La casa en el bosque

Un día en la ciudad, Ruth estaba cansada de todo el bullicio, humo y congestión, así que
decidió que era momento de alejarse de todo ello y tomar unas vacaciones en la casa del
bosque de su mamá cuando era soltera.
A la siguiente mañana Ruth empaco sus cosas y subió a su auto con destino al bosque. Cuando
llego a la casa, dejo sus pertenencias en la puerta y empezó a examinar el lugar, como era
invierno decidió que podía usar la chimenea que estaba en la sala ya que empezaba a hacer
frío, se sentó en el sofá más grande de los tres que había y se quedó dormida. Unas horas
después se levantó y quería ver televisión, pero se dio cuenta que esta estaba malograda así
que se levantó y se dirigió a la cocina para porque tenía hambre, pero como nadie había estado
en esta casa por mucho tiempo, obviamente no había comida así que salió de la casa, subió
en su auto y se dirigió a la tienda más cercana por comida para la pequeña cocina. Cuando
regreso de la tienda, dejo las bolsas en las encimeras, saco la leche, pan, cereales, carne, arroz,
etc., separo los alimentos y empezó a guardarlos en el refrigerador y reposteros. Después vio
que ya eran las siete de la noche, así que pensó que era momento de cenar. Ella empezó a
seleccionar los alimentos que iba a necesitar para la cena, los lavó y los dejo en la encimera
cerca de la cocina y empezó a para preparar la comida para luego cocinarla, luego dejo la
comida en la barra y se sentó en uno de tres taburetes a degustar su cena. Cuando termino se
dirigió a lavar, secar y guardar lo que utilizo, luego camino hacia el baño para lavarse las manos
cuando vio la tina cuadrada que tenía su mamá y sin pensarlo dos veces fue directo al lugar
donde dejo sus cosas, saco su ropa, toalla y shampoo, y se dio un baño que duró una hora y
media. Ya era muy tarde así que agarro su maleta y camino hacia el cuarto, una vez ahí abrió
la puerta, prendió la luz y rápidamente pudo ver una cama grande para ella sola, estaba muy
feliz, así que guardo rápido su ropa en el closet y corriendo se lanzó a la cama y pensó que
este día había sido muy diferente, sin ruidos molestosos, ni olores desagradables, sino
relajación y tranquilidad. Finalmente, sin darse cuenta se quedó dormida profundamente.
Ya eran las once de la mañana y Ruth fue directo al baño para asearse, luego fue a la cocina
para preparar su desayuno y después poder conseguir los muebles que para ella faltaban en
la casa para que este completa, como una televisión moderna, sus sillones favoritos, la
lampara de su abuela y su suave alfombra. Una vez que tuviera todo eso ella ya no quisiera
volver a la ciudad por un largo tiempo.