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CADUCIDAD.* (Enciclopedia, t. II, extintiva, sólo se trata de una prescripción


pág. 481.) 1. CADUCIDAD. — Couture, en su sometida a algunos principios especiales ( 2 ).
Vocabulario Jurídico, define la caducidad La opción por alguna de las posiciones
como la "Extinción, consunción o pérdida expuestas, no puede quedar relegada al
de un derecho o facultad por vencimiento campo de la pura especulación teórica doc-
de un plazo u ocurrencia de un supuesto trinaria. La admisión de la caducidad como
previsto en la ley" C 1 ). concepto autónomo, impone necesariamen-
No obstante la aparente claridad de la te consecuencias prácticas de enorme tras-
definición, el instituto de ia caducidad, apa- cendencia, tales como la procedencia o no,
rece como uno de los conceptos más discu- de la suspensión e interrupción de los tér-
tidos por la doctrina, en especial referido minos de la caducidad, fenómeno agravado
a aquellos regímenes jurídicos, que como en los regímenes jurídicos en los que no
el uruguayo, carecen de una reglamentación existe reglamentación legal, no obstante
legal al respecto. referirse la ley reiteradamente a la caduci-
Otro factor distorsionante del concepto dad de derechos y acciones, como algo dis-
de caducidad, está dado por la constante tinto a la prescripción extintiva.
vinculación —por lo menos en doctrina— El problema se agudiza por la falta de
cor. el instituto de la prescripción extintiva, acuerdo, en cuanto a los elementos esencia-
del cual aún no ha podido separarse en for- les caracterizantes del instituto, revelado
ma definitiva. aún entre quienes reclaman su autonomía
conceptual.
El estudio del panorama ofrecido por la 2. — Para Pugliese, la caducidad afecta
doctrina, revela que quienes se han ocupa- la acción, cuyo ejercicio es esencial para
do del tema, pueden ser divididos en tres la existencia del derecho, y en cambio la
grupos distintos: Uno, que puede conside- prescripción afecta3 a la acción de un dere-
rarse mayoritario, que entiende que hay cho ya existente ( ).
marcadas diferencias entre la caducidad y Josserand entiende, en definitiva, que la
la prescripción extintiva; otro, que consi-
dera que no existen diferencias esenciales prescripción no es otra cosa que la consa-
entre ambos conceptos jurídicos, no justi- gración jurídica de la posibilidad de que
ficándose el desarrollo del instituto de la la obligación ya fue ejecutada, es un modo
caducidad; y un tercero, que si bien recono- de prueba o más bien una dispensa de prue-
ce que la caducidad acusa algunas particu- ba.
laridades, que son ajenas a la prescripción En la caducidad, el legislador solo quie-
re constreñir al titular de un derecho a

(1) Couture, Eduardo J., Vocabulario Jurídico, "Mon-


tevideo, 19fiO, p. 141. (2) Cestau, Saúl D., "Da la caducidad y de la píen-
cripcióu extintiva". La Justicia uruguaya, Montevideo,
t, II, 2, p. 11.
(3) Pugliese, Prcscrúeiont, p. 32 y gig., citado por
* Por el Dr. FRANCISCO JOSÉ GIOBGI. CMtau, ob. cit.
ejercitarlo rápidamente, no se preocupa de "El segundo rasgo diferencial vamos a
ver cuáles son sus intenciones, no se trata encontrarlo en el momento del comienzo de
de interpretar su voluntad. El legislador la caducidad y el momento de inicio de la
ejercita un acto de autoridad, no establece prescripción, pues, si la caducidad comien-
una presunción, es una decadencia que él za a correr como plazo extintivo, desde el
impone al retardatario pura y simplemente, momento en que el derecho nace, la pres-
y que tiene el valor de una sanción (*). cripción no tiene su comienzo con el naci-
Las consecuencias prácticas son las si- miento del derecho, sino que sólo comienza
guientes: a) El plazo de las caducidades a correr desde el momento en que el dere-
ni se suspende ni se interrumpe; b) el pla- cho es violado, amenazado, o desprotegido,
zo tampoco puede ser modificado por la porque es ese el momento en que nace la
voluntad de los interesados, no siendo su acción contra la cual la prescripción se di-
abreviación más concebible que su exten- rige".
sión; c) lo que una convención no puede "El tercer rasgo diferencial se manifies-
lograr por adelantado, una renuncia no po- ta por la diversidad de naturaleza del de-
dría tampoco realizarlo con posterioridad. recho que se extingue: la caducidad supo-
Las caducidades operan con prescindencia ne un derecho que no obstante nacido no
y contra la volntad de aquel mismo a quien se hizo efectivo por la falta de su ejercicio;
ellas benefician, d) El juez puede y debe mientras que la prescripción supone un de-
oponer de oficio las caducidades, e) Una recho na¡cido y efectivo, pero que pereció
vez operada la caducidad el derecho se ex- por la falta de protección de la acción contra
tingue absolutamente y no tan solo la ac- la violación sufrida ( 7 ).
ción. Define Cámara Leal, a la caducidad, co-
3. — Mirabelli considera que la caduci- mo la extinción del derecho, por la inercia
dad extingue el derecho directamente, en de su titular, cuando su eficacia fue, de
cambio, la prescripción extingue solamente origen, subordinada a la condición de que
la acción ( 5 ). su ejercicio se hubiere verificado.
También Giorgi sostiene que: "La pres- La diferencia entre caducidad y pres-
cripción afecta siempre directamente a la cripción se torna bien nítida, al tener am-
acción de modo que la muerte del derecho bos institutos objetos distintos. La cadu-
por prescripción ocurre de un modo direc- cidad recae sobre el propio derecho, que ya
to, y está fundada constantemente en la pre- nace condicionado; ¡a prescripción en cam-
sunta negligencia del acreedor. La caduci- bio sobre la acción, que supone un derecho
dad por el contrario hiere directamente al actual y cierto. "La prescripción tiene, co-
derecho; y lo hace de breve duración, y mo una de sus condiciones, que la acción ha-
cuando no se ha ejercitado dentro de aque- ya nacido, esto es, se haya tornado ejerci-
llos términos, lo extingue por razón de in- table; mientras que la caducidad extin-
terés público, independie¡ntemente de la guiendo el derecho antes que él se hiciere
negligencia del acreedor" ( 6 ). efectivo por el ejercicio, impide el nacimien-
De lo afirmado, deduce, que no son apli- to de la acción" C 8 ) .
cables a las caducidades, las reglas de la Para este jurista brasileño, no puede ad-
prescripción, esto es: a) No son ren uncía- mitirse la caducidad de la acción, pues sos-
nles; b) no se suspende el término, ni se tiene que en todos los casos en que tanto
interrumpe; c) pueden ser hechas valer de la doctrina como la jurisprudencia se re-
oficio por el juez cuando estén fundadas en fieren a ello, se trata de situaciones en que
interés público. el derecho y la acción se confunden.
En la misma línea de pensamiento, Cá- "Aunque el derecho y la acción son esen-
mara Leal, manifiesta que la prescripción cialmente distintos, hay casos en que se
extingue directamente las acciones y solo identifican. Esto se da cuando el derecho
indirectamente los derechos, mientras que atribuido al titular consiste precisamente
la caducidad extingue directamente el de- en tornarlo efectivo por medio de la acción
recho y con él la acción que lo protege. judicial".
"La caducidad es la causa directa e in- Si la acción tiene por fin proteger un
mediata de extinción de derechos; la pres- derecho anterior a ella, originado en un
cripción solo los extingue mediata e indi- hecho objetivamente diverso de aquel en
rectamente". el cual se origina la acción, es claro que
ambos —acción y derecho— se distinguen;
pero si la acción tiene por fin hacer valer un
(4) Jossernnd, Court de Droit Civil Pviitif Fran
Sais, t. II, núm. 1004 y 1005, cit. por Gestan, ob. cit.
(5) Mirabelli, De-Ua Preicrüione, pp. 281 y 282,
cit. por Cestau, ob. cit. (7) Da Cámara Lea], Antonio Luis, Da
( 6 ) Giorgi, Jorge, Ttoría dt las obHgacienes. t. e tía Decadencia,, 2* edición, 1059.
VIH, p. 340. (8) Da Camar» Leal, olí. cit., p. 119.
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derecho que nace, conjuntamente con ella, los derechos potestativos ( ), reconociendo
del mismo hecho, el derecho y la acción se que la formulación que reduce el campo
confunden (») (»») ( u ). de acción a estos derechos —potestativos—
Maranhao, funda la distinción entre pres- cuenta con un buen fundamento teórico,
cripción y caducidad, en que la primera se concluye que el instituto de la caducidad
refiere al derecho de exigir de alguien el tiene también 17
por objeto los derechos sub-
cumplimiento de una prestación; mientras jetivos ( ).
que la caducidad se refiere en general al El profesor italiano pone en evidencia la
ejercicio de los llamados derechos potestati- diferencia que existe entre ambos institu-
vos, o sea aquellos que confieren a su titu- tos, señalando que un mismo derecho, que
lar el poder de influir, con su manifestación por haber sido ejercido en tiempo, ya no
de voluntad, sobre la condición jurídica de puede caducar, puede en un segundo mo-
otro, sin el concurso de voluntad de éste ( J -). mento, ser objeto de prescripción (18).
El laboralista brasileño funda su posición 4. — Para Crome, en la prescripción,
en la obra citada de Cámara Leal y en las quien opera la extinción del derecho es el
opiniones de Ortman (Introducción al De- transcurso del tiempo; en cambio, en la
recho Civil, Trad. española 1933, p. 38) y caducidad el fundamento inmediato y ver-
en Messineo (Manual de Derecho Civil y dadero de la extinción del derecho está en
Comercial, Volumen II, Trad. española la limitación originaria del mismo ( 19 ).
1954, p. 75), recurriendo al concepto de de- Según Unger, debe distinguirse entre ele-
recho potestativo suministrado por Chio- mentos subjetivos y objetivos. En un caso
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verida (, ). el derecho se extingue no porque no se ha-
Concluye que el rasgo distintivo entre los ya ejercido dentro de cierto tiempo (no
dos institutos, señalado por Cámara Leal ejercicio en sentido subjetivo), sino por-
—la prescripción se refiere a un derecho que ha transcurrido el plazo dentro del cual
nacido y hecho efectivo, en cambio la cadu- habría podido serlo y no ha sido ejercido
cidad supone un derecho que no obstante (nc ejercicio en sentido objetivo) ( 20 ).
nacido no se tornó efectivo—, se toma en Módica concluye que ambos institutos
verdad de la diferencia entre derecho a una provocan la extinción del derecho, pero
14 15
prestación y derecho potestativo ( ) ( ). mientras en la caducidad la extinción es
Es imprescindible señalar que Messineo, provocada por el simple transcurso del pla-
si bien al precisar el concepto de caduci- zo fijado, en la prescripción se requiere la
dad, afirma que se refiere generailmente a consecuencia de un hecho del hombre C 21 ).
La distinción entre ambos institutos de-
(9) Da Cámara Leal, ob. cit,, p. 120.
be hacerse en base a sus caracteres intrín-
(10) Da Cámara Leal. ob. cit. Respecto de la ac- secos y extrínsecos. Caracteres intrínsecos
ción, "la caducidad puede producir dos efectos diversos, de la caducidad son: a) El plazo es peren-
según sea su relación con el derecho: a ) extinguirla si
ella nació j u n t a m e n t e con éste, representando el medio torio y corre contra todos; b) el señala-
o modo de su ejercicio; b) impedirle su n a c i m i e n t o si miento del comienzo inicial, o sea que co-
ella no se originó en el mismo hecho generador del de-
recho, pero debería protegerlo, el f u t u r o , después de de- mienza desde un día o hecho determinado;
u n i t i v a m e n t e efectivado, sobreviniendo n l g ú n obstáculo y c) Ja brevedad común del término. Los
a su libre ejercicio". caracteres extrínsecos son: a) Que el ejer-
( 1 1 ) En forma totalmente diversa a la tesis de
Cámara Leal, se pronuncia Berro Oribe, al sostener que cicio del derecho depende del cumplimiento
los derechos prescriben y las acciones caducan; siendo de un acto o ejercicio de una acción; b) la
la prescripción un i n s t i t u t o propio del derecho gustan
cial y la caducidad propio dt»l derecho procesal. Berro equidad que funda la disposición; c) las
Oribe, Guido. La nuera ley de abreviación de los jui-
cios, Montevideo, 1966.
(12) Maranhao, Delio, Intitu-igoea de Direito do Tru-
baJho. (16) Messineo, Francesco. Manual df Derecho Civil
(13) Chiovenda, Giuseppe, Instituciones de Dere- y Coniei-cial, t. II, pág. 75.
cho Procesal Civil, t. I, p. 21. "Hablando de la lesió'i (17) Messineo, ob. cit., p. 76.
de los derechos hemos tenido presente exclusivamente los (18) Messineo. ob. cit., pág. 77. Cita como ejemplo
derechos a una prestación, porque estos solamente pue- el urt. 1495 del Código Civil italiano, que dispone que
den ser lesionados. Los derechos potestativos, por su el comprador incurre en la decadencia del derecho a
misma naturaleza, no se dirigen hacia un obligado, sitio la garantía si, dentro de los ocho días no denuncia los
que agotándose en el poder jurídico de producir u n vicios de la cosa, que se le ha vendido. Viceversa esté
efecto jurídico y ejercitándose con una simple declara- sujeto a término de prescripción el ejercicio de la ac-
ción de voluntad, con o sin el concurso de la senten- ción de garantía (en cuanto a los mismos vicios), una
cia del Jue/., no pueden ser lesionados por nadie". vez que se haya evitado la decadencia; referida.
(14) En similar sentido se pronuncia Evaristo de (19) Crome, Parte General del Diritto Privado
Moraes Pilho, Introducao ao Direito do 'frabulho, p. 301. Francés/', trad. italiana de Ascoli y Carnmeo, 38 y 43.
(15) La conclusión de Maranhao no puede ser del Cit. por Cestau, ob. cit. ,
todo ajustada a la concepción de Cámara Leal, pues (20) Citado por Rodríguez, Eduardo G., "La abre-
Chiovenda, también invocado para respaldar su a f i r m a - viación de la prescripción en los contratos de seguros",
ción, entiende que la acción es típicamente, un derecho trabajo publicado en Revista Crítica de Jurígprud-rncia,
potestativo, que puede ser objeto de caducidad, lo que t. III, nv 9, p. 208 y ss. Buenos Aires, cit. por Cestau,
hace tambalear el fundamento en que Cámara Leal apo- ob. cit., p. 12.
ya, casi exclusivamente, la diferencia entre prescripción (21) Módica, Teoría della Decadenza, t. I, p. 56,
y caduqidad. cit. por Cestau, ob. cit.
razones político-sociales que han inspirado Señala como ejemplos de caducidad en
la ley en materia de caducidad y que expli- materia procesal los plazos para la apela-
can la diversidad de fundamentos que pue- ción de las sentencias, para el recurso ex-
den haberse tenido en cuenta. traordinario de nulidad notoria, para la
Según Ruggiero, son dos institutos de ejecución de sentencia en vía sumaria o
naturaleza intrínsecamente distinta ( 2 2 ). ejecutiva. También constituyen plazos de
En la caducidad, se prescinde de toda caducidad los establecidos para el ejercicio
consideración de negligencia en el titular de la acción de desconocimiento de la pa-
o de imposibilidad de actuar en que pueda ternidad y de investigación de la paterni-
haberse hallado; se atiende únicamente al dad.
hecho del transcurso del tiempo. En los ca- En materia civil, serían plazos de ca.duci-
sos de caducidad se trata de "una preten- dad los fijados para los pactos de mejor com-
sión a cuyo ejercicio se prefija un término, prador o de retroventa, o comisorio.
nace originariamente con esta limitación Las características propias de la caduci-
de tiempo, de modo que no puede ser he- dad y extrañas a la prescripción extintiva,
cha, valer cuando haya transcurrido". En para Irureta Goyena son las sigientes: a) La
la prescripción extintiva el derecho nace caducidad opera de pleno derecho sin necesi-
con duración indefinida y solo se pierde dad de declaración alguna y debe ser opuesta
cuando se ha sido negligente en usarlo. de oficio; b) la excepción que resulta del
Consecuencia: No se aplican a la caducidad vencimiento del plazo, no es renunciable por
las causas de suspensión e interrupción de la parte interesada, puesto que la disponibi-
los plazos, que la ley consigna en materia lidad del derecho litigioso no entraña las de
de prescripción. las normas que rigen la contienda; c) como
Irureta Goyena, en la doctrina uruguaya, no se trata de interrumpir la prescripción,
afirma que la distinción tiene razón de ser, sino de ejercer la acción dentro de un plazo
y se basa en dos conceptos del ordenamien- de vigencia, basta la interposición (inicia-
to jurídico ( 23 ). ción, pedido, etc.) en término, aunque Ja no-
"Mediante la prescripción, la ley limita tificación a la otra parte interesada tenga
el ejercicio de derechos ampliamente conce- . lugar después de vencido.
didos en principio. La prescripción es cau- Es importante señalar un elemento rele-
sa de pérdida de derechos y acciones". vante que indica Irureta Goyena, que separa
Cuando se trata de caducidad, no se re- el concepto de caducidad del de prescripción,
fiere "en puridad a la pérdida o extinción y que es la cii'cunstancia, de que la caduci-
de derechos, sino a una modalidad de la dad opera justamente respecto de acciones
acción o del derecho, que consiste en ser referidas a derechos imprescriptibles, como
de existencia temporaria: la de no durar sucede eri materia de filiación y estado ci-
más de cierto lapso, ha sido la condición vil (2«).
misma de la concesión por la ley" ds ese
derecho o de esa acción. 5. — Como ya se adelantara, en el derecho
Esto se debe a "que la concesión amplia positivo uruguayo, no obstante haber recu-
sin límites en el tiempo de ciertas acciones rrido el Legislador en reiteradas oportuni-
o derechos sería contraria a intereses f u n - iunidades y en distintas materias —Civil,
damentales, orgánicos de la sociedad. La Comercial, Tributaria, Laboral, etc.—, al
prescripción, pérdida de la acción por el instituto de la caducidad, para determinar
no uso se dirige a la tutela de intereses la extinción de derecho y acciones, no se ha
privados; la caducidad límite en el tiempo, establecido en dicho ordenamiento jurídico,
de la existencia de ciertos derechos, ampa- un régimen legail que estructure los ca-
ra intereses de orden público. Esa misma racteres propios de la caducidad delimitan-
diferencia puede expresarse en otros tér- do las consecuencias que se proyectan en su
minos : la prescripción se refiere a los de- aplicación práctica.
rechos que se encuentran en el comercio de Corno norma de carácter general, existe
los hombres (art. 1193 C.C.) ; el plazo es' solamente la consagrada en la ley 13.355
una modalidad condicionante de los dere- de 17 de agosto de 1965, que en su artículo
chos indisponibles, que rebasan la esfera 19 al modificar el art. 246 del Código de
propia del derecho privado, para entrar en Procedimiento Civil, incluye junto a la pres-
la de la organización institucional" ( - * ) . cripción, como excepción mixta la de ea-

{'--) líuggiero. Tiixtitudonm <ie Tit'r f r i t o ('¡rií, v. T,


p. .".:!5. cit. por (Vstau. oí), cit., p. I'i. (25) Conforme Xicoliollo, Nrlson. "Prescripción y
(2?,) J r u i ' e t a üoytíiia. José ( h . ) . " D i f e r e n c i a f u t r e c a d u c i d a d en el Derecho Laboral'', ni Revista Dfrrtiho
prescripción y caducidad' 1 , en Ke-eintn de Dn-rclio I'ú- Labural, Montevideo, t. X I V . p. 307. Aunque parece
ilico <i Privado, Montevideo, año VIII, t. XV, 11" 89, haber variado su opinión emitida en un trabajo eoi¡ el
>. 359. mismo título publicado en Revista Derecho Laboral, Moa-
( 2 4 ) Irureta Goyena, ob. cit. tevideo, t. XIX, iiv luí, pág. 61.
ducidad, agregando que la misma podrá recho para que pueda ejercitarse útilmen-
suplirse de oficio por el juez (26). te".
Esta circunstancia ha hecho que en los El concepto de prescripción, en conse-
últimos tiempos sean casi solamente dis- cuencia, se integra con un elemento sub-
tinguidos procesalistas, quienes hayan des- jetivo: No ejercicio de un derecho por ne-
arrollado el tema en trabajos doctrina- gligencia real o presunta. En la caducidad,
rios (27). este elemento subjetivo desaparece total-
Así Lagarmilla entiende que la caduci- mente.
dad "se caracteriza principalmente por Las consecuencias que se extraen de esta
constituir un instituto que nacido por im- afirmación son muy importantes.
perio de la ley, por la voluntad de las par- El señalado elemento subjetivo es el qu€
tes, o por la voluntad de un hombre por hace posible la interrupción y suspensión
un acto unilateral como el testamento, tie- de los plazos de prescripción.
ne la característica de hacer que un dere- Al incidir determinadas causas en la po-
cho que lleva en su esencia una condición, sibilidad de obrar del titular del derecho,
y que consiste en una vigencia prefijada de es claro que deben ser tenidas en cuenta,
él, pierda todos sus efectos por no ejerci- provocando los fenómenos de la interrup-
tarse útilmente de acuerdo a las condicio- ción y de la suspensión del término de pres-
nes de ejercicio que ha establecido la pro- cripción.
pia fuente de ese derecho" ( 2S ) ( 29 ). La inexistencia de este elemento subje-
Agrega el procesalista uruguayo que tivo en la caducidad, hace que solo sea vá-
para evitar la caducidad ese derecho debe lido el acto de ejercicio del derecho para
ser ejercido plenamente, esto es hasta su evitar que ésta opere sus efectos extinti-
agotamiento. vos. Los factores de interrupción y suspen-
¿Cuál es .el elemento esencial, definito- sión de los plazos, aparecen como algo to-
rio del concepto de caducidad? talmente ajenos a la caducidad.
La diferencia de fundamento de uno y
El ingrediente definitorio en la caduci- otro instituto radica en que con la caduci-
dad, es la ausencia de todo elemento sub- dad se busca la seguridad del tráfico jurí-
jetivo. Lo demás es solo consecuencia de dico (objetividad) y la prescripción se ba-
este elemento esencial al concepto de ca- sa en la necesidad social de superar una
ducidad. incertidumbre de derechos, que se resuelve
En la prescripción un derecho nace sin por una voluntad, o presunción de voluntad
término definido, y se pierde por una razón de abandono de ellos por el titular.
subjetiva, tal cual es la negligencia en Como consecuencia de la esencia atribui-
usarlo. da por Lagarmilla a la caducidad, surgen
La finalidad de la prescripción extintiva los siguientes caracteres propios del insti-
es poner fin a un derecho, que al no ser tuto: a) Es irrenunciable; b) el termine
usado por su titular, se supone que el mis- no puede ser suspendido ni interrumpido:
mo lo ha abandonado. c) opera de pleno derecho.
"Por el contrario, la caducidad se carac- No son en cambio caracteres propios di
teriza por preestablecer un término al de- la caducidad: a) Que afecte al derecho y n<
a la acción. Tanto la caducidad como lí
prescripción son formas de extinción d<
(26) A pesar del texto legal, la doctrina procesa- derechos. Es solo la modalidad lo que mar
lista uruguaya, es coincidente en el sentido de que la ca la diferencia, b) La oponibilidad de ofi
caducidad constituye, más que tina excepción mixta, la
falta de un presupuesto procesal. ció, tampoco aparece como algo propio de
(27) Últimamente, la sanción de la ley n? 14.490, instituto, sino que ello depende del derech<
de 23 de dicembre de 1975, al establecer la caducidad
anual de las acciones por cobro de cualquier prestación
positivo (30).
con motivo o a causa de la relación de trabajo, motivó En materia procesal, el transcurso inú
una serie de importantes estudios sobre la caducidad, til de los plazos perentorios, opera la ca
provenientes fundamentalmente de la doctrina laboralis-
ta: Pía Rodríguez,
1
Américo, en Revista Derecho Laboral, ducidad del derecho a ejecutar el acto pro
t. XIX, ni 101, p. 77; Sarthou, Helios, en la misma cesal previsto. Es un caso propio de caduci
revista, p. 380; Nicoliello, Nelson, Ídem, p. 61. También
escribieron sobre el tema, proeesalistas como Arlas, José dad.
A. en Revista Dereeho Laboral, t. XIX, n9 102, p. 237.
El punto también fue tratado en las 2as. Jornadas de
Derecho del Trabajo, publicadas en "Las modificaciones
a la ley 14.188", Biblioteca de Derecho Laboral n» 3, (30) Lagarmilla, entiende que los caracteres indica-
Montevideo, 1«76. dos, apai'ecen en el derecho positivo uruguayo, consa-
(28) Lagarmilla, Jorge, "La caducidad en la nuevn grados en el art. 585 del Código de Procedimiento Civil,
ley tie abreviación de los juicios", La Justicia. Tlrvgnn- al tratar en el Juicio Arbitral, la cesación o caducidad
iKí, t. LV, 2, p. 47. del compromiso, a) Transcurso inútil de in término;
(29) Gran parte del sector doctrinario que no ad- I») Fuente: convención o la ley; c) No aparece aquí el
mite ¡a autonomía del concepto de caducidad, explican concepto de que es aplicable de oficio, pues es la parte
sns efectos, recurriendo a la figura .jurídica de los de- la que puede, mediante el recurso de nulidad, hacer vale,r
rtchos y obligaciones sujetos a condición resolutoria. la caducidad (art. 500, Código de Procedimiento Civil).
Cuando se trata de plazos no perentorios, Ubicando a la caducidad entre las for-
es el acuse de rebeldía el que impide la mas de extinción, en contraposición a la
realización del acto, esto es una manifestar consumación, Gelsi Bidart logra —a nues-
ción expresa de la parte. Se opera la pre- tro juicio— una mayor profundidad en el
clusión, pero no la caducidad. tratamiento del tema, que clarifica el con-
Barrios de Angelis entiende por caduci- cepto en estudio.
dad la extinción irrenunciable y relevable La consumación supone la extinción por
de oficio de las situaciones jurídicas acti- el desarrollo normal, esto es por el perfec-
vas, por todos los medios distintos a su cionamiento, por haberse alcanzado los
consumación (31). efectos propios o naturales del poder, dere-
"La extinción de una situación jurídica cho o facultad de que se trate ( 33 ).
activa (generalmente considerada bajo la La caducidad como forma de extinción
denominación de 'poder', 'derecho', o 'fa- es la pérdida de algo pre-existente.
cultad'), ocurre de varios modos: por con- Pero esa forma de extinción, "aparece
sumación (agotamiento de la situación o referida a cortar, suprimir algo que se en-
acaecimiento), por cumplimiento de la con- contraba en desenvolvimiento, que aún no
dición o el vencimiento del plazo, etc.". había alcanzado su perfección, que de no
Sostiene Barrios de Angelis que las no- sobrevenir el 'factor caducante' podría ha-
tas de la caducidad elaboradas por la doc- ber continuado pues se encontraba en vi-
trina en relación con la prescripción, son gor, con posibilidad de seguir su desarro-
principalmente la irrenunciaibilidad y la llo".
relevabilidad de oficio. "La caducidad se referiría más propia-
Estas notas son consecuencia de una ca- mente, a algo que es susceptible de sucesi-
lidad propia de la caducidad, que es el vas aplicaciones, como fuerza, aptitud, po-
particular interés social en la extinción de der (de actuación) y no a lo que ya ha cul-
que se trata. minado su perfeccionamiento".
La caducidad tanto puede ser ubicada en Por esta razón la caducidad aparece en
el derecho sustancial, como en el derecho el proceso vinculada a sus aspectos dinámi-
procesal. Puede referirse tanto al derecho cos.
como a la acción. Tanto la caducidad como la prescripción
Un aspecto distinto desarrollado por el y la preclusión, influyen en lo que podría
profesor uruguayo, que permite distinguir efectuarse en el futuro. No se refieren a lo
mejor la caducidad de la prescripción ex- ya realizado, esto es a los actos ya cum-
tintiva, es el de las causas que provocan o plidos, sino al poder que hace posible reali-
pueden provocar la caducidad. zar actos. Constituye una definitiva frus-
Generalmente al estudiarse la caducidad tración de la actitud o posibilidad de ha-
en relación con la prescripción extintiva, cer.
se considera solamente a aquella que se Comparte el distinguido procesalista uru-
opera por el transcurso inútil de un térmi- guayo la afirmación de que la caducidad
no o plazo. garantiza la seguridad jurídica, haciéndo-
Existen otras causas que provocan la ca- lo por imperio de la ley, sin requerir la ac-
ducidad, tanto en lo que se refiere a las tuación de la voluntad de la parte afecta-
caducidades sustanciales como a las proce- da.
sales, lo que lleva a Barrios de Angelis, a La caducidad siempre se produce frente
dividirlas en causas temporales y en in- a un derecho, poder o facultad, en su ple-
compatibilidades (32). nitud de existencia, pero no en la perfec-
ción de su ejercicio, produciendo su frus-
tración.
(31) Barrios de Angelis, Dante, "La excepción de ¿Como se relaciona el proceso con el ins-
caducidad", La Justicia Uruguaya, t. LV, 2, p. 83. tituto de la caducidad?
(32) Barrios de Angelis, deslinda la caducidad, no
solo de la prescripción extintiva, sino también de la pre- La caducidad, al extinguir la acción,
clusión y la decadencia. El concepto de preclusión es constituye un impedimento para que pueda
más amplio que el de caducidad. La preclusión compren-
de a la caducidad, pero también a la consumación, y a tratarse y resolverse en el proceso la cues-
las situaciones" de prescripción. El plazo perentorio confi- tión planteada.
gura una situación de caducidad, no siendo tal la preclu-
sión causada por el acuse de rebeldía. Por otra parte, el A su vez, el proceso impide que se con-
campo de la caducidad es más amplio, pues la preclusión sume la caducidad. El ejercicio de la acción
sólo opera en el proceso. Tampoco son asimilables los
conceptos de caducidad y decadencia, usados general- en el término prefijado impide la consu-
mente como sinónimos. La decadencia es la extinción de mación de la caducidad.
la existencia, validez o eficacia de un acto, a consecuen-
cia de un cambio. Es el caso de las nulidades. La cadu-
cidad es un fenómeno relativo a las situaciones activas,
esto- es un derecho, poder o facultad. La decadencia no
afecta derechos, sino que la pérdida 00 refiere a un (38) Gelsi Bidart, Adolfo, "Para la noción de ca-
hecho o a mn acto. Ob. cit. ducidad", Lf Jnítida Untguaya, t. LXXII, 2, p. S5.
En cuanto a los factores que provocan la El parentesco o la pretendida similitud
caducidad, Gelsi Bidart señala las siguien- o analogía con la prescripción extintiva,
tes características: a) Objetividad. Esto sólo sería posible en los casos en que la ac-
supone la ausencia de elementos subjetivos ción o el derecho caducan por el transcurso
de quien la sufre. No hay actuación del ti- inútil del tiempo prefijado para ejercerlo.
tular del poder con la finalidad de producir En estos casos, Arlas entiende que los
la extinción, como así tampoco de los res- caracteres distintivos son los siguientes:
tantes sujetos del proceso. Por esta razón, a) La caducidad es irrenunciable; b) no ri-
cualquiera de ellos puede alegarlas, inclu- gen las causas de interrupción o suspen-
sive el juez de oficio, b) Tiempo e inactivi- sión; y c) lo que en realidad es una con-
dad. El factor más común de la caducidad secuencia : la caducidad debe ser hecha va-
es el transcurso del tiempo prefijado, con ler de oficio por el Juez.
la condición de único para el ejercicio del En definitiva Arlas, acepta como notas
derecho. Este plazo debe transcurrir inútil- propias de la caducidad: 1) Presencia da
mente, c) Mero transcurso temporal. Pue- un interés público o social, en la existencia
de también operar la caducidad, por el me- del derecho o del poder. 2) Esa existencia
ro transcurso temporal. Esto sucede cuan- del derecho o del poder, se predetermina
do se acuerda un término único, para la por el legislador, y no tiene nada que ver
realización de varios actos, por ejemplo, con la negligencia del titular (ausencia de
término de prueba. El transcurso del tiem- elementos subjetivos) ( so ).
po, impide el cumplimiento de algunos actos 6. -— No obstante la variedad de opinionea
aunque exista actividad de la parte. —muchas veces claramente contradicto-
Otra característica que atribuye Gelsi rias—, que ofrece la doctrina, pueden, a
Bidart a la caducidad, es la definitividad. esta altura de su desarrollo, establecerse
Una vez operada no puede ser dejada sin algunas conclusiones más o menos firmes
efecto ( 34 ). —aunque siempre discutibles—, sobre la
Arlas destaca que la caducidad es un ins- naturaleza jurídica de este instituto, y su
tituto mucho más amplio que la prescrip- autonomía conceptual respecto de la pres-
ción extintiva, a pesar de que siempre apa- cripción extintiva.
rece vinculada a ella. Es difícil negar que la caducidad y la
Puede decirse que la relación o compara- prescripción extintiva constituyen dos fe-
ción entre prescripción extintiva y caduci- nómenos jurídicos distintos, aunque puedan
dad, solo es posible en algunos casos de ca- acusar algún parecido, y en algunos casoa
ducidad. En aquellos en«que el factor que la concretos, llegar, por lo menos aparentemen-
provoca es el transcurso inútil de un lapso. te, a confundirse.
La caducidad, como fenómeno extintivo Ambos institutos, son intrínsecamente di-
de derechos y acciones, no -sólo puede pro- ferentes, pues, la analogía que algunos pre-
ducirse por el decurso del tiempo, sino tenden encontrar, entre caducidad y pres-
también por e! no cumplimiento de un acto cripción, sólo es posible respecto a un tipo
y por la realización de un acto incompati- de caducidad, esto es a aquélla que se opera
ble con el ejercicio del derecho de que se por el transcurso inútil del tiempo, pero
trate ( 3 0 ). poco tiene que ver con las situaciones en
Arlas define la caducidad como: "la ex- que se produce la caducidad por la no reali-
tinción o destrucción de un derecho, un zación de un acto o la realización de un acto
poder o una facultad, en virtud de diversos incompatible con el ejercicio del derecho,
mecanismos, que pueden ser el transcurso poder o facultad de que se trate.
de un plazo, la omisión de la realización de Pueden admitirse como elementos carac-
determinado acto o la realización de un terizantes, esenciales de la caducidad, los
acto incompatible con el mantenimiento de siguientes: 1) La existencia de un interés
aquel derecho, poder o facultad". público o social, que aparece como funda-
mento de la caducidad, a fin de imponer
la seguridad del tráfico jurídico. 2) La exis-
(34) Al igual quo Barrios de Ailgelis; Gelsi Bidart,
tencia del derecho, poder o facultad, se pre-
estudia la caducidad en relación con la preclusión. la determina, se condiciona por el legislador
prescripción e x t i n t i v a y la decadencia. Gelsi Bidart,
ob. cit.
o su fuente, a ser ejercido dentro de deter-
(35) Arlas, José A., Cur.iiüo sobre la- ley Af abre- minado plazo, o al cumplimiento de deter-
viación de los juicios, p. f > 8 . Considera, que en oí dere- minado acto, en forma totalmente objetiva,
cho positivo uruguayo, la primera vez que so utilij.a el
vocablo y el concepto caducidad, como algo distinto de Itt esto es, sin consideración alguna a la dili-
prescripción, es en el Código de Comercio, respecto de
las letras de cambio. Cuando el tenedor de la letra no
reali/.a el protesto por falta de pago, caducan todos los
derechos contra los endosantes. Luego, cuando el art. 870 (36) Arlas. José A., "La ley 14.490 desde el punto
establece las excepciones oponibles en la ejecución, indica de vista procesal", Jit'vista Derecho Laboral, Montevideo,
separadamente la de prescripción y la de caducidad. t. XIX, n? 102, p. 237.
gencia o negligencia dal titular. 3) En efecto: a) Elimina la parte del término ya
cuanto a la esfera de actuación de la cadu- transcurrido; b) Abre la posibilidad de un
cidad —objeto—, la misma siempre afecta nuevo cómputo del plazo.
a un derecho, poder o facultad —-situación La suspensión se diferencia de la inte-
activa—, que se encuentra en su plenitud rrupción —además de tener causas distin-
de existencia, pero no en la perfección de tas—, en que en el caso de la suspensión, se
su ejercicio. trata de un único plazo, al que en su cómpu-
La caducidad puede afectar directamente to se le hace un descuento equivalente a la
tanto al derecho como a la acción. duración en el tiempo de la causa que opera
Los demás caracteres que la doctrina en la suspensión (3S).
general y en forma mayoritaria atribuye En la medida en que se acepte la autono-
a la caducidad, como bien señala Arlas, son mía conceptual de la caducidad, como fe-
sólo consecuencia de estos elementos, y son: nómeno jurídico, frente a la prescripción,
a) La extinción que opera la caducidad in- atribuyéndosele los caracteres esenciales
defectiblemente, es irrenunciable; b) que indicados, es natural que no puede aceptar-
debe ser relevada de oficio por el juez; y se, que operen respecto a los términos de
c) que no admite las figuras de la inte- caducidad las causas de interrupción y
rrupción y suspensión del término. suspensión legisladas normaJmente para la
Delimitados los elementos esenciales de prescripción (39) (40).
la caducidad, como así también los carac-
teres que aparecen como consecuencia ne-
cesaria, de estos elementos, el aspecto más (38) Meesineo, ob. cit., t. II, pp. 71 y 72. "Ad-
importante en lo que respecta al régimen viértase que interrupción y suspensión da la prescrip-
ción difieren entre sí por las causas que determinan la
jurídico del instituto, fundamentalmente u n a y la otra, a) Las causas de suspensión son incapa-
en aquellos ordenamientos jurídicos que ca- cidades, situaciones o relaciones concernientes a casos
particulares; en tales casos, la incapacidad, las situacio-
recen de reglamentación legal al respectó, nes, las relaciones, operan ex lege, sin que sea necesaria,
lo constituye la determinación de los medios actividad del interesado para la suspensión; las causas
de interrupción, en cambio, consisten en actos (del titu-
dé que dispone el titular del derecho, poder lar del derecho o de la contraparte) ; implican, por
o facultad de que se trate, para retardar, y tanto, iniciativa del sujeto a cuyo cargo (o a cuyo favor:
supra n? 9.c), correría la prescripción, b) Pero, inte-
en definitiva evitar la extinción que opera rrupción y suspensión difieren además, por los efectos.
la caducidad. Cuando cesa el efecto del hecho interruptivo, el nuevo
período prescripcional que even tu símente comience a,
7. — Interrupción y suspensión de los correr, no se puede sumar (a diferencia de lo que ocu-
plazos de caducidad. — Es fácilmente per- rre en la suspensión de la prescripción: véase supra
n? 8) con el período precedente madurado (art. 2945,
ceptible, el uso inadecuado de los términos, primer apartado); y'para que se verifique la liberación
y así muchas veces un supuesto acto inte- del interesado, es necesario que madure, por entero un
nuevo período prescripcional, en daño del titu'ar del
rruptivo, no es otra cosa que el ejercicio derecho real sobre cosa ajena o, respectivamente, en daño
del derecho dentro del plazo, esto es, el per- del acreedor: el periodo transcurrido antes del hecho in-
terruptivo, no cuenta".
feccionamiento de la situación jurídica, el "La diversidad de trato dado a los actos interrup-
ejercicio de la acción hasta su acogimiento -tivos, en comparación con las causas suspensivas, pueda
o rechazo. Esto no puede ser considerado explicarse considerando que los primeros constituyen ejer-
cicio del derecho, cuya prescripción estaba en curso; en
un acto interruptivo. cambio, las segundas dan vida a una imposibilidad sub-
La interrupción significa la reposición jetiva de ejercitar el derecho. Por consiguiente, se com-
prende que las primeras restituyan al titular de! derecho
del plazo. Supone la no consideración de la en la situación en que estaban antes de que el período
parte del plazo transcurrido con anteriori- prescripción al se iniciase, cancelando todo efecto del
período transcurrido; y en cambio las segundas no ten-
dad al acto interrupl ivo. Es borrar, anular, gan otra eficacia que la de abrir un paréntesis en el
hacer inexistente jurídicamente el tiempo período prescripcional: paréntesis correspondiente al tiem-
po por el cual ha durado la imposibilidad o la dificultad
que separa el momento en que empezó a de ejercicio del derecho". En el mismo sentido Da Cáma-
correr y aquél en que se cumplió el acto ra L^al. ob. cit., p. 186.
(39) Esta afirmación tiene importancia en los sis-
interruptivo. temas jurídicos que carecen, como el de Uruguay, de
Pero, también aparece como propio del una rpcrjamentí>ción legal de la caducidad. En umeV.ni
que la tengan, naturalmente deberá estarse a lo dispues-
fenómeno interrupción, la posibilidad de que to por el derecho positivo.
ese término comience en el futuro nueva- Consideramos inaplicable en la espocip la intoers-
r-ión analógica con las correspondientes disposiciones
mente a transcurrir, y en el caso de que así 1 establecidas para la prescripción pxtintiva. j>or .«er dis-
sea, debe correr para producir sus efectos tintos los fundamentos de ambos institutos, romo así
también, por basarse las causas do snsp"nsión e inte-
extintivos, en su totalidad desde que cese rrupción, en razones de orden subjetivo, incoinpatible
la causa de la interrupción f 3 7 ) . con la objetividad propia del fenómeno caducidad.. En
la doctrina uruguaya tanto Barrios de Anjrplis (ob.
Este fenómeno tiene entonces un doble cit.). como Oclsi Bidart ("Las modificaciones a la ley
14.188", 2as. Jornadas de Derecho del Trabajo, Bi-
blioteca de Derecho Laboral n<? 3. p. 5R. Montevideo^),
entienden que es procedente recurrir a la integración
(37) Conforme en cuanto al concepto d<> interrup- analógica, para aplicar a los términos de c a d u c i d a d , las
ción: Messinco, ob. cit., t. II, pp. 69 y 70; Da Cámara causas de suspensión c interrupción de los plazos do
Leal, ob. cit., p. 186. caducidad, cuando se trata de términos sustanciales y
8. — Frente a estos dos fenómenos defi- "objetos materiales susceptibles de tener
nidos respecto de la prescripción, es nece- valor"; hemos de ver, más adelante, que se
sario distinguir otro, que es propio de la trata de dos categorías de objetos las que
caducidad, y que es el ejercicio del derecho, son motivo del transporte por vía aérea.
poder o facultad. El cumplimiento de los Aun cuando no siempre es necesaria la
actos previstos por la ley, para la realiza- expedición de una carta de porte, dicho ins-
ción plena de la situación activa de que se trumento constituye la exteriorización de
trata (Consumación). un contrato de transporte y es por ello que
Si ese acto se cumple en forma idónea, durante el desarrollo del tema del epígrafe,
impide de manera definitiva se opere la permanentemente estaremos refiriéndonos
caducidad; y la suerte del derecho depende- al mencionado contrato.
rá de las contingencias propias del proceso II. DENOMINACIÓN. — Al decir de Carlos
por un lado,' y del fundamento jurídico de R. Obal C 1 ), "se denomina así el documento
la pretensión (derecho sustantivo), por el que en el contrato de transporte representa
otro. el título legal que prueba los derechos de las
Esta situación no puede asimilarse ni partes, de igual modo que las obligaciones
confundirse con la interrupción o suspen- convenidas".
sión de los términos, ya que cierra toda po- VideTa Escalada ( 2 ), después de adherir
sibilidad, tanto del cómputo de un nuevo a los elogios emitidos por diversos autores
plazo, como de la consumación del mismo respecto de la denominación del instrumen-
término cuyo cómputo ya se iniciara. to como "carta de porte aéreo", la define
"como el documento aue instrumenta la for-
CARTA DE PORTE AÉREO.* mación de un contrato de transporte aéreo
SUMARIO: I. Introducción. - II. Denomi- en virtud del cual el transportista se obli-
nación. - III. Antecedentes de la Carta ga a trasladar determinadas mercaderías al
de Porte. - IV. Contrato de transporte "de lugar convenido y hacerlas llesrar al desti-
mercadería por vía aérea. A) Definición: natario aue le indique el expedidor, quien
a) legislación nacional; b) legislación in- se compromete a entregárselas y abonar el
ternacional; c) doctrina; ch) legislación precio pactado".
extranjera. B) Evolución y auge del trans- Así también lo caracterizan el Código de
porte por vía aérea. C) Caracteres. - Comercio f 8 ) refiriéndose al contrato en-
V. Mercancías y equipajes: a) en la doc-
trina; b) en la legislación. - VI. Carta de tre "el carera dor y el acarreador", y el Códi-
Porte Aéreo: a) denominación; b) funcio- go Aeronáutico ( 4 ), en cuanto al contrato
nes que juega la Carta de Porte Aéreo. - entre "remitente y transportador", agre-
VII. Carta de Porte Aéreo: a) carácter gando que el documento "deb» expresar que
facultativo; b) número de ejemplares; se trata de transporte aéreo".
c) firma de los documentos; ch) conteni- Tal lo referente a la denominación gené-
do de la Carta de Porte Aéreo; d) falta rica del instrumento, que se mantiene en
de la Carta de Porte Aéreo; e) inexacti-
tud e irregularidades de la Carta de Por- el transporte aéreo; en lo que respecta al
te Aéreo; f) negociabilidad de la Carta de comercio marítimo, recibe el nombre de co-
Porte Aéreo. nocimiento f 5 ) : en cuanto al transporte te-
rrestre, por vía férrea, el documento reci-
I. INTRODUCCIÓN. — En presencia de una be diversas denominaciones, a saber: "car-
Carta de Porte Aéreo de inmediato la rela- ta de porte" ( 6 ), "gruías de eauipaje" f 7 ) ,
cionamos con un contrato de transporte de "guías de encomiendas" ( 8 ), "carta de por-
cosas, asignándole al vocablo "cosas" el te" f 9 '), "guías para la extracción de fru-
significado que le da el Derecho y, especí- tos del país" (10), y "guías de campaña para
ficamente, nuestro Código Civil (art. 2311) : ganado" O 1 ); asimismo, el documento re-
cibe el nombre de "guía dé campaña" y se

no procesales. En el último caso la posibilidad de inte-


rrupción o suspensión, dependerá del régimen legal. (1) Obal, Carlos B., "Carta de Porta", «a flnei-
(40) El art. 77 del Código Tributario de la Repr clopedia Jurídica Orneaba, t. II, p. 745.
Oriental del Uruguay, establece la caducidad de los cré- (2) Videla Escalada, Federico N., Dencko Aero-
ditos y reclamaciones contra el sujeto activo —se re- náutico, t. III, n? 418, p. 440.
fiere a las repeticiones de pago—, en el término de (3) Código de Comercio, art. 167.
cuatro años, contados desde la fecha en que pudieron (4) Código Aeronáutico, art. 119.
exigirse. (5) Código de Comercio, art. 1019.
Prevé expresamente que dicho plazo se suspende por (6) Ley 2873, art. 45.
toda gestión fundada del interesado en-vía administra- (7) Reglamento General de Ferrocarriles, decreto
tiva. Se trata de un caso de suspensión de un término n9 00.325, del 12 de setiembre de 1936, art. 174.
de caducidad establecido a texto expreso por la ley. (8) Reglamento General de Ferrocarriles, art. 191.
(9) Reglamento General de Ferrocarriles, arts. 218,
234 y 235.
(10) Reglamento General de Ferrocarriles, art. 241.
* Por el Dr. LEÓN (11) Reglamento General de Ferrocarriles, art. 365.
refiere a las que expiden los municipios terización del calificativo internacional res-
para el acarreo y extracción de hacienda de pecto del trasporte sobre el cual legis-
sus respectivas jurisdicciones, conforme, la ( 1S ); sin embargo, puede afirmarse -que
generalmente, a disposiciones contedidas en la Convención sólo es aplicable en el caso
los Códigos Rurales provinciales. de existir un contrato de transporte; no
III. ANTECEDENTES DE LA CARTA DE POR- surge otra cosa de las expresiones referi-
TE. — a) origen que se le atribuye. Obal (12). das a la "validez del contrato de transpor-
expresa que la carta de porte se originó en te", acerca de los "Títulos de Transpor-
costumbres adoptadas por los comerciantes te" C 19 ), "Billetes de Pasaje" ( 2 «), Boletín
italianos de la Edad Media, que luego se de Equipaje" (21) y "Carta de Transporte
propagaron por el Sur de Francia y Espa- Aéreo" ( 22 ), todas ellas contenidas, respec-
ña, b) una fórmula empleada. Agrega dicho tivamente, en los arts. 3?, párrafo 2; 49,
autor (1S) que en la carta abierta que el párrafo 4, y 5^, párrafo 2.
remitente entregaba, con los efectos, al por- c) En la doctrina, Videla Escalada nos
tador, decía "con la guarda de Dios y bajo remite a las opiniones de los especialistas
la custodia de N. N., porteador, recibiréis extranjeros: Le Goff enseña que se trata
tantos paquetes de. . ."; aquí se detallaba de "trasladar por aeronave de un punto a
la mercadería enviada, las condiciones del otro pasajeros, correo o mercancías" y Car-
contrato, la procedencia y el destino de tou, que "es la actividad que consiste en
aquélla, las personas intervinientes y las trasladar, por aeronave, de un lugar a otro,
condiciones de entrega, todo lo cual servía pasajeros, correo o mercancías" C 23 ).
al destinatario para controlar el objeto del A su vez, Tapia Salinas ( 3 4 ), después de
envío en el momento de su recepción. analizar conceptos y elementos del transpor-
Esta acotación es coincidente con la de Ju- te aéreo, lo define expresando que es "se-
lius von Gierke ( 14 ), quien "enseña que sólo rie o sucesión de actos que tienden al tras-
relativamente tarde se crearon normas es- lado de una persona o cosa por vía aérea
peciales sobre operaciones de transporte, y utilizando una aeronave".
pues en la Edad Media faltaba el comercio Como se advierte, las tres definiciones
de transporte. La razón de esta ausencia, tienen un mismo contenido en cuanto a los
agrega, se debe a que el comerciante acom- elementos que componen el transporte aé-
pañaba, personalmente o por medio de sus reo: objeto, ambiente y medio.
representantes, a sus mercancías. Esta si- Mapelli López ( 25 ) nos remite a las opi-
tuación cambió desde el siglo XVI". niones de: Rodrigo Uría, quien "estima que
IV. CONTRATO DE TRANSPORTE DE MERCA- en el contrato de transporte una persona
DERÍA POR VÍA AÉREA.—A) Definición: (porteador) se obliga, a cambio de un pre-
a) La legislación comercial de nuestro país, cio, a trasladar de un lugar a otro, a un
ha prescindido definir la figura del contra- bien o personas determinadas, o a ambos a
to de transporte en todas sus especies, en la vez; la de Rodríguez Jurado para quien
tanto que la legislación aeronáutica lo de- "conceptual y genéricamente el contrato de
fine expresando que "se considera servicio transporte es aquél por el cual una persona
de transporte aéreo a toda serie de actos se compromete a transportar por vía aérea,
destinados 'a trasladar en aeronave a per- de un lugar a otro, a otra persona y su equi-
paje o mercancía".
sonas o cosas, de un aeródromo a otro" ( 15 ).
Si bien ambas opiniones coinciden, se-
b) En la legislación internacional que ñalamos que en la primera de ellas se inser-
regula el transporte aéreo, tampoco existe ta un elemento sustancial del contrato, cual
definición del contrato; la "Convención para es el precio, habida cuenta de su carácter
la unificación de determinadas reglas rela- oneroso.
tivas al transporte aéreo internacional",
celebrada en Varsovia en 1929, ratificada
por la República Argentina mediante la ley (18) Convención de Varsovia de 1B29 y Protocolo
n1? 14.111 (1(5), modificada por el "Protoco- de IM Haya de 19SS, art. 1, párrafo 2.
lo de La Haya", de 1955, ratificado por (19) Convención de Vanovia y Protocolo de lia
Baya, Capítulo II. ,
nuestro país ( 17 ), sólo contiene una carac- (20) Convención de Varsovia y Protocolo de La
Saya, Capítulo II, Sección I.
(21) Convención de Varsovia y Protocolo de La
nana, Capítulo II, Sección II.
(12) Obal, op. cit., p. 745. (22) Convención de Varsovia, y Protocolo dt La
(13) Obal, pp. cit., p. 745. naya, Capítulo II, Sección III.
(14) Ton Gierke, Julius, Derecho Comercial -y de la (23) Videla Escalada, op. cit, t. III, ne 340, p. 285.
Navegación, t. II, p. 168, citado en "Código de Comer- (24) Tapia Salinas, Luis, La regulación jurídica d»l
cio y Leyes Complementarias", comentadas y concor- transporte aireo, Madrid, MCMLIII, Capítnlo 19, p. 29.
dadas, edición "Omeba", t. III, p. 217. (25) Mapelli López, Enrique, El contrato de trant-
(15) Código Aeronáutico, mi. 92 y nota. porte aéreo internacional, Comentarios al Convenio dt
(16) Boletín Oficial del 29-X-1951. Varsovia, Editorial Tecnos S.A., Madrid, 1968, pp.
(17) Ley 17,386, Boletín Oficial del 16-VIII-1967. 20 7 21.
Hamilton, también citado por Mapelli Ló- transporte de las mercancías o del correo
pez ( 2 f i ), define el contrato de transporte según la tarifa señalada"; 6) Reglamenta-
aéreo diciendo que "es aquél en virtud del ción de la Aeronáutica Civil de Marruecos,
cual uno se obliga, por cierto precio, a con- decreto del 10 de julio de 1962 (ar.t. 139):
ducir de un lugar a otro, por vía aérea, pa- es "todo transporte público por aire que da
sajeros o cosas ajenas y a entregar éstas a lugar a un contrato por el cual una persona
la persona a quien vayan dirigidas". Una física o jurídica llamada porteador se en-
observación cabe formular a este concepto: carga, mediante una remuneración, de con-
el transporte no tiene que ser necesaria- ducir por aire, de un punto a otro, bien a
mente de cosas "ajenas", pues puede serlo, personas con o sin equipajes registrados,
también, de cosas de propiedad del remi- bien objetos o mercancías recibidas de un
tente que deberán serle entregadas en -otro expedidor para ser entregadas a una perso-
lugar que el de la expedición. na llamada destinatario"; 7) Ley de la Re-
ch) Con relación a la legislación extran- pública de Argelia, del 8 de junio de 1964
jera, extraemos del mismo autor ( 2 ~ ) las (art. 27), que define el contrato de trans-
siguientes citas, que transcribimos: 1) Ley porte aéreo en términos similares a la de
Aeronáutica Civil de la República del Perú, Marruecos; 8) Código de Comercio de Ve-
del 11 de diciembre de 1965 (art. 84) : nezuela, de 23 A° junio de 191.9; si bien no
"Contrato de transporte aéreo es el conve- se refiere expresamente al transporte aéreo,
nio por el cual el transportador se obliga, en su art. 160, dice: "El contrato de trans-
por cierto precio, alquiler o flete, a condu- porte tiene lugar entre el expedidor o remi-
cir o llevar de un lugar a otro, por vía aé- tente, que da la orden de transporte, y el
rea, personas, animales o cosas"; 2) Ley de empresario que se encarga de hacsrlo efec-
Aviación Civil de Costa Rica, del 16 de tuar en su nombre y por cuenta de otro, o
marzo de 1962 fart. 174) : "Por el contrato bien entre uno de ellos y el porteador que
de transporte aéreo el porteador se obliga, se encarga de efectuarlo. Se designa con el
por cierto precio, a conducir de un lugar nombre de porteador al que se encarga, de
a otro, por vía aérea, pasajeros o cosas y a cualquier modo que sea, de efectuar o hacer
entregar éstas al consignatario"; 3) Ley efectuar el transporte"; 9) Federal Avia-
Aeronáutica Civil de Honduras, de 3 de se- tion, Act. 1958 de los Estados Unidos de
tiembre de 1957, la que en su art. 161 coin- Norte América (Título I, previsiones Gene-
cide en todos sus términos con la prece- rales) : "Transporte aéreo significa el trans-
dente; 4) Reglamento de Aviación Civil de porte aéreo entre estados transatlánticos o
Panamá, del 8 de agosto de 1963 (art. 119) : extranjeros o el transporte aéreo de correo
"Entiende por contrato de transporte aé- por avión".
reo el celebrado por una persona natural o Las definiciones transcriptas nos sugie-
jurídica llamada el transportista, que se ren algunas observaciones: a) las conteni-
obliga, mediante remuneración, a conducir das en las leyes de Panamá y de Marrue-
o llevar de un lugar a otro, por la vía aérea, cos, como las más precisas a nuestro crite-
pasajeros con o sin equipaje, facturado, o rio; b) la de la U.R.S.S., como ampulosa
carga entregada por un cargador para ser por el contenido más propio de una regla-
remitida,a un consignatario a quien vaya mentación de la norma específica o de las
dirigida"; 51 Código Aéreo de la U.R.S.S., condiciones que se insertan en el propio
del 26 de diciembre de 1961 (art. 83) : "Por contrato; c) similar crítica nos merece la
el Contrato de transporte aéreo de pasaje- que contiene el Código de Comercio de Ve-
ros, la empresa de transporte aéreo se com- nezuela; ch) en cuanto a los EE.UU. de
promete a transportar al pasajero y su N.A., nos parece tan escueta como incom-
equipaje a su lugar de destino, reserván- pleta.
dole una plaza conforme al billete adquiri- El "Código de la Aviación Civil y Co-
do; el pasajero se compromete a pagar su mercial de Francia" en su art. 113 ( 2S ),
transporte según la tarifa fijada, así como tampoco define el contrato; emite, en cam-
el del excedente del equipaje. Por el Con- bio, el siguiente concepto: "El transporte-
trato de transporte aéreo de mercancías o aéreo consiste en conducir con aeronave^ de
de correo, el transportista se obliga a en- un punto a otro, pasajeros, correo o mercan-
tregar la mercancía o el correo que le con- cías"; le falta, fácil es advertirlo, la men-
firió el expedidor al lugar de destino y re- ción del precio como contraprestación.
mitirlos a la persona habilitada para reci- B) Evolución y auge del transporte por
birlos; el expedidor se obliga a pagar el
(28) Código de la Aviación Civil y Comercial, dt
Fro/ncid', texto ordenado traducido por Francisco Vega
(26) MapeJli López, op. cit., p. 21. Sala; Consejo Superior de Investigaciones Científica*,
(27) Miipelli López, op. cit., pp. 21, 22 y 23. Instituto de Derecho Comparado, de Barcelona. ,
vía aérea. El hombre, como porteador, y cer sujeto, el destinatario de las mercan-
luego la bestia, como elementos creadores cías que son el objeto de la convención.
y ejecutores del transporte, pasaron a la ca- b) Es principal por cuanto no depende
tegoría de reliquias históricas, al ser reem- de otro convenio, como ocurre en el ca?o
plazados por la máquina. En lo que atañe del contrato de equipaje, anexo al de bi-
al movimiento, la rueda fue el elemento fun- llete (31).
damental que evolucionó al transporte agi- c) En cuanto al carácter de no formal
litándolo en su desenvolvimiento sobre la adherimos sin reservas a las opiniones ex-
tierra; evolución que se acrecentó con la puestas por Videla Escalada ( 32 ), Peru-
traza y construcción del camino. Luego fue cchi (•"") y Tapia Salinas ( 3 <), a las que
el agua el elemento ambiental en el que el nos remitimos.
transporte se desarrolló en gran escala, ch) Es consensúa!, "por oposición a real,
mientras el aire permanecía vedado al ser en razón de que la conclusión del contrato
humano para su utilización como medio de no está supeditada, en nuestro caso, a la
comunicación. entrega de la mercadería, hecho que no tie-.
Fue el transporte por esas dos vías —la ne carácter constitutivo de la conven-
tierra y el agua—, e! que impulsó la crea- ción ( Sñ ).
ción e instalación de las poblaciones a la V. MERCANCÍAS Y EQUIPAJES. — La exis-
vera del camino y de los ríos navegables, tencia del instrumento que se identifica
los lagos y los mares y océanos. con el tema de este trabajo, presupone el
transporte de cosas materiales; y, tal como
La irrupción del hecho técnico de la avia- lo anticipamos (:!6), dos son las categorías
ción trajo para la comunicación las venta- de cosas u objetos motivo del contrato de
jas que significan el acortamiento de las transporte aéreo: equipajes y mercancías.
distancias y del tiempo, mostrando hoy, la
aviación comercial, un estado de progreso a) En la doctrina. Con juicioso criterio
que compartimos, Tapia Salinas ( 37 ) des-
cuya evolución ha de llevarla, en poco tiem- taca la necesidad de diferenciarlos pues,
po más, al ámbito ultraterrestre; tal es Ja agregamos, unos y otras son objeto, valga
consecuencia del avance tecnológico, dos de
cuyas expresiones, la velocidad y la segu- la repetición, de sendas categorías del con-
ridad alcanzadas en el transporte de per- trato; los primeros —equipajes—, para uso
sonas y de cosas, permiten este vaticinio. estrictamente personal y exentos de finali-
dad de lucro, son transportados, casi siem
Hoy es cosa de todos los días y de todas pre, en la misma aeronave en la que viaja
las horas el transporte por vía aérea, de el pasajero; los de menor tamaño, junto a
personas, mercancías y correo, en medida la persona, y los de mayor bulto, tales como
insospechada en las dos primeras décadas las valijas, en la bodega de la máquina;
del siglo en que vivimos; cientos, miles de ellos no integran el tema que desarrollamos.
aeronaves surcan los cielos recorriendo ru- Las segundas ostentan, como carácter
tas cada vez más numerosas, comunicando esencia], el de mercantil, y ellas sí son ma-
no sólo poblaciones dentro de los límites te- teria de nuestro estudio.
rritoriales de un país, sino, en gran escala, Ambas categorías tienen distinto trata-
a todas las naciones del orbe. miento económico por el transportista; en
C) Caracteres. El contrato de transpor- lo que respecta a los equipajes, no excedien-
te de mercancías por vía aérea es, obvia- do el peso límite máximo autorizado, son
mente, una de las especies del contrato de transportados sin cargo, en tanto que las
transporte aéreo: las otras son la de pasa- mercancías están sujetas al pago de tari-
jeros, la de equipajes y la de carga pos- fas específicas.
tal (2»). Es necesario destacar, asimismo, que unos
De tal modo, como enseña Videla Esca- y otras deben responder al concepto de lici-
lada (30), participa de los caracteres del tud establecido en !as normas legales y re-
contrato tipo; tales son: bilateral, onero- glamentarias, nacionales e internacionales,
so, principal, no formal y consensúa!; los que regulan e! transporte aéreo, en res-
analizaremos: guardo de la seguridad del vuelo.
a) La finalidad lucrativa del contrato
nos exime de extendernos acerca de los ca- (31) Código itronáutico, arts. 116 y 117;
vención de Varsovia y Protocolo de La Haya, art.
racteres de onerosidad y bilateralidad, este (,'¡2) Videla Escalad», op. cit., t. III, n' 409, p,
último a pesar de la existencia de un ter- (33) Perucchi, Héctor Amoldo, Dññtts en fl. i
fffirtf, aéreo internacional, editor Roque Depalmft,
non Aires, 1957, p. 38.
(34) Tapia Salinas, op. cit., p. 390.
(29) Código Aeronáutico, Título VI, Capítulo II, (35) Videla Escalada, op. cit., rtf 409, p.
iSrrciones B, O, T> y E, y Convención de "Pnrsovia, Oa- Tapia Salinas, op. cií., p. 38Í>.
jiltulo II, Secciones I, II y III. (36) Ver xupra, I. Introducción.
(30) Videla Escalada, op, cit., t. III, n? 409, p. 426. (37) Tapia Salinas, op. cit., p. 351.
Este criterio diferenciador es sustenta- cumento esencial en las ventas a distan-
do, también, por Videla Escalada (38) y, cia" ; Tapia Salinas ( 50 ), a su vez, le asigna
con cierta reserva referida a la Convención el carácter esencial de "simple elemento de
de Varsovia, por Mapelli (s9). prueba, entre los varios existentes, para
b) En la legislación nacional ni en la los que creemos estar en presencia de un
internacional se da un concepto o defini- contrato consensúa!".
ción del vocablo mercancía, debiendo recor- Estas opiniones, que compartimos, nos
darse que existen intentos de introducirlo permiten llegar a la conclusión de que, la
en la Convención de Varsovia, mediante di- Carta de Porte Aéreo, es el título legal del
versos proyectos ( 40 ). contrato.
VI. CARTA DE PORTE AÉREO. — a) Deno- 2) Otra función de la Carta es la de ac-
minación. En nuestra legislación (41) y en tuar como título representativo de la mer-
la legislación internacional ( 42 ), ha privado cadería; en la legislación nacional se dice
la denominación del instrumento como se que ella hace fe, salvo prueba en contra-
lo menciona en el título de este párrafo, rio. .. de la recepción de la mercadería por
apartándose de la asignada a otros títulos el transportador... (51), y, en idénticos
de transporte referidos a distintos medios, términos se pronuncia la legislación inter-
remarcando, de alguna manera, la autono- nacional ( 52 ). Cabe señalar aquí que, si
mía del Derecho Aeronáutico (43) ( 44 ) ( 45 ). bien existiendo la Carta ella "es el título
b) Funciones que juega la Carta de Por- legal del contrato" ( 53 ), "no puede decirse
te Aéreo. de ella que es el título legal del contrato
1) Conforme a nuestra legislación espe- por el cual se deciden todas las cuestiones",
cífica ( 4 6 ), "La carta de porte es el título atento que "la Convención la ha reducido a
legal del contrato entre remitente, y trans- un medio más de prueba del contrato, de
portador. Debe expresarse que se trata de la recepción de la mercancía y de las con-
transporte aéreo", y el Código de Comer- diciones del transporte, que puede ser con-
cio ( 47 ), aunque variando la denominación trarrestado por otros" ( 54 ). La presunción
de los sujetos intervinientes en la conven- juris tantum a que nos referimos se halla
ción, le asigna el mismo carácter: título le- expresamente consagrada en la Convención
gal entre el cargador y el acarreador. de Varsovia ( 55 ).
El contenido de la norma transcripta le Corrobora y afianza la representatividad
permite a Videla Escalada ( 4S ) definirla de la mercadería, asignada a la Carta, lo
"como el documento que instrumenta la prescripto en la citada Convención, art. 6,
formación de un contrato de transporte párrafo 1) in fine, al expresar que el do-
aéreo en virtud del cual el transportista se cumento "será entregado con la mercade-
obliga a trasladar determinadas mercade- ría"; Perucchi (56) se explica que el trans-
rías al lugar convenido y hacerlas llegar al portador firme la carta de porte "no sólo
destinatario que le indique el expedidor, una vez que ha recibido la carga, sino des-
quien se compromete a entregárselas y abo- pués que la ha aceptado... puesto que su
nar el precio pactado". firma y entrega del ejemplar al cargador
En la bibliografía extranjera hallamos prueba la recepción de la carga. ..".
conceptos coincidentes con el mencionado
precedentemente; así, Gay de Montellá ( 49 ) Videla Escalada ( 57 ), asimismo, con muy
expresa que "a) la carta de transporte, pó- convincentes argumentos refirma la comen-
liza o conocimiento aéreo, es documento re- tada función de la carta de porte aéreo, vin-
presentativo de un verdadero contrato au- culándola con su empleo como papel de co-
tónomo, por el cual, en el trasporte de cosas mercio, medio de obtener créditos y nego-
determinadas, cada título es al mismo tiem- ciabilidad.
po la prueba del contrato, sirviendo de do- 3) Una tercera función de la Carta es la
que le confiere carácter de título de resca-
te de la mercadería por el consignatario.
(38) Videla Escalada, op. cit., n? 345, p. 256. Ella nace de la esencia y finalidad del con-
(39) Mapelli López, op. cit., p. 83. trato y de disposiciones legales contenidas
(40) Tapia Salinas, op. cit., pp. 402 y 404.
(41) Código Aeronáutico, art. 119.
(42) Convención Ae Varsovia y Protocolo de L»
Haya, art. 5.
(43) Videla Escalada, op. cit., p. 440. (50) Tapia Salinas, op. cit., p. 423.
(44) Código Aeronáutico, art. 123. (51) Código Aeronáutico, art. 123.
(45) Convención de Varsovia, art. 11, párrafo 1. (52) Convención de Varsovia, art. 11.
(46) Código Aeronáutico, art. 119. (53) Código Aeronáutico, art. 119.
(47) Código de Comercio, art. 165. (54) Perucchi, op. cit., p. 51.
(48) Videl» Escalada, op. cit, p. 440. (55) Convención de Varsovia,, art. 11, apartado 1
(49) Gay de Montellá, Rafael, Principio* d« Dere- y primer párrafo del apartado 2. •
cho Aeronáutico, editorial Depalma, Buenoi Aires, 1950, (56) Perucchi, op. cit., p. 42.
p. 404. (57) Videla Escalada, op. cit., n? 423, p. 453.
en la legislación nacional (58) e internacio- tiene en cuenta que la existencia del con-
nal (s 9 ), que confieren derechos a este, su- trato no es afectada en lo más mínimo por
jeto ajeno al contrato de transporte cele- la falta de la carta de porte".
brado entre el transportista y el expedidor, Debe quedar, sin embargo, perfectamen-
por ser el destinatario de la mercadería ob- te establecido que conforme a lo legislado
jeto del pacto ( 60 ) ; derechos que hemos de en la norma internacional de referencia,
analizar cuando estudiemos, también, los ambos contratantes, transportador y expe-
que le competen al transportista y al expe- didor, están obligados, el primero a aceptar
didor. el documento que le presente el segundo, y
VII. CARTA DE PORTE AÉREO. — a) Docu- éste a confeccionar y entregar el que le so-
mento facultativo. En nuestra legislación licite aquél (6S).
común, la carta de porte es un documento No obstante el carácter de facultativo
facultativo en cuanto a su expedición, no asignado al documento, anticipamos nues-
constitutivo del contrato de transporte, a tra opinión favorable a la conveniencia de
punto tal que su inexistencia no pone en la expedición de la Carta de Porte Aéreo,
tela de juicio la existencia del contrato; habida cuenta que, en presencia de la mis-
ello es así, sin perjuicio del derecho que las ma, será más viable la dilucidación de las
normas legales acuerdan al cargador y al cuestiones que pudieran plantearse en una
transportista de exigirse, recíprocamente, controversia sometida al poder jurisdiccio-
la confección de la Carta (61). .nal, facilitando la interpretación y decisión
En la legislación aeronáutica nacional de los jueces llamados a intervenir.
está implícito el carácter facultativo del b) Número de ejemplares. Ambas legis-
documento puesto que, al prever su falta laciones, la nacional ( 69 ), y la internacio-
de expedición, dicta normas respecto de las nal ( 70 ), se ocupan, no sólo del número de
consecuencias que deberá afrontar el trans- ejemplares que deberán expedirse, sino
portista en materia de responsabilidad (6'2). también de las personas destinatarias de
En cuanto a la legislación internacio- cada uno de ellos.
nal ( 63 ), la misma no impone al transporta- Los ejemplares son tres, y aunque la
dor de mercancías ni al expedidor de ellas Convención los denomina originales, debe
la obligación de confeccionar el mencionado entenderse que tal modalidad apunta a
título; aparece, en cambio, lo facultativo de asignarles igual valor a cada uno de ellos
su expedición, al conferirles el derecho de aun cuando sean confeccionados, uno como
exigírselo, recíprocamente. original y los otros dos, con uso de los me-
Tanto en el Código Aeronáutico Argen- dios de reproducción conocidos, como du-
tino ( 64 ), como en la Convención de Var- plicado y triplicado (71) ; cabe agregar que
sovia de 1929 (65) se deja expresa constan- a nuestro juicio, es más conveniente la
cia que la falta de la carta de porte o las confección simultánea de los tres ejempla-
irregularidades que la misma pudiese con- res, pues ante una eventual contienda sur-
tener, en manera alguna afectan la validez gida como consecuencia de una posible alte-
del contrato, sin perjuicio, reiteramos, de ración del contenido de alguno de ellos, o
la privación al transportador del derecho a ante la denuncia de adulteración, resultará
beneficiarse con las franquicias que limitan prácticamente más accesible, con el cotejo
su responsabilidad ( 66 ). de, ellos, la comprobación de la anormalidad,
si es que existiera.
Con toda claridad Perucchi ( 67 ), al co- c) Firma de los documentos. Conforme
mentar el art. 5 de la mencionada Conven- lo dispuesto en ambas normas legales ( 72 ),
ción, destaca que el documento es "facul- los tres ejemplares de la carta de porte de-
tativo, no indispensable, probatorio del con- ben ser firmados; uno, con destino al trans-
trato, lo que induce a suponer que el con- portista, por el expedidor;'otro para el des-
venio se ha perfeccionado con anterioridad tinatario de la mercancía, con la firma de
a la extensión de la carta, más aún si se ambos contratantes: transportista y expe-
didor o cargador; y el tercero, con destino
(58) Código Aeronáutico, arte. 120, 121 y 149, e¿- al expedidor, suscrito por el transportista.
tre otros. Asimismo, dispone la Convención, en la
(59) Convención de Varsovia. y Protocolo d» í* norma ya citada, que el primer ejemplar
Saya, arts. 6, 8, 13, 14, etc.
(60) Ver supra, notas 58 y 59. deberá llevar la mención "para el trans-
(61) Código de Comercio, arts. 165 y 167.
(62) Código Aeronáutico, art. 122.
(63) Convención de Varsovia, art. 5, párrafo 1.
(64) Código Aeronáutico, art. 122 "in fine,'. (68) Convención dr Varsovia, art. 5, párrafo 1.
(65) Convención de Varsovia, art. 5, párrafo 2. (69) Código Aeronáutico, art. 120.
(66) Código Aeronáutico, art. 122 y Convención df (70) Convención de Varsovia, art. 6.
Varsovia modificada por el Protocolo de La Haya, (71) Mapelli López, op. cit, p. 90.
art. 9. (72) Códiffo Aeronáutico, art. 120 y Convención de
(67) Perucchi, op. cit., p. 40. Varsovia, art. 6.
portador", y el segundo la de "para el des- circunstancia podría dar origen a un pleito
tinatario" f' 7 3 ). si, en el momento de la recepción y apertu-
Se plantea, en la doctrina, una variante ra de los bultos por el destinatario o con-
para el caso de coincidir o, mejor dicho, su- signatario de la carga se advirtiera una al-
perponerse la persona del expedidor de la teración en el contenido de aquéllos; ;,a
mercancía con la del destinatario, es decir cruién imputar la responsabilidad por dicha
para el supuesto de que el expedidor encar- anomalía?; ¿al transportista por el actuar
ga para sí el transporte y entrega de la delictuoso suj'o o de sus dependientes?; ¿o
carga en lugar distinto al de la expedición; al personal aduanero o al de vigilancia de
Videla Escalada ( 7 4 ) propone la expedición las instalaciones fiscales?
de sólo dos ejemplares, siguiendo las pautas Sostenemos que si se procediera a la fir-
de la legislación común ( 7r ') ; práctica que ma de la carta de porte en el momento de
nos parece -acertada, habida cuenta de no la aceptación de la mercadería, que es el
existir tercero interesado; es aconsejable, mismo de la recepción y entrega del ejem-
para evitar equívocos, que si se da el caso plar de la carta al expedidor, la responsa-
mencionado se deje constancia de ello en el bilidad recaería exclusivamente en el trans-
ejemplar destinado al expedidor. portista en sus relaciones con el cargador,
Con referencia al momento en que el sin perjuicio de las acciones que él pudiera
transportador debe estampar su firma en tener derecho a intentar contra quienes
la carta de porte, el Código Aeronáutico hubieran tomado a su cargo la custodia de
prescinde de señalarlo concretamente, pero la mercadería, fueran sus dependientes o
se deduce de su redacción ( 78 ) que ello ocu- no.
rrirá en el instante de aceptar la mercan- Un proyecto de documento, sin firma, ca-
cía detallada en el documento, o Jo que es lo rece de valid-ez, por lo que cabe suponer
mismo, que la recepción de aquélla será si- que ningún expedidor se arriesgará a en-
multánea con el libramiento y suscripción tregar mercancías para ser transportadas
de la carta; entender otra cosa sería tanto sin el resguardo del documento que acredi-
como admitir que se acepte la mercadería te la entrega y recepción de aquéllas.
individualizada en el documento y que la En lo que hace a la mecánica en sí de la
entrega y recepción de la misma se opere firma, la Convención admite C80) la susti-
con posterioridad a la redacción de la car- tución de la del transportador por estampi-
ta, con lo que se posibilitaría la entrega lla y la de) expedidor, que podrá ser impresa
de bultos embalados conteniendo mercancía o reemplazada por estampilla; como acer-
distinta de la descripta en el documento I"77). tadamente lo expresa Perucchi O 81 ), debe
La Convención de Varsovia ( 7S ) exigía entenderse que "estampilla." significa "se-
que la firma del transportador fuese pues- llo", o lo que es lo mismo, a nuestro crite-
ta en el momento de la aceptación de la rio, que "facsímil", sello al fin.
mercancía que, repito, es el mismo de su Otro aspecto contemplado en la norma
recepción; en cambio, la modificación in- internacional es el referido a la persona
troducida por el Protocolo de La Hsya ( 78 ) encargada de la confección material de la
establece que "el transportista r-ondrá su carta de porte; confrontando disposiciones
firma antes del embarque de la mercadería de la Convención ( 82 ), resulta indudable
a bordo de la aeronave". Si admitimos que que tal cometido le está impuesto al expe-
la aceptación de la mercancía y su recep- didor de la mercancía; ello no obstante y,
ción no coincide necesariamente con su seguramente con el propósito de permitir
embarque, pues puede quedar en el depó- que esa tarea la realice quien está más
sito de bultos del transportista ubicado en práctico, se admite que ella la efectúe el
sus instalaciones en el aeropuerto, en las transportador, a pedido del expedidor de la
que para ese fin tenga en la ciudad, o en carga; pero previene que., salvo prueba en
el sector del aeropuerto que le hubiesen contrario, se presume que el transportador
asignado las autoridades aduaneras, hasta "obra por cuenta del expedidor", con lo
el momento de llevarla a bordo, y que la que no se altera la naturaleza de la inter-
firma de la carta de porte puede aplazarse vención de uno y otro en el contrato de
hasta el momento previo al embarque, tal transporte f 8 3 ) .
ch) Contenido de la Carta de Porte Aé-
reo. Antes de comenzar el análisis de las
(73) Convención df, Vartovifi, art. f>, párrafo 2.
(74) Videla Escalada, op. cit, n? .421, p. 450,
( 7 5 ) Código Civil, art. 1021, y Código ¿U Comer-
cio, art. 165. (80) Convención de Vo.rsovia, art. 6, párrafo 4.
(76) Código Aeronáutico, art. 122. (81) Perucchi, op. cit., p. 43.
(77) PeTiicchi, op. cit., p. 42. (82) Convención de Var.tovia, arts. 5, párrafo I , y
(78) Convención de Varsovia. art. 6, píirrafo 3. 6, párrafo 5.
(79) Protocolo df La naya, art. V. (83) Mapelli López, op. cit., n? 3, p. 93.
disposiciones legales que tratan concreta- varias, por haber sido afectado el contenido
mente el tema del epígrafe, hemos de co- de una o varias de las cartas de porte, la
mentar la que confiere al transportador el prueba del único contrato de transporte se
derecho a solicitar del expedidor el libra- lleve a cabo mediante el uso de cuaJesquie-
miento de "cartas de porte aéreo diferentes ra de los medios admitidos por las leyes
cuando haya varios bultos" ( x 4 ) . procesales: fotocopia, certificación, testi-
Diversas razones abonan la conveniencia monio, etc., debidamente autenticados, refe-
de proceder como lo autoriza la norma bgal ridos al contrato original.
en examen; Perucchi (s-v) las sintetiza ex- Ambas legislaciones, la nacional ( S T ) y la
presando que se trata de facilitar su come- internacional ( s s > , contienen disposiciones
tido al transportador, para el caso de serle en las que se especifican los datos que de-
imposible cargar toda la mercancía en una L-erá contener la carta de porte aéreo.
sola máquina, sea por el volumen de los La norma del ordenamiento jurídico ae-
bultos, sea por la calidad o naturaleza del ronáutico argentino contiene 12 requisitos
contenido de los mismos. a consignar, los cuales, conceptualmente y
Mapelli ( 8(i ), aunque con mayor expiici- casi con idénticos términos coinciden con
tud, se expide al respecto dardo similares otros tantos de los 17 que contiene la Con-
razones en favor de la expedición de cartas vención de Varsovia, ¡usgo reducidos a 3
de porte diferentes, pero plantea un pro- por la reforma introducida mediante el Pro-
blema relacionado con la "unicidad del con- tocolo de La Haya ( S1) ) ; de estos tres últi-
trato"; si se libran varias cartas de porte, mos, nuestro Código sólo exige la indica-
el contrato de transporte ¿es uno solo o de- ción de uno: el "punto de partida y desti-
be estimarse que existe uno por cada carta no".
de porte? El distinguido jurista español Es obvio destacar que las ausencias re-
responde expresando que "existen tantos feridas a las indicaciones contempladas en
contratos de transporte, autónomos enire los incisos h ) , k) y n) —entre el Código y
sí y con vida jurídica independiente, como la Convención—, en nada alteran el carác-
cartas de porte han sido formalizadas". ter y efectos de la Carta de Porte; y que
Fundamenta su opinión en la posibilidad las que figuran en los incisos c) y q) de la
de que la mercancía amparada por uno de Convención, ausentes en el Código, tienen
los documentos llegue a destino sin incon- su explicación en el carácter internaciona!
venientes y, en cambio, otra incluida en dis- de los vuelos que regula la Convención.
tinta carta de porte padezca deterioro; él La reducción de datos impuesta en el Pro-
vé conveniente que en cada caso se haga tocolo de La Haya (°°) sólo es admisible si
valer el contrato de transporte autónomo se le atribuye el propósito de destacar el ca-
que dio origen a la carta de porte que am- rácter internacional del vuelo, pero es cri-
para a la mercancía que tuvo problemas en ticable por prescindir de datos esenciales
el transporte. tendientes a individualizar a los sujetos
Nos permitimos disentir con el autor de participantes en la obligación contractual,
tan autorizada opinión, por cuanto creemos sus domicilios y el del destinatario, identifi-
que no necesariamente "existen tantos con- cación de las mercaderías, sus caracterís-
tratos de transporte como cartas de porte ticas, el precio de las mismas y el del trans-
han sido formalizadas", según sus propias porte y otras más, de imprescindible cono-
palabras; en primer lugar, porque la car- cimiento para determinar, entre otras cir-
ta de porte es la formalización del contrato, cunstancias de ineludible mención al promo-
atento que éste precede a aquélla, y, en el ver acciones judiciales, tales como la acredi-
momento de suscribirlo, el transportador tación de ¡a personería y capacidad de los
aún no estará en condiciones de conocer actores y de los demandados, la jurisdicción,
cuál será el volumen de la carga total ofre- el importe de las reclamaciones, etc. ( 91 ).
cida por sus clientes y, consecuentemente, Esta interpretación surge del texto del
si deberá fraccionar la de unos u otros; en Protocolo de La Haya que impone al expe-
segundo lugar no vemos inconveniente legal
ni práctico en que un solo contrato abar-
que el total de los bultos a cargarse y, llega- (87) Codillo Aeronáutico ()oy 17.285, Boletín Ofi-
do el caso de necesidad, se confeccione más cial del 23-V-1967), art. 121.
(88) Convención de Varsocia (12-X-1929. ratifica-
de una carta de porte; tampoco vemos in- da por ley 14.111, Boletín Oficial del 29X-1951),
conveniente de orden alguno en que, si se art. 8. y Protoroío de La Haya (28 de setiembre de
19,05. ratificado por ley 17.386, Boletín O f i c i a l del 16
plantean reclamaciones judiciales, una o V11M967). art. VI.
(89) Ver aupra, n o t a s 87 y 88.
(90) Ver supra. nota 88.
(91) Videla Kacr.lada. op. cit., iií 419, p. 442;
(84) Co'ni'PTíciún dt Yarsovia, art. 7. Tapia Salinas, op. cit.. párrafo b). pp. 433-436; Gay
(85) Ferucchi. op. cit., p. 44. de Montellá. op. cit., parágrafo 5, pp. 407-409; Mapelli
(86J ilapelli López, op. cit., n? 1, p. 94. López, op. cit., pp. 98-117.
didor la obligación de "indemnizar al trans- existencia del contrato de transporte aéreo
portista. .. por cualquier daño que sea con- de mercancías ( 98 ), sino que sanciona al
secuencia de sus indicaciones y declara- transportador con la privación del derecho
ciones irregulares, inexactas o incomple- a limitar su responsabilidad, como lo pres-
tas" ( 9 2 ); disposición congruente con las criben la ley nacional (") y la internacio-
del mismo ordenamiento que exige al expe- nal (10°). Respecto de esta última cabe des-
didor el libramiento de la Carta de Porte tacar que la sanción se origina en la falta
cuando se lo requiera el transpoi~tador ( 93 ) ; de la carta de porte aéreo, o en la omisión
por ello es de preguntarse ¿de qué modo o del aviso exigido (101).
con qué elementos podrá acreditarse la irre- Es decir, que una responsabilidad subje-
gularidad de las declaraciones si en la Car- tiva y limitada se convierte en objetiva e
ta no se individualiza la mercancía y las ilimitada (102).
características arriba mencionadas y ausen- Huelga recordar que la norma del Código
tes por una modificación de la Conven- Aeronáutico Argentino ( l o n )> que regula
ción? ("). los vuelos internos nada tenía que prever
La claridad del lenguaje y la simpleza del respecto de aviso alguno, por no estar pre-
contenido de las disposiciones menciona- visto entre los requisitos del artículo que
das hace innecesario el comentario de cada contempla los otros ( 104 ).
una de ellas, no obstante lo cual vale la pe- Cabe destacar que lo dicho con respecto
na destacar: 1) que es posible el envío de a las sanciones que se imponen al transpor-
mercancías contra reembolso ( 9 5 ), por lo tador por la aceptación de mercancías sin
que es indispensable mencionar en la Car- la carta de porte, vale también para el ca-
ta el nombre del destinatario, su domicilio so en que librada, se omita en ella la indi-
y el valor de la mercancía; 2) que es nece- cación de los datos exigidos en ambas le-
sario indicar, con precisión, todo lo refe- gislaciones: nacional e internacional.
rente a la cantidad, calidad, peso, dimen- Una última reflexión es de sumo interés
siones, estado, embalaje, etc., de la merca- formular para el supuesto en análisis: ha-
dería y de los bultos; 3) la indicación de bida cuenta de la reforma introducida al
los documentos que se acompañan con la art. 9 de la Convención de Varsovia por el
carta de porte, a fin de satisfacer posibles Protocolo de La Haya (105), para que el
requerimientos de autoridades aduaneras. transportista sufra la privación del amparo
Una última acotación al respecto: la Con- a la limitación de la responsabilidad será
vención, en norma no modificada por el necesario que haya prestado su "consenti-
Protocolo de La Haya ( üe ) expresamente miento" al embarque de mercancías sin que
prevé los efectos derivados de los enunciar- se hubiese librado la carta de porte o que,
dos de la carta de porte aéreo relativos a librada, se hubiese omitido el aviso de tra-
requisitos contenidos en el art. 8, reducidos tarse del caso previsto en la reforma ( loa );
a tres por la reforma. do tal modo, no le estará impedido demos-
d) Falta de la Carta de Porte Aéreo, o trar que no ha obrado con voluntad de in-
Carta de Porte Aéreo incompleta. El trata- fringir la norma legal ( 10T ).
miento del tema nos sugiere una previa re- e) Inexactitud e irregularidades en la
flexión que evitará cualquier posible equí- Carta de Porte Aéreo. La Convención de
voco acerca de la procedencia de sanciones Varsovia ( los ) y su modificatoria, el Pro-
a las que vamos a referirnos. En efecto: tocolo de La Haya (108) hacen responsable
hemos señalado que el libramiento de la al expedidor de la Carta por la exactitud
de los datos y declaraciones que inscriban
Carta de Porte es facultativo de los contra- en ella y lo sancionan por las exactitudes
tantes ( y 7 ). ¿Cómo se justifica que la ley
imponga sanciones al transportador o que e irregularidades en que incurra y, asimis-
con su "consentimiento" permita que se mo, por los daños que de ellas pudieran de-
embarquen mercancías sin la carta de por-
te o sin que ésta contenga los datos exigi- (98) Código Aeronáutico, art. 122 y Convención de
dos en los textos legales? La explicación Varsovia,, art. 5, parágrafo 2.
deviene de un distingo que debemos reite- (99) Código Aeronáutico, art. 122.
(100) Convención de Varsovia y Protocolo de La,
rar: la falta del documento no invalida la Haya, art. 9.
(101) Protocolo de La Saya,, art. VII.
(102) Perucchi, op. cit., p. 47 y Videla Escalada,
op. cit., n? 425, p. 461.
(92) Protocolo de La Haya, art. VIII. (103) Código Aeronáutico, art. 122.
(93) Convención de Varsovia,, arís. 5, párrafo 1, y (104) Código Aeronáutico, art. 121.
G, párrafo 1. (105) Protocolo de La Haya, art. VII.
(94) Protocolo de La Haya, art. YT. (106) Protocolo de La Haya, art. VI.
(95) Código A <uonáutieo, art. 121, inc. 9? y Con- (107) Mapelli López, op. cit., p. 119 y Revista
vención (Ir Vai-sov'M. art. 8, inc. 1). Jurídica de Buenos Aires, 1909, I-III, n.9 26, p. 99.
(90) Conrt'fíCí'Jn de. Varsocia. art. 21. párrafo 2. (108) Convención de Varsovia, art. 10, párrafo 1.
( 9 7 ) VIT tupia. VII, a ) . (109) Protocolo de La Haya, art. VIII.
rivarse, imponiéndole la obligación de in- referida a la posibililad de negociar la car-
demnizar al transportista o a cualquier ta de porte aéreo ( lls ).
otra persona respecto de la cual aquél sea La doctrina de nuestros autores (119) y
responsable ( no ). de los extranjeros (12°) se ha ocupado de
El contenido de la norma es, de todo pun- recordar el planteamiento del problema en
to de vista, inobjetable a nuestro juicio; diversos organismos buscando la inclusión
nada más equitativo que responsabilizar a de una norma expresa, lográndose una acep-
quien confecciona la carta e incluye en ella table solución en el Protocolo de La Haya
datos de las mercancías que, generalmente, de 1955, con el agregado de un párrafo al
él sólo conoce en el momento de embalarlas; art. 15 de la Convención de Varsovia (121).
no obstante cabe observar que su solvencia Dicho agregado, al expresar que "nada
ni el seguro que las protegiera pudieran en el presente Convenio impedirá la expedi-
llegar a ser insuficientes para responder ción de una carta de porte aéreo negocia-
por los daños que produjeran durante el ble", permite la transmisibilidad del docu-
transporte, debido al estado de la carga, al mento, dando fuerza de ley a una práctica
deficiente embalaje o a la peligrosidad del reiterada que, conforme a la doctrina eita^
contenido de los bultos ( m ). da (ver supra, notas 119 y 120), a la que
f) Negociabilidad de la Carta de Porte adherimos sin reservas, tenía su fundamen-
Aéreo. La problemática que plantea el te- to en el primitivo texto del art. 15 de la
ma del epígrafe, circunscripta a la carta Convención que aludía "a las relaciones en-
de porte, ha tenido expresa solución en la tre el expedidor y el destinatario entre sí
legislación mercantil ( 1I2 ) y acogida en la ni a las relaciones de los terceros".
doctrina referida a ella ( n3 ). Creemos que los medios de negociación de
En cuanto a la legislación aeronáutica de la carta de porte aéreo deberán adecuarse,
nuestro país, la que estuvo vigente por apli- dentro de la modalidad con la que hayan
cación de la ley 14.307 ( 114 ), ahora dero- sido expedidas —a la orden, al portador o
gada (115), concretamente contemplaba la nominativamente—, a las legislaciones in-
transferencia del documento "de la manera ternas de los países en los que se pretenda
y con los efectos previstos en el Código de hacerla valer.
Comercio para los títulos al portador, a la
orden o nominativos". VIII. DERECHOS Y OBLIGACIONES DEL EX-
Nuestra actual ley aeronáutica modificó PEDIDOR. — a) Concluidas las tratativas
la norma anterior, expresando que "La car- para el transporta aéreo de mercancías, en-
ta de porte puede ser extendida al portador, tre el transportista y el expedidor, y cum-
a la orden o nominativamente" ( n o ); el le- plidas por éste las obligaciones contraídas,
gislador, en la nota a dicho artículo, ha acla- 'a ley internacional le acuerda el derecho
rado que el mismo "tiene una modificación de disponer de la carga en las siguientes
de forma", vale decir, que en su mente ha circunstancias (122) : 1) retirándola de la
prevalecido el criterio del mantenimiento ruta cuando haya aterrizaje anticipado al
del carácter de transmisibilidad del docu- de destino; 2) disponiendo su entrega en
mento o, lo que es lo mismo, su negociabili- el lugar designado; 3) solicitando su retor-
dad. no al lugar de partida. Todo lo cual impor
Videla Escalada (117) adhiere al concep- ta una verdadera novación ( 123 ).
to de negociabilidad de la carta de porte Es obvio que los cambios y la disponibili-
aéreo, haciendo expresa referencia al ejem- dad de la mercancía sólo podrán llevarse a
plar de la misma expedido "para el desti- cabo siempre que ello no produzca perjui-
natario". cios al transportador o a terceros expedi-
En lo que a la legislación internacional dores y que, en su caso, se indemnicen los
respecta, la contenida en la Convención de gastos que ocasionen las alteraciones de lo
Varsovia, carecía de una norma concreta estipulado contratítualmente y estipulado
en la carta.

(110) Convención de Vartoma, art. 8.


(111) Mapelli López, op. cit., p. 121. (118) Convtnción de Vanovia, Capítulo II, Sec-
(112) Código de Comercio, art. 166. ción III.
(113) Vor, entre otros, Fernández, Raymundo L., (119) Subiza, Héctor A., "Negociabilidad de la Car-
Código de Comercio de la República Argentina, comen- ta de Porte Aéreo", en Revista Nacional de Aeronáutica,
tado, Compañ}a Impresora Argentina S.A., 1943, t. 1, n? 152, noviembre de 1954; Videla Escalada, op. cit.,
p. 283, y Código de Comercio y Leyes Complementarias, n9 424, pp. 454-461.
edición Omeba, t. III, p. 166 y autores allí citados. (120) Tapia Salinas, op. cit., pp. 424-431; Mapelli
(114) Códlfto Aeronáutico, Boletín Oficial del 18- López, op. cit., n« 3, pp. 140-141; Gay de MontellS,
VITI-1967, art. 120. op. oit., p. 418.
(115) Ley 17.2S5, Boletín Oficial del 2"-V-1907, ( 1 2 1 ) Protocolo de La Haya, art. IX.
art. 235. (122) Convención de Varsoviaf art. 12, párrafo 1.
(116) Código Aeronáutica, art. 124. (123) Mapelli López, op. cit., p. 139; Videla Es-
(117) Videla Escalada, op. cit., n? 424, p. 460. calada, op. cit., p. 478; Tapia Salinas, op. cit, p. 472.'
De todos modos, ante la imposibilidad de diferentes ejemplares cuando naya varios
acceder a las órdenes del expedidor, el trans- bultos, si así lo exige el transportista (13S);
portador deberá hacérselo saber de inme- b) responder por la exactitud de los da-
diato C 1 - 4 ). tos y declaraciones que inserta en la Carta
También está previsto que el derecho d u relativos a las mercancías ( I 3 4 ) ;
disponibilidad cesará en el momento en que c) Indemnizar al transportista o a cual-
ei destinatario de la mercancía haya comen- quier persona por el daño que sea conse-
zado a ejercer el suyo, a menos que éste no cuencia de sus indicaciones o declaracio-
haya sido habido, o que se niegue a recibir nes irregulares, inexactas o incomple-
la carta o la mercancía, en cuyo caso el ex- tas (i»») ;
pedidor recobrará su derecho d» disponi- d) suministrar los datos y acompañar a
bilidad ( l a r '). la Carta la documentación necesaria para
b) Se prevé, asimismo, el otorgamiento el cumplimiento de las formalidades esta-
de derechos al expedidor, "ya sea que actúa blecidas por la Aduana, derechos de consu-
en su propio interés o en interés aje- como o policía (13°).
ne" (i-'«). Vale decir, que todo lo relacionado con el
En dos obras consagradas al comentario trámite de la entrega de las mercancías y
de la Convención de Varsovia, sus auto- el suministro de la información exigida por
res O'- 7 ) coinciden interpretando que se da la administración pública es a cargo del
el caso en el que el expedidor de la mer- expedidor, excusando al transportador de ¡a
cancía no sea el propietario de la misma, obligación de comprobar la veracidad o su-
sino que actúe en representación o como in- f i c i e n c i a de la pertinente documenta-
termediario suyo. ción ( 137 ).
Y por fin, la Convención prevé, tam- IX. DERECHOS Y OBLIGACIONES DEL TRANS-
bién ( 1 2 í t ), que las disposiciones contenidas PORTADOR. — A. — Cabe también expresar
en los arts. 12, 13 y 14, no perjudicarán los que, además de las obligaciones que un
derechos que competen al expedidor por sus transportista pudiera asumir, propias de
relaciones con el destinatario "ni a las re- toda contratación, la ley internacional le
laciones de los terceros cuyos derechos pro- im,pone:
vengan del transportador o del destinata- a) Aceptar la Carta de Porte Aéreo que
rio". Advierte Perucchi ( ] - 9 ) que ha sido le presente el expedidor ( l : m ) ;
autorizada la enmienda del texto transcrip- b) Estampar su firma en la Carta antes
to debido a un error material de redacción del embarque de la mercancía a bordo de la
en el que se ha incurrido al mencionar aeronave ( la9 ) ;
"transportador" en vez de "expedidor". Es c) Notificar al expedidor en caso de im-
decir, que el derecho de disponibilidad acor- posibilidad de dar cumplimiento a las ór-
dado al expedidor no debe ir más allá de denes que éste le imparta (supra VIII, a),
las relaciones jurídicas entre terceros, aje- en uso del derecho de disponibilidad de la
nas al contrato de transporte en sí, y pro- mercancía O 4 0 ) ;
venientes del nombrado o del destinatario. ch) Entregar a! destinatario, a la llegada
Se ha procurado, con ello, "no hacer tan de la mercancía, la Carta de Porte Aéreo
rígidos IOH marcos legales como para aho- y el contenido de la carga, contra el pago
gar la vitalidad del Comercio" ( 13 °). del transporte ( 141 ) ;
La norma comentada concluye disponien- d) Notificar al destinatario la llegada de
do que toda cláusula que altere dichas dis- la mercancía, salvo estipulación en contra-
posiciones, debe ser inscripta en la carta rio ( 1 4 - ) .
de porte aéreo ( m ). B. — Asimismo, al transportador le ca-
B. — Además de las obligaciones que pu- ben lo siguientes derechos:
dieran estipular los contratantes, el expe- a) Solicitar del expedidor de la mercan-
didor debe asumir las que expresamente le cía la confección y entrega del título lla-
impone la ley internacional, a saber: mada Carta de Porte Aéreo ( M s ) ;
a) Expedir la Carta de Porte Aéreo a b) Sustituir su firma en la Carta por una
requerimiento del transportador ( 13a ) y en

(133) Conre.nc-ión dr. Yarsoi'kt., art. 7.


(124) (Jonvenc.ión de Varsoi'Ui, art. 12, párrafo 2, (134) ConvenHón de Varaot'ia. art. 1 0,
( 1 2 5 } Coneent'ión de Variwvia, art. 12, párrafo 4. (13.i) l'rotoi'olo o e La, flai/a, art. Vlll.
( 1 2 0 ) Convenció/i d? Va,r»oria. art. 14. (13G) r<mi"í ición de Vursovia, art. 16, párrafo 1.
(127) Porucehi,. op. c i t . . p. 55, y ilapelli López, op. (137) Conre tvió n de T a r. 10 vía, art. lü, párrafo 2,
., pp. 137-138. (138) Coiirr nción de Vfír&ovia. art. ">, párrafo 1.
(128) ('(nii't'nció u <tc Vfírsot'tft. art. 1-6. (139) Proto o/o ti >• La llat/a. irt, V.
t ! 2 9 ) Pmierhi. op. cit.. p. 58. (140) Com-f uñón ti e Vafisuviti- ¡irt, 12, p á r r a f o -.
(130) -Vtapplli López, op. cit.. p. 139. Í14U Con-ve i H ó n de Vcii'not'itt tirt. 12, p á r r a f o 4.
(131) Contención de Yarsuvta, art. 15. párrafo c ) . (14a) Conve tCÍÓiL de Vareo vía art. líí. perra ío 2.
(132) Co/U'eneiy/i de Vargovia, arí. ó. párrafo 1. (143) Conve icio a de Varsovia un. 5, párrafo í.
estampilla o, como se ha dicho supra, por mención en la Carta de Porte Aéreo, del
sello o facsímil ( 144 ) ; nombre y domicilio del destinatario, amén
c) Requerir del expedidor la confección de señalarlo, expresamente, la segunda de
de cartas de porte diferentes cuando haya dichas legislaciones, como titular de dere-
varios bultos a transportar ( 1 4 f > ) ; chos y obligaciones derivados del transpor-
d) Reserva para decidir, en caso de ne- te de mercancías por vía aérea.
cesidad, la alteración de las paradas pre- B. — Los derechos del destinatario na-
vistas, sin que por ello el transporte pier- cen con la llegada de la mercancía al punto
da el carácter de internacional ( 1 4 °), res- de destino (1S4) y es razonable suponer que,
pecto de la cual sostenemos que debe man- cuando menos simultáneamente a la elabo-
tenerse a pesar de la modificación de ía. ración del contrato de transporte y libra-
norma, introducida por el Protocolo de La miento de la Carta de Porte Aéreo, habrá
Haya( 1 4 7 ),- por las razones enuncia- mantenido tratativas con el expedidor de
das ( J 4 8 ), que damos por reproducidas a q u í ; la mercancía.
e) los que surgen del carácter oneroso Será en ese momento, el de la llegada
y bilateral del contrato de transporte aéreo, de la mercancía a destino, cuando el desti-
tales como el de fijar el itinerario del vuelo, natario deberá hacer una manifestación de
las escalas del mismo, el cobro del precio voluntad —expresa o tácita— de asumir tal
pactado, la verificación de los enunciados carácter (l:>~>).
de la Carta confeccionada por el expedidor, Producida esa manifestación antes que
en la forma y circunstancias que prevé la el expedidor haga uso del derecho de dis-
norma internacional ( 149 ). ponibilidad de la mercancía ( ir '°) y que el
X. DERECHOS Y OBLIGACIONES DEL DESTI- mismo llegue a conocimiento del transpor-
NATARIO. A. — Previo al examen de las tador ( 137 ), le caben al consignatario los
cuestiones que plantea el epígrafe, nos va- siguientes derechos:
mos precisados a poner en claro una reja- a) Exigir del transportador la entrega
cionada con la ubicación del destinatario de de la Carta de Porte Aéreo ( l r > s ) ;
la mercancía objeto del contrato de trans- b) Exigir del transportador la entrega
porte aéreo, en cuya celebración él no ha de la mercancía que le remitiera el expe-
tenido participación alguna. didor (159) ;
Como consecuencia del carácter bilate- c) A raemos que se haya estipulado lo
ral del aludido contrato, son parte en el contrario, recibir del transportador la no-
mismo el transportador de la mercancía y el tificación de la llegada de la mercan-
expedidor de ella. Colocados en el supues- cía (i«");
to más corriente de que este último no es ch) Hacer valer sus derechos resultantes
la misma persona que la del destinatario de del contrato de transporte, contra el trans-
la carga, ¿qué papel juega éste en la rela- portador, en él caso de pérdida de la mer-
ción jurídica pactada entre el transporta- cancía, reconocida por éste, o cuando hayan
dor y el expedidor? transcurrido siete días desde la fecha en
La respuesta de la doctrina no es unifor- que la mercancía debió llegar y no haya
me, inclinándonos por la que sostiene que üegado ( 1 ( i i ) . Es obvio que la norma está
se trata de un tercero en cuyo favor se han redactada para el supuesto de haberse fija-
efectuado las estipulaciones contractua- do el día de llegada de la mercancía; en caso
les ( 15151°), destacando la opinión de Peruc- contrario será menester tener en cuenta las
chi ( ), quien considera que tal doctrina escalas estipuladas para el viaje, la distan-
encuadra dentro de la que siguen el Códi<*o cia recorrida, el factor meteorológico, etc.,
Civil (arts. 1161 y 1162) y el Cód. de Co- circunstancias que deberán apreciarse en
mercio (art. 191). el supuesto de formularse reclamo por el
Esa es, por otra parte, la lógica inter- destinatario.
pretación que fluye de la ley aeronáutica C. — Los derechos reseñados precedente-
nacional ( 15 ~) y de la ley aeronáutica in- mente podrán ser ejercitados por el desti-
ternacional ( ! ; > 3 ), en cuanto imponen la natario, si previamente da cumplimiento a
las obligaciones que le impone la ley, a
saber:
(144) Ver tupr/i, VII. c ) .
(145) Convelidon dt> F(H*onrí., art. 7. ( l f ) 4 ) (!oiii"?nct(íu (ir V a i - x o r i f l . n r t . l:'. párrafo 1.
(146) Convención de Varsovia. «rt. S. inc. c ) . ( 1 f > f > ) Vidria, iísoamdn, op. c i t . . n'.' 4 2 H . p. 478 >
(147) Protoi'ufo de La lln>in, üi't. V I . »'•' 4,'!0, p. 483; Perucdii, < > p . i ' i t . , p. 55: .Mnpelli López.
(148) Ver tm/> a-, VTT. c h ) . op. c i l . , p. 133.
(149) Convencí í)i de \~ara oí'ia, a r l . í 1. p á r r a f o 2. ( 1 5 ( > ) ('o'uui'iu'i^ii. íí* Varxoi-ii'. ;ir! J ' J . p á r r a f o 1.
(150) Vicielii 1 4;i(). ¡). 481! ; ( l . ) 7 ) Mapt'lli López, op. cit.. ]>. 133.
Peruoclii. o|>. t-ií., ] (158) Cinii-t'nt'iúti de V a m i t r i f l . ; > r t . 1,'í, p á r r a f o 1
( 1 5 V t ) ('(/y,1;-.- itriún tic. Vamoriu, a r t . i : l , p á r r a f o 1
( 1 6 ( 1 ) ('inirciii'ián ile Vafnoria, art. ll¡, p á r r a f o 2
(1U1) C'uiu-f nciún de Vuiaocia, art. 13, párrafo 3
a) Presentación de la Carta de Porte receptada por nuestra Constitución Nacio-
Aéreo ( 182 ); nal en varios de sus artículos, y con nuestra
b) Pagar el precio del transporte ( 1 ( W ) ; Constitución provincial sucede lo mismo.
c) Pagar el precio de la mercancía en Ya Alberdi en "Las Bases" decía: "La
caso de haberse hecho el envío contra reem- división del poder es la primera de las ga-
bolso ( 1 8 4 ). rantías contra el abuso de su ejercicio" Ca-
Obligaciones como las dos últimas, inser- pítulo 26; y en todas las constituciones en-
tas en la Convención de Varsovia, modií'i- tierrianas se ha impuesto el mismo prin-
cada por el Protocolo de La Haya ('"•"'), man- cipio.
tienen su validez en cuanto son las que ha- Esos tres departamentos de gobierno se
bitualmente se pactan en los contratos y en coordinan y equilibran y la Constitución de-
tanto no perjudican a las relaciones entre marca la órbita de cada uno de ellos.
el expedidor y el destinatario y a las que El Poder Legislativo, además de sus pro-
nacen de la libre voluntad manifestada en pias funciones, tiene también otras ejecu-
las convenciones entre particulares, en tan- tivas y judiciales.
to se inscriban en la Carta de Porte El Poder Ejecutivo, igualmente, tiene
Aéreo ( ia(i ). funciones judiciales y legislativas.
El Poder Judicial, es el que tiene una es-
CARRERA JUDICIAL.* fera más restringida, teniendo facultades
administrativas cuando nombra sus propios
SUMARIO: Primera parte: La división de empleados y legislativas cuando dicta re
los Poderes y la carrera judicial. Segunda glamentos para el ejercicio de su superin-
parte: Sistemas de designación de los jue-
ces de acuerdo a las Constituciones vigen- tendencia.
tes. Tercera parte: Designación de jueces Los jueces de Primera Instancia y los de
en la Constitución de Entre Ríos. Cuarta los órganos superiores son nombrados por
parte: El art. 21 de la Constitución de el P. E. con acuerdo del Senado. Es esta
Entre Ríos y la carrera judicial. Quinta forma de designación un control que el Po-
parte: El funcionario y su derecho a la der Legislativo tiene sobre el Poder Judi-
carrera y ascenso. Sexta parte; Armoni- cial; pero no es la única forma porque la
zación de los arts. 154 y 21 de la Consti- más eficaz es la que surge del juicio polí-
tución de Entre Ríos. Séptima parte: pau-
tas para una carrera judicial y sus moti- tico (sistema de remoción de los jueces).
vaciones. Pero la Constitución establece igualmente
la inamovilidad de los jueces, los que son
PRIMERA PAUTE nombrados sin determinación de tiempo y
La división de las Poderes que permanecen en sus empleos mientras
y la carrera judicial dure su buena conducta a juicio del Con-
Nuestro Gobierno, representativo repu- greso, sistema que es un escudo contra los
avances del Ejecutivo y Legislativo.
blicano y federal, se organiza bajo el triple También el Poder Judicial controla a los
aspecto de sus poderes Ejecutivo, Legisla- otros Poderes cuando declara la inconsti-
tivo y Judicial, los que tienen órbitas de
tucionalidad de leyes o decretos.
acción diferentes. Para que haya realmente equilibrio que
La teoría de la división de los poderes, asegure el cumplimiento de la Constitución
que va desde el filósofo de Estagira a Loc-
che y Montesquieu, que le dio la exteriori-
es necesario la existencia de un Poder Ju-
dicial que tenga igual jerarquía que el Le-
dad concreta, se le ha considerado como el gislativo y el Ejecutivo.
palladium de las libertades, como el medio
de mantener equilibrados los derechos y La división y equilibrio de los Poderes se
como la única forma de organización de los mantiene cuando todo se desarrolla en el
estados modernos. ámbito normal, cuando no hay segundas in-
Esta corriente doctrinaria, pese a todos tenciones y cuando un Poder no trata de
los defectos que puedan reprochársele, es someter a otro aumentando su propia esfe-
ra de acción y disminuyendo la del invadi-
do; lo que se da en el caso de las dictaduras
( 3 6 2 ) Videla Escalada, op. cit., n? 432. p. 485;
parlamentarias.
tiav rte Montella, op. cit., párrafo 11, p. 42o. También hay formas encubiertas de avan-
(163) Convención de Ywsovia, art. Ifí, párrafo 1.
(164) Convención df Varsovia, art. 8. me. 1). ce de un Poder sobre otro tendiente a con-
(165) CoHí-riioifn df Varsovia, art. 8 y Protorolii seguir la variación de sus decisiones; el
de La Haya, art. VI. artículo 94 de la C. Nacional no fija el nú-
(166) Convención de Yarsovia. art. 15, párrafos
1 y 2. mero de los integrantes de la Corte, y cono-
cida la jurisprudencia del alto cuerpo, sin
* Por los Dres. JORGE CÉSAR CAFFERATA y que haya ataque a sus miembros, se puede
RAÚL AUGUSTO BADARACCO. hacer variar dicha jurisprudencia median-
te la incorporación de mayor cantidad de acuerdo de la Cámara de representantes;
miembros, de opiniones contrarias, que pe- y Santiago del Estero (art. 92 inc. 16) al
sen en la decisión final. Poder Ejecutivo con acuerdo de la legisla-
Una situación política cualquiera puede tura.
tratar de conseguir un Poder Judicial adic- Dentro de este sistema y con algunas va-
to y de acuerdo con el Senado promover la riantes está Entre Ríos, que en su artículo
designación de jueces que no tengan la ca- 135 inc. 17 y art. 154 establece que la de-
pacidad e idoneidad requeridas para el car- signación de jueces corresponde al Poder
go. Lo que nos llevaría a una división teó- Ejecutivo con acuerdo del Senado; existien-
rica de Poderes y a una subordinación en do en dicho texto constitucional el artículo
la práctica. 163 que establece: "Toda vacante en la ma-
En la Constituyente provincial de 1983 el gistratura deberá ser provista durante el
convencional Arturo Etchevehere recordó término de 30 días de producida. En caso
que el gobernador Marcó en uno de sus men- contrario el Superior Tribunal proveerá a
sajes a la Legislatura había sugerido la la designación con carácter provisorio".
conveniencia de la limitación de las facul- Mendoza en su art. 150 sigue la línea ge-
tades del P.E. en cuanto a la designación nera!, diciendo que corresponde al Poder
de los jueces; como los jueces son designa- Ejecutivo con acuerdo del Senado, pero esta-
dos por el Poder Ejecutivo con acuerdo del blece una condición digna de ser tenida en
Senado, la Jimitación a que se refería el cuenta en lo referente a la antigüedad en
gobernador Marcó no podría ser otra que Ja justicia.
la creación de la carrera judicial, que redu- Corrientes (artículo 142) : La designa-
ciría el número de candidatos a proponer. ción la hace el Poder Ejecutivo con acuerdo
La tendencia del Poder Ejecutivo a tener de! Senado, pero el Superior Tribunal de
jueces adictos surge ya del Estatuto de En- Justicia puede proponer al Poder Ejecutivo
tre Ríos del 4 de marzo de 1822, que en su i¡no o más candidatos para ocupar las va-
sección novena destinada al Poder Judicial cantes y el Senado escuchará al Colegio de
establecía en su artículo 86, que los jueces Abogados de la circunscripción judicial co-
los designa el gobernador entrante y duran rrespondiente.
ese período gubernativo. Formosa en el artículo 123 establece que
En síntesis, cuanto menos facultades ten- los jueces y demás magistrados serán desig-
ga el Poder Ejecutivo mayor será la inde- nados por la Cámara de representantes a
pendencia del Poder Judicial, lo que redun- propuesta del Superior Tribunal de Jus-
dará en beneficio de toda la sociedad. ticia.
Si existe una disposición constitucional Catamarca en su artículo 200 establece
de que los jueces deben ser nombrados por que son designados por el gobernador con
el Poder Ejecutivo con acuerdo del Senado, acuerdo del Senado, previa audiencia del Co-
no se violaría esa disposición si se estable- legio de Abogados y de la Corte de Justicia.
ciera que deberán los candidatos ser pro- El artículo 195 establece un período de
puestos en la forma establecida en la Cons- prueba de cuatro años, después son inamo-
titución, pero dentro de los funcionarios de vibles mientras dure su buena conducta y
carrera y no de los ajenos a ella. exista atención regular del despacho.
La carrera judicial, en la medida en que Termina el artículo disponiendo: los an-
limitaría las facultades del Poder Ejecu- tecedentes sobre sanciones disciplinarias y
tivo también al mismo tiempo consagraría las opiniones favorables o desfavorables de
una efectiva división le los Poderes. la Corte de Justicia y de los Colegios pro-
fesionales, deberán remitirse al Poder Eje-
SEGUNDA PARTE cutivo noventa días antes de expirar el pe-
Sistema de designación de los jueces ríodo de prueba. Si no se remitieran, se
considerará que existe conformidad para
de acuerdo a las Constituciones vigentes
que los magistrados continúen en su fun-
La Constitución Nacional en su art. 86 ción.
inc. 5° establece que los jueces son designa- Neuquén, por su artículo 151, los jueces
dos por el Poder Ejecutivo con acuerdo del serán designados por el Superior Tribunal
Senado. La misma forma establecen las de Justicia con acuerdo de la Legislatura.
Constituciones de Córdoba (art. 116 inc. Los ministerios públicos son nombrados di-
8?); Salta (art. 150) ; Tucumán (art. 103 rectamente por el Superior Tribunal de
inc. 5?); Santa Cruz (art. 118 inc. 6') dice Justicia.
que corresponde al Poder Ejecutivo con Chaco, por su artículo 164, los miembros
acuerdo de la Cámara por tener un legisla- del Superior Tribunal son nombrados por
tivo unicameral; San Juan (art. 107 inc. ej Poder Ejecutivo a propuesta del Consejo
49) la confiere al Poder Ejecutivo con de la Magistratura. Los demás magistrados
son designados por el Superior Tribunal de de valoración para conceptuar al magistrado
Justicia a propuesta del Consejo de la Ma- apto para continuar en su función.
gistratura. El artículo 173 establece que el Neuquén establece un sistema que con
Consejo de la Magistratura está formado excepción del Superior Tribunal de Justicia,
por dos miembros del Superior, dos legisla- elimina al Poder Ejecutivo de las designa-
dores, el Fiscal del Estado y dos abogados ciones Judiciales, quedando éstas en manos
de la matrícula. del Superior Tribunal. Esto significa que:
no siendo el Superior Tribunal un órgano po-
Evaluación del dereclio positivo refere.nciado litico, las designaciones que efectúe tendrán
un sentido más técnico y específico y que
Por lo tanto, Entre Ríos, que sigue la co- tratará de ascender a sus propios integran-
rriente de la Constitución Nacional, tiene sin tes, promoviéndose de esta manera la carre-
embargo la disposición del artículo 163 que ra judicial, aunque no esté establecida expre-
permite excepcionalmente que haya otra au- samente.
toridad de designación, que no es el Poder Chaco, aquí el órgano más importante de
Ejecutivo, cuando se dan determinadas cir- designación es el Consejo de la Magistra-
cunstancias. tura, que por su integración se encuentra
Mendoza tiene en consideración el desem- libre de la influencia política y tenderá a
peño anterior en la Justicia considerando el designaciones técnicas. Mecanismo que en
adiestramiento y perfeccionamiento del fun- su integridad tiende hacia la carrera judi-
cionario y en base a ello reduce la antigüe- cial.
dad requerida para el desempeño de los car- En síntesis: las nuevas Constituciones
gos judiciales, con relación a los que no ocu- provinciales so alejan del modelo clásico de
paron antes función judicial —artículo 152 la Constitución Nacional en la búsqueda de
inc. 3<?, 153 inc. 3« y 154 inc. 39— en que para mecanismos más efectivos y justos en la
ser miembro de la Corte necesita 10 años en designación de los jueces, que presuponen
la profesión y ocho en la Magistratura;-para la carrera judicial y tendiendo a la tecnifi-
ser camarista 8 en la profesión o 5 en la cación de esas funciones.
magistratura y para ser Juez 5 años en la
profesión o dos en la magistratura. TERCERA PARTE
Buenos Aires en su artículo 171 requiere
para el ingreso en la función judicial dos Designación de jueces en la Constitución
años de residencia en el lugar. Lo que de por de Entre Ríos
sí significa una referencia al conocimiento La norma para la designación constitu-
del medio social en que deberá actuar y una cional de los jueces está dada en el artículo
garantía de evaluación del candidato o rela- 154 que consagra: "Los miembros del Supe-
ción ambiental e implica asimismo la conve- rior Tribunal, Fiscal y Defensor de Meno-
niencia de no introducir personas ajenas al res del mismo, y los jueces de Primera
ámbito territorial. Instancia, serán designados por el Poder
Corrientes, a los fines de evitar designa- Ejecutivo con acuerdo del Senado"; con-
ciones arbitrarias da facultad de proponer la cuerda con este artículo el 135 inc. 17.
designación de jueces al Superior Tribunal, No obstante la claridad literal de esta
que por su propia función puede ser el órga- norma y a los fines de una mayor profun-
no más idóneo, estableciendo además que el dización en su estudio debemos ir a la in-
Senado debe escuchar al Colegio de Aboga- terpretación histórica la que consiste en
dos, órgano que por su específica integración averiguar qué ha querido decir el legisla-
puede ser autoridad en la materia a título dor cuando expresó tal cosa. Debe consul-
de asesoramiento. tarse cuál ha sido la intención de los Con-
Formosa, de acuerdo a las disposiciones vencionales y reconstruirse los anteceden-
citadas no da intervención al Poder Ejecu- tes relativos a la asamblea que sancionó esta
tivo en la designación de los magistrados, cláusula.
salvo en los casos de integración del Supe- Debe penetrarse en la intención de los
rior Tribunal. constituyentes consultando el pensamiento
Catamarca, las designaciones del Poder de los mismos a.través de las expresiones
Ejecutivo con acuerdo del Senado en la de- vertidas, en particular los de la comisión
signación de los jueces no son inconsultas que estudió la cláusula que resultó sancio-
ante la previa audiencia del Colegio de Abo- nada.
gados y de la Corte de Justicia. Significando La norma a que nos estamos refiriendo
esto una limitación a las clásicas facultades fue tratada por la Constituyente de 19,33
de designación otorgadas al Poder Ejecutivo en la séptima sesión del 21 de junio.
y al Senado. El artículo 195 establece un El convencional Ardoy en la Constituyen-
mecanismo de calificación dando las pautas te dijo: "Reclamar para el Superior Tri-
bunal la iniciativa de la propuesta da can- de Primera Instancia hasta el cargo de vo-
didatos para jueces no es arbitraria, ya que cal del Superior Tribunal.
no importa una intervención exclusiva del Entre los proyectos que la Asamblea tuvo
mismo". en consideración se encuentra el del conven-
De donde vemos que los constituyentes cional Enrique Aeeval que en una parte de
ya hablaban de la posibilidad de que la de- su fundamentación decía: "Para los ascen-
signación de los jueces no quedara librada sos judiciales se procederá en base a! infor-
al exclusivo arbitrio del Poder Ejecutivo y me de! Superior Tribunal de Justicia el que
de! Senado, dando intervención también en podrá ser observado por el Poder Ejecuti-
ello al Superior Tribunal, quien podría pro- vo en cuanto a las condiciones personales
poner candidatos mediante una terna. especificadas". En síntesis, de la funda-
También dijo Ardoy: "Librar la desig- mentación de este proyecto surge: I9 que se
nación de los juecas a la elección del Poder sobreentiende la carrera judicial dado que
Ejecutivo sería concentrar una facultad de- se habla de ascenso judicial; y 29 se auspi-
masiado extensa en un solo hombre". ciaba la calificación de aptitudes para as-
Estando en consecuencia en el pensamien- cender lo que quedaba librado al Superior
to de este convencional que los tres poderes Tribunal.
del Estado intervinieran en la designación Conclusiones: Los constituyentes de 1933
de los jueces. dieron por sobreentendido la existencia de
El constituyente Dr. Arturo Etchevehere una carrera judicial y de un escalafón na-
dijo: "El sistema de la designación por el tural, porque la práctica así lo había esta-
gobernador con acuerdo del Senado puede blecido.
aceptarse cuando se trate de los jueces su-
periores que surgen, realmente, por ascen- CUARTA PARTE
so de los magistrados de la instancia ordi- El artículo 21 de la Constitución
naria; pero éstos, que serán con el tiempo de Entre Ríos y la carrera judicial
los integrantes del Tribunal de excepción,
deben ser llevados a sus cargos iniciales por El artículo 21 establece: "Ningún em-
un procedimiento/que sea una garantía con- pleado de la provincia o de las municipali-
tra toda arbitrariedad y que aseguren ade- dades con más de un año consecutivo de
más la participación del propio poder Ju- servicio, podrá ser separado de su cargo
dicial en el acto trascendental, importante mientras dure su buena conducta, sus apti-
y delicado de su constitución". tudes física y mental y su contracción efi-
Más adelante dijo: "La comisión quizás ciente para la función encomendada, a ex-
no ha tenido en cuenta que los agentes fis- cepción de aquéllos para cuyo nombramien-
cales y los defensores de pobrss y menores to o cesantía se haya previsto, por esta
so??, los jueces accidentales de la justicia, Constitución o por las leyes respectivas,
ordinaria. Y tal vez tampoco ha tenido en normas especiales. La ley reglamentará esta
cuenta que tales funcionarios están llama- garantía y los deberes y responsabilidades
dos naturalmente a ser los magistrados del del empleado o funcionario y determinará
mañana primero en la instancia ordinaria las bases y tribunales administrativos para
y después en el Tribunal Superior. Esto por- regular el ingreso, los ascensos, remociones
que la incorporación a la Carrera Judicial, Iraslad-os e incompatibilidades".
se decreta en el instante mismo del nombra-
miento inicial". Interpretación literal
En síntesis el Dr. Etchevehere daba por Este artículo consagra dos garantías: la
sobreentendido la existencia de un escala- ínamovilidad en el cargo (primera parte)
fón natural en la justicia, pensamiento con y la carrera (segunda parte).
el cual no discrepó y asintió la Honorable Al consagrar la Ínamovilidad el artículo
Convención. El asentimiento de la Conven- la otorga a los empleados provinciales o
ción a un escalafón natural expresado por municipales con una antigüedad mínima y
el Convencional Etchevehere es la prueba condicionada a su buena conducta, aptitu-
histórica de la práctica efectiva del mismo des y eficiencia funcional.
hasta ese momento, que se había convertido Establece como excepción: "Aciuellos pa-
en derecho positivo, porque la costumbre es ra cuyo nombramiento o cesantía se haya
derecho positivo cuando hay asentimiento previsto por esta Constitución o por las le-
social a ella; y la obligatoriedad moral de yes respectivas, normas especiales". Lo que
esta costumbre surge del hecho simple de su significa que no están incluidos los miem-
cumplimiento efectivo a través del tiempo. bros del Poder Judicial porque las garan-
La carrera judicial que bosquejó sinté- tías de Ínamovilidad como la remoción de
tica pero categóricamente el convencional los mismos surgen de otras cláusulas cons-
Etchevehere iba desde el cargo ds defensor titucionales y de otros mecanismos.
La segunda parte del artículo 21 al con- tantes de la provincia sin exclusiones.
sagrar la carrera incluye a empleados y Conclusión
funcionarios sin hacer excepciones, inclu-
yendo por lo tanto a todo el Poder Judicial. Sin lugar a dudas Ja carrera judicial est.á
Esta interpretación literal del articulo 21 prevista en el artículo 21 de la Constitución
es correcta porque coincide con lo manifes- Provincial.
tado por el convencional Blanda al tratarse QUINTA PARTE
el mismo en la Asamblea Constituyente, El funcionario y su derecho
quien manifestó: "Cabo a Entre Ríos ser a la carrera ?/ ascenso
la segunda provincia argentina que incor-
pora a su Constitución la estabilidad y el Concepto de funcionario, el artículo 77
escalafón de sus servidores". Interpreta- del Código Penal da una definición del mis-
ción que no fue objetada en la Asamblea mo estableciendo: "por los términos f u n -
Constituyente y más aún coinciden con ella cionario público y empleado público, usados
las expresiones del convencional Aguirre- en este Código se designa a todo aquel que
zabala. participa accidental o permanentemente del
ejercicio de funciones públicas, sea por
Interpretación histórica elección popular o por nombramiento de
El artículo 21 en su redacqión actual fue autoridad competente". Aunque tenga espe-
propuesto por la comisión redactara (p. cífica aplicación al derecho penal, es una
69) ; y cuando fue sometido a discusión la d e f i n i c i ó n que surge del derecho positivo.
misma giró única y exclusivamente sobre De Ja Enciclopedia Jurídica Omeba, T.
el tema de incorporación o no de las fuerzas 22, p. 1043 sacamos que el funcionario ju-
policiales a las garantías que consagra el dicial es también funcionario público según
artículo, produciéndose un variado cambio lo sostiene el Dr. León Brailowsky cuando
de opiniones entre las que figuran la de los se refiere al tema funcionarios judiciales.
Doctores Medina y Eguiguren, quienes sos- Félix Sarria, cuando trata el tema: fun-
tuvieron: el primero, "creo que en este sen- cionarios públicos, en su obra de derecho
tido el artículo comprende a todos"; y el administrativo, T. T, p. 227, dice: "P>ajo el
segundo es coincidente "la estabilidad es nombre genérico de funcionarios compren-
de todos". demos a todo el personal del Estado".
Pasado a comisión el 18 de abril de 1933 También considera a los jueces como fun-
ésta se expide al día siguiente y el miembro cionarios vitalicios (p. 229). Todo lo cual
informante Dr. Eguiguren categóricamen- significa que el art. 21 de la Constitución
te dice: "La comisión ha tratado el asunto de Entre Ríos comprende a todo el poder
y considera que ese principio consignado judicial.
en el artículo 20 (actual 21) es de carácter Lo carrera judicial de acuerdo
general". a Jos tratadistas
Cuando así se expresaba se refería a la Bielfia, en su comoendio de derecho admi-
estabilidad general que era el único tema nistrativo a fs. 143 expresa: "Desde el mo-
en discusión, y no a la carrera que resultó mento en que el Estado atribuye a una per-
aprobado sin objeción, por unanimidad y sona el ejercicio de una función o un em-
desde el principio. pleo nacen para él y para ésta derechos y
En síntesis, el artículo 21 consagró la obligaciones que forman precisamente el
carrera para toda la administración pública contenido de la relación jurídica del empleo
incluido la carrera judicial, siendo de apli- o función".
cación al caso el principio general de dere- A fojas 166, entre los derechos de los f u n -
cho que dispone: que cuando la ley no dis- cionarios públicos incluye Bielsa el derecho
tingue el intérprete tampoco debe de dis- a la carrera y el derecho al ascenso. Defi-
tinguir. niendo la carrera como el derecho a la me-
Esta interpretación del artículo 21 tam- jora, que puede ser jerárquico o pecunia-
bién resulta correcta por la razón de que rio, y definiendo el derecho al ascenso como
coincide con el pensamiento de los señores el derecho a ocupar la vacante de cargo su-
constituyentes con resipecto a la carrera ju- perior con preferencia a otro candidato.
dicial como ya vimos en el tema tercero: Repite estos conceptos en su obra magis-
designación de los jueces en la Constitu- tral Derecho Administrativo.
ción de Entre Ríos. Enciclopedia Jurídica Omeba, T. 22, p.
Así también esta interpretación surge de 479. Trabajo del Dr. Sánchez Viamonte so-
una razón técnica que es la de su ubicación bre Poder Judicial dice: "En rigor el Po-
dentro de la sección primera de la Consti- der Judicial no puede tener verdadera
tución que legisla sobre las declaraciones, independencia si el nombramiento de sus
derechos y garantías para todos los habi- miembros proviene del Poder Ejecutivo.
aunque sea con acuerdo del Senado, y mucho SEXTA PARTE
menos si se reconoce la existencia de una
Armonización de los artícvlod 15í y 21
carrera judicial en que los ascensos los con-
de la Constitución de Entre Ríos
cede también el Poder Ejecutivo".
Alsina en su Tratado teórico práctico de
Lo establecido por los artículos 154 y 21
afrecho procesal civil y comercial, T. I, par-
de la Constitución Provincial deben armo-
te general, p. 432, dice: "Ascenso: supone nizarse en su interpretación.
u n a antigüedad en el empleo, que habilita El artículo 154 otorga al Poder Ejecuti-
por la experiencia para desempeñar un car- vo la facultad de designación de los jueces
go de más responsabilidad. El ascenso no con acuerdo del Senado, surgiendo de por
sólo constituye un estímulo, sino también sí un derecho en tal sentido para los pode-
una garantía de imparcialidad en las desig- res (políticos del Estado.
naciones; pero una larga permanencia e,n
el cargo no basta por sí sola para acreditar Kl artículo 21 hace surgir un derecho a
la capacidad requerida en el candidato, si favor de los funcionarios judiciales, al crear
no va acompañada de otras condiciones, tan- la carrera en toda la administración públi-
to o más importantes, como la consagra- ca, dentro de la cual están comprendidos
ción y la competencia". conforme a lo señalado en la cuarta parte
Félix Sarria a página 235 de su tratado de este trabajo.
de derecho administrativo, T. I cuando se El sistema actual de designación de jue-
refiere a los funcionarios públicos y su es- ces y funcionarios, atenta contra la carrera
tabilidad dice: "La creación de tribunales judicial al no cumplirse con el escalafón
administrativos permanentes de calificación violando el artículo 21.
ascenso y remoción, consulta los principios La Suprema Corte ha establecido: "Que
de un sistema orgánico". la interpretación del instrumento político
El mismo autor a fs. 24H sostiene que es que nos rige no debe hacerse poniendo fren-
menester asegurar al empleado público su te las facultades enumeradas por él para
estabilidad y su carrera. que se destruyan recíprocamente, sino ar-
A fojas 247 dice: "Las opiniones políticas monizándolos dentro del espíritu que le dio
no deben influir en la designación de fun- vida".
cionarios. El empleado debe servir al Esta- En consecuencia correspondería encon-
do y éste es siempre el mismo, aún cuando trar u n mecanismo armonizante de los ar
cambien los gobernantes. No importa que tículos 21 y 554; y éste no puede ser otro
no entiendan así los caudillismos lugare- que un conjunto de normas que reglen la
ños, esa es la verdad moral y por serlo, vale carrera judicial sin desmedro de las atri-
más que las pasiones mezquinas de los que buciones correspondientes al Poder Ejecu-
se niegan a ver para no pensar como e.s tivo.
debido. Día llegará en que las leyes des- Sabido es que todo derecho puede ser re-
tierren del escenario político la triste rea- glamentado conforme al artículo 14 de la
lidad que comentamos y los partidos y los Constitución Nacional y 5 de la de Entre
hombres se inspiren en la justicia y la ra- Ríos y para ello se inviste al Congreso de
zón, para dirigir los pueblos. Para ellos la potestad de dictar restricciones que na-
será menester organizar la carrera admi- cen de la misma naturaleza de la sociedad
nistrativa estableciendo el ingreso por prue- de la justicia y de la moral.
bas de competencia e información completa Todos los derechos, además de las pro-
de vita et moribiis, ya que la moralidad in- pias limitaciones constitucionales pueden
dividual y una cierta concordancia o afi- ser restringidos por leyes que provean a su
nidad ideológica con el orden legal vigente, realización práctica.
son los elementos complementarios del con- Pero ese poder de restricción o limitación
cepto genérico de idoneidad, que no es mera no es absoluto, dado que limitar no es al-
expresión de aptitudes especiales, sino una terar.
realidad integral del candidato. Asimismo Se puede limitar el uso de los derechos
el derecho al ascenso deberá regirse por mé- sin desconocerlos ni alterar su esencia.
ritos clasificados y asentados en la foja de En este caso que nos interesa el Poder
servicios, por tribunales permanentes y Ejecutivo podrá continuar designando los
completarse en ciertos casos por nuevas jueces con el acuerdo del senado, pero su
pruebas cuando lo requiera el tecnicismo de elección deberá recaer y estará limitada,
la función". dentro de los funcionarios de carrera y de
esta manera se habrá limitado únicamente
Conclusión su órbita de elección sin alterar su derecho
Los tratadistas especializados de nuestro respetando a la vez la carrera judicial; y
país han defendido la carrera judicial. habrán quedado armonizados los textos
constitucionales de acuerdo a la doctrina de transcurso del tiempo adquiriera el título
interpretacin de la Suprema Corte. de abogado siendo secretario del Superior,
Conclusión: que los textos constituciona- pudiera ser ascendido a defensor, fiscal o
les mencionados son compatibles y no es vocal del Superior, pues de esta manera se
improcedente la existencia de una carrera violaría la carrera que empieza con el car-
judicial con la facultad del Poder Ejecutivo go de defensor de menores.
de designar los jueces con acuerdo del Se- Esta pauta se justificaría porque la Cons-
nado, si se limita sin alterarla en su esen- titución Provincial en su artículo 151 esta-
cia a esta facultad. blece: que para ser juez de Primera Ins
tancia se requiere cinco años en el ejercicio
SÉPTIMA PARTE de la profesión o en la Magistratura, y al
Pautas para una carrera judicial decir Magistratura se refiere evidentemente
y sus motivaciones a los Ministerios Públicos; y el Decreto
Orgánico de Tribunales en su Título XII
'Carrera judicial definición. — La carre- legisla sobre el tema "Secretarios y demás
ra judicial en Entre Ríos, es la que comien- empleados de la administración de jus-
za en los cargos de defensor de pobres y ticia".
menores de ¡os Juzgados de Primera Ins- Tercera Pauta. Excepciones a la carre-
tancia de la provincia y culmina como Vo- ra : Sólo podrán ser aceptados como excep-
cal del Superior Tribunal de Justicia, de- ciones los casos extraordinarios en que pue-
sarrollándose sin saltear cargos y con un dan incorporarse a la administración de
mínimo de tiempo en cada uno. Justicia personalidades sobresalientes como
En cuanto al período entiéndese que no podrían ser los casos de algún miembro de
debe ser menor de tres años que es el que la Academia Nacional de Derecho, algún
debe considerarse óptimo para que el f u n - profesor titular de Universidad Estatal o
cionario vaya adquiriendo especializació-n. tratadista de renombre nacional o interna-
Primera pauta. — La carrera judicial de- cional, los que podrán ingresar únicamente
berá desarrollarse en la siguiente forma: en el órgano jurisdiccional superior.
defensor de pobres y menores, agente fis- También podrán admitirse en los casos
cal, juez de Primera Instancia, fiscal de en que se hayan de hacer reparaciones por
Cámara, vocal de Cámara, defensor del Su- injusticias cometidas con anterioridad a la
perior Tribunal, fiscal del Superior Tribu- ley que se promulgue y a los fines de no
nal y vocal del Superior Tribunal. introducir un elemento perturbador, estas
Esto surge del escalafón natural creado designaciones deberán ser hechas en los
por la costumbre y admitido también por nuevos organismos jurisdiccionales a crear-
los constituyentes de 1933 y tiende a dar se O).
una verdadera jerarquización al Poder Ju- No podrán ascender momentáneamente
dicial, constituyendo los pasos necesarios lor, funcionarios, pese a haber cumplido el
a recorrer tendiente a la especialización del tiempo mínimo en el cargo, cuando no ha-
funcionario por su duración en cada uno yan hecho la carrera judicial y deberán
de ellos de un intervalo de tiempo no menor permanecer en él el tiempo mínimo que hu-
a tres años. biera sido necesario para llegar a ese cargo
El primer cargo de la carera (defensor después de lo cual podrán continuar su ca-
de pobres y menores) tiende así en prin- rrera judicial.
cipio a quedar librado a la exclusiva desig- Esto surge de la necesidad de respetar la
nación del Poder Ejecutivo, el que debería carrera judicial, como así también de una
tener en cuenta a los secretarios de las di- necesidad del Estado provincial de captar
versas jurisdicciones e instancias y jueces personal que por su reconocida capacidad
de paz letrados para hacerlos ingresar en profesional o méritos quedarían margina-
la carrera judicial. dos. Si tan distinguida es su actuación, tam-
Segunda pauta. — Tendrá que haber dos bién deben merecer una distinción perso-
escalafones el a) de defensor de pobres y nal colocándolos a la altura de sus antece-
menores a vocal del Superior Tribunal de dentes y para ello nada mejor que el Su-
Justicia; y el b) de secretario de Primera perior Tribunal.
Instancia a secretario del Superior Tribu- En cuanto a las reparaciones en caso de
nal de Justicia. Pudiendo los del b) pasar
a los del a) o iniciarse en éste desde el car-
go de defensor de menores. (1) Si se trata de un f u n c i o n a r i o postergado en la
. Los motivos residen: en que los secreta- c a r r e r a judicial, podrá ser ascendido salteando cargo?,
fon carácter de reparación, pero minea ? un cargo más
rios pueden ser escribanos y tendrán que elevado qiie al que le correspondería, a ro/.ón de tres
seguir otra vía, es decir la del escalafón b) ; aíios de a n t i g ü e d a d m í n i m a por cargo de escalafón en
eada uno, es decir al cargo que le correspondería si h u -
no pudiendo concebirse que si durante el biera realizado ía carrera judicial normalmente.
injusticias, los reingresos no deberán efec- razón de ¡a especialización; pero únicamen-
tuarse en tribunales ya en funcionamiento, te para el escalafón desde juez a camarista,
sino en los a crearse para evitar perturba- dado que en los primeros grados del escala-
ciones en los ya existentes. fón los Ministerios Públicos no se dividen
La tercera excepción tendría implícito por fueros, lo que tampoco ocurre en
un sentido igualitario y permitiría la regu- los primeros grados del Superior Tribunal,
larización de la carrera, al evitar que los donde los ministerios no se dividen por
que ¡legaran al cargo salteando los anterio- fueros.
res sigan en ascenso en perjuicio de los de- Pauta sexfa. Territorialidad, — La carre-
niás que la realizaron paulatinamente y que ra judicial se inicia y desarrolla sin excep-
fueron adquiriendo especializado]!. ción por abogados inscriptos en la matrí-
Así, quien entró de juez, salteando dos cula de la Provincia (Constitución de En-
jerarquías, antes de ser ascendido deberá tre Ríos de 1903) y con domicilio real en
tener nueve años en el cargo; el que llegó a la misma y con antigüedad mínima en am-
la quinta jerarquía deberá computar a su bas. Ejemplo: Constitución de Buenos Ai-
favor 15 años de antigüedad en el cargo res, conforme a lo referenciado en la segun-
antes de ser ascendido. da parte de este trabajo.
Quinta Pauta. Cuando haya funcionarios Pauta, Séptima. Calificación. — La .cali-
que no estén en condiciones de ascender por ficación de apto para ascender deberá ser
no tener la antigüedad mínima de tres años realizada por el Superior Tribunal escu-
en el cargo o por no haber obtenido califica- chando al Colegio de Abogados de la juris-
ción de apto para ascender por el Excmo. Su- dicción o de la provincia según los casos, en
perior Tribunal de Justicia, podrá extender- dictamen por escrito y fundado, con inter-
se la elección a otros funcionarios de igual vención del o de los candidatos; el que se
jerarquía que integren la circunscripción agregará al legajo respectivo. El fichero
judicial. Excepcionalmente la elección podrá general de legajos que se llevará en el Supe-
extenderse a todo el ámbito de la provincia rior será público.
dentro de funcionarios de igual jerarquía. Razón de ello: Constitución de Corrien-
Para el caso en que todos los funcionarios tes, art. 142; Catamarca, art. 200; y del
que estén en condiciones de ascender no Chaco, art. 164. Siendo el Superior Tribu-
aceptaren el ascenso, el Poder Ejecutivo nal un órgano jurisdiccional y además ad-
deberá designar entre ¡os funcionarios de ministrativo, sería de aplicación lo expre-
la jerarquía inmediatamente inferior que sado por Sarria en el T. I página 235 ya
estén en condiciones de ascenso. citado, considerado en la quinta parte de
Será igualmente cerrada la carrera ju- este trabajo en cuanto a que un tribunal
dicial de juez a vocal de Cámara. En prin- permanente de calificación, ascenso y re-
cipio la designación deberá realizarse den- moción consulta los principios de un siste-
tro de los jueces de primera instancia y del ma orgánico.
mismo fuero de la circunscripción. Cuando Elementos para la calificación: I 9 ) anti-
haya jueces que no estén en condiciones de güedad en el cargo; 21?) títulos habilitantes
ascender por no tener el mínimo de tres y de otra índole que posea; 39) trabajos o
años de antigüedad en el cargo o no hubie- publicaciones realizadas sobre temas espe-
ren obtenido la calificación de aptos para cializados de derecho; 4°) sanciones disci-
ascender podrá extenderse la elección a otro plinarias que se le hubieran aplicado en los
funcionario de la misma jerarquía de otras dos últimos años, considerándose prescrip-
circunscripciones judiciales de la provincia. tas las anteriores como antecedentes; 59)
Siendo aplicable el principio sentado ante- concepto dentro del ámbito judicial y pro-
riormente para el caso en que todos los jue- fesional fundado; 61?) estado de atraso o
ces en condiciones de ascender no quieran no del Ministerio, Juzgado o Tribunal;
hacerlo. 79) anormalidades o irregularidades que se
Los miembros del Superior Tribunal como constaten; S 9 ) cualquier otra circunstancia
ssimismo los defensores y fiscales del men- que a juicio del Superior Tribuna] sea pro-
cionado cuerpo serán designados de entre cedente para la calificación de idoneidad
los camaristas de cualquier circuncripción para el ascenso.
de la provincia que lleven en el cargo los Registro de la calificación. La califica-
tres años de antigüedad y que hayan obte- ción será registrada en ficha por triplica-
nido la calificación de apto para ascender. do: una quedará en el Superior Tribunal
Esta pauta reconoce dos condiciones para agregada al legajo del interesado, otra será
el ascenso, antigüedad y calificación de apto enviada al P.E. y la tercera al calificado
para ascender, entendiendo que ésta debe para que se informe y notifique, e inter-
ser efectuada por el Superior Tribunal de ponga recurso de reposición en el caso de
Justicia. A la que se le agrega el fuero por considerarla no acertada.
Duración de la calificación. La califica- ben ser respetadas, para los que no hicieron
ción de apto para ascender dura hasta el carrera los ascensos quedarán congelados
ascenso; la calificación de no apto para as- momentáneamente y para los casos de repa-
cender dura un año y vencido dicho término raciones las mismas se efectuarán en órga-
el interesado puede solicitar nueva califi- nos jurisdiccionales a crearse o en casos en
cación. que no se afecte la carrera judicial.
Cuando se habla de calificación la misma
deberá ser de apto o no apto para ascender CESACIÓN DEL DERECHO A PEN-
sin otro calificativo. SIÓN DE LAS PERSONAS QUE CON-
Publicidad. Cuando se habla de entrega T R A E N NUEVO MATRIMONIO.* El in-
de fichas al calificado, como cuando se esta- ciso b) del artículo segundo del decreto-ley
blece la publicidad de los ficheros se ha 17.562 del año 1967, al hablar de las cau-
tenido en consideración que es esencia del sas de suspensión del derecho a pensión,
régimen Republicano la publicidad de los dice que dicha suspensión rige: "Para el
actos de gobierno. Asimismo la ley de ca- cónyuge supérstite, para la madre o padre
rrera judicial deberá establecer que los viudos o que enviudaren, para las hijas
acuerdos del Senado para otorgar el con- viudas y para los beneficiarios cuyo dere-
sentimiento al Poder Ejecutivo en la desig- cho a pensión dependiere de que fueran sol
nación de los jueces deberán ser públicos, teros, desde que contrajeren matrimonio o
dado que la Constitución Nacional y la Pro- hicieren vida marital de hecho".
vincial no establecen la sesión secreta para En el inciso b bis) del referido artículo
ello, las que han surgido de una mala prác segundo la caducidad del beneficio de pen-
tica parlamentaria basada únicamente en sión se extiende: "para las hijas divorcia-
reglamentaciones internas que atenían con- das desde la reconciliación de los cónyuges,
tra los artículos 1, 18, 19 y 33 de la Cons- y para las hijas separadas de hecho desde
titución Nacional. que cesare la separación".
Pauta octava. La ley deberá establecer el La ley 20.314, sancionada el 26 de abril
tiempo máximo en ejercicio del cargo de los de 1973, .se ocupó también de las causales
miembros del Superior Tribunal de Justi- de pérdida y extinción del beneficio de pen-
cia, haciendo una conjugación de edad y sión, y sustituyó el inciso b) del artículo
tiempo de ejercicio en el cargo. segundo del decreto ley 17.562, limitando
Razón de ello: esto tiende a dar una ma- su alcance. La nueva versión decía: "El de-
yor agilización a la carrera judicial evitan- recho a pensión se extinguirá. .'. inciso b) :
do el taponamiento. Para aquéllos que tengan derecho a la pen-
Esto no atentaría contra el derecho cons- sión del causante, cuando hicieren vida ma-
titucional de inamovilidad, porque el mis- rital de hecho". Se suprimía también lo dis-
mo no es incompatible con la temporalidad. puesto por el inciso b bis).
Ejemplo de esto sería la constitución de El espíritu de esta disposición legal como
Entre Ríos del año 1903; la de la Provincia también su propósito f u e refrendado por el
de Buenos Aires que en su artículo 165 fija artículo 1 de la ley 20.927, sancionada el
un máximo de 70 años de edad; y los con- 30 de setiembre de 1974. que dice: "Los
ceptos doctrinarios expuestos por el trata- pensionistas cuyo derecho a pensión se hu-
dista y director de la Enciclopedia, Dr. Ma- biera extinguido por aplicación del artículo
nuel Ossorio y Florit al hablar de la inamo- 2', inc. b) del decreto-ley 17.562/67. en ra-
vilidad en la pág. 270 del T. XV de la Enci- zón de haber denunciado a la caja su ma-
clopedia Jurídica Omeba. trimonio, podrán solicitar la rehabilitación
Pauta novena. Con carácter de disposi- de la prestación, la que será liquidada a
ción transitoria, destinada a contemplar un partir de la fecha de dicha solicitud".
insoslayable período de acomodación, la f u - Pero el 13 de agosto de 1976, en uso de
tura ley tendría que traer una disposición las atribuciones conferidas por el artículo
de flexihilización temporaria que establecie- 5* del Estatuto para el Proceso de Reorga-
ra que durante el término de dos años desde nización Nacional, el Presidente de la Na-
la fecha de su puesta en vigencia, sus dis- ción Argentina sancionó la ley 21.388 que
posiciones deberán ser interpretadas con contempla nuevamente el problema que nos
flexibilidad, pero tendientes siempre a cum- ocupa. El texto de la misma muy similar al
plir el espíritu general que la anima. de la ley 17.562, se ocupa de los caaos en
Conclusiones: que debe cesar la pensión, y es el siguiente:
9 Artículo I 9 : Sustituyese el inciso b) del
I — Las pautas enunciadas tienden a ser
consagradas en una ley futura sobre carrera
judicial. * Por la D'ra. MARÍA E. ITZIGSOHN DE FISCH-
2? — Las designaciones ya efectuadas de- MAN.
artículo 2° del decreto-ley número 17.562/ CIENCIA DE LA ADMINISTRACIÓN
67, modificado por el decreto-ley número PÚBLICA (APROXIMACIONES EPISTE-
20.314/73, por el siguiente: b) Para el cón- MOLÓGICAS).*
yuge supérstite, para la madre o padre viu- SUMARIO: I. Ciencias Administrativas: 1.-
dos o que enviudaren, para las hijas viudas Clasificación general de las ciencias. 2.-Do-
y para los beneficiarios cuyo derecho a pen- ble y lícita ubicación de las Ciencias Nor-
sión dependiere de que fueren solteros, des- mológicas. 3.-Ontología, deontología y te-
de que contrajeren matrimonio o si hicie- leología en las Ciencias Administrativas.
ren vida marital de hecho. 4.-¿Ciencias Administrativas o Ciencia de
la Administración? 5.-Tecnología Admi-
Artículo 29. — Agrégase al artículo 29 del nistrativa. - II. La Administración Públi-
decreto-ley número 17.562/67, modificado ca, objeto de ciencia autónoma: 1.-E1 con-
por decreto-ley número 20.314/73, como in- tenido de la Administración Pública. 2.-
ciso b bis), el siguiente: La expansión "colonizadora" de otras
b bis) Para las hijas divorciadas, desde Ciencias Sociales. 3.-Revalidación y exten-
la reconciliación de los cónyuges, y para las sión de la teoría del "lugar geométrico",
hijas separadas de hecho, desde que cesare del Prof. André Molitor. 4.-Significación
del carácter "público" de la Administra-
la separación. ción. 5.-Satisfacción de los presupuestos o
Artículo 3°. — La causal de extinción por caracteres de la "autonomía científica".
matrimonio, prevista en el artículo 1° no
rige para los pensionistas que hubiesen con- I. CIENCIAS ADMINISTRATIVAS.
traído nuevas nupcias durante la vigencia 1. — Clasificación general de, la* cimcias.
del decreto-ley número 20.314/73. En la historia contemporánea de la clasifi-
Artículo 49. — Derógase la ley número cación de las ciencias, se distinguen corrien-
20.927. temente dos etapas; a saber: Etapa Monis-
Lo dispuesto precedentemente no es apli- ta o Positivista y Etapa Dualista o Dieotó-
cable a los pensionistas que con anteriori- mica. A ellas, pensamos, cabría agregar :
dad a la vigencia de la presente ley hubie- una Tercera Etapa, neocontemporánea, que
ran solicitado la rehabilitación de la pen- podríamos denominar, provisoriamente, Eta-
sión en los términos de la citada ley. pa "Integracionista" o, si se prefiere,
Artículo 5°. — La presente ley rige a par- "Integralista".
tir del día siguiente al de su promulgación. Como es sabido la Etapa Monista tiene
en B;icon su remoto precursor y en Augus-
El artículo 6° es de forma.
to Comte su eminente jefe en el siglo pasa-
Como puede apreciarse la modificación do. El "monismo positivista" —calificado
introducida por la ley 20.314 tendía a esta- de "realismo ingenuo" por sus impugnado-
blecer una clara diferencia entre la situa- res— sólo considera auténticas ciencias a
ción de los pensionados que después de en- aquellas disciplinas del conocimiento que
viudar contraen un nuevo matrimonio legí- son capaces de descubrir empíricamente y
timo y los que se unen mediante concubi- formular leyes explicatimift de los fenóme-
natos o matrimonios de hecho. Y el propó- nos por sus procesos causales, y, por ende,
sito era evitar que el temor a la pérdida de prever y prevenir los que sobrevendrán
de un beneficio material indujese a los in- necesariamente al concurrir determinadas
teresados a recurrir a uniones ilegales. causas. Al enunciado serial de las ciencias
AI volver al criterio primitivo se sostie- propuesto por Comte, que remata, en su
ne que la suspensión de que "la extinción época, con la naciente "Sociología", le su-
de tal derecho puede mover a no celebrar el ceden clasificacionps-tipos como la de Spen-
matrimonio e inclinarse por una unión con- cer y, más modernamente, la de Pearson.
cubinaria importa presumir en las perso- El predominio de esta concepción es casi
nas una actitud moral peyorativa..." Im- absoluto hasta el último tercio del siglo
plica, además, aceptar que la institución pasado.
matrimonial, que es la base de la familia Una reacción, precursoramente marcada
pueda subordinarse a intereses materiales por la conocida clasificación de Guillermo
mezquinos. Wundt (Ciencias Formales y Ciencias Rea-
Pero, además de esas consideraciones éti- les, subdividiéndose éstas en "ciencias de
cas fundamentales existen otras de orden la metafísica" y "ciencias del espíritu"),
práctico que, indudablemente, no pueden ser parte del movimiento de "retorno a Kant"
dejadas de lado. Si una persona viuda con- iniciado hacia el último cuarto del siglo
trae nuevo matrimonio, cuenta con el am- Xix (se señala: 1874). Meinong y Dilthey
paro de su nuevo cónyuge y se extingue así encabezan la nueva tendencia que acuña el
el estado de necesidad, real o supuesto, que lema: "La Naturaleza se explica, la Cul-
la ley tiene en cuenta para otorgar el de-
recho a pensión. * Por el Dr. ANÍBAL BASCUÑÁN VALDÉS.
tura se comprende". En tal virtud y diri- Stammler con su distinción, insistente en
giéndose primero sus seguidores a la deter- "áreas": Ciencias de las Causalidades y
minación de "áreas"' Windelband opone a Ciencias de las Finalidades o Teleológicas;
las Ciencias de Leyes o Nomotéticas, las y a su enconado opositor: Hans Kelsen y su
Ciencias Históricas, de Sucesos o Idiográ- dicotomía: Ciencias del Ser o Explicativas
ficas; y su discípulo Rickert, explícitamen- y Ciencias del Deber Ser o Imputativas.
te en su obra Ciencia Cultvral y Ciencia Paralelamente, las indagaciones ontológi-
Natural (trad. de Morente, ed. Rev. de cas, siempre en la oposición bimembre, lle-
Occid., 1912), distingue entre Ciencias Na- varen a la clasificación de las ciencias se-
turales y Ciencias Culturales, prefiriendo gún la naturaleza existencial de sus respec-
es-ta nomenclatura a la que ya se había di- tivos objetos, determinante de los métodos
vulgado: Ciencias del Espíritu o del Yo y que habrán de aplicarse y, en último térmi-
Ciencias de la Naturaleza o del No Yo. no, de los sectores o áreas del saber que re-
Siempre en la corriente neokantiana y en sulten elaborados con tal aplicación. La se-
afán de pureza formalista, encontramos a cuencia es como sigue:
de Objetos Naturales
la. Ciencias
de Objetos Culturales
Naturales
de Objetos Reales
Ha. Ciencias Culturales
de Objetos Ideales

de Objetos Reales Culturales


(facticias) Naturales
Illa. Ciencias
de Objetos Ideales Ónticas
(eidétieas) Normativas
José Medina Echavarría (Sociología: en una actitud crítica similar a la de
Teoría y Técnica, Fondo de Cultura Econó- Medina Echavarría.
mica) es representativo de una nueva po- Es la posición, tercera posición que ca-
sición crítica: "La estrecha limitación —ex,- lificáramos tentativamente como "Etapa
presa;— que la dicotomía Ciencias de la Tntegraeionista", evidentemente certera en
Naturaleza y Ciencias de la Cultura (o del su crítica a la partija bimembre de las
espíritu) venía imponiendo en el desarro- ciancias, pero débil por su falta de sugeren-
cia de una clasificación de reemplazo, a me-
llo de la investigación social, puede consi- nos que se contente con un enunciado al
derarse hoy cnmo cosa pasada, y disuelta, modo de García Maynez (Introducción al
en consecuencia, la dicotomía misma". Y su Estudio del Derecho) : I. — Ciencias de Le-
crítica parte precisamente de la insatisfac- yes; II. — Ciencias de Sucesos; III. — Cien-
toria ubicación de las Ciencias Sociales o cias de Axiomas y IV. — Disciplinas Nor-
Humanas en la dicotomía reinante: "La mativas; o con una agrupación tripartita,
renlidíid social se nos narece. . . como natu- cual practica Abelardo Torré (Introducción
raleza y espíritu al mismo tiempo. . . Tales al. Derecho) : I. — Ciencias de Objetos Idea-
notas corresponden a lo aue es la vida hu- les; II. — Ciencias de Objetos Naturales; y
mana, incluida por un lado en la naturaleza III. — Ciencias de Objetos Culturales.
física y biología, y trascendiendo por otra Por nuestra parte, no podemos esquivar
de esa naturaleza por medio de una activi- la evidencia ontológica que los caracteres o
dad que sólo al hombre pertenece. . . Nin- signos distintivos de los Objetos Ideales y
guna ciencia social —sociología, etnología do, los Objetos Reales les colocan en una
o ciencia política— puede olvidar oue por primera e inexcusable clasificación dicotó-
debajo de la cultura está la naturaleza, y mica. Mientras los primei'os son inexis-
que ninguna forma social subsiste sin gra- tentes en el espacio y el tiempo, son inexpe-
ves daños, si impide o se opone, por ejem- rienciales y son neutros a los valores; los
plo, a determinadas necesidades o ritmos segundos son tempo-espaciales, f-xperiencia-
biológicos. Así, pues, tenemos, por lo pron- les y significativos en la subárea de objetos
to que la naturaleza del objeto de la Socio- culturales. La oposición inicial sería: I.—
logía en cuanto realidad vital, quiebra el Ciencias de Objetos Ideales; y II. — Cien-
dualismo de naturaleza y espirito. Y ade- cias de Objetos Reales.
más, que los fenómenos sociales son for- Entre las Ciencias de Objetos Ideales
mas de vida". M'ax Weber, Ferrater Mora mantendríamos las disciplinas ónticas, las
y, en cierto sentido, Hans Freyer se ubican "normativas" (aceptando por el momento
esta denominación) e insinuaríamos las ma- Humanas: las "Ciencias de la Naturaleza
temáticas. de! Hombre". Este término daría satisfac-
En cuanto a las Ciencias de Objetos Rea- ción a la omisión que critica el "integra-
les, nos permitimos agregar un tercer gru- cionismo".
po intermedio entre las Ciencias de la Na- El cuadro clasificatorio, básicamente,
turaleza y las Ciencias del Hombre o quedaría como sigue:
Ónticas
de Objetos Ideales
Matemáticas
(o eidéticas)
"Normativas"
Ciencias
Ciencias de la Naturaleza
de Objetos Reales Ciencias de la Naturaleza del Hombre
(o facticias)
Ciencias del Hombre o Humanas
Siguiendo la agrupación de las Ciencias van Steenberghen, en su Epistemología,
Humanas que practica el ilustre Fernand distinguiremos:
^ Ciencias Culturales (u "objetivas")
Ciencias del Hombre o Humanas '( Ciencias Psicológicas (o "subjetivas")

Por nuestra parte, agregamos que en am- precisión que han podido alcanzar. Otras
bos subgrupos distinguimos las creaciones o ciencias sociales no aplican el principio de
las manifestaciones "comunitarias o colecti- causalidad sino el de imputación. Estudian
vas" de las "personales". Así, serían dis- las conductas humanas no como se desarro-
ciplinas que se ocupan de las creaciones o llan efectivamente en el orden causal de la
expresiones culturales comunitarias o co- naturaleza, sino en relación con las normas
lectivas, a modo de ejemplos: la Arqueolo- que prescriben cómo deben desarrollarse.
gía, la Historia, el Folklore, la Sociología, Son, pues, ciencias normativas, entre las
etc. y las Ciencias Nurinológicas, entre las cuales encontramos la Ética y la Ciencia del
cuales se contarían la Ciencia Lingüística, Derecho".
las Ciencias del Derecho y las Ciencias o Con el debido respeto hacia el maestro
Disciplinas Administrativas, con sus res- universal, nos permitimos hacer nuestro
pectivas Tecnologías, en enunciado no el aserto de Larroyo y Cevallos, autores del
exhaustivo. texto Lógica de la Ciencia: "Es equivocado
Análoga distinción, ahora entre lo "gre- afirmar que los hechos culturales (socia-
gario" y lo "individual", proyectaríamos en les) son causa de otros en el sentido natu-
el ámbito de las "Ciencias de la Naturaleza r.alista de la expresión. En el mundo de la
del Hombre". La Etnología y la Ecología, naturaleza todo ocurre por antecedentes ne-
por ejemplo, se ocuparían del hombre en cesarios, ciegos. La naturaleza no conoce
cuanto agrupación y su medio; cierto sec- fines. Sin excepción, todo cuerpo en el es-
tor de la Antropología científica laboraría pacio es atraído por leyes ineludibles, ne-
en el estudio de las unidades individuales. cesarias. En lo social, a la inversa, el pri-
No se nos oculta que en referencia a las mer impulso no es un antecedente real; es
conductas humanas, Kelsen formula un un fin apenas por alcanzar; es un motivo
planteo diverso (Teoría Pura del Derecho) ideal, no una causa real". "A la base del
que amerita un comentario. "El principio de hecho cultural —argumentan— se encuen-
causalidad —dijo el eximio tratadista— ha tra, pues, la idea de la finalidad; la ley me-
sido también aplicado a las conductas hu- diante la cual se vinculan'medios y fines;
manas consideradas como hechos pertene- una relación teleológica (de "telos"), como
cientes al orden causal de la naturaleza; de se dice en el lenguaje técnico de la filoso-
aquí la constitución de ciencias causales fía. De ahí que pueda decirse que el método
como la psicología, la etnología, la historia básico de los hechos sociales es la Teleo-
o la sociología, que buscan explicar las con- logía".
ductas humanas estableciendo entre ellas 2. — Doble y lícita ubicación de las Cien-
relaciones de causa a efecto. No examinare- cias Normolór/icas. Podrá apreciarse que
mos aquí en qué medida pueden alcanzar en nuestro esquema de clasificación general
su fin. Si bien por su objeto pertenecen al de las ciencias, la categoría de Ciencias de
grupo de ciencias sociales, son ciencias cau- Objeto Ideal inserta, entre otras, el grupo,
sales de la misma especie que la física, la comúnmente denominado, "ciencias o disci-
biología o la fisiología de las cuales sólo se plinas normativas" (v.gr. Ke'sen, García
diferencian por el grado menos elevado de Maynez, Larroyo y Cevallos, etc.,); y que
también figuran las "Ciencias Normológi- "Orden" cada vez más perfecto de los com-
cas" (entre ellas las Disciplinas Adminis- portamientos Mímanos. (Nos permitimos
trativas) en el cuadro de ¡as Ciencias Cul- remitirnos, en cuanto a esta nomenclatura,
turales con Sujetos Colectivos o Comuni- al artículo "Ordenamiento, Ordenación y
tarios. Orden Jurídicos" que nos publicó el Tomo
¿Es lícita o lógica tal doble inserción? II de estos Apéndices).
Antes de dar una respuesta de fondo, per- Superado o, por lo menos, no rehuido el
mítasenos una digresión previa de tipo problema terminológico, podemos volver so-
terminológico: ¿"normativas" o "normoló- bre el fondo de la pregunta inicial respecto
gicas" serían dichas ciencias? de la licitud de la doble ubicación de las
Kelsen, tras sustentar la existencia de Ciencias Normológicas en el cuadro clasi-
"Ciencias (Sociales) Normativas", se apre- ficatorio general de las ciencias: como cien-
sura a precisar el alcance con que utiliza cia de objeto ideal, a la par que ciencia de
tal adjetivación: "Que una ciencia sea cali- objeto real-cultural. Al efecto, argumentare-
ficada de normativa no significa que tenga mos ejemplificando con el Derecho habida
por objeto prescribir una conducta deter- cuenta que es un Principio Macrosistemá-
minada, ni dictar normas aplicables a las tico de la "gran familia" a que pertenece,
conductas de los individuos. Su papel es su Primacía, Imperio o Soberanía sobre las
solamente describir (el subrayado es nues- restantes gradas de las pirámides norma-
tro) las norman y las relaciones sociales que tivas.
ellas establecen. El sabio que las estudió no Luis Legaz y Lacambra es explícito en
es una autoridad social, solamente busca cuanto a la validez de un doble "punto de
comprender los hechos y no dirigir la socie- vista" y, por ende, a la licitud de dos tra-
dad". Hace bien el autor citado en propo- tamientos científicos diversos, cual sendos
ner al lector una definición estipulativa-del momentos dialécticos para un objeto uni-
adjetivo empleado, puesto que la termina- tario. "El sentido del Derecho —explica en
ción en "ivo" o "iva" de las palabras indica su Introducción a la Ciencia del Derecho
algo "dado" y no por dar, alcanzado y no —-es la normatividad, el deber ser: su lógi-
por alcanzar, investigado y no por investi- ca, por lo tanto, es una lógica normativa.
gar; así: "positivo", "relativo", "descripti- Bajo este aspecto, y a condición de recono-
vo", etc. cer que no hay unanimidad en la interpre-
Si, según el propio Kelsen, la tarea del tación de esta expresión, la ciencia jurídica
estudioso en la especie es la "comprensión" podría considerarse como una ciencia nor-
(no la "explicación") de los hechos y la mativa puramente teorética en cuanto Ló-
"descripción" del sistema de normas y del gica del Derecho, pero sin olvidar que la
complejo de relaciones sociales que ellas realidad total del Derecho no queda expli-
establecen, nos parece que la voz más apro- cada agotadoramente a través de su mera
piada es "Normológica" y no "normativa"; consideración como normatividad lógica;
vale, pues, hablar de "Ciencias Normológi- hay, pues, una ineliminable dimensión em-
cas", esto es las destinadas a la investiga- pírica en la ciencia jurídica, que se opone
ción y descripción de sendos sistemas de a la esquematización integral del Derecho
normas y de la vida de relación que ellos, en puros conceptos lógicos e impone la con-
respectivamente, establecen y la compren- sideración de los factores concretos, his
sión de los hechos derivados. Pero, si bien tórico'-culturales, que determinan su exis-
es verdad que quien a tales tareas se dedi- tencia como orden jurídico vigente en ur
ca carece de "autoridad social", aspira y, en determinado ámbito espacial y temporal
ocasiones alcanza, a constituirse en una Bajo este aspecto, la ciencia jurídica es
"autoridad científica" con una misión acti- como después veremos, ciencia cultural (
va, dinámica, promotora en la enseñanza, la individualizadora".
asesoría y la divulgación de procesos de La bipolaridad para penetrar en el ob
perfeccionamiento de la "Ordenación So- jeto unitario: Derecho es hoy, puede decir
cial", según los esquemas del "Ordenamien- se predominante. Daremos algunos ejem
to" ideal para que se haga carne en u,n píos:
Autor C. de Objeto Ideal C. de Objeto Cultural
Vallado Berrón, Fausto Jurisprudencia Pura o Teoría Jurisprudencia Normativa: his-
General del Derecho tórica o actual'
Cossio, Carlos Lógica Jurídica C. del Derecho Positivo
Smith, Carlos (OMEBA) Forma categorial de obrar Contenido real o posible de la
conducta
García Maynez Filosofía del Derecho Jurisprudencia Técnica: Siste-
mática y Técnica Jurídicas
Del Vecchio, Giorgio Filosofía del Derecho. I.-Lógi-
ca Jurídica Jurisprudencia
Podríamos abundar en otros ejemplos si- dimensiones lógica, axiológica y dogmáti-
milares ; pero lo que más interesa, al efec- ca. Cabral de Moneada menta el- Derecho
to, es la concesión a la bipolaridad que hace cual objeto ideal y cual objeto-valor, pero
e¡ propio H. Kelsen en su Teoría General del agrega certeramente un tercer elemento in-
Estado (Labor, 3934, pp. 23 y 24) : "Cono- tegrador: el proceso histórico en indefinido
cido que el Estado es orden jurídico o ex- devenir.
presión de su unidad, la Teoría del Estado Ciertamente, los tres términos pueden ser
es posible como Teoría del Derecho, es de- reducidos a la dicotomía de tratamiento
cir como teoría de la norma jurídica, y, en científico que hemos planteado para el De-
este sentido, como disciplina normativa. recho y que proyectamos a los demás siste-
Esta Teoría del Derecho puede ser o Teoría mas normativos que le son lógicamente su-
de la esencia del Derecho o doctrina de las bordinados.
formas jurídicas, es decir puede dirigirse Un alcance nos resta por formular sobre
a las normas y sus relaciones, sin referen- Ja categoría "ideal" del objeto "norma" o
cia a su particular contenido; o teoría del "sistema de normas". La mayor parte de
contenido jurídico —doctrina material del los autores utiliza tal denominación para
Derecho—, esto es, dirigida a establecer los una perspectiva lógico-formal de la Nor-
contenidos genéricos de las normas jurí- ma; pero, preciso es reconocer que no son
dicas". Y agrega: "Una teoría orientada a pocos los que ubican en ese plano los prin-
los contenidos, ha de plantearse el proble- cipios del Derecho Natural, y que otros
ma de si existen relaciones y cuáles son és- vinculan la calificación de "ideal" con una
tas, entre e¡ contenido del sistema de De- evaluación axiológica del Derecho Positivo
recho, como sistema de normas válidas, y o, genéricamente, de la Norma Positiva.
el contenido del sistema naturalista del Además y, por paradoja, el anti-jus com-
acaecer efectivo causalmente determinado, teano podría ser trasladado al plano "ideal"
especialmente el contenido de la conducta ("Los derechos se acabaron y sólo existen
humana motivado por representaciones psí- deberes", escribió don Luis Lagarrigue en
qi'icas de normas". "Según eso, el problema el Boletín del Seminario de Derecho Públi-
de la positividad aparece como el problema co, N? 31.934; Univ. de Chile, como repre-
—en modo alguno limitado al dominio de sentante en Chile del positivismo comteano
la teoría jurídico-política— de las relacio- ortodoxo. Otra rama está marcada por el
nes materiales entre un sistema del valor "solidarismo" de Duguit y su rechazo de
y el correspondiente sistema de la realidad, los Derechos Subjetivos, pensamiento que
es decir como el problema de la 'realización fue trasladado por Spiropoulos al Derecho
de los valores'. La extraordinaria dificultad Internacional.)
que encierra consiste en la antinomia —ine-
vitable al parecer— de un dualismo (del Tentativamente, quedaría a firme la do-
cual necesariamente hay que partir) entre ble tipificación "del Deber Ser que Es", se-
el ser y el deber ser, entre la realidad y el gún repetida consigna de Bindel, o el "De-
valor y el reconocimiento ineludible de una ber Ser en proceso permanente de Ser", que
relación material entre los mismos siste- nosotros nos atrevimos a postular en nues-
mas que se suponen inconexos". tro artículo sobre "Ciencia General del De-
Algunos autores han tomado pie en esta recho" (Tomo II de los Apéndices).
distinción entre Normal ividad-Positividad 3. — Ontología, deontología y teleología
Formal y Positividad Real o Fáctum para en las Ciencias Administrativas. Las disci-
plantear teóricamente o utilizar en la en- plinas administrativas —tanto las ciencias
señanza del Derecho, la conocida teoría de como sus técnicas de la administración—
los "tres círculos", círculos secantes entre tienen, como consecuencia de lo antes ex-
sí, que en último término pueden ser tra- presado, lícita doble ubicación en el cuadro
tados desde dos "puntos de vista": el De- de las ciencias: tanto entre las ciencias "so-
techo Natural, Justo o Racional, como ob cio-normológicas", sitas en la categoría de
jeto "ideal"; y el Derecho Positivo, en sus las ciencias de objetos reales-culturales,
dos expresiones concretas, como objeto ctil-' cuanto entre las ciencias de objetos ideales,
tural. ciencias "normológicas puras" ("forma ca-
Más recientemente, utilizando, aunque tegorial de obrar", según la expresión de
sin confesarlo un "perspectivismo jurídico" Carlos Smith), de acuerdo con la perspec-
—severamente criticado por Fausto Valla- tiva o "punto de vista" desde el cual parte
do Serrón (ob. cit., pp. 241/244), en su e¡ estudioso para el dominio del objeto.
capítulo sobre la irracionalidad del "plura- Limitándonos al primer momento dialéc-
lismo jurídico", ciertos autores plantean un tico, podríamos señalar como ciencias "so-
tridimensionalismo. Así, por ejemplo, Cos- cio-normológicas" las siguientes: a) Cien-
sio los califica de "ejes", que lo serían las cias del Derecho (Ciencia General del De-
recho, en la vertiente socio-histórica de su cubrimiento y formulación de "leyes" expli-
estructura, obedeciendo el resto a un trata- cativas de los fenómenos concita a las cien-
miento predominantemente lógico-formal; cias naturales). En razón de sus ámbitos
Ciencia del- Derecho Internacional; Ciencia de aplicación, los "Principios" pueden agru-
(Nacional) del Derecho Positivo; y Cien- parse en: a) "Suprasistemáticos o Episte-
cias de los Derechos Positivos (Naciona- mológicos" (validos para todas las ciencias,
les, Especiales o Particulares) ; b) Cien- como lo serían: Investigación, Idoneidad,
cía(s) Política(s); c) Ciencia(s) Econó- Unidad, etc.) ; b) "Intersistemáticos (apli-
mica (s) ; d) Ciencias y Tecnologías Admi- cados o aplicables a la vida de relación de
nistrativas; e) Ciencia de la Ética Social; las "categorías" de ciencias) ; c) "Macro-
f) Ciencia de las Religiones; g) Ciencia sistemáticos" (comunes a todas las cien-
Lingüística; . . . cias integrantes de una "categoría"; v. gr.
Para un mayor y especializado estudio el Principio de la Prioridad, Imperio o So-
quedaría la posible inclusión de disciplinas beranía del Derecho" en los complejos nor-
como la Criminología (especialmente la Cri- mológicos) ; y d) "Intrasistemáticos" o
minalística), la Fenología, la Ciencia Pe- "Diversificadores" (propios de cada cien-
nitenciaria, la Pedagogía Social, la Infor- cia que posee un objeto suyo —o, al menos,
mática, la Bibliología, etc., de contenido, sustancialmente suyo—, cabalmente deli-
por lo menos, predominantemente norma- mitado, sin que ello obste a zonas de inter-
tivo. penetración con otras disciplinas y con otros
La connotación "socio-normológica" im- "puntos de vista", a cuyo respecto se apli-
porta el conocimiento del proceso de trán- carían "principios intersistemáticos" o "ma-
sito del Deber Ser (ya elaborado como ob- crosistemáticos", según el caso. Este alcan-
jeto lógico-formal o conceptual o axiológi- ce tiene especial interés cuando disciplinas
co), "Ordenamiento" en nuestra terminolo- no-normológicas (Historia, Sociología, Psi-
gía, en un Ser Positivo Formal o Válido, cología, Etnología, etc.) hacen suyo un ob-
"Ordenación"; y de éste, al Ser Fáctico del jeto normológico; v. gr. Historia del Dere-
"Orden" en el comportamiento social e in- cho, de la Administración, de la Economía;
dividual. Lo cual no obsta a que los tres Sociología o Etnología Jurídicas, Adminis-
términos del juego dialéctico entren en re- trativas; etc.).
versión : Orden (v.gr. una práctica o uso Hemos aludido al Principio M'acrosiste-
de la común conveniencia y aceptación —Or- mático de la "Soberanía o Imperio o Prio-
denación (Derecho Consuetudinario con tá- ridad del Derecho en los sistemas o com-
cito o formal reconocimiento, en el ejemplo plejos de reglas de conducta varias con ti-
i-ecién dado)— Ordenamiento (fundamenta- picidad ajena a lo jurídico, pero que, oca-
ción histórico-institucional o filosófica, de sionalmente el Derecho puede calificarlas
la norma validada, siempre en el caso alu- con caracteres suyos que a ellas agrega, y
dido). Este fenómeno logra permanente que es de constante aplicación en el área
existencia y representación en el área ad- administrativa y más notoriamente en la
ministrativa. Administración Pública. Consideramos que
Las "ciencias culturales", al decir de tal Principio reposa o surge de las notas
Francisco Romero y Eugenio Pucciarelli de positividad, comparativamente mayores
(Lógica') se destinan a la indagación de y más eficaces que la Norma jurídica pre-
"las estructuras que (el hombre) crea y senta en relación con otras facetas del po-
convierte en su ambiente específico, como liedro normológico, para transformar la
el derecho, la sociedad, la ciencia, el lengua- Ordenación Válida o Formal en el factum
je, la técnica, etc.; y, agregaríamos, las di- del orden correlativo.
versas estructuras administrativas. Con sólo algunos aportes relativamente
Es el logro o meta de las ciencias de ob- novedosos intentaremos el cuadro compa-
jeto cultural la determinación y formula- rativo (seccionado en dos por razones de
ción de "Principios" (en tanto que el des- composición tipográfica) :

Regla de conducta Número de sujetos Imputatividad Fuente de validez

1. Norma Jurídica Plurilateral Alteridad Heterónoma


2. Norma Social Plurilateral Alteridad Heterúnonia
3. Norma Ética Unilateral Personalidad Autónoma
4. Regla Técnica Plurilateral Alteridad Heterónoma
II
Regla de Fuente de Motivación o valor
conducta, expresión Sanción Coactividad en juego

1. Norma Preceptos Predeterminada o Organizada y Justicia


Jurídica determinable responsable Bien común
2. Norma Usos o hábitos Indeterminada y Inorganizada e Convivencia armó-
Social espontánea irresponsable nica
3. Norma Principio o man- Autodeterminada Sin coactividad Bien por el bien
Ética damiento externa
4. Regla Prácticas y "pro- Sin sanción en sí Sin coactividad Eficiencia
Técnica cedimientos" en sí

Huelga expresar que las disciplinas ad- las libertades de asociación, pensamiento y
ministrativas exhiben en sus respectivos enseñanza, el reconocimiento de su perso-
sistemas normativos, una verdadera "cons- nalidad jurídica y la declaración de su li-
telación" —si se nos permite el término— bertad y autonomía por el Estado no impor-
de complejos de reglas de comportamiento tan su nacimiento, sino meramente la
de los diversos tipos anteriormente señala- fuente de origen de sus relaciones jurídicas
dos, que, dentro del marco jurídico, respon- hacia el exterior. "El Derecho —como ex-
den a diversos grados de importancia según presa Legaz y Lacambra, cuyo enunciado
sea el "centro de interés" que los origina y extendimos a las universidades (Vid. nues-
los bienes o servicios que procuran al usua- tro libro Universidad. Cinco ensayos para
rio-cliente en la empresa privada, pueblo una teoría de la Universidad Latinoameri-
en la Administración Pública—. V.gr. el cana, Edit. Andrés Bello, Santiago de Chi-
trato del funcionario o empleado hacia el le, 1963)—, refiriéndose a la Familia, la
público que a la par de su eficiencia técni- Nación, el Estado y la Comunidad interna-
ca, debe atenerse a las más estrictas nor- cional— no absorbe, sin embargo, la reali-
mas éticas y sociales, dentro del cuadro ju- dad de las relaciones que las constituyen".
rídico de la función o la competencia del Otro tanto podríamos decir de la Adminis-
cargo; en cambio, si, por ejemplo, se trata tración Pública.
de una institución histérico-cultural, espon- Otra proyección del modelo juridico se-
tánea, natural, como un núcleo o centro de ría una posible clasificación genérica de las
estudios superiores surgido al amparo de Normas o Reglas de Comportamiento:
Principistas
Definidoras
Clasificatorias
Doctrinarias Lógicas
Declarativas y/o Teóricas \ Terminológicas
J Semánticas
/ Interpretativas
( Etc.
NORMAS
(, DúcrecJcnak'S
Programáticas
i Condicionadas
Imperativas
Preceptivas o Prohibitivas
Prescriptivas Permisivas
Punitivas
Premíales

Lógicamente, toda Norma —y al decirlo, juicios hipotéticos (Kelsen), sea un juicio


nos permitimos extender los términos que disyuntivo (Cossio) o un "complejo prepo-
expresáramos para la Norma Jurídica (Vid. sicional conjuntivo ds dos juicios hipotéti-
Introducción al Estudio de las Ciencias Ju- cos" (Jorge Millas, chileno) —: un primer
rídicas y Sociales; Colecc. de Apuntes de circuito, de aplicación espontánea o volun-
Clases Ñ 9 8, 2* ed.; Editorial Jurídica de taria de la norma; y un segundo circuito, de
Chile, 1960)— es susceptible de ser descom- aplicación forzada y, eventualmente, coac-
puesta en lo que llamaremos "circuitos nor- tiva de la Norma.
mativos" —-sea la Norma una pareja de El primer circuito, el de la normalidad
o "fisiológico" -—sin caer en la identifica- puestas a la interrogante en sus más habi-
ción— opera así: tuales tendencias: a) El "imperativismo":
Si se da A (el acto —o hecho— o la omi- porque así se te ordena y se te impone obe-
sión, normógenos) debe ser la consecuencia diencia; b) el "historicismo", porque así ha
(C) imputada y el bien motivante (B), con ocurrido y ocurre; c) el "solidarismo": por-
respecto de un Sujeto obligado y en benefi- que así está regulado por la norma superior
cio de un Sujeto pretensor (S.O. y S.P., y universal de la solidaridad; d) el "sociolo-
respectivamente). gismb": porque la colectividad requiere su
Si no es C.-B. para S.P., se da curso al eficacia y reobra sancionando la ineficacia,
segundo circuito, el de la sanción, coactivo, especialmente la trasgresión; e) el "realis-
o "patológico"; es la consecuencia de la in- mo" de Haessert: porque el deber ser es una
consecuencia. Este circuito que es pleno de dirección del comportamiento originada en
contenido en el área jurídica (con el agre- la realidad y en ella validada siempre que la
gado del Estado como tercer sujeto: Tri- informe una necesidad de convivencia; f) el
bunal, Debido Proceso Legal, Sentencia, "axiologismo": porque el hombre sabio, jus-
Sanción y, de ser necesario Coacción en to y bueno así se conduciría; y g) el "impu-
desmedro del S.O., ahora Sujeto Incumpli- tativismo" de Kelsen: porque una conse-
dor o Moroso y en favor del S.P., ahora Su- cuencia ha sido imputada a una condición,
jeto Demandante) pierde uno o varios de relación establecida por acto humano y que
estos elementos en las restantes Normas tiene en la "consecuencia" su punto final.
insertas en los gráficos I y II, a menos que Savigny —citado por Hernández Gil—
la Norma Jurídica provea a la Norma So- refiriéndose a la relación entre la teoría y
cial o a la Regla Técnica en juego con uno la práctica, expresó: "La división (entre am-
o varios de sus propios caracteres, en casos bas) es buena si no se pierde en vista la
que la Norma de Convivencia o la Regla de unidad primitiva, si el teórico conserva y
Eficiencia Técnica pueda ser infringida o cultiva la inteligencia de la práctica y el
incumplida con perjuicio no sólo de su mo- práctico la inteligencia de la teoría. Allí don-
tivación propia, sino 'del Bienestar Social de la armonía se destruye, allí donde la
que la Administración Pública procura y, separación entre la teoría y la práctica es
aún, del Bien Común que el Estado debe una separación absoluta, la teoría corre el
asegurar. Otro tanto, podría decirse de la gran riesgo de convertirse en vano ejerci-
Norma Ética en tanto en cuanto ella aban- cio para el espíritu y la práctica en un ofi-
dona la intimidad personal para trascen- cio meramente mecánico". Y el maestro his-
der en Ética Social. La "normatividad" es pano sentencia: "de ahí que el conocimiento
investida de "juridicidad" preceptiva. jurídico (normológico, generalizamos) no
haya de circunscribirse al deber ser norma-
¿Qué es lo que a la Norma la hace ser tal? tivo desatendido de su incidencia en la rea-
O, con terminología cossiana, ¿a qué obe- lidad. Es preciso ponderar el derecho en su
dece el tránsito de un "deber ser concep- completa fluencia humana. Si importan las
tual" a un "deber ser existencia!"? normas en cuanto modelos de conducta, im-
El propio Carlos Cossio nos define la Nor- porta también la conducta misma y el total
ma como "la conceptuación de la conducta en entramado de las relaciones".
su intrínsica libertad". Intentaremos un cuadro ontológico, con
Pero, hagamos un somero recuento de íes- sus proyecciones científicas:
Planos o Áreas Signos Puntos de vista Disciplinas Ontología
Ordenamiento Normatividad Trascendente Obj. metafísico Filosofía de la
(Sistema de (Deber Ser) Lógico-formal Obj. ideal Norma
Normas Puras) Teleológico Obj. cultural Teoría de la
Deontológico Obj. cultural Norma
Axiologia de la
Norma
Deontología de la
Norma
Ordenación Positividad Histórica Obj. cultural Historia Normo-
(Sistema de Pre- (Ser Formal) Actual Obj. cultural lógica
ceptos válidos) Dogmática Nor-
mativa
Orden (Compor- Positividad Antropológico Cs. socio-cultura-
tamiento real) (Ser f ácueo) Psico-sociológico- cultural les psicológicas
histórico, político, Objeto De la naturaleza
económico, ecoló- natural del hombre
gico, etc.
Para aproximarnos al punto de vista on- da, según la intención de Bentham, de for-
tológico del presente párrafo (1,3), hemos mular "la indicación de los deberes que de-
procurado detectar algunos de los rasgos ben cumplirse si se quiere alcanzar el ideal
fundamentales de las Normas y, con el ar- del mayor placer (bienestar diriamos en
quetipo de las Normas Jurídicas, proyectar- términos de administración pública) posi-
lof- en los complejos normativos de las dis- ble para el mayor número alcanzable de
ciplinas administrativas, con un acento individuos". "Para Rosmini —acota José
particular sobre ejemplos y aspectos propios Ferrater Mora (Diccionario de Filosofía) —
de la Ciencia de la Administración Pública. las ciencias deontológicas se oponen a las
Además, hemos enfatizado que en ellas se ontológicas en cuanto las ciencias que estu-
muestra con mayor intensidad y celeridad dian el ser como debe ser se oponen a las
aún que en el área del Derecho, tanto la in- que lo estudian como efectivamente es. Tal
cidencia del Deber Ser Normativo en la oposición es, sin embargo, sólo aparente;
realidad conductual, como el proceso inverso no sólo la Deontología necesita ser comple-
"en el entramado de sus relaciones". mentada por la Ontología y viceversa, sino
Ahora bien, del mismo modo que Ja cate- que una y otra constituyen dos grandes
goría conceptual de la conducta adminis- apartados de las ciencias de razonamiento,
trativa, el comportamiento real de quienes distintas de las ciencias intuitivas, referi-
la concretizan no puede prescindir de las das más al conocer que al ser".
motivaciones y finalidades que persiguen La Teleología o Axiología de la Norma
los diversos tipos del quehacer administra- Administrativa y la Deontología de la mis-
tivo. Si el Derecho ha sido tipificado "cien- ma en su tránsito a la Preceptiva Formal
cia de experiencia estimativa" (El Dere- y de ésta al Comportamiento efectivo, están
cho como objeto y la ciencia del derecho, señaladas en el cuadro que precede s. estos
por Enrique B. Aftalion), con igual o ma- apartados.
yor razón puede decirse de la Administra- Las Disciplinas Administrativas y en for-
ción que es "actividad humana en la cual ma muy destacada la "Ciencia de la Admi-
late el propósito intencional de realizar nistración Pública" atendida su meta y
ciertos valores; es un ensayo o interpreta- preocupación de eficiencia en lo comunita-
ción histórica, más o menos afortunado, de rio, no pueden satisfacerse con la mera
esos valores ideales". El "norte" te! eclógico descripción de las normas "y las relaciones
debe estar siempre a la vista tanto para stciaies que ellas establecen" —como afir-
el teórico como para el práctico de las dis- ma Kelsen— sino que requieren elevarse a
ciplinas —ciencias y tecnologías— adminis- una posición crítica y dinámica, a la vez,
trativas. Dicho con otras palabras: la Ad- para señalar y corregir las disfunciones y,
ministración no es sólo el complejo de nor- aún, proponer y divulgar las normas y pro-
mas de diversos tipos que gradifican sus cedimientos de reemplazo de aquellos ya
múltiples sistemas normativos, tantos cuan- obsoletos o que se aproximan a serlo y que
tos "centros de interés" se den, y de com- no concurren al beneficio individual y/o
portamientos de quienes están afectados a colectivo que, en último término, las moti-
ellos, sino, también, necesario examen, en va. Y no otra es la tarea de quienes las es-
cada uno de aquéllos, de la "cosa" o el bien tudian y de quienes las aplican.
administrado y de las metas teleológicas a 4. — ¿Ciencias Administrativas o Cien-
las cuales se le destina, que constantemente cias de la Administración? Se reparará
"reobran" en las conducías concretas de que en lo que va transcurrido de este mo-
quienes ejercen la administración y, aún, desto ensayo epistemológico, hemos utiliza-
en la preceptiva válida a ellas dirigida. Si do de preferencia la denominación "disci-
en la administración de la empresa privada plinas administrativas" para comprender
se tiene plena libertad de operación y el genéricamente las que postulan, si no lo
pleno empleo del método hedonístico con el han logrado ya, el rango de "ciencias" de
bien que se explota, inclusive el llevarlo a aquellas otras que constituyen vías de in-
su extinción si no es retributivo en utilida- vestigación o procedimientos de ejecución
des, no ocurre lo mismo en la Administra- de dichas ciencias: las tecnologías adminis-
ción Pública —que, por lo demás, no es sólo trativas. Tiempo es ya que las tratemos
administración estatal—; su eficiencia, separada, aunque someramente. Empezare-
como dice Muñoz Amato, "no debe medirse mos con la pregunta que encabeza el presen-
por la maximización de sus ingresos o la te párrafo.
minimización de sus gastos, sino por la Queda expuesto ya que en nuestro con-
calidad e intensidad con que realice los cepto el reconocimiento racional científico
propósitos públicos". y filosófico de las Ciencias Normológicas,
Es la Deontología —en nuestro caso, la entre las cuales se cuentan las "disciplinas
Deontología Administrativa— la encarga- administrativas", permite asignarles una do-
ble ubicación o, mejor expresado, abordar- ministrativas y Sociales", título que, por
las desde "dos puntos de vista", que no son lo demás, en reciente reforma ha quedado
sino momentos dialécticos con respecto de reducido, en la letra y en el contenido, a
una unidad ontológica; y la alternativa es "Facultad de Derecho".
de considerarlas en la categoría de las cien- Tampoco hace caudal de las reticencias
cias de objeto ideal, o bien en la de las cien- conque algunos especialistas reciben el ca-
cias de objeto cultural. Situadas en la pri- lificativo de "ciencia" para la disciplina.
mera se trataría de "Ciencias Normológi- Así, v.gr. Muñoz Amato (Introducción a la
cas Puras" en las cuales campea el trata- Administración Pública) se resiste —y has-
miento a nivel metafísico o a nivel filosó- ta lo estima extemporáneo— aceptar la
fico; situadas en la segunda, estamos en existencia d 3 una "Ciencia de la Administra-
presencia de las "Ciencias Socio-normológi- ción Pública", cuando debe considerarse su
cas", las cuales, a su vez presentan un doble contenido y sus resultados integrados en
plano: el de las normas preceptivas o de- las Ciencias Sociales. Por su parte Wilburg
clarativas válidas o formales, y el de los Jiménez Castro, en un curso sobre "Admi-
comportamientos humanos reales o el fac- nistración" dictado en Montevideo, sólo alu-
tum en unidad o en divorcio del precepto ,o dió a un "Arte Científico". Otros, como
cuerpo de preceptos que le ha sido imputado. Harold Koontz y Cyril O'Donnell (Curso
El conocimiento racional empírico-técnico de Administración Moderna) la minimizan
tiene como su área las Técnicas Adminis- a la calidad de "ciencia inexacta", al igual
trativas. que las restantes ciencias sociales, y ad-
Penetraremos ahora en el problema ter- vierten que un "enfoque científico de la ad-
minológico. "¿En cuál acepción es necesa- ministración no puede esperar hasta que
rio tomar la palabra 'ciencias' en la expre- una ciencia exacta de la administración sea
sión 'ciencias administrativas'?", se pre- desarrollada. Si las ciencias físicas y bio-
gunta el Prof. André Molitor en el informe lógicas hubieran esperado, el hombre po-
que redactara por encargo del "Instituto dría estar viviendo aún en cavernas"; "en-
Internacional de Ciencias Administrati- foque científico" que no debería permitir
vas", para la UNESCO. Y, luego, agrega el derrotismo entre sus cultivadores.
una nueva interrogante: "¿Justifícase ella Con el debido respeto para un informe
(la palabra) o no sería reemplazada venta- tan importante en lo medular y fundamen-
josamente por otras: sea por 'ciencia ad- tal, pero incidente en nuestro asunto y bre-
ministrativa' en singular, sea por otra fór- vemente en su "Introducción", nos permi-
mula tal como ciencia de la administración timos hacer notar que la preocupación cien-
pública"? "El problema que evocamos —co- tificista está mucho más presente en los
menta— y que consiste en definir la cien- autores alemanes y latinoamericanos, que
cia o las ciencias administrativas y en de- no en la literatura inglesa y norteamerica-
terminar el contenido y las relaciones con na y en sus incondicionales seguidores de
otras ciencias, tiene, por lo demás, lettres América Hispana. Éstos, al igual que sus
de noblcsse y se remonta bastante lejos en paradigmas, atienden, como apunta Lan-
la historia. Nosotros podemos, en efecto, grod, a la penetración profunda de concep-
encontrar la huella de los debates sobre el tos y técnicas de orden práctico extraídos
tema desde el siglo xvni". de la "gestión de negocios, asignando a los
No agota el Prof. Molitor las posibilida- órganos de la Administración del Estado y
des lingüísticas: se ha propuesto "Ciencia a este mismo el carácter, la naturaleza de
de la Administración", en singular, como una empresa; desdeñando y alejando toda
cmnicomprensiva de la función de adminis- Filosofía de la Administración (no se for-
trar (antiguo plan de la Escuela de Cien- mula la pregunta ¿a qué tiende la Adminis-
cias Políticas y Administrativas de la Uni- tración?) y propiciando la depuración .de
versidad de Chile) o como la denominación los estudios de los juicios de valor para que
de una ciencia bifásica: "ciencia morfoló- adquieran rango científico. Su pragmatismo
gica de la administración" y "ciencia expe- y empirismo les lleva a considerar la admi-
rimental de la administración" (Pistro r.istración como "un sistema, de igual ma-
Gasparri, La Scienza de la Administración; nera que es un sistema un satélite espacial,
Padova, CEDAM, 1959). También se la ha un automóvil, un termostato, una línea de
utilizado en plural: "Ciencias de la Admi- ensamble o una empresa" (Koontz y O'Don-
nistración" en la reestructuración de la fa- nell, ob. cit.).
cultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de En Chile, el gran sociólogo y jurista,
la Universidad de Chile, cumplida en 1974, profesor de Derecho Administrativo, insti-
pura designar un Departamento de la mis- tuida como cátedra separada a contar de
r:a, ¡a cual, por su parte, pasó a denominar- 1888, pero antigua compañera del Derecho
se "Facultad de Ciencias Turídicas, Ad- Público y después del Derecho Constitucio-
nal desde 1853 (y no de comienzos del siglo resulta la argumentación, bien discutible
xx, como afirma Molitor), patrocina !a (Vid. II, 3), para justificar su predilección
creación paralela de una asignatura de por mantener la denominación en plural:
"Ciencia de la Administración Pública" di- "Ciencias Administrativas", del (profesor
versificada del "Derecho Administrativo" de la especialidad de la Universidad de Lo-
y fundamentada en la Sociología evolucio- vaina, André Molitor.
nista y organicista, en auge a ese entonces. Exprésase así: "Se las puede definir (a
Sus lecciones (Apuntes de clase de 1910) las "Ciencias Administrativas") como el
culminan con una Teoría General de la- Ad- conjunto de ciencias sociales o, mejor, de
ministración Pública en que formula y fun- las partes de las ciencias sociales^que toman
damenta algunos Principios, válidos hasta por objeto de estudio e investigación la
nuestros días. administración pública. En esta perspecti-
La voz "Administración" en la acepción va, las ciencias administrativas no son ver-
que nos interesa, sólo viene a aparecer en daderamente autónomas". Después de citar
la lengua castellana, en la Enciclopedia Es- esta tesis contraria a la de la "autonomía
pañola de Derecho y Administración de Lo- de la ciencia administrativa", Molitor cita
renzo Arrazola (Madrid, 1848) y, después un pasaje de su trabajo para el X Congreso
(1858) en el rnás importante Diccionario Internacional de Ciencias Administrativas
de la Administración Española de Marcelo (Madrid, 1956) : "La noción de ciencias ad-
Martínez Alcubilla. ministrativas parece... a algunos -cubrir
Según Langrod y con él pasamos a refe- no una disciplina autónoma, pero sí lo que
rirnos al alcance pluralista (Ciencias ^Ad- se podría llamar el 'lugar geométrico" de
administrativas), la doctrina alemana asigna los estudios cuyo objeto único es la admi-
la mayor jerarquía a la "Ciencia de la Ad- nistración pública pero que, convergiendo
ministración" (Verwaltvngswe.issenchaft) y hacia este objeto, proceden de caminos in-
como auxiliares o filiales: la Teoría del telectuales diferentes y que revelan cada
Derecho Administrativo, la Política de Ad- uno una disciplina más netamente sistema-
ministración y la "Teoría Administrativa" tizada: sociología, psicología social, prin-
(Veriwltlehre). Y Langrod propone como cipios de organización, etc.". Y concluye
voz genérica: "Ciencias Administrativas" dando su parecer favorable a esta última
(sentido lato), y como ramas: (aspecto ju- tesis: "Nosotros —dice— englobamos bajo
rídico) el Derecho Administrativo y su este vocablo ("ciencias administrativas")
ciencia; (aspecto cameralista) la "Ciencia los aspectos de todas las disciplinas que
de la Administración" (parte de la Ciencia concurren al análisis del hecho administra-
Política), )a "Política Administrativa" y tivo, comprendido el derecho administrati-
las ciencias correlativas (Ars Administran- vo. Nosotros no ignoramos que hasta ahora
di). Debe recordarse que Langrod planteó se oponía frecuentemente el derecho admi-
una modificación al enunciado de las mate- nistrativo a las ciencias administrativas,
rias comprendidas en la Ciencia Política agrupando bajo este término únicamente los
que una Comisión Especial propuso a la modos de aproximación no jurídicos. Sin
UNESCO para la preparación de los Estatu- ombargo, nosotros pudimos notar después
tos de la Asociación Internacional de Cien- del coloquio de M a d r i d . . . que la utiliza-
cia Política, en el cual enunciado la "Admi- ción del término en una acepción muy gene-
nistración Pública" figuraba como una de ral, incluyendo el derecho, parecía haber
las varias "Instituciones Políticas"; y tal sido aceptada sin resistencia por la mayor
modificación consistía en desglosar la Ad- parte de .los profesores universitarios pre-
ministración Pública de dicho cuadro y que, sentes, juristas y no juristas".
con la misma jerarquía qne "Instituciones Tendremos oportunidad de volver sobre
Políticas", comprendiera los siguientes te- esta tesis del "lugar geométrico" en el Ca-
mas especiales: Ciencia de la Administra- pítulo II, párrafos 2 y 3 del presente tra-
ción Pública, Derecho Administrativo, Ad- bajo, aunque nos permitimos anticipar que
ministración Municipal, Participación de aceptamos la denominación genérica de
los ciudadanos en la Administración, Finan- "Ciencias Administrativas", pero advirtien-
zas Públicas y Administración Pública do que en su seno se comprende una cien-
Comparada. En todo caso y amén de otras cia'cuya autonomía es sustentab'e, precisa-
observaciones críticas (Vid. nuestros Ele- mente porque su objeto unitario —no for-
mentos de Ciencia de la Administración Pú- mado de retazos de ciencias— se proyecta,
blica, Edit. Jurídica de Chile, Colee. "Estu- desde el "lugar geométrico" en que se en-
dios", 1963), resulta obvia la absorción de cuentra, hacia las ciencias sociales normo-
la Administración Pública y de su "Cien- lógicas y no normológicas que le son peri-
cia" en el área de la ciencia política. féricas: la Administración Pública, conte-
Tan importante o más que la anterior nido de una ciencia autónoma.
5. — Tecnología Administrativa. En el Hemos escrito en otra oportunidad (Ma-
Saber o Conocimiento Racional o Reflexivo nual de Técnica de la Investigación Jurídi-
se distinguen tres niveles o grados, en or- ca; 4* ed., 1971; Editorial Jurídica de Chi-
den creciente de dificultad: el empírico- le) : "El Método es el camino del pensa-
técnico, el científico (genético y/o sistemá- miento científico para la búsqueda de la
tico) y el filosófico. El asunto del presen- verdad; por lo tanto, comprc-nde la construc-
te párrafo se enmarca en el nivel primera- ción, formulación y, luego, la ordenación de
mente nombrado. los juicios en un sistema teoréticamente
"Técnica" —define el Diccionario de la eficaz; y, finalmente, en una exposición
Lengua Española (Castel'ana-, con más pro- objetiva, racionalmente adecuada para el
piedad)—: "1. — Conjunto de procedimien- convencimiento y su enseñanza.
tos y recursos de que se sirve una ciencia o "La Técnica —a diferencia del Método—
un arte. 2. — Pericia o habilidad para usar no es un modo de pensar, sino un modo o
de esos procedimientos o recursos". un procedimiento de hacer, de ejecutar, que
"Tecnología" —expresa la misma fuen- comprende en la variedad de la Técnica de
te—: "1. — Conjunto de los conocimientos Investigación: la búsqueda, individualiza-
propios de un oficio mecánico o arte indus- ción y aprovechamiento de las fuentes de
trial. 2. — Tratado de los términos técni- conocimiento y el registro, clasificación y
cos. 3. — Lenguaje propio, exclusivo, técni- señalamiento de los datos que ellas arrojan
co, de una ciencia o arte". y nuestros sentidos captan y trasmiten."
De atenernos al léxico castellano, nos pa- "Tal Técnica no persigue lo práctico o io
rece pertinente la primera acepción de "téc- utilitario; es, en sí misma, un Saber Prác-
nica" y también lo sería en algún grado tico al servicio de un Saber Científico".
siempre que el sujeto activo y aplicativo "Método y Técnica, lógicamente diferen-
sobrepase la "técnica del artesano" que ciables, pero íntimamente vinculados e in-
Ortega y Gasset considera la segunda épo- terdependientes en la tarea del conocimien-
ca de las tres en que divide la historia de to racional, 'hacen' la Ciencia, en especial
las técnicas; y pueda serlo el investigador la Ciencia de la Administración Pública,
y/o el profesional de una ciencia o arte. hasta sus más altas cimas teóricas; pero,
Se nos observará que pudimos denomi- puesto que la Ciencia es para la Vida —y
nar este párrafo meramente "Técnicas Ad- no la Vida para la Ciencia—, a los principios
ministrativas" para adjetivar un área de generales, la ciencia debe darles aplicabili-
las muchas (la vida humana toda) que com- dad potencial ante el requerimiento de los
prende !a tecnicidad; pero, consideramos problemas concretos. He aquí las Técnicas
que ello sería desperdigar, atomizar un todo de Aplicación Administrativa" (Vid. Ele-
que detectamos y podríamos presentar, no mentos de Ciencia de la Administración Pú-
ya como un mero "conjunto de procedimien- blica ya individualizada).
tos y recursos" del administrativista, sino "La técnica (de aplicación) —ha expre-
como un verdadero Sistema de los mismos, sado Bielsa— no tiene por objeto resolver
de tipo "macrosistemático" (esto es, comu- problemas, sino realizar los resueltos". Mas,
nes a todas las ciencias integrantes de una ¿la Tecnología agota allí su misión? No lo
"categoría"; en la especie: las "ciencias pensamos así: el Saber Técnico se nutre
normológicas"; vid. 1,3) ; de otro a él subor- con y de la vida comunitaria, pues cifra su
dinado y aplicable a las "disciplinas o cien- progreso en ser "experiencia!". Las disfun-
cias" perteneciente a la "gran familia" ciones, las insuficiencias y los errores de
"administración"; y. finalmente, de un sis- procesos y recursos e implsmentaciones ma-
tema de los procedimientos, recursos y prác- teriales, arrojarán coeficientes deficitarios
ticas "instrasistemáticos" de la Ciencia de para el valor en juego de la eficiencia.
la Administración Pública, de cuya autono- Dialécticamente, la Técnica de Aplicación
mía nos ocuparemos en el capítulo II del deficitaria tendrá su enmienda y perfeccio-
presente trabajo. De aquí nuestra preferen- namiento en las Técnicas de Control y Pro-
cia por el título del presente párrafo 95). gramación, que entregarán sus aportes de
Son muchos los autores, especialmente informática y sus sugerencias, a la autori-
anglo-sajones, que emplean indistinta o con- dad con facultad de decisión en el cuadro
juntamente las voces "Técnica" y "Méto- principista de la "Ciencia de la Administra-
do", sin detenerse a explicar conceptual- ción Pública".
mente la sinonimia o el matiz diferencia- No se nos oculta que complejos tecnoló-
dor. Y en muchas oportunidades, la titula- gicos tienden a gravitar en sendos "cen-
ción de obras como "Método de..." nos tros de interés" y con ellos se genera el
lleva a la lectura de exposiciones, utiliza- núcleo de futuras disciplinas auxiliares de
ciones o enseñanzas de recursos, prácticas las "ciencias administrativas", a la par que
o procedimientos técnicos. de otras ciencias normológicas, como es el
caso de la Informática, el Control de Ges- tores característicos de las diversas ten-
tión, el Aprendizaje en el Servicio, Reclu- dencias, y como observación preliminar,
tamiento, Clasificación del Personal, Cali- desprenderemos que ellos se agrupan frente
ficación, Remuneraciones, etc., que luego a tres grandes líneas: 1 a. — En que la
tienden a desglosar de los Principios Gene- Administración Pública, en cuanto "Admí-
rales, Principios de Realización o de Apoyo nistración" a secas, genéricamente, reposa
en y para la Comunidad cuyo creciente bie- en un solo elemento: la conducta humana
nestar, en orden, justicia, libertad y segu- coordinada, esto es, en un elemento subje-
ridad, se procura incesantemente. tivo; 2 a. — En que dos elementos esencia-
les y correlativos la integran: el ya mencio-
nado
II. LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA, OBJKTO elemento subjetivo, y el objetivo, que
DE CIENCIA AUTÓNOMA pudiéramos llamar la estructura o el orga-
nismo "administrador"; y 3 a. — En la cual
1. — El contenido de la Administración la Administración Pública se identificaría
Pública. ¿Qué es y cuál es el contenido esencialmente con el solo elemento objetivo,
esencial de la Administración Pública? Para Presentamos esquemáticamente algunas
responder, examinaremos primera y some- opiniones en los tres sentidos preindicados
ramente las opiniones que nos brindan au- y en el orden en que fueron planteados:

CONTENIDO ESENCIAL DE L A ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

Estructura Autores Conducta


(Elemento objetivo) (Elemento subjetivo)
DlMAK
¿Qué y corno del Gobierno?
MUÑOZ AMATO
Ordenación cooperativa de personas. Es
el Gobierno.
DWIGHT, WALDO
Organización y gerencia de los hombres
y materiales. Arte y ciencia de la ge-
rencia aplicada a los asuntos de Go-
bierno.
L. D. WHITE
Conjunto de normas, prácticas y reía- Operaciones de realización de la política
ciones. pública.
M. BERTRAND, M. LONG y ANDRÉ MOLITOR
Organismos que han recibido del Poder Poder Político.
Político la competencia y los medios
necesarios para la satisfacción de los
intereses generales.
SANTA MARÍA DE PAREDES
Persona que administra y organismo Acción de administrar,
encargado de administrar.
VILLEGAS BASAVILBASO
Servicio Público. Poder Público.
BARTOLOMÉ A. FIORINI
Organización ordenada y controlada para Poder del Estado,
la realización de las actividades públi- Actividad estatal con potestades regla-
cas encomendadas. mentarías, imperativas, ejecutivas,
sancionadoras y algunos agregan tam-
bién las jurisdiccionales.
FIERRE ESCOUBE
Conjunto de medios humanos y mate- y morales de que dispone el Gobierno,
riales...
JIMÉNEZ CASTRO
Recursos humanos y materiales... políticos, normativos, metodológicos y
espirituales.
-VALENTÍN LETELIER
Administración Pública, elemento interno subordinada a la organización constitu-
y órgano del Estado, organismo empí- cional de la Nación y basada en la
rico y sociológicamente evolutivo.., unidad administrativa.
Pueden apreciarse en el cuadro preceden- en suma, a la par que espontánea y natural-
te que los "administrativistas" puros, o humana en sus orígenes y desarrollo, e ins-
"científicos" —como quiera denominárse- titución normada y normante en el compor-
les—, los más partidarios de una actitud tamiento funcional de sus servidores con-
"managerial" o sociológica, se inclinan por trolados y responsables.
la primacía y, aún, por la exclusividad del Un análisis ontológico nos permitirá de-
elemento subjetivo, del comportamiento co- detectar: Elementos estructurales y el Ele-
ordinado; por el sentido omniconvprensivo mento funcional. Son "elementos estructu-
del vocablo "administración", una de cuyas rales": 1. — El Estatuto Normativo Orgá-
"zonas de problemas" sería, según Simón, nico; 2. — El Funcionariado Público o
Smithburg y Thompson, la Administración Personal de Servidores Públicos (*) ; y
Pública. Por el contrario, los juristas se 3. — El Patrimonio Público, Finanzas y
pronuncian mayoritariamente por la coexis- Bienes Inmuebles y Muebles con su imple-
tencia de un "corpus" y da una "función", mentación. El "elemento funcional" o "diná-
elementos copulativamente integrantes de mico" comprende: 1. — El "elemento —lla-
la "Administración Pública", motivada por mado anteriormente—- subjetivo", esto es
el servicio de los intereses trenerales que la la actividad pública, o mejor y más riguro-
"gestión de negocios" no puede atender, por samente expresado, la "función pública ad-
cuanto no es su destino. Finalmente, pre- ministrativa" (para distinguirla, si fuere
sentamos una muestra del sociologismo "or- preciso, de la función pública política, le-
ganicisfa" en la concepción de! jurista, so- gislativa y jurisdiccional); y 2. — El esta-
ciólogo y maestro chileno, don Valentín tuto Normativo del . comportamiento fun-
Letelier, para quien el Estado es un orga- cionario que en tanto cuanto se resuelve o
r.ismo biológico y evolutivo, uno de cuyos traduce en actos jurídicos será regulado
órganos, a modo de e'ernento interno, lo es por el Derecho, y por lo que concierne a las
la Administración Pública. "operaciones materiales" —según la termi-
Nosotros, sin que participemos en el pen- nología de Sayagues Laso siguiendo a León
samiento de los juristas ortodoxos o tradi- Duguit—, ellas tienen su cauce específico
cionales que snbsumen la Administración en las "reglas técnicas", dentro del marco
Pública en el área de! Derecho Administra- de las normas éticas y sociales, pues aun
tivo (Vid. TI,2). de modo que toda ella se en aquellos casos de facultades discreciona-
resuelve en un sistema de normas de dere- les, no condicionadas legalmente, el agente
cho, concurrimos con ellos en la demostra- no puede entregarse a su propio arbitrio
ción teórica y la comprobación práctica de (arbitrariedad), sino a un esquema de con-
la conjunción y conjugación de los elemen- ducta racional, ponderada y técnica, como
tos objetivo y subjetivo: de una estructura actuaría el "buen administrador".
real, concreta, producto histórico-cultural En una expresión gráfica, lo dicho pue-
(sociológico, económico, político, psicológi- de, aunque grosera y aproximadamente, tra-
co, antropológico, etc.), y de un sistema ducirse así:
normativo complejo (normas jurídicas, so-
ciales, éticas y técnicas) que informa el
comportamiento del elemento humano de
sus órganos.
La Administración Pública —diremos
parodiando el lenguaje marxista— es la ac-
tividad administrativa acumulada o, si se
nos permite la expresión, es la capitaliza-
ción del trabajo administrativo-social, que
en la medida de su crecimiento humano y
material y de la intensificación de su mi-
sión realizadora e interventora en pro del
bienestar colectivo, determina una comple-
jidad creciente y cada vez más especializa-
da de la función pública estructurada en ór-
ganos y servicios estatales coordinados o
interrelacionados con entidades a-estata'es,
subvencionadas o no, cooperadoras en el
logro de la finalidad común: la atención
de los intereses generales de la Nación.
Dicho desde otro ángulo, la Administra-
ción Pública posee una bivalencia institu- * Vid. nuestro trabajo "Funcionarios públicos" (En-
cional: institución socio-histórica, cultural ciclopedia Jurídica OMEBA, t. XII).
2. — La, expansión "colonizadora" de ciencias (ía C. Política y la C. de la Ad-
otras Ciencias Sociales. Puede apreciarse enministración Públióa) y que debe ser cam-
el esquema sobre "Contenido esencial de la po de cultivo y, en su caso, de decisión pa-
Administración Pública" inserto en el pá- ra quienes dominen ambas disciplinas y no
rrafo anterior (11,1) Que los juristas se sólo una de ellas con deterioro de la otra.
inclinan por relacionar el "elemento subje- El "administrativismo científico" y su
tivo" o conductual (Poder Político, Poder concepción empresarial del Estado y de los
Público, Poder del Estado, Potestad Admi- entes cooperadores de su gestión, plantea
nistrativa, etc.) con el "elemento objetivo",
en las postrimerías del siglo pasado un to-
estructural, en el exclusivo cuadro de las tal divorcio de la Ciencia de la Administra-
normas de Derecho, específicamente del De- ción (sin adjetivo) con respecto de las dis-
recho Constitucional y del Derecho Admi- ciplinas anteriormente nombradas. El fran-
nistrativo. En sus notas extremas esta líneacés Fayol y los británicos Taylor y Urwick,
desemboca en lo que pudiéramos llamar el con preparación técnico-matemática, indus-
"administrativismo jurídico". trial y comercial, procuran fundamentar la
No obstante, entre los mismos hombres nueva (?) ciencia sobre bases totalmente
de derecho se produce una reacción ante ajenas al Derecho; en tanto que en Estados
este exclusivismo jurídico. Ya hemos apun- Unidos de Norteamérica, Woodrow Wilson
tado como D. Valentín Letelier, hacia 1888, (1856-1924) y Frank Johnson Goodnow
desde su cátedra de Derecho Administrati- (1859-1939), este último subrayando la pre-
vo en la Universidad de Chile, plantea la ponderancia —hasta entonces desconoci-
necesidad del establecimiento paralelo de da— del Derecho Administrativo en el De-
una cátedra de "Ciencia de la Administra- recho Público norteamericano, propugnan
ción Pública" y, a falta de ella, terminaba la distinción y separación entre "Política"
sus clases de derecho administrativo con y "Administración". En lo contemporáneo
una "Teoría General de la Administración la actitud "managerial" es aún predomi-
Pública" marcando las bases principistas nante entre los autores norteamericanos
que deben sustentarla. El sociólogo se ha- (algunos ya citados al referirnos a las Cien-
cía presente ante el jurista. Alg-o similar cias Administrativas) y, tras ellos, sus in-
ocurre con Pietro Gasparri "La Scienza condicionales seguidores mexicanos, caribe-
della Administrazione" (Padova, 1959), ños y centro y sudamericanos.
pero, en su caso, la disciplina es bifásica: Molitor, en su Informe a la UNESCO,
ciencia morfológica o jurídica y ciencia redactado por encargo del "Instituto In-
experiencial o sociológica, con lo cual corre
ternacional de Ciencias Administrativas",
riesgos la unidad, consustancial a su tema. hace notar (1958) que más recientemente
Hemos apuntado también y, en este caso, se pueden percibir "especialmente en los
entre los juristas pragmáticos el caso de Estados Unidos de América, interesantes
Enrique Sayagues —el ilustre maestro uru- tentativas para analizar este concepto (Ad-
guayo, prematuramente fallecido—, quien ministración Pública) en una perspectiva
excluye del ámbito jurídico las "operacio- que ignora deliberadamente las categorías
nes materiales" reguladas por "reglas téc- jurídicas para insertarlo en un cuadro so-
nicas" a-jurídicas y, obviamente, las más ciológico". Un ejemplo remarcable de este
frecuentes en el quehacer administrativo. tipo de reflexiones se ofrece en el estudio
Otra ciencia social normológica que ha de M. Dwight Waldo, "Public Administra-
aprisionado en su área a la "Administra^ tion" Pero tal reacción no se detiene allí.
ción Pública" es la Ciencia Política (antes Si la filosofía positivista de corte comtea-
y. en menor medida hoy día: "Ciencias no que campea en las obras y el ejemplo de
Políticas"). Para la UNESCO hemos visto los administrativistas europeos de fines del
(I, 4), la Administración Pública es una siglo pasado y comienzos 'del actual, con
de las "Instituciones Políticas" entre las bastante proyección en los especialistas
materias de la Ciencia Política, en tanto norteamericanos, permitió un desinterés y
que Langrod le asigna en la misma área hasta un desprecio hacia las disciplinas del
científica una categoría separada y equi-, conocimiento incapaces de formular leyes
valente en rango a las "Instituciones Polí- explicativas de los hechos administrativos
ticas" y plantea la "Ciencia de la Adminis- y, por ende, un "saber para prever", "cien-
tración" como parte de la Ciencia Política, cias inexactas" en suma y el propósito de
lo cual es, notoriamente un contrasentido: sustituirlas por las ciencias físico-matemá-
una Ciencia, ésta, de otra Ciencia; debió ticas y estadísticas, con excepción de la na-
haberla catalogado como "Filosofía Políti- ciente "Sociología" que pugnaba por un si-
ca" o "Teoría del Estado". Nadie puede tio final en la serie de ciencias válidas en
negar que es la "Política Administrativa" la Edad Positiva del Sab.er, la nueva pers-
una disciplina que interrelaciona ambas pectiva que Molitor anota encuentra otros
campos en ciencias sociales y ciencias de la y ello es un resultado natural de la posición
naturaleza del hombre no normológicas. La que la historia necesita asumir frente a los
psicología, la etnología, la antropología cul- materiales jurídicos (normológicos, gene-
tural, la geografía política, la ecología, etc., ralizaríamos nosotros) y del método con
amén del auge creciente de la Economía, que debe examinarlos". "La historia —ex-
con sus diversas ramas, se hacen presentes; presa Jorge Basadre ("Los fundamentos de
todas ellas, cual más cual menos, con una la Historia del Derecho") con respecto del
explosiva expansión "colonizadora" de un Derecho, concepto que ampliamos a todos
área cuyo progresivo desarrollo en la teo- los fenómenos normológicos— debe recono-
ría y en la práctica interesaba sustancial- cer como básico el concepto de que el Dere-
mente a las relaciones humanas, a su con- cho es un momento necesario, un elemento
vivencia y al bienestar sin discriminación constitutivo y natural de toda colectividad,
de los usuarios de sus beneficios, indepen- formando una serie de principios dotados
dientemente de los goces que, como clien- de peculiares características, según las
tes, pudieran obtener de los entes servicia- cuales la sociedad se organiza. Dichos prin-
les o comerciales particulares, marcados cipios forman una realidad espiritual que
por el espíritu hedonjsta. existe primero en la inteligencia y en la
De otra parte, el auge, que iniciaron en conciencia de los hombres y luego adquie-
el ámbito privado, la cibernética, la esta- re formas extrínsicas en instituciones, or-
dística, la computación, la mecanización, las denamientos y sistemas concretos que son
nuevas formas de comunicación, etc. y otras sus índices y expresiones".
técnicas que han devenido "ciencias auxi- 3. Revalidación y extensión de la teoría
liares" de toda administración eficiente, no del "lugar geométrico" del Profesor André
podía dejar de ser llamativo en el ámbito Molitor. En el capítulo I, pfo. 4 del presen-
público y en él se introducen, o deberían te trabajo nos hemos referido al parecer del
introducirse, con las correcciones deontoló- ilustre maestro de la Universidad de Lo-
gicas y teleológicas que su destinación co- vaina, en el cual, junto con rechazar la exis-
lectiva les impone. tencia de una disciplina autónoma de "Cien-
La Historia, por último, también se ha cia, de la Administración Pública", agrega
hecho presente en el conocimiento de la Ad- que sería "lo que e 3 podría llamar el 'lugar
ministración Pública, desde los orígenes re- geométrico' de los estudios cuyo objeto úni-
motos de su práctica hasta en las socieda- co es la administración pública pero que
des primitivas; pero no pocos de sus culti- convergiendo hacia este objeto, proceden de
vadores, "desconociendo el espíritu de su caminos intelectuales diferentes y que'rele-
siglo" —como dice M.F.C. de Savigny— van cada uno de una disciplina más neta-
"querían sujetarlo al pasadq". Y el propio mente sistematizada: sociología, psicología
jefe de la Escuela Histórica del Derecho social, principios de organización, etc.".
rechaza ameritar tal tacha por lo que al En primer término, nos preguntamos:
Derecho concierne, lo cual puede ampliarse ¿no incurre el insigne informante en una
a toda ciencia normológica: "Pretender, co- contradicción con su propia tesis si em-
mo se ha hecho a menudo, que la ciencia pieza, no sólo por reconocer, sino afirman-
mirada desde el punto de vista histórico, do la existencia de estudios (sociología,
eEtablece la forma antigua del derecho (de psicología, principios de organización, etc.)
la administración, diríamos nosotros) co- "cuyo objetivo único es la Administración
mo tipo absoluto e inmutable para el presen- Pública"? Y, luego, ;,no incurre nuevamen-
te y para el porvenir es desfigurar com- te en contradicción o, al menos, en un lap-
pletamente este punto de vista, cuyo ver- sus cuando nos muestra a dichos estudios
dadero sentido nos enseña, por lo contra- "convergiendo hacia este objeto" 1 Obvia-
rio, a reconocer el mérito y la independen- mente, se trata de un objeto de conocimiento
cia de cada siglo y trata, sobre todo, de científico único, perfectamente determind-
aclarar el lado vivo que liga el presente con do y, a la par, centro de interés relativo
el pasado, bajo el concepto de que, si esta a los diversos puntos de vista metodológi-
relación se nos oculta, podríamos ver las cos y sus correspondientes "caminos inte-
manifestaciones exteriores del derecho, pe- lectuales". Ninguno de tales estudios pue-
ro no penetrar su espíritu". Pero al recha- de hacer alarde "de que sea objeto sustan-
zar los excesos y la unilateralidad de los cial propio" y todas habrán de reconocer
historiógrafos que procuran comprender la que tras recorrer "caminos intelectuales"
Administración Pública por sus anteceden- convergentes, retornarán a sus puntos de
tes pasados, como andándola en elles, debe- partida con sendas cosechas, más o menos
mos recordar, sin embargo, que "el conoci- abundantes, de los frutos que el campo de
miento histórico aparece.. . como comple- cultivo de la Administración Pública les de-
mento inevitable del conocimiento dogmático para según los principios y los métodos que
cada disciplina utilizará por separado, compete la Política Legislativa ¿Cómo son
para retornar a él una vez examinados los y cómo actúan los Sujetos Jurídicos en el
resultados. "Gracias a su propia aplica- factum de una sociedad y de un momento
ción continua, el método permite la obser- dados?, es materia de la Sociología y la
vación y corrección de errores". "El méto- Psicología Jurídicas. ¿Individuo, Persona
do de la ciencia es esencialmente circular. (Individual y/o colectiva) y Sujeto?, pre-
Obtenemos elementos de juicio a favor de ocupación de la Filosofía del Hombre, con
ciertos principios apelando al material em- proyección en la Filosofía Jurídica. ¿Pue-
pírico, a lo que se presume que es un "he- de sustentarse la existencia de volntad en
cho" ; y seleccionamos, analizamos e inter- las Personas Colectivas o Plurales, que el
pretamos el material empírico basándonos Derecho se limita a reconocer?, tema de
en ciertos principios. En virtud de esta co- Psicología Social.
rriente de toma y daca entre hechos y prin- Finalmente, a la pregunta: "¿Qué es Ad-
cipios, todo lo dudoso es sometido a cuida- ministración Pública?" ¿Cuál de las disci-
doso examen en todo momento" ("Intro- plinas o de los estudios convergentes puede
ducción a la Lógica y al Método Científico"; proporcionar una respuesta omnicompren-
tomo II, de M. Cohén y H. Nagel). La Ad- siva? El historiador la evaluará como su-
ministración Pública, como estructura, co- ceso social testimoniado en el espacio y el
mo función y como sistema normológico tiempo; el sociólogo, como fenómeno co-
entrega el material empírico que cada dis- munitario o agrupacional; el antropólogo
ciplina concurrente examinará a la luz de científico, como manifestación del espíritu
sus propios principios y métodos, con sus de conservación y progreso social; el juris-
técnicas de investigación. ta discurrirá y se pronunciará sobre las
En segundo lugar, ¿cómo conservarían teorías negativas y las afirmativas (y
su autonomía otras ciencias normológicas cuáles entre ellas) de la personalidad ju-
—cual la Ciencia Política, la Ciencia Eco- rídica de la Administración Pública y, de
nómica, la Ciencia del Derecho Positivo, la acoger una positiva, sobre el cuadro de su
Ciencia de las Religiones, etc.— cuyos res- vida de relación jurídica; el politólogo —de
pectivos objetos son "manipuleados" —se- seguir el esquema de la UNESCO— cual
gún la expresión de Cossio— por los estu- especie dentro del género de las "Institu-
diosos pertenecientes, a otros miembros de ciones Políticas", etc., etc. O sea, habría tan-
la "gran familia" de la Normatividad, al tas "administraciones públicas" cuantas
igual que por los provenientes de las cate- sean las respuestas que se nos proporcionen
gorías de Ciencias Sociales No-Normológi- por los diversos especialistas.
cas (o "Causales", como las denomina Kel- Dicho con otras palabras, la administra-
sen), de Ciencias de la Subjetividad del ción Pública puede y debe constituir uno
Hombre (Sicología, v. gr.) y de Ciencias de los varios centros "de interés" de todas
de la Naturaleza del Hombre? Todas y cada y cada una de las esferas del Saber que
una de ellas ocuparía un "lugar geométri- la circundan o puedan circundarla en el
co" con respecto de las demás; pero, de futuro y, lícitamente, ser tratada para la
ninguna manera trabajarán con sendos obtención de resultados desde el punto de
objetos que no les sean propios o que se in- vista principista y con la metodología pro-
tegren con "retazos" desprendidos de otras pia de cada una de ellas; pero sin que ello
ciencias. signifique agotar, sino parcialmente, sus
En tercero: es, por lo tanto, perfecta- respectivos y más amplios objetos, sucesos
mente lícito que cada ciencia, particular- y hechos históricos, fenómenos sociales, re-
mente en el ámbito de las Ciencias Socia- laciones entre colectividad y medio ambien-
les, pueda nutrirse con material extraído te, etc., etc.
del área de conocimiento de otra discipli- Sólo a una "Ciencia de la Administra-
na, para obtener respuestas a sus propias ción pública" le es dable responder a la pre-
y específicas interrogantes. Tomemos un gunta de ¿qué es y cuál es su objeto?, el
ejemplo del orden jurídico: los Sujetos. A "objeto único" de que nos habla Molitor y
¿aué son los sujetos jurídicos?, responde la su respuesta proveerá de concepto delimi-
Lógica Jurídica Formal tipificándolos como tador y delimitado a los estudios científi-
presupuestos, activo y pasivo, de la norma cos que hagan de él su "centro de interés"
jurídica. A /.quiénes son sujetos jurídi- en las áreas, los principios, los métodos y
cos?, contesta la Dogmática Jurídica o las técnicas que les son, sendamente, pro-
Ciencia del Derecho Positivo. Para ¿quié- pios.
nes han sido sujetos jurídicos?, tiene solu- Sin pretender agotar las posibilidades de
ción testimoniada la Historia del Derecho. disciplina concurrentes al objeto "Admi-
A ¿quiénes habrán de tener o dejar de sus- nistración Púbilca", conceptuado por una
tentar la calidad de sujetos jurídicos?, le ciencia autónoma que, amén de su propia
metodología y tecnología, puede utilizar de su enseñanza al nivel profesional univer-
como métodos auxiliares los de las discipli- sitario y posiblemente en un plano para-
nas que la rodean a modo de satélites con- universitario, de "técnicos administrati-
vergentes en razón de los propios "puntos vos".
de vista" para integrar sus respectivos Consideramos que ambas direcciones se
objetos de conocimiento, entregamos el si- enriquecerían al ser entregadas a un De-
guiente gráfico: partamento Interdisciplinario, más allá de
los curricula tradicionales de las facultades
y que el "Administrador Público", cuya for-
mación e información deben continuarse
más allá de la obtención del título profesio-
nal respectivo, no sólo habrá de dominar el
estudio y el aprendizaje de las materias que
son propias de la condición de "funciona-
rio-profesional" (que no la de "profesional-
funcionario"), sino poseer ¡conocimientos
de apoyo y auxiliaría en otras disciplinas
normológicas (C. Política, C. del Derecho
Positivo Público Nacional [e Internacional,
en su caso!, C. Económica, etc.) y en
otras ciencias sociales culturales y subjeti-
vas (como lo serían la Historia, la Teoría
del Estado, y la Sociología, entre aquéllas y
la Sicología Social y la Moral Socio-indivi-
dual, entre éstas) ; y finalmente los méto-
dos y técnicas de otras disciplinas adminis-
trativas susceptibles de aplicación en el
área de los "intereses generales".
NOMENCLATURA
4. — Significación del carácter "Público"
1. Historia - a) Historia de la Administración Pública. — de la Administración. El planteo de esta
2. O. del Derecho Administrativo - b) Ordenamiento ju-
rídico de la Administración Pública. — 3. C. Política - temática lleva aparejado el problema de la
c) Política Administrativa (Pública). — 4. C. Adminis- elección de los caminos o vías que nos per-
trativa - d) Administración del Sector Público. —
5. O. Economía - e) Administración Financiera. — mitan un más fácil acceso a su dominio;
6. Sociología - f ) Administración Comunitaria. — 7. Psi- mas, antes de efectuarla, cabe señalar co-
cología - g) Interacciones administrativas públicas. —
8. Antropología Cultural - h) Administración Pública en mo previa una advertencia, para cuya for-
cuanto objetivación cultural. mulación —y un poco al azar— utilizaremos
una advertencia de Julián Marías. En su
La disciplina científica que estudia la ensayo La Universidad, realidad problemá-
Administración Pública con la ambición de tica (Edit. Cruz del Sur, Stgo. Chile, 1953),
penetrar en su naturaleza, sin desfigura- el discípulo de Ortega y Gasset apunta:
miento ni falsificación, en una posesión ple- "La suerte de la Universidad está íntima-
na y no "en escorzo", habrá de emplear un mente ligada a la de ¡as demás institucio-
método o, mejor, un complejo metodológico nes; el hecho de que se ocupe de esa mate-
que sea aquel que el propio objeto reclama ria sutil que son las ideas no debe enturbiar
en su individualidad óntica, objeto cuyo cen- el aspecto netamente institucional que le
tre de interés, partiendo del problema,: pertenece". Y más adelante habrá de agre-
¿Qué es Administración Pública?, se en- gar que la Universidad es además "un ser-
cuentra equidistante de todas las ciencias vicio público" —desde el punto de vista de
que otrora le dieron nacimiento o que se la función, .no ya del saber— y al respecto
extienden hacia el nuevo sistema de cono- acota asertivamente: "un servicio público
cimiento, unas y otras para satisfacer sus no forzosamente estatal, porque lo público
propios y específicos "centros de interés", no es sólo el Estado". Lo subrayado por nos-
y no pocas, para avasallarlo (Vid. pfo. an- otros corresponde también a nuestro pen-
terior) . samiento confirmado en la realidad admi-
La interrelacióñ de la Ciencia de la Ad- nistrativa de los países de tradición demo-
ministración Pública con las ciencias que, crático-representativa, independientemente
en su contorno, presenta el gráfico prece- de ocasionales gobiernos autoritarios.
dente y otras que podrían agregarse como Una segunda observación es pertinente:
Geopolítica, Ecología, Informática, Esta- la distinción entre Administración Pública
dística, etc., etc., lleva aparejadas reflexio- y Administración Privada, válida para las
nes en orden al progreso de sus propias Naciones mencionadas al final del apartado
investigaciones y a un adecuado enclave anterior, no tiene importancia e inclusive
tiende a desaparecer en los países en que pone, existen ciertas diferencias. La mayo-
la intervención del Estado en la vida nacio- ría de esas diferencias son de grado más
nal es cada vez mayor. "Habrá —expresa bien que de clases". Esas diferencias, en
Molitor en el informe tantas veces citado— resumen serían: 1) Ambas organizaciones
una diferencia esencial entre la administra- se basan en ¡a ley, pero las obligaciones y
ción en los países capitalistas y en los paí- responsabilidades del administrador públi-
ses de régimen comunista". "En su limita, co están fijadas determinadamente en las
se pretenderá que no existe administración disposiciones legales, no así de sus colegas
privada en un régimen socialista". Sólo so- privados; 2) El administrador público es-
brevivirá, en esta doctrina política, la Ad- tá sometido a la investigación y crítica del
ministración Pública en tanto en cuanto Ad- Congreso, lo que no ocurre, por lo común,
ministración Estatal. Triunfante la Revo- con el administrador privado a menos que
lución, Lenín dijo: "Nosotros no tenemos negocie con el fisco; 3) El administrador
necesidad de un derecho privado, todo ha privado tiene mucha más libertad para in-
llegado a ser derecho público" y un segui- terpretar la relación que existe entre su
dor (M. Leo Kohtala, Doctor en Derecho empresa y el interés público, en tanto que
finlandés, con ocasión del Congreso de Ju- su colega se presupone que está al servicio
ristas realizado en Helsinki, 1970), comen- público y que ese servicio no le puede aca-
taba: "Según el derecho socialista los dere- rrear beneficio o ventaja personal de nin-
chos y los intereses de un individuo son au- guna especie; y 4) No se acepta sino en
tomáticamente salvaguardados, puesto que mínimo grado que el administrador público
el sistema socialista asegura la homogenei- trate de influenciar a la opinión pública res-
dad total de los intereses del individuo y pecto de su servicio, mientras que el hom-
de la sociedad. Ello nos lleva, igualmente, bre de negocios "puede anunciar su pro-
a uno de los rasgos específicos del derecho yecto de cualquier manera que lo considere
socialista: es decir, que el llamado derecho conveniente". Y concluyen: "Aparte de esas
privado depende estrechamente del dere- diferencias, sin embargo, bien se estudie la
cho público, del cual es una parte". Y lo administración de una iglesia, de un sin-
que se dice del Derecho vale para la Admi- dicato, de una corporación o de una depen-
nistración. dencia gubernamental, muchos de los pro-
Obviamente, cuanto digamos se afincará blemas básicos son los mismos. En tanto
en el sistema de estructuras y normas im- esto es así, es posible crear una teoría ge-
perante en Hispano-América y dejamos neral de la administración capaz de abar-
abierta la interrogante del futuro eventual car todas las distintas clases de organiza-
de una administración estatizada. ciones".
Formuladas las dos advertencias prece- Más tajante que sus modelos, Jiménez
dentes, entramos en la materia del presente Castro afirma perentoriamente que siendo
párrafo, el cual, a su vez, comprenderá dos "el elemento humano el que condiciona a
asuntos profundamente vinculados; a sa- toda administración" no existen diferen-
ber, primero, el paralelo Administración cias fundamentales (entre la Administra-
Pública y Administración Privada y, luego, ción Pública y la administración privada),
el alcance de la connotación "Pública". ya que si bien es cierto que las administra-
Es tendencia predominante entre los ad- ciones públicas tienen estructuras y pro-
ministrativistas norteamericanos e ingleses blemas mayores, como consecuencia de su
y de sus incondicionales seguidores ibero- volumen y ámbito de acción, también hay
americanos, la negación de "diferencias que aceptar como valedero que las empresas
fundamentales" y la aceptación de "dife- privadas de gran magnitud tienen simila-
rencias de grado" y/o "cuantitativas" en- res problemas, principalmente fábricas o
tre las dichas administraciones que no se- compañías de servicios catalogadas como
rían sino zonas de problemas próximos en- semipúblicas por las prestaciones que dan.
tre sí, en que puede segmentarse la Admi- Es más, existe mayor parecido entre una
nistración como un todo. empresa pública y una privada de volumen
Para no abundar en un asunto tan mani- considerable, que entre dos públicas y dos
do como sin término, sólo daremos el ejem- privadas muy disímiles en tamaño. En
plo de tres maestros norteamericanos (Si- cuanto a los objetivos de ambos tipos de
món, Smithburg y Thompson en su difun- administración, sabemos que tienden ha-
dida Administración Pública y de un fiel, cia el servicio de ¡a comunidad y el lucro
discípulo centro-americano Wilburg Jimé- de las empresas privadas es una forma de
nez Castro). Enseñan los primeron: "Aun- medición de si su propósito ha sido logra-
que las semejanzas entre las organizacio- do, como lo es en las empresas públicas,
nes gubernamentales y las privadas son mu- la opinión y apoyo que reciba del público
cho mayores de lo que generalmente se su- y de aquellos que tengan bajo su responsa-
bilidad el fomento y contratación de sus Quien haya tenido la bondad de seguir
actividades. También existen grandes se- nuestros desarrollos y vuelva a considerar
mejanzas en la aplicación de normas y prin- lo dicho sobre el contenido de la Adminis-
cipios de administración en las organiza- tración Pública y el gráfico con que ce-
ciones públicas y privadas. "Se ha dicho rramos el párrafo (II, 1), no tendrá difi-
de parte de algnos estudiosos —continúa cultad, creemos, en distinguir tajantemente
Jiménez Castro— que la política es una sus elementos esenciales de los que lo son
de las diferencias mayores entre unas y para las administraciones privadas, a cuyo
otras empresas. Preguntamos a quienes así efecto le invitamos a seguir dicho esquema
piensan, si no existe también política, en- desde su centro hacia la periferia.
tendida no como politiquería.. . en una gran El "Estatuto Normativo Público" en su
empresa industrial, cuando se trata de la contenido orgánico entronca en la Consti-
reducción de los costos de sus artículos, a tución Política, las Leyes Orgánicas de los
fin de ponerlos al alcance de un mayor nú- Servicios y el Derecho Administrativo; y
mero de usuarios. ¿Ese mejoramiento de en su aspecto funcional o activo, parte del
las condiciones de vida de la sociedad a la Derecho Administrativo y la Reglamenta-
cual sirve, es o no política?" "Es cierto ción del Servicio pasa por la Normatividad
—concluye— que existen algunas diferen- Técnica, para rematar en las Instrucciones
cias entre las empresas públicas y las pri- y Ordenes de la Jefatura del Servicio, dis-
vadas, principalmente en las motivaciones, tribuido el personal o funcionariado públi-
ya que en tanto que las primeras tienen co- co en una Escala Jerárquica uniforme para
mo motivo principal prestar cada día un toda la Administración, vinculado a ésta
mejor servicio al país, las segundas tratan por una relación o "status" de Derecho
de alcanzar lucros crecientes. Pero enten- Público, del cual se desprenden sus dere-
dida Ja diferencia fundamental que existe chos, al igual que sus deberes y sus res-
entre motivos y objetivos, es fácil aceptar ponsabilidades, que, en último término, ga-
la similitud de las empresas públicas y rantiza o controla y hace efectivas la Con-
privadas". traloría General de la República. Las em-
No escapará al criterio del lector de la r>vesas privadas, en el aspecto constitucio-
trascripción precedente que Jiménez Castro nal, ejercen el derecho a la Libertad de
evita cuidadosamente mencionar la función Trabajo y operan en el área de lo permisi-
y el servicio públicos y, en cambio, trasla- vo, salvo limitación expresa por razones su-
da su argumentación a un paralelo empre- periores del interés colectivo; entre el em-
sarial, en que el género común (empresas) presario y el personal existe una relación
aproxima hasta la asimilación, si no a la de supraordenación y de subordinación, res-
identificación, los dos tipos de Administra- pectivamente; y su relación jurídica ema-
ción que eran inicialmente su planteo. na de un contrato de trabajo (individual o
Muñoz Amató (Introducción a la Admi- colectivo), regido por una rama autónoma
nistración Pública, t. I) con ponderación del Derecho Positivo (Vid. las colaboracio-
e información objetivas, previene contra el nes del Prof. Guido Macchiavello en este
"exagerado empeño en identificar ambas tomo) y, ocasionalmente, por el Derecho
administraciones" y estima previo y nece- Civil o el Derecho Comercial.
sario "un esclarecimiento que contrarreste Respecto del "Funcionariado Público" y
las tendencias de asimilación, llevándolas a el personal de las empresas privadas, ya
un justo equilibrio donde se reconozca tam- queda expresada en el apartado anterior la
bién la importancia de las diferencias". Sin- fundamental separación de sus respectivos
tetiza el autor portorriqueño las caracte- estatutos jurídicos. Resta por agregar que
rísticas esenciales de la Administración aquél tiene en el orden jerárquico del res-
Pública —por lo común olvidadas en las pectivo Ministerio y, en su negativa, en el
plumas de quienes las aproximan hasta iden- recurso ante la Contraloría General de la
tificarlas— del siguiente modo: Primero, el República, su derecho a la defensa; en tan-
Gobierno existe para servir los intereses to que el personal de las empresas privadas,
generales de la sociedad, mientras que las debe acudir a los Tribunales del Trabajo,
empresas sirven los intereses de un indivi- salvo el caso que el vínculo sea de Derecho
duo o un grupo. Segundo, el Gobierno es, Privado, en cuyo caso acudirá a los Tribu-
entre todas las asociaciones, la que tiene nales Comunes Ordinarios.
autoridad política suprema. Tercero, la au- En cuanto a los "patrimonios". La em-
toridad del Gobierno está sancionada por presa privada puede disponer de él libre-
el monopolio de la violencia. Cuarto, la res- mente y sólo intervendrá el Gobierno para
ponsabilidad del Gobierno corresponde en garantizar la continuidad del trabajo del
su exigencia a la naturaleza y dimensión personal o la indemnización correspondien-
del poder. te, y evitar el riesgo del desempleo. La
Administración Pública carece de la facul- tación de "Pública" para la "Administra-
tad de libre disposición de su patrimonio y ción", cual objeto propio de una ciencia
sólo puede desafectarlo, enajenarlo, arren- autónoma.
darlo o darlo de bajo, en su caso, previos Ya dijimos al comienzo de este párrafo
los trámites de Derecho Administrativo, (11,4) que concordábamos con Julián Ma-
respondiendo de él bajo la fiscalización del rías en orden a que "lo público no es sólo
organismo contralor. el Estado". Para Villegas Basavilbaso (De-
Tocante a las respectivas actividades, la recho Administrativo. Instituciones Funda-
"Función Pública" (Administrativa) a car- mentales) , son sinónimos o, por lo menos,
go del Personal de Servidores de la Admi- coimplicadas las connotaciones de "pública"
nistración Pública, de una parte y el des- y "estatal" ("La idea de función —dice—
arrollo del trabajo del cargo o empleo de implica necesariamente actividad y cuando
acuerdo con ¡as órdenes que imparta el em- ésta es referida a los órganos del Estado
presario o en quien delega su facultad de (latu sensu), la función es pública o esta-
mando irrestricto. tal"; y agrega, un poco más adelante, que
El Servicio Público es la concretización ese poder de los órganos del Estado "se ex-
de la Función Pública hacia la colectividad terioriza por medio de las funciones legis-
usuaria. El mesón de ventas es el puente lativa, administrativa y jurisdiccional. Así,
entre la empresa industrial o el estableci- pues, el concepto jurídico de función pública
miento comercial y su clientela. no se contrae únicamente al orden adminis-
Finalmente, la Administración Pública trativo, sino que se extiende también al
atiende a la colectividad toda en lo que orden legislativo y jurisdiccional". (¿Y el
son sus derechos e intereses fundamentales "gubernativo" o, si se quiere lo tradicional,
(subsistencia, seguridad, bienestar, cultu- el "ejecutivo" no es también "función pú-
ra, libertad y justicia) sea por los Servicios blica"?)
Públicos Estatales (incluidos los servicios Desde luego, al menos ante el Derecho
municipales), sea por los Servicios Públi- Positivo Penal Chileno, la sinonimia (pú-
cos prestados por entidades cooperadoras blico = estatal) no tiene validez: el art. 260
de la Función Pública del Estado (subven- del C. Penal, que cierra el Título V "De los
cionadas o no; concertadas por la gestión crímenes y simples delitos cometidos por
de un funcionario, comité, comisión o con- empleados públicos en el desempeño de sus
sejo rentado por el Estado o en relación di- cargos", dice así: "Art. 260. Para los efec-
recta por intermedio del Ministerio perti- tos de este título y del párrafo IV del títu-
nente) ; o, j>or la función mixta y raciona- lo tercero, se reputa empleado todo el que
lizada de ambas entidades. La Administra- desempeña un cargo público, semifiscal, de
ción Privada tiene como usuario al cliente, administración autónoma y municipal, aún-
esto es a quien retribuye con el precio el eme no sea del nombramiento del jefe de la
valor del bien que adquiere, de cualquiera República, ni reciba sueldo del Estado". (A
naturaleza que sea, más el margen de lu- mayor abundamiento, mientras escribimos
cro que la empresa fije libremente, con un estas líneas nos informamos que se ha in-
método hedonístico, sin más limitación por terpuesto recurso de amparo ante la Corte
el Estado que un régimen monopolico o que Suprema por la defensa de un empleado de
se trate de mercaderías de primera necesi- SOCOAGRO —sociedad anónima, nacida
dad cuyo precio y margen de comercializa- por iniciativa del Estado, que tiene por ta-
ción son fijados o reajustados por el Go- rea mantener el poder comprador de los
bierno, otorgándose en lo demás la única productos agrícolas— afecto a contrato e
posibilidad al usuario de aprovechar las imposiciones como empleado particular, a
pequeñas diferencias de precios en un ré- quien se le imputa el delito de cohecho, con-
gimen, sedicente, de "libre mercado" (Es- figurado por el art. 248 del mismo código
to, por lo menos, es el cuadro actual de para "el empleado público que por dádiva,
Chile). etc.". SOCOAGRO es típicamente una en-
En nuestros Elementos de Ciencia de la tidad privada que cumple una función de
Administración Pública (Editorial Jurídi- administración pública para el normal abas-
ca de Chile, 1963) hemos señalado, con mé- tecimiento de la población).
todo distinto al precedente, notas diferen- La mención incidental que precede nos
ciadoras entre la Administración Pública y mueve a insistir sobre la importancia cada
las administraciones privadas; y, con el vez mayor —-particularmente en razón de
perdón del lector, a esa obra me remito por las dificultades económicas por las cuales
la posibilidad de algunas reflexiones com- pasaron las arcas fiscales chilenas en época
plementarias. Ahora, me corresponde y fi- bastante reciente— que han adquirido los
naJmente, expresar algunas consideraciones aportes en actividad pública, cooperadora a
sobre el significado y alcance de !a conno- la acción social del Estado, que han reali-
sado y realizan entidades privadas, subven- tado, ni titulares de poderes especiales, sino
cionadas o no 'por él y en algunos casos, con- realizadoras de tareas que concurren en uti-
certadas, mediante una flexible estructura lidad colectiva, a las cuales se obligan espon-
superior financiada por el Estado. Un ejem- tánea y estatutariamente. El rasgo de "publi-
plo típico de esto último se presenta con el cidad" se dirige, por lo tanto, en primer tér-
"Servicio Nacional de Capacitación y Em- mino, a los sujetos obligados en el circuito
pleo", dependiente del Ministerio de Traba- normativo normal, y responsables en el cir-
jo, cuya sigla es SENCE, el cual, además cuito normativo "patológico" del incumpli-
de sus propias iniciativas, ha asumido la miento total o parcial del deber imputado
responsabilidad de controlar los programas (Vid. 1,3).
de capacitación que se realizan en el país Una segunda fuente de connotación, la
por convenios con organismos técnicos so- constituye la rama del Derecho que regula
bre la materia que existen y laboran desde a dichos sujetos: el Derecho Público, de ple-
hace tiempo en forma independiente y se- no, en los dos primeros casos, y por exten-
parada: el Instituto Nacional de Capacita- sión hacia el Derecho Privado en el tercero.
ción (INACAP), el CONAF, y el DUOC Es el "encuadre" jurídico.
(Departamento Obrero y Campesino) crea- Una tercera fuente de "publicidad" la
do por la Universidad Católica de Chile. En constituye el objetivo de la actividad admi-
el mismo orden de cosas puede mencionarse nistrativa servicial: satisfacer las necesi-
el CEMA-CHÍLE (Centro de Madres, con dades colectivas de manera directa e inme-
filiales en todo el territorio, que a la par de diata, con asistencia uniforme, permanente
cumplir tareas de convivencia y ayuda so- e. igualitaria (no discriminada).
cial, realiza tareas de enseñanza y prácticas
de trabajos manuales hogareños y artesa- Cuarto factor en juego: el destinatario,
nías en honor de sus socias —generalmente usuario o beneficiario de la actividad admi-
de clase media y obrera—, posibilitándolas nistrativa, sujeto pretensor o acreedor en
para vender sus trabajos al público, con mo- el circuito normativo normal y sujeto de-
destas utilidades, en locales ad-hoc. Otro mandante en el evento de no recibir o reci-
tanto puede decirse del Consejo Nacional bir parcialmente el beneficio imputado (cir-
de Navidad y Parques Infantiles y de la cuito de la anormalidad) para perseguir
Corporación Nacional de Nutrición Infan- la responsabilidad derivada, ante el servi-
til, mantenida con aportes económicos o de cio o la jerarquía o la jurisdicción compe-
bienes, por parte del Estado, de organis- tente. Es el "público" del latín "publicus"
mos internacionales y de instituciones y y en su forma más arcaica "poplicus", es-
personas privadas; de las organizaciones de trechamente emparentada, como anota Pie-
damas, voluntarias, para la atención espe- tro Gasparri, con "populus". "Y como ésta
cializada de las enfermedades que más afec- contiene la idea de una multitud o colectivi-
tan a la población, en colaboración con los dad o, como con mayor certeza se expresa
centros hospitalarios; del Cuerpo de Bom- un matemático, un 'insiérete' (un conjunto)
beros Voluntarios; etc., etc. de hombres". Pero no un conjunto cerrado,
En suma, si nos ajustamos a la distin- sino "abierto" a una cantidad indefinida de
ción de tres tipos de personas jurídicas que seres humanos habitantes en el marco te-
realizan actividad pública en bien social, los rritorial a que la Administración se encuen-
recientemente nombrados serían "estableci- tra afectada.
mientos de utilidad pública", de Índole pri- Por último, axiológicamente, el valor por
vada pero reconocidos y apoyados como coo- alcanzar es el Bienestar de la Comunidad
peradores de las funciones de los Estableci- y de los Individuos en cuanto miembros de
mientos Públicos que tienen como única fi- la Comunidad; esto es, que incumbe —en
nalidad la realización de sendos servicios el decir de Gasparria— "a los miembros de
públicos y de los establecimientos de inte- una serie infinita, determinada más o me-
rés público, estos dos últimos regidos por el nos genéricamente, de seres humanos": el
Derecho Público, según la clasificación pro- pueblo, que lo espera de la Administración
puesta por Benjamín Villegas Basavilbaso que a tal efecto se ha dado y perfeccionado
("Derecho Administrativo"; T. II). i a través de los siglos, inclusive, podría de-
La connotación de "público" distingue, cirse, con antelación en sus orígenes, a la
pues, en el área dicha a los sujetos activos Política.
de función pública administrativa, sea por- 5. — Satisfacción de los presupuestos de
que son desmembraciones del Estado, sea la "autonomía científica". El presente tra-
porque la ley les confiere en su ámbito limi- bajo, de colaboración, lleva por título "Cien-
tado ciertos poderes para el mejor cumpli- cia de la Administración Pública (Aproxi-
miento de sus fines de interés colectivo; sea, maciones epistemológicas)", con lo cual he-
por último, entidades no integrantes del Es- mos querido indicar claramente su carác-
ter tentativo y su dirección hacia algunas respecto de otras ciencias, revirtiendo así
reflexiones sobre teoría de la ciencia que se la tesis negativa de André Molitor.
individualiza.
Puede proclamarse la autonomía cientí- CIUDADANÍA.* (Apéndice I, pág. 106.)
fica de uri sistema de juicios, cuando teoré- Con fecha ]§, de agosto de 1977 ha sido dic-
ticamente cabe demostrar que posee objeto tada la ley 21.610 que modifica parcialmen-
y metodología propios, una tecnología ade- te la 346 del año 1869 relativa a las normas
cuada' y principios específicos; esto es, pre- necesarias para adquirir la ciudadanía ar-
supuestos de validez intrasistemática, con gentina. Las variaciones que la ley contie-
proyección intersistemática. ne son las siguientes:
Tales presupuestos corresponden a !os El inciso 1' del art. 2"? de ¡a 346 deter-
"aspectos esenciales" que nomina Gabriel minaba: "Los extranjeros mayores de 18
Giampietro Borras en su estudio sobre La años que residieren en la República dos
Teoría Autonómica del Derecho Tributa- años continuos y manifestasen ante los jue-
rio; "La consideración de los esenciales con- ces federales de sección su voluntad de ser-
duce a la autonomía científica, que en fun- lo, serían considerados como ciudadanos por
ción del carácter esencial que se tome en naturalización". En la reforma de la ley
consideración al efecto, puede ser objetiva, 21.610 se especifica que esa residencia ten-
vale decir de contenido, substancia, objeto dría que haberlo sido en forma legal y que
de la ciencia, requiriéndose la existencia de "habiendo manifestado ante los jueces fe-
objeto sustancial propio; orgánica (o es- derales con jurisdicción en su domicilio su
tructural) es decir de institutos de la cien- voluntad de hacerlo se le acuerda la ciuda-
cia, especificados en función de la natura- danía". Es decir, que rio basta la mera pe-
leza y caracteres de los mismos, exigiéndose tición sino que hace falta el acuerdo judi-
que le sean propios; conceptual o principis- cial. Tal añadido parece un poco formulario
tci, o sea de conceptos, principios o reglas porque en la redacción anterior quedaba so-
diferenciadas, imponiéndose que sean ex- breentendido que cuando se formula una
clusivamente propios, que es tanto como au- petición a cualquier autoridad o persona, es
tonomía dogmática; y hasta teleológicu, que para que ésta resuelva aceptándola o recha-
dice referencia con los fines de la ciencia, zándola, pues de otro modo carecería de sen-
que han de ser especificados, etc. Aspectos tido la necesidad de presentar el requeri-
de la consideración autonómica, que riada miento.
obsta que se conjuguen conjunta y coadyu- El art. 69 de la primitiva ley especificaba
\antemente". que los extranjeros que hubiesen cumplido
las condiciones exigidas, obtendrían la car-
Si bien para fines didácticos y con ca: ta de naturalización que les sería otorgada
rácter de hipótesis de trabajo nos referi- por el Juez Federal de sección; y que cuan-
mos afirmativamente respecto de la concu- do el solicitante- lo pidiera a dicho juez, el
rrencia en ¡a especie de tales presupuestos título de ciudadanía podría serle entregado,
(Vid. "Elementos de la Ciencia de la Admi- previa comprobación de su identidad por el
nistración Pública"; Edit. Jurídica de Clii- Juez de la localidad donde reside, y si en ella
le; 1963), en el presente trabajo hemos no lo hubiere por el de ia localidad más in-
vuelto sobre el asunto, limitándonos, prime- mediata, siendo éstas las que a pedido del
ro, a encuadrar nuestra disciplina en la interesado le recibirían el juramento en el
Clasificación de las Ciencias, como un siste- acto de la entrega del título de ciudadanía.
ma de juicios válidos, teoréticamente uni- En la ley nueva se mantiene la posibilidad
tario y autónomo, inserto en la "gran fami- de obtener la ciudadanía por naturalización,
lia" de las Ciencias Administrativas, que, pero se aclara que la petición habrá de
a su vez articula, en la Categoría de las hacerse ante el juez federal de su domicilio
Ciencias Socio-Normológicas; y, luego» a "el que resolverá por procedimiento suma-
reflexionar sobre la propiedad "objefal" d ; rio, previa vista fiscal". Y todavía se agre-
que goza con respecto de la "Administra- ga que "cuando se solicitare la carta de
ción Pública". ciudadanía podría ser entregada al peticio-
Atendida la extensión que ha alcanzado nante previa comprobación de identidad por
la presente colaboración, nos vemos preci- el juez letrado o de paz donde resida, y si
sados a posponer algunas reflexiones sobre en dicha localidad no hubiere juez por el de
el "complejo metodológico" y dos "princi- la localidad más inmediata, el que le reci-
pios" propios de la "Ciencia de la Adminis- birá juramento en el acto de entrega". Bien
tración Pública" cuya autonomía nos atre- se advierte que de lo que se trata es de
vemos a proclamar, sito su contenido, "como
objeto único", como "centro de interés de
convergencia", en un "lugar geométrico" Por el Dr. MANUEL, OSSOKIO Y FLORIT.
reforzar las garantías necesarias para que ciudadanía por naturalización será cance-
el peticionante merezca la obtención de la lada por el juez federal con jurisdicción en
ciudadanía. el último domicilio argentino del naturali-
La ley 21.610 agrega como artículos nue- zado; c) contra la sentencia que deniegue
vos a continuación del 69 los siguientes: o disponga la cancelación de la ciudadanía
2) "Artículo nuevo. Son causas que im- por naturalización, podrá interponerse re-
pedirán " el~ otorgamiento de la ciudadanía curso de apelación ante la Cámara Federal
por naturalización las siguientes: competente. El plazo para interponer el re-
"a) no poseer nociones elementales del curso será de cinco días y para dictar sen-
idioma castellano; b) haber sido condenado tencia será de quince días; d) firme la sen-
por delito común, ya fuere en la Argentina tencia que disponga la cancelación de la
o en el extranjero, a pena privativa de li- ciudadanía por naturalización, deberá orde-
bertad mayor de 3 años, salvo cuando se narse el secuestro de la carta de ciudada-
tratara de delitos culposos; c) profesar nía, las anotaciones respectivas en el Re-
doctrinas que combatan la forma de gobier- gistro Nacional de las Personas, las comu-
no de la República y hacer pública exterio- nicaciones a la Dirección Nacional de
rización de las mismas; d) haber desarro- Migraciones y Fuerzas de Seguridad; e) el
llado actividades que comprometan la segu- Poder Ejecutivo Nacional designará a los
ridad nacional, la paz social o el orden pú- organismos nacionales que deberán infor-
blico; e) ser o haber sido ciudadano o sub- mar a los jueces y tribunales federales en
dito de un país que se encuentre en guerra los casos de impedimento y cancelación".
contra la nación argentina; f) no tener ocu- Por un art. 2*? especifica que la ley 21.610
pación, medios de subsistencia o buena será aplicada de oficio por los jueces y tri-
conducta. bunales federales, aun en las causas y peti-
"Artículo Nuevo. Son causas que provo- ciones en trámite en las que hubiere recaí-
carán la cancelación de la ciudadanía por do resolución definitiva. El art. 39 declara
naturalización, además de las contempladas que el Poder Ejecutivo confeccionará el texto
en el artículo anterior, excluido su inciso ordenado de la ley 346, incluyendo las re-
a ) , las siguientes: a) traición a la patria; formas introducidas por el art. I9 y fijando
b) la prestación del servicio militar en un la numeración corrida de su articulado. Y
país extranjero, sin previo permiso del Po- por el art. 49 se derogan las leyes 10.256 y
der Ejecutivo Nacional, cuando no existiere 20.835, estableciéndose la vigencia del art.
regulación por tratado internacional en vi- 99 de la ley 346 en su redacción de origen.
gor para nuestro país que contemple el caso En la nota de elevación del proyecto de
expresamente; c) ausentarse del territorio ley al Poder Ejecutivo se justifican las mo-
argentino con ánimo de no volver. La inten- dificaciones señaladas argumentando que
ción de no volver se presume cuando trans- ¡a ley 346 data del año 1869, por lo que,
curra más de dos años sin regresar a la Re- hasta tanto se materialicen los estudios que
pública Argentina, salvo que antes de ven- deberán realizarse al efecto, precisa intro-
cer ese plazo, el naturalizado se presente en ducir algunos cambios que permitan dotar
el Consulado Argentino, expresando su pro- al Estado de otro instrumento más para
pósito de mantener la ciudadanía argentina. asegurar la vigencia de la seguridad nacio-
Esa declaración se asentará y firmará en nal erradicando la subversión y sus causas,
la carta de ciudadanía por el Cónsul, valdrá para lo cual se fijan taxativamente las
por dos años más y no podrá ser renovada. causas que impiden otorgar la ciudadanía
La ausencia del territorio argentino no im- por naturalización y las que provocan la
plicará la pérdida de la naturalización, si cancelación de la misma con objeto de evi-
obedece al ejercicio de una función pública tar que se infiltren en el seno de la nación
argentina; d) no cumplir con el servicio elementos indeseables. Con igual propósito
militar en las Fuerzas Armadas en oportu- se regula el procedimiento a seguir ante la
nidad que corresponda una vez entregada la Justicia Federal, garantizando el respeto de
carta; e) realizar dentro o fuera de la Re- las garantías constitucionales del debido
pública actos que importen el ejercicio de proceso y de la defensa en juicio de la per-
su ciudadanía de origen. sona y sus derechos consagrados por el art.
"3 Artículo Nuevo. En la cancelación de 18 de la Constitución.
la ciudadanía, se observará el siguiente pro- Aún sin entrar en el examen de la buena
cedimiento: a) El fiscal federal que corres- intención en que pueda estar inspirada la
ponda, al tener conocimiento de la existen- nueva ley, no han faltado ciertas críticas a
cia de algunas de las causas pertinentes algunas de sus normas (') en el sentido de
promoverá la cancelación de la ciudadanía
argentina por naturalización, la cual trami-
tará por el procedimiento sumario; b) la (1) La Prensa de 7 de agosto de 1977.
haber hecho figurar entre los impedimen- tículo periodístico objeto de examen señala,
tos para conceder la carta de ciudadanía y figura el determinante de que el Poder Eje-
las causales de cancelación de la ya obteni- cutivo designará a los organismos naciona-
da, el hecho de profesar doctrinas que com- les que deberán informar a los jueces y tri-
batan la forma de gobierno de la República bunales federales en los casos de impedi-
con exteriorización de las mismas. Atenién- mento o cancelación. El motivo de esta crí-
dose a ese texto un extranjero naturalizado tica deriva de que la nacionalización la con-
no podría, por ejemplo, manifestar un pen- ceden los jueces y no el Poder Ejecutivo,
samiento favorable a las ideas monárquicas sin que pueda mantenerse una restricción
o a la preferencia del sistema unitario, pese judicial en la facultad de solicitar informes
a que la propia Constitución ya indica que a los organismos o autoridades que conven-
puede ser total o parcialmente reformable ga consultar, así como estos últimos no pue-
mediante el procedimiento que de modo ex- den verse privados de responder a la con-
preso señala. Así como tampoco podría crear sulta de un magistrado.
una opinión favorable a la reforma. La pro- Dejando otra vez a un lado el comentario
moción pacífica de esas o de similares ideas a que me vengo refiriendo y argumentando
no puede ser considerada como impedimento por cuenta propia, me parece conveniente
para conceder la ciudadanía, porque esa ac- exponer que el último razonamiento que he
titud representa cosa muy distinta a la de recogido, no sólo resulta jurídicamente acer-
hacer pública expresión tendiente al reem- tado sino que su aplicación ofrecería mu-
plazo violento del orden constitucional utili- chos peligros en la práctica: el primero de
zando el crimen, el secuestro, el saqueo, el ellos, el posible conflicto a que llevaría la
incendio o la bomba; como también sería desestimación por el magistrado del infor-
inaceptable pretender el cambio de nuestro me dado por una comisión nombrada por
sistema de gobierno para reemplazarlo por el Poder Ejecutivo; y el segundo, el riesgo
una tiranía o por un sistema que impida la de que esas comisiones pudieran ser nom-
convivencia civilizada, o desconozca los dere- bradas —aun con buenos propósitos— con
chos humanos. La reprobación también se elementos o agrupaciones que tuviesen ya
hace extensiva a la falta de claridad de la un juicio preestablecido. Si los jueces cons-
cláusula referente a una de las causas para tituyen o deben constituir en todos los paí-
autorizar la cancelación de la ciudadanía ses la suprema garantía del cumplimiento
por naturalización, consistente en no cum- de la ley, debe dejarse a ellos esa íntegra
plir con el servicio militar en las Fuerzas responsabilidad. Pienso que donde no se
Armadas en oportunidad que corresponda hace así se pone en peligro precisamente
una vez otorgada la carta, puesto que la todo aquello que la ley 21.610 pretende
propia Constitución prescribe que los ciu- mantener. *
dadanos por naturalización son libres de
prestar o no este servicio de defensa de la * [N. DB LA R.] Después de compuesta la voz ''CIU-
Patria por el término de diez años contados DADANÍA" referida a la ley 21.610, modificatoria par-
cialmente de la 346, el Boletín Oficial de 23 de mayo
desde la fecha de obtención de la ciuda- de 1978 ha publicado una nueva ley que lleva el número
danía. 21.795 y que igualmente modifica a la 346 y afecta,
como es'lógico, a la 21.610. La nueva ley lleva fecha
A mi juicio, no cabe duda ninguna de que del 18 de mayo de 1978 y contiene normas algunas de
las cuales podrán ser discutidas, pero que ofrecen una
el argumento es legalmente correcto; mas evidente importancia.
lo que pudiera ser censurable —aunque no Prescindiendo de las disposiciones de carácter ge-
neral, es de señalar que en el art. 3*? estab'ece quiénes
lo fuese en el momento en que se promulgó son considerados argentinos nativos, reputándose tales
la Constitución— es la norma contenida en los nacidos en el territorio de la República, sus aguas
internacionales, a condición de que conforme a la le-
ella porque quien se quiere naturalizar en de extranjeros cuyo padre o madre se encontraren en el
un pais distinto del suyo de origen, debe país en calidad de agentes del Servicio Exterior o en
hacerlo con la intención de asimilarse a los función oficial de un Estado extranjero o de organismos
internacionales, o condición de que conforme a la le-
ciudadanos por nacimiento y defender a su gislación del Estado cuya nacionalidad posean los padres,
nueva Patria en la misma forma que lo ha- no les correspondiere la nacionalidad argentina; los
nacidos en las legaciones, sedes de las representaciones
cen los ciudadanos por nacimiento o por diplomáticas, aeronaves y buques de guerra argentinos;
opción. De ahí que lo que debiera procurar- los nacidos en alta mar o en zona internacional y en sus
respectivos espacios aéreos, bajo pabellón argentino; los
se es la modificación del artículo comenta- hijos de padre o madre argentinos que nacieren en te-
do que consta en la carta fundamental. Pero rritorio extranjero, siempre que dichos padres se encon-
traran en el exterior prestando servicios oficiales; Jos
si nos atenemos al texto de la ley 21.610, nacidos en el extranjero de padre o madre argentino
tampoco ese cambio se podría defender ya nativos, a petición de quien ejerza la patria potestad,
petición que deberá formularse ante el Tribunal Fede-
que se incurriría en el peligro de quedar ral con jurisdicción en el domicilio del peticionante,
afectado por el precepto que prohibe com- dentro de los 5 años de la fecha de nacimiento. La peti-
ción también podrá formalizarla el interesado dentro de
batir las doctrinas contrarias a la forma de los 3 años posteriores al cumplimiento de los 18 años
gobierno y al régimen establecido. de edad, mas deberán acreditar que saben leer, escribir
y expresarse inteligiblemente en el idioma nacional. Ade-
Volviendo otra vez a los errores que el ar- más, on cualquiera de los supuestos, hará falta que el
peticionante tengo su domicilio en la República durante La pérdida de la ciudadanía es también aplicable,
2 años y en forma ininterrumpida al momento de for- según el art. 12, a los argentinos nativos: por la acep-
malizar la solicitud. tación de funciones políticas u honores de otro Estado
Los arts. 4'.' y 5^ se refieren a los argentinos natu- O la prestación de servicios mi'itares sin la previa auto-
ralizados, y establecen que para ello deberán acreditar: rización del Poder Ejecutivo Nacional; por negarse a
ser mayores de 18 años; tener 2 años de residencia legal cumplir con el servicio militar; por violación de la leal-
continuada en el territorio de la República; poseer bue- tad a la Repúljlica, a su Constitución y a sus leyes;
na conducta; tener medios honestos de vida; saber leer, por ofensa a los símbolos de la nacionalidad; por la
escribir y expresarse en forma inteligible en el idioma realización de los actos a que so refiere el art. 5? en
nacional; conocer elementalmente los principios de la el stntido de haber integrado en el país grupos o enti-
Constitución; no ser sordomudos que no puedan darse a dades que por su doctrina o acción aboguen, hagan pú-
entender por escrito, dementes o personas que estén dis- blica exteriorización o lleven a la práctica, el empico
minuidas en sus facultades mentales; no haber sido ilegal de la fuerza o la negación de 'os principios, de-
condenados en la República por delitos do'osos a una •rechos y garantías constitucionalse.
pena privativa de libertad mayor de 3 años, no obstan- La ciudadanía (art. 14), podrá readquirirse a pe-
te que la condena haya sido cumplida o mediado i n d u l t o dido del interesado cuando hubiese desaparecido la causa
o amnistía; no haber sido condenados en el extranjero que motivó su pérdida o cancelación y una vez transcu-
por delitos dolosos previstos en la legislación argentina rridos 5 años desde la fecha de la sentencia respectiva.
y reprimidos por ésta con pena privativa de libertad Los arts. 15 a 24 f i j a n e! procedimiento judicial
mayor de 3 años aunque, como en el caso anterior, para la efectividad de todas las normas anteriores; y los
hubiesen cumplido la condena o mediado indulto o am- arts. 25 a 32 contienen las disposiciones generales, em-
nistía; no integrar ni haber integrado en el país o en pezando por señalar que esta ley es de ordrn público,.
el extranjero grupos o entidades que por su doctrina o así como q u e los Tribunales no podrán tramitar bajo
acción aboguen, hagan pública exteriorización o lleven a pena de nulidad, los pedidos de adquisición, pérdida, can-
la práctica, el empleo ilegal de la fuerza o la negación celación o readquisición de la nacionalidad o ciudadanía
de los principios, derechos y garantías establecidos por sin previo i n f o i m e del Registro de Cartas de Naturali-
la Constitución; no estar procesados en la República o zación y de Ciudadanía, que se crea en el art. 26.
en el extranjero por delitos previstos en la legislación Finalmente el art. 30 deroga expresamente la ley
piñal argentina, mientras no sean separados de la causa; "46, sus complementarias y modificatorias, así como
n n ser ni haber sido nacionales de un país que se en- también todas las normas opuestas a la presente. (M.
cuentre en guerra contra la nación Argentina. O. y F.)
El plazo de 2 años de residencia a que se refiere el
art. 5v, podrá ser reducido por determinación del art.
ti', si a criterio del Tribunal interviniente el peticionan-
te acreditare haber prestado servicios de importancia a
CLASIFICACIÓN DE NORMAS CONS-
la n a c i ó n ; y en los casos, también del art. 5'.', relativos TITUCIONALES.*
a la condena por delitos dolosos, también el Tribunal
podrá otorgar la nacionalidad después de transcurridos SUMARIO: I. Introducción. 1.-Puntos de par-
5 años desde el vencimiento del término de la pena priva- tida expositivos. 2.-Utilidad de la clasifi-
tiva de libertad, La condición de no haber sido nació
nales de un país que se encuentra en guerra con la cación normativa. - II. Normas dogmáti-
Argentina, no impedirá la obtención de la nacionalidad cas y normas orgánicas. 1.-Criterios para
sí, por su conducta, el extranjero exterioriza plenamente la distinción. 2.-Caracteres de las normas
su adhesión a la causa de la República.
Los arts. 7v y 8" especifican los casos de pérdida dogmáticas. 3.-Caracteres de las normas
y cancelación de la nacionalidad, tíon ellos: la natu- orgánicas. - III. Normas típicas y nor-
ralización en un Estado extranjero, salvo Jo dispuesto mas atípleos. l.-Criterios para la distin-
por los tratados internacionales vigentes para la Repú-
blica; la traición a la patria; la realización dentro o ción. 2.-Otras consideraciones: eficacia de
f u e í a del país, de todo acto que comporte el ejercicio las normas atípicas. - IV. Normas de
de la nacionalidad de origen; la negativa a cumplir con preámbulo y normas de texto. l.-La dis-
el servicio militar en la oportunidad que les correspon
d a ; la prestación del servicio militar en un país extran- tinción y precisiones terminológicas. 2.-
j t r o sin previa autorización del Poder Ejecutivo Nacio- Rango jurídico de las "normas" de preám-
nal, cuando no existiere regulación por tratado inter- bulo. - V. Normas estables, pétreas y
nacional vigente; la aceptación de funciones políticas y circunstanciales. l.-Criterioa para la dis-
honores de otro Estado sin la previa autorización del
Poder Ejecutivo Nacional; la violación del juramento de tinción. 2.-La cuestión de la reforma de
lealtad a Ja República, a su Constitución y a sus «eyes; las normas "pétreas". - VI. Normas ple-
la ofensa a los símbolos de la nacionalidad; ser rein- nas y normas programáticas. l.-Criterios
cidente en la comisión de delitos dolosos por los que h u -
biere sido condenado en la República a una pena priva- para la distinción. 2.-Efectos jurídicos de
tiva de libertad en el caso de que alguna de las con- las normas programáticas. 3.-El exceso
denas cumplidas, indultadas o amnistiadas fuese supe- programático. 4.-Reacciones con el exceso
rior a 3 años; la ausencia del territorio de la República
con ánimo de rio volver, intención que se presume por programático.
el transcurso de 2 años continuados si el naturalizado
no declárate ante el Consulado argentino correspondien- I. INTRODUCCIÓN
te, su propósito de mantener la naturalización. Dicha
manifestación valdrá por 2 años y no podrá ser reno 1. Puntos de partida expositivos. — Las
•\ada, sin que estas condiciones sean aplicables cuando la normas que generalmente integran una
¡•.usencia obedeciese al desempeño de una f u n c i ó n oficial.
De acuerdo con el art. 9'-' la nacionalidad se puede Constitución pueden ser ordenadas y clasi-
rtadquirir después de transcurridos 5 años desde la fe- ficadas con arreglo a diversos criterios. En
clia de su pérdida, derecho que sólo una vez podrá ser
ejercido. el presente trabajo serán distinguidas las
El art. 10 se ocupa de la ciudadanía, expresando siguientes categorías de normas constitu-
que serán ciudadanos los argentinos naitvos desde el cionales :
día que tengan 18 años de edad, así como los argentinos
naturalizados que lo solicitaren al Tribunal competente,
después de transcurridos 3 años desde la obtención de — orgánicas y dogmáticas;
la nacionalidad y de 5 de residencia legal continuada — típicas y atípicas;
en la República. — de preámbulo y de texto;
El art. 11 establece que la ciudadanía argentina se
pierde: por la pérdida o cancelación de la nacionalidad — estables, pétreas y circunstanciales;
a r g e n t i n a ; por incumplimiento injustificado de los de — plenas y programáticas.
beres cívicos en dos elecciones nacionales "consecutivas
o tres alternadas; por la condena en la República de
delitos dolosos a una pena privativa de libertad mayor
de 3 años, a u n q u e hubiese sido cumplida, indultada o
amnistiada.. * Por el Dr. JOSÉ KORZENIAK.
Cada una de estas clasificaciones respon- tucional) deriva precisamente de la espe-
de a un criterio específico que será explici- cialidad del procedimiento para su reforma,
tado en los capítulos que siguen. Obviamen- diverso al de elaboración de la ley; y pro-
te, tratándose de criterios distintos, las ca- voca también la existencia de un Poder
tegorías normativas resultantes pueden ser Constituyente distinguible del Poder Legis-
combinables en la mayoría de !os casos f 1 ) ; lativo. Este distingo aparece con toda cla-
así, una norma constitucional "orgánica", ridad, cuando los órganos que deben inter-
puede ser típica o atípica; estable, pétrea venir en la reforma constitucional, son aje-
o circunstancial, etc. nos a los que integran el Poder Legislativo;
La enunciada tipología normativa ha sido situación que se da con frecuencia en las
pensada para lo que podría denominarse, en Constituciones cuya reforma requiere la
el derecho- público moderno, una "Constitu- intervención de "Asambleas Constituyen-
ción tipo". Llamaremos así a la Constitu- tes" o "Convenciones Constituyentes", que
ción escrita, rígida y codificada. son. cuerpos especiales, de gran representa-
a) Para que la Constitución sea escrita ción popular y cuya convocatoria se produ-
—por oposición a la consuetudinaria— se ce de manera extraordinaria, precisamente
requiere no solamente que sus normas estén en oportunidad de elaborar la reforma.
constatadas en escritura, sino además que Igual ocurre cuando la modificación de !a
ese carácter escrito haya resultado de un Carta Fundamental requiere la interven-
acto deliberado o intencionado del Poder ción del Cuerpo Electoral, a través del me-
Constituyente. Este último aspecto permite canismo denominado generalmente "plebis-
distinguir la Constitución escrita, de las cito constitucional".
"recopilaciones de costumbres constituoio- No siempre la Constitución rígida supo-
nales". En efecto; una recopilación doctri- ne un Poder Constituyente oryánicctment-e
naria de reglas constitucionales consuetudi- separable del Poder Legislativo. En ciertas
narias, no es una Constitución escrita; situaciones la distinción entre ambos es pu-
tampoco lo sería, por ejemplo, una edición ramente funcional; ello acontece cuando
oficial en que se constaten por escrito las son los propios órganos del Poder Legisla-
normas consuetudinarias que el Gobierno tivo los facultados para reformar la Carta,
de un Estado considera vigentes. En am- aunque por un procedimiento distinto al
bos casos, estaríamos frente a "libros de que utilizan cuando elaboran las leyes (si
costumbres", pero no frente a Constitucio- esta última circunstancia no- ocurriere, la
nes escritas. Constitución no sería rígida) ( 8 ).
b) Por Constitución rígida debe enten- c) La Constitución es codificada —por
derse —en oposición a la flexible— aquella oposición a la dispersa—, cuando todas sus
que requiere para su reforma un procedi- normas se encuentran en un solo documen-
miento distinto al de elaboración de las to y se perfeccionaron jurídicamente en una
leyes ordinarias. Desde el punto de vista misma oportunidad. La Constitución codifi-
técnico, basta que el procedimiento de re- cada es siempre escrita ( 4 ), pero1 puede ser
forma constitucional sea distinto al de ela- rígida (si su reforma requiere un procedi-
boración de la-ley; si bien, un análisis his- miento distinto al de elaboración de la ley)
tórico, demuestra que el mecanismo de re- o flexible (cuando su modificación se hace
forma de las Constituciones rígidas es más por el mismo método que el de facción de
"complejo", más difícil de lograr que el de la ley). La técnica constitucional moderna
facción de las leyes ordinarias ( 2 ). Pero se inclina decididamente por el tipo codifi-
esto último es una constatación de frecuen-
cia y no de esencia.
El superior rango jurídico de la Consti- ( 3 ) Algunas Constituciones establecen mecanismo?:
alternativos para su reforma, que combinan las v a r i a n -
tución rígida (la "supra-legalidad" consti- tes anotadas: Convenciónos Constituyentes, a c l u n c i ó n di-
recta del Cuerpo Electora], Congreso o P a r l a m e n t o en
procedimiento especial, etc. En los Estados Federales,
suele usarse la actuación del órgano legislativo federal
(1) Con frecuencia se intenta f o r m u l a r u n a sol»i y la ratificación por cierto número de los órganos le-
clasificación. Por ej. Paolo Biscarefti di R u f f i a distin- gislativos de los Estados miembros. Un a m p l i o panora-
gue "normas preceptivas u obligatorias" (de las que ma de Derecho Comparado sobre el punto, con referen-
derivan inmediatamente, dererhos o deberes) ; "institu- cias actualizadas aproximad á m e n l e a 1950, se e n c u e n t r a
cionales \i organizadoras" (que crean las instituciones en Tratado de la, Cienria del Derecho f ' o i i x f i l i i / ' i n n a l . Bs.
constitucionales sin establecer para el caso reglas de As.. 1953, de Segundo V. Linares Q u i n t a n a (t. 2, pp.
conducta) y "directivas o programáticas" (q'.'e estable- 164 y K S . ) . La tipología de procedimientos de reforma
cen directrices de acción dirigidas al legislador o a Jas constitucional está certeramente sistematizada por Bis
autoridades administrativas (Derecho Conntil.\iñonn¡, M a - caretti di R i i f f i a . ob. cit., pp. 274-275.
drid, 1973, p. 267). (4) La afirmación inversa no es exacta Una Cons-
(2) Este factor rs precisamente, el que bace pre- t i t u c i ó n puede ser escrita pero dispersa, si (odas sus
sumir que la Constitución rígida tendrá mayor estabi- disposiciones no tienen unidad d o c u m e n t a l (cf. Luis
l i d a d que las leyes ordinarias. En rse caso el sentido Sánchez Agesta, DrrrcJto Conftf-it-winnal Comparado. Ma-
técnico del vocablo ("rigidez") se acerca a KU acepción drid, 19fi5, p. 31). Es el caso de España, por lo menos
natural y obvia. hasta ahora, año 1977,
cado de Constitución; la modalidad "dis- blico sino también de Derecho Privado. Más
persa" se da con alguna frecuencia en pe- de una norma constitucional suele ser con-
ríodos de pre-formación política de un Es- siderada puramente "declarativa", descui-
tado ( 5 ), o cuando se interrumpe su conti- dándose su análisis, aún doctrinario, en
nuidad constitucional (revoluciones, golpes manuales o tratados de autores prestigio-
de estado, procesos revolucionarios, etc.), lo sos. Y aun en tiempos de interrupción de
que suele dar lugar a períodos en los cua- la normalidad jurídico-política de un Es-
les se van dictando reglas con eficacia tado, existen ciertas reglas o principios que
práctica de normas constitucionales, que nadie da por derogados, por lo menos de
reciben distintas denominaciones oficiales: manera explícita.
ciertos "decretos-leyes", "actos constitucio- El análisis de las diversas modalidades
nales", "actos o actas institucionales", "de- de normas que componen una Constitución,
cretos constitucionales", "leyes fundamenta- permite explicar en gran medida —desde
les" ( 8 ), etc. Generalmente, el restableci- el punto de vista jurídico— esas diferentes
miento de la normalidad político-institucio- manifestaciones, más o menos "potentes",
nal, da lugar a la aprobación (o restableci- de sus distintas partes. Por ello, las clasi-
miento) de una Constitución codificada. ficaciones que se estudian en el presente
2. Utilidad de la clasificación normativa. trabajo no tienen un objetivo científico ex-
— La Constitución de un Estado puede ser clusivamente sistematizador sino que, ade-
jurídicamente considerada como una "uni- más, pretenden sentar las bases para la so-
dad", como un solo y simultáneo "acto jurí- lución de variados y delicados problemas
dico". Desde ese enfoque, todas sus normas derivados de la diversidad de "fuerza" de
obviamente, tienen idéntico grado de vali- los diferentes tipos normativos componen-
de? y ocupan, como conjunto normativo, el tes de una "Lex Fundamentalis".
rango jurídico de más jerarquía dentro del Para evitar equívocos, es imprescindible
orden positivo estatal. advertir oue las consideraciones preceden-
Si en lugar de ese enfoque globalizador tes sobre los distintos efectos —más o me-
se utiliza un criterio analítico, se aprecia nos contundentes— de los diversos tipos
fácilmente que algunos de los preceptos normativos de una Constiución, se plantea
constitucionales parecen tener más "fuer- en principio en el terreno de la aplicación
za" práctica que otros; por lo menos, pro- práctica de las reglas constitucionales y
ducen la impresión de proyectar su jerar- no en el campo de su jerarquía jurídica
quía jurídica con más contundencia. Un re- teórica. Para explicar este aserto, bien pue-
paso realista de la historia de la aplicación dr; recurrise a la terminología de Han-s
de cualquier Carta Fundamental, muestra Kelsen, cuando distingue la validez de la
que algunas de sus normas se "olvidan" eficacia de las normas ( 7 ). Las normas son
—c se violentan— con más frecuencia qua válidas, por la circunstancia de haber sido
otras. Es fácilmente constatable que exis- aprobadas por el procedimiento jurídica-
ten pasajes constitucionales cuya invocación mente correcto o sea, en hipótesis de Consti-
por la Jurisprudencia no se produce, o es tución rígida y de normalidad constitucio-
sumamente escasa; en tanto que otros, son nal, por el procedimiento establecido en la
constantemente utilizados en la solución de Constiución anterior para su reforma. La
controversias no solamente de Derecho Pú- eficacia, en cambio, tiene relación con el
grado de aplicación práctica que la norma
recibe en la realidad. La validez se analiza
(5) Fue el caso de Uruguay en el período transcu-
rrido entre la declaración de su independencia (25 de estudiando las normas y su proceso de ela-
agosto de 1825) y la aprobación de su primera Constitu- boración; la eficacia, en cambio, requiere
ción codificada (jurada el 18 de julio de 1830). Du- comparar las normas con la realidad, veri-
rante ese lapso, la organización estatal estuvo funda-
mentalmente regida por varias leyes que conformaban ficando en qué medida esta'última se adecúa
una Constitución escrita, flexible y dispersa. Algunos a aquéllas.
autores uruguayos le han llamado la "pre-constituclón
nacional". Es claro entonces que las referencias
(6) La expresión "decretos-leyes" no e» adecuada antes formuladas sobre la variable "fuer-
para el caso y debe reservarse para actos del Poder
Ejecutivo o de quien hace sus veces, con eficacia legal za" de las distintas categorías normativas
y no constitucional. Quizás la locución más adecuada que componen una Constitución, han aludi-
sería "decretos-constitucionales"; el primer vocablo en
razón del órgano que lo dicta y del procedimiento de do a una cuestión d° "eficacia" jurídica y
su elaboración y el segundo en atención al rango de no de "validez" jurídica. Porque es también
eficacia que el Gobierno pretende para el acto. La ex-
presión "leyes fundamentales" es equívoca. A veces se
utiliza como sinónimo de Constitución (Lex Fundamen-
talis) ; o se alude a una Constitución dispersa (por (7) Teoría General dfl Ettado, México, 19S5. pp. 23
falta de una codificada y formal) que consta en leyes T BR. En algunas traducciones (del alemán al español)
ordinarias desde el punto de vista orgánico-formal, pero como en esta citada, en lugar de "eficacia" se dice
de materia constitucional; en ocasiones, se reserva la "positividad"; preferimos el vocablo "eficacia" que
expresión para una categoría de acto jurídico de rango resulta de una traducción quizás menos literal pero más
intermedio entre la Constitución y la legislación común. ajustada técnicamente.
claro que todas las normas de una "Cons- como por ejemplo las que definen la doc-
titución tipo", tienen el mismo grado de trina política inspiradora de todo el texto,
validez ( 8 ). las que indican al titular de la soberanía,
II. NORMAS DOGMÁTICAS Y NORMAS ORGÁ- etcétera.
NICAS. 1. Criterio para la distinción. — Es- c) El método más transitado por la Doc-
ta clasificación se formula en base a un trina especializada ha consistido en enume-
criterio típicamente "material", en tanto rar una serie de temas "típicos" de la par-
que toma en cuenta el contenido o materia te dogmática (la caracterización de la parte
de las normas. orgánica no ofrece mayores dificultades, o
En cualquier Constitución moderna se se obtiene de manera residual). Así, es fre-
observa que. algunos de sus preceptos con- cuente considerar normas dogmáticas ( 10 ) :
tienen reglas sobre derechos fundamenta- —las que establecen los derechos y debe-
les y proclamación de los principios bási- res individuales y sociales;
cos en que se funda la organización políti- —las que delimitan los fines del Estado;
ca de la comunidad; en tanto que otros re- —las que proclaman básicamente el sis-
gulan la estructura, composición y funcio- tema político adoptado y la afiliación a los
namiento de los órganos del Estado. Esos fundamentos doctrinario que lo inspiran;
dos posibles contenidos normativos forman —las que resuelven el tema de la radica-
las respectivas "parte dogmática" y "parte ción de la soberanía.
orgánica" de una Constitución. La división d) Creernos que el criterio para separar
en sí misma es de recibo generalizado, pero las normas constitucionales orgánicas de las
el criterio para formularla no ha sido pre- dogmáticas debe asentarse en el correlativo
cisado por la Doctrina con demasiada proli- distingo entre los dos conceptas de Estado
jidad, quizás por considerarlo más o menos que modernamente se manejan en la cien-
obvio. Nos parece necesario, sin embargo, cia del Derecho Público. En efecto; a ve-
establecer algunas aclaraciones al respecto. ces se llama Estado al conjunto unitario de
a) Toda Constitución está asentada en la comunidad políticamente organizada; y
una idea o en un conjunto de ideas políti- otras veces se usa el vocablo para designar
cas más o menos definidas. No existe —ni al aparato orgánico de dirección de la co-
se concibe— una Carta políticamente "asép- munidad. En el primer sentido, se está
tica". Este carácter se proyecta ineludible- frente a lo que algunos autores han llama-
mente a cada uno de sus preceptos; como do el "Estado-comunidad" ( n ) o el "Estado-
1L>
ha dicho acertadamente G. Burdeau, "en una nación" ( ) : en el segundo, frente al "Es-
Constitución no existe ni una sola disposi- tado-aparato" o "Estado-gobierno". La pri-
ción que pueda pretender neutralidad" ( n ). mera de las acepciones alude al conjunto de
Sobre esa base, está claro que toda nor- los elementos que tradicionalmente se con-
ma constitucional tiene algo de "dogmá- sideran componiendo o integrando el Esta-
tica", en la medida que exterioriza, concre- do: la población, el teritorio, el Gobierno,
ta o instrumenta una idea política precon- etc. La segunda, en cambio, restringe el
cebida o algún aspecto de ella. Siendo esto sentido del término a la estructura guber-
así, resujta indispensable profundizar el namental, al "aparato de dirección" de la
criterio que precisamente informa la clasi- comunidad, como recién se expresó. Y bien;
ficación que nos ocupa. a nuestro juicio, son normas constituciona-
b) Las exposiciones más elementales sue- les "dogmáticas" las que se refieren al
len fijarse en la estructura temática más "Estado-comunidad" o "Estado-nación" y
generalizada de las Constituciones, frecuen- "orgánicas" las que regulan el "Estado-apa-
temente descriptas como compuestas de una rato" Es
o "Estado-gobierno".
bien cierto que este criterio desem-
declaración de derechos individuales y de
ctro grupo normativo que se refiere a los boca en una temática normativa muy seme-
órganos del Gobierno; la primera parte es- jante a la enunciada en el párrafo "c" pre-
tá integrada por normas dogmáticas y la cedente; pero no está demás que se ubique
segunda por normas orgánicas. Pero esta con precisión científica la base conceptual
aproximación es excesivamente esquemáti-' de esas enumeraciones.
ca y no logra ubicar en uno u otro grupo 2. Caracteres de las normas dogmáticas.
a normas de singular trascendencia, que a — a) En tanto contienen definiciones bá-
veces son las claves de una Constitución,
(10) Véase Alberto Pérez Pérez, "Apuntes sobre 1»
noción de Constitución", en Revista de Derecho, Juris-
(8) En el curso de este trabajo ee advertirá que prudencia y Administración, Montevideo, t. 65, p. 175
esta afirmación de principio ofrece campo para la con- y ss.
troversia (especialmente infra, Cap. IV, N? 2). (11) Biscaretti di Ruffia, ob. cit. p. 102.
(9) Traiti de Scirnce Politique, París, 1950. t. III (12) Maurice Duverger, Instituciones políticas y
p. 110. Derecho Constitucional, Barcelona, 1962, p. 60.
sicas en las que se asienta la organización tribuye a fortalecer o crear la "unidad
estatal, estas normas constituyen con fre- nacional", respeto por parte de la opinión
cuencia las "claves" para la interpretación pública (y sus conductores) de ciertos prin-
de las demás disposiciones constitucionales. cipios tradicionales, etc. Pero también se
A ellas se recurre cuando el sentido de los ha intentado explicar el fenómeno median-
preceptos orgánicos no resulta claro de su te argumentaciones técnico-jurídicas, casi
texto. Con carácter aproximativo, puede siempre vinculadas a una distinción que se
decirse que las normas "dogmáticas", en acostumbra practicar entre el Poder Cons-
materia de técnica interpretativa, juegan tituyente que establece la primera Consti-
el rol de "principios generales de Derecho tución del Estado y el Poder Constituyente
Constitucional". que actúa en lo sucesivo en oportunidad de
H
b) Ese mismo carácter les confiere prin- sus reformas o enmiendas ( ) .
cipalísima importancia cuando se trata de A la circunstancia históricamente verifi-
decidir sobre la inconstitucionalidad de una cable de que la mayoría de las normas dog-
ley. Si pudiesen recopilarse las decisiones máticas provienen de la primera Constitu-
de Jueces y Cortes que han declarado la ción, algunos autores añaden la discutible
inconstitucionalidad de leyes, se advertiría afirmación de que el Poder Constituyente
probablemente una predominancia de fallos "derivado" o "constituido" tiene algo así
que invocan la colisión de éstas con normas como una menor "jerarquía institucional"
dogmáticas de la Constitución. Esta cir- que el "originario". Ello equivale a decir
cunstancia no es casual: la contradicción que está constreñido por una seris de limi-
de una ley con normas constitucionales-or- taciones que no ataban al Poder Constitu-
gánicas es demasiado aparente, gruesa, y yente que estableció la primera Constitu-
no es frecuente que los Congresos o Parla- ción; y entre tales limitaciones suelen se-
mentos, en períodos de normalidad cons- ñalarse, precisamente, ¡as que le impedirían
titucional, dicten normas con ese vicio ju- reformar los principios básicos (normas
rídico. dogmáticas) que se establecieron en aque-
c) El análisis de la historia constitucio- lla primera Carta Política.
nal de los Estados muestra que las normas El examen de estas afirmaciones con ri-
dogmáticas han tenido una mayor perdura- gor científico requiere, por lo menos las si-
bilidad que las orgánicas. Los "dogmas guientes precisiones:
constitucionales" suelen permanecer intac- !<?) Está fuera de toda discusión que el
tos, aún en países que se caracterizan por Poder Constituyente que interviene en las
la frecuencia de las enmiendas ( l:l ) de sus reformas constitucionales queda sujeto a
Cartas Políticas. Así ocurre por ejem- límites formales que no ceñían al "origina-
plo con los preceptos sobre derechos fun- rio". Es de la esencia de la Constitución
damentales, los que definen la forma de rígida (uno de los supuestos de este traba-
gobierno (republicana, monárquica), los jo) el contener normas que establecen pro-
que deciden la cuestión de la radicación cedimientos especiales para su reforma
de la soberanía (en el pueblo, en la nación), (distintos al de elaboración de la ley ordi-
etc. Normalmente, estos principios no son naria) ; por cuya virtud los órganos que
modificados sino cuando se produce una actúan en tales modificaciones constitucio-
revolución u otro tipo de cambios abruptos nales ("Poder Constituyente derivado")
en el devenir político del Estado (estas hi- deben ajustar su actuación a los mecanis-
pótesis de interrupción de la continuidad mos establecidos. Y el'o obviamente no ocu-
constitucional trascienden los límites y su- rre respecto del Podar Constituyente que
puestos de este trabajo). establece la primera Constitución, por
El contenido de las enmiendas constitu- cuanto ésta no está precedida de otra que
cionales recae casi siempre sobre normas indique reglas de procedimiento para ser
orgánicas. Esta circunstancia se ha expli- elaborada ('•"').
cado muchas veces recurriendo a considera-
ciones sociológicas o políticas: convicción (14) Al primero de ellos suele llamársele "origina-
de la comunidad de que los principios dog- rio" o "genuino"; al segundo "derivado", "constituido",
"instituido",
máticos establecidos son los más deseables, y ss.). etc. (Linares Q u i n t a n » , oí), cif., pp. 129
convencimiento de que su continuidad con- (15) En casos m u y pppecíales la primera Constitu-
ción se elabora por ciertos mecanismos formales de algún
modo ya pre-establecidos; así ocurrió con lo uruguaya
do 1830, algunas de cuyas etapas de formación se ha-
(13) Usamos e! termino "enmienda" en sentido bían previsto en la Convención Preliminar de Paz de
amplio, comprensivo de cualquier reforma constitucional 27 de agosto de (828, celebrada entre las Provincias
válida, sea sobre cuestiones de detalle como sobre as- Unidas del Río de la Plata y H Imperio del Brasil farts.
pectos muy importantes. Con otra terminología, suele 3^ a 79). Sin embargo el ejemplo puede no ser correcto,
reservarse el vocablo para modificaciones menos pifrni- si se acepta que la primera Constitución ( a u n q u e dis-
ficativas, que no j u s t i f i c a n hablar de una "nueva Cons- persa y flexible) fue e) coniunto d« leys r t f Y r i d o en
titución", sino de la antigua más ia enmienda. Nota (5).
2°) Separemos también del tema ahora El criterio que se acaba de sostener ha
tratado, el caso de las normas dogmáticas sido tildado de excesivamente "juridista",
declaradas expresamente "irreformables" "formalista" o "aséptico", pero, lejos de
por el propio texto constitucional; esa es ello, no hace más que evitar la nunca bien
una hipótesis muy específica (preceptos a fundada mescolanza entre la correcta diag-
la vez dogmáticos y "pétreos") que será nosis y la valoración en materia jurídica.
analizada más adelante, con motivo de la Por otra parte, se trata de un criterio que
clasificación en normas estables, pétreas y consulta adecuadamente el querer de la co-
circunstanciales. munidad —fundamento último de la legi-
39) En definitiva, la cuestión puede cen- timidad constitucional— en tanto tiene pre-
trarse preguntando si es posible que, por sente que los más sanos procedimientos es-
el procedimiento previsto en la Constitución tablecidos para la reforma de las Constitu-
para su reforma, se modifiquen sustancial- ciones incluyen el pronunciamiento del
mente algunos de sus principios dogmáticos cuerpo electoral o la intervención de órga-
básicos (no declarados irreformables de nos de muy amplia representación popular.
manera expresa). Verbigracia, si en un Es- 59) En síntesis: las normas dogmáticas'
tado cuya Carta consagra un sistema re- de la Constitución tienen el mismo rango
publicano, es "competente" el "Poder Cons- jurídico que las orgánicas; pueden, en prin-
tituyente derivado" para establecer un sis- cipio, ser modificadas por los mismos pro-
tema monárquico; o si una norma dogmáti- cedimientos que estas últimas; y su genera-
ca que consagra la afiliación a la tesis jus- lizada tendencia a perdurar deriva de fac-
naturalista sobre los derechos individuales, tores sociológicos y políticos y no de impe-
puede ser sustituida por la adhesión a otra dimentos jurídicos para su modificación.
doctrina —-supóngase opuesta— en la ma- 3. Caracteres de las normas orgánicas. —
teria; o si el principio de separación de po- a) Las normas constitucionales orgánicas
deres —para muchos autores un dogma de tienen fundamentalmente algunos de estos
las Constituciones republicanas— puede contenidos: crean órganos, poderes o enti-
válidamente sustituirse por el de "jerar- dades estatales; regulan su composición y
quía" entre los "poderes", etc. estructura y determinan sus competencias.
4?) Desde el punto de vista jurídico-posi- En el primer cato hablaremos de normas
tivo, consideramos que la respuesta correc- orgánicas "constitutivas", en el segundo
ta es afirmativa, lo que equivale a concluir referiremos a normas "organizativas" y en
que el Poder Constituyente "derivado", el último les llamamos normas "dinamizan-
siempre que se ajuste a las formas y proce- tes". Por cierto que esta sistematización
dimientos previstos en la Constitución, no no tiene correspondencia con la formulación
tiene más límites que aquellos establecidos "gramatical" de las Constituciones; difícil-
en normas de la misma. Esta conclusión es mente sus artículos o secciones se limiten o
rechazada por los autores que manejan en separen una sola de estas materias, que en
la materia una concepción axiológica o va- general se encuentran "mixturadas" en las
Icrativa de la Constitución, fuertemente distintas disposiciones.
enraizada en una idea jus-naturalista del Las normas constitutivas en sentido es-
Derecho en general. Pero nos parece que, tricto caracterizan más bien a la parte or-
desde el punto de vista técnico, es correc- gánica de la primera Constitución de un
to distinguir con claridad la validez jurídi- Estado; es en esa oportunidad cuando real-
ca de una reforma constitucional, de su mé- mente se "crea" toda la estructura del apa-
rito o de la justicia o injusticia de las so- rato estatal. También se manifiestan cuan-
luciones que ha consagrado. La ciencia del do, en una reforma constitucional, se esta-
Derecho Constitucional, modernamente, se blecen órganos, poderes o personas esta-
inclina por el concepto "jurídico" de Cons- tales no existentes hasta ese momento. Los
titución; lo que no implica abstenerse de preceptos que modifican la estructura o la
su examen estimativo o axiológico. Pero competencia de órganos ya creados en Cons-
sin llegar al extremo de negar la validez de tituciones anteriores, no son normas cons-
una norma constitucional aprobada por el titutivas, sino organizativas o dinamizan-
procedimiento previsto en la Carta ante- tes.
rior para su reforma, porque su contenido Los preceptos organizativos determinan
consagre soluciones que no se consideran especialmente la manera de integrarse los
deseables. La valoración —positiva o nega- poderes, órganos y entidades estatales, re-
tiva— de las normas existentes, es una ex- gulando no solamente el número de sus
celente base jurídica para impulsar su componentes —"soportes humanos"—, sino
mantenimiento o su modificación; pero no también el modo como ellos deben ser de-
constituye fundamento bastante para negar signados o electos.
su validez. Las normas organizativas del órgano
"Cuerpo Electoral", tienen una particular tema eJectoral) suelen representar verda-
trascendencia. Este peculiar órgano, en la deras definiciones dogmáticas del sistema
mayoría de las Constituciones, se integra constitucional ( I 9 ).
con el conjunto de los ciudadanos naturales Las normas dinamitantes regulan la ap-
y legales del Estado ( l 6 ) ; y su actividad tí- titud de obrar de los órganos y poderes es-
pica consiste precisamente en "designar" tatales, es decir, sus competencias. Dentro
(elegir mediante el sufragio) a las perso- de esta categoría normativa, distinguimos
nas que han de resultar soportes de los de- dos subtipos: reglas "delimitantes" y re-
más órganos de integración popular. En los glas "atributivas". El criterio para esta
sistemas basados en ¡a idea de la "represen- sub-clasificación se asienta en el distingo
tación", y en el principio de la soberanía modernamente admitido entre dos elemen-
radicada en la nación o en el pueblo, suele tos que integran la competencia de los ór-
admitirse que el Cuerpo Electoral está ganos y personas públicas: la "materia"
"más cerca" de la nación o del pueblo que de la competencia y los "poderes jurídicos"
los demás órganos estatales ( 1T ). Es por ello de la competencia. La materia está consti-
un órgano básico, cuya "jerarquía orgáni- tuida por el conjunto de "temas o asuntos"
ca" solamente es superada por el Poder que integran la aptitud de obrar de cada
Constituyente, en tanto éste lo instituye, órgano, o sea sus cometidos; los poderes
determina su composición y sus competen- jurídicos, en cambio, son los medios que
cias; pero esto ofrece campo para delica- está habilitado para utilizar en el cumpli-
das controversias ( )8 ). miento de esos cometidos.
Las normas constitucionales organizati- La Doctrina es pacífica en cuanto a que
vas, obviamente, no pueden determinar el los órganos y personas estatales no están
número de componentes del Cuerpo Elec- habilitados para actuar en materias (co-
toral ; pero si indican los criterios para su metidos) que no le han sido expresamente
«imposición, al establecer las regías sobre indicados por las normas respectivas, con-
ciudadanía, de las cuales resulta quienes es- clusión que es frecuente titular "el prin-
tarán en condiciones de integrar este ór- cipio de la especialidad".
gano básico. También se regula el Cuerpo En cambio, se admite que para el cum-
Electoral a través de las normas sobre su- plimiento de los cometidos expresos que se
fragio (modo de actuación en su actividad le han conferido, los órganos o poderes pue-
típica), así como al establecer el sistema den utilizar todas las vías y medios jurídi-
electoral aplicable (que viene a constituir cos que sean racionales y necesarios, aun-
la interpretación y aplicación del pronun- que no hayan sido específicamente indica-
ciamiento del Cuerpo Electoral). Pero es- dos por las normas que regulan su compe-
tas dos clases de normas (las referentes al tencia; siempre desde lego que se trate de
sufragio y las que determinan el sistema vías y medios que pertenezcan al tipo de
electoral) son del tipo que hemos llamado función jurídica (legislativa, administra-
"dinamizante", ya que refieren a las com- tiva, jurisdiccional, etc.) que están habilita-
petencias y no a la estructura del Cuerpo dos para desarrollar ( 2n \ Todo lo que se co-
Electoral. noce como el "principio de los poderes im-
En el caso de las normas referentes al plícitos".
Cuerpo Electoral puede ser necesario un Se advertirá que la adecuada compatibili-
traslado al campo de las normas "dogmáti- zación entre el principio limitativo de la
cas". Ello ocurre como consecuencia de que "especialidad" y el expansivo de los "po-
ciertos principios referidos a este órgano deres implícitos", resulta de constatar que
básico (por ej. sobre sufragio, 'sobre el sis- ambos recaen sobre distintos elementos de
la competencia: el primero sobre "la ma-
teria" y el segundo sobre los "poderes jurí-
(16) Excepcionalmente el Cuerpo Electoral puede dicos".
integrarse con personas que no sean ciudadanos. Así
ocurre en la Constitución uruguaya de 1967, cuyo a r f . Por estas razones liemos distinguido den-
78 permite sufragar a extranjeros "sin necesidad de ob- tro de las normas dinamizantes (que se
tener previamente la ciudadanía legal siempre que ten- refieren a la competencia de los órganos),
gan buena conducta, con familia constituida en la Re-
pública, que poseyendo algún capital en giro o propit'-
dad en el país, o profesando alguna ciencia, arte o
industria, tengan residencia habitual de quince años, (19) Por ejemplo, las norman constitucionales que
por lo menos, en la República" y se inscriba en el Re- establecen el voto secreto y universa!, o «1 alaterna «lec-
gistro Cívico. tora! de representación proporcional, han constituido
(17) Justino Jiménez de Arechaga. La Constitución principios dogmáticos en varios países.
Racional, Montevideo, 1949, t. III, p. 11. (20) Los vocablos "cometidos", "poderes jurídico»".
(18) En efecto, a veces el Cuerpo Electoral actúa "funciones" y hasta "fines" w «titilaron huta media-
como órgano dentro del Poder Constituyente (iniciati- dos del siglo pasado de manera mas bien indiscrimina-
vas populares o plebiscitos de aprobación). En tales da. El distingo técnico de tu* lignificación» lia mul-
casos la relación se plantea entre "el lodo y una de tado muy útil, aunque a veces descanse en convencio-
sus partes". nalismos de lenguaje.
las que aluden a la materia o cometido?, mente implícito el mandato de respetar esa
que llamamos "delimitantes" y las que se competencia y tener como válidas y obli-
refieren a los poderes o medios jurídi- gatorias las decisiones regularmente ema-
cos para su cumplimiento, que denomina- nadas de los órganos a los cuales ella fue
mos "atributivas". Esas denominaciones asignada" ( 2 1 ). Para Duguit, las normas
pretenden reflejar el distinto efecto (limi- orgánicas —que pertenecen a la categoría
tativo o fermental) que ambos tipos norma- que llama "leyes constructivas"— son im-
tivos proyectan sobre la aptitud de actuar perativas, aunque no contengan un manda-
de los órganos estatales. to concreto, porque "tienen por finalidad
b) La caracterización de las normas cons- organizar el Estado de Derecho", lo cual
titucionales orgánicas, dentro de la teoría permite que éste —el Estado— cumpla con
general de los actos jurídicos, ha dado lu- las obligaciones impuestas por el principio
gar a numerosas discusiones. Particular- de "la regla de Derecho" ( 2 a ).
niente se controvierte: 1?) si se trata de Consideramos claro oue las refría? cons-
"normas jurídicas" stricto sensu; 2?) su titucionales orgánicas son normas jurídi-
ubicación en las clasificaciones materiales cas; el concepto de la norma jurídica como
más difundidas, especialmente en la que una regla compuesta de un mandato preciso
distingue los "actos regla", los "actos sub- y directo y de una sanción concreta para el
jetivos" y los "actos condición". incumplidor, no deja de ser un esquena es-
I9) El primer punto se ha planteado pre- tereotipado, hoy trascendido por la cuncia
guntando si las normas constitucionales or- jurídica, que llevaría a corrí u ir absurda-
gánicas tienen la nota de "imperatividad" mente que la mayor parte Jel "Derecho
que —entre otras^— caracterizaría a la Público" está integrado por reglas que no
"norma jurídica" en sentido estricto; par- son normas jurídicas.
ticularmente se ha observado que cuando la Por otra parte, no estimamos relevante la
regla constitucional crea un órgano, esta- insistencia en que las normas constitucio-
blece su integración o dispone sobre sus nales orgánicas son mandatos "que oí Esta-
competencias, es muy difícil aceptar que do se dirige a sí mismo, careciendo por ello
contenga un "mandato" u "orden" (expre- de real imperatividad". En la base de esa
sión concreta de la imperatividad) y, aún afirmación existe una confusión teórica
bajo la respuesta afirmativa, se interroga fácilmente disipable: tratándose de -ma
acerca de quién es el destinatario de esa Constitución democráticamente establecida
orden o mandato. Se ha señalado además o aceptada, sus reglas deben considerarse
que las normas oi'gánicas carecen de "san- mandatos que el "Estado-comunidad" diri-
ción coactiva concreta"", elemento también ge al "Estado-aparato" o, si se riñere una
considerado por las concepciones clásicas, simplificación de la idea, de la Nación o el
como esencial para que exista "norma j u - Pueblo al Gobierno. Y ese conjunto de ideas
rídica". no deja de prever en su contexto, un sis-
En las teorías que niegan el carácter de tema de responsabilidades y sanciones para
"norma jurídica" a las reglas constitucio- los incumplidores, que a veces aplican otros
nales orgánicas, subyace la discutible afir- órganos del aparato estatal ( 23 ) y en oca-
mación de que se trata de reglas que el Es- siones quedan a cargo del juzgamiento po-
tado (a través de la Constitución) se dirige pular. Esto es fácilmente apriciable en los
a sí mismo; sobre esa base, no encuentran casos de Constituciones aprobadas en ple-
manifestaciones típicas de "imperatividad" biscitos; pero aún en aquéllas establecidas
o de "sanción concreta" coactiva. por cuerpos representativos, la misma afir-
La moderna Doctrina jus-publicista acep- mación puede fundarse, precisamente, acu-
ta mayoritariamente que las normas orgá- diendo a la teoría del sistema representa-
nicas de la Constitución son realmente nor- tivo. Por lo demás, cabe advertir que no
mas jurídicas. La conclusión se apoya en existe norma jurídica alguna cuyo "manda-
serios y variados argumentos: algunos au- to" no esté dirigido, en cierta medida, al
tores porque consideran que la sanción co-
activa no es un elemento esencial de la
norma jurídica, cuya imperatividad en de- (21) Pérez Pérez, oh. cit.. p. 177.
finitiva radica en la íntima convicción de
que debe cumplirse; otros, en virtud de que
"en las normas propiamente orgánicas está a gobernados, según el cual debe contribuirse al man-
implicado un mandato: el de hacer todo lo tenimiento de la solidaridad social, actuando para for-
posible para que ellas se cumplan y el de talecerla y absteniéndose de actuar en su detrimento.
(23) Es el caso de diversos institutos para poner
nc hacer nada que pueda ir en contra de en juego responsabilidades variadas (políticas, político-
su cumplimiento"; y "en las normas atri- penales, disciplinarias, y aun civiles o penales) de los
gobernantes. o funcionarios que violan las norman de la
butivas de competencia, está más clara- Constitución.
propio aparato estatal; lo que se deriva del III. NORMAS TÍPICAS Y NORMAS ATÍPICAS
concepto mismo del Derecho, cuyas reglas 1. Criterios fiara la distinción. — El tem-
obligan no solamente a los gobernados sino peramento que utilizamos para esta clasifi-
también a los gobernantes. Es cierto que cación se sitúa en el campo de la técnica de
eüte último campo de la obligatoriedad del formulación constitucional, que es la parte
Derecho suele no tener, en muchas situacio- de la Ciencia del Derecho Constitucional
nes, gran eficacia; pero esa verificación no que versa sobre Jos criterios que deben pre-
conduce más que a admitir la "falibilidad" sidir la formación de una Lex Fundamen-
de las reglas jurídicas y do sus mecanismos talis. Se comprende fácilmente que la co-
sancionáronos. Nadie duda sobre el carác- rrecta aplicación de las enseñanzas de esta
ter de norma jurídica de, por ejemplo, las técnica, tiene decisiva importancia en el mo-
reglas típicas de! Derecho Penal; aunque a mento en que se rsdacta o se proyecta una
veces el deMncuente pueda evadir sus previ- Constitución. Sin perjuicio de que existan
siones saneior.atorias. en este campo importantes discrepancias
29) Especialmente a partir da la siste- doctrinarias, se ha ido perfilando un acep-
matización de Dugmt, se difundió en la table acuerdo en torno a dos puntos prin-
ciencia jurídica una clasificación "mate- cipales : 1<?) no es técnicamente correcto in-
rial" de los actos jurídicos que atiende a cluir en las Constituciones normas que re-
sus variados efectos: actos regla (que pro- gulen máteriax que sean propicias para su
ducen efectos generales, introduciendo una normación por ley ordinaria o por regla-
regla de derecho objetivo), actos subjetivos mentos; 2°) aún en las materias que son
(de picanee concreto, referidos a personas típicas de una Constitución —cuyo esquema
determinadas) y actos condición (también se esbozó en el capítulo precedente, al enu-
referidos a personas determinadas, pero con merar los contenidos de las partes dogmá-
la consecuencia de incorporarlas a una si- tica y orgánica— sus regulaciones deben
tuación objetiva, regulada por actos regla, tener un cierto grado de "fundamentali-
o de sacarlas de ella). dad" ( 2ti ). Denominamos "normas típicas"
Se discute qué ubicación corresponde a de una Constitución a aquéllas que reúnen
las normas constitucionales orgánicas en las dos exigencias recién señaladas; y "nor-
esta tipología de actos jurídicos. mas atípicas" a las que, ya sea por refe-
Algunos autores sostienen que se trata rirse a materias ajenas a las constitucio-
de "actos regla", por cuanto sus efectos son nales o por su excesivo "detallismo", debie-
objetivos, generales, en tanto que no se ago- ran constatarse en leyes ordinarias o en
tar por su aplicación a casos determina- reglamentos. Es claro que estas afirmacio-
dos O- 4 ). nes, claras y aceptables en su formulación
En contra de esta posición, se ha señala- inicial, no pueden manejarse con un crite-
do que el efecto fundamental d? las normas rio excesivamente tajante o lineal; siempre
orgánicas consiste en crear y organizar de- habrá campo para la discusión acerca de si
terminadas entidades y órganos públicos; una determinada materia debe pertenecer
su contenido no sería entonces general, sino o no a la temática constitucional, o a pro-
concreto, por lo que no cabe conceptuarlas pósito de !a generalidad menor o mayor con
como "actos regla". Sobre tales bases ra- que deba encararse su regulación. Sin em-
zona por ejemplo E. Sayagues Laso, aun- bargo, "extremando" los ejemplos, la distin-
que sus reflexiones refieren exclusivamen- ción entre normas típicas y atípicas apa-
te a aquellas normas que crean y organizan rece con claridad; asi, se acepta que la re-
sujetos de derecho (las que no agotan des- gulación básica del Poder Ejecutivo —ver-
de luego la temática de las normas orgáni- bi gracia— es materia típicamente consti-
cas). Si bien este autor rechaza la tesis de tucional, mientras que la estructura más de-
que se trate de actos regla, no las inclu- tallada de los Departamentos o Ministerios
ye tampoco en las categorías de los actos que lo componen pertenece más bien a la
subjetivos o de los actos condición, sino que
se plantea la "interrogante de si no corres-
pond" individualizar otra categoría de ac- 29--ÍO. En esta cajctjoría incluyo todos los actos jurí-
dicos (normas constitucionales, leyes, actos adminmtra-
tos jurídicos, que se agregaría a las ya livos y aun contratos de derecho priyado) t¡ue tienen
analizadas"; n lo que responde afirmativa- por ef'.'cfo la creación y orgrani/ñcion de urtn persona
.jurídica. Acertadamente señala Pérex Pérez (oh. y pp.
ment° expresando que "los actos de crea- c i t s . ) oue esta categoría de actos responde a otro cri-
ción y organización de las personas jurídi- te.rio d« clasificación (los ÍJUP crear y los que no crean
personas jurídicas) por lo que no correspondería referir
cas" deben denominara "actos constitu- a los "actos constituyentes" como una categoría añadiblo
yentes" •*. a los actos regia, subjetivos y condición.
(26) Preferimos este vocablo (usado por Ijinnres
Quintana, ob. y t. cits., p. 4J2 y ss.) en lugar de
D i i g u i t . Ti-uilc di' Drail f!n/itl!lutinnn:-l, P a r í s , "generalidad", porque l:i idea que se quiere expresar
1 1 . p. 420: Pérez Pérez. ol>. cit.. p. 178. no es exactamente la misma y par» evitar la polémica
Trttttulv de Derretía AdíiitnwIraHi-o, t. í , pp. ya esbozada (supra, Cap. II, "b", 2')-
ley ordinaria; y todavía, las minucias del nos más, avisará desde luego a la autoridad
funcionamiento interno de sus reparticio- municipal quién es la persona que está a
nes, deben entenderse materia de reglamen- cargo del referido templo. Todo cambio se
to. Las reglas principales de Derecho Par- avisará por el ministro que cese, acompai-
lamentario (número y composición de las ñado del entrante y diez vecinos más. La
Cámaras, sus competencias, etapas princi- autoridad municipal, bajo pena de destitu-
pales de la elaboración de la ley, etc.) Ron ción y multa hasta de mil pesos por cada
materias "típicas" de la Constitución; pero caso, cuidará del cumplimiento de esta dis-
los detalles de procedimiento interno, fun- posición; ...". Se advierte fácilmente que
cionamiento de Comisiones, horarios da la- este pasaje, incluido en la citada "Consti-
bor, etc., son ajenos a la materia constitu- tución formal", no es de modo alguno una
cional. La posición institucional de la Ad- norma "típica" de la Constitución, tiene un
ministración de Justicia (su carácter de contenido propicio para la ley ordinaria o
Poder, sus órganos principales, la atribu- quizás aún para un reglamento municipal.
ción esencial de su competencia jurisdiccio- No integraría la "Constitución en sentido
nal, etc.) son temas constitucionales; pero material". La situación inversa —normas
las ritualidades de los juicios deben perte- de la "Constitución en sentido materiai"
necer a las leyes procesales. que no integran la Constitución formal—
a) El estudio de la "materia constitucio- se da con cierta frecuencia. Sin considerar
nal" ha llevado a la doctrina a la elabora- las situaciones políticas "de facto",- N ), en
ción del "concepto materiai de Constitu- cuyo caso la hipótesis es de abundante pro-
ción" (-"), que se opone o se compara con ducción, se encuentran temas particular-
la "Constitución en sentido formal". Para mente "afectos" a su regulación p>.;r ley or-
despejar el tema de cuestiones de termino- dinaria, pero de "materia" constitucional;
logía, conviene recordar que este trabajo verbigracia cuando el Legislador crea órga-
ha partido del supuesto de una Constitu- nos estatales importantes (- 11 ) no previstos
ción escrita, rígida y codificada (supra, por la Constitución (el vocablo sin califica-
Cap. I, N9 1) ; sus normas forman "la Cons- tivo alude a la "Constitución formal") y
titución en sentido formal", la Constitución en las "leyes electorales" de muchos países,
en sentido material, en cambio, estaría in- cuando éstas no sr. limitan a aspectos típi-
tegrada por el conjunto de reglas cuya ma- cos de la legislación ordinaria, sino que re-
teria y cuyo grado de "fundamentalidad" se gulan principios, a veces dogmáticos, que
consideran doctrinariamente "típicos" d'¡ por imperfecciones de formulación están
una Constitución; dichas reglas pueden omitidos en la Carta Fundamental.
estar en la "Constitución formal", y efec- b) La "fundamentalidad" que se recono-
tivamente lo están en la mayoría de los ca- ce debe tener una Constitución, ha dado lu-
sos; pero es posible que se encuentren cons- gar incluso a que se formulen ci?rtas cla-
tatadas en leyes, o en decretos-leyes y aún sificaciones; particularmente la que distin-
en reglamentos, aunqua esta ultime, hipóte- gue entre Constituciones "breves o escue-
sis es de más difícil producción. tas" y "extensas o detalladas". Las prime-
Imaginando una técnica impecable de for- ras "respetarían" puntualmente la nota de
mulación constitucional, los contenidos de fundamentalidad, limitándose a regular los
la "Constitución formal" y de la "Constitu- aspectos esenciales de la materia constitu-
ción material" debieran coincidir exacta- cional; las segundas, de composición nor-
mente; pero ese supuesto teórico no se pro- mativa más abundante, excederían el carác-
duce en la realidad política y normativa; la ter fundamental que aconseja la técnica de
yuxtaposición perfecta no es generalmente formulación o partirían de un concepto rnás
posible. La Constitución "formal" suele con- generoso de la fundamentalidad constitu-
tener normas que debieran estar en la Ley, cional.
y el Legislador muchas veces dicta normas Se afirma a veces que las Constituciones
que en buena técnica debió dictar el Cons- breves tienen la ventaja de ser "elásticas",
tituyente. Por ejemplo: un pasaje del art. es decir que no limitan excesivamente las
130 de la Constitución de México de 5 de posibilidades de actuación y normación de
febrero de 1917 estableció que "El encar-
gado de cada templo, en unión de diez veci-
(28) Tampoco pensamos a q u í en leyes i n i - o n s t i t i i
Clónales por razón de materia.
(29) A veces las leyes crean —sin violar la Cons-
(27) Usamos la expresión en sentido jurídico. Al- titución— órganos que tiempo después do comenziu- .sn
gunos autores la utilizan con un significado sociológico, actuación, cobran una gran importancia en el f u n c i o n a -
refiriendo a la manera como en la realidad política f u n - miento del Estado; el fenómeno se ha dado con fre-
ciona el Estildo (no siempre coincidente con la previ- cuencia en el campo económico ("comisionas de planea-
sión n o r m a t i v a ) . Para nosotros ese concepto eorrespon miento", de "programación económica", rtc.). En tsos
dfi a la "Constitución en sentido real o sociológico" casos, no es extraño que en f u t u r a s e n m i e n d a s se les
tambiéu y mejor llamada ''el régimen político". constitucionalice.
los Poderes del Gobierno; y se señala que las "bases materiales" (infra-estructura)
no debo confundirse la Constitución "elás- de la sociedad, etc.
tica" con la "flexible". Esta última es la La pérdida de eficacia de las normas atí-
que puede ser reformada por el mismo pro- picas con el transcurso del tiempo es fre-
cedimiento que el de elaboración de la ley cuente pero no inexorable. A veces esa efi-
ordinaria, en tanto que la "elástica" no se cacia iguala y aún supera a las de las dis-
opone a la modalidad "rígida" (previsión posiciones "típicas". Ello puede ocurrir por
de un procedimiento especial para la refor- muy variados factores político-sociológicos,
ma constitucional). pero también por motivos de explicación
Todas estas consideraciones —bastante más bien técnico-jurídicos. Esta última ra-
generalizadas en la Doctrina— pueden acep- zón ha incidido en algunos casos; particu-
tarse siempre que se eviten algunas confu- larmente, en ciertas normas de derecho ad-
siones ( 30 ). Así, no debe identificarse el ministrativo —tradicionalmente leyes o re-
concepto de Constitución breve con el de glamentos— que se incorporaron en varias
Constitución "vaga". La vaguedad consti- Constituciones; fenómeno que ha dado en
tucional naturalmente que aumenta su "elas- llamarse la "constitucionalización del Dere-
ticidad"; pero a tal punto que la Constitu- cho Administrativo". En el terreno de dis-
ción —aún técnicamente rígida— pierde ciplinas no codificadas —como es el caso
eficacia; sus normas se convierten en la de la recién referida— la incorporación de
práctica en "letra muerta", bajo la apa- sus reglas más importantes a la Constitu-
riencJa de una legalidad constantemente ción, ha sido en general bien acogida por la
trascendida por la legislación o por actos Doctrina y la Jurisprudencia; y ese espal-
administrativos, que aprovechan esa vague- darazo técnico quizás contribuya al mante-
dad que impide, en definitiva, que se pueda nimiento o afirmación de su eficacia.
analizar con seguridad si los grados de je-
rarquía normativa han sido respetados. La IV. NOKMAS DE PREÁMBULO
"fundamentalidad" de las normas constitu- Y NORMAS DE TEXTO
cionales, pues, no debe identificarse con la 1. La distinción y precisiones terminoló-
"imprecisión". gicas. — a) Es relativamente frecuente, en
2. Otras conxideracionns: eficacia de las Derecho Comparado, que los textos articu-
normas atípicas. — Las normas constitucio- lados de una Constitución estén precedidos
nales atípicas tienen, ciertamente, el mismo de un "preámbulo", de formulación grama-
grado de validez que las que hemos denomi- tical "discursiva", de estilo "solemne", no
nado típicas. Sin embargo estas últimas dividido en artículos, como sí ocurre con el
tienden a conservar su eficacia por perío- texto propiamente dicho. De su presenta-
dos más extensos. El fenómeno es fácil- ción gramatical, surge que tienen un carác-
mente explicable: con un enfoque de "polí- ter introductorio a la Constitución, similar
tica constitucional" (no de derecho positi- en una primera aproximación a la parte ex-
vo constitucional) las normas atípicas han positiva que suele incorporarse como fun-
"invadido" el campo de la legislación ordi- damento en otro tipo de actos jurídicos como
naria o d,e los reglamentos (por la materia los actos administrativos y las sentencias.
regulada o por el excesivo detalle de la re- También podría encontrarse cierta simili-
gulación). Ello trae como consecuencia que, tud entre el "preámbulo constitucional" y la
a poco de dictadas, comiencen a perder ade- "exposición de motivos" de una ley; pero
cuación con la realidad, circunstancia que este último es, más bien, una explicación
distintos autores han calificado con diver- que loa autores de la iniciativa presentan a
sas denominaciones: para Kelsen ( 31 ), falta los órganos legislativos para mejor com-
de la "debida tensión" entre el deber ser de prensión del texto legal, y no se acostumbra
la norma y el ser de la realidad; para Her- incluir en el documento que publicita la
mann Heller ("-'), alejamiento entre la "nor- ley luego de promulgada (Diarios o Bole-
matividad y la normalidad"; para F. Lasa- tines Oficiales, Registros de Leyes, etc.).
lle ( s3 ), inadecuación, de "la Constitución En cambio, el preámbulo de las Constitu-
escrita" a la "verdadera Constitución"; ciones —cuando existe— acompaña siempre
para los mavxistas, falta de corresponden- a su texto en las publicaciones oficiales que
cia entre la "superestructura jurídica" y la difunden. Como destaca acertadamente
Vanossi ( 34 ), el vocablo "preámbulo" va
(30) Biscaretti di Ruffia (ob. cit., p. 266), seña-
quedando reservado para los ordenamientos
la que existen dos tendencias: una restrictiva y otra constitucionales, con neta distinción de las
expansiva en torno a la extensión que debe tener u n a
Constitución; y se inclina por el justo medio.
(31) Ob. cit., p. 325 y ss.
(32) Teoría Atl Estado, México, 1968, pp. 271-272. (34) Jorge Reinaldo A. Vanossi, "Preámbulos de
(33) ¿Qué f t una Constitución i, Bs. As., 1946. las Constituciones", en el tomo XXII de esta Enciclo-
pp. 91-92. pedia., p. 729 y ss.
exposiciones de motivos legislativas, de los En estos casos, el "traslado" se produce
considerandos judiciales y de los fundamen- generalmente hacia la "parte dogmática" de
tos administrativos". la Constitución.
b) Esta primera aproximación al concep- El constitucionalismo de base marxista
to del preámbulo constitucional, apresura la ha sido también proclive a la inclusión de
necesidad de aclarar que cuando hacemos preámbulos en sus Constituciones. En algu-
referencias a "normas" de preámbulo, es- nos casos, ellos han tenido una desusada
tamos utilizando el vocablo en un sentido extensión incluyendo no solamente una ex-
amplísimo, con la finalidad de mantener la plicativa enumeración de propósitos y prin-
uniformidad gramatical de las distintas cla- cipios doctrinarios, sino incluso referencias
sificaciones, haciendo más cómoda la expo- históricas. Un ejemplo característico de este
sición; porque precisamente, el tema más tipo de preámbulos, se encuentra precedien-
debatido en torno a los "preámbulos" de las do a la Constitución de Checoeslovaquia de
Constituciones, consiste en determinar su 11 de julio de 1960, compuesto de tres exten-
valor jurídico; y aún para quienes arriban sos capítulos.
a conclusiones afirmativas y hasta genero- En el citado trabajo de Vanossi ( ss ), se
sas al respecto, se hace difícil llamar "nor- analiza el constitucionalismo africano (con
mas" a las distintas partes u oraciones que referencias anteriores al año 1965); allí se
los componen. explica que además del preámbulo en el sen-
c) La costumbre de incluir preámbulos tido tradicional, esas Constituciones in-
encabezando o precediendo a las Constitu- cluían —en su mayoría— una especie de
ciones, en los sistemas de base liberal, se "lema" (por ej. "Unión, trabajo, justicia"),
ha inspirado fundamentalmente en el esta- que operaba a modo de consigna principal
blecido en la Constitución de los E.E.U/U. del pueblo o del Estado (:!S>).
de América de 1787 y en el que encabezó a d) No debe confundirse el preámbulo con
la Declaración francesa de 1789 de Los De- las "declaraciones de derechos" separadas
rechos del Hombre y del Ciudadano (8:i). del texto constitucional. Cuando antes nos
En Latinoamérica, la mayoría de los países referimos a las declaraciones de derechos
que fueron logrando su independencia, in- de las Constituciones (supra, Cap. II), alu-
cluyeron en sus primeras Constituciones díamos a normas sobre derechos fundamen-
preámbulos inspirados en algunos de los re- tales incluidas en el texto constitucional.
cién citados o en ambos ( 36 ). Varias de es- Ahora tratamos las declaraciones de dere-
tas Constituciones, en oportunidad de refor- chos del tipo de la célebre francesa de 1789
mas posteriores, mantuvieron el preámbulo; que no integró formalmente una Constitu-
pero otras, como la de Uruguay, decidieron ción; por otra parte, como ya se señaló, esa
eliminarlo ( 37 ). Una investigación de his- misma Declaración estaba precedida de un
toria constitucional, demostraría que la su- preámbulo. La historia jurídica francesa
presión del preámbulo ha coincidido, en la es particularmente ilustrativa para el aná-
mayoría de los casos, con la modificación lisis de las diferencias entre una declara-
del sistema de relaciones entre el Estado y ción de derechos (en documento separado)
las Iglesias, cuando se ha pasado de un sis- y el preámbulo de las Constituciones. Por
tema de Estado confesional (Estado con re- diversas razones, la actual Constitución de
ligión oficial) a un sistema de Estado laico Francia (aprobada en referéndum de 28 de
(Estado sin religión oficial) ; la comproba- setiembre de 1958 y promulgada el 4 de
ción podría explicarse advirtiendo que, con octubre de ese año) no contiene en su texto
frecuencia, los preámbulos contitucionales una declaración de derechos, sino que en
contenían —entre otras cláusulas— una su preámbulo dice: "El pueblo francés pro-
invocación a Dios o al Ser Supremo. Tam- clama solemnemente su adhesión a los De-
bién podría anotarse cierta tendencia a rechos del hombre y a los principios de la
suprimir el preámbulo o a reducir su con- soberanía nacional tal como fueron defini-
tenido, en Constituciones que resuelven dos por la Declaración de 1789, confirmada
incluir algunos de sus principios básicos en y completada por el Preámbulo de la Cons-
el propio texto es decir "en el articulado". titución de 1946".
Si se advierte que el valor jurídico de las
(35) Los textos de estos preámbulos así nomo e! "declaraciones de derechos" es materia de
tenor y sentido del preámbulo en el constitucionalismo controversia; si se recuerda además que
argentino, pueden verse en el citado trabajo de Vanossi. la eficacia de los preámbulos constituciona-
(36) También ejerció influencia inspiradora en al-
gunos países la Constitución española de Cádiz de 1812.
pero no tanto en materia de preámbulo porque su co-
mienzo contenía invocaciones de tipo monárquico.
(37) La Constitución uruguaya de 1830 contenía (38) Ob. cit, pp. 740-741.
un preámbulo relativamente extenso, similar al de las (39) La Constitución de Francia contiene este tipo
Constituciones de la época. Las Constituciones de 1018. de lemas, consignas o "divisas" en algunoa párrafos de
1934, 1942, 1952 y 1967 no incluyeron preámbulos. su art. '¿•>.
les ha dado lugar a numerosas discusiones, muy importante en la elucidación del pun-
es fácil concluir el cúmulo de cuestiones to : en su preámbulo, se remitía expresa-
que puede plantear el análisis de este pre- mente a la Declaración de 1789, como tam-
ámbulo de 3958, que se remite a una Decla- bién lo hace la actual Constitución de
ración de Derechos (de 1789), que a su vez 1958 ( 4 I ) .
tenía un preámbulo; y a otro preámbulo Durante la primera etapa (fundamental-
(de 1946) que confirmó y completó aquella mente durante la Tercera República fran-
Declaración. No debe extrañar la profusión cesa), algunos autores sostuvieron que la
y riqueza doctrinarias producida sobre es- Declaración de 1789 carecía de valor jurí-
tos puntos ( 4 0 ). dico y que su importancia y eficacia había
e) Sobre el valor y rango jurídicos de las derivado de su contenido político y teórico.
declaraciones de derechos (formuladas en Es la posición de Garre de Malberg quien
documento separado de la Constitución) se concluía que esa Declaración había consis-
han sostenido muy variadas teorías. El tema tido "en máximas abstractas o axiomas teó-
se plantea, naturalmente, cuando no se trata ricos, que esperaban su aplicación de los'
de una declaración formulada luego del es- textos constitucionales o legislativos por
tablecimiento de una Constitución rígida venir y que por sí mismos, desde el punto
ni por el procedimiento en ella establecido de vista práctico del derecho, se hallaban
para su reforma; porque si en cambio ocu- desprovistos de sanción" ('-).
rrieran esas dos circunstancias, es eviden- En la posición contraria se encuentra la
te que esa declaración tendría validez y efi- Doctrina que consideraba que la Declara
cacia constitucional, aunque constara en un ción era un documento jurídico, con valor
documento separado del documento consti- de ese carácter (y no meramente político).
tucional anterior. Solamente que se trata- De.ntro de esta tesitura, pueden sistemati-
ría de una hipótesis en que habría resulta- zarse diversas variantes: la que le reco-
do una Constitución "dispersa". Pero so nocía rango de ley ordinaria, la que consi-
trata de una hipótesis puramente teórica, deraba que tenía rango constitucional y, to-
Por cuanto si el Poder Constituyente se duvía, la que sostuvo que su jerarquía ju-
propusiere aprobar en tal situación una de- rídica era supra-constitucional. En esta úl-
claración de derechos con valor constitucio- tima solución, ni siquiera el Poder Consti-
nal, seguramente indicará de manera expre- tuyente hubiese podido contrariar las reglas
sa o claramente implícita, que se la está de la Declaración de 1789, con posteriori-
"añadiendo" a la Constitución; por lo que, dad a su producción (4:!). Para fundamen-
en definitiva, estaríamos ante una enmien- tar esta última tesis, se ha recurrido a va-
da constitucional (por incorporación de una riados argumentos: algunos giran en torno
nueva parte, que contiene esa declaración a principios jus-naturalistas; las reglas su-
de derechos) y el resultado no sería una periores y eternas del Derecho Natural, en
Constitución dispersa sino codificada. materia de derechos individuales, habrían
También es necesario concluir que el aná- sido recogidas en la Declaración de 1789, de
lisis del punto no puede hacerse en general donde derivaría su carácter jurídicamente
y en abstracto, sino estudiando cada caso, invulnerable. Otros insisten en que ella re-
es decir el derecho positivo concreto en cuyo cogió formalmente "principios generales de
contexto se produce la declaración. derecho", lo que conduce a similares con-
En Francia, como ya se expresó, las teo- clusiones. También se acude a la idea de
rías sobre la validez y eficacia jurídicas de que el Poder Constituyente Originario se
la Declaración de 1789 han sido varia- manifiesta no solamente cuando se consti-
dísimas. Una síntesis actual aconseja que tuye inicialmente un Estado, sino también
la reseña histérico-doctrinaria distinga dos cuando se produce en él una revolución, que
etapas: la primera, hasta la Constitución cambia sustancialmente sus bases; la Re-
de 1946; y la segunda, a partir de esa volución Francesa estableció una Declara-
Constitución, que introdujo un elemento ción de Derechos que condicionaría a quie-
nes luego establecen las futuras Constitu-
( 4 0 ) Prácticamente todos los constituclonalistas fran-
ceses han analizado el punto en R U S obras generales. La
}tevne ilf di'tñí puljlit- cf dr Ja> -veiVnce j'0lil¡<iut' de l'ii- (41) Este esquema es meramente aproximativo; en-
vís, ha publicado numerosos trabajos especializados so- tre otras razones porque "sallea" importantes etapas de
bre este tema; de Jeze, "Valeur jurulirjue de declara- la historia constitucional francesa (desde la Constitu-
tions de droits" (1913, fi88) ; de Pellonx, "Le preám- rión <le 1791 hasta la de 1948) ; no e s t u d i a , además, las
bulo de la C o n s t l t u t i o n de 27 oct. 1940" (194B, 347). verdaderas sustituciones de la Declaración du 1789 que
quien publicó en 1960 u n nuevo ensayo: .Quelques re- se h a b í a n operado en 1793 y 1848.
flections sur le preanibule de la Constitulion de 1958" ; ( 4 2 ) Teoría General del Enfado. México. 19!8, p.
de Morange, "Valeur juridique des principes eontenus 3245.
dans les Oéclarations des droits" (en el mismo n ú m e r o ) ; (4;¡) Todo ese espectro doctrinario resulta detalla-
de Georgel, "Preambule tle lu Constitution" (1960, 85). d a m e n t e anali/ado en los trabajos indicados en la nota
etcétera. X? 40.
ciones, que obrarían como Poder Constitu- Con frecuencia, la discusión sobre e! ran-
yente "derivado". Esta viene a ser la go jurídico de estas "normas" se plantea
posición de Duguit ( H ) , aunque su termi- preguntándose si realmente "integran" la
nología fue en el punto más "sociologista", Constitución. Vanossi ( 4 ( i ) señala que, con-
no manejando las expresiones Poder Cons- ceptualmente, es posible separar el proble-
tituyente "originario" y "derivado". ma de si el preámbulo forma parte de la
Durante la seyunda fta-pa (Constitución Constitución, del problema de su valor como
de 1946 y Constitución actual de 1958) la norma positiva. Nos parece que esa sepa-
cuestión tiene una variante que inclina ha- ración temática es esclarecedora, aunque
cia el reconocimiento del valor jurídico de ambos puntos están estrechamente vincu-
la Declaración de 1789, dada su expresa lados.
invocación en esas Constituciones. Pero b) Consideramos que las normas de pre-
como el envío se produce en sus respectivos ámbulo "forman parte" o "integran" la
"preámbulos", el punto se traslada hacia el Constitución. Esta afirmación se basa en
tema del valor jurídico de éstos, lo que se una razón jurídica que nos parece clara: el
encara en el apartado siguiente. Poder Constituyente aprueba dicho preám-
2. Rango jurídico de las "normas" de, bulo. Cualquiera sea su contenido, él es con-
•preámbulo. — a) Existe acuerdo generaliza- siderado, discutido y votado por los órganos
do en que los preámbulos constitucionales que intervienen en el proceso de elabora-
producen algunas consecuencias jurídicas; ción de la Lex Fundamentalis. No debe con-
no debe dudarse, por ejemplo, sobre su uti- siderarse una simple costumbre —sino una
lidad para interpretar alguna "norma del consecuencia del aserto señalado— que
texto" de la Constitución que presenta os- cuando la Constitución se publica, se di-
curidades o insuficiencias, o para captar f u n d e oficialmente, incluya el preámbulo;
debidamente las bases ideológicas o filosó- a diferencia de lo que ocurre con las "ex-
ficas que la inspiran a las que, precisa- posiciones de motivos" de las leyes ordina-
mente, se acude a veces para inteligir o rias que, como ya se indicó, no aparecen —o
integrar la Carta Fundamental. no tienen porqué aparecer— en la publica-
Pero esa pacificidad doctrinaria deja de ción oficial de la legislación.
existir, cuando se examina la validez jurí-
dica propiamente dicha de las normas de
Algunos preámbulos culminan con una
especie de cláusula solemne de "promulga-
preámbulo; más precisamente, cuando se
trata de decidir-si sus cláusulas tienen o no ción" del texto constitucional, en la que ex-
presan que se aprueba o se promulga o se
el mismo rango jurídico que las "normas
de texto" de la Constitución. En un esque- dicta "la siguiente Constitución" o "esta
Constitución" o "la presente Constitución"
ma sólo aproximativo, podría afirmarse
tendencialmente que, en el constituciona- y viene luego el texto articulado de la mis-
ma. Un exceso de "fetichismo gramatical"
lismo de base liberal, la doctrina francesa
se inclina hacia la posición afirmativa y la podría llevar a la conclusión de que de esas
fórmulas —especialmente la primera de las
doctrina norteamericana hacia la ncgativ't.
Este aserto debe entenderse do tal modo enunciadas— resulta que la Constitución
que no devenga en una falsa oposición; está formada por el texto que viene después
del preámbulo, sin incluirlo. A nuestro jui-
porque esas dos grandes tendencias doctri- cio, este tipo de argumentos puramente gra-
narias, tienen una motivación peculiar en
maticales no puede vencer, en su confron-
los respectivos sistemas constitucionales c!e tación con la circunstancia de técnica jurí-
Francia y de EEUU de América, que pre-
sentan, en esta materia, una diferencia muy dica antes señalada: el Poder Constituyente
importante: la Constitución francesa no aprueba tanto el texto articulado como el
contiene en sus normas de texto, una dech;- preámbulo de la Constitución. Es cierto que
lo aprueba "como preámbulo": pero ese es
ración de derechos, sino que su preámbulo el punto que se aclara precisamente en el
(tanto el de 1946 como el de 1958) envían párrafo que sigue.
como antes se explicó a la Declaración de
1789; en tanto que la Norteamericana in- c) La misma tendencia doctrinaria que
niega que el preámbulo integre la Constitu-
cluye el tema, en gran parte, en sus nor-
mas de texto ( 4 : i ). Ello explica inicialmente ción, afirma que de modo alguno tiene el
mismo valor que las normas de texto, que
la distinta trascendencia que uno y otro
sistema constitucional otorgan a las "nor- carece de fuerza imperativa, etc.
Biscaretti di R u f f i a dice con razón que
mas de preámbulo".
"acaso la cuestión se resuelve diferente-
mente dentro de cada particular ordena-
( 4 4 ) Traite..., vol. 1 \, pp.
((45)
4 5 ) KK«ta
« t a afiriníu-ir'm
af i ruine i r'm oes correcta no para oí texto
«le 1787 sino luego <le posteriores enmiendas, oapecial- ——————
monte la V y la XIV. ( (4(3)
4 G J Olí. cit., p. 737.
miento jurídico" ( 4 7 ), y recuerda que mu- V. NORMAS ESTABLES, PÉTREAS
chas veces (por ejemplo en la Constitución Y CIRCUNSTANCIALES
de Italia) los órganos constituyentes pre- 1. Criterios para la distinción. — En
fieren insertar en las normas de texto, cláu- cualquier Estado moderno, la Constitución
sulas de contenido más propicio para un es un documento jurídico básico, de gran
preámbulo, con el fin de evitar controver- trascendencia política. Cuando se la aprue-
sias. ba, se parte normalmente del supuesto de
Sin perjuicio de las particularidades que que ha de perdurar; la función constitu-
pueden ofrecer los distintos sistemas cons- yente es de ejercicio extraordinario o ex-
titucionales positivos, pensamos que pueden cepcional, no ordinario como el de la fun-
arriesgarse algunas consideraciones de or- ción legislativa ni cotidiano como el de la
den general. Para ello acudiremos nueva- función administrativa. Estas afirmaciones
mente al distingo que —usando la termino- son válidas tanto en el supuesto general de
logía kelseniana— existe entre la "validez" este trabajo —Constitución rígida— como
y la "eficacia" de las normas jurídicas. en el caso de las Constituciones flexibles.
A nuestro juicio, las "normas" del pre-
ámbulo constitucional, tienen el mismo gra- a) Aunque ese supuesto de permanencia
do de validez que las normas "de texto"; caracteriza la aprobación de toda la Cons-
ello es resultado concurrente de una consi- titución en su conjunto, como acto jurídico,
deración orgánica (ambos tipos son apro- a veces se establece ex-presa\mente la per-
bados por el Poder Constituyente) y de una durabilidad de todas o algunas de sus dis-
posiciones o principios, ya sea mediante
consideración formal (ambos tipos norma-
tivos son elaborados por el mismo procedi- prohibiciones explícitas de efectuar refor-
miento). Acaso sea este el motivo por el mas o a través de locuciones que inequívo-
cual, en definitiva, nos inclinamos por lla- camente equivalen a la prohibición. Llama-
mos "normas pétreas" a aquellas disposicio-
mar "normas" también a las de preámbulo.
La eficacia de las normas de preámbulo,
nes constitucionales "protegidas" explícita-
en cambio, es sin duda menor que ¡a.s de mente mediante la veda de su modificación.
texto y de aquí deriva la mayor "potencia-
Esta categoría normativa podría subdi-
divirse así:
lidad" normativa de estas últimas. Esta di
ferencia de eficacia no está impuesta, a —normas cuya reforma se prohibe "in
nuestro entender, por razones originaria- eternum". Por ejemplo, el último inciso del
mente técnico-jurídicas, sino como resulta- urt. 89 de la Constitución de Francia de
do del contenido y de la formulación gra- 1958 que dice: "La forma republicana del
matical explicativa y no imperativa que Gobierno no puede ser objeto de reforma";
tienen los preámbulos. Tómese una frase o el art. 2 de la Constitución uruguaya de
cualquiera de un preámbulo constitucional 1967 en cuanto establece que la República
y supóngase por un instante que estuviese Oriental del Uruguay ". . .es y será para
inserta como norma de texto, y se advertirá siempre libre e independiente de todo poder
racionalmente que su "fuerza", su "impe- extranjero", o su art. 3 según el cual "Ja-
ratividad" sería la misma (mínima o cuasi ;?ícis será el patrimonio de personas ni de
inexistente) ; y, en un ejercicio intelectual familia alguna";
en cierto modo inverso: imagínese una cláu- ——normas cuya reforma se prohibe du-
sula de preámbulo que tuviese una formu- rante determinado plazo. A veces la prohi-
lación concreta e imperativa; ¿se atrevería bición "protege" a toda la Constitución
el legislador ordinario a establecer una so- (como la primera Constitución revolucio-
lución contraria a dicha norma? (•"*). To- - n a r i a francesa, de 1791, que vedó su refor-
das estas suposiciones permiten advertir ma, durante las dos legislaturas siguientes);
que —por lo menos—- debe aceptarse que la en otros ejemplos la prohibición de reforma
menor eficacia de las "normas de preám- se refiere a ciertas disposiciones (como la
bulo" no derivan de su inclusión en esa Constitución Norteamericana de 1787 que
parte tan específica de una Constitución, prohibió la enmienda de algunos artículos
sino de su peculiar contenido descriptivo hasta luego del año 1808).
y no imperativo. —normas cuya reforma se prohibe si se
producen determinados acontecimientos, ge-
(47) Ob. cit.. p. 270. neralmente de peligro para la soberanía
(48) Kstfi pregunta a nuestro j u i c i o , debe tener una
respuesta negativa de principio; pero pueden dnrso so
estatal. Un ejemplo ilustrativo: el penúlti-
hicicmPK expresas c o n t r a r í a n o por lo menos distintas que mo inciso del citado art. 89 de la Constitu-
«eran válidas si resultan del propio texto eontititueionnl. ción de Francia, que dispone: "no podrá
l'n ejemplo muy interesante —cuyo real alcance motivó
«liscusiones— f u e IH solución dpi art. (.)° < l c Ifl Consti iniciarse ni proseguirse ningún procedi-
I n c i ó n f r a n c e s a de l í M t i en c u a n t o parecía i n h i b i r u!
t'oroité C o n s t i t u c i o n a l tic basar sus dii í á i u i - n e w en el
miento de reforma mientras sufra menos-
preámbulo. cabo la integridad del territorio".
En el N9 2 se examinará hasta dónde es Es ya tradicional que se distinga en el
exacto que estas normas que llamamos "pé- tema, su análisis puramente teórico jurídi-
treas" son jurídicamente irreformabies. co, de la descripción de lo que suele ocurrir
b) Casi todas las Constituciones contie- en el campo de la práctica política de los
nen normas cuyo término de aplicación se Estados. En efecto, desde este último en-
predetermina "ab-initio", o sea desde que foque, se constata que las modificaciones de
se dicta o aprueba. A estas normas, les lla- "normas pétreas" se han producido con al-
mamos "circMiistanciales". Generalmente se guna frecuencia, ya sea en casos de inte-
les incluye en una última parte, que suele rrupción de la continuidad constitucional
titularse "disposiciones transitorias" (4!)) o (revoluciones, procesos revolucionarios, gol-
de manera análoga. Su materia más transi- pes de Estado, etc.) o por vías que no ex-
tada es la fecha de entrada en vigencia de presan una "ruptura" de dicha continuidad
la Constitución; en ese ejemplo, llegada la (nuevas interpretaciones más o menos for-
fecha, esa norma circunstancial pierde efi- zadas de los textos, aprovechamiento de la
cacia por agotamiento de su contenido apli- "elasticidad" constitucional, etc.).
cable. A veces se incluyen normas circuns- Pero se trata en este apartado de estu-
tanciales cuya eficacia durará hasta que se diar el punto en su enfoque teórico jurí-
dicte alguna ley ordinaria. En estos casos, dico ; para lo cual puede centrarse el pro-
se trata generalmente de normas "atípicas" blema en la siguiente pregunta: ¿es válida,
(supra, Cap. III) que el Constituyente se por los procedimientos previstos en la Cons-
ve precisado a dictar si considera conve- titución para su reforma, la enmienda de
niente, por ejemplo, que algún órgano crea- las normas pétreas de la misma?
do en esa oportunidad pueda comenzar su b) Existe una respuesta sumamente fre-
funcionamiento de inmediato, para lo cual cuentada, de Hans Kelsen ('''), quien opina
se hace necesario regular algunos aspectos que esa reforma no es teóricamente válida.
de "njateria legislativa". Una Constitución que modificase normas
Mientras dura el tiempo de aplicación de pétreas de la Constitución anterior, estaría
las normas circunstanciales, su validez y su precisamente violando normas de creación
eficacia es igual a las del común de las jurídica establecidas en la más antigua de
normas constitucionales ( 50 ). las dos. Esta respuesta de Kelsen se inser-
c) Entre las "normas pétreas" (de per- ta, naturalmente, en su concepción general
manencia especialmente acentuada por la sobre la creación válida de los distintos ti-
Constitución) y las "normas circunstancia- pos de normas jurídicas. Así, la validez de
ies" (por definición efímeras) se encuen- las leyes ordinarias radica esencialmente en
tran las "normas estables", cuyo nombre que han sido creadas por el procedimiento
quiere sugerir precisamente que tienen la establecido en el tipo normativo superior,
probable prolongada duración que caracte- la Constitución. Y la validez de una Cons-
riza a las Constituciones. En este sentido, titución, resulta de que ha sido elaborada
se trata de las normas más comunes y que por el procedimiento establecido en la Cons-
en gran mayoría componen la Carta. Es lo titución anterior para su reforma. Pero si
que podríamos llamar la categoría normal, esta "Constitución anterior" ha declarado
en tanto que no ofrece peculiaridades en irreformable algunas de sus disposiciones,
materia de vigencia. la Constitución posterior que las reformase
2. La cuestión de la reforma de, las "nor- habría violado, en definitiva, reglas de pro-
mas 'pétreas". — a) se ha discutido acerca cedimiento para su creación.
de la validez de la modificación de una nor- c) Nos parece que el traslado más o me-
ma que la propia Constitución ha declarado nos mecánico de estas conclusiones genera-
irreformable expresamente. El punto se les kelsenianas a situaciones de Derecho
vincula con el.que se trató antes, al analizar Positivo, puede conducir a errores. En efec-
la perdurabilidad de los principios dogmá- to, en algunas Constituciones resulta ine-
ticos (supra, Cap. II, N° 2 "b") ; pero está quívoco que las normas que establecen sus
incidido ahora por un nuevo elemento ju- mecanismos de reforma no permiten que
rídico que lo hace de más compleja solu- estos mecanismos sean jurídicamente aptos
ción: la declaración explícita de "irrefor- para modificar reglas "pétreas"; un ejem-
mabilidad". plo claro sería el art. 89 de la Constitución
de Francia, que en sus primeros incisos es-
(49) Justino Jiménez de Avechaga (ob. cit., t. X.
p. 264) ]¡is defino romo "conjunto de normas que hn tablece el procedimiento para la modifica-
sido necesario dictar para ordenai" el transitó dp un ción constitucional y en sus dos últimos
régimen anterior a la entrada en vigencia de la Cons- incisos prohibe que dicho procedimiento -se
t i t u c i ó n actual".
(50) Panado ese momento pierden eficacia; pero si
quedan o no en situación jurídica idéntica a la de un?i
norma derogada, es un teína discutible cu>» trasíoudu
jus-filosófico trasciende los propósitos de este trabajo. ( 5 1 ) Ob. cit., p. Í3"¿.
ejercite en circunstancias en que "sufra nes de reformar con validez, las normas que
menoscabo la intergidad del teritorio" o declaran la "irreformabilidad" de ciertas
que se cambie "la forma republicana de soluciones (55) ;
Gobierno". Está claro en este ejemplo que —opción entre la tesis de la "soberanía
el Poder Constituyente que actúe en una nacional" y la tesis de la "soberanía popu-
eventual enmienda futura, ha quedado ex- lar". Aunque se admitiese que la enmienda
presamente limitado por esas dos "prohibi- de normas pétreas siempre implica viola-
ciones". ción de reglas de procedimiento de reforma
Pero existen otras situaciones en las cua- constitucional (opinión de Kelsen), la tesis
les la Constitución contiene normas que de- de la "soberanía popular" permitiría "sub-
clara irreformables por un lado y, por otro, sanar" aún ese vicio, mediante un pronun-
establece los procedimientos para modificar ciamiento inequívocamente mayoritario
la Constitución, sin indicar límites en estos (por ejemplo en un plebiscito constitucio-
últimos o, todavía, expresando que por ellos nal) ( 5 «).
la Carta ( 32 ) puede ser reformada "total o
parcialmente". Es el caso de la Constitu- VI. NORMAS PLENAS Y NORMAS
ción de Uruguay, que tiene algunas disposi- PROGRAMÁTICAS
ciones cuyo texto permite incluirlas entre 1. Criterios para la distinción. — a) Ya
las "pétreas" y por otro lado, su art. 331 indicamos que la peculiaridad de las reglas
comienza expresando que "La presente constitucionales hace desaconsejable que
Constitución podrá ser reformada, total o en su sistematización se maneje el vocablo
parcialmente, conforme a los siguientes "norma" en su sentido tradicional o clásico:
procedimientos: ...". En estos casos, re- un mandato y una sanción para el incum-
sulta bastante difícil concluir que el Poder püdor (supra, cap. II, N9 3, "b"). Hemos
Constituyente que actúe en el futuro haya partido de un concepto mucho más lato de
quedado limitado en cuanto al contenido norma constitucional.
de una eventual reforma (obviamente, está Llamamos norma constitucional "plena"
limitado en cuanto al procedimiento de su a aquélla que propone un determinado tema
actuación) ( 53 ). y lo regula, por lo menos básicamente, de
Los ejemplos manejados tienen por objeto manera tal que esa norma es susceptible
demostrar que la cuestión planteada puede de. aplicación inmediata, aún cuando no haya
tener soluciones distintas frente al derecho sido reglamentada por leyes o reglamentos.
positivo de cada sistema. El tratamiento Denominamos en cambio normas consti-
general del punto implicaría una serie de tucionales "programáticas", a las que men-
opciones que trascienden los límites de este cionan un tema determinado pero no lo re-
trabajo; meramente las dejamos esbozadas: gulan, sino que ordenan o encomiendan su
—distinción entre la "norma pétrea" y regulación al Legislador Ordinario o a otras
la norma que le otorga ese carácter al de- autoridades; o que, aún conteniendo cierta
clararla irreformable (suele ocurrir que regulación ella es tan inicial o apenas es-
ambas estén en un mismo "artículo" de la bozada, por lo que la norma no es suscepti-
Constitución) ; la opción consiste en decidir ble de aplicación hasta tanto se reglamen-
si las dos tienen el mismo valor jurídi- te (•>>).
CO (•-.«);
El criterio utilizado —como ya se habrá
—opción acerca de si el Poder Constitu- advertido— necesita manejar también el
yente "actual", tiene igual o menor jerar- distingo entre validez y eficacia. La norma
quía que el anterior. Si se sostuviera que
tiene igual jerarquía, estaría en condicio-
(55) Intelectualmente, en esta posición, la reforma
se descompone en dos "etapas": en la primora (por el
(52) En varios pasajes de este trabajo hemos usado mecanismo de reforma previsto por la Carta) se modi-
el vocablo "Carta" como sinónimo de Constitución. A fica la norma que declara pétrea a otra; en la segun-
esta altura parece necesario aclarar que le damos por da, se enmienda la norma pétrea.
comodidad expositiva ese sentido amplio, aunque algunos ( 5 G ) La distinción entre "soberanía nacional" \
autores lo reservan para un tipo determinado de Cons- "soberanía popular" se origina en dos conocidas posi-
tituciones: las "otorgadas" por un Monarca, más o me- ciones sostenidas entre los revolucionarios franceses;
nos graciosamente, a sus si'ibditos (por ej. la Carta Mag- ambas expresiones vienen desde esa época. Para que ei
na inglesa). distingo tenga sentido en el tenia ahora tratado, debe
(53) Parte de la doctrina ha sostenido que aunque admitirse que "la Nación" aeti'ia limitada por las nor-
el texto se refiera a la posibilidad de reforma x"total" mas constitucionales y que. en cambio "el Pueblo" puede
no podría trascenderse el concepto de "reforma", que superar esos límites mediante pronunciamientos mayo-
no equivale a "sustitución" sino a modificación de algo riturios directos.
q u e permanece incambiado en su esencia. De acuerdo a ( 5 7 ) José A. García Trevijano-Fos, opone las nor-
io que expusimos supra (Cap. II, N'-' 2, "c", 4'.') no mas plenas a las normas "en blanco"; y formula otra
compartimos esa solución. _ clasificación de normas en programáticas y no progra-
( 5 4 ) El distingo entre normas de la Constitución máticas (Tratado de Derecho Administrativo, Madrid,
que se refieren al procedimiento para su propia reforma 19B8, t. 1, pp- 214-217). Pero su planteo se refiere a
y los demás preceptos que la componen, podría pretextar la clasificación general de las normas y no exclusiva-
otra clasificación normativa. mente a las constitucionales.
programática es tan válida como la plena, competencias que habrá de tener. Los artí-
pero su eficacia queda suspendida (no es culos "B" y "C", aisladamente leídos, pue-
susceptible de ser aplicada inmediatamen- den tener todas las características de las
te) hasta tanto sea reglamentada; la norma ."normas plenas"; sin embargo serán pro-
plena en cambio es de inmediata eficacia. gramáticos, porque su aplicación es imposi-
b) Existe una equivocada tendencia a ble hasta tanto se dicte la ley a que se refie-
confundir las normas "programáticas" con re, en el ejemplo, la norma "A".
.las "dogmáticas". No parece necesario ex- c) La norma programática, de manera
plicar ahora que se trata de dos conceptos expresa o claramente implícita, está "a la
distintos, que integran clasificaciones for- espera" de otras normas de inferior jerar-
muladas en base a criterios diversos f s u - quía jurídica (leyes o reglamentos) que
pra, Cap. II, N9 1) : por lo que nada impide hagan posible su aplicación. En algunos ca-
que una norma pueda ser a la vez dogmá- sos el Constituyente ordena, al Legislador
tica y programática. Precisamente se ad- (o al Poder Administrador) regular una
vierte que la mayoría de las normas progra- determinada materia; en otros, ¡e faculta
máticas suelen estar documen talmente in- a hacerlo. A veces la norma programática
sertas en las "partes dogmáticas" de Iss se limita a ordenar o facultar dicha regula-
Constituciones; esa quizás sea la causa de ción sin establecer ni siquiera directivas
la confusión recién señalada. Especialmen- básicas sobre el contenido que habrá de te-
te a partir de la primera post-guerra mun- ner la misma; esta hipótesis no es la más
dial, el constitucionalismo liberal d° tipo frecuente, ya que por lo general el Constitu-
individualista ("democracia clásica") co- yente no solo menciona el tema a regular,
menzó a incluir normas atenuadoras o limi- sino que establece, "directivas" por lo menos
tantes de dicho individualismo; una d"' las las básicas, a las que deberá ajustarse ( 5 R ).
manifestaciones de ese tránsito consistió en La indicación de estas diversas variantes
la inclusión en las Constituciones de nor- de las normas programáticas —que incluso
mas oue además de los clásicos "derechos permitiría una subclasificación— puede te-
individuales", consagraban los llamados "de- ner particular utilidad para diagnosticar los
rechos sociales" o "económico-sociales" (se posibles distintos efectos jurídicos de la
trata de u n o de los caracteres de las deno- "violación" de normas programáticas, por
minadas "democracias sociales"). Son tra- parte del destinatario de! mandato o la ex-
diciona'mente citadas en este sentido las hortación de regular el tema indicado por
Constituciones de México ("de Querétaro") ellas.
de 1917. la alemana "de Weimar" de 1010, 2. Efectos jurídicos de las normas pro-
gramáticas. — Como afirmación inicial, es
la de España de 1931 ("de la República
Española"), así como la mayoría de las correcto afirmar que estas peculiares nor-
dictadas en América (o sus enmiendas) mas carecen de eficacia hasta tanto se re-
entre 1930 y 1960. Efectivamente, en esas glamenten. Ello es efectivamente así, cuan-
declaraciones de "derechos sociales" menu- do el análisis se dirige al tema o materia
dean las normas programáticas; grandes que la norma programática nombra pero no
líneas o directivas sobre temas concretos, regula (sino que encomienda su regula-
para que el Legislador los regule. Pero si ción). Pero esa conclusión no significa que
esas normas sobre "derechos sociales" son no produzcan efectos jurídicos bajo otros
susceptibles de aplicación inmediata, obvia- enfoques, especialmente estos: a) inciden-
mente que no constituyen ejemplos de cia de las normas programáticas sobre otras
'•'normas programáticas". normas de la Constitución; b) consecuen-
cias de la omisión del Legislador (o de
Por otra parte, el contenido o materia de otra autoridad) de reglamentar la norma
las normas pro?rramáticas no se restringe programática; c) contradicción de las leyes
al tema de los derechos o a temas "dogmá- con normas constitucionales programáticas.
ticos". Es frecuente que una Constitución a) En muchos casos el.verdadero senti-
encomiende al Legislador la creación de un do de una norma constitucional plena se
determinado órgano; en esta hipótesis esta-
remos frente a una norma constitución? 1
"programática" —carece de eficacia hastfi (53) A veres rl Constituyente utiliza un lenguaje
tanto se dicte la ley— y al mismo tiempo peculiar al establecer las "directivas", i n d i c a n d o que
"KR procurará" o "se velará" por tal o cual solución.
"orgánica" (por la materia o tema que tra- Kstas formulaciones no son en principio convenientes.
ta). En estos casos suelen producirse ver- por((iie os prácticamente imposible determinar luego sí
KP "procuró" adecuadamente lograr la solución q u e r i d a
daderas "cadenas- programáticas"; suponga- por rl Constituyente. Cuando se emplea este tipo de
mos que la norma "A" se limita a establecer vocablos, la falta de eficacia inmediata de la norma
programática se hace patente. A tal p u n t o que a Jos
que la ley creará un determinado órgano; artículos respectivos, en lugar de "normas" programá-
y que las normas "B" y "C" establecen las ticas, se les suele llamar "consejos" programáticos.
aclara recurriendo a una programática; las normas programáticas contienen direc-
elle es especialmente factible, cuando esta tivas que indican en qué sentido, hacia cual
última tiene "directivas" (supra N9 1, "c") dirección, deben inclinarse las soluciones
que contribuyen a esclarecer el punto dudo- legales. S-i e! Legislador desvirtúa esas in-
so. Esto no es más que una aplicación con- dicaciones, se acepta que existe inconstitu-
creta del análisis "contextúa!" como camino cíonalidad (tíl).
apto para la interpretación de la Carta 3. El exceso programático. — Algunas
Fundamental. Constituciones han abusado, en su técnica
b) Se pregunta cuál es la responsabilidad de formulación, incluyendo abundantes nor-
del Legislador, cuando la norma programá- mas programáticas; cuando ello ocurre real-
tica ha ordenado que se legisle sobre alguna mente, pomposos capítulos constitucionales
materia y la legislación no es dictada. Como se convierten en meras declaraciones, sin
no es nada frecuente que la Constitución eficacia jurídica. Consideramos útil distin-
fije algún término para que la actuación guir dos situaciones de exceso programá-
legislativa se produzca, es imposible deter- tico: una, cuando efectivamente la Consti-
minar jurídicamente en qué momento se tución contiene demasiadas normas de ese
habría producido el "incumplimiento" del carácter, especialmente en materias cuya
Legislador. Por otra parte, aunque ese tér- importancia requiere su regulación por nor-
mino estuviese establecido, debe aceptarse mas plenas; otra, cuando la Doctrina y la
que no se produce en la hipótesis responsa- Jurisprudencia han atribuido el carácter de
bilidad alguna de tipo jurídico. La dinámi- programáticas a normas constitucionales
ca de'; los cuerpos legislativos es esencial- que no lo son de esa categoría. En este últi-
mente política; por ello, las leyes se propo- mo caso, el error debe imputarse al intér-
nen o no, se aprueban o no, según resulte prete y no al Constituyente; aunque bien
de factores de impulso de ese carácter. El podría hablarse de "concurrencia de cul-
Derecho obra en este campo a modo de lí- pas" porque la situación se ha dado precisa-
mite, pero no como factor dinamizante. Por mente en casos en que los textos constitu-
consecuencia, a lo sumo podría pensarse en cionales no están redactados con suficiente
la existencia de una "responsabilidad po- precisión o contundencia (supra, Cap. Til,
lítica". Pero en todo caso, ella sería del N<? 1, "b").
cuerpo legislativo (responsabilidad "orgá- 4. Reacciones contra el exceso programá-
nica") y no de los legisladores individual- tico.— a) Como es obvio, el empipo de una
mente, por lo que en definitiva no existen correcta técnica de formulación constitucio
dispositivos jurídicos que permitan hacer- nal, es el modo racional más eficaz para
la efectiva. Tal ve?, en algún caso —más prevenir el exceso de normas programáti-
bien rebuscado— pudiese encontrarse la cas. Pero aparte de ese elemental razona-
chance de pertinencia de una "censura po- miento, la Doctrina y la Jurisprudencia fue-
lítica" (•"''') o hasta de un "juicio político"; ren afinando el concepto de norma progra-
sería la hipótesis en que la ley ordenada mática, especialmente respecto de las que
por la norma programática fuese de inicia- refieren a derechos de los individuos o gru-
tiva privativa o exclusiva del Poder Ejecu- pos sociales. Análisis más exigentes fueron
tivo. Podría sostenerse la pertinencia de al- demostrando que muchas normas do "apa-
gunos de esos institutos por la omisión en riencia" programática por defectos en su
elaborar y presentar el proyecto ( f i n ). formulación gramatical eran en realidad
c) Es generalmente admitido que las le- plenas, si se les interpretaba adecuadamen-
yes ordinarias pueden ser declaradas in- t e ; la consecuencia jurídica es trascenden-
constitucionales por contrariar a una nor- te; nada menos que la posibilidad de que se
ma programática de la Constitución; trá- les aplique, aunque no se les haya regla-
tese de la ley que se propone reglamentar mentado ( 62 ).
a la norma programática o de otra que no
se haya dictado con ese propósito pero cuyas
(61.) El lema se hace muy polémico cuantío se trftia
soluciones presentan colisión con aquélla. de leypx anteriores a la Constitución, que quedan coli-
Estas situaciones pueden darse cuando diendo con normas programáticas incorporadas en esta
última. Tjas discusiones en torno a ese p u n t o lian sido
particularmente intensas en Italia (puede verse su sín-
tesis en Biscaretti di R u f f i a , ob. cit., pp. 267-268).
Estimamos que el fondo del asunto debe centrarse en
(50) Naturalmente, si se traíase de un sistenííi determinar si realmente existe colisión; si b solución
"parlameütarista". es afirmativa, eí punto no debe oscurecerse por la cir-
(60) La pertinencia del juicio político e*; casi des cunstancia do que la norma constitucional del caso ,sea
eartable ab-initio, ya que esc instituto pone en juego la programática.
responsabilidad "político-penal" del gobernante. Para que (62) También se luí perfeccionado el estudio d*
procediere, la omisión de cumplir IR directiva constitu- alguno* efectos jurídicos de las normas realmente- pro-
cional tendría que configurar un delito o estar estre- gramáticas. Además de los antes indicados (N'.' '2} la
chamente vinculada con su producción (por ej. un caso doctrina de Derecho Administrativo acepta en general Ix
de ''soborno para que no se promueva una iey", etc.). conclusión de que las directivas programáticas coüstitu-
b) En el Derecho Constitucional urugua- CLÁUSULAS ECONÓMICAS Y SOCIA-
yo se utilizó un original dispositivo contra LES DE LAS CONSTITUCIONES.*
los excesos programáticos. En su Constitu-
ción de 1942 se incorporó un artículo —el SUMARIO: I) El surgimiento de las cláu-
sulas económicas y sociales. Su desarro-
último de las disposiciones estables— que llo en las Constituciones europeas de entre-
dispuso: "Los preceptos de la presente guerras (1917 a 1939); II) La evolución
Constitución que' reconocen derechos a los de las cláusulas económicas y sociales en
individuos, asi como los que atribuyen fa- el constitucionalismo de la última post-
cultades e imponen deberes a las autorida- guerra; III) Las cláusulas económicas y
des públicas, no dejarán de aplicarse por sociales en el ámbito del constitucionalismo
falta de la reglamentación respectiva, sino socialista; IV) Las cláusulas económicas
que ésta será suplida, recurriendo a los y sociales en las Constituciones Latino-
americanas; V) Las cláusulas económicas
fundamentos de leyes análogas, a los princi- y sociales en la Argentina; VI) Ubicación
pios generales de derecho y a las doctrinas y valor de las cláusulas económicas y so-
generalmente admitidas" (6:i). ciales en la clasificación de las normas
Esta norma —dogmática, quizá atípi- constitucionales; VII) El control de cons-
ca ( c t ) , de texto, estable y plena— reaccio- titucionalidad en la aplicación de las cláu-
naba en rigor contra la costumbre de consi- sulas económicas y sociales; VIII) Balan-
derar programáticas a ciertas reglas que no ce, y crítica de las cláusulas económicas y
sociales a la luz del constitucionalismo
lo eran. Intentaba dar —más bien recono- contemporáneo.
cer que ya tenían— eficacia inmediata a
importantes normas sobre derechos socia- I. EL SURGIMIENTO DE LAS CLÁUSULAS
les, fundamentalmente, que habían sido in ECONÓMICAS Y SOCIALES. SU DESARROLLO
corporadas en la Carta anterior (de 1934) EN LAS CONSTITUCIONES EUROPEAS
siguiendo la tendencia del constitucionalis- DE ENTRE-GUERRAS (1917 A 1939)
mo de la primera post-guera a que antes La incorporación de cláusulas de conte-
hicimos referencia (N 9 1, "b"), y que en nido económico y social es una de las carac-
ciertos casos se encontraban sin aplicación terísticas más definidas de la etapa del
a la espera de la reglamentación respectiva constitucionalismo que recibe comúnmente
(ley o reglamento). el nombre de "constitucionalismo social".
La originalidad de esta norma no está, En rigor de verdad, la aparición de las lla-
desde luego, en la mención de su último giro madas "Constituciones sociales" no signifi-
a tres conceptos de universal recibo como có el nacimiento sino la jerarquización de
mecanismos de integración jurídica, sino en la legislación socia!, toda vez que hasta ese
su inclusión constitucional con el fin de momento ya gozaban de rango normativo
dinamitar la aplicación de otros preceptos numerosas disposiciones de la misma índo-
de la Carta. le: el paso final fue, precisamente, el de la
A partir de 1942 se hizo generalizada en incorporación a los textos constitucionales,
la Doctrina uruguaya, la siguiente afirma- con jerarquía de ley suprema, de esas dis-
ción: no es programático un articulo de la posiciones referentes a la materia económi-
Constitución —cualquiera sea su fórmula ca y social.
gramatical— si se trata de algunos de los En Europa, la novedad constitucional a
preceptos a que se refiere la primera parte que nos referimos apareció al término de
de la norma transcripta, ya que tiene efi- la primera guerra mundial, en coincidencia
cacia inmediata aunque falte "la reglamen- con la transformación política e institucio-
tación respectiva". nal de los países vencidos en la contienda
y de algunos que se crearon con motivo del
CLASIFICACIÓN DECIMAL UNIVER- defmantelamiento de éstos. Fue en la asam-
SAL DE DERECHO ESPACIAL. (V. TA- blea de Weimar donde quedó formalizada
BLA DE CLASIFICACIÓN DECIMAL UNIVERSAL la incorporación de varias cláusulas econó-
DE DERECHO ESPACIAL.) micas y sociales en la flamante Constitu-
ción republicana de Alemania; y la citada
incorporación surgió como el resultado de
ciotiait'fc». aú'tT ;iufes de dictarse su i'eg]amentación por las múltiples transacciones que se acorda-
ley o reglamento. <|ii¡tan tlÍHcrecionalidnd a la Adminis- ron en aquella asamblea entre los diversos
tración en (orno a! tenia previsto en la norma progra-
mática. sectores y los divergentes puntos de vista
( 6 3 ) Kra el n r l . 282 de la Carta de 1942; pasó a que la componían. Del mismo modo que la
lenev el NV :¡;i2 en Jas de 1952 y 1967. creación del Consejo Nacional de la Eco-
( C 4 ) Su "atípieidad" proviene en oí caso del ca- nomía (Consejo Económico y Social), las
rácter de norma esencialmente "técnica". Pero su tros
(•endemia liara In aplicación —y aún la interpretación—-
de cas^i todo el testo constitucional fue indudable. De
ahí <¡ue pueda ser calificada de "dogmática". * Por el Dr. JORGE REINALDO A. VANOSSI.
cláusulas sobre el trabajo, la propiedad, orático. Y, a la inversa, la Constitución que
etc. fueron el resultado de una trabajosa omitiera las cláusulas económicas y socia-
convergencia de criterios, superando así las les, era considerada un instrumento insufi-
gruesas oposiciones que sostenían las di- ciente e inadecuado para el gobierno social
versas ideologías o corrientes de pensa- contemporáneo, tan lleno de requisitorias
mientos actuantes. También se vio en estas y de espectativas provenientes de los secto-
creaciones la expresión de un reconocimien- res más necesitados. •
to a la actuacióft que tuvieron los sectores De esa manera, el constitucionalismo so-
obreros en el frente interno de los países cial y sus cláusulas típicas aparecieron
beligerantes ( 3 ) . como un reflejo de la nueva realidad o, al
Pero lo más importante de destacar en la menos, como expresión de un proceso in-
génesis de estas cláusulas y en su imbrica- merso en esa nueva realidad. Las Constitu-
ción en el marco del constitucionalismo so- ciones cambiaron para poder encauzar el
cial, consiste en el carácter evolutivo y proceso mediante el instrumento legal, pero
transformador de la filosofía política que el proceso ya existía y estaba en pleno tiem-
inspiró esos cambios. No se trataba de so- po de consolidación. Sus antecedentes par-
luciones maximalistas ni de actitudes nihi- tían del siglo xix, cuando la "cuestión so-
listas; por el contrario, la dirección del pro- cial" hizo insurgencia en las aguas de la
ceso apuntaba al establecimiento de demo- sociedad industrial europea, ejerciendo pre-
cracias sociales, con el apoyo normativo sión sobre los órganos de! poder a través
de normas constitucionales que reflejaran de —por lo menos— tres instrumentos po-
los nuevos roles del Estado y las nuevas mi- líticos que tomaron las masas para utili-
siones de la sociedad. Mas aún, el constitu- zarlos en la prosecución de sus conquistas:
cionalismo social mantiene el cordón umbi- el sufragio universal, la asociación sindical
lical con el liberalismo constitucional, a tra- y la huelga. Si el constitucionalismo clási-
vés del reforzamiento del "garantismo". No co —en su versión francesa— había sido
reniega de las exigencias del famoso Art. contemporáneo de la Ley Chapelier (1791),
16 de la Declaración de los Derechos del puede reconocerse un momento definitorio
Hombre y del Ciudadano (Francia, 1789) en la gestación del Constitucionalismo So-
en cuanto a que la separación de los poderes cial con la ley derogatoria de aquella prohi-
y la garantía de los derechos eran presu- bición al derecho de agremiación, o sea, con
puestos insoslayables de toda organización la Ley Waldeck-Rousseau, de la década del
constitucional. ochenta. Esto, no importa desconocer los re-
El constitucionalismo social aparece pues motos antecedentes de la preocupación "so-
como la suma de dos expresiones que revis- cial" de los constituyentes franceses, toda
ten el carácter de verdaderas conquistas o vez que son bien conocidas las manifesta-
progresos de la era constitucional: algo así ciones de un ala avanzada de 1?. Revolución
como un estadio de la cultura constitucio- de 1789 y, más concretamente en el terreno
nal. Tales expresiones estaban dadas por la constitucional, la influencia de Robespierre
inserción de las cláusulas económicas y so- y de Saint Just en la nueva redacción de
ciales y por la denominada "racionalización la Declaración de los Derechos, propuesta
del poder" ( 2 ). La interdependencia entre en 1793 (-1).
ambas constituía la novedad en la concep- Del constitucionalismo clásico al consti-
ción del nuevo edificio jurídico del Estado: tucionalismo social mediaba todo un cam-
rio podían darse separadamente, prescin- bio en la sociedad: industrialización, hondo
diendo una de la otra, ya que una Constitu- proceso de masificación, politización, migra-
ción social que no contemplara ]os requisi- ciones y hacinamientos urbanos, crisis eco-
tos de la "racionalización del poder" no po- nómicas, etc. Con el transcurso del tiempo,
día ser reconocida como instrumento demo- quedaría registrada una dobla transforma-
ción, a nivel del Estado y a nivel de los
derechos de las personas: esa doble trans-
(1) Conf. Vanossi, El misterio Ar 7a reprfgrnlwión formación consistía en el tránsito del Esta-
rolítica, Ed. América Actual, Bs. As., Í972, p. 96. Asi-
mismo, en Boris Mirkine Guetzeviteh, Modernas tfntlrn- do abstencionista al Estado intervencionis-
cia* del Drrflio Constitucional, Ed. Reus, Madrid, ta, por un lado; y en la complcmcntacíón
1934. pp. 3, 4 y ss.
(2) Conf. Mirkine Guetzevitch, ob. cit., capítulo
primero ("El problema de la racionalización del poder"); (3) Conf. Mirkine Guetzevitch, ob. cit,, pp. 85 y
también: Manuel García Pelayo en El Ettado social »/ BG. Dice este autor que "los derechos sociales no eran
sus ímtilicacionfs, Ed. Universidad Nacional Autónoma extraños a la conciencia jurídica de los hombre* de la
de Mélico, 1975, p. 8. Para este autor, la idea del Revolución Francesa"; y que el proyecto de Romine a
"Estado social de Derecho" se debe a Hermann Heller la Convención (1793) habla ríe "derechos Rocíales". Ade-
"...quien la desarrolla en 1929 como única fórmula más, señala este autor que la Declaración de 1793 in-
destinada a cancelar la doble irracionalidad del Estado corporó en el Art. 1? el concepto de "bienestar común".
fascista y del Estado liberal burgués de Derecho o, Cabfi preguntar si los autores de) Preámbulo de la Cons-
más precisamente, como la única alternativa válida titución Argentina de, 1853 adoptaron de allí el concepto
frente al fascismo" (p. 8). de ''bienestar general" que se encuentra en él.
de los derechos individuales con el surgi- de obtener jurídicamente prestaciones de
miento de los derechos sociales, por el otro. ese nuevo Estado. No bastaba con que el Es-
Mientras que en la fisonomía clásica del tado protegiera a través de la garantía del
Estado liberal no se concebían para éste orden y de la administración de justicia,
otras funciones más que las propias del ase- sino que e! aparato estatal quedaba al servi-
guramiento del orden (concepto estrecho cio de las necesidades de sujetos a quienes
del "poder de policía": seguridad, salubri- el propio ordenamiento jurídico dotaba de
dad, moralidad), a tal punto que el Estado acción legítima para impulsar la actividad
así limitado era conocido con el nombre de estatal en servicios y prestaciones. Pero aquí
"Estado gendarme"; en cambio, bajo la el cambio registraba otra novedad de impor-
nueva siluación, e! Estado pasaba a ocupar tancia: si bien los sujetos de los derechos
un papel muy importante en la regulación eran siempre ¡as personas humanas, los ti-
de la vida social, malgrado la desconfianza tulares de los derechos "sociales" eran úni-
que tradicionalmente despertaban sus in- camente aquéllos que pertenecían a ciertos
cursiones en campos ajenos a los de las re- sectores sociales o que desempeñaban deter-
ducidas competencias asignadas por las pri- minadas funciones en la colectividad. No
meras Constituciones (concepto amplio del estamos en presencia de una situación de
"poder de policía": policía de la prosperidad universalidad —como en el caso de los dere-
y del bienestar). De un Estado pequeño (su chos individuales—, sino ante sectorializa-
aparato simple y barato) se pasaba a un ciones funcionales, en virtud de las cuales los
Estado complejo y costoso, dotado de nue- nuevos derechos —los llamados "derechos
vos órganos investidos de nuevas funciones sociales"— eran derechos con nombre y ape-
y con el ejercicio de nuevas competencias: llido: ¡os derechos del trabajador, los dere-
la asunción de los nuevos poderes era a chos de la clase pasiva, los derechos de la
cuenta de la corrección de la línea separa- fíiniilia, los derechos del niño, etc. O sea, que
toria entre la sociedad y e] Estado, a favor la tenencia o no de tales derechos estaba
de este último. La línea demarcatoria se- en relación con ¡a p?rtenencia a determinado
guía existiendo (presupuesto básico de todo grupo o sector. Habíamos pasado de la indi-
e! constitucionalismo), pero su ubicación ya vidualidad a la grupalidad, ya no sólo en los
no era la misma: estaba "corrida" en direc- hechos sino también en el derecho. Y en el
ción hacia el acrecentamiento de las funcio- derecho público. Los titulares de los nuevos
nes públicas, con la concepción de que ello derechos podían exigir y pretender ciertas
no importaría per se el establecimiento de prestaciones: por ello, en !a otra cara de la
un absolutismo (que e! constitucionalismo medalla, aparece el rostro de un Estado
había repudiado) sino el paso necesario dispensador de servicios, es decir, un Es-
para la creación de nuevas condiciones qus tado que podía ser compelido jurídicamente
hicieran posible a la postre un vigoriza- a la actividad social y económica, abarcan-
miento de la sociedad y de sus miembros, do así nuevas funciones más allá de las li-
con especial atención a sus sectores más ne- mitadas competencias políticas que las Cons-
cesitados. El nuevo Estado no renegaba del tituciones libérales le habían reservado.
principio de "legalidad", aunque variaba el El volumen del cambio producido obliga,
contenido de esa legalidad. Luego sobreven- sin embargo, a algunas puntualizaciones.
drían otras transformaciones, que erosiona- Acaso una sola, que es fundamental: pese
rían (a pesar de las buenas intenciones) los a todo lo dicho, la aparición de los derechos
otros postulados del constitucionalismo clá- sociales no implica la extinción de los dere-
sico, en especial el de la separación de los chos individuales, aunque de la coexistencia
órganos del poder. de ambos surge que la Libertad Social pone
En la cara o faz de los derechos, la trans- un marco a la medida o extensión del ejer-
formación no fue menos sensible, toda vez cicio de la Libertad Individual. Es lo que
que la aparición de los derechos sociales Mirkir.e-Guetzevitch llama "el control so-
significó la presencia de nuevos protagonis- cial de la'liberfad individual" ( 4 ).
tas legitimados por el derecho, a nivel de las
pretensiones subjetivas que el ordenamien- (4) Conf. ob. cit. ; p. 109 y p. 1J1. Para este auotr,
to resuelve amparar. En efecto, mientras las característica? generales de esta tendencia son las
siguientes:
que los derechos individuales se resolvían "19 Extensión material de la habitual lista de los
en el planteo de situaciones jurídicas "fren- derechos y deberes.
29 Aparición de los derechos sociales.
te" al Estado o "al margen" del Estado desde 39 Ampliación del contenido de las Declaraciones fjne
un punto de vista cualitativa y cuantitativa- resulten de la racionalización del Poder.
mente mayoritario; los nuevos "derechos 49 Limitación del derecho de propiedad.
59 Limitación de las libertades individuales (el con-
desembocaban en pretensiones ejercitables trol sofito! de las libertades individuales).
"en" el Estado o "dentro" del Estado. Ya no 69 Problema internacional de -os derechos del hom-
bre y limitación del Poder constituyente del Estado por
se trataba de abstenciones del Estado sino los Tratados internacionales." (Confr. p. 112.)
La transformación que acabamos de apun- Desde el punto de vista de la evolución
tar abarca todas las facetas comprendidas histórica, la inserción de las cláusulas eco-
en el ámbito del constitucionalismo social. nómicas y sociales en las Constituciones co-
Sus despliegues son múltiples y el parale- menzó a partir de la primera post-guerra
lismo de las situaciones guarda coherencia mundial, con variada intensidad, por lo que
en la idea central o idea-eje de la doble puede sostenerse que no fue una incorpo-
transformación del Estado y de los dere- ración simultánea y semejante en todas la^
chos. Así, por ejemplo, desde el punto de Constituciones. En el período de entre-gue-
vista de la cobertura de los riesgo*, el rras (1919 a 1939) fueron numerosos los
constitucionalismo social también ha signi- cambios constitucionales registrados en el
ficado una transformación sustancial, ya continente europeo, pero sólo puede hablar-
que hemos transitado primero de la "cari- se con propiedad de constituciones "socia-
dad" (individual) a la "asistencia" ( g r u - les" y democráticas a la vez, en los casos de
pal), para arribar finalmente al estadio de Alemania de Weimar ya citado (artículos
la "seguridad social", cuyas notas definito- 151 y sigts.), la Constitución austríaca ela-
rias la perfilan como integral y de regula- borada por Hans Kelson (aunque en menos
ción estatal (aunque en las prestaciones no medida), ¡a contemporánea Constitución del
sea necesaria y totalmente así). Luego ve- flamante Estado de Checoslovaquia y la ma-
remos cómo en el derecho público provin- lograda Constitución de la República Espa-
cial argentino esta nueva concepción fue ñola, en 1981 ( 7 ). En ciertos países cabe
consagrada en simultaneidad temporal con advertir que las transformaciones no re-
los postulados básicos del constitucionalis- quirieron nuevas cláusulas constitucionales:
mo social (la Constitución de San Juan, de por el contrario, la legislación ordinaria
1527). permitió consolidar conquistas equivalentes,
El complejo proceso del constitucionalis- pese a que los respectivos marcos constitu-
mo social ha recibido diversas calificacio- cionales provenían de una época anterior a
nes y denominaciones a lo largo del presen- la dilatación de las funciones estatales que
te siglo; y, así, en la faz de la transforma- protocolizó el constitucionalismo social. Es
ción del Estado, abundan las etiquetas al el caso de Francia bajo el régimen constitu-
respecto: Estado de Servicios Social ex, Es- ción^ de la Tercera República y de los Es-
tado de Bienestar (Welfare State), Estado tados Unidos de Norteamérica bajo las aus-
Benefactor de. Derecho, Estado Social de teras y circunscriptas cláusulas de la Cons-
Derecho, etc. La denominación más tímida titución de Filadelfia de 1787. En este últi-
para reflejar este cambio, ha sido quizás la mo país, toda la gigantesca transformación
utilizada en los primeros tiempos de este social, económica y cultural que va de una
siglo, cuando aludiendo a las manifestacio- sociedad rural a una superpotencia indus-
nes embrionarias del intervencionismo esta- trial y atómica, se consumó bajo el plexo
tal, se habló de las funciones "de fomen- jurídico de una Constitución del Siglo xvm
to" (3). sin más enmiendas o reformas que las ati-
A manera de síntesis, podemos afirmar nentes a la parte orgánica, de los órganos
que con la plena consagración del constitu- y procedimientos constitucionales. Así, toda
cionalismo social, son numerosos los cam- la legislación del "New Deal" alcanzó final-
bios registrados en las funciones y en los mente a superar los riesgos de su
órganos del Estado, como el "status" de los
derechos de las personas y la situación de
los grupos sociales. Pero también es cierto de la primacía de los derechos sociales de los ciudada-
nos, el Estado fie ha ido configurando progresivamente
que se conservan rasgos del anterior Esta- en el ente conformador de la realidad económica y social
do, tales como /a sujeción a la legalidad y y (te allí IR, denominación de Estado Benefactor de De-
recho, en sustitución de la (le Estado Liberal-Burííués
la existencia de un régimen de controléis de Derecho de comienzos del siglo X T X , Ambón tienen ]¡¡
jurisdiccionales, en beneficio real y efectivo forma jurídica de Estado de Derecho (sumisión a la
ley), pero el derecho en ellos juega un papel eseneifll-
de los administrados. Lo que ha cambiado mente diferente: p.n el segundo, el derecho sólo estn-
es, en suma, la idea central o la idea-eje que blece libertades y garantiza su ejercicio; el primero, li-
mita osas libertades tradicionales, para íraranmar f!
gobierna el sistema, por cuanto a partir de bienestar y la justicia social, y el supremo responsable
la consagración de los postulados sociales, de ello, no son los particulares en ( 1 libre juego del
mercado y de la economía, sino el Ustudo, con todos
se impone una nueva concepción total de la sus poderes. Ciertamente, el Estado contemporáneo se lia
"responsabilidad gubernamental" (")'. ido conviniendo en un nuevo Lfriatfian cou un tnievo
mercantilismo como política económica, en el cual 1¡;
riqueza de las naciones no es ya la acumulación de me-
tales preciosos, sino el bienestar social de los hombres;
íó) Oonf. Allan-Ramíolph Brewer-C'aria?. Dt'rrrl«i por íanto, con una nueva razón de Kstado: el desarro-
Á d m i n t H t f a t i f f í , tomo I, Universidad Central de Vene- llo económico y social de la sociedad; y con una n u e v a
zuela. Caracas, 1975, p. 48. técnica, la planificación'' (confr. ob. cit., p. 5Í2).
(6) Oonf. Tirewer-Carias. ob. cit,. pp. 51 y 52. ( 7 ) Véase, Segundo V. Linares Quintana. Tf<ií«dn
I>i*v este autor: "En la actualidad, por tanto, después de la cieit<:iii del Dert't'lto C'unstitui'íoiinl, tomo 1, i¡ü.
del reconocimiento progresivo y el otorgamiento formal Alf», Bs. As., 1953, p. 127 y ss.
ción de inconstitucionalidad, merced a una mentación. Acá también el proceso avanzó
hermenéutica dinámica de la Constitución a través o en medio de convergencias y
Federal y al cambio de mentalidad operado transacciones entre una diversidad de co-
en los protagonistas de esa alta función de rrientes y doctrinas. En especial, la conver-
interpretación: los jueces de la Suprema gencia fue manifiesta tratándose de los par-
Corte de Justicia. Un precursor, el disiden- tidos que habían actuado en la resistencia
te Oliver Wendell Holmes, había abierto el contra la ocupación de la mayor parte de
camino al indicar que la Constitución no Europa por el nazismo y el fascismo, ya sea
adoptó para siempre los principios econó- en los países vencedores o en los vencidos.
micos del laisxpz-fo,ire (, s ). Por lo demás —y Pero el proceso tuvo difusión general y
con el mismo marco constitucional— los abarcó incluso a quienes habían permane-
norteamericanos fueron los primeros en cido al margen del conflicto bélico, como el
normativizar el concepto de "seguridad so- caso de Suiztí,, que a través de su reforma
cial": en 1935, a través de la Social Secu- constitucional de 1947 incorporó a la ley
rity Act ( ! t ). suprema el concepto estatal de "bienes-
En otros países, en cambio, el proceso tar" C 12 ).
derivó hacia fórmulas de rechazo .total del Las Constituciones europeas más signifi-
constitucionalismo clásico y liberal, ya sea cativas de este período de inmediata post
con un signo u otro en los dos extremos del guerra, fueron las siguientes: las do* Cons-
espectro político de la época: el régimen tituciones francesas de 1946, la Constitu-
soviético apuntó hacia la "dictadura -del ción de Italia de 1948, la de Luxemlnn-go de
proletariado" y el rechazo de las "libertades 1948 y la Ley Fundamental de Bonn (Re-
burguesas"; el régimen fascista consagró pública Federal de Alemania) de 1949. En
el corporativismo y proclamó la caducidad el caso de Francia, el rechazo popular en el
"del cadáver putrefacto de la Libertad"; el referéndum a que fue sometida la primera
régimen nazi acuñó la más absoluta centra- Constitución (del 19 de abril de 1946) tra-
lización de la vida social en torno al princi- jo como consecuencia una cierta mayor mo-
pio de la conducción del jefe; el régimen deración en las postulaciones de la segunda
portugués de Oliveira Ralazar buscó per- (del 27 de octubre del mismo año) que fue
geñar un sistema anti-liberal y corporati- aprobada en la consulta popular. En cuanto
vo, con algunas notas peculiares ( 1 0 ) ; etc. a las cláusulas económicas y sociales, la pri-
Y en América Latina, como luego veremos, mera Constitución era muy frondosa; en
también existieron ensayos de ese tipo y cambio, ¡a que resultó finalmente aprobada,
hubieron ecos de esa diversidad de inspira- se limitó a ratificar la Declaración de los
ciones, como lo demuestran —entre otras— Derechos del Hombre y del Ciudadano de
las Constituciones del Brasil concedidas por 1789 —un ejemplo de enumeración de dere-
Getúlio Vargas en la década del treinta ("). chos individuales— que estaba incluida en
el Preámbulo (o sea, fuera del texto del
U. LA EVOLUCIÓN DE LAS CLÁUSULAS ECO- articulado), ampliándola con algunas men-
NÓMICAS Y SOCIALES EN EL CONSTITU- ciones atinentes a los "derechos sociales" y
CIONALISMO DK LA ÚLTIMA POSGUERRA a los nuevos roles del Estado. Por lo demás,
Como paralelismo de situaciones, también la vigente Constitución degaullista de 1958
la segunda guerra mundial deparó noveda- repite el mismo esquema, al reiterar en su
des en el ámbito del constitucionalismo. Y Preámbulo los enunciados de la vieja Decla-
esas novedades significaron el espaldarazo ración de 1789 ('•'<). Pero volviendo a la
definitivo a la tendencia del constituciona- Constitución de 1946 —que rigió durante la
lismo social, que vio así refirmados los hilos Cuarta República— era evidente el eompro-
conductores de la filosofía política en que
asentaba, como también en el mejoramiento
(12) Conf. TjTiis Sanche,/. Agesta, '"La evolución po-
de las técnicas empleadas para su instru- lítica y constitucional de la Europa contemporánea", en
\A Revista de la Vuiversidad de Madrid, vol. XII, N? 46,
p. 326. Las normas de la Constitución de Suiza son los
arf«. 5? y 31 bis, quo prevén poderes del Estado en
(8) Caso Lariinrr, 198 US 45. año 1905; citado en materia económica y social, t a n t o para tiempos normales
"Dictámenes y Antecedentes" de la "Comisión Asesora como para situaciones de emergencia. Kn estos último*
paro el Estudio de la Reforma Institucional". M i n i s t e - c.'isos, la Confederación ostá facultada, para dictar cier-
rio del Interior, 1971, p. t!9. tas medidas aún "derogando si es necesario t'l principio
(9) Conf. G-ermftn J. Bidart Campos, "Derecho ile libertad de comercio e indusrtia,".
Constitucional", torno II. Ed. Ediar, Bs. A?., 1900. (13) El Preámbulo de la C o n s t i t u c i ó n d i ' - FraucK)
1). 429. de 1958 dice en el primer párrafo: "Kl pueblo francés
(10) Oonf. Linares Quintan!), oh. cit., p. IflS ." ss. proclama solemnemente su adhesión ¡i los Derechos dei
También: Arturo E n r i q u e Sampay. T.a crisis del Estado Hombre y a los principios de la soberanía n a c i o n a l tal
de Dercliro Libml-Kumnís. BA. Losada, Bs. As., 19-12, como fueron definidos por la Declaración de L7BÜ. con-
p. 287 y ss.. firmada ,v completada por el Preámbulo de la C o n s t i l i i -
(11) Véase Themistocles Brandao Cavalcauti. £«« ción de 1940" (confr. Constitnciunes rvropea*. lid. del
Cotistitucioneft de
luto HítladOK Unidos del lírc^ü. Kd, Instituto de Estudios Políticos de la U n i v e r s i d a d Cen-
Instituto de Estudios Políticos, Madrid, 1958. tral de Venezuela, Caracas, 1960, p. 119).
miso ideológico y la transacción política "...Es misión de la República remover
entre los diversos grupos que coadyuvaron los obstáculos de orden económico y social
a su sanción: una gama muy amplia del es- que, limitando de hecho la libertad e igual-
pectro político-partidista, que unía a socia- dad de los ciudadanos, impidan el pleno de-
listas, católicos, liberales y, en menor me- sarrollo de la persona humana y la efectiva
dida, a conservadores y a comunistas. Dos participación da todos los trabajadores en
párrafos de su Preámbulo inclinan la balan- la organización política, económica y social
za en favor de la tendencia "social": del paíís".
"Todo trabajador participa, por interme- Como puede verse, surge del texto que
dio de sus delegados, en la determinación esta norma oficializa los nuevos roles del
ce-lectiva de las condiciones de trabajo, así Estado. Podemos decir sin retaceos, que es
como en la gestión de las empresas. la Constitución de Italia la que entre todas
"Todo bien, toda empresa, cuya explota- las Constituciones de post-guerra más níti-
ción adquiera los caracteres de un servicio damente consagra la impronta del constitu-
público nacional o un monopolio de hecho, cionalismo social, a través de esta cláusula
debe convertirse en propiedad de la colecti- del Art. 3°: allí reside la verdadera proto-
vidad colización de aquella transformación de los
Las prescripciones constitucionales men- roles y de los derechos. La enfatización de
cionadas fueron calificadas por la doctrina ello está dada también por dos circunstan-
como vías "hacia la socia!Í7ación" y como cias: 1?) que en el artículo anterior (el 29)
medios para el establecimiento de una "de- se proclama expresamente el "solidarismo"
mocracia económica", poro sin llegar a'asu- en materia política, económica y social; y
mir los caracteres del establecimiento de un 29) que en el citado Art. ,39. se hace men-
régimen socialista. Cuanto más, la califi- ción de los "trabajadores" en una notoria
cación empleada ha sido la de "socializan- recepción de los grupos y sectores como
te" ('*). protagonistas del goce de los nuevos dere-
Por su parte, la Ley Fundamental ale- chos. El "solidarismo" apunta a toda una
mana contiene algunas afirmaciones gene- concepción estatal; mientras que los dere-
rales que proclaman su carácter "social" chos sociales refuerzan toda una transfor-
(Art. 20, punto 1<?; y Art. 28, punto 1?) y mación de la misma sociedad.
ciue reflejan en bastante medida el acuerdo En la búsqueda de las raíces ideológicas
logrado para su sanción entre social-demó- de las cláusulas económicas y sociales en-
cvatas, liberales y demócratas cristiano?. contramos ratificada la certidumbre de que
Pero en cuanto P su articulado específico, se trata de un proceso de confluencia de
esta Constitución no difiere mavormente de varias corrientes del pensamiento contem-
las que pertenecen al campo filosófico del poráneo, que alineadas en una concepción
liberalismo constitucional. Ha sido la le- democrática del Estado, vuelcan los aporte?,
gislación de cada época la que más ha defi- filosóf ico-políticos del ne.o-liberalismo, de
nido el predominio de una tendencia mera- la social-democracia y de la doctrina social-
mente liberal o de inclinación social-demó- católica ( lr -). Esta trinidad de vertientes
crata, según los casos. doctrinarias ha enriquecido la formulación
En cuanto a Italia, es sabido que en su de las mencionadas cláusulas; pero al mis-
Constituyente confluyeron las tres vertien- mo tiempo ha prestado al constitucionalis-
tes más importantes de la cultura política mo social un servicio de mayor trascenden-
de ese país: el "risorgimento" liberal (au- cia, a saber; que ninguna de las Constitu-
tor principal de la unidad italiana en el si- ciones "sociales" reniegue de una concep-
glo pasado), el catolicismo (en el gobierno ción persww.lii>ta, —ñor oposición a trans-
a partir de la última post-guerra) y el mar- personalista— de los roles individuales y
xismo (que se expresa mediante los partidos sociales. El "personalismo" y el "pluralis-
socialista y comunista, amén de otros gru-
pos menores). Así, la propia Constitución
fue el producto de muchas transacciones
(15) Con!. Sanche* Aeesta, oh. cit.. p. 327. Para
entre esos encontrados puntos de vista; este autor. las nuevas concepciones y la realidad misma
pero acaso ,1a norma que más tipifica la per- hacen del Kstadn "un i n s t r u m e n t o compensador de las
desigualdades sociales" (p. 335K Dice, I n m b i é n , que
tenencia "social" de la Ley sancionada en "Este servicio del bienestar se realiza con u n a curiosa
1948, es el i Art. S9, que en su segunda parte peculiaridad: el Estado es un instrumento nivelador de
desequilibrios sociales" (p. 339) ; y q u e "lo que, hay eu
expresa: el fondo de todas estas concepciones es una nueva con-
cepción de la igualdad, que supera el principio de igual-
dad ante la ¡ey" (p. 340). Y e n f a t i z a n d o este concepto,
añade: "Las desigualdades naturales, económicas y so-
(14) Conf. M a n u e l García Pelayo, Derfho ftonsli- ciales tratan hoy de encontrar un nivel político con un
titrinna' Comparado, F-d. Revista de Occidente. Madrid, ordenamiento jurídico y u n a prestación de servicios que
1957. pp. 498 y 499. La calificación de "socializante" compense esas desigualdades, tratando dcsignaimtntc a
es atribuida a Ruiz del Castillo. quienes son desiguales'' (p. 341).
rno" se asocian en el constitucionalismo so- al tiempo que estos configuran los límites,
cial, para fulminar con su condena cualquier forma y operacionaüzación de aquéllos" ( n ).
intento de concepciones totalitarias y auto- Por último —the last but not the, least—
ritarias que quieran desvirtuar la esencia podría decirse que se ha operado un avance
democrática de esta etapa del constitucio- más, que es !a internacionalización de los
nalismo. Es así como los autores se empe- derechos económicos y sociales, a través de
ñan en separar }as tesis del "estado social los Pactos de las Naciones Unidas, que vie-
autoritario" y del "estado social democráti- nen a completar y complementar la "Decla-
co", subrayando que en este último "la par- ración Universal de los Derechos Huma-
ticipación en la distribución de los bienes nos", sancionada por la Organización en
económicos y culturales no sólo va acompa- 1948. El tema ya pertenece al campo o
ñada de la participación de los ciudadanos área que Boris Mirkine-Guetzevitch deno-
en la formación de la voluntad del Estado a minó "el derecho constitucional internacio-
través de los partidos, sino también de una nai" ( 1 S ). La internacionalización de las
participación constante en la formulación cláusulas económicas y sociales (que no es
de las políticas estatales por parte de las tema de este trabajo), al ser llevadas las
organizaciones representativas de los inte- mismas a una especie de supremacía legal
reses de los sectores sociales, mediante su internacional, obedece al convencimiento de
presencia en los centros decisorios de tales que la existencia de ciertas situaciones de
políticas" 0<>). desamparo económico-social y de miseria
En síntesis: los derechos económicos y colectiva pueden anidar el germen de ¡a gue-
sociales —que brotan de las cláusulas del rra entre naciones o guerras civiles con re-
mismo nombre— aparecen como refirma- percusión internacional. El tema es especie
ción de la libertad, superadora de la nece- muy importante en el género de los derechos
sidad. El hombre agobiado por la necesidad .humanos; y la cuestión arranca con las
no puede sentirse ni actuar como libre. Es Cuatro Libertades del mensaje ¿el Presi-
un nombre al que nada le valen los derechos dente Franklin D. Roosevelt (6 de Enero
en abstracto, porque está privado de gozar- de 1941) y sigue con la "Carta del Atlán-
los en concreto, ya que se encuentra sumer- tico" que el mismo presidente suscribiera
gido en las privaciones. Su dignidad huma- con el Primer Ministro inglés Winston
na está retaceada a causa de la "capitis Churchill (14 de agosto de 1941).
deminutio" que implica su imposibilidad
material de emerger y acceder al goce de los III. LAS CLÁUSULAS ECONÓMICAS Y SOCIALES
derechos individuales. No hay antinomia EN EL ÁMBITO DEL CONSTITUCIONALIS-
válida entre estos viejos derechos indivi- MO SOCIALISTA
duales y los nuevos derechos sociales. Se Como podrá imaginarse, la existencia de
trata precisamente, de que los nuevos no clásulas de este tipo en las Constituciones
lesionen a los viejos y, además, que los tra- de los países que responden a una concep-
dicionales cobren vigencia efectiva gracias ción marxista del derecho y del Estado, tie-
al beneficio que proporcionan los nuevos de- ne un significado completamente distinto al
rechos. Como bien expresa Garcia Pelayo: que esas cláusulas asumen en el marco de
"En una palabra, el Estado social de Dere- las Constituciones que responden a los pos-
cho es distinto del Estado burgués o tra- tulados básicos del constitucionalismo libe-
dicional de Derecho, incorpora a sus f u n - ral. Con relación al constitucionalismo "so-
ciones la procura de la existencia, es decir, cial", la tesis marxista declara su crítica y
la efectividad de los derechos sociales y su rechazo, por cuanto entiende que se tra-
económicos, es activo y no pasivo, responde ta de una formulación "reformista" y evo-
a una nueva idea de la legitimidad que con- lucionista, que no satisface las metas "re-
lleva una idea social del Derecho; no sólo volucionarias" fijadas en el programa co-
asigna y distribuye derechos formales, sino munista. El constitucionalismo social está
también derechos materiales; es más com- condenado tanto por parte del sistema cons-
plejo en cuanto que incluye dos subsiste-
mas de derechos fundamentales, a veces con-
flictivos, pero que no están en todo caso, en (17) Confr. García Pelayo, ídem, p. 39.
una relación de predominio unilateral de (18) Oonf. Boris Mirkine Gueízevitch, Derecho Cons-
titucional Internacional, versión castellana de Luis Le-
uno sobre otro, sino de retroacción, es de- gaz y Laeambra, Ed. Revista de Derecho Privado, Ma-
cir, en una relación en la cual los nuevos drid. 193fi. También en Modernas tendencias del Dere-
cho Constitucional, el mismo autor abunda en el tema:
derechos contribuyen a la configuración v.gr., p. 107 y ss., sobre "La protección internacional
concreta, hic et mine, de los tradicionales, de los Derechos del Hombre", donde dice: "La radical
reforma de la vida internacional de la postguerra hft
dado nacimiento a este nuevo problema: lu transposi-
ción de los derechos de! hombre y del c i u d a d a n o del
(16) Confr. Manuel García Pelayo, El Estado so- dominio del Derecho Constitucional interno a la esfera
cial y sus implicaeioneií. «d. citada, p. 31. del Derecho internaeionrü" (confr. p. I O S ) .
litucional "soviético" como por parte de los dientes al tercer capítulo, pertenecen al ru-
regímenes que responden a la denominación bro de las cláusulas económicas y sociales.
do "democracias populares". Y esto es así, Se trata de enunciados generales sobre los
porque en ambos casos se parte de bases y principios básicos de organización econó-
presupuestos teóricos y doctrinarios muy mica y social en que se apoya el Estado
distintos. Como ya dijimos ut supra, el chino; destacándose la incorporación del
constitucionalismo social no repudia y, por derecho de huelga —que no figuraba en la
el contrario, mantiene en vigencia los pos- Constitución anterior— a raíz de una su-
tulados básicos del constitucionalismo tra- gestión del propio Mao, que así lo propició
dicional : libertad, representación, separa- como medio para proseguir la lucha revo-
ción de los poderes y legalidad. En cambio, lucionaria interna (- 1 ).
ei constitucionalismo marxista ('") parte Pese a todas las diferencias apuntadas,
del rechazo del principio de la separación de cabe sostener que la técnica constitucional
los poderes y del "garantismo" preconizado empleada en la mayoría de los países socia-
por el liberalismo constitucional. Podría listas es la misma de todo el mundo, ya que
decirse que la formulación jurídica del la Constitución siempre separa o delimita
marxismo se asienta —en el derecho públi- la esfera pública (el Poder y sus compe-
co— en un Art. 16 de la vieja Declaración tencias) de la esfera privada (la Libertad
francesa, pero enunciado al revés: la ¡limi- y los derechos). También allá la Constitu-
tación del poder y la contracción del poder. ción asume el sentido de ser el enunciado
Asimismo, la teoría marxista del Estado no de las grandes "reglas del juego" político
admite la existencia del "pluralismo" polí- de la comunidad, con prescindencia de quién
tico, de donde surge la crítica a la doctrina sea el que la dicta y de cuál es el contenido
tradicional de la representación política y concreto de esas reglas. Lo que realmente
la consiguiente fórmula del unipartidismo; cambia en un caso y en el otro, es el princi-
como así también nioga la separación entre pio básico del constitucionalismo liberal,
!a Sociedad y el Estado, a través de un neto también llamado postulado jurídico de la
predominio de éste, por lo menos hasta el prohibición, según el cual: "todo lo que no
momento —utópico— en que se liegue a la está jurídicamente prohibido está jurídica-
extinción del Estado. mente permitido" (que se positivista en el
De todos modos, la concepción que comen- Art. 19 de nuestra Constitución). En aque-
tamos no ha sido invariable (-"), pues los llos otros regímenes, la situación es distin-
leóricos rusos han acomodado la teoría del ta, ya que se parte de una noción diferente
Estado y del Derecho a las cambiantes cir- del "prius", habida cuenta de que se difiere
cunstancias del momento político y de los en el concepto mismo de Libertad (--).
intereses del partido comunista. También,
después de 194(3, tuvieron que elaborar for- IV. LAS CLÁUSULAS ECONÓMICAS Y SOCIALES
mulaciones especiales para legitimar las EN LAS CONSTITUCIONES LATINOAMERI-
fórmulas adoptadas en las denominadas CANAS
"democracias populares" (países del Este Es sabido que la primera formulación
europeo), las que sancionaron nuevas Cons- constitucional de tipo ''social" tuvo 'ugar
tituciones, casi todas ellas dotadas de un con la Constitución de México, aprobada en
inmenso catálogo de derechos sociales. Una Querétaro, en 1917, o sea, con antelación a
excepción significativa a esta técnica espe- la constitución alemana de Weimar. En me-
cífica de la formulación constitucional, está dio del clima desatado por la Revolución
dada por la reciente Constitución de China Mexicana, la temática ruralista de los cau-
Popular (sancionada en enero de 1975), que dillos e ideólogos de aquel polifacético mo-
consta de tan sólo 30 artículos (en sustitu- vimiento se abrió paso a través de los enun-
ción de la anterior, que contaba con 106 ciados contenidos en los artículos 27 y 123,
artículos) : de estas pocas normas, única- cuyos principales enunciados se refieren al
mente cinco artículos correspondientes al régimen de la tierra y a las condiciones del
primer capítulo y dos artículos correspon-

(19) Véase Jorge Tteinaldo Var-ossi, Teoría Cons-


litticituia!. tomo I. EM. Depaltna, Bs. As., 1975, pp. 65
y SN. : Segundo V. Linares Quintana. Derecho Constitv-
<-¡anal Kaviét^.u, Ed. Claridad, Bs. As.. 1946: N. O.
Aleiftntlrov y otros, Teoría, del Extiulo >i tltl Hffffhn.
K d . Grijalbo. México, 1962: Academia do Ciencias de
la Í'FÍSS. t'undanf ctítofi del Derecho Xom/tico, Moscú.
19<;j (en español): A. Denisov y M. Kirichenko. Di-f .
• •lo t'dt/tstitticiorial S'fívjV'ftVo, Moscú, 1959 (en español). (22) Véase -Jorge KeiuaHo Vanossi. "A'benJt y la
C20) Coní. Hrtiib Kdsen. Te.oña, Comunista d?l De- interpretación constitucional", en R-evistn LcrnVim'ji y
ifi-ho u del Kstvdo. Ed. Emecé. Bs. As.. 1957 ( \ e r : Krisayos de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales
Prefacio y primero» capítulos). de la Universidad de Buenos Aires, X" 32, pp. 103 a 118.
trabajo. El sentido que ,los constituyentes sobre la realidad, al punto o extremo de con-
mexicanos quisieron imprimir a su obra con siderar que la ley —y, especialmente, la ley
estas inserciones puede ser apreciado como constitucional— estaba animada de un po-
la voluntad de jerarquizar e imprimir ca- der demiúrgico, capaz de demoler por sí so-
rácter de prioridad político-constitucional a la los obstáculos que se oponían al progreso
un programa de realizaciones más o menos social.
inmediatas que alentaban los revoluciona- En síntesis, afirmamos que asi como las
rios y que tenía —hasta ese momento— los Constituciones de las primeras décadas de
perfiles y las condiciones de un enunciado nuestra Independencia presuponían la exis-
político-partidario y polftico-electoral ('-"). tencia y la vigencia de un sujeto activo de
La fuerza paradigmática del ejemplo me- la vida política denominado "el ciudadano"
xicano hizo cundir esas formulaciones en —y éste no existía o, al menos, no había en
otras Leyes Constitucionales posteriores. la medida suficiente—; algunas Constitu-
Con el tiempo, fueron numerosas las Cons- ciones actuales reposan en el "bienestar",
tituciones que se incorporaron en América sin que siempre se den las condiciones para
Latina al proceso del constitucionalismo el reparto de conquistas que éste supone.
"social". Entre ¡as más importantes, pode-
mos mencionar los casos de Perú en 1933; V. LAS CLÁUSULAS ECONÓMICAS Y SOCIALES
de Uruguay en 1938 y en 1942, con influen- EN LA ARGENTINA
cia de las postulaciones que en años ante- En el rastreo de la existencia de cláusu-
riores había preconizado o concretado Batlle las de este tipo, el derecho público provin-
y Ordóñez; de Cuba en 1940 y de Brasil cial argentino ofrece en la actualidad una
en 1946. rica gama y repertorio; sobre todo, a par-
El análisis de los resultados alcanzados tir de 1957, con la sanción de las Constitu-
en el tiempo bajo el marco constitucional de ciones correspondientes a las nuevas pro-
esas regulaciones "sociales", permite adver- vincias o con la reforma de las pertenecien-
tir que en ciertos casos la Constitución tes al viejo cuerpo federal de la Repúbli-
quedó detrás de la realidad, ya que procesos ca (-*). Desde un miraje histórico, la pri-
revolucionarios impulsaron transformacio- mera inserción aparece en la Constitución
nes profundas de la estructura económico- de Tucumán de 1907, aunque con tibios
social y del aparato estatal (casos de Perú enunciados y sin mayor explicitación doc-
y de Cuba, aunque con distinto signo y re- trinaria del sentido y alcance que esas cláu-
sultados) ; mientras que en otros casos la sulas envolvían en un proceso de transfor-
Constitución fue demasiado adelante con mación del constitucionalismo. En el orden
relación a las posibilidades que ofrecía la nacional, como parece obvio, hasta esa fe-
realidad de esas sociedades (el caso de¡ Uru- cha no existían reformas constitucionales
guay), provocándose así un desfazaje en- que modificaran la estructura básica que
tre el adelanto de las previsiones constitu- ríos legaron los Constituyentes de 1853.
cionales y el agotamiento de las posibilida- Un paso adelante aconteció con la famo-
des reales de una economía limitada o de sa Constitución de Santa Fe de 1921, pero
una sociedad estancada. esta norma suprema no fue aplicada hasta
Son pues dos los desajustes que se obser- 1932 y, entonces, recién lo fue por un breve
van en la confrontación del constitucionalis- período que se extendió hasta 1935 (duran-
mo social de Latinoamérica con las pautas te la gobernación del Dr. Luciano M'olinas).
de su vigencia: por un lado, desajuste por Puede decirse entonces, que la primera for-
crecimiento insuficiente (subdesarrollo eco- mulación importante en el constitucionalis-
nómico) y, por otra parte, desajuste por la mo argentino, tuvo lugar con la Constitu-
acción de autocracias dominantes (subde- ción de San Juan de 1927, a la que ensegui-
sarrolio político). Bien puede pensarse que da nos referiremos en detalle. A ella siguie-
muchas veces los autores o inspiradores de ron poco después la Constitución de Entre
estas cláusulas incurrieron en la ilusión o Ríos de 1933 y, más tarde, la Constitución
en el espejismo de los racionalistas del siglo de Santiago del Estero de 1939.
xviii y siglo Xix, que creían ciegamente La Convención Reformadora de San Juan
en el poder transformador de las normas incorporó al texto de la nueva Constitución
de esa provincia el Art. 31, que dice:
"Queda reconocido a todos los habitantes
(23) En opinión de Mirkine Guetzevitoh, Hoárrnm de la Provincia, el derecho de un mínimo de
tfnáfnciaít. . .. p. 103. la declaración de derechos so-
ciales dp la rrmbtitiición mexicana de 1917 ^'»>n sus ten- seguridad económica. A este efecto se esta-
dencias sociales sobrepasa a las Declaraciones europeos".
Véase Jorge Carpizo. La Conttiluciiín Mrxicana d? 1917,
Ed. ÜNAM, 1973; también Alberto Trueba Urbina. La,
primera Constitución político-social del mundo, Ed. Po- (24) Véase Germán J. Bitlart -Campos, ob. cit.. pp.
rrúa. México, 1971. 459 a 463.
blecerá por la Ley la jornada de trabajo con c'aró también que ¡as normas propuestas no
i elación a las exigencias de la vida higié- obedecían a mero criterio caritativo tradi-
nica y el estado de desarrollo industrial y cional, sino que respondían al nuevo con
agrícolo-ganadero; el salario mínimo con cepto de la "solidaridad social". Y por boca
relación al costo de la vida; un régimen de de otro convencional (Pechini) se subrayó
seguros contra la enfermedad, la vejez y la que la intervención del Estado en esta cla-
invalidez y de amparo a la maternidad, la se de asuntos era la consecuencia natural
viudez y la niñez desvalida, en el cual po- de erigirse éste el órgano de la solidaridad
drán lijarse contribuciones obligatorias; el social. Dos cosas son destacables aquí: pri-
fomento de la construcción de viviendas hi- mero, que los convencionales sanjuaninos
giénicas con el aporte del Estado, sea en tenían presente los antecedentes de la Cons-
forma de desembolsos directos, de otorga- titución de México de 1917, como lo prueba
miento de créditos en condicionen liberales la cita e invocación formulada por uno de
o de liberación de gravámenes; Ja reglamen- elios ('Aibarracín) al fundarse el Art. 32
tación de los sindicatos; y el encauzamien- sobre la familia; y segundo, que las inno
to norma! de las relaciones entre el capital vaciones que estaban aprobando eran para
y el trabajo, mediante normas legales que la conciencia de ios convencionales las que
atribuyan a la autoridad las facultades ne- por primera vez en la historia de las insti-
cesarias para hacer efectivas las garantías tuciones argentinas asumían un sentido
que consagra este artículo". "social" y se proponían humanizar ¡a rela-
En síntesis, esta norma sancionada hace ción jurídica entre el capital y el traba-
exactamente medio siglo y que aún continúa jo ('-''). Las formulaciones sanjuaninas de
en vigor, incorporaba al derecho público lo- 1927 provocaron hondo revuelo en el clima
cal el concepto del derecho a "un mínimo de aquella época, dominado aún por valora-
de seguridad económica", la jornada de ciones predominantemente conservadoras;
trabajo, el salario mínimo, los seguros so- no obstante que en el citado Art. 31 fue
ciales, el derecho a la vivienda higiénica, la descartada la inclusión del derecho de huel-
reglamentación de los' "sindicatos" (tema ga («).
que hasta ese momento despertaba una gran En el orden nacional argentino, la Cons-
desconfianza en los legisladores nacionales) titución no contó con cláusulas económicas
y la regulación de las relaciones "entre el y sociales hasta la reforma de 1949 y, luego
capital y e! trabajo". El artículo 32, por de la derogación de ésta, a partir de la in-
su parte, aludía ai establecimiento del "ho- serción del Art. 14 bis o mievo por parte de
gar de familia" o homstead. Pero es im- la Convención de 1957. Se cumplen pues
portante destacar que en el debate susci- veinte años de la consagración definitiva
tado a raíz de la incorporación de esas nor- de los derechos sociales en nuestra supre-
mas, los constituyentes tuvieron ocasión OÍS macía constitucional.
explicitar su pensamiento sobre el cambio Hasta el momento de las apuntadas inser-
o transformación que por medio de tales ciones (de 1949 y da 1957) la validez cons-
instrumentos se aspiraba a concretar. Así. titucional de la legislación "obrera" reposó
en la discusión (- 5 ) el convencional Reca en la mayor o menor complacencia herme-
enfatizó que la elevación a nivel constitu- néutica de los jueces de la Corte Suprema
cional de la llamada "legislación industrial" de Justicia de la Nación. La mayor parte
o "derecho obrero", apuntaba a colocar esos de la legislación social se sancionó pues al
temas en la categoría de "instituciones fun- amparo de la Constitución de 1853; y la
damentales del Derecho Público"; sin dejar Corte Suprema cobijó su constitucionali-
de percibir al mismo tiempo que ".. .al in- dad, después de varias vacilaciones inicia-
corporarlas nosotros a la Constitución no
significa que vamos a darle reglas que im-
perten cristalizarlas, sino que hemos de ( 2 G ) Dijo el convencional Pechini: " . . . E l desa-
rrollo creciente e i n a u d i t o del trabajo bajo todas sus
darle bases que importen hacer obligatorio formas, el advenimiento del industrialismo que provocó
su desarrollo". El convencional citado de- el hacinamiento de grandes masas obreras en talleres y
fábricas, el éxodo siempre en aumento de las poblacio-
nes rurales hacia los centros urbanos, la generalización
del trabajo de las mujeres y Jos nifios, al poner en des-
(25) Véase "Diario de Sesiones de la H. Convención cubierto la imperfección de las leyes civiles que ya no
Reformadora de la Constitución", San Juan, 1927. Dicha responden a las necesidades creadas, nos señalan la lí-
Convención sesionó entre el 24 de enero y el 10 de fe- nea de conducta que debemos seguir en defensa de la
brero del citado año. La mayoría estaba formada por parte mayor del pueblo, amenazado de abismarse en la
los radicales "blouuistas", perteneciendo a las minorías anemia por la escasez de recurso.;" ( c o n f r . p. 105).
dos convencionales socialistas y uno demócrata progre- ( 2 7 ) Los convencionales socialistas habían postula-
sista. La disensión de las cláusulas económicas y socia- do la inclusión del derecho de huelga, del principio de
les (arts. 31 y 32) tuvo lugar en las sesiones del 2 y igualdad de sexos y de la jornada de oeho horas. Con
4 de febrero. respecto al derecho de huelga, el convencional Cantoni
Hemos obtenido el "Diario" gracias a la atención se opuso alegando la necesidad y conveniencia de dar
de la Dra. Florencia González de Reca, a quien el autor solución a esos conflictos mediante el recurso del ar-
agradece tan fino y valioso gesto. bitraje. La mayoría siguió este criterio.
les, sobre la base de una interpretación En mi opinión, la falla fundamental de
amplia de Jas normas referidas a los dere- ese texto constitucional, que impide incluir-
chos individuales y a los derechos no enume- lo sin reservas en la serie de aportaciones
rados (arts. 14 y 33), y por aplicación de ofrecidas por el constitucionalismo social,
los poderes de legislación genera! concedi- radica en que muchas de las disposiciones
dos al Congreso Nacional (art. 67). Como contenidas en otras partes del cuerpo cons-
expresión de la doctrina constitucional ela- titucional de 1949 no responden a las pau-
borada por ¡a Corte en esos años, podemos tas y exigencias de la "racionalización del
citar el dictum que aparece en Fallos 179: poder", a la que hemos aludido como una
117, y que dice: nota esencial e inexcusable del constitucio-
"La Constitución es individualista, pero nalismo social de filiación democrática.
debe entenderse tal calificación er. el sen- Cláusulas tales como las que permitían un
tido de que se reconocen al hombre derechos acentuado control cualitativo de ios parti-
anteriores al Estado, de que éste no puede dos políticos (Art. 15), extendían el ámbi-
privarlos (art. 14 y ss.). to de la represión penal (Art. 21), estable-
"Pero no es individualista en el sentido cían el "estado de prevención y alarma"
de que la voluntad individual y la libre con restricciones para la libertad personal
contratación no pueden ser sometidas a las (Art. 34), ampliaban considerablemente los
exigencias de las leyes reglamentarias..., alcances de la jurisdicción militar sobre las
dé otra manera toda la legislación dictada personas (Art. 29); sin perjuicio de las
al amparo de la Constitución, como un re- normas que reforzaban en la parte orgáni-
querimiento de las necesidades sociales,' pa- ca de la Constitución la concentración de
decería del mismo vicio". poderes en manos del Presidente y el some-
No obstante ese expreso reconocimiento timiento de los otros al primero; en fin,
de la potestad legislativa conducente a san- todas esas disposiciones estaban reñidas con
cionar regulaciones originadas en "un re- la tónica dominante de las Constituciones
querimiento de las necesidades sociales", "sociales", que habían procurado en diver-
fueron muchas las ocasiones en que la mis- sas partes del mundo reforzar los sistemas
ma Corte declaró la inconstitucionalidad de de garantías y evitar la instauración de
leyes de contenido social, por razones más pcderes autoritarios o descontrolados. En
o menos firmes con la coherente aplicación cuanto a las cláusulas propiamente econó-
del dictum arriba transcripto ( 2 8 ). micas y sociales, su suerte estuvo estrecha-
Llegamos así a la reforma de 1949. Se in- mente asociada al problema de la operati-
corporaron a la Primera Parte de la Cons- vidad, que enseguida analizaremos ( 30 ).
titución un capítulo tercero y un capítulo Con respecto a la Reforma de 1957, las
cuarto que contenían cuatro artículos. El cláusulas del Art. 14 bis tenían anteceden-
más frondoso era el Art. 37, que proclama- tes nacionales y extranjeros. Principalmen-
ba los "Derechos del trabajador, de la fa- te, los ya mencionados en ambos ámbitos
milia, de la ancianidad y de la educación y y, también, la obra precursora de muchos
la cultura". Por su parte, el Art. 33, el si- autores que habían alentado desde la fun-
guiente y el subsiguiente, se referían a "La ción pública e] vigorizamiento de nuestra,
función social de la propiedad, el capital y legislación social. Es justo señalar las in-
la actividad económica". El extenso catálogo
de prescripciones contenidas en esas nor-
mas cambiaron abiertamente la fisonomía y en el campo político, pero " . . . s i bien existe un dere-
e! tono doctrinario de la obra de los Cons- cho ncitnral de huelga no puede haber un derecho po-
s i t i v o de huelga, porque — a u n q u e esto haya sonado
tituyentes de 1853. Sin embargo, el nutrido como un galimatías-— es evidente q u e ¡a huelga implica
acopio de cláusulas constitucionales de con- u n rompimiento con el orden j u r í d i c o establ-eido, que.
como tal, t i e n e la pretensión de ser un orden justo, y
tenido económico y social no reparó en al- no olvidemos que la exclusión del' recurso a la fuerza
guna omisión "significativa, como en el cas.) es el f i n de toda organización social". Para Ramella.
en cambio, por la misma razón que es un derecho na-
del "derecho de huelga", cuya preterición tura], la huelga debe figurar entre las normas del dere-
fue explicada por el convencional Sampay, cho p o s i t i v o ; y a ñ a d e : "La huelga es, a no dudarlo,
una manifestación de fuerza, pero eso no le q u i t a su
con argumentos que no comparte el ex-con- carácter jurídico; la represión de u n a agresión injusta
vencional Pablo A. Ramella, de la misma es t a m b i é n u n acto de f u e r / a y n a d i e d i s c u t e su l i c i t u d
bancada (- 9 ). jurídica. Es que no siempre la p l e n i t u d j u r í d i c a se iden-
tifica con la paz. Por eso se habla de guerras justas e
injustas. Kl ideal es que el derecho se afiance d e n t r o de
la paz, pero si la fuerza es necesaria p a t a a f i a n z a r el
derecho, será lícito emplear'a. E f o es la huelga, en de-
(28) Puede verse una nómina de sentencias v i n c u - f i n i t i v a Una represión contra la agresión i n j u s t a de
ladas con este problema en Pablo A. Ranieüa. Derertto los patrones cuando no reconocen los derechos legítimos
Constitucional, Bs. As., 1960, pp. 313 a 318. de los obreros. Por eso i m p o r t a r e g l a m e n t a r l a y n ü des-
(29) Véase R a i n c l l u , ob. cit., pp. 338 a 340. Sos- conoef-rla" (p. 340).
tenía Sampay en la Convención de 1949 que el derecho (30) Véase 7,n Cnr\nt;l\ir¡i'in di' 1H19 mmrntaAtl l'nr
de huelga era u n derecho n a t u r a ! del hombre en < 1 sus ( J i f / u / v s , Kd. K! Coloquio, lis. As., 1975. pp. 206
campo del trabajo, como el de resistencia a la uprosión a U04.
fluencias ejercidas en sus respectivas pré- nacional de decisión en materia política,
dicas por hombres como Joaquín V. Gon- económica y social" (•'-').
zález, Carlos Saavedra Lamas, Alfredo L. En síntesis: por medio de las cláusulas
Palacios y Leónidas Anastasi, desde di- económicas y sociales, los constituyentes
versos puntos de vista políticos. Y en el or- tratan de encontrar un punto de equilibrio
den del constitucionalismo local, no podemos en las tensiones existentes entre la primacía
dejar de mencionar los aportes de Carlos de los valores de Libertad y de Igualdad. La
Sánchez Viamonte en la Convención Refor- Constitución de 1853 está decididamente
madora de la Constitución de Ja Provincia comprometida en el primer sentido. La re-
de Buenos Aires, en 1934. En cuanto al as- forma de 1949 sacrificó en demasía a la Li-
pecto formal en sí, acaso la mayor influen- bertad. El espíritu de la enmienda de 1967
cia que reconoce el art. 14 bis está en las fuf buscar la armónica interrelación de
normas de la Constitución italiana de 1948. ambos términos. Mientras que ¡os sectores
Deade el punto de vista de su aceptación adversos a todo cambio optan por congelar
política, hay signos suficientes en el senti- Jas posibilidades reales de la Igualdad, con
do de que los sectores tradicionales descon- ¡as cláusulas económicas y sociales —en
fían de las cláusulas económicas y sociales. vez— se pretende partir de la Libertad en
Su momento de mejor perspectiva ya pasó: !a prosecución de una mayor Igualdad. Co-
fue en la Convención de 1957". Pero, preci- mo obra de ciencia, arte y técnica constitu-
samente la discusión de una cláusula refe- cional, la creación político-jurídica de los
rente al régimen de la tierra, hizo precipi- constituyentes inspirados en la orientación
tar en aquella ocasión el retiro de algunos del constitucionalismo social camina hacia
convencionales conservadores y la consi- el logro de 1res grandes equilibrios, a saber:
guiente quiebra del quorum ( :!1 ). D° ahí en 1 ) el equilibrio entre la Libertad y la Auto
más, la resistencia a estas cláusulas ha ido ridad; 2 ) el equilibrio entre la Libertad y
en aumento. La enmienda de 1972, denomi- la Igualdad; y 3) el equilibrio entre la Li-
nada "Estatuto Fundamental", no incluyó bertad y la Seguridad.
ninguna cláusula económica y social, no obs-
tante que la "Comisión Asesora para el Es- VI. UBICACIÓN Y VALOR DE LAS CLAUSULAS
tudio de la Reforma Institucional", de 1971, ECONÓMICAS Y SOCIALES EN LA CLASIFI-
en su dictamen de mayoría había propiciado CACIÓN DE LAS NORMAS CONSTITUCIO-
la inserción de una tibia cláusula progra- NALES
mática, que decía: A fin de encarar el problema concernien-
"El desarrollo inlegral y autónomo del te a la ubicación de las cláusulas económicas
país es cometido de todos sus habitantes y y sociales, nos remitimos a la clasificación
deber indeclinable del Estado. Con tal fina- de las normas constitucionales que hemos
lidad, las atribuciones que esta Constitu desarrollado en nuestra obra "Teoría Cons-
ción confiere serán ejercidas teniendo en titucional", tomo II, pp. 1 a 20 (Ed. De-
vista, principalmente: palma, Buenos Aires, 197C). Allí hemos
a) La eliminación de los factores opues- distinguido, en cuanto a sv inmediata apli-
tos a esp desarrollo; cobilidad, entre: a) normas operativas o
b) El crecimiento industrial y la armó- fuitoaplicativas (normas incondicíonadas) ;
nica expansión de los diversos sectores de y b) normas no-operativas (normas condi-
la actividad económica; cionadas), que son de aplicación "diferida"
c) La participación consultiva de esos por los órganos estatales (puede haber re-
sectores y de las organizaciones sindicales lardo u omisión en su cumplimiento). Otra
en la elaboración del planeamiento; distinción posible, es en cuanto a su inme-
d) La integración territorial; diato o próximo destino; allí, las normas
e) El desenvolvimiento equilibrado de constitucionales pueden ser clasificadas en:
todas las provincias y regiones; a) normas de conducta, que están dirigidas
f) La promoción de una cultura huma- a los particulares (para el Estado son nor-
nista en función de la dignidad del hombre mas de competencia negativa o prohibiti-
v a ) ; y b) normas de organización, que es-
y de la protección de los valores tradicio,-
r/ales de nuestra comunidad. tán dirigidas a los órganos estatales (son
normas de competencia positiva o afirma-
Ixis medios que se empleen deberán ser tiva). Esta segunda clase de normas —las
compatibles con ¡a plenitud razonable de los "de organización"— a su vez pueden ser:
derechos humanos, la iniciativa privada, la 3 ) normas orgánicas (que son las normas
justicia social y el aseguramiento del poder

(:i2) Confr. "Diclámpnos y antecedentes" de la Co-


( u l ) Véase Vmiossi. Teoría CouKtituciuiiiíl, ol>. u i t . . misión Asfsora para el Estudio de la Rvforuia Institu-
tumo I, p. 43U, iiola 149. cional, Ministerio d«l Interior, 1971, p. 37,
'constitutivas' y 'funcionales' de Jos órganos das a los particulares y cláusulas dirigidas
del Estado) ; \ y 2 ) norma,-, programáticas. a los órganos;
Las 'normas pl'ogramát-ú'&íf cüTnpkn do-i fun- —cláusulas económicas y sociales que son
ciones: a) o bien actúan c.)mo 'normas di- "normas directivas" (objetivos) y otras que
rectivas', en la fijación de objetivos inme- son "normas interpretativas" ( f i n e s ) .
diatos (dirigidas a los porleres políticos); También hay que advertir sobre la exis-
b) o bien actúan como 'reglas de interpre- tencia de cláusulas sin sentido constitucio-
tación', explicitáhdo los fines mediatos del nal, salvo que se las interprete como tácita-
Estado (dirigidas al poder judicial y a los mente o implícitamente dirigidas a los
intérpretes en general). Por último, « . < ( "órganos" de la sociedad (al Estado y sus
cnanto </ HU disponibilidad, las normas cons- poderes). Ello acontece cuando las Consti-
titucionales pertenecen a la categoría de las tuciones se refieren a deberes que están
normas imperativas o normas de "ordon supuestamente a cargo de "la sociedad", "la
público", pues son todas ellas indisponibles comunidad", "el pueblo", "la colectividad",
pul- los órganos ordinarios y por las partes, "etc. 1.a tentación a incluir cláusulas de este
sin perjuicio de la renuncia a los derechos tipo es m u y antigua, a tal punto que ya en
adquiridos (en cambio, en el ámbito del de- los primeros Estatutos argentinos (de 1815,
recho privado, existen las normas faculta- 1816 y 1817) se pueden leer párrafos como
tivas o discrecionales, cuyas prescripciones éftos:
son disponibles por las partes). "El cuerpo ftocinj debe garantir y afian-
Las normas "programáticas" datu. xeii- zar el goce de ios derechos del hombre.
su) complementan y amplían los "fines" y ". . . A l i v i a r la miseria y desgracia de los
los "objetivos" enunciados en la Constitu- ciudadanos, proporcionándoles ir
los medios
ción, con la particularidad de q u e se vehi- de prosperar e instruirse" (' ').
culizan a través de atribuciones de compe- Pero en definitiva, las cláusulas econó-
tencias (:!:;). En cuanto a las cláusulas micas y sociales, como todas las normas
económicas y sociales, propiamente dichas, constitucionales de cualquier tipo y clase,
pueden ser ubicadas en varias categorías, cumplen el rol de norma* <le competencia,
pues se encuentran abrazadas con todas las ya que están señalando afirmativa o negati-
expresiones de la técnica constitucional con- vamente, positiva o prohibitivamente, la
temporánea. Así, tenemos que hay: órbita de la esfera esíntal y la órbita o el
—cláusulas económicas y sociales "opera- ámbito de la libertad personal. Son razo-
tivas" y "no operativas": estas últimas son nes históricas y cuestiones de técnica cons-
verdaderas expectativas de derechos ("4) ; titucional las- que motivan que en unos
—cláusulas económicas y sociales dirigi- casos se acuda a la redacción "positiva" y
en otros se haga uso de la forma "negativa/'.
Esto es así. con prescindencia de quién sea
(33) Véase Vanossi, oh. cit.. tomo I[. p. < > : ''[j'na el demandable, que tratándose de las clí'j
cursilón q u e présenla d i f i c u l t a d e s r-s '« nV saber ai sulas económicas y sociales, en ¡ñus casos
cflhe una e q u i p a r a c i ó n e t i t r e las normas 'no-operativa-;'
y las i-onuas programáticas 'directivas'. R e s u l t a claro puede serlo el Estado, en otros los particu-
r cierto qlH' las normas ' d i r e c t i v a s ' son normas 'jio- lares y, a veces, n i n g ú n sujeto en concreto
nperativas', o sea, q u e están condicionadas por la n p - (cláusulas innocuas). Esto último es lo que
cpsidfld de una implementación legislativa o reglamen-
taria, ¡>or lo que puede, liíiher retardo u omisión en s t i ocurre cuando dichas cláusulas son "direc-
cumplimiento. En cambio, no todas las normas 'no-oppva- tivas" a los poderes" poli! icos: en el actual
livas' corresponden al capítulo de ias normas ' d i r e c t i -
vas', ya que. es posilile encontrar n o r m a s 'orgánicas' reparto de competencias, el Poder Consti-
( c o n s t i t u t i v a s y f u n c i o n a l e s ) que carp'/can de o p e r a l i - tuyente utiliza ia técnica de las cláusulas
v i d a d : por ejemplo, cuando la Constitución crea u n
órgano ¡¡ero remite a la ley reglamentaria los detalles pi'ogramáticas-directivas con el objeto de
de su organización (así ha ocurrido —entre nosolros-- imponer funciones a ciertos órganos, mas
con la Corte Huprema de Justicia de la N a c i ó n ) . Por
lo tanto, las normas 'orgánicas' pueden ser o no s< r con la singularidad de que esos deberes
'operativas', mientras que las normas programáticas ' d i - estatales se cumplen y se exigen puramente
rectivas' pertenecen siempre a! íírupo de las n o r m a s
'no-operativas'. K n cuanto a f a s l l a m a d a s 'reglas de i n - en el terreno d'} la responsabilidad política.
t e r p r e t a c i ó n ' o normas i n t e r p r e t a t i v a s , su propia f u n - La opfratividad no es una cualidad propia
ción hace f | U e sean de a p l i c a c i ó n i n m e d i a t a , en m a n o s
de los intérpretes que resolverán la.s dudas hermenéu- do los derechos individuales e impropia de
tica? (especialmente en los cosos de e o n s t i t u c i o n a l i d a d o los derechos socia'es. La determinación de
i n c o n s t i t u c i o n a l i d a d de las nornias inferiores) m e d i a n t e
la ntiliación dp las p a u t a s axiológieas que tales normas la operatividad es una cuestión dp hecho, a
lian positivizado. Xo puede decirse lo mismo de las deno- dilucidar por la autoridad de aplicación en
m i n a d a s 'normas de c o n d u c t a ' (derechos y g a r a n t í a s ) ,
cuya oneratividad o no-operatividad dependerá en cada
cada caso y, en definitiva, por l.os jueces.
<;aao del criterio de la autoridad cíe aplicación, corres Así, por ejemplo, en el art. 14 bis hay nor-
pondicndo a los jueces resolver los casos de c o n f l i c t o y mas operativas y hay normas no-operati-
determinar por esa vía .si la norma eti cuestión goí^a o
no del carácler a u t o a p t i c a t i v o que pretende la p a r t e i n -
teresada en obtener su plena vigencia" (pp. fi y 7 ) .
(04) Tja expresión "expectativas do derechos" t's
uíüi/aUtt por Brevi'er-Carias, ob. eit., p. 289 y un. (35) Véase Vauossi. oh. cit., tomo II, pp. 12 y 13.
vas: en los casos del derecho de huelga Bidart Campos sostuvo que aún a falta de
y de la protección al igual salario, no ley, había casos en que podía demandarse
hacen falta nuevos órganos y en cuanto una abstención: protección a los delegados
a los procedimientos los puede suplir el juez sindicales, huelga, igual salario ( :l(i ).
dentro de la órbita de su jurisdicción; en Las múltiples consideraciones que gene-
cambio, parece claro que cláusulas tales co- ra el análisis del Art. ]4 bis o nuevo, pue-
mo las referenters a la vivienda familiar y den añadir también la reflexión de que el
al establecimiento del seguro social, no son aspecto literario de la redacción que ofre-
operativas, desde el momento que para su cen sus distintos párrafos no puede ser
aplicación hacen falta crear nuevos órganos esgrimido como argumento exclusivo para
y procedimientos. pronunciarse acerca de la oparatividad o
No creemos que "operatividad" sea sinó- no-operatividad de las cláusulas cuya apli-
nimo de no-programático; ni que lo progra- — cación se demande. Los jueces tendrán
mático sea necesariamente lo equivalente siempre amplias potestades para determi-
a no-operativo. Desde el momento que latt nar en concreto cuál es la situación de cada
cláusulas programática* también están di- cláusula; y, más aún, para no confesar ab
rigidas a los jueces (reglas de interpre- inilio su impotencia jurisdiccional a causa
tación) y éstos las incorporan a su selec- de omisiones imputables al legislador: va-
ción axiolóyica, resulta que tales cláusu- len para los derechos sociales las muy sa-
las tienen una ompliti'd aplicativa inme- bias reflexiones de la Corte Suprema de
diata. •Justicia de la Nación en al caso Sin (Fa-
La principal función de las cláusulas llos 239:459), cuando por obra de aquellos
programáticas consistirá en evitar que en jueces se dio un vigoroso adelanto en la
la aplicación de la Constitución sus intér- operativización de los derechos individua-
pretes le asignen un sentido reñido con los les ( r i T ). Del mismo modo y siempre que
valores: y los fines consagrados más recien- las circunstancias de cada caso lo permi-
te o contemporáneamente en la norma su- tan, es dable esperar la adopción de un
prema o que simplemente la comunidad ha criterio semejante para el mayor número
vivenciado como prioritarios. En definiti- posible de cláusulas contenidas en el fron-
va: que el intérprete no pueda regresar al doso Art. 14 bis da nuestra Constitución
ámbito preexistente y deba estar inmerso Nacional.
en los (¡bjetivofí de hoy y aquí. Queda en pie, finalmente, la pregunta
Volviendo al Art. 14 bis de la Constitu- en torno a qué valor tienen las cláusulas
ción Nacional, surge de su propia redac- del Art. 14 bis, en la dogmática constitu-
ción que en él están contenidas cláusulas cional argentina. Y, para dar la respuesta,
operativas y cláusulas no-operativas. Si podemos acudir otra vez a la distinción en-
nos guiáramos exclusivamente por la re- try las dos especies de cláusulas que encie-
dacción, podría argüirse que se trata de rra e! género de las normas programáticas:
cláusulas no-operativas en los párrafos 1?
y 39 del citado artículo. En efecto, dicha — las cláusulas "directivas": están dirigi-
norma difiere a la competencia reglamen- das al legislador, que debe convertir
taria de la "ley" todo lo concerniente a los esas competencias en derechos exigibles;
derechos del trabajador (primer párrafo pero tal situación no es demandable, por
del artículo) y de la seguridad social y de- lo que la cuestión queda reducida a un
rechos de la familia (tercer párafo de la problema de responsabilidad política de
norma). En cuajito al segundo párrafo, ca- los legisladores (en el caso de gobiernos
bría hacer una distinción, basada en la electivos, podrá hacerse efectiva a tra-
coincidencia que existe entre los distintos vés del voto, en elecciones periódicas) ;
tiempos de verbos que se utilizan y la rea- — las cláusulas "interpretativas": están
lidad histórica correspondiente a ambas dirigidas al j / i e z , que debe aplicarlas
situaciones: para resolver los problemas de interpre-
tación y zanjar las dudas que al res-
— primera parte: está redactada en 'pre- pecto se le presenten (en una aplicación
sente', lo que coincide con derechos e semejante a la que los jueces hacen con
instituciones que ya existían (conve-
nios colectivos, conciliación y arbitra-
je, derecho de huelga);
C¡B) B i d a i ' t Campos, ol.i. cit., |>. 437.
— segunda parte: está redactada en ' f u - ( o 7 ) ' ' . . . l a s garantías i n d i v i d u a l e s existen y pro-
turo', lo que advierte sobre situaciones tegen a ios i n d i v i d n o s por e! solo hecho (le estar con-
que todavía no se encontraban en fun- slasa g r a d o s por la C o n j u n c i ó n e i n d e p e n d i e n t e m e n t e de
ie.ves reglarnt litarías, las cuales súio son requeridas
cionamiento (v.gr., las garantías a los para establecer 'en qué caso y con cine j u s t i f i c a t i v o s
representantes gremiales). podrá proe"d('-se a SM a l l a n a m i e n t o y o c u p a c i ó n ' , como
dice el art. 18 de la Constiuición a propósito de u n a
Por su parte, en la doctrina, Germán J. de ella-" (Fallos, ;:¡9:159).
los "fines" contenidos en e! Preámbulo tos orientarán sus decisiones en un sentido
de la Constitución) ( 3 S ). o en otro, protegiendo o no ciertos valores,
Con relación a las cláusulas económicas
privilegiando o no ciertas creencias. Así
ocurre con la interpretación judicial en ge-
y sociales que de su propio enunciado y des-
neral, no existiendo razones para que suce-
tino brota la existencia de un derecho sub-
da de manera distinta en el caso del control
jetivo, o sea, dotado de acción que permita de constitucionaüdad, ya que los jueces son
exigir una prestación o una abstención, no
pueden caber problemas con respecto a su
los mismos y el mundo en que viven tam-
bién es el mismo.
ubicación en e] cuadro de' las normas cons-
titucionales dirigidas directamente a los Pero el principal problema estará radi-
particulares ( a u n q u e éstos sean solamente cado en el reconocimiento o rechazo de la
los titulares de derechos sociales). "operatividad", según el criterio y aprecia-
Desde el punto de vista político, no esca- ción del juez. No podemos ocultar que se
pa a la observación h¡ importancia que asu- trata de una decisión altamente política,
men las cláusulas programáticas que hemos cuya resonancia incide en un ámbito muy
denominado de especie "directiva", habida sensible de la convivencia social. Más aún,
cuenta de que se. trata de competencias es un arma tan o más poderosa que la de-
asignadas al Estado, para que éste haga uso claración de inconstitucionalidad: con esta
de poderes que le permitan crear nuevas herramienta, los jueces pueden enervar la
condiciones generales, remover obstáculos, "vigencia" de muchos derechos. Y así como
favorecer una cierta idea de la justicia so- el juez sólo puede negar o rehusar la apli-
cial: en fin, para producir el salto de u n a cación de una Ley haciendo uso de la de-
concepción puramente individualista a la claración de su inconstitucionalidad, tam-
vigencia de un mínimo —al menos— de so- bién ocurre que únicamente puede dejar de
lida rismo C ™ ) . aplicar cláusulas constitucionales de índole
económica y social, acudiendo al argumen-
VIL El, CONTROL DE CONSTTTUCIONALinAP
to de su inoperatividad. Esto es de una
EN LA APLICACIÓN DE LAS CLAUSULAS
(•norme importancia en el funcionamiento
ECONÓMICAS Y SOCIALES
de nuestro sistema de poderes y en el per-
fi.lamiento de los roles que corresponden
Hemos visto que las cláusulas pro.frraniá- —entre nosotros —a los titulares del Poder
ticas "interpretativas" tienden a consolidar Judicial. La mencionada importancia no de-
la preeminencia de ciertos valores en el crece, sino c,vie se acrecienta, al tratarse de
acto de la interpretación judicial. También cuestiones c.iyo contenido es económico y
pueden exhibir la desconfianza del c o n s t i - .social.
tuyente (político) con respecto a las prefe- Importa subrayar que la aplicabilidad o
rencias ideológicas y axiológieas de los jue- no de estas cláusulas es una cuestión a de-
ces, tratando de evitar por medio de esas cidir f-ii cada caso por el juez; pero que la
cláusulas que estos funcionarios desconoz- decisión general sólo la puede tomar el le-
can o se aparten de las decisiones políticriH gislador med.ante la sanción de las corres-
fundamentales adoptadas en su momento pondientes normas de implementación. Tam-
por e] poder soberano. Es por todo ello, que bién puede ocurrir que el juez llegue al
con relación al control de constitucionali- convencimiento de la declaración de incons-
dad en la aplicación de las cláusulas econó- t i t u c i o n a l i d a d de esas normas de irnplemen-
micas y sociales, puede decirse qne depen- tación. En síntesis, puede decirse que exis-
derá en gran medida de la eosmovisión míe te vn doble control judicial:
anime a ¡os jueces; según sea la concepción a) el control de operatividad (verifica-
que los inspire en su función de control, és- ción empírica)
b) el control de constitucionalidad (ve-
(38) Véase Vítnossr. "Preámbulos ilp j ; is Oonslr
rificación lógica).
tucioncs". en Enciclopedia Jurídica OMEBA. torno XIT. En el primer caso —control de operativi-
pp. 729 a 742. dad— estamos ante una verificación de la
(39) Dice Carlos Sánchez V i a r n o n l e : -. . . So t r a t a
ahora del hombro como u n i d a d r e i a t i v a y no a b s o l u t a : inexistencia de condiciones que permitan
¡nterdepcudienle y no aislada; en permanente a c t i v i d a d aplicar directamente la norma para la sa-
f u n c i o n a l , v i n c u l a d n y e n t r e l a z a d a con otras a c t i v i d a d e s
f u n c i o n a l e s semejantes. YA hombro de las declaraciones tisfacción de pretensiones ejercidas subje-
de) Kitrlo xvm lenía derechos <¡ue se p o d r í a n ' calificar tivamente a través de una acción. O para
de divergentes; los del hombre • de rnir-stro tiempo son declarar la insuficiencia de las normas de
necesariamente convergentes, recíprocos 'y ooneurrontrs.
Aquéllos servían de límite y de f r o n t e r a a! Estado o implementación que no han alcanzado a
sociedad políticnmeiito organizad;!; éstos, porosos y per- crear aquellas condiciones en la medida ne-
meables, exigen la i n t e r v e n c i ó n de la soeioda/1 y el con-
curso de cada urjo para el bien de todos. Individuación o cesaria como para que el juez conceda un
podría ser el lerna de los primeros, y -soítV/a/^'.s'mo, el de derecho. En el segundo caso —control de
los últimos" (citado por Linares Quintana. Tintado...,
tomo I, pp. 270 y 271). constitucionalidad— estamos ante una con-
frontación de normas desde el punto de vis- líneas generales— un método estático de
ta de su compatibilidad lógica: como todo interpretación constitucional, mientras que
posible conflicto entre normas de diversas a partir de la gran crisis de esos años y a
jerarquías, se resolverá por el juez otorgan- raíz del cuestionamiento de la legislación
do la primacía del caso a la norma de supe- sancionada para enfrentar esos nuevos pro-
rior jerarquía en ia escala o pirámide legal blemas, la Corte comenzó a practicar mía
( e n este caso, la norma constitucional). ii'terpretaciÓH dinámico de las cláusulas
Queda, por último, decir dos palabras so- constitucionales, que se mantiene hasta la
bre ¡os procedimientos técnicos que puedan fecha ( • " ) . Por tratarse de una letra cons-
arbitrarse para alcanzar la cperatividad a titucional muy antigua —la de 1853—, esa
nivel de las decisiones políticas y, así, su- interpretación "dinámica" permite a los in-
plir la incuria del gobernante moroso. En térpretes desprenderse de la voluntad psi-
este terreno estimamos que pueden con- cológica de los autores y transportar en el
templarse dos soluciones: tiempo a las mismas normas para dar ca-
I 9 ) cuando la misión es del poder regla- bida en ellas a "medios" que de otra ma-
mentario (Poder Ejecutivo) : que la regu- nera resultarían incompatibles con'los "fi-
líición sea asumida por el propio legislador nes" confesados al tiempo de la sanción. El
ordinario, tal como un superior puede avo- "dinamismo" interpretativo no persigue
carse al conocimiento de un caso decidido más que eso, o sea, la emancipación de ¡as
por el inferior (*°) ; normas con relación al método exegético de
2 9 ) cuando la omisión pertenece al poder análisis hermenéutico. Paradójicamente,
legislador (Poder Legislativo) : alli no pue- acontece que las cláusulas programáticas
de aeudirse a un superior ordinario ni es que hemos denominado "interpretativas",
práctico pensar en hacer uso del constitu- procuran evitar tal independencia de juicio
yente —que es extraordinario—, por lo que valorativo, al fijar en el texto constitucio-
sólo cabe pensar en la creación de una acción nal reglas y pautas que determinen a los
popular directa que, en la tónica y con las órganos de aplicación el sentido de una de-
características de las formas semi-directas terminada orientación (preeminencia de
de democracia, permita al pueblo ejercer u n ciertos valores), con carácter y efecto vin-
"derecho de iniciativa" a los efectos de im- culatorio para los jueces. Claro está, que e!
pulsar la actividad del poder que se encuen- resultado de esa técnica constitucional pue-
tra moroso en el dictado de las normas de de ser muy diverso, según que la incorpo-
implementación. ivción de cláusulas programáticas "inter-
No parece superfino dar una mirada al pretativas" sea asociada al sostenimiento
panorama jurisprudencial, para detectar en de contenidos pétreos o irreformables de la
qué punto de la evolución estamos, al m a r - Constitución, o por e! contrario, se rechace
gen de las propuestas de modernización o tal posibilidad de eternización de ciertos
perfeccionamiento de los mecanismos cons- valores e ideas (en el primer caso, las cláu-
titucionales atinentes a esta materia. Si cen- sulas que comentamos coadyuvarían a una
tramos el comentario en alg'unos pronuncia- mayor "esíaticidad" o fijación en los com-
mientos de nuestra Corte Suprema de Jus- promisos interpretativos del juez). En de-
ticia de la Nación, podremos ver que lo finitiva, la ventaja de las cláusulas progra-
concerniente a la materia económica y so- máticas de interpretación está subordinada
cial ha estado comprendiendo las pautas y a la ausencia de contenidos pétreos; porque
orientaciones generales que el Tribunal ha en el caso contrario, con el transcurso del
seguido para toda la interpretación cons- tiempo, se produciría fatalmente un desfa-
titucional. Así, es válido señalar que .hasta x.aje entre la cristalización de los valores
la década del treinta, la Corte practicó —en sostenidos en el texto y el f l u i d o complejo
i'.xiológico que puede alimentar a los jue-
ces e intérpretes en la realidad de una so-
(40) Nosotros propusimos agregar a! Inc. 29 d r l ciedad cambiante. Esto es particularmente
A r t . Ü6 de la C.N"., lo siguiente: ' ' . . . i > e iguai manera significativo en los tiempos de crisis, en
expide r e g l a m e n t o s a u t ó n o m o s , en los l í m i t e s consentidos
por esta C o n s t i t u c i ó n y las leyes. La.s leyes son regla-
que puede ocurrir una fricción muy aguda
mentadas dentro del término que ellas mismas deter- entre-ambos esquemas: el formal de las
m i n a n . Si la. ley no lo fija, corresponde hacerlo d e n t r o
de los noventa d í a s de promulgada. Si vencido el tér-
miuo no se tm reglamentado la ley. corresponde hacerlo
at Congreso, por el p r o c e d i m i e n t o para la f o r m a c i ó n v (41) Coní. Esteban Ymiu, "Acerca de la interpre-
sanción de las leyes. Kn este caso, la sa,neión legislativa tación constitucional", en la obra de ese autor titulada
110 puede ser vetada n i la ley reglamentada de nuevo La. e-ient'ia de la Cosa Juzgada ti oíros ensayos, Ed.
por el Poder Ejecutivo, igual proceder cabe sec'ún los Araná. Bs. As., 1951. pp. 195 a 218. También en la
casos con r e l a c i ó n a lo.s t r a t a d o s y otros actos i n t e r n a - obra de Julio Oyhanaríe, Podi'r fjoilliro y caiti.bio f t -
cionales, despucs de ratificados por el Poder Ejecutivo 1 ' Iructttral en lil Aranitina, 1-M. Paidós, Bs. As.. 1969.
(confr. "Sugerencias para una eventual reforma- cons- pp. 2(1 a. 23. Según este autor, la Corte aplicó el método
titucional", Jorffe R e i n a l d o Vanossi. en l'cri^ta tlfl Co- d i n á m i c o a partir del caso A i'fVo c. />' La Pettn (Fallos
legio de ¿bogadaí de La Plata, diciembre 1970, p. 239). 1 7 2 : 2 9 ) , en 1W31.
normas y el real o vigente de los valores. la existencia de ese importante derecho so-
En cambio, si no median contenidos pétreos, cial —la "libertad contra la opresión"— del
la inserción de una cláusula programática juego de las cláusulas del Art. 14 bis con la
de tipo .o especie "interpretativa" ofrece habilitación del poder para rsconoc"-r nu'-v
menos peligro5: o dificultades, ya que la re vos derechos que contiene el Art. 33 de l a -
formabilidad y posibilidad permanentes de misma Constitución (Los "derechos no enu-
cambios en el texto constitucional —enten rmrados"); deS mismo modo que en épocas
dido en su totalidad— hacen remoto el ries- anteriores la Corte ha inferido la existen-
go de una contraposición frontal entre los cia del derecho de reunión del juego de les
valores que fija el texto y los valores que arts. 14 y 33, o de la libertad d« asociación
vivencia la comunidad. Acá, el apuntado Política del juego de los mismos artículo»-;,
transcurso 'del tiempo no resultaría tan no- y con posterioridad conjugó los arts. 18 y 33
civo o peligroso; en cambio, allá, con la paya inferir la existencia de una protección
petrificación, podríamos asistir a un cre- constitucional "no enumerada" a la preten-
ciente incentivo para l¿i revolución (como sión de u n juicio rápido en materia de pro-
única vía posible —en ese caso— para cedimiento penal (caso Ma-ttfi, Fallos: 272:
cambiar las estructuras constitucionales y 188). Sobre la base de ese reconocimiento,
actualizar los valores que el derecho positi- la Corte ha expresado que los actos estata-
vo recepciona). les encaminados a conceder a los trabaja-
De la lectura de los fallos de la Corte, se dores remuneraciones que l°s aseguren un
desprende que bajo la Constitución de 1853 nivel de vida adecuado, suponen ejercicio
—con anterioridad a las enmiendas de 1949 válido del podfr de policía; y que esa doc-
y de 1957— los derechos sociales estaban trina desarrollnda con motivo de la validez
cobijados —de una manera u otra— en la constitucional de los aumentos salariales
protección constitucional a los derechos no decretados por el poder público con alcan-
enumerados (Art. 33). Bajo el reinado de ces para todo el régimen de empleo, es tam-
la Constitución de 1949, la Corte Suprema bién aplicable a los demás casos en que es-
coetánea, asignó al Art. 37 (derechos del tén en juego las instituciones del "salario
trabajador, etc.) y al Art. 38 (función so- vital mínimo", de In "protección integral
cial de la propiedad) un valor directamen- de la familia" o la "compensación econó-
te fundante de los pronunciamientos judi- mica familiar" (art. 14 bis). Al respecto,
ciales: así, en los casos Standt (Fallos 229: entiende la Corte que ". . .toda vez que la
368). Goodyear (Fallos 229:456), Celeuin libertad de •, ontrntar del empleador entre
(Fallos 229:630), Torra (Fallos 232:134), en conflicto -on Ir libertad coiifra la opre-
y otros más (•<-). Con el cambio de la com- sión del emp!?aclo u obrero, esta última debe
prsición de la Corte, el Procurador General prevalecer .«obre aauélla, porque así lo re-
Dr. Sebastián Soler señaló una línea de quieren los ^irincipios cute fundan un orde-
pensamiento adversa al valor de aquellas namiento social justo" (Fallos 246:345. con-
cláusulas: así, en el famoso caso Cant.arini siderando 6p m fina}. Nuestra Corto Su-
(Fallos 237:272), resuelto en 1957. Pero a prema ha basado estos pronunciamientos
partir de la incorporación del Art. 14 bis o en doctrinas afirmadas por la Suprema
nuevo, la Corte Suprema —en su nueva Corte de U.S.A. —país cuya Constitución
composición de 1958 en adelante— recono- de 1787 no contiene cláusulas equivalentes
ció e! valor de las normas "directivas" e a nuestro art. 14 bis—, en especial a partir
"interpretativas" de la Constitución: así, del famoso caso Wwt Cost Hotel Co. v.
por ejemplo, en los corsos Lavallol (Fallos Parriah (300 US 379, año 1937) por boca
244:491) y Asproni (Fallos 245:21), entre de) juez Hughes, y en el cuso Unitf.d St.atex
ctros. Pero el aporte más valioso de la ju- v. Darby (312 US 100, año 1941) por la
risprudencia constitucional de esos años, es- voz del juez Stone. Nuestra propia Corte
tuvo dado por el reconocimiento en nuestro recuerda el antecedente vernáculo de su
ordenamiento de la "libertad contra la opre- pronunciamiento en Fallos 199:483, consi-
sión" (freedom from oppressicm), cuya vi- derando 59. del año 1944; al mismo tiempo
gencia f u e sostenida por la Corte Suprema que encuentra el fundamento valorativo de
a partir del caso Prattico (Fallos 246:345) su decisión "en inexcusables principios de
y desarrollada con posterioridad en los ca- justicia social (Fallos 181:210; 246:345 y
sos Roída» (Fallos 250:46), Mata (Fallos
otros) y en la ponderada estimación de las
exigencias éticas y condiciones económico-
252:158) y El Comercio (Fallos 258:315), sociales de la colectividad a la que se apli-
entre otros. La Corte Suprema ha inferido ca" (confr., Fallos 250:46). No es menor
su preocupación por fundar la debida armo-
nización entre los derechos individuales y
(42) Coní. Oyhanarte, ob. cit., pp. 47 a 49. los derechos sociales, sobre la base de la
coexistencia de ambos en la presente reali- pasando del papel a los hechos ( 4 4 ). Por
dad constitucional ( 43 ). eso, si pretendiéramos resumir en una fra-
Más recientemente, la Corte Suprema se breve el espíritu que anima al constitu-
—con otra composición— admitió la vali- cionalismo contemporáneo, diríamos que
dez de una norma de protección frente al hoy se trata más de dar acción que de hacer
desempleo íel art. í!? del decreto-ley 17.258/ declaración.
67) en el ramo de la industria de la cons- El mayor déficit de las cláusulas econó-
trucción, por considerarla "plenamente coin- micas y sociales reside en el problema de su
cidente con los fines de justicia social que operatividad. En una paráfrasis de la cla-
inspiran a la norma constitucional. .." (ca- sificación ontológica de Constituciones que
so Aldo Peraira c. Manantial Cooperativa de nos legara Karl Loewenstein, que distinguía
Vivienda Ltda., sentencia del 6 de noviem- entre las Constituciones normativas (coin-
bre de 1974, "El Derecho", 28 de enero de cidentes con la realidad), las nominales
1975). (prematuras con relación a las posibilida-
des reales) y las semánticas (caricatura o
VIH, BALANCE Y CRÍTICA DE LAS CLÁUSULAS disfraz de Constitución), nos atreveríamos
ECONÓMICAS Y SOCIALES A LA LUZ a decir que las cláusulas económicas y socia-
DEL CONSTITUCIONALISMO CONTEMPO- les forman con demasiada frecuencia la
RÁNEO parte nominal de muchas Constituciones; y
que, en algunos casos extremos, se advierte
Mucho se ha dicho y se dice a favor o en claramente el ridículo de ser la parte más
contra de las cláusulas económicas y socia- semántica de la Constitución ( 4 0 ) .
les. El tema es extenso y la materia es opi-
nable. La discusión puede ser intermina- Pero es de justicia también, que exprese-
mos nuestra idea sobre el saldo positivo que
ble. No pretendemos abundar en este aspec-
to, tan preñado de estimaciones valorativas arrojan las cláusulas económicas y sociales.
AI respecto, estimamos que la aportación
y de subjetivismos que definen y compro- más fecunda de esta faz del constituciona-
meten a priori.
lismo reside en acrecentar la "igualdad de
No tenemos dudas en el sentirlo de que oportunidades" en favor del mayor número
muchas constituciones recargadas de fron- de componentes de la mayor cantidad de
dosos capítulos con cláusulas económicas y sectores sociales. Y en tal sentido, el aumen-
sociales pasan a ser verdaderos "catálogos to de la ig-ualdad real de oportunidades
de ilusiones" para el consumo electoral o (que es un paso más adelante en el enrique-
para la recreación de espectativas comuni- cimiento de la igualdad ante la ley o igual-
tarias. Entre ellas, no vacilaríamos en in- dad formal), es uno de los objetivos básicos
cluir a la reciente Constitución de Portugal y reales de toda democrac/M social.
(abril de 1976), que es arquetípica en la Tampoco podemos olvidar que las cláusu-
materia. las económicas y sociales importan la crea-
Alguna vez hemos señalado que la preocu- ción de competencias destinadas a impulsar
pación dominante del movimiento constitu- un cierto sentido da la Justicia, que resnon-
cionalista del siglo pasado consistía en de- de y corresponde a una visión superadora
clarar derechos y en sancionar Constitucio- del individualismo y del abstencionismo de-
nes (y esto era así hasta el punto que los cimonónicos.
partidarios de esa tesitura se autodeno- Las cláusulas a que nos referimos, inser-
minaban —en muchos países o provincias— tadas en regímenes de estructura democrá-
miembros del "partido constitucional"). tica y liberal, permiten corregir el sistema
Pero ahora, en las cercanías del siglo xxi, sin renegar o abdicar de la esencialidad de
la preocupación dominante es otra, muy sus presupuestos filosófico-políticos. Es muy
otra: la de obtener la aplicación y vigencia importante destacar que con estas cláusu-
de los derechos antes proclamados y, ade- 'as no se pretende establecer un nuevo abso-
más, la de efectivizar esas Constituciones lutismo de Estado, sino protocolizar el de-
siderátum de un "Estado social de Dere-
cho", según la terminología más difundida
(43) La Corte Suprema cita el siguiente concepto hasta hoy en los países de Occidente. Para
de Alien M. Potter, American Government and Politicfí, ei constitucionalismo social sigue siendo
p. 271, London, 1960: "La presente actitud de la Corte
(de U.S.A.) no está basada en una restricción de sus válido el principio de la limitación del poder
poderes para proteger la libertad; más bien está basada
en la idea de que quizás la invalidación de tal legis-
lación, porque ella interfiere con derechos económicos,
es errónea, pues esa legislación en su efecto total, en (44) Véase Vanossi. ob. eil.. tomo II, pp. 535 y
verdad protege la libertad. Pues la legislación que in- ss.. el ensayo titulado "Introducción metodológica a la
terfiere o limita los derechos económicos de una perso- reforma de la Constitución", en especial la p. 54.T.
na puede extender o proteger los derechos económicos de (45) Véase Karl Loewenstein, Tpor!a dr la Cons-
gira" (Fallos 250:46, considerando 4?). titución, Ed. Ariel, Barcelona, 1964, pp. 216 y 86.
y el sometimiento de gobernantes y gober- cluso después de su proclamación, no los in-
nados al principio de legalidad: también valida; como tampoco el fracaso en lograr
cabe para el Estado social de Derecho la la proclamación de un derecho hace que éste
aseveración de K. C. Wheare, en el sentido desaparezca" ( 4S ).
de que "La -verdadera justificaoión de las Estas opiniones de Friedrich no son fru-
Constituciones, el concepto que preside su to de un entusiasmo ni el reflejo de simpa-
erigen, es el de' limitar la acción" guberna- tías políticas, sino el producto de su cosmo-
mental exigiendo que los que gobiernan se visión sobre los derechos del hombre y so-
amolden a la ley y a las normas" (•""•). Si bre el valor instrumental que tienen las
el constitucionalismo ¿clásico apuntó a la diversas organizaciones constitucionales. Al
organización estatal por medio de leyes su- Píirtir de "la libertad frente a la necesidad
premas y estables, cuya obligatoriedad com- o carencia", Friedrich defiende los derechos
prendiera tanto a los gobernantes como a los que facilitan al hombre la libertad frente
gobernados, con el propósito de reemplazar ai temor y que "le liberan de aquellas res-
"el gobierno de los hombres por el gobierno tricciones e inhibiciones que perjudican a
de las leyes", dicha meta no está reñida con su plano de desarrollo como ser huma-
las pretensiones del constitucionalismo so- no" (4!)). Para él, estos derechos no son me-
cial. Acaso con menos ilusión racionalista, nos ni más que los viejos derechos:"todos
pero con el mismo empeño de Libertad Hu- se relacionan con !a tarea de permitir a un
mana, el constitucionalismo social aspira ser humano completarse a sí mismo, ser una
a un gobierno de hombres según las leyes, persona plenamente desarrollada". Es lo
en el marco de condiciones que aseguren al que denomina la antorrealiznción de la per-
mayor número las posibilidades concretas y sona C"'0) y que en el pensamiento de Paulo
efectivas del goce de los derechos procla- VI se expresa con la idea de que debemos
mados. procurar no sólo el desarrollo de todos las
La pregunta que surge es si <;1 contraste personas sino también el desarrollo de toda
entre la norma y la realidad invalida a es- la persona.
tas cláusulas; si los obstáculos a su plena Séanos permitido expresar nuestra opi-
vigencia minimizan el valor jurídico que nión en este aspecto de la cuestión. Nosotros
les pretenden asignar las Constituciones. La creemos que las cláusulas económicas y so-
respuesta la da Cari ,T. Friedrich en la re- ciales no son ni pueden ser eciuiparadas con
ciente actualización de su más clásica obra, la notencia mágica que según la leyenda po-
cuando nos dice: seía el Rey Midas, al convertir en oro todo
"Ya no se puede tolerar que queden apar- nouello que tocaba. Las cláusulas económi-
tados estos derechos, motejándolos de me- cas y sociales no tienen esa virtud ni nadie
nos básicos que los antiguos, ni que se les puede sensatamente atribuirles la fuerza de-
ponga en tela de juicio por la dificultad que miúrgica de una creación de riqueza o de un
tiene su aplicación. Todos los derechos con- fíat lux de abundan'cia. Estas cláusulas no
tienen normas, y todas éstas quedan debajo son el bienestar mismo. Estas cláusulas no
de! nive! óptimo de su puesta en práctica, crean la riqueza ni sustituyen el esfuerzo de
ya que si no 4 fuera así, ¿para qué serían los hombres. Estas cláusulas no pueden re-
necesarias?" ( 7 ). partir lo inexistente. El mérito y la función
El juicio terminante de Friedrich alcan- de estas cláusulas es el mismo que tienen to-
za a !a refutación de las objeciones sobre das las demás cláusulas constitucionales: dar
la practicidad o no de la declaración de los el cauce de ordenamiento jurídico-institucio-
derechos económicos y sociales: nal a través del cual las fuerzas sociales po-
"El que pueda resultar difícil la práctica drán actuar al servicio de los intereses ge-
y puesta en ejecución de tales derechos, in- nerales. Fijar reglas del juego que permitan
e' desenvolvimiento de la vida política. In-
(46) Oonfr. K. C. Wheare, />/* Cftnxlil.urinnff! mu citar antes que subrogar f Til 1.
(lentas, K d . Labor. Barcelona, 1975, p. 143. ,
( 4 7 ) Confr. Cari J. Friedrich. Ofilñerno f'íínstihi
fiontil ii nrmni-racia, Ed. I.E.P., Madrid, 1075. pp. ;!2n
y 321. Dice este autor: "Es imprudente ridiculizar tales (48) Conír. flem, p. .124. También dice este a u t o r :
derechos soeio-ceonóluieos, porque en ocasiones los q u e "Por consiguiente, pretender que. tiles derechos sean
redactaron sus correspondientes declaraciones o e<i rtas unas invenciones 'comunistas' es históricamente faKo. y
se hayan dejado llevar del humanitarismo, y. en su en- filosófica, así romo le^almente. carente de base. E] de-
tusiasmo, previeran 'vacacioiíes periódicas con pleno recho al trabajo se remonta a la Gran Revolución en
sueldo', o aleccionaran para 'disfrutar d p las bellezas Francia: cierto número de tales derechos, conforme aea-
de la naturaleza'. Semejantes e x t r a v a g a n c i a s son aliro batnns de mencionar, han aparecido en Constituciones
que aparece u n a y otra vez en la elaboración de los de los Kstados americanos, y se e n c u e n t r a n en otras
principios, y las Constituciones de los Kstndos de la muchas Constituciones del período siguiente a la Guerra
Unión norteamericana ofrecen abundantes ejemplos de M u n d i a l Primera. e,speeialmente en la de Weimar"
esto. La validez de] principio en sí no se anula por lít (confr. p. 32Í!).
excesiva ampliación del mismo, a u n q u e tal rr,du¿*1io ful (49) Tdem, p. 321.
absurdnm constituya una herramienta favorita de la (50) Tdem. p. 324.
oratoria en los medios políticos" (p. 322). (51) Dice Julio H. G. Olivera en "Teoría del hecho
En ta ya consagrada clasificación de Ya era viejo para entonce* y podía simbo-
Loewenstein, de Constituciones programá- lizarlo la figura del gobernador español que
ticas y de Constituciones pragmáticas i' 1 *), recibía la pragmática real inaplicable, la
sin que tal?s términos impliquen una anto- colocaba devotamente sobre su cabe/a y de-
nomia o verda'deras antípodas, nos inclina- claraba solemnemente: "Acato pero no cum
mos por las Constituciones utilitarias, en pío". El gran historiador del derecho his-
cuanto éstas consisten básicamente en es- pánico. José María Ots Capdequí, dice, al
queletos o armazones de las estructuras del hablar de ias Leyes de Indias: "Teólogos y
poder, que luego los órganos de aplicación moralistas, más que juristas y hombres de
se encargarán de complementar a través de gobierno, fueron los animadores espiritua-
la permanente y prolongada tarea del go- les de esta legislación. Se acusa en ella un
bierno. Tales Constituciones pueden ser tono de plausible elevación ética, pero se
adecuadas a la realidad social de hoy, me- desconocen al propio tiempo o se tratan de
diante la inserción de una cláusula progra- soslayar ineludibles imperativos económicos
mática "directiva" e "interpretativa", con y sociales, lo que provocó en la vida co-
las funciones que hemos comentado ut s»-wn lonial hispanoamericana un positivo divor-
(verdadera guardiana de los valores pree- cio «ntre el derechn y el hecho".
minentes). A ello cabría agregar una pvu "La costumbre de mirar la ley como una
dente selección de competencias que corrijan proclamación ética o principista y atender
o aclaren la línea divisoria entre la esfera a las necesidades reales por otros cauces ha
pública y la esfera privada, a tenor de la sido fuente de innumerables males. Nues-
más precisa ubicación de nuestro aparato tro idealismo jurídico nos lleva a la conti-
estatal en las funciones que le son reconoci- nua violación del derecho inaplicable. Por
das por la comunidad. Todo lo demás depen- tener una muy alta idea de la ley la burla-
derá del acierto y la eficacia de las auto- mos o la ignoramos. Nos parece que no está
ridades de aplicación. hecha para la vida ordinaria y, tal vez, no
En cuanto a la realidad constitucional nos falte razón. No tiene raíces y por lo
de nuestro país y de América Latina en ge- tanto no puede vivir" ( r > 3 ).
neral, suscribo las severas acotaciones de un
prestigioso literato de nuestro Continente, CODIFICACIÓN DEL' DERECHO ES-
que en una colaboración titulada La ley y PACIAL.*' Las reflexiones que a continua-
la realidad, ha dicho: ción exponemos tienden a alertar acerca de
"Si alguien se pusiera a cotejar la histo- la urgencia .que existe en la constitución
ria hispanoamericana del siglo XIX con las del Organismo Internacional Especializado
leyes que en materia constitucional, civil que deberá acometer la tarea de regular
o penal fueron sancionadas por los Congre- jurídicamenle las actividades que el hom-
sos, podría casi diagnosticar un curioso e bre desarrolla en el Espacio Ultraterrestre.
inquietante caso de paranoia colectiva. Una Se trata de poner orden coordinando las
especie de tenaz incapacidad para compren- normas jurídicas existentes referidas a las
der la realidad o para aceptarla, y la ten- actividades mencionadas, y creando las que
dencia a legislar para situaciones ideales deberán reglamentar las nuevas que se ha-
y para satisfacción de convenciones mora- llan en vías de concreción, en dicho ámbito
les y filosóficas que ignoraban completa- así tengan comienzo de ejecución en la su-
mente las características y reque-, lientos perficie terrestre o en el espacio aéreo.
de la comunidad. El contraste entre i"; cau- La investigación tecnológica, que culmi-
dillo y sus constituciones es ciertamente nará con la aplicación comercial de los in-
surrealista. genios que a breve plazo surcarán el espa-
"No vino este mal con la Independencia. cio ultraterrestre, se orienta y desarrolla
con las miras puestas en la reducción del
constitucional". Rrrista de l(l Tafulttld de Tífrn'lio v costo de la proyección, preparación y cum-
Ci'Ttci-at üodalrt, afio VI. 1951. t. 2, p. 1526. lo «i- plimiento del programa espacial al cual nos
guumte-. "Toda Constitución expresa u n * posición de.
e q u i l i b r i o e n t r e c i e r f a r fuerzas sociales. Hay u n proee>o referiremos a continuación, redundando,
l»riro y complicado de diferenciación, tención y coni- consecuentemente, en el abaratamiento del
poiicir.il d e intereses, cuya investigación ilumina hasta
lo* preceptor totalmente sibilinos del texto constitución;!!. transporte, meta final del aludido programa.
T,as declaraciones KraridiloetienteK T «uu íuístK-as de los Esta necesidad da acicate a la promoción
preámbulo* licúen menos importancia partt •! eonstilu-
cionalista (¡uc la uiuy terrena l u c h a de la que e» epilogo de la investigación científica que, en la dé-
i« decisión constituyente. Con rila xr pi-rnnvlija «TÍ* f ó r
muía de (Kvmrrtienío, i*»i 'penllcmtn's pgrffincnt' df Intt
i n l f r i ' t f s sociali'K dottíilíünli'S. Kl coiisiitucionalista habrá
encontrado el auténtico principio constitucional c a a n d n ( 5 3 ) Cuiíír. A r t u r o Uslar P i f t r i , ucl
haya logrado individualizar esos intereses y doterminur 11 de j u n i o de 1975.
el grado de satisfacción que sus pretensiones alcanzan
a fvavés de la Constitución sancionada".
(52) Ví«»e Karl Ijoewenstein, ob. cit., p. 211 j ss. * Por el Dr. LEÓN AULIEL.
cada del 80 y en lo que resta del siglo, va bre de negocios y los del turista, viajeros
a producir u n tremendo avance en el campo del espacio.
de la actividad espacial. Los anteproyectos La muy alta distinción que se confiere
que en los años 50 al 60 parecían propios al cosmonauta designándolo representante
de la ciencia ficción, están hoy a un paso de la Humanidad, designación que trae apa-
de convertirse en realidad. Se trata, sinté- rejada una enorme responsabilidad acorde
ticamente expresado, de la reutilización del con la complejidad del heterogéneo grupo
materia] empleado para destinarlo al cum- humano representado, la magnitud de la
plimiento de varias misiones de la misma empresa a él confiada, la sublime finalidad
índole y lograr, así, el objetivo de reducción de la misma en cuanto a la consecución del
del costo de este nuevo programa espacial. objetivo propuesto, mediante el empleo de
Habida cuenta del inmanente carácter de medios pacíficos ( - ) , así como su condición
representante de la Humanidad asignado al de "explorador civil del espacio" ('•'). no li-
Cosmonauta ( ' ) . teniendo en mira la proli- beran al Hombre de las múltiples facetas
feración de vuelos espaciales que se efec- que le son innatas y que, en el cuotidiano'
tuarán con motivo de la inminente puesta quehacer le impelen a un obrar que, inevi-
en marcha del programa a desarrollarse con tablemente, trae aparejados disentimientos
la "Lanzadera Espacial", "transbordador en la vida de relación con sus semejantes.
Espacial" o Spacf, Shuttle, el jurista debe-
Sea como consecuencia de su actuar en el
rá anticiparse a él, pues será preciso regu-
lar, mediante normas legales, la conducta desempeño de la misión encomendada, sea
del cosmonauta y de los demás seres huma- por la posible discrepancia respecto de la
manera de darle cumplimiento, expresada
nos que compartirán con él Ja cabina de
este nuevo vehículo espacial, sea que se por los integrantes del contingente ocupan-
trate de tripulantes, científicos, viajeros, te del vehículo espacial en circunstancias
técnicos, administrativos, etc. difíciles para la conservación de sus vidas,
o sea, por la violación, por unos u otros, de
Será indispensable, para llegar con la
¡as elementales reglas a observar para una
mejor técnica y el más acertado y acepta-
ble contenido a dicha regulación, una muy normal convivencia en el "habitat" compar-
tido, lo cierto es que será indispensable
precisa caracterización de las funciones de
cada uno de los hombres que accederán, en normar jurídicamente oí proceder de los in-
e! futuro, al espacio. tegrantes de la expedición, entendiendo por
El examen' de la cuestión nos coloca tales a cosmonautas, tripulantes, científi-
frente a interrogantes que deberán ser con- cos, técnicos y a todo otro ser humano que .
siderados, estudiados y normados por quie- participe en ella.
nes se hallen encargados de la regulación Será, pues, ésta, una tarea a cargo de los
jurídica: interrogantes que, a nuestro jui- hombres de Derecho, una creación4 jurídica
cio, dimanan de varios factores, a saber, dentro del Derecho del Espacio ( ) , la que
entre o'tros: del inamovible carácter repre- deberá contemplar las disímiles caracterís-
sentativo otorgado al cosmonauta; de las ticas del grupo humano en su tránsito por
funciones que ha de cumplir como conduc- el espacio ultraterrestre, acorde con la fi- ,
tor responsable del vehículo espacial y en su nalidad o con la razón de su presencia en
relación con el contingente de ocupantes del e¡ vehículo orbital.
vehículo orbital; y, por f i n , de la natura- Si bien compartimos la tesitura de Cocea
leza de las tareas a desarrollar, sea en el respecto de su rechazo a aceptar que el De-
espacio ultraterrestre, sea eu la luna, sea rfcho del Espacio sea una adaptación, como
en otros cuerpos celestes. alguien pretende ( 5 ), no podemos menos
Ello llevará a reglamentar: que señalar que el transporte que a breve
a) Los derechos y obligaciones de! cosmo- plazo comenzará a efectuarse mediante la
nauta. utilización de vehículos espaciales —"Lan-
b) Los derechos y obligaciones de la tri- zadora o Transbordador Espacial"—, no
pulación. puede escapar a su regulación jurídica,
c) Los derechos y obligaciones del cientí- como fueron regulados en el momento de
fico en misión a bordo del vehículo espacial, su aparición los medios de comunicación
ch) Los derechos y obligaciones del hom- hoy ya tradicionales: carreteros, ferrovia-
rios, fluviales, marítimos, aéreos.
Una circunstancia similar, que refuerza
( 1 ) "Tratado *obre ios principios; que drbeu regir
!;i* í i i ' t i v í d n d f s de los Estudos en la exploración y u t i -
ü / f t r i ó n (U-l t'spncin ultraterrestre, inclusive la Luilív y
oiviii cuerpos celestes", del 27 de enero de 1967, »rt. V (2) Tratado, art. IV.
Í M - r texto en C'oiif<o!iííat'ióH del De.i'?<'l/o Eapa-ciaJ, de (3) Cocee. A. A., op. cit.. p. 30.
Aldo Armando Cocea, editorial Astrea. Bueno? Aire*. (4) Gocen. A. A-, op. cit., p. B2.
1971, pp. 375384). (5) Goce* A. A., op. cit., p. 33.
S i g u i e n t e P á g i n a

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