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net/publication/248986686

Mulching treatment for postfire soil conservation in a semiarid ecosystem.


Arid Soil Res Rehabil

Article  in  Arid Soil Research and Rehabilitation · July 1996


DOI: 10.1080/15324989609381438

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3 authors:

Susana Bautista Juan Bellot


University of Alicante University of Alicante
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Ramon Vallejo
University of Barcelona
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Siembra de herbáceas para la conservación de suelos

VIII. SIEMBRA DE HERBACEAS Y APLICACION DE


MULCH PARA LA CONSERVACION DE SUELOS
AFECTADOS POR INCENDIOS FORESTALES

Susana Bautista1, Núria Abad2, Joan Llovet2, Carme Bladé2, Anna


Ferran2, José M. Ponce2, Rosa N. Caturla1, José A. Alloza2, Juan
Bellot1 y V. Ramón Vallejo2.
1
Departamento de Ecologia, Universidad de Alicante.
2
Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo.

INDICE DE CONTENIDOS Nº pág


1. Degradacion estructural y erosión de suelos afectados por incendios forestales 395
2. Tratamientos de conservación de suelos a corto plazo 407
3. Experiencia piloto de la técnica de siembra de herbáceas 427
4. Conclusiones generales 429
5. Referencias bibliográficas 431

1. DEGRADACION ESTRUCTURAL Y EROSION DE


SUELOS AFECTADOS POR INCENDIOS FORESTALES

1.1. INTRODUCCION

El fuego puede alterar sensiblemente la calidad de los suelos


deteriorando su estructura física. Las zonas quemadas, además, quedan
expuestas a la acción directa de los agentes erosivos y, dependiendo de cuáles
sean las características fisiográficas y la capacidad de recuperación del sistema,
pueden llegar a generarse importantes pérdidas de suelo. Debido a esto, los
incendios forestales son una de las principales causas de desertificación en áreas
mediterráneas (Le Houérou, 1990).

El fuego produce cambios en parámetros físicos del suelo íntimamente


relacionados con su respuesta hidrológica y erosiva. Hay dos factores
principales, la entrada de cenizas y el incremento de temperatura, de efectos
concomintantes que dan lugar a una respuesta compleja del suelo frente al fuego

La restauración de la cubierta vegetal en la Comunidad Valenciana, pp 395-434


CEAM, 1996
La restauración de la cubierta vegetal en la Comunidad Valenciana

(Giovannini & Lucchesi, 1992; Giovannini, Lucchesi & Giachetti, 1988). Entre
los efectos del fuego, destacan una disminución de la porosidad total, mayor
capacidad de humectación en superficie y pérdida de materia orgánica. La
disminución de la plasticidad, elasticidad y porosidad hacen aumentar la
erodibilidad. Otros autores coinciden en la idea de la desaparición de la
hidrofobicidad superficial, apareciendo a un nivel subsuperficial cuando hay una
importante cantidad de combustible y elevadas intensidades de fuegos (Scott et
al., 1990). En suelos de textura fina no se observa dicho proceso (Giovannini &
Lucchesi, 1983).

En relación a la capacidad de infiltración, muchos investigadores han


observado una disminución de la conductividad hidráulica con el fuego
(Martínez & Díaz, 1984; Mallik et al., 1984; Rodríguez et al., 1991; Ubeda et al.,
1990), achacándola a una disminución de la porosidad por destrucción de la
materia orgánica y agregados, taponamiento de poros por las cenizas depositadas
y las arcillas liberadas, disminución de la capacidad de almacenamiento por la
destrucción de los horizontes orgánicos y presencia de propiedades hidrófobas,
aunque muchos de estos parámetros se han medido tiempo después de la
perturbación. En incendios de baja intensidad no se ha observado dicho efecto
(Imeson et al., 1992).

Los incendios forestales producen una total o parcial combustión de los


horizontes orgánicos, y su nivel de destrucción depende básicamente de las
características del sustrato y de la intensidad del fuego (Ferran et al., 1991). La
pérdida de cobertura vegetal y hojarasca da lugar a un aumento de la
precipitación neta que llega al suelo (Soto, 1993) y provoca una desprotección
de la superficie del suelo frente al impacto directo de las gotas de lluvia. Ello
puede conducir a la aparición de nuevos procesos de degradación edáfica, como
desestructuración, pérdida de capacidad de infiltración y aumento de escorrentía,
mayor movimiento neto de suelo por salpicadura, así como compactación y
sellado de la superficie (Díaz-Fierros et al., 1994; Cerdà, 1995). Cai et al.
(1985), en experiencias de laboratorio, encuentran que el encostramiento
superficial da lugar a un drástico incremento de la escorrentía y transporte de
sedimentos, a causa de la reducción de la infiltrabilidad. Así mismo, la
existencia de una costra superficial puede comprometer la germinación de
plántulas, al obstaculizar su emergencia (Boiffin, 1989; Rolston et al., 1991).

396
Siembra de herbáceas para la conservación de suelos

En general, las mayores tasas de erosión por agua se producen en las


regiones secas o con una estación seca prolongada (Langbein & Schumm, 1958;
Trimble, 1988), especialmente en suelos desarrollados sobre formaciones
margosas, las cuales constituyen el sustrato litológico más sensible a los
procesos erosivos en el área mediterránea (López Bermúdez y Albadalejo, 1991)
y en los que se suele dar una pobre regeneración de la cubierta vegetal tras el
fuego (Ferran et al, 1991). Para la Comunidad Valenciana, se ha determinado la
existencia de riesgo potencial de erosión en un 40-60% (Castellón y Alicante) y
un 20-40% (Valencia) del territorio (Pérez-Trejo, 1994). A partir de la
prospección extensiva de los grandes incendios ocurridos en esta Comunidad
entre los años 1991 y 1994 por parte del CEAM, se ha estimado que en un
5-10% de la superficie incendiada el riesgo de erosión y degradación es
particularmente alto.

En el Levante español, la mayoría de los incendios y los más


importantes se producen en verano, mientras que las lluvias más intensas y de
mayor volumen se sitúan en otoño, cuando la vegetación aún no se ha
establecido. Es por ello que consideramos crítico el periodo otoñal posterior al
incendio, y básico el estudio de los procesos de degradación asociados tanto al
propio fuego como a las lluvias sobre superficies desprotegidas. Este
conocimiento permitirá evaluar con qué métodos, en qué situaciones y en qué
momento se debe actuar para reducir la degradación física de los suelos y sus
consecuencias.

1.2. EFECTOS DE LAS LLUVIAS POST-INCENDIO EN AREAS DE LA


COMUNIDAD VALENCIANA.

Se han evaluado la capacidad de infiltración y el arrastre de sedimentos


por escorrentía en diversas zonas afectadas por incendios forestales y áreas
colindantes no perturbadas, tanto inmediatamente después del fuego como tras el
periodo de lluvias posterior. Asimismo, se controlaron parámetros de
compactación superficial e hidrofobia.

Ensayos realizados en ambiente semiárido

A) Características del área estudiada

Los primeros ensayos se realizaron en una zona quemada en agosto de

397
La restauración de la cubierta vegetal en la Comunidad Valenciana

1993 en el término municipal de Benidorm (Alicante). El sustrato rocoso


corresponde a calizas y margas eocenas (IGME, 1981) y los suelos son del tipo
Regosol calcáreo (FAO, 1988) (Tabla 1); los métodos analíticos se describen en
el capítulo IX, pág 471. Las formas del relieve son onduladas con pendientes
suaves o moderadas y estaban cubiertas por una masa de matorral bajo y algunas
manchas de pinar de Pinus halepensis. Las condiciones climáticas de la zona
corresponden a las de ambiente semiárido, con una pluviometría anual de 393
mm y una temperatura media anual de 19.6 oC. Los máximos pluviométricos se
dan en otoño y los veranos son extraordinariamente secos y calurosos.
Tabla 1. Datos analíticos del suelo. Area experimental de Benidorm.
0-3 cm 3-20 cm
arena (%) 41.7 32.2
limo (%) 39.0 42.7
arcilla (%) 19.3 25.1
materia orgánica (%) 4.7 3.4
carbonatos totales (%) 65.4 70.6
pH 8.1 8.6
profundidad media (cm) 21 cv=61%

B) Diseño experimental y metodología

El estudio de la capacidad de infiltración y de la producción de


escorrentía y sedimentos se hizo a partir de experimentos con lluvia simulada
utilizando un simulador portátil, modificado del descrito por Calvo et al. (1988).
En el área afectada por el fuego, se realizaron dos series de experimentos sobre
un conjunto de 5 parcelas de 0.24 m2. Las parcelas se instalaron en una ladera
de exposición NE en la que el fuego alcanzó intensidades localmente moderadas
o altas debido a la mayor densidad de la vegetación preexistente. Con el fin de
cubrir la heterogeneidad de la zona de estudio, se seleccionaron parcelas que
representasen las diferencias presentes en la ladera en cuanto a inclinación,
pedregosidad, nivel de cenizas, etc.

La primera serie de experimentos se realizó en septiembre de 1993,


pocas semanas después del incendio y habiéndose registrado sólo dos episodios
lluviosos después del fuego (de 0.4 mm y 6.7 mm). La segunda serie se llevó a
cabo en febrero de 1994 y entre una y otra serie se registraron en la zona 16
eventos de lluvia, siendo el volumen total recogido en ese periodo 209 mm.

398
Siembra de herbáceas para la conservación de suelos

Paralelamente, se colocaron parcelas en una zona adyacente no quemada, de


características comparables a la anterior, sobre las que se realizó una nueva serie
de simulaciones. Cada experimento de simulación de lluvia se mantuvo durante
el tiempo necesario hasta alcanzar la tasa de escorrentía constante (normalmente
30-45 minutos). Se aplicaron intensidades de lluvia de 55 mm/h (ensayos de
1993), 60 mm/h (ensayos de 1994) y 64 mm/h (ensayos en el área no
quemada). La escorrentía producida en cada parcela fue medida a intervalos de 1
minuto. Para determinar la concentración de sedimentos, se tomaron muestras de
la escorrentía cada 5 minutos aproximadamente. Para minimizar el posible efecto
de la humedad del suelo en la respuesta hidrológica, los ensayos de invierno se
realizaron en un periodo especialmente seco. El porcentaje de humedad de los 5
cm superficiales del suelo fue de 3.0 ± 1.3 % en peso en la primera serie de
simulaciones sobre las parcelas quemadas, 7.9 ± 1.7 % en los ensayos de 1994
y 5.0 ± 1.2 % en las parcelas no quemadas. La concentración de sedimento de la
escorrentía se midió por desecación a 70ºC. La capacidad de infiltración estable
(fc) se estimó a partir de los ajustes de los datos de escorrentía a la ecuación de
Horton (1940). Los datos de escorrentía se analizaron mediante el test de la t
para muestras apareadas (antes/después de las lluvias) y para muestras
independientes (quemado/no quemado).

C) Resultados

Comparando las mediciones realizadas en el área afectada por el


incendio, observamos que en general los parámetros que describen la escorrentía
superficial muestran valores mayores después de las lluvias otoñales:

Las escorrentías medias son significativamente mayores en febrero (17


mm h-1) que inmediatamente después del fuego (6.6 mm h-1) (Fig. 1).
Paralelamente, los tiempos de inicio de escorrentía y los volúmenes necesarios
para producir un caudal medible son menores.

El parámetro fc (tasa de infiltración final estable) nos muestra con


claridad, y de forma significativa, las diferencias entre las dos estaciones. Antes
de las lluvias otoñales la capacidad de infiltración final estable fue de 45 mm h-1,
mientras que cinco meses después tan sólo era de 27 mm h-1 (ver Tabla 2). En
términos medios, se produce una más rápida estabilización de la infiltración tras
las lluvias otoñales.

399
La restauración de la cubierta vegetal en la Comunidad Valenciana

En las mediciones de febrero puede observarse un incremento de la


concentración de sedimentos en las escorrentías, pasando de 0.64 g.l-1 a 1.65
g.l-1. Este aumento en la cantidad de sedimentos producidos, junto con los
mayores volúmenes de escorrentía vistos anteriormente, ha dado lugar a un
incremento de las tasas de erosión de casi cinco veces. En cualquier caso, las
concentraciones de sedimentos son bajas, y sólo en una de las parcelas después
de las lluvias otoñales se aprecian valores considerados como importantes
(BI0202) (ver Tabla 3).
Tabla 2. Valores de infiltración final estable (fc) para las parcelas quemadas (antes y después del
periodo de lluvias) y no quemadas. Area experimental de Benidorm.
Pre-lluvias Post-lluvias No quemado
Parcela fc (mm/h) fc (mm/h) Parcela fc (mm/h)
Q1 43 16 C1 60
Q2 48 28 C2 59
Q3 29 17 C3 56
Q4 ≥56 32 C4 ≥64
Q5 50 44
Los ensayos en las parcelas del área no quemada se realizaron antes de
las lluvias otoñales. Los valores de escorrentía para estas parcelas son algo
menores a los obtenidos para el mismo periodo en el área quemada (Fig. 1).
Hay que señalar que, en el caso de las parcelas no quemadas, una pequeña parte
del volumen del agua de lluvia es interceptada por la vegetación, por lo que los
valores de infiltración final estable calculados a partir de los datos de escorrentía
(Tabla 2) están ligeramente sobrestimados. El sedimento arrastrado por
escorrentía es prácticamente nulo en esta zona.
Tabla 3: Pérdida de suelo en las parcelas quemadas de ambiente semiárido (Benidorm). cs:
concentración de sedimentos; sy: sedimentos totales; er: erosión; ins.:insignificante
2
EXP cs (g/l) sy (g) er (g/m .h)
BI0101 1.06 0.92 7.79
BI0201 1.19 0.94 6.67
sep 93 BI0301 0.96 2.92 18.63
BI0401 ins. ins. ins.
BI0501 ins. ins. ins.
BI0102 1.86 8.11 47.83
BI0202 3.23 6.87 54.50
feb 94 BI0302 1.28 3.92 32.79
BI0402 1.00 2.21 14.38
BI0502 0.87 0.41 2.21

400
Siembra de herbáceas para la conservación de suelos

QUEMADO NO QUEMADO
escorrentía (ml) escorrentía (ml)
140 140
120 120
100 100
80 80
60 60
40 pre-lluvias 40
20 20
0 0
140 140
120 120
100 100
80 80
60 60
40 pre-lluvias 40
20 20
0 0
140 140
120 120
100 100
pre-lluvias
80 80
60 60
40 40
20 20
0 0
140 140
120 120
100 100
80 80
60 60
40 40
20 20
pre-lluvias
0 0
5 10 15 20 25 30 5 10 15 20 25 30
tiempo (min) tiempo (min)

Figura 1. Hidrogramas correspondientes a las simulaciones de lluvia realizadas en las diferentes


parcelas de Benidorm. Izda: 1 mes (pre-lluvias) y 6 meses (post-lluvias) después del incendio. Dcha.
Parcelas no quemadas.

401
La restauración de la cubierta vegetal en la Comunidad Valenciana

Una de las parcelas no quemadas presenta una respuesta hidrológica


muy diferenciada, con un pico temprano de escorrentía que posteriormente se
estabiliza a valores muy bajos (Fig. 1). Corresponde a una parcela con
importante acumulación de hojarasca, de difícil mojabilidad en estado seco.

En conclusión, en el área afectada por el fuego, y tras las lluvias


otoñales, a pesar de un mayor recubrimiento vegetal en general, hay escorrentías
mayores, tasas de infiltración final estable menores y curvas de escorrentía con
inicios y estabilizaciones más rápidas y con pendientes más pronunciadas. Este
comportamiento podría ser en parte explicado por diferencias de humedad
debidas a la estacionalidad climática (Johnston, 1980; Simanton & Renard,
1982) pero, dadas las condiciones comparables de humedad entre las dos series
de experimentos, la disminución en la capacidad de infiltración puede atribuirse,
fundamentalmente, a la acción de la lluvia sobre un suelo en el que la cubierta
vegetal protectora ha sido eliminada por el fuego, dando lugar a un sellado y
encostramiento del mismo. Por otra parte, las escorrentías son algo menores en
la zona no afectada por el fuego, debido en parte a la interceptación de agua por
la vegetación y la hojarasca.

La pérdida de suelo es prácticamente nula en las parcelas no


perturbadas. En las áreas quemadas es mayor tras las lluvias de otoño que poco
después del incendio, debido al incremento de la escorrentía y a la degradación
estructural de la superficie.

Ensayos realizados en ambiente seco

A) Características del área de estudio

Este segundo grupo de ensayos pretende extender la experiencia a otras


situaciones climáticas y comparar el comportamiento de distintos sustratos y
condiciones ambientales. Los nuevos ensayos se realizaron en las localidades de
Ponce y Sotorroni, en áreas afectadas por el incendio de
Ontiyent-Moixent-Bocairent (julio 1994), separadas en línea recta unos 12 Km
entre sí. Los suelos están formados a partir de substratos litológicos margosos y
dolomíticos (Tabla 4).

402
Siembra de herbáceas para la conservación de suelos

B) Metodología y diseño experimental

En cada una de las dos zonas elegidas se instalaron parcelas


experimentales en laderas con exposiciones solanas y umbrías, a la vez que
sobre los dos tipos de suelos mencionados. También se han realizado ensayos en
zonas no quemadas, próximas a las afectadas por el incendio.
Tabla 4. Datos analíticos del horizonte superficial (0-1 cm) de los suelos. Areas experimentales de
Ponce y Sotorroni. S: solanas, N: umbrías. A.G.: arena gruesa, A.F.: arena fina, L.G.: limo grueso,
L.F.: limo fino, A.: arcilla, M.O.: materia orgánica. CaCO3: Carbonato cálcico equivalente. Valores en
% p/p.
A.G. A.F. L.G. L.F. A. M.O. CaCO3

Margas N
Ponce 7.6 13.3 17.4 46.4 15.3 11.8 57.6
Sotorroni 7.0 27.9 14.9 31.6 18.6 9.6 36.2
Margas S
Ponce 6.0 18.7 12.0 45.8 17.5 11.2 63.0
Sotorroni 7.6 37.5 13.6 26.5 14.8 8.4 54.2
Dolomías N
Ponce 0.4 30.0 16.8 36.5 16.3 8.1 2.7
Sotorroni 3.0 29.6 11.8 34.7 20.9 13.9 18.2
Dolomías S
Ponce 2.8 31.1 14.9 31.5 19.7 9.6 8.5
Sotorroni 1.1 37.5 13.5 30.2 17.7 9.4 18.7

El estudio de la capacidad de infiltración y de la producción de


escorrentía y sedimentos se ha hecho a partir de experimentos con lluvia
simulada, tal como se ha descrito anteriormente. Se realizaron dos series de
experimentos sobre un conjunto de 32 parcelas en la zona quemada y 24 en la no
quemada. En las zonas quemadas, la primera serie de experimentos se llevó a
cabo en octubre de 1994, dos meses después del incendio. Previamente, se
cubrió cada una de las parcelas, con el fin de evitar el impacto de las posibles
lluvias entre el incendio y la primera serie de medidas. La segunda serie y los
ensayos en las parcelas no quemadas se hicieron en octubre de 1995.

Para evaluar la penetrabilidad y la hidrofobia se instalaron 5 transectos


permanentes en las localidades descritas anteriormente. En cada tansecto se
realizaron 10 mediciones de penetrometría superficial mediante un Hand
Penetrometer (Bradford, 1986) y de hidrofobia según el método WDPT (De
Bano, 1981), inmediatamente después del fuego y tras la acción de las lluvias

403
La restauración de la cubierta vegetal en la Comunidad Valenciana

otoñales.

C) Resultados

Parámetros hidrológicos

En las zonas incendiadas, excepto en las parcelas situadas sobre sustrato


margoso y orientación norte, se observa una disminución significativa de la
capacidad de infiltración tras la acción de las lluvias, tal como ocurrió en la
experiencia realizada en Benidorm (ver tabla 5). Este efecto es mucho más
destacable en las solanas localizadas en Ponce, que resultarían ser los suelos más
degradables por la lluvia tras perder la cubierta vegetal por el fuego.

Aparecen diferencias significativas si comparamos los dos sustratos,


siendo las margas las que presentan menor capacidad de infiltración.

Por lo que respecta a las áreas no afectadas por el fuego, son también las
parcelas de solanas sobre margas las que menor infiltrabilidad poseen. En todas
las demás situaciones se observan altas capacidades de infiltración,
significativamente superiores a las de las parcelas quemadas (Tabla 5).

Tabla 5: Capacidad de infiltración final (mm/h) en las parcelas quemadas (antes y después del
periodo de lluvias) y en las no quemadas (después de las lluvias). Áreas experimentales de Ponce y
Sotorroni. S: solanas, N: umbrías
Antes de las Después de las No quemado
lluvias lluvias

Margas N
Ponce 38.9 36.4 54.3
Sotorroni 22.1 24.0 50.5
Margas S
Ponce 39.5 16.1 16.8
Sotorroni 34.3 19.4 37.2
Dolomías N
Ponce 38.9 25.4 60.5
Sotorroni 39.8 28.0 57.5
Dolomías S
Ponce 44.7 26.5 59.8
Sotorroni 40.5 39.7 54.3

404
Siembra de herbáceas para la conservación de suelos

El material transportado por la escorrentía se incrementa con el fuego


(Fig. 2). La producción de sedimentos en las parcelas no quemadas es
prácticamente nula en todos los casos salvo en las margas sur de Ponce (ver
figura 2). Comparando sustratos se observa un mayor arrastre de sedimentos en
margas que en dolomías.

En el primer muestreo, poco después del fuego, las umbrías resultan ser
más erosionables, mientras que 1 año más tarde lo son las solanas. Parece ser
que, mientras que las parcelas de orientación norte son las más afectadas
directamente por el fuego pero las que mejor se recuperan, las de orientación sur
sufren procesos de degradación posteriores, sobre todo sobre sustratos margosos
(ver figura 2).
sedimentos (mg/min)
350
inmediatamente tras el fuego
300 1 año después del fuego
no quemado

250

200

150
dolomías norte dolomías sur
100

50

3500

300
margas norte margas sur
250

200

150

100

50

Figura 2. Tasa de arrastre de sedimentos en los ensayos de simulación de lluvia. Areas


experimentales de Ponce y Sotorroni. Los datos de las parcelas no quemadas se tomaron un año
después del incendio.

405
La restauración de la cubierta vegetal en la Comunidad Valenciana

Penetrometría e hidrofobia

Con respecto a la resistencia a la penetración, se han observado dos


comportamientos diferenciados en función del sustrato. Sobre dolomías, la
resistencia a la penetración tiende a disminuir ligeramente con el tiempo en todas
las parcelas, mientras que sobre sustratos margosos ésta se incrementa. Esto
puede relacionarse con una diferenciada tendencia a la compactación superficial,
mucho más marcada sobre margas, y explica los resultados obtenidos para la
capacidad de infiltración. Este fenómeno parece independiente de la orientación
topográfica. En todas las situaciones, las margas de la localidad de Ponce,
bastante limosas, son las que mayor resistencia a la penetración presentan (ver
figura 3).
120
inmediatamente tras el fuego
100 1 año después

80

60
dolomias norte dolomias sur

40

20

0
120
margas norte margas sur
100

80

60

40

20

0
Ponce Sotorroni Ponce Sotorroni
Figura 3. Resistencia a la penetración de la superficie del suelo (N/cm2). Áreas experimentales de
Ponce y Sotorroni.

Tal como han descrito otros autores, en ninguna situación litológica ni


topográfica se ha apreciado hidrofobia a nivel superficial, tanto en las
mediciones tomadas tras el incendio como 1 año después.

406
Siembra de herbáceas para la conservación de suelos

2. TRATAMIENTOS DE CONSERVACION DE
SUELOS A CORTO PLAZO

2.1. INTRODUCCION

Las condiciones fisiográficas y climáticas de la Comunidad Valenciana,


con veranos largos, calurosos y secos, en los que se producen la mayor parte de
los incendios forestales, seguidos de cortos periodos de lluvia de alta intensidad
en otoño, crean situaciones muy favorables para la degradación y pérdida del
suelo. En muchas situaciones, se requiere la aplicación de medidas urgentes de
conservación, y es necesario, por tanto, disponer de información contrastada
acerca de la efectividad de distintos tratamientos para la restauración de zonas
quemadas y la protección del suelo tras el fuego.

En aquellas zonas donde se combinan una mayor dificultad de


regeneración después del incendio y un elevado riesgo erosivo, es importante
que la restauración proporcione una rápida cubierta vegetal que pueda controlar
los procesos de degradación. La siembra de herbáceas es una práctica común en
los programas de restauración de escombreras de minería y obras similares
(Bradshaw, 1983; Bradshaw & Chadwick, 1980) y se ha utilizado como
tratamiento de urgencia en áreas recién quemadas del chaparral californiano con
resultados desiguales, dependiendo de las condiciones ambientales y de las
especies introducidas (Barro & Conard, 1987). Por otro lado, el uso de cubiertas
(mulch) de residuos vegetales ha sido ensayado ampliamente como técnica para
la conservación de suelos (Mannering & Meyer, 1963; Meyer et al., 1970; Lal,
1975; Singer & Blackard, 1978; Smith et al., 1992). En la mayor parte de estos
trabajos previos, la aplicación de mulch se muestra bastante efectiva en la
reducción de la pérdida de suelo, aunque no parece haber acuerdo acerca de
cuáles son sus efectos sobre la producción de escorrentía (Lattanzi et al., 1974;
Zuzel & Pikul, 1993). Estos estudios sobre los efectos del mulch, se han
realizado fundamentalmente en terrenos agrícolas de pendientes suaves y
mediante ensayos de lluvia simulada. Sin embargo, apenas se dispone de
información acerca de los efectos de la aplicación de mulch sobre la respuesta
hidrológica y erosiva de áreas forestales quemadas.

407
La restauración de la cubierta vegetal en la Comunidad Valenciana

La técnica de siembra de herbáceas podría resultar efectiva en aquellas


zonas incendiadas donde no se espera una rápida regeneración espontánea de la
vegetación, debido a la escasez de plantas de estrategia rebrotadora frente al
fuego o por la pobreza del banco de semillas, situaciones muy comunes en áreas
degradadas del Levante español. La aplicación de una capa de mulch junto con
la siembra de herbáceas mejoraría las condiciones microclimáticas de la
superficie del suelo, por su efecto sobre la temperatura y la evaporación en
condiciones cálidas, favoreciendo la germinación y el crecimiento inicial de las
plantas. Paralelamente, el mulch contribuiría al control de los procesos de
degradación y erosión.

2.2. ENSAYO DE SIEMBRA DE HERBACEAS Y APLICACION DE


MULCH EN LA COMUNIDAD VALENCIANA

2.2.1. TRATAMIENTOS

El ensayo se ha llevado a cabo en áreas afectadas por los incendios del


verano del 92 en la Comunidad Valenciana. Se han elegido dos situaciones en
régimen termomediterráneo, una bajo ombroclima seco y otra en semiárido.
Todas ellas se encuentran en laderas de orientación sur y substrato de margas, al
objeto de caracterizar las condiciones que se suponen de mayor riesgo erosivo.
La vegetación de estas áreas antes del incendio correspondía a formaciones
abiertas de matorral bajo, ocasionalmente con presencia de pinos (Pinus
halepensis). En cada situación se han instalado 8 parcelas de 20 x 4 m, 4 donde
se ha sembrado y 4 donde no se ha realizado tratamiento alguno (Tabla. 6).

Tabla 6. Características de las parcelas sembradas: ombroclima, localización y número de


parcelas (N).
OMBROCLIMA LOCALIDAD N
Benidorm 4
Semiárido Campello 2
Orxeta 2
Seco Calderona 4
Calles 4

La mezcla de semillas utilizada es del tipo gramínea-leguminosa. Estas


dos familias presentan sistemas radiculares distintos, ambos interesantes en la
mejora de las condiciones edáficas, las gramíneas por su sistema rizomatoso con

408
Siembra de herbáceas para la conservación de suelos

raíces densas y superficiales, y las leguminosas por la capacidad de nodular con


las bacterias fijadoras de nitrógeno. También se mezclan especies anuales y
perennes, para combinar una rápida respuesta de las primeras, con la garantía de
una mayor persistencia de las segundas. Las dosis y la composición de los
materiales utilizados se describen en la tabla 7.

Tabla 7. Composición y dosis de los materiales de siembra aplicados.


2
Material Dosis (g/m ) Composición

Especies % en peso

Cynodon dactylon 2
Dactylis glomerata 12
Festuca ovina 12
Lolium perenne 12
Semillas 20 Paspalum dilatatum 1
Phalaris canariensis 10
Medicago sativa 2
Lotus corniculatus 13
Onobrychis sativa 20
Sanguisorba minor 4
Vicia sativa 12

Abono 25 N : P : K 15: 15: 15

Mulch 200 Paja de cebada

Las semillas y el fertilizante inorgánico granulado fueron mezclados y


esparcidos manualmente sobre la superficie del suelo; acto seguido se distribuyó
uniformemente la paja sobre el terreno sembrado, también de forma manual. La
paja se roció con aproximadamente 0.3 mm de agua, con el objeto de mejorar su
fijación al terreno, pero sin llegar a mojar el suelo. La selección de las especies
se ha realizado atendiendo tanto a su potencial de crecimiento y rusticidad, como
a su disponibilidad comercial.

Para evaluar la eficacia del tratamiento se han estudiado sus efectos en:
1- La evolución de la recuperación de la cubierta vegetal.
2- El control de la erosión y la degradación de los suelos.

409
La restauración de la cubierta vegetal en la Comunidad Valenciana

2.2.2. EFECTO DEL TRATAMIENTO EN LA RECUPERACION DE LA


CUBIERTA VEGETAL

A) Metodología

El efecto del tratamiento en la recuperación de la vegetación se analizó


mediante el seguimiento de la evolución del recubrimiento vegetal en cada
parcela. El muestreo se realizó mediante 4 transectos lineales dispuestos en la
dirección de la máxima pendiente, anotándose todas las especies interceptadas
cada 10 cm, así como sus estrategias de regeneración (germinadoras o
rebrotadoras). Las medidas se tomaron en dos ocasiones, a los 6 (primavera del
93) y a los 18 meses (primavera del 94) del tratamiento. Para cada situación
climática, se analizó el efecto del tratamiento mediante análisis de varianza.

B) Resultados

Recubrimientos

La germinación de las especies sembradas tuvo lugar con las primeras


lluvias de otoño, siendo Vicia sativa, Hordeum vulgare y Phalaris canariensis
las primeras especies en germinar (un mes después de la siembra bajo
ombroclima seco). Al cabo de 6 meses, prácticamente todas las especies
introducidas han iniciado su desarrollo en ambos bioclimas.

Comparando las parcelas según el ombroclima en el que se sitúan, se


observa un efecto de este factor en la capacidad de germinación y/o de
instalación y desarrollo de las especies introducidas. En general, su
recubrimiento específico es mayor en ombroclima seco que en semiárido
(Tabla 8).

Los terófítos introducidos (Vicia sativa, Hordeum vulgare y Phalaris


canariensis) germinaron y se desarrollaron más rápidamente que las especies
nativas y que el resto de las especies de la mezcla de semillas. Los
recubrimientos específicos que alcanzan estas especies son especialmente
relevantes en cuanto proporcionan una cobertura temporal del suelo en el
momento en que el recubrimiento vegetal es mínimo. Esta cobertura temporal
está significativamente más desarrollada en condiciones ombroclimáticas secas.
Tabla 8. Porcentaje específico de recubrimiento de las especies introducidas. Comparación entre

410
Siembra de herbáceas para la conservación de suelos

ombroclimas a los 6 meses de la siembra. Distintas letras muestran diferencias significativas


(P<0.05) para cada especie.
ESPECIES SEMIARIDO SECO
Cynodon dactylon 0 0
Dactylis glomerata 7.8 a 13.9 b
Festuca ovina 6.4 a 4.6 b
Lolium perenne 6.3 a 14.4 b
Paspalum dilatatum 0 0
Phalaris canariensis 1.9 a 8.8 b
Medicago sativa 0.3 a 5.9 b
Lotus corniculatus 2.9 a 1.3 b
Onobrychis sativa 2.6 a 3.1 b
Vicia sativa 0 7.0
Sanguisorba minor 1.9 a 1.4 b
Hordeum vulgare 2.8 a 13.7 b

El recubrimiento vegetal total a los 6 meses de la siembra (primavera


93) es siempre superior en las parcelas tratadas que en las control, aunque las
diferencias son sólo significativas en ombroclima semiárido (Fig. 4). Al cabo de
18 meses (primavera 94), el efecto del tratamiento sobre el recubrimiento vegetal
total ha desaparecido en ambos ombroclimas. El recubrimiento atribuible
exclusivamente a las especies introducidas fue siempre bajo, alrededor de un 15
% en ambiente seco en las dos primaveras, mientras que en el semiárido fue del
7 % en la primavera del 93 y prácticamente inexistente en el 94. El bajo
recubrimiento de las especies introducidas, así como la poca perdurabilidad de
éstas, puede explicarse en parte por la inadecuación de las especies disponibles
comercialmente a las condiciones de sequedad, especialmente en el caso del
semiárido.

Curvas de Diversidad-Dominancia

El análisis de la relación de abundancia entre las especies se ha realizado


utilizando las curvas de Diversidad-Dominancia (Whittaker, 1965) para cada
parcela, tratamiento y ombroclima. La confrontación de las curvas entre las
réplicas para cada tratamiento mostraron un mismo patrón de comportamiento en
función del ombroclima. Se han seleccionado las curvas pertenecientes a Calles
para el ombroclima seco, y Campello, para el ombroclima semiárido (Fig. 5).

411
La restauración de la cubierta vegetal en la Comunidad Valenciana

Figura 4. Recubrimiento vegetal a los 6 y 18 meses después de la siembra. *


Diferencias significativas al 0.05.

En estas curvas las especies se sitúan en ordenadas (escala logarítmica) según el


recubrimiento relativo de la especie y en abcisas según el valor de importancia
que la especie alcanza en el conjunto, en función de su frecuencia (más fre-
cuente corresponde a rango 1, menos frecuente a rango 30).

Las curvas muestran, independientemente del tratamiento, una fuerte


dominancia de una sola especie, que corresponde a Brachypodium retusum. Las
especies introducidas muestran diferente distribución en la curva según el
ombroclima. Mientras en ambiente seco ocupan valores intermedios-bajos en
ambas primaveras, en semiárido aparecen con valores bajos en la primavera del
93 y prácticamente desaparecen en la primavera del 94. Sin embargo, en ninguno
de los casos parecen interferir en el desarrollo de las especies espontáneas, ya
que no se observa que modifiquen el patrón de distribución de las especies
nativas en la formación, tal y como se desprende del análisis de las curvas.

412
Siembra de herbáceas para la conservación de suelos

Figura 5. Curvas de diversidad-dominancia para los ombroclimas semiárido y seco.

413
La restauración de la cubierta vegetal en la Comunidad Valenciana

En la primavera del 93 se observa una mayor importancia, en términos


de recubrimiento vegetal, de las especies rebrotadoras frente a las germinadoras
nativas, en ambos bioclimas (Fig.6). Durante el siguiente año se produce un
aumento del recubrimiento de las especies germinadoras nativas, aunque los
valores continúan siendo bajos.

En conclusión, la siembra de especies herbáceas con mulch de paja y


fertilizante inorgánico tiene un efecto inicial sobre el aumento del recubrimiento
vegetal en todas las áreas incendiadas estudiadas. Este efecto inicial se diluye a
medida que aumenta la regeneración natural. En condiciones secas esto sucede a
los 6 meses de la siembra y en condiciones semiáridas durante el primer año. En
esta experiencia, ninguna de las especies introducidas se ha comportado como
invasora, a pesar de que algunas de ellas alcanzaron la madurez reproductiva y
germinaron en el siguiente periodo vegetativo. A pesar del tratamiento de
siembra, la recuperación de la cubierta vegetal durante el primer año después del
incendio viene dada por las herbáceas perennes nativas (Brachypodium retusum)
y las especies arbustivas y subarbustivas rebrotadoras. El efecto del tratamiento
en términos de recubrimiento total es bajo, y puede atribuirse a la acción
combinada de la siembra, el mulch y el fertilizante.

414
Siembra de herbáceas para la conservación de suelos

2.2.3. EFECTOS DE LOS TRATAMIENTOS EN EL CONTROL DE LA


EROSION Y DEGRADACION DE LOS SUELOS

Para evaluar la eficacia de los tratamientos de siembra y mulching en el


control del comportamiento hidrológico y de los procesos erosivos en áreas
quemadas se han seguido dos aproximaciones metodológicas. En las mismas
parcelas experimentales dedicadas a los ensayos de siembras y en los controles
respectivos, se instalaron conjuntos de clavos de erosión para obtener registros
volumétricos de la pérdida de suelo. Por otra parte, se seleccionó una de las
zonas experimentales del área semiárida para desarrollar un estudio más
detallado de los procesos implicados mediante el uso de parcelas cerradas de
erosión.

Registro volumétrico de la erosión: clavos de erosión

A) Diseño experimental

La utilización de las agujas de erosión es una técnica simple y efectiva


para medir las variaciones medias del rebajamiemto y/o acreción de la superficie
como consecuencia de los procesos de erosión o sedimentación (Sancho et al.,
1991). Aunque las tasas de erosión obtenidas a partir de los rebajamientos de
clavos tienden a ser mayores que los suministrados por otros tipos de registros,
el método permitió estimar de forma extensiva y periódica las diferencias en
términos de erosión debidas al tratamiento aplicado. Se dispusieron 39 clavos
por parcela siguiendo una distribución en malla regular y separados por 1.5
metros. La toma de medidas se hizo ladera arriba y ladera abajo de cada clavo y
se obtenía la media de estos dos valores. La primera serie de medidas se realizó
en otoño de 1993, nueve meses después de la aplicación de los tratamientos y
cinco meses después de la instalación de los clavos. De este modo, se pretendía
minimizar las posibles distorsiones producidas en la superficie del suelo en el
proceso de instalación. Las dos series de medidas siguientes se tomaron cada
seis meses. De las ocho áreas experimentales en las que se ensayó el tratamiento
de siembra y mulching, se descartó la zona de Orxeta para la instalación de
clavos de erosión debido al alto porcentaje de afloramientos rocosos que
presentaban las parcelas. En la zona denominada Calles-1, situada en el área

415
La restauración de la cubierta vegetal en la Comunidad Valenciana

quemada de Calles-Domeño, se abandonó este tipo de registro pocos meses


después de la primera serie de medidas debido al deterioro de la superficie del
suelo sufrido como consecuencia del paso de maquinaria para la extracción de
troncos. Se presentan, por tanto, los resultados obtenidos en seis de las áreas
estudiadas, tres de ellas situadas en ambiente mediterráneo seco y tres en
ambiente semiárido. Los datos se analizaron mediante el test no paramétrico de
la U de Mann-Whitney.

B) Resultados

Los resultados obtenidos muestran una disminución estadísticamente


significativa de la pérdida de suelo en las parcelas tratadas con respecto a los
controles (Fig. 7). Esta disminución oscila entre 1.2 y 31.2 t/ha año, siendo el
valor medio de 12.2 t/ha año. En la mayoría de los casos estas diferencias en las
tasas de erosión suponen pérdidas de suelo poco o nada tolerables para nuestras
condiciones ambientales. Diversos autores (Smith & Stamey, 1965; Hudson,
1971; Arnoldus, 1977) estiman límites del orden de las 2-5 t/ha año como tasas
tolerables de erosión para suelos superficiales y muy erosionables, comunes en
nuestra zona, en las que la tasa de formación es particularmente baja.

Figura 7. Erosión y acreción (valores negatrivos= de suelos en el periodo nov 93-nov94.

416
Siembra de herbáceas para la conservación de suelos

En la parcela tratada de la zona denominada Calderona-1, la variación de


la superficie del suelo dio como resultado una situación media de acreción. Este
hecho puede explicarse por el elevado desarrollo alcanzado por la vegetación en
esta parcela, con recubrimientos próximos al 100% a los 18 meses del
tratamiento, una importante participación de las especies introducidas y una
parte considerable del suelo cubierto por restos vegetales.

Agrupando las parcelas por su situación climática, se observa que los


valores medios de las tasas de erosión para la zona semiárida son claramente
superiores a los de la zona seca (Fig. 8). Esta diferencia se produce a pesar de
que las condiciones pluviométricas semiáridas son potencialmente menos
agresivas dado el escaso volumen de precipitación que registran y puede
atribuirse al menor grado de recubrimiento vegetal y, por tanto, de suelo
protegido (Fig. 4).

Figura 8. Tasas de erosión para el primer semestre (arriba) y el año completo (abajo) según la
situación climática de las áreas experimentales

417
La restauración de la cubierta vegetal en la Comunidad Valenciana

El tratamiento aplicado, por la combinación de la presencia del mulch y


del efecto que ejerce sobre la cubierta vegetal, consigue rebajar las tasas medias
de erosión de la zona semiárida hasta los niveles que se dan en las condiciones
no tratadas de la zona seca. En los dos ombroclimas, el efecto del tratamiento
sobre la pérdida de suelo se produjo aun cuando las diferencias en el grado de
recubrimiento vegetal entre parcelas tratadas y controles habían desaparecido.
No obstante, el porcentaje total de suelo cubierto continuó siendo superior en las
parcelas tratadas durante todo el periodo de estudio, debido a la presencia del
mulch. Tanto en las parcelas tratadas como en los controles, la mayor parte de la
pérdida de suelo calculada para todo el periodo anual se produjo en el primer
semestre (Fig. 8). En la segunda mitad del año, la ausencia generalizada de
lluvias puede explicar el que apenas se incrementasen las pérdidas erosivas y que
en algún caso del área climática seca se llegase a producir una cierta acreción en
las parcelas tratadas.

Registro dinámico de la erosión: escorrentía y sedimentos en parcelas de


erosión

A) Diseño experimental

Para profundizar en el estudio de los efectos del tratamiento en los


procesos de erosión, se preparó un conjunto de ensayos de siembra+mulch en
parcelas cerradas de erosión, que permiten la medida de la escorrentía y un
registro dinámico de la pérdida de suelo. Con el fin de separar los posibles
efectos debidos al tratamiento de siembra de aquellos debidos a la presencia del
mulch, se ensayó también el tratamiento de mulch por separado. Se seleccionó
una de las zonas de ambiente semiárido (Benidorm, Alicante) en la que, por
razones climáticas y edáficas, se estima un elevado riesgo erosivo. El incendio se
produjo en agosto de 1992 y quedaron afectadas por el fuego alrededor de 350
hectáreas de pinar de Pinus halepensis (Miller). La litología de la zona la
constituyen coluvios margo-calizos eocenos (IGME, 1981) sobre los que se han
desarrollado suelos poco profundos muy ricos en carbonato cálcico. Los
tratamientos se aplicaron en diciembre de 1992 y los primeros registros de
escorrentía y sedimentos se obtuvieron en mayo de 1993.

Para la evaluación de la escorrentía y la producción de sedimentos se


instalaron 9 parcelas cerradas de 8 m de largo y 2 m de ancho. Las parcelas

418
Siembra de herbáceas para la conservación de suelos

llevan un colector basal tipo canal Gerlach que drena en un depósito de 500
litros de capacidad. Para la recolección de muestras por métodos destructivos se
delimitó, junto a cada una de las parcelas cerradas, una zona de iguales
características y con el mismo tratamiento (Fig. 9). Las parcelas se agruparon en
tres bloques, situados en laderas diferentes dentro del área quemada. En cada
bloque (estaciones experimentales B1, B2 y B3) los tres tratamientos se
distribuyeron al azar. En todos los casos la orientación es Suroeste y la
inclinación de la pendiente oscila entre los 140 y los 200. En las parcelas
destinadas al tratamiento de siembra, se aplicó la misma mezcla de semillas y
mulch que en el resto de los ensayos de siembras, junto con fertilizante
inorgánico (Tabla 7). El tratamiento de mulch consistió en la simple aplicación
de paja, a la misma dosis que en las siembras. Después de cada evento de lluvia
se midieron la producción de sedimentos y escorrentía. La evolución de la
cubierta vegetal se estudió a partir de muestreos semestrales del recubrimiento
por el método del punto interceptado en una malla regular sobre toda la
superficie de la parcela (400 puntos).

Figura 9, Diagrama de las estaciones experimentales. S: siembra+mulch; m: mulch; c: control. S*,


m*, C* parcelas para muestreos destructivos. 1: canal de Gerlach; 2: depósito; 3: pluviómetro; 4:
pluviógrafo.

B) Resultados

Evolución de la cubierta vegetal en las parcelas de erosión

La evolución de la vegetación en las parcelas de erosión siguió el mismo

419
La restauración de la cubierta vegetal en la Comunidad Valenciana

comportamiento que en el resto de las parcelas experimentales de la zona


semiárida (Fig. 10). Seis meses después de la aplicación de los tratamientos, en
el momento en que se obtuvieron los primeros datos de erosión, el recubrimiento
vegetal medio fue de 50 % para las parcelas sembradas, 40 % para las parcelas
con mulch y 34 % para los controles. La contribución de las especies
introducidas fue relativamente baja (17 % como valor medio) y prácticamente
habían desaparecido el verano siguiente. La mayor parte del recubrimiento se
asoció a la especie rebrotadora Brachypodium retusum. Un año después
(primavera de 1994), las diferencias entre tratamientos en el recubrimiento
vegetal habían desaparecido, salvo en el caso de la estación experimental B3
que mantuvo durante todo el periodo de estudio los valores de recubrimientos
más bajos, especialmente en la parcela control. El porcentaje total de suelo
cubierto por la vegetación y/o por el mulch permaneció constante (78 ± 2.5 %)
en las parcelas tratadas durante todo el estudio, debido a los efectos
contrapuestos del desarrollo de la vegetación y de la pérdida gradual de mulch
a causa del viento, la escorrentía o su incorporación al suelo y descomposición.

Figura 10: Evolución del recubrimiento vegetal (%) en las parcelas de erosión desde la aplicación de
los tratamientos. c: control, m: mulching, ss: siembra+mulching. M*, S* recubrimiento total de
vegetación más mulch en las parcelas de siembra y mulching respectivamente.

420
Siembra de herbáceas para la conservación de suelos

Respuesta hidrológica y erosiva

En los dieciocho meses de seguimiento hidrológico de las parcelas de


erosión (mayo 1993-noviembre 1994), se registraron 46 días de precipitación. El
volumen total de lluvia recogido en este periodo fue 404.2 mm, pero repartido de
forma desigual: en los ocho meses correspondientes a 1993 se recogió el 60 %
del total, mientras que el periodo de 1994 fue extremadamente seco, con valores
mucho más bajos que las medias estimadas para esta zona (Elías y Ruíz, 1977).
El 50 % del volumen total de precipitación se produjo en sólo 5 días. La mayoría
de los días la precipitación fue inferior a 10 mm. La intensidad de la lluvia,
medida como I30 (intensidad máxima en 30 minutos), fue baja o muy baja
(inferior a 10 mm/h) la mayoría de los días y en ningún caso superó los 40
mm/h. El 46.5 % del total de episodios de lluvia produjo escorrentía en alguna
parcela y el 39 % produjo también pérdida de suelo. Para comparar la respuesta
de las distintas parcelas, se analizaron los datos mediante análisis de covarianza,
usando como covariable un parámetro relativo a la precipitación (log I30).

La respuesta hidrológica y erosiva de las parcelas fue muy diferente en


las tres estaciones experimentales. Este resultado coincide con trabajos previos
en los que se enfatiza la gran variabilidad espacial de los procesos hidrológicos y
erosivos en zonas semiáridas (Blackburn et al., 1992; Romero-Díaz et al., 1988).
El área experimental B3 siempre produjo los valores más altos de escorrentía o
pérdida de suelo. Este hecho puede explicarse, al menos parcialmente, por los
valores relativamente altos de suelo desnudo que presentan las parcelas de esta
zona. En todos los casos, con independencia de las diferencias entre zonas, la
producción de escorrentía y de sedimentos fue claramente inferior en las
parcelas tratadas con respecto a los controles sin tratar (Fig. 11 y 12). Estas
diferencias, analizadas en conjunto, son estadísticamente significativas. Sin
embargo, entre los dos tratamientos aplicados (siembra + mulch y sólo mulch)
tanto la de escorrentía como la producción de sedimentos no presentaron
diferencias significativas. Analizando los resultados zona a zona, las diferencias
entre las parcelas tratadas son significativas en todos los casos salvo en la
producción de sedimentos del área experimental B1, posiblemente debido al
escaso número de días que produjeron pérdida de suelo en esta zona. El volumen
total de escorrentía fue entre 1.6 y 14 veces mayor en las parcelas control (Fig.
11). Igualmente, la pérdida de suelo fue de 2.5 a 15 veces superior en las

421
La restauración de la cubierta vegetal en la Comunidad Valenciana

parcelas control (Fig. 12). La parcela control de la estación B3 produjo la mayor


cantidad de sedimentos, equivalente a una tasa de erosión de 2 t/ha.año.
Conviene señalar que los datos de tasas de erosión obtenidos por recogida de
sedimentos (registro dinámico) tienden a ser inferiores a los calculados a partir
de los rebajamientos de clavos de erosión (registro volumétrico) (Sancho et al.,
1991). También nuestros datos confirman este hecho (ver figuras 12 y 7).

Figura 11. Escorrentía acumulada y precipitación en el periodo mayo93-noviembre 94. B1, B2,B3
estaciones experimentales.

422
Siembra de herbáceas para la conservación de suelos

Figura 12. Sedimentos acumulados y precipitación en el periodo mayo93-noviembre 94. B1, B2, B3
estaciones experimentales.

423
La restauración de la cubierta vegetal en la Comunidad Valenciana

2.2.4. EFECTOS DE LOS TRATAMIENTOS EN LA PREVENCION DE LA


DEGRADACION DEL SUELO

A) Diseño experimental

Para evaluar en qué medida estos tratamientos de siembra y mulching


afectan a las condiciones superficiales del suelo y pueden influir en el nivel de
degradación de los suelos afectados por incendios forestales, se realizó un
seguimiento del nivel de encostramiento superficial y de la capacidad de
infiltración para las situaciones de tratamiento y control. La capacidad de
infiltración se estimó a partir de experimentos de simulación de lluvia con el
mismo método descrito anteriormente. Las parcelas para las simulaciones se
instalaron en las zonas reservadas para los muestreos destructivos contiguas a
las parcelas de erosión con el mismo tratamiento. En estas mismas parcelas se
evaluó el nivel de encostramiento superficial a partir de medidas de resistencia a
la penetración (penetrómetro de cono) realizadas cada 10 cm a lo largo de tres
líneas transversales (60 medidas por parcela).

B) Resultados

Capacidad de infiltración

Los resultados obtenidos a partir de los experimentos con lluvia


simulada confirman que los tratamientos ensayados influyen sobre la capacidad
de infiltración de los suelos. A partir del ajuste de los datos al modelo de Horton
(1940), se calcula la capacidad de infiltración final estable (Tabla 9).

Tabla 9. Capacidad de infiltración final estable (mm/h) para un año y dos años después de la
aplicación de los tratamientos.

Siembra + mulch Mulch Control

Febrero-94 ≥48.0 47.9 39.8


≥47.0 46.9 32.8
31.4 44.1 17.7

Enero-95 ≥45.6 43.8 26.7


≥44.6 44.5 24.6
≥50.1 ≥50.1 28.5

424
Siembra de herbáceas para la conservación de suelos

La capacidad de infiltración para todas las parcelas tratadas (con


siembra+mulch o sólo con mulch) fue muy similar y siempre superior a la de las
parcelas control. En algunas parcelas tratadas no se llegó a producir
escorrentía, en estos casos se estimó que la capacidad de infiltración era igual o
superior a la tasa de lluvia aplicada en la simulación. El efecto que tienen los
tratamientos sobre la infiltrabilidad de los suelos puede explicarse por una
combinación de factores: aumento de la rugosidad superficial y disminución de
la velocidad del flujo superficial por un lado y, fundamentalmente, protección de
la superficie frente a la degradación por sellado y encostramiento. Para
contrastar este último punto se evaluó la penetrabilidad de la superficie.

Penetrabilidad de la costra 1200


kPa

B1
1000 C
La resistencia a la
800
penetración de la superficie del
600 S
suelo mostró diferencias muy M
400
significativas entre las parcelas
200
tratadas y los controles en todas las 1400
B2
ocasiones en que se midió y en 1200

todas las estaciones experimentales 1000 C

(Fig. 13). Los valores más bajos de 800

resistencia siempre se dieron en las 600


S
400
parcelas tratadas, sin que se M
200
observaran diferencias entre los 1600
B3
dos tratamientos. La primera serie 1400
1200
de medidas (diciembre 1993) tuvo
1000
lugar un año después de la 800
C

aplicación de los tratamientos. En 600


M
aquellos momentos, la resistencia a 400 S
200
la penetración ya fue Dic 93 Dic 94 Mar 95

significativamente superior en los


controles. Este hecho puede
explicarse por el efecto acumulado de sellado y encostramiento que se produce
por el impacto de las gotas de lluvia sobre el suelo desprotegido descrito
anteriormente. Este proceso de degradación no se produjo, o lo hizo en un grado
muy inferior, en las parcelas tratadas. En diciembre de 1994 y con
independencia del tratamiento, siete de las nueve parcelas mostraron valores de

425
La restauración de la cubierta vegetal en la Comunidad Valenciana

resistencia ligeramente inferiores a los del año anterior, debido probablemente al


aumento de la cubierta vegetal. No se observa un patrón claro de la resistencia a
la penetración en relación al periodo estacional. Las medidas de penetrometría se
realizaron en condiciones de humedad muy bajas (4.3 ± 0.8 %), para eliminar el
efecto de este parámetro sobre los valores de resistencia.

En conclusión, los dos tratamientos ensayados mostraron ser bastante eficaces


para la conservación del agua y del suelo. El control sobre la escorrentía y la
producción de sedimentos no puede explicarse solamente por el efecto que los
tratamientos tuvieron sobre la vegetación, puesto que las diferencias entre
parcelas en el grado de recubrimiento vegetal fueron muy pequeñas y
desaparecieron durante el primer año de tratamiento. Aunque sí se da una cierta
relación entre la pérdida de suelo o la producción de escorrentía y el grado de
recubrimiento total (vegetación+mulch) (Fig. 14). No obstante, la eficacia de los
tratamientos ensayados en el control de la escorrentía y la pérdida de suelo
debe atribuirse a la acción combinada de la presencia de una cubierta de
vegetación y mulch que atenúa la acción erosiva de las lluvias y al efecto

ln
6

4 Sedimentos
R 2 = 0.83

2 Escorrentia
R 2 = 0.64

-1
20 30 40 50 60 70 80 90
% recubrimiento

Figura 14. Relación entre sedimentos (g/m2) y escorrentía e (ln en mm) y el porcentaje de suelo
cubierto por vegetación y mulch (valores medios para todo el periodo)

426
Siembra de herbáceas para la conservación de suelos

acumulado en el tiempo que esta cubierta ejerce sobre propiedades


estructurales de la superficie directamente relacionadas con el comportamiento
hidrológico y erosivo. El hecho de que el efecto de los tratamientos, tanto en las
parcelas cerradas como en las parcelas con clavos de erosión, se mantuviera
después de la desaparición de los efectos sobre la vegetación, unido a que no se
dieran diferencias en el comportamiento hidrológico y erosivo entre las parcelas
sembradas y las que llevaron sólo el mulch, destaca el papel del tratamiento de
mulching en la conservación post-incendio de los suelos.

3. EXPERIENCIA PILOTO DE LA TECNICA DE


SIEMBRA DE HERBACEAS

La información obtenida de las siembras en parcelas experimentales ha


permitido aconsejar la utilización de esta técnica a mayores superficies en
actuaciones llevadas a cabo por la Conselleria de Medio Ambiente.

Inmediatamente después del incendio de agosto de 1992 en la Sierra


Calderona, se realizó un informe de impacto y riesgo erosivo por parte de
técnicos de la Conselleria de Medio Ambiente y del CEAM. Dicho informe
aconsejaba realizar una revegetación urgente en zonas donde se preveía una
insuficiente regeneración natural. Éstas correspondían a zonas en que se
combinaban el sustrato de arcillas rojas del Bundsandstein (poco permeables y
fácilmente erosionables), y vegetación previa de pinares de Pinus halepensis y
matorral claro con dominancia de especies germinadoras (Ulex parviflorus,
Rosmarinus officinalis, Cistus albidus) y algunas rebrotadoras de distribución
aislada (Quercus coccifera, Pistacia lentiscus, Anthyllis cytisoides).

El área de la actuación se localizó en los alrededores de Portacoeli. Poco


después del incendio se observó el movimiento en la ladera de cenizas y restos
carbonizados, junto con partículas minerales, que se acumularon de forma
irregular en pequeños barrancos, y en algunos casos se detectó el endurecimiento
de la superficie (formación de costra).

La siembra se realizó en noviembre-diciembre de 1992, de forma


manual, en una superficie de unas 25 ha, introduciendo semillas de gramíneas

427
La restauración de la cubierta vegetal en la Comunidad Valenciana

(Dactylis glomerata, Cynodon dactylon, Festuca ovina) y leguminosas (Vicia


sativa, Medicago sativa), junto con un mulch de paja y abono inorgánico N:P:K
15:15:15. Las dosis utilizadas fueron semejantes a las de las parcelas
experimentales mencionadas previamente.

Al cabo de un mes ya se habían producido las primeras germinaciones.


Vicia sativa y Hordeum vulgare (proveniente de semillas de la paja) se
desarrollaron con mayor precocidad que el resto de especies sembradas y que las
nativas.

A los tres meses de la actuación, la zona tratada presentaba


recubrimientos de más del 50 % (apreciación cualitativa), valores superiores a
los que se daban en pequeñas áreas adyacentes que se dejaron sin sembrar como
zonas testigo. Tal como se había previsto, la regeneración natural en las áreas no
intervenidas sobre este tipo de sustrato fue en general baja, presentando una
cobertura del suelo inferior al 10 %, debido al rebrote de Brachypodium retusum
y de individuos aislados de las especies arbustivas rebrotadoras presentes antes
del incendio. A los tres meses, la especie que había alcanzado recubrimientos
más elevados fue Vicia sativa, si bien su presencia en la mezcla era entre 20 y 80
veces menor que el resto, debido a su mayor peso de semilla. El desarrollo de
Medicago sativa fue más tardío, aunque en ese momento se detectó la
proliferación de sus cotiledones en todo el área. De las gramíneas, Dactylis
glomerata fue la que tuvo más éxito. La presencia de Festuca ovina fue mucho
más reducida y no se observó la germinación de Cynodon dactylon.

La siembra extensiva de Portacoeli incluía las parcelas de siembra y


testigo donde se realizó el seguimiento cuantitativo del recubrimiento y de la
erosión, comentado en apartados anteriores. Los resultados obtenidos fueron
extrapolables a la zona más extensa: a partir de los 6 meses de la siembra ya no
se detectó el efecto del tratamiento en la cobertura vegetal total, si bien todavía
existían especies introducidas, aunque con recubrimientos bajos.

A los 12 meses del tratamiento, se valoró el recubrimiento global de


forma cualitativa, a partir de dos transectos lineales de 150 m, situados en el área
de siembra extensiva de forma que quedase recogidas las variaciones
topográficas. Cada 5 m se colocó un marco cuadrado de 0.5 m de lado y se anotó
el porcentaje de la superficie ocupada por vegetación. Las especies introducidas

428
Siembra de herbáceas para la conservación de suelos

todavía estaban presentes con recubrimientos globales aproximados de 10-15 %,


principalmente Dactylis glomerata, Medicago sativa, y en menor grado Festuca
ovina y Vicia sativa, pero se mantuvieron sin diferencias los recubrimientos
totales de la zona tratada respecto a la no tratada.

En conclusión, la actuación de siembra adelantó el recubrimiento de la


superficie del suelo respecto a la regeneración natural en un momento crítico en
que las tasas de erosión podían suponer una importante pérdida de suelo y de
nutrientes.

Se ha tenido en cuenta la viabilidad económica de la actuación: los


costes de la siembra manual de herbáceas y aplicación de mulch no superan los
de una plantación manual convencional.

4. CONCLUSIONES GENERALES

La investigación realizada ha permitido describir importantes procesos


degradativos de los suelos en zonas afectadas por incendios forestales en áreas
representativas de la Comunidad Valenciana.

En ambiente semiárido y sustrato litológico de margas, la acción de las


primeras lluvias incidentes sobre un suelo sin cobertura vegetal protectora da
lugar a un sellado y encostramiento de la superficie del mismo. Por esta razón, a
pesar de un mayor recubrimiento vegetal general, después de las lluvias otoñales
las tasas de infiltración disminuyen y se dan escorrentías mayores en la zona
incendiada. Un comportamiento similar se observa también en ambiente seco,
especialmente en vertientes solanas.

Los mismos parámetros hidrológicos medidos en calizas muestran


mejores condiciones de infiltrabilidad y menor arrastre de sedimento generado
por las lluvias.

La mayor resistencia a la penetración de los suelos en áreas incendiadas


y margas refleja la mayor compactación y encostramiento superficial en este tipo
de sustrato después de la perturbación, lo cual también puede tener
consecuencias en la emergencia de plántulas.

429
La restauración de la cubierta vegetal en la Comunidad Valenciana

Los resultados de la investigación sobre siembras y aplicación de mulch


muestran que los tratamientos aplicados pueden constituir medidas adecuadas
para la conservación de los suelos afectados por incendios, en condiciones
degradadas.

La siembra de herbáceas y mulch ensayada ha permitido un desarrollo


más rápido de la cubierta vegetal total respecto a la zona no tratada, en los dos
ombroclimas, seco y semiárido. En ombroclima seco el efecto se diluye a los 6
meses y en condiciones semiáridas durante el primer año.

El efecto del tratamiento en las propiedades físicas del suelo ha


permanecido incluso cuando el efecto en el recubrimiento vegetal total ya no se
detectaba. Se han constatado tasas de erosión inferiores tanto en las mediciones
volumétricas (clavos de erosión) como en el registro dinámico (parcelas cerradas
de erosión). En ambiente semiárido también se registró un incremento de la
capacidad de infiltración y disminución de la resistencia a la penetración de la
superficie del suelo (menor encostramiento) debido al tratamiento. La aplicación
de mulch solo, sin siembra, fue igualmente eficiente en el control de la erosión y
escorrentía.

La contribución al recubrimiento vegetal total por parte de las especies


introducidas ha sido escasa lo que indica su baja adaptación al medio en las
zonas estudiadas. Se destacó la importancia de la introducción de especies mejor
adaptadas, de más larga permanencia y que contribuyeran a mejorar la estructura
de la vegetación y a aumentar la resiliencia de las formaciones frente a nuevos
incendios a través de la introducción de arbustos rebrotadores.

Se destaca la conveniencia de realizar las medidas de conservación del


suelo antes de las primeras lluvias fuertes otoñales, que son las más importantes
en el desarrollo del encostramiento superficial, con la consecuente disminución
de la capacidad de infiltración y aumento de escorrentía y erosión.

AGRADECIMIENTOS
El desarrollo de las experiencias que se han detallado en el presente
capítulo ha sido posible gracias a la financión de la Conselleria de Agricultura y
Medio Ambiente y, complementariamente, de la C.E. por el proyecto
REMECOS (EC5V-CT94:0475).

430
Siembra de herbáceas para la conservación de suelos

Así mismo, queremos destacar la colaboración de las siguientes personas


o entidades: Agradecemos a los agentes forestales de las áreas de estudio por
facilitarnos las labores de búsqueda y selección de parcelas. Roser Guàrdia
participó en buena parte del proyecto, en especial en el diseño y desarrollo de las
experiencias de siembra. José Hernández del Moral (Pepe), Manuel Ruíz
(Cholo), Vicent Pardo, Amaya Barquino, Salvador Blasco, Mª Jesús Gras y
Martín de Luis por su colaboración en la instalación y muestreo de las parcelas
experimentales, así como las cuadrillas forestales de Mariola Treballs Forestals y
Ferri Padrón. Isabel Montávez, de Intersemillas S.A. por la aportación de
información sobre las especies herbáceas. Moralet S.A. y la familia León han
puesto a disposición terrenos de su propiedad para la instalación de las parcelas
experimentales correspondientes a la zona de Benidorm.

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Investigación financiada por la Generalitat Valenciana, a través de su programa de Zonas afectadas por
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