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Cerebro (o encéfalo)

El cerebro (o encéfalo) es la parte


del sistema nervioso central de los
vertebrados que está dentro del cráneo. En
estricto rigor, el craneo alberga al encéfalo,
por lo que comúnmente se hacen sinónimos
cerebro y encéfalo. Más adelante, al
describir la anatomía del encéfalo veremos
que el cerebro es una parte de este.

En todo caso, el cerebro como tal es el


órgano más voluminoso delencéfalo. Su
peso oscila entre 1.150 gramos en el hombre
y 1.000 gramos en la mujer.
Partes del encéfalo, comúnmente llamado cerebro
Está formado por dos hemisferios
cerebrales, divididos por un surco medio, y es una masa de tejido gris-rosáceo compuesto por unos
100.000 millones de células nerviosas, conectadas unas con otras y responsables del control de todas las
funciones mentales.

Además de las células nerviosas (neuronas), el cerebro contiene células de la glía (células de soporte),
vasos sanguíneos y órganos secretores.

El cerebro es el centro de control del movimiento, del sueño, del hambre, de la sed y de casi todas las
actividades vitales necesarias para la supervivencia. Todas las emociones humanas como el amor, el
odio, el miedo, la ira, la alegría y la tristeza están controladas por el cerebro. También se encarga de
recibir e interpretar las innumerables señales que se envían desde el organismo y el exterior.

Es, además, el sector que rige los movimientos voluntarios y el desarrollo de las facultades intelectuales:
pensamiento, memoria, voluntad.

Anatomía y composición
Desde el exterior el encéfalo o cerebro aparece
dividido en tres partes distintas pero conectadas: el
cerebro propiamente dicho, el cerebelo y el tronco
cerebral.

El término tronco o tallo cerebral se refiere, en


general, a todas las estructuras contenidas entre el
cerebro y la médula espinal, esto es, el mesencéfalo
o cerebro medio, el puente de Varolio o protuberancia
y el bulbo raquídeo o médula oblongada.

El cerebro está protegido por el cráneo y además está


cubierto por tres membranas
denominadas meninges.

La más externa, la duramadre, es dura, fibrosa y


brillante, está adherida a los huesos del cráneo, por lo que no aparece espacio epidural como ocurre en la
médula; emite prolongaciones que mantienen en su lugar a las distintas partes del encéfalo y contiene los
senos venosos, donde se recoge la sangre venosa del cerebro.

La intermedia, la aracnoides, cubre el cerebro laxamente y no se introduce en las circunvoluciones


cerebrales.
La
membrana
interior,
la piamadre,
contiene
gran
cantidad de
pequeños
vasos
sanguíneos
y linfáticos y Anatomía del cerebro propiamente tal, que forma parte del encéfalo.
está unida
íntimamente a la superficie cerebral.

La superficie del cerebro no es lisa sino que está considerablemente aumentada por un sistema de
pliegues y surcos llamadas circunvoluciones cerebrales.

A los surcos de mayor profundidad se les llama cisuras, siendo las más destacadas: la interhemisférica,
que separa en la línea media los dos hemisferios; la perpendicular; la de Silvio y la de Rolando.

Lóbulos cerebrales
Estas cisuras dividen cada hemisferio en las áreas o lóbulos: occipital, frontal, parietal y temporal.

En general, los lóbulos se sitúan debajo de los huesos que llevan el mismo nombre. Así, el lóbulo frontal
descansa en las profundidades del hueso frontal, el lóbulo parietal debajo del hueso parietal, el lóbulo
temporal debajo del hueso temporal y el lóbulo occipital debajo de la región correspondiente a la
protuberancia del occipital.

Los hemisferios cerebrales no son macizos; cada uno de ellos contiene una cavidad interna
llamada vehículo lateral.

El cerebro está formado por sustancia gris (neuronas) en el exterior y sustancia blanca (fibras nerviosas)
en el interior.

La sustancia gris (coloreada en la lámina de


la derecha para fines explicativos) forma la
llamada corteza cerebral y tiene de 2 a 3
milímetros de espesor. Está constituida por
haces densamente agrupados de neuronas
de color gris.

Esta sustancia gris es el núcleo de la


memoria y de los procesos del pensamiento
(hablar, oír, olfatear, ver); constituye una
ingeniosa computadora con una capacidad
casi ilimitada para realizar asociaciones entre
los distintos conocimientos alcanzados.

La sustancia blanca, situada en el interior de la corteza cerebral, está formada por fibras nerviosas de
color blanquecino.

Función del cerebro


Las funciones cerebrales son cinco: 1) Percepción, 2) Retención,
3) Análisis, 4) Emisión, 5) Control

El funcionamiento del cerebro se realiza en base a sus dos


hemisferios: derecho e izquierdo, y la corteza cerebral que los
recubre.
El hemisferio derecho recibe, elabora y expresa toda la información sensorial y espacial. Lo visual, lo no
racional, la creatividad de cada persona. Es el hemisferio relacionado con el arte en todas sus
manifestaciones. Del fenómeno, percibe su significante (su forma exterior).

El hemisferio izquierdo recibe, elabora y expresa toda la información conceptual. Es el hemisferio lógico,
matemático analítico y verbal. Porque es racional, es el hemisferio critico, relacionado con la ciencia, en
todas sus manifestaciones. Del fenómeno icónico, percibe su significado (su contenido conceptual).

Llamaremos macrouniverso todo lo exterior a una persona, lo que constituye el Universo en su totalidad.
Llamaremos microuniverso todo lo interior de una persona, lo que constituye su interioridad.

El cerebro maneja la conexión entre el macro y el micro universo. Él es la gran fabrica donde se produce
la personalidad de cada uno.

La primera función del cerebro (la percepción de las señales) se realiza por la vía de los sentimientos.

Percepción

La percepción obedece a los estímulos cerebrales logrados a través de los 5 sentidos, vista, olfato,
tacto, auditivo, gusto, los cuales dan una realidad física del entorno. Sin embargo, nuestros sentidos
nos proporcionan datos crudos del mundo externo, a menos que esta información sensorial sea
procesada en el cerebro para su interpretación. Es la capacidad de recibir por medio de todos los
sentidos, las imágenes, impresiones o sensaciones para conocer algo. También se puede definir
como un proceso mediante el cual una persona, selecciona, organiza e interpreta los estímulos, para
darle un significado a algo. Toda percepción incluye la búsqueda para obtener y procesar cualquier
información.

Áreas [editar]
Los principales campos investigados en percepción se asemejan a los sentidos clásicos,
aunque esta no es una división que se sostenga hoy en
día: visión, audición, tacto, olfato y gusto. A estos habría que añadir otros como
la propiocepción o el sentido del equilibrio. Tipos:

 Percepción visual, de los dos planos de la realidad externa, (forma, color, movimiento)
 Percepción Espacial, de las tres dimensiones de la realidad externa,(profundidad)
 Percepción Olfativa, de los olores,
 Percepción Auditiva, de los ruidos y sonidos,
 Cenestesia, de los órganos internos,
 Percepción Táctil, que combina los sentidos de la piel (presión,vibración, estiramiento)
 Percepción térmica, de las variaciones de temperatura (calor, frío)
 Percepción del dolor, de los estímulos nocivos,
 Percepción Gustativa, de los sabores,
 Quimioestesia, de los sabores fuertes, no se encuentra comprometida en caso de
lesión de las áreas gustativas u olfativas
 Percepción del equilibrio
 Kinestesia, de los movimientos de los músculos y tendones
 Percepción del Tiempo, del cambio.Percibir implica la existencia de una reacción a una
estimulación presente. Esta reacción se puede analizar en planos fisiológico, de
consciencia o de conducta.
 Percepción de la Forma, es el resultado de la percepción del contorno y del contraste
de las cosas, y la percibimos fundamentalmente a través de la vista y por el tacto.
 Percepción del campo magnético

Ver PRINCIPIOS Y PROCESOS DE LA ORGANIZACIÓN PERCENTUAL.

Según un estudio realizado por investigadores de las Universidades de


Princeton y Harvard, pensar rápido mejora el estado anímico, favorece la
creatividad y proporciona mayor energía y vigor.
La directora de esta investigación infiere que tareas como por ejemplo,
resolver un crucigrama fácil pensando velozmente, puede incrementar la
energía y mejorar el humor, siempre que las personas no padezcan
trastornos mentales, ya que en estos casos pensar rápido podría tener
consecuencias negativas.
En cambio, los pensamientos reiterativos y rápidos, pueden producir
ansiedad y llevar a elaborar ideas depresivas.
En cuanto a los pensamientos variados y calmos, llevan a experimentar
una feliz y tranquila mansedumbre, como por ejemplo en la meditación.

Percepción e intelectualización: del cerebro emocional a la intervención


sensorial
[Perception and intellectualization: from emotional brain to sensory intervention]

Montserrat Daban
Sociedad Española de Ciencias Sensoriales

El papel más importante del cerebro en la percepción sensorial lo desempeña sin que seamos
conscientes de ello, sin que sepamos que se está integrando la señal y conectando con otros
momentos perceptivos. Las emociones, reacciones fisiológicas a esas
percepciones, se generan tras un complejo mecanismo electroquímico en el
que las unidades de lo transmitido son bits de información. Todo lo que el ser
humano siente lo hace a través del filtro de las emociones, en íntima relación
con éstas. Expresar la emoción como lo hace la figura que domina la
impactante pintura de Edvard Munch El grito es una capacidad
intrínsecamente humana.

El flujo sensorial es crucial para la vida


La estimulación sensorial es vital para el mantenimiento de las funciones
cerebrales. El mundo tiene sentido cuando se puede comparar lo almacenado en el cerebro con lo
percibido por los sentidos. La estimulación correcta del cerebro permite establecer nuevas
conexiones neuronales y aumentar la eficiencia cerebral.
Despojar a un ser de estímulos visuales, auditivos, olfativos, gustativos y táctiles es privación
sensorial. El estudio de la privación de estímulos sensoriales se llevó a su extremo en la década de
los cuarenta del siglo XX, en experimentos norteamericanos y alemanes que consistían en
introducir a los sujetos de estudio dentro de tanques con agua caliente y salada, donde la
oscuridad y la insonorización eran totales. La flotación contribuye a destruir el sentido del
equilibrio del cuerpo, desestabilizando a su vez el de la mente. En un agua a temperatura
corporal, el cerebro no distingue los límites del cuerpo y se anulan los estímulos táctiles. Si la
privación de estímulos dura un tiempo reducido, puede incluso resultar relajante o terapéutica,
pero si se prolonga en exceso puede originar alteraciones que van desde la pérdida parcial de
memoria, la disminución del coeficiente intelectual o los cambios de personalidad a las
alucinaciones. En niños sin estímulos ni afectividad la privación sensorial se convierte en privación
emocional, y puede causar incluso deterioro orgánico. Toda agresión a la sensorialidad, como
parte de nuestra estructura más íntima, tiene consecuencias devastadoras para la integridad del
individuo. El flujo sensorial es crucial para la vida.

Todo es percepción
Es posible que todo, desde nuestro punto de vista único y antropocéntrico, sea percepción. Desde
la propiocepción, que nos informa de la sintonía con la que funciona nuestro organismo, a los
mecanismos básicos que permiten el aprendizaje. Desde el conocimiento de las propias
limitaciones, hasta el impulso irrefrenable de atracción o repulsión que nos impone el olfato.
Desde aquellas sensaciones intangibles, portales de un bienestar balsámico, hasta el sufrimiento o
el dolor, las ilusiones sensoriales y los fantasmas. Parece que el funcionamiento de nuestro
cerebro es indisoluble de los sentimientos y las emociones. Según el neurobiólogo Antonio
Damasio,1 director del Departamento de Neurología de la Facultad de Medicina de la Universidad
de Iowa, el cerebro y el resto del cuerpo constituyen un organismo indisociable integrado por
circuitos reguladores bioquímicos y neuronales, que se relacionan con el ambiente como un
conjunto, y la actividad mental surge de esta interacción.

El poder de la evocación: el olor es la llave de la memoria


Citando ahora otra eminente figura de las ciencias sensoriales, Ann Noble, profesora del
Departamento de Viticultura y Enología de la Universidad de California en Davis, decía en el curso
de una entrevista:2 «...déjeme darle una noticia mala y otra buena: prepárese para experimentar
una pérdida de olfato progresiva a partir de los treinta y muchos, pero prepárese también para
disfrutar cada vez más del olor de sus recuerdos.»
La recuperación de forma vívida de información visual y auditiva puede asociarse con una
reactivación de algunas de las mismas regiones sensoriales que fueron activadas durante el
proceso perceptivo que ha dado lugar a la fijación de la información evocada.
Los perfumistas saben mucho de ello. Trabajan con unos tres mil
compuestos sintéticos y naturales que forman parte de su arsenal pero,
además, deben contar con la pérdida de olfato de los humanos. El
genoma humano codifica para unos mil receptores olfativos, que se
expresan en las neuronas del epitelio olfativo, aunque un gran número
de ellos genes son pseudogenes. Dado que la supervivencia de los
humanos depende en menor medida de su olfato, la menor presión
selectiva para mantener los receptores funcionales podría ser causante
de que sólo un tercio de ellos sean funcionales. Las neuronas del epitelio
olfativo, con receptores que pueden distinguir
hasta 10 000 olores distintos, se prolongan
hasta el bulbo olfativo, donde se conectan con
otras neuronas que conducen la señal hasta
centros cerebrales donde se desencadenan las
emociones y se almacenan los recuerdos. Esto podría explicar porqué
los aromas afectan a nuestro ánimo y nos traen de forma tan poderosa
los recuerdos del pasado.

¿Nada está en el intelecto que no fuera antes sensación?


O, lo que es lo mismo, ¿es posible imaginar lo que no existe o que
nunca hemos percibido? Por un lado, es evidente que podemos imaginar
una gran diversidad de cosas inexistentes en sí mismas (fantasías), pero
su construcción representativa se realiza a partir de la mezcla de
elementos que hemos percibido previamente. Imaginemos un centauro, un ser mítico cuyo
nombre sugiere que «vale por cien» en fuerza, valor y habilidad. La mitología recrea a los
centauros como seres pertenecientes a una tribu de monstruos, con la parte superior de hombre y
la inferior de caballo. El origen podría haber sido la visión, por primera, por algunos pueblos
antiguos, de unos asaltantes cabalgando, en los cuales no pudieron distinguir al jinete del animal.
En su imaginación, les dotaron de una serie de propiedades: mentalidad, pasiones y sentimientos
bestiales, inclinados a la lujuria y amantes del vino. Representan el símbolo de una masculinidad
exuberante. Pero, para imaginarlos, recurrieron a unir dos piezas conocidas.

Así, puesto que el conocimiento comienza por los sentidos, es imprescindible que todas nuestras
posibilidades operativas de construir y elaborar imágenes provengan y se alimenten
necesariamente de estímulos e impresiones sensibles percibidos con anterioridad, aunque
podemos hacer con ellos lo que se nos antoje. Y toda esta información del entorno llega
necesariamente a través de los sentidos

Los sentidos: interfaces con el entorno


Todos los organismos han desarrollado un mecanismo que les permite reconocer la información
sensorial del entorno y transmitirla hacia donde será procesada, para crear una representación
interna, un mapa del mundo exterior. Así, las diferentes especies representan el mundo de distinto
modo.Igual que hace el murciélago, cada especie vive en su mundo sensorial
único, del que otras especies pueden hallarse parcial o totalmente ajenas. Sus
percepciones no son grabaciones directas del mundo que les rodea, sino más
bien construcciones internas que se rigen por unas reglas innatas. Lo que un
organismo percibe viene dado por las propiedades de sus sistemas sensoriales y
la dotación única en sus neuronas, que le es genéticamente otorgada, por lo que
estamos atrapados en una representación del mundo que nuestros genes hacen
posible.

Un paisaje sensorial
Cuando un estímulo, por ejemplo la luz, incide sobre su receptor, en este caso la célula receptora
visual, es el final de la onda física. Lo que sucede a continuación es una explosión de actividad
electroquímica. En todos los sistemas sensoriales especializados se traduce información sobre la
naturaleza química o física del estímulo en señales eléctricas que pueden ser utilizadas por el
sistema nervioso.
Pero el estímulo nunca se produce de forma aislada del entorno. Incluso, si
cerramos los ojos para escuchar con atención una pieza musical, el olor que
inconscientemente percibimos, las vibraciones o la temperatura de la habitación,
la suavidad de los tejidos que sentimos a través del tacto, el gusto que en ese
momento tenemos en nuestra boca... todo ello crea un paisaje
sensorial indisociable. El contexto es decisivo en la persistencia de los recuerdos sensoriales. Lo es
hasta tal punto que, a veces, cuenta más que el estímulo en sí mismo.

Por ejemplo, en los olores es crucial la importancia del contexto emocional. Así, es posible asociar
olores que podrían parecer desagradables a recuerdos felices: el olor a combustible puede
recordar nuestras primeras vacaciones en barco, o la de cloro evocar una tarde de juegos en la
piscina. Por el contrario, el olor de un perfume puede inducir repulsión, si se asocia al recuerdo de
una persona que resulta desagradable para quien lo percibe. Todo ello confirma un fenómeno bien
conocido, al que se refiere frecuentemente el antropólogo francés Joël Candau: 3la persistencia del
recuerdo olfativo y la manera como nosotros lo clasificamos depende estrechamente de la
naturaleza del tratamiento semántico de la información memorizada.

Anticipación, supervivencia, elección


El desarrollo de la humanidad se fundamenta en conocer el medio que le rodea para mejorar su
posición frente a los acontecimientos que le pueden acaecer y acabar ejerciendo un control sobre
ellos. Este conocimiento se basa en captar información. Cuanto mayor, más fiable y rápido es el
flujo de información, nuestra capacidad para tomar decisiones acertadas aumenta. Cualquier
cambio en el entorno se valora inconscientemente, y da pistas para identificar un peligro, una
presa, un alimento adecuado o uno desaconsejable.
En el caso de nuestro sentido del gusto, el sistema de alerta se compone de un número reducido
de tipos distintos de sensores, adaptados a determinar la concentración de moléculas de gusto
dulce (carbohidratos con gran contenido energético), umami (aminoácidos necesarios para la
síntesis proteica), amargo (en gran medida, compuestos tóxicos), salado (sodio, para el balance
hídrico del cuerpo) o amargo (sustancias potencialmente dañinas en cantidades elevadas). 4De
forma innata preferimos sustancias dulces o de gusto umami, rechazamos lo amargo y evitamos
concentraciones muy elevadas de sal. También los receptores táctiles orales informarán sobre la
ingestión de sustancias potencialmente peligrosas. La información genética seleccionada durante
la evolución de la especie permite realizar una estimación rápida de lo que podemos comer o lo
que es mejor evitar.
Sin embargo, dado que los alimentos son mezclas, su análisis detallado se realiza a un segundo
nivel, en el que intervienen todos los sistemas sensoriales. El olfativo está diseñado para realizar
un análisis extremadamente detallado de la composición de los aromas, y nos permite conocer con
bastante precisión lo que vamos a comer o beber, y valorar el riesgo o beneficio de su consumo.
Finalmente, en un tercer nivel, la información sensorial se integra y compara con nuestras
experiencias previas, y determina una respuesta de placer o desagrado.
Así, nuestra elección de alimentos y bebidas está guiada en gran medida por la combinación de
gusto, olor e irritación quimiosensorial, todo lo cual se conoce como aroma.
Sin embargo, las preferencias cambian con la edad, desde la infancia a la vejez. Se ha visto que
los estímulos quimiosensoriales afectan a la digestión y el metabolismo de los alimentos, y existe
una interacción entre los sentidos químicos y el apetito, la obesidad, la diabetes, la ingesta de sal
y calcio, y sobre los mecanismos fisiológicos que controlan el comportamiento ante los alimentos.
Por ejemplo, la pérdida de gusto y olfato que se da en edades avanzadas suele conducir a una
pérdida de apetito, a una elección inapropiada de alimentos, a un estado nutricional desfavorable
y a determinadas manifestaciones clínicas.

Intelectualización de la percepción
Somos seres sensoriales capaces de intelectualizar percepciones, de hacer uso intelectual del
placer en busca de la plenitud funcional.
La evaluación sensorial de los alimentos es una función primaria del hombre: desde su infancia y,
de una forma consciente, acepta o rechaza los alimentos, según las sensaciones que experimenta
al consumirlos. De esta forma, se establecen unos criterios para su selección, criterios que inciden
sobre una de las facetas de la calidad global del alimento, la calidad sensorial.
Pero si el aspecto, el color, el sabor o la textura son elementos determinantes en la elección de los
productos alimentarios, el brillo, el tacto y el matiz lo son en la elección de un producto de
consumo (coche, teléfono, tejido..). Resulta obvia la importancia de la capacidad humana por
evaluar los atributos de los alimentos y los inconvenientes que pueden surgir cuando estas
funciones se ven alteradas. De la capacidad de evaluación de estas propiedades se ocupa uno de
los pilares históricos de las ciencias sensoriales: el análisis sensorial, que utiliza una herramienta
muy poderosa: la percepción humana.

Calidad y análisis sensorial


La calidad sensorial no es una propiedad intrínseca del alimento, sino el resultado de la interacción
entre los compuestos que lo integran y nuestros sentidos. La evaluación de esta calidad se lleva a
cabo mediante una disciplina científica, el análisis sensorial, cuyo instrumento de medida es el
propio hombre. Pero han sido fundamentalmente las aplicaciones industriales las que han
empujado el avance del análisis sensorial y de las ciencias sensoriales en general. Numerosos
grupos las consideran imprescindibles para controlar la calidad de sus productos o enfocar
correctamente la producción en función del gusto del consumidor.
La noción global de calidad de un producto presenta dos aspectos muy diferentes: el técnico, que
comprende aspectos establecidos por la legislación, y el hedónico, que contempla la calidad tal y
como es entendida por el consumidor.
Para llegar a comprender el complejo proceso que lleva al consumidor a la aceptación o rechazo
de un determinado producto, es necesario traducir sus deseos y preferencias en propiedades
tangibles y bien definidas mediante la combinación de métodos sensoriales, cualitativos y
cuantitativos. El análisis sensorial evalúa estas propiedades a través de la información que aportan
paneles de expertos y los propios consumidores.

Instrumental necesario para realizar una cata experta de aceites

Instrumentos de medida
La percepción humana es el más maravilloso instrumento de medida de
que disponemos, con capacidad no solamente de reaccionar ante un
estímulo externo, sino también de apreciar su magnitud, compararlo con
patrones preexistentes en nuestra memoria, interpretarlo y emitir un
juicio y, si conviene, actuar en consecuencia. Se trata de un objetivo
soñado por la ingeniería de la instrumentación y por el automatismo,
que intentan reproducir este proceso con la mínima intervención del
hombre.
La respuesta tecnológica a ello son los sensores tecnológicos (y, en su evolución, inteligentes),
narices y lenguas electrónicas y espectrofotómetros, que actúan como nuestros cinco sentidos,
que perciben la variación de una determinada magnitud física o química del entorno, que es
convertida por un transductor en una señal eléctrica, igual que hacen nuestros sensores
biológicos.
Gracias a la mejora de las posibilidades de los instrumentos de medida, podemos aproximarnos a
la composición de un alimento. El siguiente paso es intervenir en él.

Conocimiento: de la contemplación a la intervención


De hecho, entre las innovaciones que los últimos años está viviendo el mundo del consumo, se ha
podido constatar que la sensorialidad es un valor añadido a considerar. Si bien es un arma
peligrosa, ya que no todos los consumidores tienen los mismos gustos, es el primer paso de una
vía lógica hacia el diseño sensorial, no sólo en los alimentos sino en todos los productos de
consumo. Por tanto, es importante que las empresas se planteen cómo responder a las
expectativas emocionales del consumidor.

Ingeniería, marketing, diseño sensorial Nacen así aplciaciones como la ingeniería, el diseño y
el marketing sensorial, es decir, la metodología para la formulación y el diseño de productos
basándose en las expectativas sensoriales del consumidor hacia el producto que va a escoger. Y su
exponente más innovador es el concepto japonés conocido como kansei, sobre el que están ya
trabajando miembros de la Universidad Politécnica de Valencia, como Miguel Ángel Artacho y que
se define, según palabras Artacho, Alcántara y Cloquell,5«como la habilidad humana para construir
imágenes a partir de la estimulación y expresarlas, viéndose afectadas por las emociones y el
conocimiento».5
Así, tras una etapa en la que las tendencias de diseño se basaban únicamente en la competencia,
la funcionalidad y el precio, irrumpen conceptos como la ingeniería Kansei, bajo cuya perspectiva,
el hecho de diseñar se puede considerar como una vía de modelar la percepción social de un
producto. Y, en este sentido, tiene mucho que decir el marketing sensorial Los aspectos
sensoriales permiten identificar nuevas oportunidades de mercado y proporcionan un liderazgo
para el desarrollo de producto, destacándose en este entorno la importancia de construir puentes
entre las investigaciones sensoriales y de mercado. Éstas han permitido detectar que, en la
elección de un producto, el consumidor muestra un enorme interés hacia valores intangibles. Todo
ello lleva a un nuevo ámbito de aplicación: las ciencias del consumidor se han abierto a la
sensorialidad.

Nuevos productos, nuevas fronteras: la evolución de la percepción Nace un nuevo concepto de


producto, en el que su genoma cobre una gran importancia. Construir un árbol genealógico del
producto, fragmentar su diseño en sus mínimos componentes funcionales que satisfagan al
consumidor y analizar las unidades funcionales de su diseño que han conformado un producto de
éxito.
Estamos, pues, identificando las nuevas fronteras de las ciencias sensoriales, que durante unos 50
años han englobado básicamente aspectos de evaluación sensorial y de percepción,
principalmente en laboratorios de tecnologías de alimentos,6 y que ahora pasar a integrar expertos
en diseño del producto para satisfacción del consumidor. Es inevitable reflexionar sobre el hecho
que el cerebro humano ha aprendido, en el curso de la evolución, a sacar partido de sus
capacidades perceptivas e intelectuales para crear unas necesidades emocionales que configuran
un entorno deseado, y traducirlo en deseos a aplicar en el diseño del medio en el que se halla
inmerso.

Los neurocientíficos del McGovern Institute for Brain Research han descubierto que,
en concreto, cuando nos fijamos en algo, las neuronas de la corteza prefrontal del cerebro se
encienden al unísono y envían señales a la corteza visual para que ésta haga lo mismo.
De esta manera, se generan en el cerebro ondas de alta frecuencia que oscilan entre estas
dos regiones cerebrales, espacialmente separadas entre sí.

Las ondas generadas, que son conocidas como oscilaciones gamma, ya habían sido
asociadas con la percepción, la atención, el aprendizaje y la conciencia. Estas ondas se
producen cuando los conjuntos de neuronas emiten señales eléctricas a una velocidad
aproximada de unas 40 veces por segundo.

Según explica el director de la investigación, Robert Desimone, que actualmente dirige el


McGovern Institute for Brain Research, “estamos especialmente interesados en las
oscilaciones gamma de la corteza prefrontal porque esta región provoca influencias de ida y
vuelta sobre otras partes del cerebro”.

“Sabemos que la corteza prefrontal se ve afectada en personas con esquizofrenia, con


trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y otros trastornos cerebrales, y
que las ondas gamma también se alteran en estas condiciones. Nuestros resultados sugieren
que una sincronía neuronal alterada en la corteza prefrontal del cerebro podría interrumpir
la comunicación entre esta región y otras áreas cerebrales, produciendo percepciones,
pensamientos y emociones alteradas”, señala el científico.
Desimone explica lo que supone la sincronía neuronal utilizando la siguiente analogía: una
fiesta abarrotada de gente, que se reparte por diversas habitaciones, hablando sin parar en
todas ellas.

Si la gente comienza a levantar la voz aleatoriamente, el ruido de la fiesta aumenta. Sin


embargo, sin un grupo de personas en una habitación comienza a cantar al unísono, la
gente de la habitación contigua tendrá más probabilidades de escucharlas. Si, además,
responde cantando como ellos, las dos habitaciones pueden comunicarse.

En el estudio aparecido en Science, Desimone buscó patrones de sincronía neuronal en dos


“habitaciones” del cerebro relacionadas con la atención: el campo ocular frontal (que se
encarga de los movimientos conjugados de los ojos, controla los movimientos oculares
voluntarios, y es independiente de estímulos visuales), situado dentro de la corteza
prefrontal; y la región V4 de la corteza visual.

Esta región V4 se encarga del procesamiento del color, recibe información visual desde
otras áreas visuales, y retransmite dicha información visual hacia áreas infotemporales y
parietales.

Dichos patrones de sincronía neuronal fueron buscados en dos monos macacos


previamente entrenados para que mirasen múltiples objetos desplegados en una pantalla, y
para que se concentrasen en uno de ellos al recibir una señal.

Los científicos registraron la actividad neuronal del campo ocular frontal (corteza
prefrontal) y de la región V4 (corteza visual) de los monos, tanto cuando éstos prestaban
atención a determinados objetos como cuando los ignoraban.

Así, descubrieron que cuando los monos atendían al objeto designado, las neuronas de
ambas áreas mostraban un fuerte incremento en su actividad. Entonces, como si estuvieran
conectadas, las oscilaciones establecidas en cada una de las áreas comenzaban a
sincronizarse entre sí.

Desimone y sus colaboradores analizaron el cronometraje de la actividad neuronal y


descubrieron que la corteza prefrontal se activaba en primer lugar por la atención, seguida
por la corteza visual, como si la primera ordenase a la región visual que atendiese.

El desajuste temporal entre la actividad neuronal en estas áreas durante cada ciclo de ondas
(de entre 8 y 13 milisegundos, según Science) reflejó la velocidad a la que las señales viajan
de una región a otra, indicando asimismo que ambas regiones del cerebro se comunican la
una con la otra.

Desimone sospecha que este patrón de oscilación no es únicamente característico de la


atención, sino que podría representar también un mecanismo más general de comunicación
entre diversas partes del cerebro.
Los hallazgos realizados en los cerebros de los monos respaldan las especulaciones que
señalan que la sincronía gamma permite que extensas regiones del cerebro puedan
comunicarse rápidamente unas con otras, lo que tiene importantes implicaciones para la
comprensión y el tratamiento de trastornos como la esquizofrenia, la discapacidad visual o
el déficit de atención.

Según Desimone, estos resultados ayudarían a “pensar cómo se deben estudiar y tratar
dichos trastornos encontrando maneras de restaurar los ritmos gamma en las regiones del
cerebro afectadas”.

Los científicos han estudiado durante más de 50 años las ondas gamma. Por ejemplo,
en otro estudio reciente del MIT, el científico Li-Huei Tsai y sus colaboradores
indujeron dichas ondas con luz láser aplicada, directamente, al cerebro de ratones, con el
fin de analizarlas.
Aplicando una novedosa tecnología conocida como optogenética, que combina la ingeniería
genética con la luz para manipular la actividad de células nerviosas individuales, esta
investigación ayudó a explicar cómo son producidas las ondas gamma por el cerebro, y el
papel de éstas en las funciones cerebrales.

Así, se reveló que las oscilaciones gamma reflejan la actividad sincrónica de una gran red de
neuronas interconectadas, y que dichas oscilaciones estarían controladas por una clase
específica de células inhibidoras conocidas como interneuronas de pico rápido, explicaron
los científicos.

Activando mediante la optogenética dichas interneuronas los científicos indujeron ondas


gamma en el cerebro de los ratones, demostrando así por primera vez que es posible inducir
un estado específico cerebral activando un tipo de célula específica. El experimento
demostró asimismo que los ritmos de estas ondas regulan el procesamiento de las señales
sensoriales, lo que respalda la idea de que la sincronía de las ondas gamma son clave en el
control de la percepción de los estímulos. Los Sentidos: Los Sentidos
Cinestésicos
y Vestibulares. Son el mecanismo fisiológico de la percepción, y
permiten percibir lo que está a nuestro alrededor, así como
determinados estados internos del organismo. Aunque
tradicionalmente se hablaba de cinco sentidos, hoy en día se
distinguen más, si bien los investigadores no se ponen totalmente de
acuerdo en cuanto a su número y clasificación.

El estudio y clasificación de los sentidos se lleva cabo por muchas


ciencias, sobre todo las neurociencias, la psicología cognitiva y la
filosofía de la percepción.

El ser humano posee 5 sentidos basicos los cuales son:

• Sentido de la vista • Sentido del olfato


• Sentido del gusto • Sentido del oído
• El Sentido del tacto DEFINICIÓN DEL SENTIDO CINESTÉSICOS
Capacidad que permite ser consciente del movimiento muscular y de
la postura. El sentido cinestésico ayuda a controlar y coordinar
actividades, como pararse, caminar, pasear, agarrar un objeto y
hablar.

El sentido cinestésico y el sentido vestibular nos informan del


movimiento de nuestro cuerpo y del mantenimiento de la postura
corporal. Proporcionan una orientación permanente en las tres
dimensiones del espacio. FUNCIONAMIENTO
DEL SENTIDO CINESTÉSICO Los receptores que producen las
sensaciones cinestésicas son: FUNCIONAMIENTO
DEL SENTIDO CINESTÉSICO La cinestesia incluye las sensaciones que
provienen de la posición y del movimiento de las diferentes partes del
cuerpo. A través de esta sensación, obtenemos información acerca
del movimiento, la postura, el nivel de esfuerzo y el grado de tensión
muscular. DEFINICIÓN DEL SENTIDO VESTIBULAR El sistema vestibular
responde a los movimientos del cuerpo a través del espacio y los
cambios de posición de la cabeza. En conjunto con el sistema
propioceptivo, mantiene el tono muscular, coordina automáticamente
el movimiento de los ojos, cabeza y cuerpo, manteniendo un campo
visual estable y es fundamental en la percepción del espacio y en
orientación del cuerpo en relación a éste. Integrantes:
Atención, Kathia
Duncan, Johan
Quiroz, Ashlee
Sosa, Carlos Panamá, 21 de Febrero del 2.013 Materia
Psicología Publicitaria Profesor:
Lic. Gabriel Velásquez Los Nuevos sentidos Cinestesicos
y Vestibulares-. Los órganos tendinosos de Golgi Los corpúsculos de
Pacini Terminaciones
nerviosas Es un órgano receptor sensorial propioceptivo situado
específicamente en los tendones de los músculos esqueléticos
(próximo a la unión musculotendinosa). El órgano tendinoso de Golgi
Los corpúsculos de Pacini Los corpúsculos de Pacini son uno de los
cuatro tipos de mecanorreceptores que existen: en concreto, son
receptores sensoriales de la piel que responden a las vibraciones y la
presión mecánica. Sistema Vestibular y Cinestésico Vídeo Ejemplo del
Equilibrio. FUNCIONAMIENTO DEL SENTIDO VESTIBULAR Algunos
estímulos fisiológicos que activan esta sensación son: la rotación del
cuerpo, el cambio de posición de la cabeza con relación al mismo,
movimientos ondulatorios y de aceleración, algunos estímulos
visuales en movimiento (el efecto de éstos últimos muestra la
relación que existe entre el sentido vestibular y la visión). APARATO
VESTIBULAR ¿Donde se da el funcionamiento del SENTIDO
VESTIBULAR? El sistema vestibular o también llamado aparato
vestibular esta relacionado con el equilibrio y el control espacial.

Está formado por dos ensanchamientos: el utrículo y el sáculo, ambos


informan de la posición de la cabeza en relación con el suelo.

Sobre los cilios de sus células sensoriales se hallan unos pequeños


cristales de carbonato cálcico llamados otolitos. Sus células
sensoriales generan impulsos que llegan hasta el cerebelo, lo que nos
permite mantener el equilibrio a pesar de que realicemos
desplazamientos, giros o aceleraciones. Estímulos Visuales en
Movimiento. Vídeo #1 Vídeo #2 1-. Conductos
Semicirculares 2-. Utrículo 3-. Saco
Endolinfático 4-. Conducto
Endolinfático 5-. Sáculo 6-. Cóclea APARATO VESTIBULAR
PERTURBACIONES VESTIBULARES La disfunción de este sistema se
expresa en: tono muscular disminuido, deficiencias en el equilibrio, en
la actividad motriz y en los movimientos automáticos.

Aparecen también dificultades en el registro de la información visual,


en el seguimiento visual de objetos en movimiento, en el cruce de
línea media, en la convergencia, en la transcripción de la pizarra al
cuaderno y en la percepción visoespacial. Además se observa pobre
integración bilateral, organización lateroespacial, coordinación
derecha-izquierda y especialización hemisférica. También se observa
hiperactividad y distractibilidad por falta de modulación e
inestabilidad emocional.

Por deficiencia de irrigación u otras causas, provocan vértigos y


trastornos del equilibrio que se caracterizan porque aumentan con la
supresión del control visual. Estos trastornos pueden detectarse al
cerrar los ojos. Los 3 Ejes o Planos del Cuerpo Humano Se podría decir
que este sentido, es en parte, lo más importante del la propiocepción;
este sentido, depende de los propioceptores ubicados en las
articulaciones y músculos, los cuales envían un mensaje
electromagnético que viaja hasta la corteza somatosensorial en los
lóbulos parietales del cerebro. Este sistema depende de los órganos
vestibulares, los cuales están integrados por tres canales
semicirculares y dos órganos otólitos, situados en las partes óseas del
cráneo y en ambos oídos internos.

Los mensajes que este sentido nos proporciona, viaja a diferentes


partes del cerebro para combinarse con la información que
proporcionan los demás sentidos como la visión y el sentido
cinestésico y así poder aportar la debida orientación al cuerpo. Dichos
Sentidos son muy importante para nosotros. La forma en que el
sentido cinestésico y el sentido vestibular nos controlan y pueden
afectar nuestra conducta o movimiento, estos pueden ser diferente
de lo que los demás las perciben, ya que cada sentido sensorial de las
personas envía información diferente, si la comparamos con otras
personas observando lo mismo, pero adecuada a lo que nuestro
cerebro capta según lo que estos sentidos le indiquen y la información
que estos le envíen. Introducción Los sentidos han sido, desde el
principio de los tiempos, una forma de sobrevivencia, los sentidos,
nos ayudan a tener conciencia de lo que es el mundo. a pesar de que
todas las percepciones que tengamos, no son registros directos del
mundo que nos rodea, sino que se construyen internamente
siguiendo las reglas innatas y construcciones impuestas por las
capacidades del sistema nervioso. ¿Qué son los Sentidos? Según lo
antes expuesto, ¿Cree usted
que los sentidos Cinestésicos y
Vestibulares son iguales? ¿Donde funciona o se aplica el Sentido
Vestibular? ¿Qué controla el Sentido Cinestésico?

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