2018 Con cariño a nuestros padres por sabernos guiar en nuestros caminos.
A Dios que nos encamina a lo largo de nuestra
vida brindándonos fuerza para vencer los obstáculos que se nos presenta día con día. INTRODUCCIÓN
En los últimos años, y cada vez de forma creciente, se viene hablando de
determinadas situaciones cuyo origen se sitúa en el entorno laboral, a las cuales se encuentran expuestos algunos trabajadores y que presentan una capacidad importante para hacer daño a quienes son víctimas de ellas. Se trata de situaciones que tienen su origen en las relaciones interpersonales y, como caldo de cultivo las propias condiciones de organización y factores psicosociales presentes. El término mobbing es el empleado para identificar un estresor social muy potente; situaciones en las que una persona o grupo de personas ejercen un conjunto de comportamientos caracterizados por una violencia psicológica, de forma sistemática, durante un tiempo prolongado, sobre otra persona en el lugar de trabajo. Varios son los términos que se están utilizando para hacer referencia a estas situaciones; mobbing, acoso moral, acoso psicológico, hostigamiento psicológico, psicoterror laboral. De momento, y desde una perspectiva europea, el término “acoso moral”, parece ser el que goza de más predicamento. La figura del acoso moral en el trabajo puede insertarse dentro de un amplio concepto genérico que engloba diferentes situaciones de la realidad humana, que podemos denominar “maltrato psicológico”. Se trata de una forma de violencia, no tan evidente y fácilmente detectable como la violencia física, que está larvada en el sistema cultural dentro del mundo civilizado. Como dice González de Rivera:[1] “El acoso se ha hecho necesario porque, en la mayor parte del mundo civilizado, las antiguas fórmulas de dominio ya no sirven, el poder ha de ocultarse para seguir ejerciéndose”.