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1.

Caracterizar la tradición historiográfica denominada Historiografía Liberal


Nacionalista o Historiografía Erudita

Contexto

Antes del año 1880, el Estado argentino o todo el territorio que conocemos bajo
su jurisdicción en la actualidad, se encontraba bajo el enfrentamiento entre los
poderes provinciales, falta de articulación en lo económico, debilidad en el
sistema de transportes, falta de comunicación, falta de un control en el comercio,
la inexistencia de un sistema monetario unificado, escases de población,
carencia de una capital republicana etc.

En lo político e institucional el programa de organización nacional quedó fijado


entre 1852 y 1860. Y aunque la elaboración de la constitución nacional en 1853
afianzaba dicho programa, se libraban distintos conflictos por el monopolio de la
fuerza del Estado Nacional. Luego de la batalla de Caseros en 1852, asistimos
a la batalla de Cepeda en 1859 y la batalla de Pavón en 1861-62 que figuran
como máximos exponentes de los conflictos interprovinciales.

Es en ese contexto es en donde se da comienzo a una pauta de organización


histórica, que tendría sus comienzos junto a la organización nacional de nuestro
país. La clase dominante, paulatinamente se consolidaría para establecer la
visión legítima del pasado. La escritura histórica todavía no era obra de
profesionales sino de intelectuales con distintos roles en la dirigencia política, y
no encontramos tampoco ninguna institución consolidada que dé cuenta de un
canon representativo en el momento de escribir la historia. De todas maneras,
podemos mencionar como antecedentes que para 1843 se crea en Montevideo
el Instituto Histórico del Río de la plata, en 1857 sale a la luz los escritos de
“Galería de Celebridades” publicación de escritos que destacan las distintas
biografías de personalidades de la independencia nacional como Belgrano, San
Martín, Mariano Moreno, entre otros. Ya para 1858 Bartolomé Mitre publica “La
Historia de Belgrano”.
En 1880 se comienza a dar un crecimiento notable en las exportaciones de las
principales materias primas de nuestro país, primero la lana, luego cereales y
finalmente la carne, como así también se registran gran cantidad de inversiones
extranjeras en infraestructura, especialmente de Gran Bretaña (Ferrocarriles,
finanzas y comercio). La inmigración como obra desplegada por parte del
Estado, duplicó la población de la Argentina.

El Estado nacional argentino se afianzaba y la clase dirigente organizaba el


aparato estatal y a su vez dirigía el desarrollo de la integración del país en el
orden mundial capitalista. Para llevar a cabo el proceso de integración de la
nación fue preciso la necesidad de un proyecto, de una cultura oficial utilizada
para la existencia de una identidad nacional de la sociedad argentina. Uno de los
componentes principales para estos cambios fue la elaboración de un régimen
educativo acorde y uniforme en todos sus niveles, para 1884 se sanciona la ley
de educación común, por ejemplo. La tarea de la historiografía argentina tuvo
entre sus principales compromisos, la integración cultural e ideológica de la
nación argentina, canalizada en la enseñanza de una historia nacional
generadora de amor por la patria donde distintos intelectuales de la época fueron
encargados de llevar a cabo este propósito. Es en ese contexto ante la llegada
de la inmigración masiva antes mencionada es que fue preciso también un
programa de integración cultural por parte del Estado.

Es la historiografía liberal oficial la encargada de elaborar un canon para el


desarrollo académico, educativo y periodístico destinado al conjunto de la
sociedad.

Podemos destacar a Bartolomé Mitre y a Vicente Fidel López como principales


iniciadores de dicha tradición cultural o historia nacional oficial del pasado en
obras como la creada por el primero en 1876 “La historia de Belgrano y la
Independencia”, si bien a la escritura de sus obras no eran todavía considerados
profesionales ya que alternaban distintas actividades con su trabajo sobre el
pasado, la educación escolar y los textos de divulgación que llegarían luego,
tendrían la impronta de estos escritores. Entre Mitre y López se producirá un
debate en cuanto sobre la base heurística de su trabajo en torno 1881 y 1882, y
los historiadores posteriores asumirán que Mitre ganó la polémica entre los dos,
convirtiéndose Bartolomé Mitre en el padre fundador. De todas maneras, ambos
solo fueron precursores de una historiografía que para principios de siglo XX se
afianzará como escuela y se profesionalizaría (la Nueva Escuela Histórica). Los
primeros antecedentes institucionales tenemos a la Junta de Historia y
Numismática desde 1891 a 1904. En 1884 otro antecedente serán la
nacionalización del archivo histórico y la biblioteca de Buenos Aires.1

Principales características heurística y hermenéutica

Los dos principales exponentes que contribuyeron con sus escritos sobre el
pasado argentino, a la consolidación a la historiografía erudita fueron Bartolomé
Mitre y Vicente Fidel López con claras diferencias en sus obras y en su misma
producción.

Entre los dos mitre mantendría una percepción optimista de la historia argentina,
en la cual consideraba que el origen republicano de la nación argentina se
encontraba en nuestro pasado colonial cuyo punto máximo se expresa en las
gestas de las revoluciones de mayo y la independencia de 1816. Siendo la
Argentina destinada a la prosperidad económica y a la preponderancia de sus
instituciones político liberales. Vicente Fidel López se mantendría opuesto al
régimen federal presidencialista para identificarse con un régimen político
conservador parlamentario.

Para Vicente Fidel López los sucesos de mayo de 1810 se encuadraban en una
perspectiva más amplia, desde un análisis de España del siglo XVIII en donde
se registran hechos, consecuencias y paralelismos que ayudan a comprender lo
episodios revolucionarios del Río de la Plata, pudiéndose encuadrar su trabajo
dentro de lo que denominaríamos historia universal.

Dentro de las vías de producción del conocimiento sobre el pasado Bartolomé


Mitre utilizó una diversa y variada cantidad de fuentes de diverso tipo en la que
se incluían numismática, marcos biográficos y referenciales. Debemos destacar
los documentos como principal fuente de la construcción historiográfica para
Mitre. Los hechos establecidos debían ser ordenados, clasificados y conectados

1
Campione, D. (2002). Argentina: la escritura de su historia: ensayo. Centro Cultural de la
Cooperación, Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos.
entre sí. Y a si mismo asignarles un significado. Es decir, esa era la base
heurística de su trabajo.

Si bien Vicente Fidel López utilizó también los documentos como instrumentos
para analizar el pasado, no compartía la confianza que Mitre depositaba en la
base documental. Para López los documentos debían informar al escritor luego
este se debía a la tarea de ser un artista y compositor, es decir inclinado por la
elaboración de la novela histórica donde se conjugaban las enseñanzas del
pasado y a construcción de una filosofía de la historia. En la construcción de su
relato histórico la base de su trabajo estaba consignada al relato histórico de la
cual Mitre no fue ajeno. Aunque los testimonios consultados por Vicente Fidel
López se encontraban directamente basados en las tradiciones aprendidas en
su hogar paterno, hijo de una gran figura política de Buenos Aires Vicente López
y Planes lo que lo llevo a ser portador de la voz de la burguesía liberal porteña.
Mitre fue considerado fundador de la historia científica ya que se basaba en
pruebas documentales antes mencionadas y Vicente Fidel López basó sus
escritos en tradiciones orales, sobre todo familiares, y tradiciones.2

Principales Autores y Obras

“Historia de la República Argentina” (1855) de Vicente Fidel López, esta obra no


debe ser tomada como un texto científico, como lo hacemos con las de Mitre.
Vicente Fidel López, tendía a recoger testimonios orales y tradicionales, sin
preocuparse por recoger pruebas y fuentes fehacientes, e incluso tendía a crear
o inventar algunos relatos. Es decir, su trabajo reflejaba una postura la cual
buscaba “legitimar”.

“La Historia de Belgrano y la independencia argentina” (1878/77) por Bartolomé


Mitre: A diferencia de la obra de Vicente Fidel López, la galería de las
celebridades fue desarrollada con un método de investigación “profesional” y con
fuentes documentales comprobables. 3

2
Devoto, F., & Pagano, N. (2014). Historia de la historiografía argentina.
Sudamericana.
3
Campione, D. (2002). Argentina: la escritura de su historia: ensayo. Centro Cultural de la
Cooperación, Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos.
2. Elaborar un breve escrito (2000 palabras):

Mitos como sistema de representación social

En el siguiente escrito vamos a hacer referencia a los mitos como fuentes de


relato, que concernientes a la nación buscan en sus funciones construir un
instrumento representativo desde el cual poder dar identidad o bien como en el
caso argentino que vamos a citar en los siguientes párrafos, además se ocupan
de lograr la integración cultural de su población en los principios de su
construcción como Estado nación moderno.4

Por otra parte, al identificar el significado de los mitos en la nación, debemos


reconocer quienes son los encargados o desde donde proviene la autoridad de
estas personas en su papel de orientadores sociales, de generar uniformidad y
conformidad en los distintos sectores de una población.5

Por último, vamos a concluir destacando cuales eran las funciones principales
de los encargados de generar los mitos nacionales, su trabajo como fuente de
para la continuidad de su dominio como clase dirigente.

Desarrollo

En primer lugar, para poder comprender las funciones que cumplen un mito en
una sociedad, debemos identificar que es un mito nacional y por medio de un
ejemplo concreto, como el caso argentino, comprender sus principales
características y utilidad.

Podemos decir que los mitos sirven para identificar rasgos característicos de una
cultura, ideología o identidad nacional. Dichos mitos son encargados de generar
relatos en los cuales la nación es el máximo exponente. Unas de sus
originalidades es su aptitud para mantener un vínculo entre el pasado, presente
y futuro es decir para ellos la comprensión de los nuevos episodios o sucesos de

4
Neiburg, F. (1998). Los Intelectuales y la Invención Del Peronismo Estudios de Antropología
Social y Cultural. Cap. III
5
Svampa, M. (2006). Civilización o barbarie: el dilema argentino.
la nación deben ser buscados en el pasado y al mismo tiempo el acontecimiento
presente exigirá formular nuevas alternativas al futuro.6

En el caso de la nación argentina podemos identificar “El Facundo, civilización o


barbarie” escrito por Domingo Faustino Sarmiento, que permitió inscribir en
nuestra historia la utilización de civilización o barbarie como dispositivo simbólico
con usos y funciones a lo largo de la vida político y cultural de nuestro país.

La imagen de civilización o barbarie que podemos identificar como instrumento


emblemático o mito nacional, ha recorrido las distintas tradiciones políticas
argentinas (tradición liberal conservadora, tradición política de izquierda,
tradición democrático populista y tradición política autoritaria)

Un caso representativo dentro de la historia de nuestro país, lo encontramos en


el marco de la fundación de la Argentina moderna, donde la tradición política
liberal conservadora (corriente liberal nacionalista) retoma la imagen civilización
o barbarie para ponerla al servicio de legitimación de un nuevo orden,
proyectando por un lado la imagen del bárbaro llamado a ser excluido del modelo
de organización establecido en ese momento, con el consiguiente exterminio del
indígena en la campaña del desierto. Por otra parte, la vinculación con los
modelos europeos de progreso y civilización en los cuales se asentó la
constitución de nuestra nación reciente, tuvieron su mayor exponente en la
integración de los inmigrantes llegados desde el viejo continente. Que, por otro
lado, pasarán a ser identificados con su llegada al país con la imagen del
bárbaro, ya que con sus organizaciones anarquistas, socialistas y sindicalistas
se convertirán en una amenaza para el orden social existente. Se asistirá a un
proceso de ampliación de la figura del gaucho, antes denostada, por parte de la
elite conservadora, rescatando la idea de tradición para vincularla con el núcleo
fundador. Es de esta manera es como la corriente liberal conservadora utiliza el
dispositivo simbólico descrito anteriormente como principio de legitimación
política y cultural, identificada con el progreso y la civilización; por otra parte, la

6
Altamirano, C., & Myers, J. (Eds.). (2008). Historia de los intelectuales en América Latina (Vol.
2052). Katz Editores.
representación social de la barbarie, amenazante de la descomposición del
orden existente.

Con la llegada del peronismo en la Argentina la figura del bárbaro es reutilizada


positivamente en nombre del pueblo-nación opuesta a la oligarquía opresora,
buscando un camino de liberación por parte del gobierno, como así también pasa
a ser denostada por otros actores sociales, produciéndose en el plano político la
división entre peronistas y antiperonistas. Con la caída del peronismo en 1955 y
la consecuente crisis político y social que enmarcó dicha situación, políticos e
intelectuales trataron de adquirir mayor reconocimiento en base a reinterpretar
al peronismo como una manifestación expresa de una problemática anterior, es
decir trazando una concepción en la que el pasado enmarcaran la realidad del
presente argentino. Según su pensamiento la crisis de identidad de nuestro país
se encontraba en las causas de la contradicción de dos argentinas ya
constituidas desde el pasado: una argentina moderna, urbana ligada al mercado
mundial y la otra era rural, tradicional, enmarcada en las provincias del interior.
La fragmentación de la nación iba a ser canalizada al presente, a la interpretación
del peronismo y a una crisis recurrente de la argentina. En relación a este mito
diferentes intelectuales peronistas y antiperonistas ofrecieron diferentes
interpretaciones, de esta manera, vuelve a escena el dispositivo simbólico
“civilización o barbarie” a formar parte del discurso político, social y cultural de
nuestro país.

Para identificar a los actores o protagonistas que comenzaron a bucear en el


pasado tratando de encontrar los dispositivos simbólicos que pudieron configurar
el orden republicano, la integración cultural y la conformación de la Argentina
moderna, debemos decir que se trataron de personalidades que durante el
régimen de Juan Manuel de Rosas permanecieron en el exilio; figuras tales como
Domingo F. Sarmiento, Bartolomé Mitre, Vicente Fidel López y Juan Bautista
Alberdi.

Las aptitudes que demostraron en sus obras literarias los orientaron como
portavoces intelectuales para reestructurar el pasado. Para el año 1857, por
ejemplo, en Buenos Aires se publicaba una colección titulada “Galería de
celebridades” en la que Bartolomé Mitre difunde la biografía de Manuel Belgrano,
donde además de otorgar una visión del pasado, se buscaba infundir los más
destacados mitos sobre los orígenes de la nación argentina. Aunque es en el
año 1876/ 77 cuando Mitre publica “La Historia de Belgrano y la independencia
Argentina” y es en donde comienza a configurarse la historiografía erudita, en
dicha publicación encontramos el surgimiento de la concepción genealogista de
la Nación Argentina, es decir, en su obra, Bartolomé Mitre encuentra en el
pasado colonial, en sus relaciones sociales, en sus características culturales y
económicas, el origen de la libertad lograda con la revolución de mayo de 1810,
dicha particularidad otorgaría las claves para comprender el presente que
forjarían estos intelectuales en la modernidad Argentina. En la práctica
historiográfica, los trabajos literarios de dichos intelectuales, en los cuales se
destacaba el relato, el discurso político, la crónica o la memoria; comenzaron a
ser no considerados como “historia” propiamente dicha.

Para la profesionalización su actividad como historiadores iban a ser necesarios


distintas clases de atributos que se irían incorporando en la segunda mitad del
siglo XIX. Y es en fines del este siglo cuando la erudición historiográfica y su
práctica logran los mayores avances. Es en 1884 que se nacionaliza la Biblioteca
y el Archivo Histórico, los cuales pasan a convertirse en Biblioteca Nacional y
Archivo General de la Nación respectivamente que podemos tomar como
ejemplos de avances institucionales.

Podemos decir que dichos intelectuales tuvieron un papel fundamental en la


construcción del Estado Nación moderno argentino, ya que como ideólogos
desempeñaron la orientación social, legitimando un nuevo orden. En esta
perspectiva, dicho campo intelectual o colectivo de intelectuales se manifiestan
de manera autónoma y son denominados intelectuales “orgánicos” ya que
ejercen una función esencial, es decir son funcionales a su grupo, como lo fueron
los escritores mencionados legitimando el pasado argentino, son encargados a
su vez de suministrar homogeneidad y conciencia a su clase, en el terreno
económico, político y social. En su función, ya descrita se destacan como
intelectuales ya que podemos enunciando a una cita de Gramsci:

“Todos los hombres son intelectuales, pero no todos los hombres tienen en la
sociedad la función de intelectuales” (1975:14).
Según el escritor toda ocupación o trabajo dentro de una sociedad implica el
empleo del intelecto, el uso de la capacidad intelectual. Siendo la función lo que
distingue a los intelectuales de quienes no lo son.

En el desarrollo de la emergente nación moderna argentina debemos destacar


dos elementos, que las clases dirigentes en las cuales se incluían a los
intelectuales analizados anteriormente, llevaron a la práctica. El primero es el
dominio ejercido en la política por parte del Estado como órgano de coacción,
por medio de los aparatos coercitivos del gobierno (fuerzas militares, aparatos
de policía, justicia etc.), el segundo es la hegemonía, entendida como la dirección
intelectual y moral de una clase sobre otra en el espacio de la sociedad civil. Por
medio del segundo elemento las clases dirigentes mediante la indagación del
pasado, su exposición literaria y el uso de dispositivos simbólicos como fuente
para la creación de mitos nacionales, llevaron la dirección de nuestro país, es
decir son los portadores del monopolio de la producción de la cultura legítima,
aquella que exalta el pasado y sus héroes llevando a identificar a las clases
dirigentes con estos mismos. A partir de ser productores de ideologías cuyas
características responden a sus intereses, son los encargados de llevar a la
práctica el orden o forma de dominación política. Ahora bien, como detentores
del poder político y exponentes del orden cultural, los bienes simbólicos
representativos están en posesión de distintas clases de intelectuales que luchan
por dicho poder. Los intelectuales portadores de la cultura legítima como cuerpos
especializados serán los encargados de llevar adelante la tarea. Cabe destacar
que en las sociedades modernas encontraremos distintos cuerpos de
intelectuales especializados en el momento de definir la cultura legitima,
respondiendo a diferentes campos en sus actividades (campo científico, campo,
económico, político etc. La autoridad que derivará del capital simbólico de cada
campo intelectual es decir del prestigio o reconocimiento social que tendrán
dichos cuerpos especializados.

En el contexto analizado la Argentina comenzaba a constituirse como Nación


moderna, el grupo de intelectuales que llevaron adelante el proceso de
organización, legitimaron su tarea, no solo por sus aptitudes en sus obras
literarias, su autoridad estaría representada por el prestigio y reconocimiento que
tenían, por ejemplo: Bartolomé Mitre fue General y Presidente de la Nación, es
decir por su capital simbólico.

A modo de conclusión

Dentro de las ideas que orientaron el trabajo de los historiadores analizados, se


manifiestan claramente la selección y jerarquización de los hechos del pasado
en la cual el desarrollo de un proyecto social y su estructuración son el principal
propósito.

La sucesión ordenada de los acontecimientos, darán como resultado una visión


natural de la actualidad en la que ellos y la sociedad son participes. La
producción de los dirigentes que tuvieron la función llevar a cabo la conformación
del Estado nacional argentino, elaboraron las realidades actuales en la
manifestación de un progreso indefinido en el cual legitimaron su discurso.
Además, coincidentemente con la inserción de la Argentina en el mundo
capitalista, va a justificarse y reproducirse formas de explotación y desigualdades
sociales en una forma de organización que incluyen divisiones y funciones para
la conformación del “bien de la nación”. De esta manera discurso político y
discurso económico son justificados a través del pasado o una historia elaborada
por esta corriente intelectual erudita, uno de su canales o instituciones más
efectivas para la transmisión de su mensaje es el ámbito educativo y tiene como
receptor a la clase social subalternas en las cuales se configura la idea de un
proyecto y cambio social en el futuro.

Dicho discurso se encontraba a cargo de quienes ejercían el dominio en relación


a la historia, fue el resultado del trabajo colectivo de intelectuales que
construyeron una visión del pasado apropiada para legalizar el orden social
existente. Como dato importante dentro de la concepción de un mito nacional,
debemos destacar que la clase dominante que tuvo el papel de la organización
del Estado moderno argentino procuró generar un discurso histórico que sirviera
de fundamento para darle continuidad a su dominio.

La legitimidad del saber histórico, en el cual el pasado era el mecanismo para


lograr el consenso entre las clases subalternas y de esta manera legitimar el
presente, tuvo como principales exponentes, a Bartolomé Mitre y a Vicente Fidel
López, políticos encargados de configurar la “la versión oficial de la historia
argentina” en ese contexto.

Bibliografia:

MITRE, Bartolomé et al “Galería de Celebridades Argentinas” Introducción-Buenos


Aires, 1857 (1857)

MITRE, B. "La sociabilidad argentina" – En¨MITRE Bartolomé “Ensayos Históricos”


Buenos Aires, J.L.Rosso, 1937 (1870)

ALTAMIRANO, Carlos Intelectuales: Notas de investigación sobre una tribu inquieta. Bs.
As. Edit. SigloXXI, 2013

CAMPIONE, Daniel, Argentina. La escritura de su historia. Bs. As. Centro Cultural de la


Cooperación, 2002. CAP I y II.
DEVOTO, Fernando y PAGANO, Nora Historia de la Historiografía Argentina Buenos
Aires Sudamericana, 2009, CAP I y II
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NEIBURG, Federico Los intelectuales y la invención del peronismo Bs. As. Edit. Alianza,
1988 CAP III
SVAMPA, Maristella. El dilema argentino: civilización o Barbarie. Bs. As. Ediciones El
Cielo por asalto, 1994.

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