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LA HISTORIA DEL CÁLCULO

David Martín Bermúdez

18 de enero de 2018

Resumen

A lo largo de la historia, el desarrollo de las matemáticas, ha sido de vital impor-


tancia para toda las ciencia, sin embargo, en la mayoría de ocasiones han trascendi-
do las fórmulas, omitiendo el contexto histórico que llevó a las más grandes mentes
pensantes de la época a desarrollar los cálculos que propiciaron avances tan gran-
des como la llegada del hombre al espacio exterior o la construcción de sistemas
que nos permiten comprender partes del mundo que escapan a nuestra concepción
visual. El motivo de este documento es poner en contexto histórico estos avances,
con el fin de entender el hermoso escenario que dio lugar a tales hazañas.

Índice
1. Introducción 2

2. El cálculo. 2
2.1. Newton . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
2.1.1. El problema de la tangente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
2.2. Leibniz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6

3. Conclusión 7

Referencias 8

1
1. Introducción
Remontémonos a 1903, cuando Konstantin Eduardovich Tsiolkovsky logró resol-
ver la ecuación del cohete demostrando que los viajes al espacio eran posibles, y es
más, que estos no eran concebibles con un cohete de una única fase1 . Sin embargo,
este hecho suscita unas cuantas preguntas con respecto al marco histórico en el que
se encuentra ¿Por qué principios se matemáticos se rigen estos cálculos de asombrosa
exactitud? y ¿Qué personajes subyacen a las fórmulas que propiciaron tales aconteci-
mientos?

Para la primera cuestión, la ecuación del cohete de Tsiolkovsky viene dada por
∆v = ve · ln( m0
m1
), donde ∆v es el incremento de la velocidad del cohete con respecto a
su masa total inicial m0 , la masa final m1 y la velocidad de evacuación del combustible
ve . Que no es más que una aplicación de la Tercera Ley de Newton. Debido al principio
de acción-reacción el cohete se propulsará en dirección opuesta a la fuerza generada
mediante la quema del combustible. Sin el trabajo de Newton esto no habría sido posi-
ble, pero tampoco sin el trabajo de Leibniz, y de hecho, centraremos nuestro interés en
lo que supusieron estos dos matemáticos para la historia del cálculo.

2. El cálculo.
El término “cálculo” procede del latín calculus, que significa “guijarro o piedra pe-
queña”. Estas piedras eran las que constituían los ábacos romanos y por tanto las que
se usaban para calculare. No sin precedentes el cálculo es, junto con la geometría, la
mayor de las creaciones de las matemáticas y su propósito principal fue solventar los
problemas científicos del siglo XVII.

Uno de estos problemas era el siguiente, dada la formula de la distancia que un cuer-
po recorre como función del tiempo, obtener la velocidad y la aceleración en cualquier
cualquier instante y viceversa, dada la aceleración, obtener la velocidad y distancia. Esto
degeneraba, a su vez, en otros problemas debidos a que las velocidades y aceleracio-
nes que interesaban variaban de instante de tiempo en instante de tiempo. No obstante,
desde un punto de vista físico los objetos tienen una velocidad que varía a lo largo del
tiempo .

El resto de los problemas científicos variaban entre la obtención de la recta tangente


a una curva, la obtención de longitudes de curvas o los valores máximos o mínimos
1
[Pickhover, ]

2
de una función [Kline, 1972a]. No obstante, dichos problemas fueron abordados por los
matemáticos más grandes de su siglo, en especial Isaac Newton y G. W. Leibniz. Es
entonces cuando empieza a desarrollarse el cálculo infinitesimal de dos formas simul-
táneas por su parte. Por una parte, Newton desarrolla el método de las fluxiones y las
series infinitas, que aunque se había terminado en 1671, no publicó hasta 1736 en Met-
hod of Fluxions, aunque ya había incluido el trabajo a modo de anexo en el libro III de su
famosa obra Philosophiae naturalis principia mathematíca. Newton ya había reconocido
en el primero de sus principia, en 1726 que Leibniz poseía un método similar casi diez
años antes, y, sin embargo en la tercera publicación del Principia elimina la referencia al
cálculo de Leibniz, reconociendo que lo descubierto por Leibniz era independiente de lo
que él había hallado [Boyer, 1989].

2.1. Newton
Isaac Newton (1642-1727) nació en Woolshorpe, cerca de Cambridge (Inglaterra),
en una familia de granjeros. En 1665, después de obtener el graduado de bachiller en la
universidad de Cambridge y posteriormente, en 1668, obtuvo el grado de Maestro bajo
la tutela de Isaac Barrow (1630-1677), que después de un año, en 1669, le cedió su
cátedra a Newton en señal de reconocimiento a su talento y logros científicos, princi-
palmente por el florecimiento de sus fuerzas. En 1672 fue elegido miembro y en 1703
presidente de la Royal Society Londinense, aunque sus trabajos más importantes en
matemáticas fueron escritos durante sus estancia en Cambridge.

Como se puede ver en [Newton, 1736] el método Newton tenía una notación poco
ortodoxa, él llama fluxiones a las derivadas con respecto al tiempo y los representa con
ẏ para la primera derivada ÿ y así sucesivamente. para el cálculo de las velocidades
instantáneas, usa el símbolo 0 para representar el momento, por consiguiente ẏ0 es
producto de la velocidad instantánea por su momento de tiempo. El símbolo de cuadra-
tura viene dado por y , que es muy a los que usamos habitualmente hoy en día. No
obstante su trabajo supuso un antes y un despúes en la concepción del movimiento y
poco depués la notación iría siendo desplazada por la de Leibniz, que era mucho más
intuitiva y de la cual ya hablaremos más adelante.

2.1.1. El problema de la tangente

Isaac Barrow, junto con Fermat (1601-1665) y Roberval (1602-1675)2 también fue-
ron muy importantes para el desarrollo del cálculo, pues, entre otras cosas, cada uno
propuso una solución al ya mencionado problema de la tangente, que si bien sin las
2
Aunque estos no son los actores principales de esta sección, su trabajo es muy interesante en el
contexto del desarrollo del cálculo porque pone de manifiesto la manera de pensar de la época.

3
posibilidades que brinda el cálculo infinitesimal distaba de ser una solución perfecta, sir-
vieron para resolver muchos problemas científicos en la época3 . La solución propuesta
por Roberval era una generalización de una propuesta por Arquímedes para calcular la
tangente en cada punto de su espiral. Consistía en pensar en la curva como la posición
de un punto que se mueve debido a dos velocidades, por ejemplo, un proyectil dispara-
do experimenta una fuerza vertical y otra horizontal y la tangente sería la diagonal del
rectángulo que forman, sin embargo no todas las curvas eran debidas a un movimiento
de este tipo, así que no se trataba de una solución general y el problema seguía sin
resolver. La solución que dieron Fermat y Barrow se parece mucho a la que conocemos
hoy en día, sin embargo en esta época no se había desarrollado todavía el concepto de
límite4 , a pesar de que los planteamientos realizados no distan demasiado de este. La
solución de Fermat parte de su método para hallar máximos y mínimos y es como sigue:

Suponemos que la recta BE es la tangente deseada a la curva5 (ver Figura 1),


tomamos un punto arbitrario O y trazamos el segmento IO paralelo a la ordenada BC ,
tendremos:
BC 2 BC 2 CE 2
CD
DI
> OI 2
, ya que el punto se encuentra fuera de la parábola. Pero OI 2
= IE 2
, a
CE 2
causa de que los triángulos son semejantes. entonces CD
DI
> IE 2
.

a2
Hacemos CD = d, CE = a y CI = e; tendremos d
d−e
> a2 +e2 −2ac
. De donde se
obtiene:

2
da2 + de2 − 2dae > da2 − a e

Ahora Fermat resta los términos comunes y divide entre e:

de + a2 ∼ 2da

Por último elimina e, de donde a2 = 2da y finalmente a = 2d.

Sin embargo, citando el párrafo inmediatamente después «ce qui est conforme à la
vérité» y seguidamente «Cette méthode ne trompe jamais, et peus s’etendre à nombre
de questions trè belles» es decir «lo cual es conforme a la verdad» y «Este método
nunca falla y puede ser aplicado a un gran número de preguntas muy hermosas», y,
en parte, no le faltaba razón, sin embargo, quizás este pensamiento de perfección con
respecto a su método unido a la forma de pensar de la época, tomando las distancias
3
[Kline, 1972b]
4
La primera definición rigurosa de límite se dio un siglo más tarde y sería perfeccionada por Cauchy y
Weierstrass
5
En el documento original se trata específicamente de una parábola, a partir de aquí he construido la
figura dejando intuir la original que se puede encontrar en [de Fermat, 1896].

4
de los segmentos en lugar de las funciones, fue lo que alejó a este autor de la senda
del desarrollo del cálculo. Que parecía ir por muy buen camino pues de este método era
utilizado para hallar mínimos y máximos, de una forma muy parecida a como lo hacemos
hoy en día. Simplemente añadiendo las funciones y aplicando los pasos obtenemos
f (x) = F (x + e), seguidamente f (x + e)~f (x), eliminando los comunes f (x + e) −
f (x) ∼ 0, dividiendo entre e obtenemos f (x+e)−f
e
(x)
y a partir de aquí haríamos e = 0,
en nuestro caso calcularíamos ese límite pero en el caso de Fermat está teniendo en
cuenta unicamente longitudes y en ningún momento piensa en el concepto de aproximar
infinitamente e a cero.

Figura 1: Solución de Fermat

La solución de I. Barrow cae un poco en el mismo concepto, no obstante, este está


un poco más cerca. Barrow hace uso del triángulo característico de Pascal, para decir
que los triángulos P QR y NP M son semejantes (Ver Figura 2), entonces NM
PM
= PR
QR
.
Sin embargo, si tomas un incremento e lo suficientemente pequeño o la curva es lo
suficientemente plana, se podría considerar Q = P ′ . Con este pretexto se siguen los
métodos utilizados por Fermat con la diferencia de que ahora hay dos incrementos e y
a, en el caso de la notación actual f (x, y) = f (x + e, y + a).

Figura 2: Soluciones de Isaac Barrow

A Newton le debemos logros tales como las leyes de la mecánica clásica, la gra-
vitación universal, la descomposición espectral de la luz y la elaboración del cálculo
diferencial e integral en forma del método de fluxiones, que hoy en día sigue siendo
utilizado en ingeniería mecánica. Sin embargo, los símbolos de Newton no son tan có-
modos como los de Leibniz, que, sin lugar a dudas, son los más difundidos y utilizados

5
hoy en día [Cajori, 2009].

2.2. Leibniz
Leibniz acaba llegando a la misma conclusión que Newton ya había alcanzado mu-
chos años antes, que él estaba en posesión de un método que era altamente impor-
tante debido a su generalidad ya que toda función fuese del tipo que fuese, siempre
podía aplicar sus operaciones de búsqueda de sumas y diferencias y ademas había
sido beneficiado por el desarrollo de un lenguaje y notación adecuadas. No obstante, el
desarrollo de su cálculo acaba partiendo del mismo punto que ya vimos anteriormente,
al encontrarse cada vez más frecuentemente la aplicación del triángulo característico de
Pascal para la resolución de problemas sobre tangentes y a partir de ahí va llegando a
la posibilidad de sumar diferencias (dx y dy ), que generan los lados del triángulo carac-
terístico. De esta manera y sin conocer los trabajos de Barrow y Newton, descubrió la
relación mutuamente inversa entre los métodos de trazado de tangentes y las cuadratu-
ras, que posteriormente pasarían a llamarse diferenciación e integración[?].

Durante todo el tiempo Leibniz, siendo partidario de crear una simbología que faci-
litara el pensamiento, fue desarrollando un simbolismo cómodo hasta llegar a la idea
del símbolo «d» como abreviatura de «diferencia». Leibniz representó la integral como
suma de todas las ordenadas y las escribió como omny . Más tarde sustituyó omn por
´

partiendo de la palabra Summa. También se esforzó en reflejar que la integración y la


diferenciación eran inversas en su simbología.: si l = ax entonces l = ax , y enseguida
´
d
llegó a la idea de que es mejor escribir d(ax) pues dx es lo mismo que xd , la diferencia
entre x próximos. Pero de (ax) = l se obtiene que el diferencial d(ax) es como si fuera
´

igual a la magnitud finita l, así poco a poco fue añadiendo el símbolo de diferencial en
el argumento, obteniendo la notación que usamos actualmente ydx.
´

Leibniz compartió correspondencia con Newton a través del secretario de la Royal


Society de Londres entre 1676 y 1677. En las cartas mostraba sus resultados y interesa-
ba por conocer más sobre los métodos y resultados de Newton. Ambos se comprendían
bien reconociendo la proximidad de sus ideas y deducciones, lamentablemente se aca-
bó suspendiendo la correspondencia debido a que Newton dejó de contestar las cartas.

Sobre el año 1684 Leibniz publicó su primera memoria sobre el análisis infinitesimal
«nuevo método de los máximos, mínimos y también de las tangentes, para el cual no
son obstáculo las magnitudes fraccionaras ni irracionales y un nuevo tipo, especial para
esto, de cálculo». En esta publicación ya se formulan las reglas de diferenciación de una

6
constante, suma de funciones, diferencia, producto, cociente, potencia y raíz.

3. Conclusión
Después de este análisis histórico es muy interesante ver de qué manera muchos
matemáticos estuvieron muy cerca de sentar las bases y desarrollar el cálculo y como
fueron resolviendo poco a poco los mayores problemas científicos de la época. No sería
de extrañar que de no haber existido Newton y Leibniz algún otro hubiera acabado des-
cubriendo tales propiedades. No obstante, también, acaba poniendo de manifiesto que
muchas veces, obviando el verdadero significado de los métodos y fórmulas que se nos
presentan, las usamos simplemente para resolver el problema planteado, ignorando el
verdadero significado que hay tras de ellas, tal como acabaron haciendo Barrow y Fer-
mat, que no supieron darse cuenta de lo que realmente tenían entre manos.

Esto no quiere decir que eso sea del todo malo, es claro que se necesitan fórmulas y
procedimientos pues a parte de facilitar los cálculos permiten el uso de las matemáticas
como herramienta por científicos e ingenieros de todo el mundo, pero a fin de cuentas
es en ese poco que hay más allá donde se encuentran las verdaderas matemáticas y
el verdadero conocimiento. Lo único que nos separa de los autómatas es la posibilidad
de inferir y razonar, y eso también está cambiando poco a poco debido a los continuos
avances en la inteligencia artificial, que en parte se deben a los continuos avances del
cálculo y a las nuevas teorías sobre integrales y lógica difusa.

Habrá un momento en el que las máquinas apliquen mejor los métodos que noso-
tros, sepan integrar mejor, derivar mejor y trabajar mejor con grandes volúmenes de
datos, pero de momento somos los únicos capaces de darle verdadero significado a
esos cálculos, ver más allá de una derivada, entender su significado geométrico y su
contexto. Queda mucho para que una máquina tenga verdaderos conocimientos y que
pueda aprenda de verdad como nosotros lo hacemos, pero incluso en ese caso, las ma-
temáticas y su historia seguirían siendo algo fundamental para el desarrollo de nuevas
ciencias y para responder a nuevas preguntas.

7
Referencias
[Boyer, 1989] Boyer, C. B. (1989). A HISTORY OF MATHEMATICS, chapter 19, pages
399–400. second edition.

[Cajori, 2009] Cajori, F. (2009). A HISTORY OF MATHEMATICS. BiblioLife.

[de Fermat, 1896] de Fermat, P. (1896). OEUVRES DE FERMAT, page 123. MM. PAUL
TANNERY, CHARLES HENRY.

[Kline, 1972a] Kline, M. (1972a). El pensamiento matemático de la Antigüedad a nues-


tros días, volume I.

[Kline, 1972b] Kline, M. (1972b). El pensamiento matemático de la Antigüedad a nues-


tros días, volume I, chapter 17, pages 455–458.

[Newton, 1736] Newton, I. (1736). Method of Fluxions, page 24.

[Pickhover, ] Pickhover, C. A. El Libro de la física. Librero.

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