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Existencialismo y literatura

16 de Agosto de 2010 Publicado por Pablo


Existencialismo es un término que se aplica al trabajo de un conjunto de
filósofos de los siglos XIX y XX que, a pesar de contar con profundas
diferencias doctrinales entre ellos, mantuvieron la idea de que el principal
objetivo del pensamiento filosófico debía ser el de lidiar con las condiciones
de la existencia individual, así como sus emociones, acciones,
responsabilidades y pensamientos. En particular, Soren Kierkegaard -quien
es hoy considerado como el padre del existencialismo-, estableció que cada
individuo es únicamente responsable de darle a su propia vida un significado,
y de vivir esa vida de forma pasional y sincera, a pesar de los muchos
obstáculos que pueda encontrarse.

No obstante, el propio término “existencialismo” no existió filosóficamente


hasta la década de los 40, en el siglo XX, cuando lo acuñó el filósofo francés
Gabriel Marcel, y no se popularizó hasta que Jean-Paul Sarte -quien a la
postre sería el más conocido de los filósofos existencialistas- lo adoptó y
explicó en su obra El existencialismo es un humanismo, obra que se convirtió
en el principal canal de popularización de la doctrina. A partir de ahí se aplicó
retrospectivamente a ciertos filósofos anteriores, tales como Martin
Hedegger, Karl Jaspers, Friedrich Nietzche y el mencionado Soren
Kierkegaard.

De la misma manera, en esta búsqueda inicial por establecer una genealogía


del existencialismo salieron a relucir las obras literarias de dos autores en
particular, el ruso Fiódor Dostoyevski, y el checo Franz Kafka. El primero
presenta en Memorias del subsuelo la historia de un hombre incapaz de
encajar en la sociedad e infeliz con su propia identidad. En su propia obra
magna, Crimen y castigo, Dostoyevski aplica a su protagonista -Raskolnikov-
una crisis existencial que lo impulsa a descubrir la Iglesia Ortodoxa. Kafka,
por su parte, creó surrealistas y alienados personajes que se movían entre la
desesperanza y el más puro absurdo, como los que pueblan sus principales
novelas –La Metamorfosis y El proceso-.
El propio Sartre fue autor de una novela, Nausea, que buceó en las ideas del
existencialismo y que, de hecho, muchas veces se recomienda como
material idóneo para acceder a sus complicados razonamientos filosóficos.
En la segunda mitad del siglo XX numerosos autores tomaron ideas o se
inspiraron en Sartre y el resto de filósofos existencialistas. Si bien no se
puede decir que exista una “literatura existencialista” como tal, y aunque allí
donde se encuentran con mayor claridad muchas veces se confunden con los
rasgos del posmodernismo, las raíces del existencialismo brotan en muchas
novelas contemporáneas, como por ejemplo ¿Sueñan los androides con
ovejas eléctricas?, de Philip K. Dick, o El Club de la Lucha, de Chuck
Palahniuk.

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http://lengua.laguia2000.com/literatura/existencialismo-y-
literatura#ixzz4dOMevGJc

concebir los géneros literarios.


La guía sugerida trabaja con un artefacto de Francisco de la Puente que pone de manifiesto una
mezcla entre escritura e imagen. Otro ejemplo de esto podría ser la poesía visual, que rompe con
el género lírico tradicional, y que puedes ejemplificar a partir del Caligrama (ver actividad “mundo
inabarcable e ilógico”).
Para evaluar el ítem de preguntas te proponemos los siguientes indicadores de evaluación:

 Distinguir la obra de arte no como imitación del referente, sino como una construcción de
realidad.
 Identificar la relación entre la máquina (como metáfora de funcionalismo) y la forma de operar del
artefacto.
 Relacionar el aspecto teórico del arte contemporáneo con obras reales.
 Evaluar y proponer una definición de artefacto.
Bibliografía sugerida
1990
BAJTÍN, Mijail: Estética de la creación verbal, Siglo Veintiuno, México D.F.
1991
BAUDRILLARD, Jean: La transparencia del mal, Editorial Anagrama, Barcelona.
2001
BAUMAN, Zigmunt: La posmodernidad y sus descontentos, Ediciones Akal, Madrid.
1988
BERMAN, Marshal: Todo lo Sólido se Desvanece en el Aire. La Experiencia de la Modernidad,
Madrid, Ed. Siglo XXI.
1987
BÜRGER, Peter: Teoría de la Vanguardia, Barcelona, Ed. Península.
1988
CHEVALIER, Jean: Diccionario de Símbolos. Herder, Barcelona.
1985
CIRLOT, Juan Eduardo: Diccionario de Símbolos. Editorial Labor, Barcelona.
1983
DE MICHELI, Mario: Las Vanguardias Artísticas del Siglo XX, Madrid, Ed. Alianza.
1984
ECO, Humberto: Obra Abierta. Barcelona, Ed. Planeta-Agostini.
1999
ESTÉBANEZ, Demetrio: Diccionario de términos literarios. Alianza, Madrid.
1989
HABERMAS, Jürgen: Modernidad: un proyecto incompleto, en: Nicolás Casullo, comp. El debate
modernidad-posmodernidad, Punto Sur, Buenos Aires.
1983
HAUSER, Arnold: Bajo el signo del cine, en: Historia social de la literatura y el arte. Ed. Labor,
Barcelona.
1999
HOBSBAWM, Eric: Historia del siglo XX. Ed. Crítica, Bs. Aires.
1989
LYOTARD, Jean-François: La Condición Postmoderna. Editorial Cátedra, Madrid.
1989
MARCHESE, A; Forradellas, J.: Diccionario de retórica, crítica y terminología literaria.
Barcelona, Ariel.
1988
OSORIO, Nelson: Manifiestos, proclamas y polémicas de la vanguardia literaria
hispanoamericana. Editorial Ayacucho, Caracas.
1991
SCHWARTZ, Jorge: Las Vanguardias Latinoamericanas (textos programáticos y críticos).
Editorial Cátedra, Madrid.
1999 (2° edición)
SHAW, Donald: Nueva Narrativa Hispanoamericana. Editorial Cátedra, Madrid.
1988
SARLO, Beatriz: Una modernidad periférica: Buenos Aires 1920 y 1930. Editorial Nueva Visión.
1987
SHKLOVSKY, I. S.: El arte como artificio, en: Todorov, Tzvetan: La teoría de la literatura de los
formalistas rusos. Editorial Siglo Veintiuno, Méjico D.F.
1989
WILLAMS, Raymond: El lenguaje y la Vanguardia, en: J. Culler et al.: La lingüística de la
Escritura. Editorial Visor, Madrid.
Guías de aprendizaje
Oliverio Girondo (doc)
Montaje y enumeración (doc)
Huidobro (doc)
Artefacto (doc)
Monólogo interior (doc)

4. EXISTENCIALISMO

Con las propias palabras de Jean Paul Sartre: “El existencialismo ateo que yo represento
(...) declara que si Dios no existe, hay por lo menos un ser en el que la existencia precede a la
esencia, un ser que existe antes de poder ser definido por ningún concepto, y que este ser es el
hombre, o como dice Heidegger, la realidad humana. ¿Qué significa aquí que la existencia
precede a la esencia? Significa que el hombre empieza por existir, se encuentra, surge en el
mundo, y que después se define. El hombre, tal como lo concibe el existencialista, si no es
definible, es porque empieza por no ser nada. Solo será después, y será tal como se haya hecho.
Así, pues, no hay naturaleza humana, porque no hay Dios para concebirla.
El hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere,
y como se concibe después de la existencia, como se quiere después de este impulso hacia la
existencia; el hombre no es otra cosa que lo que él se hace. Éste es el primer principio del
existencialismo. Es también lo que se llama la subjetividad, que se nos echa en cara bajo ese
nombre. Pero ¿qué queremos decir con esto sino que el hombre tiene una dignidad mayor que
la piedra o la mesa? Pues queremos decir que el hombre empieza por existir, es decir, que
empieza por ser algo que se lanza hacia un porvenir, y que es consciente de proyectarse hacia el
porvenir. El hombre es ante todo un proyecto que se vive subjetivamente, en lugar de ser un
musgo, una podredumbre o una coliflor; nada existe previamente a este proyecto; nada hay en
el cielo inteligible, y el hombre será, ante todo, lo que habrá proyectado ser. No lo que querrá
ser. Pues lo que entendemos ordinariamente por querer es una decisión consciente, que para la
mayoría de nosotros es posterior a lo que el hombre ha hecho de sí mismo. Yo puedo querer
adherirme a un partido, escribir un libro, casarme; todo esto no es más que la manifestación de
una elección más original, más espontánea que lo que se llama voluntad. Pero si verdaderamente
la existencia precede a la esencia, el hombre es responsable de lo que es”.

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