Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Cabe recordar que —en el marco del Estado Absoluto— las limitaciones
al poder fueron mínimas y que el avance de éstas ha sido lento y paulatino.
Luego, tras las revoluciones liberales del siglo XIX —Francia y Estados Uni-
dos— y el advenimiento del Estado Liberal, el Derecho comenzó a sistema-
tizar los principios y reglas propias del poder —privilegios— y, especial-
mente como hecho más novedoso, sus limitaciones.
Tras las revoluciones liberales (s. XIX) surgen dos modelos institucionales
en principio sustancialmente distintos cuya base y punto discordante es cómo
interpretar el principio de división entre los poderes.
Otro de los aspectos más complejo del citado principio —división de po-
deres—, desde sus mismos orígenes, es el vínculo entre los poderes ejecu-
tivo y legislativo. En particular, el hecho quizás más controversial es si el
Poder Ejecutivo tiene una zona de reserva en el ámbito del poder regulatorio.
Cierto es también que este criterio fue luego reemplazado por otros con-
ceptos como pivote central del Derecho Administrativo, esto es: el servicio
público, el interés público y las actividades estatales.
En este punto del análisis cabe señalar que —según nuestro criterio— el
cuadro propio del Derecho Administrativo debe asentarse sobre los siguien-
tes pilares teóricos: a) el reconocimiento de los derechos fundamentales; b)
el sistema de gobierno (presidencialista, parlamentario o mixto); c) el con-
trol judicial o por tribunales administrativos de las conductas del Poder Eje-
cutivo; d) la existencia de uno o dos derechos (subsistemas); e) el modelo de
Administración Pública (centralizado, vertical y jerárquico o, en su caso, más
horizontal y con mayores notas de descentralización y distribución del po-
der); y, finalmente, f) la distinción entre Gobierno y Administración.
CARLOS F. BALBÍN
En particular, cabe preguntarse si las bases del modelo argentino que están
incorporadas en el texto constitucional sigue o no los pasos del sistema con-
tinental europeo (control administrativo/judicial y doble derecho) o anglosa-
jón que hemos descripto en los apartados anteriores (control judicial y dere-
cho único).
De todos modos, esta discusión debe ser abandonada ya que, por un lado,
en el estadio actual y en el derecho comparado existe un acercamiento entre
los dos modelos y, por el otro, el texto constitucional de 1994 introdujo con-
ceptos marcadamente propios sobre las estructuras estatales. Por ello, más
allá de sus fuentes, es necesario recrear entre nosotros un modelo propio de
Derecho Administrativo.