“LOS COLEGIOS DE ABOGADOS Y EL CONTROL DE LA CONDUCTA
MORAL DEL ABOGADO”
ASIGNATURA : ÉTICA PROFESIONAL
PROFESOR : MAXIMO HERMOSA FRANCO
ESCUELA : DERECHO
CICLO : VII
ALUMNA : ROSICELA VILLAR
CHACHICO
SATIPO –2018 LOS COLEGIOS DE ABOGADOS Y EL CONTROL DE LA CONDUCTA MORAL DEL ABOGADO
PRINCIPIOS, FINES Y ATRIBUCIONES DEL COLEGIO DE ABOGADOS
El Colegio de Abogados, como institución que los agrupa regula sus deberes y derechos, así como sus relaciones. Se rige por principios : La justicia como principio y fin supremo del Derecho. La ética, con los patrocinados, los abogados y en las relaciones institucionales e interpersonales. La vigencia de los Derechos Humanos, del Estado de Derecho, la afirmación de los valores y el servicio a la comunidad. La cultura de la democracia, rechazando la intolerancia, la dependencia y la discriminación en cualquiera de sus formas o manifestaciones. La contribución a la promoción del desarrollo integral del país con libertad, paz y justicia social. Fines del Colegio de Abogados, entre otros: Promover el ejercicio de la abogacía dentro del derecho, la ética y la justicia, considerando la elevada función social que a la profesión le corresponde. Garantizar que los abogados gocen de las prerrogativas y consideraciones que le corresponden en el ejercicio de la abogacía. Promover el desarrollo de las ciencias jurídicas y la actualización de la legislación. Contribuir con la administración de justicia y velar por la autonomía del Poder Judicial. Defender la Constitución Política y el Estado de Derecho. Atribuciones del Colegio de Abogados las siguientes: Denunciar ante las autoridades competentes toda forma de discriminación que atente contra la investidura forense y el ejercicio irrestricto de la abogacía. Ejercer las acciones constitucionales contra los actos que atenten contra la vigencia de la Constitución Política, el Estado de Derecho y los Derechos Humanos. Denunciar el ejercicio ilegal de la Abogacía. Emitir pronunciamientos sobre asuntos de interés nacional, regional, local o institucional. LA CONDUCTA MORAL DEL ABOGADO Y EL CONTROL QUE DEBE EJERCER EL COLEGIO DE ABOGADOS. Es punto común que magistrados y abogados se responsabilicen mutuamente de los resultados negativos de un proceso. El Juez dirá que hubo una mala defensa o negligencia del abogado patrocinador de la causa. Por su parte el abogado dirá que el Juez se parcializó o que simplemente es un incompetente. En cualquiera de los casos, las consecuencias de la parcialización, la incompetencia o la negligencia las asume el patrocinado o justiciable.Tanto la Ley Orgánica del Poder Judicial, como el propio Código Procesal Civil,establecen las obligaciones, tanto del Juez como del Abogado, así como las sanciones correspondientes para ambos. Igualmente en los Estatutos de los Colegios de Abogados, se considera como falta grave las infracciones al Código de Ética del Abogado. Los actos de temeridad o de mala fe a que se refiere el artículo 112° del Código Procesal Civil, solo obligan al Juez remitir copias de las actuaciones respectivas a la Presidencia de la Corte Superior, al Ministerio Público y al Colegio de Abogados. En consecuencia, corresponde a éste último realizar la investigar de los hechos y oportunamente, sancionar el mal accionar de sus agremiados. Los actos de temeridad en que puede incurrir, tanto el abogado, como el justiciable, pueden producirse en la demanda, contestación de demanda o medio impugnatorio. En cualquiera de éstos actos procesales, puede ocurrir que carezcan manifiestamente de fundamento jurídico, se aleguen hechos contrarios a la realidad o se entorpezca reiteradamente, por cualquier medio, el normal desarrollo del proceso atentándose contra el Principio de Celeridad Procesal . Los actos de temeridad y de mala fe son comunes en el proceso, sin embargo son pocos, por no decir ninguno, los casos que han sido investigados y sancionados evidenciándose un “alto grado de impunidad en el ejercicio profesional”, conforme lo investigado por encargo de Justicia Viva. Se afirma,igualmente que al Colegio de Abogados le falta voluntad para investigar y sancionar a sus miembros. Los Colegios de Abogados de todo el Perú cuentan con su estatuto, su código de ética y algunos hasta tienen un Tribunal de Honor y un consejo de ética, pero carecen de un ente que fiscalice la labor profesional del abogado. Falta, entonces, divulgar una cultura de fiscalización, a fin de que los justiciables pongan en conocimiento del Colegio de Abogados la conducta de sus integrantes. Sobre el particular, es preciso anotar que de prosperar el propósito, deben establecerse los lineamientos necesarios y pertinentes a fin de evitar abusos, pues de lo contrario se podría llegar a extremos intolerables que pongan en riesgo la profesión. LA MORAL DEL ABOGADO En la moral del abogado de lo que Ossorio nos habla es del criterio que debe tener un abogado. Y comienza: La abogacía no se cimienta en la lucidez del ingenio, sino en la rectitud de la conciencia. Malo será que erremos y defendamos como moral lo que no es; pero si nos hemos equivocado de buena fe, podemos estar tranquilos. Cita las palabras del novelista Collete Iver. “Nuestro oficio ¿es hacer triunfar a la justicia o a nuestro cliente? ¿Iluminamos al Tribunal o procuramos cegarle? Cuando un abogado acepta una defensa, es porque estima - aunque sea equivocadamente- que la pretensión de su tutelado es justa, y en tal caso al triunfar el cliente triunfa la justicia, y nuestra obra no va encaminada a cegar sino a iluminar. También da unos consejos a los abogados. Hay que ser refractario al alboroto. Soportar la amargura de una censura caprichosa e injusta, es carga añeja a los honores profesionales. Debajo de la toga hay que llevar la coraza. Abogado que sucumba al qué dirán debe tener su hoja de servicios manchada con la nota de cobardía. No digo que el juicio público no sea digno de atención. Lo que quiero decir es que después de adoptada una resolución, vacilar ni retroceder por miedo a la crítica, que es un monstruo de cien cabezas irresponsables y faltas de sindéresis. Cuando se ha marcado la línea del deber hay que cumplirla a todo trance. El transeúnte que se detenga a escuchar los ladridos de los perros, difícilmente llegará al término de su jornada. Ética del abogado Es el comportamiento, la conducta, el actuar que tiene un hombre ante la sociedad. En derecho todo abogado debe tener ética por lo que une el abogado debe tener presente que es un servidor de la justicia y un colaborador de su administraciones deber profesional es defender, con estricta observancia de las normas jurídicas y morales los derechos de su patrocinado. Debe mantener el honor y la dignidad profecional, ya que esto no solo es un derecho sino un deber, de combatir por todos los medios lícitos y conductas moralmente censurables de jueces. El abogado debe obrar con honradez con fe, no debe de aconsejar actos fraudatorios, afirmar o negar con falsedad, todo lo que haga debe de ser legal.