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Arrebatando el Reino de Dios

Mateo 11:12 Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de
los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.

Este pasaje quizás sea uno de los más difíciles para


muchos entender. Pues el contexto nos esta hablando de Juan el Bautista
y en medio de la descripción del ministerio de Juan el Señor nos presenta
este dato. La Nueva Versión Internacional traduce este pasaje de la
siguiente manera: “Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino
de los cielos ha venido avanzando contra viento y marea, y los que se
esfuerzan logran aferrarse a él.” Pero me gusta como la
Biblia Latinoamericana lo traduce, este dice: “Desde los días de Juan
Bautista hasta ahora el Reino de Dios es cosa que se conquista, y los más
decididos son los que se adueñan de él.”

En el mundo hay muchas voces que llaman a los hombres y mujeres


dándole falsas esperanzas y soluciones pasajeras. Hoy se presentan
tantos caminos que parecen caminos buenos pero su fin es la muerte,
Proverbios 14:12. El Reino de Dios sufre violencia. Al cristiano le llaman
loco, ignorante, necio y el camino de fe no es comprendido por la gente
pecadora.
Muchos quieren los beneficios de Dios pero no quieren comprometerse
con él para vivir una vida en santidad. A muchos hermanos los mete en la
cárcel, se les tortura y aun se les lleva a la muerte por su fe en Cristo.

El Reino de Dios sufre violencia y hay que ser valiente


para alcanzarlo. El Reino de Dios es cosa de conquista y los más
decididos se adueñan de él. Hay que conquistar la vida espiritual. Estamos
en una lucha constante. Los deseos pecaminosos nos asedian o persiguen
todo el tiempo. Las atracciones de este mundo batallan constantemente
para distraernos del propósito que tenemos de agradar a Dios. Y, ¿Qué
vamos a hacer, nos dejaremos influenciar por esos deseos mundanos?
¿Permitiremos que Satanás tome ventaja? El Señor nos dice: Yo he
vencido al mundo, Juan 16:33, y estoy con ustedes hasta el
fin, Mateo 28:20. No les dejare ni les desamparare. Por eso podemos estar
confiados que nosotros en su nombre podemos vencer, porque mayor es
el que esta en nosotros que el que esta en el mundo, 1 Juan 4:4. Esta es la
promesa
de Dios, que tenemos la victoria por nuestra fe, 1 Juan 5:4.

Tenemos que ser valientes, tenemos que ser decididos para dejar la
comodidad de los deseos mundanales y vivir una vida de fe y de
santidad. Tenemos que ser valientes y decididos para morir al yo, al
pecado, al miedo de lo que dirán los
familiares, los amigos, los compañeros de trabajo porque no compartimos
su estilo de vida. El que quiera ser amigo del mundo es enemigo de Dios,
Santiago 4:4. Yo les hago la misma pregunta que le hizo Josué al pueblo
de Israel;
Escogeos vosotros a quien van a servir, si a los dioses de este mundo o
a Jehová. Y si van a servir a Jehová, entonces sírvanle con temor, en
integridad y de verdad. Quiten de sus vidas los dioses falsos de la
mundanalidad y vivan para
Dios, Josué 24:14-15. Pero yo y mi casa serviremos al Señor.

Los valientes, los decididos alcanzan el Reino de Dios. La Escritura


nos dice que el amor echa fuera el temor. No debemos temer lo que nos
pueda hacer el hombre. Dios tiene nuestras vidas en sus manos. Es muy
fácil determinar quién o qué es
nuestro Dios. Examinando nuestras prioridades. Si tuviera que escoger
entre ganar dinero o enseñarle a alguien el camino de salvación,
¿qué hago? Si tengo alguna pertenencia, sea ropa, dinero, algún equipo
de la casa, y conozco a alguien que
esta en necesidad, ¿Qué hago? Este tipo de pregunta nos da la respuesta
de quien es verdaderamente nuestro
dios. Mis hermanos, oro todos los días para que podamos tomar la
decisión correcta de servir a Jesús siempre.

¿Cómo tomaremos el Reino de Dios?


Por medio de la fe en Jesús. Despojándonos del viejo estilo de vida
pecaminoso, con sus deseos carnales y vistiéndonos de la vida nueva en
Cristo, Efesios 4:22-24. Escudriñando o estudiando la Palabra de Dios,
pues en ella esta la vida eterna y el testimonio de Jesucristo, Juan 5:39.
Andando en la obras que Dios preparo de antemano para que
anduviésemos en ellas,Efesios 2:10. Dando testimonio del amor de Dios y
su salvación, 2 Timoteo 1:8. Amándonos y soportándonos los unos a los
otros, Efesios 4:2. Estar juntos y en armonía, Salmo 133. Dejando atrás el
pecado que nos persigue, Hebreos 12:1. Mirando siempre a Jesús, el autor
y consumador de nuestra fe, Hebreos 12:2. Permanecer y
perseverar hasta el fin, Marcos 13:13.

Estas cosas para el hombre natural no son fáciles y aun para el espiritual
se hacen difíciles en ocasiones. Pero la promesa del Señor es que el
que sea fiel hasta el fin, ese recibirá la corona de
vida, Apocalipsis 2:10. Sigamos el consejo del
Apóstol Pablo, “olvidando ciertamente lo que queda atrás,
y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del
supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”, Filipenses 3:13.
Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia,
y los violentos lo conquistan por la fuerza”.

Desafortunadamente, este es uno de esos versículos que es constantemente utilizado


para respaldar actos violentos o actitudes violentas de parte de gente “creyente”.
Aunque la mayoría no llegue al extremo de Childers, escuchamos que “La gente del
reino mata gigantes” para “arrebatar las bendiciones y las promesas”, y justificar
griterías y actitudes violentas en base a este pasaje.

¿Puede realmente utilizarse este versículo para justificar actos violentos, aun para
“buenas obras”? ¿Tiene alguna justificación Sam Childers para excusar actos violentos
aún en nombre de Dios? Permítame proveer cuatro argumentos acerca del por
qué Mateo 11:12 es unos de los muchos textos usados fuera de contexto.

Mirando el contexto
Primero, para poder interpretar este versículo correctamente, es necesario mirar el contexto en
su totalidad. Estas palabras dichas por el Señor Jesús son parte de un diálogo que Él tiene con
los discípulos de Juan el Bautista. Juan se encuentra en prisión a punto de ser ejecutado, y
estaba consciente que la llegada del Mesías estaba cerca. A la vez, él había escuchado de las
obras del Señor Jesús. Juan envía algunos de sus discípulos a hacerle esta pregunta al Señor:
“¿Eres Tú el que ha de venir, o esperaremos a otro?” (Mt. 11:3).

Es precisamente la respuesta del Señor Jesús frente a esa pregunta que nos va a dar una pauta
de cómo interpretar Mateo 11:12 correctamente:

“Vayan y cuenten a Juan lo que oyen y ven: los ciegos reciben la vista y los cojos
andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos son resucitados y a
los pobres se les anuncia el evangelio” Mateo 11:4-5.

La pregunta para nosotros sería esta: ¿Qué caracteriza al Reino de los Cielos? Nadie puede leer
estos versículos y decir que el Reino de los Cielos se caracteriza por actos violentos. Es más, la
respuesta del Señor Jesús nos muestra que si hay algo que le caracteriza es Su corazón
benevolente, Su compasión hacia el oprimido y lastimado, Su deseo de restaurar todo aquello
que el pecado ha dañado y Su compromiso a anunciar las Buenas Nuevas.

Si Mateo 11:12 justifica actos violentos de parte de los creyentes, ¿no estaría el Señor mismo
contradiciendo lo que acaba de decir?
Los violentos
Segundo, para algunos eruditos la frase “el Reino de Dios sufre violencia” significa que el
Reino ha sido víctima de la violencia del mundo, y “los violentos que lo conquistan por la
fuerza” son aquellas personas, instrumento en las manos del Enemigo, que son hostiles hacia el
Reino.

Si esta interpretación es correcta, entonces el Señor Jesús lo único que está haciendo es
describiendo la realidad de la vida, y no nos está llamando a responder violentamente.

Los valientes
Tercero, este versículo es simplemente una descripción de cómo el Reino de Dios, por medio
de aquellos valientes llenos de convicción, está derrotando o derrocando al reino de este
mundo.

Si es esta la interpretación correcta, entonces el Señor Jesús sí está llamando a Su pueblo a ser
valientes para traer el “cielo a la tierra”. Pero por el contexto del pasaje, el Señor Jesús no
puede estar llamando a su pueblo a actos violentos. Es más, la palabra que se utiliza para
“violentos” (biastēs) también se puede traducir como “fuerza”, “impetuoso” o “contundente en
ansiosa búsqueda”.

Analogía de la fe
Por último, si este versículo justifica actos violentos de parte de los creyentes “en el Nombre
del Señor”, ¿no va esto en contra de las demás enseñanzas del Señor Jesús? ¿Dónde quedan las
Bienaventuranzas? ¿Dónde queda la conversación de Jesús con Pedro después que
violentamente hiere al siervo del sumo sacerdote en Mateo 26?

Lo que es más: ¿dónde queda la Cruz del Calvario? ¿No es ahí donde el Señor Jesús muere por
y en lugar de sus enemigos? ¿No es ahí donde entrega Su vida en vez de defenderla?

¿Muestra la Biblia de alguna manera que la fuerza provoca cambio? De ninguna manera. El
Reino de Dios es un Reino de verdad, amor, gracia y misericordia, y solo avanza por medio de
eso.

Este versículo sí es un llamado violento para los violentos. Los que violentamente han sido
cautivados por la Gracia de Dios. Los que violentamente aman en verdad y amor. Los que
violentamente extienden misericordia y gracia. Los que han sido cautivados violentamente por
el amor de Cristo en Su vida, muerte y resurrección.

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