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Capítulo

22

Trastornos de la personalidad
Khatharine A. Phillips, M.D.
John G. Gunderson, M.D.

Todos los clínicos encuentran pacientes con tras- magnificada por el hecho de que éstas y otras ca-
tornos de la personalidad. En general, estos pa- racterísticas de los trastornos de la personalidad no
cientes son vistos en una gran variedad de situa- son simplemente un problema que el paciente
ciones terapéuticas, tanto hospitalarias como tiene, sino que de hecho son el eje de lo que el pa-
ambulatorias. Los estudios indican que entre el ciente es.
30% y el 50% de los pacientes ambulatorios pre- Según el DSM-IV (American Psychiatric Asso-
sentan un trastorno de la personalidad (Koenisgs- ciation, 1994), los trastornos de la personalidad son
berg y col., 1985) y que el 15% de los hospitaliza- agrupaciones de rasgos inflexibles y desadaptati-
dos lo son básicamente por problemas causados por vos que causan molestias subjetivas, deterioro sig-
un trastorno de la personalidad, así como la mitad nificativo del funcionamiento social o laboral, o
del resto de hospitalizados, que también presentan ambas cosas. Estos rasgos también deben ser «mar-
comórbidamente un trastorno de la personalidad cadamente desviados» de las expectativas y nor-
(Loranger, 1990) que afecta significativamente su mas culturales aceptadas (o de la «norma»), y dicha
respuesta al tratamiento. También se ha estimado desviación debe manifestarse por lo menos en una
que los trastornos de la personalidad son relativa- de las siguientes áreas: cognitiva, afectiva, control
mente frecuentes en la población general, con una de impulsos y necesidad de gratificación, y forma
prevalencia del 10% al 18% (Reich JH, 1989; Zim- de relacionarse con los demás. Además, la desvia-
merman y Coryell, 1989; Weissman, 1993). ción se debe haber establecido de forma crónica
Los pacientes con trastornos de la personalidad desde la adolescencia o inicio de la edad adulta, y
presentan problemas que son de los más complejos debe ser invasiva —esto es, debe manifestarse a tra-
y desafiantes que los clínicos encuentran. Algunos vés de una amplia gama de situaciones, más que
pacientes pueden desear intensamente relacionar- en una situación «diana» concreta o en respuesta
se con otras personas pero su temor anticipado a ser a un estímulo particular.
rechazados les conduce a evitarlas; otros buscan in- Aunque práctica, esta definición es ambigua y
cesantemente admiración y son acaparadores de limitada. Puede, por ejemplo, ser difícil determi-
grandiosas fantasías de poder ilimitado, de brillan- nar si los rasgos de la personalidad son inflexibles,
tez, o de amor idealizado. Otros tienen un auto- o diferenciar la «desviación» de la «normalidad», o
concepto tan distorsionado que creen que personi- la enfermedad de la salud. Ser dependiente de los
fican el mal o que no existen. Esta complejidades demás, poseer hábitos de trabajo compulsivos, u
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744 TRATADO DE PSIQUIATRÍA

ofrecer resistencia pasiva a las demandas de los que otros no siguen las pautas de tratamiento, y
demás se considera excesivo o problemático de- otros de manera predecible experimentan conflic-
pendiendo hasta cierto punto del contexto perso- tos significativos sobre la mejoría.
nal, social y cultural en los que se manifiesta. Seguidamente aparecen unas consideraciones
Sin embargo, es importante que los clínicos in- clínicas generales de los trastornos de la persona-
tenten reconocer trastornos de la personalidad en lidad y una descripción de cada trastorno. Estas
sus pacientes. Primero, los trastornos de la perso- descripciones, aún cuando basadas en la tradición
nalidad causan, por definición, considerables pro- clínica, también incluyen los recientes hallazgos
blemas a las personas que los padecen. Las perso- empíricos de los trastornos de la personalidad -un
nas con estos trastornos a menudo sufren, y sus desarrollo que ha sido facilitado por el emplaza-
relaciones con las demás son problemáticas. Tie- miento de estos trastornos en un eje separado del
nen dificultad para responder de forma flexible y DSM-III (American Psychiatric Association, 1980).
adaptativa a su entorno y a los cambios y deman- Esta investigación se ha centrado en cuantiosos y
das de la vida, y carecen de capacidad para reac- variados aspectos de estos trastornos. Se han estu-
cionar bajo estrés. Además, su forma habitual de diado sus características descriptivas, anteceden-
responder tiende a perpetuar e intensificar sus di- tes familiares, curso, respuesta al tratamiento, y
ficultades. Sin embargo, estos individuos a menu- etiología, incluyendo la psicodinámica, la bioge-
do no tienen conciencia del hecho de que su per- nética y las raíces socioculturales. Esta investiga-
sonalidad les causa problemas, y por tanto pueden ción, que no cesa de crecer, está en buena parte au-
culpar a los demás de sus propias dificultades o in- mentando nuestra comprensión de estos complejos
cluso negar que ellos padezcan problema alguno. trastornos.
Los trastornos de la personalidad a menudo
también causan problemas a los demás y son cos-
tosos para la sociedad. Los individuos con trastor- CONSIDERACIONES GENERALES
nos de la personalidad generalmente tienen consi-
derables problemas familiares, escolares, laborales,
Historia de los trastornos de la personalidad
y en otros roles. Tienen un alto porcentaje de se-
paraciones, divorcios, y procesos de custodia de los Los trastornos y tipos de la personalidad han sido
hijos al igual que un incremento de la tasa de ac- descritos desde hace miles de años, como se ejem-
cidentes, visitas a urgencias, intentos de suicidio plifica en los cuatro temperamentos hipocráticos:
y suicidios consumados. En el mismo sentido, se el pesimista, melancólico; el abiertamente opti-
ha hallado que entre el 70% y el 85% de los delin- mista, sanguíneo; el irritable, colérico; y el apáti-
cuentes, entre el 60% y el 70% de los alcohólicos, co, flemático. Es interesante observar que cuando
y entre el 70% y el 90% de las personas que con- los primeros griegos teorizaban que dichos tempe-
sumen drogas manifiestan un trastorno de la per- ramentos estaban determinados por la proporción
sonalidad. relativa de los cuatro humores corporales (bilis
Finalmente, los trastornos de la personalidad negra, sangre, bilis amarilla, y la flema, respectiva-
deben ser identificados a causa de sus implicacio- mente) ya se estaban reflejando los actuales inten-
nes en el tratamiento. Estos trastornos a menudo tos por descubrir las bases biogenéticas de la per-
necesitan ser un foco de tratamiento o, por lo sonalidad. A principios de siglo XIX, psiquiatras
menos, deben ser tenidos en cuenta cuando co- como Pinel, Esquirol, Rush y Pritchard describie-
mórbidamente se está tratando un trastorno del Eje ron tipos de personalidad socialmente inadaptados
I, porque su presencia a menudo afecta el pronós- que encontraron en situaciones clínicas. Tipos más
tico y la respuesta terapéutica a dicho trastorno. específicos de la personalidad fueron descritos a ini-
Por ejemplo, los pacientes con trastornos depresi- cios del siglo XX, como por ejemplo, Janet (1901) y
vos (Black y col., 1988), crisis de angustia (Reich Freud (Breuer y Freud 1893-1895/1957) describie-
JH, 1988), y trastorno obsesivo-compulsivo (Jeni- ron los rasgos psicológicos asociados con la histe-
ke y col., 1986) a menudo responden peor a la far- ria, el precursor del trastorno histriónico de la per-
macoterapia cuando tienen comórbidamente un sonalidad. Posteriormente, en el marco de la teoría
trastorno de la personalidad. Además, y como la psicoanalítica sobre el instinto primario, Abraham
mayoría de los clínicos bien saben, las caracterís- propuso que detenerse en los tres estadios psicose-
ticas de los pacientes con trastornos de la perso- xuales del desarrollo infantil -la fase oral, anal, y
nalidad son probablemente manifestadas en la re- fálica- permitía el desarrollo de los tipos de carác-
lación terapéutica, independientemente de que el ter dependiente, obsesivo-compulsivo e histérico,
tratamiento se dirija al trastorno de personalidad respectivamente. Sin embargo, este punto de vista
o no. Por ejemplo, muchos de estos pacientes son cambió cuando la teoría del instinto primario y el
excesivamente dependientes del clínico, mientras posterior modelo psicológico del ego de la teoría
TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD 745

psicoanalítica fue gradualmente suplantado por la En el DSM-III es donde en particular se reali-


teoría de la relación de objeto, la cual propone que zaron los mayores cambios en la clasificación y
la personalidad se forma mayoritariamente en la conceptualización de los trastornos de la persona-
primera infancia a partir de las relaciones paren- lidad. Se dio un giro de la orientación psicoanalí-
tales. En este marco teórico, los rasgos de la per- tica inicial hacia una aproximación descriptiva,
sonalidad de tipo dependiente derivan de la depri- ateórica. Fueron añadidos criterios diagnósticos es-
vación parental, los rasgos obsesivo-compulsivos pecíficos, y los trastornos de la personalidad fue-
de la lucha por el poder con las figuras paternas, y ron emplazados en un eje separado, lo cual subra-
los rasgos histéricos, en parte, de la seducción y de yaba la importancia de estos diagnósticos.
la rivalidad con los padres. Los conceptos del tras- Los cambios del DSM-III-R (American Psy-
torno límite y narcisista de la personalidad tam- chiatric Association, 1987) y del DSM-IV estaban
bién se desarrollaron fuera de la teoría de la rela- dirigidos a incrementar la validez de las categorí-
ción de objeto. as de los trastornos de la personalidad incorporan-
Desde una perspectiva completamente distin- do los hallazgos provenientes de la creciente lite-
ta, en los años veinte los fenomenólogos alemanes ratura empírica. Aunque las descripciones actuales
Kraepelin (1921) y Kretschmer (1925) describieron del DSM intentan representar una síntesis óptima
los tipos de la personalidad en términos del con- entre la tradición clínica y los hallazgos empíricos,
cepto de espectro -teoría que apunta que los tipos tales descripciones probablemente continúen evo-
de personalidad son variantes relacionadas genéti- lucionando con el tiempo a medida que nuestra
camente de la paranoia y de la psicosis afectiva (las comprensión de estos trastornos se incremente.
cuales deberían ahora ser consideradas en los tras-
tornos del Eje I). Estos primeros tipos de persona-
Problemas de clasificación
lidad fueron los antecedentes de los actuales tras-
tornos paranoide, esquizotípico, ciclotímico, y A partir del DSM-III, los trastornos de la persona-
depresivo de la personalidad. Por contra, Schnei- lidad han sido agrupados en tres categorías: grupo
der (1958), otro fenomenólogo alemán, no suscri- excéntrico o extraño (esquizotípico, esquizoide, y
bió el concepto de espectro pero consideraba que paranoide); grupo temeroso o ansioso (por evita-
los trastornos de la personalidad representaban des- ción, por dependencia, y obsesivo-compulsivo), y
viaciones sociales y variantes extremas de rasgos el grupo dramático, emocional o errático (límite,
normales de la personalidad. Desarrolló el primer histriónico, narcisista y antisocial)(Tabla 22-1). A
sistema comprensivo de categorías de trastornos pesar de que estas agrupaciones se basaron origi-
de la personalidad, sistema que suministró un mo- nalmente sólo en la validez aparente, desde en-
delo para muchos de los que están contenidos en tonces han recibido cierto apoyo empírico (Kass y
el ICD-10 (World Health Organization, 1992) y en col., 1985; Zimmerman y Coryell, 1989). Sin em-
el DSM-IV. bargo, dichas agrupaciones son limitadas porque
Los trastornos de la personalidad han sido in- están basadas en similitudes descriptivas más que
cluidos en cada versión del DSM, pero sólo los tras- en similitudes acerca de la etiología o de criterios
tornos paranoide, obsesivo-compulsivo, y antiso- externos tales como la historia familiar o la res-
cial han sido «m i e m b r o s» estables del DSM. puesta al tratamiento.
Algunas categorías actuales (por ejemplo, el tras- Otro criterio de clasificación se plantea si los
torno límite de la personalidad) fueron añadidas en trastornos de la personalidad están mejor clasifica-
posteriores ediciones, mientras que otras (por ejem- dos como dimensiones o como categorías (France,
plo, el trastorno de la personalidad por inadecua- 1982; Gunderson y col., 1991a). Los trastornos de
ción) fueron eliminadas. El sustrato teórico de las la personalidad existen a lo largo de dimensiones
categorías DSM para los trastornos de la persona- que reflejan variantes extremas de la personalidad
lidad ha cambiado también con el paso del tiempo normal, o son categorías expresas cualitativamen-
(Gunderson, 1992). te diferentes y claramente desmarcadas de los ras-
El DSM-I, publicado en 1952 por la American gos de la personalidad normal y entre sí? Cada mo-
Psychiatric Association, definió los trastornos de delo tiene sus ventajas y desventajas. Por ejemplo,
la personalidad no como patrones crónicos y esta- el modelo dimensional, con su uso potencial de
bles sino como rasgos que no funcionaban bien muchos descriptores de la personalidad y su habi-
bajo situaciones estresantes y que conducían a una lidad para evaluar el grado en el cual los rasgos
conducta rígida e inadaptada. El DSM-II (American están presentes, puede cubrir rasgos problemáticos
Psychiatric Association, 1968) enfatizó que los más amplia y comprensivamente. No confina a los
trastornos de la personalidad incluían no sólo una clínicos al uso de un número limitado de categorí-
conducta socialmente desviada, sino aflicción y de- as. Además, la mayoría de los rasgos incluidos en
terioro en el funcionamiento de estos individuos. el Eje II pueden ser hallados en forma menos ex-
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TABLA 22-1. RESUMEN DE CARACTERÍSTICAS DE LOS TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD

Agrupación Modelo Característica clínica esencial Tratamiento Curso/Pronóstico

A
Extraño, Trastornos de Déficit social, ausencia de Estructuración, Estable/Pobre
excéntrico espectro relaciones cercanas rehabilitación, apoyo,
medicación

B
Dramático, Trastornos Inestabilidad social e Apoyo, exploración, Inestable/Alguna
emocional, propios interpersonal socioterapia, terapia remisión con la edad
errático individual, medicación

C
Ansioso, Trastornos Conflictos interpersonales Exploración, terapia Modificable/Bueno
temeroso dimensionales e intrapsíquicos individual, terapia grupal

trema en gente «normal». Realmente, una de las cognición, afectos, experiencia intrapsíquica e in-
fronteras en la investigación de los trastornos de teracciones interpersonales) y determinar que los
la personalidad es el desarrollo de tipos que se re- rasgos son no sólo angustiosos, deteriorantes y de
fieren a dimensiones de la personalidad halladas aparición temprana, sino también expansivos y
en poblaciones normales (Widiger, 1991). Son es- permanentes. A pesar de ello, una evaluación de
pecialmente significativas las ampliamente publi- los trastornos de la personalidad es esencial para
cadas «Cinco grandes» dimensiones: emotividad, la completa evaluación y adecuado tratamiento de
extroversión, amigabilidad, consciencia y apertu- todos los pacientes. Lo que viene a continuación
ra a la experiencia (Costa y McCrae, 1990). es un debate sobre tal evaluación y los pasos que
El modelo categorial, sin embargo, más bien re- deben darse para evitar los problemas hallados más
fleja el pensamiento de los clínicos esto es, una per- frecuentemente.
sona tiene un trastorno o no lo tiene. El uso de ca-
tegorías también resume sucintamente las
Amplitud de la evaluación
dificultades de los pacientes y facilita la comuni-
cación sobre ellos. A pesar de que el DSM-IV está Una hábil entrevista clínica psicodinámicamente
basado principalmente en el modelo categorial, dirigida es el punto de apoyo del diagnóstico de los
también incorpora en cierto modo una aproxima- trastornos de la personalidad y es particularmente
ción dimensional en el sentido de que anima a los útil si el clínico está familiarizado con los crite-
clínicos a identificar rasgos problemáticos de la rios del DSM, adopta un punto de vista longitudi-
personalidad que están por debajo del umbral para nal y usa múltiples fuentes de información. Sin
realizar cualquier tipo de diagnóstico concreto. Los embargo, debido a que una aproximación abierta
modelos de clasificación que incorporan las dos puede no cubrir adecuadamente todos los trastor-
aproximaciones, la dimensional y la categorial, nos del Eje II, puede resultar útil el uso adicional
pueden resultar finalmente más útiles a los clíni- de un instrumento para la evaluación de trastor-
cos y se han ofrecido varios de estos modelos (Gun- nos de la personalidad en forma de cuestionario o
derson, 1992). semiestructurado (por ejemplo: administrado por
Actualmente, estos y otros argumentos de cla- el entrevistador) (Tabla 22-2). Estos instrumentos
sificación están siendo debatidos e investigados, lo evalúan sistemáticamente cada criterio de trastor-
que puede cambiar la futura clasificación de los no de la personalidad mediante preguntas estanda-
trastornos de la personalidad. Sea cual sea el sis- rizadas o entrevistas. A pesar de que los instrumen-
tema que se use, es importante que sea útil a los tos autoadministrados tienen la ventaja de ahorrar
clínicos y, finalmente, que refleje lo que se sabe tiempo al entrevistador, frecuentemente originan un
acerca de la etiología de estos trastornos. diagnóstico de falso positivo y permiten la conta-
minación de los rasgos del Eje II por los estados del
Eje I (Widiger y Frances, 1987). Las entrevistas se-
Problemas de la evaluación y métodos
miestructuradas —que requieren que el entrevista-
La evaluación de los trastornos del Eje II es en cier- dor use ciertas preguntas pero permiten posterio-
to modo más compleja que la de los trastornos del res exploraciones facilitan un diagnóstico preciso
Eje I. Puede ser difícil evaluar múltiples aspectos de en diversos aspectos: permiten al entrevistador in-
la experiencia y del comportamiento (por ejemplo: tentar diferenciar los rasgos del Eje II de los estados
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TABLA 22-2. CARACTERÍSTICAS DE LAS ENTREVISTAS Y LOS INTRUMENTOS DE AUTOINFORME PARA LA EVALUACIÓN
DE TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD

Entrevista o instrumento Autor Tipo Características especiales

Structured Interview for DSM-III-R Pfohl y col., 1989 Entrevista Preguntas al paciente e informante
Personality Disorders (SIDP)

Personality Disorder Examination (PDE) Loranger, 1988 Entrevista Manual de instrucciones detallado

Structured Clinical Interview for Spitzer y col., 1990 Entrevista Sección del Eje I; Cuestionario criba
II DSM-III-R del Eje
Personality Disorders (SCID-II)

Diagnostic Interview for Personality Zanarini y col., 1987 Entrevista Mejor fiabilidad test-retest
Disorders (DIPD)

Personality Interview Questions-II (PIQ-II)Widiger, 1987 Entrevista Escala de nueve puntos para rasgos
y comportamientos

Personality Diagnostic Questionnaire- Hyler y col., 1987 Cuestionario Ítems con validez aparente
Revised (PDQ-R)

Millon Clinical Multiaxial Inventory-II Millon, 1987 Cuestionario Dimensiones psicopatológicas del
Eje (MCMI-II) I y del Eje II

Wisconsin Personality Inventory (Revised) M. Klein, 1990 Cuestionario Integra el análisis estructural del
(WPI-R) modelo de comportamiento sociala

Schedule for Normal and Abnormal Clark, 1990 Cuestionario Medidas de la personalidad normal
y Personality (SNAP) anormal

Minnesota Multiphasic Personality Morey y col., 1985 Cuestionario Basado en la combinación de ítems
Inventory (MMPI) scales for DSM-III scales for DSM-III del MMPI
personality disorders
Nota: Todos los instrumentos relacionados evalúan todo el abanico de trastornos de la personalidad. Existen otros instrumentos para evaluar
trastornos de la personalidad específicos.
a Ver Benjamin, 1974.

Fuente: Modificado de Skodol y Oldham, 1991.

del Eje I, clarificar contradicciones o ambigueda- flejan lo que la persona es —y no solamente lo que
des en la respuesta del paciente, y determinar que tiene— algunos pacientes ignoran los rasgos que
los rasgos son expansivos, o bien están limitados reflejan su trastorno o pueden no percibirlos como
a una situación específica. problemáticos. Este limitado autoconocimiento
Sin embargo, incluso con el uso de una entre- puede interferir en la evaluación de los trastornos
vista estructurada, el entrevistador frecuentemen- de la personalidad, especialmente si las preguntas
te debe usar su criterio. Por ejemplo, está un rasgo formuladas tienen implicaciones negativas o de-
determinado presente en suficientes situaciones sagradables. Este problema puede minimizarse
para ser considerado expansivo? Cuánto sufri- usando una entrevista psicodinámica, o bien con
miento o deterioro es necesario para considerar el un instrumento de evaluación semiestructurado,
criterio presente? Es una característica determi- de amplia cobertura de todos los criterios de tras-
nada de un rasgo de la personalidad o un síntoma torno de la personalidad y con el uso de múltiples
de un trastorno del Eje I (por ejemplo: un estado)? fuentes de información (por ejemplo, el historial
Otra limitación es que el acuerdo entre los instru- médico y terceras personas que conozcan bien al
mentos existentes es bastante bajo, y los instru- paciente).
mentos no indican qué trastorno en un paciente
dado es más grave, ni cuál debería ser tratado.
Estado versus rasgo
Otro problema potencial en la evaluación del tras-
Coincidencia de rasgos
torno de la personalidad es que la presencia de un
Como se ha mencionado antes, debido a que los estado del Eje I (por ejemplo: una condición psico-
trastornos de la personalidad hasta cierto punto re- patológica en un momento puntual) puede com-
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plicar la evaluación de los rasgos del Eje II (como Sesgo sexual y cultural
las características de aparición temprana y per-
A pesar de que la mayoría de investigadores sugie-
sistencia). Por ejemplo, una persona asocial, con
ren que los criterios de trastorno de la personali-
baja autoestima y falta de motivación o energía
dad están relativamente libres de sesgo sexual, los
debidas a una depresión mayor puede parecer que
entrevistadores pueden sin saberlo permitir que
sufra un trastorno de la personalidad por evita-
este sesgo afecte sus evaluaciones. Es importante
ción o dependencia, cuando estas características
por ejemplo, que los trastornos de la personalidad
de hecho reflejan el estado del Eje I. O una perso-
histriónicos, límite y dependiente sean evaluados
na hipomaníaca con síntomas de grandiosidad o
tan cuidadosamente en los hombres como en las
hipersexualidad puede parecer narcisista o his-
mujeres, y que los trastornos de la personalidad ob-
triónica. En algunos casos, la evaluación de los
sesivo-compulsivo, antisocial, y narcisista sean
trastornos del Eje II puede necesitar aplazarse
evaluados tan cuidadosamente en las mujeres
hasta que el estado del Eje I, como por ejemplo
como en los hombres. Igualmente, los entrevista-
una fuerte psicosis o manía, haya remitido. Sin
dores deben evitar sesgos culturales cuando diag-
embargo, los rasgos de la personalidad pueden ser
nostiquen trastornos de la personalidad, especial-
diferenciados con frecuencia de los estados del Eje
mente cuando evalúen rasgos como promiscuidad,
I durante un episodio del Eje I, pidiendo al pa-
suspicacia o indiferencia, que pueden tener dife-
ciente que describa su personalidad habitual fuera
rentes normas en diferentes culturas.
de estos episodios; el uso de terceras personas que
hayan observado al paciente durante tiempo y sin
el trastorno del Eje I, puede ser de utilidad para Diagnóstico de niños y adolescentes
esta tarea. Adicionalmente, una evaluación sis-
temática previa de la condición del Eje I es ines- Debido a que la personalidad de los niños y ado-
timable en términos de alertar al clínico sobre qué lescentes está todavía en desarrollo, los trastornos
rasgos del Eje II necesitarán una evaluación par- de la personalidad deben diagnosticarse con cui-
ticularmente cuidadosa. dado en este grupo de edad. De hecho es deseable
diferir este diagnóstico hasta la adolescencia avan-
zada o la temprana adultez, en cuyo momento un
Enfermedad médica versus rasgo diagnóstico de trastorno de la personalidad puede
Igualmente, es importante que el entrevistador ser apropiado si sus características aparentan ser
discierna que lo que parecen ser rasgos de la per- de expansión, estabilidad y con tendencia a la per-
sonalidad no son síntomas de una enfermedad manencia. El diagnóstico, sin embargo, puede re-
médica. Por ejemplo, arranques de agresividad sultar erróneo cuando cualquiera de las dificulta-
causados por un trastorno comicial no deben ser des específicas de esta etapa se resuelve y conforme
atribuidos a un trastorno de personalidad límite la persona madura gradualmente.
o antisocial, como tampoco las experiencias de
percepción inusual que pueden acompañar la epi-
Tratamiento
lepsia del lóbulo temporal pueden ser atribuidas
a un trastorno esquizotípico de la personalidad.
Debido a que los trastornos de la personalidad con-
Una evaluación médica y neurológica debe ser in-
sisten en actitudes profundamente arraigadas y pa-
cluida en una evaluación concienzuda del pa-
trones de comportamiento que se consolidan du-
ciente. rante el desarrollo y que han perdurado durante la
edad adulta, no pueden ser cambiados fácilmente.
Como se ha mencionado antes, los esfuerzos en el
Situación versus rasgo
tratamiento se hallan adicionalmente dificultados
El entrevistador debe discernir también que las por el grado en que los pacientes consideran sus
características de los trastornos de la personali- rasgos de personalidad como constituyentes de lo
dad sean extensivas —esto es, no limitadas a sólo que son y no de lo que tienen. Con frecuencia las
una situación o que se den en respuesta a sólo un características de personalidad que otros hallan
desencadenante específico. Igualmente, estas ca- ofensivas o que deterioran el ajuste social del in-
racterísticas deben ser duraderas más que transi- dividuo con trastorno de la personalidad, no son
torias. Preguntar al paciente por ejemplos de ras- vividas por la persona como indeseables o relacio-
gos de comportamiento, puede ayudar a clarificar nadas con su problema. Por todas estas razones, ha
si la característica está realmente presente en una habido una prudencia general acerca de la posibi-
amplia variedad de situaciones y si está expresa- lidad de tratamiento de las personas con trastor-
da en muchas relaciones. nos de la personalidad.
TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD 749

Los psicoanalistas encabezaron la esperanza de ción (Cloninger, 1987; Siever y Davis, 1991). Por
que personas con trastornos de la personalidad po- ejemplo, la investigación ha ido sugiriendo que la
dían responder a tratamiento. La concepción inicial impulsividad y la agresión pueden responder a me-
de la neurosis como un conjunto discreto de sínto- dicamentos serotoninérgicos, así como la inesta-
mas relacionados con una fase del desarrollo espe- bilidad y labilidad emocional pueden responder a
cífica o con conflictos específicos fue gradualmen- éstos y a otros antidepresivos, mientras que expe-
te sustituida por la idea de que los estilos defensivos riencias aparentemente psicóticas pueden respon-
más permanentes y los procesos de identificación, der a neurolépticos.
eran los bloques sobre los que se apoyaban los ras- El desarrollo más reciente en el tratamiento de
gos del carácter. Desde esta perspectiva, Wilhelm los trastornos de la personalidad implica estrate-
Reich (1949) y otros desarrollaron el concepto de gias cognitivo-conductuales. Dichas estrategias ge-
análisis del carácter y análisis defensivo. Estos pro- neralmente están más focalizadas y estructuradas
cesos se refieren a los esfuerzos del analista para di- que las terapias psicodinámicas, y ofrecen la pers-
rigir los recursos con los cuales una persona se re- pectiva de formas de intervención más discretas y
siste a aprender o a las confrontaciones a través de breves. Las estrategias conductuales implican es-
las cuales el analista señala los efectos desadapta- fuerzos para reducir la impulsividad o aumentar la
tivos de los rasgos del carácter del paciente (por asertividad usando técnicas de relajación o ejerci-
ejemplo: su estilo habitual interpersonal y de com- cios de juegos de roles. Las estrategias cognitivas
portamiento). Un desarrollo paralelo en la técnica implican identificar los esquemas mentales inter-
se produjo procedente de la experiencia en terapia nos por los cuales los pacientes generalmente ma-
de grupo. Maxwell Jones (1953) identificó el valor linterpretan ciertas situaciones o se malrepresen-
de las confrontaciones producidas en situaciones tan a sí mismos, y a continuación aprender a
de grupo en las cuales la presión de los compañe- modificar estos esquemas internos.
ros hacía difícil para el paciente ignorar la retroali- El desarrollo de estrategias de tratamiento para
mentación o dejar el grupo. Aquí, igualmente, un los trastornos de la personalidad ha implicado un
logro prioritario del tratamiento era convertir los movimiento alejado del nihilismo terapéutico
aspectos egosintónicos pero desadaptativos del es- hasta llegar a la actualidad al uso extenso pero con-
tilo de comportamiento interpersonal del paciente tradictorio de un amplio espectro de modalidades
en más egodistónicos. Este principio general fue de tratamiento. En la Tabla 22-3 se ofrece un es-
adoptado sucesivamente por otras formas de socio- quema de nuestro conocimiento acerca de la po-
terapias, especialmente las terapias en medios hos- tencial utilidad de los tres tipos más importantes
pitalarios y las familiares. de tratamiento psiquiátrico —psicoterapias, so-
Las familias o parejas pueden presentar otras cioterapias y farmacoterapias—. Sería deseable que
complicaciones aparte de las mencionadas, ya que el uso de estas terapias fuera gradualmente orien-
los trastornos en los patrones interpersonales y tado por información específica y empíricamente
comportamentales de los pacientes pueden realizar sustentada sobre qué modalidades, y en qué se-
funciones o ser complementarios de los de las per- cuencia, son más efectivas para el tratamiento de
sonas con quienes el paciente está íntimamente re- cada trastorno de la personalidad.
lacionado. Por ejemplo, una persona dependiente
está inclinada a vincularse con un compañero ex-
tremadamente autoritario, o una persona obsesiva TRASTORNOS ESPECÍFICOS DE LA
emocionalmente constreñida puede encontrar pre- PERSONALIDAD
cisamente compatible a una persona histérica emo-
cionalmente expresiva. Bajo estas circunstancias,
el tratamiento está básicamente dirigido no a en-
Trastorno paranoide de la personalidad
frentarse a los aspectos desadaptativos de los ras- Historia
gos del carácter de una persona, sino más bien a
identificar la forma en que estos aspectos pueden El trastorno paranoide de la personalidad ha esta-
ser bien acogidos y reforzados en una situación, do representado consistentemente en la literatura
pero desadaptativos y perjudiciales en otras. psiquiátrica descriptiva de este siglo. Fue descrito
En la última década, se ha empezado a explorar por Mayer, Koch, Kraepelin, Bleuer, Kretschmer y
la posibilidad de usar farmacoterapia para los tras- Schneider bajo los epígrafes de «tipo pseudoqueru-
tornos de la personalidad. A la perspectiva de usar l a n t e» y de «psicópata fanático» (Millon, 1981).
medicamentos específicos para trastornos especí- Este trastorno, sin embargo, ha recibido menos
ficos se ha añadido la de identificar dimensiones atención en la literatura psicoanalítica que la que
biológicas de psicopatología de la personalidad que han recibido otros muchos trastornos de la perso-
quizás responderán a diferentes clases de medica- nalidad.
750 TRATADO DE PSIQUIATRÍA

TABLA 22-3. EVIDENCIA DE LA EFECTIVIDAD DEL TRATAMIENTO PARA LOS TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD
ST SZ P B AS H N OC D AV
Psicoterapias - + - + - ++ ++ ++ ++ ++

Socioterapias +/- + - +/- + - - - + +

Farmacoterapias + - +/- + - - - - - +/-


Nota: = no ayuda; +/- de dudosa ayuda; + = moderadamente útil; ++ = significativamente útil. ST = esquizotípico; SZ = esquizoide; P =
paranoide; B = límite; AS = antisocial; H = histriónico; N = narcisista; OC = obsesivo-compulsivo; D = dependiente; AV = por evitación.

El trastorno paranoide es uno de los pocos tras- explotarles o engañarles. Así pues, pueden cues-
tornos de la personalidad que ha sido incluido en tionar, sin justificación, la lealtad o fidelidad de sus
cada versión del DSM, y su descripción se ha fo- amigos o compañeros sexuales, y son reticentes a
calizado reiteradamente en la característica cen- confiar en los demás por temor a que la informa-
tral de una desconfianza generalizada e injustifi- ción pueda ser utilizada en su contra. Las personas
cada en los demás (Bernstein y col., 1993). con trastorno paranoide de la personalidad parecen
cautelosas, tensas y supervigilantes, y constante-
Características clínicas mente examinan su entorno en busca de indicios
de posibles ataques, engaños, o traiciones. A me-
Las personas con trastorno paranoide de la perso-
nudo buscan «evidencias» de dicha malevolencia a
nalidad tienen una falta de confianza en los demás
partir de sucesos benignos que malinterpretan
generalizada, persistente e inapropiada (Tabla 22-
como degradantes o amenazantes (tales como mirar
4). Son recelosos de los motivos de los demás y dan
en su dirección). En respuesta a los insultos o trai-
por sentado que éstos intentan hacerles daño,
ciones reales o percibidas, estos individuos sobre-
rreaccionan rápidamente, mostrándose excesiva-
TABLA 22-4. CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DEL DSM-IV mente furiosos y contraatacantes. Son incapaces de
PARA EL TRASTORNO PARANOIDE DE LA perdonar o olvidar tales incidentes y por tanto man-
PERSONALIDAD tienen un resentimiento duradero en contra de sus
atacantes; algunos son litigantes. Mientras que al-
A. Desconfianza y suspicacia general desde el inicio de
gunos individuos con este trastorno parecen tran-
la edad adulta, de forma que las intenciones de los
demás son interpretadas como maliciosas, que quilos y tensamente distantes y hostiles, otros son
aparecen en diversos contextos, como lo indican abiertamente furiosos y combativos. Las personas
cuatro (o más) de los siguientes puntos: con este trastorno están por lo general socialmen-
1. Sospechar, sin base suficiente, que los demás se te aisladas y, a causa de su paranoia, a menudo tie-
van a aprovechar de ellos, les van a hacer daño o
nen dificultades con sus compañeros de trabajo.
les van a engañar.
2. Preocupación por dudas no justificadas acerca de
la lealtad o la fidelidad de los amigos y los socios. Diagnóstico diferencial
3. Reticencia a confiar en los demás por temor
injustificado a que la información que comparten A diferencia del trastorno paranoide de la perso-
vaya a ser utilizada en su contra.
nalidad, los trastornos del Eje I de esquizofrenia pa-
4. En las observaciones o los hechos más inocentes,
vislumbrar significados ocultos que son ranoide y de trastorno delirante de tipo paranoide,
degradantes o amenazadores. están caracterizados por unas alucinaciones para-
5. Albergar rencores durante mucho tiempo, por noides prominentes y persistentes de proporciones
ejemplo, no olvidar los insultos, injurias o psicóticas; la esquizofrenia paranoide está también
desprecios.
6. Percibir ataques a su persona o a su reputación
acompañada de alucinaciones o de otros síntomas
que no son aparentes para los demás y está propios de la esquizofrenia. Aunque tanto el tras-
predispuesto a reaccionar con ira o a contraatacar. torno esquizotípico como el paranoide de la per-
7. Sospechar repetida e injustificadamente que su sonalidad implican desconfianza, el trastorno pa-
cónyuge o su pareja le es infiel. ranoide de la personalidad no incluye distorsiones
B. Estas características no aparecen exclusivamente en perceptivas ni conducta excéntrica.
el transcurso de una esquizofrenia, un trastorno del
estado de ánimo con síntomas psicóticos u otro
trastorno psicótico y no son debidas a los efectos Etiología
fisiológicos directos de una enfermedad médica.
Nota: Si se cumplen los criterios antes del inicio de una
La especulación psicoanalítica inicial sugirió que
esquizofrenia, añadir «premórbido, por ejemplo, «trastorno este tipo de personalidad derivaba de una formación
paranoide de la personalidad (premórbido)». reactiva y de una proyección sobre los otros de im-
TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD 751

pulsos homosexuales, teoría ésta que ya no es am- Aunque la terapia de grupo o la terapia cogni-
pliamente aceptada. Sin embargo, el mecanismo tivo-conductual (Turkat y Maisto, 1985) dirigidas
de defensa de la proyección todavía se cree que está al manejo de la ansiedad y al desarrollo de habili-
implicado en la expresión de las características de dades sociales pueden ser de gran provecho, estos
este trastorno (Vaillant, 1992). Algunas teorías su- individuos tienden a ofrecer resistencia ante dichas
gieren que las personas con este trastorno han sido aproximaciones terapéuticas a causa de su gran
objeto de una excesiva violencia por parte de sus desconfianza y de sus temores a perder el control
padres, mientras que otras sugieren que estas per- y a recibir críticas.
sonas han sido humilladas por las demás, quizás, Los fármacos antipsicóticos son algunas veces
particularmente, por personas de su mismo sexo. útiles en el tratamiento de este trastorno. Aunque
Cualquier tipo de experiencia puede, en teoría, pro- estos pacientes pueden recelar de los medicamen-
vocar sentimientos de inadecuación y vulnerabili- tos, estos fármacos son particularmente indicados
dad seguida de una proyección de hostilidad e ira en el tratamiento de las manifiestas descompen-
hacia los demás así como de una tendencia a res- saciones psicóticas que dichos pacientes padecen
ponsabilizarles de los propios problemas y errores. algunas veces.
Probablemente el trastorno paranoide de la per-
sonalidad tiene contribuciones genéticas. A prin-
cipios de siglo, Kraepelin teorizaba que este tras- Trastorno esquizoide de la personalidad
torno de la personalidad era el tipo de carácter Historia
premórbido de las personas predispuestas a sufrir
paranoia (ahora conocida como trastorno deliran- El trastorno esquizoide de la personalidad fue ori-
te en el Eje I) (Kraepelin, 1921). La existencia de ginariamente conceptualizado como el tipo de per-
una relación entre ambos trastornos ha recibido el sonalidad asociado a esquizofrenia -un rol ahora
apoyo de alguno de los recientes estudios realiza- extensamente asumido por el trastorno esquizotí-
dos mediante historia familiar que hallaron un pico de la personalidad. Como tal, a lo largo de la
mayor riesgo mórbido de trastorno de la persona- primera parte de este siglo, el trastorno esquizoi-
lidad paranoide en los familiares de primer grado de de la personalidad fue descrito por Hoch (1910)
de los sujetos con trastorno de la percepción que como la «personalidad cerrada», por Bleuer (1922)
en los familiares de sujetos con esquizofrenia o en- como «esquizoideo», y por Kraepelin (1919) como
fermedades médicas (Kendler y Gruenberg, 1982). «personalidad autista». Un tipo de personalidad si-
Tal vínculo implica una probable implicación de milar fue también descrito en la tradición psicoa-
factores ambientales y constitucionales en la etio- nalítica por las teorías de relación con el objeto de
logía del trastorno paranoide de la personalidad. Fairbairn (1940/1952) y de Guntrip (1971), quienes
usaban el término de una forma general para des-
cribir a los pacientes socialmente aislados, con di-
Tratamiento
ficultades en sus relaciones íntimas y algunos de
Como desconfían de los demás, las personas con los comportamientos peculiares que ahora son asu-
trastorno paranoide de la personalidad rechazan midos por el trastorno esquizotípico de la perso-
usualmente el tratamiento psiquiátrico. En el caso nalidad.
que busquen tratamiento, el terapeuta inmediata- El trastorno esquizoide de la personalidad ha
mente se enfrenta al reto que supone el conseguir sido incluido en todas las versiones del DSM, pero
mantenerles y comprometerles con el tratamien- su significado ha variado considerablemente en las
to. Esto puede conseguirse más fácilmente mante- distintas ediciones del DSM (Kalus y col., 1993).
niendo un estilo extraordinariamente respetuoso, Ampliamente definida en el DSM-I y en el DSM-
directo, no controlador y no intrusivo, con el pro- II, esta categoría fue posteriormente dividida en los
pósito de crear un clima de confianza. Si surge tipos de trastorno esquizoide, por evitación, y es-
algún problema en la relación terapéutica -por quizotípico de la personalidad.
ejemplo, si el paciente acusa de algún error al te-
rapeutaes mejor simplemente, y en lo posible, dis-
Características clínicas
culparse honestamente, más que responder evasi-
va o defensivamente. Es también mejor evitar un El trastorno esquizoide de la personalidad está ca-
estilo terapéutico demasiado cálido, puesto que racterizado por un fallo profundo en la habilidad
una cordialidad excesiva y la expresión de interés para relacionarse con los demás de manera signifi-
puede exacerbar las tendencias paranoides del pa- cativa (Tabla 22-5). Las personas con este trastor-
ciente. Una psicoterapia de apoyo que incorpore no tienen pocas relaciones o no desean relacionar-
este tipo de aproximación puede que sea el trata- se con las demás y, por tanto, son extremadamente
miento más adecuado para este tipo de pacientes. insociables. Prefieren estar solas, a menudo reali-
752 TRATADO DE PSIQUIATRÍA

TABLA 22-5. CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DEL DSM-IV causa de un temor exagerado al rechazo, las perso-
PARA EL TRASTORNO ESQUIZOIDE DE LA nas con trastorno esquizoide de la personalidad tie-
PERSONALIDAD nen pocas relaciones o no están interesadas en de-
sarrollar relaciones con las demás.
A. Un patrón general de distanciamiento de las
relaciones sociales y de restricción de la expresión
emocional en el plano interpersonal, que comienza Etiología
al principio de la edad adulta y se da en diversos
contextos, como lo indican cuatro (o más) de los Los clínicos han comprobado que el trastorno es-
siguientes puntos: quizoide de la personalidad ocurre en aquellos
1. Ni desea ni disfruta de las relaciones personales, adultos que en su primera infancia experimenta-
incluido el formar parte de una familia.
2. Escoge casi siempre actividades solitarias. ron relaciones frías, negligentes y no gratificantes,
3. Tiene escaso o ningún interés en tener lo que les induce a dar por sentado que no es va-
experiencias sexuales con otra persona. lioso ni importante relacionarse con los demás.
4. Disfruta con pocas o ninguna actividad. Hay razones para creer que los factores constitu-
5. No tiene amigos íntimos o personas de confianza,
cionales contribuyen a un patrón de timidez en la
aparte de los familiares de primer grado.
6. Se muestra indiferente a los halagos o las críticas infancia que a menudo precede al trastorno. La in-
de los demás. troversión, que caracteriza el trastorno esquizoide
7. Muestra frialdad emocional, distanciamiento o de la personalidad (también al trastorno de la per-
aplanamiento de la afectividad. sonalidad por evitación y al trastorno esquizotípi-
B. Estas características no aparecen exclusivamente en co de la personalidad) parece ser altamente here-
el transcurso de una esquizofrenia, un trastorno del dable. Aunque los estudios realizados a partir de
estado de ánimo con síntomas psicóticos u otro
trastorno psicótico y no son debidas a los efectos historiales familiares muestran un estrecho vín-
fisiológicos directos de una enfermedad médica. culo entre esquizofrenia y trastorno esquizotípico
Nota: Si se cumplen los criterios antes del inicio de una de la personalidad, algunos estudios sugieren una
esquizofrenia, añadir «premórbido». Por ejemplo, «trastorno asociación entre esquizofrenia y trastorno esqui-
esquizoide de la personalidad (premórbido)».
zoide de la personalidad, lo que implicaría la im-
portancia de los factores genéticos en la etiología
de este último trastorno.
zando actividades intelectuales, tales como juegos
de ordenador o rompecabezas, y con frecuencia
crean y elaboran un mundo fantástico en el cual se Tratamiento
refugian y que es un sustituto de la pobre dinámi- Los individuos con trastorno esquizoide de la per-
ca relacional que mantienen con los demás. Como sonalidad, al igual que los que padecen trastorno
resultado de la falta de interés por relacionarse, tie- esquizotípico de la personalidad, raramente bus-
nen pocos amigos íntimos o de confianza, o bien can tratamiento. Estos no consideran que estable-
carecen de ellos. No suelen tener ninguna cita, ra- cer una nueva relación —incluida la relación tera-
ramente se casan, y a menudo ocupan empleos que péutica— sea potencialmente valioso y benéfico.
requieren poca interacción interpersonal (por ejem- Pueden, sin embargo, buscar tratamiento de forma
plo, en un laboratorio). Son individuos con una no- ocasional para algún problema asociado, tal como
table privación de la expresión emocional y usual- una depresión, o pueden ser conducidos a trata-
mente parecen fríos, distantes y reservados, y se miento por terceras personas. Mientras que algu-
encuentran especialmente incómodos cuando ex- nos pacientes sólo pueden tolerar una terapia de
perimentan emociones íntimas. No experimentan apoyo o un tratamiento dirigido a la solución de
placer, o tan sólo lo experimentan en unas pocas una crisis o de un trastorno del Eje I asociado, otros
actividades o experiencias, lo que se refleja en una funcionan bien con psicoterapia psicoanalítica di-
anhedonia crónica. rigida a realizar un cambio rotundo en su bienes-
tar con intimidad y afectos.
El desarrollo de una alianza resulta difícil pero
Diagnóstico diferencial
se puede facilitar mediante una actitud participa-
El trastorno esquizoide de la personalidad com- tiva y atenta evitando confrontaciones o interpre-
parte el aislamiento social y la expresión emocio- taciones tempranas. Algunos autores han sugerido
nal limitada con el trastorno esquizotípico de la el uso de los llamados «puentes inanimados», tales
personalidad, pero carece de las distorsiones cog- como escritos y producciones artísticas, para hacer
nitivas y perceptivas de este último trastorno. A más fácil al paciente la relación terapéutica. In-
diferencia de los individuos con trastorno de la per- corporar la aproximación cognitivo-conductual que
sonalidad por evitación, que desean intensamente estimula gradualmente al paciente a incrementar
relacionarse con los demás pero que lo evitan a el contacto social puede ser de utilidad (Liebowitz
TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD 753

y col., 1986). Aunque muchos pacientes pueden TABLA 22-6. CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DEL DMS-IV
mostrarse reticentes a participar en un grupo, la te- PARA EL TRASTORNO ESQUIZOTÍPICO DE
rapia de grupo puede también facilitar el desarro- LA PERSONALIDAD
llo de relaciones y habilidades sociales.
A. Un patrón general de déficits sociales e
interpersonales asociados a malestar agudo y a una
Trastorno esquizotípico de la personalidad capacidad reducida para las relaciones personales,
así como distorsiones cognoscitivas o perceptivas y
Historia excentricidades del comportamiento, que
comienzan al principio de la edad adulta y se dan en
Los primeros conceptos —al igual que los concep- diversos contextos, como lo indican cinco (o más)
tos actuales— del trastorno esquizotípico de la per- de los siguientes puntos:
sonalidad estaban unidos a la esquizofrenia. El con- 1. Ideas de referencia (excluidas ideas delirantes de
referencia).
cepto de esquizofrenia latente de Bleuer (1922), que
2. Creencias raras o pensamiento mágico que
consistía en una esquizofrenia de síntomas mode- influye en el comportamiento y no es
rados o atenuados sin aparecer el deterioro propio consistente con las normas subculturales (p. ej.,
que conduce hacia la psicosis, fue uno de los prin- superstición, creer en la clarividencia, telepatía o
cipales antecedentes clínicos del trastorno esqui- «sexto sentido»; en niños y adolescentes,
fantasías o preocupaciones extrañas).
zotípico de la personalidad. El término «esquizoti- 3. Experiencias perceptivas inhabituales, incluidas
p o» acuñado por Rado (1956), denotaba una las ilusiones corporales.
variante fenotípica no psicótica del genoma de la 4. Pensamiento y lenguaje raros (p. ej., vago,
esquizofrenia. Este término fue posteriormente circunstancial, metafórico, sobreelaborado o
usado como una etiqueta alternativa para el sín- estereotipado).
5. Suspicacia o ideación paranoide.
drome de «esquizofrenia límite» identificado en los 6. Afectividad inapropiada o restringida.
estudios daneses de adopción, el cual era un tras- 7. Comportamiento o apariencia rara, excéntrica o
torno parecido a la esquizofrenia pero más mode- peculiar.
rado, presente en los familiares biológicos de suje- 8. Falta de amigos íntimos o de confianza aparte de
tos esquizofrénicos (Kety y col., 1968). los familiares de primer grado.
9. Ansiedad social excesiva que no disminuye con
El trastorno esquizotípico de la personalidad apa- la familiarización, y que tiende a asociarse con
reció por primera vez en el DSM-III y estaba basado los temores paranoides más que con juicios
en las características de los familiares (es decir, de negativos sobre uno mismo.
los «esquizotipos») identificados en los estudios da- B. Estas características no aparecen exclusivamente en
neses de adopción. Un estímulo adicional para su el transcurso de una esquizofrenia, un trastorno del
inclusión en el DSM-III fue la preocupación deriva- estado de ánimo con síntomas psicóticos u otro
da de que los constructos de trastorno esquizoide y trastorno psicótico o de un trastorno generalizado
del desarrollo.
límite de la personalidad estaban definidos de forma
Nota: Si se cumplen los criterios antes del inicio de una
demasiado amplia (Siever y col., 1991). esquizofrenia, añadir «premórbido». Por ejemplo, «trastorno
esquizotípico de la personalidad (premórbido)».

Características clínicas
Las personas con trastorno esquizotípico de la per- o inapropiada. Tales personas pueden, por ejemplo,
sonalidad experimentan distorsiones cognitivas o reir de una manera tonta cuando se habla de sus
perceptivas, se comportan de una manera excéntri- problemas.
ca, y son socialmente ineptas y ansiosas (Tabla 22- Las personas con trastorno esquizotípico de la
6). Sus distorsiones cognitivas y perceptivas inclu- personalidad están también aisladas e inadaptadas
yen ideas de referencia, ilusiones corporales, y socialmente, y tienen pocos amigos. Dicho aisla-
extrañas experiencias telepáticas y de clarividencia. miento es a menudo debido tanto a sus pensa-
Estas distorsiones son incoherentes con las normas mientos y conducta excéntrica como a su escaso
subculturales, suceden frecuentemente, y son un interés por relacionarse, lo que proviene en parte
componente importante y generalizado de sus ex- de su desconfianza en los demás. En el caso de de-
periencias personales. Guardan relación con las con- sarrollar una relación tienden a permanecer dis-
ductas extrañas y excéntricas características de este tantes o pueden rechazarla debido a su persistente
trastorno. Estos individuos pueden, por ejemplo, ansiedad social y paranoia.
hablar solos en público, hacer ademanes sin razón
aparente, o vestir de forma peculiar o desgreñada. Diagnóstico diferencial
Su lenguaje es a menudo extraño e idiosincrático
-por ejemplo, inusualmente circunstancial, El trastorno esquizotípico de la personalidad com-
metafórico, o vago- y su afectividad es restringida parte la característica de desconfianza con el tras-
754 TRATADO DE PSIQUIATRÍA

torno paranoide de la personalidad y el aislamien- Tratamiento


to social con el trastorno esquizoide de la perso-
Puesto que son socialmente ansiosos y algo para-
nalidad, pero estos dos trastornos carecen del com-
noides, los individuos con trastorno esquizotípi-
portamiento marcadamente peculiar y de las
co de la personalidad habitualmente evitan el tra-
significativas distorsiones cognitivas y perceptivas
tamiento psiquiátrico. Pueden, sin embargo,
típicamente presentes en el trastorno esquizotípi-
acudir a tratamiento —o ser conducidos a dicho
co de la personalidad. Aunque el trastorno esqui-
tratamiento por interés de la familia— cuando
zotípico de la personalidad pertenezca al espectro
están deprimidos o claramente psicóticos. Al igual
de la esquizofrenia del Eje I, carece de la manifies-
que con los pacientes con trastorno paranoide de
ta cronicidad de las psicosis.
la personalidad, es difícil establecer una alianza
terapéutica con los pacientes esquizotípicos, y pro-
Etilogía bablemente no toleren técnicas que enfaticen la
interpretación o la confrontación. Una terapia de
El trastorno esquizotípico de la personalidad es un
apoyo que responda a las distorsiones cognitivas
trastorno del espectro esquizofrénico —es decir,
y a los problemas de su propia limitación puede
está relacionado con la esquizofrenia del Eje I. Los
ser de utilidad (Stone, 1985). Ello puede implicar
datos fenomenológicos, biológicos, genéticos, la
una aproximación educacional que fomente el de-
respuesta al tratamiento y el seguimiento apoyan
sarrollo de habilidades sociales, estimulando con-
este vínculo. Por ejemplo, los estudios realizados
ductas de toma de decisión en situaciones socia-
mediante historia familiar muestran un riesgo in-
les, o, si esta aproximación fracasa, estimulando
crementado de trastornos relacionados con la es-
el desarrollo de actividades con menores compli-
quizofrenia en los familiares de sujetos con tras-
caciones sociales. Si el paciente está dispuesto a
torno esquizotípico de la personalidad y un riesgo
participar, la terapia cognitivo-conductual y los
incrementado de trastorno esquizotípico de la per-
grupos educativos altamente estucturados dirigi-
sonalidad en familiares de sujetos esquizofrénicos.
dos a la instauración de habilidades sociales pue-
Además, por lo menos algunos tipos de trastorno
den ser también de utilidad. Varios estudios apo-
esquizotípico de la personalidad implican algunas
yan la eficacia de dosis bajas de fármacos
alteraciones biológicas características de la es-
antipsicóticos en el tratamiento del trastorno es-
quizofrenia —por ejemplo, un incremento del ta-
quizotípico de la personalidad (Goldberg y col.,
maño de los ventrículos cerebrales en un TAC;
1986; Serban y Siegel, 1984). Estos fármacos pue-
una disminución del seguimiento ocular fino y
den mejorar la ansiedad y las características de
una ejecución deteriorada en otras pruebas de
tipo psicótico asociadas con este trastorno, y están
atención visual o auditiva, tales como las tareas
particularmente indicados en el tratamiento de las
de enmascaramiento inverso; las tareas de ejecu-
descompensaciones psicóticas que estos pacientes
ción continuada, y los tests de umbral sensorial
pueden experimentar.
(Siever y col., 1991).
Debido a estas evidencias, el trastorno esqui-
zotípico de la personalidad está clasificado en el Trastorno antisocial de la personalidad
ICD-10 con la esquizofrenia en vez de con los tras-
Historia
tornos de la personalidad. Sin embargo, puede ser
que determinados subtipos de este trastorno de la Pritchard empleó el término «locura moral» para
personalidad no estén relacionados con la esqui- referirse a aquellos individuos con un patrón de
zofrenia —un reflejo de este hecho es que la defi- conducta inmoral repetido del que no eran com-
nición del DSM del trastorno esquizotípico de la pletamente responsables (Pritchard 1835). El tras-
personalidad ha sido modificada a lo largo del tiem- torno por él caracterizado ha sido descrito por otros
po para diferenciarla mejor de los trastornos de per- muchos eminentes psiquiatras bajo una gran va-
sonalidad afines y para reflejar mejor las impre- riedad de etiquetas (Millon, 1981). Aunque la psi-
siones clínicas de un síndrome caracterizado por quiatría ha restringido el uso de este diagnóstico
excentricidades cognitivas, perceptivas y conduc- para excusar los actos antisociales, ha sido inva-
tuales. Para esas variantes del trastorno esquizotí- riable al reconocer que tales individuos muestran
pico de la personalidad que están relacionadas con un deterioro psicológico significativo.
la esquizofrenia, no está claro si éstas representan A finales del siglo XIX el término «personalidad
una variante de una esquizofrenia leve, de rasgo, psicopática» se convirtió en una categoría amplia
no psicótica o si de hecho constituyen las caracte- aplicable a los individuos con rasgos de carácter so-
rísticas nucleares de la esquizofrenia, sobre las cua- cialmente indeseable. La definición que estableció
les se superponen los episodios psicóticos esqui- Hervey Cleckley en 1941 de «psicópata» (Cleckley,
zofrénicos más llamativos. 1964) fue la más influyente en la descripción de la
TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD 755

personalidad antisocial del DSM-I y del DSM-II, consideración hacia los derechos de los demás
mientras que las definiciones de personalidad an- (Tabla 22-7). Muchas personas con este trastorno
tisocial del DSM-III y del DSM-III-R se asentaban toman parte en repetidos actos ilegales. Las carac-
en el trabajo empírico de L. N. Robins (1966). Las terísticas de la personalidad más relevantes inclu-
definiciones del DSM-III y del DSM-III-R consistí- yen una falta de interés o preocupación por los sen-
an tanto en un trastorno de conducta cuyo patrón timientos de los demás y, más notablemente, una
se estableció en la infancia (por ejemplo, deten- falta de remordimiento sobre el daño que ellos pue-
ciones, hacer novillos, y robos) como en un grupo dan causar a los demás. Estas características gene-
de conductas socialmente nocivas que se daban en ralmente provocan que estos individuos fracasen
la edad adulta. Estas definiciones tenían la venta- en aquellos roles que requieren de su responsabi-
ja de que eran explícitamente conductuales y que lidad (por ejemplo, en el papel de esposo o padre) o
se podían evaluar de forma fiable, pero el incon- de su honradez (por ejemplo, como empleado). Un
veniente de que eran incómodas y demasiado es- subgrupo de estos individuos experimenta placer
pecíficas de la cultura occidental. En base a la evi- sádico en su capacidad para mentir con astucia,
dencia empírica, en el DSM-IV la versión de Robin dañar y explotar a los demás.
basada en la conducta se combina con los rasgos
de personalidad descritos por Cleckley para equi-
Diagnóstico diferencial
parar la definición del trastorno con las observa-
ciones clínicas y con las descripciones basadas en El principal diagnóstico diferencial incluye el tras-
la teoría de los rasgos de personalidad. torno narcisista de la personalidad. En efecto, estos
dos trastornos pueden ser variantes del mismo tipo
básico de psicopatología (Hare y col., 1991). Sin
Características clínicas
embargo, la persona antisocial, a diferencia de la
La característica central del trastorno antisocial de narcisista, es probablemente temeraria e impulsi-
la personalidad es un patrón duradero de conduc- va. Además, en las personas narcisistas el sentido
tas socialmente irresponsables que refleja una des de explotación y desprecio hacia los demás puede
atribuirse a un sentido de unicidad y superioridad
más que a un deseo de ganancias materiales.
TABLA 22-7. CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DEL DSM-IV
PARA EL TRASTORNO ANTISOCIAL DE LA
PERSONALIDAD Etiología
A. Un patrón general de desprecio y violación de los Los estudios con gemelos y de adopción indican que
derechos de los demás que se presenta desde la edad los factores genéticos predisponen al desarrollo del
de 15 años, como lo indican tres (o más) de los trastorno antisocial de la personalidad (Grove y col.,
siguientes ítems: 1990; Mendick y col., 1984). Sin embargo, está poco
1. Fracaso para adaptarse a las normas sociales en
lo que respecta al comportamiento legal, como lo claro cuánta varianza es explicada por los factores
indica el perpetrar repetidamente actos que son genéticos y si la naturaleza de la predisposición es
motivo de detención. relativamente específica o si es mejor conceptuali-
2. Deshonestidad, indicada por mentir zada en términos de rasgos relativamente inespe-
repetidamente, utilizar un alias, estafar a otros cíficos como impulsividad, excitabilidad u hostili-
para obtener un beneficio personal o por placer.
3. Impulsividad o incapacidad para planificar el dad (Widiger y col., 1992). Está claro que incluso en
futuro. ausencia de tal vulnerabilidad, la vida familiar de
4. Irritabilidad y agresividad, indicados por peleas estos individuos a menudo presenta problemas am-
físicas repetidas o agresiones. bientales graves en forma de ausencias de casa,
5. Despreocupación imprudente por su seguridad o
agresiones o inconsistencia en su función de padres.
la de los demás.
6. Irresponsabilidad persistente, indicada por la En efecto, muchos miembros de la familia presen-
incapacidad de mantener un trabajo con tan psicopatología del tipo abuso de sustancias o
constancia o de hacerse cargo de obligaciones trastorno antisocial de la personalidad.
económicas.
7. Falta de remordimientos, como lo indica la
indiferencia o la justificación del haber dañado, Tratamiento
maltratado o robado a otros.
B. El sujeto tiene al menos 18 años. Es clínicamente importante reconocer el trastorno
antisocial de la personalidad, porque una acepta-
C. Existen pruebas de un trastorno disocial que
comienza antes de la edad de 15 años. ción no crítica de los argumentos locuaces o su-
D. El comportamiento antisocial no aparece perficiales llenos de buenas intenciones y de espí-
exclusivamente en el transcurso de una ritu de colaboración, les puede permitir que ejerzan
esquizofrenia o un episodio maníaco. una influencia disruptiva sobre el grupo terapéu-
756 TRATADO DE PSIQUIATRÍA

tico o sobre el resto de pacientes. Sin embargo, nes clínicas (entre el 12% y el 15%) (Gunderson,
existen pocas evidencias que sugieran que este 1992).
trastorno pueda ser tratado satisfactoriamente me-
diante las clásicas intervenciones psiquiátricas. De
Características clínicas
interés, sin embargo, son los informes que sugie-
ren que estando en ambientes cerrados, tales como En el núcleo de la psicopatología de este trastorno
el ejército o instituciones correccionales, los sen- se halla una capacidad de afecto severamente da-
timientos depresivos e introspectivos pueden aflo- ñada y patrones de comportamiento desadaptativos
rar (Vaillant, 1975). Bajo estas circunstancias, los predecibles, relacionados con la separación (Gun-
careos con otros compañeros pueden provocar cam- derson, 1984). Cuando los pacientes límite se sien-
bios en las conductas sociales de los individuos que ten cuidados, sostenidos y apoyados, las caracte-
sufren este trastorno. Es también notorio que al- rísticas depresivas (concretamente de soledad e
gunos pacientes antisociales han demostrado una inutilidad) se hacen más evidentes (Tabla 22-8).
capacidad para formar una alianza terapéutica con Ante la amenaza de la pérdida de esta relación de
el psicoterapeuta, lo que es un indicador de buen apoyo, la maravillosa imagen idealizada del gene-
pronóstico (Woody y col., 1985). Estos hallazgos roso cuidador es reemplazada por la odiosa imagen
contrastan con la tradición clínica que enfatiza que devaludada de un cruel acosador. Este cambio es
tales personas son incapaces de aprender de las llamado splitting. Una amenaza de separación tam-
consecuencias dañinas de sus acciones. No obs- bién evoca intensos temores de desamparo. Para
tante, los estudios longitudinales han mostrado minimizar estos temores y para prevenir la separa-
que la prevalencia de este trastorno disminuye con ción, con frecuencia se dan violentas acusaciones
la edad, a medida que estos individuos se vuelven de malos tratos y crueldad así como rabiosos com-
más conscientes de lo inadaptadas que son sus re- portamientos autodestructivos. Estos comporta-
laciones sociales e interpersonales. mientos con frecuencia elicitan en los demás una

Trastorno límite de la personalidad TABLA 22-8. CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DEL DSM-IV


Historia PARA EL TRASTORNO LÍMITE DE LA
PERSONALIDAD
El constructo del trastorno límite de la personali-
dad se originó por las observaciones de los psico- Un patrón general de inestabilidad en las relaciones
interpersonales, la autoimagen y la efectividad, y una
terapeutas psicoanalíticos que se sorprendieron de notable impulsividad, que comienzan al principio de la
la demanda de cuidados de estos pacientes, su in- edad adulta y se dan en diversos contextos, como lo
diferencia por los límites normales de la terapia, y indican cinco (o más) de los siguientes ítems:
su tendencia a regresar a situaciones desestructu-
1. Esfuerzos frenéticos para evitar un abandono real o
radas. Impulsado por la importancia clínica de la imaginado. Nota: No incluir los comportamientos
anticipación de estos problemas y por una nueva suicidas o de automutilación que se recogen en el
ola de optimismo psicoterapéutico, el trabajo em- Criterio 5.
pírico se dirigió hacia una mejor definición de este 2. Un patrón de relaciones interpersonales inestables e
trastorno. Este trabajo suscitó la pregunta de si intensas caracterizado por la alternancia entre los
extremos de idealización y devaluación.
estos pacientes tenían una forma atípica de tras- 3. Alteración de la identidad: autoimagen o sentido de
torno del humor más que una forma atípica de es- sí mismo acusada y persistentemente inestable.
quizofrenia, como se había pensado previamente, 4. Impulsividad en al menos dos áreas, que es
y lo que es más importante, condujo a la inclusión potencialmente dañina para sí mismo (p. ej., gastos,
de este trastorno en el DSM-III. sexo, abuso de sustancias, conducción temeraria,
atracones de comida). Nota: No incluir los
El desarrollo de criterios diagnósticos operati- comportamientos suicidas o de automutilación que
vos provocó una expansión en la investigación em- se recogen en el Criterio 5.
pírica que ha conducido a revisiones del construc- 5. Comportamientos, intentos o amenazas suicidas
to de este trastorno y ha dado forma a su recurrentes, o comportamientos de automutilación.
tratamiento (Gunderson y col., 1991c). El trastor- 6. Inestabilidad afectiva debida a una notable
reactividad del estado de ánimo (p. ej., episodios de
no límite de la personalidad es el trastorno de la intensa disforia, irritabilidad o ansiedad, que suelen
personalidad más ampliamente estudiado. Es un durar unas horas y rara vez unos días).
trastorno común que se presenta aproximadamen- 7. Sentimientos crónicos de vacío.
te entre el 2% y el 3% de la población y en todas 8. Ira inapropiada e intensa o dificultades para
controlar la ira (p. ej., muestras frecuentes de mal
las culturas. Junto con la creciente evidencia de su
genio, enfado constante, peleas físicas recurrentes).
validez, se reconoce ahora como el trastorno más 9. Ideación paranoide transitoria relacionada con el
prevalente del Eje II en todos los tipos de situacio- estrés o síntomas disociativos graves.
TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD 757

respuesta protectora de culpabilidad o temor. Tratamiento


Cuando los pacientes experimentan la ausencia de
La amplia literatura existente sobre el tratamien-
una relación protectora, de apoyo o sostén se pue-
to del trastorno límite de la personalidad muestra
den prever experiencias disociativas, ideas de re-
universalmente las extremas dificultades con que
ferencia o actos impulsivos desesperados (inclu-
los clínicos se enfrentan con estos pacientes. Estos
yendo abuso de sustancias y promiscuidad).
problemas derivan de la solicitud del paciente de
las capacidades protectoras de su terapeuta y de sus
violentas acusaciones en respuesta a los descuidos
Diagnóstico diferencial percibidos por parte de éste. Con frecuencia, los te-
Los intensos sentimientos de los pacientes límite rapeutas desarrollan unas intensas reacciones de
de ser malos o miserables son esencialmente dife- contratransferencia que les conducen a intentar
rentes de la autoimagen idealizada de las personas adoptar el rol de padres o a rechazar a los pacien-
narcisistas. Aunque los pacientes límite, al igual tes límite. Como consecuencia, independiente-
que las personas con trastorno de la personalidad mente de la aproximación del tratamiento utiliza-
antisocial, pueden ser temerarios e impulsivos, sus do, la madurez personal y una considerable
comportamientos están orientados principalmen- experiencia clínica son los aspectos más impor-
te hacia las relaciones interpersonales y dirigidos tantes.
a la obtención de apoyo más que ganancias mate- Estimulada por el trabajo de Kernberg (1968)
riales. y Masterson (1972), la mayoría de la literatura
sobre tratamiento se ha centrado en el valor de
unas psicoterapias exploratorias intensivas, diri-
Etiología gidas a modificar la estructura básica del carác-
ter del paciente límite. Sin embargo, esta litera-
Las teorías psicoanalíticas han enfatizado la im- tura ha ido sugiriendo crecientemente que la
portancia de las relaciones tempranas padres-niño mejoría se puede relacionar no con la adquisición
en la etiología del trastorno límite de la personali- de insigh sino con la experiencia correctiva de
dad. Estos estudios han señalado la desorganiza- desarrollar una relación estable, fiable, con un te-
ción maternal en los esfuerzos del niño de 2 a 3 rapeuta que no tome represalias en respuesta a
años para ser autónomo (Masterson, 1972), la frus- los violentos y desorganizados comportamientos
tración maternal exagerada que agrava la angustia de estos pacientes. Paralelamente a este desarro-
del niño (Kernberg, 1975), y el descuido de las emo- llo se ha sugerido que las terapias de apoyo o te-
ciones y actitudes del niño (Adler, 1985). Un cuer- rapias de grupo pueden producir los mismos cam-
po considerable de investigación empírica ha bios.
acompañado a estas teorías documentando una alta El tratamiento de pacientes límite se ha am-
frecuencia de abandono traumático temprano, pliado e incluye intervenciones farmacológicas y
malos tratos, y abusos sexuales (Tabla 22-9). Está cognitivo-conductuales. A pesar de que no se ha
claro que estas experiencias traumáticas se dan hallado ninguna medicación que tenga efectos
dentro de un contexto de negligencia prolongada decisivos o pronosticables, estudios a corto plazo
en el cual el niño pre-límite desarrolla una ira per- indican que muchos medicamentos pueden dis-
manente y autoaversión. La ausencia de un víncu- minuir problemas específicos tales como la im-
lo afectivo estable durante el desarrollo de estos pulsividad, la fragilidad afectiva o los trastornos
niños es el origen de su incapacidad para mantener perceptivos y cognitivos intermitentes (Tabla 22-
un sentido estable de sí mismos o de los otros sin 10) (Cowdry y Gardner, 1988; Soloff, 1989). Li-
contacto simultáneo (como sus defectos de per- nehan ha mostrado que el tratamiento conduc-
manencia del objeto o introyección estable). Esta tual consistente en un régimen terapéutico
combinación de factores es quizás más específica intensivo que combina el tratamiento individual
que cualquier otro factor de la patogénesis de este y grupal, puede disminuir efectivamente los com-
trastorno. portamientos autodestructivos de los pacientes
Los distintos esfuerzos para identificar la pre- límite (Linehan y col., 1991). En general, la pro-
disposición temperamental hereditaria del tras- fusión de modalidades de tratamiento y la intro-
torno límite de la personalidad han recibido apoyo ducción del empirismo apuntan hacia un incre-
debido a la presencia de problemas inespecíficos mento de las estrategias de tratamiento más
con la regulación de los afectos y los impulsos. Sin focalizadas y reducidas en el tiempo.
embargo, la información existente indica que el
trastorno límite de la personalidad es vagamente
hereditario (Torgersen, 1984).
758 TRATADO DE PSIQUIATRÍA

TABLA 22-9. ESTUDIOS DE LOS TRAUMAS INFANTILES EN EL TRASTORNO LÍMITE DE LA PERSONALIDAD

BPD Malos Abuso


Estudio (N) Controles Separación/pérdida tratos sexual Sin trauma

Soloff y Millward (1983) 45 SZ, DEP 56%-62%a


Akiskal y col. (1985) 100 OPD, Bi, DEP 37%a
Links y col. (1988) 88 Rasgos BL 25%a 2 9 %a 2 6 %a 44% a
Zanarini y col. (1989) 50 OPD, ASPD 6 %a 46% 2 6 %a 26%
Herman y col. (1989) 24 OPD 7 1 %a 6 7 %a 19% a
Johnson y col. (1989) 43 OPD, NL 40%
Ogata y col. (1990) 24 DEP 42% 71%a 21% a
Shearer y col. (1990) 40 25% 40%
Stone (NYPI) (1990) 29 28% 35%
206 SZ, SZ aff 37% 11% 17% 45%
Westen y col. (1990) 23 «Otro» 52% 52%a
Paris (1992) 78 OPD 70%a 7 0 %a 27% a
Nota: SZ = esquizofrenia; DEP = deprimido; OPD = Otro trastorno de la personalidad; Bi = bipolar; Rasgos BL = por debajo del umbral del criterio
límite; ASPD = trastorno antisocial de la personalidad; NL = normal; SZ aff = esquizoafectivo; «Otro» = indefinido.
a Prevalencia significativamente superior en la muestra de trastorno límite de la personalidad.

Fuente. Reimpreso de Gunderson JG, Sabo AS «The Phenomenological and Conceptual Interface of Bordeline Personality Disorder and
Posttraumatic Stress Disorder.» American Journal of Psychiatry (in press). Copyright 1993, American Psychiatric Association. Publicado con
permiso.

TABLA 22-10. EFICACIA DE LA MEDICACIÓN EN EL TRASTORNO LÍMITE DE LA PERSONALIDAD


Suicidalidad/
Medicación Estado de ánimo autodestructividad Impulsividad Psicosis

Inhibidores de la monoamino oxidasa + ++ + ?


Fluoxetina ++ ++ ++ ++
Antidepresivos tricíclicos + +- +- +-
Neurolépticos + ++ + +
Carbamacepina + ++ ++ +
Benzodiacepinas +- - - ?
Nota: La información que ofrece esta tabla debería considerarse provisional, ya que la mayoría de ensayos clínicos con el trastorno límite de la
personalidad han sido pequeños y abiertos, y pocos de los fármacos citados han sido directamente comparados uno frente a otro. ++ = clara
mejoría; + = mejoría moderada; + = mejoría variable o empeoramiento; = empeoramiento.

Trastorno histriónico de la personalidad a una definición general (Lazare y col., 1970). En


efecto, las primeras definiciones de este trastorno
Historia
fueron tan generales que hicieron el diagnóstico
Los antecedentes del trastorno histriónico de la «carente de significado» (Easser y Lesser, 1965).
personalidad pueden hallarse a finales del siglo XIX La etiqueta de histérico se convirtió en el DSM-
e inicio del XX en los relatos sobre la histeria de III en la etiqueta de histriónico en un intento de
Pierre Janet y Sigmund Freud. Janet estaba impre- buscar un término teóricamente más neutral y más
sionado con el papel que desempeñaba la presen- en sintonía con la tradición descriptiva en psi-
cia de una seducción real (u otro trauma) en la in- quiatría. Mientras el término «personalidad histé-
fancia, mientras que Freud lo focalizaba en la rica» todavía connota el conflicto de la erotización
elaboración inconsciente del impulso sexual in- de las figuras paternas, la etiqueta «h i s t r i ó n i c o»
fantil (esto es, la líbido). Posteriormente los ob- que reemplazó a la anterior en el DSM-III refleja el
servadores psicoanalíticos comprobaron que los interés de la persona que diagnostica en las carac-
síntomas histéricos a menudo estaban asociados a terísticas observables de inestabilidad emocional
un grupo particular de rasgos del carácter, lo que y búsqueda de atención. La versión del DSM-III de
condujo a la designación de un tipo histérico de los criterios operacionales de este trastorno abar-
trastorno de la personalidad en el DSM-II. có ampliamente sus variedades «orales» y mani-
El primer examen empírico de los rasgos histé- pulativas más graves y por lo tanto se magnificó
ricos de la personalidad utilizó métodos de análi- de una manera tosca su solapamiento con otras ca-
sis factorial, lo que ayudó a consolidar los compo- tegorías, tales como el trastorno límite de la per-
nentes de este síndrome aunque también condujo sonalidad (Pfohl, 1991).
TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD 759

Las modificaciones del DSM-III-R y del DSM- TABLA 22-11. CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DEL DSM-IV
IV ayudaron a distinguir esta categoría de otras y PARA EL TRASTORNO HISTRIÓNICO DE LA
la ubicaron dentro del conjunto de los trastornos PERSONALIDAD
de la personalidad menos graves que pueden ser
conceptualizados como variantes desadaptadas de Un patrón general de excesiva emotividad y de llamar
la atención, que empiezan al principio de la edad adulta
los rasgos de personalidad normal. Esta concepción y que se dan en diversos contextos, como lo indican
fue reflejada por Chodoff (1982) quien sugirió que cinco (o más) de los siguientes ítems:
este trastorno representaba una caricatura de fe-
minidad estereotipada. 1. No se siente a gusto en situaciones en las que no se
es el centro de atención.
2. La interacción con los demás suele estar
Características clínicas caracterizada por un comportamiento sexualmente
seductor o provocador
El rasgo central del trastorno histriónico de la per- 3. Muestra una expresión emocional superficial y
sonalidad es una excesiva preocupación por la aten- rápidamente cambiante.
ción y la apariencia (Tabla 22-11). Los individuos 4. Utiliza permanentemente el aspecto físico para
con este trastorno pasan la mayor parte del tiempo llamar la atención sobre sí mismo.
5. Tiene una forma de hablar excesivamente subjetiva
reclamando atención y mostrándose atractivos. Sus y carente de matices.
deseos por parecer atractivos pueden conducirles a 6. Muestra autodramatización, teatralidad y exagerada
mostrarse inapropiadamente seductores o a vestir- expresión emocional.
se de forma provocativa y a presentar una conduc- 7. Es sugestionable, por ejemplo, fácilmente
ta de coqueteo, mientras que sus deseos de aten- influenciable por los demás o por las circunstancias.
8. Considera sus relaciones más íntimas de lo que son
ción pueden conducirles a actos llamativos o a en realidad.
exhibir una conducta dramática de sí mismos.
Todas estas características reflejan la inseguridad
subyacente que estas personas tienen respecto a su
valía en otro rol que no sea el de compañero atrac- sonas con trastorno narcisista de la personalidad
tivo. Los individuos con trastorno histriónico de la también buscan atención para mantener su auto-
personalidad también exhiben un efusivo pero lábil estima pero difieren en que su autoestima se ca-
y desconfiadamente superficial repertorio de senti- racteriza por la grandiosidad, y que imploran aten-
mientos. Éstos a menudo son excesivamente im- ción porque creen que merecen ser admirados -por
presionistas y hacen descripciones hiperbólicas de ejemplo, a diferencia de los individuos histrióni-
los demás (por ejemplo, «ella es magnífica» o «ella cos, ellos serían contundentes al describirse como
es horrible»). Más generalmente, estos sujetos no «astutos» o «necios».
atienden a detalles ni a hechos, y son reticentes o
incapaces de realizar razonadamente un análisis crí- Etiología
tico de los problemas o situaciones. Los sujetos con
este trastorno con frecuencia presentan depresión, La teoría psicoanalítica propone que el trastorno
problemas somáticos de origen desconocido, y de- histriónico de la personalidad se origina en la fase
cepciones en sus relaciones sentimentales. edípica del desarrollo (esto es, entre los 3 y los 5
años de edad) cuando una relación excesivamente
Diagnóstico diferencial erotizada con el progenitor del sexo opuesto es in-
debidamente estimulada y el niño teme que la con-
Este trastorno puede ser confundido con los tras- secuencia de esta excitación sea la pérdida de, o el
tornos dependiente, límite, y narcisista de la per- desquite, por parte del progenitor del mismo sexo.
sonalidad. Los individuos con trastorno histrióni- Este conflicto da como resultado formaciones de
co de la personalidad son a menudo complacientes, carácter duraderas de fantasía exagerada y con ten-
incluso vehementes, para conseguir que los demás dencias al exhibicionismo mezcladas con un aná-
tomen decisiones y organicen sus actividades diri- lisis factual inhibido y una productividad verda-
giéndolas hacia ellos. Sin embargo, a diferencia de deramente disminuida. Más recientemente, las
las personas con trastorno dependiente de la per- investigaciones sugieren que cualidades como la
sonalidad, las personas histriónicas son desinhibi- expresividad emocional y la búsqueda de atención
das y son compañeros vivaces que intencionada- pueden ser características de temperamento de-
mente renuncian a mostrarse autónomos porque terminadas genéticamente. Desde esta perspecti-
ellos creen que esto es deseado por los demás. A di- va, el trastorno histriónico de la personalidad po-
ferencia de las personas con trastorno límite de la dría ser considerado una variante extrema de una
personalidad, no se autoperciben como malas, y disposición temperamental, en la cual la contri-
carecen de los problemas relacionados con la ra- bución ambiental podría ser menos específica que
bia o la intencionada autodestructividad. Las per- la de aquellas teorías mencionadas anteriormente.
760 TRATADO DE PSIQUIATRÍA

Tratamiento TABLA 22-12. CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DEL DSM-IV


PARA EL TRASTORNO NARCISISTA DE LA
La psicoterapia psicodinámica individual, inclu-
PERSONALIDAD
yendo el psicoanálisis, permanece como la piedra
angular de la mayor parte del tratamiento de las Un patrón general de grandiosidad (en la imaginación o
personas con trastorno histriónico de la personali- en el comportamiento), una necesidad de admiración y
dad. Este tratamiento se dirige a incrementar la una falta de empatía, que empiezan al principio de la
edad adulta y que se dan en diversos contextos como lo
consciencia del paciente de 1) cómo su autoestima
indican cinco (o más) de los siguientes ítems:
está ligada de forma desadaptada a su habilidad
para llamar la atención a expensas del desarrollo 1. Tiene un grandioso sentido de autoimportancia (p.
de otras habilidades, y 2) cómo la superficialidad ej., exagera los logros y capacidades, espera ser
en sus relaciones y la experiencia emocional re- reconocido como superior, sin unos logros
flejan temores inconscientes de compromisos rea- porporcionados).
2. Está preocupado por fantasias de éxito ilimitado,
les. Gran parte de este incremento de conscien- poder, brillantez, belleza o amor imaginarios.
ciación ocurre mayoritariamente mediante el 3. Cree que es «especial» y único y que sólo puede ser
análisis del aquí y ahora en la relación doctor-pa- comprendido por, o sólo puede relacionarse con
ciente más que por medio de la reconstrucción de otras personas (o instituciones) que son especiales o
experiencias infantiles. Los terapeutas deben ser de alto status.
conscientes de que la idealización y erotización ca- 4. Exige una admiración excesiva.
racterística que dichos pacientes presentan duran- 5. Es muy pretencioso, por ejemplo, expectativas
irracionales de recibir un trato de favor especial o de
te el tratamiento son el material de exploración, y que se cumplan automáticamente sus expectativas.
por lo tanto deben ser conscientes de la gratifica- 6. Es interpersonalmente explotador; por ejemplo, saca
ción contratransferencial. provecho de los demás para alcanzar sus propias
metas.
7. Carece de empatía: es reacio a reconocer o
Trastorno narcisista de la personalidad identificarse con los sentimientos y necesidades de
los demás.
Historia
8. Frecuentemente envidia a los demás o cree que los
Havelock Ellis (1898) introdujo el término «narci- demás lo envidian a él.
sismo» en 1898 para identificar un tipo de perver- 9. Presenta comportamientos o actitudes arrogantes o
soberbios.
sión sexual que implica tratarse a sí mismo como
un objeto sexual. Freud más tarde adoptó el térmi-
no narcisismo para describir una actitud más ge-
neral de autoensimismamiento y de autoamor. Más
tarde, los analistas modificaron el concepto impli- normalmente se toman muchas molestias para evi-
cando excesivo autoamor y grandiosidad que se de- tar estar expuestas a estas experiencias, y cuando
sarrolla en respuesta a una autoestima dañada (Mo- esto falla, reaccionan convirtiéndose en acomple-
rrison, 1989; Pulver, 1970). El concepto de un tipo jadas y furiosas. Puede sobrevenir una depresión
narcisista de trastorno de la personalidad se desa- importante, la cual a su vez es el desencandenan-
rrolló sólo durante los años ochenta y estaba ma- te normal para la búsqueda de ayuda clínica. En las
yoritariamente inspirado en la enorme atención dis- relaciones personales, las personas narcisistas son
pensada al narcisismo patológico en la comunidad con frecuencia bastante distantes, tratan de man-
psicoanalítica (Gunderson y col., 1991b). Irónica- tener «una impresión de autosuficiencia» (Modell,
mente, esta atención era en gran medida una con- 1975), y pueden utilizar a las demás para sus pro-
secuencia de las contribuciones teóricas y clínicas pios fines. Tienen propensión a sentir que aquellos
de Heinz Kohut (1971,1977), muchas de las cuales con quienes ellos se relacionan necesitan sentirse
se centraban en el narcisismo no patológico. especiales y únicos, porque ellos se ven a sí mis-
mos en estos términos; por tanto, normalmente de-
Características clínicas sean estar relacionados sólo con personas, institu-
ciones, o posesiones que confirmarán su sentido de
Debido a que las personas con trastorno narcisista superioridad. Los criterios del DSM-IV son muy
de la personalidad tienen una enorme autoestima, exactos en identificar las formas arrogantes, so-
son vulnerables a manifestar intensas reacciones cialmente sobresalientes del trastorno narcisista
cuando su autoimagen se ve dañada (Tabla 22-12). de la personalidad. Sin embargo, hay otras formas
Responden con fuertes sentimientos de ofensa o en- en las cuales una convicción de superioridad per-
fado incluso a pequeños desaires, rechazos, desafí- sonal está escondida bajo retraimiento social y una
os o críticas. Como consecuencia de ello, las per- fachada de autosacrificio e incluso humildad (Co-
sonas con trastorno narcisista de la personalidad oper y Ronningstam, 1992).
TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD 761

Diagnóstico diferencial ximación, en teoría, permite que se desarrolle una


transferencia positiva idealizada, que más tarde se
El trastorno narcisista de la personalidad puede con-
irá desvaneciendo por las inevitables frustraciones
fundirse muy fácilmente con los trastornos his-
aparecidas en la terapia —desvanecimiento que cla-
triónico y antisocial de la personalidad. Al igual que
rificará la naturaleza excesiva de las reacciones del
las personas con trastorno antisocial de la perso-
paciente a las frustraciones y disgustos. Una vision
nalidad, las personas con trastorno narcisista de la
alternativa, explicada por Kernberg (1974,1975) es
personalidad son capaces de explotar a los otros
que la vulnerabilidad debe ser encarada antes y más
pero normalmente racionalizan su comportamien-
directamente por interpretaciones y confrontacio-
to en base a la especificidad de sus objetivos o de
nes a través de las cuales estas personas acabarán
sus ventajas personales. Por el contrario, los obje-
reconociendo su grandiosidad y sus inadaptadas
tivos de las personas antisociales son materialistas,
consecuencias. Con cualquiera de las distintas
y sus racionalizaciones, si las ofrecen, están basa-
aproximaciones, normalmente el proceso psicote-
das en la visión de que los otros les harían lo mismo
rapéutico requiere una programación relativa-
a ellos. El excesivo orgullo por sus logros en la per-
mente intensa durante un período de años, en los
sona narcisista, el relativo apremio en la expresión
cuales es primordial en la mente del terapeuta y en
de los sentimientos, y el desprecio por los derechos
sus intervenciones que se reconozca la hipersensi-
y sensibilidades de otras personas, ayuda a distin-
bilidad del paciente narcisista a los desaires.
guirlos de las personas con trastorno histriónico de
la personalidad. Quizás el problema de diagnóstico
diferencial más difícil sea discernir si una persona Trastorno de la personalidad por evitación
que cumple los criterios para trastorno narcisista
de la personalidad tiene un trastorno estable de la Historia
personalidad o una reacción de adaptación. Cuan- El trastorno de la personalidad por evitación, des-
do la aparición de rasgos narcisistas ha sido desen- crito como tal por primera vez en el DSM-II, fue
cadenada defensivamente por experiencias de fra- derivado teóricamente de la tipología de trastornos
caso o de rechazo, estos rasgos pueden disminuir de la personalidad de Millon (1981) (correspon-
radicalmente y la autoestima puede ser restaurada diendo a su patrón activo-desinhibido). A pesar de
cuando tienen lugar nuevas relaciones o logros. esta base teórica, existen algunos antecedentes clí-
nicos, incluyendo el tipo hiperestésico de Kretsch-
Etiología mer (1925), el tipo sensitivo de Schneider (1959),
el tipo desinhibido de Horney (1945), y el carácter
Existe poca evidencia científica disponible acerca fóbico de Fenichel (1945). De hecho, en el DSM-
de la patogénesis del trastorno narcisista de la per- III-R el constructo de trastorno de la personalidad
sonalidad. Reconstrucciones basadas en la historia por evitación fue más estrechamente vinculado al
del desarrollo y las observaciones en el curso del constructo psicoanalítico del carácter fóbico. Los
tratamiento psicoanalítico indican que este tras- cambios del DSM-IV se centran en diferenciar
torno se desarrolla en personas cuyos miedos, re- mejor este trastorno de la condición del Eje I de
chazos o dependencia fueron respondidos con crí- fobia social generalizada (Millon, 1991).
ticas, desprecio o abandono durante su niñez. Estas
experiencias les dejan descontentos de sus propias
reacciones y de las de los demás, e incapacitados Características clínicas
para ver a los demás como una fuente de alivio y Los individuos con trastorno de la personalidad por
apoyo. Desarrollan una capa de invulnerabilidad y evitación experimentan una ansiedad excesiva y ge-
autosuficiencia que enmascara su subyacente vacío neralizada y un malestar en situaciones sociales y
y constriñe su capacidad de sentir en profundidad. en las relaciones íntimas (Tabla 22-13). Aunque de-
sean intensamente relacionarse, lo evitan a causa
Tratamiento de su temor a ser ridiculizados, criticados, recha-
zados, o humillados. Estos temores reflejan su baja
La psicoterapia psicodinámica individual, inclu- autoestima y su hipersensibilidad a ser evaluados
yendo el psicoanálisis, es la piedra angular del tra- negativamente por los demás. Cuando estos indi-
tamiento para las personas con trastorno narcisis- viduos se hallan en situaciones sociales o se rela-
ta de la personalidad. Siguiendo la guía de Kohut, cionan, se sienten ineptos y son tímidos, retraídos,
algunos terapeutas creen que la vulnerabilidad de torpes, y están preocupados por ser criticados o re-
la herida narcisista aconseja que la intervención chazados. Sus vidas son restringidas puesto que no
debe ir dirigida a transmitir empatía hacia las sen- sólo intentan evitar las relaciones interpersonales
sibilidades y desilusiones del paciente. Esta apro- sino que también rehusan emprender nuevas acti-
762 TRATADO DE PSIQUIATRÍA

TABLA 22-13. CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DEL DSM-IV el desarrollo de la conducta de evitación. Kagan
PARA EL TRASTORNO DE LA (1989) ha hallado que algunos niños de tan solo 21
PERSONALIDAD POR EVITACIÓN meses de edad manifiestan un incremento fisioló-
gico del «arousal» y rasgos de evitación en situa-
Un patrón general de inhibición social, unos ciones sociales (por ejemplo, retrayéndose de aque-
sentimientos de inferioridad y una hipersensibilidad a
la evaluación negativa, que comienza al principio de la llo que les es poco familiar y evitando relacionarse
edad adulta y se dan en diversos contextos, como lo con extraños) y que esta inhibición social tiende a
indican cuatro (o más) de los siguientes ítems: persistir durante muchos años.
1. Evita trabajos o actividades que impliquen una
contacto interpersonal importante debido al miedo a
las críticas, la desaprobación o el rechazo.
Tratamiento
2. Es reacio a implicarse con la gente si no está seguro A causa de su excesivo temor al rechazo y a la crí-
de que va a agradar.
3. Demuestra represión en las relaciones íntimas
tica, y a su reticencia a formar relaciones sociales,
debido al miedo a ser avergonzado o ridiculizado las personas con trastorno de la personalidad por evi-
4. Está preocupado por la posibilidad de ser criticado o tación pueden tener dificultades para comprome-
rechazado en las situaciones sociales. terse con el tratamiento. Comprometerles con la
5. Está inhibido en las situaciones interpersonales psicoterapia puede ser facilitado mediante técnicas
nuevas a causa de sentimientos de inferioridad.
6. Se ve a sí mismo socialmente inepto, personalmente de apoyo, la sensibilidad del terapeuta hacia la hi-
poco interesante o inferior a los demás. persensibilidad del paciente, y la interpretación res-
7. Es extremadamente reacio a correr riesgos petuosa del uso defensivo de la evitación. Aunque
personales o a implicarse en nuevas actividades al principio del tratamiento sólo pueden tolerar téc-
debido a que pueden ser comprometedoras. nicas de apoyo, eventualmente pueden responder
bien a todo tipo de psicoterapia, incluyendo las apro-
ximaciones a corto plazo, a largo plazo, y la aproxi-
vidades debido a su temor a experimentar ver- mación psicoanalítica. Los clínicos deberían ser
guenza o humillación. conscientes de las potenciales reacciones contra-
transferenciales tales como la sobreprotección, la
Diagnóstico diferencial indecisión para desafiar adecuadamente al pacien-
te, o las excesivas expectativas de cambio.
El trastorno esquizoide de la personalidad también Aunque existen pocos datos, parece probable
incluye aislamiento social, pero la persona esqui- que el entrenamiento asertivo y en habilidades so-
zoide no desea relacionarse, mientras que la per- ciales pueda incrementar la confianza y la buena
sona evitadora lo desea pero lo evita debido a su disposición del paciente a participar en situaciones
ansiedad y temor a ser humillada y rechazada. sociales. Las técnicas cognitivas que lentamente
Mientras que el trastorno de la personalidad por cambian las asunciones desadaptativas del pacien-
evitación se caracteriza por temores generalizados te sobre su sentido de ineficacia pueden también
a todas aquellas situaciones y relaciones que im- ser de utilidad. Experiencias grupales —quizás, en
plican un posible rechazo o desaprobación, la fobia particular, el mantener grupos de apoyo homogé-
social del Eje I generalmente consiste en temores neos que enfaticen el desarrollo de habilidades so-
específicos relacionados con la actuación social ciales— pueden mostrarse eficaces para este tipo de
(por ejemplo, un temor a decir algo inapropiado o pacientes.
a ser incapaz de responder a preguntas en situa- Los ansiolíticos, en algunas ocasiones, ayudan
ciones sociales). a estos pacientes a manejar mejor la ansiedad pro-
vocada al enfrentarse a situaciones que evitaron
Etiología anteriormente o al intentar nuevas conductas. Está
todavía por determinar si la creciente literatura
Millon (1981), de cuyo trabajo se derivó el trastor- sobre el tratamiento farmacológico de la fobia so-
no de la personalidad por evitación del DSM, su- cial generalizada (por ejemplo, con inhibidores de
girió que el trastorno se desarrollaba a partir del re- la monoamino oxidasa) se muestra aplicable al
chazo y la censura de los padres, lo cual a su vez trastorno de la personalidad por evitación.
podia estar reforzado por el rechazo de los compa-
ñeros. La teoría psicodinámica sugiere que la con-
ducta de evitación puede derivar de experiencias Trastorno de la personalidad por dependencia
vitales prematuras que conducen a un deseo exa-
Historia
gerado de aceptación o a no tolerar las críticas. Es-
tudios recientes desde la perspectiva biológica se- El carácter «oral» de Abraham fue el más impor-
ñalan la importancia de temperamentos innatos en tante antecedente clínico del trastorno depen-
TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD 763

diente de la personalidad (Abraham, 1927). Este TABLA 22-14. CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DEL DSM-IV
tipo de carácter fue conceptualizado como resul- PARA EL TRASTORNO DE LA
tado de una fijación en el primer estadio del desa- PERSONALIDAD POR DEPENDENCIA
rrollo psicosexual, o etapa oral, —una teoría que
fue reflejada en la observación de Fenichel (1945) Una necesidad general y excesiva de que se ocupen de
uno, que ocasiona un comportamiento de sumisión y
acerca de que «ciertas personas actúan como ma- adhesión y temores de separación, que empieza al
dres nodrizas en todas sus relaciones objetales» inicio de la edad adulta y se da en varios contextos,
(p.489). Este tipo de personalidad era similar al tipo como lo indican cinco (o más) de los siguientes ítems:
«sumiso» de Horney (Millon, 1981). 1. Tiene dificultades para tomar las decisiones
cotidianas si no cuenta con un excesivo
El trastorno de la personalidad por dependen-
aconsejamiento y reafirmación por parte de los
cia fue en el DSM-I un subtipo del trastorno pasi- demás.
vo-agresivo de la personalidad y no se convirtió en 2. Necesita que otros asuman la responsabilidad en las
un trastorno independiente hasta el DSM-III. Los principales parcelas de su vida.
cambios del DSM-IV han puesto gran énfasis sobre 3. Tiene dificultades para expresar el desacuerdo con
los demás debido al temor a la pérdida de apoyo o
las características centrales del trastorno y procu- aprobación. Nota: No se incluyen los temores o la
ran disminuir la superposición con otros trastor- retribución realistas.
nos de la personalidad (Hirschfeld y col., 1991). 4. Tiene dificultades para iniciar proyectos o para
hacer las cosas a su manera (debido a la falta de
confianza en su propio juicio o en sus capacidades
Características clínicas más que a una falta de motivación o de energía).
5. Va demasiado lejos llevado por su deseo de lograr
El trastorno de la personalidad por dependencia protección y apoyo de los demás, hasta el punto de
está caracterizado por una excesiva necesidad de presentarse voluntario para realizar tareas
ser cuidado por los demás, lo que conduce a una desagradables.
conducta sumisa y de aferramiento, y a temores 6. Se siente incómodo o desamparado cuando está solo
debido a sus temores exagerados a ser incapaz de
excesivos a ser separado de los demás (Tabla 22- cuidar de sí mismo.
14). Aunque estos individuos parecen ser capaces 7. Cuando termina una relación importante, busca
de cuidar de sí mismos, también dudan de sus ca- urgentemente otra relación que le proporcione el
pacidades y decisiones, y ven a los demás como cuidado y apoyo que necesita.
mucho más fuertes y más capaces que ellos, mien- 8. Está preocupado de forma no realista por el miedo a
que le abandonen y tenga que cuidar de sí mismo.
tras que ellos se autoperciben como completa-
mente incapaces. Estas personas se apoyan excesi-
vamente en otras personas «poderosas» para iniciar
y hacer sus propias cosas, tomar sus decisiones,
asumir responsabilidades por sus acciones y guiar- ladora que asustaría a los pacientes límite. Ade-
les a través de la vida. La baja autoestima y la duda más, las personas con trastorno de la personalidad
sobre su efectividad les lleva a evitar decisiones de por dependencia se muestran más bien aplacadas
responsabilidad. Como se sienten incapaces de fun- que furiosas o autodestructivas cuando se sienten
cionar bien sin una guía excesiva, llegan a extre- amenazadas por la separación. Aunque tanto los
mos de mantener una relación de dependencia. trastornos por evitación como por dependencia de
Pueden por ejemplo, estar siempre de acuerdo con la personalidad se caracterizan por baja autoesti-
aquellos de los que dependen y tienden a ser exce- ma, sensibilidad al rechazo, y una excesiva nece-
sivamente dependientes, sumisos, pasivos y auto- sidad de aprobación, los pacientes con trastorno de
sacrificados. Si la relación de dependencia acaba, la personalidad por dependencia buscan nuevas re-
estos individuos se sienten desamparados y asus- laciones más que evitarlas, y reemplazan rápida e
tados porque ellos no se ven capaces de cuidar de indiscriminadamente las relaciones que han aca-
sí mismos, y a menudo buscan indiscriminada- bado en vez de intentar separarse de los demás.
mente una nueva relación que les proporcione una
guía o cuidado, pues una relación con la que no se Etiología
sientan realizados o incluso una relación abusiva
puede parecerles mejor que el hecho de estar solos. Abraham sugirió que el carácter dependiente deri-
va bien de la sobreindulgencia o bien de la baja in-
dulgencia durante la fase oral del desarrollo (es
Diagnóstico diferencial
decir, del nacimiento a los 2 años de edad). Poste-
Aunque los individuos con trastorno límite de la riormente los datos empíricos han dado más apoyo
personalidad también temen estar solos y necesi- a la hipótesis de baja indulgencia. Sin embargo, es-
tan apoyo sostenido, los individuos dependientes tudios con adultos no han apoyado ninguna aso-
quieren que los otros asuman una función contro- ciación específica entre nutrición u otros hábitos
764 TRATADO DE PSIQUIATRÍA

orales en la infancia y la personalidad dependiente expectativas excesivas de cambio hacia un pa-


en la vida adulta. Puede ser que patrones sosteni- ciente que es percibido como una persona con ex-
dos no relacionados con la fase oral per se —por cesivas necesidades.
ejemplo, enfermedades físicas crónicas, o padres La terapia de grupo y la terapia cognitivo-con-
poco indulgentes que también prohíben la conduc- ductual dirigida a incrementar el funcionamiento
ta independiente— sean más importantes para el independiente, incluyendo el entrenamiento aser-
desarrollo de este trastorno. Los factores genéti- tivo y el entrenamiento en habilidades sociales,
cos/constitucionales, tales como una sumisión in- puede ser útil para algunos pacientes. Si el paciente
nata, también pueden contribuir a la etiología de sostiene una relación que mantiene y refuerza su
este trastorno, como se ha hallado en los estudios excesiva dependencia, la terapia de pareja o fami-
con gemelos, en los cuales los gemelos monocigó- liar puede ser eficaz.
ticos obtienen puntuaciones más similares en es-
calas que miden la sumisión que los gemelos dici-
Trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad
góticos.
Los factores culturales y sociales también pue- Historia
den tener un papel importante en el desarrollo del
A principios del siglo XX, Freud llevó a cabo su fre-
trastorno de la personalidad por dependencia. La
cuentemente citada observación de que las perso-
dependencia es considerada no sólo normal sino
nas con trastorno obsesivocompulsivo de la perso-
también deseable en ciertas culturas; de hecho, Gi-
nalidad estaban caracterizadas por las tres
lligan (1982) ha argumentado que esto se incenti-
«peculiariedades» de orden (que incluye limpieza y
va en las mujeres de nuestra propia cultura. Así
meticulosidad), escrupulosidad y obstinación (Freud,
pues, el trastorno de la personalidad por depen-
1908/1924). De forma parecida, en 1918, Ernest
dencia puede representar una exageración y una va-
Jones describió a estos individuos como preocupa-
riante desadaptativa de la dependencia normal;
dos por la limpieza, el dinero, y el tiempo (Jones,
esto es, puede junto con los trastornos histriónico,
1918/1938). Estas observaciones fueron repetida-
obsesivo-compulsivo, y por evitación de la perso-
mente citadas y ampliadas por la posterior literatu-
nalidad ser conceptualizado mejor como un tras-
ra psicoanalítica —el trastorno a menudo era refe-
torno de «rasgo» (es decir, se manifiesta en un con-
rido como «carácter anal»— y en la literatura
tinuo con los rasgos normales de la personalidad).
descriptiva (Millon, 1981).
Es importante reconocer que para calificar como
La descripción del DSM del trastorno obsesivo-
trastorno de la personalidad por dependencia, los
compulsivo de la personalidad ha reflejado estre-
rasgos dependientes deberían ser tan extremos
chamente estas primeras observaciones clínicas
como para causar un malestar significativo o un
(Pfohl y Blum, 1991). En concordancia con la con-
deterioro en el funcionamiento del sujeto.
sistente representación en la literatura clínica, este
trastorno es uno de los pocos trastornos de la per-
Tratamiento sonalidad que ha sido incluido en cada versión del
DSM. En la psiquiatría europea, este trastorno ha
Los pacientes con trastorno de la personalidad por
sido referido como «trastorno anancástico de la per-
dependencia a menudo llegan a la terapia con que-
sonalidad», un término empleado por Kretschmer
jas de depresión o ansiedad que puede ser preci-
y Schneider en los años 20 y todavía empleado en
pitada por la amenaza o pérdida real de una rela-
el ICD-10.
ción dependiente. A menudo responden bien a los
distintos tipos de psicoterapia individual. El tra-
tamiento puede ser particularmente útil si ex- Características clínicas
plora los temores de independencia del paciente,
usa la transferencia para explorar su dependencia; Como Freud observó, y como los criterios del DSM-
y está dirigido a incrementar la autoestima de los IV reflejan, los individuos con trastorno obsesivo-
pacientes, su sentido de eficacia, asertividad, y compulsivo de la personalidad son excesivamente
funcionamiento independiente. Estos pacientes a ordenados (Tabla 22-15). Son limpios, pulcros, pun-
menudo buscan una relación excesivamente de- tuales, claramente organizados, y supermeticulo-
pendiente con el terapeuta, lo que puede condu- sos. Aunque estos rasgos podrían ser considerados
c i r a problemas de contratransferencia que de virtudes, especialmente en las culturas que se sus-
hecho pueden reforzar su dependencia. El terapeu- criban la ética puritana del trabajo, para calificar
ta puede, por ejemplo, sobreproteger o ser excesi- como trastorno obsesivo-compulsivo de la perso-
vamente directivo con el paciente, dar aprobación nalidad estos rasgos deben ser tan extremos que
o apoyo inapropiado, o prolongar innecesariamen- causen un sufrimiento significativo o un deterio-
te el tratamiento. El terapeuta puede también tener ro en su funcionamiento. Como observó Abraham
TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD 765

TABLA 22-15. CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DEL DSM-IV legar tareas o a realizar trabajos grupales a menos
PARA EL TRASTORNO OBSESIVO- que los demás se sometan exactamente a su forma
COMPULSIVO DE LA PERSONALIDAD de hacer las cosas, lo que refleja su necesidad de
control interpersonal así como su miedo a come-
Un patrón general de preocupación por el orden, el ter errores. Su tendencia a dudar y a preocuparse
perfeccionismo y el control mental e interpersonal, a
expensas de la flexibilidad, la espontaneidad y la también se manifiesta en su incapacidad para des-
eficiencia, que empieza al principio de la edad adulta y hacerse de objetos usados o inútiles que podrían
se da en diversos contextos, como lo indican cuatro (o ser necesarios en caso de futuras catástrofes. Y,
más) de los siguientes ítems: como Freud y Jones observaron, las personas con
trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad
1. Se preocupa por los detalles, las normas, las listas, el
orden, la organización o los horarios, hasta el punto
son avaras consigo mismas y con las demás. Una
de perder de vista el objetivo principal de la descripción caricaturizada de tales personas es la
actividad. de «las máquinas vivientes» de Rado (1959).
2. Su perfeccionismo interfiere con la finalización de
las tareas (p. ej., es incapaz de acabar un proyecto
porque no cumple sus propias exigencias, que son Diagnóstico diferencial
demasiado estrictas).
3. Se dedica excesivamente al trabajo y a la
El trastorno obsesivo-compulsivo de la personali-
productividad con exclusión de las actividades de dad difiere del trastorno obsesivo-compulsivo del
ocio y las amistades (no atribuible a necesidades Eje I en que este último consiste en pensamientos
económicas evidentes). repetitivos específicos y rituales de conducta más
4. Excesiva terquedad, escrupulosidad e inflexibilidad que en unos rasgos de personalidad. Además el
en temas de moral, ética o valores (no atribuible a la
identificación con la cultura o la religión). trastorno obsesivo-compulsivo ha sido tradicio-
5. Es incapaz de deshacerse de los objetos gastados o nalmente considerado egodistónico, mientras que
inútiles, incluso cuando no tienen un valor el trastorno obsesivo-compulsivo de la personali-
sentimental. dad es egosintónico. Estos dos trastornos pueden
6. Es reacio a delegar tareas o trabajo en otros, a no ser presentarse algunas veces, aunque no necesaria-
que éstos se sometan axactamente a su manera de
hacer las cosas. mente, comórbidamente.
7. Adopta un estilo avaro en los gastos para sí y para
los demás; el dinero se considera algo que hay que Etiología
acumular con vistas a catástrofes futuras.
8. Muestra rigidez y obstinación. La observación freudiana de que el trastorno obse-
sivo-compulsivo de la personalidad derivaba de las
dificultades ocurridas durante el estadio anal del
(1923), la perseverancia de estos individuos no es desarrollo psicosexual (es decir, de los 2 a los 4 años
efectiva. Por ejemplo, atender a los detalles es tan de edad) fue posteriormente elaborada y halló eco
exagerado o conlleva tal empleo de tiempo que se en pensadores psicoanalíticos, tales como Karl
olvida el objetivo de la actividad, la meticulosidad Abraham y Wilhelm Reich (1933). De acuerdo con
es tan extrema que causa rigidez e inflexibilidad, esta teoría, en los niños los impulsos libidinales in-
y el perfeccionismo interfiere en la realización de fantiles anal-eróticos entran en conflicto con los in-
la tarea. Y aunque estos individuos tienden a tra- tentos paternos de socialización —en particular, en-
bajar con extremada persistencia, lo hacen a ex- señándoles el control de esfínteres. Aunque estas
pensas de sacrificar actividades y relaciones. Como teorías enfatizan la importancia de la percepción,
Shapiro (1965) ha observado, el pensamiento más por parte de los niños, de la desaprobación paterna
característico de los individuos obsesivo-compul- durante este entrenamiento a controlar los esfín-
sivos es «yo debo» —una frase que habitualmente teres, y la importancia del conflicto resultante del
refleja un severo superego y refleja abiertamente control padres-niño —que Rado (1959) refirió como
sus altos estándares, como también su exigencia, «la batalla del orinal»— estos factores actualmen-
y excesiva meticulosidad, perfeccionismo, rigidez, te no son considerados centrales en la etiología de
y devoción al trabajo y obligaciones. este trastorno. Puede ser, no obstante, que los con-
Estos individuos también tienden a estar muy flictos que surgen durante el entrenamiento del
preocupados por el control —no únicamente sobre aseo personal —tales como los propios del estadio
los detalles de sus propias vidas sino también sobre de autonomía versus verguenza de Erikson (1950)—
sus emociones y sobre los demás. Presentan difi- y que continúan durante otros estadios del desa-
cultades para expresar sentimientos cálidos y tier- rrollo, desempeñen un rol en la etiología de este
nos, a menudo usando expresiones rebuscadas, dis- transtorno (Perry y Vaillant, 1989). En concreto, un
tantes que revelan poco de su experiencia interior. control excesivo por parte de los padres, la crítica,
Además, pueden ser obstinados y reticentes a de- y el avergonzarle pueden provocar en el niño una
766 TRATADO DE PSIQUIATRÍA

inseguridad contra la que se defiende con perfec- Trastorno de la personalidad autodestructiva


cionismo, orden, y con un intento por mantener
un control excesivo. El trastorno de la personalidad autodestructiva
Freud creía que los factores constitucionales ha estado sujeto a mucha controversia. Este tipo
también desempeñaban un rol importante en la de personalidad presenta una tradición clínica y
formación de este tipo de personalidad; de igual una importancia histórica que empezó con Kraft-
modo, Rado postuló la importancia etiológica de Ebbing en el siglo XIX con la descripción del ma-
una cólera excesiva constitucional que conducía a soquismo sexual (que está clasificado como una
enfrentarse a los demás. Como es el caso de la ma- parafilia en el DSM) y con las posteriores des-
yoría de los trastornos de la personalidad, son ne- cripciones freudianas sobre el masoquismo moral,
cesarios los estudios empíricos para clarificar el un patrón de conducta no sexual sumisivo que
origen de estos trastornos. conduce al dolor y maltrato psicológico. Sin em-
bargo, ha suscitado cierta controversia por el po-
Tratamiento tencial mal uso que se podía hacer de este tras-
torno -en particular, puede ser mal aplicado en
Los individuos con trastorno obsesivo-compulsivo mujeres que hayan sufrido abusos sexuales, y por
de la personalidad pueden parecer difíciles de tratar tanto utilizado para culpar a la víctima. En parte
a causa de su excesiva intelectualización y dificul- por la reflexión derivada de estas preocupaciones,
tad de expresión emocional. Sin embargo, estos pa- el trastorno de la personalidad autodestructiva
cientes a menudo responden bien a la psicoterapia nunca ha sido un diagnóstico psiquiátrico oficial
psicoanalítica o al psicoanálisis. Los terapeutas nor- pero fue incluido en el apéndice del DSM-III-R
malmente necesitan ser relativamente activos en el (Fiester, 1991). Se ha utilizado la etiqueta de tras-
tratamiento. Los terapeutas también deberían evi- torno de la personalidad autodestructiva en vez
tar ser arrastrados a discusiones interesantes pero de la de trastorno masoquista de la personalidad
poco influyentes que probablemente no conllevarán para enfatizar la distinción de los primeros con-
ningún beneficio terapéutico; en otras palabras, más ceptos psicoanalíticos sobre el masoquismo fe-
que la intelectualización con el paciente, los tera- menino. Sin embargo, las propuestas de este tras-
peutas deberían focalizarse en los sentimientos que torno implican que tanto puede ser aplicado a los
estos pacientes normalmente evitan. Otras defen- hombres como a las mujeres, y que es un con-
sas frecuentes en este trastorno, como la racionali- cepto clínicamente práctico con importantes im-
zación, el aislamiento, la desactivación defensiva, plicaciones para el tratamiento.
y la formación reactiva, deberían ser identificadas y El trastorno de la personalidad autodestructiva
clarificadas. La pugna por el poder que puede ocu- se aplica a personas que exhiben una pauta gene-
rrir en el tratamiento ofrece oportunidades para con- ralizada de conducta autodestructiva que no ocu-
ducir la excesiva necesidad de control del paciente. rre sólo en respuesta, a la agresión física, sexual o
Las técnicas cognitivas pueden ser utilizadas psicológica, sino también anticipándose a ella
para disminuir la excesiva necesidad de control y (Tabla 22-16). Las personas que padecen este tras-
perfección del paciente. Aunque estos pacientes torno se sienten indignas de merecer un buen trato,
pueden resistirse a la terapia de grupo a causa de y como resultado, se tratan a sí mismas pobre-
su necesidad de control, los grupos orientados di- mente e inconscientemente incitan a las demás a
námicamente que fijen su objetivo sobre los sen- que les hagan sufrir. Estas personas pueden, por
timientos pueden proporcionarles «insight» e in- ejemplo, rechazar oportunidades porque así expe-
crementar su bienestar mediante la exploración y rimentan placer, escogen personas o situaciones
expresión de nuevas emociones. que les conducen a un fracaso o maltrato, e inci-
tan a las demás a ser agresivas con ellas o a que las
rechacen. Cuando las cosas les salen bien, inten-
OTROS TRASTORNOS DE LA tan menospreciarse para, por ejemplo, deprimirse
PERSONALIDAD o autoprovocarse dolor.
El tratamiento de este trastorno es complicado
Se consideró necesario incluir en el Eje II del DSM- por las tendencias autodestructivas del paciente;
IV los tres siguientes trastornos de la personalidad sin saberlo, los pacientes pueden socavar el trata-
en base a su tradición histórica, utilidad clínica, miento y sus progresos porque se sienten indignos
y/o apoyo empírico. Sin embargo, por varias razo- de mejora o felicidad. Explorando la necesidad vic-
nes pensamos que requieren de estudio posterior. timista del paciente invistiéndole de un sufri-
Nótese que los tres trastornos incluyen a personas miento egodistónico, se puede conseguir un buen
crónicamente malhumoradas que tienen proble- resultado con psicoterapia dirigida hacia su in-
mas con la expresión directa de su agresividad. trospección o psicoanálisis.
TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD 767

TABLA 22-16. TRASTORNO DE LA PERSONALIDAD TABLA 22-17. CRITERIOS DE INVESTIGACIÓN DEL DSM-
AUTODESTRUCTIVA IV (APÉNDICE) PARA EL TRASTORNO
DEPRESIVO DE LA PERSONALIDAD
Un patrón general de conducta autodestructiva que
empieza al principio de la edad adulta, y que se da en A. Patrón permanente de comportamientos y funciones
diversos contextos y en más de una área de cognoscitivos depresivos que se inicia al principio
funcionamiento tales como la escuela, el trabajo, las de la edad adulta y se refleja en una amplia variedad
relaciones sociales, o las relaciones interpersonales de contextos y que se caracteriza por cinco (o más)
próximas, como lo indican al menos cinco de los de los siguientes síntomas:
siguientes ítems: 1. El estado de ánimo habitual está presidido por
1. Elige personas y situaciones que conducen a la sentimientos de abatimiento, tristeza, desánimo,
decepción, el fracaso o el maltrato incluso cuando la desilusión e infelicidad.
persona admite o reconoce que dispone de otras 2. La concepción que el sujeto tiene de sí mismo se
opciones reales. centra principalmente en sentimientos de
2. Rechaza o convierte en inútiles los intentos de impotencia, inutilidad y baja autoestima.
ayuda de los demás. 3. Se critica, se acusa o se autodescalifica.
3. Responde a acontecimientos personales positivos (p. 4. Cavila y tiende a preocuparse por todo.
ej., un nuevo logro) con un estado de ánimo 5. Critica, juzga y lleva la contraria a los otros.
disfórico, culpabilidad, o una conducta que produce 6. Se muestra pesimista.
dolor (p.ej., un accidente). 7. Tiende a sentirse culpable o arrepentido.
4. Provoca respuestas de enfado o de rechazo en los
demás y luego se siente herido, frustrado o B. Los síntomas no aparecen exclusivamente en el
humillado (p. ej., se burla de su cónyuge en público, transcurso de episodios depresivos mayores y no se
provocando una réplica airada, y se siente luego explican mejor por la presencia de un trastorno
desolado). distímico.
5. Rechaza oportunidades de experimentar placer, o es Nota: Los criterios de investigación del DSM-IV para el trastorno
reacio a reconocer que se lo pasa bien (a pesar de depresivo de la personalidad se encuentran en el Apéndica B:
poseer unas habilidades sociales adecuadas y una «Criterios y ejes propuestos para estudios posteriores».
capacidad para experimentar placer).
6. No consigue llevar a cabo tareas cruciales para sus
objetivos personales a pesar de poseer una capacidad ca de este trastorno, por la que fue incluido en el
demostrada para lograrlos (p. ej., ayuda a otros ICD-9, y del apoyo de distintas evidencias empíri-
estudiantes en sus trabajos, pero no es capaz de cas, el trastorno depresivo de la personalidad fue
realizar los suyos).
7. No se interesa por la gente que constantemente lo añadido en el apéndice del DSM-IV.
trata bien o lo rechazan (p. ej., no se siente atraído Las personas con trastorno depresivo de la per-
por compañeros sexuales que se preocupan por él). s onalidad están persistentemente desanimadas,
8. Considera que no merece ser bien tratado. agobiadas, preocupadas, serias, pesimistas y son in-
capaces de disfrutar o relajarse (Tabla 22-17). A me-
nudo tienden a sentirse culpables y con remordi-
mientos, se autocastigan, son pasivas, no asertivas,
Trastorno depresivo de la personalidad
e introvertidas. Tienen una baja autoestima y son
De todos los trastornos de la personalidad, el tras- excesivamente sensibles a la cítica o al rechazo.
torno depresivo de la personalidad probablemente Aunque estos individuos pueden ser críticos con
sea el que ha disfrutado de mayor tradición clíni- los demás, tienen dificultad para dirigir críticas o
ca, habiéndose reconocido ya hace 2000 años por alguna forma de agresividad hacia ellos y son bási-
Hipócrates en su descripción de la «bilis negra», o camente críticos consigo mismos. Son claramente
temperamento melancólico (Phillips y col., 1990). dependientes de la estima y aceptación de los otros,
Kraepelin (1921) también describió este trastorno pero inhiben la expresión de esta dependencia y
y, como Hipócrates, lo consideró un trastorno del pueden en cambio parecer autosuficientes.
espectro depresivo -una variante constitucional pa- Aunque ya se ha expresado la preocupacón acer-
recida a un rasgo de los trastornos depresivos más ca de que este trastorno pueda estar sumamente so-
graves y que predispone a su aparición. La descrip- lapado con los trastornos depresivos del Eje I —en
ción de Schneider (1959) de este tipo de personali- particular, con la distimia— los datos disponibles
dad llevó a su inclusión en el ICD-9 como un tras- sugieren que este solapamiento con la distimia, la
torno afectivo de la personalidad. Kernberg (1988), depresión mayor y otros trastornos de la personali-
que lo extrajo de los escritos de Laughlin, enfatizó dad está lejos de ser completo y que el trastorno de-
las características psicodinámicas en este tipo de pendiente de la personalidad parece ser un cons-
personalidad, que incluían un superego severo, una tructo distinto (D.N. Klein, 1990). No obstante, este
expresión inhibida de la agresividad, y una depen- trastorno no debería diagnosticarse si aparece ex-
dencia excesiva que se contrarresta con una auto- clusivamente durante un episodio depresivo mayor.
suficiencia. A causa de la fuerte tradición históri- Aunque el trastorno depresivo de la personalidad
768 TRATADO DE PSIQUIATRÍA

parece distinto de los trastornos depresivos del Eje TABLA 22-18. CRITERIOS DE INVESTIGACIÓN DEL DSM-
I, los antecedentes familiares y otros datos sugie- IV (APÉNDICE) PARA EL TRASTORNO
ren que puede estar relacionado con estos trastor- PASIVO-AGRESIVO (NEGATIVISTA) DE LA
nos, apoyando el concepto de espectro de Kraepe- PERSONALIDAD
lin.
A. Patrón permanente de actitudes de oposición y
Se ha notificado que el trastorno depresivo de respuestas pasivas ante las demandas que exigen un
la personalidad responde bien a la psicoterapia psi- rendimiento adecuado, que se inicia a principios de
coanalítica y al psicoanálisis. Aunque se ha pro- la edad adulta y se refleja en una amplia variedad de
puesto que los episodios depresivos mayores que contextos, y que se caracteriza por cuatro (o más) de
los siguientes síntomas:
pueden concurrir con este tipo de personalidad
1. Resistencia pasiva a rendir en la rutina social y
pueden ser particularmente sensibles a medicación en las tareas laborales.
antidepresiva (Akiskal, 1983), esta afirmación pre- 2. Quejas de incomprensión y de ser despreciado
cisa de futura validación empírica. por los demás.
3. Hostilidad y facilidad para discutir.
4. Crítica y desprecio irracionales por la autoridad.
Trastorno negativista de la personalidad 5. Muestras de envidia y resentimiento hacia los
compañeros aparentemente más afortunados que
El trastorno negativista de la personalidad se in- él.
trodujo en el apéndice del DSM-IV como sustitu- 6. Quejas abiertas y exageradas de su mala suerte.
to de la categoría excesivamente restringida de 7. Alternancia de amenazas hostiles y
arrepentimiento.
trastorno pasivo-agresivo de la personalidad, que
representaba más un simple mecanismo de defen- B. El patrón comportamental no aparece
exclusivamente en el transcurso de episodios
sa que un trastorno de la personalidad. Otras li- depresivos mayores y no se explica mejor por la
mitaciones del trastorno pasivo-agresivo de la per- presencia de un trastorno distímico.
sonalidad eran su limitado apoyo empírico y el Nota: Los criterios de investigación del DSM-IV para el trastorno
hecho de que la conducta pasivo-agresiva puede ser pasivo-agresivo (negativista) de la personalidad se encuentran en el
Apéndica B: «Criterios y ejes propuestos para estudios posteriores».
normativa, incluso loable, en determinadas situa-
ciones. El trastorno negativista de la personalidad
es un constructo más amplio que tiene algunos an- el conocimiento de estos trastornos es la elevada
tecedentes históricos, tales como los «depresivos conciencia que se tiene de ellos y las nuevas y ela-
malhumorados» de Schneider (1923). boradas preguntas que esta conciencia ha genera-
El trastorno negativista de la personalidad, do. Quedan, todavía, retos entre los cuales halla-
como el trastorno pasivo-agresivo de la personali- mos una explicación de los límites entre los
dad, describe un patrón generalizado de resisten- trastornos de la personalidad y la normalidad y las
cia pasiva a cumplir las exigencias sociales y la- categorías diagnósticas del Eje I, y el descubri-
borales (Tabla 22-18). Este patrón también miento de las bases biogenéticas para la clasifica-
comprende un amplio muestrario de actitudes y ción de los trastornos de la personalidad. Existe
conductas negativistas, tales como malhumor, pe- una buena razón para creer que con la continua in-
simismo y cinismo, quejas y refunfuños; senti- vestigación clínica y con la investigación científi-
mientos de mala suerte y de desgracia personal, y ca básica, el sistema de clasificación continuará
envidia de aquellos que consideran más afortuna- cambiando de manera que se acerque más a la etio-
dos. Además, estos individuos tienden a alternar logía y al tratamiento de estos trastornos.
entre la autorreivindicación hostil y la sumisión
contrita. Las características clínicas de este tras-
torno y su distinción de los otros trastornos de la BIBLIOGRAFÍA
personalidad están aún por confirmarse.
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