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Análisis y Gestión de Riesgos

Las fintech y el desafío al sistema


financiero mundial
Una aproximación al caso peruano
Autor: David Cuadros Negrete

Profesor: Abel García García

Ciclo: 2017-II
Abstract
En la actualidad nos encontramos frente a un fenómeno que amenaza con revolucionar el sistema
financiero tradicional. Este fenómeno es el crecimiento exponencial de las llamadas empresas
fintech, comúnmente conocidas como empresas que ofrecen productos y servicios financieros que
combinan los nuevos desarrollos tecnológicos, de allí la razón por la cual la palabra “fintech” es una
combinación de las palabras finanzas (“finances”) y tecnología (“technology”).

El presente trabajo tiene como objetivo presentar una revisión de la literatura reciente acerca de las
empresas fintech para poder entender su evolución y dinamismo de los últimos años, además de
poder analizar sus potenciales impactos sobre el sector financiero y las implicancias en términos de
integración financiera y regulación que conllevan para el Perú.

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Introducción
Actualmente, nos encontramos viviendo un fenómeno que amenaza con revolucionar el sistema
financiero tradicional, cambiando los paradigmas y percepciones que tenemos con respecto a los
productos y servicios financieros que usualmente se ofrecen. Este fenómeno no es más que el
crecimiento exponencial que ha experimentado las empresas fintech, empresas orientadas a proveer
soluciones y servicios financiero integrando los nuevos avances tecnológicos en estos, que tienen el
potencial de revolucionar todo el sistema financiero mundial debido a las características que poseen.
La combinación de las innovaciones tecnológicas a las finanzas para la estructuración de nuevos
productos y servicios pareciese dar la impresión de ser un fenómeno moderno, producto del rápido
avance tecnológico presente en las últimas décadas; no obstante, la literatura demuestra que esta
relación de la tecnología y las finanzas tiene una larga historia y sus orígenes puedan remontarse
hasta los mediados del siglo XIX con la invención del telégrafo de Morse, siendo una de las
invenciones más significativas la creación del cajero automático a finales del siglo XX. Por lo tanto,
si esta relación no es un fenómeno reciente, queda la interrogante sobre cuáles han sido las causas
que han originado este crecimiento exponencial de las fintech en las últimas décadas, lo que la
literatura reciente atribuye a diversos factores como la crisis financiera y el desarrollo tecnológico,
y también cual es el papel del regulador en todo este proceso, se analiza los diversos enfoques en
materia del marco regulatorio. Asimismo, se analiza el rol que poseen las fintech sobre la integración
financiera y las fuentes de riesgo que traen consigo al sistema financiero. Finalmente, cabe resaltar
que buena parte de este análisis se hace enfocando la situación actual del Perú en todo este proceso,
desarrollando así la situación de las empresas fintech en el Perú y cuáles son las recomendaciones
en materia de regulación para apoyar el crecimiento de dicho sector, dado los beneficios a la
integración financiera que brinda.

El esquema del trabajo queda de la siguiente manera. En primera sección se describe y analiza a las
empresas fintech, describiendo las ventajas que presentan, los segmentos en donde se encuentran
presentes y el fuerte crecimiento de la inversión en dicho sector en los últimos años, presentando el
análisis de las causas de dicho crecimiento. En la segunda parte se analiza el rol que poseen las
fintech en la inclusión financiera global, resaltando las características que les permitan cumplir este
rol a nivel global. En la tercera sección, se hace el análisis de la situación actual de las fintech, así
como un breve análisis del papel que cumple la regulación en el crecimiento del sector, así como las
razones por las cuales los entes reguladores consideran necesaria su intervención en dicho sector.
Finalmente, en la última parte se presentan las conclusiones del trabajo.

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Fintech: nuevos paradigmas
El término fintech hace referencia a dos conceptos: "finance" y "technology", lo cual en un primer
momento da a entender la integración de la tecnología con los servicios financieros. Las fintech
pueden ser definidas a grandes rasgos como empresas que prestan servicios financieros mediante la
tecnología. Son startups no financieros caracterizadas por generar innovación en productos y
servicios, donde las soluciones se realizan con tecnología financiera ágil y flexible, lo que les permite
redefinir el panorama competitivo del tradicional sector financiero (Cuya, 2017).

Magali Silva (2017), señala que el término fintech surgió de la necesidad de encontrar soluciones
simples a operaciones financieras y de inversión complejas haciendo uso de la tecnología más
avanzada para crear productos financieros innovadores y de bajo costo. Entre estos se incluyen
soluciones para pagos móviles, herramientas para inversión y ahorro, moneda virtual, identificación
y autentificación biométrica de clientes, utilización de algoritmos, big-data, inteligencia artificial,
entre otros.

Laura Rojas (2016), define al sector fintech como el conjunto de empresas no financieras que utilizan
la tecnología digital y herramientas asociadas (computación en la nube, blockchain, big data,
inteligencia artificial, etc.) para proveer productos y servicios financieros a consumidores y empresas
de una forma innovadora y a través de nuevos esquemas de negocio. Para Rojas, las innovaciones
de dicho sector tienen el potencial de transformar el sistema financiero actual y contribuir con la
inclusión financiera a través de la provisión de servicios financieros a grupos sociales normalmente
desatendidos por el sistema financiero tradicional. Además, agrupa a las empresas de dicho sector
en dos grandes grupos: (i) los nuevos emprendimientos y (ii) gigantes de la industria tecnológica. El
primero se encuentra conformado principalmente por empresas jóvenes con una alta innovación
tanto en las soluciones que ofrecen como en el modelo de negocio que siguen. Los segundos son
principalmente grandes empresas tecnológicas, de comercio electrónico o telefonía como Amazon,
Samsung y Alibaba, que suelen ubicarse en varios segmentos del negocio bancario e integra los
servicios financieros a su modelo de negocio.

Ventajas de las empresas fintech

Entre las ventajas que poseen las empresas fintech resaltan la flexibilidad que poseen para poder
adaptarse a diversos sectores tradicionalmente desatendidos por el sistema financiero, además de
brindar un servicio más rápido y sencillo de utilizar, razón por la cual el principal mercado de estas
empresas viene a ser el segmento más joven, los millennials, los cuáles valoran estas características
y se encuentran en mayor contacto con la red a través de las redes sociales y el internet. Rojas también

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enumeró algunos puntos en que la propuesta de las empresas fintech se diferencia a la de los bancos
tradicionales, convirtiéndolas en más competitivas. Entre ellas se encuentran las siguientes:

1. Ofrecen una experiencia de compra simple y rápida a través de una interfaz digital sencilla
de emplear.
2. Al ser negocios puramente digitales, sin sucursales u otros activos, los costos operativos que
poseen son mucho menores a los de los bancos.
3. Poseen herramientas para entender al cliente y satisfacer sus necesidades, a través del uso de
grandes datos, modelos predictivos e inteligencia artificial.
4. Aprovechan la tecnología para ingresar a sectores donde los bancos y otras empresas del
sector financiero tradicional no han logrado penetrar o donde brindan servicios ineficientes,
acompañados de falta de transparencia y asimetría de información.

Por otra parte, menciona que los principales segmentes donde trabajan las empresas fintech son los
siguientes:

• Préstamos • Asesoramiento de inversión


• Pagos y transferencias • Inversión institucional
• Apoyo administrativo a pequeñas • Banca digital o en línea
empresas u organizaciones sin fines • Infraestructura
de lucro • Seguridad, autenticación y fraude
• Finanzas personales • Crowdfunding
• Financiamiento de capital • Moneda digital

Asimismo, Arner, Barberis y Buckley (2015) señalan que, a un nivel más amplio, las fintech se
refieren a la aplicación de la tecnología a las finanzas, lo cual da lugar a tres observaciones
específicas. La primera relacionada está referida a que las fintech no son un desarrollo nuevo de la
industria de servicios financieros, sino que esta tiene una historia más amplia, pudiéndonos remontar
hasta la instalación del telégrafo en 1838 que brindó la infraestructura necesaria para la globalización
financiera en el siglo 19. La segunda señala que la industria de servicios financieros ha sido uno de
los principales compradores de productos y servicios de tecnología de la información (TI) a nivel
mundial, con un total de gasto de $197 billones en 2014, no siendo esta una tendencia reciente. Y
finalmente hace hincapié en que el término fintech no está confinado a sectores específicos o
modelos de negocio, sino que cubre el total de productos y servicios tradicionalmente
proporcionados por la industria de sectores financieros.

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Crecimiento de las empresas fintech

Dario Bregante (2017) señala las fintech como empresas especializadas en tecnología financiera, que
vienen ingresando al mercado financiero, ya sea brindando servicios o productos financieros a la
población no bancarizada, o reduciendo costos de transacción en las cadenas de valor de las empresas
tradicionales del mercado financiero, pero sin someterse a alguna supervisión o regulación. Además
Bregante señala que esta rápida proliferación de teléfonos inteligentes, blockchain, inteligencia
artificial y del big data ha impactado dramáticamente el mercado financiero a nivel global, señalando
como responsables de esta revolución tecnológica a las empresas jóvenes (startups) y las empresas
grandes de informática, comercio electrónico y telecomunicaciones, denominadas como fintech, las
cuales vienen compitiendo o colaborando en la prestación de servicios o productos financieros con
las empresas del sistema financiero. Asimismo, resalta el rápido crecimiento en la inversión de estas
empresas, a pesar de la pequeña porción que ocupan del negocio bancario, el cuál pasó de solo USD
2 billones en el 2010 a casi USD 21 billones a finales del 2016, lo que representa un aumento de casi
diez veces en solo seis años. Si bien a primera vista el concepto de fintech puede parecer novedoso,
Bregante señala que dicha relación entre la innovación tecnológica y el mercado financiero se
encuentra presente desde hace muchas décadas, sobre todo en sectores como el de la informática y
las telecomunicaciones, señalando como antecedente de ello aparatos como el telégrafo, el cable
transatlántico, el fax, el cajero automático, entre otros. Por tanto, si dicha relación ha estado presente
desde hace varias décadas, Bregante señala que el creciente interés en la regulación de este sector
viene dado por la revolución en el mercado financiero que las fintech están logrando a una velocidad
exponencial, que hace necesario tener en cuenta su impacta en el mercado y la economía en general.
Por último, señala que el éxito de la revolución fintech se debe principalmente a dos factores: (i) la
oferta de tecnología y (ii) la demanda de tecnología en el mercado financiero. Con relación al
primero, el autor señala que la oferta de tecnología en el mercado financiero ha venido aumentando
en los últimos años, impulsado por la mejora de la capacidad de los sistemas y de la infraestructura
tecnológica que permiten el desarrollo de innovación a un bajo costo. Para ello el Bregante señala el
caso de que antes la tarea de desarrollar una plataforma digital era tarea exclusiva de un banco,
mientras que ahora esta es desarrollada por empresas jóvenes en su mayoría. Y con relación al
segundo, la demanda de tecnología, éste también ha venido aumentando en los últimos años. Donde
este aumento de la demanda se ha venido generando debido a la desconfianza de los consumidores
hacia el sector financiero tradicional, como consecuencia de la crisis del 2007 que mostró a los
principales actores del sector como los principales responsables de la crisis. Es por ello por lo que
Bregante señala que los consumidores, en especial el público más joven, ha preferido optar en estas
empresas jóvenes (fintech) antes que en las empresas de la banca tradicional. Asimismo, recalca la
importancia de señalar el aumento de las expectativas de los nuevos consumidores respecto a ciertos

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aspectos como la comodidad, la velocidad y la facilidad de acceso y uso de los productos o servicios
financieros.

Con relación a las inversiones destinadas a las fintech, se puede apreciar un incremento en el número
de estos startups y el interés por parte de los inversionistas, quiénes ven oportunidades de negocio
en estos proyectos, debido a su flexibilidad y adaptabilidad frente a las cambiantes necesidades de
los consumidores. Esto se ve reflejado en los resultados de la consultora Accenture, la cual encuentra
que el financiamiento a las fintech alrededor del mundo pasó de US$ 1,791 millones a US$ 22,265
millones entre los años 2010 y 2015, un incremento de casi 1,143% en dicho periodo. Asimismo, el
gráfico 2, extraída del departamento de estudios económicos de las Asociación de Bancos del Perú
(ASBANC), muestra que las inversiones en fintech se han concentrado principalmente en
Norteamérica y Europa; aunque desde el 2015, los países ubicados en el Asia-Pacífico han
concentrado gran parte de las inversiones, convirtiéndose en la segunda región con mayor inversión
en este sector.

Laura Rojas (2016) desarrolla también esta rápida expansión que está experimentando las empresas
fintech. Menciona que el monto total de la inversión en dicho sector creció de una manera
exponencial (390%) durante el periodo 2013-2015, alcanzando máximos históricos de USD 19
billones en el 2015 (Citi GPS, 2016). Además que la tendencia ascendente se mantuvo durante el
primer trimestre del 2016, periodo en el que se registraron 468 transacciones por monto aproximado
de USD 5.7 billones a nivel global. Esta tendencia se puede apreciar en el gráfico 3.

Asimismo, menciona que hasta el 2016, los inversionistas han favorecido principalmente a tres
segmentos importantes del negocio financiero, préstamos, al consumidor o a negocios (46%), pagos
(23%) y el manejo de fondos personales y seguros (10%). Sin embargo, observa una tendencia de
que los seguros y los asesores automatizados de inversión atraigan más interés por parte de los
inversionistas.

Por otra parte, un estudio realizado por Ebury, fintech de servicios financieros especializada en
intercambio de divisas que opera en algunos países de Europa, muestra que las personas empleadas
en este sector en general se sienten muy satisfechos, por lo que tienen una buena perspectiva acerca
de la experiencia laboral en este tipo de empresas. También señala el rápido crecimiento de este
sector en Europa, donde en España operan alrededor de 200 empresas fintech empleando a más de
25000 trabajadores y que lograron captar cerca de 250 millones de euros de inversión en el 2016,
con miras a que dichas empresas se dupliquen hacia finales del 2017. Esto demuestra que las
empresas fintech son capaces de atraer a personal con alto capital humano, debido al buen clima
laboral presente en las empresas y las buenas expectativas sobre el sector. Esto a su vez, permite

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incrementar la capacidad de expansión del sector, ya que el capital humano presente en dichas
empresas es la base de las innovaciones que se producen en dicho sector.

Silva también comenta sobre esta rápida expansión, señalando que se estima que en los últimos tres
años el sistema fintech creció un 50 por ciento, correspondiendo el mayor crecimiento a las fintech
chinas que durante el 2015 movió más de US$ 22 mil millones. El 2016 Fintech100, reporte que
presenta las mejores fintech innovadoras alrededor de 23 países, demuestra la aceleración de la
interrupción que tiene lugar en la industria global de servicios financieras por parte del mayor capital
invertido en nuevas empresas que están creando nuevos productos y soluciones financieras,
señalando que solo las 100 compañías que presentan han atraído un capital adicional de US$ 14.6
billones en el último año. Según el ranking presentado en dicho reporte, cuatro empresas chinas
ocuparon los primeros cinco lugares a diferencia del ranking del año 2014, donde solo una empresa
china fue incluida en el top 50, lo cual demuestra el posicionamiento que está tomando China en este
sector. Asimismo, resalta el dominio de las llamadas compañías “disruptivas”, aquellas que desafían
el mercado existente, sobre las compañías “habilitadoras”, aquellas que ayudan a las empresas
financieras tradicionales a realizar un mejor trabajo y brindar un mejor servicio o producto, siendo
catalogadas 9 de cada 10 compañías bajo la clasificación de disruptivas. También resalta el
surgimiento de las “regtech”, compañías orientadas a las soluciones regulatorias, lo que cual muestra
un mayor interés en este ámbito. Cabe resaltar que este ranking es elaborado desde hace tres años,
siendo esta su tercera presentación, y que dicho ranking se realiza tomando como base cinco
indicadores: capital, tasa de aumento del capital, diversidad geográfica, diversidad sectorial y un
factor adicional que incluye el grade de innovación en los productos, servicios y modelos de negocio.
El informe señala que estos criterios de evaluación reflejan el hecho de que el capital de riesgo
invertido es una medida relevante de innovación que a su vez alimenta una ventaja competitiva
duradera. Los capitales de riesgo buscan esta ventaja competitiva perdurable por encima de cualquier
otra cosa.

En dicho informe, desde un enfoque por países, destaca Estados Unidos concentrando el mayor
número de compañías fintech, seguido de Reino Unido, Australia, China, Canadá e Israel.
Representando estos 6 países las dos terceras partes de las 100 fintech más grandes del mundo.
Asimismo, a nivel latinoamericano destacan Brasil, México y Chile, que presentan los mejores
resultados con ubicaciones entre el puesto 16 y el 60 de la lista. Desde un enfoque sectorial, el
informe señala que la mayoría de las fintech se dedica a prestar dinero (32%), pagos en línea (18%),
seguros (12%), facilitación en temas de regulación (“regtech”, con 8%), análisis y data (8%) e
inversiones de ahorros y riqueza personal, monedas digitales, fondos de empresas, crowdfunding o
red de financiamiento colectivo y empresas contables (22%).

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Sin embargo, a pesar del fuerte crecimiento que ha experimentado en los últimos años las empresas
fintech, aún se encuentra en debate si es posible hablar de una disrupción en el sector financiero, ya
que la proporción que ocupan en dicho sector es aún pequeña en proporción a los bancos
tradicionales, en Estados Unidos está proporción es de aproximadamente 1% (Rojas, 2016). Ante
este escenario, Greg Baster, jefe de la estrategia digital del Citibank, señala que nos encontramos
efectivamente en el comienzo de este proceso de disrupción, donde la participación del mercado por
parte de las empresas fintech continuará creciendo hasta alcanzar un cierto punto de inflexión en
algunos años, para el cual las empresas deben encontrarse preparadas. Además, Citi estima que dicha
participación de mercado crecerá hasta el 17% en 2023 (Citi Global Perspectives & Solutions, 2016).
Asimismo, Rojas señala que la tasa de disrupción será diferente en los diferentes países dependiendo
del nivel de desarrollo del país, pero sobre todo por la interacción de las distintas fuerzas en juego:
los hábitos de consumo, el nivel de penetración de celulares y teléfonos inteligentes, el nivel de
penetración de internet y la velocidad de transmisión de datos, el porcentaje de población
bancarizada, y las regulaciones gubernamentales.

Además, Rojas (2016) explica la dinámica de esta disrupción tanto en los países desarrollados como
en los mercados emergentes, mostrando las diferencias del proceso entre ambas. En cuanto a los
primeros; es decir, a los países desarrollados, señala que la tasa de adopción de los servicios fintech
en estos países está impulsada por una alta penetración del internet y de los teléfonos celulares, así
como el aumento de la demanda por los millenials, sobre los cuales diversos estudios señalan que
son los primeros en acogerse a las soluciones provistas por las fintech por razones como la facilidad
para abrir y manejar una cuenta, tasas y comisiones más atractivas que la proporcionadas por el
sector financiero tradicional, una mayor variedad de productos y una mejor calidad en la experiencia
en línea (Ernst and Young “Transforming Banks, Redefining Banks”, 2013). También señala como
factor adicional a la pérdida de confianza en las instituciones financieras tradicionales, lo cual trae
como consecuencia que muchos consumidores estén dispuestos a buscar mejores ofertas y a cambiar
de proveedor cuando logren encontrarla, a pesar de que ello implique confiar en instituciones no
financieras. Por otra parte, en los mercados emergentes, Rojas señala que estos países se diferencias
de los países desarrollados al contar con un sistema bancario débil, un menor desarrollo de la
infraestructura y un alto porcentaje de población no bancarizada. Este contexto es fuertemente
aprovechado por empresas telefónicas y de comercio electrónico que se encargan de prestar servicios
a la población desatendida por los bancos a través de las empresas fintech.

Por lo tanto, de la literatura reciente podemos definir al fenómeno de las fintech como empresas
jóvenes que combinan el desarrollo tecnológico que se ha venido incrementando fuertemente en los
últimos años, junto a las finanzas, con el objetivo de generar nuevos productos, servicios financieros
y esquemas de negocio que logren adaptarse a las nuevas necesidades de un mundo cada vez más

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conectado, donde la rapidez y la facilidad de estos son características muy valoradas por los nuevos
consumidores. Además, las innovaciones presentes tanto en los productos como en los servicios
consiguen cerrar algunas brechas presentes en el mercado financiero actual, en los cuáles las
empresas tradicionales no lograron una total inclusión financiera. Asimismo, tal y como lo resaltan
los autores mencionados líneas arriba, la estrecha relación entre la innovación tecnológica y las
finanzas ha estado presente desde hace muchas décadas atrás, con ejemplos como el telégrafo y el
cable trasatlántico, así como otros más representativos y recientes, como la invención del cajero
automático. Por lo tanto, si esta relación ha estado presente desde hace tiempo, cabe preguntarse cuál
es la razón del incremento reciente de la atención hacia este sector, Bregante deja muy claro que
dicho interés está relacionado al crecimiento exponencial que este ha tenido en los últimos años y su
alta capacidad para transformar el mercado financiero actual, lo que vuelve el estudio de las fintech
un área indiscutible para entender el mercado en los siguientes años, así como la economía en
general. Este aumento exponencial de las fintech además es corroborado por múltiples estudios como
el informe de ASBANC donde se muestra la increíble tasa a la cual ha crecido las inversiones en
este sector durante los años 2010 y 2015, y la tendencia creciente en dicha tasa de crecimiento,
incluyendo además que Goldman Sachs estimó que dicho mercado valía aproximadamente US$ 4.7
trillones en el 2016.

La explicación de este rápido crecimiento de las empresas fintech puede ser explicado por diversos
factores. Por una parte, Bregante propone que el rápido crecimiento se debe por el aumento de tanto
la oferta como la demanda de tecnología en el sector financiero, esto está ligado a la mejora de la
capacidad de los sistemas y de la infraestructura tecnológica y al aumento de la desconfianza a las
empresas tradicionales del sector financiero debido a su contribución a la crisis financiera del 2007.
Por otro lado, Ramón Pedreño1, explica que este crecimiento exponencial se debe a 3 causas
principalmente: (i) la globalización, (ii) la crisis financiera y (iii) la innovación tecnológica. En
cuanto a la globalización, Pedreño afirma que se bien no se trata de un fenómeno reciente, sus efectos
económicos sobre los distintos sectores económicos no han seguido el mismo ritmo, destacando
como los principales motores de desarrollo del ecosistema fintech al comercio electrónico, la mejora
del binomio calidad-precio y los millennials. El desarrollo del comercio electrónico y las elevadas
comisiones de los medios de pago tradicionales trajeron como consecuencia la aparición de nuevos
operadores más económicos como Paypal o Bitcoin, mientras que el aumento de la competencia y la
reducción de márgenes en cualquier actividad económica y financiera, como consecuencias directas

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https://www.fin-tech.es/2016/10/ecosistema-fintech-principales-causas-de-su-crecimiento.html
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de la globalización, provocaron una especial sensibilidad de los agentes económicos hacia el binomio
calidad-precio de los productos y servicios financieros, lo cual fue aprovechado por las fintech
mediante la reducción de costos de su estructura, las soluciones a tiempo real desde los teléfonos
inteligentes y la simplificación de proceso; asimismo, la llegada a la edad financiera de la generación
de los millennials, jóvenes de entre 18 y 34 años con un dominio nativo de la tecnología, genera una
mayor demanda de los servicios ofrecidos por las fintech. En cuanto a la segunda causa, la crisis
financiera, Pedreño afirma que esta ha tenido tres grandes consecuencias: el aumento de la
desconfianza generalizada, la restricción crediticia y la reducción del negocio bancario. La crisis
financiera evidenció las enormes deficiencias en la regulación y supervisión bancaria que llevaron a
problemas diversos como activos tóxicos, conflictos de interés, riesgo moral, paraísos fiscales, etc.;
lo que llevó a una pérdida de confianza por parte de los ahorradores en las entidades bancarias
tradicionales. Además, los últimos años después de la crisis se han caracterizado por una restricción
crediticia y de una menor rentabilidad del sector bancario. Todo ello impulsó el crecimiento de las
fintech mediante la atracción de capital humano, debido a la salida de profesionales producto de la
reducción de costos estructurales de los bancos, y la búsqueda de fuentes alternativas de inversión y
financiación, ante las bajas rentabilidades ofrecidas por el sector bancario tradicional. Finalmente, la
tercera causa se encuentra relacionada a la innovación tecnológica, que ha provocado una reducción
de las barreras de entrada al sector financiero mediante el abaratamiento del procesamiento de datos
y la mayor penetración de los teléfonos inteligentes, estando además la mayor parte de la innovación
financiera fuera de la industria bancaria.

En síntesis, podemos apreciar que este crecimiento exponencial que está experimentando las
empresas fintech en los últimos años tienen sus raíces en la fuerte desconfianza hacia el sector
financiero tradicional producto de la crisis financiera, que destapó las grandes irregularidades que
cometieron las empresas tradicionales del sector financiero, y la mayor innovación tecnológica que
mejoró tanto la calidad de los servicios y productos financieros como su precio y facilidad de uso,
las cuales son características muy apreciadas por la mayor parte de los clientes de estas empresas.

Las fintech y su rol en la inclusión financiera


Por otro lado, este movimiento global está ganando relevancia en el tema de la inclusión financiera,
ya que por sus propias características son capaces de enfocarse en problemas que el sector bancario
tradicional no ha resuelto, por lo tanto, permite acercar a la población a los servicios financieros
mediante unos costos más bajos, un menor riesgo y una mayor rapidez en cuanto a los trámites
habituales. Esto se aprecia en los resultados encontrados por "Fintech for Inclusion Radar LATAM",
estudio de Finnovista, la cual es una organización latinoamericana que aglomera emprendedores,
empresas financieras, capitales de riesgo y profesionales del mundo tecnológico; que concluye que

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40% de las startups Fintech en Latinoamérica buscan atender como su principal cliente a
consumidores o Pymes no bancarizados o sub-bancarizados; es decir, el principal mercado de las
fintech está orientado a este sector desatendido por la banca tradicional. Asimismo, el estudio
también encuentra que la mayor parte de las fintech en Latinoamérica están dedicadas al
otorgamiento de créditos, pagos y crowdfunding. Además, la incorporación de nuevas tecnologías
permite la reducción de recursos para poder enfocarlos en áreas de mayor valor agregado y brindar
una mejor experiencia los clientes. Un ejemplo de ello a nivel nacional se encuentra en el
lanzamiento de "Arturito", un BOT que opera con inteligencia artificial, utilizado en la atención al
cliente para poder responder a las inquietudes de los clientes de una manera más eficiente y amigable.

Actualmente, existe un debate acerca de la competencia entre las fintech y el sistema bancario
tradicional; no obstante, tal y como lo señala Cuya, las experiencias en mercados donde este
fenómeno está más expandido muestran que la dirección apunta más a una relación de complemento
y mejora de los servicios tradicionales, situación que se refleja en el mayor número de fintech
colaborativas. Siguiendo este punto de vista Javier Salinas, director de Emprende UP, afirma que las
fintech son un complemento de la banca porque podrían resolver y hacer más eficientes ciertos
servicios que ofrecen los bancos, pero nunca los van a reemplazar ya que todos necesitan una
identificación financiera para utilizar una fintech.

Fintech en el mercado financiero peruano e


implicancias en la regulación
En el 2016, Finnovista elaboró el primer Radar Fintech para el Perú. En dicho informe se muestra
que el Perú ocupa el puesto seis en Latinoamérica con 45 empresas fintech, orientadas principalmente
en la gestión de préstamos, pagos y remesas, finanzas, crowdfunding (financiamiento colectivo),
entre otros.

En su edición del 2017, Finnovista ubicó un total de 47 startups fintech, que cubren una amplia gama
de servicios y productos financieros, operando en el territorio peruano. Con este resultado, Perú se
posiciona como el tercer país en número de startups fintech de la región andina, después de Colombia
(70) y Chile (67); y por encima de Ecuador (31). Mientras que, en la región de Latinoamérica, el
Perú se sigue ubicando en el sexto puesto en importancia de su ecosistema de innovación Fintech.

En dicho informe, se hace mención de la existencia de un grupo de startups Fintech que ya han
alcanzado un elevado nivel de desarrollo (medido en número de clientes, ingresos o financiación
levantada), como es el caso de EFL Global, Comparabien, Bitinka, Seguro Simple o Andy de Latin
Fintech, y con algunas de ellas con presencia internacional más allá de Perú y América Latina. No
obstante, la mayor parte de estos 45 startups aún se encuentran en etapas tempranas de desarrollo y,
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al igual que en otros países de la región andina, el ecosistema enfrenta varios retos importantes como
la captación de inversión y talento, ganar la confianza del público e impulsar un entorno regulatorio
propicio para este tipo de negocios.

Asimismo, en dicha versión del Radar Fintech, se identificó el segmento de Préstamos en Línea
(Lending) como el segmento dominante agrupando el 24% de los startups fintech. En segundo lugar,
se ubica el segmento de Pagos y Remesas (Payments and Remittances) agrupando el 21%. El tercer
segmento con mayor número de startups sería el segmento de Comercio y Mercados (Trading &
Markets) con un 11% de los startups. El resto de los startups Fintech peruanas se agrupa en los
segmentos de Financiamiento Colectivo (Crowdfunding) y Gestión de Finanzas Empresariales
(Enterprise Financial Management), los dos con un 9%; seguido por los segmentos de Tecnologías
Empresariales para Instituciones Financieras (Enterprise Technologies for Financial Institutions),
Ahorros (Savings) y Calificación Crediticia Alternativa (Alternative Scoring), cada uno de estos
segmentos agrupando un 6% de los startups identificadas. La distribución completa por segmentos
se encuentra en la figura 4.

Resulta importante destacar que la mayor parte de los startups fintech se encuentran ubicadas en
sectores normalmente descuidados por la banca tradicional, como es el caso del financiamiento,
donde el acceso al crédito es todavía bajo en comparación a otros países de la región. Por lo tanto,
se aprecia el rol que cumple las fintech en cuanto a la inclusión financiera.

El informe también destaca que, a diferencia de otros países, los startups Fintech de Perú se
encuentran distribuidas más equitativamente entre distintos segmentos. En Perú no se encuentra
ningún segmento que aglomere más del 30% de los startups identificadas en el país; mientras que,
en países como Argentina, Brasil, México y Chile, el segmento de Pagos y Remesas agrupa el 30%
o más de los startups Fintech del país.

También resalta el hecho de que en el ecosistema Fintech de Perú es el único país donde se encuentra
que el segmento de Préstamos en Línea es el más significativo (24%), ya que en otros países de la
región este segmento siempre ocupaba puestos como la segunda o tercera posición. Este
sobredimensionamiento puede ser explicado por la baja penetración del crédito tanto a través de las
entidades financieras tradicionales como los canales informales, en comparación a otros países donde
la penetración es mayor, tal y como se mencionó líneas arriba.

Este es el panorama o contexto actual de las fintech en el Perú. Si bien el Perú no es un país
caracterizado por una alta innovación tecnológica o una alta integración financiera de sus habitantes,
el ecosistema de fintech peruano muestra un gran avance para la solución de estas brechas mediante
una soluciones y herramientas prácticas que permitan compensar la poca cultura financiera de la

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sociedad peruana y desconfianza de la población hacia las entidades financieras tradicionales. Los
resultados de este radar elaborado por Finnovista muestran que el Perú se está convirtiendo en un
ambiente agradable para la incubación de estos startups, posicionándonos entre los primeros lugares
de la región. Asimismo, es importante resaltar la relevancia del papel de la regulación como factor
clave que impulse el crecimiento de estos emprendimientos y a su vez proteja a los consumidores
finales.

Tal y como se mencionó previamente, las fintech tienen el potencial de mejorar la eficiencia del
mercado financiero peruano dados sus beneficios en la inclusión financiera, atendiendo a sectores
antes desatendidos como las MYPES y la mejora en la experiencia del consumidor, y la reducción
de costos de transacción en las operaciones de las empresas. En este sentido, las fintech del
ecosistema peruano se han concentrado en las áreas tradicionalmente descuidadas por los actores
locales, como lo es el acceso al crédito, que como se ha mencionado antes en el estudio de Finnovista,
es el segmento donde se concentran la mayoría de las fintech en el Perú.

Por parte de las empresas que actualmente integran el mercado financiero peruano, estas se
encuentran en un proceso de transformación digital a través del desarrollo de nuevos esquemas de
negocio, basados principalmente en integrar a una mayor parte de la población en el mercado
financiero, a través de una serie de diversos productos y servicios. Esta estrategia está orientada a
competir en un mercado de cambios constantes producto de la mayor integración tecnológica en el
sector financiero de la economía. Como parte de esta estrategia de transformación digital, el Banco
de Crédito del Perú (BCP) lanzó a principios de este año un aplicativo móvil denominado “Yape”,
el cual permite realizar transferencias mediante el número de celular del destinatario. Asimismo,
siguiendo esta línea, el Banco Continental (BBVA) lanzó a mediados del año su aplicativo “BBVA
Wallet”, el cual también permite hacer transacciones y pagos utilizando el dispositivo móvil del
propietario. Todos estos cambios les permiten a las empresas aumentar su eficiencia, así como crear
nuevas oportunidades de negocio y aumentar el bienestar del consumidor. Bajo este contexto, es
probable que muchas otras empresas que integran el mercado financiero peruana sigan este ejemplo,
avanzando en el proceso de digitalización ante la fuerte competencia suscitada por los avances
actuales. En este sentido, es importante identificar si las fintech vienen a revolucionar por completo
el mercado financiero, desplazando a actores tradicionales como algunos bancos o fondos de
inversión; o, por el contrario, cumplen un papel de complementación con los actores presentes. En
el mercado peruano, tal parece ser el caso de un proceso de complementación como lo señalaba
Javier Salinas.

Bregante también habla acerca de esta etapa de transformación digital que las empresas que
conforman el sistema financiero peruano están atravesando a través del desarrollo de nuevos modelos
de negocio, aplicaciones, procesos o productos con un efecto material en la contratación de los
14
productos o servicios que estas ofrecen al público en general. Todo esto con el objetivo de aumentar
su eficiencia, mejorar su gestión del riesgo, crear nuevas oportunidades de negocio y/o beneficiar a
sus clientes. Esto por el lado de las empresas tradicionales del sector financiero; por otra parte, las
empresas jóvenes fintech se ubican en el sector desatendido por las empresas tradicionales del sector
financiero, como las MIPYME, brindando oportunidades adicionales y mejorando sus posibilidades
de acceder al sector financiero. Según Bregante, estos startups se enfocan en segmentos específicos,
cuyo objetivo es resolver los problemas concretos de dichos segmentos y adaptarse a los cambios en
el comportamiento de estos. Siendo tan grande su capacidad de atender estos sectores excluidos del
sector financiero tradicional, Bregante considera que no debería extrañarse que el gobierno pueda
incluir el desarrollo de las fintech como uno de los pilares para la inclusión financiera, sabiendo que
es un objetivo del gobierno que la mitad de las micro, pequeña y media empresas logren acceder al
financiamiento del sector financiero.

En el mercado peruano no existen cifras exactas de inversión de las fintech aún, y se estima que su
participación en el mercado financiero aún es pequeña; no obstante, Luis Barragán 2señala que, a
pesar de su pequeña participación, las fintech están creciendo fuertemente alineadas con la tendencia
mundial. También señala que conforme aumenta la popularidad de las empresas fintech, debido a su
gama de productos y servicios innovadores frente a las ofertas bancarias tradicionales, mayor es el
riesgo asumido por los consumidores de estos servicios y productos, lo cual generaría desconfianza
hacia estos nuevos productos y mitigaría su impacta y desarrollo en el futuro. Asimismo, Barragán
hace hincapié en que actualmente el gobierno no ha emitido ninguna norma específica que regule las
empresas fintech en el mercado financiero, y si bien muchas de ellas se encuentran inscritas en la
Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) por la actividad que realizan, al no existir una
regulación específica, estas no se ven obligadas a reportar a la SBS como lo hacen los bancos u otras
empresas financieras. Para Barragán esto tiene ventajas como desventajas. La principal ventaja de la
falta de una regulación específica radica en que no existen límites en cuanto a los emprendimientos
que se producen en el mercado financiero peruano, favoreciendo de esta manera la innovación
tecnológica en los servicios financieros, y de esa forma contribuir con la inclusión financiera. No
obstante, la principal desventaja de la falta de regulación es que las fintech pueden ser usadas como
medio de ciertos delitos como el lavado de activos o fraude financiero a los consumidores. A pesar
de que no hay registro de alguno de estos últimos, los riesgos se encuentran presentes debido a la

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http://alertaeconomica.com/regulacion-del-mercado-fintech-en-perus/
15
poca institucionalidad presente en una sociedad como la peruana. Barragán identificó entre los
principales riesgos a:

1. Lavado de activos: Debido a que las empresas fintech no se encuentran reguladas por la SBS,
dichas empresas no se ven obligadas a reportar los movimientos de dinero mayores a los
límites regulados, ni están obligadas a tener un oficial de cumplimiento que reporte
actividades fraudulentas a la Unidad de Investigación Financiera (UIF), entre otras
obligaciones.
2. Fraude financiero: Debido a que las empresas fintech no se encuentran bajo la regulación
financiera, no están cubiertas por un fondo de seguro como el que poseen algunas entidades
financieras ante alguna eventual quiebra como el Fondo de Seguros de Depósitos. Ante una
potencial quiebra de la fintech, el cliente no tendrá acceso a un seguro que pueda cubrir su
capital invertido.

Otros potenciales riesgos que traen consigo el desarrollo de las fintech, identificados por un informe
de las Federación Latinoamericana de Bancos (FELABAN 2017), son siguientes:

1. Mayor oferta de crédito


Las fintech pueden aumentar las opciones crediticias de las empresas, sobre todo las excluidas
por el sistema financiero tradicional; no obstante, sin la supervisión o monitorio de alguna
entidad reguladora, estos créditos pueden estar sujetos a malas prácticas y se puede descuidar
la protección al consumidor.
2. “Electronización” de los mercados
El aumento de la velocidad de las transacciones dificulta saber con seguridad que ocurre en
materia de oferta y demanda de créditos, así como las fuentes de fondeo empleadas. Ello
puede dar lugar a la aparición de los denominados “dark pools”, mercados o foros privados
donde inversores institucionales interactúan sin que los detalles de las operaciones realizadas
se hagan públicos al resto del mercado. Ello puede tener consecuencias imprevistas en el
mercado financiero.
3. El problema de la seguridad de los datos
El incremento de la competencia por obtener datos crediticios y financieros de los potenciales
clientes traerá como consecuencia posibles violaciones de privacidad y por tanto será
necesario mayores exigencias para la custodia de dicha información.
4. Impacto en la política monetaria
Los nuevos proveedores de crédito, monedas virtuales, la captación masiva y los nuevos
sistemas de pago que se encuentran fuera del rango de los bancos centrales, amenazan con
reducir la efectividad de la política monetaria para intervenir en la economía frente a choques
inflacionarios, y para atender problemas de liquidez en la economía. Todos estos nuevos
16
instrumentos tendrán que ser tomados en cuenta al momento de calcular la masa monetaria,
así como con los multiplicadores monetarios y bancarios.
5. El arbitraje regulatorio
Señala que mientras no se dé una regulación y supervisión efectiva sobre los nuevos actores,
se puede dar el caso donde una misma actividad económica tiene diferentes tratamientos.
Estas diferencias en el tratamiento y las asimetrías dan lugar a fenómenos donde la regulación
deja de ser neutral. El arbitraje regulatorio genera ineficiencias en la regulación y supervisión
en general, además de crear incentivos perversos.

En este sentido, Bregante al igual que Barragán, también se encuentra de acuerdo con la instauración
de una regulación específica para las fintech debido a que, si bien ha habido avances significativos
en este sector, aún falta mucho para alcanzar ecosistemas fintech similares a los existentes en los
países que lideran este proceso de transformación. Bregante afirma que este no es problema no puede
ser logrado solamente con el libre funcionamiento del mercado, sino que se hace necesaria la
intervención del regulador en apoyo y promoción de la innovación tecnológica en el sistema
financiero peruano para ayudar al ecosistema fintech incipiente. Para ello, afirma, es necesario un
marco regulatorio que brinde incertidumbre jurídica a los nuevos modelos de negocio, aplicaciones,
procesos o productos de las fintech, e impulse a las empresas del sistema financiero a aumentar su
eficiencia, mejorar su gestión de riesgos, crear nuevas oportunidades de negocio y/o beneficiar a sus
consumidores. En este sentido, el BID3 señala que para que el sector pueda desarrollarse y lograr
mayores impactos, es necesario profundizar el diálogo entre los emprendedores y los responsables
de diseñar las políticas y regulaciones.

Kawai propone que, si bien es cierto que la relación de la innovación tecnológica y el mercado
financiero existe ya desde hace muchas décadas, la necesidad de crear un marco adecuado para su
regulación es relativamente nuevo. Este interés creciente por parte del regulador hacia las fintech se
debe principalmente a la velocidad exponencial con la que están revolucionando el mercado
financiero global, de tal forma que es imposible analizar este mercado y la economía sin tener en
cuenta el impacto de las nuevas tecnologías y de las empresas fintech. (Kawai 2016:2).

Jaime Caruana (2016), habla sobre la actual existencia de un consenso acerca de la inevitabilidad del
cambio tecnológico y su potencial para su disrupción, donde cree que en general éste tendrá un efecto
positivo, aunque esto dependerá, entre otros factores, de cómo las autoridades respondan tanto a

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http://www.iadb.org/es/noticias/comunicados-de-prensa/2017-08-10/fintechs-en-america-latina,11811.html
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nivel nacional como a nivel global. Para ello Caruana propone que los reguladores tengan en
consideración las siguientes cuatro áreas:

1. En primer lugar, dada la dinámica de la innovación tecnológica, mantenerse al día con los
desarrollos y conocer su aplicación a las finanzas. Para ello se requiere entre otros esfuerzos,
una mayor participación y diálogo con el sector privado y los innovadores.
2. En segundo lugar, dado los cambios en finanzas, es necesario desarrollar capacidades para
ayudar a los supervisores y reguladores a realizar bien su trabajo.
3. Tercero, los actores en fintech incluyen firmas financieras no bancarias, así como firmas no
financieras tales como compañías de tecnología y operadores de redes. Esto significa que las
autoridades responsables de las áreas financieras más tradicionales deberán cooperar más con
otras autoridades a nivel nacional: explotar las sinergias cuando corresponda, llenar los
vacíos, equilibrar los diferentes intereses y evitar trabajar en propósitos.
4. Y cuarto, la tecnología y las finanzas ahora abarcan las fronteras nacionales. La cooperación
a nivel internacional es esencial.

Estas recomendaciones fueron dadas por Jaime Caruana, director general del BIS, en el marco de la
tercera conferencia de GPFI-FSI sobre Organismos normativos e innovación en la inclusión
financiera – “Nuevas fronteras en la supervisión de servicios digitales”, Basilea. En este discurso
Caruana hace referencia a la necesidad de la regulación en los nuevos servicios financieros que se
ofrecen actualmente, donde quedan incluidos las fintech, dado su fuerte crecimiento en los últimos
años y el potencial que posee para transformar el panorama del mercado financiero. Y para ello
aconseja a los reguladores tomar principal consideración en las áreas mencionadas líneas arriba.

Rojas (2016) también hace énfasis sobre este tópico, señalando que la mayor parte de las empresas
fintech en los países desarrollados han entrado al mercado sin haber sido detectadas ni supervisadas
por alguna entidad reguladora. En estos países, afirma que los reguladores han mostrado un mayor
interés hacia estas empresas, no por el hecho de servicio o la tecnología empleada, sino producto de
que estas empresas que se encargan de proveer dichos servicios no se encuentren bajo regulación y
supervisión en línea con los marcos vigentes. Además, señala que la preocupación de los organismos
reguladores surge a raíz del posible abuso o fraude hacia consumidores o inversionistas o que las
empresas puedan ser usadas como instrumentos para el lavado de dinero o el terrorismo, similar a lo
señalado por Barragán; sin embargo, menciona que en algunos casos el interés puede ser producto
de la intención de brindar una mayor flexibilidad a las empresas fintech para que sigan contribuyendo
con la innovación y la inclusión financiera. Por lo tanto, se puede hablar de la existencia de
determinados marcos regulatorios cuyas diferencias se encontrarán en el interés o el objetivo que
buscan los organismos reguladores. Bajo esta perspectiva en el 2016, BBVA Research publicó un
artículo que señala la existencia de tres distintos enfoques para definir el marco regulatorio de las
18
empresas fintech, reconociendo el papel que posee la regulación para determinar la localización de
las empresas, el crecimiento de la industria y el escalamiento de los startups en dichos países. Estos
enfoques son los siguientes: (i) enfoque activo, (ii) enfoque pasivo y (iii) enfoque restrictivo. En
relación con el primero, los organismos reguladores trabajan en estrecha colaboración con los
startups para poder entender los nuevos desarrollos fintech, así como los futuros obstáculos para
poder ayudar a las empresas fintech a hacer frente a estos desafíos. Este enfoque representa una
manera eficaz de contribuir al crecimiento de las fintech, aunque es un enfoque que conlleva un uso
intensivo de los recursos, para efecto de monitorio y seguimiento de las empresas y los últimos
avances del sector, lo que conlleva al riesgo de captura del regulador, situación en la cual el regulador
ponen el interés específico de las empresas por encima del interés público. El gobierno del Reino
Unido a través del FCA, entidad reguladora de dicho país, es una referencia en el enfoque activo
debido al trabajo que mantiene la entidad con los startups para apoyar el desarrollo de sus productos
alineados con la regulación, para evitar cambios más adelante productos de esta. El segundo enfoque
está referido al enfoque pasivo, en el cual los organismos reguladores nacionales no cumplen un rol
activo en el surgimiento o desarrollo de las empresas fintech, aunque tampoco se oponen a su
desarrollo. Como ejemplo de este enfoque, el BBVA identifica al BaFin, organismo regulador
alemán, que históricamente no ha interferido en este sector, aunque señala que en los últimos años
dicho regulador parece estar acercándose más al enfoque activo. Finalmente encontramos al enfoque
restrictivo, mediante el cual los organismos reguladores se promulgan regulaciones restrictivas que
afectan al desarrollo y crecimiento de las empresas fintech, siendo este enfoque producto de
gobiernos con una alta aversión al riesgo que conlleva dicho sector o donde existe confusión acerca
de la autoridad competente. Se presenta a Estados Unidos como ejemplo de dicho enfoque debido a
que la existencia de múltiples reguladores, cada estado tiene una autoridad propia, hace difícil y
costoso el cumplimiento de las regulaciones.

En este sentido, un informe publicado por Deloitte, que analiza 44 ciudades clave en el esquema
fintech, señala como uno de los aspectos más importantes a la regulación de dicho sector, ya que
incluye las iniciativas regulatorias como uno de los seis indicadores para determinar su índice de
rendimiento llamado “Index Performance Score”, el cual resalta la importancia de la ciudad como
un hub internacional del sector fintech a nivel global. Deloitte reconoce que el ambiente regulatorio
cumple un papel crucial para las compañías fintech, debido a que las demoras en la creación de una
empresa pueden reprimir nuevas ideas y un sistema legal no transparente puede disuadir a los
inversores y clientes de entablar relaciones con otras personas que no sean contrapartes conocidas,
dificultando así el desarrollo de un ecosistema de intercambio de conocimiento (Deloitte, 2017).

Asimismo, en cuanto a regulación Deloitte señala que las ciudades mejor valoradas son Londres,
Abu Dhabi, Luxemburgo, Ciudad de México y Singapur. Además, tres de ellas están dentro del grupo

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de los ocho países del mundo que tienen sus propios “sandboxes” regulatorios, que pueden ser
definidas como plataformas habilitadas por parte de organismos reguladores para ofrecer un espacio
a las empresas para experimentar con nuevos modelos de negocio que no cuentan con un marco legal
en la actualidad, el objetivo de estas plataformas es acelerar la llegada al mercado de los proyectos
que demuestren su viabilidad.

En todos estos estudios podemos encontrar la relevancia que toma el papel de la entidad reguladora
en el crecimiento y desarrollo de las empresas fintech. Si bien el interés de los reguladores en este
sector nace producto de las incertidumbres con respecto al riesgo que estas empresas cargan,
relacionadas a la estafa del cliente o el desarrollo de ciertas actividades delictivas como el lavado de
activos; los reguladores también han reconocido el impacto que pueden generar en el crecimiento de
este sector a través de la promoción de una mayor flexibilidad de los marcos regulatorios para poder
impulsar los productos y servicios de las empresas fintech, lo cual es identificado por el BBVA
Research como el enfoque activo. En países en desarrollo como el Perú, la regulación puede tomar
un papel relevante en la promoción de este sector, impulsando por un lado una mayor confianza del
potencial consumidor hacia estos productos o servicios a través de que cuenten con el respaldo del
Estado como fuente de garantía, y por otro estableciendo marcos flexibles que permitan el rápido
crecimiento y desarrollo de nuevos productos y servicios de las empresas fintech, en línea con los
marcos regulatorios actuales para evitar procesos de reestructuración innecesarios.

Para Bregante (2017), el objetivo principal de la regulación del sistema financiero en el Perú debe
ser la protección de los intereses del público, garantizando la estabilidad, la solvencia y la
transparencia del sistema financiero, para que de esa manera las empresas internalicen los costos
derivados de sus decisiones y las externalidades no generen ineficiencias que puedan perjudicar al
sistema y a la economía. En general, señala que la innovación tecnológica ha generado impactos
tanto positivos como adversos en el mercado financiero actual, dificultando de esa manera el rol del
regulador para poder plantear una propuesta regulatoria que busque compatibilizar estos objetivos
de promoción de la innovación tecnológica y de preservación de la solidez y estabilidad del mercado
financiero, objetivos que como menciona pueden contraponerse en algunos momentos. Bregante
afirma que se trata de llegar al punto de equilibrio que permita otorgar flexibilidad a las fintech para
alentar la innovación de este sector junto al la inclusión financiera, pero sin comprometer los
intereses públicos; es decir, identificar una alternativa efectiva y eficiente que promueva la
innovación tecnológica, entendiendo una regulación efectiva como aquella que se ajuste al objetivo
de preservación de la solidez y estabilidad del mercado financiero y, una regulación eficiente como
aquella que implique el menor costo total posible.

La situación de las empresas fintech en el Perú, se encuentra caracterizada por una mayoría de
empresas que no se encuentran supervisadas o reguladas por los organismos reguladores como la
20
SBS o la SMV, a pesar de que compiten o colaboran abiertamente con empresas que si se encuentran
reguladas. Esta situación es producto justamente de la ausencia de un marco regulatorio específico
que de las pautas del desarrollo y desenvolvimiento de estas empresas en el territorio peruano. Dado
el rol en la integración financiera que poseen las empresas fintech sería adecuado que el Perú trabaje
un marco regulatorio con un enfoque activo que haga explícito el apoyo por parte del gobierno hacia
estas nuevas empresas, que además de ser altamente innovadoras, conducen a una mayor eficiencia
y competencia en el mercado ya que además de complementarse con las empresas tradicionales del
sector financiero, también pueden competir directamente en el mercado a través de la ampliación de
la oferta de los servicios y productos financieros en el mercado actual. Asimismo, la disyuntiva
planteada por Bregante sobre la promoción de la innovación tecnológica y la preservación de la
solidez y estabilidad del mercado financiero implica que la entidad reguladora peruana debe tomar
en cuenta estas limitaciones al momento de plantear el marco regulatorio.

Conclusiones

21
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22
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Zamalloa, Juan (2017). Inclusión financiera en Perú: Desarrollo bajo una perspectiva
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23
Apéndice

24
Figuras
Figura 1. Distribución de las empresas fintech

Fuente: “Revolución de las empresas FinTech y el fututo de la Banca”, Laura Rojas (2016).

Figura 2. Financiamiento a Fintech a nivel Mundial (2010-2015)

Fuente: Reporte semanal del departamento de estudios económico de ASBANC.

25
Figura 3. Inversión privada en empresas fintech (Billones de USD)

Fuente: Digital Disruption y Pulso FinTech 20156. Laura Rojas (2016)

Figura 4. Distribución por segmentos de los startups Fintech en el Perú (2017)

Fuente: Fintech Radar Perú.

26
Figura 5. Metodología de cálculo del Index Performance Score.

Fuente: Deloitte.

Figura 6. Puntaje a nivel global del Index Performance Score

Fuente: Deloitte.

27

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