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← Trastornos de la boca y de los dientes
← Trastornos gastrointestinales
← Trastornos del hígado y de la vesícula biliar
114 . Biología del hígado y de la vesícula biliar
115 . Diagnóstico trastornos del hígado y vesícula biliar
116 . Manifestaciones clínicas de enfermedades hepáticas
117 . Hígado graso, cirrosis y enfermedades afines
118 . Hepatitis
119 . Trastornos vasculares del hígado
120 . Tumores hepáticos
121 . Alteraciones vesícula biliar
← Trastornos del riñón y de las vías urinarias
← Trastornos de la nutrición y del metabolismo
← Trastornos hormonales
← Trastornos de la sangre
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← Problemas de salud en la infancia
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Sumario
CAPITULO 116
Las enfermedades hepáticas pueden
manifestarse de formas muy diversas. Los
Manifestaciones clínicas de
síntomas particularmente importantes incluyen la
Ictericia
Síntomas
En la ictericia, la piel y los ojos se vuelven amarillentos. La orina suele tomar un color oscuro, ya
que la bilirrubina se excreta a través de los riñones. Pueden aparecer otros síntomas,
dependiendo de la causa que provoca la ictericia. Por ejemplo, la inflamación del hígado
(hepatitis) puede causar falta de apetito, náuseas, vómitos y fiebre. La obstrucción del flujo de la
bilis puede producir los mismos síntomas que la colestasis.
Diagnóstico y tratamiento
El médico se basa en los análisis de laboratorio y en los exámenes morfológicos para determinar
la causa de la ictericia. Si se trata de una enfermedad del propio hígado, una hepatitis vírica, por
ejemplo, la ictericia irá desapareciendo a medida que el proceso se resuelva. Si el problema es
una oclusión de un conducto biliar, se practica, tan pronto como sea posible, una intervención
quirúrgica o una endoscopia (procedimiento que utiliza un tubo óptico flexible que permite la
utilización de accesorios quirúrgicos), a fin de permeabilizar el conducto biliar afectado.
Colestasis
Síntomas
La ictericia y la orina oscura son dolencias que se producen ante una concentración excesiva de
bilirrubina en la piel y en la orina, respectivamente. Las heces suelen estar descoloridas debido a
la carencia de bilirrubina en el intestino. También pueden contener demasiada grasa (esteatorrea)
debido a que la bilis no llega al intestino para ayudar a la digestión de la grasa alimentaria. Esta
carencia de bilis en el intestino también implicará que el calcio y la vitamina D no se absorban de
forma adecuada. Si la colestasis persiste, la insuficiencia de estos nutrientes puede producir una
descalcificación ósea, lo cual provoca dolores y fracturas. Las sustancias necesarias para la
coagulación de la sangre tampoco se absorben correctamente, provocando una tendencia a
sangrar fácilmente.
La retención de los productos derivados de la bilis en la circulación sanguínea puede causar
prurito (con el consiguiente daño de la piel por rascado). Una ictericia prolongada debida a la
colestasis produce en la piel un color barroso y depósitos grasos amarillos. La causa subyacente
de la colestasis determina si la persona presenta otros síntomas, como dolor abdominal, pérdida
de apetito, vómitos o fiebre.
Diagnóstico
Para determinar si se trata de una causa propia del hígado, el médico puede preguntar sobre los
síntomas de la hepatitis, la ingestión excesiva de alcohol, o los fármacos administrados
recientemente que puedan provocar la colestasis. La presencia de pequeños capilares en forma
de araña visibles en la piel (arañas vasculares), un bazo aumentado de tamaño o la presencia de
líquido en la cavidad abdominal (ascitis) son señales de deterioro de las células hepáticas. Si la
causa es ajena al hígado, el paciente puede experimentar escalofríos, dolor en las vías biliares o
en el páncreas y un aumento de tamaño de la vesícula biliar, que puede ser detectado por la
exploración directa del médico, así como mediante el uso de exámenes morfológicos.
Habitualmente en las personas con colestasis, la concentración en la sangre de una enzima
denominada fosfatasa alcalina es muy elevada. Un análisis de sangre en el que se mida la
cantidad de bilirrubina puede ser un buen indicador de la gravedad de la colestasis, pero no de su
causa. La ecografía, la tomografía computadorizada (TC) o ambas son exámenes que casi
siempre se realizan si los resultados de los análisis son anormales y ayudan al médico a
distinguir entre una enfermedad hepática y una oclusión de los conductos biliares. Si se
considera que la causa puede estar en el propio hígado, se puede practicar una biopsia
(extracción de una parte del tejido para su examen al microscopio), que generalmente
determinará el diagnóstico. Si la causa parece originarse en una oclusión de los conductos
biliares, se suele ordenar un examen de endoscopia (utilizando un tubo óptico flexible) para
establecer la naturaleza exacta de la oclusión.
Tratamiento
Una obstrucción del flujo de bilis en el exterior del hígado suele tratarse con cirugía o mediante
una endoscopia terapéutica (exploración con un tubo óptico flexible, con accesorios quirúrgicos).
Una obstrucción en el interior del hígado puede tratarse de varias maneras, según sea la causa
que la provoca. Si la causa probable es un fármaco, éste debe suprimirse. Si la obstrucción se
debe a una hepatitis, a medida que ésta sigue su evolución la colestasis y la ictericia, por lo
general, desaparecen.
Para aliviar el prurito puede administrarse colestiramina por vía oral. Este fármaco se fija a
ciertos productos biliares en el intestino, impidiendo su resorción y produciendo la consecuente
irritación de la piel. A menos que el hígado esté gravemente dañado, la administración de
vitamina K puede mejorar la coagulación de la sangre. Suelen administrarse también suplementos
de calcio y de vitamina D si la colestasis es persistente, aunque no resultan muy eficaces para la
prevención de las enfermedades de los huesos. El paciente puede necesitar un suplemento de
triglicéridos en caso de que se encuentre una desmesurada excreción de grasa en las heces.
Hipertensión portal
La hipertensión portal se define como una presión arterial anormalmente alta en la vena porta,
una vena de gran calibre que lleva la sangre desde el intestino al hígado.
La vena porta recibe la sangre que viene de todo el
intestino, del bazo, del páncreas y de la vesícula biliar.
Después de entrar en el hígado, la sangre se reparte por
pequeños canales que lo recorren. Cuando la sangre sale
Hipertensión portal
del hígado, desemboca en la circulación general a través de
1. Dirección del flujo normal que proviene de la
la vena hepática.
vena esplénica (a) y de las venas intestinales
Existen dos factores que pueden aumentar la presión en los
(b), confluyendo hacia la vena porta (c).
vasos sanguíneos del sistema portal: el volumen de sangre
2. Debido a la cirrosis del hígado, hay una
que fluye a través de éstos y el incremento de la resistencia
resistencia al flujo normal de la sangre a nivel
al paso de la sangre a través del hígado. En los países
de la porta, y de manera retrógrada, a nivel de
occidentales, la causa más frecuente de hipertensión portal
la vena esplénica y las venas intestinales.
es el incremento de la resistencia a la circulación sanguínea
provocada por la cirrosis.
La hipertensión portal conduce al desarrollo de venas
(denominadas vasos colaterales) que conectan el sistema
portal a la circulación general, sin pasar por el hígado. A
causa de este desvío, las sustancias de la sangre que
normalmente filtra el hígado se introducen directamente en
la circulación sanguínea general. Los vasos colaterales se
desarrollan en puntos específicos, el más importante de los
cuales es el extremo inferior del esófago. Allí los vasos se
congestionan y se vuelven tortuosos, es decir, se
transforman en venas varicosas (denominadas varices esofágicas). Estos vasos congestionados
son frágiles y con tendencia a producir hemorragias, a veces graves. Otros vasos colaterales
pueden desarrollarse alrededor del ombligo y del recto.
Síntomas y diagnóstico
La hipertensión portal provoca frecuentemente un aumento de volumen del bazo. Una cierta
cantidad de líquido puede salir del hígado y acumularse en la cavidad abdominal ocasionando así
su distensión, un proceso denominado ascitis. Las venas varicosas situadas en el extremo inferior
del esófago y en el estómago, sangran fácilmente y a veces de forma masiva. Las venas
varicosas del recto también pueden sangrar, aunque este caso es menos frecuente.
Por lo general, el médico puede palpar un bazo
agrandado a través de la pared abdominal. El
líquido retenido en el abdomen puede detectarse
debido al aumento de volumen del mismo y
también por el sonido sordo que se percibe al
darle golpes ligeros (percusión). La ecografía y
las radiografías proporcionan información
considerable acerca de la hipertensión portal. La
ecografía puede emplearse para examinar la
circulación sanguínea en los vasos del sistema
porta y para detectar la presencia de líquido en el
abdomen. La tomografía computadorizada (TC)
también puede utilizarse para examinar la
dilatación de las venas. La presión del sistema
porta puede medirse directamente insertando una
aguja en el hígado o en el bazo a través de la
pared abdominal.
Tratamiento
Ascitis
Síntomas y diagnóstico
Tratamiento
La terapia básica para el tratamiento de la ascitis es el reposo total y una dieta con poca sal,
generalmente combinada con fármacos denominados diuréticos, que ayudan a los riñones a
excretar más líquido por la orina. Si la ascitis dificulta la respiración o la alimentación, el líquido
puede extraerse con una aguja, un procedimiento llamado paracentesis terapéutica. El líquido
tiende a acumularse de nuevo en el abdomen salvo si la persona toma diuréticos. A menudo,
grandes cantidades de albúmina (la principal proteína del plasma) se pierden en el líquido
abdominal, por lo que esta proteína debe administrarse por vía intravenosa.
En raras ocasiones se desarrolla una infección en el líquido ascítico sin razón aparente,
especialmente en pacientes con cirrosis alcohólica. Esta infección se denomina peritonitis
bacteriana espontánea y se trata con antibióticos.
Encefalopatía hepática
Síntomas y diagnóstico
Los síntomas de la encefalopatía hepática son el resultado de una función cerebral alterada,
especialmente una incapacidad de permanecer consciente. En las primeras etapas, aparecen
pequeños cambios en el pensamiento lógico, en la personalidad y en el comportamiento. El humor
puede cambiar, y el juicio puede alterarse. A medida que avanza la enfermedad, aparece
somnolencia y confusión y los movimientos y la palabra se hacen lentos. La desorientación es
frecuente. Una persona con encefalopatía puede agitarse y excitarse, pero no es lo usual.
Tampoco son frecuentes las convulsiones. Finalmente, la persona puede perder el conocimiento y
entrar en coma.
Los síntomas debidos a la alteración de la función cerebral en una persona con una enfermedad
hepática aportan información importante para su diagnóstico. El aliento puede tener un olor
dulzón; además, al extender los brazos no consigue mantener las manos inmóviles, presentando
un temblor notorio.
Un electroencefalograma (EEG) puede ayudar al diagnóstico precoz de una encefalopatía. Aun en
los casos leves, se observan ondas cerebrales anormales. En general, los análisis de sangre
muestran concentraciones anormalmente altas de amoníaco.
Tratamiento
El médico busca y trata de eliminar todas las causas desencadenantes, como por ejemplo una
infección o la ingestión de algún medicamento. También trata de eliminar las sustancias tóxicas
presentes en los intestinos, suprime las proteínas de la dieta y administra hidratos de carbono por
vía oral o intravenosa para que sirvan como fuente principal de energía. Un azúcar sintético
(lactulosa) administrado por vía oral proporciona tres ventajas: modifica la acidez en el interior
del intestino, cambiando así el tipo de flora bacteriana presente, disminuye la absorción de
amoníaco y actúa como laxante (también pueden administrarse enemas evacuadoras).
Ocasionalmente, el paciente puede tomar neomicina (un antibiótico) en vez de lactulosa; este
antibiótico reduce la cantidad de bacterias intestinales que normalmente participan en la digestión
de las proteínas.
Con el tratamiento, la encefalopatía hepática mejora casi siempre. De hecho, una recuperación
completa es posible, especialmente si la encefalopatía se produjo por una causa controlable. Sin
embargo, en los comas graves provocados por una inflamación aguda del hígado, la
encefalopatía es mortal en más del 80 por ciento de los casos a pesar de la prescripción de un
tratamiento intensivo.
Insuficiencia hepática
Síntomas y diagnóstico
Una persona con insuficiencia hepática suele presentar ictericia, tendencia a sangrar, ascitis,
alteración de la función cerebral (encefalopatía hepática) y una salud precaria generalizada.
Otros síntomas frecuentes son cansancio, debilidad, náuseas y falta de apetito.
Las manifestaciones clínicas por sí mismas ya son muy indicativas de la existencia de una
insuficiencia hepática. Los análisis de sangre muestran una grave alteración de la función
hepática.
Pronóstico y tratamiento
Introducción
Referencias
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Introducción.-
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1. Ácido ursodesoxicólico:
4. Trasplante hepático
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1. Acido ursodesoxicólico
2. Fármacos inmunomoduladores
Hace años se postuló que el metotrexato podría ser útil (53), pero en
un estudio controlado doble ciego no se observaron efectos
favorables en comparación con el placebo (54). También se ha
ensayado la pentoxifilina en un estudio piloto en el que se incluyó a
20 pacientes, en el cual se constató la ausencia de efectos favorables,
tanto en la clínica como en la bioquímica hepática (55). Debido a que
la nicotina tiene ciertos efectos beneficiosos en la colitis ulcerosa, se
ha probado su potencial eficacia en la colangitis esclerosante. Los
resultados de un estudio piloto han sido negativos (56).
Los pacientes con estenosis biliar única pueden ser tratados con
dilatación o con la colocación de una prótesis en el interior de la vía
biliar. Puede realizarse mediante endoscopia, pero la utilización de la
vía percutánea transhepática puede reducir la incidencia de episodios
de colangitis ascendente (57). En este sentido, en cuatro estudios se
ha demostrado la eficacia de este procedimiento. En un ensayo no
controlado, la dilatación endoscópica seguida de tratamiento con
AUDC se observó una mayor supervivencia si se compara con la
esperada en un grupo de pacientes no tratados (58). A pesar de
estos resultados, se aconseja reducir en lo posible la manipulación
endoscópica o quirúrgica de la vía biliar, ya que estos procedimientos
incrementan el riesgo de colangitis ascendente y pueden complicar un
futuro trasplante hepático.
6. Trasplante hepático
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Cuando hay una fractura vertebral que suele ser muy dolorosa, y en
ocasiones invalidante es adecuado el tratamiento sintomático,
además de suplementos de calcio. Generalmente el dolor se resuelve
con reposo, colocación de un corsé no rígido y analgesia que se
puede conseguir con paracetamol más codeína (3 comprimidos al día)
o tramadol (100-150 mg/día) por vía oral. Si el dolor no cede con
estas medidas, o bien es muy intenso, pueden utilizarse medidas
analgésicas más enérgicas, como los opiáceos. También puede
ensayarse la administración de calcitonina por su acción analgésica.
Se administra por vía nasal, en forma de aerosol, a una dosis inicial
de 200 ui/día durante tres semanas, para luego disminuir la dosis a
100 ui/día, hasta que desaparezca la clínica.
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Referencias.-
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ND: no determinada
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Figura 1. Cambios histológicos de los pacientes con cirrosis biliar primaria que recibieron ácido ursodesoxicólico o
placebo (referencia 10).
E: Estadio ; IP: inflamación portal; NPP: necrosis parcelar periférica; NL: necrosis lobulillar; PD: proliferación ductular;
COL: colestasis . * p<0.05; ** p<0.06
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Figura 2. Probabilidad de supervivencia de los pacientes con cirrosis biliar primaria y buena respuesta bioquímica al
año de tratamiento con ácido ursodesoxicólico. No hay diferencias significativas en comparación a la supervivencia
estimada en la población general de la misma edad y sexo (referencia 20).
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Figura 3. Probabilidad de supervivencia de los pacientes con cirrosis biliar primaria sin buena respuesta bioquímica al
año de tratamiento con ácido ursodesoxicólico. Hay una mejoría significativa de la supervivencia si se compara con la
supervivencia estimada según el índice de riesgo de la Clínica Mayo, pero una supervivencia significativamente menor
que la estimada en la población general de la misma edad y sexo (referencia 20).
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Figura 4. El tratamiento combinado con ácido ursodesoxicólico y metronidazol se asocia a una mejoría histológica y
colangiográfica en los pacientes con colangitis esclerosante primaria (referencia 46).
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RECOMENDACIONES DE PRÁCTICA
CLÍNICA
RESUMEN
Se distingue entre colestasis intra y extrahepática, según donde se localice la alteración al flujo biliar.
En el primer caso la localización puede estar situada en cualquier punto entre el citoplasma de los
hepatocitos y los conductos biliares de mediano calibre (100-400µm). En las colestasis extrahepáticas
la lesión obstructiva se encuentra en los conductos biliares grandes. En la mayoría de los casos es
debido a litiasis o a tumores pancreato-biliares, incluyendo ampulomas o adenopatías hiliares (1).
1. Un grupo de estas causas se engloba bajo la denominación de síndromes de los conductos biliares
evanescentes. Los más frecuentes son(Fig. 1):
A. La cirrosis biliar primaria (CBP). La CBP se caracteriza por inflamación portal, necrosis del
epitelio biliar y destrucción de los conductos biliares interlobulares y septales. El 90% de los
pacientes son mujeres, de entre 40 y 65 años (2). En el 95% de los pacientes se detectan anticuerpos
contra un antígeno de la membrana interna de la mitocondria (AMA), del complejo piruvato-
deshidrogenasa (CPD), llamado E2. También se han encontrado asociados a la CBP, los autoantígenos
gp210, p62, Sp100 y PML (3,4). Aunque la mayoría de los datos sugieren que la CBP es secundaria a
una alteración de la inmunorregulación, su patogenia es incierta y no hay evidencia de que los
anticuerpos antimitocondriales intervengan directamente en la lesión hepática. Se ha postulado una
etiología infecciosa, ya que la proteína E2 está presente también en algunas bacterias y levaduras que
colonizan a menudo las vías urinarias de las mujeres (3).
B. La colangitis esclerosante primaria (CEP) es también un síndrome colestásico crónico, de
etiología desconocida y caracterizado por la obliteración fibrosa progresiva del árbol biliar, intra y
extrahepático. Aparece típicamente en varones, siendo la edad media de 40 años (5). La mayoría de
los pacientes tienen una enfermedad inflamatoria intestinal (6). Se postulan mecanismos patogénicos
no inmunes (bacteriemia portal, virus, tóxicos o isquemia) y genéticos e inmunológicos. Entre el 26-
85% de los pacientes presentan anticuerpos contra el citoplasma perinuclear de neutrófilos (p-ANCA)
(4).
C. La colangitis autoinmune describe un grupo específico de pacientes en los que existen criterios
clínicos y bioquímicos de colestasis e histología compatible con CBP, pero con negatividad de los
anticuerpos AMA. Hasta en un 95% de los casos existen anticuerpos ANA y/o ASMA, y se han
descrito anticuerpos contra un subtipo de la anhidrasa carbónica (CA-II), enzima presente en el
epitelio del conducto biliar de los pacientes (7,8). Debe hacerse diagnóstico diferencial con los
síndromes de solapamiento (CBP/ HAI y CEP/HAI).
D. La ductopenia idiopática del adulto afecta predominantemente a adultos jóvenes. Existen datos
clínicos y bioquímicos de colestasis y el hallazgo en la biopsia hepática de desaparición de los
conductos biliares, septales e interlobares, en más del 50% de los tractos portales (9,10).
Otros cuadros en los que existe también alteración en los conductos biliares intrahepáticos (11) son:
F. La enfermedad injerto contra huésped (EICH), donde la diana principal son los conductos biliares
de pequeño tamaño (12),
2. En muchas ocasiones la colestasis está relacionada con tóxicos hepáticos o trastornos metabólicos:
A. Colestasis inducida por fármacos y hormonas. Es frecuente en pacientes de edad avanzada. Los
fármacos pueden producir daño hepático, habitualmente mediante un mecanismo inmunoalérgico. En
ocasiones la lesión puede evolucionar hacia la ductopenia, remedando morfológicamente a la CBP
(14,15). Aunque casi cualquier fármaco puede producir colestasis, algunos están implicados con
mayor frecuencia(Tabla II).
B. Colestasis del embarazo. Existen dos tipos de trastornos durante el embarazo asociados a
colestasis: la hiperemesis gravídica y la colestasis intrahepática del embarazo (16).
C. Nutrición parenteral total. El mecanismo por el que la NPT puede causar colestasis es múltiple: la
administración de soluciones concentradas de glucosa y aminoácidos disminuyen el flujo biliar; el
ayuno disminuye la excreción de ácidos biliares; el sobrecrecimiento bacteriano; y la posible
coexistencia de infecciones y toxicidad por fármacos (11).
A. En las hepatitis virales se asocian colestasis prolongadas por VHA, VHB y CMV. Hasta un 20%
de los pacientes trasplantados por hepatitis crónica B desarrollan colestasis progresiva que evoluciona
hacia el fallo hepático, denominado hepatitis colestásica fibrosante (17).
B. La colestasis puede ser un rasgo dominante tanto en la hepatitis autoinmune como en la hepatitis
alcohólica.
6. Infiltración hepática. Algunas enfermedades pueden producir colestasis intrahepática por depósito
en el parénquima hepático, o por infiltración tumoral. Un tercio de los pacientes con amiloidosis
primaria tienen evidencia clínica o bioquímica de afectación hepática, secundaria a los depósitos de
amiloide en las áreas periportales, aunque sólo un 5% de los pacientes presenta ictericia marcada (1).
El siguiente será la realización de una ecografía abdominal para la exclusión de patología biliar
extrahepática. En el caso de detectar dilatación de la vía biliar, si la obstrucción de la vía biliar
extrahepática es cuestionable o existe baja probabilidad de intervencionismo terapéutico, deberá
realizarse una CPRM. Por el contrario, si las posibilidades de terapéutica biliar son altas, se debe
completar el estudio mediante CPRE o CTPH. Cuando la ictericia es fluctuante y de baja intensidad
(generalmente <12 mg/d), existe dolor abdominal y fiebre o antecedentes de cólicos biliares, el
diagnóstico más probable es coledocolitiasis. Por el contrario, si la ictericia es indolora, progresiva e
intensa (BT>12 mg/dl), existe alto riesgo de encontrar patología maligna.
En caso de no existir antecedentes de interés ni datos de imagen de obstrucción biliar, las siguientes
investigaciones deberán incluir una bioquímica completa con perfil férrico, cobre, alfa1-antitripsina,
serología viral y screening de autoanticuerpos no órgano específicos [antinucleares (ANA), anti
músculo liso (ASMA) y antimitocondriales (AMA)] (3).
La existencia de AMA positivos a un título mayor de 1/80 en una mujer de edad media con datos
analíticos de colestasis apunta al diagnóstico de CBP. En la mayoría de los casos el diagnóstico se
realiza tras el hallazgo casual de un aumento de la fosfatasa alcalina sérica y/o de anticuerpos
antimitocondriales (21). El diagnóstico se basa en los siguientes criterios: a) fosfatasa alcalina sérica
elevada al menos dos veces el valor normal; b) presencia de AMA positivos; y c) biopsia hepática con
lesiones ductales biliares floridas (no necesaria si existen datos clínicos/bioquímicos de colestasis y
positividad de los AMA en pacientes de mediana edad y sexo femenino) (22).
Si los AMA son negativos estará indicada la realización de una CPRM o CPRE para descartar la
existencia de una CEP (4).
Si durante el estudio, tanto los autoanticuerpos como la colangiografía son negativos, los hallazgos de
la biopsia hepática pueden orientarnos hacia una CEP de pequeño ducto o una ductopenia idiopática
del adulto. El diagnóstico diferencial incluirá también otros trastornos como hepatitis virales,
hepatotoxicidad por fármacos, colestasis intrahepática recurrente benigna o enfermedades sistémicas,
como linfoma, sarcoidosis o amiloidosis. Existe una “escala diagnóstica de lesiones hepáticas
inducidas por fármacos drogas” (23) de utilidad en el diagnóstico de las lesiones hepáticas de
etiología tóxica.
El prurito leve puede responder al tratamiento con colestiramina de 4 a 16 gramos diarios v.o., esta
resina de intercambio aniónico, secuestra las sales biliares intestinales e inespecíficamente sustancias
pruritógenas que son eliminadas con las heces interrumpiendo su circulación enterohepática (24). Sus
principales efectos secundarios son, estreñimiento, malabsorción de grasas y vitaminas liposolubles e
interferencia con la absorción de digoxina, warfarina, propranolol, tiazidas y tiroxina; por lo que esta
medicación debe ser administrada 1 hora antes o 4 horas después de la colestiramina.
El fenobarbital se ha utilizado a dosis única nocturna creciente hasta un máximo de 100 mg. Debido a
su efecto sedante, no debe administrarse durante el día ni a pacientes con encefalopatía hepática. Los
ensayos clínicos incluyen un número de pacientes pequeño y su eficacia es inferior a la rifampicina
(32). Por lo que su uso no se puede recomendar en la actualidad.
El enzimoinductor flumecinol, a dosis de 600 mg/día durante tres semanas ha demostrado un ligero
beneficio sobre el placebo en el tratamiento del prurito de la colestasis (33).
Los antagonistas opioides como la naloxona i.v. (0,2 µg/kg/minuto x 24 horas), el nalmefene oral (60-
120 mg/día) y la naltrexona oral (50 mg/día) alivian el prurito de la colestasis (30-32). Estos
resultados indican que la administración oral de nalmefene puede ser efectiva, si bien no existen
ensayos clínicos controlados que confirmen esta posibilidad.
Aunque existen estudios no controlados con pequeño número de pacientes que indican la mejoría del
prurito con fototerapia con luz ultravioleta (UV-B), plasmaféresis de gran volumen, el dispositivo
MARS (molecular absortion and recirculating system) y andrógenos, como la metil-testosterona, la
eficacia de estas modalidades terapéuticas es dudosa y no se recomiendan para el prurito que no
responde a los fármacos convencionales.
Se han comunicado con un número muy reducido de casos, mejoría del prurito con ondansetrón, un
antagonista serotoninérgico 5-HT3 (37,38). Recientemente, se ha demostrado un efecto superior en el
alivio del prurito de la colestasis, aunque muy modesto frente a placebo (39).
El trasplante hepático está indicado en los casos de prurito incapacitante, que no responden a otras
medidas, produce una rápida resolución del prurito y cura la enfermedad subyacente (17).
TRATAMIENTO DE LA MALABSORCIÓN
Las consecuencias clínicas del déficit de vitaminas liposolubles se recogen en la tabla III. En el caso
de la vitamina A, se recomienda la administración de 50.000 UI cada 15 días. Es conveniente
monitorizar periódicamente sus niveles para prevenir la hipervitaminosis A, que provoca astenia,
letargia, molestias abdominales, anorexia, descamación cutánea, alopecia, hipertensión intracraneal y
hepatotoxicidad. Se deben administrar a estos pacientes suplementos de calcio (1.500 mg al día) y
vitamina D (266µg de 25-hidroxi-colecalciferol cada una o dos semanas). Es necesaria una
monitorización cuidadosa para comprobar la eficacia del tratamiento y para prevenir la
sobredosificación de vitamina-D que produce hipercalcemia e hipercalciuria.
A diferencia de la población pediátrica, sólo una minoría de adultos con colestasis y niveles bajos de
vitamina-E presentan síndrome neurológico de déficit de vitamina-E, que consiste en neuropatía
periférica, degeneración cerebelosa, alteración en los movimientos oculares y retinopatía. Se
recomienda administrar vitamina E: 100-200-400 UI/día ante la posibilidad de un beneficio aún no
reconocido, sobre todo en pacientes con signos o síntomas neurológicos de etiología incierta.
TRATAMIENTO DE LA OSTEOPENIA
Debe realizarse una densitometría cuando se diagnostica una enfermedad colestásica crónica y
posteriormente cada dos años. Para preservar la densidad ósea se recomienda la realización de
ejercicio regular, exposición moderada a la luz solar, ingerir alimentos ricos en calcio y evitar el
tabaco. Si la osteoporosis es evidente, se aconseja tratamiento con bifosfonatos. La administración
cíclica de etidronato (400 mg/d durante dos semanas) en periodos de tres meses durante dos años,
evita la pérdida de masa ósea en estas pacientes (41), aunque un estudio reciente no ha encontrado
mejoría (42). Recientemente, el alendronato, a diferencia del etidronato, produjo un aumento de la
densidad mineral ósea en un tratamiento durante 2 años (43).
Los pacientes con enfermedades colestásicas avanzadas, en estadio cirrótico, pueden desarrollar
síntomas y signos de fallo hepático, como ascitis, peritonitis bacteriana espontánea, encefalopatía
hepática sangrado por varices esofágicas. El manejo es similar al empleado en otras etiologías de fallo
hepático.
TRATAMIENTO DE LA ASTENIA
Algunos resultados preliminares sugieren que el tratamiento con ondansetrón (4 mg/8 h v.o.)
disminuye la astenia en estos pacientes (45). El mecanismo podría estar relacionado con un efecto
central en la neurotransmisión serotoninérgica.
En el caso de la cirrosis biliar primaria (CBP) se han ensayado los esteroides, la azatioprina, la
ciclosporina, el metotrexato, la D-penicilamina, la colchicina, el micofenolato y el bezafibrato, sin
que el número de pacientes incluidos sea grande o el beneficio clínico observado sea consistente. La
eficacia del ácido ursodeoxicólico (AUDC) se ha estudiado a dosis de 8-15 mg/kg/día por periodos de
3 meses a 5 años en 16 ensayos clínicos controlados, con un total de 1.422 pacientes. El resultado se
ha resumido recientemente en un meta-análisis y una revisión sistemática del grupo Cochrane
hepatobiliar (46,47). No se encontró efecto beneficioso en la mortalidad, OR: 0,94; IC 95% (0,60-
1,48), ni en el trasplante hepático, OR 0,83; IC 95% (0,52-1,32) ni sobre ambos, OR: 0,9; IC 95%
(0,65-1,26). Tampoco se encontró beneficio sobre el prurito, la astenia, la albúmina sérica ni la
protrombina. Sin embargo, se redujo la ascitis, la ictericia, la bilirrubina sérica y las transaminasas. El
análisis del subgrupo con enfermedad más avanzada o que recibió tratamiento más prolongado, no
varió los resultados. Están en marcha estudios con dosis mayores de AUDC. Dado que este fármaco
se asocia con pocos efectos secundarios y posiblemente ejerza un efecto beneficioso sobre la
histología y algunos parámetros clínico-analíticos, es el tratamiento actual más utilizado (48).
El trasplante hepático está indicado en los pacientes con CBP con bilirrubina >6 mg/dl, signos de
hipertensión portal (ascitis, encefalopatía, hemorragia digestiva) o que desarrollan hepatocarcinoma
(40).
En cuanto a la ductopenia idiopática del adulto, aunque el AUDC puede mejorar la bioquímica, no
existen estudios suficientes para recomendarlo (54). En el resto de las colestasis hay que instaurar el
tratamiento específico, como los inmunosupresores en la EICH y en el rechazo del trasplante
hepático, la quimioterapia en la enfermedad de Hodgkin y la retirada del fármaco potencialmente
hepatotóxico en las colestasis de origen farmacológico (55).
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INTRODUCCIÓN
Su médico le habrá explicado que sufre Vd. una colestasis crónica, que consiste
esencialmente en una disminución o dificultad de su hígado para eliminar hacia su
intestino la bilis y su contenido, que es rico en diversas sustancias. No necesariamente
ha de tener coloración amarillenta en su piel o mucosas. La consecuencia principal es la
retención de una serie de productos que pueden originar picor en la piel, que suele ser
peor por la noche. También puede presentar pérdida de grasas por las heces (en
ocasiones), y dificultad de paso (disminución de la absorción) a la sangre de una serie
de vitaminas, que denominamos liposolubles (solubles en las grasas), que si sus niveles
sanguíneos son bajos es recomendable reponerlas.
TRATAMIENTO
Medidas generales
Debe llevar una vida normal, siendo beneficiosa la actividad . Haga ejercicio.
Recomendamos tomar el sol; debe ingerir diariamente entre ½ y 1 litro de leche
( el médico le indicará si desnatada o no). No tome alcohol. No fume.
No use anticonceptivos orales. No tome medicaciones innecesarias ni preparadas
de herboristería. Antes de comenzar con cualquier medicación, consúltenos.
Si está Vd. ictérico (color amarillo de la piel), restringirá la grasa de la dieta a
4050 gr al día aproximadamente ( vease la sección de consejos dietéticos: dieta
de pancreatitis ). Dentro de estas dietas bajas en grasas recomendamos:
alimentos a la plancha, cocidos o al horno; legumbres, hortalizas, cereales y frutas
; leche y yogur desnatados ; carne de pollo y pavo ( si se toman otras carnes,
eliminar la grasa); los pescados blancos en general y los de menos grasa son el
lenguado y el rodaballo. Evitará en la dieta: embutidos, quesos grasos muy
curados, bollería, pastelería, salsas, cremas y empanadas.
Si se restringe la grasa de la dieta, recomendamos que tome como
complemento módulos lipídicos (MCT WANDER ACEITE
®
, LIQUIGEN
®
,
MCT MÁS ESENCIALES CN
®
, MODULO NUTRICIONAL MCT
®
,
MODULO MCT
®
) 1 cucharada sopera 4 veces al día. Se puede mezclar con
zumo de frutas o utilizarlo para cocinar. Si lo toma en polvo : 30 gr./ día
repartidos, en agua u otro líquido. Esta medicación, a altas dosis, le puede
provocar aumento de la diarrea.
I
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Page 2
Tratamiento del prurito ( picor de piel )
Medidas locales
Evitar frío y calor intenso
No llevar prendas de fibra sintética ni apretada.
Loción Sartol ( 23 veces al día sobre la piel) o Nivea mentolada ( 23 veces al
día sobre la piel).
Medicaciones : Su médico le indicará cual (
) de los siguientes ha de tomar,
así como su dosis. Incluso en ocasiones, comprobará que puede tomarlos en
combinación :
Lismol
®
( Colestiramina, sobres de 4 gr.): tomará 1 sobre antes del
desayuno, 1 después del desayuno, y otro repartido antes y después de la
comida. El máximo al día son 6 sobres. Puede mezclarlo con zumo de
frutas. No tomarlos con ninguna otra medicación (espere 2 horas para
tomar otros medicamentos). Si le produce estreñimiento, tome un laxante
incrementador del bolo intestinal (1 sobre / 12 h) como Cenat
®
o Plantaben
®
. Si Vd. no tiene vesícula es mejor que la mayor cantidad la tome a la hora
de acostarse. Su efecto no es inmediato: suele tardar 2 4 días. En ocasiones
puede producir distensión del vientre, nauseas y malestar abdominal.
Colestid
®
( Colestipol, sobres de 5 gr.): se toma igual que el Lismol, y
puede tolerarse mejor. La dosis puede oscilar entre 15 y 30 gramos.
Ursochol
®
, Ursobilane
®
o Ursolite
®
(Acido Ursodeoxicólico, 150 mg por
comprimido): si pesa 60 kg , tomará 5 comprimidos / día, si pesa 80 kg, 6
compr./ día ; y siempre la mayor cantidad o todo en la cena.
Rimactan
®
(Rifampicina,300 mg por comprimido). La dosis es 10 mg / kg /
día en una toma .
Antihistaminicos: Se pueden asociar a los 3 primeros .Si el picor es
nocturno, tomarlo antes de acostarse:
Triludan
®
(60 mg por compr.): tomará 1 comp./12h ( su médico podrá
subirle la dosis hasta 1 compr/8h); tiene efecto sedante.
Atarax
®
(25 mg por comp): tomará 1 compr/12h ( su médico podrá
subirle la dosis hasta 1 compr/6h); tiene efecto sedante.
Benadril
®
Luminal
®
(Fenobarbital, 100 mg por comp): tomará 2 comp (3 mg/kg)
durante 34 días; luego ½ 1 comprimido por la noche.
Como sedante recomendamos preparados de oxazepam o lorazepam 1 comp/
noche ( no los tome todas las noches)
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Vitaminas y minerales
Si su enfermedad se prolonga o pierde mayor cantidad de grasas por las heces o
está muy amarillo puede ocurrir que el nivel sanguíneo de las vitaminas
liposolubles ( A, D , E y K) disminuya, aunque raramente se acompañe de
síntomas.
Su médico en estos casos, le solicitará unos análisis para conocer estos niveles
directa o indirectamente y si están bajos ( y en el caso de la vitamina K la
actividad de Protrombina está prolongada) le recomendará su administración
por vía oral (en forma hidrosoluble) o en inyecciones intramusculares. En esta
situación, este tratamiento suele ser crónico o hasta que los niveles sanguíneos se
normalicen.
No obstante, se puede recomendar Calciumsandoz Forte
®
23 comp/día (todavía
más recomendable si es mujer y está en la menopausia o está recibiendo
tratamiento con cortisona por otra razón) y Konakion
®
gotas 10 gotas /comida
del mediodía. Por favor, no tome por su cuenta , sin control, las vitaminas A y
D, porque pueden ser peligrosas para su salud . Tómelas únicamente cuando
su médico se lo indique.
Si se le diagnostica de osteoporosis, pérdida de la masa ósea que es secundaria a la
colestasis, su médico le recomendará además del Calcio oral vitamina D. Existen
otras medicaciones, (Fluoruro sódico, Etiodronato sódico, estrógenos en mujeres )
que también los puede valorar su médico, pero precisan de mayor control y
todavía hacen falta más estudios para comprobar su eficacia.. Éstos tratamientos,
pueden ayudar en disminuir la pérdida ósea que sufre.
RECUERDE
Se recomienda hacer ejercicio y tomar el sol.
Si se restringe la grasa de la dieta es necesario complementarla con
módulos lipídicos.
Únicamente tome los fármacos indicados por su médico.