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Sociedad de la Doctrina Cristiana

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PRESENTACIÓN

Estimados lectores, es con mucha alegría que estoy

compartiendo estas 150 anécdotas con ustedes. Confío en que
serán muy útiles para su reflexión personal, para su catequesis
y, para aquellos que son sacerdotes, en sus homilías.

Los cuentos y las anécdotas tienen la capacidad de

presentar de manera sencilla grandes verdades de la fe. De
hecho, nuestro Señor Jesús utilizó mucho las parábolas en su
enseñanza. A la vez, a todos nos gusta escuchar cuentos, desde
los más pequeños hasta los más ancianitos porque alimentan
mucho a nuestra imaginación y acarician nuestras emociones.

Admito que encontré la gran parte de estas anécdotas

en libros diferentes, en páginas de internet, en revistas, en
películas que he visto, en autobiografías de los santos y en
otras fuentes también. En algunos casos existen variaciones
diferentes de la misma anécdota y, en la gran mayoría de los
casos, es imposible trazar el autor original de la anécdota.

Al escoger las anécdotas de este librito, he dado

preferencia a las anécdotas de los santos y de la vida real. Con
la excepción de unos cuantos qué son fábulas o cuentos
inventados, todos son históricos.

Agregué una pequeña reflexión después de cada

anécdota. Por supuesto, se pueden sacar también otras
reflexiones. Casi cada anécdota nos invita a apreciar una virtud
o verdad particular que puede enriquecer nuestra vida
espiritual si nos detenemos a reflexionar sobre ella y nos
dejamos contagiar por su ejemplo. Para que eso suceda,
tenemos que evitar la tentación de leer este libro rápidamente.
Normalmente, en la lectura de libritos como este, siempre hay
tentación y curiosidad por leer todas las anécdotas en unas
cuantas horas. Pero si hacemos eso, no sacaremos provecho
del libro. Es mucho mejor leer una o dos anécdotas cada día y

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quedarnos en silencio para reflexionar sobre ella y aplicarla en
nuestra vida.

Los protagonistas de estas anécdotas son los santos

quienes enriquecen nuestra fe católica, aunque también hay
personajes del mundo del deporte, del cine y del espectáculo.
Como Dios me dio la bendición de ser misionero en Cuba,
agregué también algunas anécdotas de personajes cubanos
como el padre Félix Varela y José Martí. Si alguien tuviera
alguna anécdota interesante que quisiera compartir en los
siguientes volúmenes, me la puede enviar al email
stephzam@yahoo.co.uk Si alguien quisiera una copia digital
del libro, la pueda descargar de la página de Facebook: Fichas
y recursos para la catequesis y clases de religión.

En la carátula podemos apreciar la imagen de unos

girasoles, flores que siempre buscan al sol, por lo que
simbolizan la importancia de mirar siempre hacia el lado
positivo de la vida. Tal como ellos, estas anécdotas apuntan
hacia los valores que pueden enriquecer nuestra existencia.

Yo pertenezco a una Sociedad de laicos catequistas y

misioneros fundada por san Jorge Preca en la pequeña isla de
Malta (ubicada al sur de Italia). Nos dedicamos a la catequesis
y a la formación de catequistas. Hoy en día, esta Sociedad de la
Doctrina Cristiana, se encuentra en varios países del mundo.

Agradezco a las personas que me han ayudado en la

elaboración de este folleto… especialmente a María Ortega
Ortega quien se encargó de la revisión de los textos.

Su hermano en Cristo

Stephen Zammit

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Índice
1. Adorar a Dios 36. No juzgar
2. Alegría del Cristiano 37. Obediencia
3. Amabilidad con todos 38. Oración
4. Bautismo 39. Paraíso
5. Biblia 40. Penitencia
6. Calumnia 41. Persecución
7. Catequesis 42. Perseverancia
8. Confesión 43. Pobreza
9. Confirmación 44. Pruebas
10. Conversión 45. Riqueza
11. Cuidar la Creación 46. Sacerdotes
12. Dios 47. Sacrificio
13. Discipulado 48. Santidad
14. Entrega de uno mismo 49. Santo Rosario
15. Esperanza 50. Santos
16. Espíritu Santo 51. Sencillez
17. Eucaristía 52. Señal de la cruz
18. Evangelizar 53. Testimonio de vida
19. Existencia de Dios 54. Valentía
20. Fe 55. Valorar la vida
21. Generosidad 56. Valorar lo que tenemos
22. Gracia de Dios 57. Vencer el miedo
23. Hablar bien de los demás 58. Ver a Cristo en cada
24. Humildad persona
25. Humillaciones 59. Virgen María
26. Humor
27. Iglesia
28. Jesús
29. Juicio final
30. Los caminos del Señor
31. Mansedumbre
32. Matrimonio
33. Milagros eucarísticos
34. Misterio de la Santísima
Trinidad
35. Navidad

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ADORAR A DIOS
Un día, el hermano Rufino
dijo contento a san Francisco
que había logrado vencer una
gran tentación. Francisco le
dijo: “Con la ayuda de Dios
lograste vencer esta prueba,
pero no sólo una vez, sino
muchas veces tendrás que
vencerla.”
El hermano Rufino se quedó
muy preocupado al escuchar
eso, y preguntó a Francisco
qué podía hacer para encon-
trar la valentía necesaria.
Francisco le contestó: “No
llegarás a ello luchando, sino
adorando. El hombre que
adora a Dios reconoce que no
hay otro Todopoderoso más
que él solo. Y eso le hace
libre.” Después agregó: “Si
supiéramos adorar, nada
podría verdaderamente
turbarnos: atravesaríamos el
mundo con la tranquilidad de
los grandes ríos.”
: Jesús nos dijo:
“Oren para que no caigan en
tentación” (Mt 26, 41).
¿Cuánto tiempo estoy
dedicando para orar y adorar
a Dios?
En otra oportunidad, san
Francisco estaba caminando
por el bosque con unos
hermanos. Estaban en
silencio, disfrutando del
canto de las aves. De repente,
los ojos de Francisco empe-
zaron a lagrimear. Uno de los
hermanos le preguntó
preocupado: “Padre, ¿qué te
pasa? ¿Por qué lloras? San
Francisco le contestó: “Lloro
porque en este silencio me
doy cuenta de que Dios creó
a las aves para cantar; y eso
es lo que están haciendo.
Asimismo, Dios creó a los
seres humanos para alabarlo
y adorarlo, pero los seres
humanos ni alaban ni adoran
a Dios.”
: ¡Qué diferente
sería nuestra vida si fuéramos
verdaderos adoradores!
ALEGRÍA DEL
CRISTIANO
Cuenta una anécdota que en
un pueblo vivían muchos
buscadores de oro. Un día,
tres hombres lograron
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encontrar una mina que nadie
conocía. Decidieron no
contárselo a nadie. Regresa-
ron a sus casas, recogieron
las herramientas y a las tres
de la madrugada salieron para
ir a la mina. De repente, se
dieron cuenta de que algunas
personas los estaban siguien-
do. Los tres hombres se
detuvieron y empezaron a
acusarse los unos a los otros
de haber revelado su secreto,
pero cada uno juró que no
había dicho nada. Cuando el
grupo que los seguía aumen-
taba en número, los tres
hombres les preguntaron:
¿Por qué nos siguen? Se
asustaron cuando les contes-
taron: “Queremos saber
dónde está el oro”. Los tres
hombres se miraron furiosos.
Era evidente que alguno de
ellos había traicionado a los
demás. “¿Y quién les contó
que hemos encontrado el
oro?” volvieron a pregonar.
“Nadie”, contestó la multitud,
“pero ayer, cuando ustedes
regresaron al pueblo en la
tarde, sus rostros indicaban
que habían encontrado el oro,
y decidimos seguirles.”
: El Papa Francisco
nos recuerda a menudo que
un católico debe estar alegre.
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¿Mi rostro expresa la alegría
de conocer a Jesús?
El compositor Haydn
escribió muchas obras
religiosas hermosas. Un día
admitió: “Cuando pienso en
Dios, mis notas surgen
copiosas como el agua de una
fuente; si Dios ha querido
darme un corazón alegre, me
perdonará que le sirva
alegremente.” Cuando
alguien criticó a Haydn
porque las misas que com-
ponía eran demasiado
alegres, él contestó: “¿Qué
puedo hacer si al pensar en
Dios, mi corazón salta de
alegría?”
: Y mi corazón,
¿salta de alegría cuando
pienso en Dios?
El autor Sheldon Vanauken
contó cómo sucedió su
conversión al cristianismo.
Cuando empezó a estudiar en
la Universidad de Oxford, él
era ateo. En la universidad se
hizo amigo de unos jóvenes
que eran creyentes y se quedó
impactado con ellos. Él
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escribió: “Los no creyentes
solían estar contentos, gastar
bromas y ser felices cuando
las cosas les iban bien, pero
los creyentes tenían una
alegría sorprendente en todo
momento.” El mismo autor
escribió: “El mejor argumen-
to del cristianismo son los
cristianos: su alegría, su
seguridad, su gozo de vivir.”
: La alegría contagia
a los demás. ¿Cómo podemos
animar a otras personas a
emprender un camino de fe si
casi siempre estamos tristes y
renegones?
AMABILIDAD CON
TODOS
Quizás uno de los momentos
más divertidos y emocionan-
tes del tenis nos lo ofreció el
tenista serbio Djokovic, en el
torneo Roland Garros de
2014. Se disputaba el partido
bajo la lluvia y, en un
descanso, Djokovic decidió
invitar a sentarse con él al
recogepelotas, charlaban
animadamente y terminaron
por realizar un brindis. Un
gesto emocionante, muy bien
recibido por el público
asistente y que nos recuerda
la humanidad de las grandes
estrellas del deporte.
: El mundo necesita
mucho estos gestos de
humanidad, especialmente
por parte de personas que,
como Djokovic, son ídolos de
la juventud.
Hay una anécdota en la vida
de Santa Teresita de Lisieux
que siempre me ha impresio-
nado. En el convento de esta
santa joven había una monja
ancianita que tenía un
carácter bastante difícil.
Muchas monjas se alejaban
de ella porque era muy
agresiva y siempre estaba
renegando. Santa Teresita,
quien era muy sensible,
dedicaba mucho tiempo a
apoyarla, aunque la monjita
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anciana frecuentemente la : Y yo, ¿qué tan
lastimaba con sus palabras y sensible soy hacia los demás?
con su actitud. Santa Teresita ¿Tengo la misma delicadeza
hacía un enorme esfuerzo para del santo cura de Ars?
no perder su serenidad y su
amabilidad. Un día la monjita
anciana le dijo: “¡No entiendo
porque me amas tanto!” Santa
En el libro “El Solista”, Steve
López, un reportero del
Teresita, ¡había logrado
periódico Los Ángeles Times,
encontrar la llave de su
describe su encuentro con
corazón!
Nataniel Ayers, un hombre
: Y yo, ¿estoy esquizofrénico que vive en las
tratando de ser amable con las calles de Nueva York, tocando
personas que tienen un carácter un violín roto y pidiendo
difícil? limosna. López descubre que
en su juventud Nataniel tocaba
en una orquesta, y descubre
también que es muy inteligen-
San Juan María Vianney era te. Sin embargo, a raíz de su
cura de un pueblo pequeño
esquizofrenia, abandonó todo y
llamado Ars, en Francia. Era
terminó viviendo como un
un hombre muy sencillo y
indigente. López empezó a
santo, y la gente venía de toda
Francia para conversar y
confesarse con él. En una
oportunidad, él estaba predi-
cando a una multitud de
personas. La iglesia estaba
completamente llena. De
repente se asomó en la puerta
un hombre pobre, cargando sus
pocas cosas. Al verlo, el santo
cura dejó el púlpito y se acercó
a él, lo acompañó hasta el
altar y lo sentó en su asiento…
Y después, continuó predican-
do, como si no hubiera pasado
nada…

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dedicar mucho tiempo a
ayudar a Nataniel y poco a
poco logró ganarse la
confianza del pordiosero,
convencerlo de vivir en un
departamento alquilado por él
y también logró encontrarle
un trabajo. La historia es
fascinante porque Nataniel no
siempre aprecia la ayuda de
Steve. A veces, incluso le
agrede físicamente pero,
finalmente, se da cuenta de
que el reportero solo quiere
ayudarlo a mejorar su calidad
de vida y decide cooperar.
Steve López logró encontrar
la llave que abre el corazón
de Nataniel.
: El amor al prójimo
no consiste solamente en dar
limosna, sino también en
dedicar tiempo a mejorar la
calidad de vida de otras
personas.
La lista de Schindler es una
película de mucho éxito que
ganó 7 premios Oscar. Está
basada en la verdadera
historia de Oscar Schindler.
Schindler era un empresario
alemán que vivía durante la
Segunda Guerra Mundial.
Aunque venía de una familia
católica, no era un hombre
religioso. Más bien era un
hombre egoísta y sin escrúpu-
los. Llegó a tener mucho
prestigio con el gobierno
nazi. Pero cuando empezó la
persecución de los judíos,
este hombre de corazón tan
duro se quedó impresionado
con el sufrimiento inocente
de tantos hombres, mujeres y
niños judíos. Entonces se le
ocurrió empezar a comprar
prisioneros judíos con el
pretexto de trabajar en sus
fábricas. Logró comprar más
de 1,000 judíos, algunos de
ellos ancianos y discapacita-
dos. Cuando los Nazis
investigaban sus fábricas y
preguntaban por qué necesi-
taba tantos trabajadores, él
afirmaba que cada uno de sus
trabajadores era importante
para su negocio.
Gracias a su habilidad,
Schindler pudo proteger a los
judíos de sus fábricas y
salvarlos de morir en los
campos de exterminio nazi. A
finales de 1944 Schindler
pudo salvar a unos 1200
judíos polacos, quedando casi
en la bancarrota.
En la película hay una escena
muy conmovedora cuando,
terminada la guerra, Schind-
ler tiene que escapar del país.
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Mientras camina hacia su
maquina, él empieza a
arrepentirse de lo que no
había hecho, es decir del
dinero y la propiedad que
todavía tenía y que no había
invertido para comprar y
rescatar más judíos. Cierta-
mente Oscar Schindler no era
un santo, pero se convierte en
un rayo de luz en una época
tan oscura como era la
Segunda Guerra Mundial.
: Debemos aprove-
char ahora cada oportunidad
para ayudar al prójimo,
porque quizás mañana sea
demasiado tarde para hacerlo.
En una oportunidad, José
Martí estaba almorzando con
algunos amigos en un
restaurante cubano en Nueva
York. El propietario, para
honrar a Martí, pidió prestada
una hermosa vajilla que
incluía hasta enjuagatorios.
Terminado el almuerzo, un
compañero de Martí, quien
desconocía la práctica, al ver
un pedazo de limón en su
enjuagatorio, pensó que era
una limonada, y se la bebió.
Los demás empezaron a
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sonreír y ciertamente alguno
estaba listo para hacer algún
comentario de burla, pero de
repente, Martí, con toda
seriedad, alzó su enjuagatorio
y se bebió el contenido,
evitando así que ese hombre
pasara vergüenza frente a los
demás.
: Y yo, ¿estoy atento
a las necesidades de mi
prójimo? ¿Tomo la iniciativa
para evitar que pase por
situaciones difíciles y
desagradables?
Pienso que muchos han visto
la mini-película El Circo de
las mariposas. En esta
película encontramos a Will,
un joven sin piernas ni brazos
(protagonizado por Nick
Vucijic, cuya foto podemos
apreciar en esta misma
página), que durante años es
exhibido en un circo de un
dueño malvado quien lo
insulta y se burla de él. Un
día, pasa por ahí el Señor
Méndez, dueño del Circo de
las mariposas, y Will huye
para integrarse al circo de
este señor, quien lo recibe y
le dice que también él tiene
que descubrir sus talentos.
Will no se queda muy
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convencido; sigue pensando
que es un inútil. El Señor
Méndez sigue creyendo en él.
Finalmente Will descubre un
asombroso talento y se
convierte en la estrella del
circo.
Con la ayuda del Señor
Méndez, Will logra desarro-
llar su talento y encontrar un
nuevo sentido en la vida.
: ¿Estoy ayudando a
otras personas a descubrir y
desarrollar sus talentos?
BAUTISMO
Un acontecimiento que
impactó mucho en el 2010
fue el rescate de 33 mineros
que se habían quedado
atrapados en una mina en
Chile. Durante 70 días, los
mineros vivieron a unos 700
metros de profundidad,
esperando ansiosamente ser
rescatados. Después de un
arduo trabajo, el miércoles 13
de octubre fueron rescatados.
Muchos de ellos comentaron
que durante ese tiempo de
cautiverio, tuvieron la
oportunidad de reflexionar
sobre su vida, y muchos
salieron con la determinación
de cambiar algunas cosas. Tal
vez el caso más impactante es
el de Samuel Ávalos Acuña,
quien experimentó una
verdadera conversión durante
su cautiverio que le hizo
sentirse "cerca de Dios" y
alejarse de la droga y el
alcohol.
Concluido el rescate, más de
un comentarista dijo que los
33 mineros rescatados habían
“nacido de nuevo” y que la
vida les había dado una
nueva oportunidad.
: Cuando recibimos
el Bautismo, nosotros
también nacimos de nuevo.
¿Estoy siendo fiel a las
promesas que hice, o que
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hicieron mis padres y
padrinos para mí, el día de mi
Bautismo?
El día del Bautismo es un día
muy especial en nuestra vida,
porque ese día nos converti-
mos en hijos de Dios y
miembros de su Iglesia.
Lamentablemente, muchos de
nosotros ni siquiera recorda-
mos la fecha de nuestro
Bautismo. San Francisco
Solano no era así. Cuando, a
la edad de treinta años, este
religioso franciscano visitó su
pueblo natal, quiso visitar la
iglesia parroquial donde
había sido bautizado. Al
ingresar en la iglesia, se
dirigió hacia la pila bautismal
y, arrodillado en el suelo con
la frente apoyada sobre la
piedra, recitó en voz alta el
Credo, que al ser bautizado
dijeron por él sus padrinos.
: ¿Reflexiono sobre
la responsabilidad que tengo
como bautizado?
San Luis de Francia valoraba
mucho el Sacramento del
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Bautismo. Este rey, cuando
alguno de sus hijos recibía el
Bautismo, se alegraba mucho
y lo abrazaba con mucho
cariño mientras le decía:
“Querido hijo, hace un
momento solo eras hijo mío,
pero ahora eres también hijo
de Dios.” Para este santo el
Bautismo de cada uno de sus
hijos era un momento para
estar muy agradecido a
nuestro creador y celebrarlo
como merece.
: ¿Alguna vez, he
agradecido a Dios por darme
la gracia de ser bautizado?
BIBLIA
Un joven dedicaba tiempo
para visitar a los ancianos.
Entre ellos había una pareja a
quien le gustaba mucho
visitar. Y, a la vez, ellos le
confiaban sus secretos
familiares. Un día, el esposo
de la pareja llevó el álbum de
fotos de su familia para
mostrárselo al joven. En la
primera página no había
ninguna foto; solo había un
papel, en el que estaba escrito
la solución de un problema
matemático.
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El joven no podía compren-
der por qué ese papel estaba
allí. El anciano le explicó que
esa era la primera carta
amorosa que su esposa le
había escrito. El joven se
sintió más confundido y,
entonces, el anciano le
explicó que cuando él era
todavía un estudiante, se
enfermó y perdió algunas
clases muy importantes. Ya
que los exámenes estaban
San Jorge Preca era un
sacerdote que dedicó toda su
cerca, una compañera de
vida a enseñar. Es el Funda-
clases le escribió la solución
dor de la Sociedad de la
de un problema matemático y
Doctrina Cristiana, una
se la envió a su casa. De esta
sociedad de laicos catequistas
manera, le ayudó a estudiar.
y misioneros. Cuando tenía
El joven comprendió la razón 82 años, se enfermó grave-
de esa carta en la primera mente y se notaba que había
página del álbum. Esto fue el llegado al final de su vida.
origen de una relación que Pero un día, las religiosas que
los condujo a amarse, y lo cuidaban lo encontraron
después a casarse. Ese papel leyendo el Evangelio. “Padre
fue el origen de una vida muy Jorge, ¿no le cansa la
hermosa para ellos, por eso el lectura?” le preguntó preocu-
anciano lo guardó con mucho pada una de las religiosas.
cariño ya que llevaba “No, no, más bien estoy
recuerdos muy lindos. gozando del Evangelio de
Jesús”, le contestó el padre
: Nosotros también Jorge.
hemos recibido una carta de
amor que también es la : El padre Jorge
solución de muchos de solía animar a la gente: “Sean
nuestros problemas. Es la amigos del evangelio.” Y yo,
Biblia. ¿La valoro debida- ¿soy amigo del evangelio.”
mente?

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Un hombre sabio tenía
muchos libros valiosos en su
biblioteca. Tenía libros de
ciencia, astronomía, filosofía,
medicina y muchos más. En
una oportunidad, alguien le
preguntó: “De todos los
libros, ¿cuál es el más
valioso.”
El sabio cogió la Biblia y le
dijo: “Indudablemente, este
es el libro de más valor.
Todos los demás libros me
ayudan a alcanzar el conoci-
miento que necesito aquí en
la tierra, pero la Biblia me da
el conocimiento necesario
para alcanzar la eternidad.”
: A veces, como
católicos, no valoramos la
Biblia como deberíamos
hacer. Es una pena encontrar
tiempo para hacer muchas
cosas, y no encontrar tiempo
para leer la Biblia.
CALUMNIA
Una mujer fue a confesarse
con San Felipe Neri acusán-
dose de haber hablado mal de
algunas personas. El santo la
absolvió, y le puso como
penitencia que tomara una
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gallina y volviera donde
estaba él, desplumándola
poco a poco a lo largo del
camino. Cuando estuvo de
nuevo ante él, le dijo: “Ahora
vuelve a casa y recoge una
por una las plumas que has
dejado caer cuando venías
hacia aquí.”
La mujer le mostró la
imposibilidad: el viento las
había dispersado. Entonces
san Felipe le dijo: “Ya ves
que es imposible recoger las
plumas una vez que se las ha
llevado el viento, igual es
imposible retirar murmura-
ciones y calumnias una vez
que han salido de la boca.”
: Hablar mal de los
demás es un vicio que trae
muchas consecuencias
negativas.
CATEQUESIS
Don Bosco tenía mucho
éxito con los jóvenes y
ejercía sobre ellos una gran
influencia. ¿A qué se debía?
Él mismo contaba: “No
recuerdo haber empleado
nunca un castigo propiamente
dicho. Por la gracia de Dios,
siempre he podido conseguir
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que los niños observen no
sólo las reglas, sino aún mis
menores deseos.”
Los jóvenes decían: “Ese es
el Padre que está siempre
alegre, el Padre de los
cuentos lindos.”
: Es importante
recordar que se atrapan más
moscas con una gota de miel
que con un balde de vinagre.
Cuando el Papa Juan Pablo
II era todavía Cardenal en
Polonia, un día visitó una
parroquia pequeña. Llegó un
poco temprano y encontró al
párroco dando catequesis a
un grupo de niños. Después
de visitar al Santísimo, se
acercó a los niños y les
preguntó amablemente:
“Niños, ¿saben por qué he
venido? Uno de los niños le
contestó: “Es obvio pues. Ha
venido para aprender.” El
Cardenal le sonrío y le dijo:
“Tienes razón. El aprendizaje
es muy importante.”
Después se sentó con los
niños y pidió al párroco que
continuara su catequesis.
: San Jorge Preca
decía: “La enseñanza es el
manantial de todo bien.” Y es
un proceso que dura toda la
vida.
CONFESIÓN
Una señora decidió conver-
tirse al catolicismo pero tenía
una sola preocupación: el
Sacramento de la Reconcilia-
ción. En su libro
“Conversión” ella escribió:
“La idea de confesar mis
pecados era detestable para
mí. No era porque yo no
quería confesar mis pecados a
otro ser humano. La verdad
era que yo no quería admitir
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que era una pecadora.”
Pero pensando en esto,
admitió que necesitaba el
perdón y la curación. Y
entonces tuvo un cambio de
actitud hacia el Sacramento
de la Reconciliación.
Cuando finalmente llegó el
momento de celebrar este
Sacramento, no fue una
experiencia penosa como ella
había pensado. Al contrario,
fue una experiencia de paz y
alegría.
: El Sacramento de
la Confesión es un regalo de
Jesús. Y yo, ¿cuánto me
acerco a este sacramento?
Pero, después de unos
segundos, miró al esposo de
esa mujer, y le dijo sencilla-
mente: “Vuelve hijo. Lejos
de Dios se está muy mal”. El
hombre quedó muy impresio-
nado con esas palabras y
decidió confesarse lo más
pronto posible.
: Todos hemos
experimentado las palabras
del Papa Juan Pablo II. ¡Y
confío en que todos hemos
experimentado también que
cerca de Dios se está muy
bien!

El carisma del Papa Juan

Pablo II era tan grande que a
veces se encontraba en
situaciones muy extrañas. En
una oportunidad, al final de
una audiencia, una mujer le
agarró de su mano para
llamar su atención y le
imploró: “Santo Padre, mi
marido hace muchos años
que no se confiesa, dígale
algo.”
El Papa pareció quedarse sin Cuando un sacerdote
palabras, ciertamente confiesa a una persona, no
sorprendido por aquella puede contar absolutamente a
petición casi desesperada. nadie, por ninguna razón, lo

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 19
que escucha. San Juan
Nepomuceno incluso dio su
vida para defender el secreto
de la confesión. Un día Juana
de Baviera, esposa del
emperador alemán Wences-
lao, fue a confesarse con él.
Al enterarse, el emperador
mandó llamar al sacerdote y
quiso saber lo que había
confesado su esposa, para
averiguar si las sospechas que
tenía sobre su fidelidad eran
verdaderas o falsas. El
sacerdote se negó rotunda-
mente, incluso cuando el
emperador malvado le
amenazó con matarlo.
Cuando el emperador vio que
era inútil tratar de convencer
al sacerdote, lo condenó a
morir arrojado a un río, atado
de pies y manos.
: El secreto de la
confesión me debería quitar
todo miedo y vergüenza de
acercarme a este sacramento.
La película “Una historia del
Bronx”, la primera dirigida
por Roberto de Niro, narra la
experiencia de un joven que
creció en un barrio neoyorki-
no muy peligroso, con mucha
delincuencia.
El protagonista de la película,
Calogero, narra cómo a la
edad de nueve años se sintió
muy culpable de un pecado
cometido. Pasó varios días
triste y confundido por eso
hasta que, por fin, decidió
irse a la parroquia a confesar-
se. El sacerdote escuchó su
confesión y le dio la absolu-
ción. El niño sintió una
felicidad y una paz inmensa
inundando su corazón y
exclamó: “ ¡Qué suerte ser
católico! ¡Gracias a la
confesión puedes partir de
cero!”.
: ¡El niño tenía
mucha razón! En la confesión
Dios borra completamente
nuestros pecados y nos da la
oportunidad de empezar de
nuevo.
CONFIRMACIÓN
En algunas tribus africanas,
cuando los jóvenes empiezan
su etapa de madurez, pasan
por una prueba muy dura.
Puede ser ir al bosque de
noche sin llevar armas, matar
algún animal salvaje o escalar
alguna montaña peligrosa. ¡A
veces hasta puede consistir en
robar una vaca de una tribu
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enemiga! Los que no logran
pasar la prueba, tienen miedo
de enfrentarla, continúan
siendo considerados como
niños.
La vida de aquellos que la
aprueban, cambia drástica-
mente: ya no juegan con los
niños, sino que se dedican a
asuntos de los adultos;
pueden participar en la toma
de las decisiones importantes;
pueden llevar armas para
defender a la tribu; pueden
participar en las fiestas y en
las celebraciones importan-
tes; tendrán un trabajo
reservado para los adultos;
pueden casarse y tener una
familia. De ellos se espera un
comportamiento de adultos y
que cumplan con todas las
responsabilidades que
establece la tribu. Más que
todo, se espera de ellos que
sean un honor para la tribu y
que lleven en alto su reputa-
ción con un comportamiento
honrado y valiente.
: Cuando recibí el
Sacramento de la Confirma-
ción, me convertí en un
católico adulto. ¿Estoy dando
testimonio de mi fe?
20
CONVERSIÓN
La historia de Eduardo
Verástegui es muy
interesante. Él era un actor
mexicano de mucho éxito y
vivía en Hollywood. Pero
despues de diez años de
carrera decidió dar un rumbo
nuevo a su vida. Él dijo:
“Después de 10 años de
carrera me di cuenta de que
me faltaba algo pero no sabía
qué, me sentía en un laberinto
sin salida, queriendo usar la
salida pero no sabía dónde
estaba, me sentía vacío. Lo
que yo pensaba que me iba a
hacer feliz, que me iba a dar
paz y que me iba a hacer un
hombre completo y pleno
pues resultó que era una
mentira, estaba siguiendo una
mentira.
 21
Y de ahí nació este deseo y
esta convicción de hacer un
cine diferente que borrara la
imagen negativa de los
latinos que Hollywood se
había empeñado en perpetuar
desde los años 40. Y le hice
la promesa a Dios de que
jamás volvería a trabajar en
ningún proyecto que
ofendiera mi fe, mi familia o
mi comunidad latina...En
algún momento me cruzó por
la cabeza irme de Hollywood,
irme de misionero dos años a
la jungla del Amazonas a
ayudar a los pobres, a trabajar
como misionero para
discernir qué era lo que
quería Dios de mí, de mi
vida, y a limpiar este polvo
que traía mi alma por tantos
años de vivir una vida
mundana. Así es que vendí
todo y antes de irme a la
jungla un sacerdote muy
amigo mío, el padre Juan
Rivas, me aconsejó no irme,
porque me pedía que estos
dos años, que yo quería pasar
como misionero en la jungla
en el Amazonas, los pasara
en Hollywood, porque él
decía que Hollywood
también era una jungla.”
Hoy en día, Verástegui, un
gran devoto de la Virgen de
Guadalupe, se dedica a
producir y actuar películas
que transmiten los valores del
evangelio. Entre ellas
encontramos “Bella” y “El
gran pequeño”. ¡Trata de
verlas! ¡Valen mucho la
pena!
Dios sigue tocando
corazones. Recemos mucho
para que más y más personas
logren descubrir el amor de
Dios y dar un rumbo nuevo a
sus vidas.
Es impresionante la historia
de Amada Rosa Pérez. Esta
colombiana llegó a ser una
modelo muy famosa, partici-
pando en desfiles de moda
por todo el mundo. De
repente desapareció de la
escena pública. ¿Qué había
pasado? En una entrevista
confesó que había decidido
dejar atrás el mundo de la
moda, un mundo que ella
describió como un “mundo
de mentiras, apariencias,
falsedad, hipocresía y
engaños, una sociedad llena
de antivalores, en la que se
resalta la violencia, el
adulterio, la droga, el alcohol,
21
las peleas, un mundo que
exalta las riquezas, los
placeres, la inmoralidad
sexual y el fraude".
En su lugar, decidió vivir una
vida sencilla, muy diferente,
como verdadera católica:
ahora se acerca al Sacramen-
to de la Confesión, participa
en la misa, reza la coronilla
de la Divina Misericordia y
tiene una gran devoción hacia
la Virgen María y su Santo
Rosario.
Sobre todo tiene un gran
deseo: “Ahora quiero ser
santa,” dice la ex modelo. CUIDAR LA CREACIÓN
“Algunos pueden pensar que
estoy loca... Bueno, la locura
de Dios es más bella que la Cuando José Martí era
sabiduría de los hombres… todavía niño, un compañero
Solo busco y lucho por la le enseñó un grillo que había
santidad.” ¿Y cómo se siente capturado y que había
ahora? Ella contesta: “Antes amarrado por las patas. Martí
era una persona afanada, se entristeció al ver al grillo
estresada, me alteraba tratando en vano de escaparse
fácilmente. Ahora vivo en y le rogó a su amigo que lo
paz, no me afana el mundo, soltara. Su amigo no quería
disfruto cada momento que pero Martí insistió tanto que
me ofrece el Señor.” al final lo convenció. Martí
inmediatamente trajo un par
: ¡Amada descubrió de tijeras y cortó el hilo que
que lejos de Dios se está muy mantenía al grillo amarrado.
mal, y cerca de él se está muy Desde una muy temprana
bien! edad, Martí valoraba mucho
la creación y también la
libertad.

22
 23
: Dios encargó al ser
humano cuidar la creación.
¿Estoy cumpliendo esta
tarea? ¿De qué forma?
Hans Voller es un veterina-
rio alemán quien se dedica a
sanar y cuidar animales
salvajes heridos. La gente le
trae aves heridas o pequeños
mamíferos lastimados que
encuentra en el bosque, en los
campos o en los caminos.
Hans los pone en jaulas, los
alimenta y los sana.
Cuando están completamente
sanos, llega el gran día para
Hans: lleva la jaula a un
hábitat adecuado, abre la
puerta de la jaula y se alegra
al verlos recobrar su libertad.
En una entrevista Hans dijo:
“Cada vez que abro la jaula y
veo a una pequeña ardilla o
un erizo caminando hacia su
libertad, me imagino a Dios
guiñándome un ojo y dicién-
dome: ´Bien hecho, hijo!”
: Nosotros los seres
humanos tenemos una
responsabilidad muy grande:
cuidar la creación y proteger
el medio ambiente, para que
las futuras generaciones
puedan disfrutar también de
lo que podemos disfrutar
nosotros.
DIOS
Santa Teresita del Niño Jesús
tenía un amor muy grande
hacia nuestro Señor, y le
encantaba meditar sobre el
hecho de que Dios es nuestro
padre. Un día, una novicia
entró en su celda, y encontró
a Teresita cosiendo, pero
tenía su rostro resplandecien-
te: parecía el rostro de un
ángel. La novicia le preguntó
en qué estaba pensando y
santa Teresita le contestó
afablemente: “Estoy meditan-
do sobre el Padrenuestro. ¡Es
tan dulce y consolador llamar
Padre a un Dios tan bueno!”
Dijo estas palabras con
lágrimas de emoción en sus
ojos.
: Santa Teresita
tenía razón. ¡Es asombroso el
hecho de que Jesús nos
enseñó a llamar Padre al
Creador de todo el universo!
Un obrero se dirigía a la
Iglesia para participar en la
misa. En la plaza se encontró
23
con un filósofo ateo, y este
último, para ridiculizar la fe
del obrero, le preguntó con
ironía: “Y este Dios tuyo, ¿es
grande o pequeño?” El obrero
le contestó: “Es tan grande
que tu cabeza no es capaz de
concebirlo, y es tan pequeño
que puede habitar en mi
corazón.”
El filosofo se quedó sin
palabras y el obrero siguió
caminando hacia la iglesia.
: ¿Estoy dejando a
Dios habitar en mi corazón?
¿O mi corazón ya está tan
lleno con otras cosas que no
hay espacio para él?
Una hermosa mini-película
llamada “Most” (palabra en
checo que significa “puente”)
narra la historia de un padre
soltero que amaba mucho a
24
su único hijo quien tenía
alrededor de siete años.
El padre tenía un trabajo de
mucha responsabilidad. Era
operador de un puente de
fierro por donde pasaba el
ferrocarril. Cuando, según el
horario, se acercaba el tren, él
tenía que bajar el puente para
que pudiera pasar; cuando el
tren pasaba, él levantaba el
puente mecánico para que
pudieran pasar los barcos por
el río.
Un día el niño acompañó a su
padre a su puesto de trabajo.
El puente estaba levantado
porque el siguiente tren,
según el horario, estaba
todavía muy lejos. Sin
embargo, sucedió algo
imprevisto: el tren llegó más
temprano por culpa de un
conductor irresponsable, que
no respetó ni los semáforos ni
tampoco los horarios. El
niño, quien estaba pescando
por el río, se percató de que
el tren iba a chocar con el
puente levantado, causando
un terrible accidente. Él trató
de advertir a su padre que el
tren llegaba demasiado
pronto, pero el padre no
estuvo allí para escucharlo.
El muchacho trató de
alcanzar una palanca para
 25
bajar el puente pero se cayó
en la caja de cambios.
El padre oyó sus gritos y
sintió un terrible dolor porque
tenía que tomar una decisión
muy difícil: salvar a su hijo y
dejar que el tren chocara con
todos sus pasajeros o bajar el
puente para que el tren
pudiera pasar provocando
solo la muerte de su hijo.
Aunque le dolió hasta el
alma, el padre decidió
sacrificar a su hijo. Lo más
triste es que los pasajeros del
tren ni siquiera se dieron
cuenta del inmenso sacrificio
de ese padre, excepto una
chica drogadicta que intuyó
lo que sucedió, se transformó
interiormente y decidió dar
un rumbo nuevo a su vida.
: No sé si esta
historia s real. Lo que sí sé es
que Dios sacrificó a su hijio
para nuestra salvación. ¡Ojalá
que, como la muchacha de la
historia, sepamos reflexionar
y recapacitar!
Cuenta una historia de un
muchacho que después de
haber abandonado su casa y
su familia, pensaba que su
padre no le recibiría por
causa del dolor provocado
cuando se marchó. Pasaron
muchos años y el hijo regresó
a la ciudad donde había
nacido y tenía un fuerte deseo
de regresar a casa, pero
quería tener la certeza de que
su padre lo recibiría. Para
saber eso, pidió a un amigo
que diera un mensaje a su
padre, el cual decía: “Papá,
soy consciente del daño que
te he provocado con mi
marcha, pero me siento
completamente arrepentido y
necesito reconciliarme
contigo. Dentro de unos días,
pasaré por la casa. Si aún me
amas y quieres que vuelva,
pon un lazo amarillo alrede-
dor del árbol que hay junto a
ella. Si no veo el lazo
rodeando el árbol, lo com-
prenderé y no volveré a
molestarte.”
Una vez enviado el mensaje a
su padre, el muchacho no
pudo esperar más y a la
mañana siguiente cogió el
tren que le llevaría hasta su
casa para comprobar si su
padre aún le amaba. Al llegar
a la estación bajó, tomó un
taxi y dio la dirección al
chofer. Los nervios se lo
comían por dentro a medida
de que se acercaba.
25
Cuando finalmente llegó, las
lágrimas comenzaron a
recorrer sus mejillas. ¡No
podía creer lo que estaba
viendo! ¡¡El árbol estaba
lleno de lazos amarillos!!
: Dios está siempre
listo a recibirnos y acogernos
en su casa. ¡No lo dejemos
esperar más!
Un hombre pobre ganaba su
pan de cada día tocando un
viejo violín en las plazas. No
era un buen violinista. Ni
siquiera sabía afinar bien el
violín, pero la gente que
pasaba tenía lástima de él y le
echaba alguna monedita. Un
día pasó por allí un famoso
violinista. Se acercó al
hombre, pidió prestado el
viejo violín, lo afinó, lo
preparó y empezó a tocar una
hermosa pieza. La gente se
acercó asombrada para
escuchar. El pobre hombre se
quedó perplejo y después,
para ganarse algo, empezó a
recoger dinero en su sombre-
ro mientras decía: “Es mi
violín! ¡Es mi violín!”
: El viejo violín nos
representa a nosotros, y el
famoso violinista es Dios. Si
26
somos dóciles, él puede hacer
grandes cosas por medio de
nosotros, cosas que ni
siquiera hubiéramos
imaginado.
DISCIPULADO
Un joven fue a buscar a un
ermitaño. Al encontrarlo le
dijo: “Maestro, quiero ser tu
discípulo”. El ermitaño se
fijó en él y le preguntó: ¿Y
por qué quieres ser mi
discípulo?”.
El joven le contestó: “Padre,
quiero aprender a vivir como
usted vive, quiero aprender a
pensar como usted piensa,
quiero aprender a actuar
como usted actúa y quiero
aprender a amar como usted
ama. Sé muy bien que solo
así lograré tener plenitud en
mi vida”. El ermitaño abrió
sus brazos, lo abrazó y le
dijo: “Joven, veo que tienes
las ideas bien claras y el
corazón preparado. Desde
hoy, serás mi discípulo”.
: ¿Soy un verdadero
discípulo de Jesús? ¿Estoy
tratando de pensar, vivir y
amar como él?
 27
: ¿Tengo la costum-
bre de leer biografías de los
Antes de su conversión, san santos para contagiarme más
Ignacio de Loyola tenía con el amor que le tenían a
mucha ambición y era muy Jesús?
aficionado a los llamados
libros de caballerías, narra- ENTREGA DE UNO
ciones llenas de historias MISMO
fabulosas e imaginarias.
Cuando se lastimó en una
batalla, fue llevado a un
castillo para recuperarse. Para
pasar el tiempo, pidió que le
trajeran algunos de esos
libros para entretenerse, pero
no se halló en su casa
ninguno; entonces le dieron
para leer un libro llamado
Vida de Cristo y otro sobre la
Vida de los santos.

Al leer la vida de Jesucristo y

de los santos, a veces se
ponía a pensar y se pregunta-
ba a sí mismo: “¿Y si yo
hiciera lo mismo que san
Francisco o que santo
Domingo?” Así empezó a
brotar en su corazón el deseo
de imitar a Jesús así como
hicieron los santos. Su vida
cambió drásticamente, e
impulsado por este deseo
fundó la Compañía de Jesús
(Jesuitas) para apoyar a la
Iglesia en su misión evangeli-
zadora.
A fines de julio de 1941,
durante la Segunda Guerra
Mundial, se fugó un preso del
campo de concentración de
Auschwitz, en Alemania, y
—según una norma intimida-
toria de los nazis— por cada
hombre fugado deberían
morir diez. La primera
elección recayó sobre un
sargento polaco, de 41 años,
quien en medio del silencio

27
empezó a llorar y decir:
“Dios mío, tengo esposa e
hijos. ¿Quién los va a
cuidar?” Entonces el padre
Maximiliano Kolbe se
ofreció para sustituir a ese
hombre, diciendo: “Yo me
ofrezco para sustituir a este
hombre, soy sacerdote
católico polaco”.
El oficial lo aceptó y el padre
Kolbe fue puesto en ayuno
hasta morir. Pero como —
tras padecer tres semanas de
hambre extrema— sobrevivió
a los demás nueve presos, el
14 de agosto de 1941 fue
asesinado por una inyección
de fenol. Tenía 47 años de
edad.
: Jesús nos dijo:
“Nadie tiene amor más
grande que dar su vida por
sus amigos” (Jn 15, 13).
San Martín de Porres era un
santo morenito que vivía en
Lima. Fue aceptado en el
convento de los dominicos
como fraile. En una oportuni-
dad, la situación económica
del convento era tan preocu-
pante que el prior recogió
algunos objetos preciosos
28
para venderlos pero al
enterarse, Martín le dijo:
“Padre, yo pertenezco al
convento. Disponga de mí y
véndame como esclavo, que
algo querrán pagar por este
perro mulato y yo quedaré
muy contento de haber
podido servir para algo a mis
hermanos.” Al prior se le
saltaron las lágrimas al
escuchar estas palabras pero,
por supuesto, se negó a hacer
esto.
: ¿Yo que estoy
dispuesto a hacer por mi
familia, por mi comunidad,
por mi parroquia?
Un amigo, quien durante
varios años fue misionero en
Sudan, cuenta esta anécdota:
“Me acuerdo de Sebit, el niño
con quien me encontré cerca
del ferrocarril, en la ciudad
de El Obeid, hace muchos
años. Estaba cargando sobre
sus hombros a un hombre,
más grande y pesado que él.
Yo estaba manejando la
máquina, me detuve, llamé a
Sebit y le dije: Sebit, ¿no es
demasiado pesado para ti? Y
Sebit, con su espalda doblada
por del peso, dio media
 29
vuelta hacia mí, me
reconoció, y me dijo:
“Tonio, ¡es mi hermano!”
: ¡Qué lección nos
da Sebit! ¡Ningún sacrificio
es demasiado grande cuando
se trata de un hermano!
Rodolfo amaba mucho a su
hija Carmencita. Un domin-
go muy temprano, cuando se
dirigían a misa, Carmencita
se sintió mal. La llevaron de
emergencia al hospital. Allí
permaneció por diez días y
fue entonces cuando le
informaron que su hija
padecía una grave enferme-
dad que afectaba seriamente
su corazón.
Una mañana Rodolfo se
encontraba al lado de su
hija, cuando ella le preguntó:
“Voy a morir, ¿no es cierto?
¿Te lo dijeron los doctores?”
“No mi amor...no vas a
morir. Dios, que es tan
grande, no permitiría que
pierda lo que más he amado
sobre este mundo”, respon-
dió el padre.
Ese mismo día por la tarde,
los médicos llamaron a
Rodolfo. El asunto era grave
porque su hija estaba
muriendo. Necesitaban un
corazón, pues el de ella no
resistiría sino unos quince o
veinte días más.
La siguiente semana,
Carmencita cumpliría sus
quince años. Y fue el viernes
por la tarde cuando consi-
guieron un donante; una
esperanza iluminó los ojos
de todos, ¡las cosas iban a
cambiar! El domingo por la
tarde ya Carmencita estaba
operada. Todo salió como
los médicos lo habían
planeado. ¡Éxito total! Sin
embargo, Rodolfo todavía
no había vuelto por el
hospital y Carmencita lo
extrañaba muchísimo. Al
llegar a casa todos se
sentaron en un enorme sofá
y su mamá con los ojos
llenos de lágrimas le entregó
una carta de su padre.
"Carmencita, hijita de mi
corazón: Al momento de leer
mi carta, ya debes tener
quince años y un corazón
fuerte latiendo en tu pecho.
Esa fue la promesa que me
hicieron los médicos que te
operaron. No puedes
imaginarte ni remotamente
cuanto lamento no estar a tu
lado en este instante. Decidí
29
hacerte el regalo más
hermoso que jamás nadie
haría por mi hija... Te regalo
mi vida entera sin condición
alguna, para que hagas con
ella lo que quieras. ¡¡Vive
hija!! ¡¡Te amo con todo mi
corazón!!”
: Quien ama
verdaderamente está dis-
puesto a sacrificar incluso su
vida.
ESPERANZA
El joven psiquiatra judío
Victor Frankl tuvo la mala
suerte de vivir durante la
Segunda Guerra Mundial y
terminar durante cuatro años
en un campo de concentra-
ción Nazi.
Cuando la Guerra terminó y
fue liberado, él empezó a
estudiar la psicología de
aquellos prisioneros que
lograron sobrevivir y
descubrió algo muy intere-
sante. Los sobrevivientes no
eran siempre los más jóvenes
y robustos. A veces prisione-
ros muy débiles lograron
sobrevivir y otro mucho más
fuertes fallecieron. ¿Por qué?
30
¿Qué les impulsó a vivir y
luchar en ese infierno?
Víctor Frankl, después de
entrevistar a muchos de ellos
no tenía dudas: los prisione-
ros que sobrevivieron tenían
en sus pechos una fuerte
esperanza de que algún día
serán liberados y regresar a
vivir una vida “normal”
fuera de las murallas del
campo de concentración.
: La esperanza es
una virtud muy importante.
Nos da fuerza y nos impulsa
a seguir adelante incluso
cuando nos topamos con
situaciones difíciles. Ojalá
que podamos decir como el
salmista: “Pues tú, Señor
desde mi juventud eres mi
esperanza” (Sal 71,5).
Hay una anécdota muy poco
conocida en la vida del Papa
Juan Pablo II. Lo cuenta
Edith Zirer, una judía que
fue liberada del campo de
concentración de Auschwitz,
después de tres años encarce-
lada. Cuando llegó a Craco-
via estaba sin fuerzas. Pero
en una pequeña estación
ferroviaria, un hombre se
percató de ella, le trajo
comida y le ayudó a caminar
 31
durante mucho tiempo,
mientras caía la nieve. Con
una voz tranquila y suave
conversaba con ella y le
animaba a ser fuerte. Le dijo
que era necesario no dejarse
vencer por el dolor y
combatir para vivir con
esperanza. Cuando le
preguntó quien era, el
hombre contestó de manera
sencilla: “Soy el padre Karol
Woytyla.”
: ¿Estoy tratando
de aliviar el dolor de quienes
están sufriendo? ¿Estoy
tratando de sembrar esperan-
za en sus corazones?
ESPÍRITU SANTO
El jesuita Mark Link S.J., en
uno de sus libros, cuenta la
siguiente anécdota: Una
madre, deseando animar a su
hijo a mejorar su desenvol-
vimiento en el piano,
compró boletos para un
concierto de Paderewski. Al
llegar al teatro, hallaron sus
asientos cercanos al escena-
rio. Pronto, la madre se
encontró con una amiga con
quien conversar y el niño se
le escurrió.
A las ocho de la noche, se
apagaron las luces, la
audiencia guardó silencio y
sólo entonces notaron al
niño sentado en el banco del
piano tocando "Estrellita".
Su madre tragó en seco pero
antes de que pudiera retirar a
su hijo, apareció el maestro
en escena y rápidamente se
dirigió al piano. "No pares...
continúa tocando", le
susurró al niño. Inclinándo-
se, Paderewski estiró su
mano izquierda y comenzó a
tocar la parte del bajo.
Pronto su brazo derecho se
estiraba del lado contrario,
rodeando al pequeño, para
agregar un "obbligato"
corrido. Juntos, el viejo
maestro y el pequeño novato
mantuvieron a la multitud
embobada.
: Nosotros los seres
humanos estamos muy
limitados. Pero con la ayuda
del Espíritu Santo podemos
31
 realizar grandes obras.
Desde la Bahía de Nueva
York hasta donde comienza
el agua profunda, se extien-
de un canal de casi veintiséis
kilómetros de largo y
sumamente angosto. En años
pasados era bastante difícil
navegar en el canal cuando
había neblina o tempestad.
Entonces, alguien ideó el
plan de poner un cable en el
fondo del río arenoso que
trasmitiese signos eléctricos
a través del agua, guiando
así a los barcos a pasar por
el centro del canal hasta
llegar al mar.
: Así como el cable
guía a los barcos por el
camino más seguro, el
Espíritu Santo nos indica el
camino que siempre debe-
mos seguir. ¡Dejémonos
guiar por él!
EUCARISTÍA
Tarsicio vivió en el siglo III,
durante la persecución del
Emperador Valeriano. Este
emperador cruel había
empezado una persecución
32
contra los cristianos, pero la
gran mayoría no habían
dejado de practicar su fe. Se
reunían a escondidas, oraban
juntos y celebraban la
Eucaristía con gran fervor y
devoción. Tarsicio, un niño
de once años, participaba en
estas reuniones y daba
muestra de gran amor hacia
Jesús.
En una de estas reuniones, el
Papa Sixto, que presidía la
reunión, expresó su angustia
porque algunos católicos
encarcelados por profesar su
fe, no tenían la oportunidad
de recibir la Eucaristía. Fue
entonces que Tarsicio se
ofreció a llevarles las hostias
consagradas. Al salir se
encontró con algunos
jóvenes que querían saber lo
que Tarsicio ocultaba. Le
pegaron brutalmente, pero
Tarsicio nunca dejó de
sostener fuertemente las
hostias contra su pecho. De
ninguna manera quería que
la Eucaristía terminara en
sus manos. Los jóvenes,
enojados, siguieron golpeán-
dolo hasta que lo mataron.
: ¡Qué tan grande
era el amor de san Tarsicio
hacia la Eucaristía! Y a
 33
nosotros, ¿qué nos impide
acercarnos a la Eucaristía y
comulgar con la misma fe?
En su última celebración del
Corpus Domini que presidió
en 2004, el Papa Juan Pablo
II ya no podía andar, de
forma que hubo que fijar su
silla a la plataforma del
vehículo dispuesto para la
procesión. Delante de él,
sobre el reclinatorio, se
exhibía el ostensorio con el
Santísimo Sacramento. Poco
después de la partida, Juan
Pablo II se dirigió a uno de
los maestros de ceremonia y
le preguntó si podía arrodi-
llarse. Con delicadeza, éste le
explicó que era demasiado
arriesgado, dado que el
recorrido era bastante
accidentado y eso menguaba
la estabilidad del vehículo.
Pasados unos minutos el Papa
repitió: “Quiero arrodillar-
me.”
Le respondieron que esperase
a que el firme fuese mejor.
Unos instantes después
exclamó resuelto, casi
gritando: “ Ahí está Jesús.
Por favor.”
Dado que no era posible
contradecirlo, los dos
maestros de ceremonia lo
ayudaron a arrodillarse en el
reclinatorio. Como no
lograba sostenerse con las
piernas, el Papa intentó
sujetarse aferrándose al borde
de aquel, pero, casi de
inmediato, tuvieron que
sentarlo de nuevo en la silla.
Pese a que el cuerpo ya no le
respondía, su firmeza y
entereza de ánimo seguía
intacta.
: El Papa Juan Pablo
II tenía una fe inquebrantable
en la Eucaristía. ¿Qué tan
grande es mi fe en este
sacramento? ¿Cómo mani-
fiesto esta fe?
33
EVANGELIZAR
San Francisco Javier es el
patrono de las misiones.
Pasó por muchas países
predicando el Evangelio. En
una ocasión dijo: “Si no
encuentro una barca iré
nadando.”
: Jesús nos dijo:
“Vayan pues, a las gentes de
todas las naciones, y hágan-
las mis discípulos; bautícen-
las en el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu
Santo” (Mt 28, 19). San
Francisco Javier entendió
bien este mandato de Jesús.
Y yo, ¿qué estoy haciendo
para evangelizar? ¿Qué más
puedo hacer?
El Papa san Pío X era un
papa muy sabio. En cierta
ocasión preguntó a un grupo
de cardenales: “¿Qué más
urge en la Iglesia para poder
salvar a la sociedad?” Los
cardenales sugirieron
muchas soluciones. Uno
mencionó construir más
escuelas, otro realizar más
proyectos sociales, y otro
sugirió atraer más vocacio-
34
nes sacerdotales, pero cada
vez el Papa decía no con su
cabeza. Finalmente les dijo:
“Lo más urgente es tener, en
cada parroquia, un grupo de
laicos que se dediquen a
aprender, enseñar, brindar
servicio a los demás y, sobre
todo, que lleven a cabo una
vida santa. En otras palabras
que sean verdaderos apósto-
les.”
: La evangelización
no es solo responsabilidad de
los sacerdotes, religiosos y
religiosas. Es también la
responsabilidad de cada
bautizado.
.
Hace varios siglos, dos
personas se encontraron en
un ferrocarril en Canadá.
Uno tenía una mirada feroz y
estaba bien armado. Él otro
era sacerdote. Cuando
empezaron a conversar el
primeró declaró que se
dirigía a Klondyke, buscan-
do oro. Estaba convencido
de que su aventura iba a
tener éxito pero, a la vez,
contaba al sacerdote que su
trabajo involucraba muchos
sacrificios y era muy
peligroso porque había
muchos ladrones. Sin
 35
embargo, estaba dispuesto a para encontrar las personas
sufrirlo y arriesgarlo todo por sepultadas vivas. Hubo
el oro. también una cantidad de
curiosos que se acercaron
“¿Y usted, ¿adónde se
para ver el trágico espectácu-
dirige?” preguntó finalmente
lo, y entre ellos estaba un
al sacerdote. El sacerdote le
joven fuerte y robusto que
contestó: “Yo soy un busca-
miraba todo con indiferencia
dor de perlas.” Al ver la cara
y sin mayor preocupación.
sorprendida de su compañero
De repente, un hombre se le
explicó: “Me voy a tierra de
acercó y le dijo: “Oiga, ¡entre
esquimales para hablarles
las ruinas está tu hermano!”
sobre Dios y sobre Jesús.
Al escuchar estas palabras, el
Cada persona que acoge el
joven dio un salto, corrió
mensaje que llevo es para mí
hacia donde estaba la brigada
una perla de mucho valor,
de rescate, cogió un pico y
porque el alma del ser
empezó a trabajar enérgica-
humano es inmortal, así que
mente. Durante varias horas
si después de tanto esfuerzos
no descansó nada y se detuvo
y sacrificios, hay una única
solo cuando encontraron a su
conversión, para mí será más
hermano quien estaba muy
que suficiente.”
débil pero con vida.
: Los misioneras se
: ¡Qué diferente la
sacrifican mucho para llevar
actitud del joven cuando se
la buena noticia de Jesús. Y
enteró de que su hermano
yo, ¿qué estoy dispuesto a
estaba en peligro de muerte!
sacrificar para llevar su
Y yo, ¿qué estoy haciendo
mensaje?
por mis hermanos que están
en peligro de perder su alma?

En una pequeña ciudad EXISTENCIA DE DIOS

sucedió un hecho terrible:
una fábrica se vino abajo y
muchas personas terminaron
debajo de los derrumbes.
Brigadas de rescate empeza-
ron a trabajar arduamente
Tommy era un joven con
pelo largo que no creía en
Dios. Un día, de manera
irónica preguntó al padre

35
 Robert Powell, quien dictaba
el curso de Teología en la
universidad: “Padre, ¿piensa
que un día encontraré a
Dios?” El padre contestó:
“No, pero estoy seguro de
que Dios te encontrará.” Sin
mostrar interés, Tommy se
fue. Después de un año,
alguien dijo al padre Robert
que Tommy tenía cáncer
terminal. Tommy mismo fue
a buscar al padre Robert.
“Padre,” le dijo Tommy “yo
tengo 24 años y sé que voy a
morir en unas semanas. Pero
estoy feliz. Yo he pensado
mucho sobre lo que me dijo
la última vez que nos
encontramos. Después de mi
graduación, los médicos me
dijeron que estoy enfermo.
Entonces tomé una decisión.
Decidí que en los meses que
faltaban hiciera las cosas
que jamás había hecho en mi
vida. Decidí hacer algo que
verdaderamente valiera la
pena hacer. Por eso decidí
pedirle perdón a mi papá. Él
estaba leyendo el periódico.
Me acerqué y le dije: ‘Papá,
quiero decirte algo.` ´¿Qué?`
me preguntó mi papá sin
bajar el periódico. ´Papá
quiero que sepas que te amo,
aunque puede parecer que
36
yo no te respeto y no te amo.
Y te pido perdón por todo el
dolor que te he causado.´ Mi
papá hizo dos cosas que
jamás había hecho. Lloró y
me abrazó. Conversamos
toda la noche sobre cosas
que jamás habíamos conver-
sado. Hice igual con mi
mamá y con otras personas.
Y, padre Robert, ¿sabe qué?
De repente, tenía en mi
corazón la certeza de que
Dios existe, de que Dios me
había encontrado y, como
hizo mi papá, me estaba
abrazando. Ahora mismo
siento su perdón llenar todo
mi corazón y toda mi alma.”
: Cuando amamos a
los demás es mucho más
fácil llegar a conocer a Dios.
Un joven que participaba en
la parroquia tenía un
compañero de clase que era
ateo. Ambos eran alumnos
de ciencias en la universi-
dad. Un día, el católico
preguntó a su compañero:
“Si Dios no existe,
¿entonces quien creó el
universo? Su amigo con-
testó: “Se hizo solo.”
 37
Pasaron varias semanas. Un
día, el alumno creyente trajo
a la Universidad una
hermosa maqueta mecánica
del sistema solar. El ateo se
quedó impresionado y le
preguntó: “¿Tú has hecho
eso?” El católico contestó:
“No, en realidad, esta
maqueta se hizo sola.” “Deja
de hablar tonterías,” con-
testó el otro. “Tienes razón
al decir que estoy hablando
tonterías,” le dijo el creyen-
te. “Por supuesto, esta
maqueta no se hizo sola.
Pero si te parece una tontería
decir que la maqueta se hizo
sola, ¿no te das cuenta de
que es una tontería mucho
más grande decir que el
universo, tan complejo e
inmenso, se hizo solo?
: Las obras de la
creación muestran que
nuestro Dios es todopodero-
so e inmensamente sabio.
FE
En una oportunidad, el
catequista invitó a los padres
de familia para participar en
el encuentro de catequesis
con sus hijos. Después de
darles la bienvenida, el
catequista propuso a un niño
dar una definición de fe pero
sin utilizar palabras. Ayuda-
do por el catequista, el niño
se fue acercando a su madre.
No sabía muy bien qué
hacer. Después de un tiempo
de vacilación y con la ayuda
del catequista, se echó al
cuello de su madre y se
quedó colgado de ella. La
madre lo abrazó y lo besó.
El resto de los participantes
contemplaron la escena y
callaron. Después ya vino la
definición, quizás poco
académica pero muy
elocuente: “Fe es colgarse
de Dios y dejarse abrazar y
amar por él.”
: Y yo, ¿cómo
definiría la virtud de la fe?
La matanza de milliones de
judíos durante la segunda
mundial fue uno de los
acontecimientos más
trágicos en la historia de la
humanidad.
Afortunadamente, muchos
judíos lograron salvarse, a
veces apoyados y
escondidos por familias no-
judías. En Francia, una
37
 familia judía se mantuvo
escondida en el sótano de
una casa, y pasaron muchos
meses allí sin poder ver la
luz del sol. Terminada la
guerra, se econtraron estas
palabras en la pared del
sótano donde estuvo
escondida esta familia:
“Creo en el sol
aun cuando no brilla.
Creo en el amor
aun cuando veo solo odio.
Creo en Dios
aun cuando guarda silencio.”
: La fe no significa
solamente creer sin ver, sino
significa también creer sin
comprender.
para apoyar a una anciana de
80 años, quien le informó en
una carta que le habían
robado su cartera con 54
euros que había pedido
prestado. El robo se produjo
cuando la mujer se dirigía al
Hospital Dell'Angelo para
visitar a su esposo grave-
mente enfermo.
: El Papa Francisco
nos recuerda a menudo que
debemos ser generosos con
nuestro dinero. ¿Estoy
utilizando mi dinero para
ayudar a los necesitados?

GENEROSIDAD

Un día el Papa Francisco

recibió un regalo insólito:
una espectacular moto
Harley-Davidson de parte de
la famosa marca. El Papa
firmó la moto y una chama-
En España, existe una
rivalidad entre los Catalanes
rra de cuero y después se
y los Madrileños. Pues bien,
realizó una subasta. El
el tenor Plácido Domingo es
dinero recaudado con la
madrileño y el tenor José
venta llegaba a un total de
Carreras es catalán. Por
353mil dólares, que el Papa
cuestiones políticas, en
donó a un albergue en
1984, Carreras y Domingo
Roma. De esta suma
se enemistaron. Siempre
también utilizó 200 euros

38
 39
muy solicitados en todas
partes del mundo, ambos
hacían constar en sus
contratos que sólo se
presentarían en determinado
espectáculo si el adversario
no fuese invitado.
En 1987, a Carreras le
apareció un enemigo mucho
más implacable que su rival
Plácido Domingo. Lo
sorprendió un diagnóstico
terrible: ¡leucemia! Su lucha
contra el cáncer fue muy
sufrida. Se sometió a varios
tratamientos además del auto
-trasplante de la medula ósea
y un cambio de sangre que lo
obligaba a viajar una vez por
mes a Estados Unidos. En
estas condiciones no podía
trabajar y a pesar de ser
dueño de una razonable
fortuna, los altos costos de
los viajes y del tratamiento
debilitaron sus finanzas.
Cuando no tuvo más condi-
ciones financieras, tomó
conocimiento de la existen-
cia de una fundación en
Madrid, cuya finalidad única
era apoyar el tratamiento de
leucémicos. Gracias al apoyo
de la fundación "Hermosa",
Carreras venció la dolencia y
volvió a cantar. Trató de
asociarse a la fundación y al
leer sus estatutos, descubrió
que el fundador, mayor
colaborador y presidente de
la fundación, era Plácido
Domingo. Luego supo que
este había creado la entidad,
en principio, para atenderlo y
que se había mantenido en el
anonimato para que no se
sintiera humillado por
aceptar auxilio de su
"enemigo". Lo más conmo-
vedor fue el encuentro de los
dos. Sorprendiendo a Plácido
en una de sus presentaciones
en Madrid, Carreras inte-
rrumpió el evento y humilde-
mente, arrodillándose a sus
pies, le pidió disculpas y le
agradeció públicamente.
Plácido lo ayudó a levantarse
y con un fuerte abrazo
sellaron el inicio de una gran
amistad. En una entrevista a
Plácido Domingo, la perio-
dista le preguntó por qué
había creado la fundación
"Hermosa". Su respuesta fue
corta y definitiva: “porque
no se puede perder una voz
como esa…”
: La verdadera
caridad se hace sin particu-
laridades, es decir con
cualquier persona necesitada,
aunque sea mi enemigo o
rival.
39
 donación que ayudará a
darles comida, abrigo,
cuidado médico y
psicológico.
: Y yo, ¿me
acuerdo de tantos niños,
jóvenes y adultos, alrededor
del mundo, que están
sufriendo por culpa de las
guerras, el hambre y la
miseria? ¿Qué estoy hacien-
do por ellos?
Es una obra de caridad
animar a las personas que
están pasando por momentos
muy difíciles. También
Un campesino producía
maíz de primera, y muchas
Cristiano Ronaldo realizó
veces ganaba concursos
este gesto cuando envió un
nacionales por la calidad de
mensaje a los niños de Siria,
su producto. En una
quienes debido a la guerra
entrevista que le hicieron
sufren frío, enfermedades,
compartió su estrategia.
hambre, pérdidas de seres
¿Cuál era? Era muy sencilla:
queridos y muchas cosas
cada año el campesino
más. En su mensaje Ronaldo
compartía las semillas de su
escribió: “Este es un
maíz con los campesinos
mensaje para los niños de
vecinos. El entrevistador
Siria. Sabemos que han
expresó su asombro ante
sufrido mucho. Yo soy un
esta estrategia generosa pero
jugador muy famoso de
el campesino contestó:
fútbol, pero ustedes son los
“Hago eso porque el viento
verdaderos héroes. No
lleva el polen de los campos
pierdan su esperanza. El
vecinos para fertilizar mi
mundo está con ustedes. Nos
maíz. Si mis vecinos tienen
importan. Yo estoy con
un maíz inferior al mío,
ustedes.” Él quiso también
terminan perjudicando mi
agregar su granito de arena
maíz. Para tener maíz de
por medio de una generosa
primera tengo que asegurar

40
 41
que ellos también lo
tengan.”
: Cuando comparti-
mos las cosas buenas que
tenemos, nos enriquecemos
nosotros mismos porque
como decía san Francisco de
Asís: “Hay más alegría en
dar que en recibir.”
El sacerdote cubano Félix
Varela era un hombre de un
corazón muy noble. Un día,
cuando ya estaba viviendo
en Estados Unidos para
evitar de ser capturado por la
policía española, se le acercó
una mujer pobre mientras
que el sacerdote estaba
sentado a la mesa. La mujer
le pidió alguna moneda. El
padre Varela le dijo con
ternura: “No tengo dinero,
pero te regalo esta cuchara a
de plata, la ultima que me
queda de mi querido país.
Véndala y obtendrás lo
necesario para alimentar a
tus hijos.” En ese mismo
momento lavó la cuchara y
se la entregó. La pobre
mujer hizo como le dijo el
padre pero, la pobre terminó
en la comisaría porque la
cuchara tenía las iniciales
del sacerdote y la policía
pensó que se la había
robado. Al enterarse, el
padre Varela fue a la
comisaria para confirmar su
inocencia.
: El padre Varela
decía: “Buscar la gloria de
Dios en todo, santificando
todas nuestras acciones
tendidos hacia el amor al
prójimo.” Es un modelo a
seguir…
GRACIA DE DIOS
Santa Juana de Arco era una
campesina humilde que
recibió el llamado de parte
de Dios para liberar a su país
(Francia) de la invasión
inglesa, que estaba resultan-
do en mucho maltratos y
sufrimientos para los
franceses. Lamentablemente
sufrió traición y persecución
y finalmente fue encarcelada
y juzgada. En cierta ocasión,
siendo Juana de Arco
interrogada acerca de su
conocimiento de estar o no
en gracia de Dios, respon-
dió: “Si no lo estoy, que
Dios me quiera poner en
ella; si lo estoy, que Dios me
41
 quiera conservar en ella.” HABLAR BIEN DE LOS
: ¿Yo estoy en la DEMÁS
gracia de Dios? ¿Qué tengo
que hacer si no lo estoy?

Santa Faustina es la apóstol

de la Divina Misericordia,
por sus revelaciones de
Jesús Misericordioso y el
llamado concreto que él le
hizo.
El cuadro de Jesús Miseri-
cordioso fue pintado a
pedido del beato P. Sopoc-
ko, confesor de la santa.
Faustina, al ver que Jesús no
estaba tan bello como lo era
en las visiones que ella
tenía, se entristeció y se
quejaba llorando: “¿Quién A lo largo de su vida José
te pintará tan bello como Martí sufrió mucho, no
eres?” solamente en su niñez y
juventud, sino también en su
En respuesta a su pregunta,
vida adulta. Sufrió pobreza,
oyó una voz que le decía:
incomprensiones, hostilidad
“Ni en la belleza de la
y persecuciones. Sin
pintura ni en del pincel
embargo él tenía un concep-
consiste la grandeza de este
to muy positivo de la
cuadro, sino en mi Gracia.”
naturaleza humana y a veces
: ¡Qué hermosa es decía a sus amigos: “No hay
la gracia de Dios! ¿Qué quien no tenga algo bueno,
podríamos hacer sin ella? falta saberlo descubrir.”
: ¿Trato de descu-
brir las cosas buenas que
tienen los demás, especial-

42
 43
mente las personas que
tienen un carácter
difícil?
Víctor Hugo, autor de obras
literarias como El jorobado
de Notre Dame y Los
Miserables, tenía una
costumbre muy particular.
Cuando invitaba a algunos
amigos a cenar con él,
colocaba una silla vacía con
un letrero que decía: “Los
ausentes están aquí.” Por
medio de este gesto sencillo
comunicaba a sus amigos el
deseo de no hablar mal de
nadie, especialmente de las
personas que no estaban
presentes.
: ¿Tengo el vicio de
hablar mal de los demás?
Jesús nos dijo: “Hagan
ustedes con los demás como
quieren que los demás hagan
con ustedes” (Lc 6, 31).
Un hombre irlandés que
había sido ladrón, bo-
rrachón, agresivo y ateo
falleció de manera violenta.
Al enterarse, muchos
conciudadanos se alegraron
por su muerte. Muy pocas
personas fueron al velorio, y
al salir de ello, tenían
comentarios muy negativos
sobre él. Pero una ancianita
dijo: “Ciertamente sabía
silbar. Me gustaba oírlo
cuando pasaba todas las
mañanas por debajo de mi
ventana. Le echaré mucho
de menos.”
Es tan fácil
encontrar los defectos de los
demás que fijarnos en lo
positivo es casi un arte.
¿Estoy tratando de desarro-
llar este arte en mí? Jesús
nos dijo: “¿Por qué te pones
a mirar la astilla que tiene tu
hermano en el ojo, y no te
fijas en el tronco que tienes
en el tuyo? … Saca primero
el tronco de tu propio ojo, y
así podrás ver bien para
sacar la astilla que tiene tu
hermano en el suyo” (Lc 6,
41-42).
HUMILDAD
Siendo ya santa Bernardita,
la vidente de las apariciones
de la Virgen en Lourdes,
religiosa de las Hermanas de
la Caridad de Nevers,
43
 quienes se ocupaban de la
escuela y del hospital, un día
una hermana religiosa le
enseñó una foto de los
lugares de Lourdes y
manifestaba la grandeza de
haber sido elegida para tan
gran don. Bernardita se
limitó a sonreír y, con
aparente ingenuidad,
preguntó: “Hermana, ¿para
qué sirve una escoba?”
“Para barrer,” contestó la
otra religiosa.
Bernardita siguió preguntan-
do: “¿Y después?”
“Se guarda en su sitio, detrás
de la puerta,” contestó.
“Así ha hecho la Virgen
conmigo. Me usó y me ha
vuelto a poner en mi sitio. Y
yo estoy muy bien así,”
concluyó santa Bernardita.
: Los santos tenían
un solo deseo: ser instru-
mentos dóciles en las manos
de Dios.
En cierta ocasión le pregun-
taron al santo Cura de
Ars: “¿Por qué se detiene
tanto tiempo, después de la
consagración, contemplando
la sagrada Hostia?”
Su respuesta revela su
profunda humildad: “Por si
44
no tengo la dicha de contem-
plarlo en el Cielo.”
: Los santos eran
personas muy humildes y se
consideraban grandes
pecadores. Y yo, ¿cómo me
considero?
Santo Tomás de Aquino fue
un religioso dominico de
una inteligencia sublime.
Escribió una obra llamada
Suma Teológica, que hasta
el día de hoy es considerada
uno de los tratados más
profundos sobre Dios.
Además de ser muy sabio,
era también un hombre muy
espiritual que tuvo una
relación muy profunda con
Dios. Al final de su vida
expresó el deseo de quemar
todas sus obras, incluso la
Suma Teológica, porque,
decía, es como paja en
comparación con la grande-
za de Dios.
: Nunca debemos
enorgullecernos de nuestras
obras. Santiago escribe:
“Dios se opone a los
orgullosos, pero trata con
bondad a los humil-
des” (Sant 4, 6).
 45
La Madre Teresa de Calcuta
fue seguramente una de las
figuras principales del siglo
veinte. Su decisión de dejar
la comodidad del convento
en el cual vivía en la India y
dedicarse a los más pobres
de los pobres sigue inspiran-
do a muchos. Durante su
vida ella fundó miles de
casas hogares para huérfa-
nos, enfermos y agonizantes
en cada rincón del mundo.
Viajó incansablemente,
habló a favor de los dere-
chos humanos, luchó contra
el aborto y mereció ganar el
Premio Nobel de la Paz en
1979. Sin embargo, en las
entrevistas que ella daba,
siempre decía: “Yo soy solo
un lápiz en las manos del
Señor…” No lo decía para
aparentar; lo decía por la
humildad que ella tenía en
su corazón y por creer
firmemente que el verdadero
protagonista de su trabajo
era el Señor.
: ¿Estoy tratando
de ser un lápiz en las manos
del Señor? ¿Le estoy
dejando escribir todo lo que
quiere él por medio de mi
vida?
HUMILLACIONES
Un prelado visitaba a santa
Gema, y ella, por obedien-
cia, tuvo que presentarse;
sólo que, antes de hacerlo,
cuidó de agarrar un enorme
gato que había en la casa y
se presentó ante el prelado
con dicho gato en los brazos,
acariciándolo y haciéndole
monerías. El prelado, que
ignoraba por completo que
aquella era la primera vez
que Gema tomaba en sus
brazos a semejante animal, y
que lo había hecho solo
buscando una humillación
(para no pretender que la
tomen por santa), cayó en el
juego. “Creía visitar a una
santa y me encuentro con
una idiota,” dijo el prelado.
Le volvió la espalda y sólo
tuvo un gesto de desprecio
hacia ella. Ella también se
dio vuelta y con el gato en
45
brazos, contenta, se ausentó
de la sala.
: Cristo fue insulta-
do y humillado. Sus discípu-
los también deben estar
dispuestos a aceptar las
humillaciones.
HUMOR
El Papa Juan XXIII era un
hombre muy simpático y con
buen sentido de humor. Un
día visitó un hospital
llamado “Hospital del
Espíritu Santo”, a cargo de
unas religiosas. Cuando el
Papa llegó al hospital, la
superiora lo recibió muy
emocionada y le dijo muy
nerviosa: “Santidad, soy la
superiora del Espíritu
Santo.”
Para calmarla, le dijo con
una sonrisa de oreja a oreja:
“Le felicito, hermana! ¡Yo
sólo he podido llegar a ser
vicario de Cristo.”
: Un poco de humor
ayuda a disipar muchos
nervios y también mucha
tensión.
46
En otra oportunidad, el Papa
Juan XXIII recibió a un
senador norteamericano,
quien quiso informarle que
no era católico diciéndo-
le: “Santidad, yo soy
bautista.”
A lo que el papa Juan XXIII
contestó con la sonrisa que le
caracterizaba: “Y yo soy
Juan. De modo que ya
estamos completos. Se
refería, por supuesto, a san
Juan Bautista, el precursor
de Jesús.
: Siempre debemos
buscar lo que nos une, y no
lo que nos divide.
Una vez un paisano del
Padre Pío tenía un fuertísimo
dolor de muelas. Como el
dolor no lo dejaba tranquilo
su esposa le dijo: “¿Por qué
no rezas al Padre Pío para
que te quite el dolor de
muelas? Mira aquí está su
foto, rézale.”
El hombre se enojó y gritó
furibundo: “¿Con el dolor
que tengo quieres que me
ponga a rezar?” Inmediata-
mente cogió un zapato y lo
 47
lanzó con todas sus fuerzas
contra la foto del padre Pío.
Algunos meses más tarde su
esposa lo convenció de irse a
confesar con el Padre Pío a
San Giovanni Rotondo. Se
arrodilló en el confesionario
del Padre y, luego de decir
todos los pecados de los que
se acordaba, el Padre le
dijo: “¿Qué más recuerdas?”
“Nada más,” contestó el
hombre. “¿Nada más? ¡¿Y
qué hay del zapatazo que me
diste en plena cara?!” le dijo
el padre Pío.
: En la confesión es
muy importante mencionar
todos los pecados para poder
recibir el perdón de Dios.
IGLESIA
capturarían a él también. Él
empezó a repartir los bienes
de la Iglesia con generosidad
hasta que no quedaba casi
nada. Finalmente fue
capturado y le ordenaron
entregar el tesoro de la
Iglesia. Lorenzo pidió tres
días para juntar todos los
bienes.
Cuando los tres días pasaron
y los soldados fueron
adonde estaba Lorenzo,
encontraron una multitud de
pobres, ciegos, cojos y
leprosos. “Aquí está el
tesoro de la Iglesia,” declaró
Lorenzo. Los oficiales
estaban furiosos y lo
ejecutaron de forma muy
cruel, quemándolo encima
de una parrilla.

San Lorenzo era un diácono

que servía al Papa Sixto en
Roma en el Siglo 3. Él
estaba encargado de los
bienes de la Iglesia, y con
ellos apoyaba a muchos
pobres de la ciudad. Cuando
estalló una terrible
persecución en contra de la
Iglesia, el Papa fue
capturado y Lorenzo sabía
que seguramente lo

47
 : A lo largo de los
veinte siglos de su historia,
la Iglesia Católica siempre se
ha caracterizado por su
generosidad con los más
pobres y por invertir mucho
dinero para construir
escuelas, hospitales,
orfanatos, asilos y hogares
para los ancianos y los
discapacitados, incluso en
épocas cuando las
autoridades civiles y
políticas no se preocupaban
en nada por tales proyectos.
El párroco de un pequeño
pueblo estaba preocupado
porque uno de los filegreses,
que siempre participaba en la
misa, de repente dejó de
asistir, por lo tanto decidió
visitarlo para averiguar a qué
se debía eso. Hacía mucho
frío. El hombre le abrió la
puerta y le acompañó a un
cuarto donde había un fuego
encendido y un par de
poltronas cómodas. Le invitó
tomar asiento y cuando el
sacerdote le preguntó por
qué ya no participaba en la
parroquia, el hombre
contestó: “Padre, yo sigo
creyendo en Dios y en Jesús,
pero ¿para qué debería ir a la
48
Iglesia? ¿No puedo orar y
leer la Biblia en mi casa?”
El sacerdote no dijo nada.
De repente cogió con un
hierro un carbón ardiente y
lo colocó en un lugar
solitario. El hombre le
miraba con mucha
curiosidad. Luego de unos
minutos, el carbón se apagó
y se enfrió. Despues, el
sacerdote se despidió y
regresó a su casa.
El hombre entendió el
mensaje muy bien. Así como
ese carbón, su fe
seguramente se iba a apagar
lejos de la comunidad y de la
parroquia. El siguiente
domingo, estaba en la
primera fila para la misa de
las siete de la mañana.
: Algunos dicen que
creen en Dios, pero no creen
en la Iglesia. Sin embargo, la
Iglesia es precisamente el
regalo de Dios para
mantener y fortalecer la fe de
los fieles, porque el ser
humano es un ser social que
necesita de los demás.
 49
JESÚS
La gente que vivió en la
época del gran filósofo
Aristóteles, tenía un respeto
tan grande hacia él, que
cuando en una discusión,
alguien decía: “¡Así dijo
Aristóteles!” paraban todos
los argumentos.
: Y yo ¿qué actitud
tengo hacia Jesús de
Nazaret? ¿Creo verdadera-
mente en sus palabras?
En una aldea italiana,
durante la guerra mundial,
sufrió muchos daños el
templo parroquial a causa de
los bombardeos. Allí se
guardaba una imagen de
Cristo crucificado, de gran
devoción en la comarca y de
notable valor artístico.
Como resultado de una de
las bombas, la imagen
perdió los dos brazos.
Cuando terminó la guerra,
los fieles se plantearon qué
podían hacer con el crucifi-
jo. Varios sugirieron
encargarle a algún artista
que reparara la imagen. Pero
el párroco quiso que el
crucifijo quedara sin los
brazos y debajo del crucifijo
escribió la frase: “Ya no
tengo brazos. Sean ustedes
mis brazos.”
: ¿Estoy siendo los
brazos y los pies de Jesús?
¿Estoy dejando que él actúe
en el mundo por medio de
mi persona?
Un millonario, apasionado
por el arte tenía una colec-
ción de cuadros de grandes
artistas. Su hijo fue a la
guerra y murió mientras
salvaba a otro soldado. Un
día, alguien tocó a la puerta
de su casa. Era un joven
quien le dijo: “Señor, yo soy
el soldado a quien su hijo
salvó. No tengo manera de
agradecerle a usted y a su
hijo por salvarme la vida.
Quisiera que aceptara este
pequeño obsequio de mi
parte.” El señor abrió el
paquete y encontró un
retrato de su hijo, pintado
por el joven soldado. No era
una obra de arte pero era un
buen esfuerzo y los ojos de
su hijo tenían una expresión
muy significativa. Le
agradeció mucho y colgó el
49
 retrato en un lugar muy
prominente de su casa.
Cuando el señor murió, se
anunció una subasta de todas
las pinturas que poseía, la
cual se realizaría en la
misma casa donde había
vivido. Acudieron expertos
de arte de todo el mundo y
cuando llegó la hora
indicada, el subastador dijo:
“Empezaremos con este
retrato del hijo. ¿Quién
ofrece por este retrato?
Alguien le dijo molesto:
“Queremos las pinturas
famosas. Ese retrato no tiene
ningún valor.” El subastador
no se desanimó y reiteró: “El
hijo, el hijo, ¿quién se lleva
al hijo?”
Finalmente un ancianito,
quien había sido el jardinero
del millonario, dijo: “Yo.
Pero solo tengo $50 dóla-
res.” Cuando el subastador
vio que nadie quería ofrecer
más declaró: “Vendido por
$50. Muchas gracias
señores. La subasta llegó a
su final.” “¿Y los cuadros de
los famosos artistas?”
preguntó atónita la audien-
cia. “El testamento del
dueño decía claramente,”
contestó el subastador, “El
50
que se quede con El Hijo, se
queda con todo.”
: Quien tiene a
Jesús, lo tiene todo. ¿Ya he
experimentado esta verdad
en mi vida?
JUICIO FINAL
Cuentan que un catedrático
de una famosa universidad
estaba dando un discurso a
un grupo de abogados que
acababan de graduarse.
Después de felicitarles,
quiso aconsejar a los jóvenes
que no se dejaran llevar
demasiado por la riqueza, la
fama y el poder. Les dijo:
“Algún día, cada uno de
ustedes se encontrará con
alguien a quien no le
interesen absolutamente
estas cosas. Lo único que
tomará en cuenta será el
servicio que habrán brindado
a los más débiles e indefen-
sos. No olviden estas
palabras. Todo lo que han
aprendido en esta universi-
dad les servirá durante su
vida, pero estas palabras les
serán muy útiles por toda la
eternidad.”
 51
: Palabras muy verdaderos amigos, a
sabias, no solamente para los quienes regaló enormes
jóvenes abogados, sino cantidades de dinero.
también para nosotros, ¿no
: Algún día, Jesús
te parece?
regresará con toda su gloria.
Y solo premiará a aquellos
que han sido solidarios con
él en la persona de los
Cuenta una leyenda que en necesitados.
la época de la conquista, un
ciudadano español viajó al LOS CAMINOS DEL
nuevo mundo para buscar
oro. Tuvo suerte y llegó a SEÑOR
ser muy rico. Cuando tenía
suficiente oro decidió
regresar a España para
compartir su riqueza con sus
amigos, pero, decidió
averiguar quiénes eran
realmente sus verdaderos
amigos. Así que al llegar a
España, se disfrazó de
mendigo y empezó a tocar a
las puertas de sus viejos
amigos. Algunos, al pensar
que lo había perdido todo, lo
trataron mal y no quisieron
saber nada de él. Otros, al
verlo en esa condición,
fueron solidarios con él y lo
trataron con mucho cariño.
Después de unas semanas,
decidió manifestarse en toda
su riqueza. Organizó una La película “Alma de
gran fiesta para celebrar su surfista” está basada en la
regreso y, por supuesto, vida de Bethany Hamilton.
invitó solamente a los Bethany era una chica alegre

51
 que soñaba con ser una
surfista profesional. Un día,
cuando estaba surfeando en
una playa en Hawái, un
tiburón le arrancó su brazo
izquierdo. La llevaron al
hospital y los médicos
lograron salvar su vida, pero
al darse cuenta de que desde
ahora en adelante tendría un
solo brazo, se dejó llevar por
la desesperación. Angustiada
preguntó a una amiga de su
iglesia: “¿Por qué me
sucedió eso? ¿Por qué a mí?
La película muestra cómo
Bethany logra salir de su
depresión, regresar a surfear
e incluso participar en
concursos de surf. Por medio
de su valentía y de sus
logros, se convierte en
modelo e inspiración para
muchos adolescentes y
jóvenes alrededor del
mundo, y así sigue siendo
hasta ahora.
Cuando un reportero le
preguntó: “Si pudieras,
¿cambiarías algo en tu
vida?” Ella contestó: “No,
no cambiaría nada, ni
siquiera el ataque del
tiburón, porque con un solo
brazo logro abrazar muchas
más personas que lo que
hubiera podido hacer con
52
dos”. Ciertamente el ataque
del tiburón no era decisión
de Dios, y menos un castigo
para ella, pero con su ayuda
logró convertir un evento tan
traumático en fuente de
inspiración y esperanza.
: Los problemas y
los momentos difíciles no
son experiencias agradables,
pero nos ayudan a ser
valientes y dar lo mejor de
nosotros. Por lo tanto
debemos agradecer al Señor
cuando lleguen.
Un autor escribió: “Cuando
yo era pequeño, mi mamá
solía coser mucho. Yo me
sentaba cerca de ella y le
preguntaba qué estaba
haciendo. Ella me respondía
que estaba bordando. Yo
observaba su trabajo desde
una posición más baja que la
de donde estaba sentada ella;
así que siempre me quejaba
diciéndole que desde mi
punto de vista, lo que estaba
haciendo me parecía muy
confuso y mal elaborado.
Ella sonreía, miraba hacia
abajo y gentilmente me
decía: “Hijo, ve afuera a
jugar un rato, y cuando haya
terminado mi bordado, te
 53
pondré sobre mi regazo y te
dejaré verlo todo desde
arriba”. Unos minutos más
tarde, escuchaba la voz de
mi mamá diciéndome:
“Hijo, ven y siéntate aquí”.
Yo lo hacía de inmediato y
me sorprendía y emocionaba
al ver la hermosa flor o el
bello atardecer en el borda-
do. No podía creerlo, desde
abajo se veía tan confuso…
Entonces mi madre me
explicaba: “Hijo, desde
abajo lo veías confuso y
desordenado, pero no te
dabas cuenta de que había
un plan arriba. Existía un
diseño, solo lo estaba
siguiendo. Ahora, al verlo
desde arriba, ya sabes lo que
estaba elaborando.”
: Muchas veces no
entendemos el porqué de
algunas cosas. Pero debemos
confiar en la sabiduría y
providencia de Dios. Algún
día, con su ayuda, lograre-
mos entender.
MANSEDUMBRE
Tenemos muchos ejemplos
de mansedumbre que nos
inspiran y edifican. Uno de
los ejemplos más impactan-
tes es del Papa san Juan
Pablo II. El 13 de mayo del
1981, el Papa Juan Pablo II
fue herido gravemente por
un francotirador cuando
estaba en la plaza del
Vaticano. Durante unos días
estuvo entre la vida y la
muerte. Cuando logró
recuperarse, el Papa pública-
mente perdonó al francotira-
dor, lo llamó “hermano” y
fue a verlo a la cárcel.
Además, el Papa pidió al
gobierno italiano liberarlo
para que pudiera regresar a
su país. Ali Agcha, el
francotirador, se quedó tan
impresionado con la actitud
mansa del Papa Juan Pablo
II que en febrero del 2005,
cuando el Papa estaba muy
enfermo, le escribió una
carta para agradecerle y
pedirle perdón, y cuando el
53
Papa falleció, fue a visitar su
tumba en el Vaticano.
: Es importante
recordar las palabras de
Jesús: “Amen a sus enemi-
gos, y oren por quienes los
persiguen. Así serán hijos de
su Padre que está en el
cielo” (Mt 5, 44).
José Martí, el héroe cubano,
estaba en Madrid caminando
por una calle. De repente
tropezó con un carretero y
este último, se enojó y
empezó a insultarlo vulgar-
mente. Martí mantuvo la
calma, se disculpó y empezó
a conversar amablemente
con él. Al final le dio una
moneda y le dijo: “Compra
unos dulcecitos de parte mía
para tus hijitos”. El carretero
se quedó muy impresionado
con la nobleza de ese señor.
: Cuando nos tratan
mal, nunca debemos pagar
con la misma moneda. Más
bien, como nos dice san
Pablo: “No te dejes vencer
por el mal. Al contrario,
vence el mal con el
bien” (Rom 12, 21).
54
MATRIMONIO
En la película “Shadow of
the Hawk” (La sombra del
halcón) una pareja joven y
un guía estadunidense subían
el camino de una montaña.
En un cierto punto, la esposa
se desplomó sobre el terreno
y dijo: “No puedo dar ni un
paso más.”
Su esposo la levantó y le
dijo: “Querida, debemos
continuar. No tenemos
alternativa.” “No puedo
hacerlo,” reiteró ella.
Entonces el guía dijo al
joven: “Abrázala fuerte,
sostenla en tu corazón y deja
fluir la fortaleza y el amor de
tu cuerpo hacia el cuerpo de
ella.”
El joven hizo esto y después
de unos minutos su esposa
sonrió y dijo: “Ahora estoy
lista. Puedo seguir el
camino.”
: El matrimonio es
un sacramento muy hermo-
so, una manifestación de
amor verdadero.
 55
El actor Mark Wahlberg es
uno de los actores más
populares hoy en día. En una
entrevista a la revista Time,
Mark, quien en su juventud
se había dedicado a vender
droga y pasó varios meses en
la cárcel, habla de su conver-
sión y se declara ferviente-
mente católico. Dice: “Me
paso una gran parte de mi día
dando gracias a Dios por
todas las bendiciones que me
ha concedido… todo lo
bueno que ha sucedido en mi
vida ha sido a causa de mi
fe.”
Aunque tiene una carrera
brillante, su prioridad es su fe
y su familia. Él declara:
“Antes de aceptar un papel,
quiero asegurarme de que me
queda tiempo para mis hijos
y puedo estar comprometido
con cada aspecto de su vida.
Mi mujer y yo tratamos de
inculcarles los valores más
importantes, y la fe es el más
importante”. En otra oportu-
nidad también dijo que el
mejor papel que había tenido
era ser padre de familia.
: El trabajo es muy
importante, pero para los
padres de familia la prioridad
deben ser sus hijos. ¡Ojalá
que haya más personas como
Mark Wahlberg que hagan de
todo para dedicar tiempo a
sus familias y a la educación
de sus hijos!
MILAGROS
EUCARÍSTICOS
Para fortalecer nuestra fe en
la Eucaristía, Dios permitió
que se realizaran varios
milagros Eucarísticos a lo
largo de la historia. Uno de
los más asombrosos ocurrió
en Lanciano, Italia. Alrede-
55
dor del año 700 d.C vivía un
monje que pasaba por un
tiempo de dudas sobre la
presencia real de Nuestro
Señor Jesús en la Eucaristía.
Una mañana, después de
haber pronunciado las
palabras de la consagración,
vio la Santa Hostia convir-
tiéndose en un trozo de carne
y el vino en sangre visible. Al
ver este gran milagro empezó
a temblar y comenzó a llorar
de gozo y agradecimiento.
Como en esa época el
sacerdote celebraba la Santa
Misa de espaldas a los fieles,
nadie se enteró del milagro
hasta que el monje se volteó En una oportunidad san
y dijo: “¡Oh, dichosos Antonio quiso convencer a un
testigos a quienes el Santísi- hombre sobre la presencia
mo Dios, para destruir mi real de Jesucristo en la
falta de fe, ha querido Eucaristía. Le dijo al hombre
revelárseles él mismo en este que dejara su mula con
Bendito Sacramento y hambre durante tres días y
hacerse visible ante nuestros después traerla a la plaza
ojos! Vengan hermanos y frente a la Iglesia. Así lo
maravíllense ante nuestro hizo.
Dios tan cerca de nosotros. El día establecido, colocaron
Contemplen la Carne y la forraje en una parte de la
Sangre de nuestro amado plaza y en el otro lado estaba
Cristo.” san Antonio llevando con
: ¿Creo verdadera- gran reverencia el cuerpo del
mente en las palabras de Señor. La mula hambrienta
Jesús: “Tomen y coman, este fue llevada fuera del establo
es mi cuerpo… tomen y y se le mostraron los alimen-
beban, esta es mi sangre”? tos apetitosos. San Antonio le

56
 57
dijo: “En virtud y en nombre
del Creador, que yo, por
indigno que sea, tengo de
verdad entre mis manos, te
digo oh animal, y te ordeno
que te acerques rápidamente
con humildad y le presentes
la debida veneración, para
que los malvados herejes
comprendan claramente con
este gesto que todas las
criaturas están sujetas a su
Creador.”
El siervo de Dios ni siquiera
había acabado de pronunciar
estas palabras, cuando el
animal, dejando a un lado el
forraje, inclinándose y
bajando la cabeza, se acercó
y se arrodilló delante del
sacramento del cuerpo de
Cristo.
: ¿Estoy dejando de
lado algunas cosas que me
gustan para visitar a Jesús en
el Sagrario y participar en la
misa?
MISTERIO DE LA
SANTÍSIMA TRINIDAD
Cierta vez, se paseaba San
Agustín, cerca de una playa,
meditando sobre la Santísima
Trinidad y cómo era posible
que hubiera tres personas en
un mismo y único Dios.
En esto, se encuentró con un
niño que, sentado en la arena,
intentaba llenar un baldecito
con arena. El santo, entonces,
le preguntó: “¿Qué estás
haciendo?” El niño le
respondió: “Quiero poner
toda la arena de esta playa en
este baldecito.” “¡Pero eso es
imposible!” protestó el santo.
“No más imposible de lo que
es para ti entender o explicar
el misterio de la Santísima
Trinidad,” dijo el niño. Dicho
esto, el muchachito desapare-
ció.
: Dios es tan grande,
y nosotros, en comparación,
somos tan pequeños, que
nunca lograremos entender
sus caminos.
NAVIDAD
San Francisco amaba mucho
a la Navidad. Para celebrar
esta fiesta, organizó el primer
nacimiento viviente en
Greccio, con varias personas
del lugar disfrazados de
María, José, los pastores y los
Reyes Magos. En la noche de
57
Navidad tuvo una visión: vio
que en el pesebre yacía
inmóvil un niño pequeño, que
se despertó del sueño
precisamente por su misma
cercanía. Mucha gente se
acercó para contemplar este
acontecimiento.
: Gracias a san
Francisco, el pueblo cristiano
ha podido percibir que en
Navidad Dios ha llegado a
ser verdaderamente el
«Emmanuel», el Dios-con-
nosotros, del que nada nos
puede nos separar.
Cuenta una antigua leyenda
rusa que en un palacio muy
hermoso vivía el príncipe
Alexis. Era un joven muy
generoso que tenía mucha
compasión por la gente pobre
de su reino. Regalaba ropa,
comida, y medicamentos,
pero cuando se acercaba a la
gente pobre, ellos tenían
vergüenza y miedo de
acercarse a él.
Un día se esparció la noticia
de que el Príncipe había
viajado a una tierra lejana y
nadie sabía cuando regresar-
ía. Unos días después, en una
de las aldeas más pobres,
58
apareció un joven vestido de
campesino. Alquiló un cuarto
pequeño y como era bien
instruido, empezó a dedicarse
a enseñar a los niños y
jóvenes para escribir y leer. A
la vez también visitaba a los
enfermos y ancianos.
Siempre estaba dispuesto a
ayudar y hablaba de manera
tan sencilla y sabia que la
gente le contaba sus alegrías
y sus penas, sus problemas y
sus triunfos. Pasaron los años
y el joven se enfermó y
murió. Cuando falleció toda
la gente de la aldea se
quedaron sorprendidos. Para
el funeral aparecieron los
dignatarios más importantes
del país. Entonces se dieron
cuenta de que aquel joven
que había vivido tantos años
entre ellos, era nada menos
que el príncipe Alexis, que
había dejado sus riquezas y
su palacio para vivir entre la
gente sencilla, sufrir con ellos
y ganar su amistad.
: Esta anécdota es
una leyenda ficticia. Pero hay
un hecho histórico aún más
asombroso. Dios se hace
hombre y viene a habitar
entre nosotros.
 59

NO JUZGAR
San Jorge Preca tenía un
amor muy grande hacia la
encarnación de Jesucristo y
se entristecía al observar que
muchas personas celebraban
esta fiesta pero olvidándose
del nacimiento de nuestro
Señor. Por lo tanto, en la
Navidad de 1912, él quiso
hacer algo muy especial para
celebrar este acontecimiento.
Tomó prestado una imagen
del niño Jesús que pertenecía
a un religioso franciscano y
con los socios y niños de la
Sociead que él fundó,
realizaron una procesión por Hay una anécdota muy
las calles de Hamrun, su interesante en la vida del
pueblo natal, cantando Papa Francisco que personal-
villancicos y llevando mente me impresiona mucho.
antorchas. Hoy en día la Cuando el Papa Francisco
procesión de Navidad se estaba en el avión regresando
realiza en todos los países en de la Jornada Mundial de los
los cuales se encuentra la jóvenes que se realizó en Rio
Sociedad de la Doctrina de Janeiro en 2013, aceptó
Cristiana. contestar algunas preguntas
por parte de algunos reporte-
: ¿Qué significa la ros. Una reportera le pre-
Navidad para mí? ¿Cómo la guntó su opinión sobre los
celebro? homosexuales. Probablemen-
te la reportera pensó que el
Papa iba a condenarlos, o
quizás esperaba que el Papa
los defendiera y así poder
publicar el “escándalo”. El
Papa Francisco contestó de
manera tan impactante como

59
inesperada: “¿Quién soy yo
para juzgar?”. Si el Papa,
Vicario de Cristo, elegido
como cabeza de la Iglesia del
Señor, fuente de tanta
santidad y sabiduría, no se
siente digno de juzgar,
¡cuánto menos deberíamos
sentirnos dignos de juzgar
nosotros!
: No nos olvidemos
tampoco las palabras de la
Madre Teresa de Calcuta:
“Si tú juzgas a la gente, no
tienes tiempo para amarla.” Y
si no amamos, ¿qué clase de
católicos somos?”
Uno de los monjes de un
monasterio cometió un
pecado y fue descubierto. Por
tanto, los ancianos y los jefes
del monasterio se reunieron
para acusarlo y mandaron a
llamar al Abad Moisés para
reunirse con ellos. Este, sin
embargo, se negó a ir. El
superior volvió a llamarlo
diciéndole: “Ven pronto
porque toda la comunidad te
está esperando.” El Abad
Moisés obedeció, pero antes
de ir encontró un saco viejo,
con huecos, y lo llenó con
arena. Luego empezó a
caminar arrastrándolo detrás
60
de él. Los ancianos salieron a
su encuentro y cuando lo
vieron con ese saco le
preguntaron: “¿Qué te pasa,
Padre? ¿Ese saco qué
significa?” Y el Abad Moisés
les contestó: “¡Mis pecados
son como esta arena, me
persiguen pero yo no los veo,
y hoy yo he venido para
juzgar el pecado de un
hermano mío!” Cuando
escucharon eso, los demás no
dijeron nada y perdonaron al
hermano que se había
equivocado.
: Jesús nos dijo
claramente: “Pues Dios los
juzgará a ustedes de la misma
manera en que ustedes
juzguen a otros” (Mt 7, 2).
Estaba sola. Aunque el sol
brillaba, alrededor de ella
había una frialdad espantosa.
Su corazón latía fuerte
porque sabía muy bien lo que
la ley decía sobre las mujeres
adúlteras. Y sabía también
que aquellos que la rodeaban,
estaban determinados a
cumplir esa ley. De repente
reinó el silencio y poco
después, una voz dijo:
“Aquel de ustedes que no
 61
tenga pecado, que le tire la
primera piedra” (Jn 8,7). La
gente empezó a retirarse, y al
final, quedó solo aquel que
tuvo la valentía de enfrentar-
se a la multitud que sudaba
odio y venganza. Se acercó y
le dijo: “Mujer, ¿dónde
están? ¿Ninguno te ha
condenado?...Tampoco yo te
condeno; ahora, vete y no
vuelvas a pecar” (Jn 8, 11).
: Jesús es el único
que podía condenar a la
mujer, y no lo hizo. ¿Quién
soy yo para atreverme a
juzgar a mi prójimo?
Una joven esperaba el
embarque de su vuelo en un
gran aeropuerto. Como tenía
una larga espera ante sí,
decidió comprarse un buen
libro y también se compró un
paquete de galletas. Se sentó
lo más cómodamente que
pudo, y se puso tranquila-
mente a leer. Al lado de su
asiento donde se encontraba
el paquete de galletas, un
hombre abrió una revista y se
puso a leer. Cuando ella
cogió la primera galleta, el
hombre también cogió una.
Ella se sintió irritada por este
comportamiento, pero no dijo
nada, contentándose con
pensar: “¡Qué descarado!”
Cada vez que ella cogía una
galleta, el hombre hacía lo
mismo. Ella se iba enfadando
cada vez más, pero no quería
hacer un espectáculo. Cuando
sólo quedaba una galleta,
pensó: “Y ahora ¿qué va a
hacer este sinvergüenza?” El
hombre cogió la última
galleta, la partió en dos y le
dio la mitad. Bueno, esto ya
era demasiado... ¡Ella estaba
muy enfadada!
En un arranque de cólera,
cogió su libro y sus cosas y
salió disparada hacia la sala
de embarque. Cuando se
sentó en su asiento del avión,
abrió su bolso y ... ¡con gran
sorpresa descubrió su paquete
de galletas intacto y cerrado!
¡Se sintió tan mal! No
comprendía cómo se había
podido equivocar... Había
olvidado que guardó su
paquete de galletas en su
bolso. El hombre había
compartido con ella sus
galletas sin ningún problema,
sin rencor, sin explicaciones
de ningún tipo...mientras ella
se había enfadado tanto,
pensando que había tenido
que compartir sus galletas
con él... y ahora ya no tenía
61
ninguna posibilidad de
explicarle ni de pedirle
disculpas.
: Cuando juzgamos
a los demás, es muy fácil
equivocarnos, así que, ¡mejor
evitar hacerlo!

OBEDIENCIA

En mayo de 1909, después

de escuchar muchas calum-
nias sobre el padre Jorge
Preca, el Vicario General de
la diócesis de Malta, su país
natal, lo citó al Obispado y le
mandó a cerrar todos los
centros de catequesis que
había abierto en pueblos
diferentes. El padre Jorge
contestó: “Ustedes son los
superiores y yo su subordina-
do, tengo que obedecerles;
cerraré todos los centros.”
Pero solamente logró cerrar
un centro porque los párrocos
se dirigieron al obispado y
dijeron al Vicario: “¡Estaban
haciendo mucho bien al
enseñar la doctrina!”
Entonces el Vicario se
retractó y dejó que todo
marchase como antes.
: Nunca es fácil
obedecer, pero San Jorge
Preca nos enseña que no hay
santidad sin obediencia.
ORACIÓN
San Bernardo tuvo una
visión muy extraña. Vio
varias personas rezando
dentro de una Iglesia, y al
costado de cada una había un
ángel escribiendo en un libro.
Algunos ángeles escribían
con letras de oro, otros con
letras de plata, otros con tinta
normal y otros con agua. Al
exigir una explicación, uno
de los ángeles le dijo:
“Escribimos con oro las

62
 63
oraciones hechas con amor;
con plata, las oraciones
hechas con fe; con tinta, las
oraciones hechas con
atención; con agua, las
oraciones hechas tan sólo con
los labios.”
: Jesús citó al
profeta Isaías quien dijo:
“Este pueblo me honra con la
boca pero su corazón está
lejos de mí” (Mt 15, 8). Y
nos dijo también: “Dios es
Espíritu, y los que lo adoran
deben hacerlo en espíritu y en
verdad.” (Jn 4, 24). Y yo,
¿cómo rezo?
Un día la Madre Teresa se
encontró con un arzobispo y
le preguntó: “¿Cuántas horas
reza por día?” El arzobispo se
quedó sorprendido con esta
pregunta personal. Pero ella
siguió: “Hijo mío, sin Dios
somos demasiado pobres para
poder ayudar a los pobres.
Recuerda: yo soy sólo una
pobre mujer que reza.
Rezando, Dios pone su amor
en mi corazón y así puedo
amar a los pobres. ¡Orando!
: ¿Qué hubiera
contestado yo a la pregunta
de la Madre Teresa?
Madre Teresa de Calcuta,
fundadora de la Congrega-
ción de las Misioneras de la
Caridad, exigía que las
religiosas de su congregación
dedicaran una hora de
oración comunitaria en la
mañana y una hora de
oración en la tarde. Cuenta
una anécdota que en un
convento donde atendían a
los enfermos, las hermanas
estaban agotadas por culpa de
una epidemia. La Madre
Superiora del convento
suplicó a la Madre Teresa:
“Madre, estamos en una
situación de emergencia. No
podemos dedicar una hora en
la mañana y una hora en la
tarde para la oración.” “Hija,
tienes razón”, contestó la
Madre Teresa, “les doy
permiso para que dediquen
una hora y media en la
mañana, y una hora y media
en la tarde”.
Seguramente ¡no era la
respuesta que la Madre
Superiora esperaba! Madre
Teresa, con su sencillez, le
había mostrado que la
oración debe ser el corazón
de nuestra vida espiritual, un
momento privilegiado de
encuentro con un Dios que
63
nos ama y nos fortalece.
: La Madre Teresa
solía decir: “Debemos amar
la oración. La oración dilata
el corazón hasta el punto de
hacerlo capaz de contener el
don que Dios nos hace de sí
mismo”.

San Juan María Vianney,

mejor conocido como el
Santo Cura de Ars, observaba
que todos los días, a la misma
hora en la tarde, entraba un
campesino en la capilla, se
sentaba en la primera fila
frente al Santísimo y pasaba
un largo tiempo en la oración.
En una ocasión, el Santo,
movido por la curiosidad, se
acercó al campesino y le
preguntó: “Amigo, observo
que siempre vienes en la
capilla y te quedas mucho
tiempo orando. Por favor,
cuéntame, ¿qué le dices al
Señor durante todo ese
tiempo? El campesino, un
poco avergonzado, contestó:
“Padre, yo soy un hombre
ignorante y no sé qué decirle
a Jesús.” “Entonces, ¿qué
hace durante todo ese
tiempo?”, volvió a preguntar-
le el santo. El campesino,
sonriendo, contestó: “Durante
todo ese tiempo, ¡yo le miro
y él me mira!”
: “¡Qué hermosa
respuesta! ¡Qué hermosa
costumbre! El campesino, en
su sencillez, ¡logró captar la
esencia de la contempla-
ción!”
Un joven escribe lo siguien-
te: Un amigo que estudiaba
conmigo en la universidad se
enfermó gravemente y
falleció. Fui a su funeral.
Había mucha gente, especial-
mente jóvenes. Lloramos
mucho y después del entierro
regresé a casa. Estaba muy
triste. No tenía ganas ni de

64
 65
comer, ni de ver la tele y
tampoco de ir navegar por
internet. Subí a la azotea de
mi casa. Ya era noche. El
cielo estaba lleno de estrellas.
De repente sentí algo en mi
corazón que no puedo
descubrir. Sentí como una
presencia especial, algo
increíble en mi corazón que
me invitaba a confiar en
Dios, creador y padre de
todos. Sin darme cuenta,
estaba rezando. Desde ese día
descubrí que la oración es
fuente de paz y amor.
: Cuando estoy triste
y agobiado, es preciso
recordar las palabras de
Jesús: “Vengan a mí todos
ustedes que están cansados de
sus trabajos y cargas, y yo los
haré descansar” (Mt 11, 28).
PARAÍSO
Un día el padre Juan Bosco
fue a visitar al padre Cotto-
lengo. “Padre Cottolengo,” le
dijo el joven Bosco, “vengo a
pedirle un consejo: ¿qué
remedio debo recomendar a
las personas que vienen a
contar que han perdido el
gozo de vivir o que están
desesperadas porque tienen
muchos problemas?”
“Mira, Bosco,” respondió
Cottolengo. “El mal de
aburrimiento y de la desespe-
ración es el mal moderno más
común de todos. Para
combatirlo, nos ha mandado
Dios un gran remedio
siempre antiguo y siempre
nuevo: pensar en el cielo que
nos espera. No olvides nunca
que un pedacito de cielo lo
arregla todo.”
Se fue don Bosco a practicar
el consejo recibido de tan
popular apóstol, y pronto
empezó a notar los maravillo-
sos resultados. Llegaban a su
despacho individuos mal-
humorados, que no saludaban
a ninguno de los que estaban
en la sala esperando turno
para ser atendidos; personas
consumidas por la tristeza y
carcomidas por la angustia.
El padre Bosco, recordando
que un pedacito de cielo lo
arregla todo, les hablaba de
cómo hay que vivir como
resucitados, con la alegría del
cielo que nos espera, de esa
alegría que gozaremos a
plenitud dentro de poco
tiempo…
65
Aquellas personas cambiaban
de semblante. Parecían
renacer de nuevo…
: Jesús nos dijo: “En
la casa de mi Padre hay
muchos lugares donde vivir:
si no fuera así, yo no les
hubiera dicho que voy a
prepararles un lugar” (Jn 14,
2).” ¡Es muy saludable
recordar y pensar a menudo
en este lugar que Jesús
preparó para nosotros!
“¿Por qué está siempre
feliz?” preguntó la alumna al
profesor. “¿Acaso usted
nunca tiene problemas y
dificultades? ¿Nunca se
siente solo, cansado o
decepcionado?”
“Claro que sí”, contestó el
profesor. “Tengo problemas y
dificultades como cualquier
persona. A veces me siento
muy cansado, muy solo y
también he tenido decepcio-
nes en mi vida. Sin embargo,
sigo adelante dando lo mejor
de mí, porque con lo que
hago, me estoy ganando un
pedacito de cielo.”
: ¡Qué hermosa
visión! Sencilla y profunda a
66
la vez. Todas las buenas
obras que realizamos, además
de dejar muchos frutos aquí
en la tierra, nos ayudan a
ganar un pedacito de cielo.
Nuestro padre celestial toma
en cuenta, incluso las obras
más pequeñas, por ejemplo
como lo es dar un vaso de
agua a una persona sedienta.
Con una generosidad desbor-
dante nos da cien veces más
de lo que nosotros, con su
gracia, logramos realizar.
Hace varios años leí la
anécdota del Doctor Burton,
un médico muy generoso que
vivía en un pueblo muy
humilde. Tenía una clínica en
el tercer piso de un edificio
antiguo y allí atendía a los
enfermos. Muchas veces no
cobraba nada y otras veces
incluso compraba medicina
para alguna persona pobre.
Cuando le llamaban para
atender alguna emergencia,
antes de salir del edificio,
colocaba un letrero que decía:
“El Dr. Burton no se encuen-
tra aquí.” Cuando regresaba,
reemplazaba el letrero con
otro que decía: “El Dr.
Burton está arriba.”
Pasaron los años y el Dr.
 67
Burton falleció. Por ser tan
generoso, murió sin un peso,
y la gente no sabía qué
colocar en su tumba, hasta
que un señor sugirió colocar
los dos letreros que decían:
“El Dr. Burton no se encuen-
tra aquí”, “El Dr. Burton está
arriba.” ¡El Dr. Burton se
había ido a disfrutar su
pedacito de cielo!
: Jesús nos dijo:
“Cualquiera que les dé a
ustedes aunque solo sea un
vaso de agua por ser ustedes
de Cristo, les aseguro que
tendrá su premio” (Mc 9, 41). un viaje familiar, Colton
¡Qué gracia tan grande es empezó a explicar que unos
cada oportunidad para ayudar ángeles lo habían visitado en
al prójimo!” el quirófano. Su papá no
podía dar crédito a lo que oía,
pero lo animó a seguir. El
La película “El cielo es real” pequeño afirmó entonces que
narra la historia verdadera de mientras lo operaban vio a
Colton Burpo. Cuando tenía sus padres aguardando
cuatro años, Colton fue desconsolados en la sala de
operado urgentemente de espera. Durante los años
apendicitis. Durante la siguientes, Colton les fue
operación él murió, pero unos dando detalles de su breve
minutos más tarde, los estancia en el cielo y de las
médicos lograron revivirlo. personas que allí conoció,
como su bisabuelo Pop,
Unos meses más tarde,
muerto desde hacía más de
comenzó a hablar de aquellos
treinta años, y su hermana, a
breves momentos en los que
la que su madre perdió en el
se encontró más allá de la
segundo mes de embarazo.
muerte. En el 2003, durante

67
 : Hay muchas
personas que, como el niño
Colton Burpo, murieron por
algunos segundos o minutos
y después los médicos
lograron resucitarlos. Pero,
como creyentes, no nos
sorprenden sus palabras,
¡porque Jesús habló clara-
mente sobre lo que pasará
después de la muerte!
En la película sobre la vida
de San Felipe Neri, hay una
escena muy interesante. Este
santo era una persona que
había dedicado su vida a
ayudar a los niños pobres y a
sembrar alegría en cada
lugar. Cuando ya era anciani-
to, el Papa quiso premiarlo y
le comunicó que lo iba a
nombrar monseñor. Pero san
Felipe se negó diciendo: “No
gracias, Santidad, ¡prefiero el
paraíso!”
: ¡Quien prefiere el
paraíso, así como san Felipe
Neri, no tiene interés en las
cosas y en los honores
temporales!
A un hombre santo le
diagnosticaron una enferme-
68
dad terminal. Al enterarse, en
vez de desesperarse, escribió
en su diario: “Señor, hoy el
médico me dijo que mi
enfermedad no tiene cura. Te
alabo y te agradezco, porque
esto significa que ya he
cumplido el proyecto que tú
tenías para mí en este mundo
y que ya ha llegado la hora de
regresar a mi hogar. Estoy
muy feliz al saber que me
estás esperando para recibir-
me en tu regazo y que estaré
junto a ti por toda la eterni-
dad.”
: ¡Qué diferencia
entre una persona que tiene fe
y una persona que no tiene
fe! ¿Creo yo verdaderamente
en la existencia del paraíso?
PENITENCIA
No le fue fácil a Don Bosco
hacer comprender la auténti-
ca vivencia de la fe a santo
Domingo Savio. Pese a los
consejos y prohibiciones
claras, en una ocasión
descubrió que Domingo
dormía en pleno invierno sólo
con la colcha. Don Bosco le
prohibió hacer eso y le dijo:
“La penitencia que el Señor
quiere de ti es la obediencia.
 69
Obedece y te basta.” El niño pero el Señor intervino y le
contestó: ¿Entonces no me salió al encuentro. Pedro se
permites hacer ninguna dirigió a él preguntándole:
penitencia? Don Bosco “¿Quo vadis, Domi-
contestó: “Sí. Te permito la ne?” (¿Dónde vas, Señor?)
penitencia de soportar con
Y el Señor le respondió
paciencia los insultos con que
enseguida: “Voy a Roma para
te ofendan, aceptar con
ser crucificado por segunda
resignación el calor, el frío, el
vez.” Pedro volvió a Roma y
viento, la lluvia, el cansancio
permaneció allí hasta su
y todas las incomodidades de
crucifixión."
la salud que Dios te mande.”
“Pero esto se sufre por : Jesús dijo a los
necesidad,” replicó Domingo. apóstoles: “Si a mí me han
“ Lo que tengas que sufrir por perseguido, también a ustedes
necesidad, ofrécelo a Dios y los perseguirán” (Jn 15, 20).
se convertirá en virtud y
mérito,” concluyó Don PERSEVERANCIA
Bosco.
: Toda penitencia
tiene valor, si se hace con un
espíritu de arrepentimiento y
amor hacia Dios, pero así
como enseñó don Bosco al
joven Domingo, tienen más
valor las penitencias que Dios
escoge para nosotros.

PERSECUCIÓN

San Juan Pablo II nos cuenta Harry Kane, capitán de la

una anécdota sobre Pedro, el
primer Papa: “Según una
antigua tradición, durante la
persecución de Nerón, Pedro
quería abandonar a Roma,
selección de futbol de
Inglaterra, es uno de los
mejores delanteros del
mundo. En el 2017 fue el
máximo goleador en Europa,

69
metiendo 57 goles y superan-
do a grandes jugadores como
Leonel Messi, Cristiano
Ronaldo y Edinson Cavani.
Pero hay un detalle que pocos
conocen. Cuando tenía ocho
años, su padre lo inscribió en
la cantera del equipo londi-
nense Arsenal. Después de
entrenar por unas cuantas
semanas, el entrenador le dijo
a su padre: “Señor, su hijo no
tiene futuro como futbolista.
No tiene buen físico, es lento
y no puedo perder mi tiempo
entrenándolo. Así que ya no
lo traiga.”
Sin embargo, el niño no quiso
tirar la toalla, y su padre lo
inscribió en la cantera del
Tottenham, otro equipo
londinense, rival del Arsenal.
El camino no fue fácil pero la
determinación de Harry Kane
hizo que poco a poco se
convirtiera en un gran
delantero. Supo aprovechar
cada oportunidad que se le
presentó, logró romper
muchos records, ganó dos
veces el premio de mejor
goleador de la liga inglesa, y
hoy en día es un jugador muy
cotizado por los mejores
equipos de Europa.
: Nunca debemos
dejar de perseguir nuestros
70
sueños. No hemos nacido
para ser perdedores. Y
nosotros que tenemos fe
sabemos que todo lo pode-
mos en Cristo que nos
fortalece.
En los juegos olímpicos del
1992 sucedió algo muy
curioso. En la carrera de 400
metros, Derek Redmond, uno
de los atletas favoritos para
ganar el oro, estaba en primer
lugar cuando de repente
sucedió lo imprevisto: sufrió
una lesión al tendón de la
corva y colapsó al piso. Su
rostro expresaba agonía física
y emocional. Los médicos
corrieron para asistirlo pero
Derek no quiso recibir su
atención. Se levantó y
empezó a caminar con mucha
dificultad y sufrimiento para
terminar la carrera. La
multitud se quedó asombrada.
Repentinamente, un hombre
fue corriendo hacia él,
perseguido por unos oficiales.
Logró llegar adonde estaba el
atleta, lo abrazó y lo ayudó a
continuar su carrera. Era su
papá Jim. Cuando lograron
cruzar juntos la línea final, la
multitud enloqueció de
 71
alegría. Este acontecimiento
llegó a ser quizás el
acontecimiento más
definitivo de los Juegos
Olimpícos del 1992.
: Lo importante en
la vida no es ganar: es dar lo
mejor de sí y no rendirse
nunca.
POBREZA
Había un emperador joven
que fue al desierto para
visitar a un monje anciano. El
emperador ordenó a sus
soldados que lo esperaran
lejos, y se acercó solo hacia
la celda del monje. Se quitó
la corona para no ser recono-
cido y tocó a la puerta de la
celda. Cuando el monje abrió
la puerta, reconoció inmedia-
tamente al emperador, pero
simuló que no sabía quién
era, y lo trató como a una
persona cualquiera. Después
de orar juntos, se sentaron y
el emperador preguntó:
“¿Cómo están los padres de
desierto?” El monje anciano
le dijo: “Todos están orando
por ti y por tu salud.” El
emperador se fijó alrededor
de él y vio que solo había una
canasta con un poco de pan.
El monje anciano le dijo:
“Come.” Después cogió un
poco de agua, el pan, un poco
de aceite y sal, y los ofreció
al emperador. Este comió y
bebió.
Cuando terminó le preguntó:
“¿Sabes quién soy yo?” El
padre le contestó: “Dios sabe
quién eres.” El emperador
reveló su identidad y el
monje se inclinó para rendirle
homenaje. Al final el empera-
dor le dijo: “Verdaderamente
eres bendito porque despre-
cias lo que valora el mundo.
Yo nací en la riqueza y lo
tengo todo pero mi mente
está siempre obsesionada y
preocupada por las cosas del
71
mundo. Cada día como las
mejores comidas y postres, y
me sirven el mejor vino en mi
cáliz. Y hoy, un poco de agua
y pan me satisficieron como
nunca antes.” Y el emperador
regresó a su palacio muy
impresionado con lo que
había visto.
: ¡No hace falta ser
muy inteligentes para darnos
cuenta de que la riqueza no
trae la verdadera felicidad!
San Benito José Labré
decidió vivir como un
peregrino pobre. Vestía ropa
muy vieja, dormía en las
calles y comía muy poco,
pero, a la vez, era muy
bondadoso y generoso con lo
poco que tenía. Sobre todo,
tenía a Dios en su corazón.
Una vez, al ver a algunos
niños que se compadecían de
él por su cara cadavérica y
sus harapos, exclamó: “¡Si
supieran la felicidad que
tengo en mi corazón!”
: San José Benito
Labré decía que debemos
tener tres corazones en uno:
un corazón de fuego hacia
Dios, un corazón de carne
hacia el prójimo y un corazón
72
de bronce hacia uno mismo.
¡Es por eso que tenía tanta
felicidad en su corazón!
PRUEBAS
Cuentan que se quejaba un
día Santa Teresa de Ávila de
lo mal que la trataba el Señor
con enfermedades, problemas
y arideces, a lo que Jesús le
dijo:“Teresa, así trato yo a
mis amigos.”
Teresa, con mucha gracia, le
responde: “ Ah, Señor, por
eso tienes tan pocos.”
: En los momentos
de prueba no debo desani-
marme. Jesús, la Virgen
María y todos los santos
pasaron por muchas prue-
bas…
Había dos monjes que vivían
en el mismo lugar y todo el
mundo, especialmente los
demás monjes, los elogiaban
por su gran humildad y
paciencia. Un hombre se
enteró de ello y quiso
ponerlos a prueba para
averiguar si realmente tenían
 73
una verdadera y perfecta
humildad. Por eso fue a
visitarlos. Ellos lo acogieron
con alegría y luego se
reunieron para la oración y
para recitar los Salmos como
siempre hacían.
Después de un rato, el
visitador salió de su celda y
fue al jardín donde estos dos
monjes cultivaban la verdura
que les servía de alimento.
Agarró un palo y con mucha
fuerza y energía empezó a
destruir y a pisotear todas las
plantas y verduras. Los dos
monjes se quedaron mirando
sin decir una sola palabra. No
expresaron ninguna decep-
ción o preocupación por lo
que estaba sucediendo ante
sus ojos.
Regresaron a la celda y
después de rezar las Vísperas,
le agradecieron por su visita
y le dijeron: “Señor, si
quieres nos queda una col.
Podemos cocinarla y comerla
juntos porque es hora de
comer.” El hombre se
arrodilló ante ellos y dijo:
“Te agradezco, oh Señor
Dios mío, porque estoy
viendo al Espíritu Santo
obrando en estos dos herma-
nos.”
: San Jorge Preca
decía: “¡Es durante la prueba
que se reconoce la virtud!”
RIQUEZAS
El Cardenal Newman era un
hombre muy sabio. Un día se
le acercó un hombre rico que
era indiferente a la religión.
El Cardenal escribió la
palabra “Dios” en una hoja y
le preguntó: “¿Ve lo que he
escrito en la hoja? El hombre
contestó en afirmativo.
Entonces el Cardenal tomó
una moneda, la acomodó
sobre la palabra escrita y
preguntó de nuevo: “¿Ves
ahora lo que he escrito hace
un momento?” “No, ahora
sólo veo el dinero,” contestó
aquel. “En efecto, la riqueza
ciega, impide ver a Dios, ¿no
le parece?” terminó diciendo
el Cardenal Newman.
: Tengo que recor-
dar a menudo las palabras de
Jesús: “No se puede servir a
Dios y a las riquezas” (Mt 6,
24).
73
SACERDOTES
En el tiempo de san Francis-
co, los valdenses también
querían renovar la Iglesia
pero a base de criticar
públicamente al clero.
En una ocasión, un valdense
observó la gran reverencia
que san Francisco tenía por
los sacerdotes y le dijo que el
párroco de aquel lugar vivía
en pecado. “¿Tenemos que
creer en sus enseñanzas y
respetar los sacramentos que
celebra?” le preguntó.
San Francisco fue al sacerdo-
te, se arrodilló ante él y tomó
sus manos diciendo: “Yo no
sé si estas manos están
74
manchadas como dicen. Pero
sí sé que aunque lo estuvie-
ran, de ningún modo se
pierde el poder y la efectivi-
dad de los sacramentos de
Dios... Por eso beso estas
manos, por respeto a lo que
hacen y respeto por Aquel
que les dio Su autoridad".
: Cómo católicos,
siempre debemos respetar a
los sacerdotes y rezar por
ellos todos los días.
Un joven le dijo a su amigo
creyente: “Yo no creo en la
Iglesia y menos en los
sacerdotes. ¿Cómo puedo
creer en ellos con tantos
escándalos que salen en las
noticias de todo el mundo?”
El creyente contestó: “Es que
los sacerdotes son como los
aviones. Cuando un avión se
cae, sale en las noticias de
todo el mundo. Pero nadie se
acuerda de los millones de
aviones que vuelan por todo
el mundo brindando servicio
a la humanidad a todas
horas.”
: Ser sacerdote no es
fácil. Como católicos
tenemos el deber de rezar
mucho por ellos y apoyarlos
 75
en su misión evangelizadora.
Cuando Félix Varela tenía
alrededor de trece años, su
abuelo Bartolomé, quien lo
había criado y a quien Félix
respetaba mucho, le propuso
el ingreso a la carrera militar.
Cuentan sus biógrafos que el
nieto repuso: “Yo quiere ser
un soldado de Jesucristo. Mi
designio no es matar hom-
bres, sino salvar almas.” Es
así que Félix Varela decidió
ser sacerdote y dedicar su
vida al Señor.
: Necesitamos
muchos jóvenes quienes,
como el padre Varela,
decidan entregar su vida al
Señor. Jesús nos dijo: “La
cosecha es mucha, pero los
trabajadores son pocos. Por
eso, pidan ustedes al Dueño
de la cosecha que mande
trabajadores a recogerla” (Lc
10, 2).
SACRIFICIO
Un día, una señora rica se le
acercó a la Madre Teresa de
Calcuta y le dijo que quería
ayudar a los pobres. La mujer
confesó a la madre Teresa
que tenía un defecto: le
encantaba comprar saris (un
tipo de ropa que utilizan las
mujeres en la India) muy
costosos. De hecho, la madre
podía ver con sus ojos que
esa mujer llevaba puesta una
sari muy fina, que costaba
mucho dinero.
Entonces la santa le dijo: “Si
quieres ayudar a los pobres,
cada vez que necesites
comprar una sari nueva, gasta
la mitad de lo que te gustaría
gastar y entrega el dinero que
te sobra a los pobres.” La
mujer aceptó el consejo de la
madre Teresa, y, aunque era
muy difícil para ella, empezó
a comprar saris más baratos y
sencillos para poder ayudar a
los pobres.
: La madre Teresa
dijo que hay que dar hasta
que duela. Si doy de lo que
me sobra, ¿qué clase de
caridad es?
Cuenta la Madre Teresa: “Un
día un niño pequeño, de nada
más que cuatro años, vino
con sus padres y me trajo un
75
tarro de azúcar. Me dijo:
‘Estaré tres días sin comer
azúcar. Dé esto a sus niños.’
Aquel niño pequeño amaba
hasta el sacrificio."
: Los niños son
capaces de ser muy genero-
sos. Hay que ayudarlos a
cultivar las virtudes de la
generosidad y de la solidari-
dad desde una muy temprana
edad.

SANTIDAD

que digas, todo lo que hagas

En el libro Ven, Sé Mi Luz el
padre Gary Duckworth M.C.
cuenta una de las experien-
cias que tuvo con la madre
Teresa de Calcuta. En el
1996, un año antes de su
muerte, Madre Teresa se
encontraba enferma y estaba
sufriendo mucho. La cama
del hospital era para ella su
calvario y su cruz. En los
momentos en que se encon-
traba lúcida se persignaba, a
pesar de que sus manos
estaban llenas de agujas. Un
día dio un consejo sobre la
santidad al padre Gary: “La
primera cosa que debes hacer
en la mañana es besar el
crucifijo. Ofrécele todo lo
y todo lo que pienses durante
el día. Ámalo con un amor
profundo, personal e íntimo.
Si haces esto, serás un
sacerdote santo.”
: El consejo que la
madre Teresa dio al padre
Duckworth lo podemos poner
en práctica también nosotros.
¿No te animas?
Un día el Papa le encomendó
a san Felipe Neri una tarea
difícil. Había una monja muy
popular, de la que se decía
que entraba en arrobamientos
místicos. El Sumo Pontífice

76
 77
quería una opinión de Felipe
al respecto.
El santo se puso en marcha
hacia el monasterio un día de
lluvia torrencial. El barro del
camino le cubría hasta la
rodilla. Al llegar allí, mien-
tras se secaba un poco, se
acercó la monja considerada
mística. Felipe le pidió:
“Hermana, por amor de Dios,
sáqueme las botas y séqueme
los pies que están como una
gallina pasada por agua.” La
monja lo miró extrañadísima
y, con desaire, abandonó la
habitación.
Felipe se encaminó al
Vaticano, pidió ver al Papa y
dio su parecer: “Santidad:
¡Poca santidad!”
: Una persona santa
es humilde y nunca se niega
de ayudar a los demás.
El Abad Anastasio poseía un
libro escrito en un pergamino
fino que valía dieciocho
piezas de dinero. Este libro
especial contenía todo el
Antiguo y Nuevo Testamen-
to. Un día, uno de los
hermanos vino para visitarlo,
y, al ver el libro precioso, lo
cogió y se fue con él. Ese
mismo día, cuando el Abad
Anastasio fue a leer el libro,
no lo encontró, y se dio
cuenta inmediatamente de
que su compañero lo había
robado. Pero el Abad no lo
mandó a llamar o a preguntar
por él.
El monje que robó el libro
fue a la ciudad para venderlo
y empezó a pedir dieciséis
piezas de dinero por él. Un
hombre que estuvo interesado
en comprarlo dijo al monje:
“Préstame el libro para ver si
vale cuanto estás pidiendo.”
Al tomar prestado el libro,
ese hombre fue a la celda de
Anastasio y le dijo: “Abad,
por favor dé una mirada a
este libro, porque el que lo
quiere vender está pidiendo
dieciséis piezas de dinero.
¿Vale tanto?” Anastasio
contestó: “Sí, este libro es
muy fino y vale fácilmente
ese precio.” Por tanto el
hombre fue a buscar al monje
que quería vender el libro y le
dijo: “Aquí está el dinero. Yo
fui a buscar al Abad Anasta-
sio, le enseñé el libro y me
dijo que el precio era justo
por un libro tan especial.”
Pero el monje le preguntó:
“¿Solamente eso te dijo? ¿No
te dijo nada más?” “No,”
77
contestó el hombre, “no me
dijo nada más.” Y el monje
cambió de idea y le dijo que
el libro ya no estaba en venta.
Inmediatamente fue a buscar
a Anastasio y con lágrimas en
sus ojos le pidió aceptar el
libro que le había robado.
Pero el Abad no quiso recibir
el libro y le dijo: “Hermano,
anda en paz y toma ese libro
como un regalo de parte
mía.” Pero el monje le dijo:
“Si no lo recibes, nunca
volveré a tener paz en mi
vida.” Y desde ese día, el
monje se convirtió en un
discípulo fiel del Abad
Anastasio y se quedó vivien-
do con él hasta su muerte.
: Una persona santa
nunca pierde la paz porque su
corazón no está atado a nada.
Un joven cuenta que hace
años, un compañero de la
Universidad le invitó a un
viaje a Puebla, México, para
visitar a unos parientes.
Viajaron en autobús y en el
trayecto, sin venir al caso, de
pronto le soltó una pregunta
que al joven le pareció
absurda: “¿Te gustaría ser
santo?” De inmediato repuso
78
que no, pues le dijo que le
gustaría casarse y tener hijos
en unos pocos años más, ya
que por entonces tenía sólo
diecisiete. Aquél amigo le
explicó entonces, que no sólo
los sacerdotes y las monjas
podían aspirar a la santidad,
sino que cualquier católico
honrado –hombre o mujer-,
soltero o casado, estaba
llamado a alcanzar la perfec-
ción cristiana sin necesidad
de apartarse del mundo,
siendo un buen estudiante,
profesional, padre o madre de
familia, empleada del hogar,
obrero o campesino.
: El primer paso
para la santidad es tener el
deseo de ser santo. ¿Tengo yo
este deseo?
SANTO ROSARIO
Una tarde, el padre Pío
estaba en cama y lo asistía su
sobrino Mario. El tío le dijo:
“Mario, tráeme el arma.” El
sobrino buscó por aquí y por
allá en la celda, sobre la
mesa, en el cajón. “Pero tío,
no encuentro ninguna arma”,
le dijo preocupado.
 79
“Mira en el bolsillo de mi SANTOS
hábito,” volvió a decirle el
padre Pio. El sobrino buscó
en el amplio bolsillo, y
dijo: “Tío, está sólo la corona
del rosario.”
“¡Hijo! ¿No es esa el arma?”,
terminó diciéndole el santo.
: El Rosario es la
oración de todos los santos.
¿Rezo esta oración hermosa
todos los días?

Cuando la Virgen María se

apareció a los tres pastorcitos
en Fátima les comunicó una
petición que salió desde su
corazón. Les dijo: “Recen el
Rosario y ofrézcanlo por la
paz en el mundo.” Desde ese
día, los pastorcitos nunca
dejaron pasar un día sin rezar
esta oración tan hermosa y
tan querida por nuestra madre
celestial.
: Y yo, ¿estoy
ofreciendo el Santo Rosario
para que haya paz en el
mundo?
Cuenta una anécdota que un
padre de familia llevó a su
pequeña hija de cinco años a
una catedral. La niña se
quedó maravillada mirando
las ventanas de la catedral
con sus hermosas imágenes
mostrando la vida de san
Francisco de Asís, san
Benito, san Antonio de Padua
y otros santos. Los rayos del
sol entraban por algunas
ventanas y coloreaban las
paredes de la catedral.

79
De repente la niña señaló las : La sencillez es una
imágenes de las ventanas y característica de las personas
preguntó: “Papá, ¿quiénes que tienen un corazón noble
son ellos?” El papá le y agradecido.
contestó amablemente: “Hija,
son santos”. La niña contestó
feliz: “¡Entonces, ya sé qué
son los santos! Son personas
que dejan a la luz del cielo
iluminar su entorno y
transformar todo en algo
hermosísimo”.
: ¡Qué bonita
definición! En su sencillez, la
niña logró captar la esencia
de la santidad!

SENCILLEZ

San Martín de Porres era un

Angelo Roncalli, quien llegó
a ser el Papa Juan XXIII, era
hijo de campesinos, y en su
niñez ayudó a sus padres en
el campo. Nunca perdió su
sencillez. En una oportunidad
acogió en el Vaticano a un
grupo de campesinos, y
hablándoles con familiaridad
les dijo: “Quiero compartir
un secreto con ustedes. Si
Dios no me hubiera llamado
a ser Papa, me hubiera
gustado ser campesino como
ustedes.”
santo muy humilde, que se
dedicaba mucho a barrer y
limpiar el convento en el cual
vivía. Tanto es así, que le
llamaban Fray Escoba. En
una oportunidad alguien le
preguntó: “Fray Martín, ¿qué
harías si nuestro Señor
Jesucristo volviese hoy?”
Fray Martín contestó con
toda sencillez: “Seguiría
barriendo.”
: Aquellos que
cumplen sus deberes con
amor y cariño, no temen el

80
 81
momento de su encuentro con
Jesús.
Había dos monjes ancianos
que vivían en la misma celda.
Siempre vivieron en paz y
nunca hubo discusiones o
peleas entre ellos. Por lo
tanto, un día uno dijo al otro:
“Tratemos de tener una
discusión para pelear como
hacen los demás hombres.”
El otro contestó: “Ni siquiera
sé como se empieza una
discusión.” El primero dijo:
“Voy a coger una piedra y la
colocaré entre nosotros.
Después yo diré: ‘Esta piedra
es mía’ y tú dirás: ‘No, es
mía’ y seguimos así, porque
en el mundo así empiezan las
discusiones y las peleas.”
Así hicieron. Colocaron una
piedra y el primer monje dijo:
“Pienso que esta piedra es
mía.” El otro dijo: “No,
pienso que esta piedra es
mía.” El primero volvió a
insistir: “No, no es tuya, es
mía.” Y entonces, el otro dijo
de la manera más sencilla:
“Está bien, entonces, si es
tuya, quédate con ella.” Y así,
ni siquiera de esta forma
lograron empezar una
discusión y pelear entre ellos.
: Una persona
sencilla no lastima y no
pelea, porque tiene un gran
paz en su corazón.
Se narra que cuando José
Martí llego a Cayo Hueso, le
enviaron un lujoso carruaje
para llevarlo a la Casa Duval.
Pero Martí declinó usarlo, y
prefirió ir caminando,
rodeado por mucha gente que
había ido a darle la
bienvenida.
: ¿Tengo yo la
costumbre de evitar el lujo y
dar preferencia a las opciones
sencillas?
El Papa Francisco tiene la
costumbre de hacer llamadas
a personas muy normales,
que, por supuesto, se quedan
muy sorprendidos al recibir
una llamada del Papa. Poco
después de ser elegido Papa,
él llamó al quiosquero de
Buenos Aires, Nicolás
Schandor, a quien le pidió
que no le guardase más el
periódico porque se había
mudado a Roma.
81
 : Muchas veces, una
persona que recibe un
ascenso llega a ser arrogante
y soberbia, y a veces se
olvida incluso de las buenas
modalidades. El Papa
Francisco nos muestra que no
debería ser así.
SEÑAL DE LA CRUZ
Un sacerdote argentino quiso
encontrarse con el padre Pío
para recibir algún consejo
espiritual. Con esta intención
en su mente viajó a Italia y
logró encontrarse con el
santo, se confesó con él y le
pidió un consejo, pero en su
lugar, el padre Pío le dio su
bendición y se retiró.
El cura argentino se quedó
muy decepcionado. Al
regresar a su país, cuando
compartió su decepción con
una señora de su parroquia,
esta le preguntó: “¿Pero estás
seguro de que el Padre Pío,
quien tiene la reputación de
leer las almas, no hizo nada
especial?” El sacerdote
confesó que sí hubo algo que
le llamó la atención: cuando
el padre Pío lo bendijo, hizo
la señal de la cruz sumamente
82
despacio, demorando varios
segundos. Al escuchar eso, la
señora le dijo: “Ahí está el
consejo. Cuando usted nos da
la bendición, hace la señal de
la cruz tan rápido que más
que una cruz parece un
garabato.”
El sacerdote quedó contentí-
simo con esta forma tan
original de aconsejar que
tenía el padre Pío.
: La señal de la cruz
es un símbolo muy sagrado.
Y yo, ¿me persigno con
respeto y devoción?
TESTIMONIO DE VIDA
La Madre Teresa de Calcuta
cuenta que en una oportuni-
dad un médico fue a conver-
sar con ella. Al observar la
ternura y el cariño con las
cuales las hermanas cuidaban
a los pacientes que él y sus
colegas habían declarado
desahuciados, dijo a la Madre
Teresa: “Madre, he venido
aquí sin Dios, y regresaré a
mi casa con Dios.”
: Para dar testimonio
de la ternura de Dios, no
 83
necesitamos palabras. Las
obras son suficientemente
elocuentes.

VALENTÍA

Monseñor Oscar Romero era

arzobispo de El Salvador, en
una época en que el gobierno
del país estaba cometiendo
muchas injusticias y causan-
do mucho sufrimiento a los
pobres. Cuando llegó a ser
arzobispo, Romero sintió la
necesidad de convertirse en la
voz de los pobres y de los
débiles, especialmente
cuando su amigo, el padre
Rutilio Grande, fue asesinado
por los paramilitares, por ser
amigo de los campesinos.
Monseñor Romero exigió que
se investigara el asesinato y
que los culpables fueran
castigos, pero no pasó nada
de eso. Sin embargo, Romero
no se desanimó. Empezó a
dar discursos y homilías muy
fuertes, sobre la justicia y los
derechos de los pobres. Estos
discursos fueron transmitidos
por la radio y escuchados por
todo el país. En una oportuni-
dad incluso dijo a los
soldados que no obedecieran
a sus superiores cuando les
mandaran a maltratar a
personas inocentes. Recibió
muchas amenazas de muerte
pero él no vaciló. Finalmente
fue asesinado por un francoti-
rador cuando estaba celebran-
do misa, el 24 de mayo de
1980.
: Monseñor Oscar
Romero fue muy valiente. Y
yo, ¿tengo la valentía de
actuar siempre de manera
justa y correcta?
San Policarpio era un obispo
de la Iglesia que vivió en el
Siglo 2. Cuando tenía 86
años, fue capturado por los
soldados romanos porque se
negaba a adorar al emperador
romano y a sus dioses. Fue
llevado ante un tribunal
romano e invitado a rechazar

83
su fe en Cristo. San
Policarpio se negó a hacer
esto, aunque sabía que le
esperaba una muerte cruel.
Valientemente declaró:
“Durante ochenta y seis años
he servido a Cristo, y él
nunca me ha fallado:
entonces ¿cómo puedo
blasfemar en contra de mi
Rey quien me salvó y a quien
he entregado mi vida en su
Iglesia?” Esta declaración le
costó la vida. Fue quemado
vivo, pero el eco de sus
palabras sigue resonando
hasta hoy.
: Durante veinte
siglos de historia, hubo
muchos mártires en la Iglesia
Católica. Pero su sangre fue
semilla de nuevo creyentes,
porque al morir por Cristo
mostraron que la fe es un
asunto serio y que vale la
pena.
En el tiempo de las cruzadas,
san Francisco sufrió mucho al
ver el egoísmo y las costum-
bres disolutas de los soldados
de la cruz. Deseando la
salvación de los sarracenos,
decidió pasar al campo del
enemigo, por más que los
cruzados le dijeron que la
84
cabeza de los cristianos
estaba puesta a precio.
Habiendo conseguido la
autorización del delegado
pontificio, Francisco y el
hermano Iluminado se
aproximaron al campo
enemigo, gritando: “¡Sultán,
Sultán!”
Cuando los condujeron a la
presencia de Malek-al-Kamil,
Francisco declaró osadamen-
te: “No son los hombres
quienes me han enviado, sino
Dios todopoderoso. Vengo a
mostrarles, a ti y a tu pueblo,
el camino de la salvación;
vengo a anunciarles las
verdades del Evangelio.”
El Sultán quedó impresiona-
do y rogó a Francisco que
permaneciese con él. El santo
replicó: “Si tú y tu pueblo
están dispuestos a oír la
palabra de Dios, con gusto
me quedaré con ustedes. Y si
todavía vacilan entre Cristo y
Mahoma, manda a encender
una hoguera; yo entraré en
ella con tus sacerdotes y así
verán cuál es la verdadera
fe.”
El Sultán contestó que
probablemente ninguno de
los sacerdotes querría
meterse en la hoguera y que
 85
no podía someterlos a esa
prueba para no soliviantar al
pueblo. Y llegó a decir: “Si
todos los cristianos fueran
como él, entonces valdría la
pena ser cristiano.”
: ¡Qué tan grande
era la fe de san Francisco!
¿Estoy pidiendo a Dios que
fortalezca la mía?
Durante la primera mitad del
siglo veinte había mucho
racismo en Estados Unidos.
La gente de raza afroamerica-
na era víctima de mucha
discriminación y tenía
muchos menos derechos que
aquellos de piel más clara.
Martín Luther King, un
hombre valiente, no quiso
aceptar esta situación injusta
y de manera pacífica hablaba
a favor de los derechos de
todos los estadounidenses, sin
discriminación por el color de
la piel. Martín Luther King
hacía discursos públicos y
organizaba protestas pacíficas
y por esta actividad no
violenta, le fue otorgado el
Premio Nobel de la Paz en
1964.
En el 1963 Martín Luther
King pronunció su famoso
discurso “I have a dre-
am” (Tengo un sueño) donde
él manifestó la visión que él
tenía de un mundo donde
hubiera iguales oportunidades
para todos: “¡Hoy yo tengo
un sueño! Yo tengo el sueño
de que un día en Alabama,
con sus racistas viciosos, un
día allí en Alabama los
pequeños negros, niños y
niñas, podrán unir las manos
con pequeños blancos, niños
y niñas, como hermanos y
hermanas. ¡Hoy yo tengo un
sueño! Yo tengo el sueño de
que algún día cada valle será
elevado, y cada colina y
montaña serán hechas llanas.
Los lugares más ásperos
serán aplanados y los lugares
torcidos serán hechos rectos,
85
“y la gloria de Dios será
revelada y todo género
humano se verá junto.”
El 4 de abril de 1968, Martin
Luther King fue asesinado
por un segregacionista
blanco. Martin Luther King
es considerado como uno de
los líderes y héroes más
importantes de la historia de
Estados Unidos y en la
moderna historia de la no
violencia.
: ¿Trato a todos por
igual, sin importarme de la
raza y del color de la piel? En
otras palabras, ¿trato a todos
como hermanos míos?
Una de la obras de miseri-
cordia espirituales es corregir
a quien se equivoca. Pero eso
no es nada fácil, porque
muchas veces se necesita
mucha valentía para hacerlo.
Cierto día, Eugenio Borg, el
primer Superior General de la
Sociedad de la Doctrina
Cristiana, estaba en la
Valletta, la ciudad capital de
la isla de Malta. De repente
escuchó a un cochero
blasfemar. El hombre era
fuerte y robusto. “¡Habla
bonito!”, le dijo Eugenio.
86
“¿Qué dijiste?” le contestó el
hombre, fingiendo no haber
comprendido. Eugenio volvió
a repetir las mismas palabras
y el hombre de nuevo fingió
no haber comprendido.
Entonces Eugenio se acercó
más y gritó: “¡Habla bonito!”
El hombre se asustó y le dijo:
“Está bien, señor, está bien.”
: ¿Tengo yo la
valentía y la perseverancia
para ayudar a otras personas
a mejorar su conducta?
VALORAR LA VIDA
Una anécdota cuenta que un
joven fue a buscar a un
hombre sabio para ponerlo a
prueba. Así que capturó a un
ave, la agarró con una mano,
la llevó hasta él y le pre-
guntó: “Maestro, ¿esta ave
está viva o muerta? Su plan
era el siguiente: si el maestro
dijera “muerta”, él abriría la
mano y el ave se echaría a
volar. Si la respuesta fuese
“viva”, él la aplastaría entre
los dedos. De esa manera, el
maestro siempre estaría
equivocado.
“Maestro, ¿el ave está viva o
 87
muerta?”, insistió el joven.
El maestro sonrió y contestó:
“Querido joven, es tu
elección. Si quieres que viva,
vivirá; si quieres que muera,
morirá.”
: La respuesta del
sabio vale también para
nosotros. Cada uno puede
optar por la vida u optar por
la muerte. Es nuestra elec-
ción.
que durante aquellas semanas
Verónica descubrió el gozo
En el libro “Verónica decide de vivir. Empezó a ver la
morir” Paulo Coelho cuenta vida de manera diferente y a
la historia de Verónica, una apreciar muchas cosas que
chica guapa que lo tenía todo. antes no le interesaban. Así
Sin embargo, aunque no le decidió luchar por su vida.
faltaba nada, decidió tomar
: La vida es un
pastillas para suicidarse
porque no encontraba ningún regalo de Dios. ¿Estoy
sentido a su vida y no ayudando a aquellos que han
encontraba ningún gozo en perdido el gozo de vivirla
vivir. Sin embargo, no para redescubrir el valor de la
consiguió suicidarse. La vida?
llevaron al hospital a tiempo
y los médicos la rescataron.
Como su acto era un acto de Muchos conocemos y
locura la llevaron a un apreciamos al tenor italiano
hospital mental. Aquí siguió Andrea Bocelli. Hace unos
con su tratamiento, pero los años, Bocelli quiso contar
médicos le dijeron que con una historia muy particular y
las pastillas ingeridas su lo hizo por medio de un video
corazón se había vuelto muy en Youtube. Cuenta la
débil y que en pocas semanas historia de una joven embara-
iba a morir. Y lo curioso es zada que fue hospitalizada

87
por “un simple ataque de
apendicitis.” Los médicos
tuvieron que aplicarle un
poco de hielo en el estómago
y cuando los tratamientos
finalizaron le sugirieron que
abortara al niño. Le dijeron
que era la solución porque el
bebé nacería con alguna
discapacidad. Pero esta
valiente joven esposa decidió
no abortar, y el niño nació.”
El vídeo llega a su momento
de máxima emotividad
cuando devela que “esa mujer
era mi madre… y yo el niño.”
Bocelli termina elogiando a
su madre por tomar “la
decisión correcta”, y expre-
sando el deseo de que su
historia anime a muchas
madres en una "situación
88
difícil" a que opten a salvar la
vida de su bebé.
: La vida del ser
humano es sagrada, especial-
mente la de aquellas personas
que todavía están en el
vientre de su madre. El
aborto nunca es la solución
correcta.
VALORAR LO QUE
TENEMOS
A un hombre le regalaron un
par de guantes forrados de
piel. Como vivía en un lugar
donde hacía mucho calor, y,
por cierto, no necesitaba los
guantes, los guardó en una
gaveta y pronto se olvidó de
ellos. De modo que no le
servían porque no los usaba.
Algún tiempo después le
llamaron para que trabajara
en un lugar muy frío y
entonces se acordó de los
guantes. Al fin encontraría
uso para aquello que él
consideraba un regalo sin
utilidad.
Cuando metió la mano en
uno de los guantes, sintió que
algo impedía que el dedo
pulgar se acomodara en su
 89
lugar. Para su gran sorpresa,
lo que impedía era un billete
de cien dólares enrollado.
Revisó los otros dedos del
guante y descubrió que en
cada uno de ellos había un
billete de cien dólares. Los
billetes habían estado allí
todo el tiempo, pero él no se
había dado cuenta.
: A nosotros a
menudo nos pasa lo mismo.
En nuestro bautismo hemos
recibido el Espíritu Santo que
nos ha convertidos en
templos suyos, pero no
nos damos cuenta de su
presencia y de su fuerza
transformadora.
Una mujer heredó la casa de
sus padres. Se trasladó con su
marido a vivir allí. Estaba
muy contenta con la nueva
casa. Todo le agradaba
mucho excepto un cuadro que
estaba colocado en una pared.
La señora odiaba este cuadro
moderno. Solía quejarse con
su marido de que este cuadro
era muy feo. Una vez llegó a
casa muy feliz y contó a su
marido que se había liberado
del cuadro. Y más aún le
habían dado unos doscientos
dólares. También su marido
estaba feliz porque por fin no
iba a tener que soportar las
quejas de su esposa.
Después de un par de
semanas, al leer el periódico,
se quedó completamente
asombrada. Uno de los
titulares decía que se había
encontrado un cuadro perdido
de uno de los pintores más
importantes del siglo veinte,
y que un museo de arte lo
acababa de comprar por
varios millones de dólares. El
cuadro que aparecía al
costado del titular era aquel
cuadro que ellos habían
tenido en su casa, pero sin
valorar.
: ¿Cuáles son los
cosas que no estoy valorando
debidamente?
VENCER EL MIEDO
El antropólogo Thor Heyer-
dahl, sugirió que los antiguos
habitantes de América del
Sur podían haber emigrado
hasta la Polinesia sobre unas
balsas, dejándose llevar por
las corrientes del océano.
Para probar esta teoría, él
mismo construyó una
pequeña balsa con la cual
89
viajó desde América del Sur
hasta la Polinesia. Lo más
sorprendente es que Thor,
cuando era joven, tenía
mucho miedo al agua. Pero
una vez sucedió algo que le
hizo vencer este temor.
Cuando era militar, su canoa
se volcó cerca de una
cascada. Rezó mientras
combatía con la fuerza del
agua, hizo un gran esfuerzo y
llegó hasta la orilla. Esta
experiencia cambió a Thor.
En las aguas de aquel río,
Thor dejó su “viejo hombre”,
y nació un nuevo Thor
valiente.
: El miedo nos
ayuda a estar atentos pero, a
la vez, puede ser tan grande
que nos paraliza y nos
desanima. Debemos vencer
esta clase de miedo porque si
no, nunca lograremos
desarrollar todo nuestro
potencial.
VER A CRISTO EN
CADA PERSONA
Cuentan que en un monaste-
rio de monjes había muchas
discusiones y peleas. El
Padre Superior decidió
90
consultar a un padre del
desierto porque ya no sabía
qué hacer. El padre del
desierto le dijo:
“Comunícales que uno de
ellos es Cristo.” El padre
guardián regresó a su
convento y comunicó la
noticia a todos los monjes.
Desde aquel día, ya no hubo
discusiones ni peleas. Todos
los monjes cambiaron de
actitud porque no sabían
quién de ellos era Cristo y, de
ninguna manera querían
lastimarlo con alguna palabra
o acción. ¡Empezaron a tratar
a cada uno de ellos como si
fuera Cristo!
: Y yo, ¿estoy
tratando a los demás como si
fueran Cristo?
En la vida de la Madre
Teresa de Calcuta hay una
anécdota que siempre me ha
llamado la atención. Cuenta
que una joven estadounidense
estaba apoyándola como
voluntaria. Un día ella vio a
la Madre Teresa atendiendo
cariñosamente a un señor
muy enfermo que tenía una
apariencia y un olor muy
desagradables. La joven le
comentó: “Madre, yo ni por
 91
un millón de dólares podría
hacer lo que usted está
haciendo”. La Madre Teresa
se fijó en ella, y con una
sonrisa le comentó:
“Tampoco yo haría esto por
un millón de dólares. Pero
por Cristo, lo hago con
mucho gusto.”
: Y yo, ¿puedo
llegar a tener la misma
actitud de la Madre Teresa?
San Martín de Tours era un
soldado acuartelado en la
ciudad de Amiens. Él había
abrazado la fe católica y se
estaba preparando para
bautizarse. Un día de un
invierno muy crudo, se
encontró en la puerta de la
ciudad con un pobre hombre
casi desnudo, que temblaba
de frío y pedía limosna a los
transeúntes. Viendo Martín
que la gente ignoraba al
infeliz mendigo, pensó que
Dios le ofrecía la oportunidad
de socorrerle; pero, como lo
único que llevaba eran sus
armas y su uniforme, sacó su
espada, partió su manto en
dos y regaló una de las
mitades al mendigo, guardan-
do la otra para sí. Algunos de
los presentes se burlaron al
verle vestido en forma tan
ridícula, pero otros quedaron
avergonzados de no haber
socorrido al mendigo.
Esa noche, Martín vio en
sueños a Jesucristo vestido
con el trozo del manto que
había regalado al mendigo y
oyó que le decía: “Martín,
aunque sólo eres catecúmeno,
me cubriste con tu manto.”
: Así como Martín,
debemos aprovechar cada
oportunidad para ayudar a los
más necesitados.
91
VIRGEN MARÍA
La aparición de la Virgen de
Guadalupe aconteció en una
época muy turbulenta en
México. Los españoles
habían traído la religión
católica al nuevo mundo,
pero por la crueldad y la
avaricia de algunos conquis-
tadores, muy pocos indígenas
habían abrazado la Buena
Nueva de nuestro Señor
Jesucristo. Fue así que
nuestra madre María decidió
pisar tierra americana para
manifestar su amor hacia
todos y animar a los indíge-
nas a confiar en su hijo Jesús.
92
Ella se apareció a Juan Diego
y le dijo: “Juanito: el más
pequeño de mis hijos, yo soy
la siempre Virgen María,
Madre del verdadero Dios,
por quien se vive. Deseo
vivamente que se me constru-
ya aquí un templo, para en él
mostrar y prodigar todo mi
amor, compasión, auxilio y
defensa a todos los morado-
res de esta tierra y a todos los
que me invoquen y en mí
confíen. Ve donde el Señor
Obispo y dile que deseo un
templo en este llano. Anda y
pon en ello todo tu esfuerzo".
Juan Diego obedeció y se
dirigió al obispado. El obispo
le pidió una señal para creer.
Al ver a Juan Diego angustia-
do, la Virgen le dijo: “"Oye y
ten entendido, hijo mío el
más pequeño, que es nada lo
que te asusta y aflige. No se
turbe tu corazón, no temas …
¿Acaso no estoy aquí yo, que
soy tu madre? ¿No estás bajo
mi sombra? ¿No soy tu
salud? ¿Qué más te falta?” Y
aceptó darle una señal. Le
indicó subir a la cumbre del
monte y recoger las flores
que hallara por allí. Cuando
llegó a la cumbre, el campesi-
no se asombró mucho al ver
 93
tantas flores hermosas.
Decidió cortar algunas, las
colocó en su tilma y se
dirigió al palacio del obispo.
Al encontrarse ante él, abrió
su tilma y ante la inmensa
sorpresa del Señor Obispo y
de sus compañeros, apareció
la imagen de la Santísima
Virgen María maravillosa-
mente pintada sobre la burda
tela de su manto. Esta imagen
sigue conservada en estado
fresco y hermoso en la
Basílica de Nuestra Señora de
Guadalupe en la Ciudad de
México.
: La aparición de la
Virgen a san Juan Diego
muestra la ternura y el cariño
de la Virgen María hacia
las personas humildes y
sencillas. ¿Tengo yo estas
cualidades?

93
 Los cuentos y las anécdotas tienen la
capacidad de presentar de manera sencilla
grandes verdades de la fe. De hecho, nuestro
Señor Jesús utilizó mucho las parábolas en su
enseñanza. A la vez, a todos nos gusta escuchar
cuentos, desde los más pequeños hasta los más
ancianitos porque alimentan mucho a nuestra
imaginación y acarician nuestras emociones.

En este librito encontrarás 150 anécdotas.

Confío que serán muy útiles para tu reflexión
personal, para tu catequesis y, para aquellos
que son sacerdotes, para sus homilías. Cada
anécdota nos invita a apreciar una virtud o
verdad particular que puede enriquecer nuestra
vida espiritual si nos detenemos a reflexionar
sobre ella y a dejarnos contagiar por ella.

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