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I. INTRODUCCION
El siglo XXI podría ser visto como un vórtice en el tiempo en donde confluyen el
desarrollo del potencial humano llevado al máximo, grandes avances técnicos y
tecnológicos y la amenaza inminente de un futuro incierto a causa del agotamiento de los
recursos naturales no renovables.
Mucho se habla del cambio climático, del calentamiento global, del agujero en la capa
de ozono, de la lluvia ácida. Sin embargo, el deterioro de los suelos agrícolas, que son
los que soportan la seguridad alimentaria de la humanidad, la disminución del recurso
hídrico y su contaminación y la polución ambiental, son las problemáticas más
importantes en las zonas tropicales.
Se denomina material parental a la Roca madre que da origen al suelo. Las características
físicas y químicas del suelo que se forma a partir de ellas. Entre esas características se
encuentra la resistencia a la degradación. Por tanto, si se conoce la roca de origen de un
suelo es posible hacerse a una idea de la susceptibilidad al deterioro que tendrá bajo
manejos determinados.
Los procesos de formación del suelo dan origen a los horizontes del suelo y el conjunto
de horizontes, denominado perfil de suelo, se constituye en la unidad básica de estudio
para la caracterización, la clasificación y la evaluación de los suelos.
Horizonte O: Formado por materia orgánica que puede estar en diferentes estados
de degradación
Horizonte A: Horizonte mineral formado en la superficie (o por debajo de un
Horizonte O, que carece total o casi totalmente de la estructura original de la roca
parental.
Horizonte E: Horizonte mineral en el que el rasgo principal es la pérdida de arcilla,
hierro, aluminio o alguna combinación de esos componentes, con la consiguiente
concentración de partículas de arena y limo. Es decir que se forman mediante el
proceso de eluviación que es la migración de partículas a través del perfil.
Horizonte B: Formado por debajo de un horizonte O, A o E, total o casi totalmente
desprovisto de estructura de roca y en el que puede evidenciarse la concentración
iluvial de arcilla, hierro, aluminio, humus, carbonatos, yeso, o sílice, solos o en
combinación. Suelen ser horizontes más frágiles que los otros.
Horizonte C: Horizontes o capas, excluyendo roca consolidada, que han sido poco
afectados por los procesos edafogénicos y que carecen de las propiedades de los
horizontes O, A, E o B. El material del horizonte C puede ser similar o no al que
presumiblemente dio origen al solum. El horizonte C puede haber sido modificado
aún si no hay evidencias de edafogénesis.
2. MATERIAL PARENTAL
Las características físicas y químicas de cada horizonte, dependen tanto de la roca madre
como de los procesos que sobre ella actúan. El suelo es un conjunto de elementos vivos
e inertes que se comportan como un todo. El material parental, puede estar conformado
por minerales primarios (Rocas ígneas) o minerales secundarios (Rocas metamórficas y
sedimentarias). El agua, las raices de las plantas, la temperatura, los animales y
microorganismos, ejercen una acción quìmica y mecànica sobre la roca madre, que con
el tiempo dan origen al suelo. Cada mineral tiene unas características mineralógicas
distintas y de ellas depende su grado de resistencia a la degradación.
Las cenizas volcánicas son materiales muy resistentes a la erosión natural pero altamente
susceptibles a la compresión, por lo que bajo usos inadecuados y exceso de carga
terminan por desestabilizarse.
Para entender cómo se origina un suelo, es necesario entender que hay unos factores y
unos procesos de formación. Los factores son elementos necesarios para que se forme un
suelo y los procesos actúan sobre los factores para lograrlo. Los factores formadores del
suelo son en su orden: Material parental, clima, vegetación, topografía e intervención
entrópica. Los procesos son La erosión y la Meteorización.
3.1.Procesos de Formación
c) Meteorización química.
Para que se forme suelo no es suficiente con que ocurran procesos de
alteración física. Son también necesarios procesos químicos, mediante lo cuales
los materiales sufren modificaciones originando otros minerales y dando lugar a
las características químicas propias de cada suelo.
Disolución: Es la disociación de las moléculas en iones, gracias a un
agente disolvente que en éste caso es el agua. Este proceso no implica
ninguna transformación en la composición química del material disuelto.
Una vez disueltos los materiales se precipitan al desaparecer el agente
disolvente. Frecuentemente esta precipitación se hace en el mismo lugar
de la disolución. Las rocas sedimentarias son más sensibles a la
disolución, particularmente las evaporitas (sal, yeso) pero la presencia
de ciertos compuestos en disolución (como el anhídrido carbónico)
aumenta el poder disolvente del agua, haciendo que otras rocas, como la
caliza, sea, también, fácilmente atacada. Las aguas alcalinas atacan muy
eficazmente las rocas silíceas. La disolución es más eficaz cuanto mayor
es la humedad y la temperatura y con la persistencia de la humedad sobre
la roca, por lo que es más efectiva en las rocas cubiertas por un manto
vegetal.
Carbonatación: Es un tipo de disolución propia de las rocas
carbonatadas y que es responsable del relieve cárstico. La disolución
cárstica conlleva la existencia de agua acidulada (que lleva en disolución
ácido carbónico) que ataca a rocas que contengan calcio, sodio, potasio
y, en general, óxidos básicos, dando lugar a los carbonatos y
bicarbonatos. La disolución cárstica presenta una eficacia diferente
dependiendo de la temperatura y la humedad ambiental, así como de la
cubierta vegetal. Tras la disolución aparecen residuos insolubles, residuos
de disolución, como la arena y la arcilla de descalcificación: terra rossa o
arcillas con sílex. Los elementos disueltos también pueden precipitar tras
una migración.
S = f (cl, o, r, p, t).
Donde: "S" = suelo, "f" es una función, "cl" = clima, "o" = organismos, "r" = relieve,
Según la ecuación, se formarán suelos diferentes dependiendo de cómo varíen los factores.
La misma combinación de factores originará siempre el mismo tipo de suelo
independientemente del lugar geográfico en que se encuentre. De igual forma, los atributos
químicos y físicos del suelo, como pH, contenido en arcillas, porosidad, etc., está
determinada por la combinación de estos factores formadores.
5. CLASES DE SUELO .
Las 12 clases de suelos definidas al nivel de orden se identifican con los siguientes
nombres: Alfisol, Andisol, Aridisol, Entisol, Espodosol, Gelisol, Histosol, Inceptisol,
Mollisol, Oxisol, Ultisol y Vertisol. En la medida en que un suelo joven va evolucionando
hasta
van cambiando sus atributos químicos formar suelo.
y físicos.
.
Los Entisoles: Son suelos de regolito, Tienen menos del 30% de fragmentos rocosos,
formados típicamente tras aluviones.
Los Inceptisoles: son suelos con características poco definidas. No presentan
intemperización extrema. En climas fríos predomina la acumulación de materia
orgánica debido a una baja tasa de descomposición de la materia orgánica. En climas
cálidos la tasa de descomposición de materia orgánica es mayor. El pH es ácido,
poseen mal drenaje, acumulan arcillas amorfas.
Los Histosoles: son suelos orgánicos que se desarrollan en ambientes de
condiciones húmedas o frías. El suelo se encuentra saturado en agua al menos una
vez al año. Su grado de evolución está asociado con el proceso de
descomposición de sus materiales orgánicos.
Los Vertisoles: Son suelos con arcillas expansibles que se expanden en invierno y se
contraen en la estación seca mostrando agrietamiento. En los Vertisoles, el principal
cultivo es el arroz bajo el sistema inundado, o como arroz de secano durante la estación
lluviosa. Cuando se dispone de riego y con un buen sistema de manejo de la humedad
del suelo, es factible sembrar caña de azúcar, sorgo, melón, soya, algodón, y otros
productos hortícolas.
Los Oxisoles: Son suelos ricos en sesquióxidos de hierro y aluminio con predominio
de arcillas 1:1. Su limitante más fuerte, es su baja capacidad de retención de humedad.
Esto sumado a la acidez y falta de nutrimentos, limita el crecimiento de las plantas.
El manejo del suelo y el aporte de materia orgánica son decisivos en los procesos de pérdidas
y ganancias de estos elementos. En cualquiera de los casos, el aporte de cales lleva a un
incremento en el valor del pH. Cuando la adición de estas enmiendas se hace de forma
indiscriminada, puede traer consecuencias negativas tales como:
A. SUELOS SALINOS
RECUPERACIÓN Y MANEJO:
La función del yeso es la de mantener un mayor flujo de agua atravesando el perfil del suelo
al mantener un suministro continuo de calcio soluble en el agua de lavado. Su función es
mejorar la infiltración. Por lo tanto, en suelos con buena capacidad de infiltración, no es
necesario aplicar yeso antes de hacer el lavado.
Riego: en suelos salinos cuando el agua de riego disponible es también alta en sales,
es preferible realizar riego por goteo. El goteo proporciona un bulbo húmedo en la
zona de raíces y crea una zona de seguridad restringiendo la acumulación de
sales lejos del área de absorción. Cuando se utilizan otros sistemas de riego , es
necesario calcular un volumen adicional de riego denominada Agua de lavado cuya
finalidad es circular por el perfil y arrastrar las sales.
Nivelado de terreno: Puede dejar expuestas capas salinas o forman perfiles sub
superficiales. Produce el mismo efecto que la labranza.
B. SUELOS SÓDICOS
Los suelos sódicos presentan un porcentaje de saturación de sodio (PSI) > al 15% de la C.I.C
y una relación de absorción de sodio (RAS) entre 10 y 20. La C.E. Las enmiendas azufradas
requieren que en la primera etapa actúen los microorganismos del suelo, es decir que el
proceso pasa por una etapa biológica. Después de lavar las sales, las labores de
recuperación son similares a las utilizadas para recuperar suelos salinos y consisten en
adicionar MO, plantar especies tolerantes como la alfalfa y trébol que soportan ambientes
salinos y que pueden ser también incorporados como abono verde mejorando la porosidad y
estructura.
RECUPERACIÓN Y MANEJO:
Los suelos arenosos son compuestos por una textura granular hasta 50 cm de profundidad
y a consecuencia retienen pocos nutrientes, así como la capacidad de retención hídrica.
Las prácticas de manejo del suelo benefician sus condiciones y productividad de los
cultivos mediante la conducción al incremento en la fracción fina.
En los suelos de arcillas expandibles ocurren problemas específicos con el manejo del
agua y suelo, el laboreo, los sistemas de cultivo y el manejo de nutrientes. Se categorizan
bajo la orden Vertisol y subgrupos verticos. Son típicos en zonas (sub)tropicales con
estaciones secas pronunciadas. En las zonas tropicales semiáridas el manejo del agua y
del suelo son factores importantes para su manejo. El mal drenaje interno y la
conductividad hidráulica extremamente lenta llevan a condiciones de encharcamiento y
a su vez retardo en la plantación. Sus propiedades de consistencia extrema permiten el
laboreo apenas durante un corto plazo de régimen de humedad del suelo ya que se tornan
pegajosos con humedad y duros en secos. El laboreo en condiciones húmedas puede
resultar en que el suelo se pegue y forme terrones grandes. Las grietas anchas y profundas
durante la estación seca permiten que el agua de la lluvia descienda libremente entre las
grietas. Los suelos sostenidos en sistemas con altos insumos, aunque contengan un alto
contenido de propiedades químicas, sufren de baja fertilidad produciendo deficiencias en
N, P y micronutrientes.
En zonas muy secas el laboreo contribuye con un aumento de la captación del agua en el
suelo y minimizar las pérdidas de agua por escorrentía y evaporación. Por lo contrario
se utilizan las zanjas y los surcos para otro fin. Las zanjas tienen la función de desviar el
agua, por veces está formada con una largura apta que se convierte en un método de
captación de agua para conducirla a los surcos, donde se encuentra el cultivo. Para
impedir el movimiento del agua en el surco las zanjas se pueden ‘‘atar’’ a intervalos con
un corte transversal y en épocas muy lluviosas las zanjas se desatan.
Los sistemas de cultivo son aspectos fundamentales para el manejo de las arcillas
expandibles. El sistema ICRISAT donde se implementa el laboreo post cosecha seguido
de la preparación del semillero y siembra a seco ha logrado éxito en zonas con lluvias
impredecibles. El manejo adecuado y el momento de las prácticas de cultivo son
determinantes cruciales para el manejo de las arcillas pesadas.
F) EL MANEJO DE SUELOS AFECTADOS POR SALINIDAD
Los suelos afectados por salinidad tienen una concentración de sales más solubles que
carbonato de calcio y yeso afectando el crecimiento de las plantas. La mayoría de los
suelos afectados por elevadas concentraciones de sales se clasifican como Solonchakz y
presentan una Conductividad Eléctrica superior a 4 Ohms/cm. La presencia de las sales
afecta la asimilación de nutrientes por las plantas y la actividad microbiana del suelo. La
salinidad tiende también afectar otro tipos de suelos pero en menor medida y puede llevar
al reconocimiento de fases salinas cuyas también merecen llamar la atención cuando se
encuentran bajo cultivos sensibles por la salinidad (espinacas).
Los métodos adoptados para la remoción de sales en exceso de la superficie del suelo y
zona radicular incluyen:
Para prevenir la acumulación excesiva de sales en la zona radicular, el agua del riego o
de la lluvia debe ser aplicada en exceso superando el nivel de evaporación necesario para
el cultivo. La lixiviación se puede programar para preceder las fases críticas del
crecimiento en donde el estrés se puede prevenir. En las épocas secas se puede programar
mediante el riego. La lixiviación se torna eficaz en tiempos cuando lo requerimientos de
evapotranspiración son más bajos, por ejemplo, en la noche, cuando la humedad esté
elevada y en climas fríos o fuera de la temporada de cultivo.
En la solución del suelo, las altas concentraciones de Aluminio (Al3+) e Hidrógeno activo
(H+) dan lugar a la acidez del suelo. El pH (potencial de hidrógeno) es la medida del
grado de acidez o alcalinidad de un suelo. Un pH de 7.0 indica neutralidad, pero a medida
que este valor disminuye el suelo se vuelve más ácido, de manera que, un pH de 6.0 es
diez veces más ácido que un pH de 7.0. El significado práctico del pH en términos de
acidez del suelo, es que afecta significativamente la disponibilidad y la asimilación de
nutrientes, y ejerce una fuerte influencia sobre la estructura del suelo
Extraído de https://www.intagri.com/articulos/suelos/manejo-
y-correccion-de-acidez-de-suelo - Esta información es
propiedad intelectual de INTAGRI S.C., Intagri se reserva el
Corrección y manejo de suelos salinos
La erosión del suelo es uno de los problemas que más afecta a los suelos de la región alto-
andina del Perú y que reduce su productividad.
La lluvia
Las características del suelo
La pendiente del terreno (derrumbes)
La vegetación
La acción del hombre (manejo del suelo)
Corrección y manejo de suelos salinos
El problema de la erosión no es solo por las pendientes que tienen los suelos, sino por las
lluvias: la cantidad de agua caída por minuto y la frecuencia marcan la diferencia y
pueden hacer que el problema cambie de categoría -leve, moderado o severo-.
"La lluvia se lleva la materia orgánica y los nutrientes que están en los primeros
centímetros. Es un proceso rápido y degrada la fertilidad del campo", expresó
Gvozdenovich y advirtió: "Si no se controla, la erosión reduce los rindes de los cultivos".
"Si los procesos erosivos generan surcos o cárcavas, es necesario implementar sistemas
de terrazas de evacuación", expresó Gvozdenovich.
https://www.intagri.com/articulos/suelos/salinidad-de-suelos-problema-de-
fertilidad - Esta información es propiedad intelectual de INTAGRI S.C.,
Intagri se reserva el derecho de su publicación y reproducción total o parcial.
Castellanos, J. Z. 2014. Acidez del Suelo y su Corrección. Hojas Técnicas de
Fertilab, México. 4 p.