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El rincón de la lengua
por Ricardo Guerrero y Mercè Piqueras, de la revista INTERNATIONAL MICROBIOLOGY

La evolución del lenguaje científico. I. ago I began to study the so-called “unicellular”
De los protistas al chapapote (o galipote) organisms −or Protista− as I prefer to call them» 1.
Pero hoy en día este término no designa a todos

E l lenguaje científico, como el lenguaje popular, los microorganismos unicelulares, sino sólo a los
evoluciona a lo largo del tiempo. Poco a poco que son eucariotas, con excepción de los hongos.
surgen nuevos términos y expresiones que van Nuevos descubrimientos conducen a nuevos
incorporándose al bagaje lingüístico. Poco a poco, conceptos, y éstos necesitan de nuevos términos.
también, otros desaparecen. En muchos casos, A veces, el descubrimiento y los conceptos van
los términos nuevos designan conceptos que tam- cambiando con el tiempo, pero el término perma-
bién son nuevos. En otros, se trata de palabras ya nece, lo que hace que una palabra morfológica-
existentes que toman un sentido distinto del que mente constante vaya cambiando de significado
tenían originalmente. Y este nuevo uso que se les con el curso de los años. Por ejemplo, un término
da, que al principio ha podido ser inexacto o erró- tan extendido en biología como fotosíntesis, que
neo, con el tiempo puede acabar generalizándose, tiene algo más de 100 años, nombra un concepto
haciéndose correcto por consenso. Al fin y al cabo, que ha ido modificándose con el tiempo, y que
las lenguas las hacen las personas que las hablan sigue evolucionando. Pero esta explicación nos lle-
y, si nuestros antepasados hubieran sido absolu- varía muy lejos y deberemos dejarla para otro
tamente estrictos con los vocablos, el latín sería “Rincón”.
hoy en día −como lo fue durante mucho tiempo− la El cambio de significado de un término puede
lengua de comunicación común en la península causar confusión (a veces peligrosa, según vere-
Ibérica. mos ahora mismo) cuando personas diferentes lo
Podría creerse que la terminología científica, usan con significado distinto. No hace muchos
una vez fijada, se mantiene siempre, porque des- años, en un concurso para una plaza de Titular de
cribe una realidad que observamos, y que es cons- un departamento de microbiología, el miembro de
tante. Pero es la percepción de esa realidad la que más edad de la comisión evaluadora comentó a la
puede cambiar. Hay términos que, aunque se joven aspirante que en su Memoria había usado,
siguen usando, cambian, o empecinadamente, el término
bien amplían, su significado “protista” de una forma inco-
con el tiempo. Por ejemplo, el rrecta. Dicha afirmación sor-
término protista fue acuñado prendió a la aspirante, que
en 1866 por Ernst H. Haeckel había preparado el concurso a
(1834-1919) para designar un conciencia. En realidad, el
tercer reino (distinto del de los miembro del tribunal y la
animales y del de las plantas, concursante estaban usando
definidos por Carl Linné) que un mismo término para desig-
reunía los actuales procariotas nar conceptos distintos. Él,
(Haeckel les llama móneras), los cercano ya a la edad de jubila-
protozoos, muchas algas, algu- ción, había estudiado los pro-
nos hongos y hasta algunos tistas como el grupo definido
animales simples, como las siguiendo el modelo de Dobell
esponjas. (Véase la Figura 1). (que incluía a los procariotas).
Ya en 1911, el joven Clifford Para la aspirante, en cambio,
Dobell (1886-1949, recordado los protistas habían sido siem-
por su libro Antony van pre sinónimo de microorganis-
Leeuwenhoek and his “little mos eucarióticos, es decir,
animals”) utilizó el nombre de el segundo reino de
protista para designar a todos Whittaker y Margulis (los
los organismos unicelulares, y famosos “neither”, en inglés:
sólo a ellos. En el prefacio de “no son bacterias, no son ani-
su libro The principles of protis- Figura 1. Árbol filogenético de los orga- males, no son plantas, no son
tology escribió: «Some years nismos, de Ernst Haeckel, 1866. hongos”). En defensa del experi-
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mentado profesor −¡cómo no!− debemos decir que de su restricción a Venezuela, la última acepción
en una fecha no tan lejana como el año 1971 la nos parece la más adecuada para el vocablo
investigadora de microorganismos de aguas oligo- actual. El DRAE también recoge la forma chapo-
tróficas Jane Poindexter publicó un libro (The pote, más cercana a la forma original, pero remite
MacMillan Co.) con el siguiente título de amplio a chapapote. María Moliner, en su Diccionario de
espectro: Microbiology. An introduction to protists. uso del español, da dos significados para el térmi-
El libro, con unas magníficas fotografías del no: “asfalto de las Antillas” (indicando el sinónimo
microscopio electrónico, estaba dedicado en gran chapopote) y “alquitrán” (en Cuba).
parte a las bacterias. Pero muy cerca de Galicia la palabra cambia de
Algunos acontecimientos pueden hacer reapa- nombre. En Asturias se conoce como galipote. El
recer vocablos de tiempos olvidados o alterar el 23 de diciembre de 2002, el Diario Electrónicu
significado de otros. Esto ocurrió hace unos meses Asturianu [www.asturies.com] incluía en la sec-
con el término chapapote, incluido desde hace años ción “Bilordios Filolóxicos” el artículo de Fernando
en el Diccionario de la lengua española, de la Real Álvarez Balbuena Galipote y chapapote (notes llin-
Academia Española (DRAE). El vertido de fuel del güístiques pa una llaceria). El autor escribe: «La
petrolero Prestige lo popularizó cuando los medios forma más espardida pa llamar esta substancia
de comunicación empezaron a designar como cha- n'asturiano central parez ser el galipote. […] Ye pre-
papote las masas flotantes de fuel semisólido que ciso señalar que n'asturiano cola palabra galipote /
iban llegando a las costas gallegas, primero, y más galipota non solo facemos referencia al material
tarde a todas las del Cantábrico. Vista la facilidad que forma eses pelles escures que con triste perio-
con la que se introdujo en el lenguaje cotidiano, dicidá empuerguen les nuestres playes, sinón
podríamos pensar que es un término habitual en tamién a la substancia que los marineros emple-
el vocabulario del petróleo y sus derivados. Pero, guen pa calafatiar les lanches y, en dalgunos
¿es así?, ¿se usa sólo en Galicia?, ¿existen otros casos, pa impermeabilizar y protexer cellos cabos y
vocablos para designar esta sustancia? pieces de lona que s'utilicen nos barcos».
Sobre la historia de la palabra, en Internet se Según Álvarez Balbuena, este vocablo deriva
puede encontrar un artículo muy bien documen- del francés galipot (garipot en francés antiguo),
tado de Luis Íñigo Madrigal, profesor emérito del que significa “resina de pino” y “brea para calafa-
Departamento de Lenguas y Literaturas tear”. El DRAE recoge también la palabra galipote
Románicas en la Universidad de Ginebra con este significado. El mismo término es usado
[http://jamillan.com/chapa.htm]. De acuerdo con en Euskadi por la prensa en lengua castellana.
Íñigo Madrigal, la primera definición de chapapote Hasta en Galicia es posible encontrar las dos for-
en un texto español la dio fray Bernardino de mas. En una nota del 22 de diciembre de 2002 de
Sahagún (1499-1590) en su Historia general de la web del Colexio Profesional de Xornalistes de
las cosas de la Nueva España, donde habla del Galicia [www.xornalistas.com], que informaba de
chapopotli, intentando reproducir la fonética la publicación del libro Nunca mais de Suso de
nahua. De todas maneras, como indica Iñigo Toro, aparecen las formas chapapote y galipote. La
Madrigal, la sustancia descrita por Sahagún no es forma galipote también está registrada en Murcia.
la misma que hace unos meses iba llegando a las Pero en el lenguaje también hay modas.
costas de una parte de la península Ibérica, aun- Términos nuevos o rescatados del vocabulario,
que tenga algunas características en común: «El que en un momento dado aparecen en los medios
chapopotli es un betún que sale de la mar, y es de comunicación, quedan relegados al olvido
como el pez de Castilla, que fácilmente se deshace cuando los medios dejan de hablar del suceso que
y el mar lo echa de sí, con las ondas […]; viene suscitó su aparición. ¿Quién recuerda ahora qué
ancha y gorda a manera de manta y ándanla a es un fletán? La llamada "guerra del fletán" −por
coger a la orilla los que moran junto al mar. Este la pesca de dicho animal (Reinhardtius hippo-
chapopotli es oloroso y preciado entre las mujeres, glossoides) en aguas del Atlántico Norte− nos hizo
y cuando se echa en el fuego su olor se derrama lejos». aprender en 1995 esa palabra, ahora de nuevo
El DRAE incluye tres acepciones para este relegada. Quizás pronto ocurra lo mismo con cha-
vocablo. La primera es “asfalto más o menos papote. Al fin y al cabo, muchos periódicos parece
espeso que se halla en México, las Antillas o que han olvidado el suceso que puso de moda este
Venezuela”. En la segunda indica que es un sinó- término. Y ya se sabe, lo que no es noticia, no existe.
nimo de “alquitrán” de uso regional en Cantabria
y Galicia. Y la tercera, que es un término coloquial 1
Corliss JO (1999) Annotated excerpts from Clifford
venezolano para referirse a una “sustancia viscosa Dobell's 88-year-old insightful classic paper, “The prin-
de cualquier tipo extendida por el suelo”. A pesar ciples of protistology”. Protist 150:85-98.

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