eso
también duele, el tranquilizador latir del corazón de la madre y la estrecha conexión
se rompen de repente… ¿No es comprensible que este acontecimiento tenga
importantes consecuencias?
Con el QUEST esta transición se conduce a un nivel de mayor armonía. Lo ideal
sería que se le pudiera hacer una estimulación cuántica tanto al padre como a la
madre, como también al recién nacido. Seguramente, las consecuencias del «trauma
del nacimiento» se reducirían o se anularían por completo. (Obviamente, no se puede
decir con seguridad ya que la curación cuántica no dura lo suficiente para ello, pero
según lo que sabemos hasta ahora de la estimulación cuántica y el «trauma del
nacimiento», parece muy probable.)
El nacimiento también es un acontecimiento extremadamente importante para la
madre. Ella sufre también una separación. De ahí que muchas madres después de dar
a luz se sientan muy deprimidas; al menos una de cada diez mujeres (otros estudios
hablan de una de cada cuatro) sufren la llamada depresión postparto. Esto no es solo
muy sufrido para la madre, también daña el vínculo madre-hijo. Con una
estimulación cuántica estos problemas pueden reducirse.

Problemas de peso
Cuando yo vine a Alemania, me di cuenta enseguida de que hay muchas personas
que se alimentan muy bien. Al mismo tiempo, hay otras muchas que desean perder
peso. Hay innumerables dietas; las revistas están llenas de ellas, y en las librerías
hay un estante entero solo para libros sobre dietas. La imagen de las «modelos» en
televisión y en publicidad ofrece una sensación distorsionada de que esto es algo
«normal». A pesar de que en China hay muchas menos personas con sobrepeso,
sucede lo mismo desde este punto de vista: cada vez son más las dietas que le
prometen a una que puede adelgazar tanto como alguna de las muchas actrices
anoréxicas.
El problema de las dietas es, por un lado, que a veces pueden excederse y, por
otro, que en aquellas personas que realmente las necesitan rara vez funcionan. En
primer lugar, porque el peso, evidentemente, no depende de nuestra voluntad. Todos
tenemos nuestra propia condición corporal, y el sobrepeso no es algo que solo tenga
que ver con calorías y nutrientes. El alma de la persona afectada juega un papel,
como poco, igual de importante.
Tanto si lo que quiere es hacer una dieta y estar más delgado, como si lo que
quiere es aumentar de peso o debe hacerlo por razones de salud, el QUEST es un
complemento muy recomendable en su búsqueda del peso ideal. Su peso ideal no es
algo que se pueda calcular fácilmente con una fórmula. No solo juegan un papel
importante la edad, el tamaño, nuestra constitución y las actividades deportivas, sino
también su propia imagen, la imagen que tenga usted de un cuerpo sano, la alegría
que le produzca a usted comer, sus necesidades y su valor. ¿Cuál sería para usted el
peso «ideal» si para ello tuviera que sufrir y aburrirse cada día?
El problema está cuando su peso ideal está por encima o por debajo de cierto
límite, por ejemplo por encima de un índice de masa corporal (IMC) de 30
(obesidad mórbida) o por debajo de 17 (peso inferior al normal). Si eso es lo que
usted desea, entonces, lo que desea es estar enfermo. Naturalmente, eso nunca podrá
conseguirlo con una estimulación cuántica.
Una curación cuántica siempre tiene un efecto positivo. Establece el equilibrio y,
para ello, no se guía por tablas abstractas, sino por el estado de equilibrio ideal.
Esto también está relacionado con la conciencia. Primero con su intención, segundo
con sus auténticas necesidades tanto corporales como emocionales. El resultado de
una curación cuántica será su peso ideal, es decir, el peso necesario para su salud
corporal así como para su bienestar emocional; con el que se sentirá usted feliz y a
gusto con su cuerpo durante muchos años.
Este peso puede ser distinto al que había imaginado usted. Una mujer anoréxica
con la estimulación cuántica alcanzaría el peso que verdaderamente le hace bien.
Este peso estará, con seguridad, muy por encima del peso que originariamente la
llevó a padecer anorexia. La curación cuántica equilibra a las personas, y ahí no hay
sitio ni para la anorexia ni para la obesidad.

Otras aplicaciones de la curación cuántica


La estimulación cuántica no solo tiene efectos sorprendentes sobre las personas.
También puede servir para aportar equilibrio al agua, los alimentos, los animales y
las plantas.

Recargar agua y otros alimentos


Algunas cosas son tan evidentes que apenas reparamos en ellas. Así se me
ocurrió la idea de aplicar el QUEST para armonizar el agua y los alimentos. Una
amiga mía, a la que le había explicado lo que era la curación cuántica, me dijo un día
«entonces, debe ser también bueno para el agua…». Más tarde volví a ver la
misma idea en distintos libros. Enseguida me convencí.
Usted mismo puede probarlo. Llene dos vasos con agua del grifo. Haga sobre uno
de ellos una estimulación cuántica con la intención «el agua es completamente pura
y revitalizante». Coloque las manos a cierta distancia del vaso (para no calentar el
agua) y continúe con el método habitual. Deje que su mente se quede en blanco y
concéntrese en que haya una sensación uniforme en las dos manos.
Si ya tiene algo de experiencia con el QUEST, sentirá enseguida cuándo se
establece el contacto. Si no, mantenga las manos así durante unos dos minutos
mientras trata de liberar su mente de todo pensamiento.
Luego pruebe el agua de ambos vasos.
Estoy bastante segura de que podrá notar la diferencia de sabor. Es incluso mejor
si hace el experimento junto a otra persona. Entonces puede cerrar los ojos y luego
coger los vasos sin saber si está bebiendo el agua tratada o no. La sorpresa al ver
que es usted capaz de distinguir la diferencia de sabor será aún mayor.

Una botella de agua con agua pura energética es como una pequeña farmacia de
emergencia. Y, como se trata de un producto dopante completamente legal, sano y
moralmente inofensivo, es ideal para practicar deporte. Seguramente se le ocurran
otras aplicaciones como, por ejemplo, para regar las plantas o cuidarse la piel.
Con los alimentos funciona exactamente igual. Cuando aplica el QUEST a los
alimentos no solo contribuye a alimentarse de forma más saludable. Los alimentos
permanecen frescos durante más tiempo, se conservan mejor y su sabor es más
intenso.
Me gustaría compartir con usted una experiencia interesante relacionada con este
tema. Después de saber que los alimentos se pueden optimizar con el QUEST,
naturalmente, lo hice con todo lo que comía. Además de tener mejor sabor y ser más
saludables, ¡me di cuenta también de que comía menos! El intenso sabor y el mejor
aprovechamiento de los ingredientes me saciaba antes; el QUEST me ha ayudado a
perder peso.
Animales
Evidentemente, con la curación cuántica también puede usted tratar animales tanto
grandes como pequeños. Y no tiene usted que emitir ningún diagnóstico. Lo difícil
cuando se trata de animales suele ser que no pueden contestarle a la pregunta: «¿Qué
te falta?».
Yo creo que, después de lo que usted ya sabe sobre curación cuántica, no tendrá
problema para imaginarse cómo actuar con perros o gatos, pero ¿cómo se hace con
animales pequeños, tímidos o peligrosos? ¿Cómo debe colocar las manos sobre un
jerbo? Y, si las coloca sobre un tigre enfermo, corre usted el riesgo de quedarse sin
ellas después del tratamiento.
Es muy sencillo. Si ha leído el libro hasta aquí y ha prestado usted atención, ya
sabe la respuesta. Para llevar a cabo la curación cuántica no es en absoluto
necesario que usted coloque las manos o los dedos. No hay energía que pase del
iniciador al destinatario. La colocación de las manos sirve nada más que para fijar
mejor la atención y para mantener la intención del equilibrio de energía en la
conciencia. Es decir, puede usted realizar una curación cuántica en un animal sin
necesidad de tocarlo. O bien, puede usar un sustituto si usted lo prefiere. Puede usted
volver a leer cómo funciona en el apartado «Curación a distancia».
Normalmente, los animales reaccionan extremadamente bien y pronto a una
estimulación cuántica. La energía del nivel cuántico no tiene que trabajar sin
descanso a través de numerosos y complejos bloqueos y condicionamientos internos.
Imagínese que abre usted un grifo y coloca delante una esponja (la compleja
conciencia humana). Entonces el agua saldrá, pero más tarde y con menos presión;
sin la esponja sale mucho más rápido.
El año pasado mi perro Daidai se puso enfermo una tarde. Al principio, estaba
muy apagado y exhausto, pero luego empezó a vomitar sangre. Cualquiera que tenga
un perro puede imaginarse lo preocupada que estaba yo. Permanecí junto a él toda la
noche y le realicé dos estimulaciones cuánticas. Esperaba que de este modo pudiera,
tal vez, sobreponerse a su grave enfermedad. Pero mis esperanzas fueron superadas
con creces. A la mañana siguiente estaba completamente sano y animado, ¡correteaba
por la casa como siempre de aquí para allá y jugaba con su pelota! A día de hoy no
sé cuál fue la causa de su enfermedad; pero seguro que no era una tontería. Me quedé
asombrada de lo rápida y eficaz que fue la curación cuántica con Daidai. ¡Un
pequeño milagro!
Entretanto, la experiencia me ha enseñado cada vez más lo extraordinariamente
bien que funciona la curación cuántica en los animales. ¡Pruébela usted también con
su mascota!
Por cierto, la curación cuántica también es eficaz para los problemas de conducta
de los animales. En los perros no son, precisamente, infrecuentes. Una estimulación
cuántica puede ser muy útil para cambiar algo, y me parece el complemento ideal
para una escuela de entrenamiento canina. El perro aprenderá más deprisa y sus
problemas de conducta (que son una especie de desequilibrio emocional) se
resolverán fácilmente. Si tiene usted un perro que, de alguna forma, se comporta mal,
debería probarlo. Yo no tengo ninguna experiencia en ello, pero yo creo que las
probabilidades de que funcione son muy altas.

Plantas
El QUEST es también una forma ideal para mantener sus plantas vivas y sanas.
No sustituye al agua, a la luz, ni a los nutrientes, eso debe tenerlo claro, pero una
estimulación cuántica ayuda a las plantas a utilizar mejor el agua, la luz y los
nutrientes.
Estoy convencida de que con el QUEST sus plantas estarán más fuertes, crecerán
más rápido y serán más resistentes; también florecerán durante más tiempo y sus
hojas serán más grandes.
Esos, por lo menos, son los resultados de un experimento en mi balcón. Nuestra
casa de China tiene un balcón bastante grande y, ya que me encantan las flores, he
hecho de él un pequeño paraíso floral. ¡Durante todo el año! El Cantón está en la
zona subtropical de modo que no hay un verdadero invierno y todo florece y
reverdece. Yo planté las semillas de distintas flores en dos cubos grandes. A las
plantas del primer cubo les hice varias veces una estimulación cuántica.
Naturalmente, recibieron agua y sol por igual. Ambas crecieron. Tras una semana,
creo, los tallos de uno de los tiestos estaban más verdes y grandes. Al cabo de un
mes la diferencia entre ambas era evidente para cualquiera, incluso para mi hermano
que no tiene ni idea de plantas.
Haga usted mismo un par de experimentos como este; en el jardín, en la terraza,
en el balcón o, simplemente, en las plantas del cuarto.
La práctica es exactamente igual que en la estimulación cuántica para animales.
No es necesario colocar las manos y, si necesita algo más «tangible» utilice un
sustituto (más al respecto en el apartado «Curación a distancia»).

Cosas
¿Una curación cuántica para cosas? ¿Para cuando el frigorífico esté roto y no
enfríe? ¿Para una avería del coche y no tener que llevarlo al taller? Suena a risa,
pero algunas bromas tienen una parte de verdad. Si su frigorífico sufre un
cortocircuito, no podrá arreglar el circuito con una curación cuántica, y para cambiar
la rueda pinchada de su coche, tampoco. Para cambiar la rueda pinchada de su coche
es mejor que recurra a la rueda de recambio a esperar que la curación cuántica vaya
a cerrar el agujero y llene de aire el neumático.
Sin embargo, hay personas que juran que después de realizar una curación
cuántica su reloj ha vuelto a funcionar, las pilas se han vuelto a cargar y un grifo que
goteaba vuelve a ir bien. ¿Es eso cierto? ¿O son solo cuentos?
El acertijo es muy fácil de resolver si uno lo piensa detenidamente. ¿Qué sucede
por lo general en una curación cuántica? Las energías adquieren un sano equilibrio;
la salud y la armonía se restauran.
¿Qué sucede en un cortocircuito en el que los cables se funden? ¿Están esos
cables fundidos enfermos? No. ¿El dispositivo afectado? Ciertamente, no, porque
todo está en equilibrio y en perfecta armonía con su naturaleza; lamentablemente, a
nosotros ya no nos sirve. Una curación cuántica, que se encarga siempre de restaurar
la armonía, no aporta nada en estos casos. Lo mismo sucede con las ruedas de un
coche, si se rompe la correa, o si nos quedamos sin gasolina.
Algo distinto sucede con un reloj que se ha quedado parado a causa de un mínimo
desequilibrio, o con una pila a la que todavía le queda un poco de energía, pero que
no puede enviar electricidad debido a una carga defectuosa, o con una junta que ya
no cierra correctamente. Siempre que se pueda llegar un mejor estado de equilibrio
mediante un proceso natural, o cuando el cambio de estado suponga una mayor
armonía, la curación cuántica hará algo. Cuando se trate de luchar contra
duendecillos o echar mano de la magia es cuando no va funcionar la curación
cuántica.
Con todas las maravillas que se pueden alcanzar con el QUEST, existe el riesgo
de que se pueda confundir la energía básica con un cuento de hadas. Sin embargo,
todo sucede de forma natural, y ¡eso es aún más maravilloso que cualquier cuento de
hadas!
Con una curación cuántica no solo se pueden volver a poner en marcha relojes
que se han parado o generar corriente con unas pilas agotadas. Lo mejor es utilizar el
QUEST para prevenir. Sus aparatos eléctricos durarán más, las superficies se
volverán más resistentes, su consumo de energía disminuirá… ¡Eche mano de su
creatividad!

Circunstancias materiales
Mediante una estimulación cuántica se puede restablecer el equilibrio de la
energía del cuerpo humano; esto es algo que entienden la mayoría de las personas
que son receptivas a lo nuevo. Pero cuando yo afirmo que con el QUEST también se
pueden curar las preocupaciones materiales, suena verdaderamente asombroso; o me
encuentro con un gran rechazo.
Lo comprendo muy bien. Tampoco se me ocurrió a mí. Para mí la curación
cuántica al principio «solo» era un nuevo y revolucionario aspecto de la medicina.
Cuando oí por primera vez que una estimulación cuántica podía utilizarse también
para resolver problemas materiales me quedé, por decirlo suavemente, asombrada.
No, para ser sinceros: estaba escandalizada e indignada. ¿Utilizar una ciencia
médica maravillosa para aumentar el bienestar material? Algo en mí se resistía a la
idea. Tras pensarlo detenidamente reconocí, no obstante, que eran mis ideas
preconcebidas las que se resistían. Ciertamente, la idea no es del todo descabellada.
Cuando abrí los ojos de verdad, vi que, en el fondo, era absolutamente lógico.
También el intercambio material, por ejemplo en forma de dinero, es energía. ¿Por
qué iban a poderse armonizar mediante la estimulación cuántica solo los procesos
del interior el cuerpo humano y no los que se dan en el exterior? Además, existe una
clara relación entre los problemas materiales, las actitudes, los pensamientos y la
conciencia.
Esto se hace más evidente cuando uno observa con atención los fenómenos de
atracción de los que es capaz la conciencia. El por qué suele funcionar cuando uno
realiza «pedidos al universo», por qué el deseo se cumple en tantas ocasiones, nunca
estuvo claro. Las personas que han indagado sobre el tema afirman que una actitud
de «deseo expectante» no es tan efectiva, o lo es sustancialmente menos, que un
deseo que se ancla en la conciencia y que está ligado a una «actitud de expectante
desasimiento». Y ¿qué es sino una estimulación cuántica, aun cuando sea de forma
inconsciente? La filosofía que hay detrás de ello y la claridad de los motivos que
hacen que todo funcione la hacen distinta. Ciertamente, un «deseo» no es algo
distinto a una intención, y la actitud de desasimiento es precisamente la actitud que
nos lleva a conectar con la conciencia pura y con el nivel cuántico.
¡Utilice las posibilidades! Por fantástico que suene. Si le agobia su situación
económica, si la falta de dinero/energía desequilibra su vida, también puede ordenar
de nuevo estos aspectos de su vida con la curación cuántica. Y desde la base. Sin
embargo, para las personas codiciosas la curación cuántica no supone una
oportunidad de obtener más. La estimulación cuántica conduce a una profunda
armonía a todos los niveles, y esta no va a surgir con una persona avariciosa
mediante un «todavía más». El QUEST podría, en última instancia, curarle de su
codicia y de la causa de su sufrimiento. Pero pocas son las personas codiciosas que
consideran su codicia un problema y, por tanto, no buscan remedio. Pero si tiene
usted preocupaciones materiales, si la falta de recursos materiales le impide su
desarrollo, si su trabajo está infra remunerado, si sus anhelos necesitan de ayuda
material, entonces puede alcanzar otro nivel con una estimulación cuántica.
En estos casos, algunas veces es imprevisible lo que sucede una vez que la
armonía se restablece. Podría usted recibir dinero de una forma inesperada, podría
recibir una nueva oferta de empleo, o podría por fin tener clara la manera de
alcanzar su meta con los medios materiales que están a su disposición. ¡Déjese
sorprender!
El contacto: naturalmente, se preguntará ahora dónde diantres debe usted colocar
las manos. Yo cuando se trata de este tipo de problemas pregunto: «¿Dónde siente la
falta de armonía?» Y no me diga ahora que «en el monedero» o «en mi cuenta
corriente». Me refiero a en qué parte del cuerpo la siente. ¿La escasez material le
quita el aire al respirar? (pulmones) ¿Se siente como paralizado? (músculos) ¿Le da
quebraderos de cabeza? (cabeza) ¿Siente que las obligaciones financieras son una
enorme carga? (espalda) Si localiza usted el problema de este modo, la estimulación
cuántica será mucho más fácil. ¡Pruébela!

Alcanzar sueños
¿Tiene usted sueños que hasta el momento no se han hecho realidad? Una pregunta
estúpida. ¿Quién no tiene un pequeño sueño que aún no se ha cumplido? Hacer, por
fin, un viaje a Australia, volar en un caza a reacción, darse la gran vida, salir en
televisión, dejar el trabajo y empezar algo completamente nuevo, realizar una
hazaña…
Lo crea o no, una estimulación cuántica puede ayudarle a hacer realidad todos sus
sueños.
La experiencia me dice (desgraciadamente) que la mayor parte de los sueños de
la gente giran en torno al dinero. Tal vez ese fue también su primer pensamiento «que
me toque la lotería». No es algo malo. Hoy en día casi todo gira en torno al dinero.
El dinero es, al fin y al cabo, una energía. Pero sobre los deseos materiales ya he
hablado detenidamente en el apartado anterior. Lo normal (aunque existen
excepciones) es que una estimulación cuántica no consiga que usted gane la lotería.
Así no funciona. Una estimulación cuántica conduce siempre a un mayor estado de
armonía. El premio de la lotería no suele ser eso. Con frecuencia es, incluso, al
contrario. Una encuesta entre ganadores de la lotería mostraba que, pasados unos
meses, eran igual de felices o infelices que antes.
Afortunadamente, también hay otros deseos. Deseos cuya realización no lleva a
ningún breve delirio, sino que proporcionan una satisfacción duradera. Los deseos a
cuya realización se contribuye de forma enérgica son siempre más gratificantes que
las cosas que le caen a uno del cielo. Seguro que conoce el refrán «A quien madruga,
Dios le ayuda»; lo puede aplicar directamente a la curación cuántica. Si no está
dispuesto a hacer algo por la realización de su sueño, entonces, es muy cuestionable
que se trate de un sueño que merezca la pena realizar. Aún más importante: no le
llevaría a un estado de armonía. Eso suponiendo, claro, que pudiera aplicarse una
estimulación cuántica.
Cuando utilizamos una estimulación cuántica para realizar nuestros verdaderos
sueños no sirve de nada ponerse a gritar como cuando éramos niños «¡Yo quiero,
quiero, quiero, quiero!»
El primer paso sería tener clara su necesidad. No hablo de la «causas profundas y
psicológicas de esa necesidad»; eso no es relevante para la estimulación cuántica.
Lo que sí es importante es que exista una verdadera necesidad, es decir, una
desarmonía entre el estado que es y el que sería el ideal.
Lo mejor es que se repita la pregunta a un nivel corporal, eso facilita la
realización de la estimulación cuántica. Pregúntese: ¿Dónde me duele? ¿Dónde y
cómo siento mi sueño en mi cuerpo? Notará rápidamente en qué lugar de su cuerpo
se manifiesta la escasez que usted siente. Puede ser en el corazón, en la cabeza, en el
estómago o tal vez en un lugar completamente distinto.
Si no avanza con este método, pruebe a introducir un sustituto (más sobre ello en
el apartado «Curación a distancia»). Esta es una forma muy efectiva de hacer sus
sueños realidad con la ayuda de una estimulación cuántica. Para ello, busque algún
objeto que simbolice su sueño. No se trata de encontrar algo con un profundo
significado o un símbolo original. El objeto debería ser algo que al verlo le
acelerara el pulso; o que le llenara de tristeza porque simboliza muy bien lo que le
falta. No se trata por tanto de pensamientos, sino de sentimientos.
Puede ser algo cotidiano, como una foto en un folleto de viajes que despierte su
nostalgia. O una postal cursi que haga que se le escapen las lágrimas porque le hace
pensar en la ausencia de un gran amor en su vida. Pero deben ser sentimientos
auténticos que el sustituto despierte. Luego, continúe con la curación cuántica como
ya sabe. Si coloca las manos, ponga una sobre el símbolo y la otra sobre su corazón,
su estómago, su frente,… Déjese guiar por su intuición.
Lo que se manifieste puede ser a veces muy sorprendente. Así ocurrió con el gran
sueño de un amigo: obtener el reconocimiento por su música (que yo, para ser
sinceros, encontraba horrible) y hacerse famoso con su grupo. Cuando realizamos la
estimulación cuántica, era más como un juego. Yo era muy escéptica respecto a la
posibilidad de que tuviera éxito en China con su grupo de punk. No digamos ya en el
extranjero. ¿O acaso ha escuchado alguna vez a algún grupo chino?
Y tenía razón con mis dudas. Solo dos semanas después el grupo se disolvió. Por
lo visto, mi amigo ya había tenido suficiente música y ahora estaba empezando de
nuevo a pintar (él había estudiado en la escuela superior de arte). Un mes más tarde
se presentó a una exposición de jóvenes artistas en Pekín y le cogieron. No solo eso,
sus cuadros tuvieron un tremendo éxito. Hoy, ¡dos de sus cuadros cuelgan en un gran
museo de Nueva York! Su sueño, recibir el reconocimiento por su arte, por fin se
había hecho realidad; solo que de una manera diferente a como él había esperado.
Curación Cuántica y física cuántica

En este capítulo intentaré familiarizarle un poco con los misterios del mundo
cuántico. Ya se ha enterado de algunas cosas con los hechos cuánticos que,
seguramente, le habrán planteado más preguntas que respuestas. Si se ha preguntado
qué es exactamente eso de la energía del punto cero, el colapso de la función de
onda, el experimento de la doble rendija o, por empezar desde el principio, los
cuantos, entonces, los hechos cuánticos han conseguido su objetivo: despertar su
curiosidad.
Quiero darle las gracias de nuevo a mi amigo Zhang Cheng que ha empleado
mucho tiempo tratando de acercarme un poco más a un tema tan complicado. Yo no
soy física, ni siquiera se me dan bien las matemáticas, pero eso tiene sus ventajas.
Primero porque no les torturaré aquí con fórmulas. Y segundo porque sé exactamente
cuáles son las partes más difíciles de entender para alguien que no es especialista.
No obstante, es posible que haya cosas que le resulten complicadas. El mundo
cuántico está más allá de nuestros sentidos y nos es muy difícil acceder a él. Pero le
puedo prometer que va a ser apasionante. Probablemente se asombre, tal vez incluso
se sobresalte un poco, cuando oiga cómo son los principios básicos de la realidad en
la que vivimos. En todo caso, se hará a la idea de que la curación cuántica es algo
más que una ilusión; se basa en conocimientos científicos.
Hay algunas personas a las que la palabra ciencia no les suena bien. Muchos
creen que los científicos eran reacios a admitir nuevos conocimientos bajo el lema:
«Lo que no debe ser, no puede ser». Mi punto de vista es justo el opuesto. Todos los
científicos con los que he hablado han mostrado una actitud receptiva. Sí, había
algunas cosas ante las que se mostraban escépticos, pero este escepticismo es lo que
provoca la curiosidad que tiene todo buen científico. Cuando hay algo que no
entienden bien, tratan de experimentar más. Experimentan, es decir, proceden
metódicamente. Los experimentos son comprensibles y repetibles.
El método científico no es el único que hay para adquirir conocimientos. Eso lo
afirmaría cualquier científico serio, pero sí que es el método más razonable cuando
se trata de elaborar un pronóstico que acierte regularmente, y extraer las
conclusiones correspondientes. Eso no quiere decir necesariamente que esté método
conduzca a los conocimientos más valiosos. Que amamos, sentimos y somos seres
espirituales es algo que no le debemos a la ciencia; y también está bien.
Las enseñanzas esotéricas, las religiones y las filosofías de la vida contienen
seguramente verdades, pero solo podemos comprenderlas si creemos en ellas. Creer
en la ciencia es un contrasentido en sí mismo: el fundamento de la ciencia es dudar y
utilizar nuestra propia mente para llegar al conocimiento. La física cuántica es, hoy
en día, una de las teorías físicas mejor experimentadas. Tiene alrededor de cien años
y, a pesar de todos los esfuerzos por encontrar fallos en ella, aún no se ha
conseguido. La ciencia parece tropezarse con la frontera que separa el conocimiento
de la especulación, y examina los conocimientos espirituales como, por así decirlo,
«desde el otro lado»
Sígame, si lo desea, en el fascinante, misterioso e incluso a veces inquietante
mundo de los cuantos.

ÁTOMOS, QUARKS Y CUANTOS


La palabra átomo debería serle familiar. La idea de que todo lo que existe está
formado por diminutos componentes que no pueden dividirse más ya existía en la
antigüedad. Claro que por aquel entonces se trataba de una mera especulación. La
idea de «átomos» no se enseñó por primera vez en la antigua Grecia, sino en las
escuelas filosóficas de la India. El término átomo («lo indivisible») fue utilizado por
primera vez doscientos años más tarde por los filósofos griegos.
La idea de los átomos prevaleció. Aunque los primeros experimentos que
mostraron que los átomos existían realmente no se realzaron hasta hace unos
doscientos años. Realmente parecían indivisibles. Estos átomos son mucho, mucho
más pequeños a como se los imaginaban hace doscientos años. Si pudiera coger la
mota de polvo más pequeña visible y extenderla hasta hacerla del tamaño de un
campo de fútbol, entonces, con una vista muy buena y si mirara al punto exacto, un
átomo equivaldría al punto más pequeño que se puede percibir sobre el campo.

¡Ajá! Ya teníamos el componente más pequeño de la materia; esferas indivisibles


increíblemente pequeñas. Falso, porque poco a poco fue resultando que los átomos
no eran indivisibles. Parecen tener un núcleo con carga positiva, que constituye casi
toda la masa, y unas partículas, los electrones, con carga negativa que giran en torno
a él.
En realidad, la mayor parte de un átomo está compuesto de vacío. Si
representáramos un átomo a gran escala de modo que pudiéramos captarlo con
nuestros sentidos, veríamos esto con claridad. Imagínese que un átomo tuviera el
tamaño de una gran ciudad, pongamos Hamburgo. El núcleo del átomo equivaldría a
una persona que estuviera sentado en un café en el centro de Hamburgo; pero esta
persona constituiría más del 99,9% de la masa de toda la zona. El resto sería,
prácticamente, vacío, salvo algunas bacterias invisibles, los electrones.
¡Toda la materia está formada por estos átomos! Si un átomo tuviera el tamaño de
una pelota de baloncesto, el núcleo sería tan pequeño que no podría verse ni con una
lupa. Si uno lanzara una pelota de tenis desde un muro contra una pelota de
baloncesto que equivaliera a un átomo, casi con toda seguridad, la atravesaría
volando. Rara vez chocaría la pelota de tenis contra el diminuto núcleo.
En mi opinión, la idea de que, aparentemente, la materia está formada por nada
resulta bastante desconcertante. Por así decirlo, estamos hechos, casi por completo,
de nada. Y, naturalmente, no solo nosotros, esto vale para todo lo que vemos.
Cuanto más descifran los físicos los componentes de la materia menos
«consistencia» queda. Primero resultaba que el núcleo estaba formado también por
componentes: los protones y neutrones. Luego quedó claro que también estas
«pequeñas partículas» están compuestas por otras: están formadas por las partículas
elementales: los quarks. Al igual que los electrones que giran en torno al núcleo,
tampoco los quarks, que constituyen los neutrones y protones, pueden considerarse
como partículas en el mismo sentido. Son auténtica «energía».
Eso significa que, en definitiva, todo es energía. Y las unidades más pequeñas de
energía son los cuantos.
Los cuantos se comportan de forma completamente distinta a lo que nos tienen
acostumbrados las «cosas». No podemos conocer nunca la velocidad de un cuanto y
saber al mismo tiempo dónde se encuentra. Y, si sabemos dónde se encuentra, no
podemos conocer nunca su velocidad. Los cuantos pueden, bajo determinadas
circunstancias, moverse hacia atrás en el tiempo, su comportamiento puede verse
influido por la conciencia, pueden ser ondas y partículas.

¿ONDAS O PARTÍCULAS? ¿O AMBAS?


¿Ondas energéticas o partículas consistentes? No debería ser tan difícil
determinar cuándo se trata de cuantos. Por eso llegamos al experimento de doble
rendija.
Si usted dispara con un rifle contra un muro, los proyectiles (las partículas
consistentes) se quedarán ahí incrustados, o bien rebotarán. Si uno de los proyectiles
se topa con un agujero del muro, pasará a través de él y se incrustará en un segundo
muro. Si hay dos agujeros muy pequeños uno al lado del otro (y usted no es un
tirador tan bueno), la bala pasará por uno o por otro, y el muro que hay detrás
recibirá en impacto en dos posibles lugares.
Si se lanza una onda sonora (por ejemplo, al dar una palmada con las manos), esa
onda se desplaza por el aire. Una onda no transporta materia (cuando una ola corre
por el mar no desplaza agua en ninguna dirección, las partículas de agua solo se
mueven arriba y abajo). Puede ver esto claramente si ata un cordel a algún sitio, deja
suelto un extremo y lo mueve rápidamente. Verá cómo la onda del cordel corre a lo
largo, pero es evidente que no se transporta materia.
Cuando la onda sonora producida por la palmada llega hasta el agujero que hay
en el muro, esta pasa por el agujero y continúa su camino. Alguien que esté detrás
del muro puede determinar con los ojos cerrados dónde está el agujero. La onda
llega antes a un oído que a otro, pero llega a todas partes. Si hay más agujeros en el
muro, la onda sonora pasa a través de todos ellos y surge un patrón de interferencia.
Ahí ya no es tan fácil localizar el origen. En algunos sitios el sonido es más fuerte,
en otros es más suave, pero en todo caso uno escuchará la palmada, es decir, se
encontrará con la onda sonora.
Cuando uno tiene una onda cuántica (por ejemplo un núcleo que lanza fotones, es
decir, ondas de luz) puede hacer la prueba y ver si los cuantos se comportan como
ondas o como partículas. Se coge un muro que tenga una rendija y, a cierta distancia,
se coloca por detrás papel fotográfico (es decir, papel sensible a la luz).
Efectivamente, se ve que la luz está formada por partículas. Justo detrás de la
rendija se coloca una tira de papel fotográfico; allí donde las partículas de luz
impactan. Cada partícula hará un punto sobre el papel. De modo que la suposición de
que la luz está formada por partículas ha quedado demostrada ¿no?
Vamos a hacer otra prueba. Hagamos otra grieta en el muro. Colocamos dos tiras
de papel fotográfico detrás de cada una, pero ¿qué sucede? Algo de lo más curioso.
En realidad, cada partícula deja un punto sobre el papel fotográfico. Pero no (como
esperaríamos) justamente detrás o cerca de la rendija a causa de la dispersión. Es
decir, no siempre, pero sí algunas veces. Según disparamos cada vez más partículas
de luz a través de las dos rendijas aparece paulatinamente un patrón, ¡y este patrón es
exactamente el mismo que esperaríamos de una onda!
El mundo de la física se sorprendió muchísimo. ¿Cómo? ¿Tenía la luz carácter de
onda o de partícula? Aparentemente, de ambas. Pero ¿cómo era eso posible? Los
experimentos se sucedieron y cada vez era más de locos.
El último resultado sí que es extraño: una partícula de luz siempre golpea en un
lugar concreto, pero cuando se trata de muchas partículas estas muestran un patrón
de interferencia, es decir, una división de las partículas. Pero ¿cómo diablos
«saben» las demás partículas lo que hacen las otras? Cada «partícula» tenía que
pasar por las dos rendijas como onda, superponerse a sí misma y luego, de acuerdo
con la función de onda, manifestarse de nuevo sobre el papel fotográfico en forma de
partícula.
Se intentó medir a través de qué rendija pasaba la partícula, pero, en cuanto se
intentaba, se comportaba como «es debido» y pasaba solo a través de una rendija, al
igual que esperaríamos de una partícula.
Las consecuencias de estos experimentos fueron enormes. Revolucionó todos los
conceptos anteriores. Evidentemente, los fotones (y otros cuantos) no poseen las
cualidades que conocemos en nuestra vida cotidiana. Los cuantos se encuentran en un
aparente «estado de superposición» en el que todas las opciones son posibles. Y
cuando se realiza una medición, ¡se materializa una de esas opciones!
Es curioso que eso no solo se nos ocurra a personas como usted o yo; tampoco
mentes tan geniales como la de Albert Einstein o el ganador del Premio Nobel Erwin
Schrödinger simpatizaban con estas «partículas fantasma».

EL GATO DE SCHRÖDINGER
En 1935 Schrödinger ideó un experimento que debía mostrar lo absurdo de
algunas afirmaciones de la teoría cuántica. En concreto, no le convencía la
interpretación de los resultados que decía que los cuantos podían estar en un
aparente estado de «indecisión». Él suponía que había ciertos factores que aún no se
conocían, por tanto, la teoría cuántica era incompleta.

Esto se reveló como falso. Las interpretaciones alternativas de la mecánica


cuántica a las que Schrödinger, pero también, por ejemplo Einstein se acogieron no
encajan con las consecuencias experimentales de la Física Cuántica. El mundo
cuántico es así de sorprendente. El experimento en el que Schrödinger pensó es ya un
clásico y se emplea para ilustrar las asombrosas consecuencias de la física cuántica.
Por otra parte, Schrödinger también demostró que el impacto de los sucesos
cuánticos en nuestro nivel cotidiano es relativamente pequeño ya que los sucesos
cuánticos pueden «interactuar» con efectos visibles.
La teoría cuántica dice, y así lo constatan los experimentos, que los sistemas
cuánticos pueden ser descritos con una función de onda y que cuando el estado del
sistema se mide, este opta por un estado concreto. Antes de llevar a cabo la
medición todos los estados posibles de la función de onda se solapan, es decir, se
dan a la vez.
No me sorprendería que esto le sonara a chino. A mí me sucedió igual.
Schrödinger explicó el tema con un experimento imaginario. Por favor, no le quepa
duda de que se trata de un experimento mental; no se utilizó ningún gato. En
palabras de Schrödinger, el experimento se desarrolla así:

«Un gato está encerrado en una cámara de acero, junto con los
siguientes artefactos (los cuales deben ser asegurados para evitar la
interferencia directa del gato): en un contador Geiger hay una pequeñísima
cantidad de sustancia radiactiva, tan pequeña, que tal vez, en el transcurso
de una hora, uno de los átomos se desintegre, pero además, con igual
probabilidad, tal vez ninguno se desintegre. Si ocurre, el tubo del contador
emite una descarga que a través de un relé mueve un martillo que rompe un
pequeño frasco de ácido cianhídrico. Si uno deja todo este sistema por una
hora, uno podría decir que el gato todavía vive, si en el transcurso de la
hora ningún átomo se ha desintegrado. La función psi de todo el sistema
podría expresar esto al contener al gato vivo y al gato muerto (perdonen la
expresión) mezclados o embadurnados. Lo típico en estos casos es que una
indeterminación originalmente reducida al campo atómico se convierta en
una indeterminación macroscópica que puede resolverse mediante la
observación directa. Esto nos evita de una forma muy naif un «modelo
borroso» para representar la realidad…» (Erwin Schrödinger:
Naturwissenschaften, 48, 807; 49, 823; 50, 844; noviembre, 1935.)

La cuestión es cómo se ha llegado a esta conclusión. No deja opción para que


seamos tan «naifs». Los resultados experimentales de la física cuántica apenas dejan
lugar para otras conclusiones que no sean las de que la indeterminación es la piedra
angular de base de la realidad, y que la conciencia del observador juega un papel
esencial. Mediante la conciencia del observador la función de onda se colapsa en
una realidad manifiesta.
O dicho de otro modo: ¡la conciencia determina la realidad!
Oscilaciones cuánticas
El gato de Schrödinger, que está a la vez vivo y muerto, es un experimento
imaginario. Sin embargo, existen experimentos reales que muestran las mismas
cualidades difícilmente imaginables de los cuantos.
En los primeros modelos atómicos los electrones se localizaban en unas órbitas
concretas. Solo podían moverse a lo largo de dichas ondas, y cada una de ellas
equivalía a una energía concreta. Este modelo se ha demostrado erróneo. En
realidad, un electrón puede estar tanto en una órbita como también en otra, es decir,
tener a la vez mucha y poca energía. También estos estados están superpuestos.
Si irradiamos un gas de átomos con fotones, con dos cargas diferentes de energía,
los electrones se elevarán a la vez por dos órbitas distintas. Cada fotón que se
refleje tiene, a la vez, tanto energía baja como también energía alta. Esto se ve en las
llamadas oscilaciones; un fenómeno que quizá usted conozca si, por ejemplo, toca la
guitarra. Si usted toca dos tonos que están muy cerca entre sí, se producen estas
oscilaciones: el tono suena alternativamente alto y bajo. Lo mismo sucede con los
fotones irradiados. Las ondas se solapan y aparecen alternativamente emisiones con
alta carga energética y con baja carga energética. Pero cuando uno lo mide, siempre
se encuentra con solo una energía, ¡y las oscilaciones se detienen!
La conclusión es que el átomo, en realidad, solapa ambos estados hasta que,
finalmente, el observador colapsa la función de onda y aparece una realidad unívoca.
Estas conclusiones de la mecánica cuántica son apabullantes. No funcionan en el
concepto del mundo que teníamos hasta ahora en el que todo está definido
claramente. Y no siempre está del todo claro cómo se deben clasificar los resultados
de estos experimentos. Una cosa no es: no se trata solo de «variables ocultas», es
decir, de fuerzas que no conozcamos. Las justificaciones son demasiado matemáticas
para presentarlas aquí, pero hoy en día no hay ningún físico que dude de que el
mundo cuántico se comporta de forma diferente a lo que nos tiene acostumbrados el
mundo cotidiano. No obstante, existen distintas interpretaciones (a cual más
fantástica) pero que, aun así, siguen teniendo las mismas implicaciones para la
curación cuántica: la conciencia determina nuestra realidad.

¿PROBABILIDADES, MÚLTIPLES UNIVERSOS O INFORMACIONES?


La interpretación más habitual del experimento que les he descrito antes es la de
que los cuantos pueden tener más de un estado de energía a la vez. A través de la
interacción con sistemas mayores esto se produce también en nuestro mundo
cotidiano. La conciencia del observador colapsa, mediante la observación, la
función de onda; de la multiplicidad de posibilidades surge, por medio de la
conciencia, una realidad.
El ganador del Premio Nobel Werner Heisenberg dijo al respecto:
«La misma observación introduce en la función de probabilidad un
cambio discontinuo; selecciona, de entre todos los acontecimientos
posibles, el que efectivamente ha tenido lugar. […] Si queremos describir
lo que sucede en un evento atómico, tenemos que analizar que la palabra
sucede solo puede referirse a la observación, no al estado de cosas entre
dos observaciones. Se aplica al acto físico de la observación, no al
psíquico». (Werner Heisenberg, Quantentheorie und Philosophie, 1986)

Esta interpretación, conocida como «la interpretación de Copenhague», está hoy


en día ampliamente aceptada. Pero no es la única.
La principal crítica a la interpretación de Copenhague es que no está claro el
concepto de «medida». ¿Cuándo tiene lugar la medición? ¿Cuándo interviene la
conciencia para colapsar la función de onda? A algunos físicos no les hace gracia la
idea de que algo deba suceder «por casualidad». El hecho de que las probabilidades
radiquen en «variables ocultas», es decir, en determinados factores desconocidos
podría excluirse. ¿Qué opciones hay entonces?
Hugh Everett era todavía alumno de John Wheeler cuando presentó una nueva
teoría que había sido ignorada hasta entonces por el mundo de la física. Hoy en día,
ya está empezando a reemplazar interpretación que se tenía por válida hasta este
momento. Él afirma que no se produce un colapso de la función de onda; eso es solo
una ilusión porque, en realidad ¡todas las posibilidades son reales siempre!
El gato de Schrödinger no se encuentra por tanto en un estado solapado de vida o
muerte, sino que ambos procesos son reales. ¡Y cada uno de ellos en un universo
distinto! Con cada suceso el universo se disocia en más universos paralelos. En uno
el gato está vivo, y en otro está muerto.
Y lo mismo sucede con cada acontecimiento. Existe, por tanto, una realidad en la
cual usted lee este libro y empieza a practicar la curación cuántica. En otra realidad,
sin embargo, nunca leerá este libro. Marea un poco si uno lo piensa detenidamente.
No obstante, la conciencia sigue jugando un papel decisivo. Ya no hace que se
colapse la función de onda, pero elige qué línea de universo seguir. Con cada
decisión que usted toma elige, de entre los infinitos universos paralelos, el que usted
quiere seguir con su conciencia.
Las consecuencias de esto son enormes. En el último capítulo volveremos a
hablar de ello.
Antes, otra posibilidad que me gustaría sugerir. Esta interpretación de la
mecánica cuántica es relativamente nueva, pero ya ha sorprendido a algunos físicos y
filósofos. El físico John Archibald Wheeler presentó una teoría según la cual todo lo
que existe en el Universo (cuantos, átomos, campos, espacio y tiempo) se rige por
los principios de la teoría de la información. La propia información se convierte en
una magnitud física.
Esta teoría es bastante radical. De acuerdo con ella, los objetos materiales tienen
su origen en bits de información, e incluso en esta teoría la conciencia juega un papel
decisivo.

LA ENERGÍA CREADORA DEL PUNTO CERO


Cuando uno enfría la materia, el movimiento de las partículas elementales se
reduce. Esta reducción del movimiento es el enfriamiento. Es decir, la energía del
sistema se va reduciendo cada vez más.
En el cero absoluto, que se encuentra a -273,15 grados Celsius, todo movimiento
debería detenerse. Sin embargo, sorprendentemente esto no es así. En virtud del
principio de incertidumbre de Heisenberg no es posible conocer el lugar donde se
encuentra una partícula y su velocidad al mismo tiempo. Si el movimiento se
detuviera (y con ello la energía) sí que podríamos hacerlo ya que si algo no se
mueve, lógicamente, permanece en el mismo lugar. Si este fuera el caso, la teoría
cuántica sería errónea.
Pero no es así, y de nuevo nos muestra un aspecto del mundo cuántico asombroso
e incomprensible en nuestro mundo cotidiano. En el sistema siempre permanece «la
energía del punto cero» que, ciertamente, parece un contrasentido en sí. O la energía
del sistema es nula o está por encima. De nuevo, no es así. La energía total es cero,
pero cada partícula que medimos posee cierta energía. De ahí se extrae que, en
cierto sentido, existe la «energía negativa» que es «menor que cero».
Esta energía se puede interpretar como una fuerza creadora, la fuerza del nivel
del punto cero, de la que todo está formado en última instancia.
Por eso a menudo se asocia la energía del punto cero con la conciencia pura.
También todo está formado por la conciencia pura. Aquí se encuentran espiritualidad
y ciencia natural; todo se vuelve uno.

CUERDAS Y BRANAS
Naturalmente, no todos los misterios del Universo se han resuelto. La teoría
cuántica parece haber alcanzado, desde cierto punto de vista, el nivel más elemental
del conocimiento; y ahí se encuentra con los conocimientos de la espiritualidad.
Eso no quiere decir que no se produzcan cada vez más descubrimientos nuevos e
interesantes. Hasta hace poco, la teoría cuántica parecía incompatible con la teoría
de la relatividad, aunque ambas en sus respectivos campos parecen ser correctas.
Entonces apareció la teoría de cuerdas.
Hasta ahora, siempre se había hablado de «partículas elementales» en forma de
puntos; y esta idea planteaba problemas matemáticos. Hoy se considera que los
cuantos son «cuerdas», es decir, una especie de «hilos» unidimensionales; o incluso
«branas», a «niveles» multidimensionales cuyas vibraciones equivalen a una energía.
Esto resuelve algunas de las dificultades de la mecánica cuántica a nivel
matemático, pero también tiene consecuencias en nuestro nivel cotidiano. En tanto
hasta ahora se observaba a la realidad como un espacio cuatridimensional, poco a
poco se hace evidente que existen más de cuatro dimensiones: nuestra realidad
parece mostrar, al menos, diez dimensiones.
Existen más de las que intuimos. Podemos sorprendernos con lo que nos depara el
futuro, pero hay algunas cosas que ya sabemos.

La conciencia conforma la realidad.


Todo es energía.
Todo está conectado.
Esto no es nuevo. Filósofos, santos y sabios hace ya miles de años que lo dijeron,
pero fue la Física Cuántica la que lo hizo comprensible.
Estamos entrando en una nueva fase en el desarrollo del ser humano, y la curación
cuántica es una parte importante de él.
Filosofía cuántica

Uno de los físicos teóricos más sobresalientes del último siglo fue John
Archibald Wheeler. (Ya lo mencionamos en el capítulo anterior como profesor de
Hugh Everett, el creador de la Teoría de los múltiples universos , y como
protagonista de la Teoría cuántica de la información). Él es un ejemplo excelente
de cómo ciencia y filosofía se han vuelto a unir en la actualidad. Son famosas sus
Really Big Questions (las «Preguntas Realmente Importantes»):

• ¿Por qué existen los cuantos?


• Lo que existe, ¿está formado de información?
• ¿Qué es la existencia?
• ¿Estamos conectados con el Universo?
• ¿Qué conduce al significado?

La humanidad lleva siglos haciéndose estas tres últimas preguntas. Son las
cuestiones centrales de la filosofía.

LA PÉRDIDA DEL SIGNIFICADO


La Física Cuántica ha cambiado nuestra visión del mundo de forma
revolucionaria. No es la primera revolución de ese tipo y, desde cierto punto de
vista, es algo muy especial.
Hasta hace unos siglos, el ser humano y el Universo formaban uno. Suena bonito,
pero hubo un cambio decisivo. Este Universo era pequeño, incluso diminuto. La
Tierra era el centro de todo, y el hombre era el protagonista del mundo. Entonces se
produjo la primera gran revolución. Se hizo evidente que la Tierra no era el centro
del universo, que el Sol y las estrellas no giraban en torno a la Tierra. Hay que
ponerse en el lugar de los hombres de aquella época para entender lo que suponía
esta afirmación. De repente, ya no eran el centro de todo, se perdió la sensación de
seguridad y de tener un significado. Naturalmente, muchos se negaron a aceptarlo;
los que querían romper ese universo pequeño y cerrado fueron perseguidos y
amenazados de muerte. No fueron pocos los que acabaron en la hoguera.
Pero la pérdida del significado no era solo una pérdida. Era también una
liberación. El universo mental se hacía más grande. El primer paso para separar
ciencia y espiritualidad se había dado. La ciencia era el camino para encontrar el
significado de la humanidad.
Siguieron varios pasos. El sistema solar dejó de ser el centro de nuestro universo.
Se demostró que el Sol era solo una de las miles de millones de estrellas que había
en la Vía Láctea; y había miles de millones de vías lácteas. La conciencia seguía
extendiéndose. La desesperada búsqueda del significado era cada vez más intensa.
Luego llegó Darwin y demostró convencido, que el hombre no era un producto
directo de Dios, sino uno de los muchos seres resultado de la evolución. Ese fue el
siguiente golpe para la autoconciencia, de nuevo se perdía la seguridad, de nuevo
fracasaba la búsqueda del significado.
La búsqueda de las ciencias era un fin en sí mismo. Pero detrás se ocultaba la
desesperación. En algún lugar debía encontrarse el significado perdido, en algún
lugar debía haber un sentido. Eso tenía consecuencias. En su búsqueda del sentido y
el significado, los hombres cambiaron de objetivo; buscaron «nuevos dioses»:
poder, posesión y dominio sobre la naturaleza. Las consecuencias de esto podemos
verlas ahora.

LA PÉRDIDA DEL CONOCIMIENTO


Mientras tanto, la espiritualidad se estancó, ya que durante mucho tiempo se había
desarrollado hasta el más elevado perfeccionamiento. En ella, no había problemas
de significado. Los vínculos entre lo sagrado, lo iluminado y la sabiduría estaban
claros.
Desde nuestro punto de vista, hoy en día, resulta fascinante lo mucho que se
parecen los postulados de la Física moderna y lo que dicen las personas que han
vivido experiencias místicas.
Cuando el filósofo chino Lao Tsé dijo: «El que habla del Tao no conoce el
verdadero Tao», estaba hablando sobre las fronteras de lo explicable. Los
enunciados del taoísmo son desconcertantes: el Tao es el uno, de ahí se surgen los
opuestos (Yin y Yang), de ahí las «diez mil cosas» (es decir, todo). El Tao es lo que
está unido a la conciencia pura y lo que forma un todo con ella.
En la Biblia encontramos un enunciado parecido. Al principio, Dios creó el cielo
y la tierra. Luego Dios separó, el cielo de la tierra, la luz de las tinieblas, el agua de
la tierra. Surgió la diversidad. En su unión con el origen, con Dios, encuentra el
hombre su significado. El místico cristiano Maestro Eckhart dijo sobre este estado:
«Aquí todas las pequeñas hojas de hierba, la madera, la piedra y todas las cosas son
una sola».
En todas las religiones, e incluso en los místicos ateos, uno encuentra este tipo de
enunciados. Es evidente que detrás de todas estas experiencias existe una realidad
perceptible.
El «defecto» de la visión del mundo espiritual es que no puede hacer ningún buen
enunciado sobre los procesos materiales. Podemos buscar en vano explicaciones de
los antiguos filósofos sobre cómo actúa la gravedad, qué es la luz, cómo se forma la
materia, etc. Uno puede plantarse y decir: ¿Para qué queremos saber esto?
Evidentemente, todo el conocimiento de la humanidad no te hace más feliz.
Es cierto, pero el conocimiento nos hace más libres y ensancha nuestra mente
(naturalmente, no solo en una dirección), y eso tiene consecuencias positivas.

EL ENCUENTRO ENTRE CIENCIA Y ESPIRITUALIDAD


Vamos a hablar aquí de la revolución que ha provocado la teoría cuántica. Esta
revolución apenas ha comenzado. Los conocimientos de las ciencias naturales han
roto una frontera; el aparentemente incompatible mundo de la espiritualidad y el de
la ciencia empiezan de nuevo a ser uno.
La revolución cuántica también se ha apoderado de la certidumbre, tan apreciada
por el ser humano. El mundo no es tan sólido como pensábamos, y ni siquiera el
tiempo corre en una sola dirección; tal vez nuestro universo no sea el único y existan
infinitos. Sin embargo, existe una diferencia fundamental con las anteriores
revoluciones llevadas a cabo por la ciencia que, si bien le dieron libertad al ser
humano, provocaron una aparente pérdida irremediable de su significado que le
lanzó a una persecución ilusoria imposible de completar, y que desembocó en una
espiral de destrucción, violencia y desesperación.
La revolución cuántica que está comenzando señala que conocimiento y
espiritualidad nunca fueron opuestos. Los enunciados de los místicos solo pueden
comprenderse a través de la ciencia. De hecho, somos una parte indivisible del
universo. Nuestra conciencia conforma el mundo. El ser humano con su conciencia
no es un pedazo de materia sin sentido en un universo frío, inerte e infinito.
Hoy, nos encontramos en un punto que guarda cierta semejanza con la situación de
los europeos del siglo XV. Cuando el mundo todavía era plano, los hombres se
preguntaban si la India estaba al este o al oeste. Solo podía ser de una manera, hasta
que se hizo evidente que la tierra era una esfera y que ambas cosas son ciertas. Tanto
siviajamos al este, como si lo hacemos hacia el oeste, llegaremos a la India. Lo
mismo sucede hoy en día con la ciencia y la espiritualidad.
De la unión de ambas surgirá una nueva filosofía, una filosofía en la que el ser
humano volverá a tener un significado, pero también un conocimiento que transmitir.
Un alma y una inteligencia iluminadas. Los fundamentos más importantes que se
encuentran, tanto a nivel espiritual como de la física cuántica, son:

• Conciencia y realidad están unidos entre sí de manera inseparable.


• Todo lo que hay es información y energía.
• El conocimiento cambia la realidad.
• El tiempo es una forma de percepción.

No hace falta ser físico para comprender lo esencial. Tampoco hace falta ser un
místico para conocerlo. Basta con ser un ser humano.

LOS MILAGROS SON POSIBLES


Lo que antes era milagro, ahora es ciencia. Esto no le quita ni una pizca de
fascinación a la vida. Se podría decir igualmente: lo que antes se daba por hecho,
ahora es un milagro. Quien no se asombra al sumergirse en el mundo cuántico es
aquel que cree que las ciencias naturales son un asunto seco e inerte que toma para sí
parte del asombro de los milagros de la cotidianidad.
El mundo está en un proceso de cambio. En la actualidad, todavía predomina la
antigua visión del mundo material, fruto de la desesperación por la pérdida de
nuestro significado. Pero cuando uno abre los ojos de verdad, no puede pasar por
alto el cambio que está teniendo lugar. Cada vez son más las personas que saben que
la visión del mundo puramente material se ha extendido, porque no puede satisfacer
la búsqueda del sentido, y cada vez es más evidente que está llegando a sus límites.
Los recursos naturales tienden a agotarse, la diversidad de la vida se reduce, el
clima es cada vez más adverso para las condiciones de vida. Incluso aquellos que
tienen la suerte de no haberse visto afectados directamente entienden que no se puede
continuar mucho tiempo como hemos venido haciendo hasta ahora. ¿Más motivos?
No seremos más felices, ni estaremos más satisfechos, sino más bien infelices y
desesperados. Sin embargo, aún hay esperanza.
Una nueva espiritualidad se abre paso en el mundo. La antigua sabiduría vuelve a
descubrirse y se asocia con las ciencias modernas. Lentamente (desgraciadamente,
muy lentamente) va calando la idea de que el ser humano forma parte de la
naturaleza. También se desarrollan nuevas formas de pensamiento. La conciencia de
humanidad alcanzará muy pronto una frontera crítica en la que los nuevos conceptos
conforman la realidad.
El materialismo, al igual que el idealismo, ha llegado a su límite; tiene lugar un
cambio de paradigma hacia una conciencia cuántica. La curación cuántica es una de
las muchas señales de que se está produciendo un cambio.

La conciencia cuántica
Mientras entendamos que nuestra conciencia es algo más que una función propia
del cerebro de los mamíferos estaremos dando un paso evolutivo hacia adelante. La
idiosincrasia de nuestra cultura, nuestra familia y de nuestra historia sigue siendo
eficaz; aunque tras una larga búsqueda, ahora vemos la forma de superar esta
idiosincrasia y encontrar una nueva conciencia.
La teoría cuántica ha allanado el camino hacia una conciencia cuántica. Los
principales conocimientos son sencillos, pero revolucionarios:

• No existe ninguna realidad que no dependa del observador. Este es, tal vez,
el punto más radical y el obstáculo más difícil de superar. A fin de cuentas,
hasta ahora siempre lo hemos aprendido de forma distinta. «Nosotros» es
«dentro»; «el mundo» es «fuera». La conciencia cuántica rompe esta ilusión.
Las generaciones futuras, que ya no crecerán con esta ilusión, tendrán aún más
fácil realizar «milagros».
• Cuerpo y conciencia son inseparables. Esto ya se ha planteado en muchos
sectores de la medicina y la psicología. La medicina psicosomática y la
psiconeuroinmunología son campos en los que está idea constituye el
programa básico. La conciencia cuántica ya no une estos dos campos, ni
tampoco los separa. En el futuro, rara vez se verá que haya cuerpo y alma.
• Los procesos bioquímicos del cuerpo son controlables mediante la
atención. Este paso se corresponde con la situación actual. Los científicos
están fascinados con la posibilidad de explorar esta idea. Con cuidado,
todavía nos ata el materialismo, pero si observamos poco a poco su relación,
esta idea se hará evidente.
• La percepción de la realidad es una conducta aprendida. Cuando hayamos
comprendido esto no solo de manera intelectual, sino de verdad, podremos
empezar a cambiar este comportamiento aprendido y, con ello, la realidad.
• Todo está impregnado por la conciencia. En la conciencia cuántica, las
enseñanzas de las religiones pasarán a formar parte del ámbito del
entendimiento. Serán una certeza. No solo es nuestro sentimiento el que nos
dice que somos parte de una conciencia universal, sino que también lo hace la
razón. Y así pasamos a ser una sola cosa con el universo.

Con esta breve descripción quería señalar hacia dónde nos puede llevar el futuro.
Por favor, no lo entienda como mi enfoque personal; yo no he llegado más lejos que
usted. Tampoco hay que entenderlo como dogmas, sino como tareas. Así podría ser
si nos lanzáramos a los nuevos conocimientos con toda nuestra conciencia.

Cambiar el mundo
Cuando iniciamos una curación cuántica, cambiamos el mundo.
Hemos hablado principalmente sobre curación en ámbito corporal y emocional.
Como usted ya sabe, esta clasificación es artificial; cuerpo y alma son indivisibles.
Pero aún hay más. Cuerpo y alma también son inseparables de la realidad. Todo está
interconectado por una red entrelazada de cuantos. Un cambio de vibración se
propaga por toda ella. Esto quiere decir (y ya hemos visto esto en el capítulo sobre
las aplicaciones concretas de la estimulación cuántica) que no solo podemos
cambiar nuestra salud y el bienestar emocional mediante los actos de nuestra
conciencia, sino cualquier proceso.

Para hacer esto algo más comprensible, veamos de nuevo el modelo de la teoría
de los universos paralelos. Hemos dicho que podemos curar el pasado. Obviamente,
lo primero en lo que pensamos es en una especie de viaje en el tiempo. El modelo de
los múltiples universos hace que sea mucho más fácil de imaginar y no caigamos en
paradojas ni contradicciones.
Imagínese que en el momento del pasado en el que apareció un problema hay otra
línea de universo en el que ese problema no se da. Lo único que tiene que hacer es
elegir esa línea de universo paralela que contiene otro pasado. ¡El nuevo pasado
nunca se encontrará con ese problema!
Esta visión conlleva increíbles implicaciones. Constantemente, a cada instante, se
producen sucesos cuánticos. Todos los estados posibles se superponen hasta que la
conciencia hace que la función de onda se colapse. Sin embargo, la teoría de los
múltiples universos hace que sea más fácil de ver. No es que colapse la función de
onda, ¡sino que la conciencia cambia de línea de universo!
¿Ve usted ahora cómo su conciencia crea el universo? Muy fácil: al elegir una de
entre las infinitas posibilidades. Seguramente, ya sabe usted de lo que, en teoría
somos capaces: de todo.
¡Solo tenemos que arriesgarnos!
Agradecimientos

«Somos enanos a hombros de gigantes», dijo Bernhard von Chartres hace casi
novecientos años. Hoy en día es aún más válido. Sin embargo, no solo con nuestros
pensamientos y nuestros actos erigimos grandes fantasmas del pasado; también
nuestro prójimo forma parte de lo que nos ayuda. No somos individuos en un
universo frío y descomunal, sino que todos formamos parte de una conciencia total.
Hay, por tanto, incontables personas a las que tengo que darle las gracias. A
algunas de ellas me gustaría destacarlas aquí. Le doy las gracias a mis padres, que
me dieron curiosidad y me pusieron en el camino. Al doctor Deepak Chopra, que me
dio el primer impulso para dedicarme a la curación cuántica. A Frank Kinslow, que
ha hecho que el concepto actual de curación cuántica sea conocido en todo el mundo.
A Zhang Cheng, que me ha introducido en los misterios de la física cuántica; los
errores o imprecisiones que yo haya podido cometer aquí no son culpa suya, sino
debidos por completo a mi interpretación profana. A Andrea Löhndorf y Silvia
Vrablecova de Random House, que me asesoraron con el libro e hicieron que saliera
adelante. A Ronald Schweppe, un buen amigo, por sus correcciones y sugerencias de
estilo. Y finalmente, aunque no por ellos menos importante, a mi esposo, que me dio
autoconfianza, me animó a escribir este libro, me ayudó con ideas cuando me
quedaba atascada, e hizo que mi alemán fuera más legible.
Este libro no habría sido posible sin todas estas personas. Muchas gracias a todos
vosotros.
Anexos
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Índice

Acupuntura 11, 102


Adicción 97
Alcohol 97
Alimentación sana 92
Alineamiento, mal 90
Aprendizaje 101
Armonía 40, 49, 54, 70, 77 y sig., 99, 100
Atención 60 y sig., 68, 137
Atman 73
Autosincronización 82
Autovaloraciones negativas 80
Ayurveda 12

Barlett, Richard 73
Bernhard von Chartres 141
Bohm, David 13
Bohr, modelo atómico de 117
Bohr, Nils 117
Branas 128 y sig.
Buda, Siddharta Gautama 48, 64

Cabeza y corazón 72 y sig.


Cabeza, dolores de 86, 88
Cáncer 82
Cerebro 65, 101
Chacras, curación mediante 43
Cheng, Zhang 13, 115
Chopra, Deepak 12, 141
Ciencia médica 42, 43
Ciencias naturales 133
Cifosis 89
Cinco elementos 12, 39
Círculo cuántico 65
Clarke, Sir Arthur C. 19
Conciencia 49, 54, 125, 126, 127, 132 y sig.
cuerpo y 137
ilimitada 24
realidad y 135
Conciencia pura 14, 24, 32 y sig., 59 y sig., 70
Conciencia pura y presión del éxito 98
Conocimiento, pérdida del 132 y sig.
Conocimientos de las ciencias naturales 132
Contacto, mejor lugar de 50
Contacto, punto de 50, 51
Contacto, señal de 34 y sig.
Copenhague, interpretación de 122
Corazón y cabeza 72 y sig.
Corazón, campo del 72, 73
Cuántica, autocuración 57
Cuántica, conciencia 136 y sig.
Cuántica, curación 13 y sig., 81, 93, 137, 138
alimentos y agua 105 y sig.
animales 107 y sig.
aspectos esenciales 54
circunstancias materiales 111 y sig.
cosas 109 y sig.
física cuántica y 115-129
otras aplicaciones 105-114
plantas 109
respiración y 73 y sig.
siete pasos 27
sueños 112 y sig.
Cuántica, estimulación 68, 98
Cuántica, estimulación retroactiva (véase R-QUEST)
Cuántica, filosofía 131-139
Cuántica, mecánica 124
Cuántica, revolución 134 y sig.
Cuántica, Teoría 122, 123
Teoría la relatividad y 128
Cuantos 118 y sig., 125
Cuello, musculatura del 88 y sig.
Cuerdas 119, 128 y sig.
Cuerdas, Teoría de 128
Curación 42
Curación a distancia 74 y sig., 100, 108

Darwin, Charles 132


Dedos, colocación de los 30
Dependencia 97 y sig.
Depresión 96 y sig.
Desarmonía 99
Destinatario 22, 49, 70, 74
Diabetes 82
Diagnóstico 85 y sig., 96
Dietas 104
Dios 60
Dolencias crónicas 81
Dolor, memoria del 86
Dolores 86, 87
Dolores crónicos 89
Drogas 97
Drogas, adicción a las 82

Efecto túnel 78
Einstein, Albert 78, 121 y sig.
Ejercicios (sensibilidad) 51 y sig.
Ejercicios (sincronización) 55
Embarazo 102 y sig.
Energía ancestral 97
Energía negativa 127
Energía, campo de (Aura) 49
Energía, canales de 43
Energía, falta de 92 y sig.
Energía, sentido de la 50
Energía, sentir la (ejercicio) 53
Enfermedades 87 y sig.
Enseñanzas esotéricas 116
Equilibrio 55 y sig.
Escaneo 51, 82
Escoliosis 89
Escritura sobre la piel (ejercicio) 53
Escuela 101
Espalda, dolores de 76
Espalda, molestias en la 89 y sig.
Espalda, tratamiento en la 90
Espiritualidad 128, 134, 136
ciencia y 132 y sig.
Estrategias psicológicas 92
Estrés 89, 91 y sig.
Everett, Hugh 125, 131
Experiencias extracorporales 49
Experimento de doble rendija 32, 118 y sig.

Filosofía de la vida 116


Filosofía nueva 135
Fotón 120, 121, 124

Ghandi, Mohandas Karamchand 64

Heede, Gunther 14
Heisenberg, Werner 125, 127
Heroína 97

Idealismo 136
Iluminación 25, 26, 62
Información, Teoría de la 127, 131
Iniciador 22, 23, 74 y sig.
Intención 28 y sig., 54
Intención precisa 35
Interferencia 32, 33, 34
Interferencia, patrón de 33
Internet, adicción a 97
Intuición 50

Jesucristo 48, 64
Jiu Zhou 12
Juego, adicción al 97

Kinslow, Frank 14, 141


Koan 62

Lao Tsé 59, 133


Lordosis 89

Maestro Eckhart 59, 133


Maltrato psíquico 80
Manos, colocación de las 48, 49, 107
Manos, contacto de las 49
Mantra 61
Materia 117
Materia, jerarquía de la 118
Materialismo 136
Matriz 60, 95
Medicina tradicional china 11
Medicamentos 96, 97
Medicina 40 y sig.
Medicina china 11, 39
Medicina ortodoxa occidental 41, 42, 82
Medicinas alternativas 82
Meditación 33, 60, 70 y sig.
Método científico 116
Método circular 65
Método de la esfera 67 y sig., 82
Método de los dos puntos 65, 66
Método de los tres puntos 65, 66
Método del punto de luz 82
Método energético 30
Micro escaneo 51
Miedos 94 y sig.
Milagros 135 y sig.
Múltiples universos, Teoría de los 126, 138 y sig.
Movilidad 88
Mudra 61

Nacimiento 80, 103 y sig.


Nacimiento, trauma de 103
Neuronas espejo 74
Nicotina 97
Niño interior 80, 81
No-hacer 47,
No-localización 75
No-pensar 33, 70
Nueve puntos, enigma de los 25, 26

Observador consciente 125


Onda, carácter de 121
Onda, función de 124 y sig., 139
Orientación 35
Orinoco 35, 36
Oscilaciones 124 y sig.

Paciencia 62
Partícula, carácter de 121
Pensamiento en blanco (ejercicios) 60 y sig.
Pensamiento, espacio de silencio en el 37
Percepción, realidad y 139
Percepción, sensibilidad y 82
Percepción, sincronización de la 57 y sig.
Pneuma 73
Postura 89
Posturales, daños 88
Posturas, malas 89 y sig.
POWER-QUEST 81 y sig., 98
Preguntas realmente importantes 131
Preocupaciones por el dinero 112
Primer empeoramiento 38
Problemas con otras personas 100 y sig.
Problemas de pareja 98 y sig.
Problemas de peso 10 y sig.
Problemas en la relación 99
Problemas emocionales 93 y sig.
Problemas, físicos y emocionales 85, 86
Punto cero, campo del 24
Punto cero, energía del 24, 35, 69 y sig., 81
Punto cero, nivel del 60, 127

Qi 13, 73
Qi Gong 92
Quarks 116, 118
QUEST 14, 15, 64-83, 93, 111

Raíz de la enfermedad 88
Realidad, conciencia y 135
Realidad, percepción y 137
Regla 3g 29 y sig.
Relatividad, Teoría de la 128
Relatividad especial, Teoría de la 78
Religiones 116, 133
Respiración 56
Respiración, sincronización de la 74, 82
Revoluciones científicas 134
R-QUEST 80 y sig.

Salud plena 40
Schrödinger, Erwin 121 y sig.
Schrödinger, gato de 121y sig. 126
Sensaciones, imágenes de 68
Sensibilidad 50
Sensibilidad (ejercicios) 51 y sig.
Significado, pérdida del 131 y sig.
Símbolo 61
Sincronización 68, 79
Sincronización (ejercicios) 55 y sig.
Sincronizar 57, 74
Síntoma 87, 88
Sobrepeso 104 y sig.
Somníferos 97
Superposición, estado de 121, 122, 126
Sustituto 77
Sustituto, método del 76, 80

Tao 60, 133


Taoísmo 13, 133
Telepatía 49
Tensiones 88, 89
crónicas 88
musculares 89
Thangka 61
Tiempo 62, 135
Tratamiento sintomático 42

Universos paralelos 126


Urgencias emocionales 82

Visión del mundo 131


Visión del mundo espiritual 133
Visualización 65
Voluntad 68, 69
Voluntad, fuerza de 70

Wheeler, John Archibald 127, 131

Yoga 92

Zurhorst, Eva-Maria 99

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