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- Generalidades
La Odontología tiene como campo de acción y estudio una región de gran complejidad
estructural, dinamismo y cambios continuos. La cabeza humana actual es vista filogenéticamente,
como el resultado de una competencia evolutiva. La cual se da entre los órganos sensoriales en un
espacio limitado [Bezkin y colaboradores 2005]. Las modificaciones en su orientación postural,
están asociados con funciones importantes para la supervivencia biológica y social del individuo.
Éstas son realizadas por el sistema Estomatognático. La succión, la digestión oral (que
comprende la masticación, salivación, degustación y degradación inicial de los hidratos de
Carbón). La deglución, la comunicación verbal (que se integra, entre otras acciones, por la
modulación fonológica, la articulación de los sonidos, el habla, el silbido y el deseo). La
gesticulación (que incluye la sonrisa, la risa, la expresión facial, el beso, entre otras
manifestaciones estético-afectivas). La ventilación o inicio de la respiración y la defensa vital
(tos, expectoración, estornudo, bostezo, suspiro, exhalación y el vómito) [Barreto, 1999].
Esenciales para la supervivencia del individuo, pueden ejecutarse y cambiar de una a otra con
gran precisión en sólo milésimas de segundos, por dicho sistema
Articulación Articulación
occípito-atloidea temporomandibular
Articulaciones
Articulación
dento-dentales
atlo-axoidea
Articulaciones
Articulaciones dentoalveolares
vertebro-
vertebrales Cintura toraco-
cervicales escapular
Primer arco.- Contiene en la región dorsal el proceso maxilar que dará lugar al maxilar
superior y otros huesos de la cara. En la zona ventral se encuentra el proceso
mandibular que contiene el cartílago de Meckel a partir del cual se formará el yunque y
el martillo del oído. Este proceso también generará la mandíbula. Del primer arco
evolucionarán los músculos de la masticación y el V par craneal, (nervio trigémino).
Segundo arco.- Nombrado arco hioideo, da lugar al huesecillo estribo y el VII par craneal
(nervio facial).
Tercer arco.- Origina estructuras relacionadas con el hueso hioides y el par IX, (nervio
glosofaríngeo).
1 2 3 4
Arcos
branquiales Bolsas faríngeas
1 2
34
Yema
pulmonar
Arco branquial
Primordio tiroideo
Existen el quinto y sexto arcos branquiales, pero el quinto desaparece y el sexto se une al cuarto.
De ésta forma, histológicamente las estructuras que se derivan son las siguientes [Moreno-García
y colaboradores, 2007]:
El cuerpo del maxilar tiene forma de pirámide truncada con forma cuadrilátera, con una cara
externa, otra interna y cuatro bordes. En su interior se encuentra la cavidad denominada seno
maxilar. El cual, es el más grande de los senos paranasales y ocupa la apófisis piramidal del
maxilar superior. Su base corresponde a la pared externa de las fosas nasales y su vértice al hueso
malar [Ortiz-Sarabia y asociados, 2008]. La cara externa o geniana presenta en su base, unas
eminencias verticales que corresponden a las raíces de los dientes. La eminencia que produce la
raíz del canino es la más prominente y se le denomina eminencia canina. Por dentro de la
eminencia canina se encuentra una depresión, la fosita mirtiforme donde se inserta el músculo
mirtiforme. Por encima de las elevaciones producidas por las raíces de los dientes, en la cara
externa del maxilar sobresale hacia fuera la apófisis piramidal o malar. La cara geniana está en
relación con las partes blandas de la mejilla. Como elemento más relevante presenta el agujero
infraorbitario. Situado a cinco o seis milímetros por debajo del reborde inferior de la órbita. Es
por donde emerge el nervio infraorbitario. Bajo éste orificio, se presenta una depresión llamada
fosa canina, debe su nombre a las relaciones que presenta con el músculo canino. La cara interna
esta en relación con la cavidad oral y la mucosa bucal. El borde superior separa la cara orbitaria
de la cara anterior y forma el tercio interno del reborde inferior de la órbita. El borde posterior o
zigomático, forma la pared anterior de la fosa ptérigo-maxilar y de su trasfondo. Sitio por donde
emerge el nervio maxilar superior. Es convexa por dentro y se hace cóncava transversalmente
hacia fuera, cerca del hueso malar. La porción interna se le llama tuberosidad del maxilar
superior. Comprende el borde posterior del reborde alveolar superior. En su parte media se ven
los orificios de los conductos dentarios posteriores, donde se introducen los vasos y nervios
dentarios posteriores superiores [Mateos y colaboradores, 2002]. El borde inferior cóncavo,
grueso y obtuso. Separa la cara anterior de la cara cigomática a los vasos y nervios dentarios
anteriores, destinados al canino y a los incisivos del mismo lado. El borde anterior se articula con
el borde anterior del maxilar análogo (Figura II.4).
Espina del
maxilar Fosa
pterigoidea
Fosa
mirtiforme
Apófisis
Eminencia
pterigoides
canina
Fosa canina Proceso alveolar
Figura II.4.- Principales estructuras del hueso maxilar
La mandíbula o maxilar inferior es un hueso impar, tiene forma de U o herradura abierta hacia
atrás. Se sitúa en la parte inferior y posterior de la cara y parece abrazar al maxilar. Es el único
hueso móvil de la cabeza al formar parte de la articulación temporomandibular [Fuentes-Francia,
2012]. Aloja a las piezas dentarias inferiores y junto con el hueso hioides forma el esqueleto del
piso de la boca. Para su estudio se divide en cuerpo, que presenta dos caras (anterior y posterior)
y dos bordes (superior o alveolar e inferior o basal). Y en dos extremidades laterales o ramas
ascendentes [Mendoza-Fernández, 2014]. La cara externa o anterior en su línea media se halla la
sínfisis del mentón. Puede encontrarse deprimida o elevada, por lo que se le denomina la
eminencia mentoniana. En sus ángulos externos se ubican los tubérculos mentonianos. Hacia la
zona de premolares se localiza el agujero mentoniano [Tenorio-Cahuana, 2013]. En la zona de
molares, extendiéndose al borde anterior de la rama ascendente del cuerpo mandibular, se ubica
la línea oblicua externa. Ésta es inserción de varios músculos. El triangular de los labios, hacia
abajo. El músculo cutáneo del cuello y por arriba, el músculo cuadrado de la barba. Por encima
de ésta línea, se encuentra la fosa retromolar donde se va a insertar el músculo buccinador (Figura
II.5).
Cóndilo mandibular
Línea Rama
Zona retromolar ascendente
oblicua
externa Ángulo
mandibular
Proceso
alveolar Cuerpo
Borde mandibular
superior
Borde
Orificio inferior
Orificio
mentoniano
mentoniano
Sínfisis mentoniana
Figura II.5.- Principales estructuras de la cara anterior de la mandíbula
En la cara interna, a los lados de la línea media se identifican las apófisis geni. Tienen apariencia
de cuatro espinas que surgen del cuerpo mandibular. En ellas se insertan los músculos
geniohioideos y genioglosos. Esta cara presenta también una línea que se dirige hacia atrás y
arriba, la línea oblicua interna o milohioidea. En ella se inserta el músculo de igual nombre.
Rodeando a ésta línea se encuentran algunas estructuras de importancia. La fosa sublingual donde
se ubica glándula salival sublingual. La fosa submandibular que aloja la glándula salival
submandibular. Finalmente, donde termina ésta línea se ubica la fosa parotidea que aloja la
glándula parótida [Valdivieso-Cárdenas y asociados, 2005].
En el borde superior se encuentra el proceso alveolar, donde se alojan las raíces dentales. Está
constituido por las corticales interna y externa. Los tabiques óseos y los tabiques interalveolares o
septum. Forman ocho cavidades de cada lado, denominados alvéolos dentales. Estas estructuras
adquieren la misma forma que las raíces que albergan. Por lo tanto a nivel de los molares, se
hallan divididos en dos por los tabiques interradiculares. El borde inferior es grueso, romo y
superficial. Fácilmente palpable pues solamente lo cubren la piel y el músculo cutáneo del cuello.
Cerca de la línea media presenta la fosita digástrica, lugar de inserción del músculo digástrico en
su vientre anterior. En la zona que se continúa con el borde inferior de la rama mandibular, se
forma una escotadura llamada pregonial, por donde pasa la arteria facial (Figura II.6).
Orificio y Línea
conducto oblicua Espina de
dentario interna Spix
inferior
Fosa
parotídea
Fosa
submandibular
Apófisis geni
Las ramas mandibulares tienen forma cuadrilátera, presenta dos superficies (lateral y medial).
Cuatro bordes (superior, inferior, anterior y posterior). Dos apófisis, condílea y coroniodes. La
superficie lateral de la rama mandibular es plana. Tiene unas crestas oblicuas en su parte inferior,
denominadas rugas maseterinas para la inserción del músculo masetero. La superficie medial es
de forma irregular. En su parte superior, se exhibe el agujero mandibular que conduce al canal
mandibular. El cual, es curvo hacia abajo, va hacia delante y termina en el agujero mentoniano.
En su parte anteromedial se encuentra una fina língula triangular o espina de Spix. El surco
milohioideo desciende hacia delante de ésta. El borde inferior se continúa con el borde posterior
de la mandíbula, formando el ángulo de la misma. El borde superior limita la escotadura
mandibular. En la parte superior y frontal se encuentra la apófisis coronoides y la escotadura
zigmoidea. En su parte posterior se encuentra el cóndilo mandibular o apófisis condílea. La
apófisis coronoides es de forma plana y algo triangular. Se proyecta hacia arriba y ligeramente
hacia delante. Su borde posterior limita la incisura mandibular y el anterior se continúa con el de
la rama. Los márgenes y la superficie medial proporcionan inserciones a la mayor parte del
músculo temporal y lateralmente a la porción anterior del músculo masetero [Grau-León y
colaboradores, 2005]. El cóndilo mandibular se alarga en sentido apical por un fibrocartílago que
lo cubre. Se proyecta más en su polo medial para articularse con la cavidad glenoidea del hueso
temporal, a través de un disco articular intermedio. Es convexo en todas direcciones. Su cara
lateral es una proyección roma palpable por delante del tragus articular. Por debajo de la apófisis
condílea está el cuello del cóndilo. Es más estrecho, ligeramente aplanado desde delante hacia
atrás. La cara anterior del cuello esta superpuesta por el lado al margen de la incisura mandibular.
En la superficie anterior del cuello se ubica la fosa pterigoidea donde se inserta del musculo
pterigoideo externo. El borde posterior es grueso, algo convexo hacia atrás y cóncavo por abajo.
Se extiende desde el cóndilo hasta el ángulo mandibular, donde se encuentra en contacto con la
glándula parótida [Córdoba-Posso y asociados, 2006]. El borde anterior es muy delgado en la
parte superior, que se continúa con el de la apófisis coronoides y más grueso en la inferior, que se
continúa con la línea oblicua externa (Figura II.7).
C A) Apófisis coronoides
B) Escotadura
A
D zigmoidea.
B C) Cabeza del cóndilo
mandibular.
D) Cuello del cóndilo
E
mandibular.
E) Rugas maseterinas.
Cóndilo del
Cavidad temporal
glenoidea
Cóndilo
mandibular
El menisco o disco articular de la ATM, es una placa oval de fibrocartílago que la divide en una
mitad superior y otra inferior. En su parte central es más delgado que en sus márgenes, donde el
tejido fibroso es más denso. Es en esta zona es donde se aplica presión por parte de la cabeza del
cóndilo y la eminencia articular. Dicha parte es avascular y sin inervación. El disco se inserta en
los bordes laterales rugosos del cóndilo y de la superficie posterior de la eminencia. Esta
inserción es independiente de la cápsula, permitiendo que el menisco se mueva junto con el
cóndilo. Hacia atrás, el menisco es más blando y se continúa con una zona de tejido laxo
vascularizado llamado almohadilla retrodiscal. Por delante, el menisco se conecta con la cápsula
articular en el punto donde las fibras del haz superior del músculo pterigoideo externo, se insertan
a través de la cápsula [Matamala-Vargas y colaboradores, 2006]. Básicamente, el menisco
estabiliza al cóndilo en reposo, nivelando las superficies dispares del cóndilo y la cavidad
glenoidea. Actúa como amortiguador de presión en las áreas de contacto de la articulación,
durante el desplazamiento del cóndilo. También, ayuda a evitar el desgaste que se produce en los
movimientos de translación (rodamiento y deslizamiento) de las superficies articulares de la
ATM. Otra función que cumple el disco, es la de regular los movimientos condilares, ya que las
partes anterior y posterior contienen terminaciones nerviosas libres llamadas corpúsculos de
Ruffini (sensibles al dolor). Por último, el menisco también desempeña un papel en la lubricación
de la ATM. La cápsula articular de la ATM es de tejido fibroso. Se inserta en la zona medial y
lateral de la cavidad glenoidea, hasta la eminencia articular, y en el cuello del cóndilo
mandibular. En su parte anterior, media y posterior es laxa, pero lateralmente está reforzada por
el ligamento temporomandibular, que la tensa. Posee una membrana sinovial que la tapiza, así
como también a los bordes del menisco (Figura II.9). Es una estructura altamente vascularizada e
inervada [Concha, 2007].
Membrana
sinovial
Ligamento
Cóndilo
mandibular Líquido
sinovial
Cápsula
articular
Los ligamentos de la ATM, están constituidos por fibras colágenas con longitudes específicas.
Por lo que no les es posible distenderse, ya que podrían elongarse y no recuperar su longitud
original. Son responsables de mantener la integridad y la limitación de los movimientos de la
mandíbula para evitar su dislocación junto con el cóndilo del temporal. Como ya se mencionó,
son tres ligamentos, los cuales se describen a continuación:
El ligamento estilomandibular.- Es una banda fibrosa. Une la apófisis estiloides del hueso
temporal, en la base del cráneo y con la mandíbula, bajo la inserción del ligamento
esfenomandibular. Estos dos últimos ligamentos son considerados accesorios por
naturaleza, ya que no tienen función aparente ni influencia sobre la ATM (Figura
II.10). Sin embargo, se dice que el ligamento esfenomandibular participa en la
regulación del movimiento de la articulación.
a) Temporo-
mandibular
c b b) Esfeno-
mandibular
c) Estilo-
mandibular
Figura II.10.- Ligamentos de la ATM
En comparación con lo que ocurre con otras articulaciones del cuerpo humano, donde sus
superficies están recubiertas de cartílago hialino, las superficies articulares de la ATM están
recubiertas de fibrocartílago. El cual, es un tejido de tipo conectivo denso con células de
cartílago. Este tejido está formado por una matriz sólida y por sustancia intersticial. La matriz
sólida está compuesta por fibras de colágeno tipo I que tienen una gran resistencia a la tensión,
pero no absorben cargas de compresión. La sustancia intersticial dentro de la matriz, está
compuesta principalmente por proteoglicanos y agua. Esta unión forma un gel denso que absorbe
las fuerzas de compresión que las superficies articulares tienen que soportar. Cubriendo la
superficie superior del cóndilo mandibular se encuentra el disco articular, de forma oval y
compuesto por un tejido denso conectivo fibroso [Ravelo-Loreto, 2011].
La parte más gruesa del disco, es la banda posterior con un espesor de 3 mm. El espesor de la
zona intermedia es de 1 mm y el de la zona banda anterior, es de 2 mm. El disco está firmemente
unido de forma medial y lateral, a la cabeza del cóndilo mandibular. Durante el movimiento de la
mandíbula, se desplaza hacia delante y hacia atrás sobre el cóndilo. Desde la parte inferior de la
zona bilaminar y la inserción del músculo pterigoideo lateral. El disco es una de las partes más
importantes de esta articulación, ya que le confiere estabilidad a la misma. A su vez, es el que
absorbe todas las cargas que sufre esta articulación. Cuando la boca está cerrada y la parte
posterior de los dientes está en contacto, la banda posterior del disco se encuentra en la cresta
transversal del cóndilo mandibular y la mayor concavidad de la fosa glenoidea [Perea-Pérez y
asociados, 2007].
Todos los movimientos normales de la mandíbula desde esta posición están acompañados por la
combinación de una rotación del cóndilo. Le sigue una translación del mismo con el disco
interpuesto entre la mandíbula y la superficie articular del Temporal. Conforme el cóndilo se
mueve hacia delante durante la apertura de la boca, el disco sigue el movimiento a la mitad de
velocidad. Por tanto, en el movimiento de apertura de la boca, tanto el cóndilo como el disco se
mueven hacia delante, pero el disco al hacerlo más lentamente, se mueve posteriormente en
relación al cóndilo (Figura II.11). Esto permite que la ATM se la única articulación del cuerpo,
que tiene seis grados de libertad: apertura y cierre, lateralidades (izquierda y derecha) y
protrusión y retrusión (adelante y atrás) [Novell, 2004]. Las articulaciones dentoalveolares
pertenecen a uno de los tres tipos de articulación fibrosa que existen, las gonfosis. Éste tipo de
articulaciones se encuentra únicamente en un solo lugar del cuerpo, entre los huesos maxilares, la
mandíbula y los dientes. El origen del nombre proviene de la raíz griega gonfos, que quiere decir
clavo. Fue llamada así, debido a que originalmente se creía que la inserción de los dientes en la
mandíbula era un proceso mecánico, semejante a como un clavo se inserta en una tabla.
Desplazamiento
Disco articular
Ligamento
temporo-
Cóndilo
mandibular
mandibular
Figura II.11.- Desplazamiento anterior del disco articular, durante el movimiento de apertura
Se caracteriza por tener muy poca movilidad, ya que los tejidos que las conforman (hueso y
cemento de la raíz dental) embonan uno dentro del otro de manera muy semejante a como lo hace
una clavija en un contacto. Al igual que las otras articulaciones fibrosas, los dos tejidos están
unidos por tejido conectivo fibroso (el ligamento periodontal). Este ligamento mide entre 0.1 a
0.3 mm de espesor. Se encuentran tanto en el maxilar como en la mandíbula uniendo las raíces
dentales al alveolo.
Hueso alveolar
Fibras
periodontales
de Sharpey
Figura II.12.- Gnofosis dental
II.2.3.- Componentes neuromusculares
La musculatura del sistema Estomatognático permite determinar la postura y los movimientos
mandibulares [Albornoz y asociados, 2009]. Los músculos de la masticación son típicamente
multipinados (en forma de abanico) cuyas fibras se orientan en diversos ángulos y direcciones.
Los principales músculos de la masticación son temporal, masetero, pterigoideo interno y
pterigoideo externo.
a)
b)
Interno o medial
Externo
o lateral
Como se observa en la Tabla II.1, el nervio en más íntima relación con el sistema
Estomatognático es el V par craneal o trigémino. Es un nervio mixto, teniendo predominio de
función sensitiva. Controla principalmente la musculatura de la masticación y la sensibilidad
facial. La función sensitiva del trigémino conduce sensaciones táctiles, de propiocepción y dolor,
de los 2/3 anteriores de la lengua, dientes, la conjuntiva ocular, duramadre y de la parte
ectodérmica de la mucosa bucal, nariz y senos paranasales [Mejía, 1992].
Las ramas motoras del nervio trigémino están en el nervio mandibular. Inervan los músculos
masticadores, el tensor del tímpano, el milohioideo y el digástrico. Las ramas sensitivas inervan
la conjuntiva, córnea, ojo, órbita, frente, etmoides y senos frontales. De ésta forma el nervio
Trigémino se divide en tres grandes ramas; la oftálmica (V1), la maxilar superior (V2) y la
mandibular (V3) (Figura II.16) (Tabla II.2) [Granollers-Torrens y colaboradores, 2007].
V1
V2
V3
El drenaje venoso está dado por la vena yugular externa. Es una vena superficial originada por
debajo de la región parotídea, que termina en la vena subclavia. Sus ramas de origen son las
venas occipitales y auriculares posteriores. También participan indirectamente las venas facial,
temporal superficial y el plexo pterigoideo, que van a formar la vena retromandibular. De ésta
vena se originan las venas maxilares. Este plexo recibe a las venas temporales profundas, la vena
del conducto pterigoideo, la vena estilomastoidea y las venas meníngeas medias (Figura II.17)
[Novell, 2004].
Glándula
Parótida
Glándula Glándula
sublingual submandibular
Libre
Periodonto Encía
Insertada Fibras gingivales
de
protección
Epitelio
de unión
Periodonto
Cemento
Periodonto Ligamento Fibras periodontales
de periodontal
inserción
Hueso
alveolar
Una vez definido esto, se procede a continuación a la descripción de cada uno de los tejidos que
conforman el periodonto. Antes de comenzar a describir a la encía, es pertinente hacer la
siguiente aclaración. La cavidad bucal se encuentra tapizada en todo su interior por mucosa. De
acuerdo a su ubicación y función se clasifica en masticatoria, de revestimiento y especializada.
De estos tres tipos, la encía pertenece a la primera [Botero y Quintero, 2001]. Es la sección de la
mucosa masticatoria que rodea al cuello del diente y recubre los procesos alveolares. Se
encuentra limitada superiormente por el margen gingival, el cuello del diente e inferiormente por
la mucosa vestibular, la cual tiene mayor movilidad. En el caso de la mandíbula, en la cara
lingual o posterior, el límite de la encía y la mucosa bucal no es muy claro. En el caso del
maxilar, en la cara palatina, no hay demarcación, ya que es similar a la mucosa palatina. Existen
dos tipo de Encía, la libre y la insertada. La encía libre o marginal, es la que se observa al sonreír
rodeando a los órganos dentales. Entre ellos toma una apariencia triangular denominada papila
interdental. En estado de salud es de color rosa coral. Este tipo de encía recibe su nombre ya que
no está adherida al hueso. Se encuentra limitada por el surco o línea marginal que la separa de la
encía insertada. La encía insertada (adherida o fija) como su nombre hace alusión, presta
inserción en el periostio del hueso alveolar que le corresponde. Se limita en sentido oclusal con el
surco marginal y hacia apical con el surco mucogingival. Que lo separa de la mucosa de
revestimiento de la cavidad bucal. Este surco mucogingival forma parte del fondo de surco
vestibular que indica el límite de cambio entre la encía masticatoria y la encía de revestimiento.
Las estructuras que sirven de medio de ésta inserción, reciben el nombre de fibras gingivales, de
las cuales existen cinco tipos: dentogingivales, dentoperiósticas, cementogingivales y circulares.
El epitelio de unión también denominada unión dentogingival, es el mecanismo de cierre del
periodonto de protección (Figura II.20). Su función es permitir que la encía marginal se adhiera a
la superficie del diente para sellar la comunicación entre la cavidad bucal y los tejidos del
periodonto de inserción [Delgado-Pichel y asociados, 2001].
Surco
mucogingival
Encía libre
Encía insertada
Los dientes están colocados en orden constante, en pares derechos e izquierdos. Alineados e
insertados en el hueso alveolar de la arcada superior o maxilar e inferior o mandíbula. Forman lo
que comúnmente se denomina dentadura. Todos los dientes tanto de la primera como la segunda
dentición, están formados por la corona anatómica, cuello del diente, borde incisal o cara oclusal
y la raíz. La corona está formada en su interior por la dentina y cubierta por esmalte. Su límite es
el cuello del diente que es la unión de la corona anatómica con la raíz anatómica. El borde incisal
se encuentra en los dientes anteriores y es el vértice de éstos. Es la superficie especializada para
el corte del alimento. La cara oclusal corresponde a los dientes posteriores y es la superficie
especializada para la trituración del alimento. La raíz anatómica es la parte del diente que está
formada por dentina en su interior y cubierta por cemento en el exterior. Forma parte del aparato
de inserción, manteniendo al diente dentro del alveolo.
Para su estudio, la corona se divide en seis caras. Mesial, que es la que toca con la cara del diente
anterior. Distal, que toca la cara del diente posterior. Vestibular, da hacia el labio o la mejilla.
Lingual (en inferiores) o palatina (en los superiores). Cervical, que da hacia la raíz. Incisiva (en
anteriores) que esa el vértice del diente u oclusal (en posteriores) que es la superficie masticatoria
(Figura II.21).
O V
D M
Raíz L
anatómica
C
Corona
anatómica
La forma de cada uno de los dientes depende de la función que desempeñan, así como de la
posición que tenga en las arcadas. Según su morfología, se pueden agrupar en cuatro tipos
incisivos, caninos, premolares y molares. Estudios antropológicos y antropométricos han
demostrado que los dientes anteriores armonizan con la forma de la cara y las estructuras faciales.
Determinan su contorno y tamaño, asimismo como la forma de los arcos dentarios relacionados
con las bases óseas de los maxilares. El tamaño de los dientes generalmente está en relación con
el ancho y largo de la cara. Aunque también aspectos genéticos pueden ser determinante en ello.
Existen dos tipos de denticiones en el ser humano. La dentadura infantil o primera dentición, que
consta de 20 dientes. La dentadura del adulto o segunda dentición, formada por 32 dientes.
La primera dentición es el aparato masticatorio del niño. Son pequeños dientes que coinciden
armónicamente con el tamaño de su boca, con los huesos y con todo el conjunto anatómico
durante el periodo de vida en que cumple su función. Son de color blanco lechoso, ligeramente
azulado y forma estrangulada en la región del cuello. El tiempo que permanecen en la boca es de
los 6 meses de edad a los 9 o 10 años. En la dentadura infantil se observa el siguiente proceso. A
lo largo de los dos primeros años de edad, el niño tiene la dentadura completa y luce sin desgaste.
Los bordes en los dientes anteriores son afilados, presentan crestas y valles llamados mamelones.
En el caso de los molares se advierte al tacto la agudeza de sus cúspides. A la edad de 6 a 8 años,
estos dientes han perdido lo agudo de los mamelones y sólo existen facetas planas producidas por
la fricción, parte del desarrollo normal del niño. De los veinte dientes que consta la dentadura
infantil ocho son incisivos, cuatro caninos y ocho molares [Williams-Albites y asociados, 2004].
Los dientes del adulto son de mayor volumen y diámetro que los de la primera dentición. Toman
un color que va desde un blanco amarillento, hasta los tonos marrones o grisáceos. La superficie
del esmalte es menos lisa y brillante que los dientes infantiles Sus contornos dan idea de mayor
poder y resistencia al impacto de la masticación. Esta dentición inicia a partir de los 6 años de
edad. Está formada por dos grupos de dientes, anteriores y posteriores. Éstos a su vez, están
divididos en dos subgrupos. El grupo de los dientes anteriores que consta de ocho incisivos y
cuatro caninos. El grupo de los dientes posteriores que está formado por ocho premolares y doce
molares. Su nomenclatura se muestra en la Tabla II.3.
Los dientes incisivos se encuentran situados en la parte más anterior de los arcos dentarios.
Tienen forma de pala o cuña, con un borde cortante. Los dos centrales tienen mayor dimensión
que los laterales. Poseen una sola raíz (uniradiculares). Tienen una función estética y fonética del
90% y masticatoria del 10%. Se encargan de cortar los alimentos durante la masticación. Los
caninos forman el segundo grupo de dientes anteriores. Son dientes fuertes y poderosos, suelen
ser los dientes más largos. También son uniradiculares y su corona tiene la forma de cúspide. Su
función es perforar y rasgar los alimentos [Bollini y colaboradores, 2010].
Los premolares son el primer grupo de los dientes posteriores. De forma general, los primeros
superiores tienen dos raíces y el resto son uniradiculares, pero se han encontrado que pueden ser
multiradiculares. Su cara oclusal presenta dos o tres cúspides, por lo que se les denomina
bicuspídeos o tricuspídeos. Son exclusivos de la dentadura del adulto. Su función estética es del
40% y masticatoria del 60%. En el proceso de masticación, su función es triturar el alimento
[Girón y asociados, 2009].
Los molares son el segundo grupo de los dientes posteriores. Los primeros molares superiores
tienen tres raíces. Los primeros inferiores, segundos superiores e inferiores tienen dos. Los
terceros suelen tener una anatomía no generalizada. Esto es, que ni la forma de su corona ni de su
raíz parece ser la misma en cada individio. Aunque de forma general tienen dos raíces las cuales
suelen estar fusionadas. Cabe mencionar que éstos terceros molares son los coloquialmente
llamados muelas del juicio. Hoy en día son difíciles de encontrar presentes en boca. Ya que por
cuestiones genéticas derivados del cambio de nuestra alimentación, tienden a quedarse incluidos
o alojados dentro del hueso maxilar o mandibular. Se consideran vestigios en desuso y en algunos
individuos no se forman desde el vientre materno. La cara oclusal de los molares presenta tres
cúspides en el caso del tercer molar, 5 en el caso del primer molar inferior y 4 en el resto de los
molares. Tienen la superficie masticatoria más amplia, su función estética es del 10% y
masticatoria del 90%. Amasan los alimentos desmenuzándolos en partículas suficientemente
pequeñas para ser deglutidas (Figura II.22).
1) Incisivos centrales
2) Incisivos laterales
5
4 3) Caninos
3 2 1
4) Premolares
5
5) Molares
4 1
3 2
En la cara oclusal del primer molar inferior se encuentran cinco eminencias. Formadas por cinco
lóbulos de crecimiento, colocadas tres del lado vestibular y dos del lingual. Las cúspides
vestibulares son tres eminencias cortas de altura, pero amplias de base. Su nomenclatura depende
de su posición, vestíbulo-mesial, vestíbulo-central, vestíbulo-distal, disto-lingual y mesio-lingual.
Las cuales se describen a continuación [Angarita y colaboradores, 2009]:
La cúspide vestíbulo-central es de menor tamaño que la mesial. Ocupa las tres novenas
partes de la dimensión mesiodistal. Es más escarpada que la mesial y en la porción
oclusal tiene dos vertientes armadas bien definidas. También presenta vertientes lisas
vestibulares. Está limitada por dos surcos, el ocluso-vestibular y el ocluso-
vestíbulodistal. Es asimismo afectada notablemente por el desgaste. Cuando la arcada
está en oclusión, la cima o vértice de esta cúspide coincide con la fosa central del
primer molar superior.
La cúspide vestíbulodistal es la más pequeña de las tres eminencias. Tiene forma lobulosa
y su colocación no es propiamente vestíbulodistal. Con frecuencia se le encuentra en
posición exclusivamente distal, debido a la insinuación que tiene hacia el lado lingual.
El surco ocluso-vestíbulo-distal que la separa de la cúspide vestíbulo-central y su
vertiente armada mesial coinciden, en el momento de oclusión con la cresta transversa
del primer molar superior. En la porción correspondiente a la cúspide vestíbulo-distal.
a) Cúspide mesio-
vestibular
b) Cúspide centro-
d f e vestibular
b c) Cúspide disto-vestibular
Figura II.23.- Principales estructuras de la cara oclusal del primer molar inferior
La raíz del 1° molar inferior está compuesta por un tronco que se bifurca en dos cuerpos
radiculares, uno se coloca en mesial y el otro en distal. El mesial es más voluminoso y de mayor
longitud. Miden aproximadamente 8 mm en sentido vestíbulo-lingual y la mitad de esta medida
corresponde al diámetro mesio-distal. El cuerpo radicular distal es de menor dimensión. La raíz
mesial del primer molar inferior es laminada mesio-distalmente, es curvada en forma regular
hacia distal. Conserva la misma dimensión mesiodistal desde el tronco hasta muy cerca del ápice.
En algunos especímenes reduce en forma conoide esta dimensión y se adelgaza ligeramente en el
extremo apical. La amplitud vestíbulo-lingual facilita la existencia de dos conductos radiculares.
Puede ser considerada simbólicamente como una pirámide con cuatro caras axiales, mesial,
distal, vestibular y lingual. La raíz distal del primer molar inferior es menos voluminosa que la
mesial. Puede ser recta e inclinada hacia distal, de cervical a apical. En ocasiones se le encuentra
en forma de gancho, con una curvatura hacia distal en la misma forma que lo hace la raíz mesial.
Se han encontrado especímenes con una ligera convergencia hacia los dos tercios apicales sin
llegar a tocarse y una tercera raíz en disto-lingual, sin dirección precisa. Las caras de la raíz son
semejantes a la mesial pero de menor superficie. Normalmente esta raíz tiene un solo conducto.
La zona de trabajo en este diente, es toda el área intercuspídea, más casi todo el tercio oclusal de
la cara vestibular. El contacto lo hace con el primer molar superior, y una sexta parte con el
segundo premolar superior. Para fijar la correcta posición de contacto de estos dientes, se toma
como referencia la cima de la cúspide mesio-vestibular del molar superior. Ésta coincide con el
surco ocluso-vestibular del molar inferior. De este modo, la cima de la cúspide vestíbulo-distal
del superior corresponde con el surco ocluso-vestíbulo-distal del inferior. La cima de la cúspide
vestíbulo-central del molar inferior ocluye haciendo contacto con la fosa central del molar
superior. La fosa central del inferior es ocupada por la cúspide mesio-lingual del superior.
Cuando se efectúa el cierre de la mandíbula, se producen los contactos oclusales en los dientes.
Esto no sólo se concibe desde el punto de vista estático, sino que debe captarse la idea de un
modelo dinámico del ciclo masticatorio. La mayor superficie de contacto lograda entre dos
dientes antagonistas, está en razón directa de la normalidad en la forma y posición adecuada de
ellos [Moreno y asociados, 2004].
Esmalte
Proceso
carioso
Dentina
Cámara
Cemento
radicular
Estos estudios han reportado valores para el módulo de elasticidad en el esmalte dental humano
en un rango entre 70 y 120 GPa [Park y asociados, 2008]. Mismo rango en el que se encuentran
los módulos de Young de materiales como el Zirconio, el Oro y la Plata Tabla II.4. Su dureza
varía entre 3 GPa y 6 GPa dependiendo de la edad del paciente y la localización en el diente [Xu
y colaboradores, 1998].
Tabla II.4.- Módulo de Young de algunos materiales en el rango del esmalte dental
Material Módulo de elasticidad
70-12 GPa
Esmalte dental
95 GPa
Zirconio
77 GPa
Oro
76 GPa
Plata
La tenacidad a la fractura reportada para el esmalte dental varía entre 0.4 y 1.5 MPa. Estos
valores de tenacidad a la fractura son semejantes a los encontrados para materiales como el vidrio
de borosilicato y algunas resinas epóxicas. Lo cual permite deducir que el esmalte dental posee
características mecánicas relativamente altas. A pesar de estar compuesto por un alto porcentaje
de material inorgánico. Cabe destacar que la diferencia entre los valores reportados por uno u
otro estudio dependen en parte de las características anisotrópicas del material, (se considera
anisotropía cuando la variable inducida tensión, compresión, corriente eléctrica, etc. no coincide
con la del campo que la origina) [Araque-Beltrán y asociados, 2005]. Es por ello que
dependiendo del sentido en el que se encuentren los prismas de hidroxiapatita, el comportamiento
mecánico varía.
Dentina
peritubular
Dentina
intratubular
Una característica de la dentina es la permeación que sufre por entre los túbulos estrechamente
empaquetados los unos con los otros. Los cuales contienen las prolongaciones citoplasmáticas de
las células que una vez la formaron y que posteriormente la mantienen. Estas células son los
odontoblastos. Sus cuerpos celulares están alineados en la superficie interna de la dentina, donde
forman el límite periférico de la pulpa dentaria. Su presencia hace que la dentina sea un tejido
muy diferente al esmalte. La dentina no es solamente un tejido sensible, sino que además es
capaz de repararse. Ya que es posible estimular los odontoblastos para que depositen más dentina
[Niño-Barrera y Garzón-Alvarado, 2102].
Los valores publicados de microdureza de la dentina oscilan entre los 250 y 800 MPa.
Dependiendo de la localización de la medida con respecto al esmalte y a la pulpa. Ya que existe
una relación inversa entre la dureza de la dentina y la densidad tubular. Puesto que los ensayos de
microindentación no permiten medir la dureza de estructuras individuales como la dentina
peritubular e intertubular, el desarrollo de nuevas técnicas ha permitido determinar si esta
disminución de la dureza se debe a la morfología de la dentina o bien a diferencias en las
propiedades de los constituyentes de la dentina [Fuentes-Fuentes, 2004].
El nanodurómetro emplea cargas que oscilan entre 0.0015 g (mili-Newtons). Esto le permite
indentaciones con profundidades inferiores a 1 mm en materiales duros. La profundidad de la
indentación se monitoriza in situ durante la carga y la descarga. Se puede calcular la dureza y el
módulo de Young a partir de la curva esfuerzo-deformación sin necesitar información visual [Van
Meerbeek y colaboradores, 1993]. Sin embargo, esta técnica no permite la localización exacta en
micras, haciendo difícil distinguir la dentina peritubular de la intertubular. Otro inconveniente es
la imposibilidad de mantener los especímenes hidratados con lo que los valores obtenidos son
mayores de los reales [Marshall y asociados, 1997]. La incorporación de un indentador en el
microscopio de fuerzas atómicas ha permitido medir la dureza y rigidez de especímenes
completamente hidratados con precisión de nanómetros (Figura II.26). De esta forma se ha
medido la dureza de la dentina peritubular en 2.45 ± 0.14 GPa. La dentina intertubular profunda,
cerca de la unión amelodentinaria en 0.51 ± 0.02 GPa (es 4 veces más blanda que la dentina
intertubular superficial). Cerca de la pulpa en 0.13 ± 0.01 GPa [Kinney y colaboradores, 1999].
CELULAR ACELULAR
Figura II.27.- Apariencia microscópica de los tipos de cemento radicular
Potencia
Fulcro
oro
Potencia
Resistencia
Figura II.28.- Función mecánica del sistema Estomatognático
Cuando la mandíbula se protruye y retruye (se desplaza hacia adelante y hacia atrás
respectivamente) y con movimientos de lateralidad (izquierda y derecha). Estos desplazamientos
también participan durante la trituración y deglución del alimento (Figura II.29). En conjunto
estos movimientos y su coordinación neuro-muscular dan origen a la fuerza de oclusión, fuerza
masticatoria o fuerza de mordida [Aragón y asociados, 2005].
A) B) C)
A) Apertura
B) Cierre
C) Protrusión
D) Retrusión
D) E) E) Lateralidades
De los mecanismos de la ATM [Bakke, 2006], de su regulación por el sistema nervioso y del
estado clínico1 estomatológico. La FM se incrementa con las necesidades masticatorias. Algunos
autores han reportado que el mejor sistema masticatorio, cuenta con la más potente FM. Que su
evaluación es relevante para obtener valores normales contra los cuales contrastar la de pacientes
con patologías estomatológicas. Así como para obtener valores de referencia en estudios
biomecánicos.
Para monitorear efectos terapéuticos como los de aparatos protésicos [Midori y asociados, 2007].
Diferentes investigaciones han encontrado un amplio rango de valores en la FM. Algunos
ejemplos son en hombres adultos jóvenes sanos, en los que se ha reportado un valor promedio de
727 N (74.15 kgf) [Ferrario y colaboradores, 2004]. En niños con dentición permanente y
oclusión normal un valor de 425 N (43.35 11 kgf). Para mujeres jóvenes con enfermedad
periodontal un valor de 370 N (37.74 kgf) [Alfaro-Moctezuma y asociados, 2012]. En el caso de
niños sanos (dentición temporal) un valor de 186.20 N (18.99 kgf) [Duarte-Gavião y
colaboradores, 2007]. Adultos mayores con dentaduras parciales removibles o dentaduras totales
un valor de 181 N (18.46 kgf) [Kim y asociados, 2008]. Niños con dentición mixta y mordida
cruzada un valor de 114 N (11.62 kgf) [Midori-Castelo y colaboradores, 2008]. La diferencia de
los valores depende de factores relacionados con características propias de los sujetos [Paschetta
y González, 2014].
II.5.- Sumario
Este capítulo hace referencia a la definición de sistema Estomatognático, su origen embriológico,
su división histológica, su morfología y fisiología. Se hace una descripción de sus estructuras
óseas y anexas. Sus componentes articulares, neuromusculares, vasculares, periodontal y oclusal.
A su vez, se hace referencia en particular a la morfología de los órganos dentales y especialmente
al primer molar inferior. La estructura física y propiedades químicas y mecánicas de los tejidos
dentales. Finalmente se hace mención de la Biomecánica general de dicho sistema.
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