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Consignamos a esta tarea como compleja debido a la poca información y el corto periodo de
tiempo del cual se dispone cuando se toma un caso de un adolescente no punible (menor de 16
años), quien sólo podrá estar privado de su libertad menos de 12 horas. Se toma conocimiento del
caso de Pablo, recibiendo una llamada de los delegados técnicos del Juzgado de Menores, quienes
informan que se acercarán al CAD a evaluar conjuntamente con personal del CDNNYA a un
adolescente que ha lesionado a un compañero de colegio. Contamos con los informes de los
profesionales del Instituto, la crónica de intervención y las discusiones suscitadas entre ambos
equipos técnicos. Cabe destacar que sólo se ha entrevistado al adolescente sólo y por otra parte, a su
madre y su tío materno.
Al mediodía viene traído por personal policial Pablo, claramente aturdido y confundido,
vestido con un jean, zapatillas y una remera blanca con manchas de sangre. Se toma contacto con él
en dependencias de la policía penal juvenil, cuando se le están tomando sus huellas. Se observa un
corte sangrante en su pulgar derecho. Temeroso, se presenta y accede a ser acompañado a la
enfermería luego de que una psicóloga le explica lo que es la institución y como se procede,
impresiona comprender lo que se le explica, aunque no se lo observa tomar consciencia de las
circunstancias.
Se lleva a cabo la entrevista a cargo de dos psicólogas del Equipo de Atención y Protección
de Derechos (EAYPD - Equipo No Punibles), un psicólogo delegado técnico y 1 psicopedagoga
delegada técnica. Se le brinda información al adolescente acerca del dispositivo y la finalidad de la
entrevista, accede a contarnos por qué fue traído al CAD.
Respecto al hecho que motiva la causa, el relato del adolescente es el siguiente: la noche
anterior al hecho un compañero del colegio con el cual tendría mala relación (según Pablo este
adolescente lo acosaría, maltratándolo física, verbal y psicológicamente) habría enviado por el grupo
de WhatsApp del curso un mensaje en alusión a la novia de Pablo que decía “No sabes cómo gemía
tu novia cuando estaba conmigo”. Según nos explica el adolescente, su novia (Laura) habría tenido
una breve historia romántica con este adolescente que llamaremos Matías, excusa que utilizaría este
último para molestarlo. Cabe destacar que cuando Pablo tuvo que explicarnos a 3 mujeres y un
hombre el mensaje enviado, se le dificultó, se mostró avergonzado y en un principio fueron varios los
rodeos que dio para no dar la frase con exactitud. Aún hoy nos preguntamos si sólo fue ello lo que
Matías le dijo, o él cree que le dijo. Al recibir este mensaje dice enojarse, lo explica vehementemente,
casi queriéndonos mostrar que el enojo no le entraba en el cuerpo, es el único momento en que
cambia el tono de la entrevista, que se mantiene tranquilo, hasta monocorde y no emotivo. Su única
reacción al momento del mensaje fue borrarse del grupo, no habría hablado con nadie, sólo se fue a
dormir.
Relata como algo natural y esperable que Matías lo agreda, después de un año de secundario
dice haberse resignado, ya que es así, no puede entenderlo, pero tampoco lo problematiza. Se lo
cuestiona acerca de con quien habló del tema, menciona sólo haberlo hecho con su novia. No
registra enfrentamientos o intentos de defenderse, no le parece que Matías sea así con todos, el
problema es con él, y eso Pablo puede tolerarlo, lo que no pudo tolerar es ese mensaje hacia ella.
¿por qué? No lo sabe, lo sintió como una injuria.
Respecto al momento del hecho dice no recordarlo, no puede explicarnos qué estaba
haciendo o cómo se lastimó su mano. Recuerda haber pensado que tenía que demostrarle que no se
podía meter con él, jamás pensó en hacerle daño ni que pudiera matarlo. Necesitó guardar un
cuchillo de cocina en su mochila, la mañana siguiente del mensaje. Según explica lo llevó para
demostrarle que valía lo mismo que él, ya que si intentaba hablar con Matías se reiría y la relación
empeoraría. La forma en que intentaba explicarnos el porque del cuchillo implicaba cierta relación
despareja, como si algo en él faltara para hacerle frente. No pensó otra posibilidad, no se planteó
charlarlo con otras personas, no comentó a nadie lo que sentía después de ese mensaje ni cómo se
sentía desde hace ya un año, simplemente actuó. Existía sobre él la certeza de que no podía hacer
otra cosa, de que el Otro siempre terminaría encontrando la forma de ridiculizarlo, como con ese
mensaje.
Se toma conocimiento del desenlace del hecho en diálogo con la institución educativa y el
ministerio de educación del GCBA, según los dichos de los adolescentes de la clase y del profesor de
literatura, quien habría estado dando la clase en el momento en que el acontecimiento ocurrió,
sucedió lo siguiente: estaban todos callados en clase leyendo un texto, prestando atención ya que
cada uno debía leer una parte. En este momento, y sin mediar palabra, Pablo se levanta y comienza a
acuchillar a Matías por la espalda, causándole daños en la parte trasera de la cabeza, sus brazos, que
utilizó como defensa cuando se dio vuelta, su cachete y boca. Al inicio del acuchillamiento el
profesor cree que lo esta golpeando con una regla, pero cuando ve la sangre sale corriendo al
llamado de auxilio. Son 3 puntadas las acertadas, Pablo no recuerda nada del hecho, sus compañeros
explican que parecía fuera de sí, sin reaccionar cuando le gritaban, lo separaron sus compañeros
mediante uso de la fuerza.
Habiendo llegado hasta aquí son más las preguntas que conclusiones. Y por ello
desarrollaremos aquí la frase dicha por el psicólogo Delegado Técnico del Juzgado: “Hubo
premeditación, no es un Pantriste” (alude al caso de un adolescente de Carmen de Patagones que
mató a varios compañeros de colegio y fue declarado “inimputable” por no comprender la
criminalidad de sus actos). Para el Derecho la premeditación agrava la responsabilidad criminal de la
persona acusada, consiste en planear y organizar detenidamente la forma de cometer un delito. El
EAYPD, afirmaba que no había premeditación, si pasaje al acto. Creíamos que Pablo no había
planeado el hecho, no había visualizado la posibilidad de matar a su compañero, sino que se sentía
desamparado, en menos, en falta ante el Otro que lo acosaba, mortificaba y lo menoscababa en su
Yo.