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(UAPA)
Participante
Yesenia Martínez Reyes
2018-01444
Asignatura
Psicología de 0 a 6 años
Facilitadora
Daysi Rodríguez
Tema
Desarrollo Psicosocial en los primeros tres años.
Fecha
Santiago, Rep. Dom.
Junio 2018
DESARROLLO PSICOSOCIAL EN LOS PRIMEROS TRES AÑOS.
5.1 Enfoque contextual social: aprendizaje por interacción con los cuidadores.
El término participación guiada se refiere a las interacciones recíprocas con adultos
que ayudan a estructurar las actividades de los niños y salvar la brecha entre lo que
entienden unos y otros. Este concepto se inspiró en la idea de Vygotsky de que el
aprendizaje es un proceso colaborativo. La participación guiada ocurre en juegos
compartidos y en las actividades cotidianas en las que los niños aprenden de
manera informal las habilidades, conocimientos y valores importantes en su cultura.
Incluye la participación guiada por el adulto en las actividades del niño que ayudan
a estructurarla y que induzcan la comprensión que el niño tiene sobre ella a la que
tiene el adulto.
Primeras vocalizaciones:
Gestos:
Antes de empezar a hablar los niños comunican e informan mediante los gestos
como señalar objetos, decir “adiós” con la mano, mover su cabeza para negar y
afirmar, entre otras.
Los niños pequeños combinan gestos con palabras. Estas combinaciones sirven
como señal de que están a punto de usar frases de varias palabras.
Primeras palabras:
Entre los 10 y 14 meses inicia el habla lingüística.
Sus primeras palabras pueden ser “Mamá”-“Papá”.
Pueden utilizar una sílaba simple que tiene más de un significado. (holofrase)
Primeras Frases:
Entre los 18 y 24 meses aproximadamente.
Unen 2 o más palabras para expresar una idea
Aunque la capacidad lingüística es innata subyace a la capacidad del bebé para
hablar, cuando los padres imitan los sonidos que hacen, refuerza la probabilidad de
que el bebé lo repita, con lo que se ponen en relieve las influencias de la naturaleza
y la crianza.
Crecimiento y Cambio Corporal: Los niños crecen con rapidez entre los tres y los
seis años, aunque menos que antes. Alrededor de los tres años, empiezan a perder
su redondez infantil y a adquirir la apariencia delgada y atlética de la niñez. A medida
que desarrollan los músculos abdominales, su barriga se endurece. El tronco, los
brazos y las piernas se hacen más largos. La cabeza todavía es relativamente
grande, pero las otras partes del cuerpo la alcanzan a medida que las proporciones
corporales se parecen cada vez más a las adultas.
Patrones y Problemas Del Sueño: Los patrones del sueño cambian durante los años
del crecimiento (fi gura 7-1), y la niñez temprana tiene sus propios ritmos definidos.
A los cinco años, la mayoría de los niños estadounidenses duermen un promedio
de 11 horas por la noche y dejan de hacer las siestas diurnas (Hoban, 2004). En
algunas otras culturas puede variar el tiempo del sueño. Entre los gussi de Kenia,
los javaneses de Indonesia y los zuni de Nuevo México, los niños pequeños no
tienen una hora regular para ir a la cama y se les permite permanecer de pie hasta
que tengan sueño. Entre los hare de Canadá, los niños de tres años no duermen
siestas, pero se les lleva a dormir justo después de la cena y duermen hasta que lo
desean por la mañana (Broude, 1995).
Desarrollo Del Cerebro: El desarrollo del cerebro durante la niñez temprana es
menos acusado que durante la infancia, pero el estirón de su crecimiento continúa
por lo menos hasta los tres años, momento en que su peso equivale a casi 90% del
peso del cerebro adulto (Gabbard, 1996). La densidad de las sinapsis en la corteza
prefrontal alcanza su punto más alto a los cuatro años (Lenroot y Giedd, 2006) y
más o menos a esa edad se ha completado también la mielinización de las vías
auditivas (Benes et al., 1994). A los seis años el cerebro ha alcanzado casi 95% de
su volumen máximo, pero existen grandes diferencias individuales. El volumen
cerebral de dos niños saludables de la misma edad, con funcionamiento normal,
podría diferir hasta en 50% (Lenroot y Giedd, 2006).
Quien pertenece un juguete como quien tiene derecho a jugar con él aunque los
adultos exasperados no siempre lo consideran de esta manera, las disputas entre
hermanos y su solución puede verse como oportunidades de socialización en las
cuales los aprenden a defender principios morales.
5.13 El hijo único
Los únicos también tienden a ser más maduros, tener mayor motivación de logro y
autoestima. es posible que los niños se desempeñen mejor en esas áreas porque
sus padres pasan más tiempo con ellos y les dedican más atención, les hablan más
con ellos y esperan más de ellos.
El hijo único tiene fama de ser un niño egoísta, mimado, mandón y caprichoso. Pero
en realidad, esta fama es un tópico que no tiene porqué corresponder con la
realidad, pues el carácter del hijo único dependerá sobre todo del tipo de educación
que reciba. Lo que está claro es que al crecer sin hermanos y vivir sólo con adultos,
les resultará más difícil relacionarse e integrarse con otros de su edad.
Para que el niño aprenda a compartir y a relacionarse, los padres deben procurar
que su hijo tenga contacto con otros niños desde muy pequeño. Para ello, es
importante llevarle a la guardería, invitar a sus amigos a casa para que compartan
sus juguetes y su espacio, procurar que juegue con otros niños para que aprenda a
perder, ganar y respetar turnos, buscarle actividades fuera del horario escolar y en
verano llevarlo a algún campamento de verano. Así lograremos suplir lo que de
forma natural no puede aprender en su casa.