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Principios de

Economía

Principios de
Economía
Principios de
Economía
Este primer módulo es de carácter introductorio. Los primeros aspectos
que se tratan se relacionan con el método científico en la economía.
Inicialmente se abordará el tema de una manera más general y abstracta,
que se ilustrará con los primeros modelos económicos específicos.

Se presentan, en primer lugar, dos modelos importantes para entender las


restricciones de la economía y las interrelaciones en las decisiones de los
agentes económicos: el modelo de las posibilidades de la producción y el
modelo del flujo circular de la economía.

Un punto importante en esta instancia es la diferencia entre la teoría o


análisis positivo y política económica o análisis normativo.

Como punto inicial de aproximación a la teoría económica, presentaremos


uno de los modelos más importantes de la economía: el modelo de la
oferta y la demanda. Luego desarrollaremos cuáles son los determinantes
de estas dos fuerzas y cómo se comporta la demanda (teoría de la
conducta del consumidor) y la oferta de un mercado, partiendo de las
demandas y ofertas de cada individuo. Una vez obtenidas las fuerzas del
mercado, analizaremos cómo interactúan entre ellas, para determinar dos
importantes variables: el precio y la cantidad de equilibrio en un mercado
competitivo. Como último paso se describirá la elasticidad de la oferta y
demanda, concepto importante para comprender el comportamiento del
mercado.

Reconocer los fundamentos de la disciplina como ciencia, al momento de


abordar el estudio de los fenómenos económicos, permite darse cuenta de
las potencialidades y las limitaciones de los resultados. Es importante, a su
vez, diferenciar enunciados económicos surgidos a través del análisis
teórico sobre los fenómenos tal como parecen ocurrir –denominados
“positivos”–, de aquellos derivados de la práctica de la política económica –
designados como “normativos”–, que indican una situación deseable o un
deber ser.
Conocer un primer conjunto de conceptos y elementos teóricos orientados
a explicar el funcionamiento del mercado, como ámbito donde interactúan
las partes de las transacciones, es útil a fin identificar las condiciones de
contexto económico que permiten más bienestar relativo.

De manera complementaria, en esta unidad se introducen herramientas


matemáticas y gráficas de gran utilidad para sistematizar problemáticas y
poner en funcionamiento modelos de operación de los mercados y
comportamientos de los consumidores.

El método científico de la
Economía
El método científico en la economía
La economía es una ciencia social. Es importante entonces, definir qué es
una ciencia. Una ciencia es un sistema lógicamente conectado con premisas
definicionales y empíricas. La principal característica de este tipo de
sistema de ideas es que la ciencia consiste en resultados (siempre
provisorios) susceptibles de ser sometidas a prueba, es decir, refutables.

La economía como ciencia presenta una dificultad inherente


al tipo de fenómenos que estudia: no existe la posibilidad de
experimentar. Los datos se obtienen a través de observación
de la realidad y el estudio de la historia.
Como en otras ciencias, la herramienta analítica clave son
los supuestos o hipótesis. Las hipótesis permiten abstraerse
de algunos elementos complejos de la realidad y
concentrarse en aquellos aspectos de interés en cada
situación. Gran parte de las discusiones entre economistas
se vinculan con los supuestos que cada uno considera
válidos. El soporte analítico elemental de la economía como
disciplina son los modelos (simplificaciones de la realidad
para poder abordarla analíticamente). (Jojooa – tecnología,
marketing y crm, s. f., https://goo.gl/jEHxU9).
Los primeros conceptos
Hay algunas definiciones elementales que se consideran en todos los
abordajes de fenómenos de índole económica.

La Economía estudia cómo la sociedad administra los recursos


escasos de los cuales dispone.

En la mayor parte de las sociedades, los recursos escasos no son asignados


por decisión de una única persona, sino que se distribuyen de acuerdo a
acciones conjuntas de millones de hogares. Este es el disparador por el cual
los economistas estudian el modo en que las personas toman decisiones,
cuántas horas trabajan, qué deciden comprar, cuánto desean ahorrar y en
qué invierten sus ahorros.

Es posible, también estudiar el modo en que las personas se


interrelacionan. Y en otra instancia, analizar las fuerzas y las tendencias
que afectan a la economía en su conjunto, incluyendo por ejemplo
evolución del ingreso promedio, tasa de desempleo y la tasa de inflación.

En síntesis, el estudio de la economía tiene más de una arista, pero se


encuentra unificado por varias ideas principales.

Un primer concepto es el que le da sentido a la economía: la escasez. La


escasez está determinada por el carácter limitado de los recursos frente a
las necesidades ilimitadas.

Asimismo, es posible encontrar múltiples reflexiones al respecto, como el


hecho de conocer que la escasez es algo que nos afecta a todos. ¿No te
gustaría tener la posibilidad de estudiar más y disponer, simultáneamente,
de más tiempo para ver televisión o salir de paseo? ¿Por qué no podemos
tener más de todas las cosas? Las respuestas a estas la preguntas guían
gran parte de las decisiones que se toman en la economía.

Otro de los conceptos básicos que nos ocupa es la eficiencia. Este principio
que orienta la mejor asignación de recursos, tiene que ver con dos visiones
básicas: lograr los máximos resultados posibles con la menor cantidad de
recursos o, alternativamente, lograr cierto resultado determinado con el
mínimo de recursos (siempre escasos).

El tercer concepto con el que iniciamos la materia es el de equidad.


¿Cuántas veces hemos escuchado este término en los discursos políticos?
(¿y cuántas hemos pensado que no tienen tal propiedad las políticas y
programas implementados?). Llamaremos equidad a la distribución
justa de los indicadores de prosperidad económica entre los miembros de
la sociedad. Cabe destacar la cualidad de justicia exigida a la distribución
equitativa, pero ¿hay consenso sobre lo que es justo? Precisamente el
principio de equidad abrió grandes debates en la sociedad y la economía.
Los estudios actuales diferencian matices de este concepto (como la
igualdad y desigualdad, la justicia, la sostenibilidad, etc.). Por ejemplo,
Karen Mokate (2001) revisa diferentes acepciones del término que
evidencian particularidades en términos próximos, como igualdad de
acceso, igualdad de insumos, igualdad de efectos o impactos, igualdad de
capacidades, entre otros.

Mankiw (2012) propone como ejercicio pensar en los recursos de la


economía como un pastel que debe repartirse. La eficiencia sería el tamaño
del pastel y la equidad, la manera como se reparte entre los diferentes
individuos.

As su vez, en el momento en que las políticas públicas se diseñan, estos dos


objetivos (eficiencia y equidad) entran en conflicto. Piensa, por ejemplo, en
las medidas destinadas a conseguir una distribución más equitativa del
bienestar económico. Algunas de ellas, como la asistencia social o el seguro
de desempleo, tratan de ayudar a los más necesitados. Otras, como el
impuesto sobre la renta que pagan las personas, están destinadas a hacer
que los individuos que tienen mayor éxito económico contribuyan en
mayor medida al financiamiento del gobierno. Aun cuando estas medidas
aumentan la equidad entre la sociedad, por otra parte reducen su
eficiencia. Cuando el gobierno redistribuye el ingreso de los ricos hacia los
pobres, reduce también la recompensa al trabajo duro y, como resultado,
las personas tienden a trabajar menos y a producir menos bienes y
servicios; en otras palabras, cuando el gobierno trata de repartir el pastel
en porciones iguales, éste se hace más pequeño.

El cuarto concepto corresponde al de costo de oportunidad. Debido a que


al tomar decisiones los individuos enfrentan disyuntivas, es necesario
comparar los costos y los beneficios de los diferentes cursos de acción que
pueden tomar. Sin embargo, en muchos casos el costo de una acción no es
tan evidente como podría parecer al principio.

Entendemos por costo de oportunidad al valor de todo aquello a lo que se


debe renunciar para obtener algo en particular. Ante cada elección que
realizamos, nos enfrentamos a disyuntivas que dan evidencia de costos de
oportunidad (elegir una opción implica, como costo, no aprovechar las
ventajas que derivan de la opción no elegida).
Nuevamente Mankiw (2012) propone considerar, por ejemplo, la decisión
de asistir a la Universidad. El beneficio será el enriquecimiento intelectual y
tener mejores oportunidades de trabajo, pero ¿cuáles serán los costos?
Para responder a esta pregunta quizá estemos tentados a incluir cuestiones
como el dinero que se gastará, los libros, el alojamiento y la manutención.
Sin embargo, este total no representa realmente aquello a lo que
renunciamos cuando decidimos estudiar un año en la Universidad. Hay dos
problemas con este cálculo: el primero es que incluye cosas que no son
realmente los costos de estudiar en la Universidad, ya que aun cuando tú
abandonaras los estudios, necesitarías gastar en alojamiento y comida;
estos se vuelven costos de ir a la Universidad sólo en la medida en que son
más caros en dicha institución que en otros lugares. Segundo, este cálculo
ignora el costo más alto de asistir a la Universidad: el tiempo. Cuando uno
decide pasar un año asistiendo a clases, leyendo libros de texto y
escribiendo trabajos, no puede dedicarse ese mismo año a trabajar. Para la
mayoría de los estudiantes, el costo más alto de asistir a la Universidad es
dejar de ganar el dinero que generarían si trabajaran.

El costo de oportunidad de una cosa es aquello a lo que renunciamos para


conseguirla. Cuando se toma una decisión, como la de estudiar en la
Universidad, se debe estar consciente de los costos de oportunidad que
acompañan cada una de las posibles opciones. Por ejemplo, los deportistas
colegiales que tienen la posibilidad de ganar millones si abandonan los
estudios y se dedican profesionalmente al deporte, por lo general están
muy conscientes de que para ellos el costo de oportunidad de estudiar en
la Universidad es muy alto. No es de extrañar que a menudo lleguen a la
conclusión de que no vale la pena el costo que implica el beneficio de
asistir a la Universidad.

Un quinto concepto que amerita ser descripto corresponde a lo que los


economistas denominan “individuos o personas racionales”. Una persona
racional es aquella que, dadas las oportunidades, sistemática y
deliberadamente hace todo lo posible para lograr sus objetivos. Al estudiar
economía, es común encontrar a este tipo de personas en empresas: estas
deciden cuántos trabajadores contratarán y cuánto producirán y venderán,
con objeto de maximizar sus beneficios. También, es habitual encontrar
personas que deciden cuánto tiempo deben trabajar y qué bienes y
servicios deben adquirir con su ingreso, toda estas decisiones con el fin de
lograr la mayor satisfacción posible.
Los diez principios de la Economía
Los siguientes enunciados propuestos por Gregory Mankiw (2012), indican
regularidades elementales que se observan en los fenómenos económicos:

1) “Los individuos se enfrentan a disyuntivas”

Para conseguir algo que tiene algún valor para nosotros, generalmente
tenemos que renunciar a otra cosa que también nos proporciona
satisfacción (“utilidad”, solemos decir los economistas). Tomar decisiones
es elegir entre dos opciones.

Incluso a nivel de sociedades, se enfrentan diferentes tipos de disyuntivas.


Por ejemplo, en muchas oportunidades la sociedad se enfrenta a una
disyuntiva entre la eficiencia y la equidad. La eficiencia significa que la
sociedad está sacando el mayor provecho posible a sus recursos escasos.
La equidad significa que está distribuyendo equitativamente los
beneficios de esos recursos entre sus miembros.

El reconocimiento de que los individuos se enfrentan a disyuntivas no nos


permite anticipar, por sí solo, qué decisiones tomarán o deberían tomar.

2) “El costo de un bien es aquello a lo que se renuncia para conseguirlo”

Como los individuos se enfrentan a disyuntivas, para tomar decisiones es


necesario comparar los costos y los beneficios de los diferentes cursos de
acción posibles.

El problema es que, a diferencia de lo que podría suponerse


preliminarmente, es difícil identificar correctamente todos los costos de
una acción, ya que los costos no son evidentes. El costo de oportunidad de
una cosa es aquello a lo que renunciamos para conseguirla. En la toma de
decisiones es fundamental tener en cuenta los costos de oportunidad que
acompañan a cada una de las opciones posibles.

3) “Las personas racionales piensan en términos marginales”

Muchas decisiones que se toman en la vida obligan a realizar ajustes


pequeños al plan de acción predeterminado. Estos ajustes o modificaciones
se denominan “cambios marginales”. En muchas situaciones, los individuos
toman las mejores decisiones posibles pensando en términos marginales,
como si fueran tratando de acomodar algo en la mejor posición factible,
revisándola a través de ajustes mínimos en varias etapas. Por ejemplo,
cuando un estudiante está en época de exámenes, no necesita “elegir entre
no estudiar o estudiar las 24 horas del día, sino entre dedicar una hora más
al estudio o a ver televisión” (Mankiw, 2012, p. 6).
Las personas racionales a menudo toman decisiones comparando los
beneficios marginales y los costos marginales.

Otro ejemplo que propone Mankiw (2012) es:

Piense ahora en el caso de una línea aérea que tiene que


decidir cuánto les cobrará a los pasajeros para que vuelen sin
hacer reservación. Suponga que volar por todo el país un
avión de 200 plazas le cuesta a la empresa $100 000. En este
caso, el costo promedio por asiento sería $100 000/200, es
decir $500. Esto quizá nos lleve a concluir que la línea aérea
no debe vender ningún boleto en menos de $500. Sin
embargo, en la realidad, la línea aérea puede obtener más
beneficios pensando en términos marginales. Imagine por un
momento que un avión está a punto de despegar con 10
asientos vacíos y que un pasajero sin reservación está
esperando en la puerta de embarque dispuesto a pagar $300
por su boleto. ¿Debería venderle el boleto la línea aérea? Por
supuesto que sí. El avión tiene asientos vacíos y el costo de
llevar a un pasajero más es casi nulo. De este modo, y
aunque el costo promedio de llevar a un pasajero sea $500,
en realidad el costo marginal de llevar a un pasajero más
será la bebida y las botanas que este pasajero consuma. En la
medida en que el pasajero que quiere volar en el último
minuto pague más que el costo marginal, será rentable
venderle el boleto.

La toma de decisiones marginales ayuda a explicar algunos


fenómenos económicos que, de lo contrario, sería difícil
entender. Una pregunta clásica: ¿por qué el agua es barata y
los diamantes son caros?, la respuesta se encuentra en el
simple hecho de que los seres humanos necesitan el agua
para sobrevivir, mientras que los diamantes son
innecesarios; pero sin embargo, por alguna razón las
personas están dispuestas a pagar mucho más por un
diamante que por un vaso de agua.

La razón de esta conducta se encuentra en el hecho de


que la disposición de una persona a pagar por un bien se
basa en el beneficio marginal que generaría con una unidad
más de ese bien. Así, el beneficio marginal depende del
número de unidades que posea esa persona. Aun cuando el
agua es esencial, el beneficio marginal de tener un vaso más
es casi nulo debido a que el agua es abundante. En cambio,
aun cuando nadie necesita diamantes para sobrevivir, el
hecho de que sean tan escasos provoca que las personas
piensen que el beneficio marginal de tener un diamante
extra es más grande. (Mankiw, 2012, p. 6).

4) “Los individuos responden a incentivos”

Como regla general, se considera que una persona toma una decisión
racional si y sólo si el beneficio marginal es superior al costo marginal.
Como los individuos toman las decisiones comparando los costos y los
beneficios, su conducta puede cambiar cuando se altera alguna de estas
dos variables que están enfrentando.

Un incentivo es algo que induce a las personas a actuar y puede ser una
recompensa o un castigo. Esta observación posibilita que quien quiera
lograr determinado comportamiento o que resulte más conveniente para
los decisores un determinado curso de acción, puedan, a través de la
influencia sobre los beneficios y/o los costos, aumentar la propensión a
tomar ese curso de acción deseado.

Cabe señalar que los incentivos pueden ser de carácter positivo, es decir,
generar un aumento en los beneficios percibidos por los agentes o
disminuir sus costos. En el caso contrario, los incentivos pueden operar de
manera de desincentivar determinada acción, aumentando sus costos o
reduciendo sus beneficios.

Los incentivos son fundamentales cuando se analiza cómo


funcionan los mercados. Por ejemplo, cuando el precio de
las manzanas aumenta, las personas deciden consumir
menos manzanas; a su vez, el productor decide contratar a
más personas, con la finalidad de cultivar más manzanas. En
suma, un precio de mercado más alto incentiva a los
compradores a consumir menos y a los productores a
producir más. Como se verá más adelante, la influencia de
los precios en el comportamiento de los consumidores y los
productores es de vital importancia para determinar cómo
distribuye una economía de mercado los recursos escasos.

Las autoridades no deben olvidar los incentivos, pues


muchas de las medidas que toman alteran los costos o los
beneficios que enfrentan los individuos y, por tanto, su
conducta (Mankiw, 2012, p. 7).
Así, si el gobierno de cierto nivel (nacional, provincial o municipal) desea
que los ciudadanos tengan una conducta de pago de los impuestos
caracterizada por el buen cumplimiento a tiempo de sus obligaciones
tributarias podrían tratar de influir con diferentes herramientas de una u
otra clase. Un ejemplo de incentivo positivo serían los descuentos, para los
años siguientes, por pago a tiempo (a través de un aumento de los
beneficios). Una medida que en definitiva opera como un incentivo
negativo es el establecimiento de recargos por pago fuera de término.

Para pensar: ¿Cómo cree que opera, en términos de diseño de incentivos,


una amnistía o una moratoria en la que se perdonan a los morosos sus
intereses con tal de que paguen las deudas? (Ayuda: ¿Cómo opera en
relación con los que pagan por el beneficio?, ¿cómo opera frente a los que
deciden no pagar esperando una moratoria?).

5) “El comercio puede mejorar el bienestar de todos”

…Piense en cómo es que el comercio afecta a las familias.


Cuando un miembro de nuestra familia busca trabajo está
compitiendo con miembros de otras familias que también lo
buscan; del mismo modo las familias compiten entre sí
cuando van de compras, ya que cada una quiere comprar las
mejores mercancías a los mejores precios. Por tanto,
podemos decir que en la economía cada familia compite con
las demás.

Sin embargo, y a pesar de esta competencia, el bienestar


de una familia no mejoraría si se aislara del resto, porque si
lo hiciera tendría que cultivar sus propios alimentos,
elaborar ropa y construir su casa. Así, resulta evidente que
las familias ganan mucho al comerciar unas con otras, ya
que este intercambio promueve la especialización. El
comercio permite a cada persona especializarse en las
actividades que mejor realiza, ya sea cultivar el campo, coser
o construir casas. El comerciar permite a las personas
comprar una mayor variedad de bienes y servicios a un
menor precio (Mankiw, 2012, p. 10).

También los países, así como los individuos, se benefician con la posibilidad
de comerciar entre sí. “El comercio permite a los países especializarse en lo
que hacen mejor y disfrutar de una mayor variedad de bienes y servicios”
(Mankiw, 2012, p. 10).

El comercio entre dos naciones no es como una competencia deportiva en


la que uno gana y otro pierde. Por el contrario, el comercio entre dos
países puede mejorar el bienestar de las naciones participantes.

6) “Los mercados normalmente constituyen un buen mecanismo para


organizar la actividad económica”

Podemos pensar, para simplificar, que existen dos manera básicas de


organizar una economía. Una primera consiste en desarrollar un gran
mecanismo de planificación social que indique qué producir, cómo, con
qué recursos y establecer cierta regla de distribución de lo producido.
Decimos que este sistema es de “planificación central”. Alternativamente,
otra manera es dejar que por sí solos los diferentes agentes tomen todas
sus decisiones en la búsqueda de su propio beneficio, y que del libre juego
de la oferta y la demanda (que, si bien no las hemos presentado aún, quizá
algunos tengan una idea intuitiva de ellas) se produzcan los bienes más
deseados por los consumidores, que, por lo tanto, serán aquellos que más
permitan ganar a los productores y vendedores de tales bienes. Asimismo,
cuando se expresan las valoraciones de los individuos a través de la
disponibilidad a pagar por determinado bien o servicio, se lleva a cabo el
proceso de distribución vía mercado. Este sistema se denomina
comúnmente, de mercado. En una economía de mercado, las decisiones
del planificador central:

…son sustituidas por las decisiones de millones de empresas


y de hogares. Las empresas deciden a quién van a contratar
y qué van a producir. Los hogares deciden en qué empresas
van a trabajar y qué van a comprar con su ingreso. Estas
empresas y hogares interactúan en el mercado, en el cual
los precios y el interés personal orientan sus decisiones
(Mankiw, 2012, p. 11).

Existen experiencias prácticas de ambos tipos de sistemas. Los primeros


fueron adoptados por países del Este de Europa, China, entre otros,
desde principios del siglo XX. La planificación central se basaba en la
teoría de que el gobierno era el único que podía organizar la actividad
económica de una forma que promoviera el bienestar económico del país
en su conjunto. Actualmente, la mayoría de los países que tuvieron
economías basadas en un sistema de planificación central han abandonado
este sistema y están tratando de desarrollar economías de mercado.
En ausencia de ciertos inconvenientes –que señalaremos a continuación–,
el mercado permite una asignación eficiente de recursos, de manera que
se destinen al mejor uso posible.

Según Mankiw:

A primera vista, el éxito de las economías de mercado es


desconcertante. En una economía de mercado, o libre
mercado, nadie está pendiente del bienestar económico de
la sociedad en su conjunto. En el libre mercado coexisten
muchos compradores y vendedores de diversos bienes y
servicios, y todos ellos buscan, principalmente, su bienestar
propio. Sin embargo, y a pesar de que la toma de decisiones
se encuentra descentralizada, y de que los tomadores de
decisiones buscan su bienestar propio, las economías de
mercado han demostrado que son capaces de organizar
exitosamente la actividad económica para promover el
bienestar general.

En 1776, Adam Smith, en su libro titulado Una


investigación sobre la naturaleza y las causas de la riqueza
de las naciones, hizo la observación más famosa de toda la
economía; es decir, afirmó que las familias y las empresas
interactúan en los mercados como si fueran guiados por una
“mano invisible” que los lleva a obtener los resultados
deseables del mercado…

En cualquier mercado, los compradores consideran el


precio cuando determinan cuánto comprarán o demandarán
de ese bien; del mismo modo, los vendedores examinan el
precio cuando deciden lo que van a vender u ofrecer. Como
resultado de estas decisiones de compradores y vendedores,
los precios de mercado reflejan tanto el valor del bien en la
sociedad como el costo que para la sociedad representa
producirlo. La gran aportación de Smith fue que los precios
se ajustan para guiar a cada uno de los compradores y
vendedores a obtener resultados que, en muchos casos,
maximizan el bienestar de la sociedad.

Las ideas de Smith tienen un importante corolario:


cuando el gobierno impide que los precios se ajusten
naturalmente a la oferta y la demanda, impide también que
la habilidad de la mano invisible funcione para coordinar las
decisiones de millones de hogares y empresas. Este
corolario también explica por qué los impuestos afectan
negativamente la asignación de los recursos y distorsionan
los precios y, por ende, las decisiones de los hogares y las
empresas. Por medio del corolario también se explica el
gran daño que causan medidas como el control de los
precios del alquiler, ya que controlan directamente los
precios. También se explica el fracaso del comunismo.

No hay que olvidar que en los países comunistas los


precios no los determinaba el mercado, sino que eran
fijados gracias a una planificación central (Mankiw, 2012, p.
11).

7) “El gobierno puede mejorar a veces el resultado del mercado”

Aunque los mercados suelen ser un buen mecanismo para organizar la


actividad económica, esta regla tiene algunas excepciones importantes.

Uno de los motivos por las cuales necesitamos al gobierno


es porque la magia de la mano invisible de la economía sólo
funciona cuando aquél hace valer las reglas y mantiene las
instituciones que son clave para el libre mercado pero, más
importante aún es el hecho de que las economías de
mercado necesitan instituciones que hagan valer los
derechos de propiedad de las personas para que éstas
puedan ejercer propiedad y control sobre los recursos
escasos (Mankiw, 2012, p. 12).

Sin embargo, existen dos grandes razones por las que el Estado interviene
en la economía: para mejorar la eficiencia con la que se usan los recursos y
tender a una situación de mayor equidad.

El concepto fallo del mercado hace referirse a una situación en la que “el
mercado, por sí solo, no asigna los eficientemente recursos” (Mankiw,
2012, p.12). Una externalidad es la influencia de las acciones de una
persona en el bienestar de otra. Por otra parte, el poder de mercado se
refiere a la capacidad de una persona (o grupo de personas) “para influir
indebidamente en los precios de mercado (Mankiw, 2012, p.12). En estos
tres tipos de situación, la intervención del Estado da la posibilidad de
mejorar los resultados del mercado, haciéndolos más eficientes y/o más
equitativos.
8) “El nivel de vida de un país depende de su capacidad para producir
bienes y servicios”

El bienestar de un país, que es la representación de la calidad de vida que


éste puede alcanzar, suele relacionarse inequívocamente con sus
respectivas capacidades de producción, medidas en unidades de recursos
productivos aplicadas a su producción. La relación entre la producción
lograda y la cantidad de recursos utilizadas se denomina productividad.

En los países donde los trabajadores son capaces de


producir una gran cantidad de bienes y servicios por unidad
de tiempo, la mayoría de las personas disfruta de un alto
nivel de vida. Al mismo tiempo, en los países donde los
trabajadores son menos productivos la mayoría de la
población lleva una existencia más precaria. Asimismo, la
tasa de crecimiento de la productividad de un país
determina la tasa de crecimiento del ingreso promedio
(Mankiw, 2012, p. 14).

9) “Los precios suben cuando el Gobierno imprime demasiado dinero”

La inflación es el aumento generalizado de los precios de la economía. Se


ha observado que, en general, cuando la inflación es elevada o perdura en
el tiempo, coincide con el crecimiento de la cantidad de dinero. Cuando
un Gobierno emite grandes cantidades de dinero, el valor del dinero
disminuye.

10) “La sociedad se enfrenta a una disyuntiva a corto plazo entre la


inflación y el desempleo”

A partir de lo observado en los hechos y la vinculación entre nivel de


actividad económica y tasa de desempleo (negativa) y entre nivel de
actividad económica e inflación (positiva) se suele afirmar que la reducción
de la inflación provoca un aumento temporal del desempleo.

Los principios básicos de la economía pueden agruparse de acuerdo al


grado de agregación de las variables analizadas. El primer grupo (principios
1 a 4) se refiere a la forma en que los individuos toman decisiones. El
segundo grupo de principios (los correspondientes a los números 5 a 7)
hace referencia a cómo se desarrolla la interacción entre ellos en el marco
del mercado. Ambos grupos constituyen un interés de la rama de la
economía denominada “microeconomía”. Finalmente, los principios 8 a 10
se ocupan de grandes agregados de la economía o, lo que es equivalente,
corresponden al campo de estudio de la “macroeconomía”.

Preguntas para la reflexión

¿Eres consciente de la necesidad de elegir entre distintas


alternativas y que el costo que tiene la elección de un
determinado curso de acción?

¿Cuál es el costo de oportunidad de estar leyendo este material


en este momento?

Pensando en tu futura actividad profesional, ¿crees que es un


punto de vista útil el considerar que todos los individuos
responden a incentivos?

Recuerda situaciones en las que respondiste a incentivos


positivos. Realiza el mismo ejercicio con incentivos negativos.
¿Cómo caracterizarías cada tipo de incentivo en esos casos?

¿Recuerdas alguna situación en la que un incentivo que se


propuso no dio resultado?, ¿por qué crees que no operó como
tal?

¿Crees que se podrían ofrecer incentivos de tal manera que los


gobernantes realicen las acciones que les son encomendadas?
Propón dos incentivos que crees que podrían funcionar.
Encuentra situaciones en las que los gobernantes podrían no
reaccionar a tales incentivos.

¿Por qué es importante la productividad?


La teoría y la política económica
Dos vertientes agrupan las ideas que se producen a partir del trabajo de los
economistas. Por una parte, el desarrollo y análisis de la teoría económica,
que se encarga de la observación de la realidad para, a través de modelos,
tratar de explicarla y predecir resultados, siempre desde los preceptos
de la metodología de las ciencias aplicadas al campo de lo social. Esta área
de la economía se orienta a tratar de responder cómo funciona la realidad
económica, cuáles son sus interacciones y qué consecuencias se derivan. La
política económica, por otra parte, se ocupa básicamente de resolver los
aspectos decisionales vinculados con la operatoria concreta de las acciones
de los gobiernos y los Estados, de cara a regular la actividad económica en
pos de los objetivos sociales y políticos que la sociedad tiene planteados en
su agenda.

Un ejemplo de teoría económica se podría encontrar a través del análisis


de los determinantes del precio de un bien que se comercializa en cierto
tipo de mercado. Un caso de política económica corresponde a la
modificación del nivel de un cierto impuesto.

Cabe destacar que generalmente también distinguimos entre economía


positiva y economía normativa. La primera, economía positiva (asociable
con la teoría económica), se orienta a explicar cómo funcionan los
fenómenos y cómo es que las relaciones económicas se producen. Por otra
parte, la economía normativa tiene como propósito orientar en relación a
cómo deberían ser las cosas, qué se debería hacer y qué no.

Estas ideas nos hacen pensar que quizá aún cuando todos los economistas
coincidieran en el diagnóstico de cierto fenómeno, podrían “recetar”
políticas correctivas, paliativas, etcétera, totalmente diferenciadas. Como
ejemplo, desarrollaremos a continuación cómo explica el economista Juan
Carlos De Pablo (2008), por qué no todos los economistas están
permanentemente de acuerdo en sus opiniones y recomendaciones.

En su publicación “¿Por qué discrepan los economistas?”, De Pablo (2008)


comienza diciendo “cada vez que me junto con 5 economistas recojo 6
opiniones sobre cada cuestión, John Maynard Keynes plantea 2, bien
contrapuestas, que expone con igual fervor”. Tomando la frase de Winston
Churchill (1874-1965), continua De Pablo citando a Harry Truman (1884-
1972), “Quiero reunirme con economistas mancos, porque estoy
cansado que cada vez que pido una opinión me digan que por un lado
tal cosa, pero por el otro lado tal otra”.
Finalmente, agrega:

En todas las profesiones ocurre lo mismo, lo que pasa es que


las diferencias que existen entre los astrónomos o entre los
físicos nucleares tienen mucho menos interés para el
público y los medios masivos de comunicación, que las que
existen entre los discípulos de Adam Smith. (Juan Carlos de
Pablo, como se cita en Ruiz, 2008, http://goo.gl/Rrm5yh)

Instrumentos de análisis: modelos y


variables
Conceptos claves de la unidad
Es importante comprender los siguientes conceptos vinculados con
fenómenos económicos específicos:

Economía de mercado: La economía asigna los recursos por medio de las


decisiones individuales de muchas empresas y hogares que interactúan en
los mercados de bienes y servicios.

Fallo de mercado: Situación en la que el mercado no asigna eficientemente


los recursos.

Externalidad: Consecuencias de las acciones de una persona sobre el


bienestar de otra; pueden ser positivas o negativas, según aumenten o
disminuyan el bienestar de otros.

Productividad: Cantidad de bienes o servicios producidos por unidad de


factor utilizado. Por ejemplo, productividad del capital, productividad del
trabajo.

Inflación: Aumento sostenido y generalizado de todos los precios de la


economía.

Resulta interesante preguntarse por el fundador de la economía política,


quien fue una gran inspiración e influencia fundamental para el liberalismo
(1723-1790) y abrió el camino para la ampliación del léxico económico.
Este economista y filósofo escocés fue Adam Smith, de quien Mankiw
(2012) realiza una síntesis biográfica Realizó sus estudios en la Universidad
de Glasgow y en Oxford. Fue profesor de Filosofía Moral en la Universidad
de Edimburgo y en la Universidad de Glasgow. Sus principales obras fueron
La teoría de los sentimientos morales (1759) y Estudio de la naturaleza y las
causas de la riqueza de las naciones (1776); esta última obra analiza
detalladamente los mecanismos de creación de riqueza, las ventajas de la
especialización, la conveniencia de la solución de libre mercado: en tanto
una “mano invisible” parece ser la que coordina las acciones individuales,
cada una de ellas motivada por el propio beneficio, la búsqueda del
beneficio personal implica también el beneficio de todos los integrantes de
la sociedad. El delicado mecanismo de la mano invisible entraba en juego
también, según Smith, en el mercado de los factores de producción,
asegurando la armonía siempre que los factores buscaran las rentas
máximas posibles. Por lo tanto, según esta mecánica, se producen los
bienes adecuados con los precios adecuados, y el conjunto de la
comunidad obtiene la máxima riqueza posible, mientras rija la libre
competencia; sin embargo, si se restringe la libre competencia, la mano
invisible deja de funcionar y la sociedad carga con las consecuencias.
Asimismo, Smith desarrolló la idea, en total consonancia con su postura
filosófica expuesta en La teoría de los sentimientos morales, de la libertad
como motor del crecimiento de la riqueza de un país.

El modelo de flujo circular


Examinemos un primer modelo que sirve para ilustrar de qué manera
usamos en economía estos instrumentos, denominados modelos, que
facilitan el análisis de la realidad, concentrándonos en lo que consideramos
más relevante y dejando momentáneamente de lado los detalles que no
aportan elementos predictivos o permeables a las acciones y efectos
relevantes.

El modelo de flujo circular (figura 1) representa de manera sintética el


funcionamiento de una economía. El modelo se concentra en expresar, a
través de un gráfico, las interacciones entre los actores de la economía. Es
importante observar con atención las simplificaciones de la realidad que
implica: no se menciona que exista el Estado ni sus interrelaciones, ni el
sector externo de la economía (resto del mundo), ni el mercado de
créditos.

El modelo presentado hace referencia a la identidad, en este contexto


simplificado, entre lo que se produce en el mercado real (o mercado de
bienes y servicios) de una economía y el valor de los medios de pago de tal
sistema. Denominamos mercado real al que se encarga de comercializar
bienes y servicios.
El circuito real comienza cuando las familias, ya que son poseedoras de los
factores productivos de una sociedad (tierra, trabajo y capital), ofrecen los
servicios de tales factores a las empresas. Estas contratan los servicios para
que, combinados y aplicados mediante una tecnología a los respectivos
procesos productivos, les permitan generar bienes y servicios que
ofrecerán en el mercado a las familias. Las familias reciben, como pago por
el uso de los servicios de los factores que les pertenecen, remuneraciones
(rentas, salarios e intereses). Con tales fondos monetarios, son capaces de
sufragar sus gastos en los diferentes bienes y servicios que las empresas
ofrecen en los distintos mercados.

Es importante destacar el concepto de flujo presente en este modelo,


donde todas las variables indicadas con flechas se corresponden con
magnitudes mensurables por unidad de tiempo (tales como cantidad de
dinero por mes, horas trabajadas por semana, cantidad de cierto bien
comprado/vendido por año, etc.). Decimos que se trata de flujos, ya que
son magnitudes permanentes que se miden por su circulación en cierta
unidad de tiempo. Este tipo de magnitudes se contraponen con otras que
denominamos de stock en economía. Las variables de stock denotan algún
proceso de acumulación, cuya magnitud alcanza un cierto volumen fijo
total.

Figura 1: El modelo de flujo circular

Fuente: Elaboración propia.

La frontera de posibilidades de producción


Un segundo modelo permite analizar las opciones de producción de una
economía. Este es el modelo de fronteras de posibilidades de producción.
La representación del modelo utiliza gráficos de funciones en un eje de
coordenadas cartesianas. El eje horizontal (abscisas) señala la cantidad
producida de un bien o conjunto de bienes (en este caso, bienes agrícolas);
el eje vertical (ordenadas) indica la cantidad producida de otro bien (en
este caso, bienes industriales).

Los diferentes puntos que podrán visualizarse en la figura 2 implican


combinaciones de producción de ambos bienes. Por ejemplo, el punto A
indica que el país produce 500 unidades de bienes agrícolas y 200 de
bienes industriales.

La curva (denominada “frontera de posibilidades de producción”) indica la


máxima cantidad combinada de ambos bienes que el país puede producir.
Justamente sobre la frontera de posibilidades de producción se localizan
los puntos eficientes para la economía: cada uno de ellos representa la
máxima cantidad que se puede producir de las diferentes combinaciones
posibles de los bienes, utilizando diferentes combinaciones de recursos
productivos en uno u otro sector de actividad económica. Destacamos que
se denominan puntos eficientes, ya que sobre ellos no se produce ningún
tipo de desperdicio o desaprovechamiento de recursos por parte de la
sociedad: se está produciendo la máxima cantidad posible con la dotación
de recursos con la que el país cuenta.

Figura 2: Frontera de Posibilidades de Producción

Fuente: Elaboración propia.

Todos aquellos puntos situados en la superficie limitada por los ejes y por
la frontera de posibilidades de producción son puntos ineficientes. Puntos
como el A (de la figura 2) son ineficientes en el sentido de que con esa
misma cantidad de recursos sería posible producir más unidades de bienes
agrícolas manteniendo constante la producción de bienes industriales, o
viceversa, o incrementar ambas producciones.

Finalmente, los puntos como D, que están más allá de la frontera de


posibilidades de producción, no son alcanzables para esta economía, dada
su tecnología y su dotación de recursos.

Veamos qué utilidad tiene este modelo:

 Permite analizar las elecciones de asignación entre puntos


eficientes.

 Pueden analizarse las consecuencias de los cambios tecnológicos


específicos de un sector o comunes a toda la economía, así como
cambios (aumentos o disminuciones) en la dotación de recursos.

 Da una idea clara del costo de oportunidad de la producción de un


bien.

Problemas y aplicaciones
Ejercicio de aplicación

Graficar una frontera de posibilidades de producción para un país que sólo


produce automóviles y soja. Analizar los cambios que se producen en las
siguientes situaciones (partir de la situación inicial en cada caso):

1) Un desastre natural destruye el 50 % de las áreas cultivables.

2) Se desarrolla una nueva tecnología que permite producir soja con un


30 % más de rendimiento por hectárea.

3) Egresan los primeros técnicos en automovilismo de las escuelas


técnicas del país.

4) Se descubren nuevos yacimientos de petróleo que abaratan la


producción de todos los sectores.
Análisis:

Situación inicial del país

Figura 3: Frontera de Posibilidades de Producción

Fuente: Elaboración propia.

a) Ocurrencia de un desastre natural que solo afecta a las áreas cultivables


(figura 4). El país ahora tiene menos potencial productivo, ya que se
destruyó parte de los recursos disponibles. Es importante ver cómo en
alguna medida se ven también afectados los niveles de producción
alcanzable del otro bien, no alcanzados directamente por el desastre
natural.

Para pensar:

¿Conoces algún desastre natural (único o periódico


que afecte tu zona?, ¿qué efectos suele traer o trajo
sobre el aparato productivo de la zona?
Figura 4: Contracción de la Frontera de Posibilidades de Producción

Fuente: Elaboración propia.

b) Se desarrolla una nueva tecnología que permite producir soja con un 30


% más de rendimiento por hectárea.

Figura 5: Expansión de la Frontera de Posibilidades de Producción

Fuente: Elaboración propia.

c) Egresan los primeros técnicos en automovilismo de las escuelas técnicas


del país. Vamos Este cambio representa una mejora de productividad en el
sector automovilístico de producción de la economía, por ello el traslado se
evidencia sólo en este sector (figura 6); sin embargo, como un efecto de
derrame, también son accesibles para esta economía niveles de producción
de soja concomitantes más elevados.
Figura 6: Expansión de la Frontera de Posibilidades de Producción

Fuente: Elaboración propia.

d) Se descubren nuevos yacimientos de petróleo que abaratan la


producción de todos los sectores. La disponibilidad de recursos que serán
ahora aplicables a la producción es mayor, por lo tanto ahora se vuelven
alcanzables (desplazamiento hacia la derecha de la función de posibilidades
de producción, como lo indica la figura 7) combinaciones de
producción que anteriormente no estaban al alcance del país. (Aunque el
país contaba con esos recursos, como no los conocía, no podían
incorporarse a la producción).

Figura 7: Desplazamiento paralelo de la Frontera de Posibilidades de


Producción

Fuente: Elaboración propia.


Referencias
De Pablo, J.C. (2000). El más grande de mis odios: La escasez. Escritos
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Oferta y
demanda

Principios de
economía
Demanda y oferta
La demanda
Empecemos nuestro estudio de los mercados analizando el comportamiento
de los compradores. La cantidad demandada de un bien determinado es la
cantidad que de ese bien están dispuestos a adquirir los compradores.

Como verás más adelante, existen muchos factores que determinan la


cantidad demandada de un bien; sin embargo, cuando se analiza cómo
funcionan los mercados, un determinante fundamental es el precio del bien.
Puedes imaginar, por ejemplo, que es esperable que ocurra una relación
inversamente proporcional entre el precio de un bien o servicio y la cantidad
que demandarán los compradores del mismo: si un producto se encarece
(eleva su precio), es probable que las cantidades demandadas del mismo se
reduzcan. Esta relación entre el precio y la cantidad demandada es
verdadera para casi todos los bienes de la economía y, de hecho, es una
relación tan generalizada que los economistas la denominan la “ley de la
demanda”. Es decir, si todo lo demás permanece constante, cuando el precio
de un bien aumenta, la cantidad demandada de dicho bien disminuye;
cuando el precio disminuye, la cantidad demandada aumenta.

Ley de la demanda:
Se espera que a menor precio del bien o servicio, los consumidores
estén dispuestos a (es decir, quieran y puedan) comprar más
unidades.

Los determinantes de la demanda

La cantidad demandada es la cantidad de un bien o servicio que los


consumidores están dispuestos a comprar. La demanda de un cierto bien
depende de:

2
Ingreso de los consumidores: Algunos bienes, cuando el ingreso es mayor,
en mayor cantidad se demandan (normales); en tanto que otros, ante
mayores ingresos, se demandan menos (inferiores).

Precio de otros bienes: Si aumenta el precio de bienes complementarios a


cierto bien, su demanda disminuirá; si aumenta el precio de bienes
sustitutos, su demanda aumentará, y viceversa.

Gustos: Cambios en las preferencias hacia ciertos bienes pueden aumentar o


disminuir su demanda.

Expectativas: Si se espera que el precio de un bien sea más alto en el futuro,


la demanda actual crecerá.

Representación gráfica de la demanda de un bien y la


demanda de mercado

Como hemos anticipado cuando presentamos el equilibrio de un mercado,


la demanda suele representarse a través de la vinculación con su
determinante más relevante: el precio del bien o servicio. Dado que opera
la ley de la demanda, esta relación es negativa, lo cual significa que a medida
que más elevado sea el precio, menor será la cantidad demandada. Esta
relación se ilustra en una tabla donde se presentan las cantidades que los
consumidores están dispuestos a consumir según cada precio posible. Esta
tabla indica una serie de puntos concretos de la relación entre precio y
cantidad demandada, la cual se destaca por constituir un listado discreto de
valores.

De manera más general, podemos expresar la relación entre precio y


cantidad demandada (figura 8) a través de la explicitación de una función
matemática que nos permite calcular el valor de la cantidad demandada
para cualquier nivel de precios que nos interese.

3
Tabla 1: Tabla de demanda
Explica la cantidad de camisas que se demandarán según cada precio
posible

P Q

(Precio de (Cantidad
una demanda
camisa) de camisas)

0 20

20 17

40 14

60 11

80 8

100 5

120 2

Fuente: Elaboración propia

La función demanda, indica la relación entre precio y cantidad demanda a


través, de una expresión matemática

Qd = 20 − 0.15 P

Podemos averiguar la cantidad demandada a un nivel determinado del


precio, reemplazando P en la expresión anterior por el valor de precio de
interés. Por ejemplo, a $20, se demandarán 17 camisas

20 − 0.15 ∗ 20 = 17

4
Finalmente, podemos representar esta vinculación apelando a un gráfico
en ejes de coordenadas cartesianas (figura 9), donde, por convención,
ilustramos en el eje horizontal (abscisas) las cantidades del bien y en el eje
vertical (ordenadas) el precio por unidad.

Figura 9: Curva de demanda

Fuente: Elaboración propia.

Los puntos sobre la curva indican cuanto está dispuesto a consumir un


comprador a cierto precio. Por ejemplo, En el punto A, el consumidor está
dispuesto a consumir la cantidad 𝑄0 al precio 𝑃0 . Si el precio baja a 𝑃1 , la
cantidad que estará dispuesto a consumir aumentará a 𝑄1

Como puedes apreciar, la relación negativa queda reflejada en la curva, ya


que si el consumidor estaba dispuesto a comprar Q0 unidades al precio P0,
cuando se produzca una disminución en tal precio, reaccionará con un
aumento de la cantidad demandada (ahora al nivel Q1). Siempre estas
modificaciones (variación de precios y de cantidades) serán inversamente
proporcionales.

Diferenciemos ahora dos términos importantes: demanda y cantidad


demandada. La demanda hace referencia a toda la relación, es decir, el
conjunto de cantidades demandadas para cada nivel de precios posible. La
cantidad demandada es una variable en particular asociada con uno de los
niveles de precios posible. Cuando mencionamos que se produjo un
cambio en la cantidad demandada, estamos haciendo mención de un
cambio como el ilustrado en la figura 9, donde la decisión de compra se
traslada del punto A al punto B debido al cambio de precio. Por el

5
contrario, cuando indicamos que ocurrió un cambio en la demanda, quiere
decir que para todos los niveles de precios, ahora la cantidad demandada
es diferente (un desplazamiento como el indicado en la figura 10).

Figura 10: Desplazamiento de la curva de demanda

Fuente: Elaboración propia.

Si aumenta el ingreso de los consumidores (suponemos que el bien X es


normal), la demanda se desplazará. A cada precio, la cantidad demandada
será mayor.

Hasta el momento, nos hemos referido a la demanda de un individuo en


particular; sin embargo, en el mercado interactúan miles de demandantes
de cada producto. Ya que el comportamiento de cada uno de los
demandantes será negativo con respecto al nivel de precios, se puede
generalizar que la demanda de todos ellos también reaccionará en sentido
opuesto al cambio en los precios. La demanda de mercado es la suma
horizontal de las demandas de los individuos que lo integran.

La oferta
Ahora estudiaremos el otro lado del mercado y examinaremos el
comportamiento de los vendedores. En este caso, la cantidad ofrecida de
cualquier bien o servicio es la cantidad que los vendedores quieren y
pueden vender. Existen muchos factores que determinan la cantidad que

6
se ofrece, pero, una vez más, el precio desempeña un papel muy
importante en nuestro análisis.

Cuando el precio de un producto aumenta, vender ese producto es muy


rentable y, por lo tanto, la cantidad que se ofrece es grande. Los
vendedores del mismo muchas veces compran más máquinas para
elaborar el producto y contratan más personal. Por el contrario, cuando el
precio del bien en el mercado es bajo, el negocio es menos rentable y los
vendedores producen menos.

Incluso, a un precio bajo, algunos vendedores pueden optar por cerrar y


provocan con esto que la cantidad que ofrecen caiga a cero. Esta relación
entre el precio y la cantidad ofrecida se llama “ley de la oferta” y establece
que, con todas las demás variables constantes, cuando el precio de un bien
aumente, la cantidad ofrecida de dicho bien también aumentará, y cuando
el precio de un bien disminuya, la cantidad que se ofrece de dicho bien
también disminuirá.

Ley de la oferta:
Se espera que a menor precio del bien o servicio, los
productores de bienes o servicios estén dispuestos a (es decir,
quieran y puedan) vender menos unidades.

Representación gráfica de la oferta de un bien y la


oferta de mercado
Al igual que en el caso de la demanda, es posible construir ahora una tabla
de oferta y, a base de la misma, plantear la función de oferta en términos
gráficos, la cual llamaremos: curva de oferta. En este sentido, la tabla de la
oferta mostrará la relación que existe entre el precio de un bien y la
cantidad ofrecida, manteniendo constante todo lo que pueda influir en la
cantidad que los productores quieren vender.

Con esta tabla es posible ilustrar en forma gráfica la ley de la oferta. Así, la
curva de oferta tendrá pendiente positiva porque, con todo lo demás
constante, a mayor precio, mayor será la cantidad ofrecida.

Por otra parte, así como la demanda del mercado es la suma de la


demanda de todos los compradores, la oferta del mercado es la suma de
todo lo ofrecido por los vendedores.

7
Para un precio dado, continuando con el ejemplo del mercado del helado,
la tabla de la oferta indicará la cantidad de helado que ofrecerá cada una
de las empresas participantes de este mercado. Al igual que en el caso de
las curvas de demanda, las curvas de oferta se suman horizontalmente
para obtener la curva de oferta de mercado. Es decir, para encontrar la
cantidad total ofrecida a cualquier precio, se suman las cantidades
individuales, las cuales se encuentran en el eje horizontal de cada una de
las curvas de la oferta. La curva de la oferta del mercado muestra las
variaciones de la cantidad total ofrecida conforme varía el precio del bien,
manteniendo constantes todos los demás factores que, además del precio,
influyen en las decisiones de los productores con respecto a la cantidad
que venderán.

Los determinantes de la oferta y posibles


desplazamientos de la misma
Debido a que la curva de la oferta mantiene todo lo demás constante, se
desplaza cuando uno de los factores determinantes de la función de oferta
cambia. Por ejemplo, si analizamos la oferta de mercado del helado y
suponemos que el precio del azúcar (un insumo clave para su producción)
disminuye, veremos que esto provocará que vender helado resulte ahora
un negocio más rentable. En consecuencia, se incrementará la oferta de
helado: independientemente del precio dado, los vendedores estarán
ahora dispuestos a producir una cantidad mayor. Por tanto, la curva de
oferta de helado se desplazará hacia la derecha.

Vale la pena aclarar que cualquier cambio que aumente la cantidad


ofrecida en relación con cada precio, como por ejemplo: la caída del precio
del azúcar, desplazará la curva de la oferta hacia la derecha y se le llamará
“incremento de la oferta”. De la misma manera, cualquier cambio que
reduzca la cantidad ofrecida según cada precio desplazará la curva de la
oferta hacia la izquierda y se denominará “caída de la oferta”.

Existen muchas variables que desplazan la curva de la oferta. He aquí


algunas de las más importantes:

Precios de los insumos: Para producir helado, los vendedores utilizan


varios insumos: crema, azúcar, saborizantes, máquinas para hacer helado,
la infraestructura que se requiere para producirlo y la mano de obra de los
trabajadores para mezclar los ingredientes y operar las máquinas. Cuando
el precio de uno o más de estos insumos se incrementa, producir helado es
menos rentable y las empresas ofrecen menos helado. Si los precios de los
insumos aumentan sustancialmente, una empresa podrá cerrar y no
ofrecer helado en absoluto. Por lo tanto, la oferta de un bien se relaciona

8
negativamente con el precio de los insumos utilizados para producir dicho
bien.

Tecnología: La tecnología para convertir los insumos en helado es otra


variable determinante de la oferta. Por ejemplo, la invención de la máquina
para hacer helado de forma mecanizada redujo la cantidad de mano de
obra necesaria para fabricarlo. Al reducir los costos de las empresas, los
avances tecnológicos aumentaron la oferta de helado.

Expectativas: La cantidad de helado que una empresa ofrece hoy puede


depender de sus expectativas sobre el futuro. Por ejemplo, si espera que el
precio del helado aumente en el futuro, almacenará una parte de su
producción actual y ofrecerá menos en el mercado hoy.

Número de vendedores: Además de los factores señalados que influyen


individualmente en el comportamiento de los vendedores, la oferta del
mercado depende del número de estos vendedores. Si, por ejemplo, Ben o
Jerry se retiraran del negocio de helados, la oferta del mercado disminuiría.

Por el contrario, recuerda y repasa cuidadosamente el hecho de que


cuando lo que se modifica no es uno de estos factores señalados, sino el
precio del mismo bien producido, se producirá un movimiento a lo largo de
la función de oferta, sin que la misma se desplace gráficamente.

Ejercicio de aplicación
Muestra, a través de un gráfico, cómo se verán afectados la cantidad y el
precio de equilibrio ante cada uno de los siguientes cambios:

1) En el mercado de casas de veraneo en alquiler, aumenta la


demanda en la época de vacaciones.

9
Figura 11: Desplazamiento de la curva de demanda y cambio en el
equilibro

Fuente: Elaboración propia.

Primero observemos la pendiente de cada una de las funciones


involucradas:

La demanda tiene una relación negativa con respecto al precio (a mayor


precio, la cantidad demandada será menor), por lo que la forma gráfica
corresponde a una función decreciente o con pendiente negativa.

La oferta, que suponemos relacionada positivamente con el precio, tiene


pendiente positiva, es decir: cuando el precio aumenta, la cantidad
ofrecida por quienes comercializan el producto es mayor.

Los efectos de un cambio en la demanda por las vacaciones implicarán, tras


el desplazamiento hacia la derecha de la función de demanda (por ser más
elevada a cada precio posible), un aumento de la cantidad de equilibrio y
un aumento del precio de equilibrio.

2) Debido a un año sin heladas ni granizos, aumenta la oferta de las


frutas de estación.

10
Figura 12: Desplazamiento de la curva de oferta y cambio en el equilibro

Fuente: Elaboración propia.

Se producen dos cambios simultáneamente. Por una parte, un aumento de


la demanda a cualquier precio posible. Por otro lado, la mayor producción
disponible por el efecto externo induce una oferta también más elevada
para todos los precios. Por ello, ambas funciones se desplazan a la derecha.

La consecuencia sobre el equilibrio del mercado es un aumento de la


cantidad de equilibrio (ya que tanto la oferta como la demanda aumentan).
El efecto sobre el precio es indeterminado, ya que podría aumentar,
disminuir (como se graficó) o permanecer inalterado, según sea la
magnitud comparativa del cambio de la oferta y del cambio en la demanda.

La elasticidad de la demanda y su
aplicación

La elasticidad de demanda es la medida de la sensibilidad de


la cantidad demandada de un bien ante cambios en sus
factores determinantes (Torres Galvis, 2010,
http://goo.gl/E0C28T).

En el caso de la elasticidad con respecto al precio, si la elasticidad resulta


(en valor absoluto) mayor que 1, decimos que la demanda es elástica, es
decir, reacciona más que el cambio porcentual en el determinante; si es
igual a 1, decimos que tiene elasticidad unitaria; si resulta menor que 1,
decimos que es inelástica.

11
Referencias
De Pablo, J.C. (2000). El más grande de mis odios: La escasez. Escritos
seleccionados, 1989-1999. Recuperado de
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13
Elasticidades
de demanda

Principios de
Economía

Page 1 of 10
Elasticidades de
demanda
La elasticidad de demanda es la medida de la sensibilidad de
la cantidad demandada de un bien ante cambios en sus
factores determinantes (Torres Galvis, 2010,
http://goo.gl/E0C28T).

En el caso de la elasticidad con respecto al precio, si la elasticidad resulta


(en valor absoluto) mayor que 1, decimos que la demanda es elástica, es
decir, reacciona más que el cambio porcentual en el determinante; si es
igual a 1, decimos que tiene elasticidad unitaria; si resulta menor que 1,
decimos que es inelástica.

Asimismo, es posible establecer algunas reglas generales acerca de lo que


influye en la elasticidad precio de la demanda.

En primer lugar conocemos que los bienes con sustitutos cercanos tienden
a tener demandas más elásticas, ya que es más fácil cambiar de un bien a
otro. Por ejemplo, la manteca y la margarina son fácilmente sustituibles.
Un pequeño incremento en el precio de la manteca, suponiendo que el
precio de la margarina se mantiene constante, hace que la cantidad
vendida de manteca disminuya en gran porcentaje. Por otro lado, como los
huevos son un alimento sin un sustituto cercano, la demanda de huevos es
menos elástica que la demanda de manteca.

Page 2 of 10
Analicemos a continuación cómo tiende a ser la elasticidad frente a bienes
de primera necesidad y qué valores asume cuando se trata de bienes de
lujo. Los bienes de primera necesidad tienden a tener demandas
inelásticas, mientras que los bienes de lujo se caracterizan por tener
demandas elásticas. Cuando el precio de la atención médica aumenta, las
personas no suelen reducir drásticamente el número de veces que acuden
a una consulta profesional, aunque sus visitas pueden volverse menos
frecuentes. En cambio, cuando el precio de los veleros aumenta, la
cantidad demandada de veleros disminuye sustancialmente. La razón es
que la mayoría de las personas que acude a un médico lo hace por
necesidad, mientras que comprar veleros es un lujo. El hecho de que un
bien sea una necesidad o un lujo no depende necesariamente de las
propiedades intrínsecas del bien, sino de las preferencias del comprador.

En tercer lugar, la elasticidad de la demanda en un mercado depende de


cómo se trazan los límites del mismo. Mientras más definido sea el
mercado, tenderá a tener demandas más elásticas que los mercados en un
sentido más amplio, ya que se vuelve más fácil encontrar sustitutos
cercanos para los bienes de mercados más estrechos. Por ejemplo, la
comida, una amplia categoría, tiene una demanda inelástica porque no hay
buenos sustitutos. El helado, una categoría mejor definida, tiene una
demanda más elástica porque es fácil sustituir por otros postres. El helado
de chocolate, una categoría aún más estrecha que la del helado, tiene una
demanda muy elástica debido a que existen otros sabores que son casi
perfectos sustitutos de éste.

En cuarto lugar, nos interesa analizar el horizonte temporal. Los bienes


tienden a tener demandas más elásticas mientras más largo sea el
horizonte de tiempo. Cuando el precio de la gasolina aumenta, la cantidad
demandada de gasolina cae ligeramente en los primeros meses. Después
de un tiempo, las personas compran automóviles que gastan menos
gasolina, usan el transporte público o se mudan a un lugar más cercano al
trabajo, por lo que, después de unos años, la cantidad de gasolina
demandada cae sustancialmente.

Page 3 of 10
Cálculo de la elasticidad
Elasticidad con respecto al precio

En primer lugar indicaremos cómo se obtiene el coeficiente de la


elasticidad precio. La elasticidad con respecto al precio mide la reacción o
respuesta porcentual de la cantidad demandada ante cierto cambio
porcentual en el precio del bien. Siempre su resultado es un número
negativo (ya que opera la ley de la demanda). Para analizar si la demanda
es elástica, unitaria o inelástica, consideraremos el valor absoluto del
resultado, es decir, tomaremos el número, prescindiendo de su signo.
La fórmula que se emplea es la siguiente:

Figura 13: Elasticidad con respecto al precio

Una pregunta que nos podríamos hacer luego de observar la fórmula es


qué cantidad demandada (la inicial o la que surge como reacción al cambio
de condiciones) y qué precio (el inicial o el que sufrió la modificación) se
deben utilizar para el cálculo. Debido a que es mejor disponer de una
medida en los valores intermedios de tales magnitudes, se opta por
calcular tanto la cantidad promedio como el precio promedio.

Realiza el siguiente cálculo para un ejemplo:

Supón que cuando el precio del kilogramo de azúcar es de $ 2, la cantidad


demandada por día es de 200 kilogramos, mientras que si el precio se
duplica, la cantidad que los consumidores están dispuestos a comprar es
de 60 kilogramos por día.

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1. Analizar la siguiente tabla.

Precio por kg de Kg. de azúcar demandados por


azúcar día
$2 200
$4 60

2. Interpretar la elasticidad precio promedio de la demanda


de dicho bien.

Figura 14: Elasticidad promedio de la demanda

Cambio en cantidad demandada 60-200 -140


Cantidad demandada (200+60)/2 130 1,07 1,61
Cambio en el precio 4-´2 2 0,67
Precio (2+4)/2 3

Si dejamos de lado el signo negativo, vemos que en valor absoluto la


elasticidad es superior a 1; por lo tanto, la demanda es elástica con
respecto al precio. Esto quiere decir que cuando el precio aumenta en
cierta proporción, el cambio en la cantidad demandada se vuelve
proporcionalmente mayor. Con más precisión, el valor del coeficiente de la
elasticidad señala en este ejemplo que cuando el precio aumenta en un 10
%, entonces la cantidad demandada cae en un 16,1%.

Elasticidad con respecto al ingreso

También es posible calcular la sensibilidad de la demanda ante cambios en


el ingreso de los consumidores. En este caso, pueden ocurrir dos resultados
habituales, según el tipo de bienes que estemos analizando. Hay bienes
como, por ejemplo, los alimentos básicos, especialmente algunos de los
cuales no tienen un valor nutricional importante, cuya demanda disminuye
si el consumidor mejora sus condiciones de ingreso. Al ser relativamente
más rico que antes, tiende a no consumirlos, ya que puede ahora
reemplazarlos por otros mejores. Este tipo de bienes se denomina “bienes
inferiores”. Por el contrario, hay otros bienes cuyas demandas aumentan
cuando el ingreso de los consumidores crece: la demanda de vacaciones,
de mejores automóviles, de vestimenta de mejor calidad o marca, etcétera.
A este tipo de bienes se los denomina “bienes normales”.

Page 5 of 10
Para resumir, los bienes inferiores son aquellos cuya demanda es más
reducida cuando el ingreso de los consumidores crece, y viceversa. Los
bienes normales son aquellos cuya demanda es más elevada conforme
aumenta el ingreso, y viceversa.

Veamos cómo el cálculo de la elasticidad de la demanda con respecto al


ingreso (también llamado “renta”, en economía) nos brinda información
para poder clasificar los bienes en normales e inferiores. A continuación
indicamos la fórmula que se debe emplear. En este caso, observaremos el
signo de elasticidad (que nos indica el tipo de bien) y el valor (que nos
indica el grado de reacción ante la modificación en el ingreso: elástica,
unitaria o inelástica).

Figura 15: Elasticidad ingreso

ingreso resulta positiva, el bien es un bien normal, mientras que si resulta


Teniendo
negativa, elenbien
cuenta la ecuación anterior, se conoce que si la elasticidad
es inferior.

Elasticidad cruzada (con respecto al precio de otros bienes)

Finalmente, consideraremos la elasticidad cruzada de la demanda, es decir,


la sensibilidad de la demanda ante cambios en el precio de ciertos bienes
relacionados.

Figura 16: Elasticidad cruzada

Cambio en cantidad demandada del bien X


Cantidad demandada del bien X Cambio porcentual en la cantidad demandada del bien X
Cambio en el precio del bien Y Cambio porcentual en el precio del bien Y
Precio del bien Y

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Si la elasticidad cruzada resulta positiva, los bienes son sustitutos; si resulta
negativa, los bienes son complementarios.

Problemas y aplicaciones
La siguiente nota se publicó en un blog especializado en economía. Presta
atención a los conceptos relacionados con la demanda, aprendidos en este
módulo.

¿xk en arg se envi + sms k en usa?

Me cuentan de Personal que, en Argentina, sus usuarios


envían más de 80 mensajes de texto por cabeza por mes
mientras que en Estados Unidos, el usuario típico envía
alrededor de 55 SMS por mes. ¿Por qué?

La respuesta inmediata, y en parte correcta, es que el


ingreso promedio es menor en Argentina que en Estados
Unidos y, dado que el mensaje de texto es más barato que
la comunicación por voz, es un sustituto apropiado para
una capacidad de consumo menor.

Hay que refinar el argumento por varias razones.


Primero, porque sería más apropiado comparar el ingreso
disponible de un estadounidense promedio con el costo
para él de la comunicación por voz y por texto con la
misma información para un argentino.

Así (números muy aproximados) un estadounidense


promedio "gana" unos 44,000 dólares al año mientras que
un argentino promedio gana unos 5,500 dólares al año, es
decir, 8 veces menos. Es más difícil la comparación del
costo de hablar por celular para uno y otro pero un
chequeo simple sugiere que hablar por celular cuesta más
o menos lo mismo en ambos países (o incluso menos en
EE.UU.). Entonces, ¿cómo ahorran los argentinos si ganan
mucho menos y la comunicación por voz sale más o menos
lo mismo? Utilizando más mensajes de texto y menos voz.

Page 7 of 10
Aún si hablar por teléfono celular fuera más barato
en Argentina, ya que, a niveles de ingreso más alto, la
participación del ingreso que se gasta en alimentos es
menor. A esto lo llamamos la ley de Engel, por su
descubridor. Y lo resumimos, en jerga, diciendo que "la
elasticidad-ingreso de la demanda de alimentos es
menor que 1"... sin duda una línea poco atractiva para
invitar a alguien a bailar. Por lo tanto, la parte de
ingreso disponible para gastar en otros bienes es menor
y el incentivo a ahorrar en comunicación de voz
sustituyéndola por comunicación de texto igual estaría
presente.

Y esta no es toda la historia. Robert Frank (2007), en


su libro El Naturalista Económico, se pregunta
igualmente porqué la mensajería de texto es más
común en Asia que en Estados Unidos... todavía hoy que
el ingreso de los asiáticos aumentó tanto. En el
comienzo fue el menor desarrollo relativo de las redes
de telefonía convencional cuando llegó el celular pero
¿y ahora? ¿Por qué siguen utilizando el SMS? A lo que
responde:
"Como cualquiera puede constatar,
enviar mensajes de texto en el teclado de
un teléfono celular es una habilidad que
toma tiempo desarrollar (...) así que los
asiáticos que la adquirieron continúan
explotando esta habilidad aún cuando
ahora pueden pagar la comunicación por
voz."

Esta idea de que una habilidad que toma tiempo


desarrollar no se abandona fácilmente es muy
poderosa. Otra nota para economistas. Estirando el
razonamiento, es posible rastrearla en algunas críticas a
la división del trabajo smithiana que hicieran algunos
economistas socialistas, especialmente Braverman y su
tesis de la desaparición de las habilidades en el trabajo y
sus consecuencias en términos de alienación. Y,
también, en las críticas a la flexibilización de las
funciones en el mercado de trabajo…

Fuente: Finkman, 2007, http://goo.gl/5KtFON

Page 8 of 10
Referencias

De Pablo, J.C. (2000). El más grande de mis odios: La escasez. Escritos


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http://es.slideshare.net/luisedutorres/elasticidad-de-la-demanda

Page 10 of 10
Elástica, la demanda de refrescos:
investigadores
El impuesto al refresco aplicado en México a partir del año pasado genera pasiones y
posiciones variadas. Que si el único beneficiado es el erario porque el consumo no tiene
mayor impacto, que si es una medida insuficiente porque las causas del sobrepeso y
obesidad son multifactoriales, que no diferencia entre bebidas con mucha o con muy
poca azúcar, que si la demanda del refresco es inelástica (de consumo inamovible
aunque se suba el precio), que en realidad es totalmente elástica.

Que para que funcione verdaderamente debe ser integral, es decir, sumar otras medidas
para impulsar a la gente a tener hábitos saludables; que los multimillonarios recursos
obtenidos por dicho gravamen deben destinarse y etiquetarse para el objetivo, es decir,
combatir obesidad y sobrepeso.

En general, las posiciones se podrían resumir en dos: la de la industria que, obviamente


al ser afectada en sus ventas, considera que el problema no debe combatirse con
impuestos, y el de las agrupaciones que impulsaron el propio impuesto, que piden sumar
medidas más intensas.

Todo esto se hizo ver en la mesa “Resultados preliminares del impuesto a bebidas
azucaradas y alimentos básicos de alta densidad energética sobre sus precios y
consumo”. Fue una de muchas mesas presentadas en el Congreso de Investigación en
Salud Pública #CONGISP2015, organizado por el Instituto Nacional de Salud Pública
(INSP) en la ciudad de Cuernavaca, Morelos.

En el evento se dieron datos confirmando que el impuesto a bebidas endulzadas y


saborizadas sí tuvo impacto en el consumo.

Un estudio preliminar aplicado en el primer trimestre del 2014 determinó que el


consumo de refrescos per cápita sí se redujo debido al impuesto. Es decir que la
demanda del refresco sí es elástica, y que si se aumenta su costo se reduce su consumo.
Ello, conforme un estudio basado únicamente en los tres primeros meses del 2014, de
donde resultó que en apenas un trimestre la curva sí cambió. Esta investigación,
realizada conjuntamente por la University of North Carolina at Chapel Hill y el INSP de
México, no concluye ahí, pues ya incorpora datos de todo el 2014 y lo darán a conocer
más adelante.

El especialista de la Duke University, Kelly Brownell, destacó la importancia de este


impuesto, dado que si le resulta a México, será replicado en otros países que igualmente
padecen el creciente problema de la obesidad. El doctor Brownell no sólo aplaudió el
impuesto al refresco, sino que felicitó al gobierno mexicano: aplicar un impuesto con el
objetivo de proteger la salud, aunque le disguste a la industria, es una medida que
genera un cambio por default (de hecho, sin otra opción). Para el doctor Brownell, los
impuestos a bebidas azucaradas y alimentos altamente calóricos sí pueden reducir el
consumo y crear un ambiente más saludable. Conforme ello se vaya confirmando, dijo,
será una tendencia inevitable.

Otro punto destacable entre las exposiciones en esta mesa coordinada por Juan Rivera,
del INSP, fue que el aumento de precios en bebidas endulzadas no fue generalizado en
todo el país. La investigadora del INSP, Arantxa Colchero, mostró un estudio donde se
hace evidente que en ciertas regiones rurales como el sur del país la industria absorbió
el costo y casi no movió el precio de los refrescos. En cambio, en zonas urbanas sí lo
transfirió todo al consumidor.

Curiosamente, un día antes de lo del INSP, la empresa Euromonitor, dedicada a hacer


investigaciones de mercado, emitió un reporte donde decía que el impacto no fue tan
grande como se esperaba. No hay duda de que el debate continuará.

Fuente

Ramírez Coronel, M. (2015, marzo 8). Elástica, la demanda de refrescos: investigadores.


Publicado en El Economista. Recuperado de https://goo.gl/CTxAjj
Columna Semanal: Economía y Desarrollo

¿Cómo funciona hoy nuestra


economía?
Adolfo Acevedo Vogl* 25/10/2016

LAPRENSA/ARCHIVO

Tradicionalmente, la articulación básica de la economía nicaragüense estuvo dada


entre unas exportaciones de bajo valor agregado y reducida elasticidad ingreso de
la demanda a largo plazo, y las importaciones de bienes de consumo para los
sectores de cierto poder adquisitivo, así como los bienes intermedios y de capital
indispensables para el funcionamiento de la economía y para la acumulación.

Dado que la elasticidad ingreso de las importaciones ha tendido a ser cada vez
mayor que la de las exportaciones, la tasa de crecimiento de la economía a largo
plazo compatible con el equilibrio externo estaba dada por la tasa promedio de
crecimiento de las exportaciones entre la elasticidad ingreso de las importaciones.
Así, en el periodo 1960-77, la tasa media anual de crecimiento de las
exportaciones fue de 7.9 por ciento, mientras que la elasticidad ingreso de las
importaciones fue de 1.4, de manera que la tasa de crecimiento de la economía a
largo plazo compatible con el equilibrio externo era de 5.8 por ciento. De hecho, la
economía creció a una tasa promedio del 6.3 por ciento en dicho periodo, muy
cercana a la tasa estimada.

En el periodo 2006-2015 la tasa de


crecimiento de las exportaciones fue
del 7.4 por ciento promedio anual,
mientras que la elasticidad ingreso de
la demanda de las importaciones fue
1.9, de manera que la tasa de
crecimiento de la economía a largo
plazo consistente con el equilibrio
externo fue de 3.8 por ciento. De
hecho, esa fue la tasa promedio de
crecimiento económico observada en el periodo.

Sin embargo, en 2006-16 la economía se ha tornado relativamente más compleja


en lo que respecta a las fuentes de financiamiento del desequilibrio externo que en
el periodo 1960-77. En los noventa, la economía desarrolló una importante
dependencia de la cooperación externa, mientras que en 2006-16 pasaron a
adquirir un papel más importante las remesas familiares y otras transferencias, la
inversión extranjera directa, la cooperación petrolera venezolana y las entradas de
“otro capital no determinado”.

Esto marca una diferencia clave: mientras en el pasado una caída en las
exportaciones era suficiente para lanzar a la economía a la recesión —entre otras
cosas por su impacto depresivo sobre la inversión privada— en la época más
reciente las exportaciones pudieron caer, mientras que el relativo auge de las
nuevas fuentes de financiamiento externo aun podían permitir a la economía
crecer a tasas por encima de la tasa de equilibrio externo a largo plazo.
Pero muchas de estas nuevas fuentes o bien han sido extraordinarias —como la
cooperación petrolera—, o no pueden sostener sus tasas de crecimiento en el
tiempo, si la economía no se diversifica, la inversión extranjera está sometida a
tasas de rentabilidad marginal decreciente y a la larga, a menos que los flujos
migratorios se renueven las tasas de crecimiento de las remesas se ralentizan, o
resultan impredecibles, como las entradas de “capital no determinado”.

En la actual coyuntura, las exportaciones han perdido el dinamismo que les


impuso el “boom” de las commodities, la cooperación petrolera ha colapsado, las
transferencias corrientes distintas de las remesas también mientras estas últimas
ya no crecen a las tasas de 2011-12, y las entradas de capital “no determinado”
están reduciéndose.

Lo cierto es que, si la economía nicaragüense no desarrolla sus propios motores


de crecimiento sostenido a partir de un esfuerzo concertado, mediante la
diversificación de su estructura productiva y su canasta exportadora hacia
productos de mayor complejidad, mayor densidad de encadenamientos y mayor
elasticidad ingreso de la demanda en los mercados interno y externo, estará sujeta
siempre a los vaivenes que la retrotraen a su dinámica de funcionamiento más
tradicional.

*Economista
adolfojose@live.com
El mercado

Principios de
Economía

Page 1 of 6
El mercado

Cómo funcionan los mercados


El mercado
Un mercado es un grupo de compradores y vendedores de un bien o
servicio en particular. Los compradores son el grupo que determina la
demanda del producto y los vendedores son el grupo que determina la
oferta de dicho producto.

Los mercados adoptan formas diversas: algunas veces están muy


organizados, como en el caso de los productos agrícolas, ya que en estos
mercados los compradores y los vendedores se encuentran a una hora
determinada, en un lugar específico, y allí un subastador ayuda a fijar los
precios y a organizar las ventas.

En general, es frecuente que los mercados estén menos organizados.


Considera, por ejemplo, el mercado del helado en una ciudad determinada.
Los compradores de helado no se reúnen a una hora específica y los
vendedores de helado se encuentran en diferentes lugares y ofrecen
productos un tanto diferentes. No hay un subastador que fije los precios,
por lo que cada vendedor anuncia el precio al que vende un vaso de
helado. Por su parte, los compradores deciden cuánto helado comprar y
dónde comprarlo. Sin embargo, estos productores y consumidores de
helado están estrechamente vinculados: los compradores eligen entre
varios tipos de vendedores de helado para satisfacer su antojo; los
vendedores tratan de atraer a los compradores para, de ese modo, tener
éxito en su negocio. Aun cuando no está organizado, los compradores y
vendedores de helado forman un mercado.

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Figura 8: Distintos mercados

Fuente: Cuadríptico elaborado a base de imágenes en la web. 1) Londres: Portobello Road


Market [fotografía en un blog], 2011, http://goo.gl/GqdAKC ; 2) OficinasFinal.jpg
[fotografía en web], 2011, http://goo.gl/iGER5k ; 3) Mercado.jpg [Fotografía en un blog],
2012, http://goo.gl/DZUKnw ; 4) El Matutino [Fotografía en la web oficial], 2011,
http://goo.gl/q14jAL

Por otra parte, la mayoría de los mercados en la economía son altamente


competitivos. Cada uno de los compradores sabe que hay varios
vendedores a los que les puede comprar y cada uno de los vendedores está
consciente de que su producto es similar al ofrecido por otros vendedores.
El resultado de esto es que ni el precio ni la cantidad que se vende de un
producto se determinan por un solo vendedor o por un solo comprador,
sino que son fijados por todos los compradores y vendedores que
interactúan en el mercado.

En economía se utiliza la expresión “mercado competitivo” para describir


un mercado en el que hay múltiples compradores y vendedores y, por lo
tanto, individualmente ninguno de ellos tiene un impacto significativo en el
precio de mercado. Cada vendedor tiene control limitado sobre el precio,
ya que los otros vendedores ofrecen productos similares. Así, el vendedor
tiene muy pocas razones para reducir el precio, pero si decide
incrementarlo, los compradores pueden acudir a comprar su producto a
otro lugar. De la misma manera, un comprador no puede modificar el

Page 3 of 6
precio al que vende una mercancía porque solamente compra una
pequeña cantidad de este bien.

Sin embargo, no todos los bienes y servicios se venden en mercados


perfectamente competitivos (sinónima de mercado competitivo, p. 23 de la
lectura 2). Algunos mercados tienen un solo vendedor y es este vendedor,
denominado “monopolio”, el que fija el precio.

La mayoría de los mercados se encuentra en un punto entre el monopolio y


el mercado perfectamente competitivo.

A pesar de la diversidad en los tipos de mercados que existen en la


realidad, suponer que el mercado es perfectamente competitivo es una
simplificación sumamente útil y, por lo tanto, un buen principio para iniciar
el estudio de los mercados. Los mercados perfectamente competitivos son
más fáciles de analizar, ya que todos los actores toman el precio que es
dado por las condiciones del mercado. Además, y debido a que siempre
hay un grado de competencia presente en todos los tipos de mercado,
muchas de las lecciones que se aprenderán al estudiar la oferta y la
demanda en mercados perfectamente competitivos, se aplicarán a otros
mercados más complicados.

Page 4 of 6
Referencias
De Pablo, J.C. (2000). El más grande de mis odios: La escasez. Escritos
seleccionados, 1989-1999. Recuperado de
http://www.academia.edu/8369381/El_m%C3%A1s_grande_de_mis_odios._La_e
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El Matutino [Fotografía en la web oficial]. (2011). Recuperado de


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[Artículo publicado en un blog]. Economica-mente. Recuperado de
http://weblogs.clarin.com/economica-
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Londres: Portobello Road Market [fotografía en un blog]. (2011).


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Mokate, K. (2001). Eficacia, eficiencia, equidad y sostenibilidad: ¿Qué


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de las naciones (Título original en inglés: An Inquiry into the Nature and
Causes of the Wealth of Nations). Londres: W. Strahan & T. Cadell.

Torres, Galvis. (2010). Elasticidad de la demanda. Recuperado de


http://es.slideshare.net/luisedutorres/elasticidad-de-la-demanda

Page 6 of 6
Cinco razones por las que el precio
del petróleo subirá a pesar del
'chasco' de la OPEP
CRISTINA GARCÍA 29/05/2017 - 11:51 5 Comentarios

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Más noticias sobre:


PETROLEO OPEP INVERSIONES CHINA INDONESIA INDIA

A pesar de que el petróleo vuelve a caer este


lunes, después de que la OPEP decidiera
extender el recorte de la producción hasta
marzo de 2018 pero no la cantidad, Neil Dwane,
¿Buscas volatilidad? La
presentación de resultados de estratega jefe de Allianz Global Investors, se
las empresas americanas suele
muestra positivo respecto a su evolución futura.
traerla consigo. Para invertir en
EE.UU., hazlo a través de Self
Bank. "A pesar del reciente episodio con el
Ver el producto recomendado consecuente desplome en los precios, creemos
Ir a renta variable que el mercado del petróleo debería moverse
más alto debido a la sólida demanda global, las
renovadas restricciones en la oferta y la baja
inversión, aún significativa. Esto supone un
argumento claro para invertir en el sector de la
energía, tanto por los ingresos como por el retorno del capital", señala.

Desde esta gestora identifican, así, cinco razones por las que el precio del
petróleo, que se mueve en torno a los 51 dólares en el caso del Brent, podría
moverse al alza a medio plazo. "Ahora que los miembros y no miembros de la
OPEP han renovado su compromiso de limitar la producción es un buen
momento para revisar las perspectivas del petróleo. Son cinco las razones
por las que pensamos que el precio del petróleo subirá, y por las que los
inversores deberían considerar posicionarse para aprovechar la oportunidad",
apuntan desde esta gestora.

1. La demanda mundial del petróleo es estable

Aunque la Agencia Internacional de la Energía (AIE) redujo sus previsiones


de crecimiento de la demanda en 2017, de 1,4 millones de barriles diarios a
1,3 millones, la demanda se ha mantenido estable. A finales de 2016, el
mundo consumió algo más de 97 millones de barriles diarios, haciendo que la
modesta revisión a la baja de la AIE sea relativamente inconsecuente. A su
vez, los inventarios de petróleo han ido disminuyendo y el crecimiento
económico global es sólido. Estos factores deberían sostener la demanda de
petróleo.

2. Límites en la oferta

Aunque analizar la efectividad real del acuerdo de la OPEP sigue siendo


difícil, no hay duda de que ha mejorado el equilibrio entre la oferta y la
demanda. Además, muchos de los países de la OPEP son petro-estados, que
obtienen la mayor parte de su financiación a través de la tributación de los
ingresos de petróleo y gas. Cuando el precio del petróleo se ve amenazado
sus instituciones se vuelven vulnerables. Que los precios del petróleo hayan
estado bajos por algún tiempo, ha hecho que estos países experimenten
graves problemas. El frágil estado de muchos petro-estados es una de las
razones por las que la OPEP tiene como objetivo aumentar los precios
reduciendo la producción.

3. Cada vez se hacen menos descubrimientos

El descubrimiento de nuevos yacimientos cada vez es más difícil. El resultado


es que la economía depende de campos envejecidos para producir el
suministro de petróleo que necesita. Existen pocas compañías energéticas
que hayan invertido más en encontrar nuevos campos de petróleo, mientras
que muchas empresas decretaron también importantes recortes de gastos de
capital en 2015-2016.

4. El shale gas en EEUU tiene problemas

En los últimos años las nuevas tecnologías y técnicas contribuyeron a un


boom del shale gas, impulsando la oferta y reduciendo los precios del
petróleo. De modo que cuando la OPEP restringió la producción de petróleo a
finales del año pasado, los productores de esquito de EEUU aprovecharon
para elevar su producción y exportaciones, alternando aún más el equilibrio
entre la oferta y la demanda. Pero es importante señalar que EE.UU aún es
un importador neto de petróleo y otros productos petrolíferos.

5. La producción nacional cae en Asia

La producción nacional de China también se encuentra en declive y se


esperan caídas adicionales. Al mismo tiempo la demanda de energía en
China está creciendo junto al tamaño de su población. Eso indica que China
sigue dependiendo de los mercados mundiales para elevar su oferta.
Además, en India e Indonesia, junto a otras naciones asiáticas, también está
disminuyendo la producción mientras se espera que el crecimiento
económico siga igual, lo cual debería impulsar la demanda en los mercados
mundiales.
CAE LA S O J A (Y S E G UI RÁ CAY E NDO )
Menos dólares para todos y todas
29 Septiembre, 2014 | Economía, Finanzas, Opinión,

Home » Economía » Finanzas » Opinión » Cae la soja (y seguirá cayendo)

(Columna de Diego Giacomini, economista jefe de Economía & Regiones)


A lo largo de la última década, nuestra economía se ha tornado cada vez más dependiente de
la soja. Los ingresos provenientes de la oleaginosa son fundamentales para sostener el nivel
de actividad interno y sectorial. La actividad sojera resulta muy relevante para toda la
economía real, sobre todo se convierte en una actividad esencial para las economías
regionales vinculadas a la producción y transformación en harina y aceite y para el resto de
los sectores asociados, como el transporte, el comercio, la industria y la intermediación
financiera.
Pero la soja también son dólares. Las exportaciones de soja son el principal canal de
abastecimiento de dólares que tiene el superávit comercial. En términos macroeconómicos,
los dólares provenientes de las exportaciones de soja resultan fundamentales para financiar la
demanda de dólares del resto de la economía y sobre todo, el déficit externo de la industria y
del sector energético. Es decir, la soja brinda las divisas necesarias para que los sectores
productores importen insumos y bienes de capital necesarios, que además de ser muy
inelásticos suelen ser difíciles de sustituir localmente. Es más, la estrategia de mantener el
superávit comercial agregado en torno a los US$ 7.000 millones, hace que el “grifo” de las
importaciones resulte cada vez más dependiente de los dólares que ingresan por
exportaciones.
La soja también es fundamental para los ingresos fiscales del gobierno nacional que recauda
el 35% [1] del valor exportado. Y en menor medida para las provincias, que reciben el Fondo
de la Soja [2] con el cual financian (exclusivamente) obra pública. Puntualmente, para el
Gobierno Nacional, las retenciones del complejo sojero, que incluye recaudación por
exportaciones de poroto, de harina y de aceite, representan el 50% del ingreso por impuestos
al comercio exterior; a la vez que alcanzan un 5% de la recaudación del año. Para las
provincias, los ingresos provenientes del fondo sojero [3] representan el 20% del gasto en
capital [4] y más del 4% del gasto en personal. En resumen, la soja es la única fuente genuina
de divisas de la cual dispone tanto el sector público (nacional y provincial) como el sector
privado, siendo el único proveedor de dólares para un sistema económico en el cual todos los
restantes sectores son verdaderas “aspiradora de dólares”.
¿Por qué caerá más la soja?
El precio internacional de la soja cayó y seguirá relativamente bajo en lo que queda de 2014 y
2015. Esta caída es explicada por una esperada abundante oferta del poroto y una suave pero
irreversible alza del poder adquisitivo del dólar que continuará en los próximos años. La
tonelada de oleaginosa pasó de cotizar US$ 550 (mayo 2014) a US$ 360 (para su contrato
más cercano de noviembre 2014). Adicionalmente y para presionar más hacia la baja sobre la
cotización, está ingresando al mercado la cosecha americana, que se estima será record. Por
lo tanto, a partir de hoy la economía Argentina se deberá adaptar a precios de soja en torno a
los US$ 380 dólares, 25% más bajo que los US$ 513 promedio registrados entre los años
2011 y 2013.
Mucha oferta y demanda insuficiente
El USDA (Departamento de Agricultura de Estados Unidos) estima que la producción mundial
de soja de la campaña agrícola 2014/2015 será de 311 millones de toneladas, un 10% más
que el año anterior. El ranking de producción lo encabeza Estados Unidos con 106 millones de
toneladas, seguido por Brasil con 94 millones y la Argentina con 55 millones de toneladas. El
principal impulso en la oferta proviene de la cosecha americana que será un 19% más alta
que la campaña anterior; la mitad de este aumento de volumen responde a una mayor
área sembrada y la otra mitad restante a un avance en los rendimientos del cultivo
propulsados por el buen clima. El aumento del área sembrada de soja responde a los altos
precios de la soja con respecto al maíz -2,7 veces- (ver grafico), que incentivan a los
productores a sustituir siembra de maíz por soja. Este comportamiento se vio en EE.UU. y se
espera que se replique en la siembra de Brasil y Argentina que se inicia en septiembre de
2014.
De ser así, la oferta de soja seguirá siendo abundante en 2015, de no mediar eventos
climáticos adversos en Sudamérica. Específicamente, el precio del maíz cayó mucho porque
se lo demandó menos para producir el combustible etanol, por efecto de la caída en los
precios de combustibles fósiles en EE.UU. La demanda mundial de soja sigue firme con un
incremento del 5.4% en forma interanual. Pero este incremento no alcanzaría para absorber el
aumento de la oferta (10%), por lo que se prevé un aumento del 35% anual del stock de soja,
hasta alcanzar las 90 millones de toneladas. En términos relativos, la soja almacenada en
silos alcanzará el record de 32% del consumo anual del poroto para el ciclo 2014/15;
abundancia que presiona sobre los precios.
Cambia la FED, se refuerza el dólar, baja la soja
La pérdida de poder adquisitivo del dólar (PAD) de Estados Unidos en (2002-2007) y (2009-
2011) fue un factor decisivo para que los precios de las commodities en general, y soja en
particular, alcancen niveles record medidos en dicha moneda. Si el dólar vale menos en el
mundo, los precios de las commodities valen más en términos de esa moneda. Esta
depreciación del dólar fue impulsada por una política monetaria extremadamente flexible de la
Reserva Federal, que inundo de liquidez en dólares al mundo. Pero a partir de 2012, el PAD
revierte su tendencia a depreciarse y vuelve a recuperar valor suavemente.
La mejora en las perspectivas económicas de EE.UU. comienza a anticipar un retiro de los
estímulos monetarios que provocan esta abundancia de dólares en el mundo. Diversos
indicadores señalan que el crecimiento económico de la economía de EEUU se está
acelerando. Se espera que su tasa de crecimiento crezca de 1,9% (2013) a 2,8%, 3% y 3,5%
en 2014, 2015 y 2016 respectivamente. En diciembre de 2013, la mejora de los indicadores
económicos de Estados Unidos llevó a que el comité de política monetaria decida recortar en
US$ 10.000 millones por mes el monto de inyección del programa de estímulos monetarios
denominada quantitative-easing 3 (QE3). Siguiendo este sendero, se pondría fin al programa
mensual de compras de activos financieros (QE3) en octubre de 2014.
A su vez, para 2015 la FED decidiría subir su tasa de interés de corto plazo, que hoy se
encuentra en un mínimo histórico de 0,25% anual. La mayoría de los miembros del comité de
política monetaria de la Reserva Federal avalan esta postura. La expectativa esta puesta en
que la tasa se incremente entorno al 1% y 2,5% en 2015 y 2016 respectivamente. Si la
performance de la economía americana continua por este sendero de mejora, es esperable
que el poder adquisitivo del dólar siga subiendo y los precios de commodities en general,
incluyendo la soja, sean presionados a la baja.
El proceso de
producción

Principios de
Economía

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El proceso de
producción
Este módulo te proveerá principalmente de las herramientas básicas para
analizar cómo toman las empresas las decisiones de producción, es decir,
cuánto deben producir y a qué precio deben vender sus productos. Para
llevar a cabo dicho estudio, hay que tener en cuenta dos conceptos
fundamentales: el de coste medio y el de coste marginal. Una vez
introducidos estos dos importantes conceptos, se analizará cómo una
empresa toma las decisiones de producción en dos contextos opuestos: en
un mercado competitivo, donde hay tantos oferentes que el poder que
ejerce cada empresa en el precio del producto es nulo, y en un mercado
donde sólo hay una empresa que influye totalmente en el precio del bien
que ofrece: el mercado monopólico. Por último se estudiará cómo funciona
el mercado de un factor de la producción: el trabajo, cuyas características
particulares hace que se estudie en un punto aparte y nos permitirá
analizar cómo se determina el salario de un trabajador en un mercado
competitivo.

Comprender los aspectos centrales de las decisiones empresarias


constituye un elemento clave para prever las conductas de la oferta, así
como también para planear racionalmente actividades emprendedoras.

La consideración de los costos económicos, es decir, los costos de


oportunidad, permite una adecuada elección entre opciones, ya que se
toma en cuenta el mejor uso alternativo posible de los recursos.

La diferenciación clara de las estructuras de mercado, así como la


identificación de las situaciones en las que resulta conveniente la
intervención, dan lugar a las políticas de regulación, en las que son
importantísimas las interacciones con las diferentes disciplinas del
Derecho.

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El cuarto punto clave del módulo también será de utilidad, especialmente
cuando se trate de enfrentarse a las problemáticas laborales y tener en
cuenta los incentivos que operan tanto para la oferta como para la
demanda laboral y las posibles consecuencias de las medidas que se suelen
generar desde la legislación y las políticas.

Los costos de producción


Los costos de producción
Un postulado inicial que guiará esta lectura consiste en admitir que el
propósito perseguido por las empresas es maximizar los beneficios que
obtiene de su actividad económica. Por lo tanto, para comenzar debemos
definir qué son los beneficios. Desde un punto de vista práctico, se
considera como beneficios económicos (BT) la diferencia entre ingresos por
ventas de los productos o servicios (IT) ofrecidos menos los costos para
producirlos (CT).

BT = IT - CT

Es muy importante tener en cuenta que cuando se habla de costos


económicos, se está considerando costo de oportunidad, y no meramente
los costos contables o erogaciones (costos explícitos). Los costos de
oportunidad incluyen, además de los costos explícitos, a los costos
implícitos, los cuales no exigen un gasto en dinero. Si sólo se tiene en
cuenta el costo explícito, el beneficio surgido será puramente contable, no
económico.

Por otra parte, cuando se pretende medir los costos de cualquier empresa,
es importante tener presente uno de los principios de la economía
presentados en la lectura anterior: el costo de oportunidad. Es decir: el
costo de algo es aquello que se sacrifica para obtenerlo. Se debe recordar
que el costo de oportunidad de un bien se refiere a todas aquellas cosas de
las que debe privarse un sujeto para adquirir ese bien. Cuando se habla del
costo de producción de una empresa, se incluyen todos los costos de
oportunidad que implica la producción de los bienes y servicios.

Si bien algunos costos de oportunidad de producción en los que incurre


una empresa son evidentes, existen otros que no lo son tanto. Por ejemplo,
cuando una empresa paga $ 1000 por harina, este dinero implica un costo

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de oportunidad, porque dicha empresa ya no puede utilizarlo en nada más.
Igualmente, cuando la firma contrata trabajadores para que elaboren las
masas de pizza, los salarios que paga son parte de los costos de la empresa.
Ya que estos costos de oportunidad requieren que la empresa desembolse
dinero, se denominan costos explícitos. En contraste, algunos de los costos
de oportunidad de la empresa, llamados costos implícitos, no requieren
desembolsos de efectivo.

Imagina ahora que esa misma empresa es muy hábil con las computadoras
y podría ganar $ 100 por hora si trabajara como programadora. Esto
significa que por cada hora que trabaja en su fábrica de prepizzas, deja de
recibir $ 100 en ingresos. Estos ingresos no percibidos también son parte
de sus costos. Es decir: los costos totales del negocio de la empresa son la
suma de los costos explícitos y los costos implícitos.

La correcta distinción entre costos explícitos e implícitos resalta una


diferencia importante a la hora de analizar una empresa. Debido al
conocimiento de ambos costos, los economistas interesados en estudiar
cómo las empresas toman sus decisiones de producción y fijación de
precios, incluyen los dos tipos cuando miden los costos de las empresas, ya
que las decisiones de las mismas se basan tanto en costos implícitos como
explícitos.

Un costo implícito importante de casi todas las empresas es el costo de


oportunidad del capital financiero que se ha invertido en la empresa.
Supón, por ejemplo, que una firma usó $ 500 mil de sus ahorros para
comprar la fábrica de prepizzas al propietario anterior. Si la empresa, en
cambio, hubiera dejado su dinero en una cuenta de ahorros que pagara 5%
de interés, habría ganado $ 25 mil al año. Entonces, para poder ser
propietaria de la fábrica de prepizzas, la empresa tuvo que sacrificar esos $
25 mil de intereses. Este dinero no recibido es un costo de oportunidad
implícito de su empresa.

Ahora supón que la empresa no contaba con los $ 500 mil en su totalidad
para comprar la fábrica, sino que usó $ 300 mil de sus ahorros y solicitó un
préstamo al banco por los otros $ 200 mil, a una tasa de interés del 5 %. El
contador, quien sólo considera costos explícitos, tomará en cuenta los $ 10
mil pagados anualmente en intereses al banco como un costo, ya que esta
cantidad es un desembolso que realiza la empresa. Por el contrario, para
un economista, el costo de oportunidad de ser propietario de la empresa

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sigue siendo de $ 25 mil. El costo de oportunidad es igual a la cantidad
pagada anualmente en intereses al banco (un costo explícito de $ 10 mil)
más los intereses no devengados sobre los ahorros (un costo implícito de $
15 mil).

La función de producción
La función de producción es la relación entre la cantidad de insumos de
factores (como por ejemplo: trabajo, capital, tierra) utilizados para
producir un bien y la cantidad producida de ese bien. Como analogía simple
para comprender una función de producción, se sugiere una receta de
cocina que indica tanto qué ingredientes usar como qué utensilios serán
necesarios (insumos) para, a través de un determinado procedimiento
(técnica productiva), obtener cierta cantidad de la comida elaborada
(producto).

Si hay un factor no modificable en el corto plazo (fijo), se observará


productividad marginal decreciente a medida que se incorporan más
unidades del factor variable (es decir, el aumento proporcional obtenido en
la producción será más reducido que el aumento en la cantidad del factor
incorporado). En el siguiente gráfico y tabla, puede apreciarse este
resultado: note que el aumento en la producción va reduciéndose ante
aumentos iguales en la cantidad de trabajadores contratados.

Figura 1: La función de producción

Fuente: Elaboración propia a base de Mankiw, 2012.

Uno de los principios de la economía que se mencionó en la lectura


anterior es que las personas racionales piensan en términos marginales.

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Esta es la principal noción para entender las decisiones que una empresa
toma sobre cuántos trabajadores debe emplear y cuánto debe producir.

Para entender mejor este concepto, es necesario definir que es el producto


marginal. El producto marginal de cualquier insumo en el proceso de
producción es el incremento en la cantidad de producción que se obtiene
por cada unidad adicional de ese insumo. Por ejemplo, cuando el número
de trabajadores pasa de 1 a 2, deberíamos preguntarnos: ¿en cuánto varía
la producción de pre-pizzas? Si conocemos que la producción de prepizzas
aumenta de 50 a 90 unidades cuando se pasa de 1 a 2 trabajadores,
conocemos entonces que el producto marginal del segundo trabajador es
de 40 prepizzas. Y cuando el número de trabajadores pasa de 2 a 3, la
producción de prepizzas pasa de 90 a 120, por lo que sabemos que el
producto marginal del tercer trabajador es de 30 prepizzas. En la figura
siguiente, el producto marginal se muestra entre dos filas porque
representa el cambio en la producción cuando se incrementa el número de
trabajadores de un nivel a otro.

Cabe destacar que conforme aumenta el número de trabajadores, el


producto marginal disminuye. En el ejemplo: el segundo trabajador tiene
un producto marginal de 40 prepizzas, el tercero de 30 prepizzas. Como
puede notarse, si se contratara un cuarto trabajador, éste aportaría 20
prepizzas. Esta propiedad se conoce como producto marginal decreciente.

En otras palabras, siguiendo con el ejemplo, al principio, cuando se


contratan pocos trabajadores, los mismos tienen fácil acceso a todo el
equipo y herramientas de trabajo que existe en la empresa. Pero a medida
que aumenta el número de trabajadores, una mayor cantidad de ellos debe
compartir el equipo y trabajar en áreas más congestionadas. Por lo tanto,
llega un momento en que la empresa está tan congestionada que los
trabajadores se estorban unos a otros. Esto implica que mientras más y
más trabajadores se contraten, cada trabajador adicional contribuirá con
menos prepizzas adicionales a la producción total.

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Figura 2: Medidas de productividad media y marginal

Fuente: Elaboración propia a base de Mankiw, 2012.

Ejemplo numérico
Las primeras tres columnas de la siguiente tabla muestran una función de
producción hipotética de soja en el corto plazo.

Tabla 1: Función de producción de soja

Tierra Trabajo Producto Producto Producto


Medio del Marginal del
(Has) (Años/Hombre) Total Trabajo Trabajo
1 0 (Tn de0soja x
1 1 3
año)
1 2 8
1 3 12
1 4 15
1 5 17
1 6 17
1 7 16
1 8 13

Fuente: Elaboración propia a base de Mankiw, 2012.

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En función de la información anterior, se pide:

1) ¿Cómo explicarías que la función de producción de la tabla


corresponde al corto plazo? ¿Cómo clasificarías los factores de
producción involucrados en dicha función?

2) Completa las columnas correspondientes al producto medio y


marginal de la tabla y explica su significado.

Tabla 2: Producto medio y producto marginal

Tierra Trabajo Producto Producto Producto


(Has) (Años/Hombre) Total Medio del Marginal
(Tn. de soja Trabajo del
x año) Trabajo
1 0 0
1 1 3
1 2 8
1 3 12
1 4 15
1 5 17
1 6 17
1 7 16
1 8 13
Fuente: Elaboración propia a base de Mankiw, 2012.

3. Observa gráficamente las curvas de producto total, medio y marginal del


factor trabajo resultantes.

Figura 3: La función de producción

Fuente: Elaboración propia a base de Mankiw, 2012.

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Figura 4: Medidas de productividad

Fuente: Elaboración propia a base de Mankiw, 2012.

4) ¿Qué postula la ley de rendimientos decrecientes? ¿Con cuál de las


curvas del punto anterior explicarías el comportamiento de dicha ley? ¿A
partir de qué punto de la curva seleccionada comienza a operar la citada
ley?

Recuerda: La ley de los rendimientos decrecientes postula que si uno de los


factores productivos está fijo, al adicionar sucesivas unidades del factor
variable, la producción, primero, crecerá cada vez a un ritmo más lento y
luego comenzará a reducirse. Por lo tanto, la curva de PMgL (producto
marginal del factor trabajo) es la que describe este fenómeno de manera
más clara: primero crece, luego comienza a reducirse (cuando la
producción crece más lentamente) y finalmente se hace negativa (cuando
las adiciones llegan incluso a reducir la producción total). Desde el punto
máximo de la PMgL comienza a operar la ley de los rendimientos
marginales decrecientes.

Distintas medidas de costos


Si se consideran, además de la cantidad de factores utilizados, las
retribuciones pagadas, se obtiene el costo de la producción. Si se tiene en
cuenta un contexto de corto plazo (cuando algunos factores son fijos, es
decir, no pueden alterarse), se podrán separar los costos fijos de los
variables. En cambio, en el largo plazo todos los costos productivos podrán
ser considerados como variables.

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Por su parte, tanto a corto como a largo plazo, es posible estimar
diferentes medidas de costo relevantes para la toma de decisiones. La
referencia concreta se vincula a las medidas de costos totales, medios
marginales.

El costo total de corto plazo corresponde a la suma de los costos fijos y


variables.

El costo fijo total es el costo de todos los factores fijos, es decir, aquellos
que no varían cuando se producen aumentos o disminuciones en la
cantidad producida; como por ejemplo: el tamaño de la planta productiva
o la dotación de maquinarias y equipos, la administración de la empresa,
etcétera.

El costo variable total surge de considerar los factores variables: aquellos


que varían en función de la cantidad producida (tales como la mano de
obra directa aplicada a la producción y las materias primas) y los importes
de remuneración y/o compra correspondientes.

Figura 5: Funciones de costos

Fuente: Elaboración propia a base de Mankiw, 2012.

Los costos medios (ya sean fijos o variables) surgen de prorratear el costo
correspondiente (fijo o variable, respectivamente) en la cantidad de
unidades producidas. La gráfica de las funciones de costos variables
permite ver cómo a medida que más unidades se producen, los costos fijos
medios tienden a reducirse, ya que se prorratean entre más unidades. En
cambio, los costos variables tienen un comportamiento cuadrático:
inicialmente, a medida que se producen más unidades los costos variables

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medios se reducen hasta cierta cantidad a partir de la cual empiezan a
crecer.

Los costos medios totales, que son la suma de los costos medios fijos y
variables, también tienen un comportamiento cuadrático (forma de U),
más influenciado por los costos fijos en niveles de producción reducidos y
por los variables en los niveles elevados.

El costo marginal mide el aumento en el costo total cuando se produce un


aumento muy pequeño en la cantidad producida. Da una idea de los costos
que realmente se generan si se produce una unidad adicional.

A modo de síntesis, se conoce que el costo fijo promedio se puede calcular


como el costo fijo total dividido por la cantidad producida.

A su vez, el costo variable promedio es equivalente al costo variable total


dividido por la cantidad producida. Y el costo marginal es igual al
incremento en los costos totales debido al incremento de una unidad de
producción.

Por otra parte, es posible analizar la forma que poseen las curvas de costos.
En el eje horizontal del gráfico que se presenta a continuación, se mide la
cantidad que la empresa produce, y en el eje vertical se miden los costos
marginal y promedio. La figura muestra cuatro curvas: costo total
promedio (CTP), costo fijo promedio (CFP), costo variable promedio (CVP) y
costo marginal (CMg).

A partir de esta imagen es posible examinar tres características en


particular: la forma de la curva de costo marginal, la forma de la curva de
costo total promedio y la relación existente entre el costo marginal y el
costo total promedio.

En primer lugar, se observa que la curva de costo marginal es creciente,


esto implica que el costo marginal aumenta cuando aumenta la cantidad
producida, lo cual refleja la propiedad del producto marginal decreciente.
Esta situación muestra que al comienzo la empresa puede tener capacidad
ociosa de equipos, por lo que al incorporar un trabajador adicional, puede
asignarlo a los recursos inactivos (por ejemplo: una máquina parada). Es
por ello que el producto marginal de un trabajador adicional es alto y el

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costo marginal es bajo. (Se debe tener presente que, en este caso, la
empresa ya cuenta con las instalaciones, las maquinarias y equipos).

En cambio, si llegara a producirse una gran cantidad del bien, sería porque
la empresa estuviera operando con una importante cantidad de
trabajadores, lo cual implicaría que la mayor parte de sus equipos están
siendo utilizados. En este caso, si aumentara el número de trabajadores,
aumentaría la producción, pero estos nuevos trabajadores tendrían que
trabajar en un lugar muy concurrido y probablemente tendrán que esperar
para poder usar el equipo. Por lo tanto, cuando la cantidad producida por
la empresa es alta, el producto marginal de un trabajador extra es bajo y el
costo marginal de una unidad extra de producción es grande.

Figura 6: Funciones de costos medio y costo marginal

Fuente: Elaboración propia a base de Mankiw, 2012.

En la figura 6 es posible observar que en el eje horizontal se mide la


cantidad que la empresa produce, y en el eje vertical se miden los costos
marginal y promedio. La figura muestra cuatro curvas: costo total
promedio (CTP), costo fijo promedio (CFP), costo variable promedio (CVP) y
costo marginal (CMg). Estas curvas de costos muestran tres características
que son típicas de muchas empresas:

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1) El costo marginal aumenta con la cantidad de producción: propiedad
conocida como costo marginal creciente, que refleja la propiedad del
producto marginal decreciente. Cuando una empresa produce una
cantidad pequeña de su producto, tiene pocos trabajadores y mucho de su
equipo no se usa. Debido a que puede poner a trabajar estos recursos
inactivos, el producto marginal de un trabajador adicional es alto y el costo
marginal de una unidad extra de producto es pequeño. En contraste,
cuando la empresa produce una cantidad grande de producción, es porque
está repleta de trabajadores y la mayor parte de su equipo se usa en su
máxima capacidad. Esto significa que la empresa puede producir más si
aumenta el número de trabajadores, pero estos nuevos trabajadores
tendrán que trabajar en un lugar muy concurrido y probablemente tendrán
que esperar para poder usar las máquinas y equipos. Por tanto, cuando la
cantidad producida es alta, el producto marginal de un trabajador extra es
bajo y el costo marginal de una unidad extra es grande.

2) La curva de costo total promedio tiene forma de U: para entender por


qué, es necesario recordar que el costo total promedio es la suma del costo
fijo promedio más el costo variable promedio. El costo fijo promedio
siempre disminuye cuando la producción aumenta, ya que el costo fijo se
divide entre una cantidad mayor de unidades producidas. El costo variable
promedio normalmente aumenta conforme se incrementa la producción
debido al producto marginal decreciente. El costo total promedio refleja las
formas tanto del costo fijo promedio como del costo variable promedio. A
niveles muy bajos de producción, como 1 o 2 unidades por hora, el costo
total promedio es muy alto. Aún cuando el costo variable promedio es
bajo, el costo fijo promedio es alto, ya que el costo fijo se distribuye entre
muy pocas unidades. Conforme aumenta la producción, el costo fijo se
distribuye más ampliamente. El costo fijo promedio disminuye muy rápido
al principio y después, de manera más lenta. Como resultado, el costo total
promedio también disminuye hasta que la producción de la empresa llega
a una determinada cantidad de producto por hora (punto mínimo de la
curva de costo medio). Sin embargo, a partir de allí, cuándo la empresa
produce más unidades por hora, el incremento en el costo variable
promedio se convierte en la fuerza dominante y el costo total promedio
comienza a aumentar. El forcejeo entre el costo fijo promedio y el costo
variable promedio es lo que ocasiona la forma de U en el costo total
promedio. En la parte interior de la U se encuentra la cantidad en la que se
minimiza el costo total promedio. Esta cantidad se llama en algunas
ocasiones escala eficiente de la empresa.

3) La curva de costo marginal interseca la curva de costo total promedio en


el mínimo de costo total promedio: al respecto, puede notarse que
siempre que el costo marginal es menor que el costo total medio, el costo
total promedio disminuye. Por su parte, cada vez que el costo marginal es

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mayor que el costo total promedio, el costo total medio aumenta. Esto
implica considerar que el costo total medio no es más que un promedio
acumulado por todas las unidades o piezas producidas por cierta empresa,
mientras que el costo marginal representa el valor monetario en que se
incrementan los costos totales por el hecho de producir una nueva unidad
adicional, información que, posteriormente, se incorpora al cómputo del
costo total medio cuando esta pieza es incluida en dicho cómputo. En
consecuencia, si la nueva pieza producida tiene un costo marginal menor al
costo medio histórico del proceso productivo, entonces este último se
reducirá. Lo opuesto ocurriría si la nueva pieza fabricada tuviera un costo
marginal (costo adicional) superior al costo promedio histórico (costo
medio). En este caso, el costo total medio se incrementaría una vez que se
incorporara la producción de dicha unidad adicional. En cambio, si el costo
marginal de la nueva unidad producida resultara equivalente al costo total
medio histórico del proceso productivo, entonces el costo total medio no
variaría.

Esta relación entre costo total promedio y costo marginal tiene un


importante corolario: la curva de costo marginal interseca la curva de costo
total medio en su punto más bajo. ¿Por qué? A niveles bajos de
producción, el costo marginal está por debajo del costo total medio, por lo
que este último disminuye. Pero después de que las dos curvas se
intersecan, el costo marginal está por encima del costo total medio. Debido
a las razones expuestas, el costo total medio empezará a aumentar a partir
de este nivel de producción. Así, este punto de intersección es el costo
total medio mínimo.

Como veremos más adelante, el costo total promedio mínimo desempeña


un papel muy importante en el análisis de las empresas competitivas (que
actúan en mercados de competencia perfecta).

Cabe aclarar que en los ejemplos que hemos desarrollado hasta ahora, las
empresas tienen un producto marginal decreciente y, por ello, tienen un
costo marginal creciente en todos los niveles de producción.

Este caso supuesto fue elaborado a fin de simplificar los conceptos, pero la
realidad es que, en la práctica, las estructuras productiva y de costos de las
empresas son más complejas. En muchas empresas, por ejemplo, el
producto marginal no comienza a disminuir de manera inmediata luego de
contratar al primer trabajador. En este sentido, dependiendo del proceso
de producción, el segundo o tercer trabajador puede tener un producto
marginal más alto que el primero, ya que un equipo de trabajadores puede
dividirse las tareas y trabajar de manera más productiva que un solo
empleado. Las empresas que siguen este patrón tendrán por un tiempo un
producto marginal creciente, antes de llegar al producto marginal
decreciente.

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En el gráfico que sigue, las funciones de costos describen el tipo de
comportamiento descrito en el ejemplo del párrafo anterior. Podemos
observar allí la relación gráfica existente entre el costo total medio ó
promedio (CTP), el costo fijo promedio (CFP), el costo variable promedio
(CVP) y el costo marginal (CMg).

A niveles bajos de producción, la empresa tendrá un producto marginal


creciente y la curva de costo marginal irá en declive. A la larga, la empresa
comenzará a tener un producto marginal decreciente, con lo cual la curva
de costo marginal comenzará a tener pendiente positiva.

Esta combinación de producto marginal, primero creciente y luego


decreciente, provoca que la curva de costo variable promedio también
tenga forma de U.

Figura 7: Curvas de costos de una empresa típica

Fuente: Elaboración propia a base de Mankiw, 2012.

A pesar de estas diferencias con respecto al ejemplo anterior, las curvas de


costo aquí mostradas comparten las tres propiedades más importantes que
deben recordarse:

 El costo marginal aumenta a la larga con la cantidad de producción.

 La curva de costo total promedio tiene forma de U.

 La curva de costo marginal interseca la curva de costo total


promedio en el nivel mínimo del costo total promedio.

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La distinción entre el corto y largo plazo
Es importante diferenciar dos horizontes en la planificación que pueden
realizar las empresas:

 Corto plazo: horizonte temporal dentro del cual el


vendedor/productor no puede ajustar, al menos, un insumo (es
decir, por lo menos uno de los factores productivos permanece fijo
en el contexto de corto plazo).

 Largo plazo: horizonte temporal lo suficientemente largo para que


el vendedor pueda ajustar todos los factores productivos. En el
largo plazo, todos los costos son variables.

La denominada ley de los rendimientos marginales decrecientes es una


consecuencia de la permanencia de factores fijos en el corto plazo; por lo
tanto, es un fenómeno correspondiente al horizonte temporal de corto
plazo o coyuntura económica. En este caso, como sólo es posible adicionar
dosis del factor variable, se llega a saturar el factor fijo luego de traspasar
cierto umbral de la relación entre el factor variable y el factor fijo.

A largo plazo, se pueden verificar las siguientes relaciones entre los


cambios en la escala productiva (cambios en todos los factores productivos
en la misma proporción) y los rendimientos obtenidos en términos de
costos:

 Economías de escala: el costo medio total a largo plazo se reduce a


medida que aumenta la producción.

 Deseconomías de escala: el costo medio total a largo plazo


aumenta a medida que aumenta la producción.

 Rendimientos constantes de escala: el costo medio total a largo


plazo se mantiene constante a medida que aumenta la producción.

En consecuencia, y siguiendo a Mankiw (2012):

…la forma de la curva de costo total promedio a largo plazo


comunica información importante sobre los procesos de
producción con los que cuenta la empresa para la
fabricación de un bien; en especial, indica cuánto varía el
costo con la escala (esto es, la magnitud) de las operaciones
de la empresa.

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Cuando el costo total promedio a largo plazo disminuye
conforme aumenta la cantidad producida, se dice que hay
economías de escala. Cuando el costo total promedio a largo
plazo aumenta conforme lo hacen los niveles de producción,
se dice que hay deseconomías de escala. Cuando el costo
total promedio a largo plazo no varía con el nivel de
producción, se dice que hay rendimientos constantes a
escala

Figura 8: Costo total promedio a corto y largo plazo

Fuente: Mankiw, 2012, p. 272.

¿Qué provoca las economías o deseconomías de escala? Las


economías de escala se dan a menudo porque mayores
niveles de producción permiten la especialización de los
trabajadores, lo que permite, a su vez, que cada trabajador
sea cada vez más competente en un trabajo específico. Por
ejemplo, si Ford contrata un número grande de trabajadores
y produce una cantidad grande de automóviles, puede
reducir los costos con una producción moderna de línea de
ensamble. Las deseconomías de escala se producen cuando
existen problemas de coordinación que son inherentes a
toda organización grande. A mayor número de automóviles
producidos por Ford, mucho más trabajo tiene el equipo

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gerencial, lo que provoca que los gerentes sean menos
efectivos para mantener los costos en un nivel bajo.

Este análisis muestra por qué las curvas de costo total


promedio a largo plazo tienen a menudo forma de U. A
niveles bajos de producción, la empresa se beneficia de
aumentar su tamaño porque puede aprovechar la mayor
especialización. Mientras tanto, los problemas de
coordinación no son todavía muy agudos. En contraste, a
niveles altos de producción, ya se han aprovechado los
beneficios de la especialización y los problemas de
coordinación se agudizan a medida que la empresa crece.
Por consiguiente, el costo total promedio a largo plazo
disminuye a niveles bajos de producción a causa de la
creciente especialización y aumenta a niveles altos de
producción debido a los crecientes problemas de
coordinación.

En suma, las diferentes funciones de costos estudiadas y las principales


relaciones existentes entre éstas podrían resumirse como sigue:

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Figura 9: Resumen de los diferentes tipos de costos

Fuente: Mankiw, 2012, p. 274.

Ejemplo numérico
Supón que una empresa que produce un bien X puede construir a largo
plazo tres tamaños de plantas (una pequeña con capacidad de producción
de hasta 5 unidades, una mediana con capacidad de producción de hasta 9
unidades y una grande con capacidad de producción de hasta 12 unidades).
Las funciones de costo total medio a corto plazo (CTMeCP) para cada una
de ellas están representadas en la tabla 3.

A su vez, se conoce para el rango de producción analizado (de 0 a 12


unidades) la función de costo total a largo plazo (CT LP) para esta empresa,
que se expone a continuación:

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Tabla 3: Función de producción a largo plazo

Planta pequeña Planta mediana Planta grande

P1 P2 P3
Producto Costo total Producto Costo total Producto Costo total
total (en medio a corto total (en medio a corto total (en medio a corto
unidades del plazo CTMeCP $ unidades del plazo CTMeCP unidades del plazo CTMeCP
bien X) 1 bien X) $2 bien X) $3
1 15.5 5 10 9 12
2 13 6 8.5 10 11
3 12 7 8 11 11.5
4 11.75 8 8.5 12 13
5 13 9 10 - -
Fuente: Elaboración propia a base de Makiw, 2012.

Tabla 4: Costos de Producción

(1) (2) (3) (4)


Producto total Costo total a Costo total medio a Costo marginal a
(en unidades del largo plazo largo plazo largo plazo
bien X) CTLP (en $) CtmeLP (en $) CmgLP (en $)
1 15
2 26
3 33.9
4 40
5 45
6 49.8
7 56
8 65.6
9 80.1
10 100
11 124.3
12 156

Fuente: Elaboración propia a base de Mankiw, 2012.

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Respecto de la información precedente, se pide:

1. Completar las columnas (3) y (4) de la tabla 4.

SOLUCIÓN:

Tabla 5: Costos de producción (ejemplo de resolución de Tabla 4)

(1) (2) (3) (4)

Producto Total (En Costo total a largo Costo total medio a Costo marginal a
unidades del bien X) plazo largo plazo largo plazo
1 15 15
2 CT lp26
(En $) Ctmelp 13(En $) Cmglp
11(En $)
3 33.9 11,3 7,9

Fuente: Elaboración propia a base de Mankiw, 2012.

2. Grafica, en un mismo sistema de ejes, las curvas de costo total medio de


corto plazo de los tres tamaños alternativos de planta (pequeña, mediana y
grande) y la curva de costo total medio a largo plazo.

SOLUCIÓN
Figura 10: Curvas de costos totales medios de corto plazo y costo total medio a
largo plazo.

Fuente: Elaboración propia a base de Mankiw, 2012.

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3. ¿Cuál es la tasa óptima de producción para cada una de las plantas
alternativas factibles?

SOLUCIÓN

Aquella que minimiza el costo total medio de corto plazo: para la planta 1,
4 unidades; para la planta 2, 7 unidades; y para la planta 3, la tasa óptima
de producción es 10 unidades.

4. ¿Qué tamaño de planta utilizaría la empresa a largo plazo si quisiera


producir 5 unidades del bien X?, ¿Y si quisiera producir 9 unidades?
Justifica.

SOLUCIÓN

La planta de tamaño 2, ya que tiene el menor costo medio de corto plazo


para ese nivel de producción.

5. ¿Cuál consideras que es la escala de planta óptima para esta firma?

SOLUCIÓN

La planta 2 le permite tener los menores costos medios a largo plazo.

6. ¿Para qué tramo de producción la firma presenta economías de escala?


¿Sobre cuál curva de costo se representan tales rendimientos crecientes a
escala o economías de escala? Explique el significado de este concepto y
señale su representación en el gráfico correspondiente

SOLUCIÓN

La firma enfrenta economías de escala (tramo de la función de costos


medios a largo plazo decreciente) cuando la producción es menor a 7
unidades.

El tramo con deseconomías de escala corresponde al tramo creciente de la


función de costos medios a largo plazo (cuando la producción es superior a
7 unidades). Esta función no tiene un tramo con rendimientos constantes a
escala.

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7. ¿Consideras que la ley de rendimientos decrecientes analizada
previamente es idéntica al concepto de deseconomías de escala? Explica.

SOLUCIÓN

El concepto de deseconomías de escala corresponde a un fenómeno a


largo plazo (cuando se incrementan todos los insumos productivos en la
misma proporción); por el contrario, la ley de los rendimientos
decrecientes sólo opera en el corto plazo cuando al menos uno de los
factores productivos está fijo.

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Referencias
Mankiw, N. G. (2012). Principios de Economía. (6ª. ed.). México: Cangare Liaoning
Editores.

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La empresa en el
mercado
competitivo

Principios de
Economía

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La empresa en un
mercado competitivo
Como se desarrolló en el punto 2.1 de la lectura anterior, y siguiendo a
Mankiw (2012, p. 280), ahora se explicitarán algunas consideraciones
relativas a los mercados en que pueden encontrarse insertas las empresas,
en este caso, la competencia perfecta.

Un mercado competitivo, algunas veces llamado mercado perfectamente


competitivo, tiene dos características:

 Existen muchos compradores y vendedores en el mercado.

 Los bienes ofrecidos por los diversos vendedores son básicamente


los mismos.

Como resultado de estas condiciones, las acciones de un solo comprador o


vendedor en el mercado tienen un efecto insignificante en el precio de
mercado. Cada comprador y vendedor toma el precio de mercado como
dado.

Como ejemplo, considere el mercado de la leche. Ningún consumidor de


leche por sí solo puede influir en el precio de la misma, porque cada
comprador adquiere una pequeña cantidad en relación con el tamaño del
mercado. De la misma manera, cada productor tiene control limitado sobre
el precio, porque muchos vendedores ofrecen leche que es esencialmente
idéntica. Debido a que cada vendedor puede vender todo lo que quiera al
precio de mercado, no tendrá razones para cobrar menos, pero si cobra
más, los compradores se irán a otro lugar. Compradores y vendedores en
mercados competitivos deben aceptar el precio que el mercado determina,
por ello es que se dice que son tomadores de precios.

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Además de las dos condiciones anteriores para la competencia,
agregaremos una tercera, que en ocasiones se piensa que caracteriza a los
mercados perfectamente competitivos:

 Las empresas pueden entrar y salir libremente del mercado.

Si, por ejemplo como muestra Mankiw (2012, p. 280), cualquiera puede
decidir iniciar una empresa de producción de lácteos y cualquier productor
de leche existente puede decidir dejar el negocio, la industria de los lácteos
satisface esta condición. Una buena parte del análisis de las empresas
competitivas no requiere el supuesto de libre entrada y salida, ya que esta
condición no es necesaria para que las empresas sean tomadoras de
precios. Sin embargo –como veremos más adelante en este módulo–, si
hay libre entrada y salida en el mercado competitivo, esta es una fuerza
poderosa que contribuye a establecer el equilibrio a largo plazo.

El caso del monopolio, que presentaremos más adelante, básicamente se


caracteriza por corresponder a un mercado abastecido por un único
oferente. Esta posición de exclusividad le otorga más poder de mercado
que cualquier empresa en las restantes estructuras de mercado
mencionadas. En cambio, el mercado es oligopólico si el número de
oferentes es reducido y cada uno de ellos detenta suficiente poder de
mercado como para repartírselo o fijar políticas conjuntas a fin de
minimizar la competencia entre sí.

La situación de competencia monopolística corresponde al mercado de


competencia “imperfecta” más parecido, en cuanto a sus características, a
la competencia perfecta, ya que corresponde a una estructura de mercado
con un gran número de oferentes, todos de tamaño reducido, pero con la
diferencia de que éstos poseen cierto poder de mercado derivado de la
diferenciación del producto que provoca cierta fidelidad y le da un matiz
similar de poder de mercado al monopolista en su segmento fidelizado.

La maximización de beneficios de la empresa


competitiva
Como en las demás estructuras de mercado, las empresas competitivas
están impulsadas por la búsqueda de maximización de beneficios. La
empresa competitiva, dado que no posee poder de mercado, enfrenta un
precio de mercado que no puede influir por sí misma: es el precio de
equilibrio determinado conjuntamente por la demanda (suma de las
demandas individuales de todos los clientes del mercado) y por la oferta
(suma de todas las ofertas individuales de las demás empresas
competitivas de ese mercado).

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Según Mankiw (2012, p. 280) una empresa que opera en un mercado
competitivo, como muchas otras empresas en la economía, trata de
maximizar sus beneficios (ingresos totales menos costos totales). Para
entender cómo lo logra, primero consideraremos los ingresos de una
empresa competitiva.

Para ello, supondremos la existencia de una empresa competitiva que


produce y comercializa un cierto producto y vende una cantidad Q del
mismo a un precio de mercado P, que considera como dado. Los ingresos
totales percibidos por esta empresa son, entonces: P x Q. Por ejemplo, si
comercializa cinco unidades a un precio de $ 10, entonces los ingresos
totales devenidos de sus ventas (facturación de la firma) resultarán
equivalentes a $ 50. Esta empresa, además, es muy pequeña comparada
con el tamaño del mercado, por lo que –como se adelantó– toma el precio
como dado. Esto significa que el precio de este producto no dependerá de
la cantidad que esta empresa salga a ofrecer en el mercado. Por lo tanto,
los ingresos totales producidos de sus ventas serán proporcionales a la
cantidad producida.

Al respecto, puede añadirse un concepto de ingresos medidos en términos


de promedio y marginales, en forma análoga a lo realizado en el análisis de
los costos productivos. En este caso, se hablará del “ingreso promedio” e
“ingreso marginal”.

Para entender mejor qué indicarán estos conceptos, consideremos estas


dos preguntas:

• ¿Cuánto ingreso recibe la empresa por cada unidad de producto


que comercializa?

• ¿Cuánto ingreso adicional recibe la empresa si incrementa su


producción del bien en una unidad?

En este caso, la primera pregunta se corresponde con la definición del


ingreso promedio, y la segunda, con el análisis del ingreso marginal
derivado de la comercialización de una unidad adicional de producto.

Una lección general que encontraremos para el caso de empresas


competitivas, aunque también es trasladable a otras empresas, es que el
ingreso promedio se calculará como los ingresos totales (P x Q) divididos
por la cantidad de unidades comercializadas (Q). “Por tanto, para todas las
empresas, el ingreso promedio resultará igual al precio del bien” (Mankiw,
2012, p. 281) comercializado.

Por otro lado, al momento en que la empresa toma la decisión de producir


y comercializar una unidad adicional, la comercialización de la misma
derivará en una captación de recursos por dicha unidad. En este sentido, el

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ingreso marginal se calculará como el valor monetario en que se
incrementarán los ingresos totales de la firma por el hecho de haber
producido y comercializado una unidad adicional de producto. Es decir,
“cuando Q aumenta en una unidad, los ingresos totales aumentarán en P
unidades monetarias” (Mankiw, 2012, p. 282) (el precio al cual se
comercialice dicha unidad).

Cabe aclarar que para el caso de “empresas competitivas, el ingreso


marginal es igual al precio del bien” (Mankiw, 2012, p. 282) y éste es
constante para todas las unidades producidas y comercializadas, de
manera que el ingreso marginal es además equivalente al ingreso medio de
producción. Pero esto no ocurre de tal modo en el caso de empresas que
actúan en mercados no competitivos, ya que éstas tienen la posibilidad de
comercializar sus productos a diferentes precios (cuestión no permitida en
la competencia perfecta), de manera que el ingreso marginal puede
resultar diferente al valor monetario del ingreso medio.

Amén de estas conclusiones relacionadas a los ingresos totales, medios y


marginales de una empresa competitiva, partiremos del consenso de que
el principal objetivo de la empresa competitiva (como de cualquier
empresa) es el de maximizar sus beneficios totales. Los beneficios totales
son definidos como la diferencia entre los ingresos totales derivados de la
comercialización de sus productos y los costos totales correspondientes a
la producción y fabricación de los mismos.

Hasta el momento, se ha desarrollado lo relativo tanto a los ingresos como


a los costos, de manera que ya puede avanzarse en el análisis de los
beneficios y las herramientas de que dispone la empresa para buscar su
maximización en términos microeconómicos.

A continuación, analizaremos cuáles son los argumentos que llevan a las


empresas a guiar sus decisiones hacia la maximización de beneficios y, en
ese camino, calcularemos la llamada “curva de oferta de la empresa
competitiva”, la cual estará relacionada al costo marginal de producción.

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Figura 1: Maximización de beneficios de la empresa competitiva

Fuente: Elaboración propia a base de Mankiw, 2012.

El ingreso medio (IMe) de la empresa competitiva por cada unidad que


vende es el precio unitario del producto (P) y corresponde también a su
ingreso marginal (IMg). Entonces, para la empresa competitiva se verifica la
siguiente igualdad:

P=IMg=IMe

El ingreso total vendrá dado por IT (ingreso total) = P*Q, donde Q es la


cantidad de unidades vendidas. Asimismo, el costo total por la venta de Q

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unidades vendrá dado por: CT (costo total) = CFT +cQ, donde c es el costo
variable medio o unitario, y CFT es el costo fijo total.

La empresa trata de obtener la máxima diferencia entre IT y CT (es decir, el


máximo beneficio total [BT]). Como puede apreciarse en la figura 11, esta
diferencia es máxima cuando las pendientes de ambas funciones son
iguales o, lo que es equivalente, cuando el CMg=IMg.

A corto plazo, la oferta de la empresa competitiva va a estar dada por su


curva de CMg, a partir del punto en el cual el CVMe es mínimo. Por debajo
de este nivel, no ofrecerá nada en el mercado (punto de cierre). Por el
contrario, a largo plazo, tendrá en cuenta, como condición de cierre, que el
precio alcance o supere el CMeT.

Figura 2: Funciones de costos que enfrenta una empresa competitiva

Fuente: Elaboración propia a base de Mankiw, 2012.

La curva de oferta en un mercado competitivo


La suma de las cantidades ofrecidas por todas las empresas del mercado
determina la oferta del mercado. Cabe considerar que, a corto plazo, la
cantidad de empresas es bastante fija, pero a largo plazo se producen
entradas y salidas, hasta que el beneficio económico es nulo. Si hubiera
beneficios económicos, entrarían empresas ávidas de tales resultados y
esta entrada desplazaría la curva de oferta, de manera que se reduciría el
precio de equilibrio. ¿Hasta cuándo se produciría este movimiento? Hasta
que se agotaran tales beneficios y nadie más tuviera incentivos para entrar.

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Referencias
Mankiw, N. G. (2012). Principios de Economía. (6ª. ed.). México: Cangare Liaoning
Editores.

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DESREGULACIÓN SECTORIAL Y POLÍTICA DE
COMPETENCIA EN ESPAÑA

María Jesús Alonso Nuez1


Jorge Rosell Martínez2

La cuestión acerca del grado de intervención óptimo por parte del sector
público en los diferentes mercados e industrias es revisada frecuentemente.
Mientras que la crisis de los mercados financieros se manifestaba con toda
su crudeza en 2008, se alzaban voces que clamaban la conveniencia de
incrementar el grado de supervisión y regulación de los mismos.
En una perspectiva histórica, y al menos en el sector real de la economía,
se pueden observar ciclos en los que se han producido grandes variaciones
en el grado de intervención pública en las industrias. En particular, dichos
ciclos son muy evidentes en el caso de España. La economía española se
caracterizó, especialmente durante la etapa autárquica del franquismo y en
los años sesenta del siglo pasado, por un fuerte intervencionismo estatal que
dio paso a una política reguladora en la mayoría de los sectores económicos.
1
Doctora en Ciencias Económicas y Empresasariales, se desempeña como profesora de
la Universidad de Zaragoza (España). Dirección de correspondencia: Centro Politéc-
nico Superior. Edificio Betancourt - Campus Río Ebro. 50.018 (Zaragoza, España).
E-mail: jalonu@unizar.es.
2
Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales, se desempeña como subdirector del
Centro Universitario de la Defensa (Zaragoza, España) y profesor de la Universidad de
Zaragoza. Dirección de correspondencia: Academia General Militar. Ctra. de Huesca
s/n. 50090 (Zaragoza, España). E-mail: jrosell@unizar.es.
Este artículo fue recibido el 2 de junio de 2009, la versión ajustada fue recibida el
28 de abril de 2010 y su publicación aprobada el 21 de junio de 2010.

179
180 Cuadernos de Economía, 29(53), 2010

Desde este ambiente proteccionista y dada la existencia de una economía


cada día más globalizada, la economía española experimentó durante los
años ochenta y noventa del siglo pasado una transformación radical que en
buena medida se explica por el proceso de desregulación ocurrido en nu-
merosos sectores y por la adaptación de las estructuras legales y económi-
cas a las directivas de la Comunidad Económica Europea, de la cual forma
parte desde 1986.
En 1989 se aprobó la Ley 16/1989 de 17 de Julio de defensa de la com-
petencia, que armonizaba la legislación española con la comunitaria. A
partir de ese momento, los órganos encargados de la defensa de la compe-
tencia en España adquirieron una relevancia desconocida hasta entonces,
desplegando una gran actividad no sólo a través de la persecución de las
prácticas restrictivas de la competencia, sino mediante la elaboración de in-
formes sobre distintos sectores y actuando como órgano consultivo para los
legisladores, actuando de este modo como catalizadores de nuevas reformas
legales en diversos sectores económicos.
Al mismo tiempo, es de esperar que la propia actividad resolutiva y la ju-
ventud de la moderna protección de la competencia en España, depare un
cierto efecto de aprendizaje que lleve a que las prácticas anticompetitivas
pierdan peso en determinados sectores (Espitia, 2006). En suma, parece
conveniente analizar la actividad de defensa de la competencia en su pers-
pectiva histórica, con el fin de comprender hasta qué punto los factores
anteriores influyen en la misma.
En cuanto a la vigilancia de las prácticas competitivas, en 1993 la tota-
lidad de los expedientes sancionadores provenientes de la antigua Ley de
1963, habían sido ya resueltos. A partir de la intensificación del proceso
de desregulación que se produce desde 1996, la consiguiente necesidad de
potenciar la política de defensa de la competencia y las perspectivas futuras
con respecto a la nueva ordenación en la materia, surge el interés por estu-
diar en detalle la actividad de los órganos de defensa de la competencia en
España entre 1993 y 2005.
El objetivo de este trabajo es analizar la relación de las reformas liberali-
zadoras de distintos sectores en España durante la década de 1990 con la
actividad sancionadora de los órganos de defensa de la competencia. La
evaluación de su eficacia permite concluir sobre los puntos débiles de la
regulación antitrust y valorar las recientes reformas en la materia. La va-
loración que se ofrece de la defensa de la competencia, se asienta sobre
el análisis en profundidad de la actividad llevada a cabo por sus órganos
Desregulación sectorial y política de competencia en España M.J. Alonso y J. Rosell 181

durante el periodo. La revisión y clasificación de los 266 expedientes san-


cionadores se ha abordado partiendo de las propias resoluciones del Tri-
bunal de Defensa de la Competencia.
El esquema del artículo es el siguiente: en el primer apartado se repasan de
manera somera los antecedentes históricos en cuanto a la regulación secto-
rial en España. En la segunda sección se presenta la legislación en materia
de defensa de la competencia en España que estuvo en vigor durante el pe-
riodo de análisis –la aprobada en 1989. En el tercer segmento, se describen
los cambios de regulación sectorial durante los años noventa del siglo pasa-
do en España. En la cuarta parte, se analiza la actividad llevada a cabo
por los órganos de defensa de la competencia en España entre 1993 y 2005
cuantificando y valorando su eficacia general a partir de las resoluciones de
expedientes sancionadores. En el quinto apartado se realiza un análisis del
contenido de los expedientes sancionadores en relación con las desregula-
ciones sectoriales que se habían producido en el mismo período. En la sexta
sección se analizan los cambios más recientes en materia de defensa de la
competencia y se evalúa su capacidad para hacer frente a los retos futuros.
El trabajo termina con las consideraciones finales, en las cuales se resume
los resultados más relevantes.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA DESREGU-


LACIÓN SECTORIAL. LA VUELTA AL
LIBERALISMO
En España, a finales del siglo XIX, al igual que en otros países, se produce
un giro en la política económica: de tendencias liberalizadoras se pasa a
modelos más proteccionistas e intervencionistas. El cambio que se produ-
jo, supuso la eliminación de la amenaza de la competencia externa además
de la interna. Un intervencionismo estatal dará paso a una política regu-
ladora, como modalidad principal que asume la intervención pública en la
economía. Este interés por las políticas intervencionistas resurge durante la
Guerra Civil española (1936-1939) y su inmediata postguerra, alcanzando
sus máximas cotas en la etapa autárquica del franquismo y en los intentos
de planificación económica de los años sesenta del siglo pasado.
Durante la etapa del franquismo, como consecuencia de la coyuntura inter-
nacional y de la reducción del comercio, los ingresos fiscales se redujeron
notablemente. La única solución existente era la realización de una profun-
da reforma fiscal, la cual nunca fue llevada a cabo durante la etapa de la
182 Cuadernos de Economía, 29(53), 2010

dictadura. Por tanto, el mecanismo que tenían los políticos de hacerse con
el apoyo y simpatía de determinados grupos de interés, era mediante inter-
venciones reguladoras que favoreciesen a determinados sectores económi-
cos (Costas, 2001). Los grupos de interés pueden influir en el resultado
del proceso regulador, proporcionando el apoyo financiero a políticos y re-
guladores (Rivera, 2004). El activismo regulatorio empezó a ser asociado
como una forma de protección de las empresas dominantes, frente a los
desafíos de los nuevos entrantes. Autores como Stiglitz (1999), denuncian
la regulación como el uso en su propio beneficio del poder de coerción del
Estado por parte de la industria, o en este caso de determinados sectores
económicos, que buscan únicamente su propio interés.
En este ambiente de fuerte intervencionismo y regulación, ¿de dónde sur-
gieron los primeros impulsos de desregulación que se llevaron a cabo en
España a partir de la década de los setenta? Los sistemas regulatorios
y normas opacas son fundamentalmente incompatibles con ambientes de
mercados competitivos y abiertos (Frischtak, 1995). La existencia de una
economía cada día más globalizada y los avances en el ámbito tecnológico,
suponía que un país altamente proteccionista quedase relegado a un segun-
do plano, por lo que se hacía necesaria la aplicación de medidas desregu-
ladoras.
Otra respuesta se puede encontrar en la existencia de un sistema democráti-
co, instaurado en España a partir de 1977, el cual estimuló reformas estruc-
turales capaces de lograr el apoyo de los votantes. Las reformas desregu-
ladoras podían aumentar los ingresos públicos de forma indirecta a través
de una mayor competitividad y crecimiento económico, y de forma direc-
ta mediante la privatización de empresas públicas. Desde mediados de los
años noventa del siglo pasado y por la necesidad de cumplir los criterios
de convergencia necesarios para entrar a formar parte de la zona euro en
1999, este proceso liberalizador y privatizador se acelera en España no-
tablemente, consiguiendo el apoyo de los ciudadanos ante un imparable
proceso de liberalización y desregulación de los mercados y sectores.
Si bien, en términos generales, el proceso de desregulación fue valorado
positivamente por su efecto sobre el crecimiento y el empleo, informes y
estudios elaborados por distintas instituciones como la OECD (2000) o el
Banco de España (2002) , pusieron de manifiesto que el diferencial de in-
flación presente entre España y el resto de países europeos se debía, entre
otros, a factores estructurales en muchos sectores económicos, que todavía
requerían de una profundización de las reformas.
Desregulación sectorial y política de competencia en España M.J. Alonso y J. Rosell 183

Las conclusiones de la OCDE, obtenidas del análisis de diferentes sectores


en distintos países, sostienen que la eliminación de la regulación ineficiente
supondrá efectos beneficiosos para la economía dado que al igual que la
competencia, contribuirá a reducir los precios de manera que facilite el
control de la inflación, incremente la inversión, mejore la productividad
y reduzca los beneficios extraordinarios derivados de la posibilidad de fi-
jar los precios por encima de los correspondientes a un mercado que opera
en régimen de competencia (Petitbò, 2000 b). Para este autor, la desre-
gulación supondrá un aumento de la competencia, la cual beneficia a un
elevado número de agentes y perjudica tan solo a un pequeño número de
ellos (Petitbò, 1994). Por tanto, si los beneficios de la competencia son
tan elevados, ¿por qué se vulnera en numerosas ocasiones? Los beneficios
que se obtienen por transgredir las normas de la competencia son eleva-
dos, al ser reducido el número de beneficiarios del pacto y por tanto bajos
sus costes de coordinación. Además, los perjudicados (normalmente sus
clientes) son muy numerosos, y por tanto sus costes de coordinación son
muy elevados, lo que deja a los individuos de este colectivo sin incentivos
para contrarrestar la posición de los trasgresores.

LEY 16/1989 DE DEFENSA DE LA COMPETEN-


CIA: ÓRGANOS Y CONTENIDO
Un legado importante de España a la historia del derecho es el cuerpo nor-
mativo de las “Siete Partidas”3 , al ser el cuerpo jurídico de más amplia y
larga vigencia en distintos países de Latinoamérica (hasta el siglo XIX).
Concretamente la “Quinta Partida” incluye importantes normas de derecho
mercantil, referidas a los contratos mercantiles y en particular la expresa
prohibición de los acuerdos entre comerciantes. De ahí, que puede ser con-
siderada el origen legal en materia de defensa de la competencia en España.
La promulgación de la primera ley española dedicada en exclusiva a esta
cuestión (a semejanza de la tradición anglosajona) fue la Ley 110/1963 de
20 de julio, sobre Represión de Prácticas Restrictivas de la Competencia,
que sentaba las primeras bases de la defensa efectiva de la competencia
en España. Esta Ley recogía algunos de los instrumentos contemplados
por las legislaciones de los países que habían avanzado más en la mate-
ria y creó los correspondientes órganos administrativos encargados de velar
3
Fue redactado y promulgado en Castilla durante el reinado de Alfonso X (1252-1284).
Las Partidas abarcan todo el saber jurídico de la época, por ello se las ha considerado
una summa de derecho.
184 Cuadernos de Economía, 29(53), 2010

por el cumplimiento de la norma: el Tribunal y el Servicio de Defensa de


la Competencia. Sin embargo, dicha Ley no fue suficiente para estable-
cer una cultura de defensa de la competencia en el país, tal como se en-
tendía entonces en los países anglosajones (Petitbò, 1994). La realidad de
la economía española prácticamente limitaba su aplicación: un entorno de
fuerte regulación sectorial e intervención pública no constituían el mejor
contexto para su desarrollo.

La verdadera puesta al día de la regulación española en la materia se pro-


duce mediante la publicación de la Ley 16/1989 de 17 de julio sobre defensa
de la competencia. Con ello se produce la adaptación de la antigua ley a
las directivas de la Comunidad Europea4 en materia de competencia y fue
un impulso importante a la política de competencia en España durante los
años 1990. La ley se asienta en los pilares de la experiencia: por una parte,
se inspira en las normas comunitarias de política de competencia que han
desempeñado un papel trascendental en la creación y funcionamiento del
Mercado Común; y por otra, nace con el propósito de superar los defectos
que frustraron la plena aplicación de la Ley 110/1963.

La Ley de Defensa de la Competencia de 1989, reservaba a la autoridad es-


tatal su aplicación en exclusiva y dotaba de mayor relevancia a los órganos
encargados de tutelar la defensa de la competencia.

El Tribunal de Defensa de la Competencia (en adelante, TDC) tenía fa-


cultad en todo el territorio nacional. Era un órgano de la administración,
no jerarquizado, orgánicamente dependiente del Ministerio de Economía y
Hacienda, pero funcionalmente independiente, especializado y único. El
Tribunal estaba integrado por un Presidente y ocho vocales nombrados por
el Gobierno a propuesta del Ministerio de Economía y Hacienda, entre ju-
ristas, economistas y otros profesionales de prestigio con más de quince
años de ejercicio profesional.

El TDC ejercía dos funciones principales: una “consultiva” y otra “tute-


lar”. En primer lugar, ejercía el control de las concentraciones empresa-
riales emitiendo un dictamen no vinculante. Asimismo, y de acuerdo con
el artículo 26 de la Ley 16/1989, elaboraba informes sobre materias rela-
cionadas con la competencia por propia iniciativa o por requerimiento del

4
En 1986, España se había adherido a la entonces denominada Comunidad Económica
Europea.
Desregulación sectorial y política de competencia en España M.J. Alonso y J. Rosell 185

Gobierno, los Departamentos Ministeriales, las Comunidades Autónomas5 ,


los Ayuntamientos, las organizaciones empresariales, sindicales o de con-
sumidores. De este modo, la función consultiva, o las funciones de infor-
mación y dictamen, además del cometido básico de asesoramiento, cumplía
una función de garantía en la actuación de las administraciones públicas,
por lo que respecta al funcionamiento competitivo de los mercados.
El desempeño de estas funciones permitía velar, de una parte, por la consi-
deración de los aspectos técnicos y de oportunidad propios de la aplicación
del Derecho de Defensa de la Competencia, para así garantizar una mayor
eficacia de la administración, merced a una mejor gestión de los recursos
escasos y a una reducción de los conflictos de intereses. De otra parte,
permitía asegurar el cumplimiento del ordenamiento jurídico, en garantía
del interés general y de la observancia de la legalidad.
En segundo lugar, el TDC tutelaba el funcionamiento de los mercados a
través del Servicio de Defensa de la Competencia (en adelante, SDC) al
cual podía instar a abrir investigaciones. El SDC era un órgano adminis-
trativo del Ministerio de Economía y Hacienda, integrado en la Dirección
General de Defensa de la Competencia que formaba parte de la adminis-
tración activa, y en consecuencia, estaba sometido al principio de jerarquía.
El SDC tenía encomendadas la instrucción de los expedientes por conduc-
tas restrictivas de la competencia, así como la vigilancia de la ejecución y
del cumplimiento de las resoluciones en materia de defensa de la compe-
tencia que dictaba el Tribunal.
Sin embargo, dicha estructura dualista era susceptible de generar ineficien-
cias, sobre todo por el exceso de garantías en los procedimientos y por la
existencia de duplicidades entre el TDC y SDC. Esta duplicidad de actua-
ciones en el procedimiento sancionador no se produce en aquellos modelos
basados en una única institución que instruye y resuelve, con las debidas
garantías para las partes, lo que permite reducir notablemente los plazos
correspondientes.
Por otra parte, el 11 de noviembre de 1999, una sentencia del Tribunal
Constitucional hizo necesario articular mediante una ley estatal el reparto
5
Una Comunidad Autónoma es una entidad territorial que, dentro del ordenamiento
constitucional del Reino de España, está dotada de autonomía legislativa y competen-
cias ejecutivas, así como de la facultad de administrarse mediante sus propios represen-
tantes. La estructura del Estado español en Comunidades Autónomas se recoge en la
Constitución Española de 1978. La división política y administrativa de España tiene la
forma de diecisiete comunidades autónomas, además de Ceuta y Melilla, cuyos estatu-
tos de autonomía les otorgan el rango de ciudades autónomas.
186 Cuadernos de Economía, 29(53), 2010

de competencias ejecutivas en materia de defensa de la competencia entre


el Estado español y sus Comunidades Autónomas. Todo esto se plasma en
la aprobación de la Ley 1/2002 de 21 de febrero, sobre la Coordinación de
las Competencias del Estado y de las Comunidades Autónomas en materia
de defensa de la competencia, la cual supone una nueva etapa en políti-
ca de competencia en España, al quedar regulado un ámbito competencial
autonómico.
La entrada en vigor de esta ley dio inicio a una nueva etapa en el sistema
español en la cual las autoridades nacionales coexisten con las autonómi-
cas en la aplicación efectiva de la ley. A partir del 2003 se comenzaron
a producir las primeras resoluciones por parte de los órganos autonómicos
constituidos de manera más temprana (Cataluña y Madrid), aunque mayo-
ritariamente se han ido constituyendo a partir del año 20046 .

LA DESREGULACIÓN DE LOS NOVENTA EN


ESPAÑA
El análisis de la realidad sectorial en España muestra una asimetría con
respecto al marco regulador de los sectores económicos. El sector industri-
al, tras la integración de España en el Mercado Común, se encontraba en
los noventa suficientemente liberalizado, continuando su proceso de desre-
gulación después de su entrada en el Mercado Único, con la consiguiente
supresión de las barreras no arancelarias y sometido a la competencia na-
cional e internacional.
Por el contrario, muchas de las actividades del sector servicios estaban pro-
tegidas por medio de fuertes barreras que dificultan su integración en el
comercio internacional, tales como: las concesiones monopolísticas, la fi-
jación de precios al margen del mercado, la existencia de barreras a la entra-
da, las restricciones a la distribución o determinadas condiciones impuestas
al libre ejercicio de determinadas profesiones (Petitbò, 2000a).
El sector servicios posee una gran importancia dentro de la economía es-
pañola y a diferencia de la industria manufacturera, sus empresas han dis-
frutado de la ausencia de competencia exterior, lo que ha supuesto un ob-
stáculo a la intensificación y extensión de la competencia interior, pena-
lizando de este modo a empresas y consumidores. Prueba de ello es el
6
Un análisis del impacto de la descentralización de la política de competencia en España
puede verse en Alonso y Rosell (2008). Un análisis más general de la descentralización
política y económica en España puede verse en Caballero (2005).
Desregulación sectorial y política de competencia en España M.J. Alonso y J. Rosell 187

comportamiento de los precios de los servicios que han contribuido con-


siderablemente al proceso inflacionista sufrido en España en esa década
(Genescà et al., 2005). Tanto la evidencia empírica como la teoría económi-
ca (Pepall et al., 2003) manifiesta que la eliminación de la regulación inefi-
ciente y el reforzamiento de la competencia en estos sectores sería favora-
ble para los operadores económicos y para los ciudadanos, puesto que los
comportamientos competitivos contribuirían a mejorar la eficiencia empre-
sarial, a aumentar la actividad innovadora y la inversión, a rebajar los costes
de producción y a reducir las diferencias entre el precio y el coste marginal,
contribuyendo de este modo a controlar la presión inflacionista.
El TDC manifestó un gran interés en aquellos mercados, cuyos bienes y
servicios no se comercializaban internacionalmente, como es el caso del
sector de las telecomunicaciones, energía e hidrocarburos, colegios profe-
sionales, farmacias, entre otros. Las soluciones propuestas para acentuar la
competencia en estos sectores consistieron en la privatización del operador
público dominante y en la desregulación, alterando el marco jurídico cuan-
do éste dificultase el correcto funcionamiento del mercado. La labor del
TDC de acuerdo con la Ley de 1989 se realizó por dos vías: por un lado,
a través de la elaboración de informes que elevaron al Gobierno propuestas
de modificaciones legales, con el fin de introducir o aumentar la competen-
cia; y por otro, por medio de las resoluciones referentes a los expedientes
instruidos por el SDC.
Aunque este proceso general había comenzado antes, desde mediados de
los años noventa se intensificó el proceso de desregulación efectiva de va-
rios sectores industriales, predominantemente de servicios y energía.

Sectores de energía e hidrocarburos (distribución)


El objetivo perseguido con las medidas adoptadas en estos sectores era con-
seguir un aumento de la competencia para lograr una reducción en los pre-
cios. Por tanto, se intentó reducir las barreras a la entrada para nuevos
proveedores al aceptar la utilización de las actuales redes de distribución
por terceras empresas y la limitación en las cuotas de mercado para restrin-
gir las posiciones de dominio.
En 1996 se anunció la liberalización del: precio de los gasóleos; acceso de
terceros a las instalaciones de almacenamiento; recepción y transporte de
productos petrolíferos y gases licuados del petróleo; acceso de terceros a la
red nacional de gasoductos y a las plantas de regasificación. Los principales
impulsos de liberalización se produjeron en 1997, con la promulgación de
188 Cuadernos de Economía, 29(53), 2010

la ley 54/1997 del sector eléctrico, la cual establecía un calendario gradual


de apertura del sector; y con la ley 34/1998de hidrocarburos que establecía
la libre fijación de precios de las gasolinas, que se publicó en septiembre de
1998.

Posteriormente, en el año 2000, se tomaron algunas medidas adicionales:


por un lado, se fija el límite del 25 por ciento a la participación que cualquier
persona física o jurídica puede tener en la Compañía Logística de Hidro-
carburos (CLH); por otro, se establece que las compañías que refinan en
España, tampoco podrán superar el 45 por ciento de participación. Para
fomentar la transparencia en el acceso de terceros a las instalaciones fijas
de almacenamiento y transporte de productos petrolíferos, los titulares de
las citadas instalaciones deberían comunicar a la Comisión Nacional de la
Energía las condiciones de sus contratos de acceso a redes, –información
que se hará pública.

Adicionalmente, los grandes establecimientos comerciales podrían incor-


porar una estación de servicio en sus instalaciones. Los operadores al por
mayor de productos petrolíferos cuya participación en el mercado de dis-
tribución a través de instalaciones de suministro fuera superior al 30 por
ciento, no podrían aumentar el número de puntos de venta con que con-
taban durante cinco años, período que se reduce a tres si el porcentaje es
inferior al 30 por ciento y superior al 15 por ciento. Los titulares de las
estaciones de servicio y los operadores al por mayor deberían suministrar
periódicamente información al Ministerio de Economía y Hacienda sobre
los precios ofertados, productos y marcas, para que pudiera ser difundida
públicamente.

Sector de telecomunicaciones
El año 1996 supuso la creación de la Comisión del Mercado de las Tele-
comunicaciones y la eliminación del monopolio en el servicio telefónico
básico mediante la creación de un segundo operador (Retevisión).

En 1997, se pasa de un régimen de concesión administrativa a otro de au-


torización reglada con condiciones. Se aprueban los requisitos y tarifas de
interconexión y se lleva a cabo la puesta en marcha efectiva del segundo
operador. Los operadores de cable, podrían prestar el servicio de telefonía
en sus demarcaciones desde enero de 1998. Además se consigue la liberali-
zación de las cabinas telefónicas de uso público. Se continúa el proceso de
liberalización de la distribución de televisión con la supresión del carácter
Desregulación sectorial y política de competencia en España M.J. Alonso y J. Rosell 189

de servicio público de las televisiones locales y autonómicas, que pasan de


un régimen de concesión a otro de autorización reglada.
En 2000, el Gobierno anunció el establecimiento de las condiciones nece-
sarias para que a partir del 2001, los operadores dominantes de redes públi-
cas telefónicas fijas facilitasen el acceso desagregado y el acceso compar-
tido al bucle de abonador, con el objetivo de intensificar la competencia
en las llamadas locales. Antes del 15 de noviembre de ese año, Telefónica
facilitó la preselección de llamadas locales.

Colegios profesionales
En 1996, se suprime todo tipo de restricciones a la publicidad de los pro-
fesionales y por lo tanto, se liberaliza la misma para todas las profesiones
colegiadas. En ese año, se establece la colegiación única y se permite a los
profesionales que, con su incorporación a un Colegio profesional provin-
cial, puedan ejercer en todo el territorio del Estado, sin necesidad de cole-
giarse en múltiples colegios. Igualmente, se establece la derogación de la
obligación de cobro de honorarios a través de los colegios y la supresión de
los honorarios mínimos obligatorios.
Posteriormente, en 1999, se introducen reformas en la regulación de las
profesiones colegiadas funcionarias, tales como notarios, corredores y re-
gistradores, las cuales se traducen en mayores posibilidades de competir
y en la eliminación de obstáculos innecesarios. Finalmente, en 2000, se
eliminan las barreras que puedan limitar los beneficios de la colegiación
única de aquellos profesionales que ejercen en un territorio diferente al de
su propio colegio.

Otros sectores: funerarias, farmacias y librerías


En el 1996, se produce la liberalización del servicio funerario con el pa-
so del sistema de concesión a uno de autorización reglada. Se propuso la
supresión de los servicios mortuorios de la lista de actividades monopo-
lizadas o susceptibles de serlo, por los entes locales.
Las farmacias dejan de ser consideradas únicamente como establecimientos
sanitarios ya que en ellas, además coexiste la función mercantil de distribu-
ción de medicamentos, por lo cual se eliminaron los obstáculos de carácter
mercantil que dificultaban el libre ejercicio de la competencia en la distribu-
ción de los mismos. En el año 2000, se revisan los márgenes correspondien-
tes a las farmacias y almacenes farmacéuticos, incluyendo la posibilidad de
190 Cuadernos de Economía, 29(53), 2010

descuentos de hasta el 10 por ciento en el caso de especialidades farma-


céuticas publicitarias. Se fomenta el uso de medicamentos genéricos y se
actualiza la normativa reguladora de la publicidad de los medicamentos de
uso humano.

Asimismo, en 2000, se liberaliza totalmente el descuento que los libreros


minoristas pueden hacer sobre el precio de venta al público fijado por el
editor o el importador, aunque únicamente se aplicará a los libros de tex-
to y al material didáctico complementario, correspondiente a la educación
primaria y secundaria. Además, para evitar la competencia de las grandes
superficies comerciales sobre la base de los libros de texto, se prohíbe la
utilización del libro como reclamo comercial para la venta de productos de
distinta naturaleza.

Al recapitular la evolución de cada uno de los sectores a los que se ha he-


cho referencia, se observa que el camino a la liberación ha sido un proceso
discontinuo, configurando un proceso no sistemático. Dado el espectro de
sectores beneficiados por las restricciones a la competencia con el corres-
pondiente perjuicio a empresas y consumidores, el TDC además de pro-
ceder a la resolución de expedientes que tengan entrada en el mismo por
denuncias o por actuaciones de oficio, continuará abogando por promover
la competencia en los sectores ya considerados, como en otros en proceso
de desregulación.

ACTIVIDAD Y EFICACIA DEL TRIBUNAL ENTRE


1993 Y 2005
Los cambios en materia de regulación de distintos sectores económicos
en los años recientes, han llevado a una evolución en la actividad de los
órganos de defensa de la competencia en lo que se refiere a los sectores que
reciben la atención preferente de las resoluciones. La elección del periodo
de estudio viene motivada por la resolución en 1993 de los últimos expe-
dientes sancionadores mediante la derogada Ley 110/1963. La clasificación
de los expedientes se ha abordado partiendo de las propias resoluciones del
TDC. La causa por la que se ha decidido optar por una elaboración propia a
partir de la información primaria se debe a que los criterios de clasificación
de los expedientes por sectores o tipos de prácticas prohibidas utilizados
por el Tribunal, no han sido estables en el tiempo, incluso apareciendo y
desapareciendo diferentes clasificaciones.
Desregulación sectorial y política de competencia en España M.J. Alonso y J. Rosell 191

Los 266 expedientes sancionadores resueltos entre 1993 y 2005, fueron


recogidos y clasificados en este trabajo atendiendo a criterios homogéneos
en el tiempo, lo que permite realizar diagnósticos más fundamentados. El
método seguido para desarrollar el análisis se ha basado en un esquema
en el que la aproximación a la labor del Tribunal se ha sustentado en la
consideración de diversos aspectos de la actividad desarrollada:

Primero, la carga de trabajo a través del análisis del número de casos


resueltos cada año.
Segundo, el tiempo transcurrido desde la denuncia hasta la resolu-
ción del caso, que si bien dependerá de la complejidad de cada caso,
en términos agregados informará sobre la eficacia del Tribunal y el
Servicio.

En el Cuadro 1 se presenta el número de expedientes que entran en el SDC,


que corresponde principalmente a la suma de las denuncias y actuaciones de
oficio. También se muestra el número de expedientes que son trasladados
cada año al Tribunal y finalmente resueltos por el mismo.
A raíz de la aprobación de un buen número de medidas desreguladoras en
1996 y 1997, se produce la entrada efectiva de más expedientes al Servi-
cio al mismo tiempo que se estabiliza el número de casos que se trasladan
al Tribunal, dado que buena parte de ellos son archivados. Así, mientras
que en los primeros años entran al Servicio alrededor de 140 ó 150 expe-
dientes por año y se trasladan al Tribunal alrededor de 60, esta última cifra
apenas se eleva en la segunda mitad de los noventa, cuando la entrada de
expedientes en el Servicio ronda o incluso supera los 200.
Entre 1993 y 1997, el número de expedientes sancionadores resueltos por
el Tribunal se sitúa por debajo de 20. A partir de 1997 se produce un im-
portante aumento: las resoluciones de expedientes sancionadores, se incre-
mentan de manera sensible a partir del año siguiente, alcanzando el máximo
del periodo (36 expedientes resueltos) en 1999 –siendo más del doble de los
resueltos dos años antes. A partir de 2002 comienza a disminuir el número
de expedientes que entran en el Servicio de Defensa de la Competencia y
un año más tarde se hace evidente la disminución en el número de casos
que llegan al Tribunal, que pasa a cerca de 20 expedientes anuales en el úl-
timo trienio. Parece como si a lo largo del tiempo, se estuviese produciendo
un efecto de conocimiento y de respeto más extendido a la Ley de Defensa
de la Competencia en los sectores, de manera que existe una menor inci-
dencia de prácticas prohibidas. Otro factor que también podría influir en
la disminución en el número de expedientes traspasados al Tribunal sería
192 Cuadernos de Economía, 29(53), 2010

la importancia de la labor del Servicio de Defensa de la Competencia co-


mo filtro previo de los expedientes, además de otras como se detallan en
Covacho (1996).
La disminución en el número de expedientes entendidos por las autoridades
podría llevar a una mejora en la rapidez resolutiva del TDC y el SDC gracias
a los recursos liberados. Desde el punto de vista de la eficacia general de
la política de competencia en España, es relevante analizar el tiempo trans-
currido desde que se denuncia la práctica supuestamente prohibida hasta su
resolución. Un retardo en las resoluciones resta efectividad a las mismas,
sobre todo si se considera que tras ellas será frecuente el recurso judicial
interpuesto por las empresas sancionadas.
En el Cuadro 2, se representa para el mismo período, el promedio
anual, expresado en número de años transcurridos y ordenados por año de
su resolución7 .
Tal y como se aprecia en el cuadro anterior, el promedio anual de resolu-
ción se encuentra entre dos y tres años. Puede observarse que entre 1999 y
2003, llegó a superarse el promedio de tres años transcurridos entre la de-
nuncia y su resolución. Este incremento en el tiempo está relacionado con
la elevación en la entrada de expedientes en el SDC en la segunda mitad de
la década de los noventa. El hecho de que conforme se avanza en el tiempo
aparezcan casos resueltos con más antigüedad, se debe a que la Ley entró
en vigor en 1989, por tanto no se resuelve en 1994 ningún caso de más de
cinco años, ni en 1997 de más de ocho años.
Resulta llamativa la resolución en los años 2001 y 2002 de expedientes
con más de 9 años de procedimientos. Es interesante observar el elevado
número de casos que se resuelven una vez transcurridos más de cuatro años
desde la fecha de la denuncia. Este hecho muestra la gran acumulación de
expedientes sin resolver que, sin cuestionar su complejidad, resta efectivi-
dad a la actividad del TDC, ya que una vez resuelto el expediente puede
que no sea posible remediar el daño causado por la práctica restrictiva de la
competencia, aún mediante el empleo de las medidas cautelares. Además,
los agentes infractores de la ley pueden sentir una presión o vigilancia muy
difusa debido a la dilación en el tiempo de un eventual procedimiento san-
cionador.

7
El tiempo incluye el transcurrido en la instrucción del expediente sancionador por parte
del SDC y el de resolución por parte del TDC.
CUADRO 1
EXPEDIENTES EN EL SERVICIO Y TRIBUNAL DE DEFENSA DE LA COMPETENCIA
1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005
Entradas de expedi- 141 148 158 180 268 191 183 127 122 95 68 91 86
entesal Servicio
Expedientes finaliza- 142 148 139 182 196 212 206 166 199 102 118 80 93
dos
Finalizados traslada- 39 68 63 66 67 53 60 51 46 42 33 20 26
dos al Tribunal
Resoluciones del Tri- 17 13 12 14 16 23 36 29 27 25 19 22 13
bunal
Fuentes. Memorias del Tribunal de Defensa de la Competencia de los años 1993 a 2005; consulta a las resoluciones de expedientes
sancionadores del TDC: http://www.mineco.es/tdc [fecha consulta: 30 de abril de 2002], en http://www.tdcompetencia.org [fecha de
consulta: julio de 2003], en http://www.cncompetencia.org [fecha de consulta diciembre de 2007]; consultas a la Secretaría del Presidente
del TDC [fecha consulta: 7 de mayo de 2002 y 8 de enero de 2008].

CUADRO 2
TIEMPO MEDIO TRANSCURRIDO ENTRE DENUNCIA Y RESOLUCIÓN. DATOS POR AÑO DE RESOLUCIÓN
1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005
Media 2,9 2,7 3,6 2,8 2,6 3 3,1 3,2 3,7 3,3 3,4 2,9 3,2
Mínimo 0,9 1,1 0,5 0,7 0,9 0,8 0,6 0,7 1,5 1,4 2,2 0,8 2,1
Máximo 4,8 4,8 5,5 5,6 6 6,5 7,9 8 9,5 9,4 8,4 7,8 4,9
Desviación típica 1 1,2 1,6 1,5 1,5 1,4 1,5 1,8 2 1,6 1,4 1,4 1
Desregulación sectorial y política de competencia en España M.J. Alonso y J. Rosell

Fuente: elaboración propia.


193
194 Cuadernos de Economía, 29(53), 2010

PRÁCTICAS PROHIBIDAS: EVOLUCIÓN SECTO-


RIAL Y TEMPORAL
La evaluación cuantitativa de los resultados de la política de competencia
es discutible, en la medida en que no se toma en consideración ni la reper-
cusión que su propia actividad tiene ni la complejidad de los expedientes
resueltos; pero esto es, sin duda, de difícil valoración a partir de la infor-
mación de las propias resoluciones. Sin embargo, es posible analizar en
mayor detalle y de forma cualitativa el contenido de la actividad del TDC
adentrándose en el contenido de las propias resoluciones para el estudio de
las prácticas infringidas. El análisis se completa con la descripción de la
actividad vulnerada tomando como variable relevante el sector económico
del mercado afectado.
Los tipos de prácticas prohibidas por la Ley de Defensa de la Competencia
junto con las cifras del número de casos en que aparecen citados como
transgredidos en los expedientes sancionadores en el periodo de estudio,
vienen resumidas en el Cuadro 3. Para facilitar y clarificar los criterios de
clasificación, se consideran los artículos de la Ley infringidos tal y como el
TDC los cita en sus resoluciones. Estos artículos son el 1, 6 y 7 referentes
a diversas prácticas prohibidas junto con sus correspondientes apartados.
Dentro de las conductas prohibidas se encuentran las siguientes:

Acuerdos o cárteles horizontales que corresponden a los conciertos


de voluntades entre dos o más operadores económicos independien-
tes que se encuentran en el mismo escalón del proceso productivo.
Los casos más frecuentes son los acuerdos de aumento simultáneo
de precios o de limitación de la producción.
Acuerdos o cárteles verticales concernientes a los conciertos de vol-
untades entre dos o más operadores económicos independientes que
se encuentran situados en escalones distintos del proceso productivo.
Es muy frecuente, dentro de esta situación, la distribución selectiva
de productos. Tanto los acuerdos horizontales como los verticales se
prohíben en el artículo 1 de la Ley.
Abuso de posición de dominio consiste en explotar en beneficio pro-
pio una posición de dominio en el mercado, para limitar la oferta
de un producto o aplicar condiciones abusivas, por ejemplo. Estos
supuestos están regulados por el artículo 6 de la Ley 16/1989.
CUADRO 3
ARTÍCULOS INFRINGIDOS DE LA LEY DE DEFENSA DE LA COMPETENCIA, POR LOS DEMANDADOS, SEGÚN CITA DEL
PROPIO EXPEDIENTE SANCIONADOR (1993 - 2005)

Artículo de la LDC Descripción Número de Casos Porcentaje de casos


1 CONDUCTAS PROHIBIDAS
Se prohíbe todo acuerdo, decisión o recomen- 72 27,1
dación colectiva . . . que tenga por objeto. . . im-
pedir restringir o falsear la competencia . . . y en
particular . . .
1.1.a La fijación . . . de precios o de otras condiciones 82 30,8
comerciales o de servicio
1.1.b La limitación o el control de la producción, la dis- 35 13,2
tribución el desarrollo técnico o las inversiones
1.1.c El reparto del mercado o de las fuentes de aprovi- 16 6
sionamiento
1.1.d La aplicación . . . de condiciones desiguales para 5 1,9
prestaciones equivalentes . . .
1.1.e La subordinación de la celebración de contratos a 6 2,3
la aceptación de prestaciones suplementarias que
. . . no guarden relación con tales contratos
6 ABUSO DE POSICIÓN DOMINANTE
La explotación abusiva por una o varias empresas 60 22,6
de suposición de dominio
Desregulación sectorial y política de competencia en España M.J. Alonso y J. Rosell

6.2.a La imposición . . . de precios u otras condiciones 16 6


comerciales o de servicio no equitativos
195
Artículo de la LDC Descripción Número de Casos Porcentaje de casos
196

6.2.b La limitación de la producción, la distribución o 5 1,9


el desarrollo técnico en perjuicio injustificado de
las empresas o de los consumidores
6.2.c La negativa injustificada a satisfacer las demandas 10 3,8
de compra de productos o de prestación de servi-
cios
6.2.d La aplicación . . . de condiciones desiguales para 9 3,4
prestaciones equivalentes que coloquen a unos
competidores en posición desventajosa frente a
otros
6.2.e La subordinación de la celebración de contratos a 2 0,8
la aceptación de prestaciones suplementarias que
. . . no guarden relación con tales contratos
6.2.f La ruptura . . . de una relación comercial estableci- 1 0,4
da sin que haya existido preaviso . . . salvo que se
deba a incumplimientos graves de las condiciones
pactadas con el proveedor o en caso de fuerza
mayor
Cuadernos de Economía, 29(53), 2010
Artículo de la LDC Descripción Número de Casos Porcentaje de casos
7 FALSEAMIENTO DE LA LIBRE COMPETEN-
CIA POR ACTOS DESLEALES
Siempre y cuando concurran las siguientes circun- 14 4,9
stancias:
a) Que ese acto de competencia desleal distorsione
gravemente las condiciones de competencia en el
mercado.
b) Que esa grave distorsión afecte al interés públi-
co.

Nota. La suma de casos es superior al número de expedientes sancionadores analizados dado que en algunos de ellos se citan infracciones
contra varios artículos de la Ley de Defensa de la Competencia (LDC). El porcentaje de casos también suma, por tanto, más de 100 %.
Por otro lado, las resoluciones no ofrecen en todos los casos el mismo nivel de detalle con respecto a los apartados de la LDC, en algunas
oportunidades se cita el artículo y en otros los apartados. Las frecuencias corresponden literalmente a las propias resoluciones.
Fuente: elaboración propia.
Desregulación sectorial y política de competencia en España M.J. Alonso y J. Rosell
197
198 Cuadernos de Economía, 29(53), 2010

Competencia desleal son actos destinados a falsear de manera sen-


sible la libre competencia. Están prohibidos los actos de competen-
cia desleal siempre y cuando concurran las siguientes circunstancias:
que el acto desleal distorsione gravemente las condiciones de com-
petencia en el mercado y que esa grave distorsión afecte al interés
público. Estas actuaciones quedan recogidas en el artículo 7.

De manera complementaria, el Cuadro 4 presenta una clasificación de los


expedientes sancionadores, atendiendo a los distintos tipos de prácticas pro-
hibidas. Analizando dichos expedientes la conducta más frecuentemente
sancionada entre 1993 y 2005 fueron los acuerdos horizontales (135 ca-
sos), seguidos de abuso de posición de dominio (88 casos), acuerdos ver-
ticales (39 casos) y competencia desleal (14 casos). Es destacable que la
gran mayoría de los casos sancionados corresponden a acuerdos de fijación
de precios entre empresas, colegios profesionales y asociaciones.
CUADRO 4
TIPOS DE PRÁCTICAS PROHIBIDAS EN LOS EXPEDIENTES
SANCIONADORES
Tipo de Práctica Prohibida Total
Acuerdo horizontal 127
Acuerdo horizontal y Abuso de posición dominante 5
Acuerdo horizontal y Competencia desleal 3
Acuerdo vertical 37
Acuerdo vertical y Abuso de posición dominante 2
Abuso de posición dominante 81
Competencia Desleal 11
Total de casos 266

Fuente: elaboración propia.

Asimismo, es llamativa la existencia de expedientes sancionadores que vul-


neran más de una práctica prohibida: por un lado, acuerdos entre empresas
(tanto en el mismo o diferente escalón del proceso productivo) que mues-
tran un abuso de posición de dominio en el mercado (5 y 2 casos, respec-
tivamente); y por otro, acuerdos entre empresas consistentes en limitar la
producción o aumentar simultáneamente los precios falseando a su vez la
libre competencia (3 casos).
Hay que decir que son mucho más numerosos los expedientes sancionadores
de acuerdos horizontales, en los cuales el resultado es un incremento de los
precios e ineficiencias distributivas y productivas, que los acuerdos verti-
cales. Estos últimos han sido analizados de manera más favorable por las
Desregulación sectorial y política de competencia en España M.J. Alonso y J. Rosell 199

autoridades antimonopolísticas del mundo, debido al impacto positivo que


algunos pueden tener sobre la competencia y sobre el bienestar de los con-
sumidores (Miranda, 1998).
En efecto, es común en las legislaciones sobre libre competencia darle un
tratamiento de ilegalidad per se a los acuerdos horizontales de repartición
de mercados, mientras que los acuerdos verticales se analizan por lo general
bajo la llamada regla de la razón (analizando caso por caso). El apartado
3 del artículo 85 del Tratado de Roma establece una serie de excepciones
(block exceptions) por las que un acuerdo restrictivo de la competencia goza
de exenciones, siempre que sus efectos beneficiosos para la economía y los
usuarios sean superiores a los efectos negativos de la restricción, es decir,
cuando se traten de prácticas que contribuyan a mejorar la producción o
distribución de bienes; a promover el progreso técnico o económico; y que
los consumidores obtengan una porción justa de los beneficios derivados de
esta práctica.
La Comisión Europea es el único organismo competente para valorar si se
reúnen todas las condiciones planteadas en dicho apartado. Aunque los tri-
bunales nacionales no sean competentes para juzgar si un acuerdo reúne
las condiciones formuladas en el apartado 3 del artículo 85 para poder
acogerse a una exención, tienen sin embargo, derecho a aplicar las deci-
siones y reglamentos adoptados por la Comisión en virtud de dicha disposi-
ción. Uno de los casos más importantes, en el cual la Comisión Europea ha
decidido utilizar las excepciones de bloque y aplicar de manera específica
reglas selectivas de distribución con el objeto de regular una industria, ha
sido el de los automóviles.
En los Cuadros 5 y 6 se clasifican los expedientes sancionadores atendiendo
al sector del mercado afectado por la práctica restrictiva. Frente a la clasifi-
cación única que realiza el TDC sobre un listado de sectores ad hoc que no
tiene equivalencias o descripción conocida de criterios, en este artículo se
clasifican las resoluciones a partir de la Clasificación Nacional de Activi-
dades Económicas (CNAE - 93)8 a dos dígitos.
El Cuadro 5 muestra que los sectores de mercado que con más frecuencia
aparece en las prácticas restrictivas son el 74 (Otras actividades empresa-
riales) y el 51 (Comercio al por mayor), con 30 casos cada uno.

8
La clasificación CNAE es equivalente a (y se inspira en) la clasificación NACE. Aunque
se muestra fundamentalmente la clasificación a dos dígitos por simplicidad, cuando es
relevante se comenta la descomposición a cuatro dígitos.
CUADRO 5
200

CLASIFICACIÓN SECTORIAL DEL MERCADO AFECTADO EN LOS EXPEDIENTES SANCIONADORES DEL TDC (1993-2005)
Cod Sector CNAE Número %
15 Industria de productos alimenticios y bebidas 7 2,6
40 Producción y distribución de energía eléctrica, gas, vapor y agua caliente 17 6,4
50 Venta, mantenimiento y reparación de vehículos de motor, motocicletas y ciclomotores; venta al por 24 9
menor de combustible para vehículos de motor
51 Comercio al por mayor e intermediarios del comercio, excepto de vehículos de motor y motocicletas 30 11,3
52 Comercio al por menor, excepto el comercio de vehículos de motor, motocicletas y ciclomotores; 27 10,2
reparación de efectos personales y enseres domésticos
60 Transporte terrestre; Transporte por tuberías 5 1,9
61 Transporte marítimo, de cabotaje y ora vías de navegación interiores 5 1,9
64 Correos y telecomunicaciones 18 6,8
65 Intermediación financiera, excepto seguros y planes de pensiones 7 2,6
66 Seguros y planes de pensiones, excepto seguridad social obligatoria 5 1,9
70 Actividades inmobiliarias 12 4,5
74 Otras actividades empresariales 30 11,3
80 Educación 6 2,3
85 Actividades sanitarias y veterinarias, servicios sociales 9 3,4
92 Actividades recreativas, culturales y deportivas 17 6,4
93 Actividades diversas de servicios personales 13 4,9
Resto 35 13,2
Nota. La suma de frecuencias absolutas es superior al número de expedientes sancionadores analizados dado que en algunos de ellos
participan empresas u organizaciones que pertenecen a sectores distintos. Por tanto, las frecuencias relativas también suman, más de
100 %. Fuente: elaboración propia.
Cuadernos de Economía, 29(53), 2010
Desregulación sectorial y política de competencia en España M.J. Alonso y J. Rosell 201

Dentro del sector 74, se destacan los CNAEs 7411 (Actividades jurídicas,
con 11 casos en que típicamente los agentes implicados son colegios de
abogados, notarios, etcétera.) y 7420 (Servicios técnicos de arquitectura e
ingeniería, 15 casos en los que se implican a los correspondientes colegios
profesionales). Con respecto al sector 51, del total de casos sancionados
no existe preponderancia de unos pocos en particular, aunque resalta el
de Productos farmacéuticos con 5 casos. De los 27 casos del sector 52
(Comercio al por menor), el de Pan y productos de panadería representan 7
casos.
De los 24 casos en los que aparece la agrupación 50 (Venta, mantenimien-
to y reparación), 18 corresponden al sector 5050 (Venta al por menor de
carburantes para automoción). Dentro de la agrupación 40 (Producción y
distribución de energía eléctrica y gas) 9 casos pertenecen al sector 4010
(Producción y distribución de energía eléctrica) y otros tantos al sector
4020 (Producción de gas, distribución de combustibles gaseosos). En to-
tal suman un importante número de casos relacionados con el gran sector
de la energía, en sus distintas formas (electricidad, gas y petróleo), que hace
intuir que las estructuras horizontales y verticales de dichas industrias con
posterioridad a la regulación hacen viables las prácticas anticompetitivas
por parte de sus empresas integrantes.
De los 18 casos de la agrupación 64 (Correos y telecomunicaciones), 4
corresponden al sector 6411 (Actividades postales nacionales) y 14 al sector
6420 (Telecomunicaciones). Otros sectores a cuatro dígitos que destacan
por la frecuencia con que aparecen en las resoluciones son el 7031 (Agentes
de la propiedad inmobiliaria, en el cual suele ser el colegio profesional
el demandado), con 11 casos; y el 9303 (Pompas fúnebres y actividades
relacionadas con las mismas), con un total de 13 casos.
Considerando la evolución en el tiempo del número de expedientes san-
cionadores para los distintos sectores, en el Cuadro 6 se observan concreta-
mente los sectores en los que se ven implicados los colegios profesionales:
74 (Otras actividades empresariales), 70 (Actividades inmobiliarias) y 85
(Actividades sanitarias). A partir de 1997 y como resultado de su desre-
gulación, se incrementa el número de expedientes por año en que se ven
implicados.
En los últimos dos años del análisis, tienden a desaparecer de los expe-
dientes sancionadores los colegios profesionales. De esta manera, parece
confirmarse la hipótesis de la resistencia inicial de los sectores desregula-
dos a aceptar las nuevas normas de competencia, la cual posteriormente fue
202 Cuadernos de Economía, 29(53), 2010

mitigada por la imposición de las nuevas normas competitivas en el sector,


por parte de los órganos de defensa de la competencia.
Los sectores de energía eléctrica y gas, y de correos y telecomunicaciones
muestran también una clara respuesta a las modificaciones en la regulación.
Mientras que su presencia entre los expedientes sancionadores era casi nu-
la hasta 1998, durante el periodo restante su participación se incrementó.
Debe mencionarse que en estos sectores la desregulación no se ha realizado
bruscamente (como en el caso de los colegios profesionales) sino de forma
gradual, lo que justificaría la continua aparición de nuevos casos, ante un
escenario en evolución constante.
Por lo que se refiere a los sectores del comercio (tanto mayorista como
minorista), el período 1993-2000 se caracteriza por el elevado número de
casos que se resuelven, siendo un total de 47 (casi 6 casos anuales); mien-
tras que entre 2001 y 2005, se experimenta una reducción: un total de 10 (2
anuales en promedio).
Tomando en consideración los datos analizados, es evidente que la desreg-
ulación de un sector lleva a la aparición de prácticas restrictivas de la com-
petencia o de abuso de la posición de dominio. Esto apoya la idea de la
necesidad de reforzar y promover la política de competencia que acompaña
a cualquier proceso desregulador.
Por otra parte, se obtiene evidencia con respecto a la existencia de un cier-
to grado de aprendizaje en los sectores desregulados, al experimentarse una
reducción en el número de expedientes sancionadores recibidos. Las garan-
tías de los procedimientos de instrucción, dan publicidad a la existencia de
una práctica prohibida y a su sanción, y al mismo tiempo hacen públicos
los mecanismos de prueba utilizados.
Cabe la posibilidad de que el decrecimiento en la entrada de expedientes
en el TDC a partir del año 2000, no sólo sea un efecto de disciplina o
acatamiento de la normativa, sino un refinamiento en la manera de in-
cumplir la legislación. Es posible que las empresas interpreten las leyes
de competencia de tal forma, que les sean lo más favorables posibles y que
menos perjudiquen sus intereses, favoreciendo de esta forma su permanen-
cia en el mercado. Esta interpretación es difícil de comprobar y demostrar.
Por esa razón, puede resultar más adecuado hablar de un efecto aprendizaje
en términos más amplios, que de un efecto de disciplina, dada la posibilidad
de evadir las reglas de competencia.
CUADRO 6
CLASIFICACIÓN SECTORIAL DEL MERCADO AFECTADO EN LOS EXPEDIENTES SANCIONADORES DEL TDC Y AÑO DE RESOLUCIÓN
Código Sector CNAE 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005
15 Industria alimenticia 1 1 3 2
40 Energía eléctrica y gas 6 1 1 1 3 3 2
50 Venta y reparación 2 4 1 1 2 4 1 5 4
51 Comercio al por mayor 1 4 3 2 4 6 4 3 2 1
52 Comercio al por menor 4 1 4 5 2 3 2 2 1 1 2
60 Transporte terrestre 1 1 1 1 1
61 Transporte marítimo 1 1 1 2
64 Correos y telecomuni- 2 1 1 3 1 1 1 2 5 1
caciones
65 Intermediación fi- 2 1 1 1 2
nanciera
66 Seguros y planes de 1 3 1
pensiones
70 Actividades inmobil- 1 2 3 1 4 1
iarias
74 Otras actividades em- 1 2 1 2 7 3 3 6 2 2 1
presariales
80 Educación 1 1 2 1 1
85 Actividades sanitarias 1 1 2 2 1 1 1
92 Actividades recreativas 1 2 1 2 1 3 3 3 1
93 Actividades diversas 2 1 3 2 3 2
Resto 2 1 3 2 4 3 3 3 4 6 4
Nota. La suma de casos es superior al número de expedientes sancionadores analizados dado que en algunos de ellos se afectan mercados de varios
Desregulación sectorial y política de competencia en España M.J. Alonso y J. Rosell

sectores.
203

Fuente: elaboración propia.


204 Cuadernos de Economía, 29(53), 2010

Por otro lado, una de las preocupaciones importantes desde el punto de


vista de la competitividad de una economía es su diferencial de precios con
los países de su entorno y en el caso de España, esta preocupación es una
constante en los últimos años. Si bien el alcance del trabajo y su objetivo
mismo no permiten analizar el impacto de la política de competencia sobre
la rivalidad en las industrias y, por tanto, sobre la evolución de los precios,
sí es conveniente hacer referencia en este momento a tal realidad.
Durante los años previos a la incorporación de España a la Comunidad
Económica Europea (1983-1985), el diferencial de inflación se encontraba
alrededor de 4,5 puntos porcentuales9 . Entre 1992 y 1994, antes del inicio
de la mayor parte de las reformas liberalizadoras descritas en el presente
artículo, este diferencial era cercano a 1,3 puntos; al final del periodo estu-
diado, en el trienio 2004-2006, el diferencial era de 1,1 puntos porcentuales.
Esto pone de manifiesto que aun existiendo diferenciales de inflación entre
España y el resto de países de su entorno, estos han ido disminuyendo con
el transcurso de los años.

ESTADO ACTUAL DE LA DEFENSA DE LA COMPETEN-


CIA EN ESPAÑA
El marco normativo referente a la Ley 16/1989 de defensa de la competen-
cia poseía una serie de carencias, entre las que cabe destacar la excesiva
dependencia de los órganos decisorios, con respecto al Gobierno de turno,
lo que podía provocar una cierta parcialidad en los asuntos que estudia-
ba tanto el SDC, como el TDC. Avala esta tesis el hecho de que tanto el
SDC como el TDC dependían directamente del Ministerio de Economía
y Hacienda y que sus máximos representantes son eran nombrados por el
Ministro de este ramo.
Por otro lado, el problema de la duplicidad de funciones entre el SDC y el
TDC y los problemas con las garantías excesivas, eran causas del retraso
en la resolución de expedientes, lo cual justificaría la reforma en el plano
de la defensa de la competencia en España, tal y como lo refleja la Ley
15/2007, que sustituye a la anterior Ley de 1989. La ley de 2007 tiene
en cuenta el nuevo sistema normativo comunitario y las competencias de
las Comunidades Autónomas, realizando modificaciones significativas en
aspectos relativos a las conductas restrictivas de la competencia y adapta
9
Se calcula como la diferencia entre los promedios de las tasas mensuales interanuales
de España y de los países que formaban parte de la Unión Económica y Monetaria en
2008. El cálculo es propio a partir de las series reconstruidas por el Banco de España.
Desregulación sectorial y política de competencia en España M.J. Alonso y J. Rosell 205

la normativa española a la comunitaria, que ha sido objeto de importantes


reformas desde 2004 –principalmente en la aplicación de los artículos 81
y 82 del Tratado de la Comunidad Europea referentes a la prohibición de
acuerdos entre empresas y a abusos de posición de dominio en el mercado–,
dotando al sistema de mayor coherencia.
La Ley del 2007 pretendía adecuar la estructura institucional del sistema
de defensa de la competencia para lograr una mayor independencia, efica-
cia y agilidad administrativa. Esta Ley, además de simplificar y flexibilizar
el control de concentraciones, crea la Comisión Nacional de Competencia
(CNC), como organismo único e independiente del Gobierno. Se produce,
por tanto, un cambio en la estructura orgánica pasando del sistema dualista
perteneciente a la Ley 16/1989 (Tribunal de Defensa de la Competencia y
Servicio de Defensa de la Competencia) al de órgano único. La creación
de una única autoridad administrativa independiente, responsable de la ins-
trucción y resolución de los expedientes sancionadores, conseguirá la re-
ducción del intervencionismo político del actual modelo español de defensa
de la competencia, reforzando la credibilidad y eficacia del sistema.
De otra parte, el hecho de que menos de una décima parte de los expedientes
sancionadores analizados fueran iniciados de oficio frente a los incoados
por denuncia de parte, indica que durante el pasado periodo la labor inves-
tigadora del SDC no había recibido una importante cantidad de medios. La
emisión de informes y la labor de promoción de la competencia, pese a es-
tar prevista en la Ley 16/1989 dejó de ser relevante a partir de mediados de
la década de los noventa, quizás debido al esfuerzo adicional que las políti-
cas sectoriales liberalizadoras sobre determinados sectores demandaron a
las autoridades de defensa de la competencia, en términos de instrucción y
resolución de expedientes sancionadores.
Todo ello permite formar la expectativa de que las labores de vigilancia y la
promoción de la competencia reciban una mayor atención e impulso en la
nueva etapa que inicia la Comisión Nacional de Competencia. La reforma
institucional que se produjo en el 2007 generará sinergias y economías de
escala que liberará medios y recursos para reactivar la defensa de la com-
petencia. De la misma forma, la CNC, al ser responsable de la instrucción
de los expedientes sancionadores, tendrá un conocimiento más cercano del
funcionamiento de los mercados, muy positivo para la elaboración de este
tipo de informes. En el momento actual se abren oportunidades de investi-
gación que puedan confirmar o no las expectativas acerca de los resultados
de esta reforma.
206 Cuadernos de Economía, 29(53), 2010

Entre las funciones que expresamente le fueron asignadas a la CNC se


destacan: la promoción de la competencia y la impugnación de actos ad-
ministrativos que obstaculicen la competencia efectiva en los mercados.
Por otra parte, se ha introducido un mecanismo de clemencia mediante el
cual es posible exonerar del pago de la multa a las empresas que, habiendo
formado parte de un cártel, denuncie su existencia aportando pruebas sufi-
cientes. La clemencia se ha probado como un instrumento muy eficaz en la
lucha contra los cárteles en el ámbito comunitario y en las principales agen-
cias de competencia a nivel internacional (González, 2008). La autoridad
de competencia de la Unión Europea, por ejemplo, entre febrero de 2004
–cuando puso en marcha su programa de clemencia– y diciembre de 2006,
recibió 167 solicitudes de clemencia, y en ese mismo periodo, sancionó a
seis cárteles importantes, a los que impuso multas por valor de 1.650 mil-
lones de euros10 . Otros miembros del cártel pueden no escapar a la multa,
pero sí ver reducido su importe hasta en un 50 %, si aportan información
que añada suficiente valor a la ya manejada por la autoridad. El programa
de clemencia pretende, no sólo facilitar la tarea de los investigadores en
la detección de cárteles, sino también desincentivar la formación de otros
nuevos ante el riesgo perenne de que cualquiera de los socios del cártel, en
cualquier momento, lo denuncie.

La nueva ley, asimismo, pretendía:

1. Aclarar los criterios de fijación de multas, que se orientan a alcanzar


el doble objetivo de disuadir11 y de ser proporcionales a los daños
infligidos por la conducta realizada.
2. Flexibilizar la figura denominada terminación convencional (presen-
tación de compromisos por parte del presunto infractor para poner fin
al expediente).
3. Reducir el plazo máximo del procedimiento sancionador, de dos años
a 18 meses, resultado de la eliminación de la duplicidad de trámites.
10
Nota de prensa de la Comisión Nacional de Competencia (2007) 12 de septiembre de
11
2007.
Es cierto que en aquellos mercados en los cuales la demanda es altamente elástica y
existe un mayor número de productos sustitutivos y menor poder de mercado, el importe
de la multa puede tener un mayor poder disuasorio que para aquellos que posean un alto
poder de mercado y por tanto tengan una baja elasticidad de la demanda. Estos últimos
pueden que maximicen su beneficio habiendo considerado la probabilidad de sanción y
la magnitud de la multa que les impongan, es decir, la multa esperada se convierte en
parte de sus costes. De esta forma, puede que las multas no cumplan con su cometido
de disuadir en el incumplimiento de prácticas contrarias a la competencia. Todo ello
depende de la ética de los empresarios.
Desregulación sectorial y política de competencia en España M.J. Alonso y J. Rosell 207

Por otro lado, la ley de 2007 prevé mecanismos de coordinación con los
reguladores sectoriales, como la CMT (Comisión del Mercado de las Tele-
comunicaciones) y la CNE (Comisión Nacional de la Energía), asegurando
que fluirá la información entre ellos sobre sus respectivas actuaciones. Es-
tas agencias reguladoras se limitarán únicamente a informar de prácticas
restrictivas de la competencia a la CNC sin poder tomar ninguna decisión
con respecto a las mismas. Con respecto a las relaciones entre la autoridad
estatal y las autonómicas, la ley establece determinados mecanismos de in-
tercambio de información y colaboración, guardando el paralelismo entre
las obligaciones de uno y otro organismo, con el fin de garantizar una ade-
cuada asignación de competencias y la máxima coherencia en la aplicación
de la ley.

CONCLUSIONES
Durante los años 1990, se produjo en España un importante proceso de
desregulación en distintos sectores de la Economía, algunos de los cuales
presentaban estructuras muy concentradas, cuando no monopolísticas, ha-
ciendo prever un incremento, por parte de los órganos de defensa de la
competencia, en las necesidades de vigilancia. La política de defensa de la
competencia, había iniciado un proceso de modernización en 1989 con su
adaptación a las directivas comunitarias mediante la Ley 16/1989.
El artículo ha analizado el efecto que las citadas medidas liberalizadoras en
los sectores tuvieron sobre la actividad de los órganos de defensa de la com-
petencia. Para ello se analizó el contenido de las 266 resoluciones de expe-
dientes sancionadores publicadas por el Tribunal de Defensa de la Compe-
tencia entre 1993 y 2005, realizando su reclasificación sectorial atendiendo
a los mercados afectados por las prácticas.
El tiempo medio que tardaban los órganos de defensa de la competencia en
resolver un expediente sancionador, desde que se presentaba la denuncia
ante el Servicio, o se incoa de oficio, estaba alrededor de tres años, pero
había expedientes con más de nueve años de procedimientos entre 2001 y
2002.
El análisis del contenido de los expedientes sancionadores demuestra una
evidente asociación entre la promulgación de las medidas de liberalización
sectorial y el incremento de expedientes sancionadores en las correspon-
dientes industrias. Tal es el caso de sectores como: Energía eléctrica y Gas
(1997), Telecomunicaciones (1996) y Colegios profesionales (1996).
208 Cuadernos de Economía, 29(53), 2010

Por otra parte, la evolución en el tiempo de los expedientes sancionadores,


parece indicar la existencia de un cierto efecto de aprendizaje de la ac-
tividad del TDC hacia las industrias, observándose, hacia final del periodo
analizado, una reducción en el número de expedientes en aquellos sectores
desregulados, como es el caso de los Colegios profesionales o la venta de
hidrocarburos. Esta situación no se produce en sectores como el de Energía
eléctrica y gas o Telecomunicaciones, en los cuales el proceso de liberaliza-
ción continúa gradualmente y sobre los que se mantiene el ritmo de entrada
y resolución de expedientes sancionadores.
Con relación a las prácticas infringidas, los cárteles entre empresas fueron
las prácticas predominantes en la totalidad de expedientes siendo en menor
número las referentes al abuso de la posición de dominio y a la competen-
cia desleal. Es destacable que la gran mayoría de los casos sancionados
corresponde a acuerdos de fijación de precios entre empresas, colegios pro-
fesionales y asociaciones.
Una tarea que puede ser objeto de investigación posterior, sería evaluar el
impacto que tanto las medidas de desregulación sectorial como la propia
actividad sancionadora del TDC, tuvieron sobre el grado de rivalidad efec-
tiva en las industrias y por extensión, o como consecuencia de ésta, sobre
la competitividad de la economía española medida a través de los diferen-
ciales de inflación o de la evolución de su productividad en los diferentes
sectores.
Es importante mencionar que en España se ha producido un incremento de
los medios totales dedicados a la defensa de la competencia, mediante la
creación de los órganos autonómicos a partir de la Ley 1/2002 y que han
comenzado a funcionar de manera efectiva a partir de 2005. Estas nuevas
estructuras ofrecen la ventaja del acercamiento de la vigilancia a los mer-
cados locales, lo que conduciría a una mejora en la eficacia de la defensa
de la competencia, en aquellos sectores en los que el ámbito competiti-
vo relevante es regional o local, suponiendo efectos significativos para los
consumidores o empresas de dichas áreas geográficas.
De acuerdo con los cambios legislativos, la Ley 15/2007 del 3 de julio, so-
bre Defensa de la Competencia, sustituye a la anterior Ley de 1989. La ley
de 2007 tiene en cuenta el nuevo sistema normativo comunitario y las com-
petencias de las Comunidades Autónomas, pero agrupa al TDC y al SDC
en la nueva Comisión Nacional de Competencia, la cual está fuertemente
orientada a mejorar su eficacia frente a los órganos anteriores. Analizando
todas las expectativas generadas con la promulgación de la nueva Ley, la
Desregulación sectorial y política de competencia en España M.J. Alonso y J. Rosell 209

valoración de las perspectivas futuras sugiere que en el momento actual se


está produciendo un cambio significativo en la orientación de la defensa de
la competencia en España, de un alcance equivalente al que supuso en su
día la entrada en vigor de la Ley 16/1989. Esta afirmación queda pendiente
de su confirmación posterior una vez que exista una perspectiva temporal
suficientemente larga, o bien un número amplio de resoluciones de expe-
dientes sancionadores sobre los que fundamentar una investigación.

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1993-2005. Madrid: Tribunal de Defensa de la Competencia.
El
monopolio

Principios de
Economía

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El monopolio
Mientras una empresa competitiva es tomadora de precios, una empresa
monopólica tiene cierto poder de influencia sobre el precio. En
consecuencia, existirá un monopolio si:

 Existe una única empresa que comercializa el producto o servicio.

 El producto o servicio no tiene sustitutos cercanos.

 Existe fuertes barreras de entrada de nuevos competidores.

 El productor puede elegir la cantidad de bienes que llevará al


mercado ó decidir el precio de venta, aunque no tendrá el control
total del mercado ya que deberá adecuarse a las condiciones de
demanda. Por ejemplo, si decide fijar el precio, la demanda le
determinará el volumen de unidades comercializadas, mientras que
si decide fijar la cantidad de producto a vender el mercado, el
precio de venta será fijado por las condiciones de demanda.

Causas de la existencia de monopolios


La causa fundamental que genera un monopolio son las barreras de
entrada, las cuales pueden provenir de alguna de las siguientes
circunstancias:

 Propiedad de un recurso clave para la producción del bien o servicio


en cuestión.

 El caso en el que un Estado le otorga a una única empresa los


derechos exclusivos para producir dicho bien o servicio.

 Cuando los costos de producción hacen que la existencia de una


única empresa proveedora del bien o servicio resulte más eficiente
que un gran número de ellas. Este es el caso del llamado monopolio
natural. (Mankiw, 2012)

“Aunque la propiedad exclusiva de un recurso clave es una fuente


potencial de monopolio, en la práctica los monopolios muy raramente
surgen por esta razón” (Mankiw, 2012, p. 301). Algunos casos se deben,
por ejemplo, a que los gobiernos pueden restringir la entrada y otorgarle a

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una sola empresa los derechos exclusivos para vender un cierto bien en
ciertos mercados. Las patentes y los derechos de propiedad (copyright) son
dos exponentes importantes de cómo el gobierno crea monopolios para
servir al interés público.

Por otra parte, “una industria es un monopolio natural cuando una sola
empresa puede ofertar un bien o servicio para todo el mercado al costo
más bajo posible, comparado con los costos de dos o más empresas”
(Mankiw, 2012, p. 302). Este es el caso de la provisión de la mayoría de los
servicios públicos que conoces (luz, agua, gas, etc.). Entonces, se dice que
“el monopolio natural surge cuando existen importantes economías de
escala sobre el rango de producción relevante” (Mankiw, 2012, p. 302), lo
cual puede observarse mediante funciones de costos medios que resultan
siempre decrecientes a medida que se incrementa el volumen de
producción.

La solución del monopolista que maximiza


beneficios
La cantidad óptima en el caso de un monopolio se determina igualando el
IMg con el CMg. El monopolista analizará, a partir de la demanda que
enfrenta, cuánto es lo máximo que los consumidores están dispuestos a
pagar por el bien (precio monopólico).

Figura 1: Solución del monopolio

Fuente: Elaboración propia a base de Mankiw, 2012.

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El costo del monopolio para la sociedad
Desde la mirada del bienestar, se puede considerar que el monopolio
constituye una situación de mercado ineficiente, y que frente a los
resultados que se obtendrían en un mercado competitivo, el monopolista
produce menos bienes para la sociedad y que se venden a un precio más
elevado. Los niveles de ambas dimensiones derivan en que se produzca
una pérdida irrecuperable de eficiencia.

Figura 2: Solución del monopolio

Fuente: Elaboración propia a base de Mankiw, 2012, p. 312.

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Política económica frente al monopolio
Los gobiernos suelen responder a los problemas causados por los
monopolios a través de los siguientes mecanismos, aun cuando algunas de
las siguientes recetas pueden derivar en resultados contraproducentes en
términos sociales y de bienestar:

 Buscando que los monopolios se vuelvan más competitivos.

 Regulando el comportamiento de los monopolios.

 Convirtiendo los monopolios privados en monopolios públicos.

 O bien, pueden no hacer nada…

Respecto al primer aspecto, surgen las llamadas leyes anti-monopolios, las


cuales están dirigidas a frenar el poder del monopolio y evitar sus efectos
nocivos en términos de bienestar. Esta estrategia se basa en instrumentos
tendientes a impedir las fusiones, permitir la división de las empresas e
impedir que las empresas desarrollen actividades que puedan tornar a los
mercados menos competitivos (como prácticas de colusión y acuerdo de
precios, aplicación de precios predatorios para eliminar a la competencia,
entre otros).

Por otro lado, la regulación de los monopolios tiene como principal


objetivo movilizar condiciones competitivas y de eficiencia, a partir de una
situación de existencia de poder de mercado por parte de la empresa.

La práctica regulatoria cobra especial relevancia sobre los monopolios


naturales, en los que por condiciones de eficiencia (son procesos
productivos con rendimientos a escala crecientes) resulta conveniente en
términos económicos la existencia de una única empresa para proveer
dicho bien o servicio. Este es el caso de los servicios públicos, motivo por el
cual surgen instancias de concesión del Estado a determinada empresa
(pública o privada) del derecho de proveer un cierto bien o servicio,
durante determinado lapso de tiempo y sujetándose al marco regulatorio
definido por el Estado.

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En función de las economías de escala que presenta este tipo de
emprendimientos, si el Estado obligara a la empresa concesionaria a
producir siguiendo una regla de maximización de beneficios competitiva
(precio = costo marginal de producción) y dadas las economías de escala
propias de este proceso productivo (sus costos medios y marginales
resultarían siempre decrecientes y éste último iría siempre por debajo del
anterior), con esta regla la empresa perdería dinero (tendría beneficios
económicos negativos), lo que obligaría a que el Estado le otorgue un
subsidio por tales pérdidas.

Una alternativa regulatoria es que el Estado obligue a la empresa a colocar


una tarifa (P) equivalente al Costo Medio de Producción. En este caso, se
obtiene una solución de buen volumen comercializado, una tarifa similar
(aunque un poco más alta) que la de competencia perfecta, pero con la
ventaja de que la empresa no incurre en pérdidas económicas. En este
caso, sólo obtendría beneficios normales.

Asimismo, la regulación podría basarse en que el Estado le fije a la empresa


un margen de ganancias considerado apropiado para el tipo de bien o
servicio correspondiente a dicho monopolio natural. En este caso, esta
regla derivará en beneficios normales para la empresa y no incurrirá en
pérdidas.

Discriminación de precios
En algunos casos, las empresas con poder de mercado pueden llegar a
practicar la denominada “discriminación de precios”. Este concepto ilustra
la idea de que la empresa monopólica, bajo ciertas circunstancias, podría
vender el mismo producto a precios distintos entre diferentes clientes. Esto
le posibilitaría obtener un mayor beneficio (ya que le cobraría a cada
cliente, en el mejor de los casos, todo lo que los mismos estén dispuestos a
pagar).

Como requisito para poder realizar discriminación, la empresa debe poder


separar los clientes (mercados segmentables). En caso contrario, los
compradores que consiguen el bien a un precio menor podrían venderlo a
los otros, obteniendo ellos el beneficio en lugar del monopolista (arbitraje).

En ciertas circunstancias la discriminación puede aumentar el bienestar,


eliminando el costo social del monopolio.

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Figura 3: Discriminación perfecta de precios

Fuente: Elaboración propia a base de Mankiw, 2012.

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Referencias
Mankiw, N. G. (2012). Principios de Economía. (6ª. ed.). México: Cangare Liaoning
Editores.

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Decodificando mercados:
Los Monopolios Naturales
By Jorge Aguayo
Posted on Mayo 2, 2017

FUENTE: PERU.COM

COMMENTS

Es necesario, primero mencionar que hoy en día


existen una serie de tipos de monopolios presentes,
tanto en la teoría, como en la realidad; sin embargo, el
que concierne a este texto es el llamado monopolio
natural. Este caso en particular, se caracteriza
principalmente por una situación donde una sola
empresa ya sea de carácter pública o privada puede
satisfacer toda la demanda del mercado en la que esta
compañía se encuentra especializada, con la única
pero crucial diferencia que esta lo hace incurriendo en
un coste menor que si el servicio o el bien en cuestión
fuera ofrecido por varias entidades pública y/o
empresas privadas compitiendo a la vez.

Una de las particularidades de este tipo de monopolio


es que nacen en industrias con altos costos fijos y de
inversión para desarrollarse en esta por lo que presenta
altas barreras de entrada al mercado, dando así la
posibilidad a que una sola empresa maneje el sector sin
competencia latente alguna. De forma más amigable,
esto significa que los costos en los que incurriría una
empresa para poder tanto entrar como mantenerse a
flote en esa industria son tan altos que desalientan a la
empresas a participar de ese mercado, debido a que se
vuelve económicamente inviable la competencia.

Este tipo de monopolios usualmente surgen en


economías que están pasando por un proceso de
industrialización o bien llamadas economías de
transición o en vías de desarrollo. En muchos de estos
casos, el producto del sector en el que está presente
este tipo de monopolio no posee competencia extrajera
tampoco, puesto que las políticas de carácter público
están enfocadas en proteger a dicha industria con el fin
de que supuestamente pueda conseguir, inicialmente,
un grado de competitividad suficiente como para que
cuando se presente la competencia en el futuro, este
sector presente una ventaja comparativa en la
producción del bien o en la entrega del servicio.

Alejándonos ya de la teoría, es también de carácter


necesario asentar la teoría respecto a los monopolios
naturales en ciertos casos de nuestra vida cotidiana. Ya
a muchos sin embargo, se les habrá ocurrido alguno
que otro ejemplo con respecto a este tipo de mercado,
y es que en efecto, en el Perú y también en la mayoría
de los países de Latinoamérica, los monopolios
naturales son bastante comunes, justamente por el tipo
de economías que representamos. Es así que los
monopolios naturales están en su mayoría presentes en
las industrias de suministro de agua por alcantarillado,
las industrias de red de energía, transporte,
telecomunicaciones, suministro de gas, etc. Uno de los
casos más controversiales en nuestro país es el caso
de Sedapal, empresa que se encarga de la distribución
de agua por alcantarillado en Lima. Sin embargo
existen otros tantos ejemplos como el de la industria de
luz eléctrica que prácticamente está manejada en Lima
por dos industrias privadas llamadas Luz del Sur y
Edelnor, sin embargo este último ejemplo es el más
discutible de los dos.

Como se acaba de denotar, la existencia de un


monopolio natural, como la de cualquier otro es siempre
cuestionable y discutible, pues como es de saber, lo
que funciona en la teoría no siempre es plasmable en la
práctica. No está demás mencionar que si bien los
monopolios naturales tienen la característica inherente
de ser socialmente eficientes, no siempre poseen la
capacidad para ser económicamente rentables; tal vez
es por eso es que algunas empresas, tal y como lo es
Sedapal, consideradas como monopolios naturales,
sigan hoy en manos de la administración estatal, puesto
que, evidentemente, no existen empresas privadas que
estén dispuestas a incurrir en los largos periodos de
pérdidas debido a los altos costos fijos que conlleva ser
parte de un monopolio de carácter natural.
DISCRIMINACIÓN DE PRECIOS

Francisco González de Cossío

I. INTRODUCCIÓN ...................................................................................................................2

II. PRECIOS...................................................................................................................................2
A. PRECIOS COMPETITIVOS ..............................................................................................2
B. PRECIOS MONOPÓLICOS .............................................................................................3
C. PRECIOS ESTRATÉGICOS ..............................................................................................4
1. Precios límite ................................................................................................4
2. Respuestas de Rivales a los Precios Estratégicos.....................................5
D. PRECIOS NO UNIFORMES ............................................................................................6

III. DISCRIMINACIÓN DE PRECIOS........................................................................................7


A. CONCEPTO DE DISCRIMINACIÓN DE PRECIOS............................................................7
B. ORIGEN DE LA DISCRIMINACIÓN DE PRECIOS............................................................7
C. REQUISITOS DE LA DISCRIMINACIÓN DE PRECIOS .....................................................9
D. TIPOS DE DISCRIMINACIÓN DE PRECIOS...................................................................10
1. Discriminación Personal ...........................................................................10
2. Discriminación por Grupo........................................................................11
3. Discriminación por Producto ...................................................................13
4. Ubicación de la “víctima” en la cadena productiva ..............................14
5. Persistente o esporádico............................................................................14
E. GRADOS DE DISCRIMINACIÓN DE PRECIOS ..............................................................15
1. Primer grado...............................................................................................15
2. Segundo grado ...........................................................................................15
3. Tercer grado................................................................................................16

IV. DISCRIMINACIÓN DE PRECIOS Y COMPETENCIA ECONÓMICA ........................17


A. INTRODUCCIÓN .........................................................................................................17
B. IMPLICACIONES EN LA EFICIENCIA DE LA DISCRIMINACIÓN DE PRECIOS ..............17
1. Discriminación de Precios Perfecta .........................................................18
2. Discriminación de Precios Imperfecta ....................................................22
3. Eficiencia asignativa ..................................................................................24
C. IMPLICACIONES EN EL BIENESTAR DE LA DISCRIMINACIÓN DE PRECIOS ...............25
1. Discriminación de precios perfecta .........................................................25
2. Discriminación de precios Imperfecta ....................................................29
3. Común denominador ................................................................................30
D. COSTO SOCIAL DE LA DISCRIMINACIÓN DE PRECIOS ..............................................30
E. COSTO SOCIAL DE ATACAR LA DISCRIMINACIÓN DE PRECIOS ...............................32
F. CONCLUSIÓN SOBRE LA APROXIMACIÓN DEL DERECHO DE LA
COMPETENCIA ...........................................................................................................33

V. REGLAMENTACIÓN MEXICANA DE LA DISCRIMINACIÓN DE PRECIOS .........36


A. DISCRIMINACIÓN DE PRECIOS COMO UNA PRÁCTICA M ONOPÓLICA
RELATIVA ...................................................................................................................36
B. EXPERIENCIA MEXICANA CON LA DISCRIMINACIÓN DE PRECIOS ..........................37
1. Los casos......................................................................................................37
2. Comentario sobre los casos ......................................................................44

VI. DISCRIMINACIÓN DE PRECIOS INTERNACIONAL ..................................................44

VII. COMENTARIO FINAL ........................................................................................................46


2

I. INTRODUCCIÓN

La discriminación de precios es una (sino es que la) práctica de mercadotecnia


más frecuentemente utilizada.1 Dicha práctica que ha suscitado polémica entre
expertos de competencia económica, tanto economistas como abogados. Los
motivos son diversos. En este estudio se comentarán, para lo cual se realizará un
comentario sobre el tema genérico donde se ubican: precios (§II), para luego
examinar el fenómeno económico de la práctica (§III), pasando por las aristas en
materia de competencia económica que genera (§IV), la experiencia regulatoria y
casuista mexicana (§V) realizando una digresión sobre una especie de la práctica:
el dumping (§VI), concluyendo con un comentario final (§VII).

II. PRECIOS

El establecimiento de precios de un producto es un ejercicio difícil y trascendente


que los comerciantes tienen que realizar. Para entender las opciones disponibles
a un hombre de negocios, debe vislumbrarse el siguiente horizonte de opciones:
en un extremo encontramos la firma perfectamente competitiva. En otro extremo
encontramos al monopolista. Entre ambos extremos se manifiestan una
diversidad de escenarios que permiten que las decisiones sobre precios busquen
no sólo los fines inmediatos evidentes (ganancias) sino fines ulteriores. A lo
anterior se le conoce como “precios estratégicos”.

A. PRECIOS COMPETITIVOS

Una firma perfectamente competitiva enfrenta una curva de demanda


horizontal. Es lo que la jerga económica denomina un “tomador de precios”. No
tiene control sobre el precio de mercado. La firma competitiva puede
únicamente cobrar el precio de mercado e incrementar su abasto hasta el punto
que el costo marginal es igual a precio. De no hacerlo ocurrirá alguno de los

1 Hal R. Varian, P RICE DISCRIMINATION, en HANDBOOK OF INDUSTRIAL ORGANIZATION, vol.


1, Richard Schmalensee and Robert Willig (editors), North-Holland, Elsevier, Oxford,
1989, 2005, pg. 598.
3

siguientes resultados: (a) perdería todas (o casi todas) sus ventas;2 (b) de
establecerse el precio por debajo del precio de mercado, estaría perdiendo
ganancias (medibles conceptualmente por la distancia entre el precio y el precio
de mercado).

Entendido lo anterior, puede observarse que la única variable sobre la cual


una firma competitiva realmente tiene margen de discreción es abasto. El precio
está anclado.

B. PRECIOS MONOPÓLICOS

A diferencia de la firma competitiva, un monopolista absoluto enfrenta una


curva de demanda con pendiente negativa. No es un “tomador de precios”. Más
bien, es un “creador de precios”, quien, con miras a maximizar utilidades,
únicamente necesita igualar su costo marginal de corto plazo con ingreso
marginal.

Dicho en términos menos técnicos, un agente económico que no enfrenta


competencia alguna tiene la libertad de decidir cuánto vende y a qué precio. Si
sube el precio, no pierde ventas. No se desvían a un competidor por la sencilla
razón de que no hoy otro. El consumidor tiene que aguantarse y comprar el
producto a un precio más alto. Por otro lado, si decide reducir abasto será él
mismo quien perciba (o resienta) en su precio la respuesta del mercado. Como
no hay más competidores, le quedará muy claro qué hecho es el que está
empujando la demanda que enfrenta (y por ende el precio) hacia arriba.3

Entendido lo anterior, puede percibirse que una firma dominante, a


diferencia de una que enfrenta un mercado competido, tiene margen de
discreción en dos variables: tanto precio como abasto; pero son variables que se
afectan entre sí. Una subida de precio bajará su demanda, y viceversa.

2 El motivo es claro: ¿por qué habrían consumidores de pagar más por un producto
(presumiblemente) homogéneo?
3 El análisis anterior presume la existencia de cero competidores.
4

C. PRECIOS ESTRATÉGICOS

Como se explicó con anterioridad, entre los dos polos mencionados encontramos
los “precios estratégicos,” que son el resultado de incluir en el proceso de toma
de decisiones sobre el precio las opciones de los competidores de la firma con
respecto a precios y abasto.

Lo anterior es parecido a un ajedrez. Al decidir qué pieza mover, un


jugador necesariamente tomará en cuenta las opciones de su adversario, so pena
de súbita e inesperadamente encontrarse con un jaque.

El empleo del término “precios estratégicos” no debe crear la inferencia


que dicha práctica es inherentemente condenable. Una empresa (oligopolista,
dominante, u otra) no puede maximizar sus ganancias sin tomar en
consideración las respuestas de sus rivales (incluyendo potenciales), y la
maximización de utilidades es un objetivo legítimo. Los precios estratégicos
pueden ser ilícitos únicamente cuando otros factores están presentes.

Aunque la mayoría de los precios estratégicos son lícitos, solamente los


precios estratégicos pueden ser ilícitos. El problema, entonces, radicará en cómo
identificar los tipos de precios que deben ser sancionados sin disuadir el que los
agentes económicos establezcan el tipo de precios agresivos que buscan propiciar
las leyes de competencia económica.4

Esta interrogante general encuentra como caso particular a la


discriminación de precios. Antes de examinar a detalle esta práctica, comentaré
algunos ejemplos de precios estratégicos y no-uniformes.

1. Precios límite

En el mundo de los precios estratégicos encontramos “limit pricing”5 que consiste


en la estrategia seguida por la firma dominante de cobrar menos que el precio

4 La siguiente explicación asume que todas las firmas, ya sea competidores perfectos,
oligopolistas, firmas dominantes y monopolistas absolutos, establecen sus precios con
miras a maximizar sus ganancias.
5 Que he traducido como “precios límite”.
5

que en el corto plazo maximiza utilidades con el objetivo de evitar la entrada por
rivales. Una firma, al cuidadosamente establecer precios límite, obtendrá un
nivel de ganancias inferior que si estableciera precios monopólicos, pero
mantendrá su monopolio por un periodo más largo, posiblemente en forma
indefinida.6

La práctica de establecer precios límite busca limitar las oportunidades de


rivales. De ser exitosa, evitará que surja competencia. En ausencia del
establecimiento de precios límite, los precios máximos podrían precipitar
(atraer) competencia, lo cual necesariamente reduciría los precios (otrora
maximizadores de utilidades).7

2. Respuestas de Rivales a los Precios Estratégicos

De la misma manera en que el agente económico enfrenta opciones al establecer


su precio, sus competidores (tanto actuales como potenciales) enfrentan
opciones.

Las reacciones que rivales actuales pueden mostrar a los precios


estratégicos pueden ser reducciones ‘hostiles’ de precios, incrementos
‘obedientes’ de precios, o salir del mercado. Las respuestas que rivales potenciales
pueden perseguir son entrar al mercado, no entrar, entrar a gran escala, entrar
con poca escala, o entrar en un nicho de mercado distinto.8

Visto lo anterior puede apreciarse cómo la comparación entre la actividad


de establecer precios con un juego de ajedrez es procedente (aunque sigue siendo
una simplificación pues el ajedrez es un juego uno a uno mientras que en la
trinchera de negocios los frentes pueden (y generalmente son) múltiples).

6 Phillip E. Areeda and Herbert Hovenkamp, ANTITRUST LAW. AN ANALYSIS OF


ANTITRUST PRINCIPLES AND THEIR APPLICATION, Vol. III, pg. 318.
7 Dicho de una manera no técnica, sería una manera de (una inversión en) mantener viva a
la gallina de los huevos de oro.
8 No abundaré sobre esto, aunque debo advertir que existe análisis económico sofisticado
al respecto.
6

D. PRECIOS NO UNIFORMES

No obstante que las firmas en un mercado competitivo no tienen más opción que
vender a un precio competitivo, la mayoría de las firmas en un mercado que
dista de ser competitivo tienen cierta discreción al establecer sus políticas de
precios.9 Pueden establecer precios distintos para los mismos productos o un
precio que varíe dependiendo de cuantas unidades sean adquiridas (precios no-
lineales). Lo anterior con miras a incrementar ganancias. La doctrina económica
ha bautizado este fenómeno como “precios no-lineales” (non-uniform pricing).
Existen cinco tipos de precios no-lineales: 10

1. Tarifas de dos partes: consiste en cobrar una tarifa (la primera tarifa) por
el derecho a comprar el número de unidades de producto que un
consumidor desee a un precio específico (la segunda tarifa).

2. Descuentos por volumen: las variaciones de precio dependerán del


número de unidades adquiridas.

3. Ventas Atadas: condicionar la venta de un producto a la compra de un


segundo.

4. Discriminación de calidad: el ofrecimiento de una calidad diferente de


productos al mismo precio o a precios que no reflejen completamente la
diferencia de calidad. Al ofrecer bienes caros y de alta-calidad a
consumidores que le atribuyen un alto valor a los mismos, y bienes de
baja calidad a bajo precio a otros consumidores, una firma puede separar
los consumidores en grupos y cobrarles en forma distinta.

5. Discriminación de Precios: la venta de un mismo producto a diferentes


tasas de retorno.

9 Dennis W. Carlton and Jeffrey M. Perloff, MODERN INDUSTRIAL ORGANIZATION,


HarperCollins, 2nd edition, 1994, pg. 431.
10 Carlton and Perloff, pg. 432. Las siguientes no son las únicas
explicaciones/justificaciones para cobrar precios distintos. Existen otros ejemplos, como
ahorros en costos de hacer órdenes grandes, etcétera. Sin embargo, la siguiente
explicación busca abordar la situación que se presenta cuando una firma con cierto poder
de mercado puede lucrar mediante el establecimiento de precios no-uniformes.
7

Me concentraré en discriminación de precios.

III. DISCRIMINACIÓN DE PRECIOS

A. CONCEPTO DE DISCRIMINACIÓN DE PRECIOS

La discriminación de precios sucede cuando una firma hace dos ventas de un


producto similar a dos tasas de retorno distintas. Dicho en términos económicos,
dos ventas serán discriminatorias cuando involucren dos radios diferentes de
precio a costo marginal.11

Debe distinguirse la discriminación de precios de la diferenciación de


precios. Un producto puede ser vendido a dos precios distintos (diferenciación
de precios) y no ser discriminatorio, en la medida en que el costo marginal de
vender a dichos consumidores varíe. En forma similar, dos ventas a un mismo
precio pueden ser discriminatorias si la tasa de retorno (costo marginal) es
distinta al venderle a ambos clientes.12

B. ORIGEN DE LA DISCRIMINACIÓN DE PRECIOS

La discriminación de precios es un fenómeno interesante y difícil. Su lado


interesante deriva del hecho que está basada en la subjetividad del gusto del
humano, aunado a las variaciones que cada mercado ofrece. Su dificultad
consiste en que invoca una actitud Shakespeareana hacia sus efectos económicos
y competitivos: no es ni buena ni mala, es la forma en que se asimila lo que
determinará su sentido axiológico. Me explicaré.

Por principio de cuentas, la discriminación de precios encuentra su


leitmotif en la imperfección, ya que sería inexistente en un mercado perfectamente
competitivo y equilibrado. Después de todo, cualquier comprador

11 Hovenkamp, Herbert, FEDERAL ANTITRUST POLICY. THE LAW OF COMPETITION AND ITS
PRACTICE, West Publishing Co., St. Paul Minnesota, 1994, pg. 516.
12 Ello puede ser el resultado de variaciones por unidad de costo marginal.
8

desfavorecido13 podría rechazar la oferta de un producto a un precio (aunque


sea irrisoriamente más alto) y encontrar otro vendedor deseoso de proveer dicho
producto al precio competitivo. Sin embargo, el mundo real funciona de forma
distinta. En la realidad, los mercados son dinámicos, competidos y fluctúan en
tiempo y espacio. Es en las olas y mareas del mercado que el bicho de la
discriminación de precios encuentra su hábitat.14

Pero también encuentra otro origen la discriminación de precios: los


(variopintos) gustos y preferencias del consumidor. El ingrediente subjetivo
humano sale a colación en el contexto de ‘valor’. El valor que cada cliente15
atribuye a un mismo producto varía, lo cual impacta cuánto está dispuesto a
pagar. En lenguaje económico, algunos clientes son de “alta elasticidad”
mientras que otros son de “baja elasticidad”. Los primeros son aquellos cuya
respuesta al cambio del precio de un producto será significativa, mientras que los
segundos serán clientes cuya demanda por un producto sufrirá poco o ningún
cambio por la variación del precio.

Como puede verse, existen circunstancias tanto del lado de la oferta como
del lado de la demanda que invitan la discriminación de precios.

En forma ideal —para el vendedor— podría vender cada unidad de


producto al “precio de reserva” de todos los clientes; es decir, al precio más alto
que el cliente está dispuesto a pagar por dicha unidad. Sin embargo, esta
premisa es sólo el principio de una labor difícil (o imposible): establecer

13 Al referirme a la discriminación de precios, llamaré comprador ‘desfavorecido’ a aquél


que tiene que pagar un precio arriba de costo marginal, o un precio que contemple una
tasa de retorno más alta por el producto; y ‘favorecido’ al comprador que debe pagar un
precio bajo o el precio que contenga una tasa de retorno más pequeña.
14 Para complicar las cosas aún más, los precios del mercado competitivo tienden a moverse
en un sentido de equilibrio y, al hacerlo, existirá un cierto grado de discriminación de
precios.
15 Aun clientes parecidos. Si bien puede sonar evidente que diferentes personas le
atribuyan diferentes valores a un mismo producto, llama la atención que personas con un
perfil parecido (por ejemplo, con una misma nacionalidad, ubicación, edad, sexo, clase
social, nivel económico, etcétera) tengan distintas preferencias, y, por ende, manifiesten
un ‘valor residual’ distinto por un mismo producto.
9

exactamente cuál es el “precio de reserva” de una persona, clase de consumidor


o mercado específico.

En adición a las razones anteriores que explican la utilidad de la


discriminación de precios, existen otras razones microeconómicas que explican la
práctica. Por ejemplo, la discriminación de precios puede también ser entendida
(y utilizada) como un método para minimizar el efecto de reducción de ingresos
derivado de las ventas marginales a costo marginal.16 Al evitar que el precio
marginal “infecte” el abasto total, la (negativa  a los ojos del vendedor)
reducción de ingresos derivada de la producción marginal se evita.

C. REQUISITOS DE LA DISCRIMINACIÓN DE PRECIOS

Para establecer un esquema de discriminación de precios, lo siguiente es


necesario:17

a) El vendedor debe tener algo de poder de mercado: para que el vendedor


pueda diferenciar entre grupos de clientes y cobrar un precio competitivo
de algunos y uno supra-competitivo de otros necesariamente implica que
existe (cierto) poder de mercado.

En ausencia de dicho requisito, cobrar a un consumidor más que el


precio competitivo será infructuoso ya que una firma perfectamente
competitiva no puede discriminar en forma que genere ganancias. Podría
hacerlo por otros motivos (v.gr., motivos de mercadotecnia o altruistas)
pero sacrificará ganancias al hacerlo.

b) Habilidad para segregar: el discriminador prospectivo debe tener la


posibilidad de segregar clientes en grupos con diferentes elasticidades de

16 Recuérdese que el ingreso marginal es el resultado de las siguientes dos funciones: (a) el
ingreso adicional de vender una unidad adicional, que es el precio que el vendedor
recibe de la última unidad vendida; y (b) la reducción de ingreso de todo el abasto
existente. La resta de (b) de (a) arrojará el ingreso marginal. (Carlton and Perloff, pg.
434.)
17 Scherer, F.M. and David Ross, INDUSTRIAL MARKET STRUCTURE AND ECONOMIC
PERFORMANCE, Houghton Mifflin Company, Boston, Third Edition, 1990, pg. 489;
Areeda, ANTITRUST LAW, Vol. IX, pgs. 119-120; y Carlton and Perloff, pg. 435.
10

demanda o precios de reserva (los precios más altos que un comprador


estaría dispuesto a pagar por una unidad específica de abasto).

c) No Arbitraje: no debe existir posibilidad de que los clientes de bajo precio


revendan a clientes de alto precio. De otra manera, el único beneficiario
sería el agente económico que arbitra.18

D. TIPOS DE DISCRIMINACIÓN DE PRECIOS

Los profesores Scherer y Ross19 explican que existe una tremenda variedad de
formas de discriminación de precios. No obstante dicha diversidad, clasificaré
las especies de prácticas de discriminación de precios de conformidad con ciertos
elementos comunes a su género:20 (1) discriminación personal; (2) discriminación
grupal; (3) discriminación por producto; (4) ubicación de la “víctima” en la
cadena productiva; y (5) su frecuencia.21

1. Discriminación Personal

Esta categoría se basa en la diferenciación que se encuentra entre diferentes


clientes individuales, a saber:

a) Cuando cada operación se negocia en forma separada y directamente


entre cada vendedor y comprador (Haggle-every-time). Como ejemplos de
lo anterior, piénsese en la venta de coches. A su vez, las prácticas en los
bazares (Suks) orientales.22

18 Económicamente, el “arbitraje” consiste en lucrar como resultado de la diferencia de


precios en dos mercados. Por ejemplo, si en un mercado (A) el precio del producto (P) es
$100 y en otro mercado (B) es $80, siempre que los costos de llevar P de B a A sean
inferiores a $20 (v.gr., $10), alguien lo hará con la finalidad de obtener una ganancia (en
este ejemplo, oscilaría entre $1 y $9). Esta es una de las razones que explican que los
mercados tienden al equilibrio.
19 Scherer and Ross, pgs. 491-494.
20 Parte de esta clasificación está basada en una realizada por Fritz Machlup, citado por
Scherer and Ross, pgs. 491-494.
21 Cada descripción será seguida por su término en el argot de la mercadotecnia.
22 Por ejemplo, el caso de un vendedor de autos en el que el vendedor realiza
investigaciones detalladas sobre el comprador prospectivo, como lo es el ingreso,
11

b) Cuando los compradores hacen que vendedores compitan entre sí


reduciendo el precio para lograr una venta, el precio final será distinto del
precio de lista (Give-in-if-you-must).

c) La discriminación basada en el poder adquisitivo y elasticidad (Size-up-


their-income). Los clientes más acaudalados con inelasticidad de demanda
se les cobra más que a los menos afluentes, máxime que, ante precios
altos, reducirán su consumo en forma proporcional. Por ejemplo,
servicios legales y médicos.23

d) La que se basa en el uso (Measure-the-use). A la clientela que utiliza un


bien o servicio más frecuentemente se le cobra más, aun y cuando existan
diferencias de costos que puedan ser insignificantes. Por ejemplo, que una
compañía (como Xerox) rente una fotocopiadora y la renta esté basada en
el número de copias realizadas.

2. Discriminación por Grupo

Estos métodos de discriminación de precios se fundamentan en diferencias


halladas en diferentes grupos de consumidores. Como ejemplos de lo anterior
están:

a) Cambios en costos de entrega que pueden ser absorbidos o cargados a


clientes ubicados en distancias diversas de las instalaciones o almacenes
de la firma (Absorb-the-freight).

domicilio, status marital, etc., y busca estimar el ingreso disponible (disposable income) del
cliente. Quienes han tenido la oportunidad de comprar tapetes orientales en “Suks”
(mercados árabes) pueden dar testimonio del difícil proceso de negociación con el
vendedor sobre el precio del tapete, no obstante que el té de menta tradicionalmente
servido seguramente será un lubricante interesante —y gratuito sólo en apariencia— de
lo que algunos calificarían como un proceso de negociación intenso.
23 Un dicho común que refleja dicho fenómeno es ‘según el sapo es la pedrada’.
12

b) La reducción sistemática de precios posiblemente debajo de costo, en un


mercado con un rival que la firma que discrimina desea sacar del mercado
(Kill the rival).24

c) En caso de que exista exceso de oferta, los bienes pueden ser ofrecidos a
precios reducidos en mercados lejanos con la finalidad de no deprimir los
precios (posiblemente monopólicos) locales (Dump the surplus).

d) Cuando los precios son persistentemente más altos en regiones en donde


la competencia es más débil que donde es fuerte (Get-the-most-from-each-
region).25

e) El ofrecimiento de precios inferiores a nuevos clientes en comparación con


aquellos pagados por clientes establecidos con la esperanza de generar
lealtad de marca (Promote-new-customers).26

f) Los descuentos especiales ofrecidos a clientes que concentran una gran


cantidad de negocios (Keep-them-loyal).27

g) La utilización de cupones de descuentos y reembolsos con la finalidad de


distinguir entre clientela con un bajo costo de oportunidad por tiempo, lo
cual se estima tiene una correlación con un bajo precio de reserva (Sort-
them-by-time-value).

h) Cuando grupos con diferentes precios de reserva o elasticidad de


demanda son fácilmente clasificables por edad, sexo, ocupación, etcétera,

24 American Tobacco Company vendía ciertas marcas de tabaco a precios por debajo de sus
costos de producción con la intención de hacer que los rivales no pudieran generar
ganancias.
25 Por ejemplo, las diferencias en precios de plátanos en los países del mercado común
europeo fueron sujetas a una investigación de competencia económica europea durante
los años setentas.
26 Piénsese en descuentos de periódicos y revistas ofrecidos a estudiantes.
27 Un ejemplo son los esquemas de viajero frecuente de algunas aerolíneas.
13

la discriminación por grupos puede ser practicada (Divide-them-by-


elasticity).28

3. Discriminación por Producto

Productos con diferentes características pueden justificar precios distintos.


Algunos métodos son:

a) Algunas diferencias de precios que son proporcionales a las diferencias de


costo están asociadas con una prima por calidad (Appeal-to-the-classes).

b) Productos que lleven una marca famosa pueden tener un precio mayor
que los productos físicamente homogéneos que la carecen (Make-them-pay-
for-the-label).

c) Para reducir inventarios o incrementar ventas para con clientela con


presupuestos pequeños que sean otorgados en tiempos específicos de
cada año o continuamente en secciones específicas de tiendas de menudeo
(Clear-the-stock).

d) Para lograr una capacidad más llena o mejor distribuida, ciertos servicios
que son idénticos, excepto con respecto al tiempo de consumo, se les
establecen precios distintos (Switch-them-to-off-peak-times).29

e) Las ventas en paquete de diversos productos y servicios ofrecidos en


forma conjunta bajo un único precio, aunque ciertos consumidores no
consuman todos los componentes del paquete, aseguran que el paquete
entero sea adquirido (Bundle-the-outputs).30

f) Prácticas que involucran cobrar más por bienes más valiosos o que buscan
fomentar las reacciones del consumidor de alguna manera que beneficien

28 Por ejemplo, cortes de pelo de niños. A su vez, los vuelos que requieren una estancia los
sábados se utilizan para distinguir a los viajeros de negocios de otro tipo de viajeros.
29 Piénsese en las tarifas de hotel de baja temporada.
30 Por ejemplo, los paquetes de los mejores asientos de una Opera con algunos asientos no
tan buenos.
14

al vendedor,31 o que hacen que firmas multiproductos obtengan márgenes


más altos precio-costo de artículos cuya demanda es relativamente
inelástica, y/o menos competitiva (Get-the-most-from-each-group).32

4. Ubicación de la “víctima” en la cadena productiva

Otra clasificación obedece al eslabón en la cadena productiva donde se ubican las


víctimas de la práctica.33 La Robinson-Patman Act estadounidense hace referencia
a las siguientes:

a) Daño de primera línea (Primary line): Ocurre cuando el monopolista


utiliza precios altos en un mercado para compensar o “subsidiar” precios
depredatorios en un mercado distinto.

b) Daño de segunda línea (Secondary line): Cuando las políticas de


diferencias de precios de una firma dividen a clientela de un mismo
mercado. Las víctimas serán los compradores desfavorecidos del
vendedor. Se sostiene que el daño consiste en que los precios inferiores
establecidos por el monopolista a favor de un comprador ponen al otro en
una desventaja competitiva y le hacen perder negocios.

Se ha llegado a hablar de daño de tercera y cuarta línea consistente en el daño


que se presenta en escaños inferiores de la cadena productiva.

5. Persistente o esporádico

La discriminación de precios esporádica se diferencia de la persistente en que en


la segunda el vendedor dividirá en forma sistemática a clientela en territorios,
clases, tipos, etcétera, y obtendrá diferentes tasas de retorno de cada grupo.34

31 Por ejemplo, ofrecer paquetes adicionales de electricidad a tarifas más bajas para
fomentar a propietarios a instalar calentadores eléctricos.
32 Un ejemplo interesante es “skimming”: la práctica de introducir a un mercado un
producto nuevo o superior a un precio alto destinado a extraer el mayor ingreso posible
de compradores ansiosos con altos valores de reserva, seguido por una gradual
reducción del precio para penetrar el mercado en forma más amplia.
33 Hovenkamp, FEDERAL ANTITRUST POLICY, pg. 525.
15

E. GRADOS DE DISCRIMINACIÓN DE PRECIOS

Se dice que la discriminación de precios ocurre en diferentes grados: en primer,


segundo y tercero.35

1. Primer grado

También llamada “discriminación de precios perfecta”, cada unidad es vendida


al precio de reserva con la finalidad de que se extraiga la mayor cantidad posible
que cada cliente estaría dispuesto a pagar. 36 El vendedor absorbe todo el
beneficio del consumidor (consumer surplus)37 y no se deja nada al comprador.38

2. Segundo grado

También llamada “discriminación de precios imperfecta”, es la habilidad y


práctica del vendedor de separar la demanda en grupos de diferentes precios y
cobrarle a cada grupo el precio de reserva que considere apropiado, expandiendo
abasto hasta que no hayan grupos que restantes cuyo precio de reserva exceda
costo marginal.39 Es similar a la discriminación en primer grado, pero es más
burda.40

34 Hovenkamp, FEDERAL ANTITRUST POLICY, pg. 516.


35 Scherer and Ross, pg. 491.
36 Areeda, ANTITRUST LAW, Vol. IX, pg. 124.
37 El ‘beneficio del consumidor’ o ‘excedente del consumidor’ (consumer surplus) es el
término de arte económico que describe la ventaja en la que se encuentra el consumidor
al poder adquirir un bien a un precio distinto (menor) a la cantidad máxima que estaría
dispuesto a pagar por él. Consiste en la distancia entre el precio máximo de su curva de
demanda particular (su ‘curva de indiferencia’) y el precio (marginal) que paga.
38 Scherer and Ross, pg. 491.
39 Areeda, ANTITRUST LAW, Vol. IX, pgs. 125-126.
40 Scherer and Ross, pg. 490.
16

Dado que el vendedor no conoce el precio particular que cada cliente está
dispuesto a pagar por el bien en cuestión, clasifica de una manera menos precisa.
En general, aún así incrementa abasto.41

3. Tercer grado

La discriminación de tercer grado ocurre cuando un vendedor puede dividir


clientela en grupos distintos con usos diferentes del producto, o funciones de
elasticidad de demanda distinta que reflejan cantidades vendidas a cada grupo
con precios alternativos.42

Dichos términos no técnicos, cuando el consumidor está dispuesto a pagar


diferentes precios por el mismo producto por la sencilla razón que el uso o fin
que le darán arroja una utilidad y/o ganancias distintas.43

En términos generales, el discriminador de tercer nivel maximizará


utilidades mediante el cobro del precio más alto en el mercado cuya elasticidad
de demanda al precio monopólico sea la más baja, y el precio más bajo en el
mercado con la elasticidad de demanda más alta.44

Para ilustrar,45 detallaré el ejemplo anterior. Piénsese en un químico


monopolizado que admite dos tipos de usos: (i) como ingrediente para pintura, y
(ii) como parte de una medicina. El precio que maximiza utilidades por el
químico sería $5 para pintura y $9 para medicinas. En caso de que el precio
uniforme sea el de la pintura ($5) el monopolista no extraerá el
bienestar/excedente del consumidor del productor de medicinas. En caso de
que el precio uniforme sea el de medicina, las ventas como ingrediente de
pintura se perderían. Por consiguiente, la discriminación de precios es la

41 Areeda, ANTITRUST LAW, Vol. IX, pg. 126; Scherer and Ross, pg. 495.
42 Areeda, ANTITRUST LAW, Vol. IX, pgs. 121 y 126; Carlton and Perloff, pg. 443.
43 Por ejemplo, un producto químico que puede ser utilizado para dos fines, y que,
mientras que uno de ellos arroja una ganancia alta, el otro dé ganancias bajas.
44 Scherer and Ross, pg. 491.
45 He tomado prestado este ejemplo de Areeda, ANTITRUST LAW, Vol. IX, pgs. 126-127.
17

estrategia que maximizará utilidades. Cualquiera que sea el método empleado


por el discriminador para implementarla,46 se establecerían grupos
independientes, cada uno de los cuales tiene una función de demanda con
elasticidades distintas al precio uniforme.

IV. DISCRIMINACIÓN DE PRECIOS Y COMPETENCIA ECONÓMICA

A. INTRODUCCIÓN

Entendidas las circunstancias que, tanto del lado de la oferta como del lado de la
demanda, son caldo de cultivo para que florezca la discriminación, vale la pena
preguntarse: ¿cuál es su impacto en el proceso de competencia y libre
concurrencia?

La respuesta no es clara. Propondré una, no sin antes comentar sus


efectos, que varían atendiendo a la perspectiva desde la cual se examine.
Comenzaré por sus efectos desde la óptica de la eficiencia (§b), continuaré con la
perspectiva de bienestar (§c), el costo social de la práctica (§d), el costo social de
atacar la práctica (§e), para arribar a una conclusión conceptual sobre la
aproximación que el derecho de la competencia debe adoptar ante la práctica
(§f).

B. IMPLICACIONES EN LA EFICIENCIA DE LA DISCRIMINACIÓN DE PRECIOS

Las implicaciones en eficiencia47 de la discriminación de precios varían


atendiendo a su perfección o imperfección. Por ende, serán examinadas en forma
separada.

46 Como lo son las ventas atadas, adulteración del producto con la finalidad de hacerlo útil
para un fin particular, pero inservible para otros, etcétera.
47 En este apartado, al hablar de eficiencia, me refiero a eficiencia productiva, que consiste
en el incremento del radio entre el abasto y sus insumos. Entre mayor sea el abasto,
manteniendo constante los insumos, mayor será la eficiencia productiva. Ello es
procurado ya que los bienes serán producidos al menor costo posible, lo cual implica que
la menor cantidad de insumos de una sociedad son utilizados en el proceso productivo.
18

1. Discriminación de Precios Perfecta

La Gráfica 1 ilustra precios competitivos, precios monopólicos y discriminación


de precios perfecta. Veamos los efectos económicos (particularmente en
eficiencia) de dos escenarios distintos basados en este mercado hipotético: (a)
competencia perfecta; y (b) el polo opuesto: un mercado monopolizado.

GRÁFICA 1
Descripción de Discriminación de Precios Perfecta

P(m) 2 5

8
P(c) 3 6

Demanda
7 9
4 Q
Q(m) Q(c)

a) Competencia Perfecta

Suponiendo que el vendedor que ataca el mercado descrito por la Gráfica 1


enfrenta un escenario perfectamente competitivo, establecerá su abasto en Q(c) a
precio P(c). El triángulo formado por los puntos 1, 3 y 8 constituye
19

bienestar/excedente del consumidor (consumer surplus). Es decir, el ahorro del


consumidor que adquiere el producto a un precio inferior a la cantidad máxima
que estaría dispuesto a pagar por el mismo. (Al valor que le atribuye, medido
monetariamente.)

En el escenario anterior, las ganancias del vendedor son aquellas


mostradas por el rectángulo 3, 8, 9 y 4. De ser la discriminación una opción
viable, el vendedor puede incrementarlas. Para ello, tendría que identificar y
segregar a las personas (o grupos) ubicados en los puntos 8 a 1 de la curva de
demanda. Las ventas dirigidas a dichos clientes suponiendo que estos no
tengan acceso al producto al precio P(c) arrojarán más ganancias48 sin alterar el
equilibrio P(c) Q(c) (pues partimos de la hipótesis que podían diferenciarse y
segregarse).

El resultado será que se incrementa abasto, ventas y ganancias. A los ojos


de la eficiencia, ello es positivo.

b) Escenario monopólico

Ahora supongamos que el agente económico que desea actuar en el mercado


descrito en la Gráfica 1 es el único vendedor. Es un monopolista. En dicho caso,
preferirá reducir su abasto a Q(m) y vender a precio P(m), que es el precio no-
discriminatorio que maximiza utilidades. Las ganancias que obtendrá son las
contempladas por el rectángulo 2, 4, 7, 5 y 2.

En dicha hipótesis, el vendedor no está generando todas las


ventas/ganancias que podría. Está perdiendo las ventas de los consumidores
ubicados entre los puntos 5 y 8 de la curva de demanda.49 Discriminando podrá
realizarlas. Realizado el ejercicio anterior, volteará su vista hacia los
consumidores localizados en los puntos 5 a 1, que son consumidores que están

48 Identificables por el área comprendida entre el punto en la curva de demanda en donde


se fije abasto, y su respectivo punto en la ordenada ($), tomando como base 3-8. De ser
perfecto, sería el área 1, 3 y 8.
49 Mismos que, al encontrarse arriba de costo marginal (que en la Gráfica 1 se identifican
con el punto 8), el vendedor estaría presumiblemente interesado en venderles.
20

comprando el producto a una cantidad inferior al precio máximo que estarían


dispuestos a pagar. De nuevo, de poder identificarte y segregarse
cerciorándose que no puedan adquirirlo al precio no discriminatorio (P(m))
las ventas a clientes ubicados entre los puntos 5 a 1 generarán más ganancias.

Como puede observarse, el vendedor/monopolista, si bien está


obteniendo ganancias monopólicas, aún puede exprimir más a dicho
mercado50y el método para lograrlo puede ser la discriminación de precios.

De ser viable, un esquema de discriminación permitiría mantener las


ventas a precio/abasto monopólico (P(m) Q(m)) y aún así lograr las ventas y
ganancias que dicha elección implícitamente renuncia: aquellas de consumidores
cuyo valor residual está por debajo del nivel monopólico51 y por arriba,52 sin que
ello desequilibre su elección de precio y abasto a nivel monopólico (P(m) Q(m)).
Ello significaría más ventas, más abasto y más ganancias.53

De lograrse lo anterior, el nivel de abasto se acercará (o igualará) la curva


de demanda. De ser perfecto el esquema de discriminación, el abasto será
idéntico a la curva de demanda. Es decir, se parecería a aquel que existiría en
condiciones de competencia perfecta. Pero las ganancias serían monopólicas.
Desde el ángulo de eficiencia, ello es positivo.

50 Mediante la obtención de las ganancias identificables por dos triángulos: el triángulo 5, 6,


y 8 (clientes que le atribuyan un valor inferior a P(c)); y el triángulo 1, 2 y 5 (ventas a
clientes con un valor residual mayor).
51 Aquellos ubicados entre los puntos 5 y 8.
52 A los clientes localizados entre los puntos 5 y 1.
53 Si una venta arriba de P(c) es posible, genera ganancias. Sin embargo, serán pérdidas
(por costo de oportunidad) si se ven desde la perspectiva que podían ser ventas al nivel
que maximiza utilidades (P(m)). Igual sucederá con las ventas a la clientela de alto precio
de reserva ubicados entre los puntos 1 y 5 de la curva de demanda. Pero de poder
segregarse los tres nichos de mercado, podrían extraer las ganancias que cada uno ofrece,
aunque sean a retornos distintos.
21

c) Conclusión

Las consecuencias específicas que resultarán del esquema discriminatorio en la


hipótesis de la que se parte son las siguientes:54

a) Las ganancias, aun supracompetitivas, pueden ser incrementadas.

b) Todo lo que era bienestar del consumidor (en el escenario de un mercado


competitivo55) se convierte en ganancias.

c) El abasto bajo la discriminación de precios perfecta se restaura a Q(c), el


cual es similar a competencia perfecta.

d) La discriminación de precios perfecta es tan eficiente como la competencia


perfecta,56 aunque algunos clientes paguen más que otros y los vendedores
obtengan más ganancias.

Las conclusiones, si bien más fácilmente observables en un mercado competitivo,


son también aplicables en mercados que distan de serlo. El monopolista que
discrimina en forma perfecta produce más que el monopolista que no discrimina
y que vende a un mismo precio. El precio uniforme a nivel monopólico produce
poco. Es ineficiente. El monopolista que discrimina en forma perfecta vende más
que el monopolista que no discrimina puesto que recibe una ganancia
incremental por cada venta realizada,57 aunque sea a un precio
inframonopólico.5859

54 En este sentido, ver Hovenkamp, FEDERAL ANTITRUST P OLICY, pg. 519.


55 Observable mediante el triángulo 1, 3 y 8.
56 Siempre que no le cueste nada al vendedor establecer el esquema de discriminación de
precios. Presumiblemente, el vendedor incurrirá en la discriminación siempre que el
costo de implementación sea inferior al margen de ganancias derivadas del mismo. Entre
más se parezcan, menos probable será que lo implemente.
57 Siempre que esté por arriba de costo marginal, evidentemente.
58 Aunque puede hablarse de dicha consecuencia en términos generales, no puede
generalizarse sobre cuánto. Para determinar qué tan más eficiente están siendo
utilizados y distribuidos los recursos como resultado de la práctica, deberá contrastarse
con el escenario monopólico in casu.
59 Scherer and Ross, pg. 495.
22

2. Discriminación de Precios Imperfecta

El anterior análisis presume algo cuestionable (y preocupante): perfección. En el


mundo real no existe la discriminación de precios perfecta.

Aunque fuera posible, el costo de identificar el precio de reserva de cada


cliente, y venderle el producto de tal manera que no pueda darle la vuelta a
dicho precio, sería prohibitivo. La segunda mejor opción, que es frecuentemente
utilizada, es segregar a clientes en grupos que le ponen diferentes valores a un
producto y discriminar por precios entre los mismos.

Como se mencionó con anterioridad, un obstáculo (frecuentemente


invencible) para lo anterior es el arbitraje; es decir, revender un producto a los
compradores desfavorecidos a un precio que le convenga a los compradores
favorecidos pero inferior a lo que los compradores desfavorecidos hubieran
pagado (el precio discriminatorio).60

Dado que la discriminación de precios perfecta no existe, ¿Querrá ello


decir que la noción es inútil? ¿Acaso se trata de aun otra abstracción estéril que
existe sólo en el mundo de las ideas? Lejos de ello. La teoría económica adopta
una postura platoniana acerca del comportar económico: la realidad se coteja
con un ideal (una utopía) con miras a implementar los instrumentos económicos
que permiten encaminarla hacia ella. Es decir, es el equivalente actual a la
estrella polar de la antigüedad. Sirve de guía.

En cuanto a la discriminación de precios, el método enfrenta aún otra


problemática: las bondades del objetivo no son claras. Es decir, existen
dificultades tanto en el ser como en el deber ser. Existe diferencia de opinión
sobre sí aun suponiendo que se logre el deber ser es benéfico. Las razones
de ello son el objeto de estudio de la sección IV de esta monografía; ahora lo que
corresponde es analizar qué sucede sí el objetivo dista de ser logrado. Y aquí de
nuevo existen diferencias de opinión.

60 Para ilustrar, véase el ejemplo descrito en el pie de página 18.


23

Podría argumentarse que la discriminación de precios imperfecta genera


ciertas ineficiencias puesto que:61

a) El precio excede el costo marginal. Por consiguiente, tendrá lugar una


restricción de abasto e ineficiencia.

b) A diferencia de la discriminación de precios perfecta, mediante la


discriminación de precios imperfecta el abasto no es necesariamente
restaurado al nivel competitivo. De hecho, con la discriminación de
precios imperfecta el abasto siempre es inferior. 62

c) Existe cierta ineficiencia en el consumo derivada de la diferencia en el


deseo marginal del consumidor de pagar un precio distinto por un
producto pues generará oportunidades o ventas perdidas.63

d) Los ‘precios sombra’64 que necesariamente incurrirán consumidores para


obtener el producto a un mejor precio constituirán una ineficiencia ya que
no serán apropiados por el agente económico que discrimina ni se
benefician de los mismos.65

Los anteriores argumentos, aunque válidos en cuanto a su existencia, son de


cuestionable persuasividad para postular que la discriminación de precios
imperfecta es negativa. El que un esfuerzo no logre el máximo del objetivo no es
a mi juicio razón suficiente para tildar de negativo al mismo. Más bien,

61 Carlton and Perloff, pg. 449.


62 Hovenkamp, FEDERAL ANTITRUST POLICY, pg. 520.
63 Un ejemplo puede ser ilustrativo. Piénsese en una firma que establece su precio a $10 y
algunos consumidores —a los que está enfocado el precio— están dispuestos a pagar $10
por la primera unidad, pero $9 por la segunda y $8 por la tercera y subsiguientes (dada la
ley económica de rendimientos decrecientes). En dichas circunstancias, únicamente
tendrá lugar una sola venta. Si la discriminación no tuviera lugar y el precio uniforme
fuera, por ejemplo, $8 o menos, tendrían lugar varias operaciones. Por ende, bajo la
hipótesis de $10, tendrá lugar una pérdida.
64 Un ‘precio sombra’ es el costo no monetario que tiene que incurrir un consumidor para
adquirir algo. Por ejemplo, hacer colas para obtener un precio inferior.
65 El sostener que el vendedor no se beneficia es cuestionable. Después de todo, es lo que
hará posible la discriminación.
24

milita a favor de seguirlo realizando con el afán de procurar (aunque sea


eventualmente) llegar al mismo.

Para concluir, si bien existen elementos para considerar que existen


ineficiencias de la discriminación de precios imperfecta, considero que derivan
del fracaso de la misma de lograr el objetivo deseado, más no de la práctica en sí.
Por ende, desde el ángulo de eficiencia, la discriminación de precios imperfecta
no es condenable.

3. Eficiencia asignativa

Lo anterior en cuando a la eficiencia productiva. Pero es relevante también otro


tipo de eficiencia: la asignativa.66 Los efectos asignativos de la discriminación de
precios también son positivos. En la medida en que cada consumidor adquiere el
producto a un precio más cercano al valor que le atribuye, la señal que el
productor recibe mediante el precio (aunque sea agregado) será más clara (y
exacta) que la que recibiría de un precio uniforme67 o que dista de reflejar la
preferencia personal de cada consumidor. Es decir, existe una correlación
positiva entre la perfección del esquema de discriminación y la eficacia con la
que se logra una de las bondades del mecanismo de precios:68 señalar al

66 La eficiencia asignativa (allocative efficiency) se refiere a la mejor y óptima producción


mediante la combinación más eficiente de insumos. El abasto óptimo puede
determinarse de diversas maneras; sin embargo, la economía del bienestar procura que se
realice respondiendo a las preferencias que, mediante el voto económico, el mercado
indique. La combinación eficiente de insumos es aquella que produce un abasto
determinado al menor costo de oportunidad (referido como la ‘eficiencia técnica’).
67 Por definición, un precio uniforme refleja inexactamente el valor (medido
monetariamente) que cada consumidor atribuye a un producto. Salvo contadas
excepciones, que pueden reputarse más como coincidencias, se apartará—aunque sea
poco—del valor que cada persona atribuye al mismo.
68 El precio cumple tres funciones importantes: (a) trasmite información; y lo hace en dos
sentidos. Por un lado, constituye la forma en la que el productor puede tomarle el pulso
al mercado para decidir cuánto hacer y a quién venderlo. A su vez, trasmite información
en el sentido contrario: el comprador final podrá observar, mediante los movimientos de
precios, si es prudente utilizar menos de dicho producto o cambiar de insumo; (b) genera
incentivos para producir más eficientemente: al menor costo posible y utilizando los
recursos en las actividades en las que más se valoran; (c) determinan a quién dar cuánto
de un producto (distribución de ingresos). (Si bien este tema es tratado en múltiples
textos, su exposición por el Premio Nobel de Economía Milton Friedman es brillante
(FREE TO CHOOSE. A PERSONAL S TATEMENT, Harcourt Inc., 1980, pgs. 14 et seq.))
25

productor el deseo de incrementar abasto (mediante un precio alto) o reducirlo


(ante un precio bajo). Ello redunda en pro del funcionar del sistema de
mercado.

C. IMPLICACIONES EN EL BIENESTAR DE LA DISCRIMINACIÓN DE PRECIOS

Desde la perspectiva de bienestar, la diversidad de tipos de discriminación de


precios hace imposible establecer una respuesta clara, única y general sobre la
cuestión de lo positivo (o no) de la discriminación de precios.69 Mas bien, la
conveniencia de la discriminación de precios parece ser dependiente de las
circunstancias del caso. Para explicar porqué distinguiré (de nuevo) entre dos
escenarios: (1) aquél en que el esquema de discriminación de precios es perfecto;
y (2) aquél donde es imperfecto.

1. Discriminación de precios perfecta

Dado que la discriminación de precios perfecta logra el objetivo de discernir el


valor que cada consumidor atribuye a un producto permitiendo que el mismo
sea vendido a dicho precio, los efectos difieren del lado de la demanda y del lado
de la oferta.

Del lado de la demanda, el efecto sobre el consumidor es doble: (a) todos


los consumidores compran; pero (b) lo hacen al valor máximo que están
dispuestos a pagar por el producto.

Del lado de la oferta, el efecto también es doble: (a) el productor extraerá


más rentas de las que hubiere obtenido bajo un escenario alternativo (ventas a
precio uniforme el que sea); y (b) el abasto será idéntico a la curva de demanda
del mercado particular.

¿Cómo valorar lo anterior? ¿Será positivo o negativo? La respuesta no


parece clara. Por un lado, el productor vende más (y en general se acepta que
mayor abasto es mejor) haciéndose de más ganancias; pero su tasa de retorno es
inferior en ciertas ventas que otras. Por otro lado, más consumidores compran el

69 Scherer and Ross, pg. 494.


26

producto (lo cual es positivo70), aunque lo compran al valor máximo que estaban
dispuestos a pagar (lo cual podría calificarse de negativo71). Es decir, algunos
clientes pagan por el producto más que lo que pagarían en ausencia del
establecimiento de la discriminación de precios, por lo que podría argumentarse
que no estarán en tan buenas condiciones (ya que estarían transfiriendo parte de
su bienestar al vendedor).

Entendido lo anterior, reitero la pregunta: ¿cuál es el contenido axiológico


de dicho escenario (procurado por una campaña exitosa de discriminación de
precios)?

Una primera respuesta parece ser: ‘depende’. Si la cantidad de


consumidores desfavorecidos por la discriminación es superior a los favorecidos,
sería negativa. Y viceversa.

Para determinar qué consumidores son favorecidos y quienes no, será


necesario comparar la curva de demanda con el precio uniforme en ausencia de
la discriminación de precios. De ser el precio uniforme alto, el esquema sería
positivo pues implicará que más consumidores adquieren el producto gracias a
la discriminación y a un precio inferior. De ser el precio uniforme bajo, el
esquema sería negativo: serán más consumidores los que adquieran el producto
a un precio igual a su valor total (y residual), que en la hipótesis es más alto que
el precio uniforme. Una gráfica puede ser ilustrativa.

70 Si, adopto una postura mercantilista, pero por razones diversas que no abordaré
presumir que ello es benéfico es una inferencia aceptable (aunque no todos compartan la
equiparación de conceptos. Por ejemplo, Adam Smith, quien consideraba que la
presunción que mayor riqueza necesariamente implicaba mayor felicidad (bienestar) era
cuestionable, aunque estaba convencido que la mayoría de las personas comulgaban con
dicha noción. En forma similar, Bertrand Russell (The Conquest of Happiness) identificaba
dicha forma de pensar como una fuente de infelicidad).
71 Pues el consumidor perdería el beneficio de adquirir el bien a costo marginal, uno de los
grandes beneficios de la sociedad contemporánea, y que se la debemos a la
industrialización.
27

GRÁFICA 2
Discriminación de Precios Perfecta en un Mercado
donde el Precio Uniforme, en ausencia de la Discriminación, es Alto

$
1

5
2 Precio
Uniforme

Demanda

3 4
Q

En la Gráfica 2 el precio uniforme en ausencia de discriminación de precios está


en la parte superior de la curva de demanda. En dicho escenario, el esquema de
discriminación de precios tiene un resultado positivo si ello es aquilatado
desde la perspectiva de bienestar. El motivo es que, en ausencia del esquema de
discriminación de precios, los consumidores que podrían adquirir el producto
son sólo aquellos ubicados donde cruza el precio uniforme con la curva de
demanda (5), y aquellos ubicados hacia arriba de la curva de demanda (5 a 1). El
beneficio del consumidor es aquél contemplado por el triángulo formado por los
puntos 1, 2 y 5 . El resto (es decir, todos los que están por debajo del precio
uniforme72 que en dicho ejemplo son la contundente mayoría) no podrán
adquirir el producto en cuestión. Rebasa el precio máximo que están dispuestos
a pagar por el producto.

Pero veamos ahora el ejemplo inverso.

72 Aquéllos ubicados entre los puntos 4 y 5 de la curva de demanda.


28

GRÁFICA 3
Discriminación de Precios Perfecta en un Mercado
donde el Precio Uniforme, en ausencia de la Discriminación, es Bajo

$
1

Demanda
5
2 Precio Uniforme
3 4
Q

En la Gráfica 3 el precio uniforme en ausencia del esquema de discriminación de


precios se encuentra en la parte inferior de la curva de demanda de nuestro
mercado hipotético. Ello implica que, en dicho mercado, el establecimiento de
un esquema de discriminación de precios tiene por efecto que más consumidores
paguen más por el producto, en comparación con el precio uniforme. Como
todos los consumidores ubicados arriba del precio uniforme73 (que son la
mayoría) están, gracias a la discriminación de precios, pagando más que lo que
pagarían en ausencia de la discriminación, el resultado es que la discriminación
tendrá por efecto transferir todo el beneficio/excedente del consumidor a favor
del vendedor.74 Por ello, visto desde la perspectiva de bienestar el esquema
de discriminación es negativo.75

73 Aquellos localizados entre los puntos 5 y 1.


74 El beneficio del consumidor está (estaba) comprendido por el área abarcada entre los
puntos 1, 2 y 5.
75 Hay un aspecto del análisis anterior que no me convence. Postular la existencia de una
pérdida de bienestar me parece inexacto. Tan sólo significa que el productor apropia
dicho beneficio (el bienestar) pero no que hay una pérdida del mismo. La pérdida
ocurriría si la totalidad del bienestar del consumidor no fuera apropiada por el
29

2. Discriminación de precios Imperfecta

El caso de la discriminación de precios imperfecta es menos claro. Como se


adelanto en la sección IV.B.2 anterior, la discriminación de precios perfecta existe
sólo en el mundo de las ideas. En los libros de economía. En el mundo real no
existe un esquema de discriminación de precios que logre perfectamente
discernir el valor residual que cada consumidor le atribuye en cada instante a
cada producto. Luego entonces, ¿debe la respuesta variar?

Como se adelantó,76 hay elementos negativos77 de dicha imperfección,


pero considero que —correctamente entendidos— no militan en contra de la
práctica. Al contrario; la defienden. El motivo es que, si bien las observaciones
son ciertas, en mi opinión no son causa suficiente para tildar la discriminación de
precios como algo negativo. Ello puesto que en verdad no critican a dicha
práctica, sino a las consecuencias que derivan de la distancia entre el éxito que sí
obtuvieron y el que podrían conceptualmente obtener si fuera totalmente exitosa.
Entendidas así, no militan a favor de vedar la práctica, sino de fomentar la
misma.

Si la discriminación de precios perfecta parece conceptualmente no


sancionable, la discriminación que busca serlo (aunque se quede corta) no
tendría porqué serlo.

productor, como sucede en un escenario de precios monopólicos. (vid. González de


Cossío, COMPETENCIA ECONÓMICA. ASPECTOS JURÍDICOS Y ECONÓMICOS, Ed. Porrúa, pgs.
32 a 34). Entendido lo anterior, solo ocurriría una transferencia de riqueza, cosa que no
ocupa al derecho de la competencia económica.
76 Sección IV.B.2 anterior.
77 Como se dijo con anterioridad, Carlton y Perloff (id., pg. 449) consideran que los
aspectos negativos de la discriminación de precios imperfecta consisten en que: (a) dado
que el precio excede el costo marginal, tendrá lugar una restricción de abasto e
ineficiencia; (b) existirán oportunidades no aprovechadas para hacer negocios (e
ineficiencia) derivadas de la diferencia en el deseo marginal del consumidor de pagar un
precio distinto por un producto; y (c) se generarán gastos (‘precios sombra’) a cargo de
consumidores que constituirán una ineficiencia ya que no serán apropiados por la firma.
30

3. Común denominador

Correctamente entendido, el resultado en el abasto de esta práctica —trátese o no


de discriminación perfecta o imperfecta— es que el producto es vendido a todas
las personas que lo desean. El volumen será el mismo (o se acercará) al existente
en un escenario perfectamente competitivo, permitiendo que los clientes que le
ponen el menor valor paguen únicamente el precio competitivo, el cual sería
inferior al precio no-discriminado que el vendedor con poder de mercado
hubiera cobrado. El resto pagará más que el precio competitivo, y algunos pocos
tendrán que pagar más que lo que, mediante dicho esquema, hubieran pagado.
La única regla general que puede abstraerse es que mediante dicha estrategia el
vendedor obtendrá un ingreso superior. Es decir, el bienestar del productor
siempre se incrementa. El bienestar agregado del consumidor dependerá de si se
está en presencia de la hipótesis contemplada en la Gráfica 2 o en la Gráfica 3.

D. COSTO SOCIAL DE LA DISCRIMINACIÓN DE PRECIOS

La discriminación de precios persistente transfiere riqueza del consumidor al


productor. El que el derecho de la competencia deba estar ocupado con dichas
transferencias ha generado diferencias de opinión. Postulo que no.

El costo social que la discriminación de precios puede generar es:

a) La pérdida social (deadweight loss) resultante de la reducción de abasto. En


la medida en que la discriminación de precios imperfecta resulta en un
abasto inferior al nivel competitivo, y que en el mundo real toda la
discriminación de precios es imperfecta, podría argumentarse que la
discriminación de precios habitual resulta en una pérdida social.7879

b) Un tipo adicional de pérdida social es aquella que resulta de las prácticas


exclusionarias: las prácticas que un monopolista que discrimina puede

78 Hovenkamp, FEDERAL ANTITRUST POLICY, pg. 520.


79 El motivo por el que encuentro inconvincente este argumento está explicado en las
secciones IV.C.2 y IV.C.3.
31

tomar con miras a asegurar o mantener su poder de mercado.80 (Tampoco


me convence. Ser persuadido por esto equivaldría a sancionar por la
posibilidad de la conducta, y no por incurrir en la misma.)

c) Un costo social adicional es que el discriminador de precios potencial debe


incurrir en esfuerzos para identificar, segregar81 y atacar los diferentes
grupos de consumidores con diferentes valores de reserva. Estos
esfuerzos son pérdidas sociales.82 (Disiento de este argumento. Si el
esquema es exitoso, el costo de implementarlo se torna en una inversión
y lucrativa. Lo inverso puede acontecer, pero no considero que ello
admita una generalización.)

Contra-argumentos:

a) Una firma no obtiene poder de mercado mediante la discriminación de


precios, más bien incurre en la misma como resultado de tener poder de
mercado.

b) Algunos83 sostienen que la discriminación de precios no debería generar


preocupación alguna de competencia ya que no resulta en pérdida de
abasto, como sí sucede con otras prácticas monopólicas. Otros autores
disienten.84

c) El poder de mercado, ni su duración, es incrementado con la


discriminación de precios, no obstante que puede resultar en la obtención
de ganancias superiores.

No obstante que la discriminación extrae más de ciertos consumidores, y de esa


manera transfiere riqueza al proveedor, dichas transferencias no justifican una

80 Hovenkamp, FEDERAL ANTITRUST POLICY, pg. 520.


81 Lo que puede involucrar crear diferentes sistemas de distribución y llevar a cabo otras
actividades que eviten el arbitraje.
82 Hovenkamp, FEDERAL ANTITRUST POLICY, pg. 520.
83 Robert Bork , THE ANTITRUST PARADOX: A POLICY AT WAR WITH ITSELF, The Free Press a
Division of Macmillan, New York, 1978, pgs. 394-398.
84 Hovenkamp, FEDERAL ANTITRUST POLICY, pg. 520.
32

condena genérica puesto que la discriminación resulta en la satisfacción de tanto


clientes de precios altos como los clientes de precios bajos. Centrar la atención
únicamente en los clientes de precios altos ignoraría los beneficios recibidos por
los clientes de bajo ingreso. A su vez, cuando el precio uniforme de un producto
está debajo del precio que de otra manera sería monopólico, existirá mayor
producción, lo cual beneficia al consumidor.

Como puede verse, también el costo social de la discriminación de precios


invita diferencias de opinión.

E. COSTO SOCIAL DE ATACAR LA DISCRIMINACIÓN DE PRECIOS

Múltiples legislaciones sancionan esta práctica. Sin embargo, no es evidente que


ello sea positivo. Es más, existe una corriente de opinión que postula que con
toda probabilidad sea negativo.

La legislación que prohíbe la discriminación de precios85 puede tener dos


efectos negativos en mercados oligopólicos:86

a) Hacer, mediante la penalización de reducciones individuales de precios,


que las ‘trampas‘ en las que habitualmente incurren miembros de un
cartel sean más onerosas y difíciles. Por ‘trampas‘ me refiero a las
reducciones de precio por debajo del precio del cartel;87 y

85 Como sucede con el artículo 7.IV del Reglamento de la LFCE y la sección 2 de la Clayton
Act de Estados Unidos, según sus modificaciones por la Robinson-Patman Act de 1936, que
hacen ilícito el que cualquier persona discrimine mediante precios entre diferentes
compradores de bienes del mismo tipo o calidad cuando el efecto sea reducir en forma
sustancial la competencia o tengan por objeto crear un monopolio (“unlawful for any
person … to discriminate in price between different purchasers of commodities of like grade or
quality … where the effect … may be substantially to lessen competition or tend to create a
monopoly…”) (15 U.S.C.A. §13(a)).
86 Hovenkamp, FEDERAL ANTITRUST POLICY, pg. 521.
87 Podría cuestionarse si el desincentivar una trampa es positivo. Bajo la perspectiva de
competencia económica, la respuesta es un enérgico sí. El motivo es que los incentivos
que tienen cartelistas para vender a términos distintos al precio y abasto cartelizado no
solo son enormes, sino que son uno de los motivos (si no es que el motivo) más
importante por el que los mismos no prosperan a mediano y largo plazo. Es decir, el
cartel tiene sembrado dentro de su esquema los elementos de su fracaso.
33

b) Disolver los incentivos para que oligopolistas compitan más


agresivamente mediante la búsqueda de ventas marginales.

La legislación sobre discriminación de precios, y su aplicación, debe tener en


cuenta los riesgos anteriores con miras a evitar propiciar efectos
anticompetitivos. Ante ello, evitar una condena genérica y contemplarla en
derecho mexicano como una práctica monopólica relativa, con el consecuente
análisis pro- y anticompetitivo, es un paso plausible.

F. CONCLUSIÓN SOBRE LA APROXIMACIÓN DEL DERECHO DE LA COMPETENCIA

Entendidas las consecuencias descritas, volvamos a la pregunta inicial de esta


sección: ¿cuál es la respuesta que el derecho de la competencia debe adoptar ante
la práctica?

No hay una respuesta única. Existe diferencia de opinión. Y también


existe algo de confusión. Por ejemplo, se ha dicho que, en la medida en que la
discriminación de precios es sintomática de poder de mercado,88 y el poder de
mercado conlleva a mala distribución de recursos, dicha práctica debe ser
repudiada. Considero que la postura es falaz.89 Pero no nos adelantemos.

Parte de lo interesante de la discriminación de precios tiene que ver con


sus múltiples facetas y casuistas consecuencias. Y la observación también aplica
a sus efectos en el proceso competitivo. Irónicamente, puede ser procompetitiva
y anticompetitiva.

Mientras que la discriminación de precios no-sistemática puede resultar en


competencia intensa, y puede menoscabar de las prácticas de precios

88 Recuérdese que un elemento esencial para poder establecer la práctica es contar con algo
de poder de mercado. De otra manera, sería imposible: el vendedor (tomador de
precios), enfrentando una curva de demanda plana, perdería todas (o casi todas) sus
ventas con un (aun ligero) incremento de precio de su producto. Nótese que la
determinación de poder de mercado no es una pregunta que tiene una respuesta polar:
‘si’ o ‘no’. Más bien, es una determinación de grado: ¿cuánto poder de mercado tiene un
agente en un mercado particular por su producto? Es ante ello que la utilidad del Índice
Lerner cobra importancia (que postula que el poder de mercado se mide (es igual a) la
distancia entre costo marginal y precio de un producto.
89 El que cierto poder de mercado sea un requisito para la práctica no necesariamente
implica que la misma constituye un abuso del mismo.
34

oligopólicos,90 la discriminación de precios sistemática puede incrementar el


poder de mercado y facilitar prácticas colusivas. La discriminación de precios
sistemática puede preservar y reforzar un monopolio;91 pero también puede
incrementar la eficiencia en casos en donde el monopolio es inevitable.

Mientras que la discriminación habitual puede ser procompetitiva (en la


medida en que puede dañar el funcionar de carteles u oligopolios tácitos), la
discriminación de precios esporádica por lo general fomenta competencia y será
el dolor de cabeza de los miembros de un cartel.92

Bienvenido al mundo de las contradicciones.

Retomemos los efectos en bienestar y en eficiencia. Como se mencionó, no


puede establecerse una regla general sobre el efecto, desde la perspectiva de
bienestar, de la discriminación de precios. Es empírico. Dependerá del mercado
particular. Lo que sí puede aseverarse es que las ganancias del monopolista que
discrimina perfectamente son iguales al bienestar del consumidor bajo un
escenario competitivo.93 Es decir, el discriminador perfecto extrae todo el
excedente/bienestar del consumidor.

Mientras que el bienestar del consumidor es maximizado bajo


competencia, es eliminado bajo discriminación perfecta.94 Lo inverso ocurre en
cuanto al bienestar del productor: es reducido mediante el esquema de precios
competitivos uniformes, y maximizado mediante la discriminación. Por ende, la

90 Scherer and Ross, pg. 502.


91 Al dar a agentes económicos grandes la posibilidad de adquirir insumos a precios
inferiores que sus rivales pequeños. También permite amarrar a compradores y
vendedores dando descuentos para adquisiciones concentradas; y puede obstaculizar la
entrada a segmentos más pequeños de mercado.
92 Ya que dará oportunidades para hacer trampa al mismo no respetando los precios
acordados y haciendo ventas a precios inferiores al precio del cartel.
93 Carlton and Perloff, pg. 441.
94 Carlton and Perloff, pg. 439.
35

discriminación de precios resulta en una re-distribución de ingreso de


consumidores a favor del discriminador.95

Desde el ángulo de eficiencia, si bien existen diferencias de opinión, a mi


juicio, los efectos de la práctica tienden a ser positivos, y las críticas confunden
éxito con fracaso. Aunque no repetiré los motivos,96 sí la conclusión: resulta en
mayor abasto y más ganancias.

Volvamos ahora a nuestra pregunta inicial: ¿es ello positivo o negativo? Si


bien la respuesta es variada, y ello ha provocado variaciones en las políticas
legislativas, en mi opinión, desde una perspectiva de competencia económica, los
argumentos anteriormente brindados son neutrales: no son ni positivos ni
negativos. Es decir, no generan problemas desde la perspectiva de competencia
económica.

Las personas que le han puesto calificativos negativos a dicha práctica por
lo general lo hacen realizando consideraciones de bienestar, mas no de eficiencia.
Es decir, arguyen que la transferencia de riqueza del consumidor al productor es
negativa, y, por lo general, como dicho análisis incluye una determinación de
poder de mercado, tiende a inferirse (equivocadamente) que hay implicaciones
de competencia económica. Sin embargo, ello pasa por alto que el derecho de la
competencia económica no tiene fines distributivos. El instrumento de competencia
económica no busca (ni debe buscar) redistribución de la riqueza ni
consideraciones de bienestar del consumidor. Para ello hay otros
instrumentos.97 El instrumento de competencia económica solo atiende al
objetivo de eficiencia en los mercados procurada protegiendo el mecanismo de la
libre competencia. Nada más. Y nada menos. Desde dicho ángulo, las
consideraciones realizadas (y que fueron anteriormente descritas) son
perfectamente irrelevantes.

95 Scherer and Ross, pg. 494; Carlton and Perloff, pg. 448.
96 Que están descritos en la sección IV.B.
97 Por ejemplo, los impuestos y la seguridad social.
36

Lo anterior ruega una pregunta: ¿y qué sucede si un agente económico


con cierto (o mucho) poder de mercado, utiliza el mecanismo de discriminación
de precios para desplazar a un competidor, o para crear un embudo o barrera de
entrada a un mercado particular? ¿Acaso ello no genera preocupaciones de
competencia económica?

La respuesta es un tajante sí. Pero, y como la pregunta misma incluye


como punto de partida de su hipótesis, no es porque exista una redistribución de
riqueza o diferencia de trato lo que hace que la práctica sea sancionable, sino
porque está siendo utilizada de una manera anticompetitiva.

Dicho de otra manera, la práctica en si es una herramienta de negocios


como cualquier otra. Dicha herramienta puede ser utilizada —desde la
perspectiva de competencia económica— para fines positivos y para fines
negativos. Un fin positivo es obtener más ganancias, aunque ello sea mediante la
venta de productos más caros a ciertas personas y más barato a otras. Un fin
negativo será utilizarla para meterle el pie a un competidor. De allí que la
respuesta mexicana sea apropiada: tratarla como una práctica monopólica
relativa.

V. REGLAMENTACIÓN MEXICANA DE LA DISCRIMINACIÓN DE


PRECIOS

A. DISCRIMINACIÓN DE PRECIOS COMO UNA PRÁCTICA MONOPÓLICA RELATIVA

El derecho de competencia mexicano contempla98 la discriminación de precios


como una práctica monopólica relativa. Por ello, será un análisis de regla de
razón el que tendrá lugar sobre la práctica y sus efectos.99

98 Fracción IV del artículo 7 del Reglamento de la Ley Federal de Competencia Económica


(“LFCE”).
99 Dada la reciente declaración de inconstitucionalidad de la fracción VII del artículo 10 de
la LFCE, existe la iniciativa de modificar dicho artículo 10 con miras a incluir las prácticas
contempladas en el artículo 7 del Reglamento de la LFCE en la LFCE misma. Una de
ellas es la discriminación de precios.
37

La práctica se define como el “establecimiento de distintos precios o


condiciones de venta para diferentes compradores situados en igualdad de
condiciones”. Siendo una práctica monopólica relativa, lo siguiente deberá ser
analizado (pero en lo que no abundaré): (1) poder sustancial;100 (2) en un
mercado relevante;101 y (3) daño al proceso competitivo.102

B. EXPERIENCIA MEXICANA CON LA DISCRIMINACIÓN DE PRECIOS

Los precedentes mexicanos son interesantes. A continuación los resumiré para


luego comentar la forma en que la práctica ha sido evaluada y sancionada por la
Comisión Federal de Competencia (“CFC”).

1. Los casos103

En Teléfonos de México/Avantel/Alestra,104 mediante un razonamiento oscuro, la


CFC sostuvo que Telmex había discriminado por precios105 al establecer precios
y condiciones de venta distintos para diferentes operadores en igualdad de
circunstancias, como resultado de la negativa de acceso a su red con cargo
directo a los operadores en lugar de a los clientes.106 No diré más. Mi renuencia
a examinar el caso obedece a que, en realidad,107 la práctica no parece involucrar
una verdadera discriminación de precios, sino otras prácticas que buscaban
reducir la demanda que enfrentaban competidores de Teléfonos de México, S.A.

100 Artículo 13 de la LFCE.


101 Artículo 12 de la LFCE.
102 Proemio del artículo 10 de la LFCE.
103 Los casos descritos son aquellos encontrados en las Gacetas de Competencia Económica.
La revisión incluyó todas las Gacetas hasta la número 21, año 8, enero-abril 2005.
104 Expediente DE-07-98. Gaceta de Competencia número 8, año 3, septiembre-diciembre
2000, pg. 353.
105 En violación de la fracción VII del artículo 10 de la LFCE y la fracción IV del artículo 7 del
Reglamento de la LFCE,
106 Gaceta de Competencia número 8, año 3, septiembre-diciembre 2000, pg. 370.
107 Por lo menos como se deriva de la forma en que fue reportado en la Gaceta de
Competencia.
38

de C.V. (“Telmex”) . Telmex no estaba estableciendo precios distintos por el


producto, estaba implementando tácticas que buscaban desplazar a
competidores del mercado.

En Teléfonos de México/Avantel/Alestra/Marcatel108 el razonamiento de la


CFC parece mucho más claro y preciso. En resumidas cuentas, la CFC determinó
que la conducta de Telmex involucraba tres prácticas: negativa de trato en
detrimento de competidores, incremento de costos de rivales y discriminación de
precios. La tercera práctica deriva del cobro por Telmex de dos tarifas de
interconexión y diferentes precios en la prestación de servicios de transporte
interurbanos. En palabras de la CFC:109

Cobrar a los otros operadores de larga distancia una tarifa mayor de lo


que implícitamente se cobra a si misma, implica excluir a Avantel de
poder competir … mediante la práctica Telmex está ‘seleccionando’ a su
división de larga distancia (Lada) ‘en perjuicio’ de su competidor… [lo
que] impide o excluye injustificadamente …a través de un trato
discriminatorio que excluye a Avantel de competir con Telmex-Lada en el
segmento de clientes preferentes.

En Grupo Ferrocar y Asociados v. Motorola de México,110 Grupo Ferrocar y


Asociados, S.A. de C.V. (“Ferrocar”) denunció a Motorola de México, S.A.
(“Motorola”) por dos prácticas: denegación de trato y discriminación de precios.
En relación con discriminación, la CFC consideró que no se acreditaba la práctica
puesto que al momento en que Motorola ofreció y comercializó a otros clientes
productos Ferrocar ya no era distribuidor de Motorola. Por ende, no era factible
que se actualizara la discriminación pues Ferrocar ya no compraba ni distribuía
productos de la denunciada. Es decir, no se cumplía el requisito de estar en las
mismas circunstancias.

108 Expediente DE-03-99. Gaceta de Competencia Económica número 10, año 4, mayo-
agosto 2001, pg. 323.
109 Id., pg. 365.
110 Expediente DE-18-2001. Gaceta de Competencia Económica número 11, año 4,
septiembre-diciembre 2001, pg. 659.
39

Existe una observación que es procesalmente útil: la legitimación para


denunciar la discriminación recae en el comprador que adquiere un bien en
condiciones diferentes con respecto a otros agentes económicos similares.111

En Avantel v. Telmex,112 Avantel, S.A. (“Avantel”) presentó una denuncia


en contra de Telmex por diferentes prácticas entre las cuales se incluyó trato
discriminatorio en precio como resultado del doble cobro por la prestación del
servicio de transporte interurbano conmutado a través de Lada Operadores. La
CFC determinó que Telmex discriminó a los operadores que eran competidores
con el objeto de aumentar de manera artificial los costos de los servicios que
dichas empresas ofrecen al público, reduciendo su demanda. En opinión de la
CFC, el cobro a otros operadores de larga distancia de una tarifa mayor de la que
se cobra a si misma,113 excluía a Avantel de poder competir en el segmento de
clientes preferentes. Mediante dicha práctica Telmex privilegiaba a su división
de larga distancia (Lada) en perjuicio de su competidor: excluía o impedía a
Avantel competir en el segmento de transporte interurbano a clientes
preferentes.

En otro caso114 entre las mismas partes115 Avantel atacó el Plan Lada
Directo de Telmex consistente en proporcionar conectividad a clientes mediante
un acceso directo y no por troncales digitales. Dicha práctica evita el servicio
medido al no usar la red local.116 La CFC consideró que si Telmex está

111 Gaceta de Competencia Económica número 11, año 4, septiembre-diciembre 2001, pg.
664.
112 Expediente DE-03-99. Gaceta de Competencia Económica número 10, año 4, mayo-
agosto 2001, pg. 323.
113 Es decir, a su subsidiaria que competía con Avantel. Telmex está verticalmente
integrada en los mercados de larga distancia y transporte interurbano.
114 Expediente DE-25-2000. Gaceta de Competencia Económica número 15, año 6, enero-abril
2003, pg. 381.
115 Que, además de trato discriminatorio, también involucró subsidios cruzados, reducción
de demanda y depredación de precios.
116 Telmex ofrecía a sus clientes enlaces directos descontando su costo de instalación y renta.
Los enlaces sustituyen el servicio de interconexión en la localidad donde se originan las
llamadas de larga distancia, lo cual traslada a clientes el ahorro en la interconexión.
40

utilizando troncales digitales en su servicio local para el servicio de larga


distancia, Telmex tendría que ofrecer esos troncales digitales a todos los
operadores de larga distancia. De lo contrario, otorgaría ventajas exclusivas a
sus empresas integradas sobre sus competidores, al establecer distintos precios o
condiciones de venta para diferentes compradores que están en igualdad de
circunstancias.

Dicho de otra manera, la aplicación del Plan Lada Directo actualiza la


práctica monopólica consistente en ofrecimiento de distintos precios o
condiciones de venta para diferentes compradores. En mi opinión, este es un
caso de condiciones, no precios, distintos.117

En otro caso entre Avantel y Telmex,118 Avantel denunció como


discriminatorio el descuento119 de la totalidad del costo de instalación de lada
enlaces locales.120 Avantel postulaba que la práctica de Telmex de ofrecer
gratuitamente la instalación de enlaces locales reducía el margen de operación
del resto de los concesionarios competidores, y era discriminatoria pues no
estaba disponible a Avantel.

Dado que Telmex estaba verticalmente integrado y era proveedor de


insumos esenciales e indispensables para que otros concesionarios pudieran
competir, la negativa de conectar a clientes con las plataformas de operación de
servicios dedicados fue tildada de discriminatoria y violatoria de la LFCE.121

117 En forma relevante, se encontró la existencia de otras prácticas como subsidios cruzados,
incremento de costos de rivales (conocida por la doctrina estadounidense como raising
rival’s costs).
118 Expediente DE-45-2000. Gaceta de Competencia Económica número 15, año 6, enero-
abril 2003, pg. 503.
119 Que no estaba registrado ante la Comisión Federal de Telecomunicaciones.
120 El cual tenía un costo importante. En la fecha en que se presentó la práctica, según el
libro autorizado de Telmex, ascendían a más de $90,000.00 pesos.
121 La CFC también lo calificó de depredatorio, que constituía un subsidio cruzado (pues las
ganancias en otras áreas prometían subsidiar dicha pérdida), discriminatorio (de trato); y
como una práctica que buscaba incrementar los costos de rivales.
41

En otro caso122 Avantel y Marcatel denunciaron a Telmex por las prácticas


monopólicas consistentes en el doble cobro por la prestación del servicio de
transporte interurbano conmutado123 a través del Plan Lada Operadores. La
diferencia de precio en comparación con clientes comerciales fue calificada como
violatoria a la LFCE por la CFC.124 Telmex realizaba un doble cargo de
interconexión125 que colocaba en desventaja a los operadores de larga distancia
ya que se veían obligados a pagar a Telmex más que cualquier cliente
corporativo. El precio era discriminatorio cuando se comparaba con otros
clientes comerciales.

De mi lectura del caso, mediante dicho plan Telmex implementaba lo que


la doctrina económica llama un ‘price squeeze’: el precio de mercado opera como
un techo126 y el costo como un piso. Las ganancias son la diferencia entre cada
uno. En la medida en que Telmex puede incrementar el costo, sube el piso,
apretando las ganancias, hasta que el competidor revienta. Es desplazado del

122 Expediente DE-03-99. Gaceta de Competencia Económica número 15, año 6, enero-abril
2003, pg. 560.
123 El servicio de transporte interurbano consiste en cruzar comunicaciones de larga
distancia a las ciudades que no estén abiertas a la presuscripción o donde los operadores
de larga distancia no dispongan de infraestructura propia. Hay dos tipos de servicio de
transporte interurbano: los servicios conmutados que se ofrecen a través del Plan Lada
Operadores mediante el cual Telmex termina en otra ciudad una llamada de un cliente de
otro operador de larga distancia, y los servicios no conmutados que corresponden a
enlaces dedicados. Telmex cobra a operadores de larga distancia por el servicio
conmutado dos tarifas: una tarifa de interconexión en la ciudad donde se origina la
llamada, y una tarifa por el servicio de reventa. En los servicios no conmutados Telmex
cobra por los enlaces dedicados un costo de instalación y una renta (que depende de la
distancia).
124 La denuncia también abarcó las restricciones de abasto en el suministro de puertos de
reventa para la prestación del mismo servicio, restricciones de uso en los enlaces de
transporte arrendados, la existencia de fallas injustificadas en dicho servicio, la
imposición de uso de enlaces para la prestación de los servicios que ofrecen, el
incremento en las tarifas de instalación y renta de los lada enlaces, y la suspensión del
servicio de prestación de señales digitales y de acceso a la red pública.
125 Telmex tiene la obligación de prestar servicios a sus competidores de larga distancia para
terminar llamadas en aquellas ciudades que no estén abiertas a la presuscripción y
también en aquellas ciudades en donde estos operadores no tengan infraestructura
propia para prestar el servicio de larga distancia. Telmex cubre con sus servicios de larga
distancia a 71,000 poblaciones del país.
126 Está fijo y no puede venderse a una cantidad superior.
42

mercado. Este era el resultado de la aplicación discriminatoria de tarifas del Plan


Lada Operadores.

Un aspecto interesante de este caso es que la discriminación que ocurrió


en un eslabón anterior de la cadena productiva infligía un daño en un escaño
hacia abajo de la misma. Los concesionarios competidores no podían ofrecer los
servicios de larga distancia en términos competitivos y rentables cuando las
llamadas terminaran en lugares no abiertos a la presuscripción. El efecto del
desplazamiento del mercado ocurría pues estos enfrentaban costos mayores al
precio que Telmex otorgaba a sus suscriptores finales.

En otro caso127 Distribuidores Farmacéuticos Veterinarios en Cadena, S.A.


de C.V. (“Disfavet”) denunció a Schering Plough, S.A. de C.V. (“S-P”) por
prácticas monopólicas en el mercado de distribución y comercialización de
productos farmacéuticos veterinarios consistentes en,128 inter alia, discriminación
de precios.

Los antecedentes en esencia involucraban la negativa de S-P de


reabastecer a Disfavet productos que S-P se había comprometido a surtir.
Disfavet aseveraba que la negativa a reabastecer, aunada a diferencias de precios
y preferencias en surtido, constituían un trato discriminatorio por S-P en favor de
competidores de Disfavet. Disfavet fundaba parte de sus alegatos en la
determinación de un laudo arbitral que S-P benefició a terceras personas que se
ubicaban en condiciones desiguales, en perjuicio de Disfavet, negando surtirle
productos.129

127 Expediente DE-08-2003. Gaceta de Competencia Económica número 19, año 7, mayo-
agosto 2004, pg. 305.
128 También se denunció la acción unilateral consistente en rehusarse a vender o
proporcionar a personas determinadas bienes o servicios normalmente ofrecidos a
terceros (artículo 10.V de la LFCE).
129 El fundamento de la reclamación por Disfavet en el procedimiento arbitral fue un
contrato entre Disfavet y S-P en el cual se obligaba a dar el mismo trato. Luego entonces,
la determinación del tribunal arbitral descansaba en la obligación contractual de dar el
mismo trato, no una violación legal o a la LFCE de no discriminar por precios.
43

La CFC determinó que Disfavet recibió un trato distinto con respecto a sus
competidores, 130 toda vez que sus pedidos fueron abastecidos en menor
proporción a los de competidores,131 y que S-P negó dichos productos a Disfavet,
aun cuando los tenía disponibles para su venta.132

La CFC analizó una larga lista de productos y determinó que podían


considerarse competidores dado que atacaban el mismo padecimiento.133

En relación con poder sustancial, considerando que S-P no tenía una


participación preponderante en el mercado, que su producto no era el de mayor
venta, y que había otros competidores y productos con una presencia
importante, la CFC concluyó que S-P carecía de la habilidad de fijar precios
unilateralmente o restringir abasto. Además, S-P carecía de antecedentes
anticompetitivos. Por consiguiente, determinó que no existían elementos para
sustentar la presunta práctica.

Disfavet enderezó un recurso de reconsideración134 argumentando que135


(a) de haberse separado los productos que contienen selenio y vitamina E de los
productos que no lo tienen, los resultados serían que S-P cuenta con poder de

130 La conclusión de la CFC se basó en las siguientes determinaciones: (1) se le negó el


producto prefiriendo distribuirlo a otros competidores no obstante que los registros de
almacén de S-P indicaban que había existencia de productos solicitados por Disfavet; (2)
las facturas de Disfavet eran las únicas que contaban con la leyenda “Back Order”, lo cual
significaba que no existe la totalidad del producto solicitado, y por lo que era necesario
introducir una nueva orden de compra; (3) las facturas de Disfavet eran las únicas que
mostraban con la leyenda “mercancía sin derecho a devolución”.
131 La CFC consideró que S-P ofrecía un trato comercial muy similar a tres empresas
distribuidoras, resaltando el hecho de que a Disfavet no le brindaba la oportunidad de
renovar su contrato.
132 En ocasiones la causa de dicha negativa fue abastecer productos a los agentes económicos
competidos de Disfavet.
133 El mercado relevante fueron los medicamentos y productos farmacéuticos elaborados y o
comercializados en el ámbito nacional, los cuales por su composición técnica, sustancia
activa, tipo de padecimiento o enfermedad a la cual se dirigen, así como su aplicación
exclusiva hacia el ganado bovino y porcino, se consideraban sustitutos de los productos
de S-P.
134 Expediente RA-44-2003. Gaceta de Competencia número 19, año 7, mayo-agosto 2004 pg.
317.
135 Se omiten los demás agravios por no ser relevantes para el análisis económico.
44

mercado; y (b) era un error incluir en el mismo mercado a ciertos productos que
contienen una fórmula distinta.136 La CFC determinó que las pruebas aportadas
por Disfavet eran suficientes para analizar de nueva cuenta las cuestiones
referentes a la posible existencia de prácticas monopólicas por parte de S-P. 137

2. Comentario sobre los casos

Como puede observarse, por lo general la CFC ha sancionado la práctica de la


discriminación de precios, no por el simple hecho de ocurrir, sino cuando está
diseñada a desplazar a un agente económico o cuando otorga ventajas exclusivas
a uno (generalmente integrado138) en detrimento de un competidor. Ello implica
que el error conceptual que se detectó y comentó a lo largo de este estudio no se
ha repetido en México. La práctica ha sido sancionada no por su simple
ocurrencia, sino por estar calibrada para procurar un efecto anticompetitivo.

Existe una excepción, parte del razonamiento del caso Distribuidores


Farmacéuticos Veterinarios v. Schering Plough parece transmitir la idea que, de
haber existido poder de mercado, la práctica sería sancionada en forma distinta a
la comentada.139 Es decir, por el simple hecho de ocurrir, y no procurar un
resultado anticompetitivo. Es de esperarse que el error no se cometa.140

VI. DISCRIMINACIÓN DE PRECIOS INTERNACIONAL

El dumping es un caso particular de discriminación de precios. De hecho, su


nomenclatura en la Ley de Comercio Exterior y el Acuerdo Relativo a la
Aplicación del Artículo VI del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y

136 Como Super Performance, Protón 500, etcétera.


137 A la fecha de conclusión de este estudio, no se había resuelto dicha investigación.
138 Parte integrante del grupo de interés económico.
139 Si bien la primera etapa resultó en absolución, dado que el recurso de reconsideración
resultó procedente, está por verse cuál sea el resultado final (Gaceta de Competencia
Económica, número 19, año 7, mayo – agosto 2004, pg. 317).
140 Aunque podría sobrar, lo diré: no tengo interés alguno en el caso, distinto al académico.
45

Comercio de 1994 (comúnmente aludido como el “Acuerdo Antidumping”) es


justamente “discriminación de precios internacional”.

Existe mucho que puede (y debe) decirse sobre esta práctica, pero no lo
haré en este contexto. Lo que guarda relevancia saber es que, en tres estudios
distintos,141 he postulado que la disciplina del dumping es un error legislativo
que debe desaparecer. En esencia, las premisas que apoyan dicha conclusión son
que: (1) choca con paradigmas actuales en materia de comercio internacional y de
bienestar social; (2) carece de una sólida cimentación económica; (3) es el
resultado de, o utilizada en pro de, proteccionismo; y (4) se traslapa con un área
que, además de tener una columna vertebral económica sólida, no incurre en los
defectos descritos: la competencia económica en general, y la depredación de
precios en particular.

Añadiría una quinta razón: una vez más el derecho está disociado de la
conducta económica subyacente. Es un pecado frecuente encontrar que
legislación económica no comprende el fenómeno económico que desea regular.
Dicha problemática, que se observa en algunas instancias de competencia
económica, se encuentra acentuada en las llamadas “prácticas desleales de
comercio internacional”. Para legislar hay que entender. Toda ley económica que
no comience por tomar como punto de partida la realidad del fenómeno
económico materia de las mismas estará condenada a mal-regularlo, ya sea por
quedarse corta, o convertirse en una interferencia injustificada.142

141 González de Cossío, Francisco, DISCRIMINACIÓN DE P RECIOS, DUMPING Y D EPREDACIÓN.


TRES DISCIPLINAS, UN FENÓMENO ECONÓMICO, en Boletín Mexicano de Derecho
Comparado 115, Instituto de Investigaciones Jurídicas, Universidad Nacional Autónoma
de México, Nueva Serie Año XXXIX, Núm. 115, enero-abril 2006, pg. 125; González de
Cossío, Francisco, COMPETENCIA ECONÓMICA Y PRÁCTICAS D ESLEALES DE COMERCIO
INTERNACIONAL. UN COMENTARIO, EL FORO, Barra Mexicana, Colegio de Abogados,
A.C., Décimo Tercera Época, Tomo XVII, número 2, segundo semestre de 2004, pg. 183; y
COMPETENCIA ECONÓMICA. ASPECTOS JURÍDICOS Y ECONÓMICOS, Ed. Porrúa, 2005, pgs.
311-327.
142 De hecho, esta es la postura por la que abogó a lo largo de la obra COMPETENCIA
ECONÓMICA. ASPECTOS JURÍDICOS Y ECONÓMICOS, Ed. Porrúa, 2005. (Posiblemente
hubiera valido la pena denominarlo al revés: “Aspectos económicos y jurídicos”.
Posiblemente así se llame la segunda edición.)
46

Afortunadamente, del análisis de los casos resumidos se desprende que el


yerro se ha evitado.

VII. COMENTARIO FINAL

La discriminación de precios ha dado mucho de que hablar. Ello obedece no solo


a las diferentes circunstancias por las que puede presentarse, u objetivos que
puede buscar, sino también a sus complejos y variantes efectos económicos, tanto
desde la perspectiva de bienestar, eficiencia y competencia.

Expertos en la materia (tanto abogados como economistas) toman


posturas (en ocasiones radicalmente) distintas sobre la aproximación que el
derecho de la competencia económica debe adoptar. El propósito de este estudio
es retomar (y resumir) el debate, proponiendo una regla conceptual y una forma
de aplicarla.

Un vicio que se detecta en la aplicación del derecho de la competencia


económica es que con frecuencia está divorciado de la práctica. Es decir, teóricos,
practicantes y autoridades de competencia económica ignoran lo que en verdad
guía a los comerciantes en su actuar; y en ocasiones ello invita sospechas (¡y
sanciones!) injustificadas.143 Dicha brecha debe puentearse.

Dado que las aseveraciones que se realizan sobre discriminación de


precios con frecuencia cometen dicho error, es mediante este estudio que busco
colaborar para puentear estas diferencias, explicando el fenómeno desde su
ángulo económico.

143 Deseo agradecer al Dr. Adriaan Ten Kate por hacerme ver esta circunstancia. Al hacerlo,
me ha comunicado casos (extranjeros y públicamente disponibles) en los que el punto de
partida conceptual de autoridades de competencia era, no solo distinto al que guía a
hombres de negocios, sino totalmente contrario. En mi opinión, ello es un error grave.
No puede regularse, juzgarse y sancionarse conducta sin tomar como punto de partida
las razones por las que sucede. De lo contrario, se incurriría en un diálogo de sordos.
Peor aún, probablemente se sancionaría conducta no solo positiva, sino que el derecho de
competencia busca fomentar. Si bien agradezco la agudeza de la observación, y lo
atinado del análisis del Dr. Ten Kate, solo yo soy responsable por el resto de las
observaciones realizadas.
El mercado
de trabajo

Principios de
Economía

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El mercado de
trabajo
La demanda de trabajo
La demanda de trabajo describe qué cantidad de trabajadores se encuentra
dispuesta a contratar una empresa para cada salario de referencia. Como es
de esperar, existe una relación inversa entre el salario que debe abonarse y
la cantidad de trabajadores que serían demandados o requeridos por la/s
firma/s.

Supuestos: la empresa toma al precio del bien que comercializa como dado
y no puede influir sobre el mismo. Asimismo, también toma como dado el
salario que debe abonar para contratar un trabajador en el mercado del
factor productivo que contrata (trabajo).

¿Cómo decide la empresa cuántos trabajadores requiere o necesita


contratar? Su decisión de contratación factorial será consecuente con la
instancia de maximización de beneficios estudiada. Por tanto, diremos que
“la demanda de trabajo es una demanda derivada” (Mankiw, 2012, p. 376)
de la demanda de bienes o servicios que la firma contratante se dedica a
producir y comercializar en el mercado de producto.

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Figura 1: La demanda de trabajo: una demanda derivada

Fuente: Elaboración propia a base de Mankiw, 2012.

En particular, en la búsqueda de maximización, las empresas, como


demandantes de factor productivo, contratarán unidades de trabajo hasta
el punto en que no les reditúe adicionalmente más de lo que les cuesta esta
mayor contratación (principio de comportamiento marginalista). Por ello,
compararán el resultado económico en términos de la mayor producción
conseguida con un trabajador adicional, esto es: el Valor del Producto
Marginal del factor (VPMgF=P *PMgF) con el costo de contratarlo (esto es,
en el caso del factor trabajo, el salario).

Es importante notar que la demanda de trabajo será mayor si, con todo lo
demás constante, se incrementa el precio del bien o servicio que se produce
(vale más en el mercado de bienes; por lo tanto, el trabajo contratado
genera más valor) o sube la productividad de la mano de obra.

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La pendiente negativa de la curva de demanda de trabajo que realizan las
empresas viene dada por la pendiente de la función de PMgF en el tramo
relevante (etapa II de la la función de producción de bienes).

La suma de las demandas de trabajo que realizan todas las empresas de un


sector constituye la demanda de trabajo de mercado.

La oferta de trabajo

Los individuos deciden cuántas horas trabajar (es decir, ofrecer en el


mercado de trabajo) en función del salario que recibirán por su esfuerzo.
Una mayor cantidad de horas de trabajo implica sacrificar horas de ocio. En
economía el tiempo ocioso no sólo incluye el tiempo de descanso y
esparcimiento, sino también todo aquel tiempo destinado a tareas no
productivas en el mercado, como por ejemplo: las tareas de la casa, el
cuidado de los hijos, el mantenimiento del jardín, etcétera.

Se suele observar que cuanto mayor sea el salario, más horas estarán
dispuestos a ofrecer los individuos (tramo con pendiente positiva de la
curva de oferta individual de trabajo).

Siguiendo a Mankiw (2012, p. 383), vale la pena señalar que


no es necesario que la curva de oferta de trabajo tenga
pendiente positiva. Imagine que consigue un aumento de
$15 a $20 la hora. El costo de oportunidad del tiempo de
ocio ahora es mayor; sin embargo, usted también es más
rico de lo que era antes. Puede darse el caso que dada su
riqueza adicional, usted decida disfrutar de más tiempo
libre. Esto es, ante un mayor salario, usted podría optar por
trabajar menos horas. En este caso, su curva de oferta de
trabajo tendría pendiente negativa.

La oferta del mercado no es más que la suma de las ofertas individuales de


todos los individuos en tal mercado de trabajo. Esta agregación produce una
oferta de trabajo con pendiente positiva respecto del salario.

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Figura 2: La oferta individual de trabajo

Fuente: Elaboración propia a base de Mankiw, 2012.

El equilibrio en el mercado de trabajo


Como los demás mercados estudiados, este mercado equilibra al igualarse
las funciones de oferta y demanda, de lo cual surgen la cantidad y el salario
de equilibrio.

Figura 3: Equilibrio en el mercado de trabajo

Fuente: Elaboración propia a base de Mankiw, 2012.

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Los cambios que podrían implicar desplazamientos de las curvas y, en
consecuencia, modificar el equilibrio son:

De la demanda:

 cambios en el precio del bien o servicio;

 cambios tecnológicos;

 oferta de otros factores. (Mankiw, 2012, pp. 380-382).

De la oferta:

 cambios en los gustos;

 cambios en las oportunidades;

 inmigración. (Mankiw, 2012, pp. 383-384).

Los factores tierra y capital

Hemos visto la manera en que las empresas deciden cuánta


mano de obra contratar y cómo estas decisiones determinan
los salarios de los trabajadores. Al mismo tiempo que las
empresas contratan trabajadores, también deciden acerca
de los otros insumos de la producción.

Según indica Mankiw (2012, p. 389-390), el significado de


los términos trabajo y tierra es claro, pero la definición de
capital es un tanto más complicada. Los economistas utilizan
el término capital para referirse a la reserva de equipo y
estructuras que se utilizan para la producción. Esto es, el
capital de la economía representa la acumulación de bienes
producidos en el pasado que se utilizan en el presente para
producir nuevos bienes y servicios.

¿Qué determina cuánto obtienen los propietarios de la


tierra y el capital por su contribución al proceso de
producción? Antes de responder esta pregunta, necesitamos
hacer una distinción entre dos precios: el precio de compra
y el precio de alquiler. El precio de compra de la tierra o el

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capital es el precio que una persona paga para ser
propietaria indefinidamente de un factor de la producción.
El precio del alquiler es el precio que una persona paga para
utilizar un factor de la producción por un periodo limitado.
Es importante tener presente esta distinción debido a que
las fuerzas económicas que determinan estos precios son un
tanto diferentes.

Después de definir estos términos, podemos aplicar la


teoría de la demanda de factores que desarrollamos para el
mercado de trabajo a los mercados de tierra y capital.
Debido a que el salario es el precio de alquiler del trabajo,
mucho de lo que hemos aprendido acerca de la
determinación de los salarios se aplica también a los precios
de alquiler de la tierra y el capital.

Como se ilustra en la figura 19:

…la oferta y la demanda determinan el precio de alquiler de


la tierra, que se muestra en el panel a), y el precio de
alquiler del capital, que se muestra en el panel b). Además,
la demanda de tierra y capital se determina de igual manera
que la demanda de trabajo (Mankiw 2012, p. 390).

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Figura 4: oferta y demanda de otros factores productivos (tierra y
capital)

Fuente: Mankiw, 2012, p. 390.

Problemas y aplicaciones
1) Indica si la siguiente afirmación es verdadera o falsa:

a) El corto plazo es el periodo en el cual la cantidad de todos


los factores son variables y pueden ser modificados por la
empresa.

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b) En el largo plazo también existen costos fijos.

c) La existencia de un costo explícito requiere la erogación de


dinero y una contraprestación en la disponibilidad de
factores de la producción.

d) Si aumenta el costo variable, el costo fijo disminuye.

e) El costo fijo medio disminuye con el aumento de los niveles


de producción.

f) El costo medio total no depende del costo fijo medio.

g) El costo marginal no tiene relación con el costo medio total.

h) El costo marginal intersecta al costo medio total en su punto


mínimo.

i) En un monopolio, el ingreso marginal es menor al ingreso


medio.

j) Siempre que una empresa pierda dinero es conveniente


suspender la producción.

k) El óptimo nivel de producción se alcanza cuando el ingreso


marginal resulta igual al costo marginal de producir una
unidad adicional.

l) En competencia perfecta, el precio siempre resulta igual al


ingreso medio y al ingreso marginal.

m) En cualquier proceso productivo siempre existen costos de


oportunidad.

n) El comportamiento de los costos medios variables tiene


relación con la ley de rendimientos decrecientes.

o) Siempre que aumenta la producción se producen economías


de escala.

p) La relación ingreso marginal – costo marginal sólo es válida


para establecer los puntos de óptima producción en un
mercado de competencia perfecta.

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2) En los siguientes enunciados marca la opción correcta:

a) El costo total medio tiene la siguiente forma gráfica:

• Descendente para todos los niveles de producción.

• Ascendente para todos los niveles de producción.

• Descendente para valores pequeños de producción y


ascendente para valores superiores.

• Ascendente para valores pequeños de producción y


descendente para valores superiores.

b) Las llamadas economías de escala suceden cuando:

• El costo medio se torna decreciente a medida que se


incrementa el nivel de producción.

• El costo marginal resulta creciente a medida que se incrementa


el nivel de producción.

• El costo variable medio resulta creciente.

c) El ingreso marginal se define como:

• El incremento generado en el ingreso medio cuando se


incrementa el nivel de producción.

• El incremento generado en los ingresos totales cuando se


incrementa el nivel de producción.

• El cociente entre ingresos totales y el nivel de producción.

d) Para la teoría de producción y costos, el largo plazo es el periodo:

• En que todos los factores de la producción resultan fijos.

• En que todos los factores de la producción resultan variables.

• Asociado a 10 años o más.

• La función de producción permanece atada a la ley de


rendimientos decrecientes.

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Referencias
Mankiw, N. G. (2012). Principios de Economía. (6ª. ed.). México: Cangare Liaoning
Editores.

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