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La ecuación cúbica
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1. Esto no quiere donde p y q son no negativos. Igual que Diofanto, los matemáticos del
decir que los
matemáticos no siglo xvi, incluyendo a Del Ferro, evitaban los coeficientes negativos
supieran calcular, en sus ecuaciones.1 Resolver esta ecuación parece un paso insuficiente
digamos, 7 – 5. La para resolver la cúbica general pero, con el descubrimiento de un in-
distinción está genioso truco, la solución de Del Ferro es general. Con lo que Del
entre la utilización Ferro se topó de alguna manera es que la solución de la cúbica redu-
del signo menos cida puede escribirse como la suma de dos términos, esto es, podemos
para denotar una expresar la incógnita x como x = u + v. Sustituyendo esto en la cúbica
resta (que sí la
comprendían) y reducida, desarrollando y agrupando términos resulta que
para denotar un u3 + v3 + (3uv + p)(u + v) = q.
número menor
que cero o nada Esta única ecuación, que se ve bastante complicada, puede reescri-
( lo que resultaba birse como dos afirmaciones individualmente menos complicadas:
misterioso). Así,
5 – 7 debería ser un 3uv + p = 0,
problema, ya que
la respuesta –2 no que implica
tuvo ningún u3 + v3 = q.
sentido en la mente
de un matemático ¿Cómo supo todo esto Del Ferro? El matemático polaco-america-
sino hasta no Mark Kac (1914-1984) respondió esta pregunta con su famosa dis-
comienzos del tinción entre el genio común y el genio mágico: “Un genio común es
siglo xvi. Menos alguien tan bueno como podríamos serlo usted o yo si tan sólo fuéra-
dos era llamado a
veces el defecto de mos muchas veces mejores. No hay misterio sobre cómo funciona su
dos, y tal vez las mente. Una vez que entendemos qué hizo, nos sentimos seguros de
implicaciones que nosotros también podríamos haberlo hecho. Es diferente con los
peyorativas de este magos… el trabajo de su mente permanece incomprensible a todos
término revelan nuestros intentos y propósitos. Aun después de que entendemos lo que
qué tan incómodos ha hecho, el proceso por el cual lo realizaron continúa completamente
hacían sentir los a oscuras.” La idea de Del Ferro fue propia de un mago.
números negativos
a los matemáticos. Resolviendo la primer ecuación para v en términos de p y u, y sus-
tituyendo la solución en la segunda ecuación, obtenemos
2. Si te preguntas
p3
por qué estoy u6 − qu3 − 27 = 0.
ignorando la raíz
negativa, eso es De entrada esta ecuación de grado 6 puede parecer un gran paso atrás,
bueno. Deberías
preguntártelo. La pero de hecho no lo es. La ecuación es, sí, de sexto grado, pero también
raíz negativa es es una cuadrática en u3. Entonces, usando la fórmula para resolver cua-
perfectamente dráticas, bien conocida desde los tiempos de los babilonios, tenemos
válida pero, si la
utilizas a partir de q q2 p3
este punto en el u3 = 2 ± 4 + 27 ,
análisis, encontrarás
exactamente la
misma respuesta o, utilizando sólo la raíz positiva,2
que obtendrás con
la raíz positiva. q q2 p3
u = 3 2 + 4 + 27 .
Inténtalo y verás.
q q2 p3
v = 3 2 − 4 + 27 .
q q2 p3 q q2 p3
x = 3 2 + 4 + 27 + 3 2 − 4 + 27 .
3
Alternativamente, y como −1 = −1, en el segundo término de esta
expresión se puede sacar un factor –1 de la raíz para producir la fór-
mula equivalente
q q2 p3 q q2 p3
x = 3 2 + 4 + 27 − 3 − 2 + 4 + 27 .
x3 = px + q,
donde otra vez p y q son no negativos. Sin embargo, esto es completa-
mente innecesario, ya que, en realidad, en ninguna parte de la resolu-
ción de x3 + px = q utilizó la positividad de p y q. Es decir, esta supo-
sición inicial no tiene importancia, y se planteó explícitamente sólo
por una injustificada aversión de los matemáticos de esa época hacia
los números negativos.
Esta desconfianza respecto de los números negativos parece extra-
ñísima a los matemáticos e ingenieros actuales gracias a que ya están
acostumbrados a utilizarlos y han olvidado la confusión que les provo-
caron en sus primeros años escolares. De hecho, aún hoy encontramos
adultos inteligentes pero sin formación técnica que siguen experimen-
tando estas confusiones, como lo ilustra la siguiente copla frecuente-
mente atribuida al poeta W. H. Auden:
q q2 p3 q q2 p3
x = 3 2 + 4 + 27 − 3 − 2 + 4 + 27 .
x = 3 10 + 92 − 3 −10 + 92 = 3.4377073,
Un desafío apresurado
3. Una informativa
e interesante
dor en el mundo era capaz de hacerlo—. Como quiera que sea, el des-
biografía de la cubrimiento de Tartaglia, combinado con su habilidad para realmente
sensacional vida de resolver x3 + px2 = q (él no había estado alardeando), le permitió final-
Cardano es el viejo mente derrotar a Fior. Cada uno propuso al otro treinta problemas:
pero aún mientas que Fior no pudo resolver ninguno de los de Tartaglia, Tarta-
recomendable glia resolvió todos los de Fior.
libro de Oystein
Ore, Cardano, the
Gambling Scholar.
Vale la pena leer El secreto se difunde
sobre cualquier
hombre que tenga Todo esto es bastante extraño, pero la historia se pondrá aún mejor.
un intelecto lo Igual que Del Ferro, Tartaglia mantuvo su nuevo conocimiento para sí
suficientemente mismo, tanto por las razones que mencionamos antes como porque
moderno como quería publicar las soluciones para ambos tipos de cúbicas en un libro que
para resolver la
cúbica y todavía
pensaba escribir algún día (nunca lo hizo). Cuando las noticias de su
tan medieval como victoria sobre Fior se difundieron, pronto llegaron a oídos de Girola-
para hacer el mo Cardano (1501-1576). A diferencia de Fior, Cardano era un intelec-
horóscopo de tual sobresaliente que, entre muchos otros talentos, incluía el ser un
Cristo, por lo cual matemático extremadamente bueno.3 La curiosidad intelectual de
fue llevado a Cardano se disparó al saber que Tartaglia conocía el secreto para la cú-
prisión en 1570, bica reducida, y le rogó a Tartaglia que se lo revelara. Tras varias nega-
acusado de herejía.
tivas iniciales, Tartaglia finalmente cedió y le dijo a Cardano la regla,
4. Una traducción pero no su derivación, para calcular soluciones —y esto sólo después
al inglés del Ars de obligarlo a jurar que lo mantendría en secreto.
Magna, a cargo de Cardano no era un santo, pero tampoco un sinvergüenza. Casi con
T. Richard Witmer, seguridad tuvo toda la intención de respetar su juramento de silencio,
fue publicada en pero entonces comenzó a escuchar versiones según las cuales Tartaglia
1968 por The mit no había sido el primero en resolver la cúbica reducida. Y cuando fi-
Press, y la siguiente
cita (p. 8) es la nalmente vio los trabajos de Del Ferro que habían sobrevivido, Carda-
primera de tres no no se sintió obligado a mantener su silencio. Cardano redescubrió
menciones de la solución de Tartaglia por sí mismo y luego la publicó en su Ars mag-
Cardano a na (“El gran arte” del álgebra, en oposición al arte menor de la aritmé-
Tartaglia: “En tica) de 1545.4 En este libro les dio a Tartaglia y a Del Ferro el crédito
nuestros mismos específico que merecían, pero incluso así Tartaglia se sintió defrauda-
días Scipione del do y lanzó en su contra una tormenta de reclamos, acusándolo de pla-
Ferro de Bologna
resolvió el caso del gio y aun de cosas peores. No voy a continuar aquí con esta parte de
cubo y la primera la historia, porque no tiene ninguna relación con �, excepto para
potencia igual a agregar que el temor de Tartaglia de perderse la fama efectivamente
una constante, un estaba justificado. Pese a que él y Del Ferro tenían prioridad como los
logro muy verdaderos descubridores, en forma independiente, de la solución de la
elegante y cúbica reducida, desde el Ars magna en adelante ésta se conoce como
admirable. Como “fórmula de Cardano”.
este arte supera
toda la sutileza y la Cardano no era un ladrón intelectual (quienes plagian no recono-
perspicacia de un cen el trabajo ajeno) y de hecho mostró cómo extender la solución de
talento mortal y es la cúbica reducida a todas las cúbicas. Éste fue un logro mayor en sí
un don mismo, y se debe por completo a Cardano. La idea es tan original
como fue la primera ocurrencia de Del Ferro. Carda- verdaderamente celestial y una muy
no comenzó con la cúbica general: clara muestra de la capacidad de la
mente humana, quienes se dediquen
x3 + a1x2 + a2x + a3 = 0 por sí mismos a esto creerán que no
hay nada que no puedan entender.
y luego utilizó el cambio de variables Emulándolo, mi amigo Niccolò
1 Tartaglia de Brescia, no deseando ser
x = y − 3 a1. superado, resolvió el mismo caso
cuando se involucró en un concurso
Sustituyendo esto en la cúbica general, desarrollando con su alumno [de Scipione], Antonio
y agrupando los términos, obtuvo Maria Fior, y, movido por mis muchas
súplicas, me lo dio.” Difícilmente éstas
y3 + a2 − 31 a12 y = − 27
2 a3 + 1 a a − a . son las palabras de un hombre que se
1 3 1 2 3 roba el trabajo de otro, y debería
mencionar que hay evidencia de que
Esto es, obtuvo la cúbica reducida y3 + py = q, con antes de 1390, en Florencia, al menos
dos matemáticos italianos cuyas
1
p = a2 − 3 a12 , identidades no se conocen se
acercaron a la resolución de la cúbica.
2 a3 + 1 a a − a .
q = − 27
En realidad, puede que alguien se haya
1 3 1 2 3 anticipado a Del Ferro y a Cardano, si
bien no está claro que alguno de ellos
La cúbica reducida obtenida así puede resolverse conociera los trabajos anteriores.Véase
ahora con la fórmula de Cardano. Por ejemplo, si co- Franci y Toti Rigatelli, “Towards a
mienzas con x3 – 15x2 + 81x – 175 = 0 y haces después History of Algebra from Leonardo of
el cambio de variables x = y + 5, obtendrás Pisa to Luca Pacioli”.
1
p = 81− 3 (15)2 = 6,
2 1
q = − 27 (−15)3 + 3 (81)(−15) − (−175) = 20,
con lo cual y3 + 6y = 20. Más arriba resolví esta ecuación, con lo que
obtuve que y = 2. Así, x = 7 es la solución de la cúbica, como un rápido
cálculo manual lo confirma.
Por lo tanto, parece que el problema de la ecuación cúbica final-
mente ha sido liquidado, y todo está en orden. Pero no es así, y Carda-
no lo sabía. Recordemos la solución de x3 = px + q:
q q2 p3 q q2 p3
x = 3 2 + 4 + 27 − 3 − 2 + 4 + 27 .
10 – x eran las dos partes, ecuación que tiene las raíces complejas 5 + −15
5 + −15 y 5 − −15 —que Cardano llamó sofísticas porque no podía asig-
narles una interpretación física—. La suma es evidentemente 10, por-
que las partes imaginarias se cancelan, pero ¿qué ocurre con el produc-
to? Cardano audazmente escribió “de todas maneras vamos a operar”
y calculó formalmente
(5 + )( )
−15 5 − −15 = (5)(5) − (5) −15 + (5) −15 − −15 −15
= 25 + 15
= 40.
Como dijo Cardano de este cálculo, “Dejando de lado la tortura
mental implicada” en hacer eso, es decir, en manipular −15 como si
fuera cualquier otro número, todo lo demás funcionaba bien. Pese a
todo, aunque no tenía miedo de manejar estos números, está claro, a par-
tir de la lectura de sus siguientes palabras, que tenía algunas reticencias:
“Así progresa con argucias la aritmética, cuyo fin, como ya se ha dicho,
es tan refinado como inútil.” Pero lo que realmente lo dejó perplejo fue
el caso en el que aparecían tales raíces cuadradas de números negativos
en la fórmula para ecuaciones cúbicas que sólo tenían raíces reales.
Para ver qué quiero decir con esto, consideremos el problema tratado
por el ingeniero y arquitecto italiano Rafael Bombelli (1526-1572), un
continuador de los trabajos de Cardano. Bombelli tenía fama entre sus
contemporáneos de ser un hombre práctico que sabía cómo secar te-
rrenos pantanosos, pero hoy es famoso por haber sido un experto en
álgebra que explicó qué era lo que estaba sucediendo en realidad con
la fórmula de Cardano. En su Algebra de 1572, presentó la cúbica
x3 = 15x + 4 y, con apenas pensarlo un poco, verás que x = 4 es una so-
lución. Entonces, dividiendo o factorizando el polinomio, puedes ver
fácilmente que las otras soluciones son x = −2 ± 3. Esto es, las tres so-
luciones de la cúbica son reales. Pero mira lo que nos da la fórmula de
Cardano con p = 15 y q = 4. Como q2/4 = 4 y p3/27 = 125, entonces
3 3 3 3
x = 2 + −121 − −2 + −121 = 2 + −121 + 2 − −121.
La fórmula de Cardano da una solución que es la suma de dos raíces
cúbicas de dos números complejos conjugados (si este término te re-
sulta extraño, deberías leer el apéndice a), y puedes pensar que si algo
no es real entonces será tan “complejo” como eso, ¿verdad? Error. Car-
dano tampoco se dio cuenta, y con evidente frustración llamó “irredu-
cibles” a las cúbicas en las cuales aparecía un resultado tan extraño, y no
3u 2 −v − v −v = −121.
La gran revelación que tuvo Bombelli consistió en ver que esta ex-
traña expresión que daba la fórmula de Cardano para x era real, pero
estaba expresada en una forma poco familiar (véase el recuadro 2 para
entender geométricamente lo que ocurre con las cúbicas irreducibles).
Esta revelación no vino con facilidad. Como escribió Bombelli en su
Algebra, “Fue una idea alocada, según la opinión de muchos; y yo tam-
bién opiné eso durante mucho tiempo. Todo el asunto parecía basarse
más en sofismas que en la verdad. Pero busqué largo rato, hasta que fi-
nalmente demostré que era así.” Aquí está cómo lo hizo, comenzando
por la observación de que, si la fórmula de las soluciones de Cardano
3 3
era real, entonces 2 + −121 y 2 − −121 debían ser complejos con-
5
5. En nuestros días, jugados, es decir, si a y b son dos números reales a determinar, donde
un estudiante de 3
matemáticas, 2 + −121 = a + b −1,
ciencias o
3
ingeniería podría 2 − −121 = a − b −1,
encontrar obvia
esta afirmación. entonces tenemos x = 2a, que ciertamente es un número real. La pri-
Esto es, dado mera de estas dos afirmaciones dice que
cualquier número
complejo, su 2 + −121 = (a + b −1)3 .
conjugado es el De la identidad (m + n)3 = m3 + n3 + 3mn(m + n), con m = a y n = b�,
número donde tenemos
todas las
apariciones de (a + b�)3 = a3 – b3� + 3ab�(a + b�)
� = i se cambian
por –� = –i. = a3 – b3� + 3a2b� – 3ab2
= a(a2 – 3b2) + b(3a2 – b2)�.
Si esta expresión compleja es igual al número complejo 2 + −121, en-
tonces las partes reales e imaginarias por separado deben ser iguales, y
por lo tanto llegamos al siguiente par de condiciones:
a(a2 – 3b2) = 2,
b(3a2 – b2) = 11.
Si asumimos que tanto a como b son enteros (no existe ninguna justi-
ficación a priori para esto, pero siempre tenemos la libertad de probar
algo y ver adónde nos conduce), entonces tal vez veas que a = 2 y b = 1
funciona para ambas condiciones. También hay otras maneras de obte-
ner esta condición con más formalidad. Por ejemplo, nota que 2 y 11
son primos, pregúntate qué enteros son factores de un número primo
y observa que, si a y b son enteros, entonces también lo son a2 – 3b2 y
3a2 – b2. Sin embargo, para nuestros propósitos aquí, es suficiente com-
probar que
3
2 + −121 = 2 + −1,
3
2 − −121 = 2 − −1,
f ( x ) = x3 − px − q
M2
x
O
− p /3 + p /3
−q
M1
1 b
x = 2a cos 3 cos−1 2a
o, en términos de p y q,
p 1 3 3q
x = 2 3 cos 3 cos−1 .
2 p p
Para que x sea real, el argumento de cos–1 no debe ser mayor que
uno, es decir, 3 3q ≤ 2 p3/2 . (Más adelante, en el capítulo 6, discutiré qué
ocurre cuando la magnitud del argumento en la función inversa del
coseno es mayor que 1.) Pero fácilmente se ve que esta condición es
equivalente a q2/4 – p3/27 ≤ 0, que es precisamente la condición que
define el caso irreducible. Observa que en la fórmula de Viète no apa-
recen cantidades imaginarias, a diferencia de lo que ocurre en la fór-
mula de Cardano.
¿Funciona la fórmula de Viète? Como prueba, recordemos la cúbica
de Bombelli x3 = 15x + 4, con p = 15 y q = 4. La fórmula de Viète nos da
1 12 3
x = 2 5 cos 3 cos−1 .
30 15
Esta expresión de aspecto bastante aterrador puede evaluarse fácil-
mente con una calculadora de mano, lo que nos dará x = 4, que es co-
rrecto. Esta raíz se encuentra tomando cos−1 (12 3 / 30 15 ) = 79.695°.
Pero un rápido dibujo de la función coseno mostrará que los ángulos
280.305° y 439.695° son igualmente válidos. Evaluando x para estos
dos ángulos obtendremos las otras dos raíces reales: –0.268 y –3.732, es
decir, −2 ± 3. Sin embargo, el propio Viète no les prestó atención a las
raíces negativas. Y para otra comprobación rápida, consideremos el
caso especial cuando q = 0. Entonces, x3 – px = 0, que por inspección
tiene las tres raíces reales x = 0, x = ± p . Esto es, x = p es la única raíz
positiva. La fórmula de Viète nos da, para q = 0,
p 1 p
x = 2 3 cos 3 cos−1 (0) = 2 3 cos(30°),
Un curioso redescubrimiento
cómo […] una cantidad puede ser real cuando se utilizan números ima-
ginarios o imposibles para expresarla.” Encontraba esto tan asombroso
que, tras su muerte, entre muchos trabajos no publicados, se encontra-
ron muchas expresiones de ésas, como si continuamente hubiera estado
calculándolas. Por ejemplo, al resolver las cúbicas x3 – 13x – 12 = 0 y x3 –
48x – 72 = 0, respectivamente, llegó al descubrimiento adicional de que
3 6+ 1225 1225
− 27 + 3 6 − − 27 = 4
y
3
−36 + −2800 + 3 −36 − −2800 = 6.
La “realidad” de estas expresiones literalmente “complejas” hoy sería
considerada trivialmente obvia por un buen estudiante de álgebra de la
escuela secundaria. Tal ha sido el progreso matemático en la compren-
sión de �. En realidad, utilizando el concepto de números conjuga-
dos, hoy sabemos que la gráfica de cualquier función f (x) contiene, en
sus propiedades geométricas, todas las raíces de la ecuación f (x) = 0,
reales y complejas. Permíteme concluir este capítulo mostrándote
cómo es eso, en particular, para cuadráticas y cúbicas.
debe tener dos raíces iguales, o sea una doble. Ahora, en general,
2 p ± 4 p2 − 4( p2 + q2 − )
x̂ = 2 ,
y, para tener raíces dobles, el radical debe ser cero. Esto es,
4p2 – 4( p2 + q2 – λ) = 0
o λ = q2. Esto es, la recta tangente AT tiene pendiente q2 = TM/AM. El
valor de x̂ es entonces, a partir de su expresión general, x̂ = p = OM.
Así que, para hallar todas las raíces de la cúbica, necesitas dibujar
y = f (x) y entonces:
y = f (x )
1] obtén la raíz real calculando OA
(= k);
2] coloca una regla usando a A
como pivote y acomódala hasta T
que apenas toque la función gra-
ficada (“localizando” así a T );
3] calcula TM y AM, y calcula x
O A M
luego
TM
q= ;
AM
4] calcula OM para obtener p;
5] las dos raíces imaginarias son
p + iq y p – iq. Figura 5. Una ecuación cúbica con una sola raíz real.