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Analizando el desarrollo de las medidas durante los últimos 50 años, en el contexto del
modelo económico adoptado por las diferentes administraciones, se observa que la estrategia
económica ha generado mayor desigualdad entre grupos sociales, regiones geográficas y
sectores productivos.
México es uno de los países más desiguales de América Latina. Aunque en los últimos años
se registraron algunas mejoras en la distribución del ingreso, relacionadas sobre todo con las
remesas y la diversificación de actividades en el medio rural, la situación sigue siendo
crítica.Esta situación ha empeorado con el tiempo porque cada administración impone una
estrategia no solo diferente, sino equivocada para atacar la pobreza. La desigualdad en
México es un fenómeno complejo y multifuncional, que se relaciona y se retroalimenta con la
discriminación ética, de género y de lugar de residencia. Desde los intentos de construcción
de un Estado de Bienestar hasta los nuevos programas de transferencia de renta, y concluye
que, para enfrentar el problema, es necesario avanzar hacia la universalidad de los derechos
sociales. Por esta razón, se analizan los programas sociales destinados a resolver el problema
de la pobreza, así como su elaboración y operación. Finalmente, se concluye que estas
estrategias solo son compatibles con el modelo económico vigente y no con el abatimiento
real de la pobreza.
Las ambiciosas reformas estructurales y las sólidas políticas macroeconómicas han asegurado
la resistencia de la economía, sumamente abierta, ante las desafiantes condiciones mundiales.
Sin embargo, el crecimiento no ha sido suficientemente incluyente para lograr mejores
condiciones de vida para muchas familias mexicanas. Han aumentado las desigualdades entre
una economía moderna muy productiva en el Norte y el Centro y una economía tradicional de
menor productividad en el Sur. México puede reactivar el crecimiento al replantear la
prioridad del gasto público respecto de infraestructura, capacitación, salud y reducción de la
pobreza.
México sufre una alta desigualdad en la distribución del ingreso, incluso en el contexto de
América Latina, el continente más desigual del mundo. De hecho, el país solo es superado por
Brasil, Colombia, Chile, Guatemala, El Salvador y Honduras, que experimentan índices de
desigualdad muy altos.