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Esbozo proyecto de tesis

El discurso narrativo de Las Cuatro Estaciones de Leonardo Padura

como reflejo de la realidad cubana de la década del noventa del siglo XX

por Yenisleidis Hernández Suárez

Problema: ¿Por qué el autor Leonardo Padura entremezcla en su relato la ficción con la

realidad y utiliza el género neopolicial para testimoniar la realidad cubana de los años

noventa del siglo XX en su tetralogía Las Cuatro Estaciones?

Razones que hacen del estudio del problema planteado una tarea relevante:

La década de los noventa del siglo XX, conocida popularmente entre los cubanos como el

“Período Especial”1, por diferentes factores, quedó casi desprovista de testimonio y debate

en los medios de comunicación de la Isla. Cuando la economía del país se venía abajo y

cientos de dificultades arreciaban, la prensa iba por estímulos de colectivos laborales,

emulaciones sindicales u otros tópicos no menos relevantes en una sociedad que cada día

sorteaba diversas carencias.

1
El “Período Especial en Tiempos de Paz” comenzó en Cuba oficialmente a principios de la década del noventa
del siglo XX. Tuvo como hito de inicio el desmembramiento de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas
y, por consiguiente, el apoyo económico y político que ésta ofrecía a Cuba; y, al mismo tiempo, el
recrudecimiento del bloqueo económico, político y financiero de las administraciones estadounidenses sobre la
Isla.
Parte de la intelectualidad cubana, entre ellos el escritor y periodista Leonardo Padura

Fuentes, sostiene la tesis que la Literatura sí pudo, en parte, reflejar esa realidad soslayada

por las políticas editoriales de los medios. ¿Cómo? y ¿por qué? Al ganar independencia en

cuanto a posibilidades de publicación, y las nuevas búsquedas técnicas y temáticas

emprendidas por lo literario durante los noventa a contrapelo, por ejemplo, del Periodismo.

Entre las producciones de esa época se encuentra Las Cuatros Estaciones del propio Padura.

Según el escritor, las noveletas tan solo fueron un pretexto para algo más que escribir. Al

referirse a la segunda de ellas, Vientos de Cuaresma, transparenta su carácter “falsamente

policíaco”, revelando que “los enigmas se resuelven con mucha facilidad. Lo que me interesa

es meterme en otros costados de la realidad.”2

Antes de analizar esa relación híbrida y posmoderna: literatura-realidad se necesita un alto

desde el propio género policial en la Isla, donde el propio Padura tiene su parecer sobre las

producciones cubanas del género policial durante los setenta y los ochenta:

“(…) Se lanzaron a la creación de una literatura apologética, esquemática, permeada por

concepciones de un realismo socialista pero con poco de realismo. Así, desde los personajes

hasta las situaciones funcionaban como entelequias fijas, lo que se hizo más evidente en la

figura del ´héroe´-generalmente colectivo, pues se consideraba un hallazgo la ´superación´

del investigador solitario-, que respondió más a la realidad de los reglamentos policíacos

2
Rosell, Sara. La (re)formulación del policial cubano: la tetralogía de Leonardo Padura Fuentes. En
Franken K., Clemens A. (2009). Leonardo Padura Fuetes y su detective nostálgico. Revista Chilena de
Literatura, Número 74, (29 – 56). Disponible en
http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-22952009000100002
que a las necesidades dramáticas de la realidad novelesca, más al discurso político oficial

que a la creación de conflictos humanos”.3

Entendiéndose que los policíacos cubanos de la etapa carecían del empuje para reflejar las

diversas aristas de la sociedad, inmersa entonces en una crisis económica sin precedentes que

formalmente se recoge como “Período Especial en Tiempo de Paz”, y que a la larga lastró la

calidad de vida de las familias, ideologías y valores.

El cambio de paradigma en la literatura cubana de los noventa

En los noventa ocurrió un viraje en la literatura cubana. Esto favoreció para que Leonardo

Padura y otros escritores de la etapa concluyeran relatos que utilizaron un juego con la no

ficción desde sus múltiples variantes. A través de estas visualizaron una “Cuba real y no

palpable” en las agendas públicas de los medios, que mostraban un país desde el prisma de

la oficialidad.

Julio García Luis describe el hacer periodístico de finales de los ochenta y principios de los

noventa en Cuba: “La opinión pública real no hallaba cauce en los periódicos y en los

espacios de la radio y la televisión. Se creaba un divorcio muy peligroso (…)”4. Asimismo,

concluye que la prensa de la época no faltaba a la verdad, sino que representaba una “realidad

formal” que transitaba en paralelo con el “país verdadero”.

“Esto ocurría, por cierto, sin que pudiera acusarse a la prensa cubana de decir una sola

mentira. Era otra enseñanza abrumadora. Aún sin faltar a la verdad, la prensa podía crear

3
Padura, Leonardo (2000). Modernidad y posmodernidad: la novela policial en Iberoamérica, p. 153-154.
4
García Luis, Julio (2013). Revolución, Socialismo, Periodismo: La prensa y los periodistas cubanos ante el
siglo XXI. La Habana, Cuba: Pablo de la Torriente Editorial, p. 114.
un país formal, en el que todo marchaba bien, todo era positivo y unánime: mientras el país

verdadero se debatía en una crisis socioeconómica y moral”5.

En tanto, los noventa dieron otros aires a la Literatura en Cuba. El propio Leonardo Padura

sostiene la tesis de que la Literatura ganó independencia sobre el papel paternalista de las

editoriales nacionales, la que llegó con nuevas búsquedas conceptuales y la apropiación de

temáticas hasta entonces periféricas o desapercibidas en la novelística cubana.

En tanto, Padura considera que la “crisis del papel” de aquellos años, gatillada por razones

económicas, disminuyó drásticamente la tirada y número de volúmenes publicados, lo que

contrariamente benefició a los escritores. “En la medida que [la crisis] los ha obligado a

superarse, a encontrar nuevos horizontes literarios, a romper la relación estrecha y

paternalista entre editorial y el escritor. Al romperla, el espacio que queda es de libertad,

libertad que están aprovechando los escritores”.6

A partir de entonces la literatura cubana se sintió en plena correspondencia para atrapar ese

“país verdadero” que permanecía distante de la crítica y el debate de todos. Y es justamente

en este contexto que Leonardo Padura, quien ya poseía una trayectoria en el universo cultural

de la Isla, llega con Las Cuatro Estaciones, noveletas que se insertan dentro de la corriente

del neopolicial latinoamericano, conformadas por Pasado Perfecto, 1991; Vientos de

Cuaresma, 1994; Máscaras, 1997; y Paisaje de Otoño, 1998.7

5
Ibíd., p. 115.
6
Luis A., Jorge; Bahir, Aida; Borroto, Aymé; et al. (2008). Historia de la Literatura Cubana, Tomo III, La
Revolución (1959-1988) con un apéndice sobre la literatura de los años noventa, Panorama de la Novela,
Editorial Letras Cubanas, p. 617-618.
7
Las cuatro novelas, con guión cinematográfico del propio Padura, han recobrado notoriedad pública en el
último tiempo al ser estrenada como una miniserie en Netflix.
Están hilvanadas por su protagonista, el oficial de la Policía Nacional Revolucionaria Mario

Conde, un personaje con cortes autobiográficos del propio escritor y mediado por las

problemáticas contextuales de los cubanos de los años noventa, post desintegración de la

URSS, principal aliado político y sostén económico del país.

Para Uriel Quesada, la producción paduriana de Las Cuatro Estaciones se inserta en la

tradición policíaca cubana como una obra de ruptura. Y la novedad –apunta- no se produce

desde el ángulo estilístico.

“(…) Esta tetralogía es novedosa en sus cuestionamientos ideológicos y en la forma como

subvierte los mandados de lo que en los setentas y ochentas se conoció como la novela

policíaca revolucionaria. Padura invierte papeles, de tal suerte que el proceso

revolucionario deja de ser uno de los ofendidos por el crimen, para convertirse en uno de

los sospechosos (…)”.8

Es decir, desde un género que estaba en declive en la Isla, Padura cuenta ahora otras

realidades. Para Martin Franzbach se trata de una “re-escritura de la memoria”, cuyo

propósito es de ´terapia y superación del pasado, pero, a la vez, como legado destinado a

las futuras generaciones para que no se repitan faltas y dogmatismos´.9

Seguidamente, Quesada entiende que en las novelas de Padura no hay una proyección en

tiempo futuro, sumado a la frustración y el derrotismo que imperan en su protagonista, el

teniente Mario Conde, lo que vino a ser un rasgo típico de la Literatura de los noventa en la

Isla como respuesta a la crisis que socavó profundamente la vida social y económica del país.

8
Quesada, Uriel. (2016). Saldar cuentas con la historia: Las Cuatro Estaciones de Leonardo Padura. Diálogos,
Vol.20, No. 1, p. 2. Disponible en http://dx.doi.org/10.4025.dialogos.v20n1.32267

9
Citado por Quesada, Uriel. Ibíd., p. 57.
“Tratan más bien de explicar el presente por medio de las fracturas que significaron ciertos

momentos claves de la Revolución”10 como el Congreso de Educación y Cultura del año 1971

y todo lo concerniente a las transformaciones que conducirían al conocido Período Especial.

Padura ha autocalificado a su obra como ¨novelas falsos policíacos¨, porque “la historia

policíaca es un pretexto para tratar otros intereses míos, que tienen que ver con la sociedad,

con la realidad cubana, con la vida actual en la isla. Creo que de una forma u otra, hacen

una reflexión sobre la sociedad cubana desde dentro de ellas mismas. (…) No cuentan la

clásica historia que narra las aventuras de un investigador que tiene que resolver un

misterio, cuentan mucho más que eso (…)”.11

Ficciones verosímiles en Las Cuatro Estaciones

Entiéndase entonces esa urgencia del autor cubano de testificar esa otra realidad inadvertida

para los medios de comunicación, y los juegos cada vez más recurrentes de la Literatura con

la no ficción en tiempos postmodernos, los que eran muy seductores para un escritor como

Padura, quien incluso durante los años ochenta flirteó intensamente con el denominado

“periodismo literario o personal” en las páginas de Juventud Rebelde, uno de los periódicos

de mayor tirada del país.

En ese debate relacionado con las hibridaciones de la no ficción, Juan Cantavella apunta que

existe un “realismo intencional”. En este sentido, señala que “se trata de aquellas obras que

10
Ídem.
11
Matos, Dennys (21 de diciembre de 2000). Leonardo Padura: "Intento escribir una novela esencialmente
cubana". Sitio web Cuba Encuentro. Disponible en
http://arch.cubaencuentro.com/espejo/entrevista/2000/12/21/429.html
no se pretende ofrecerlas como relato de algo exterior y que, sin embargo, los lectores la

juzgan de esta manera”.12

Cantavella, citando a Tomás Albaladejo, sugiere categorías como “realidad efectiva”, la

“ficción verosímil” y la “ficción no verosímil”13, donde perfectamente se puede encasillar la

obra a analizar dentro de la “ficción verosímil”.

En la misma línea, Freddy Vilches, a propósito de Las Cuatro Estaciones de Leonardo

Padura, emplea la dicotomía “apariencia-realidad”, rasgo muy característico del género

policial, con lo cual se ha propuesto desenmascarar la realidad generalmente escondida tras

las apariencias, generándose “un interesante proceso en el que la realidad construida de

apariencias se ve desenmascarada como una ficción, mientras que la novela, utilizando la

ficción, desenmascara una trama que resulta ser un reflejo más fidedigno de la realidad”.14

Padura provoca una crítica que, en dependencias de las miradas o subjetividades individuales

o colectivas, suman o restan al autor en el plano de las ideologías. En particular, prima aquella

que lo destaca como un crítico de la sociedad y el sistema desde dentro, marcado por su

permanencia en la Isla y su identidad con lo cubano.

Existe un consenso entre los investigadores que con estos textos se sientan las bases de una

nueva novela policial cubana más acorde con sus pares de la región e inmerso en la corriente

del neopolicial latinoamericano, donde gana protagonismo lo social desde las problemáticas

individuales de los países.

12
Cantavella, Juan (2002). La novela sin ficción: Cuando Periodismo y Literatura se dan la mano, Oviedo,
España: Septem Ediciones, p. 95.
13
Ibíd., p. 96.
14
Vilches, Freddy. (2006) Descorriendo el velo: apariencia y realidad en Las cuatro estaciones de Leonardo
Padura, Manchester, Gran Bretaña: Ed. Carlos Uxó, p. 2.
Tal como se ha desarrollado, los sucesos ocurridos en los noventa beneficiaron a la literatura

cubana. En cambio, la prensa perdió el impulso que traía en los ochenta durante el

denominado “Proceso de Rectificación de Errores y Tendencias Negativas a su interior”. Para

entonces, Padura hacía sus maletas del semanario Juventud Rebelde del que - confiesa- la

crisis y él no se cruzaron. El Período Especial llegaba a las redacciones periodísticas y el

escritor partía porque había entendido que su trabajo como redactor de reportajes literarios

para la tirada de domingos era ya un ciclo cerrado.

Ubicado entonces en la revista La Gaceta de Cuba, Padura fue en pos de Las Cuatro

Estaciones, novelas que autocalifica como “un propósito” para narrativizar esas otras

realidades inadvertidas.

Es entendible cuando Franzbach asegura que Pasado Perfecto, Vientos de Cuaresma,

Máscaras y Paisaje de Otoño, son una “re-escritura de la memoria”, pues con frecuencia se

les asocia como textos de la resistencia frente al soslayo de los medios.

Esta “re-escritura” puede emparentarse con cierta tendencia en la literatura contemporánea,

posible en algunos autores del antiguo bloque socialista, quienes emprenden un re-cuento de

la historia a partir de las omisiones de la oficialidad. Padura, por ejemplo, utiliza esta línea

narrativa en El hombre que amaba a los perros.

Las novelas neopoliciales de Padura son, según sus propias palabras, “la trasgresión del

género policial” al trascender los marcos de la ficción tradicional y visualizar otra, una

“verídica”, que da testimonio de los noventa, una década que casi pasa de largo para las

futuras generaciones de cubanos.

Hipótesis: La utilización del discurso narrativo por parte de Leonardo Padura en su tetralogía

Las Cuatro Estaciones, posee como propósito representar, desde la ficción, a personajes y
problemáticas de la realidad de la Cuba de los años noventa, para así ofrecer una visión más

detallada de la época conocida como Período Especial en la Isla.

Objetivo general:

Analizar la hibridez entre realidad y ficción en el discurso narrativo paduriano de las cuatro

noveletas de Las Cuatro Estaciones, inmersas dentro del género neopolicial

latinoamericano, como forma de abordar al país verdadero y sus otras problemáticas no

abordadas por los medios de comunicación/oficialidad en la Isla.

Objetivos específicos:

Identificar en el discurso narrativo de Las Cuatro Estaciones de Leonardo Padura elementos

de la realidad cubana de los años noventa que se replican en su construcción novelesca a

nivel de personajes, escenarios y temáticas tratadas.

Describir las variantes de la “no ficción” empleadas por Leonardo Padura, en Las Cuatro

Estaciones, que le permiten el reflejo de la época y, al mismo tiempo, una crítica a la

incapacidad de la prensa para asimilar el país verdadero.

Determinar los factores literarios y contextuales generacionales que motivaron a Padura a

narrativizar la sociedad cubana de los noventa en Las Cuatro Estaciones.

Bibliografía preliminar:

Cantavella, Juan (2002). La novela sin ficción: Cuando el periodismo y la narrativa se dan
la mano. Oviedo: Septem Ediciones.
Chillón, Alberto (1999). Literatura y Periodismo: Una tradición de relaciones promiscuas.
Barcelona: Universidad Autónoma de Barcelona.

Franken K., Clemens A. (2009, abril). Leonardo Padura Fuetes y su detective nostálgico.
Revista Chilena de Literatura, Número 74, p. 29-56. Recuperado de
http://dx.doi.org/10.4067/S0718-22952009000100002

García L., Julio (2013). Una hora crucial que pasó de largo. En J. García Luis. (Ed.),
Revolución, Socialismo, Periodismo. La prensa y los periodistas cubanos ante el siglo XXI
(pp. 114-115). La Habana: Editorial Pablo de la Torriente Brau.

Hernández S., Yenisleidis (2009). Acercamiento periodístico-literario a los reportajes


publicados por Leonardo Padura en el periódico Juventud Rebelde entre 1984-1989.
Facultad de Comunicación, Universidad de La Habana, Cuba.

Luis A., Jorge; Bahir, Aida; Borroto, Aymé; et al. (2008). Historia de la Literatura
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años noventa. La Habana: Letras Cubanas.

Matos, Dennys (21 de diciembre de 2000). Leonardo Padura: "Intento escribir una novela
esencialmente cubana". Sitio web Cuba Encuentro. Disponible en
http://arch.cubaencuentro.com/espejo/entrevista/2000/12/21/429.html

Padura Fuentes., Leonardo. (2000) Modernidad, posmodernidad: La novela policial en


Iberoamérica. La Habana: Ediciones UNIÓN.

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Padura. Diálogos, Vol.20, No. 1. Disponible en
http://dx.doi.org/10.4025.dialogos.v20n1.32267
Valle, Amir. La nueva ciudad cubana (y/o La Habana otra) en la novelística negra de
Leonardo Padura.

Vilches, Freddy. (2006) Descorriendo el velo: apariencia y realidad en Las cuatro


estaciones de Leonardo Padura, Manchester, Gran Bretaña: Ed. Carlos Uxó.

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