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NOTA INTRODUCTORIA

En esta parte se deben incluir las referencias del terremoto acerca del tiempo y el impacto
causado.

Algunos investigadores basan sus investigaciones en las fechas que brinda el virrey Manso de
Velasco para señalar la superación del desastre. Esta, se inicia con el infausto el 28 de octubre
de 1746 y se extiende hacia cerca de año después el día 23 de septiembre de 1747, fecha en la
que se realiza en la ciudad las celebraciones por el ascenso al trono español del rey Fernando VI.
A propósito Pérez-Mallaina resume lo vivido por los sobrevivientes: “pero el año transcurrido
entre las ruinas de la ciudad resultó, sin duda, una experiencia sumamente difícil para todos los
que se quedaron y, en parte también, para muchos que se vieron obligados a abandonarla”
(Pérez-Mallaina 2001:81) Commented [RAPG1]: Buscar la misma referencia en la
memoria del virrey y en Bravo de Lagunas, de existir.
Reflexión acerca de la fragilidad de la vida y la amenaza de la naturaleza y sus fuerzas
destructoras: “De las tormentas del mar nos defienden los puertos: el ceño de las nubes
desatado en tempestad de aguas y granizado, lo apartan los tejados y cuchillas.- El incendio mas
voráz perdona á quien le huye y no le sigue. Contra las tempestades del cielo, trueno y rayos,
son reparo las casas subterraneas y cuevas profundas; por que el celeste fuego no penetra las
cabidades de la tierra. En una peste se evita el contajio con mudar de pais. Ningun mal tiene la
naturaleza que no tenga remedio: solo la muerte y el terremoto no privilejian sagrado, ni
defensa, donde no introduzcan la fatalidad de sus estragos” (Anónimo 1863:24). Commented [RAPG2]: El párrafo corresponde al introito
de una relación sobre el terremoto de 1687.
Impacto

Tomar en cuenta los sitios afectados por el terremoto para luego ver la situación de algunas
haciendas cercanas a Lima y el apoyo que bridaron durante la recuperación de la ciudad. fueron
afectadas: Cavllas, Guañape, valles de Barranca, Supe y Pativilca, así como las villas de Chancay
y Guaura (Juan y Ulloa: 108). Commented [RAPG3]: Ver referencia

El padre Lozano refiere que el terremoto inició “como á las diez y media de la noche” y tuvo una
duración de tres a cuatro minutos, destruyendo gran parte de la ciudad y dejando sólo 25 casas
en pie y murió la duodécima parte de las sesenta mil personas que componían la ciudad (Lozano
1863:36). La cifra la retoma en la página 39 refiriendo que la tomó de “la relación, que parece la
mas verdadera de las que se han publicado, por lo menos reina en ella mucha sinceridad, y
concuerda mejor entre si con las diferentes relaciones que han ido á Europa” (Lozano 1863:39)

Al parecer de Llano y Zapata, el movimiento sísmico duró “algo mas de tres minutos, y con ella
se acabó lo que se había trabajado en doscientos once años” (Llano y Zapata (a) 1863:72)

El autor de la Individual y verdadera relación considera al terremoto de 1746 como el más fuerte
de aquellos de los que ha tenido noticia: “Y entre los [terremotos] que han padecido estos reinos
desde su conquista, que es á lo que puede alcanzar alguna noticia, ninguno se debe decir con
verdad, que ha llegado á ser de igual ímpetu ni de tanta ruina y estrago, como el que acaeció en
esta Capital” (Anónimo 1863:149). Estima la duración del terremoto e “cuatro minutos horarios”
(150)

Montero del Águila calcula la duración del terremoto en tres credos (1863:172)

Según la información que recibido, Ulloa estima el terremoto en tres minutos de duración. (Juan
y Ulloa 1748:106)
Los daños se dejaron sentir en otros puertos como el de Cavallas, y Guañape; y semejante a la
de Lima,las villas de Chancay, Guaura, y los valles de Barranca, Supe y Pativilca. (Juan y Ulloa
1748:106)

Número de víctimas

En el terremoto de 1687 fallecieron en Lima más de 600 personas, mientras en el Callao la cifra
sobrepasó las 500 personas. (1863:29-31). Cómo se observa la cifra de muertos en Lima bordea
la mitad de los muertos dejados por el terremoto de 1746, mientras que en el Callao la
trasciende considerablemente.

La cifra de muertos en el Callao se eleva a siete mil, y “Por las diligencias que mandó hacer el
Señor Virey, se puede hacer el cómputo, que en el Callo y en Lima murieron mas de once mil
personas” (Lozano 1863:41)

Al narrar la manera en como enterraban a los muertos producto del terremoto, Esquivel y Navia
señala que el número de cadáveres enterrados hacia el 31 de octubre ascendía a 13000.
(1980:354)

Llano y Zapata estima el número de muertos en 1300 individuos hasta el 31 de octubre de 1746.
(1863:75) Commented [RAPG4]: Tanto Ulloa como Esquivel y Navia
han confiado en la obra de Llano y Zapata.
En su Observación diaria…, Llano y Zapata estima que el número total de víctimas entre la
inundación del Callao, el terremoto en Lima y las epidemias ascendió a 16000 personas (Llano y
Zapata (2) 1863:141). La relación que escribe Llano se termina hacia octubre de 1748, por lo
tanto, el número de víctimas inmediatas en el terremoto y la inundación del Callao no pudo
haber variado sustancialmente, es más, se pudo haber mantenido sin modificación alguna, por
lo tanto lo que viene a engrosar el número de muertos viene a ser el efectos de las epidemias
sobre la población.

Para Walker (2004) el número de víctimas producto del terremoto varió entre los 6000 y los
12000 de una población total de 55 mil personas (46)

Victorino Montero, que cierra su relación el 6 de noviembre, estima el número de muertos


(ahogados) en El Callao en 7000 individuos y 5000 en la ciudad de Lima. (1863:173)

Según la Individual y verdadera relación el número de muertos asciende a 1141, según las
averiguaciones del autor. (Anónimo 1863:150). Esta es la relación oficial que emplea el virrey
Manso de Velasco e incluso el oidor Bravo de Lagunas.

Hasta el treinta y uno de octubre el conteo de “cadáveres descubiertos” se estimó en cerca


13000 en la ciudad de Lima, mientras en el Callao se numeraban en 4000, y sólo 200
sobrevivientes. (Juan y Ulloa 1748:108)

Pérez-Mallaina concluye que las fuentes del terremoto estiman que en el Callao el número de
víctimas ascendía entre 4700 y 4800, y agregando los muertos de Lima, la cifra total bordeaba
las 5000 y 6000 personas. Porcentualmente, el terremoto había cegado la vida al 2% de la
población de la capital, y al 8% de la población total entre Lima y El Callao. (Pérez-Mallaina
2001:61)

Labor del virrey


Juicio concertado de distintos autores sobre el gobierno y obra del virrey Manso de Velasco:
“Aunque controvertida la opinión de algunos autores sobre la obra de gobierno de Superunda,
parece que en el aspecto que toca al esfuerzo desplegado por éste en la reconstrucción de la
ciudad capital del Virreinato, tras el movimiento sísmico que la destruyó, junto al Callao, existe,
sin embargo, un acuerdo decidido a su favor, y no sólo entre los historiadores que se han
ocupado de este período, sino también entre aquellos que asistieron, sufriéndolo, a tan enorme
desastre… Las energías, buen tino y eficacia desplegadas le valieron el título de Conde de
Superunda, elegido por él mismo…” (Moreno 1983:21-22)

“En otros aspectos, el virreinato peruano ofrecía perspectivas más halagüeñas en 1750, tanto
para sus gobernantes como para los gobernados. Si bien el puerto del Callao y la ciudad de Lima
seguían parcialmente en ruinas debido al devastador terremoto de 1746, la paciente supervisión
de su reconstrucción por parte del virrey Manso, y su juiciosa decisión de aligerar la carga de los
impuestos, parecían estarse ganando al público” Fisher 2000:59

Olavide, comentando sobre la recuperación rápida y efectiva de Lima tras el desastre nos dice:
“Cuando, en una numerosa población, cada uno se ocupa en reparar sus pérdidas, los vestigios
suyos pueden subsistir todavía por mucho tiempo; pero no tarda en establecerse una especie
de órden, y se reproducen los recursos á cada instante. Fué lo que sucedió en éste muy
memorable terremoto” Olavide 1987:215. Recordemos que Olavide fue designado como uno de
los cuatro alcaldes ordinarios durante el desastre, así que la filiación de su persona con el
gobierno virreinal es casi directa.

“El terremoto del años de 1746 sucedió en día 28 de octubre; la ruina que padecieron las casas
del Tribunal, la general turbación y la epidemia que se experimentó inmediatamente cortaron Commented [RAPG5]: Se menciona al Santo Oficio
el hilo a todas las actuaciones, porque sólo se pensaba en el modo de asegurar la vida” (Manso porque el virrey explica cómo se truncó la visita e
investigación del señor Arenaza para estudiar las denuncias
1983:221). La apreciación del virrey sobre el desastre en el que se vio sumida Lima
hechas contra el Tribunal.
inmediatamente después al terremoto es sirve de preámbulo y para dar inicio al estudio que
vamos a realizar, puesto que las labores que el llevó a cabo así como la actitud de los
sobrevivientes no buscaba otra cosas sino “asegurarla vida”.

La mayoría de las relaciones impresas de la época sobre el terremoto, defienden y halagan el


buen proceder del virrey para enfrentar el desastre en sus primeros días e incluso durante la
reconstrucción.

Una apreciación personal del autor respecto al virrey: “Manifestó en esta ocasión talentos
superiores, y prendas muy sobresalientes.- Todos únicamente le hacen esa justicia confesando,
que sin las providencias que tomó, hubieran perecido los habitantes que habían quedado con
vida” (Lozano 1863:44)

En medio del desastre, el virrey priorizó algunas acciones, entre ellas tres fueron las que
destacaron. Rescatar a quienes se encontraban entre los escombros y ruinas y enterrar a los
muertos, evitar que reine la escasez y el hambre entre los sobrevivientes ordenando se siga con
el comercio en la ciudad y se traigan alimentos de otros lugares, y reparar las cañerías y limpiar
las acequias. (Anónimo 1863:158-159)

En medio del desastre y siendo tantas y variadas las urgencias que atender, el virrey se valió de
sus hombres de confianza para mantener el orden y garantizar la seguridad de los
sobrevivientes, asimismo decidió nombrar alcaldes de barrio puesto que los ordinarios cargaban
ya con muchas obligaciones. Las labores de los alcaldes de barrio se traducían en asegurar la
quietud de los vecinos, la seguridad de las casas, rescatar los cuerpos inertes entre las ruinas de
las viviendas para sepultarlos, del mismo modo, arrojar a las bestias muerta por el temor “de
que infestasen el aire”. Por otro lado, se les dio atributos para prender a los delincuentes. Commented [RAPG6]: La tesis de Warren sobre la
(Anónimo 1863:163) Así el virrey pretendía darles tiempo y espacio a los alcaldes ordinarios y pérdida del poder de los cabildos frente al regalismo y
centralismo propio del siglo XVIII queda en evidencia
regidores para labores más importantes como derribar los edificios en ruinas, tales como casas,
conventos, iglesias y hospitales que amenazaban con desplomarse, así como habilitar las
panaderías y molinos, “como tambien de evitar el que se saliese á los caminos á comprar los
géneros que veian de abasto, porque asi llegasen libremente á la plaza, en donde todos pudiesen
libremente proveerse, sobre que se publicó bando de órden de S.E. con pena á los transgresores
de doscientos azotes” y destierro, dependiendo de la magnitud. En correspondencia con lo dicho Commented [RAPG7]: Así se comprende la forma en
por el virrey en su memoria, es él quien va dirigiendo las labores para enfrentar el desastre, cómo actúo el virrey delegando funciones a los alcaldes
ordinarios (4).
valiéndose no sólo de los funcionarios de palacio, sino incluso del mismo cabildo. Resulta curioso
que aún no se haya mencionado a los alcaldes principales.

*No olvidar que en enero de 1747 el virrey nombra a cuatro alcaldes ordinarios y no a dos como
tenía acostumbrado pues los sobrevivientes se habían refugiado más allá de los límites de las
murallas.

“La principal característica de esa reconstrucción de Lima y el Callao fue su relación con las
reformas borbónicas que proponían la implementación de un equipamiento urbano compatible
a las nuevas funciones del estado moderno como la sanidad, los entierros, el confinamiento y la
administración… se intensifican las obras laicas, que responden a un proceso de secularización
de la administración y el ordenamiento espacial y territorial urbano” (Bustíos 2013:26)

Financiamiento de la reconstrucción del Tribunal del Santo Oficio: “Los Inquisidores no se


enviaban ya de España…, sino que se elegían de entre los eclesiásticos establecidos en Indias, y
aun naturales de ellas. Con este sistema no obedecía el Consejo General a una opinión diversa
de la que le transmitían sus agentes de América, sino que con este medio se evitaban los
cuantiosos gastos que demandaba el pasaje desde España de los inquisidores y sus séquitos,
deseoso de verificar por este medio economías que permitiesen proceder de una vez, y de una
manera seria a la reconstrucción del arruinado edificio de la Inquisición” (cita de Medina en
Moreno 1983:35)

Expone Godin en su primer informe mandado a elaborar por órdenes del virrey, que su plan para
construir Lima no sólo evitará o disminuirá el riesgo durante los terremotos, sino también
beneficiará la salud de los limeños: “se evitarán frecuentes humedades, que si experimentasen,
no se anegarán las calles con tanta facilidad, y por consiguiente se mejorarán los Aires, y la salud
de los vecinos, y construiéndose lo más de quincha se hallará bastantemente firme en los
simientos.” (Bernales 1973 :308)

Funciones del Cabildo

Justifica el virrey que sea su persona quien ponga especial atención al gobierno de la ciudad, a
pesar de la existencia del cabildo y los alcaldes ordinarios, “porque en él hay cosas que requieren
mayor extensión de imperio” (Castelfuerte 1736:272). Arguye que es el alcance de su
“imperio”…

Tomando en cuenta que el Cabildo limeño “goza de los privilegios que son comunes a todos los
de las ciudades del reino […] atiende los abastos y cela todo lo que puede contribuir al beneficio
común de los vecinos a quienes representa… nombra a un juez de aguas que cuide de su
distribución, de las fuentes y sus cañerías, de la limpieza de esta ciudad y de todo lo
perteneciente a esta materia, como de los puentes, acequias y remediar los daños que hacen
sus derrames” (Manso 1983:257). Resulta interesante ver que durante el desastre la labor del
virrey incluyó la obligación del Municipio, quizá como en alguna parte refirió el virrey, se trata
de la corte del reino razón por la cual se hace necesario su directa intervención. Por otro lado,
Warren sostiene que durante el siglo XVIII los cabildos hispanoamericanos fueron perdiendo
independencia frente a las políticas regalistas.

Comenta el virrey Catelfuerte la obligación del gobierno virreinal con respecto a Lima a pesar de
la presencia del cabildo: “Aunque el govierno económico de esta ciudad devia pertenecer… á los
alcaldes ordinarios y al Cavildo; sin embargo, ó porque en él hay cosas que requieren mayor
estension de imperio, ó porque quieren que un Virrey lo sea todo, porque su presencia es como
la del sol, á cuya vista no se contenta el mundo sino con su luz, es preciso que atienda
singularmente á la disposición de quanto necesita” Las funciones del virrey con respecto a Lima
se dividieron en: limpieza, abasto, seguridad y costumbre. (Castelfuerte 1736:572)

Critica del virrey a la labor del Cabildo

Al parecer del virrey, la administración de los fondos y arcas del Cabildo es ineficiente y es más,
podría inferirse que producto de la corrupción los fondos del cabildo se desvían para beneficiar
a unos cuantos. Además, el virrey no pierde la oportunidad para además de criticar el estado del
Cabildo, resaltar el afán que ha tenido en fiscalizarla e incrementar sus ingresos: “Los propios y
rentas que tiene este Cabildo pudieran ser bastantes si los que deben cuidar de ellos los
atendieran como intereses propios, pero no se aplican a tan importante negocio; y cuando es
preciso hacer alguna obra pública faltan los fondos, y no se encuentran los arbitrios; y las que se
han hecho en mi tiempo han costado no poco afán, y he aplicado mi atención a cada una de ellas
como si no tuviera otras de mayor entidad” (Manso 1983:257)

Por otro lado, durante el desastre, es el virrey quien administra las funciones del cabildo, es
más, es él quien decide incrementar el número de alcaldes ordinarios y designar en el Real
Acuerdo la designación de los alcaldes de barrio.

Enfrentamiento con el poder religioso

Enfrentamientos entre el virrey Manso de Velasco y el arzobispo Barroeta: “con la llegada del
M.R. arzobispo de esta santa Iglesia de Lima, don Antonio Barroeta, se repitieron recursos y se Commented [RAPG8]: El enfrentamiento entre el virrey y
pusieron en controversia los más asentados principios de la regalía […] Pero los demas prelados el arzobispo puede ser interpretado como el
enfrentamiento entre el poder político y religioso en un
no me han dado disgusto, porque han sido muy mirados y prontos a obedecer las órdenes del
clima de despotismo ilustrado
rey y las insinuaciones de quien le representa” (Manso 1983:168). El enfrentamiento entre
ambos personajes es considerado por el virrey Manso de Velasco como uno que enfrentaba al
poder temporal del derecho de los reyes sobre la Iglesia, el regio patronato, y el carácter del
arzobispo de no respetar dichos términos.

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